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ISSN 1870-6800 
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UNIVERSIDAD DE COLIMAUNIVERSIDAD DE COLIMA
PORTES, revista mexicana de estudios sobre la Cuenca del Pacífico, Tercera época, Volumen 10, Número 20, Julio / Diciembre 
2016, es una publicación semestral de difusión e investigación científica del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre la 
Cuenca del Pacífico y del Centro de Estudios de APEC(CUEICP-CEAPEC) de la Universidad de Colima. Av. Gonzalo de 
Sandoval 444, Col. Las Viboras, C.P. 28040, Colima, Col., México. Teléfono (+ 52) (312) 31 6 11 31. www.portesasiapacifico.com.mx, 
portes@ucol.mx. Editora responsable: Myriam Cruz Calvario. Edición: José Luis Ramírez Moreno. Reservas de Derechos al Uso 
Exclusivo No. 04-2010-030116423900-102, ISSN 1870-6800. Impresa por la Dirección General de Publicaciones de la 
Universidad de Colima, Av. Universidad 333, Col. Las Víboras, C.P. 28040. Colima, Col., México. Teléfono (+52) 312 31 6 10 00, 
ext. 35004. Este número se terminó de imprimir en diciembre de 2016.
Las ideas expresadas en los artículos e investigaciones son responsabilidad de los autores y no reflejan el punto de vista del CUEICP-
CEAPEC o de la Universidad de Colima.
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Facultad de Economía, México. Especializado en Desarrollo Económico Comparado 
México-China.
Dra. Maricela Mireya Reyes López /Universidad de Colima, 
Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico, 
México. Especializada en el Sureste Asiático. 
Tercera época • Volumen 10 • Número 20 • Julio / Diciembre de 2016 • Colima, México
PORTES, Revista mexicana de estudios sobre la Cuenca del Pacífico
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tercera éPoca / volumen 10 / número 20 / Julio • diciembre 2016 / PP. 105-136
issn 1870-6800
Las políticas gubernamentales de ciencia 
y tecnología en el Asia Pacífico en la posguerra: 
los casos de Japón y Corea del Sur1
Governmental policies of science and technology in 
Asia Pacific in the postwar period: The cases of Japan 
and South Korea
Antonina Ivanova Boncheva2 
Ángel Licona Michel3
Martha Loaiza Becerra4
Emma Mendoza Martínez5
José Ernesto Rangel Delgado6
Carlos Uscanga Prieto7
1 La investigación fue realizada por el grupo de trabajo sobre ciencia y tecnología en 
Asia-Pacífico, conformado por académicos de la Universidad Nacional Autónoma de 
México, Universidad de Colima, Universidad de Guadalajara y Universidad Autónoma 
de Baja California Sur. Los autores se encuentran en orden alfabético.
2 Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Mé-
xico. Email: aivanova@uabcs.mx. 
3 Profesor-investigador de la Facultad de Economía y del Centro Universitario de 
Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico-Centro de Estudios apec de 
la Universidad de Colima, México. Email: almichel@ucol.mx. 
4 Profesora-investigadora de la Facultad de Economía y del Centro Universitario 
de Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico-Centro de Estudios apec 
de la Universidadde Colima, México. Email: loaiza@ucol.mx. 
5 Profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. 
Email: emma.mendoza@gmail.com.
6 Profesor-investigador de la Facultad de Economía y del Centro Universitario de 
Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico-Centro de Estudios apec de 
la Universidad de Colima, México. Email: erangel@ucol.mx.
7 Profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. Email: 
auscanga@politicas.unam.mx.
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
Resumen
El presente artículo examina las políticas gubernamentales para 
el desarrollo de la ciencia y tecnología en Japón y Corea del Sur, 
donde se hace un análisis histórico de la evolución de las políti-
cas públicas elaboradas por ambos países asiáticos. Después de 
identificar la estructura administrativa para el diseño y gestión 
de las políticas tecnológicas, se estudian los cambios de esas 
políticas ante las necesidades de la innovación científica en el 
contexto de un sistema económico global en transición.
Palabras clave: innovación, ciencia, tecnológica, políticas públicas.
Abstract
This article examines government policies for the development 
of science and technology in Japan and South Korea, where a 
historical analysis of the evolution of public policies developed 
by both Asian countries is made. After identifying the adminis-
trative structure for the design and management of technology 
policies, changes in those policies to the needs of scientific inno-
vation in the context of a global economic system in transition 
are studied.
Keywords: innovation, science, technology, public policy.
Introducción
Es un hecho que la región del Pacífico Asiático ya se ha con-vertido en el epicentro de la economía mundial contemporá-
nea. La experiencia de desarrollo económico observado por Ja-
pón, la primera y segunda generación de las nuevas economías 
industrializadas (nei), así como el meteórico despegue de Corea 
del Sur y China han transformado esa región del mundo en un 
actor que está definiendo la emergente arquitectura económi-
ca global.
Ese papel no puede ser comprendido sin entender los pro-
cesos de transformación industrial llevados a cabo en las últi-
mas décadas a través del Estado como promotor del desarrollo, 
la adopción de una política industrial sustentaba en una pla-
neación estratégica y visión de futuro, así como redes de con-
sensos entre agentes económicos y políticos para llevar a cabo 
un proyecto nacional. En este contexto, la apuesta al desarrollo 
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científico y tecnológico es uno de los vectores constantes que ha 
marcado el tránsito del Pacífico Asiático como la segunda región 
mundial que invierte más recursos en dicho sector. De acuerdo 
con la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económi-
ca (ocde por sus siglas en inglés), en 2002 participó con 31.5% 
dentro del gasto de investigación y desarrollo científico en el pla-
no global, por debajo de 36.8% de Estados Unidos.
Sin lugar a duda, Japón y Corea del Sur representan ca-
sos relevantes dentro del proceso de transformación tecnológi-
ca. Para el primer país, el proceso de modernización se empren-
dió a finales del siglo xix en un ambiente altamente competitivo 
donde las potencias controlaban los mercados mundiales, este 
proceso le obligó avanzar de manera acelerada en el proceso 
de reconversión tecnológica utilizando modelos europeos y nor-
teamericanos, para después adaptarlos a las necesidades es-
pecíficas de su desarrollo económico. El expansionismo militar 
japonés, durante el periodo de entreguerras, fue una expresión 
de la necesidad de generar un cambio dentro de la estructu-
ra de la hegemonía mundial. La derrota de Japón en la guerra 
del Pacífico y el proceso de ocupación de las fuerzas aliadas en 
la isla redireccionó las energías de una economía de guerra a 
una sustentada en la alianza estratégica con Estados Unidos 
en el marco de las nuevas realidades políticas y económicas de 
la guerra fría. La recuperación de Japón estuvo sustentada en 
la apuesta a la innovación tecnológica, donde el gobierno y la 
empresa fueron los actores principales en el desarrollo de un 
sistema científico-tecnológico orientado a la formación de una 
comunidad de investigadores de nivel mundial, en el avance de 
la competitividad mundial y en la meta de la transformación de 
Japón como una potencia en ese sector.
