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EL PODER MATERNO 2013

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EL PODER 
MATERNO 
 
 
 
 
 
 
DR. JORDI TORRES LATORRE 
 
 
 
 
 
 
 
 
©Jordi Torres Latorre 
 
Llantén número 26 Col. Xotepingo, Coyoacán C.P. 04610 
México, D.F. 
 
Primera edición. 2013 
 
ISBN 978-607-00-7490-5 
 
Derechos reservados © Jordi Torres Latorre 
 
Portada y contraportada: "Mamá" Acuarela y acrílico de 
Juan Sebastián González Méndez. 
raperkaper@hotmail.com 
 
 
 
DR. JORDI TORRES LATORRE 
Tel. 55 24 27 79 77 
jorditol@hotmail.com 
www.jorditorreslatorre.com 
 
 
 
 
5 
 
INDICE 
 
PROLOGO……………………………………………………………………. 7 
LA MADRE…………………………………………………………………... 8 
LA MADRE POSESIVA……………………………………………………… 12 
LA BRUJA……………………………………………………………………. 12 
EL MIEDO AL MUNDO FUERA DE CASA…………………………………. 15 
EMMA………………………………………………………………………... 15 
MARCELA……………………………………………………………………. 22 
CLAUDIA…………………………………………………………………….. 24 
DR. SAMUEL H. …………………………………………………………….. 26 
DR. JOSE ANTONIO F. ……………………………………………………... 28 
UNA HISTORIA MAS………………………………………………………... 29 
LA SEDUCCION……………………………………………………………... 30 
RODOLFO……………………………………………………………………. 31 
LA DEVALUACION………………………………………………………….. 35 
RAQUEL……………………………………………………………………… 35 
VERONICA…………………………………………………………………… 41 
LA CULPA……………………………………………………………………. 51 
IRMA…………………………………………………………………………. 51 
LOS SUEÑOS………………………………………………………………… 55 
ALICIA……………………………………………………………………….. 58 
ANTONIO……………………………………………………………………. 65 
SANDRA……………………………………………………………………... 75 
GABRIELA…………………………………………………………………… 78 
JOEL………………………………………………………………………….. 79 
LA PROYECCION DE IMAGENES…………………………………………. 82 
ANTECEDENTES…………………………………………………………… 82 
LA IMAGEN………………………………………………………………….. 83 
LA IMAGEN DE MAMA…………………………………………………….. 84 
EL MATRIMONIO Y LA PROYECCION DE IMAGENES……………..…. 85 
LUPITA Y RAFAEL………………………………………..…………..……. 86 
ANGELICA Y FRANCISCO……………………………………..………...… 90 
 
 
 
mailto:raperkaper@hotmail.com
mailto:jorditol@hotmail.com
http://www.jorditorreslatorre.com/
6 
 
SOFIA…………………………………………………………………….. 98 
EDUARDO Y SILVIA……………………………………………………. 100 
MANUEL……………………………………………………………….… 103 
LA PARANOIA Y LA PROYECCION DE IMAGENES…………...……. 107 
RAMIRO……………………………………………………………….… 109 
GEORGINA……………………………………………………………… 111 
JUAN…………………………………………………………………..…. 114 
RAYMUNDO………………………………………………………….…. 116 
LA HOMOSEXUALIDAD Y LA PROYECCION DE IMAGENES……… 118 
ARMANDO…………………………………………………………….…. 120 
ABEL…………………………………………………………………...... 127 
LEOPOLDO……………………………………………………………… 132 
LA MUJER LESBIANA Y LA PROYECCION DE IMAGENES…….…. 137 
VOY A CONTAR ALGUNAS HISTORIAS REALES…………..……… 138 
LORENA…………………………………………………………………. 141 
MARIA LUISA………………………………………………………….. 143 
ROSAURA………………………………………………………………. 146 
CONCLUSIONES……………………………………………………..... 150 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
PRÓLOGO 
 
 
Un día saliendo del consultorio después de ver a un 
matrimonio que discutían por la misma razón inconsciente 
por la cual pelean la mayoría de los matrimonios, pensé: 
"Esto es demasiado frecuente y no se conoce, tengo que darlo 
a conocer de algún modo... La única forma que se me ocurre 
es escribir un libro. Eso voy a hacer, voy a escribir un libro. Lo 
voy a hacer con ejemplos de la vida real para que la teoría 
sea más clara y la lectura más amena". 
 Esta es la razón de este libro, trasmitir ciertas teorías 
que son desconocidas y muy difíciles de ver. Para ello, me 
esforcé en hacerlo lo más claro que me fue posible. 
 Todas las historias que voy a contar son reales. Para 
proteger la identidad de sus personajes únicamente cambié 
algunos datos personales, como el nombre. 
 
Espero que este libro logre su finalidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
 
LA MADRE 
 
Iniciar un libro hablando de mamá es un buen inicio. ¿Por 
qué? porque mamá es el principio de todos nosotros. 
Dentro de su vientre se concibe la vida y surge un nuevo 
ser; de su sangre se alimenta y se desarrolla. Al nacer 
continúa alimentándose de su cuerpo a través de la leche. 
Mamá lo limpia, lo protege, lo arrulla, lo apoya, lo guía... ella 
es su mundo. ¡Mamá es el principio! 
“El final siempre depende del Principio" 
 
Los primeros años y las primeras experiencias son las que 
más cuentan. La infancia es la etapa más importante para el 
desarrollo. En esta etapa mamá es quien acompaña al bebé, 
su influencia es fundamental en la formación del hijo. 
"Mamá es formativa" 
 
Comparemos la vida con un edificio, si sus cimientos son 
redondos el edificio tendrá que ser redondo; si son 
cuadrados, será cuadrado. El principio de la vida es 
fundamental, a partir de sus cimientos se construirá toda 
una vida. 
“Infancia es destino" 
 
Papá no tiene la misma influencia que mamá sobre su bebé. 
Al ser mamá quien lo alimenta de su pecho será ella quien 
inicie su educación. 
"La educación se mama" 
 
Sin embargo existen variantes: hay bebés que pierden a su 
madre al momento de nacer; en otros casos es papá quien 
cuida al bebé y mamá quien sale a trabajar. Estos casos 
 
 
9 
 
 son muy particulares y así deben ser comprendidos. 
 Hay mujeres maravillosas, maduras y sanas 
mentalmente; son magníficas esposas y madres que saben 
que su principal papel es darle amor a su hijo y ayudarlo a 
crecer para que algún día sea autosuficiente. Una infinidad 
de versos, poemas y hermosas connotaciones hablan de la 
grandiosidad de estas madres, tomemos algunos ejemplos: 
 
"Mi madre fue la mujer más bella que conocí. Todo lo que soy 
se lo debo a ella. Atribuyo todos los éxitos en esta vida a la 
enseñanza moral e intelectual que recibí de mi madre". 
G. Washington. 
 
“La mano que mueve la cuna es la misma que mueve el 
mundo entero". W. Wallace. 
 
"Madre: La palabra más bella que jamás ha pronunciado 
cualquier ser humano". K. Gibran. 
 
“El amor de una madre no se compara con ninguna otra cosa 
en el mundo. No conoce ley ni piedad, se atreve a todo y 
acaba con lo que se le opone". A. Christie. 
 
"Una madre no es una persona en la que el hijo pueda 
apoyarse, sino aquella que hace que el hijo no necesite 
apoyarse en nadie. El amor de mamá es el combustible que le 
permite al hijo hacer lo imposible". M. C. Garretty. 
 
"Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer". 
G. Marx. 
 
"En las manos de las madres está la salvación del mundo". 
L. Tolstoi. 
 
 
 
10 
 
 Todas estas expresiones hablan de lo que realmente es 
una madre para la mayoría de la gente. 
 Desafortunadamente, no todos han tenido la misma 
suerte. Existen personas que crecieron al lado de una madre 
que los guió por un camino equivocado. El poder materno 
puede ser utilizado para bien o para mal. 
 La dificultad de hablar de mamá es que, para muchos, 
ella es un ser intocable y causa disgusto en los hijos cuando 
se le culpa de algo. Pero hay que reconocer que así como 
hay madres maravillosas, también las hay enfermas. La 
enfermedad existe y las madres no están exentas de ello. 
 No pretendo decir que no existan hombres enfermos que 
dañan a sus hijos, ¡claro que los hay! Hay hombres tan 
agresivos que incluso matan a sus esposas y provocan un 
profundo daño en los hijos, pero lo que ellos hacen, en 
general, es muy visible. ¡Todo mundo se da cuenta cuando 
alguien tiene un mal padre! Sin embargo, difícilmente 
perciben cuando se tiene una mala madre. ¿Por qué?, 
porque el daño que hace mamá, comúnmente, no se ve. En 
cambio cuando papá perjudica es muy notorio: abandona a 
la familia, llega borracho, grita, insulta, pega… mata. 
 La mujer también puede gritar, insultar, pegar y ¡hasta 
matar! El 13 de abril de 2011 apareció en los noticieros: “Se 
lanza madre con sus cuatro hijos al río Hudson en Nueva 
York”. Cada año, en algún lugar del mundo, encontramos la 
noticia de que una madre mató a sus hijos. Sin embargo, 
esto es poco común. Una madre enferma hace daño de otras 
formas más sutiles, no aparentes, invisibles. Mientras que el 
hombre utiliza la fuerza y la brutalidad; la mujer usa la 
inteligencia,la astucia, la seducción. Ella es capaz de hacer 
tanto daño como un hombre pero… sin ser descubierta, 
escondida detrás de una apariencia. 
 ¿Para qué hablar de los papás malos? ¡No es necesario!, a 
esos todo el mundo los conoce. No voy a escribir un libro 
para dar a conocer lo que ya se conoce; mejor voy a hablar 
 
11 
 
de lo que no se sabe, de lo que no se ve. 
 Existe una razón que aumenta la dificultad para 
reconocer a mamá tal como es: la tendencia a justificarla u 
ocultarla. Por ejemplo, un niño que tiene una madre que lo 
hace menos, preferirá aceptar que él es poca cosa antes que 
reconocer que su propia madre lo devalúa. A este hecho lo 
he nombrado Tendencia a Ocultar a Mamá Agresiva 
(TOMA). Esto tiene una consecuencia: el autoengaño. 
 Las madres que dañan a sus hijos normalmente lo hacen 
inconscientemente. Ellas a su vez tuvieron una infancia 
desafortunada y existen muchos factores (temores, culpas, 
sentimientos de minusvalía y otros) que las impulsan a 
actuar equivocadamente. Por lo tanto, siempre que sea 
posible, hay que tratar de ayudarlas a superar sus 
debilidades. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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LA MADRE POSESIVA 
 
 La madre posesiva es muy común en la cultura latina; en 
México podemos encontrar una o varias de ellas en cada 
cuadra de cada colonia. A pesar de la cantidad y del terrible 
daño que ocasionan en sus hijos prácticamente no se les 
conoce ni se les menciona. 
 Los métodos que esta clase de mamás utilizan para 
posesionarse de sus hijos son sumamente destructivos. El 
sufrimiento que algunos de ellos viven es indescriptible; 
solamente aquellos que lo han vivido pueden saber lo que 
es eso. 
 Muchos hijos que se encuentran al lado de una madre 
posesiva buscan el camino de las drogas o el alcoholismo 
como una forma de evadir la realidad que están viviendo. La 
mayoría de ellos cae en la depresión y algunos buscan el 
suicidio, con el suicidio ellos consiguen dos cosas: liberarse 
de mamá y matar parte de ella (todos somos mitad mamá y 
mitad papá) por el profundo odio que le tienen. 
 Hay un símbolo en nuestro inconsciente que representa 
a estas madres; su verdadera identidad ha permanecido 
oculta a través de los siglos. 
 
