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Estilos de vida perjudiciales

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Estilos de vida perjudiciales
Así como existen estilos de vida saludables, también existen estilos de vida perjudiciales, que atentan en contra de la salud, y que pueden conducirnos a una existencia más breve, más plagada de enfermedades y de dolencias. En general, los estilos de vida perjudiciales incluyen:
· Dietas poco variadas, compuestas de un solo o pocos ingredientes de grupos distintos, especialmente cuando eso significa comer grandes cantidades de grasas (sobre todo poliinsaturadas o saturadas), grandes cantidades de azúcares y carbohidratos y, en general, abundantes carnes rojas. Este tipo de dieta está vinculada con la aparición temprana de obesidad, diabetes y cáncer. Sin embargo, una dieta demasiado austera también puede conducir a la anemia o la avitaminosis.
· Vida sedentaria, es decir, falta total y prolongada de ejercicio, que propicia la acumulación de grasas, debilita los tejidos musculares y complica aún más las consecuencias de una dieta deficiente. La hipertensión y la obesidad están directamente vinculadas al sedentarismo.
· Consumo excesivo de tabaco y alcohol, entre otras sustancias de impacto nocivo en el organismo, cuya vinculación con la enfermedad está sobradamente comprobada. El tabaquismo es no sólo un factor de cáncer y enfermedades coronarias, sino también un destructor de la mucosa bucal; mientras que el alcoholismo arruina las células del hígado y contribuye con el envejecimiento. Eso por no hablar de las drogas ilegales, cuyo efecto sobre la vida es desastroso, dado su componente adictivo.
· Falta de higiene, tanto en lo corporal, dental y en lo referido al entorno, ya que esto propicia la aparición de enfermedades y contribuye con el deterioro de las condiciones de vida. Este es un factor particularmente importante en países con infraestructura de servicios públicos deficiente, como ocurre a menudo en el llamado tercer mundo.
· Aislamiento social, pues al ser animales gregarios, los humanos nos marchitamos en la soledad y la ausencia de contactos sociales significativos: amor, amistad, confraternidad, etc. En palabras del pensador inglés John Donne, “ningún hombre es una isla”.
· Estrés crónico, a menudo referido como el “asesino silencioso”, pareciera no tener mayor incidencia sobre la calidad de vida de las personas, pero a la larga un modelo de vida con altos y sostenidos niveles de estrés inciden en la hipertensión y acarrean problemas como el insomnio, que tienen a su vez consecuencias negativas sobre la psique y sobre el metabolismo.

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