Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
EL RENDIMIENTO DEL JOVEN FUTBOLISTA La formación técnica (2ª PARTE) Editorial: Paidotribo, 2001, Barcelona Habilidades técnicas del fútbol Las habilidades técnicas del fútbol constituyen todas las formas de comunicación motora específica previstas por el reglamento del juego. Éstas constituyen los fundamentos sobre los que se apoya la acción del juego y la calidad con que se expresen dichas habilidades influenciará las probabilidades de éxito de determinadas intenciones tácticas. La técnica en el fútbol debe ser considerada un elemento de transmisión motora de eventuales decisiones tomadas por el jugador, por tanto, como medio y no como objetivo primario, pero también es cierto que el control (gestión) automatizado del elemento técnico permite al jugador poner mayor atención en el entorno externo, es decir, en los objetivos del juego. Automatización significa repetición de la acción, puesto que cualquiera que sea el aprendizaje en términos generales, sin ser exclusivamente motor, se basa en procesos de repetición, de memorización del elemento o de la función. De cualquier manera, dicha actividad del sistema nervioso no debe llevarnos al engaño, ya que el concepto de automatización en el fútbol debe concebirse en relación con las finalidades objetivas de la prestación y, por eso, debe estructurarse principalmente en las condiciones del juego. Es por ello que queremos subrayar que sería erróneo estancarse en procedimientos de enseñanza basados en la repetición estereotipada del elemento técnico, que producirían esquemas rígidos e inadaptables a las variables del juego. No obstante, la repetición del gesto tendrá una situación más adecuada en el cuadro de la acción didáctica global si se halla referida, aunque de forma extremadamente simple, a eventos situacionales. Así pues, será positivo que el alumno “retenga” la información, no sólo en relación con los elementos que distinguen a la ejecución motora, sino también y, sobre todo, en relación con el objetivo por el que la acción ha sido puesta en práctica. Todo esto se refiere a la gestión ejecutora personal y, por consiguiente, a la motricidad individual y a un modelo técnico biomecánicamente económico. El concepto de economía resulta un factor esencial en cualquier acción deportiva, puesto que el ahorro de energía física y mental permite conservar una mayor “lucidez” en la toma de decisiones y en la ejecución. De ahí que el aprendizaje técnico deba ser también visto desde esta perspectiva sin referencias preestablecidas sacadas fuera del contexto ambiental del momento, sino que deberá basarse en procedimientos que respeten las leyes propias de la física (gravedad, baricentro, inercia, estímulos, etc.) en relación con el dinamismo con que tales valores cambien en el juego. Por ello, la acción técnica se expresará modificando sus modalidades de ejecución en relación a diversos parámetros. Citemos algunos: - Impulso de fuerza. - Dirección de llegada de la pelota. - Dirección de salida de la pelota. - Variaciones de velocidad, frecuencia y ritmo. - Condiciones de equilibrio. - Presencia del adversario/s. - Presencia del compañero/s. - Orientación visual (dificultad perceptiva). - Combinación de elementos motores contemporáneos y sucesivos. - Esfuerzo mental. - Cansancio físico. - Anticipación pre y post-ejecución. - Feed-back regulativo . Y en relación con los métodos didácticos utilizados: - Motivación (estímulos situacionales ulteriores). - Componente agonístico. - Juego, diversión. Un programa de construcción de las habilidades específicas, teniendo en cuenta los efectos que estos parámetros podrían causar en la ejecución, deberá, por tanto, ser organizado permitiendo al alumno experimentar realmente determinadas oportunidades de juego, para prepararlo con mayor respuesta a las situaciones-partido que representan, es preciso no olvidarlo, el presupuesto por el que se pone en marcha el proceso. El cuadro de los gestos técnicos • Conducción del balón Representa el elemento técnico que permite al jugador en posesión del balón desplazarse a cualquier zona y en cualquier dirección del campo, manteniendo el control del balón. El jugador adopta esta conducta técnica para ganar espacio respecto a la portería contraria (avanzar) o para situarse en una posición más favorable para realizar un pase o un tiro a portería (orientación del juego). • El dribbling La acción de juego individual del conducción de la pelota, que prevé también la superación del adversario, se define como dribbling. Tanto en el dribbling como en la conducción del balón se basan en un programa de estructuración de la motricidad básica que tiene su origen en el esquema motor del “correr” y se combina en presencia del balón hasta convertirse en una técnica