 
LA BRUJA 
 
 La brujería data desde los tiempos más remotos de la 
antigua Mesopotamia y Egipto. Así lo demuestra la Biblia y 
otros antiguos escritos como el Código de Hammurabi (1760 
años antes de Cristo). 
 Se decía que a las brujas las caracterizaba el engaño, la 
maldad, los pensamientos y acciones malévolas, la 
trampa y las intrigas; que con facilidad confundían a la 
mente de los hombres y los incitaban a la locura, a un odio 
enfermizo y a descontrolados apetitos; que con el inmenso 
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poder de sus hechizos, como si fuera una clase de veneno, 
podían destruir la vida de cualquier persona. 
 Es muy llamativo el hecho de que en las antiguas Grecia 
y Roma, la brujería aparece principalmente como una 
actividad femenina. 
 A las brujas en latín se les denominaba maléfica (en 
singular). Este término se utilizó durante toda la Edad 
Media y gran parte de la Edad Moderna. 
 El Martillo de las Brujas, del latín Malleus Maleficarum, es 
el tratado más importante que se haya escrito sobre la 
persecución de las “brujas" durante la Edad Media y gran 
parte del Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza 
de “brujas", fue publicado en 1486 en Alemania y se 
hicieron cientos de nuevas ediciones que se difundieron en 
toda Europa y se utilizaron en los juicios contra las “brujas" 
por alrededor de 200 años. 
 Las primeras condenas de “brujas" se llevaron a cabo en 
la Edad Media, cuando apareció la Inquisición; un tribunal y 
organización que fueron creados para exterminar la herejía 
religiosa. Inquisidor era el nombre con el cual se designó a 
cada uno de los tres jueces de la Inquisición. 
 La caza y quema de brujas se convirtieron en crímenes 
institucionalizados en los que el Estado y la Iglesia se 
repartían las propiedades de la “bruja" después de 
sacrificarla. Además, a las “brujas" se les torturaba para 
exigirles que denunciaran a otras mujeres. Esto contribuía a 
confirmar la idea de: "Si hay tantas confesiones, quiere 
decir que no es fantasía". ¡Miles de mujeres murieron 
injustamente en sus manos! 
 El símbolo de la bruja, que está en nuestra mente 
inconsciente, no es la que anda haciendo conjuros, hechizos 
o maleficios, en realidad lo único que le interesa es 
apoderarse de los hijos. 
Este símbolo aparece precisamente dentro de los hogares 
donde hay mamás posesivas. 
 
14 
 
 Comer significa incorporar, todo lo que comemos pasa a 
ser parte de nuestro cuerpo. Una bruja se apodera del alma 
de un hijo cuando la controla, cuando la manipula a su 
antojo, entonces ese niño pasa a formar parte de ella. ¡Así es 
como se comen a los niños! 
 El niño atrapado por la bruja está muerto en vida, sufre, 
no tiene voluntad propia... ella lo maneja. 
Saber que la propia madre es una persona mala es algo muy 
doloroso, es inaceptable, por esta razón tiene que ser 
enmascarada. La bruja representa a la madre posesiva y 
peligrosa al mismo tiempo que la oculta, la esconde a 
nuestra consciencia. 
 Este símbolo lo podemos encontrar en algunos cuentos 
antiguos y en las pesadillas de quienes tienen una madre 
posesiva, esto lo veremos en el capítulo de "Los sueños". 
 Las mamás posesivas se apoderan de sus hijos con 
hilos invisibles. ¡Son invisibles porque casi nadie se da 
cuenta de lo que esa madre trama! Al contrario, la mayoría 
de la gente pensará que es una buena mamá y que tan sólo 
quiere el bien de sus hijos. La principal arma de las mamás 
posesivas es el engaño. 
 Conozco cuatro clases de hilos invisibles para 
atrapar y manipular hijos: Miedo al Mundo Fuera de 
Casa, Seducción, Devaluación y Culpa. 
 Veamos cada uno de estos métodos acompañados con 
ejemplos de la vida real. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
15 
 
EL MIEDO AL MUNDO 
FUERA DE CASA 
 
 El miedo al mundo fuera de casa es uno de los hilos invisibles 
utilizados por mamás posesivas. Esta clase de hilos aparecen en 
algunos cuentos antiguos de brujas como Rapunzel, publicado en 
1812 por los hermanos Grimm. Ahí se relaciona a la madre con 
una bruja. 
 En dicho cuento la bruja se apodera de Rapunzel, hija recién 
nacida del Rey. La bruja educa a la princesa Rapunzel haciéndole 
creer que ella es su madre y es la única en quien debe confiar; 
que todo lo que hay fuera de la torre, donde la tiene encerrada, es 
peligroso para ella; que la gente es mala y los amigos no existen, 
afuera sólo hay maldad. 
 Un día un príncipe logra entrar a la torre y conoce a Rapunzel: 
ella le tiene miedo, no confía en él ni en nadie, de acuerdo con la 
educación que le había dado la bruja. Finalmente se da cuenta 
que la bruja la ha engañado toda su vida, que el príncipe no es 
malvado y que en realidad la vida fuera de la torre es divertida, 
interesante y que existe mucha gente buena. 
 Muchos cuentos son inspirados en hechos reales. A 
continuación, voy a exponer algunas historias en donde la madre 
utiliza los hilos invisibles de miedo al mundo. 
 
 
Emma 
 
 Emma, una mujer de cuarenta y dos años de edad, daba 
clases de matemáticas en la Universidad y vivía sola. Un día 
me contó su historia: 
 -Mi madre se casó a los cuarenta y nueve años de edad e 
inmediatamente quedó embarazada. Durante el embarazo 
ella padeció preeclampsia. Su médico le sugirió que 
abortara, pero mi mamá se negó rotundamente diciéndole: 
"Usted no es Dios para decir que me voy a morir si no aborto". 
Continuó su embarazo y nací yo. 
 
16 
 
 -Su madre tuvo la razón y fue muy valiente, -le comenté 
a Emma. 
 -Ella quiso tenerme a como diera lugar, -me respondió. 
 -¿Cómo fue la relación entre sus padres? 
 -Después que yo nací, la relación entre mi padre y mi 
madre duró tan sólo unos cuantos meses.Ambos tenían un 
fuerte temperamento, eran de naturaleza dominante y 
violenta. Terminaron en divorcio. Entonces mi madre me 
llevó a vivir a casa de mi tío, hermano de mi mamá, que 
vivía con otra tía, también hermana de mi mamá. Allí fuimos 
recibidas con mucha alegría, ellos enloquecieron de 
felicidad al ver que mi madre llegaba conmigo. Mi tío pasó a 
ser mi padre adoptivo y por él fui sumamente consentida, 
me daba todo lo que yo deseaba ya que fue un hombre 
adinerado. 
 -¿Y qué fue de su padre? -le pregunté a Emma. 
 -A mi padre nunca más volví a verlo. Me da la impresión 
que yo nunca le interesé. 
 -¿Qué más? -le pregunté a la maestra. 
 -Todos mis familiares me protegían tanto que no me 
dejaban ni tocar el suelo. Todo el tiempo estaba cargada en 
brazos de uno u otro, razón por la cual al año y medio de 
edad aún no caminaba. La sirvienta fue la única que se 
preocupó por enseñarme. 
 -Continúe por favor. 
 -En base a una supuesta protección de todos los peligros 
del medio ambiente, se me privó de toda clase de relación 
con el mundo fuera de casa; incluso mi madre prefirió no 
llevarme al kinder ni a la preprimaria y ni siquiera el primer 
año de primaria cursé. Con tal de tenerme en casa, ella me 
enseñó a sumar, restar y multiplicar, también me enseñaba 
geografía. 
 -¿Entonces no fue a la escuela? 
 -Sí, tal vez persuadida por mi padre, finalmente me 
inscribió en segundo de primaria. 
 -¿Cómo se sintió usted en la escuela? 
 
17 
 
 -Jugaba sola, mis padres no me permitían tener 
amistades y mucho menos me dejaban ir a sus casas. Me 
sobreprotegían demasiado, decían que la gente fuera de 
casa no era de confianza, que no debía entablar amistades 
con nadie porque la gente era muy engañosa. 
 Cuando llegué a la pubertad, me empecé a dar cuenta 
que los niños y niñas iban y venían por la calle y tenían 
amigos, menos yo. Me paraba en la puerta de la casa y tras 
las rejas veía con tristeza como salían mis vecinitos de sus 
casas y los llevaban a tomar un helado. Veía como se iban, 
yo jamás fui. Me daba cuenta que algo andaba muy mal. Sólo 
recuerdo a una amiga que de vez en cuando iba a mi casa a 
saludarme. Un día el papá de esa niña fue a pedirle permiso 
a mis padres para que me dejaran ir al cine con sus hijos: 
"¡...déjenla ir, se las voy a traer temprano!" -Les pedía él, pero 
mis padres se negaron. Luego me dijeron que no me habían 
dejado ir porque no éramos iguales, que nosotros 
pertenecíamos a una familia que venía de gente importante, 
en otras palabras que éramos de "sangre azul". 
 -¡Vaya! De verdad sus padres no querían que usted se 
relacionara con el mundo. ¿Continuó usted estudiando? -le 
pregunté a Emma. 
 -Al terminar la preparatoria quise entrar a la 
Universidad, pero mi madre se opuso rotundamente. Yo 
insistí y ella continuó negándose. Tuve que ponerme en 
huelga de hambre, hasta que mi padre abogó por mí y la 
convenció de que me diera permiso de continuar mis 
estudios. Ella le respondió: "¡Está bien, pero yo voy a ir a la 
escuela con ella, no voy a permitir que nadie se le acerque a 
mi hija!" 
 -¿Y entró usted a la Universidad? 
 -Sí. -me respondió Emma. 
 -¿Y su mamá la acompañaba? 
 -No solo me acompañaba, entraba al salón de clases 
conmigo y me hacía sentarme junto a ella. 
 -¡Nunca había sabido de una madre tan posesiva! 
 