El caso de Corea del Sur merece atención especial por ser 
un país con una experiencia más temprana pero muy intensa 
en el desarrollo de la ciencia y tecnología (cyt). La experiencia de 
Japón marcó una ruta que fue tomada como referencia por otras 
economías asiáticas, el legado colonial después de la ocupación 
japonesa en ese país dejó una base primaria que le permitió pos-
teriormente desarrollar, a través de la adopción de políticas pú-
blicas para el apoyo a los hombres de negocios, en la adopción 
de paquetes tecnológicos para emprender su proceso de reindus-
trialización después del conflicto bélico que derivó en su división.
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De igual forma, la asociación estratégica con Estados Uni-
dos y el acceso a sus mercados representó una pieza importante 
para apuntalar el avance de modelo de crecimiento económico. 
Los esfuerzos de la homologación tecnológica frente a Japón y 
los países europeos representaron las razones que motivó con-
centrar los esfuerzos nacionales para ese fin. En el ocaso de la 
primera década del siglo xxi, Corea del Sur se ha conformado 
como una de las piezas claves dentro de sistema tecnológico in-
ternacional, y sus corporaciones se han posicionado de manera 
relevante en los mercados mundiales y su sociedad como ejem-
plo dentro de la era del conocimiento.
El presente artículo tiene como meta explorar las políticas 
gubernamentales para el desarrollo de la cyt en Japón y Corea 
del Sur, donde se realizará una aproximación histórica sobre 
la evolución de las políticas públicas para después analizar los 
rasgos de la estructura administrativa para el diseño y gestión 
de las políticas tecnológicas en ambos países. Por último, se 
apuntarán los cambios de esas políticas frente a las necesida-
des de innovación de cara a un sistema global en transición y 
frente a las necesidades emergentes de las sociedades coreana 
y japonesa.
Política científico-tecnológica de Japón 
La institucionalización de la cyt en Japón ocurrió a partir de la 
Primera Guerra Mundial. El decenio de 1910 es definido como el 
momento en que no sólo el Estado sino también la iniciativa pri-
vada se ocupan de la cyt para fines bélicos (Uchida et al., 1986). 
La política militarista que cobró fuerza a partir de la década de 
1930 buscó convertir a Japón en una superpotencia industrial y 
militar libre de las importaciones de productos costosos. Una de 
las cuestiones más importantes dentro del estudio de ese sector 
fue la manera en que la industria japonesa enfrentó los retos 
planteados frente la instrumentación de un sistema tecnológico 
occidental que cambiaba en forma acelerada. 
La transferencia y asimilación de la cyt occidental supu-
sieron la resolución de problemas de tipo organizativo; es por 
ello que resultó fundamental la creación de un marco institucio-
nal, en cuya construcción se incluyó el know-how acumulado, 
la habilidad científico- tecnológica de un grupo cada vez mayor 
de ingenieros y científicos en general, así como las estructuras 
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issn 1870-6800económicas definidas durante el periodo Meiji. En este sentido 
la investigación corporativa y las redes sociales de innovación 
fueron fundamentales para el proceso. 
De acuerdo con William H. McNeill, en Japón es ostensible 
la politización de la toma de decisiones tratándose de tecnologías 
avanzadas, ya que las compañías productoras de armamento se 
pusieron al frente de los sectores industriales. Las empresas de 
armamentos y las fuerzas armadas que trataban con ellas se con-
virtieron en protagonistas de los dos procesos paralelos distinti-
vos que constituyen la marca del siglo xx: la industrialización de 
la guerra y la politización de la economía (McNeill, 1988).
Fueron las universidades y otros laboratorios de investi-
gación financiados por el gobierno los que brindaron asesoría a 
las firmas privadas, y algunas de las industrias japonesas más 
importantes del siglo xx se desarrollaron bajo el tutelaje tec-
nológico de los arsenales militares y los centros de investiga-
ción. Desde el comienzo de la modernización en el periodo Meiji, 
las instituciones educativas de élite difundieron el know-how 
técnico mediante asesoría a la industria privada. Un ejemplo 
fue el Instituto de Investigación Física y Química establecido 
en 1916, bajo auspicio del gobierno, el mismo era la síntesis de 
los esfuerzos gubernamentales y privados de la centralización y 
planeación de la investigación científica y tecnológica. Sin em-
bargo, la planeación fue fallida debido a los obstáculos burocrá-
ticos que los Ministerios de Educación e Industria y Comercio 
hicieron a los planes de la Agencia de Planeación y su estrategia 
para la instrumentación del esbozo de plan para la fundación de 
un nuevo orden para la ciencia y la tecnología a través de una 
Agencia de Tecnología en 1941. 
Dichos intentos sentaron bases para que las instituciones 
japonesas estuvieran preparadas para llevar a cabo la importa-
ción masiva de tecnología occidental al término de la Segunda 
Guerra Mundial (Morris-Suzuki, 1994). En efecto, la configura-
ción de una economía de guerra entre 1930 y 1941 correspondió 
con el modelo de respuesta ante la amenaza occidental, gene-
rando una administración del esfuerzo nacional para conseguir 
poderío militar y fue un elemento constituyente de la moderni-
zación japonesa (McNeill, 1988).
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Establecimiento de un sistema de administración 
de la cyt (1945-1960)
Durante la siguiente etapa (1945-1960), el Estado organizó el tra-
bajo científico a través de sus instituciones y partiendo de nuevos 
esquemas, de esta manera la imposibilidad de recurrir a la guerra 
para dirimir conflictos permitió a Japón redefinir los objetivos de 
las tareas científicas y tecnológicas. Durante el periodo del alto 
crecimiento económico, las políticas industrial y científico-tecno-
lógicas buscaron reducir la brecha tecnológica entre Japón y los 
países desarrollados occidentales, con el objetivo de expandir la 
producción y reducir costos recurriendo a la ingeniería de rever-
sa. Cada uno de los planes económicos implementados por el 
gobierno entre 1955 y 1968 tuvo como objetivo principal alcanzar 
la independencia económica y el máximo crecimiento, obtenido 
durante la década de 1960 (Nakamura, 1990). Resulta relevante 
en este tenor, el puntualizar que la ciencia se desarrolló y empo-
deró dentro del contexto japonés debido a un proceso de conexión 
estrecha entre los círculos científicos, el gobierno y la industria. 
Los primeros pasos ya habían sido dados por el gobierno japonés 
al instaurar y promover la educación sobre bases científicas en el 
último cuarto del siglo xix. 