específica. La modalidad de ejecución incluye contactos (impulsos) del balón con: - El empeine propiamente dicho. - Exterior del empeine. - Interior del empeine. • Transmisión del balón (pase) Es la acción específica que constituye el medio de comunicación entre dos compañeros de equipo. Con el fin de que el pase pueda ser realizado con éxito, es imprescindible que el jugador a quien es enviada la pelota busque, a través de desplazamientos intencionados, una posición adecuada para la recepción. El jugador en posesión del balón a su vez deberá ser hábil y oportuno al elegir el momento más ventajoso (evitar la intervención del contrato). Según la situación de juego, y en relación a las posibles geometrías, el pase puede ser: - Horizontal. - Diagonal. - Vertical (en profundidad). - Hacia atrás. La ejecución técnica puede ser realizada principalmente mediante el uso de los pies y de la cabeza y, con menor frecuencia, también con el pecho y el muslo. Con los pies, dependiendo de las demandas de la situación (hacer referencia a las indicaciones expuestas anteriormente en relación a los parámetros situacionales de las técnicas), se utilizará: - La parte interior. - El empeine. - La parte interior del empeine. - La parte externa. - El talón. - La planta. El esquema motor básico sobre el que se estructura y desarrolla esta acción técnica está representado por las acciones de “golpear” y “saltar”. • Recepción del balón (detención) La frecuencia con que sea posible realizar esta acción técnica es la prueba de que la comunicación (transmisión) entre dos componentes del mismo equipo existe. Sin embargo, es cierto que la recepción también puede darse en acciones de “interceptación” de una maniobra de los contrincantes. Por lo demás, esta interesante expresión mental y motora (anticipación) se verifica, aunque con menos probabilidades, dando lugar, ocasionalmente, a un tiro a puerta, a un pase y, a veces, incluso a un control-dribbling. La ejecución técnica, dependiendo de la trayectoria del balón (describiendo una parábola, a media altura, rasante), puede realizarse: - Con los pies (interior, exterior, punta, planta). - Con el pecho. - Con el muslo. - Con la cabeza. - Con el abdomen. El balón puede ser controlado en un espacio más próximo al sujeto o bien “ir a su encuentro” si se ha anticipado el proyecto de acción inmediatamente sucesivo (tiro, pase, etc.). El esquema motor básico sobre el que se construye y se mejora esta habilidad será el de “recibir” y “saltar”. • Cobertura del balón Esta particular conducta técnica, que describe una situación individual de control del medio, se realiza exclusivamente en presencia cercana del contrincante directo. Esta forma de comportamiento, que inevitablemente nace de una necesidad situacional específica, se integra con las diversas expresiones de recepción, de conducción y, por extensión, también de transmisión del balón. • Tiro a portería Representa la conclusión final de las diversas estrategias de juego. Todas las fases diferentes que preceden esta acción técnica se consideran transitorias y de preparación hasta que llegue esa ocasión. El tiro a puerta aporta un significado y un fin al juego y,por ese motivo, deberían dedicarse espacios didácticos adecuados para el aprendizaje y la aplicación específica. Durante un partido de fútbol, “jugar bien” sin tirar a puerta, satisface sólo una parte de los objetivos del juego, mientras que “jugar menos bien y tirar a portería en más ocasiones” responde mejor a las finalidades de la prestación. El tiro a puerta puede producirse inmediatamente después de una acción individual de conducción o dribbling; a través del pase de un compañero; después de una acción de control/recepción; después de interceptar un balón. Las modalidades de ejecución , en relación a las necesidades de la situación y a las particularidades motoras específicas, se realizan a través de los tiros con: - El pie (interior, empeine interior-exterior, empeine propiamente dicho, punta, talón). - La cabeza (frontal, parietal). - Pecho. - Muslo. - Cualquier otra parte del cuerpo prevista en el reglamento. Esta última condición es todavía extensible a todas las demás manifestaciones técnicas. El esquema motor básico sobre el que se estructura esta habilidad se caracteriza por “golpear” y “saltar”. • Golpeo de cabeza Esta particularidad técnica a la que ya se ha hecho mención en la presentación de las anteriores conductas futbolísticas, se caracteriza por la utilización de una región del cuerpo específica que, sustancialmente, sólo presenta posibilidad de impulso al entrar en contacto con el balón. A diferencia de los pies, la cabeza, por sus características morfológicas, ofrece una menor posibilidad de control. Tal eventualidad es también para poner en relación las dinámicas de desarrollo de las