18 
 
 -Era posesiva y también agresiva: un día el Director de la 
facultad, al darse cuenta que mi mamá me tenía oprimida, 
habló con ella: "señora, usted no puede entrar a clases, está 
prohibida la entrada a la gente que no está inscrita". Pero mi 
madre no se quedó de brazos cruzados. Tenía un amigo 
muy cercano al Rector de la Universidad y consiguió una 
carta firmada por él para que se le permitiera entrar a las 
clases que quisiera. ¡Toda la carrera la cursé con mi madre 
al lado! Otro día, estábamos mi madre y yo esperando la 
hora de entrada al salón, pasó delante de nosotras el 
Director y muy amablemente nos saludó. Mi madre no le 
contestó el saludo y entonces el Director le dijo: "Señora, 
¿qué no se da cuenta que la estoy saludando?" 
Inmediatamente mi madre le respondió: "¿Y usted no se da 
cuenta que no le estoy contestando?" 
 -¿Tuvo usted algún pretendiente? 
 -Tuve muchos, pero mi mamá a todos les veía defectos. 
¡Nunca dejó que se me acercara ninguno! Cuando algún 
muchacho se interesaba en mí, ella inmediatamente le 
preguntaba: "¿usted quién es, qué estudió, dónde trabaja y 
cuánto gana?" Después que le contestaban ella les exigía: 
"¡Quiero que me traiga una copia de su título profesional y 
otra de su cheque!". Asustados, nunca se volvían a acercar a 
mí. 
 -¿Entonces usted no tuvo novio? 
 -No, mi madre nunca me dejó. 
 Luego me fui quedando sola en esa enorme casa, 
primero murió mi tía de un infarto cuando yo tenía quince 
años de edad. Luego murió mi papá (tío) cuando yo tenía 
veintisiete. ¡Eso fue terrible, sentí una orfandad 
espeluznante! 
 Él había sido para mí el apoyo más grande que había 
existido. A veces lo soñaba como un árbol inmensamente 
grande cuyas ramas se perdían hacia arriba llegando hasta 
el cielo; yo me encontraba en el centro de su tronco. Antes 
de morir, mi padre había perdido toda su riqueza y sufría de 
depresión. Los domingos alrededor de las cinco de la tarde 
19 
 
ponía el candado en la puerta de entrada, cerraba las 
cortinas y decía: "bueno, allá afuera ya no hay nada de 
bueno, vámonos a dormir". Entonces nos íbamos a dormir. 
 Nos encontrábamos en una situación económica muy 
apretada, vivíamos de milagro. Poco a poco fuimos 
empeñando todo lo que teníamos para comprar comida. Un 
día amanecimos sin qué comer y sin qué empeñar. Yo 
quería trabajar, pero mi madre no me dejaba. Cerca de la 
casa había una escuela y habían puesto un anuncio 
solicitando maestro. De inmediato se los comenté a mis 
padres, pero se negaron a dejarme salir. Tuve que cortarme 
las venas y subir a la azotea amenazando que me iba a 
suicidar: "prefiero la muerte a la opresión" -les grité 
decidida. Entonces me permitieron salir y en contra de su 
voluntad empecé a trabajar dando clases a niños. Cuando 
recibí mi primer cheque, llena de alegría se lo lleve a mi 
papá y él se soltó a llorar diciendo: "La decadencia ha 
entrado a esta casa porque una mujer me da dinero a mí. Yo 
no soy hombre para que las mujeres me den dinero, prefiero 
morirme". Al poco tiempo murió. 
 Continué mi vida. Todavía me quedaba mi mamá, pero se 
presentó otro problema: discutíamos a diario. Era un 
enfrentamiento constante porque yo quería ser tomada en 
cuenta, que mis decisiones contaran. Quería afirmar mi 
personalidad y no se me permitía. Mi madre me decía: "Yo 
soy la representación de Dios en la tierra. ¡Todas las madres 
tienen reflejos Divinos para guiar a sus hijos y nunca se 
equivocan! ¡En el momento que estás en contra mía, estás en 
contra de Dios y el que está en contra de Dios no tiene 
perdón!" Después de cada enfrentamiento me venía un 
terrible sentimiento de culpa, pensaba: "¿Por qué soy así? Mi 
madre que todo me lo ha dado, no merece que yo me revele de 
esta manera". Estos pensamientos me confundían aún más, 
mi cabeza estaba muy enredada. Yo odiaba a mi mamá pero 
al mismo tiempo la amaba. Necesitaba ayuda. Entonces 
comenzó mi búsqueda de un psicólogo que me 
comprendiera y que me apoyara. Después de un recorrido 
20 
 
con varios terapeutas, encontré a la doctora adecuada y 
entré a psicoanálisis con ella. A esa doctora le debo que aún 
esté yo aquí. También fui con un sacerdote que me dijo: 
"¡Quítate esa culpa que traes, porque lo único que tú has 
hecho es defenderte! Defiéndete, con respeto pero defiéndete. 
Yo te apoyo". 
 Seis años después de la muerte de mi padre, a mi madre 
le vino una embolia cerebral que le afectó la mente. Ya no 
razonaba tan bien, aunque tenía todos sus movimientos 
musculares y yo continuaba peleando conella. Pasaron 
otros seis años y le dio otra embolia que la mató. ¡Para mí 
fue algo terrible, el planeta entero estaba vacío!... ¡Sentía 
que no había un solo habitante en la tierra! Salía a la calle y 
para mí no existía nadie. De un día para otro, me encontré 
sola viviendo en esa inmensa casa oscura. Ya no tenía 
ningún familiar, no tenía novio, ni amigos, ¡no tenía a nadie! 
Mi madre antes de morir me decía: "Lo único que quisiera 
yo, fuera regresarte dentro de mí. Tenerte aquí en mi vientre, 
que no hubieras nacido y llevarte conmigo para que no te 
quedes, para que no sufras las crueldades de este mundo. Vas 
a sufrir mucho sin mí". 
 Mi madre me había enseñado que el ser humano no era 
de confiar. Gracias a la psicoterapia logré desprenderme de 
tantos temores que ella me había infundado. Poco a poco, 
muy poco a poco, empecé a relacionarme. Compré libros de 
relaciones humanas y también tome cursos de relaciones 
interpersonales. Había un ejercicio que consistía en 
forzarme a hablar, diariamente, con tres personas 
desconocidas de diferente clase social, aunque fuera 
durante cinco minutos. Por ejemplo: preguntarle a alguien 
en el mercado... ¿cuánto cuesta esto? O cualquier otra cosa 
trivial, porque realmente yo no me comunicaba. 
 Me costó mucho trabajo tener una relación con un 
hombre. Empujada por la soledad, después de un poco más 
de un año conocí a uno. Pero no logré tener una relación 
amorosa adecuada con él... aún cuando mi madre había 
muerto ella seguía allí. Cada vez que estaba a punto de 
21 
 
hacer algo que a mi madre no le parecía, escuchaba su voz 
en mi cabeza que me decía: "¡No, eso no!" También aparecía 
constantemente en pesadillas. En una de ellas yo me estaba 
acercando a mi novio para besarlo y en ese momento su 
cara se convertía en la de mi mamá... ¡era el cuerpo de él 
pero la cara de ella, me daba horror y me alejaba! Esta 
pesadilla se me repitió varias veces. Tenía otra pesadilla en 
la que yo estaba por entrar a la habitación donde estaba mi 
novio, súbitamente escuchaba la voz de mi madre que me 
reprendía diciendo: "¡No! ¡Eso no se debe! ¡Eso no!" En la 
vida real ella me decía: "Una mujer decente jamás le dirige la 
mirada a un hombre que le guste, espera a que él tome la 
iniciativa. ¡Ni estando casada! Eso es de mujeres vulgares y 
corrientes". 
 -¿Sólo soñaba que su mamá la reprendía cuando se 
trataba de un hombre? -le pregunté a Emma. 
 -No, también soñaba que mi mamá me decía: "¡No, eso 
no!" cuando tenía un logro en la vida. A mi mamá no le 
interesaba que yo tuviera logros, el éxito me podía ayudar a 
desprenderme de ella. La herramienta de la psicología es la 
que me dio la luz en el camino, ¡una puerta, la llave de la 
prisión! De no ser por esa doctora probablemente yo ya no 
estaría aquí, tal vez me hubiera suicidado. 
 Actualmente Emma vive casada con un hombre y aunque 
su relación con él no es completamente buena, logró 
desprenderse de sus múltiples temores. Además lleva una 
vida bastante agradable, rodeada de alumnos y con muchas 
satisfacciones de tipo profesional. 
 Es interesante observar de qué manera las madres 
posesivas enmascaran sus acciones, la mamá de Emma con 
el pretexto de protegerla se apoderó de ella. 
 Ahora veamos una historia resumida de una madre que, 
debido a su sentimiento de minusvalía, buscó posesionarse 
de su hija: 
 
 
 
22 
 
Marcela 
 
 Marcela desde muy pequeña sintió un gran cariño por su 
padre, él la consentía mucho. Fue tan apegada a su papá, 
que incluso en vacaciones escolares prefería acompañarlo a 
su trabajo, en lugar de quedarse en casa a jugar con sus 
hermanas. Sin embargo, entre los padres de Marcela no 
había una buena relación, ellos tenían fuertes pleitos y 
Marcela se ganó el desprecio de su madre por estar del lado 
de papá. 
 Cuando Marcela tenía apenas siete años de edad su 
padre fue asesinado y se quedó sola al lado de su mamá y 
sus hermanas. Marcela entristeció mucho. Su madre 
continuó rechazándola y esto provocó que Marcela creciera 
con un profundo sentimiento de minusvalía, llegando a 
sentir que ella no merecía ser querida por nadie. 
 Cuando Marcela cumplió diecinueve años de edad un 
joven se enamoró de ella, se hicieron novios y dos años 
después se casaron. 
 Muy pronto, Marcela tuvo una hija y se sintió 
maravillada. La bautizó con el nombre de Bertha. Poco 
tiempo después surgió en Marcela un temor: "Yo no 
merezco ser querida. Tan pronto como mi hija crezca y se 
haga independiente, se olvidará de mí y no volveré a verla". 
 Este pensamiento marcó la educación que Marcela le dio 
a su hija Bertha. Impulsada por el miedo de algún día 
perderla, comenzó a atemorizarla respecto al mundo fuera 
de casa. Le hizo sentir miedo hacia todas las personas 
diciéndole que la gente no era de confianza. Bertha no 
contaba con amigos, su mamá le decía: "Los amigos no 
existen, no te dejes engañar". Expresiones como la siguiente 
eran muy comunes: “Bertha, cierra la ventana, ¿qué no ves 
que hace aire y te vas a enfermar?" Todo el tiempo la tenía 
llena de suéteres, bufandas, chamarras y le decía que 
cualquier corriente de aire, por más pequeña que fuera, le 
podía provocar una pulmonía e incluso podría llevarla a la 
muerte. 
23 
 