Desde la posguerra, Japón racionalizó y planeó su política 
tecnológica desde la Agencia de Ciencia y Tecnología (acyt), crea-
da en 1956, pero la planificación del desarrollo de tecnologías 
para el crecimiento industrial y la promoción de la innovación 
a gran escala no han sido uniformes. En 1959 se estableció el 
Consejo de Ciencia y Tecnología (ccyt) para coordinar los intere-
ses y actividades de investigación de los ministerios y hacerlos 
convergir, con la finalidad de facilitar la planeación a largo pla-
zo; sin embargo, las rivalidades entre ministerios y agencia pre-
valecieron, particularmente debido a las objeciones del Minis-
terio de Comercio Internacional e Industria (miti, por sus siglas 
en inglés). Para la acyt resultaba estratégica la construcción de 
plantas nucleares que garantizaran el abastecimiento de ener-
gía, pues la demanda sería cada vez mayor. A esta agencia le 
interesaba más el desarrollo industrial que financiar costosos 
proyectos de investigación para el logro de resultados originales, 
así que el miti se dio a la tarea de proteger, promover y apoyar 
financieramente a las corporaciones privadas siderúrgicas, na-
vieras, químicas y de maquinaria, pues las consideraba claves 
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para posicionar a Japón en el mercado mundial. Su actuación 
fue exitosa en el marco de un sistema de política industrial me-
diante el cual subsidió, concedió préstamos con bajos intereses, 
apoyó la investigación con miras a la innovación de procesos y 
productos y, lo más importante, difundió los nuevos logros cien-
tífico-tecnológicos aplicados a la industria en todas las empresas.
En los años setenta, Japón una vez recuperado de los es-
tragos que había sufrido durante la Segunda Guerra Mundial y 
a partir del modelo democrático impuesto por Estados Unidos, 
tuvo las condiciones adecuadas para sentar las bases de desa-
rrollo del país, que lo convertirían en una potencia económica y 
tecnológica mundial. Los actores que más destacan, y a los que 
se les atribuye el éxito económico y tecnológico de Japón son, a 
nivel gubernamental, el miti y el Banco de Desarrollo de Japón, 
como uno de sus principales instrumentos financieros; sin em-
bargo, también el sector privado y sus instituciones financieras 
juegan un papel preponderante, sobre todo en algunas áreas 
industriales. Cabe destacar que el desarrollo de la cyt en Japón 
ha ido estrechamente de la mano con las políticas industriales 
marcadas por el gobierno central.
El papel principal del miti era seleccionar algunas áreas es-
tratégicas, asignarles recursos y dictar políticas que les permi-
tieran tener un crecimiento y desarrollo competitivo para estar 
en términos de igualdad con las potencias occidentales (López, 
2015). Las medidas de política industrial propuestas por el miti 
y aprobadas por los círculos político y empresarial alcanzaron 
tal éxito, que la prensa estadounidense se refería al Japan Inc. 
para referirse irónicamente a la forma en que las élites japone-
sas controlaban la toma de decisiones, manipulaban la opinión 
pública y obtenían el consenso.
Las políticas de innovación científica y tecnológica, 
1960-1990
En los años sesenta se observó la continuación de la política de 
importación de tecnologías que se había iniciado en la década 
anterior, en busca de su mejoramiento y perfección. Las compa-
ñías privadas empezaron a establecer laboratorios centrales de 
investigación que tuvieron como objetivo desarrollar tecnología 
propia (Harayama, 2001).
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
La Ley de asociaciones de investigación sobre tecnología 
industrial de 1961, contribuyó a los incentivos a las compañías 
privadas procurando la concentración de esfuerzos en activi-
dades de investigación aplicada. Dicha ley dio pie a lo que más 
tarde se denominarían Grandes Proyectos, que fomentaban la 
cooperación entre los sectores industrial, académico y guberna-
mental. A este sistema se le llamó investigación comisionada,en 
el que los resultados de la investigación eran compartidos por 
todos lo participantes. Cada uno de los integrantes podía reali-
zar su parte del proyecto en forma individual, sin que hubiera 
un sitio en el que trabajaran juntos.
El Sistema de Investigación y Desarrollo Industrial de 
Gran Escala se puso en funcionamiento en 1966 teniendo como 
objetivo fundamental apoyar proyectos de investigación de alto 
costo, de largo plazo y de alto riesgo, que además tenían un 
alto potencial para inducir avances tecnológicos y grandes ga-
nancias, pero con pocas posibilidades de ser iniciados por com-
pañías privadas si no contaban con la intervención guberna-
mental. El gobierno buscó consolidar su base tecnológica en 
industrias prometedoras, tales como la automotriz, electrónica, 
de la moda y, consecuentemente, incrementar la competitividad 
de Japón a nivel mundial.
A la par con los Grandes Proyectos que fueron un éxito 
para Japón y un punto a favor del miti y de su política tecnoló-
gica e industrial, en los años setenta y ochenta se introdujeron 
otros sistemas de investigación y desarrollo. Uno de los más fa-
mosos fue el sistema de investigación y desarrollo (iyd) de nue-
vas tecnologías de energía, conocido como proyecto Sunshine 
(1974), que tenía el objetivo de hacer frente a la crisis petrolera 
que obligaba a diversificar el suministro de energía y explotar 
fuentes de energía nuevas y limpias. A éste se agregó el proyec-
to Moonlight (1978), que era un sistema de iyd de tecnologías de 
conservación de energía. El organismo encargado del manejo 
de ambos proyectos fue la Organización para el Desarrollo de 
Nuevas Energías (nedo, por sus siglas en inglés),8 que era una 
corporación especial bajo la autoridad del miti.
Esta década se caracterizó por el énfasis que el miti puso 
en el desarrollo de alta tecnología, promoviendo industrias de 
alto valor agregado e industrias de conocimiento intensivo e in-
formación, incluyendo computadoras y microelectrónica. Inclu-
8 New Energy and Industrial Technology Development Organization.
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so brindó apoyo complementario a ciertos proyectos mediante 
fondos que se otorgaban a discreción. Uno de los proyectos más 
conocidos y que fue beneficiado por estos fondos discrecionales 
del miti fue el de Circuito Integrado de Gran Escala (vlsi, por sus 
siglas en inglés).9 Este proyecto le dio un avance sustancial a la 
industria japonesa de semiconductores, y en especial a la tecno-
logía de procesamiento de información.
A mediados de los años setenta, los consorcios patrocinados 
por el miti se habían convertido en los principales instrumentos de 
política industrial en alta tecnología. Esto a su vez mermó la ca-
pacidad del miti de imponer cuotas en las importaciones, restringir 
la inversión extranjera y otras medidas regulatorias con las que se 
había protegido a ciertas industrias, como la electrónica y de com-
putación desde principios de los años cincuenta (Callon, 1997).
Los años ochenta marcaron un cambio decisivo en las polí-
ticas de cyt de Japón, ya que una vez superada la fase de homo-
logación con los países con tecnología avanzada, se encontró ante 
la necesidad de elegir las nuevas áreas tecnológicas a desarrollar. 
En 1981 el miti fundó el Sistema de Investigación y Desarrollo de 
Tecnología Industrial Básica de la Próxima Generación, que tenía 
como objetivo principal hacer de Japón una nación basada en cien-
cia y tecnología. Las áreas tecnológicas que se seleccionaron fue-
ron las siguientes: biotecnología, procesamiento de información, 
nuevos materiales y nuevas tecnologías de energía; y su forma de 
administración siguió el mismo modelo que los Grandes Proyectos.
