Logo Studenta

Camarada Arenas - El desarrollo del antistalinismo

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

El desarrollo del antistalinismo
Manuel Pérez Martínez (Arenas)
Como es bien sabido, el antistalinismo ha sido en las últimas décadas uno de los lugares comunes 
más manoseados por la propaganda del imperialismo. A esta campaña sistemática de mentiras y 
calumnias -cuyo verdadero objetivo es atacar el socialismo- se unieron a partir de los años 50 los 
revisionistas modernos, quienes comenzaron su carrera atacando el llamado culto a la personalidad 
de Stalin que nadie más que ellos habían fomentado entre las masas populares. 
Claro que los revisionistas no podían reprochar a Stalin que hubiera creado una numerosa 
burocracia (de la que ellos formaban parte) ni que no los hubiera liquidado. Este reproche corrió a 
cargo de los trotsquistas, que desde mucho antes se habían puesto al servicio de la burocracia del 
imperialismo. A decir verdad, el problema del revisionismo no había sido motivo de especial 
preocupación de la propaganda contrarrevolucionaria (¿¡cómo habría de serlo si es su principal 
exponente!?), pero lo cierto es que éste era un territorio inexplorado por la propaganda 
antistalinista. 
Sólo recientemente se ha descubierto que Stalin mimó y dio alas a los revisionistas. Éste habría sido 
su principal error, y su descubrimiento lo debemos a los maoístas que de esta manera -no cabe 
dudarlo- desarrollan y superan el viejo y ya desgastado antistalinismo. 
Desde luego, sólo a unos tontos sin remedio se les puede haber ocurrido la brillante idea de atribuir 
a Stalin (o a cualquier otra persona) la aparición del revisionismo, aunque sea el más moderno, por 
cuanto éste es un producto genuino del imperialismo, es decir, que debe su existencia al soborno por 
la burguesía monopolista financiera de un sector de la llamada aristocracia obrera con las 
ganancias extraordinarias obtenidas de la explotación de los países coloniales, de tal manera que las 
condiciones de su reproducción -apenas si hace falta decirlo- son internacionales y, por tanto, se han 
mantenido antes, durante y, sobre todo -hay que reconocerlo-, después de Stalin, cuando 
ciertamente ha alcanzado un desarrollo monstruoso. Stalin fue plenamente consciente de este 
fenómeno, y por el mismo motivo no se cansó de alertar contra él ni de combatirlo. 
Bien es verdad que en éste -como en otros terrenos- Stalin cometió algunos errores (como, por 
ejemplo, no apoyarse suficientemente en las masas), errores que tenemos la obligación de descubrir 
y criticar a fin de que no se repitan en el futuro. Mas no es menos cierto que Stalin realizó una gran 
obra revolucionaria en condiciones extraordinariamente difíciles y para la que no disponía de 
experiencias anteriores, por lo que esta obra deberá ser destacada como lo más importante, ya que 
pesa en la balanza mucho más que sus errores. Sin embargo, esto se ha dejado de lado, cuando no se 
olvida completamente, para hablar sólo de los errores de Stalin, nunca de sus aciertos y su gran 
obra. 
Parece que Stalin no hizo otra cosa en toda su vida (consagrada a la revolución socialista y a 
defender el marxismo-leninismo) más que cometer errores, para dejarnos finalmente, como única 
herencia, el revisionismo moderno. ¿A quién puede beneficiar esta crítica antistalinista? ¿Responde, 
acaso, a una posición de clase, marxista-leninista? 
Pero aún nos quedan otras preguntas que deben ser respondidas: ¿Dónde está el origen del 
revisionismo chino actual, del revisionismo ultramoderno o de mercado? ¿Es que Mao no cometió 
por su parte ningún error o estaba vacunado contra ellos? ¿Y cuáles han podido ser sus 
consecuencias? En todo caso habrá que reconocer que sus aportaciones a la teoría y a la práctica del 
comunismo no han sido tan decisivas, por cuanto no se ha podido evitar el rebrote del revisionismo 
ni la restauración del capitalismo en China. 
Y es que, como vemos, además de Stalin, hay otros encartados en esta causa aunque no sean 
mencionados: se trata de los clásicos del marxismo-leninismo a los que, de seguir esa misma línea 
de razonamientos acerca de los errores de Stalin, tendríamos que responsabilizar, por lo menos, del 
surgimiento de la primera y la segunda ola del revisionismo. No ha de sorprendernos, pues, que 
todavía aparezcan elementos, dentro incluso de nuestro propio movimiento, dispuestos a enterrarlos 
de nuevo ya que, por lo visto, están superadísimos. 
Por lo demás, no creo que haga falta insistir en la necesidad, para todo verdadero Partido 
Comunista, de aplicar el marxismo-leninismo y sus desarrollos a las condiciones de cada país (el 
Programa, la Línea Política y la práctica de nuestro Partido son un buen ejemplo de ello), mas para 
eso hace falta partir siempre de sus principios o fundamentos ya que, de otra manera, ¿qué es lo que 
habría que aplicar? 
Yo no tengo duda de que, en realidad, de lo que se trata es de meter de matute en nuestro 
movimiento revolucionario, con el pretexto de los desarrollos y las superaciones, las viejas ideas y 
la política revisionista con nuevos ropajes. 
 
	El desarrollo del antistalinismo
	Manuel Pérez Martínez (Arenas)

Continuar navegando