 Bertha permaneció toda su infancia encerrada en su 
cuarto con las ventanas bien cerradas por el temor a las 
corrientes de aire, aún cuando hacía calor... ella le creía 
ciegamente a su mamá. 
 Cuando Bertha tenía diez años de edad, quedó fascinada 
al ver la forma en que las gimnastas, en la Olimpiada, 
dominaban sus cuerpos en el espacio con movimientos tan 
perfectos y artísticos. Entonces le pidió a su mamá: "¡Mamá 
yo quiero ser como ellas, quiero ser gimnasta Olímpica!" 
Pero su mamá le contestó: "¡Ese deporte hace a la gente 
chaparra!" 
 En la gimnasia Olímpica los chaparros tienen ventaja 
sobre los altos, pero eso no quiere decir que la gimnasia los 
haga chaparros, así nacieron. Marcela todo lo distorsionaba 
con tal de atemorizar a su hija. 
 Bertha continuó creciendo y comenzó a sentir que su 
vida no tenía sentido. Nunca se casó, permaneció encerrada 
en casa, allí desarrolló asma y una fuerte depresión crónica. 
Sus pensamientos estaban llenos de miedo, pesimismo y 
frustración. Decía que nada valía la pena en la vida, se sentía 
atrapada, no entendía lo que le sucedía y no encontraba la 
salida. 
 Un día yo estaba de visita en su casa. Nos encontrábamos 
Marcela y yo platicando en la sala cuando pasó su hija 
Bertha caminando frente a nosotros y subió las escaleras. 
En ese momento Marcela soltó una exclamación de suplicio: 
"¡Bertha, no subas las escaleras que te va a dar el asma!... 
¡Dime qué necesitas, yo te lo traigo!" 
 Analicemos esas engañosas palabras, en primer lugar 
Marcela atemoriza a su hija haciéndola sentir débil: 
"¡Bertha no subas las escaleras que te va a dar el asma!" En 
segundo lugar la hace dependiente: "¡Dime qué necesitas yo 
te lo traigo!" Y en tercer lugar le hace creer que tiene una 
madre muy buena que se preocupa por su salud. En otras 
palabras le está diciendo: "Tú eres débil, el asma puede más 
que tú, en cambio yo soy fuerte, depende de mí que tanto me 
preocupo por ti". 
24 
 
 Observen lo invisible de los hilos utilizados por esta 
mamá. La mayoría de la gente opinaría que Bertha tiene una 
madre que se preocupa mucho por su hija y tan sólo quiere 
su bien. 
 Bertha creyó todos los miedos que su mamá le infundió y 
nunca aceptó someterse a una terapia que la enfrentara a la 
verdad. De este modo no pudo superar sus inseguridades y 
vivió deprimida al lado de su madre hasta la muerte. 
 
Claudia 
 
 Este es el caso de una madre sana, llamada Claudia. 
Educaba a sus hijos en forma opuesta a la de las madres 
posesivas. Ella sí deseaba que sus hijos fueran 
independientes, fuertes y capaces. Desde muy pequeños, 
sus hijos jugaban con agua en el patio de su casa.Un día 
Claudia les preguntó: 
 -¿Los mojo con la manguera? 
 -¡Sí, sí! -gritaban sus hijos de dos y cuatro años. 
 La mamá tomó la manguera y los empapó. Los niños se 
carcajeaban al mismo tiempo que temblaban por el agua 
fría y porque no daba el sol en el patio. 
 Otro día una vecina le comentó a Claudia: 
 -¡Cómo me gustaría que mis hijos fueran como los tuyos, 
nunca se enferman de nada! ¿Cómo le haces? 
 -Es que yo no los ando atemorizando. Nunca les digo: 
“Tápense que hace frío y se van a enfermar”. Si tienen frío, 
ellos solitos ya se taparan, -le contestó Claudia a su vecina. 
 En otra ocasión Claudia tenía de visita en casa a su 
suegra. El hijo de Claudia, de cuatro años de edad, estaba 
jugando con la tierra de una maceta y su abuela paterna le 
gritó: 
 -¡Niño, deja esa tierra que te vas a enfermar! 
 -No, yo no me enfermo, -le contestó el niño. 
 -¡Que dejes esa tierra, que te vas a enfermar del 
estómago! 
 
25 
 
 -Yo no me enfermo, -le volvió a contestar. Luego 
dirigiéndose a su mamá le preguntó: 
 -¿Verdad que yo no me enfermo mamá? 
 -No mi hijito, no te enfermas, -le contestó Claudia y luego 
le reclamó a su suegra: 
 -¡Deja en paz a mi hijo, que juegue con la tierra! 
 -¡Es que se mete las manos en la boca! -respondió la 
suegra. 
 -Déjalo, que se meta las manos en la boca, así creará 
anticuerpos. 
 Por supuesto, el niño no se enfermó. 
 Actualmente los hijos de Claudia ya crecieron, los dos 
han sido muy exitosos en sus estudios, ambos están 
becados en las mejores Universidades del país. El hermano 
además es un destacado futbolista y varios equipos se 
pelean por tenerlo. Todo esto gracias a que tuvieron una 
madre sana que no les llenó de temores la cabeza, al 
contrario, los impulsó a ser fuertes e independientes. 
 Mucha gente se enferma por sugestión y por miedo, 
tantas veces sus mamás les han repetido que las corrientes 
 de aire y el frío enferman que terminan enfermándose. 
 A propósito de sugestión, voy a contar una anécdota: un 
día, cuando estudiaba la preparatoria, por parte del servicio 
médico de la escuela nos formaron para tomarnos una 
muestra de sangre. En la fila un compañero llamado Raúl le 
dijo a otro llamado Enrique: 
 -Vamos a sugestionar a Pedro después de que le hayan 
tomado la muestra. 
 -¡Órale! -contestó Enrique. 
 Cuando le acababan de sacar sangre a Pedro, sujetando el 
algodón en el antebrazo, se dirigió hacia ellos y le dijeron: 
 -¡Pedro, estás pálido! -le dijo Raúl fingiendo sorpresa. 
 -¿Te sientes bien? -preguntó Enrique. 
 -¡Te ves muy mal! -exclamó Raúl. 
 
 
26 
 
 En el acto Pedro cayó desmayado. Sus compañeros se 
retiraron carcajeándose y una enfermera acudió para a 
asistir a Pedro. 
 Si eso hicieron dos alumnos, ¡Qué no hará una madre 
con la sugestión! 
 Voy a exponer algunas historias que pueden ayudar a 
comprender que es equivocada esa educación de tanto 
miedo a microbios, frío y cambios de temperatura. Le 
debemos dar más importancia a la mente y a los 
sentimientos, ya que son sumamente poderosos: 
 
Dr. Samuel H. 
 
 El célebre investigador en amibiasis, Dr. Samuel H., dio 
una conferencia sobre amibiasis en un importante Hospital 
de la Ciudad de México. 
 Primero nos mostró una filmación, con microscopio, de 
la amiba. En el extremo de un recipiente con agua, colocó 
una amiba para observar su gran actividad. Posteriormente 
puso en el otro extremo un eritrocito (célula que forma 
parte de nuestra sangre). Inmediatamente la amiba tomó 
curso directo hacia el eritrocito para devorarlo. Luego dijo: 
"...ya vimos la actividad de la amiba y su gran capacidad para 
detectar y comer eritrocitos. Ahora intentemos eliminarla 
con diferentes medicamentos". En el mismo recipiente 
pudimos observar como dejaba caer sobre la amiba una 
gota microscópica de diyodohidroxiquinoleína (fármaco 
usado para combatir amibas). La amiba continuó 
moviéndose como si nada, después de varias horas tan sólo 
consiguió lentificarla. Luego soltó sobre otra amiba una 
gota microscópica de otro fármaco un poco más efectivo, el 
metronidazol. Este fármaco con mucha dificultad mató a la 
amiba al cabo de varias horas. Después dejó caer sobre otra 
amiba una gota microscópica de un fármaco aún más 
efectivo, el clorhidrato de emetina, éste mató a la amiba un 
poco más rápido que el metronidazol. Por último, en lugar 
de medicamentos, soltó una gota microscópica de 
27 
 
anticuerpos humanos contra amiba. En el momento que esa 
microgota rozó a la amiba, ésta quedó paralizada. Fue 
impresionante, ¡Muerte instantánea! Luego apagó el 
proyector y dijo: 
 ‘'...quise realizar una investigación con personas que no 
tuvieran anticuerpos humanos contra amiba. En toda 
América no encontré a nadie. Me tuve que ir hasta Suiza. 
Ahora bien, ¿cómo se explican que nos enfermemos de 
amibiasis siendo que, en América, todos tenemos anticuerpos 
contra amiba y estos son tan efectivos?" Todos nos 
quedamos callados, sin saber qué decir y luego continuó: 
 "Les voy a contar lo que me sucedió: un día yo me enfermé 
de amibiasis y no lograba curarme con nada, mi i( nación se 
fue agravando hasta que tuve que ser internado en un 
hospital. Allí, con diferentes medicamentos, intentaban 
curarme inútilmente. Después, las amibas me invadieron el 
hígado y yo seguía empeorando. Luego, ¡se me fueron al 
pulmón!... Ya sé lo que están pensando, sí, efectivamente yo 
estaba muriendo. Me encontraba en estado de coma y tuve 
unos instantes de lucidez donde sentí como si estuviera sobre 
una cuerda floja, tontito a la izquierda y moría, tontito a la 
derecha y continuaba vivo. Entonces me vino un recuento 
rápido de mi vida, como si fuera una película en cámara 
rápida... allí me di cuenta que yo había llevado a mi familia a 
la perdición. En ese momento pensé, si me curo voy a corregir 
ese camino... y me curé. 
 Tenía a mi familia muy descuidada, me la pasaba con mis 
pacientes y en el laboratorio. Al terminar de trabajar me 
gustaba ir al bar. De allí en adelante, me dediqué plenamente 
a mi esposa y a mis hijos para corregir ese camino 
equivocado. Desde entonces le digo: mi amiga la amiba, 
porque me ayudó a darme cuenta de mi error". 
 Da la impresión como si los anticuerpos se pusieran en 
huelga y dijeran: “O corriges tu vida o dejamos que mueras 
en manos de las amibas". 
 
 
28 
 
Dr. José Antonio F. 
 
 Hace más de treinta años el reconocido investigador Dr. 
José Antonio F., realizó una investigación en otro Hospital 
de la Ciudad de México. Pidió reunir en el auditorio a todos 
los enfermos con alergia a pescados y mariscos. También 
pidió que asistieran los doctores alergólogos. Una vez 
reunidos, dirigiéndose a los doctores dijo: 
 -De acuerdo a su teoría, las alergias son debidas a una 
reacción de nuestros anticuerpos contra algo que 
reconocen como extraño al cuerpo (antígeno), en este caso 
los pescados y mariscos. ¿Es correcto? -todos los doctores 
respondieron afirmativamente- Luego dirigiéndose a los 
pacientes les preguntó si alguno había ingerido pescado o 
mariscos en los últimos días, ellos respondieron que no. 
Entonces pidió apagar las luces y prendió el proyector que 
mostraba una filmación de personas saboreando un coctel 
de camarones, otros probando una deliciosa sopa de 
mariscos, y algunos más comiendo ostiones. Al terminar 
encendió las luces y todos los pacientes del auditorio 
presentaban una reacción alérgica, algunos con ronchas y 
otros asfixiándose. En ese momento les preguntó a los 
doctores: 
 -¿Por dónde entraron los antígenos?... por los ojos. 
 Demostrándoles de este modo que la alergia a pescados 
y mariscos es de origen mental. 
 
