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Neuropsicología y analfabetismo 2 3 Neuropsicología y analfabetismo Diego Rivera, PhD Biocruces Bizkaia Health Research Institute Cruces University Hospital. Barakaldo, España Alejandra Morlett Paredes, PhD University of California, San Diego San Diego, California Juan Carlos Arango Lasprilla, PhD Biocruces Bizkaia Health Research Institute. Cruces University Hospital. IKERBASQUE. Basque Foundation for Science. Bilbao, España Editora responsable: Lic. Georgina Moreno Zarco Editorial El Manual Moderno 4 Nos interesa su opinión, comuníquese con nosotros: Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V. Av. Sonora 206, Col. Hipodromo, Deleg. Cuauhtémoc. 06100 Ciudad de México, México (52-55) 52-65-11-00 info@manualmoderno.com quejas@manualmoderno.com Neuropsicología y analfabetismo D.R. © 2019 por Editorial El Manual Moderno S.A de C.V. ISBN: 978-607-448-752-7 versión electrónica Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida sin permiso previo por escrito de la Editorial. Para mayor información sobre Catálogo de producto Novedades Distribuciones y más www.manualmoderno.com Director editorial y de producción: Dr. José Luis Morales Saavedra Editora de desarrollo: Tania Flor García San Juan Diseño de portada: DG.Cinthya Karina Oropeza Heredia 5 mailto:info@manualmoderno.com mailto:quejas@manuamoderno.com http://www.manualmoderno.com/ 6 Colaboradores Lila A. Adana Díaz, MSc. Escuela de psicología, Universidad de Las Américas Quito, Ecuador. Capítulos 8 y 9 Adriana Aguayo Arelis, MSc. Centro Universitario de Ciencias de la Salud Universidad de Guadalajara Guadalajara, México. Capítulos 5, 6, 7, 8 Itziar Benito Sánchez, MSc. Grupo de Investigación Psicología Aplicada a la Salud y Comportamiento Humano (PSYBHE), Universidad de Alicante Alicante, España. Capítulos 6, 9, 11 José Amilkar Calderón Chagualá, MSc. Facultad de Psicología Universidad Antonio Nariño Ibagué, Colombia. Capítulos 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 María Margarita Cerquera Cuenca, Bs. Fundación Neuroconnectus Neiva, Colombia. Capítulo 10 Carlos José De los Reyes Aragón, PhD. Universidad del Norte Barranquilla, Colombia. Capítulos 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 Javier Galarza del Angel, MSc. Laboratorio de Psicofisiología Facultad de Ciencias Humanas Universidad Autónoma de Baja California Mexicali, México. Capítulos 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 7 Garazi Laseca Zaballa, MSc. Centro de Investigación CERNEP Universidad de Almería Almería, España. Capítulos 5, 8, 9 Giselle Leal, MSc. Albizu University - Miami Campus Miami, Estados Unidos. Capítulo 3 Wendy Tatiana Leal Ramírez, Bs. Fundación Neuroconnectus Neiva, Colombia. Capítulo 9 Juan Esteban Lozano Plaza, Bs. Fundación Neuroconnectus Neiva, Colombia. Capítulos 7, 8, 11 Laiene Olabarrieta Landa, PhD. Biocruces Bizkaia Health Research Institute. Cruces University Hospital. Barakaldo, España. Capítulos 1, 2, 3, 5, 7, 9, 10 Silvia Leonor Olivera Plaza, MSc. Fundación Neuroconnectus Neiva, Colombia. Capítulos 5, 6 Brenda Viridiana Rabago Barajas, MSc. Centro Universitario de Ciencias de la Salud Universidad de Guadalajara Guadalajara, México. Capítulos 9, 10, 11 Daniela Ramos Usuga, Bs. Universitat Oberta de Catalunya Barcelona, España. Capítulos 1, 3, 7, 8 Alberto Rodríguez Lorenzana, MSc. 8 Escuela de psicología, Universidad de Las Américas Quito, Ecuador. Capítulos 5, 6, 7 Tarquino P. Yacelga Ponce, MSc. Escuela de psicología, Universidad de Las Américas Quito, Ecuador. Capítulos 10, 11 9 10 Contenido Prefacio Capítulo 1. Analfabetismo una visión general Alejandra Morlett Paredes, Laiene Olabarrieta Landa, Daniela Ramos Usuga y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 2. Analfabetismo y procesos cognitivos Laiene Olabarrieta Landa, Diego Rivera, Alejandra Morlett Paredes y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 3. Evaluación neuropsicológica en personas analfabetas Giselle Leal, Daniela Ramos Usuga, Laiene Olabarrieta Landa y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 4. Metodología para generar datos normativos en una población de personas analfabetas de América Latina Diego Rivera y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 5. Datos normativos del Test de denominación de Boston en una población de personas analfabetas de América Latina Laiene Olabarrieta Landa, Diego Rivera, Garazi Laseca Zaballa, Alberto Rodríguez Lorenzana, Adriana Aguayo Arelis, Javier Galarza del Angel, Carlos José De los Reyes Aragón, José Amilkar Calderon Chagualá, Silvia Leonor Olivera Plaza y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 6. Datos normativos del Test de Copia y de Reproducción de Memoria de la Figura Geométrica Compleja de Rey en una población de personas analfabetas de América Latina Juan Carlos Arango Lasprilla, Itziar Benito Sánchez, Alberto Rodríguez Lorenzana, Adriana Aguayo Arelis, Javier Galarza del Ángel, José Amilkar Calderón Chagualá, Silvia Leonor Olivera Plaza, Carlos José De los Reyes Aragón y Diego Rivera Capítulo 7. Datos normativos del Test de Fluidez Verbal Semántica en una población de personas analfabetas de América Latina Laiene Olabarrieta Landa, Diego Rivera, Adriana Aguayo Arelis, José Amilkar Calderón Chagualá, Carlos José De los Reyes Aragón, Alberto Rodríguez Lorenzana, Javier Galarza del Ángel, Daniela Ramos Usuga y Juan Carlos Arango Lasprilla 11 Capítulo 8. Datos normativos del Test Breve de Atención en una población de personas analfabetas de América Latina Diego Rivera, José Amilkar Calderón Chagualá, Garazi Laseca Zaballa, Daniela Ramos Usuga, Juan Esteban Lozano Plaza, Carlos José De los Reyes Aragón, Adriana Aguayo Arelis, Lila A. Adana Díaz, Javier Galarza del Ángel y Juan Carlos Arango Lasprilla Capítulo 9. Datos normativos del Test de Clasificación de Cartas de Wisconsin- Modificado (M-WCST) en una población de personas analfabetas de América Latina Juan Carlos Arango Lasprilla, Itziar Benito Sánchez, Laiene Olabarrieta Landa, José Amilkar Calderón Chagualá, Carlos José De los Reyes Aragón, Lila A. Adana Díaz, Brenda Viridiana Rabago Barajas, Garazi Laseca Zaballa, Javier Galarza del Ángel, Wendy, Tatiana Leal Ramírez y Diego Rivera Capítulo 10. Datos normativos del Test de Símbolos y Dígitos en una población de personas analfabetas de América Latina Juan Carlos Arango Lasprilla, Javier Galarza del Ángel, José Amilkar Calderon Chagualá, Carlos José De los Reyes Aragón, Tarquino P. Yacelga Ponce, Brenda Viridiana Rabago Barajas, María Margarita Cerquera Cuenca y Diego Rivera Capítulo 11. Datos normativos del Test de Aprendizaje Verbal de Hopkins revisado en una población de personas analfabetas de América Latina Diego Rivera, Laiene Olabarrieta Landa, Tarquino P. Yacelga Ponce, Brenda Viridiana Rabago Barajas, Itziar Benito Sánchez, José Amilkar Calderón Chagualá, Carlos José De los Reyes Aragón, Javier Galarza del Ángel, Juan Esteban Lozano Plaza y Juan Carlos Arango Lasprilla 12 kindle:embed:0004?mime=image/jpg 13 E Prefacio l analfabetismo es reconocido mundialmente como uno de los problemas más graves que un país puede experimentar. La importancia de la alfabetización radica en el poder que ofrece, esto es, poder para obtener información, comunicarse por escrito y desarrollarse dentro de contextos