En esta década, la acyt y el miti introdujeron el Sistema 
para la Promoción de Ciencia y Tecnología Coordinada y Creati-
va, que consistía en proyectos de investigación conjuntos entre 
industria, academia y Estado, basados en contratos de cinco 
años y enfocados en semillas tecnológicas. Esto permitió que 
investigadores e ingenieros del sector privado tuvieran acceso 
abierto a los laboratorios de las universidades para llevar a cabo 
investigación cooperativa y recibir capacitación.
Por último, los años ochenta se caracterizaron por el he-
cho de que Japón, al convertirse en un gigante económico y 
tecnológico, hizo más complicada la tarea del miti de conducir o 
guiar la política tecnológica e industrial, debido a dos razones: 
1) las principales compañías japonesas ya no requerían más de 
la protección del miti sino que, por el contrario, cada vez se resis-
tían más a su intervención; 2) la presión de Estados Unidos para 
9 Very large-scale integrated circuit.
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Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
que el miti abandonara su política proteccionista y de agresiva 
promoción a sus industrias. Consecuentemente, a finales de la 
década se observa una disminución de la participación financie-
ra gubernamental en la iyd y un incremento de la participación 
privada. Además de que sobrevinieron conflictos y competencias 
entre los distintos ministerios involucrados, el miti y las compa-
ñías, e incluso entre las mismas compañías, dando fin a la épo-
ca dorada de consenso y cooperación armoniosa (Callon, 1997).
Desde 1990 hacia 2025
A partir de la década de los noventa se observaron cambios sig-
nificativos en las políticas de cyt que responden a nuevas condi-
ciones en los ámbitos interno y externo. Las políticas o cambios 
que se proponen tienen una visión de largo plazo, en donde se 
resaltan las metas en distintos momentos y áreas de prioridad. 
Las tres etapas que se distinguen corresponden a los planes 
básicos para la instrumentación de políticas en materia de cyt 
y una perspectiva de largo plazo denominada Innovación 25. En 
suma, los principales cambios de las políticas gubernamentales 
para el desarrollo científico en Japón, han venido buscando ma-
yor vinculación entre los hallazgos científicos y los requerimien-
tos sociales mediante la generación de respuestas ágiles para 
enfrentar la fuerte competencia internacional. El énfasis de los 
diversos planes básicos y del programa Innovación 25 es lograr 
el consenso y los apoyos públicos. El proyecto Innovación 25 es 
una muestra de dichas respuestas para modificar el paradigma 
del desarrollo científico remarcando su sentido y aplicación 
social para convertir a Japón, hacia 2025, en una nación que 
asuma un claro liderazgo en la innovación tecnológica.
Desde la década de los noventa, Japón ha enfrentado cre-
cientes dificultades económicas debido a que sus empresas su-
frieron un severo endeudamiento y una alta competencia por 
parte de corporaciones extranjeras. La era del catching up and 
overtake había terminado y ahora tenían que diseñar una es-
trategia para mantenerse como front runners, mediante nuevos 
esquemas, formas e instrumentos para hacer ciencia e intensifi-
car el proceso de innovación. El proceso inició con la promulga-
ción de la Ley Básica para la Ciencia y Tecnología de 1995 que 
configuró una nueva estructura normativa que dio lugar a la 
elaboración de una reforma institucional, el mejoramiento de la 
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planeación, la ampliación del financiamiento público y una reo-
rientación de las prioridades del desarrollo tecnológico ante los 
retos que enfrenta la sociedad japonesa en el siglo xxi (Tanaka, 
2006). Después de la aprobación de ese nuevo instrumento ju-
rídico se implementó el Primer Plan Básico (1996-2001) donde 
se enfatizó en la renovación de la estructura interna de la cyt. 
Uno de los puntos centrales fue la discusiónde la reforma de 
las universidades como actores importantes en el sistema tec-
nológico japonés. Una de las prioridades fue la ampliación de 
las fuentes de financiamiento; también se estableció un sistema 
de evaluación independiente y se implementaron acciones para 
fortalecer la comunicación entre los actores privados y guberna-
mentales. En este marco se recomendó ampliar los espacios de 
información sobre los resultados de la investigación en la cyt, 
con financiamiento gubernamental al sector privado y facilitar 
la adquisición de patentes por parte de los científicos japoneses. 
Los cambios de fondo se instrumentaron mediante la pues-
ta en marcha del Segundo Plan Básico (2001-2006), que estipuló 
la creación del Consejo para las Políticas de Ciencia y Tecnología 
(cpcyt) cuyo objetivo era elaborar políticas integrales que respon-
dieran a los requerimientos estratégicos nacionales y sociales. 
Ese nuevo organismo asesor presidido por el primer ministro ja-
ponés ofrecía recomendaciones para el desarrollo estratégico de 
la cyt básica y aplicada, fomentando mayor coordinación inter-
gubernamental entre los sectores público, privado y académico. 
Entre sus funciones principales destacan su papel como órga-
no asesor para emitir recomendaciones al primer ministro y a 
los ministerios relacionados en materia de cyt. A la par del cpcyt 
también se fundó el Consejo para la Política Económica y Fiscal 
(cpeyf) y ocurrió la importante fusión del Ministerio de Educación, 
Ciencia, Deporte y Cultura con la Agencia de Ciencia y Tecnología 
de Japón para formar el Ministerio de Educación, Cultura, De-
portes, Ciencia y Tecnología (mext), con el objetivo de hacerlo más 
eficiente. Otra medida de profundo impacto fue la decisión de 
convertir en agencias administrativas independientes a las pre-
paratorias y universidades nacionales, que representan 90% de 
todas de instituciones de educación media superior y superior en 
Japón, para mejorar cualitativamente la educación y la investiga-
ción mediante el desarrollo de nuevas habilidades.10
10 Véase Administrative Structure of Government funded Science and Technology in 
Japan.
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
Otro cambio importante en el Segundo Plan Básico fue la 
decisión de insertar a Japón en las tendencias de la sociedad del 
conocimiento, donde se impulsaría, como una de las prioridades, 
la creación de una sociedad con una economía vigorosa y prós-
pera. Se continuaron los trabajos de vinculación universidad-em-
presa que se reflejaron en el incremento del número de proyectos 
conjuntos de investigación científica de 869 en 1990 a 8,023 para 
2004 (Osamu, 2006). En este contexto, el mext y la acyt cumplen 
funciones relevantes en la planeación y desarrollo de la cyt en 
Japón, entre las que destacan: a) planeación, promoción, coor-
dinación y evaluación; b) apoyo a políticas básicas, construcción 
de infraestructura y promoción del entendimiento de la cyt; c) fi-
nanciamiento a universidades nacionales, públicas y privadas; d) 
atención de los institutos de investigación nacionales y unidades 
independientes administrativas (Hirokawa, 2001). 