Jesucristo dijo: 
 
"NADA QUE ENTRE POR LA BOCA ENFERMA AL CUERPO, ES LO 
QUE SALE POR LA BOCA LO QUE ENFERMA AL CUERPO” 
 
 
 
 
 
 
29 
 
Una historia más: 
 
 Cuando yo estudiabala preparatoria, tuve la curiosidad 
de preguntar, a todos los compañeros que tenían catarro, 
por su novio o novia. En todos los casos coincidía que 
acababan de terminar su relación. Al entrar a la 
Universidad, se lo comenté a mis compañeros de medicina y 
ellos se burlaron de mi. Entonces les dije: 
 -Ya verán, en lo que falta del año se los voy a demostrar 
a cada uno de ustedes. 
 Uno por uno de mis compañeros fueron enfermándose 
de catarro justo cuando acababa de fracasar su relación con 
la novia. Cuando se lo hice notar al último de ellos, me 
respondió: “tienes razón Jordi, ya te vamos a creer“. 
 Esto fue lo que comprobé en jóvenes, aunque no 
siempre tiene que ser así. En los adultos es diferente, pero 
casi siempre existe un factor de tipo emocional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
LA SEDUCCIÓN 
 
 La seducción ha sido utilizada por madres posesivas 
durante muchos siglos. También se usa para cazar 
animales; para atrapar a un ratón ponemos queso en una 
ratonera, el queso seduce al ratón y cae en la trampa. 
 La seducción para atrapar niños aparece en otro cuento 
antiguo publicado por los hermanos Grimm, Hansel y Gretel. 
En este cuento también se relaciona a la madre con la bruja. 
(Al parecer los hermanos Grimm sabían más sobre brujas 
que toda la Santa Inquisición). 
Según este cuento, Hansel y Gretel eran los hijos de un 
pobre leñador. Eran una familia tan pobre que una noche la 
madre, que en algunas versiones aparece como madrastra, 
convenció al padre de abandonar a los niños en el bosque, 
dado que ya no tenían con qué alimentarlos. Hansel al 
escuchar esto salió de su casa a buscar piedras para marcar 
un camino. Al día siguiente cuando los llevaron al bosque, 
Hansel y Gretel se durmieron y apenas salió la luna 
despertaron y comenzaron a caminar siguiendo el camino 
que Hansel había marcado con las piedras, por la mañana 
llegaron a su casa. Su madre, sorprendida, decide que la 
próxima vez llevará a los niños aún más adentro en el 
bosque para que no puedan salir de allí y regresar. Hansel, 
que otra vez escuchó las discusiones de sus padres, decide 
salir a juntar piedras nuevamente, pero esta vez no pudo, la 
puerta estaba cerrada con llave. En la mañana al salir 
rumbo al bosque, Hansel marcó un camino tirando migas 
del pedazo de pan que su madre le había dado, sólo que esta 
vez cuando salió la luna no pudieron volver porque los 
pájaros se habían comido el pan. Después de dos días 
perdidos en el bosque, cuando ya no sabían más que hacer, 
los niños se detienen a escuchar el canto de un pájaro 
blanco al cual siguen hasta llegar a una casita hecha de pan 
de jengibre, pastel y azúcar morena (muy seductora). 
31 
 
 Hansel y Gretel empezaron a comer, pero no sabían que 
esa casita era la trampa de una vieja bruja para encerrarlos 
y luego comérselos. Allí quedaron atrapados y todas las 
mañanas la bruja hacía que Hansel sacara el dedo por entre 
los barrotes del establo para comprobar que había 
engordado, pero éste la engañaba sacando un hueso que 
había recogido del piso. Un día la bruja decide comerse a 
Hansel y manda a Gretel a prender el horno. La niña se da 
cuenta de las intenciones de la bruja y le dice que no sabe 
prenderlo y logra que la bruja se meta en el horno. Al 
instante Gretel empuja a la bruja y cierra el horno. 
 Tras la muerte de la bruja los niños toman de la casa 
perlas y piedras preciosas y parten a reencontrarse con su 
padre, cuya mujer había muerto. Su vida de miseria por fin 
había terminado, desde ese día la familia no sufrió más 
hambre y todos vivieron juntos y felices para siempre. 
 Que la madre haya muerto cuando los niños mataron a 
la bruja, es indicio de que las dos son la misma persona, o al 
menos su identidad está muy ligada, además de acabar con 
los niños, comparten la misma preocupación: la madre por 
evitar su hambre y la bruja por comer niños. 
 Cuando una mamá utiliza los hilos invisibles de la 
seducción para atrapar a sus hijos, su casa se vuelve muy 
seductora, igual que la de la bruja de Hansel y Gretel. 
 Veamos algunas historias reales: 
 
Rodolfo 
 
 Cuando Rodolfo nació su madre se enamoró de él, para 
ella Rodolfo era el bebé más bonito del mundo, siempre lo 
traía en brazos. Al llegar a los tres años de edad la mamá 
tenía a Rodolfo muy consentido, él no tenía que esforzarse 
por nada, cuando quería algo bastaba con un gesto o que 
señalara lo que quería para que su mamá de inmediato lo 
complaciera, por lo cual Rodolfo no se vio en la necesidad 
de aprender a hablar y continuó expresándose como bebé 
casi hasta los cinco años de edad. Rodolfo creció sin que su 
32 
 
mamá le pusiera obligaciones, ni siquiera con la escuela. A 
su mamá sólo le preocupaba atenderlo, que no le faltara 
nada. Al llegar a los dieciocho años de edad gozaba de toda 
clase de comodidades y su mamá continuaba tratándolo 
como a un bebé. 
 El papá de Rodolfo no estaba de acuerdo con esa 
educación y eso era motivo de pleito con la mamá, pero su 
trabajo le exigía viajar mucho y poco pudo hacer. 
 Cuando Rodolfo tenía diecinueve años de edad su papá 
murió y su mamá continuó consintiéndolo en todo. Si le 
pedía dinero se lo daba; si quería un coche se lo compraba; 
si le pedía viajar le pagaba el viaje. En varias ocasiones 
chocó su automóvil destruyéndolo por completo y cada vez 
su mamá le daba uno nuevo. Rodolfo se hizo muy 
dependiente de su madre, jamás aprendió a trabajar ni a 
valerse por sí mismo. Con el tiempo Rodolfo ya no le pedía a 
su mamá las cosas, se las exigía y la amenazaba cuando no 
lo complacía; si ella le negaba algo argumentando que no 
tenía suficiente dinero, Rodolfo la insultaba y hasta llegaba 
a golpearla. 
 Un día Rodolfo comenzó a fumar marihuana, empezó 
con cantidades pequeñas, pero con el tiempo fue 
consumiendo más y probó otras drogas más fuertes, 
también empezó a ingerir alcohol cada vez en cantidades 
mayores. Finalmente fue internado en un hospital 
psiquiátrico por alcoholismo y drogadicción. 
 El primer día de internado su mamá le compró una 
televisión nueva a colores de pantalla grande y un aparato 
para escuchar discos compactos. ¡Hasta los guardias del 
hospital se daban cuenta que el problema era que la mamá 
lo tenía demasiado consentido! Dentro del hospital 
psiquiátrico no se le consentía como su mamá lo hacía, por 
lo que a veces Rodolfo enfurecía y gritaba: "¡Voy a matar a 
mi mamá!", al mismo tiempo que golpeaba fuertemente con 
el puño cualquier cosa que estuviera a su alcance. 
 Un día le pregunté a Rodolfo dentro del hospital 
psiquiátrico: 
33 
 
 -¿De dónde consigues el dinero para comprar tanto 
alcohol y drogas? 
 -Mi mamá me lo da. -respondió él. 
 -¿Cómo es que tu mamá te da dinero para comprar droga 
y alcohol? ¿Ella sabe para qué le pides el dinero? 
 -Sí, hasta me acompaña a comprar la droga. 
 Sorprendido cite a la mamá para preguntarle si eso era 
cierto, ella me respondió: 
 -Sí, es cierto. 
 -¿Por qué lo hace? -le pregunté. 
 -Yo sé que de todos modos él va a comprar la droga 
aunque yo me oponga, y tengo miedo de que un día la 
policía lo atrape. Quiero estar cerca de él para poder 
ayudarlo si algo le pasa. 
 -¿Se da cuenta que al apoyarlo usted está fomentando su 
alcoholismo y drogadicción y además se convierte en su 
cómplice? 
 -¡Es que ya no sé qué hacer! 
 -Puede empezar por ya no darle dinero. 
 -¡Si no le doy dinero me insulta, me amenaza y hasta me 
llega a golpear! 
 -Ese es el resultado de consentirlo tanto. ¿Por qué lo ha 
consentido así? 
 -No sé, cuando nació era un niño tan hermoso... quise 
darle todo, que no le faltara nada. 
 -Lo vio tan hermoso, que tal vez tampoco quiso que 
algún día creciera y la abandonara, -se quedó un momento 
callada, agachó la cabeza y luego me contestó: 
 -Sí, es verdad... deseé tenerlo conmigo para siempre.-Eso es muy grave, los hijos no son para quedarse con 
ellos. Vea el resultado, ahora es como un bebé berrinchudo 
de veinticinco años de edad. -La mamá se quedó pensando 
admitiendo su equivocación, luego me dijo: 
 -Sí, me equivoqué, pero yo le di todo ¿por qué me tiene 
tanto odio? 
 -La odia precisamente porque usted le dio todo, lo hizo 
completamente dependiente, está atrapado. ¡No es libre! 
34 
 
 -¿Qué puedo hacer ahora? -me contestó afligida. 
 -Primero que nada, desprenderse del miedo a perderlo, 
He visto muchos casos como el suyo, le voy a contar uno: En 
una ocasión una madre consultó a un doctor amigo mío y le 
comentó los fuertes pleitos que tenía con su hijo, él la 
agredía verbal y físicamente. El hijo quería irse a vivir lejos 
y trabajar pero la mamá no lo dejaba, entonces el doctor le 
sugirió: “¡Déjelo ir! Ya verá que cuando esté lejos va a estar 
más cerca de usted”. La mamá comprendió y le hizo caso al 
doctor, dejó ir a su hijo y después de un tiempo le comentó 
al doctor: “Tenía usted razón doctor, continuamente mi hijo 
me manda cartas diciéndome cuánto me quiere. Ahora que 
está lejos está más cerco de mí” 
 La mamá de Rodolfo comprendió que tenía que 
desprenderse de su hijo. Después de un tiempo consiguió 
que Rodolfo fuera a vivir a otra ciudad, lejos de ella. 
 Un hijo educado con seducción se acostumbra a la vida 
fácil y después tendrá miedo a salir del hogar y enfrentarse 
a un mundo en el cual hay que luchar para obtener lo que se 
desea. Erich Fromm habla ampliamente de este tema en su 
libro El miedo a la Libertad. 
 Como pudimos observar, el deseo de retener a los hijos 
en casa también es causa de violencia intrafamiliar. 
 Los hilos de la seducción son invisibles porque la gente 
al ver que una madre le da todo a su hijo comúnmente 
piensa: “Es que lo quiere mucho, ella está entregada a su hijo, 
es una madre muy buena…” ¡Cuidado! No es “una madre muy 
buena” es una madre posesiva. 
 En Estados Unidos no hay tantas madres posesivas 
como en México, allí aprendí que la palabra en inglés “spoil” 
tiene un doble significado, “consentir” y “echar a perder” y se 
utiliza en expresiones como la siguiente: “You are spoiling 
that child” que significa: “Tú estás consintiendo y echando a 
perder a este niño”. Ojalá existiera una palabra igual en 
México. 
 