sociales que requieren la habilidad para leer y escribir. Los últimos datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (2016) revelan que 750 millones de adultos son considerados analfabetas, es decir, individuos que no pueden leer y escribir con suficiente comprensión un breve y simple relato. A pesar de que las tasas de analfabetismo en América Latina han caído en las últimas décadas, existe aún un número importante de personas analfabetas, sobre todo entre los adultos mayores. Diferentes estudios han mostrado cómo la falta de escolarización, junto con la falta de alfabetización, es decir, la capacidad de leer y escribir, influyen negativamente sobre el rendimientocognitivo en tareas que miden aprendizaje y memoria, habilidades visoespaciales y visomotoras, funciones ejecutivas, lenguaje, entre otros. Por tanto, una adecuada evaluación neuropsicológica es necesaria para discernir entre el efecto que tiene la falta de escolarización y alfabetización en los procesos cognitivos de los ocasionados por el daño cerebral o las enfermedades neurodegenerativas. Por consiguiente, es de vital importancia disponer de datos normativos de las principales pruebas neuropsicológicas para esta población. La mayoría de los estudios dirigidos a este fin con población de habla hispana de América Latina se han concentrado en población escolarizada y, desafortunadamente, son escasos los datos normativos para población analfabeta. Por todo ello, con el presente libro se pretende ofrecer al lector una visión general del analfabetismo, conocer el efecto de la escolaridad y el alfabetismo sobre el funcionamiento cerebral y cognitivo, ofrecer consejos y sugerencias para llevar a cabo una adecuada evaluación neuropsicológica con esta población y, finalmente, presentar los datos normativos para población analfabeta de América Latina de las principales pruebas neuropsicológicas que se utilizan actualmente. Así, el libro se ha dividido en 11 capítulos que se describen a continuación. El capítulo 1 realiza una introducción al analfabetismo. El lector podrá encontrar en él la definición del término, muy discutido en la literatura, así como los tipos de analfabetismo que se diferencian. A su vez, se presentan estadísticas actuales de analfabetismo a nivel mundial, para acabar enfocándose en datos de América Latina. Por último, el capítulo presenta los factores asociados al analfabetismo, concretamente pobreza, educación, empleo, crimen y salud. El segundo capítulo abarca cómo la escolaridad y sobre todo la alfabetización influyen sobre el funcionamiento cerebral y cognitivo. En un principio, se presentan los estudios que han mostrado cómo estos dos factores influyen y modelan el cerebro y los procesos cognitivos, específicamente los procesos de aprendizaje y memoria verbal y visual, las habilidades visuoespaciales y visuomotoras, funciones 14 ejecutivas y lenguaje. Después, el capítulo presenta los resultados del estudio comparativo del rendimiento cognitivo en una muestra de 850 personas divididas en analfabetas (absolutos y funcionales) y alfabetizadas y escolarizadas (de 1 a 6, 7 a 12 y más de 12 años de escolaridad). Dos son las conclusiones principales del estudio; uno, la falta de escolarización y alfabetización influyen negativamente sobre el rendimiento en las diferentes pruebas neuropsicológicas, y dos, parece que el hecho de estar alfabetizado marca una diferencia significativa en el rendimiento cognitivo entre los dos tipos de personas analfabetas. En el capítulo 3, se explica de manera detallada cómo realizar la evaluación neuro-psicológica con esta población, desde la historia clínica, observación conductual, test neuropsicológicos para evaluar los principales procesos cognitivos, cuestionarios y técnicas para la valoración de la emoción, conducta y cambios en la personalidad; hasta la interpretación, reporte y devolución de resultados. En todos los apartados se hace énfasis en aspectos a tener en cuenta y recomendaciones para trabajar con esta población: cómo repercute la poca familiaridad que tienen con las evaluaciones formales en la motivación hacia las pruebas, las actitudes y reacciones que pueden tener hacia los profesionales de la salud y las recomendaciones para evitar propiciar una situación aversiva para el paciente, recomendaciones sobre cómo adaptar las pruebas o métodos estandarizados destinados a la evaluación de los aspectos cognitivos, emocionales y comportamentales, aspectos a tener en cuenta al momento de interpretar los resultados para evitar llegar a conclusiones erróneas acerca del diagnóstico y sugerencias para la comunicación efectiva de los resultados. El capítulo 4 explica con detenimiento la metodología utilizada para el estudio de baremación de 7 pruebas neuropsicológicas para población analfabeta de América Latina. El lector podrá después obtener toda la información relacionada con la metodología: características sociodemográficas de la población, criterios de inclusión/exclusión, tipo de muestreo y tamaño de la muestra, instrumentos aplicados, procedimiento seguido, análisis estadísticos para el cálculo de la validez de constructo y convergente, y la obtención de los datos normativos. Asimismo, el capítulo muestra los resultados relacionados con la estimación de la validez de constructo y validez convergente. Finalmente, se explica al lector mediante un ejemplo práctico cómo calcular los datos normativos aplicando el procedimiento de cuatro pasos y el uso de las tablas amigables. Los capítulos del 5 al 11 describen las siete pruebas neuropsicológicas a las que se le han obtenido datos normativos, esto es, Test de Copia y de Reproducción de Memoria de la Figura Geométrica Compleja de Rey, Test Modificado de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin, Test Breve de Atención, Test de Fluidez Verbal Semántica, Test de Denominación de Boston, Test de Símbolos y Dígitos, y Test de Aprendizaje Verbal de Hopkins-Revisado. En cada uno de los capítulos, se hace una descripción del test, las poblaciones clínicas en las que se ha aplicado, las variables que influyen en el rendimiento y los datos normativos que existen en la actualidad a nivel mundial dirigidos a población analfabeta, en caso de que existan. Después, se presentan los resultados de las regresiones lineales multivariantes y se explica con un ejemplo práctico cómo calcular el dato normativo mediante el 15 procedimiento de cuatro pasos o mediante el uso de tablas amigables que se presentan al final de cada capítulo. No existe mucha documentación sobre el analfabetismo y sus efectos en la cognición en la literatura científica a pesar de que se trata de una realidad relevante en muchas regiones del mundo, realidad asimismo notable en América Latina. Por ello, confiamos en que este libro ayude a los profesionales de la psicología y la neuropsicología que se dedican a la evaluación y diagnóstico de personas adultas a aumentar su conocimiento sobre el tema y ofrecer guías y baremos útiles para trabajar con esta población. Finalmente, los autores quieren agradecer a la Editorial El Manual Moderno por la oportunidad de poder publicar esta obra con ellos, así como a todas las instituciones, los colaboradores y a los evaluadores que participaron en la baremación de estas pruebas. Al mismo tiempo, queremos agradecer a cada uno de los participantes ya que sin