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UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL BICENTENARIO ANATOMIA LIC. ENFERMERIA ALUMNO: EDUARDO El intercambio gaseoso a nivel de los tejidos es un proceso fundamental para la supervivencia de los organismos vivos. Los seres vivos necesitan obtener oxígeno del ambiente para llevar a cabo procesos metabólicos y producir energía, y eliminar dióxido de carbono como producto de desecho. Este proceso ocurre en los tejidos del cuerpo, donde las células llevan a cabo la respiración celular. El proceso de intercambio gaseoso a nivel de los tejidos se lleva a cabo mediante la difusión de gases a través de las membranas celulares y de los capilares sanguíneos que rodean los tejidos. El oxígeno (O2) difunde desde los capilares sanguíneos hacia las células, mientras que el dióxido de carbono (CO2) difunde desde las células hacia los capilares sanguíneos. Para entender mejor este proceso, es importante conocer la estructura de los tejidos y la forma en que se lleva a cabo la circulación sanguínea. Los tejidos están formados por células que están en contacto directo con los capilares sanguíneos, que son los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo. Los capilares sanguíneos son tan pequeños que sólo permiten el paso de una célula sanguínea a la vez, lo que garantiza un contacto estrecho entre los gases en la sangre y las células que rodean los capilares. La circulación sanguínea se divide en dos circuitos principales: el circuito pulmonar y el circuito sistémico. El circuito pulmonar es el encargado de llevar la sangre desde el corazón a los pulmones, donde se realiza el intercambio gaseoso entre la sangre y el aire. El circuito sistémico es el encargado de llevar la sangre desde el corazón a los tejidos del cuerpo, donde se realiza el intercambio gaseoso entre la sangre y las células. El intercambio gaseoso a nivel de los tejidos es un proceso que depende de varios factores, como la concentración de los gases en la sangre y en los tejidos, la superficie de intercambio entre los gases y la velocidad de difusión de los gases a través de las membranas celulares y de los capilares sanguíneos. La concentración de los gases en la sangre y en los tejidos es un factor importante para el intercambio gaseoso. En condiciones normales, la presión parcial de oxígeno (PO2) en la sangre arterial es de aproximadamente 100 mmHg, mientras que la PO2 en los tejidos es de aproximadamente 40 mmHg. Esto significa que hay una diferencia de presión que favorece la difusión de oxígeno desde los capilares sanguíneos hacia los tejidos. De manera similar, la presión parcial de dióxido de carbono (PCO2) en la sangre arterial es de aproximadamente 40 mmHg, mientras que la PCO2 en los tejidos es de aproximadamente 46 mmHg. Esto significa que hay una diferencia de presión que favorece la difusión de dióxido de carbono desde los tejidos hacia los capilares sanguíneos.
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