 
35 
 
LA DEVALUACIÓN 
 
 Puede parecer increíble que la devaluación sirva para 
retener hijos en casa, sin embargo este es uno de los hilos 
invisibles más utilizados por las mamás posesivas. Al 
devaluar a un hijo se le inutiliza, se le anula, se le hace 
perder la confianza en sí mismo y al llegar a la edad adulta 
sentirá pánico de abandonar el hogar materno, pensará que 
él no es capaz de salir adelante solo. 
 
Raquel 
 
 En una ocasión un joven me llevó al consultorio a su 
hermana de 15 años de edad, la sentó frente a mí y dijo: 
 -Doctor aquí le traigo a mi hermana Raquel. ¡Se siente 
fea! 
 -¿De veras te sientes fea? -le pregunté sorprendido, ella 
era realmente hermosa. 
 -Sí. -me contestó tímidamente. 
 -¡Yo creo que muchos jóvenes darían lo que fuera por 
tenerte cerca! ¿Cómo es que te sientes fea? -Raquel no supo 
que contestarme. Entonces su hermano dijo: 
 -Hace poco Raquel estaba en su recámara probándose el 
vestido para su baile de quinceañera; cuando salió con el 
vestido puesto le dije impresionado: "¡Te ves hermosísima 
Raquel!" Mi abuela, que estaba en la sala de junto al 
escuchar mi comentario se acercó y al verla le dijo: "¡Mi 
hijita, estás bellísima!" Luego se asomó mamá, se le quedó 
viendo de arriba abajo, hizo un gesto de desagrado y se 
retiró sin decir nada. Entonces Raquel frustrada comentó: 
"Ha de ser por unos granitos que tengo en la espalda". 
Inmediatamente me puse tras ella para verle la espalda y le 
pregunté: 
"¿Cuáles granitos? ¡No veo nada!" 
 
 
36 
 
 Cuando el hermano terminó su relato le dije a Raquel: 
 -Mira Raquel, tú eres muy bonita, te sientes fea porque 
tu mamá te hace sentir así. 
 Raquel continuó visitándome por un tiempo y pude 
confirmar que su madre aprovechaba cualquier 
oportunidad para menospreciarla. 
 ¡El poder materno es inmenso, la opinión de mamá pesa 
más que la del mundo entero! 
 He tenido en consulta muchas mujeres que son muy 
bonitas pero se sienten feas, en la mayoría de los casos 
mamá es quien las hace sentir así. Ahora bien, lo importante 
de esto es que ellas no piensan: "soy bonita aunque a mi 
mamá no le gusto". Sólo piensan: “soy fea". Este es un claro 
ejemplo del poder materno y de la Tendencia a Ocultar a 
Mamá Agresiva (TOMA). 
 Ahora veamos algunas historias de madres utilizando su 
poder para retener hijos con la devaluación: 
 
Maribel 
 
 Maribel tenía veintinueve años de edad y trabajaba 
como ayudante de laboratorio en una compañía 
farmacéutica. Un día me visitó para decirme muy 
tímidamente: 
 -Tengo una depresión crónica. Me despierto... me baño 
y... voy a trabajar. Todos los días son iguales, como una 
rutina. Lo hago porque lo tengo que hacer, pero sin ánimos. 
 -¿Desde cuándo te sientes así? 
 -Desde hace unos ocho años. Ya sé la causa, he ido a ver a 
varios psicólogos y todos me han dicho lo mismo, -me 
comentó con tristeza. 
 -¡No me digas! ¿Ya sabes la causa y sigues deprimida? A 
ver dime ¿cuál es la causa? 
 -Fui violada cuando tenía diez años de edad, -me 
contestó agachando la cabeza. 
 
37 
 
 -Entonces, como la violación no la podemos quitar, vas a 
estar deprimida por el resto de tu vida. A ver, platícame 
¿quién te violó? 
 -Un amante que tuvo mi mamá. Vivió en casa por un 
tiempo. 
 -¿Cómo te violó? 
 -Hay doctor, me da pena. 
 -No te preocupes, ya he escuchado muchas historias. 
 -Es que... no sé, me da pena. 
 -No tienes de que apenarte, soy doctor, platícame. 
 -No sé, no puedo. 
 -Está bien, te voy a ayudar... ¿Te penetró? 
 -¡Hay doctor! ¡No, eso no! -contestó apenada. 
 -Entonces, ¿te desnudó y te acarició? 
 -¡No doctor, tampoco eso! 
 -Entonces, ¿fue sexo oral? -le pregunté. 
 -Sí, eso fue. -contestó muy avergonzada. 
 -No te hagas, te gustaba, -le dije. 
 -Hay doctor, cómo es... la verdad es que sí me gustaba. 
Pero eso no es lo peor. 
 -¿A no? ¿Entonces qué es lo peor? 
 -Que yo lo buscaba, -me contestó muy tímidamente. 
 -A ver, cuéntame. 
 -Es que yo crecí muy sola. Mi papá se separó de mi mamá 
cuando yo tenía tres años de edad y no volví a verlo. Antes 
de que mi mamá tuviera a ese amante, yo me sentía 
abandonada, no contaba con nadie. Cuando él llegó a vivir a 
nuestra casa yo tuve por primera vez con quien jugar y 
platicar, ¡estaba emocionada y no quería perderlo! Un día, 
después de jugar un buen rato con él, me acosté en sus 
piernas, le empecé a acariciar por encima del pantalón, 
después le bajé el cierre, le comencé a besar y luego a... 
 -¡Realmente tú empezaste! Ese señor no debió 
permitirlo, pero ahora dime tú ¿cómo te explicas que algo 
que tú buscaste hace tanto tiempo y te gustaba, puede ser la 
causa de tu depresión actual? 
 
38 
 
 -No sé doctor. 
 -¿No se te hace extraño? 
 -Pues... sí. 
 -¿Qué te parece si nos dejamos de tantas ma... y mejor 
nos vamos al meollo del asunto? Platícame de tu madre. 
 -¿Qué le platico de ella? -me preguntó. 
 -¿Cómo te trató de niña? 
 -Me tenía abandonada, me rechazaba, no era cariñosa, 
nunca jugaba conmigo, me decía que yo era fea y tonta. 
 -¿Tú cómo te sentías? 
 -Me sentía como una molestia, un estorbo, crecí 
pensando que yo no valía nada, siempre fui muy tímida y 
aislada. 
 -¿Por eso te gustó el amante de tu mamá? 
 -Si, por primera vez tenía alguien a quien yo le 
importaba. 
 -¿Qué más? 
 -Cuando tenía diecisiete años de edad, mi mamá me 
obligó a casarme con un hombre al que yo noamaba. Él me 
trató muy mal, me insultaba, me humillaba y me pegaba. De 
él quedé embarazada, nació el niño y comenzó a tratarme 
peor. No aguanté mucho tiempo, yo no lo quería. Me 
divorcié cuando mi hijo tenía un año de edad y regresé a 
vivir con mi mamá. 
 -Veamos, tu mamá te devaluó durante toda tu infancia, 
luego te casó con un hombre al que tú no querías ¡era 
predecible que eso no funcionaría! Finalmente regresaste a 
vivir con ella. Me da la impresión que tu mamá te devaluó a 
propósito para que no tuvieras éxito en la vida. 
 -¿Usted de veras cree que mi mamá me haya devaluado a 
propósito? 
 -¡Claro! No creas que en verdad te consideró poca cosa, 
al contrario, te devaluó para quedarse contigo. 
 -¿Quedarse conmigo? ¿Para qué? 
 -Tal vez para tenerte a su servicio, o para no quedarse 
sola, -le respondí. 
 
39 
 
 -Me da tristeza que mi mamá haya sido así, tan sólo 
pensarlo me duele, -dijo Maribel muy afligida. 
Maribel se fue muy pensativa. En la siguiente cita me 
comentó: 
 -Hay algo que me preocupa mucho, mi hijo ya reprobó 
dos veces el mismo año y parece que va a volver a reprobar, 
no me obedece y a veces es agresivo conmigo. 
 -¿Qué edad tiene? 
 -Nueve años. 
 -¿Quién cuida a tu hijo mientras tú trabajas? 
 -Mi mamá. 
 -¿Quieres traerlo para que yo investigue qué le pasa? 
 -Sí, se lo voy a traer. 
 Me llevó a su hijo y le hice varias preguntas. Descubrí 
que la abuela lo estaba manipulando. Se lo dije a Maribel: 
 -Tu mamá le consiente todo a tu hijo, lo pone de su lado 
y en contra tuya, por eso no te obedece. Los niños 
consentidos se hacen berrinchudos, por eso a veces es 
agresivo contigo. Por otro lado tu mamá no lo obliga a 
estudiar y le ha dicho que no debe preocuparse por nada, 
que ella le va a dejar todo lo que tiene y cuando sea grande 
hasta la casa será de él. ¿Cómo no va a estar reprobando en 
la escuela si le hace sentir que no necesita esforzarse por 
nada? 
 -¿Eso está haciendo mi mamá? 
 -Sí, pero además tú lo has permitido. Como tu mamá te 
hizo sentir que tú, tus actos y tus decisiones no valían, 
aceptaste que ella se encargara de conducir tu vida y la de 
tu hijo. ¿Desde cuándo viven con ella? 
 -Desde que me separé de mi esposo, hace unos ocho 
años. 
 -¿Ya te diste cuenta? Me dijiste que tienes depresión 
desde hace más o menos ocho años, o sea, desde que 
regresaste a vivir con tu mamá. ¿Cómo no vas a estar 
deprimida? ¡No te valoró, te casó con quien ella quiso, te ha 
manipulado a su antojo y ahora además se está apoderando 
 
40 
 
de tu hijo! ¡Esas son las verdaderas causas de tu depresión, 
no la violación cuando tenías diez años! 
 Maribel salió del consultorio muy enojada. Al llegar a su 
casa estalló furiosa contra su madre, le reclamó todo lo que 
había estado haciendo con ella y con su hijo y le advirtió 
que de continuar con esa actitud tendrían que irse de la 
casa y dejarla sola. Por otro lado a su hijo le hizo ver que 
ella era quien mandaba, no la abuela, y le puso una serie de 
obligaciones en el hogar y con sus estudios. El resultado se 
vio al poco tiempo, al tomar las riendas de la casa y la 
autoridad sobre su hijo, a Maribel se le quitó la depresión. 
Empezó a reír conmigo y con sus compañeros de trabajo. 
Una tarde que fue a verme le comenté: 
 -¡Qué bueno que llegaste! He tenido un día terrible, ya te 
esperaba para que me hicieras reír un rato. 
 -Ay doctor, cómo es. -me contestó y se rió. 
 La última vez que me visitó me dijo: 
 -Doctor, desde hace varios meses me la paso todo el día 
riendo con mis compañeros de trabajo y en todos lados. Yo 
creo que ya estoy bien. 
 -Yo creo lo mismo, ya no necesitas mi ayuda. Tan sólo 
llámame de vez en cuando para que me invites a alguna 
reunión y me hagas reír un poco. 
 -Claro que sí doctor, eso haré, -me respondió, y nos 
despedimos riendo. 
 Un año después me encontré a Maribel en la calle, nos 
saludamos y le pregunté cómo había estado, ella me 
contestó: 
 -Muy bien doctor, mi hijo ya está obteniendo buenas 
calificaciones en la escuela, hace diez meses conocí a un 
buen hombre y nos hicimos novios. Él me quiere mucho, ya 
me propuso matrimonio pero quiero llevar las cosas con 
calma, no hay prisa. 
 Charlamos un rato más y nos despedimos. Me dio gusto 
saber de ella y que su vida había cambiado en forma tan 
favorable. 
 