su participación desinteresada no habría sido posible llevar a cabo este trabajo. Diego Rivera, PhD. Juan Carlos Arango Lasprilla, PhD. 16 17 Capítulo 1. Analfabetismo: una visión general Alejandra Morlett Paredes, Laiene Olabarrieta Landa, Daniela Ramos Usuga y Juan Carlos Arango Lasprilla 18 DEFINICIÓN E l analfabetismo es una palabra de origen latino (analphabetus) derivada del griego antiguo (αναλφάβητος, analfabeto), que por general se refiere a una persona que no puede leer ni escribir (analfabetismo, s.f.). El analfabetismo es reconocido mundialmente como uno de los problemas más graves que un país puede experimentar (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization; UNESCO, 2016). El analfabetismo se ha tomado como una enfermedad que hay que erradicar y cuyas tasas pueden dar una idea de la salud de un país (UNESCO, 1964). La importancia de la alfabetización radica, sobre todo, en el poder que da a los alfabetizados; esto es, poder para obtener información, comunicarse personalmente por escrito y desarrollarse dentro de contextos sociales que requieren de la habilidad para leer, escribir y entender como un requisito para participar activamente en los procesos y decisiones de la misma sociedad (Cope y Kalantzis, 1993). El término también se utiliza con frecuencia para etiquetar a las personas queson ignorantes o carecen de los conocimientos más básicos en cualquier campo (p. ej., tecnología, música, ciencia, ecología, salud, medio ambiente; Mulcahy, 2012). En 1978, la Conferencia General de la UNESCO declaró que una persona analfabeta es aquella que no es capaz de leer y escribir con comprensión suficiente una breve y simple exposición de hechos relativos a su vida cotidiana (UNESCO, 1978, p. 183). Una de las formas más puras de analfabetismo sería el analfabetismo absoluto, esto es, aquella persona que no es capaz de leer y escribir, y que nunca ha asistido a la escuela (Reis y Castro-Caldas, 1997). Esta comprensión general del concepto ocasiona desafíos metodológicos en materia de medición. Como tal, los expertos abandonaron la dicotomía alfabetizado vs. no alfabetizados en favor de un enfoque que considera la alfabetización como un proceso en curso, un continuum, que abarca desde el desarrollo de habilidades básicas, hasta habilidades lingüísticas y de comunicación más complejas que se desarrollan en una variedad de contextos sociales (UNESCO, 2010). En un inicio, el Programa de Evaluación y Monitoreo de la Alfabetización (LAMP, por sus siglas en inglés), la UNESCO y la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (ECLAC, por sus siglas en inglés) clasificaron a los individuos con cinco años o menos de educación formal como analfabetos (UNESCO, 2006). El Consejo Internacional de Educación de Adultos (ICAE, por sus siglas en inglés), sin embargo, define a la persona analfabeta como alguien de 15 años o más que no ha completado el segundo grado (ICAE, 2008). Por otro lado, la ECLAC ha declarado que una persona analfabeta es aquella con 12 años o menos de educación formal (Torres, 2009). De hecho, un estudio pionero sobre alfabetización realizado por UNESCO-OREALC a finales del decenio de 1990-99 en áreas urbanas de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Paraguay y Venezuela) proporcionó evidencia 19 empírica que confirma que cuatro años de educación no son suficientes para asegurar una capacidad de lectura y escritura utilizable y sostenible, y que lo que importa no es sólo el número de años de educación, sino también la calidad de ésta (Castro Ramírez, 1980; Infante, 2000). Para ampliar aún más las distintas definiciones de analfabetismo, el término analfabetismo funcional hace referencia a aquella persona que posee ciertas habilidades o funciones que no tienen quienes son analfabetas absolutas (Jiménez Castillo, 2007; Reis y Castro-Caldas, 1997). A pesar de que la definición de analfabetismo funcional es algo vaga y cruza con algunas de las definiciones de analfabetismo que se dieron antes, los analfabetas funcionales son personas que saben leer y escribir, pero no cumplen con un nivel mínimo de alfabetización (Functional Illiterate, s.f.). A veces, este grupo también se clasifica como analfabeto por desuso, porque incluso después de haber adquirido las destrezas básicas de lectura, escritura y cálculo, lo olvidan por falta de práctica y oportunidades (Barthe, 2016; Castro Ramírez, 1980; Infante, 1988; Morsy, 2013; Torres, 1995). El analfabetismo funcional frente al analfabetismo absoluto puede diferir en el sentido estricto de que el segundo implica la incapacidad de leer o escribir oraciones simples en cualquier idioma, mientras que un analfabeto funcional puede operar como miembro de la sociedad hasta cierto punto, con algún grado de corrección de estilo. Por ejemplo, un adulto que es considerado analfabeto funcional puede no ser capaz de resolver adecuadamente las tareas necesarias en la vida cotidiana, como completar una solicitud de empleo, entender un contrato, seguir instrucciones escritas, leer un artículo en un periódico, consultar un diccionario o entender un folleto con horarios de autobuses, pero puede ser capaz de interpretar las señales de tráfico o reconocer ciertos números al hacer compras (p. ej., los precios de los objetos o los alimentos comprados de forma regular; Chamorro, 2017). Algunas personas pueden incluso escribir sus nombres y tener un dominio básico de la lectura, mientras que su fluidez en la lectura o, en su caso, otras habilidades relacionadas con la alfabetización pueden ser mínimas o estar ausentes. En conclusión, el analfabetismo puede aludir a la falta de habilidades de lectura o a diferentes niveles de lectura y escritura con distintos niveles de comprensión (Vágvölgyi, Coldea, Dresler, Schrader y Nuerk, 2016). Por esta razón hay por lo menos dos tipos de personas analfabetas. El primero incluye individuos que nunca aprendieron a leer o escribir y tienen cero años de educación formal, comúnmente conocidos como analfabetos absolutos; el segundo tipo, el de los llamados analfabetos funcionales, incluye individuos que nunca han asistido a la escuela pero que tienen algún nivel de competencia escrita y, o lectora para hacer frente a las exigencias de la vida cotidiana. 20 ESTADÍSTICAS DEL ANALFABETISMO Durante más de 60 años, la UNESCO ha seguido el progreso de las naciones de todo el mundo con respecto al logro de aumentar las tasas de alfabetización de adultos, y aunque la alfabetización ha sido una prioridad en la agenda de desarrollo global en las décadas más recientes, los últimos datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) revelan que 750 millones de adultos son considerados analfabetas (UIS, 2016). En 2016, 102 millones de personas analfabetas tenían entre 15 y 24 años (véase la tabla 1-1). Tabla 1-1. Tasas globales de analfabetismo y población analfabeta adulta y joven en el 2016 Indicador Adultos (todos) Jóvenes Adultos Adultos mayores +15 años 15-24 años 25-64 años +65 años Población mundial analfabeta 750 millones 102 millones 506 millones 140 millones Población analfabeta, hombres 277 millones 44 millones 186 millones 46 millones Población analfabeta, mujeres 473 millones 58 millones 320 millones 94 millones Tasa de analfabetismo, hombres 37% 43% 37% 33% Tasa de analfabetismo, mujeres 63% 57% 63% 67% A pesar de que el analfabetismo