El Tercer Plan Básico (2006-2011) marcó una diferencia con 
los anteriores al prestar mayor atención al apoyo público y a las 
maneras en las que el desarrollo científico beneficia a una sociedad 
japonesa que envejece y necesita un entorno de seguridad cada vez 
mayor. Desde una perspectiva internacional se proyectó un papel 
proactivo para la solución de los problemas medioambientales glo-
bales, como son el calentamiento y el reciclaje de los desechos, así 
como el crecimiento poblacional mundial versus el desempeño en 
ese terreno de China y Corea del Sur. Entre las principales metas 
que se observan en el tercer Plan y que retoman elementos de los 
anteriores están las de dar un salto en materia de generación del 
conocimiento para la eliminación de enfermedades y elevación del 
confort social; así como de fomentar las condiciones para que las 
empresas japonesas puedan ser más eficientes en la elaboración 
de productos intensivos en tecnología para mantener su posición 
de liderazgo en los mercados mundiales. 
Proyecto Innovación 2025
Uno de los rasgos importantes en el tema de la cyt durante la 
primera mitad de la década del siglo xxi fue la presentación de 
la propuesta Innovación 25 como una estrategia de largo plazo 
para continuar impulsando el desarrollo tecnológico y para ofre-
cer nuevos estímulos para el crecimiento económico de Japón. 
El gobierno japonés creó el Ministerio de Estado para la Inno-
vación y estableció el Consejo Estratégico de la Innovación 25 
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y la Misión Especial para la Innovación 25 a manera de anda-
miaje institucional para enfatizar la meta central de convertir a 
los ciudadanos en actores activos del diseño y ejecución de los 
planes de cyt. 
En Innovación 25 se reiteran los diferentes retos, ya plan-
teados en los Planes Segundo y Tercero en materia de salud, 
prevención de enfermedades y bienestar, que enfrentará Japón 
ante el envejecimiento de su población; asimismo se subraya la 
necesidad de una nueva infraestructura social como resultado 
de las transformaciones de la estructura poblacional, el incre-
mento del número de residentes extranjeros y la diversificación 
de estilos de vida y trabajo. Uno de los puntos nodales es la ne-
cesidad de impulsar mayor descentralización para que las co-
munidades locales se conviertan en incubadoras de procesos de 
innovación. Bajo la estrategia de Innovación 25 se vislumbra la 
adopción de políticas para ser implementadas en el corto plazo, 
como la adopción por parte de Japón de acciones para que el 
desarrollo económico se encuentre basado en energías limpias, 
nanotecnología y biotecnología desarrollada en el propio país.
Todo ello se encuentra referido a la ampliación de la inver-
sión en cyt para las nuevas generaciones como factor esencial 
para el desarrollo de nuevas fronteras de innovación tecnológica 
y hallazgos en ciencias básicas y avanzadas con base en un sis-
tema de infraestructura tecnológica desarrollada para impulsar 
medios de producción avanzados, servicios y un nuevo conoci-
miento con utilidad social. 
Un reto hacia el futuro: tecnología y seguridad energética
En el plano global, los procesos de reconversión tecnológica han 
estado orientados a eliminar las incertidumbres generadas en 
el nuevo entorno global del siglo xxi. Sin lugar a dudas que el 
tema de la energía se mantenido como una constante frente a 
las vulnerabilidades de Japón en ese sector. Es más, en el plan 
Innovación 25 se marca que los temas energéticos representan 
un elemento tanto en la agenda interna como en la global, de 
suma importancia para el gobierno japonés.
Como ya se analizó, durante los años setenta y ochenta 
se emprendieron planes para la mayor utilización de la energía 
atómica, pero ahora se ha emprendido una nueva agenda de 
seguridad energética. Antes de 2006 se dieron pasos importan-
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
tes para diversificar fuentes de energía y proveedores, así como 
para crear una reserva estratégica de petróleo para invertir en 
recursos mediante la exploración y el desarrollo de campos de 
petróleo y gas en el extranjero (Hosoe, 2005; Yokobori, 2006; 
paj, 2007). 
En junio de 2006 el Ministerio de Economía, Comercio e 
Industria (meti, por sus siglas en inglés) publicó la new national 
energy strategy (nnes).11 Finalmente, en marzo de 2007 la dieta 
aprobó definitivamente la Ley Básica de Energía, sobre la base 
de la nnes. El análisis que subyace en la nueva estrategia ener-gética de Japón se basa en los desafíos crecientes en seguridad 
energética del país como la necesidad de toma de conciencia del 
carácter finito de los combustibles y minerales fósiles, el aumento 
de los riesgos geopolíticos en las principales zonas productoras 
(terrorismo, nacionalización, restricciones a la inversión extran-
jera, etcétera), el agotamiento de las reservas de petróleo y gas en 
Estados Unidos y la Unión Europea, el fuerte aumento pasado y 
potencial de la demanda de China y la India (Bustelo, 2008), in-
versiones globales previsiblemente insuficientes. 
Sobre la base del análisis anterior, los objetivos generales de 
la nnes de 2006 son los cuatro que se mencionan a continuación: 
en primer lugar está una intervención gubernamental más activa 
en los mercados, de manera que se creen vínculos estratégicos 
entre las empresas energéticas y las instituciones gubernamen-
tales, con la finalidad de propiciar mayor seguridad en el sumi-
nistro de recursos. En segundo lugar destaca un fortalecimiento 
de la diplomacia de los recursos (resource diplomacy): asistencia 
económica y ayuda técnica, tanto en países productores como 
en países consumidores competidores de Japón. En tercer lugar, 
un aumento de la capacidad de respuesta en caso de emergencia 
(con una ampliación de las reservas estratégicas de petróleo y 
gas); y, en cuarto lugar, una reducción sustancial de la intensi-
dad energética y el fomento de la eficiencia energética.
En el tema de la eficiencia energética, Japón se ha trans-
formado en el líder a nivel mundial. Utiliza sólo una novena 
parte de la energía en comparación con China, o un tercio de 
la cantidad de Estados Unidos, para producir una unidad de 
su producto interno bruto (pib). El gobierno japonés continúa 
elevando el perfil de la tecnología energética, incluyendo la co-
11 Véase el texto completo en meti (2007) y un resumen en Hughes (2006); Masaki 
(2006) y eccj (2007).
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laboración internacional y la transferencia de tecnología, y ha 
puesto la energía, el cambio climático y la sustentabilidad en 
primer lugar de su agenda política. 
El país está poniendo énfasis en la sustentabilidad am-
biental, eficiencia económica y seguridad energética.12 Previo a 
2014 y debido al incremento de los precios de petróleo, la efi-
ciencia energética fue reconocida como una forma que no sólo 
protegería el medio ambiente sino también fomentaría el desa-
rrollo económico. Las medidas tomadas en este ámbito permi-
tieron que la eficiencia energética se mejorara en más de 30% 
desde el año 1973.
El liderazgo tecnológico de Japón ha contribuido a mejorar 
la seguridad energética y fortalecer la mitigación del cambio cli-
mático en el mundo. El ahorro de energía basado en un enfoque 
sectorial es parte del conjunto de las políticas japonesas. Una 
mayor integración de los mercados de gas y electricidad benefi-
ciaría aún más la seguridad energética (Smil, 2007). Desde los 
años setenta el gobierno japonés empezó a sancionar a las em-
presas que no cumplían con los estándares gubernamentales, 
hecho que mejoró en cierto grado la situación ambiental; sin 
embargo, pronto resultó que existen otros factores de degrada-
ción ambiental más difíciles de controlar como, por ejemplo, el 
uso de automóviles, desechos de los hogares y el uso de sustan-
cias químicas (Hosoe, 2005).