41 
 
 Nótese que a Maribel jamás le pasó por la cabeza que su 
mamá fuera la responsable de su depresión. ¡Ni a sus 
psicólogos les pasó por la cabeza! Maribel continuaba 
enferma mientras permanecía engañada pensando que la 
violación era la causa de su depresión. 
 
Jesucristo dijo: 
 
"LA VERDAD OS HARÁ LIBRES” 
 
 He tenido varios casos semejantes al de Maribel, 
sabemos que existen adultos que abusan sexualmente de 
los niños, incluso muchos de ellos han llevado una relación 
sexual con un adulto durante varios años sin que nadie se 
entere. ¿Por qué esos niños no acusan al violador con su 
padre o madre?... Porque no confían en ninguno de los dos, 
y además, como en el caso de Maribel, porque precisamente 
es lo que ese niño o niña está buscando. Son niños 
abandonados que no cuentan con el apoyo de sus padres y 
brindando placer buscan equivocadamente tener a un 
adulto de su lado. 
 En general las mamás no son conscientes del daño que 
están provocando a sus hijos, de hecho ellas tampoco son 
felices. Algunas veces es posible ayudarlas a librarse de su 
actitud equivocada. La siguiente es la historia de una madre 
que a causa de haber crecido con sentimientos de culpa 
educó a su hija con devaluación y a su hijo con seducción 
para retenerlos a su lado. En este caso fue posible ayudarla 
a ella y así fue como sus hijos quedaron libres. 
 
Verónica 
 
 Verónica, una joven de veinticinco años de edad, 
inteligente y bonita, también se sentía fea y además tonta. 
Llegó por primera vez a mi consultorio muy nerviosa y le 
pregunté: 
 -¿Cuál es tu problema, por qué estás tan nerviosa? 
42 
 
 -Me siento desesperada, ya no quisiera vivir, hace unos 
días me quise aventar a las vías del Metro, pero no me 
atreví y mejor decidí pedir ayuda. 
 -¿Por qué no quisieras vivir? 
 -Siento que yo no importo y que no le intereso a nadie. 
Hubiera preferido no haber nacido. 
 -¿Desde cuándo te sientes así? 
 -Siempre me he sentido así, desde niña me escondía de 
la gente, sentía vergüenza. 
 -¿Vergüenza de qué? 
 -De que las personas al conocerme se dieran cuenta que 
no soy inteligente. 
 -¿Con quién vives? 
 -Con mi mamá y con un hermano que dicen que es 
esquizofrénico. 
 -¿Por qué dicen eso? 
 -Porque él cree que la gente lo critica; escucha voces que 
no existen que lo insultan; vive escondido, encerrado en su 
cuarto y es muy agresivo. 
 -¿Y tu papá dónde está? 
 -El murió cuando yo tenía diez años, desde entonces ya 
nada es igual. 
 -¿Por qué nada es igual? 
 -Porque cuando él vivía había más alegría, salíamos 
todos los fines de semana fuera de la ciudad ya sea de día de 
campo o a visitar algún pueblo, también íbamos a la playa 
con varios amigos de él y sus familias, y muy seguido había 
reuniones en la casa con familiares y amistades de él. Mi 
hermano se enfermó precisamente después de su muerte. 
 -¿Tienes amigos? 
 -No. 
 -¿Por qué? 
 -Siento que soy fea, no creo interesarle a nadie. 
 -¿De veras piensas eso? ¡Pero si eres muy guapa! 
 -No, yo no soy guapa. 
 -Eso crees tú. ¿Y tu mamá a qué se dedica? 
 
43 
 
 -A la casa. Desde que murió mi papá ella no sale para 
nada; a veces la llaman amistades para invitarla al cine pero 
ella se niega; mis hermanos casados la invitan 
continuamente a salir pero no acepta ir a ningún lado. 
 -¿Cómo es ella contigo? 
 -No le parece nada de lo que hago, todo me lo critica y de 
todo me culpa.-¿Con tu hermano es igual? 
 -¡No, a él todo le consiente! 
 -¿Cómo te llevas con él? 
 -No me llevo, le tengo miedo, él casi no habla con nadie. 
 -¿Alguna vez has tenido novio? 
 -Tuve uno cuando tenía diecisiete años de edad, 
duramos poco más de un año y me propuso matrimonio, 
pero no acepté porque pensé que no me quería. 
 -¿Por qué pensaste eso? 
 -Porque todo el tiempo quería que yo me vistiera con 
ropa bonita y fina, quería que entrara a una Universidad de 
paga donde va la gente rica; se preocupaba más por las 
apariencias que por mí. Después de un tiempo me dejó y se 
casó con otra. Me dolió mucho, me dio la impresión que sólo 
se había estado burlando de mí. 
 -¿Por qué creíste eso? 
 -Porque se casó con otra muy pronto. 
 -Bueno, eso no significa que se estuviera burlando de ti. 
Tal vez él ya quería tener esposa, a ti te propuso 
matrimonio pero no aceptaste, a lo mejor sí te quería. 
 -No, no creo, él no me quería. ¡El dolor me duró seis 
años! 
 -Es demasiado tiempo, ¿qué sentías? 
 -Que yo no valía, que nunca iba a encontrar alguien que 
me quisiera. 
 -¿Eso pensaste? 
 -Sí, entonces decidí no volverme a enamorar. 
 -Vaya, tienes un concepto muy equivocado de ti misma, 
yo creo que vales mucho, que eres inteligente y sí eres 
bonita. 
44 
 
 -No, yo no creo eso doctor. 
 Continuamos platicando durante muchas sesiones, pero 
era inútil insistirle que ella valía mucho y no tenía de qué 
apenarse. 
 Un día me llamó por teléfono muy asustada, le pedí que 
me fuera a ver al consultorio y allí me platicó: 
 -Hoy en la mañana salí a caminar pero antes metí un 
suéter en la lavadora. Cuando regresé el suéter estaba 
afuera, al preguntar quién lo había sacado mi hermano se 
puso a gritar groserías y a patear todo lo que encontraba en 
su camino, incluso a la gatita, la abracé para protegerla y me 
quedé con ella en un rincón en el suelo hasta que mi 
hermano se fue. ¡La mesa de madera y otros muebles 
quedaron totalmente destruidos! Luego entró mi mamá y 
me reclamó: 
 -¡Mira nada más lo que ocasionas! ¿Qué le hiciste a tu 
hermano? 
 -¿¡Yo!? ¡No le hice nada mamá! -respondí sorprendida. 
 -¡Todo por tu culpa, te gusta hacerlo enojar! 
 -Mamá, yo tan sólo pregunté quién había sacado el 
suéter de la secadora, -ella no me quiso escuchar y continuó 
culpándome, luego se fue y me quedé llorando en el suelo 
pensando que sólo soy un estorbo, que no me quieren. 
 -¿A tu hermano no le dijo nada? 
 -No, a él todo le consiente y hace lo que él diga, como si 
fuera su marido, al grado que ahora él me quiere mandar 
como si fuera mi papá. 
 -¿Por qué hace eso tu hermano? 
 -No sé, tal vez porque mi papá cuando ya estaba 
muriendo le dijo: "Ahora tú serás el hombre de la casa". 
 -Se ha de sentir responsable de ustedes. 
 -¿Pero por qué mamá lo consiente tanto? 
 -Lo consiente para que no se vaya. Tu mamá no sale de 
casa desde que murió tu papá y quizá no quiere quedarse 
sola en su encierro. 
 -¿Qué debo hacer? 
 
45 
 
 -Trata de estar lo menos posible en casa porque allí 
adentro está el problema. Haz algún deporte, ponte a tomar 
clases de algo que te guste, busca un trabajo. 
 Verónica me hizo caso y de inmediato se puso a buscar 
actividades fuera de casa. En otra ocasión llegó a 
comentarme otro suceso con su mamá: 
 -Mi mamá me pidió que la acompañara a visitar a una 
amiga suya. Fui con ella y al llegar se saludaron muy 
efusivamente de beso y se pusieron a platicar durante un 
buen rato, yo me quedé a un lado esperando. Al terminar su 
plática se despidieron de beso y abrazo. Cuando íbamos 
caminando de regreso a la casa le pregunté: "¿Mamá, por 
qué de tu amiga te despides de beso y abrazo y a mí nunca me 
has dado uno?" Ella me contestó: "¡Porque tú no me tratas 
igual que mi amiga!" 
 -¿En verdad tu mamá nunca te ha dado un beso? -le 
pregunté a Verónica. 
 -No doctor. 
 -Tu mamá te tiene muy de valuada. 
 Casi durante un año estuvimos hablando sobre su 
minusvalía. Su mamá constantemente la menospreciaba y la 
criticaba. Mientras tanto yo trataba de hacerle ver que ella 
sí valía y no tenía que esconderse de la gente. Un día me 
comentó: 
 -Creo que mi mamá quisiera que yo no existiera. 
 -Yo más bien pienso que quisiera que nunca te fueras. 
 -¡Como cree doctor! Mi mamá sería muy feliz si yo 
desapareciera. ¡Ella no me quiere! 
 -No quiere que te vayas, -insistí. 
 -¿Por qué piensa eso? 
 -Tu mamá te devalúa para tenerte en casa. 
 Verónica se quedó muy extrañada, no comprendía. 
Continuamos platicando sobre la actitud de su mamá 
durante mucho tiempo. Verónica se sentía muy sola, seguía 
angustiada y nerviosa, yo era su único apoyo y me buscaba 
constantemente. Un día la invité a un espectáculo en un 
teatro de la ciudad: 
46 
 