en adultos ha ido disminuyendo constantemente en todos los países, según la última cifra de alfabetización, la mayoría no ha alcanzado la meta “Educación para Todos” consistente en reducir las tasas de analfabetismo en adultos entre 2000 y 2015 (UNESCO, 2016). En 2016, Asia meridional y Asia occidental siguieron siendo el hogar de casi la mitad de la población mundial analfabeta (49% contra 51% en 2005), seguidos de 26% en África subsahariana (frente a 21% en 2005), 10% en Asia oriental (frente a 14% en 2005), 9% en los Estados Árabes (frente a 8% en 2005) y 4.10% (frente a 5% en 2005) en América Latina (p. ej., México, América Central y del Sur) (UNESCO, 2016; UIS, 2016). A nivel mundial, se calcula que las tasas de alfabetización de adultos y jóvenes han crecido sólo 4% durante este periodo. En 2016, las tasas de analfabetismo entre los jóvenes (de 15 a 25 años) eran más bajas que las de la población adulta (de 25 a 64 años) y de adultos mayores (>65 años), reflejando el mayor acceso a la educación entre las generaciones más jóvenes (UIS, 2016). Sin embargo, las tasas de alfabetización de los jóvenes siguen siendo bajas en varios países, la mayoría en África subsahariana (véase la tabla 1-2), lo que sugiere problemas de acceso a la educación, abandono escolar prematuro, mala calidad de la educación o, en su caso, 21 limitado o nulo acceso a la tecnología. En septiembre de 2015, con la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, varios países se comprometieron a alcanzar un nuevo objetivo para el año 2030. Su meta es asegurar que todos los jóvenes y una proporción significativa de adultos logren las habilidades de lectoescritura y aritmética (UNESCO, 2016). Tabla 1-2. Porcentajes de personas analfabetas por país, de 2005 a 2016 País 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 Jóvenes Estados árabes6 7 7 7 8 8 8 8 7 7 7 6 Este de Asia 4 4 4 3 3 3 4 4 4 3 3 3 América Latina 2 2 2 2 2 2 2 2 2 1 1 1 Asia meridional 48 45 48 46 42 42 43 36 34 32 30 28 África subsahariana 32 33 35 42 36 37 35 35 35 34 34 34 Adultos Estados árabes 7 8 8 8 9 9 9 9 9 9 9 9 Este de Asia 10 10 9 8 8 8 9 9 8 8 8 7 América Latina 5 5 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 Asia meridional 56 55 55 55 55 54 55 54 53 54 54 53 África subsahariana 21 21 22 23 23 24 23 24 25 25 25 26 Adultos mayores Estados árabes 6 7 7 7 7 8 7 8 7 7 8 8 Este de Asia 36 34 29 30 28 28 28 27 27 26 25 25 América Latina 6 7 7 7 7 7 7 7 7 7 7 7 Asia meridional 35 36 39 39 40 39 40 40 41 42 42 43 África subsahariana 11 11 12 12 12 13 13 13 13 14 14 14 Dado que este estudio se centra en América Latina, las siguientes secciones ofrecerán estadísticas y problemas relacionados con el analfabetismo para individuos de países latinoamericanos, pero primero se presentan algunas de las similitudes que comparten todas estas naciones. El término “latino” se ha utilizado para identificar a una serie de grupos culturales o étnicos. Según el diccionario Merriam Webster, ser latino se relaciona con ser nativo o habitante de América Latina (que está compuesta por México, América Central y América del Sur), o con ser una persona de origen latinoamericano que vive en Estados Unidos de América (EUA) (Latino, s.f.). Aunque los latinos son, por lo general, un grupo heterogéneo, muchos comparten algunas características comunes, incluyendo el idioma, la situación socioeconómica, la religión y el nivel educativo. En primer lugar, la mayoría de los latinos hablan el español como su idioma principal (77% de la población; Spanish SEO, 2008). En segundo lugar, a pesar de que la desigualdad en los ingresos se ha reducido en los últimos años, América Latina sigue siendo la 22 región con mayor desigualdad del mundo y, como tal, muchas personas presentan desafíos socioeconómicos, incluyendo 29.2% de discapacitados viviendo en la pobreza en 2015 (contra 28.2% en 2012; Economic Commision for Latin America and the Caribbean, ECLAC, 2015). En tercer lugar, la mayoría de los latinos se identifican como católicos (69%), seguidos por protestantes (19%) y no afiliados (8%; Pew Research Center, 2014). Por último, más de 43 millones de latinoamericanos entre 15 y 29 años (31% de la población juvenil de la región) no han terminado la educación secundaria y no están matriculados en la escuela (ECLAC, 2016). Es importante señalar que las estadísticas específicas para algunos países latinoamericanos no están públicamente disponibles, por lo que en este documento se presentará información general y, cuando esté disponible, información individual. ESTADÍSTICAS DEL ANALFABETISMO: AMÉRICA LATINA Las tasas de analfabetismo en América Latina cayeron de 4.65% en 2005 a 4.13% en 2016 (UIS, 2016; véase la figura 1-1 para conocer las tasas de analfabetismo a lo largo de los años). Sin embargo, según datos recientes, el analfabetismo en los adultos mayores (65 años o más) se ha mantenido en 7% desde 2006 (véase la tabla 1-3) (UIS, 2016). La situación más apremiante se encuentra en la población adulta mayor en México, con un porcentaje estable de 19% entre 2005 y 2015. Sin embargo, también es importante mencionar que México tiene el mayor número de adultos (14% de 2005 a 2015) y jóvenes (13% de 2005 y 2015) analfabetos de todos los países encuestados por la UNESCO (UIS, 2016). La figura 1-1 es una representación visual de la población adulta total (+15 años) en varios países latinoamericanos que muestra claramente las tasas de analfabetismo sobresalientes de México en comparación con el resto de los países. Aun así, el nivel constante de analfabetismo entre la población adulta obliga a reforzar las políticas específicas de alfabetización y educación para todos aquellos que por alguna razón se vieron obligados a interrumpir sus trayectorias educativas (véase la tabla 1-4 para conocer la tasa de analfabetismo entre jóvenes, adultos y adultos mayores por país). En general, las personas que viven en los países en desarrollo tienden a ser pobres (Chen y Ravallion, 2008), tienen una esperanza de vida más corta (Philipson y Soares, 2005), mayores índices de analfabetismo (UNESCO, 2016), falta de atención sanitaria de calidad (Peters et al., 2008) y falta de educación de calidad (Gordon, 2003; Winkler y Gershberg, 2000). 23 Figura 1-1. Población de analfabetismo entre todos los adultos (+15 años) por país. Tabla 1-3. Porcentajes de analfabetismo en América Latina Indicador 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 Jóvenes 2.40 2.37 2.24 2.04 2.14 1.79 1.66 1.68 1.41 1.35 1.28 Adultos 4.65 4.42 4.36 4.29 4.39 4.00 4.06 4.08 3.87 3.79 3.69 Adultos mayores 6.58 6.94 6.93 7.11 7.48 7.36 7.25 7.35 7.30 7.34 7.27 Tabla 1-4. Población analfabeta entre jóvenes, adultos y adultos mayores por países de América Latina País Jóvenes Adultos Adultos mayores 15-24 años 24-64 años +65 años Argentina 48 105 340 191 232 904 Chile 26 452 272 477 203 579 Colombia 121 588 1 255 798 669 881 Costa Rica 7 166 51 445 669 881 Ecuador 27 856 341 525 254 802 El Salvador 25 389 332 773 176 851 Guatemala 186 110 1 281 939 382 452 Honduras 68 859 390 588 136 888 México 245 994 2 781 622 1 886 258 24 Nicaragua 154 300 488 073 116 800 Panamá 14 900 87 035 47 100 Paraguay 22 386 114 695 74 918 Perú 62 100 808 405 496 411 Uruguay 5 570 19 897 146 82 Venezuela 68 340 336 354 241 937 Fuente: UIS, 2016. ESTADÍSTICAS DEL ANALFABETISMO: