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32 IB ER O 32 e han solicitado de la revista IBERO una reflexión en torno al capítulo cuarto intitulado “Un corazón abierto al mundo ente- ro”, de la reciente Carta Encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti (FT) sobre la fraternidad univer- sal y la amistad social. Como bien sabemos el cardenal Jorge Mario Bergoglio al asumir el pontificado eligió el nombre de Francisco pensando en San Francisco de Asís, “el pobrecillo de Asís”, un hombre de paz, un hombre pobre hermano de los pobres y de todas las creaturas; alguien que procuraba la hermandad entre todos los seres humanos y la creación. Un corazón abierto al mundo entero Acoger, proteger, promover e integrar La figura de Francisco de Asís ha sido programática e inspiradora durante todo el pontificado del Papa Francisco y para esta encíclica no es la excepción. El Papa ha querido firmar el documento en la basílica de Asís, un día antes de su publicación, como gesto simbólico, publicada por tanto el 4 de octubre, fiesta de San Francisco. El título de la encíclica está tomado de uno de los escritos de San Francisco, y significa en español Hermanos todos. El Papa precisa que, con esta expresión, Francisco de Asís se dirige a todos los hermanos y hermanas, para proponerles una manera de vivir. La hermandad que vivía Francisco de Asís se nutre de la imitación y el seguimiento a Jesús de Nazaret, del Evangelio anunciado por Él en obras y M CHRISTA PATRICIA GODÍNEZ MUNGUÍA Licenciada en Filosofía y en Ciencias Teológicas por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y maestra y doctora en Teología por el Instituto Católico de París, Francia. Es coordinadora de la Maestría en Teología y Mundo Contemporáneo del Departamento de Ciencias Religiosas de la Ibero y responsable del Acuerdo Específico de colaboración con el Centro de Formación Integral de Promotores Indígenas de la Misión Jesuita de Bachajón, Chiapas. Asimismo, coordina el proyecto Tradiciones religiosas y espiritualidades de la línea de investigación Teología, Hermenéutica y Praxis de la Experiencia Religiosa. FR AT EL LI T UT TI | E L PA PA F RA NC IS CO Y U N NU EV O OR DE N M UN DI AL | E XA M EN | 152. En algunos barrios populares, todavía se vive el espíritu del “vecindario”, donde cada uno siente espontánea- mente el deber de acompañar y ayudar al vecino. En estos lugares que conservan esos valores comunitarios, se viven las relaciones de cercanía con notas de gratuidad, solidaridad y reciprocidad, a partir del sentido de un “noso- tros” barrial. Ojalá pudiera vivirse esto también entre países cercanos, que sean capaces de construir una vecindad cordial entre sus pueblos. Pero las visiones individualistas se traducen en las relaciones entre países. El riesgo de vivir cuidándonos unos de otros, viendo a los demás como competidores o enemigos peligrosos, se traslada a la relación con los pueblos de la región. Quizás fuimos educados en ese miedo y en esa desconfianza. Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, 2020. 3333 palabras. Por eso San Francisco declaraba: “Feliz a quien ame al otro, tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él” (FT §1). En el capítulo cuarto, intitulado “Un corazón abierto al mundo entero”, se enfatiza en ese amor al hermano, a la hermana que va más allá de la cercanía física y tam- bién más allá de las fronteras materiales e ideológicas. Afirmar por tanto la hermandad y si esa hermandad se concretiza entonces nos interpela y desafía a reaccionar ante la situación de las personas migrantes, por ejemplo. El Papa retoma una de las preocupaciones que han estado y están muy presentes en su pontificado y que menciona desde el capítulo primero de esta encíclica (FT §37-41). Se trata del prójimo como migrante. Ante estas personas migrantes que llegan a nuestro país1, esa apertura de corazón se puede mostrar a través de cuatro verbos que el Papa Francisco nos propone tener en cuenta: acoger, proteger, promover e integrar con el fin de “construir ciudades y países que, al tiempo que conservan sus res- pectivas identidades culturales y religiosas, estén abiertos a las diferencias y sepan cómo valorarlas en nombre de la fraternidad humana” (FT §129). Lo que se propone son acciones desde abajo, en contraposición a los programas de asistencia social que se establecen desde arriba. Se trata de reaccionar y de caminar juntos actuando desde estas cuatro maneras en un contexto que por una parte mantenga su identidad cultural y religiosa pero que no se cierre, sino que se abra a las diferencias, teniendo presente la fraternidad humana. Así va cobrando sentido el título del capítulo: un corazón que se abre al otro, a la otra, al diferente, sin importar a qué cultura o a qué religión pertenece. Esto @ commons.wikimedia.org 157. La pretensión de instalar el populismo como clave de lectura de la realidad social, tiene otra debilidad: que ig- nora la legitimidad de la noción de pueblo. El intento por hacer desaparecer del lenguaje esta categoría podría llevar a eliminar la misma palabra “democracia” –es decir: el “gobierno del pueblo”–. No obstante, si no se quiere afirmar que la sociedad es más que la mera suma de los individuos, se necesita la palabra “pueblo”. La realidad es que hay fenómenos sociales que articulan a las mayorías, que existen megatendencias y búsquedas comunitarias. Tam- bién que se puede pensar en objetivos comunes, más allá de las diferencias, para conformar un proyecto común. Finalmente, que es muy difícil proyectar algo grande a largo plazo si no se logra que eso se convierta en un sueño colectivo. Todo esto se encuentra expresado en el sustantivo “pueblo” y en el adjetivo “popular”. Si no se incluyen – junto con una sólida crítica a la demagogia– se estaría renunciando a un aspecto fundamental de la realidad social. Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, 2020. 