En 1998, cuando se revisó la Ley de Conservación Ener-
gética, el gobierno japonés implementó el sistema de estándares 
Top Runner (Murakami et al., 2006). Este sistema establece es-
tándares de eficiencia energética para 18 productos de intensivo 
uso de energía,13 tanto de eficiencia como en el tiempo para al-
canzar las metas. Los productores tienen el objetivo de superar 
la más alta eficiencia energética para productos semejantes en 
el mercado. El programa de Etiquetado de Eficiencia Energética 
muestra cómo estos productos se acercan a las metas estableci-
das, y las empresas muestran de manera voluntaria sus logros 
en cuanto a la conservación de energía en catálogos y materiales 
de promoción para que los consumidores estén conscientes del 
parámetro cuando realicen sus compras.
12 Las tres E: Environmental sustainability, Economic efficiency and Energy security.
13 Vehículos, aires acondicionados, luces fluorescentes, televisiones, videos, foto-
copiadoras, computadoras, discos magnéticos, vehículos de carga, refrigeradores 
eléctricos, calentadores, estufas de gas, calentadores de agua de gas, asientos san-
itarios eléctricos, máquinas vendedoras y transformadores.
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
Aparte de los estándares implementados de manera obli-
gatoria, para dar flexibilidad a las empresas japonesas el gobier-
no muchas veces fomenta las políticas energéticas y ambien-
tales implementadas por las empresas de manera voluntaria. 
Estos se refieren en primer término al sector industrial. 
Puesto que las empresas tratan de cumplir con los obje-
tivos asumidos dentro del marco de los programas voluntarios, 
éstos tienen prácticamente los mismos resultados que los pro-
gramas obligatorios. En este sentido destacan los acuerdos con 
la Federación de Empresas Japonesas (Keidanren) en el sector 
industrial, donde se presentan buenos records en el cumpli-
miento de las metas y existe el firme compromiso de extender 
dichas políticas a futuro. Un logro importante del Keidanren fue 
la declaración periódica de la disminución de emisiones de dió-
xido de carbono (CO2) por medio de la mejora en la eficiencia 
energética desde 1997. 
Las industrias japonesas están trabajando de manera 
continua para cumplir con los objetivos de reducción asumidos 
dentro del programa Acciones Voluntarias en el Ámbito Ambien-
tal; sin embargo, existe preocupación en este sector respecto a 
que cualquier regulación adicional en esta área podría mermar 
las ganancias y volverse contraria a los intereses del sector in-
dustrial (Smil, 2007). Por lo tanto, el gobierno ha implementado 
una serie de medidas enfocadas para reducir el uso de energía 
en los sectores de transportación y residencial. Estas medidas 
incluyen el uso de sistemas de ahorro de energía en edificios y 
hogares, que refuerzan la expansión del altamente eficiente es-
quema de Top Runner para electrodomésticos y vehículos. 
Al mismo tiempo las industrias japonesas han reducido de 
manera impresionante su uso del petróleo. La mayor productora 
de acero en el país, Nippon Steel, ha disminuido su dependencia 
de petróleo en 85% desde 1974. Ahora con éste se produce ape-
nas 10% de la energía utilizada para calentar sus hornos. Cinco 
de las diez fábricas de Nippon Steel utilizan como combustible 
plástico reciclables (por ejemplo, bolsas y botellas desechadas). 
Para cumplir con los objetivos de Kioto, la industria acerera de 
Japón ha modernizado sus plantas de manera sustancial; ac-
tualmente sus fábricas producen una tonelada de acero usan-
do 20% menos combustible que las acereras americanas y 50% 
menos que las de China (Liao, 2007).
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Por último es preciso apuntar que el gobierno y las empre-
sas japonesas están comprometidos con la transferencia de la 
tecnología, en primer lugar en la región asiática. Como el mayor 
productor y exportador de bienes de consumo y vehículos, los 
beneficios de la tecnología japonesa y en especial de la tecnología 
para eficiencia energética se han diseminado en el mundo, con-
tribuyendo a la reducción de la demanda energética global y a la 
reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero. En 
este sentido podría apuntarse que la estrategiade cyt de Japón 
no sólo representa un esfuerzo para generar las condiciones de 
bienestar económico y político interno sino que se considera un 
instrumento que puede generar un impacto positivo para enfren-
tar los problemas globales y que, al mismo tiempo, se convierte la 
diplomacia tecnológica en un activo de su política exterior.
Política científico-tecnológica en Corea del Sur
El modelo de desarrollo de la cyt en Corea del Sur tuvo un con-
junto de características particulares, pero que visto desde la 
perspectiva del desarrollo y crecimiento de la región representa 
un eslabón que permite fortalecer la cadena de valor construida 
entre Japón, Estados unidos y Corea del Sur. Históricamente la 
lucha entre el Norte y el Sur de la península contribuye en mu-
cho a ello, por un lado el proceso de desarrollo económico de la 
posguerra después del conflicto con Corea del Norte y la división 
de la península marcó las pautas para un proceso acelerado de 
innovación tecnológica; por el otro, el gobierno coreano empren-
dió un conjunto de políticas para el desarrollo de científicos y 
de apoyos a los empresarios para avanzar en el proceso de ho-
mologación tecnológica, cuyos principales actores en ese sector 
dentro de la región del Pacífico Asiático eran Estados Unidos y 
Japón.
Dentro de ese escenario tan competido, el proceso de desa-
rrollo tecnológico de Corea del Sur pasó por las fases clásicas de la 
imitación, adaptación e innovación, como había sido la experien-
cia japonesa. Los empresarios coreanos compraron paquetes tec-
nológicos completos y adquiriendo tecnologías maduras de países 
desarrollados. Las empresas se convirtieron inicialmente en cen-
tros de ensamble de inputs extranjeros (Licona y Rangel, 2012). 
En efecto, al no contar con tecnología avanzada y abun-
dancia de recursos humanos especializados que pudieran ma-
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
nejarla durante los años sesenta, inician el despegue tecnoló-
gico por medio de la copia y el autoaprendizaje de la tecnología 
generada en otros países. En esta fase se dedican a estar ma-
quilando, copiando y aprendiendo de los avances tecnológicos 
que se presentan en el resto del mundo. Para la década de los 
setenta y ochenta incursionan en el aprendizaje, fase que les 
permite adoptar tecnología extranjera a través de la adquisición 
de licencias y asistencia técnica. En esta fase los empresarios 
coreanos emprenden la transformación de los procesos produc-
tivos de sus industrias, haciéndolas más eficientes, lo que ge-
neró ventajas competitivas frente al resto de los países. Durante 
los años ochenta y principalmente en los noventa pasaron a la 
innovación, donde el aprendizaje acumulado y la transforma-
ción de los procesos alcanzada de la década previa les permitía 
introducir nuevos productos creados con tecnología propia, que 
los posiciona como una economía competitiva en el seno de la 
economía mundial (Amsden, 1989; Amsden y Kim, 1985; Tur-
ner y Kim, 2004).