DIFERENCIAS POR SEXO EN AMÉRICA LATINA Las tasas globales de analfabetismo han ido disminuyendo con el tiempo, pero las mujeres siguen constituyendo la mayoría de los adultos analfabetos en todas las regiones, lo que representa 473 millones de la población adulta mundial analfabeta (UIS, 2016). De los 750 millones de adultos (≥15 años) analfabetos en el mundo, 31 millones se encuentran en América Latina (véase la tabla 1-5; UIS, 2016). En América Latina, los hallazgos sugieren que hay poca o ninguna diferencia entre las tasas de analfabetismo entre los jóvenes y los adultos en función de su índice de paridad de género (IPG), que es de 1.00 para ambos y de 0.95 para los ancianos (un valor de IPG entre 0.97 y 1.03 se interpreta generalmente como indicador de paridad de género). Sin embargo, por país, los datos muestran que la mayoría de las tasas de analfabetismo en las mujeres adultas mayores están por encima de las de los hombres en México (20%), Perú (7%), Bolivia (3%) y Ecuador (3%; véase la tabla 1-6; UIS, 2016). Un informe presentado por la UNESCO estima que las mujeres jóvenes más pobres de los países en desarrollo podrían no lograr la alfabetización hasta el año 2072 (UNESCO, 2014). Aunque existe un consenso general respecto a que la brecha de género basada en las tasas de analfabetismo es mínima, en el caso de los pueblos indígenas de América Latina ocurre lo contrario, puesto que 56% de las mujeres son analfabetas frente a 41% de los hombres (Hane- mann, 2005). Sin embargo, en naciones como Bolivia y Perú donde hay un gran número de poblaciones indígenas (que son comunidades que viven dentro o están unidas a hábitats tradicionales o territorios ancestrales geográficamente distintos a los actuales y que se identifican como parte de un grupo cultural diferente, descendiente de los grupos presentes en el área antes de que los estados modernos fueran creados y las fronteras actuales definidas), las tasas de analfabetismo entre las mujeres son casi tres veces más altas que las de los hombres (UNESCO, 2004). Tabla 1-5. Índices de analfabetismo por género en América Latina entre jóvenes, adultos y adultos mayores Indicador Adultos (todos) Jóvenes Adultos Adultos mayores >15 años 15-24 años 24-64 años <65 años 25 Población analfabeta, América Latina 31 millones (4.13%) 2 millones (2%) 19 millones (4%) 10 millones (7%) Población analfabeta, América Latina (mujeres) 17 millones (55%) 765 mil (2%) 10 millones (52%) 6 millones (60%) Poblaciónanalfabeta, América Latina (hombres) 14 millones (45%) 1 millón (51%) 9 millones (47%) 4 millones (40%) Tabla 1-6. Porcentaje de analfabetismo por género en América Latina Mujeres jóvenes Hombres jóvenes Mujeres adultas Hombres adultos Mujeres adultas mayores Hombres adultos mayoresPaís Argentina 0.10% 0.22% 1.53% 2.08% 2.38% 2.25% Bolivia 0.04% 0.05% 2.35% 0.65% 2.83% 1.41% Chile 0.07% 0.10% 1.30% 1.58% 2.05% 2.02% Colombia 0.26% 0.55% 5.97% 7.32% 6.38% 7.18% Costa Rica 0.02% 0.03% 0.24% 0.30% 0.30% 0.18% Ecuador 0.09% 0.11% 1.96% 1.58% 2.77% 2.22% El Salvador 0.06% 0.11% 2.12% 1.34% 1.88% 1.61% Guatemala 0.65% 0.54% 8.81% 4.46% 4.11% 1.51% Honduras 0.14% 0.32% 2.06% 2.16% 1.32% 1.44% México 0.66% 0.95% 16.69% 12.37% 19.79% 17.46% Nicaragua 0.38% 0.64% 2.65% 2.48% 1.10% 1.28% Panamá 0.05% 0.05% 0.50% 0.41% 0.41% 0.56% Paraguay 0.05% 0.10% 0.65% 0.55% 0.78% 0.71% Perú 0.21% 0.19% 5.89% 2.18% 6.58% 2.54% Uruguay 0.01% 0.03% 0.07% 0.14% 0.12% 0.19% Venezuela 0.15% 0.31% 1.78% 2.15% 2.51% 2.29% Las transformaciones demográficas que se están produciendo en América Latina son parte del proceso de cambio económico y social que la región ha experimentado en las últimas décadas y plantean desafíos importantes para el futuro. Cuando un país se enfrenta a problemas de desnutrición, educación, salud, deterioro ambiental, delincuencia, violencia, abuso sexual y violación, sus orígenes se deben probablemente a la falta de calidad de la educación (Freire, 1996). Las siguientes secciones discutirán varios factores que están asociados con el analfabetismo. 26 FACTORES ASOCIADOS AL ANALFABETISMO ANALFABETISMO Y POBREZA Una de las principales características del analfabetismo es que ocurre en poblaciones de bajos recursos económicos. Aunque la desigualdad de ingresos en América Latina ha disminuido en los últimos años y se ha logrado un éxito considerable en la reducción de la extrema pobreza en la última década, esta zona sigue siendo una de las más desiguales del mundo (véase la figura 1-2; Bárcena- Ibarra y Byanyima, 2016). En 2014 se informó que 10% de la población latinoamericana más rica había reunido 71% de la riqueza de la región (Bárcena- Ibarra y Byanyima, 2016). Si esta tendencia continúa, en seis años 1% de la población más rica de la región habrá acumulado más riqueza que el restante 99% (Bárcena-Ibarra y Byanyima, 2016). La pobreza es un concepto multidimensional, ya que no sólo se ocupa de los aspectos económicos, sino también de la inclusión de aspectos no materiales y ambientales. Lamentablemente, la mayor consecuencia del analfabetismo es la persistencia de la pobreza y la desigualdad social. En los casos de extrema pobreza, los niños tienen que trabajar para contribuir al apoyo familiar (McEwan, 2004) o sólo pueden asistir a los primeros seis años de educación primaria, que son los únicos requeridos en América Latina (Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina, SITEAL, 2015). Por otro lado, también se ha observado que una buena proporción de personas analfabetas viven en áreas remotas y rurales donde el acceso a la educación puede ser limitado (Gardiner, 2008; López y Valdés, 2010). Curiosamente, éstos son los lugares donde habitualmente vive un mayor número de grupos indígenas (Villalba, 2013). La disponibilidad de mano de obra, en especial entre los niños indígenas, es casi cuatro veces mayor que entre los no indígenas. Además, 31.2% de los niños indígenas entre 9 y 11 años trabajan, en comparación con 8.4% de los niños no indígenas (Gigler, 2009). 27 Figura 1-2. América Latina como una de las regiones más desiguales del mundo En todo el mundo la población indígena tiende a sufrir múltiples formas de exclusión que se derivan de factores históricos, como la colonización, y de la discriminación política, económica y social actual (Galabuzi, 2004; Hooker, 2005). Ello ha dado como resultado mayores niveles de pobreza, analfabetismo y menor esperanza de vida en este grupo (Hanemann, 2005). Los indígenas constituyen 11% de la población total de América Latina, esto es, 50 millones de personas (Brea, 2003; Montenegro y Stephens, 2006). Sin embargo, cabe destacar que no son siempre la minoría en sus países, como sucede en Bolivia y Guatemala, donde más de la mitad de la población se asume indígena (UNDP, 2004). En este contexto, el analfabetismo puede considerarse un problema importante que afecta, sobre todo, a quienes viven en zonas rurales/remotas, que también pueden formar parte de grupos indígenas. ANALFABETISMO Y EDUCACIÓN Otra característica del analfabetismo es la relación que existe entre el aumento de la educación básica y la reducción de las tasas de analfabetismo (que puede decirse que depende casi enteramente de la acción del estado/gobierno). Como se ha descrito con anterioridad, a pesar de que América Latina ha logrado progresos notables en la última década en términos