acciones de juego que no permiten , salvo casos excepcionales, un contacto balón/cabeza repetido muchas veces seguidas y jamás en situación de equilibrio. Por tanto, la cabeza puede utilizase en el pase a un compañero, en la detención del balón, en el tiro, en la interceptación, en pase defensivo y, exclusivamente, en el juego aéreo. El golpeo de cabeza puede efectuarse: - Con los pies en el suelo. - Desde el sitio, pero con los pies en el aire. - Después de una carrerilla más o menos larga con un solo pie en el aire. El impacto con el balón se realiza principalmente con la superficie: - Frontal. - Parietal. Dependiendo de las exigencias del juego, puede realizarse imprimiendo una trayectoria más directa o simplemente desviada. El esquema motor básico que seguirá el proceso evolutivo de esta habilidad viene representado por “golpear” y saltar”. • El choque Es el elemento técnico que se deriva de una acción contemporánea de dos contrincantes que tratan de mantener o de recuperar la posesión del balón. Por ello, el choque tenderá a ser evitado por el jugador en posesión del balón y lo buscará aquél que, por el momento, no lo posee. Tal acción de oposición, como todas las demás acciones técnicas, debe producirse dentro de los límites normativos contemplados en el reglamento, que prevén, en este caso específico, la intervención exclusivamente directa de los jugadores sobre el balón. El choque también puede adoptar, en algunos casos, una forma especial de combinación entre dos elementos técnicos en caso de que el jugador, después de haber resuelto con éxito el choque, prosigue con su acción sin interrumpir el proceso. Por ejemplo: conducción del balón, choque y tiro, o bien carrera sin balón, choque y pase. Esta acción técnica, además de otras, requiere un nivel adecuado de fuerza muscular general, especialmente de las extremidades inferiores, una estructura corporal bien equilibrada (baricentro dentro y más cerca de la superficie de apoyo). El choque puede efectuarse según varias modalidades: - Frontal. - Lateral. - Desde dentro. - Deslizándose. - Aéreo. • Saque lateral Esta acción técnica constituye la única posibilidad a disposición del jugador (excepto el portero) de utilizar las manos para efectuar una tarea de juego. En realidad, no existen técnicas de ejecución particulares más que la de aprovechar de la mejor forma posible la capacidad de flexo-extensión del cuerpo para lanzar el balón en la dirección y a la distancia deseada. La acción puede realizarse con o sin carrerilla y los pies, en el momento en que se libera el balón, no deben levantarse del suelo. Una ejecución lo suficientemente aceptable exige: - Sensibilidad para sostener el balón. - Fluidez y rapidez de movimiento (coordinación). - Movilidad y estiramiento del tronco y de las piernas. - Nivel de fuerza adecuado. El esquema motor básico será en este caso el de “lanzar”. • La técnica del portero Aunque desde hace algún tiempo al portero, en lo que se refiere a las nuevas reglas del juego, se le vienen exigiendo cada vez más a menudo prestaciones técnicas históricamente insólitas para ese puesto (puesto que el juego y las posibilidades expuestas en el reglamento lo llevan a utilizar con mayor frecuencia las manos que los pies), éste deberá ser considerado y, en consecuencia, entrenado en base a una serie de requisitos de performance totalmente diferentes del resto de sus compañeros. Aún utilizando únicamente una variedad de acción específica, su juego deberá ser sólidamente integrado en la organización táctica de la alineación defensiva del equipo en general. Si nos referimos a las diversas eventualidades de la situación, el portero bastará con que, haciendo uso de los medios técnicos a su disposición, evite la entrada del balón en la portería, interrumpir las acciones ofensivas del adversario, recuperar la pelota en las zonas de su competencia, lanzarla con precisión y eficacia. Las modalidades de ejecución deberán estructurarse entorno a: - Posición entre los postes (cobertura de la portería). - Recogida del balón. - Estirada con blocaje y con desviación. - Salida. - Lanzamiento con el pie o con las manos. - Saque de meta. En situaciones más específicas de balón parado: - Falta directa e indirecta. - Composición de la barrera. - Penalti. - Saque de esquina. Teniendo en cuenta las nuevas reglas del juego: - Mayor sentido de la oportunidad en las salidas con los pies. - Habilidad en el lanzamiento (pase) en acciones de retropase. - Mejor selección de la información en lo referente a la acción de retropases (¿Puede tocar el balón con las manos o no?). - Mayor regularidad en las salidas con los pies (último adversario que ha lanzado a portería). La motricidad básica sobre la que se estructura y desarrolla el cuadro de las habilidades específicas del portero se