Puede considerarse como punto de partida del avance tec-
nológico que ha tenido Corea del Sur en el año de 1961, ya que 
en ese periodo llegó al poder por medio de un golpe de estado el 
General Park Chung-hee (Laurentis, 2001), quien viendo el atra-
so económico y tecnológico que tenía su país, implementó una 
serie de políticas para alentar el desarrollo económico a través 
de la adopción de políticas públicas orientadas a expandir la 
industria ligera y a facilitar el desarrollo de la industria pesada 
para que contribuyera al proceso de substitución de importacio-
nes (Yoo, 1990; Choo, 1987). Asimismo se fomentó una reforma 
administrativa al interior del gobierno, un ejemplo fue la confor-
mación de la Junta de Planificación Económica, que pretendía 
planear cuales eran las industrias que se requerían para que el 
país lograra su industrialización y se hiciera más competitivo.
En 1967 el gobierno coreano creó el Ministerio de Ciencia 
y Tecnología para coordinar una política tecnológica, en 1966 
se estableció el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (kist, 
por sus siglas en inglés), con el objetivo de integrar los esfuer-
zos de los investigadores en el campo de la tecnología industrial 
(García-Blanch, 2002).
Con la finalidad de lograr que el kist contribuyera en el de-
sarrollo de tecnología propia y que impulsara la competitividad 
de la industria coreana, se le otorga independencia financiera y, 
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por lo tanto, el gobierno no lo limitaba en sus investigaciones, 
provocando que de esta manera se generaran avances tecnoló-
gicos. Asimismo se le concedió libertad en la realización de los 
proyectos de investigación para contribuir a mejorar la competi-
tividad de la industria coreana.
De igual manera en los años sesenta se creó el Instituto 
Coreano Avanzado de la Ciencia, el cual se encargó de reunir a 
la masa crítica que se encontraba en el país, así como repatriar 
a todos aquellos egresados del extranjero que se encontraban 
laborando fuera de Corea, a quienes se les ofreció mejores sala-
rios para que contribuyeran con sus ideas al mejoramiento de la 
estructura productiva de su país. Asimismo, la oferta universi-
taria empezó a crecer con el fin de tener una población más pre-
parada y con mayores capacidades para insertarse en el mundo 
laboral, es así que en la actualidad existen en Corea del Sur 
alrededor de 221 universidades, siendo las más importantes de 
acuerdo a los ranking mundiales el Korea Advanced Institute of 
Science and Technology, Seoul National University y la Pohang 
University of Science and Technology, que se encuentran entre 
las 50 mejores universidades de Asia y entre las 350 mejores del 
mundo. Toda esta oferta educativa sigue coadyuvando a que los 
coreanos sigan por la senda competitiva y desarrollen nuevos 
productos para el mercado (Licona y Rangel, 2012).
El gobierno consideró de vital importancia para sus planes 
de desarrollo la creación de una industria de acero que pudiera 
proveer la demanda creciente de la expansión de las empresas, 
en el año de 1964 se inició la construcción de la acerera Pohang 
Steel Coorporation (posco), misma que se convirtió ―con el paso 
de los años― en una de las principales acereras del mundo (Lim, 
2003; Brañas, 2002; 2001), la primera planta de posco concluyó 
en el año de 1971.
En los años setenta la política industrial del gobierno co-
reano se orientó a la industria pesada y química, con el cono-
cimiento de que a través de ellas el país podría superar sus 
rezagos económico y tecnológico (Park, 2007; Lee, 1998; Choo, 
1987). posco se transformó en el principal proveedor de acero de 
la industria coreana, coadyuvando al crecimiento y mejoramien-
to de sus procesos y de su competitividad. 
Corea del Sur continua con un esquema visionario de un 
país competitivo, en el año de 1974 creó la ciudad científica de 
Daeduk, y se concentraron en ella la mayor parte de los centros 
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AntoninA ivAnovA BonchevA, Ángel liconA Michel, MArthA loAizA BecerrA, et Al.
Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
de investigación para seguir impulsando la investigación y el 
desarrollo de tecnologías propias. Es así que implementaron las 
dos leyes más importantes en el campo de la tecnología: la Ley 
de Promoción del Desarrollo Tecnológico y la Ley de Promoción 
de Servicios de Ingeniería, con la finalidad de impulsar la for-
mación de recursos humanos en estas áreas, asimismo se libe-
raron las importaciones de tecnología entre los años de 1978 a 
1988 (Chae, Joo y Yang, 2000; Lee, 2007), así como la creación 
del Centro de Información de Importaciones de Tecnología, el 
cual tenía como objetivo promover y difundir tecnologías extran-
jeras y asesorar empresaslocales en la compra y adopción de 
las tecnologías más apropiadas para sus negocios, con el objeti-
vo de consolidar su proceso de creación de tecnologías propias.
Con la implementación de políticas científicas, tecnológi-
cas y educativas, los coreanos lograron apuntalar la industria y 
ser competitivos en el ramo del acero, construcción de barcos, 
automóviles, así como en la electrónica donde gracias al desa-
rrollo de los semiconductores y del avance logrado en la nano-
tecnología, empresas como Samsung14 y LG tienen mayor pre-
sencia en el ámbito mundial al ofrecer productos electrónicos de 
vanguardia. Para seguir siendo competitivos y saber qué es lo 
que viene para el futuro, el gobierno apoyó la realización de es-
tudios prospectivos que permitan conocer qué es lo que deman-
dará la sociedad y qué es lo deseable de ofrecer ante las nuevas 
exigencias de los mercados nacionales y mundiales.
En Corea del Sur los estudios prospectivos se realizan con 
fondos públicos y, por lo tanto, están bajo la responsabilidad de 
instituciones del Estado coreano, siendo responsable de estas 
actividades el Instituto Coreano de Evaluación y Planeamiento 
de la Ciencia y la Tecnología (Korean Institute of Science and Te-
chnology Planning, kistep) (Park, 2005). 
En este contexto sus resultados se convirtieron en el insu-
mo principal para la formulación de los planes y programas de 
Corea del Sur, donde se detectaron las necesidades de la pobla-
14 Samsung Electrónica vendió productos por valor de 103, 000 millones de dóla-
res en el 2007, convirtiéndose en la primera compañía coreana que sobrepasa los 
100,000 millones de ventas anuales, con lo que se refuerza su estatus como uno de 
los grandes fabricantes de productos electrónicos del mundo. A finales del 2006, sólo 
trece firmas, incluyendo Citi Group, sobrepasaron los 100,000 millones de dólares en 
ventas, ocho pertenecían a la industria petrolera, entre ellas Exon Mobil, y cinco a la 
industria automovilística, incluyendo a Toyota. En el sector electrónico, sólo Siemens 
y Hewlett-Packard rebasaban los 100,000 millones de dólares en ventas. 
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ción y de las empresas; asimismo la identificación de las tecno-
logías emergentes les permitirán satisfacer nuevas necesidades, 
así como los programas educativos de investigación y desarrollo 
que se requieren para crear nuevas tecnologías. 