de aumento de los niveles de alfabetización entre los jóvenes, todavía menos de un tercio de los jóvenes (43 millones de los 163 millones que viven en América Latina) de 25 a 29 años no han 28 recibido ningún tipo de educación en un colegio, universidad o escuela superior de enseñanza (ECLAC, 2016). La falta de educación básica a una edad temprana no es la única fuente de analfabetismo; el abandono escolar es también un factor importante que eleva sus tasas en muchas regiones del mundo, incluyendo América Latina (ECLAC, 2016). Desde una perspectiva económica, se ha demostrado que la falta de alfabetización y educación se vincula de manera significativa con los ingresos (Riveros, 2005). Por ejemplo, en América Latina, los ingresos y la escolaridad están fuertemente correlacionados. Los jóvenes que no completan al menos su educación básica (p. ej., la escuela primaria) tienen menos probabilidades de obtener empleos lo suficientemente buenos como para evitar la pobreza (Goicovic, 2002). Mientras que las personas analfabetas absolutas y las funcionales terminan su vida laboral con un ingreso medio similar o un poco superior al de sus primeros años de empleo, las personas alfabetizadas que llegan a la educación secundaria inferior (8 a 9 años de educación) o completan su educación secundaria superior (11 a 12 años de educación) terminan su vida laboral con un ingreso promedio 2 o 3 veces mayor que el de sus primeros años (Martínez y Fernández, 2010). Los ingresos de los que tienen educación superior son superiores a los obtenidos por los analfabetos. El problema de la falta de educación es que se observa sobre todo entre los más desfavorecidos, donde los individuos de hogares pobres y vulnerables abandonan la escuela antes que sus pares de los hogares más acomodados, con lo que aumenta el analfabetismo (Solórzano-Benítez, 2007). Se ha informado que el promedio de años de educación en las zonas rurales es de 4.4 años, frente a 9.2 en las zonas urbanas (Torres, 2009). Además, en muchas de estas áreas desfavorecidas, la enseñanza no cumple con los requisitos mínimos y, por lo tanto, los beneficios del aprendizaje son muy escasos (Puryear, 2015), incrementando así el problema del analfabetismo. Por ejemplo, las zonas rurales sufren a menudo de una educación de baja calidad y se enfrentan a una escasez de maestros, materiales didácticos y escolares adecuados. Por esta razón, los programas de alfabetización son fundamentales para estas personas; su objetivo es enseñar a los individuos a leer y escribir y, en consecuencia, contribuir a la socialización e integración a su comunidad y a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, Educación para Todos de la UNESCO tiene como fin aumentar la educación primaria, la alfabetización de los adultos, la paridad de género y la equidad educativa en el mundo (UNESCO, 2016). Respecto a la educación, vale la pena mencionar que América Latina aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar los estándares de muchas partes del mundo desarrollado. Por ejemplo, los resultados del Programa de Evaluación Internacionalde Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), que es una prueba compuesta por tres áreas temáticas, matemáticas, ciencias y lectura, que los estudiantes de 15 años realizan cada tres años), revelaron que América Latina y el Caribe se sitúan de nuevo en el nivel más bajo de la clasificación internacional sobre la calidad de la educación en las tres áreas temáticas (The Organization for Economic Co-Operation and Development, OECD, 2016a). En ciencias, por ejemplo, América Latina ocupa el tercio inferior de los países, con Chile en la posición 44, seguido por Uruguay (en el lugar 47), Colombia (lugar 57), México (58), Brasil (63), Perú (64) y República 29 Dominicana ocupando el último puesto (en la posición 70; OECD, 2016a). Se observaron clasificaciones similares del PISA para las áreas de matemáticas y lectura (véase la tabla 1-7). Tabla 1-7. Ranking de las puntuaciones de lectura y matemáticas, PISA 2015 Ranking en lectura Ranking en matemáticas 38. CABA (Argentina) 42. CABA (Argentina) 42. Chile 48. Chile 46. Uruguay 51. Uruguay 51. Costa Rica 53. Trinidad y Tobago 52. Trinidad y Tobago 56. México 54. Colombia 59. Costa Rica 55. México 61. Colombia 59. Brasil 62. Perú 63. Perú 65. Brasil 66. República Dominicana 70. República Dominicana *Ranking del 1 al 70 ANALFABETISMO Y EMPLEO Aunque la economía en América Latina creció más lentamente en 2011 que en 2010, hubo algunas mejoras importantes en el frente laboral. La tasa de desempleo cayó de 7.3% en 2010 a 6.7% en 2011 (ECLAC, 2012). Sin embargo, las personas analfabetas constituyen un grupo que enfrenta serios problemas de empleabilidad debido a su bajo nivel de conocimiento y experiencia por falta o baja educación. Esta desventaja se puede atribuir a la carencia de educación formal causada por el abandono prematuro de la escuela para ingresar al mercado de trabajo o por la pérdida de la capacidad de leer y escribir con el tiempo (Hanemann, 2005; Martínez y Fernández, 2010). Por ejemplo, los jóvenes que no terminan la escuela primaria tienen menos posibilidades de obtener un empleo con calidad suficiente como para evitar la pobreza (Goicovic, 2002). Es importante señalar que tanto el sector público como las empresas privadas exigen ahora un diploma de escuela secundaria incluso para trabajos manuales, lo cual es problemático en regiones como América Latina, donde menos de un tercio de la población ha terminado los estudios secundarios (OECD, 2016b). Por ejemplo, en un país como México (la undécima mayor economía del mundo; Pariona, 2017) menos de la mitad de los jóvenes (44%) han terminado sus estudios secundarios (OECD, 2014), dando lugar a que el analfabetismo aumente sus efectos negativos sobre su futuro empleo. 30 Entre la población empleada, las personas analfabetas cuentan con menos probabilidades de tener un contrato de trabajo (Martínez y Fernández, 2010). Sin embargo, un estudio de la UNESCO encontró que tener cuatro años de educación duplica la probabilidad de obtener un contrato de trabajo en algunos países de América Latina, produciéndose un aumento sustancial para quienes terminan la educación secundaria superior (Martínez y Fernández, 2010). Además, las personas analfabetas tienen poca conciencia de sus derechos y deberes y, por lo tanto, pueden estar inclinadas a aceptar contratos de trabajo más peligrosos y de baja calidad (Martínez y Fernández, 2010). En América Latina, alrededor de 46% de las personas están empleadas en el sector informal, es decir, ocupan empleos como jornaleros, vendedores ambulantes, recolectores de desechos, etc. (Martínez y Fernández, 2010). El analfabetismo, como problema, reduce los ingresos que un individuo podría obtener en el transcurso de su vida laboral. Al carecer de las habilidades necesarias para los trabajos más avanzados, los individuos analfabetos están básicamente limitados en lo que se refiere a puestos o empleos mejor pagados (Martínez y Fernández, 2010). En algunos países de América Latina, la tasa de desempleo tiende a subir relativamente a medida que disminuye la educación (Martínez y Fernández, 2010). Por lo tanto, debería considerarse el impacto del analfabetismo en la calidad del empleo para eliminar no sólo un problema social, sino un problema