centra en los esquemas de “recibir”, “tirar”, “lanzar”, “saltar”, “correr” y “tirarse”. CONDUCTAS MOTORAS ESPECÍFICAS DEL FÚTBOL PRIMARIA SECUNDARIA Correr y caminar con el balón Saltar y/o golpear el balón Saltar y/o recibir el balón Desplazarse sin balón Conducir, regatear Pasar, tirar, desviar, lanzar, disputar. Parar (detener), interceptar, aferrar (parar), controlar, cubrir Desmarcarse, marcar, orientar, anticipar. Elaboración de los elementos técnicos Creación de una representación del movimiento Ejercicios preliminares Condiciones simplificadas Forma estándar Parado En movimiento corriendo/saltando Consolidación de los elementos técnicos sin la oposición activa del adversario Variaciones de la forma estándar: -“Tiempo” del movimiento -Distancia -Dirección del movimiento -Bilateralidad Conexión de la forma estándar con otros elementos (ejercicios complejos): -Elementos de conexión anteriores a la forma estándar. -Elementos de conexión posteriores a la forma estándar. Consolidación de la forma estándar en condiciones: -Posteriormente más difíciles o con una elevada carga física. -Con elevadas demandas coordinativas -Añadiendo más exigencias de las que requiere el partido. Esquema 11. Sucesión metodológica para el desarrollo de las habilidades motoras de juego (Konzag, 1991). La situación Como ya hemos mencionado anteriormente, el fútbol entra dentro de la categoría de deportes definida como “de situación”. Por tanto, lasituación supone constituye aquella condición esencial característica de un deporte que implica los diferentes significados de la acción específica. En la práctica, la situación expresa las características del entorno de juego entendido como un número de variables posibles y de la complejidad con que se presentan. Las variables cuantitativas dependen: - Del espacio de juego. - Del número de jugadores implicados. - De la duración del juego. En cambio, las variables cualitativas dependen: - De la relación numérica jugador/adversario (disparidad o paridad). - De la zona del campo (zona de ataque, centro, defensa, lateral, o bien modelos que proponen acciones con características ofensivas, defensivas, organizativas, etc.). - Del grado de activación cognitiva (análisis de la situación y elaboración mental más o menos compleja). - Del nivel técnico individual, de los compañeros y de los adversarios. - Del coeficiente técnico-coordinado de las habilidades implicadas. - De la intensidad de juego. - Del grado de cansancio. - De la presión psicológica (goles, frecuencia de error, torneos, competiciones, enfrentamientos, etc.). - De las condiciones del terreno de juego, del balón, del equipamiento, etc. Desde el punto de vista táctico, en el proceso de formación del jugador, el concepto de situación debe ser, por ello, concebido como una serie de acontecimientos estructuralmente, temporalmente y jerárquicamente apreciables, que determinan, en el individuo integrado en el contexto situacional, adaptaciones ya sea de tipo mental o motor. Por tanto, resolver una situación no significa únicamente decidir efectuar un pase para desmarcarse o un dribbling para introducirse, en lugar de otras posibilidades que el juego pone a disposición. Salir con éxito de una situación puede también significar lanzar la pelota contra una tabla de superficie irregular, ejercitarse con balones de pesos y dimensiones distintas, conducir el balón lentamente o rápidamente, etc. Por tanto, en lo que los factores que determinan la situación podemos distinguir: a) Situación de tipo sensomotor. b) Situación de tipo conceptual/intelectivo. En lo tocante a los planos reguladores de control (sistema nervioso) de la acción, en la primera situación favorecen principalmente las funciones sensoperceptivas y coordinativas (activación inconsciente o parcialmente consciente), mientras que en la segunda acentúan mayormente la implicación de los procedimientos cognitivos de orden superior (activación consciente: el alumno toma decisiones). Desde el punto de vista didáctico, las dos formas de situación pueden ser expuestas de una forma más simple, haciendo mayor hincapié en uno u otro aspecto. De forma más compleja, combinándolos entre sí. De esta forma, la situación en su conjunto constituye una parte del partido que, en términos de espacio, tiempo, jugadores, variables ambientales, etc. se coloca con características idénticas o similares. De cualquier forma, es conveniente recordar que a lo largo de un partido, un jugador debe resolver situaciones de juego en cualquier momento, también cuando no parece estar implicado directamente, puesto que es preciso que, en esas fases, conozca con anticipación la orientación y el futuro desarrollo del juego. Por este motivo, en lo referente a la formación, sea ésta general o se encuentre prácticamente acabada, cada