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FECUNDACION Y PLACENTACION

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FERTILIZACIÓN
El proceso de fertilización, es la unión del gameto masculino y el femenino, con el fin de dar lugar a un nuevo individuo, el cual tendrá una configuración genética única, producto del genoma del padre y la madre. 
Todo comienza con un oocito maduro que ha sido ovulado y está listo para recibir al espermatozoide; sin embargo, este último debe ser capaz de vencer varias pruebas y así poder fertilizar al oocito. 
Una de ellas es la capacitación, donde el espermatozoide aumenta su movilidad, su membrana plasmática cambia de configuración y pierde moléculas de colesterol, lo que hace que su interacción con el medio extracelular sea mucho más fluida y eficiente.
Posteriormente, y gracias a la capacitación, el espermatozoide expone receptores de reconocimiento para las glicoproteínas de la zona pelúcida del oocito denominadas ZP2, ZP3 y ZP4; una vez el espermatozoide reconoce estas glicoproteínas, se inicia la liberación de enzimas acrosomales, evento que se conoce como reacción acrosomal. 
Posterior a esta reacción, el espermatozoide entra al 
espacio perivitelino.
La ZP1 tiene una función estructural para el oocito, y en 
el bovino es la ZP4, la que cumple esta acción. 
Finalmente, solo un espermatozoide será seleccionando 
para ingresar al oocito, el cual cuenta con mecanismos moleculares para evitar la polispermia (entrada de más de uno de ellos).
Ya en el espacio perivitelino, el espermatozoide se une a la membrana celular del oocito, donde se fusiona por completo y deja su núcleo espermático en el citoplasma oocitario; allí se debe descondensar el material genético, eliminando las protaminas (proteínas para el empaquetamiento del material genético del espermatoziode) y utilizando histonas oocitarias (proteínas para el empaquetamiento del material genético del oocito), para formar el pronúcleo masculino.
Una vez está formado el pronúcleo masculino, se fusiona con el pronúcleo femenino, en un proceso denominado singamia, dando origen a una nueva estructura llamada cigoto; a partir de este momento, comenzará una importante etapa conocida como: desarrollo embrionario temprano.
El desarrollo embrionario temprano, se inicia a partir de la formación del cigoto, el cual comenzará a dividirse en varias células. Estas primeras divisiones se llaman clivaje (del inglés: cleavage), o segmentación. Cada una de las nuevas células recibirá el nombre de blastómera; es decir, después del primer clivaje se forma un embrión de dos blastómeras; posteriormente, este embrión realizará un segundo clivaje para formar cuatro células o blastómeras (Figura 3 y Fotografía 1), y así repetidamente, hasta conformar una estructura de más de 16 blastómeras, llamadas mórulas, por su semejanza con una mora
La mórula continúa su clivaje hasta un número alrededor de 64 blastómeras, donde comienza a observarse, gracias a la ganancia de iones y agua por el embrión, la formación de un espacio llamado blastocele. Este proceso recibe el nombre de cavitación, y da como resultado una estructura embrionaria llamada blastocisto, en la cual se diferencian dos tipos celulares: las células ubicadas en periferia interna de la zona pelúcida que se conocen como células trofoblásticas y conforman el trofoblasto, y las células que se agrupan en uno de los polos del embrión que se conocen como: macizo celular interno o embrioblasto. 
Una vez el blastocisto se expande, continúa su desarrollo, lo que hace que aumente de tamaño. En este momento, el fluido del blastocele ejerce presión sobre la zona pelúcida, dando como resultado el rompimiento de la misma y la eclosión del blastocisto (Figura 6 y Fotografía 3). El embrión ha llegado al cuerno uterino, y deberá hacerse reconocer por la madre, para poder continuar con su desarrollo.

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