 -Este martes por la tarde se presenta un grupo de danza 
en un teatro muy cerca de aquí. ¿Quieres ir? 
 -Sí, está bien. 
 Nos quedamos de ver en la taquilla del teatro, al llegar le 
pedí que entrara y buscara dos lugares mientras yo iba al 
baño. Luego entré y vimos un buen espectáculo que le gustó 
mucho. Al día siguiente me dijo: 
 -Quiero confesarle lo que pensé cuando usted fue al 
baño, yo creo que se avergonzaba de que lo vieran entrar 
conmigo. 
 -Cómo crees Verónica, ¿si me avergonzara tú crees que 
te hubiera invitado? Tú minusvalía te hace pensar así. 
Le sugerí durante varias sesiones que era necesario que 
empezara a trabajar. Un tiempo después con mucho miedo 
empezó a trabajar vendiendo pasteles que ella hacía, 
entonces me contó: 
 -Ayer fui a vender pasteles, tenía mucho miedo que a la 
gente no le gustaran, todo el tiempo tuve ese sentimiento. 
¡Pero se vendieron todos! Regresé muy contenta a casa. 
 -Qué bueno Verónica, eso te hace mucha falta. 
 Otro día Verónica llegó a platicarme: 
 -Mi mamá probó los pasteles que hice y exclamó: "¡Fuchi, 
con razón no se venden, están horribles!" Yo le contesté: "¡Ay 
mamá, pero si se me acaban, se venden todos!" 
 -¿Te das cuenta? A tu mamá no le gusta nada de lo que 
haces, por eso pensabas que a la gente tampoco le gustarían 
tus pasteles, -le comenté a Verónica. 
 Verónica me escuchaba y se quedaba pensativa. Otro día 
me platicó: 
 -Ayer fui a la tienda de una mujer que siempre me 
compra pasteles, me preguntó si era mi esposo el que me 
acompañó la última vez, le contesté que sólo era un amigo. 
Entonces pensé angustiada: "¿Qué va a decir? ¡Ha de haber 
pensado que era mi amante! Me va a criticar, yo creo que ya 
no va a querer comprarme nada". 
 -Verónica, de tanto que te ha criticado tu mamá, tú estás 
predispuesta y piensas que todo el mundo es igual. 
47 
 
 A la siguiente semana Verónica me comentó: 
 -Doctor ya me di cuenta que es mi mente, esa mujer no 
sólo volvió a comprarme pasteles sino que ahora se hizo mi 
amiga y hasta me platicó su vida. 
 -¿Ya ves? La gente no es como tú crees, andas por el 
mundo con temor a la crítica pero es tu mamá la que hace 
eso. Trata de diferenciarla de las demás personas. 
 En otra cita me dijo: 
 -Estoy empezando a sentir mucho odio hacia mi madre 
doctor, por todo el daño que me ha hecho. 
 -Sí, tu mamá te ha hecho mucho daño, pero ella también 
está dañada. Invítame a tu casa para conocer a tu mamá, me 
gustaría saber por qué actúa así. 
 -Pero me da pena invitarlo por cómo es ella. 
 -Invítame a tomar un café, di que soy un amigo tuyo. 
 -Está bien doctor, -me respondió. 
 Un día Verónica me invitó a desayunar a su casa. Ese día 
conocí a su mamá, caminaba jorobada y con las manos en 
forma de garra por la artritis, realmente parecía una bruja 
(esto ya lo he observado en otros casos, parece como si el 
cuerpo poco a poco se transformara y reflejara el interior 
de la persona). 
 Laseñora se mostró muy platicadora, lo cual facilitó las 
cosas. Comencé a visitarla dos veces por semana y me 
platicó su historia, había sido el producto de un embarazo 
no deseado; su madre se embarazó de ella en una aventura 
y la llevaron a casa de un tío, en un pueblo lejano, para que 
allí naciera sin que nadie se enterara. Al nacer, su mamá la 
dejó con ese tío y se regresó a la ciudad. El tío la trataba 
mal, le daba poco de comer y constantemente la castigaba 
ya que la consideraba el producto de un pecado. La mamá 
de Verónica supo con el tiempo que su madre la había 
abandonado allí y eso la hizo sentir triste y que valía muy 
poco. Creció con muchas culpas y devaluación. Al cumplir 
dieciocho años de edad conoció a un buen hombre (aunque 
muy celoso), con él se casó después de un año y medio de 
noviazgo. Luego nacieron Verónica y sus hermanos. 
48 
 
 En otra cita le pregunté a Verónica: 
 -¿Te gustaría hacer ejercicio, tomar clases de natación, 
de danza, o ir a correr? Te hace falta tener más actividades. 
 -Si me gustaría, pero no me atrevo, siento que la gente va 
a criticarme. 
 -¿Otra vez lo mismo? Ya te he dicho que es tu mamá la 
que te critica, no los demás. Fíjate bien, observa a la gente y 
verás que todos tienen sus propias preocupaciones, cada 
cual está en lo suyo ¿por qué te van a criticar? 
 Un día Verónica me contó que fue a una alberca pública: 
 -Tiene razón doctor, fui a nadar y observé a la gente, 
nadie volteaba a verme, cada quien estaba en lo suyo. Había 
mujeres gordas y flacas, algunas con trajes de baño 
llamativos y no les importaba si alguien las miraba. Me puse 
a nadar y se me fue quitando el miedo, me gustó mucho. 
 Durante varios meses hablamos de lo equivocada que 
estaba al pensar que la gente la rechazaría y Verónica poco 
a poco se iba dando cuenta que era cierto. A veces me 
contaba sus sueños: 
 -Doctor soñé que estaba en una fosa, el agua era muy 
obscura y turbia, adentro había un animal raro y peligroso, 
yo buscaba la forma de salir de allí, estaba asustada. 
 -Vivimos durante nueve meses rodeados de agua dentro 
del vientre materno antes de nacer, por esa razón casi 
siempre que soñamos con agua está simbolizando a mamá. 
Tu sueño representa que tienes una mamá obscura, turbia y 
dentro de ella estás tú y un animal raro y peligroso, éste 
representa a tu hermano por su actitud extraña y agresiva. 
 Un día Verónica se hizo de un novio y después de un 
tiempo planearon ir a vivir juntos, se lo comentó a su mamá 
y me platicó lo que sucedió: 
 -Doctor, le dije a mi mamá que estaba buscando un 
departamento para ir a vivir con mi novio. ¡Viera usted la 
cara que puso! ¡De veras no quiere que me vaya! 
 -¡Por supuesto! Quiere que te quedes a su lado. 
 Continué visitando a Verónica en su casa. Confirmé que 
desde que murió el papá, su mamá se quedó encerrada en 
49 
 
casa, mucha gente la invitaba a comer, a dar un paseo o al 
cine, pero ella nunca aceptaba. ¡Ya llevaba casi diez años de 
encierro! Definitivamente esa actitud la había llevado a 
retener a sus hijos en casa para no quedarse sola. La 
siguiente pregunta que me hice fue: ¿Por qué después de la 
muerte del esposo ella decidió no volver a salir? 
 Luego me enteré que el papá de Verónica era tan celoso, 
que hasta pensaba que ella estaba coqueteando con algún 
vecino, cuando se tardaba tendiendo la ropa. 
 También supe que el papá de Verónica antes de morir 
sufrió varios infartos y fue hospitalizado. Él no quería morir 
en el hospital y le suplicaba a su esposa que lo sacara de allí 
y lo llevara a casa. Los doctores decían que no era 
recomendable y la señora nunca lo sacó, allí murió. Ella se 
sintió, culpable por no haberle hecho caso a su esposo 
(recordemos que ella fue educada con sentimientos de 
culpa y devaluación), entonces entendí cuál era la razón de 
su encierro y le dije: 
 -¡Señora, ya me di cuenta por qué no sale! ¡Usted se 
siente culpable por no haber sacado a su marido del 
hospital! Como él era muy celoso, usted se ha encerrado en 
casa para demostrarle que aunque esté en el cielo usted le 
es fiel, -la mamá de Verónica se quedó callada 
escuchándome atentamente y continué: 
 -Usted sabe que cuando morimos pasamos a formar 
parte de Dios. ¿Usted cree que Dios es celoso? -Se quedó 
recapacitando sin decir nada y el resultado fue muy 
positivo. 
 El siguiente fin de semana pasé a visitarla y la encontré 
en la entrada de su casa con unas amistades a punto de 
salir. Llevaba puesto un vestido de flores muy alegre y 
estaba de pie muy derechita, no jorobada como siempre. 
Sorprendido le comenté: 
 -¡Señora, que bien se ve tan derechita y con ese vestido 
tan alegre! 
 -Eso mismo le decimos nosotros, -comentó una de sus 
amistades. 
50 
 
 ¡Después de casi diez años por fin aceptaba una 
invitación! De allí en adelante comenzó a salir a todas 
partes donde fuera invitada. Al dejar su amargo encierro, su 
hijo se sintió libre, se volvió más amistoso y luego encontró 
un trabajo. Por otro lado Verónica superó el miedo a la 
crítica y empezó a andar con más confianza por el mundo. 
 Tal vez alguien pudo darse cuenta que Verónica fue 
constantemente devaluada por su madre, lo que es casi 
imposible es que se dieran cuenta que lo hacía para que 
nunca se fuera de su lado. ¡Eso es lo invisible de los hilos de 
la devaluación! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
51 
 
LA CULPA 
 
 La utilización de la culpa por algunas madres posesivas, 
es tal vez el mecanismo más conocido como método para 
impedir que los hijos se alejen de sus mamás. No por ello 
deja de ser invisible en muchos casos. Veamos un ejemplo 
de la vida real: 
 
Irma 
 
 Un día me llamó por teléfono una señora pidiéndome 
consulta: 
 -Doctor, necesito que me ayude, estoy mal y estoy 
afectando a mis hijos. 
 -No se preocupe señora, tan sólo por lo que está diciendo 
le puedo asegurar que su problema se va a resolver muy 
pronto, -ella era consciente de estar afectando a sus hijos 
¡eso ya era una ventaja! La mayoría de las mamás no son 
conscientes de ello. Le di cita y fue al consultorio: 
 -Buenas tardes doctor. 
 -Buenas tardes, siéntese por favor. ¿En qué le puedo 
servir? 
 -Estoy muy preocupada, desde hace tiempo me 
desespero por cosas insignificantes, ando de malas todo el 
tiempo, me exalto con facilidad, no soporto a mis hijos y 
hasta llego a pegarles sin que realmente lo merezcan. No 
duermo bien, estoy angustiada, ¡no sé qué me pasa! 
 -¿Es usted casada? 
 -Sí doctor. 
 -¿Vive con su marido? 
 -Sí. 
 -¿Su marido toma o es parrandero? 
 -No doctor, no toma, no tiene vicios. 
 -¿La trata bien, no le pega? 
 
 
52 
 
 -No, él me trata muy bien. 
 -¿Dónde viven? 
 -En una casa que mi marido está pagando a plazos. Él 
trabaja como contador en una compañía y le va bien. 
 -¿Y usted a qué se dedica? 
 -Pues... a los quehaceres del hogar. 
 -¿Se queda en casa todo el día? 
 -No doctor, en realidad visito todos los días a mi mamá. 
Desde muy temprano me llevo a mis hijos de dos y tres años 
con ella. 
 -¿Y qué hace usted allá con sus hijos? 
 -Voy a ayudarle a mi mamá en sus quehaceres. 
 -¿Ella vive sola? 
 -No, vive con mi papá y dos hermanas. 
 -¿Sus hermanas no le pueden ayudar a su mamá? 
 -No le ayudan, una porque estudia y la otra porque 
nunca está en casa, -me contestó Irma frustrada. 
 -¿Y en qué le ayuda usted? 
 -Hago la comida, lavo los platos, limpio la cocina, los 
baños... en fin, todos los quehaceres de la casa. 
 -¿Y su hogar quién lo atiende? 
 -Pues nadie, casi no estoy allí. 
 -Usted está descuidando su hogar y seguramente 
también a su marido, puede terminar por gustarle otra 
mujer que quiera atenderlo a él en lugar de a su mamá. 
 -¡No me diga eso doctor! -me contestó

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