situación parcial debe ser reconducida en el contexto de juego propiamente dicho, en el partido, memorizando las características esenciales de este modo, se favorecerá la utilización del “transfer” con el que se buscan varias conexiones indispensables para estructurar esquemas de acción cada vez más amplios. Valores situacionales En lo referente a los estímulos operativos impuestos por las características con que se estructuran las diversas secuencias del juego, el entrenador, con precisa respuesta didáctica, deberá utilizar formas de trabajo que exalten las distintas dinámicas del entorno. Por tanto, la técnica se expresará en términos de flexibilidad y la organización de la acción deberá prever un programa de movimiento abierto a las cambiantes condiciones del juego. En la práctica, un programa “siempre dispuesto” a ser modificado. Tiempo espacio parámetros físicos anticipación reacción percepción espacio-tiempo orientaciónreacción control y adaptación técnicos organización de la acción ritmo diferenciación equilibrio Adaptación transformación combinación fuerza rapidez resistencia precisión técnica presión temporal presión direccional límites espaciales relación numérica sujeto/adversario vínculos técnicos variación de las reglas variación del equipamiento variables de la situación N E C E S ID A D E S C O N D IC IO N A L E S A C T IV A C IÓ N D E L O S P R O C E S O S M E N T A L E S Esquema 12 En el esquema 12, se puede apreciar cómo tal forma de adaptación técnico- coordinativa se encuentra directamente subordinada al valor cuantitativo y cualitativo de los parámetros espacio-temporales presentes en la acción futbolística. En otras palabras: la rapidez de ejecución, la velocidad de desplazamiento, la localización topográfica de la acción, los espacios de relación jugador/compañero y jugador/adversario. Un programa didáctico que incluya en los mismos contenidos determinados estímulos de adaptación podrá desarrollarse teniendo en consideración las posibles variables de situación. Por tanto, se tendrá en cuenta lo siguiente: - La complejidad y los vínculos técnicos. - La duración, dirección y amplitud de la acción. - Las relaciones de paridad y disparidad numérica entre los jugadores. - Las particulares variaciones del juego en función de las reglas. - La preparación didáctica no estandarizada. Llevando estas indicaciones al plano práctico, mencionemos algunos ejercicios que seguramente conocerán los expertos: Partidos con toques de pelota limitados o con un solo pie Partidos en que el gol es válido si se realiza de cabeza o al vuelo o técnica después de, al menos, cinco pases consecutivos. Situaciones cronometradas para el tiro con combinación de más jugadores. Efectuar un mayor número de repeticiones. Partidos en que los pases entre compañeros son directos únicamente si se realizan en avance. Vínculo técnico Grado de complejidad técnica Presión temporal Duración Presión direccional Partidos donde la acción final de tiro es válida si se efectúa después de cambio lateral externo. Presión direccional Situaciones o partidos efectuados en espacios muy limitados o irregulares. Limitaciones espaciales Partido con cuatro porterías en vez de dos o con dos balones en vez de uno. Reglas variables Situaciones o partidos utilizando balones más pequeños, más ligeros, etc. Material variable Aun así, el análisis de la prestación técnica en condiciones de juego que presentan determinadas variables, deberá ser efectuado teniendo en cuenta el apoyo coordinativo presente en la ejecución y las necesidades energéticas que supuestamente sostendrás el esfuerzo físico necesario. Desarrollo de las capacidades de evaluación de la situación de juego, de elección táctica de los programas y los objetivos de acción correspondientes al objetivo y de aquellas ejecuciones motoras adecuadas a la situación con la oposición semiactiva y activa del adversario en situaciones simplificadas. En situaciones construidas Situaciones de juego dadas, elección entre dos alternativas Adversario semiactivo adversario activo Situación de juego dada, elección entre 3 o más alternativas. Adversario semiactivo adversario activo Situación de juego dada, elección entre 3 o más alternativas. Formas de juego similares a la competición Reconocer y utilizar tácticamente situaciones que necesitan una solución rápida. Creación consciente de situaciones que necesitan ser resueltas rápidamente Adversario activo Utilización de la capacidad de juego en los partidos Esquema 13. Sucesión metodológicapara el desarrollo de acciones técnico- tácticas condicionadas por la situación (Konzag, 1991). El rendimiento del joven futbolista Capítulo 2: La formación técnica / 2º parte. Stefano d’Ottavio Editorial: Paidotribo, 2001, Barcelona Artículo publicado con autorización del editor
Compartir