34 IB ER O @pexels.com FR AT EL LI T UT TI | E L PA PA F RA NC IS CO Y U N NU EV O OR DE N M UN DI AL | E XA M EN | es importante, pues esta encíclica inspirada en Fran- cisco de Asís nos recuerda de él su amor sin fronteras al buscar encontrarse con el Sultán Malik-el-Kamil en Egipto: una persona de otra cultura y de una religión distinta a la suya. Asimismo, el Papa se ha sentido inspirado por él como estimulado por su encuentro con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb con quien firmó un documento sobre la fraternidad humana por la paz2. En este sentido se nos invita a que a través de estas cuatro acciones se tenga también un diálogo intercultural, así como un diálogo interreligioso que lleve a realizar acciones comunes y concretas. Por eso la hermandad que se busca construir no es uniforme, es una fraternidad diferenciada y plural y ahí se encuentra su riqueza, pues cada persona tendrá valores y propuestas que aportar desde su cultura y desde su religión en la construcción de la ciudad, el país o la región donde se encuentre. De esta forma la cultura y las culturas de un lugar se enriquecen, dinamizan, se mantienen vivas y se evita la “esclerosis cultural”. Frente a las personas migrantes3 que llegan es- capando de fuertes crisis humanitarias, se exponen algunas respuestas muy concretas: como simplificar la concesión de visas, “abrir corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables, ofrecer un aloja- miento adecuado… garantizar la seguridad personal… proteger a los menores de edad… garantizar la libertad religiosa”4, entre otras. Estas reacciones y otras más que se contemplan necesarias hay que ofrecerlas a quienes vienen y pasan por nuestro país, pues ya no son solamente quienes van buscando mejores con- diciones de vida, sino que lamentablemente encon- tramos mujeres, hombres, niñas y niños que vienen escapando de la violencia a la que se enfrentan en 34 159. Hay líderes populares capacesde interpretar el sentir de un pueblo, su dinámica cultural y las grandes ten- dencias de una sociedad. El servicio que prestan, aglutinando y conduciendo, puede ser la base para un proyecto duradero de transformación y crecimiento, que implica también la capacidad de ceder lugar a otros en pos del bien común. Pero deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder. Otras veces busca sumar popularidad exacerbando las incli- naciones más bajas y egoístas de algunos sectores de la población. Esto se agrava cuando se convierte, con formas groseras o sutiles, en un avasallamiento de las instituciones y de la legalidad. Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, 2020. 35 sus países y lo menos que puede pasarles es encontrar nuevamente violencia a su paso con corredores de la muerte. Lo mismo aplica para nuestros connacionales que se ven obligados a desplazarse. En esta búsqueda de la hermandad contribuye a su favor el comprometerse a aplicar el concepto de “plena ciudadanía” a quienes llegan y participan “del tejido so- cial”. Este concepto se basa en la “igualdad de derechos y deberes bajo cuya protección todos disfrutan de la justicia” (FT §131). Se subraya que sea plena ciudadanía y evitar el uso de minorías cuando este término se uti- liza de manera peyorativa y discriminatoria. La plena ciudadanía busca garantizar que, al ciudadano, a la ciudadana no se le considere ajeno o como ciudadano o ciudadana de segunda, y se le discrimine, sino que goce plenamente de esa igualdad de derechos religiosos y civiles. Si bien aquí se refiere a migrantes, nos debe hacer pensar y cuestionar en el trato que damos en nuestro país a sectores, grupos y colectivos vulnerables que sufren discriminación, hostilidad y rechazo. Para quien cree en el Evangelio, acoger con amor y de forma gratuita a la persona diferente cobra sentido desde las palabras de Jesús: “Fui forastero y me recibie- ron” (Mt 25,35). Jesús podía decir esas palabras porque tenía un corazón abierto que hacía suyos los dramas de los demás” (FT §84). Ante esto me surge una pregunta: ¿Qué tan abierto al mundo está el corazón del seguidor, la seguidora de Jesús, para acoger a las personas dife- rentes, para promover la igualdad y la hermandad entre todos y todas? 35 161. Otra expresión de la degradación de un liderazgo popular es el inmediatismo. Se responde a exigencias populares en orden a garantizarse votos o aprobación, pero sin avanzar en una tarea ardua y constante que genere a las personas los recursos para su propio desarrollo, para que puedan sostener su vida con su esfuerzo y su creatividad. En esta línea dije claramente que “estoy lejos de proponer un populismo irresponsable”. Por una parte, la superación de la inequidad supone el desarrollo económico, aprovechando las posibilidades de cada región y asegurando así una equidad sustentable. Por otra parte, “los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras”. Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, 2020. 1 Para un acercamiento sobre la situación de los migrantes por México, remito al número 69 de la revista IBERO: México: Origen, paso y destino de migrantes, agosto-septiembre de 2020. 2 Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, Abu Dabi (4 de febrero de 2019). 3 Ver nota 1. 4 “Incrementar y simplificar la concesión de visados, adoptar programas de patrocinio privado y comunitario, abrir corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables, ofrecer un alojamiento adecuado y decoroso, garantizar la seguridad personal y el acceso a los servicios básicos, asegurar una adecuada asistencia consular, el derecho a tener siempre consigo los documentos personales de identidad, un acceso equitativo a la justicia, la posibilidad de abrir cuentas bancarias y la garantía de lo básico para la subsistencia vital, darles libertad de movimiento y la posibilidad de trabajar, proteger a los menores de edad y asegurarles el acceso regular a la educación, prever programas de custodia temporal o de acogida, garantizar la libertad religiosa, promover su inserción social, favorecer la reagrupación familiar y preparar a las comunidades locales para los procesos integrativos” (FT §130). Cada una de estas respuestas merecería una reflexión profunda que implica tanto a las comunidades religiosas, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y la voluntad política de los Estados.
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