económico. ANALFABETISMO Y CRIMEN El analfabetismo no es una causa directa de la conducta delictiva, pero se sabe que el bajo nivel educativo (p. ej., el número de años de educación) y la delincuencia están estrechamente relacionados (Colclough et al., 2005; Klein, 1998). Más de 60% de todos los reclusos y casi 85% de los menores que se encuentran en juicio en el sistema de tribunales juveniles son analfabetos funcionales o tienen habilidades de lectura y escritura por debajo de los niveles básicos (Snowling, Adams, Bowyer- Crane y Tobin, 2000). Los que siguen siendo analfabetos al momento de su liberación tienen una alta probabilidad de reincidencia, lo que supone un alto costo para la economía en términos de mantenimiento de las cárceles, administración de los tribunales y administración del sistema de justicia (World Literacy Foundation, 2015). La educación es comúnmente considerada una inversión de capital humano que aumenta las oportunidades de trabajo en el futuro y, por lo tanto, disminuye la participación en el crimen. Algunos estudios han sostenido que el logro educativo reduce los niveles de delincuencia (Groot y Van den Brink, 2010), otros reportan que el apoyo a programas de finalización de la escuela secundaria puede reducir después el crimen (Fella y Gallipoli, 2014), mientras que otros concluyen que las mejores escuelas tienden a reducir las tasas de morosidad y de condenas por delitos mayores (Lochner, 2011). Estas investigaciones sugieren que al invertir en la educación (y en su calidad) los países pueden proporcionar una sociedad más capacitada y ahorrar significativamente los costos sociales de los crímenes, lo cual puede implicar a muchas personas analfabetas (o con baja escolaridad). 31 ANALFABETISMO Y SALUD La alfabetización en salud se ha definido como “el grado en que las personas tienen la capacidad de obtener, procesar y comprender la información y los servicios básicos de salud necesarios para tomar las decisiones de salud apropiadas” (U.S. Department of Health and Human Services, 2000). Existe un creciente número de investigaciones sobre la baja alfabetización y su asociación con desenlaces negativos (DeWalt, Berkman, Sheridan, Lohr y Pignone, 2004). Estos resultados se han asociado con visitas de hospitalización más frecuentes (Baker et al., 2002; Baker, Parker, Williams y Clark, 1998); mayores tasas de uso de los servicios de salud, mayor prevalencia de síntomas depresivos y ansiedad (Quintanilla y García, 2013; Kessler et al., 2003; Rowlands et al., 2013); una salud más pobre (Weiss, Hart, McGee y D’Estelle, 1992), tanto mental como física (Lincoln et al., 2006); menor conocimiento y peores prácticas de prevención en aquellas personas con enfermedades crónicas como la diabetes (Rothman et al., 2004; Schillinger et al., 2002); enfermedades del corazón (Müller Ricardi, 2003), asma (Paasche-Orlow, Brancati, Rand y Krishnan, 2003; Williams, Baker, Honig, Lee y Nowlan, 1998) y cáncer (Davis et al., 1996; Scott, Gazmararian, Williams y Baker, 2002; Sharp, Zurawski, Roland, O Toole y Hines, 2002). Las personas analfabetas o quienes tienen conocimientos muy básicos en lectura y escritura enfrentan grandes dificultades para comprender y, en consecuencia, para poner en práctica mensajes destinados a promover comportamientos saludables y prevenir riesgos en diferentes áreas de la vida cotidiana (Dexter, LeVine y Velasco, 1998). Las investigaciones también han argumentado que existen limitaciones en el conocimiento y prácticas que rodean al autocuidado, en especial en las mujeres, lo que genera problemas en su salud, higiene y nutrición (UNESCO, 2006). Los efectos del analfabetismo en la dimensión de la salud pueden observarse en el hogar (en general y también concretamenteen la relación madre/hijo), en el trabajo y en el comportamiento sexual y reproductivo. La pobreza, la inseguridad alimentaria y el analfabetismo son las tres principales causas de malnutrición (Beal, Massiot, Arsenault, Smith y Hijmans, 2017). Un bajo nivel educativo de la madre se ha asociado con malas prácticas de alimentación, lo que conduce a la desnutrición (Tette et al., 2016). Se ha comprobado que las mujeres alfabetizadas o que participan en programas de alfabetización tienen mayor conocimiento y mejor comportamiento en temas de salud que las mujeres analfabetas, quienes tienden a tener prácticas inadecuadas de nutrición e higiene en su hogar, así como menos probabilidades de adoptar medidas preventivas de salud tales como vacunas y controles, entre otras (Burchfield, Hua, Iturry y Rocha, 2002; Galgamuwa, Iddawela, Dharmaratne y Galgamuwa, 2017; UNESCO, 2006). Por ejemplo, en Nicaragua se ha demostrado que las tasas de mortalidad infantil disminuyen en las familias cuyas madres han participado en programas de alfabetización, y aún más cuando alcanzan por lo menos la educación primaria (Sandiford, Cassel, Montenegro y Sánchez, 1995). En Bolivia se ha comprobado que los programas de 32 alfabetización tienen un efecto significativo en la adquisición de buenos hábitos y conocimiento sobre el cuidado de la salud (Burchfield et al., 2002). Las investigaciones han demostrado que las niñas con bajos niveles de educación presentan un mayor riesgo de estar desnutridas, mayor probabilidad de convertirse en madres desnutridas y, por lo tanto, corren mayor riesgo de dar a luz bebés de bajo peso (Özaltin, Hill y Subramanian, 2010). Sin embargo, estos bebés y niños no sólo corren un mayor riesgo de subdesarrollo mental y físico debido a la desnutrición, sino que también pueden sufrir un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares durante su vida adulta (Khademi y Jahanlou, 2015; Vorster y Kruger, 2007). En relación con la salud sexual y reproductiva, la desinformación es uno de los problemas más importantes en las personas analfabetas. Entre muchas cosas, ser analfabeta aumenta la probabilidad de tener comportamientos sexuales de alto riesgo debido a la falta de conocimiento sobre la salud sexual y reproductiva, y al uso inapropiado de métodos anticonceptivos (Vandemoortele y Delamonica, 2000). Las investigaciones han comprobado que la educación superior está relacionada con un menor riesgo de infecciones por VIH (Glynn et al., 2004; Walque, Nakiyingi- Miiro, Busingye y Whitworth, 2005). Por ejemplo, un estudio en el que participaron mujeres de 32 países mostró que las mujeres alfabetizadas tienen cuatro veces más probabilidades de saber cómo protegerse contra el sida que las personas analfabetas (Vandemoortele y Delamonica, 2000). Un segundo estudio informó que los hombres que participaban en relaciones sexuales sin protección tenían menos educación que sus homólogos más educados (Kelly et al., 1995). Estos hallazgos indican que los esfuerzos de prevención del VIH/sida son necesarios para hombres y mujeres con un enfoque particular en los individuos menos educados. Por otra parte, las personas analfabetas (en función del puesto de trabajo) tienen una mayor probabilidad de sufrir accidentes de trabajo, lo que podría deberse a la falta de comprensión de las instrucciones escritas al utilizar determinadas máquinas o de las normas de seguridad necesarias para cumplir sus tareas diarias, lo cual pone en riesgo su salud y la del resto de sus colegas (ECLAC, 2005). El analfabetismo en el lugar de trabajo es difícil de detectar, ya que los trabajadores analfabetos son a menudo capaces de ocultar sus deficiencias (Ford, 1992). La falta de uso de equipo de seguridad aumenta la prevalencia de accidentes de trabajo, pero también la probabilidad de lesiones relacionadas con éste (p. ej., traumatismos craneoencefálicos, lesiones de la médula espinal, entre otros). Muchos estudios han demostrado que el analfabetismo y un bajo nivel educativo son los determinantes principales de la prevalencia de la demencia y son importantes factores de riesgo para el deterioro cognitivo (Anstey et al., 2010; Contador et al., 2017; Jia et al., 2014; Teresi, Grober, Eimicke y Ehrlich, 2012; Zhang et al., 1990). En América Latina se ha informado que la prevalencia de demencia es el doble en la población analfabeta en comparación con la población alfabetizada (Nitrini et al., 2009). Se ha detectado una serie de factores asociados a una mayor prevalencia de demencia entre las poblaciones analfabetas, como la baja reserva cognitiva y el pobre control de los factores de riesgo de la enfermedad cerebrovascular (Bonaiuto et al., 1990; Caramelli et al., 1997; Dartigues et al., 33 1991; Hill et al., 1993; Liu et al., 1994; Mortimer, 1988; Rocca et al., 1990; Stern et al., 1994), que pueden conducir a un accidente cerebrovascular, específicamente en esta población (Khedr et al., 2013; Wang et al., 2014). Según la teoría de la reserva cognitiva, la educación proporciona operaciones cognitivas más eficientes, lo que permite a los individuos manejar mejor el daño cerebral, retrasando la aparición de la demencia (Amieva et al., 2014; Stern, 2006). En conclusión, los individuos analfabetos tienen más probabilidades que sus homólogos alfabetizados de tener una peor calidad de trabajo, así como más problemas médicos que a su vez están relacionados con su salud física y mental. Además, esta población presenta mayor riesgo de sufrir accidentes o, en su caso, trastornos neurológicos, aumentando así la probabilidad de padecer alteraciones cognitivas y emocionales, y la necesidad de utilizar servicios de salud y psicológicos, como evaluaciones neuropsicológicas, diagnóstico o, en su caso, rehabilitación. REFERENCIAS Amieva, H., Mokri, H., Le Goff, M., Meillon, C., Jacqmin-Gadda, H., Foubert-Samier, A., & Dartigues, J.F. (2014). Compensatory mechanisms in higher-educated subjects with Alzheimer’s disease: a study of 20 years of cognitive decline. Brain, 137(4),1167-1175. Anstey, K.J., Burns, R.A., Birrell, C.L., Steel, D., Kiely, K.M., & Luszcz, M.A. (2010). Estimates of probable dementia prevalence from population-based surveys compared with dementia prevalence estimates based on meta-analyses. BMC Neurology, 10(1),62. Baker, D.W., Gazmararian, J.A., Williams, M.V., Scott, T., Parker, R.M., Green, D., & Peel, J. (2002). 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Asimismo, las funciones cognitivas reflejan aquellos cambios que tienen lugar en las estructuras del cerebro (Kolb y Whishaw, 1998). Al comparar personas analfabetas y personas alfabetizadas, se han encontrado diferencias cerebrales que parecen ser producto de la exposición a los procesos de aprendizaje asociados a la escolaridad y habilidades de lectoescritura. Además, la representación del lenguaje hablado se ve alterada por el aprendizaje de la lectura y la escritura (Ardila et al., 2010; Ardila, Ostrosky-Solís y Mendoza, 2000a; Ardila, Ostrosky-Solís, Rosselli y Gómez, 2000b; Ostrosky-Solís, Ramírez y Ardila, 2004), corroborando así que el cerebro se adapta a medida que procesa información del entorno. 41 LATERALIZACIÓN Los estudios acerca de la dominancia cerebral sugieren información mixta acerca de las similitudes y diferencias de la organización del lenguaje en personas analfabetas y alfabetizadas. Por ejemplo, estudios conducidos por Lecours et al. (1987; 1988) sugieren que existe una mayor participación del hemisferio derecho en funciones lingüísticas en personas analfabetas que en alfabetizadas. Esto se concluyó al estudiar a individuos analfabetos y alfabetizados con daño cerebral en el hemisferio izquierdo y observar que los síndromes afásicos clásicos se presentan de manera más severa en personas alfabetizadas con daño cerebral en el hemisferio izquierdo que en analfabetas con lesiones similares. Por otro lado, un grupo de autores no encontró evidencia de estas diferencias al estudiar a personas analfabetas y alfabetizadas con daño cerebral en el hemisferio izquierdo y afasias. Estos autores encontraron que 63% de los pacientes alfabetizados y 67% de los analfabetos presentaban afasia (Damasio, Castro-Caldas, Grosso y Ferro, 1976a; Damasio, Hamsher, Castro-Caldas, Ferro y Grosso, 1976b). Un estudio funcional utilizando tomografía por emisión de positrones (PET) concluyó que existen diferencias en áreas de activación cerebral durante tareas lingüísticas entre personas analfabetas y alfabetizadas. Al pedirle a los participantes que repitieran palabras y pseudopalabras, se observó que las áreas de activación homóloga en el lóbulo parietal eran diferentes entre ambos grupos. Las áreas superiores del lóbulo parietal se encontraron más activas en el lado izquierdo que en el derecho en personas analfabetas, mientras que sucedió lo contrario en las áreas inferiores del lóbulo parietal y el precúneo (Castro-Caldas, Petersson, Reis, Askelof e Ingvar, 1998a). Otro estudio realizado por Deloche, Souza, Braga y Dellatolas (1999) utilizó resonancia magnética funcional para evaluar la activación cerebral mientras personas analfabetas y alfabetizadas realizaban una tarea de aproximación de magnitud numérica. Por ejemplo, una de las preguntas consistía en decidir si 10 personas en un carro estándar representaban un número alto, bajo o promedio. Los resultados mostraron que en personas alfabetizadas se activaban exclusivamente áreas en el hemisferio derecho, incluyendo los lóbulos izquierdo frontal, parietal inferior y temporal. En cambio, en personas analfabetas se activaban áreas en ambos hemisferios, en particular en los lóbulos temporal y occipital. Los participantes analfabetos expresaron haber utilizado estrategias visuales al momento de hacer la estimación, lo cual puede explicar la activación del lóbulo occipital, mientras que los participantes alfabetizados emplearon el pensamiento abstracto para resolver el ejercicio (Ardila et al., 2010). Según Petersson, Silva, Castro-Caldas, Ingvar y Reis (2007), estas diferencias se pueden atribuir a la posibilidad de que la lateralización no sea un fenómeno global sino regional y que las diferencias hemisféricas que se han observado son dependientes de la prueba que el individuo esté realizando. 42 DIFERENCIAS NEURONALES Y ANATÓMICAS Un estudio de Jacobs, Schall y Scheibel (1993) evaluó la morfología de las dendritas en el área de Wernicke, asociada con la comprensión de lenguaje, en 20 sujetos diestros sin disfunciones neurológicas. Estos autores encontraron que a medida que el nivel de educación incrementaba, la longitud de las neuronas era mayor. Varios estudios han sugerido que la cantidad de materia blanca en el cuerpo calloso, la cual conecta ambos hemisferios, es mayor en personas alfabetizadas y más delgada en analfabetas (Castro-Caldas, 2004; Petersson et al., 2007). El cerebro de las personas analfabetas se ha desarrollado sin la experiencia
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