Lo anterior está sustentado en dos aspectos importantes. 
En primer lugar la competitividad de las empresas coreanas, 
que se basa en su capacidad tecnológica. Como resultado en 
el ritmo de crecimiento de productos tradicionales, esa capaci-
dad tecnológica había comenzado a declinar en los años noventa 
(Kim y Kim, 1997), de tal forma que se hacía necesario realizar 
un planeamiento a largo plazo para determinar prioridades de 
desarrollo tecnológico, tarea que sólo podía ser liderada por el 
gobierno, por ser él quien puede conjugar las necesidades e in-
tereses de todos los sectores de la sociedad coreana. En segun-
do, la base científica y tecnológica de los procesos actuales de 
innovación requerían de un enfoque multidisciplinario y, esta 
forma de trabajo, necesita de una instancia de coordinación na-
cional para lograr resultados exitosos. 
Por su parte, dentro del programa Proyectos Nacionales de 
Tecnologías Avanzadas y auspiciado por el Ministerio de Ciencia y 
Tecnología se recabó información sobre las tecnologías emergentes 
necesarias para conducir la planeación de las actividades de investi-
gación en el largo plazo e identificar tecnologías prioritarias para las 
empresas coreanas. De un grupo inicial de 214 tecnologías identifi-
cadas por el grupo de estudio se seleccionaron 60, de las cuales el 
Comité de Prospectiva eligió 11: cinco orientadas a productos (semi-
conductores altamente integrados, red de servicios y datos integra-
dos, TV de alta definición, nueva medicina y agroquímicos, y siste-
mas avanzados de producción) y seis consideradas básicas (nuevos 
materiales en informática, electrónica y energía, sistemas de trans-
porte, nuevos biomateriales, tecnología para ingeniería ambiental 
nuevas fuentes de energía y nuevo reactor atómico).
Un año después de iniciado el ejercicio de tecnologías 
emergentes, dio comienzo a otro estudio similar organizado por 
el Instituto de Política Científica y Tecnológica con el objetivo de 
complementar la información del ejercicio anterior. Resultando 
una primera exploración consistente en una consulta a 25,000 
expertos, lo que les permitió identificar alrededor de 1,200 te-
mas en torno a los cuales se construyó la encuesta, con el fin 
de encontrar cuáles son las nuevas tecnologías que se van a de-
mandar y de qué forma pueden ofrecerlas en los mercados.
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Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
En el año 2003 se desarrolló un tercer ejercicio de pros-
pectiva tecnológica impulsado por el kistep. En el estudio se de-
sarrolló el panorama de la futura sociedad coreana hasta el año 
2030, así como las futuras demandas y necesidades basadas 
en las perspectivas que son deducidas a través de las consultas 
con los expertos (Park, 2005); también se organizaron comités 
técnicos para analizar los temas tecnológicos que puedieran sa-
tisfacer las demandas y necesidades futuras.
Dentro de estos esfuerzos de avance hacia la tecnología del 
futuro, Corea del Sur se ha transformado en una ciudad ubicua 
o ciudad U, que consiste en contar con todos los sistemas de 
información (sobre viviendas, médicos, empresarios, gobernan-
tes y sociedad en general), los cuales comparten los datos de los 
hogares, calles y edificios de oficinas con computadoras incor-
poradas. La ciudad se conoce como New Songdo City (o nueva 
ciudad de Songdo) y está situada en una isla artificial de aproxi-
madamente 680 hectáreas, cerca de la costa, frente a la ciudad 
de Incheon, a unas 40 millas de Seúl. Es una ciudad que literal-
mente emergió del mar hacia el futuro. La inversión calculada 
para el proyecto fue superior a los 25,000 millones de dólares, 
albergando a 65,000 habitantes y empleando aproximadamente 
a 300,000. Cuenta con lugares recreativos como acuarios, can-
chas de golf, sistema de canales similar al de Venecia, parque 
central como el de Nueva York, así como escuelas y hospitales.
De igual forma los coreanos avanzan en la investigación 
sobre el campo de la robótica a través de su Ministerio de Infor-
mática y Comunicación (MIYC) en conjunto con la empresa KT 
puso a prueba mil unidades de robots para uso del hogar, para 
uso público en hogares y entidades públicas y para sensibilizar 
a la sociedad en estos temas, ya que para el año 2014 conside-
raban que todas las familias coreanas contaran con un robot 
que apoyase en las labores del hogar.
Lo anterior conlleva el interés implícito de mantener su 
ventaja competitiva en la región y en el mundo, por medio de 
la producción de bienes con un alto contenido tecnológico, el 
establecimiento de áreas tecnológicas avanzadas, así como la 
construcción de programas educativos y la implementación y el 
desarrollo de proyectos científicos en instituciones educativas y 
de investigación de excelencia.
Entre los esfuerzos de política orientados a aclarar la re-
lación de trascendencia que existe entre la educación, la cien-
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cia y la tecnología, llama la atención la unificación en marzo de 
2008 de los anteriores Ministerio de Educación y Formación de 
Recursos Humanos y Ministerio de Ciencia y Tecnología en uno 
sólo, conocido como Ministerio de Educación Ciencia y Tecno-
logía (mest, por sus siglas en inglés),cuya visión principal ―más 
allá de la reducción del aparato burocrático coreano― fue cons-
truir un país avanzado de primera clase, unificando la educa-
ción con la ciencia y la tecnología por medio de la combinación 
de recursos humanos, tanto del sistema educativo como del sis-
tema de ciencia y tecnología. Destacan en su visión la construc-
ción de políticas orientadas a la consolidación de un sistema de 
educación diverso y autoregulado, la satisfacción de las escue-
las, la expansión de los beneficios de la educación, el estableci-
miento de políticas nacionales de ciencia y tecnología, la inten-
sificación de las habilidades básicas en las universidades y en 
los institutos de investigación, así como el fortalecimiento de la 
infraestructura de investigación. 
El conocimiento acumulado por Corea del Sur, así como 
el desarrollo de tecnología propia, permite ver que su política de 
cyt estuvo basada en el impulso de proyectos de escala nacio-
nal con la finalidad de contar con recursos humanos altamente 
capacitados, transformar las tecnologías y elevar los estándares 
de producción de las empresas. De igual manera se percibe la 
perseverancia del gobierno y corporaciones coreanas para crear 
tecnología propia y formar los cuadros profesionales, para que 
vayan aprendiendo de los avances tecnológicos generados en el 
mundo y con ello transformando sus procesos de innovación. 
En una versión actualizada del gran interés por la cien-
cia y la tecnología se crea en marzo de 2013 El Ministerio de 
Ciencia. Las tecnologías de la información y la comunicación 
(tic) y la Planificación del Futuro de Corea del Sur se vinculan a 
la seguridad alimentaria y a los accidentes ambientales, con la 
pretensión además de generar más industrias y empresas (10 
nuevas industrias y 90,000 empresas) y con ello más empleos 
(408,000) con uso de la tecnología científica. Ofertando progra-
mas para que los jóvenes en y desde las universidades puedan 
emprender nuevos negocios. Dejando con ello, evidencia de una 
nueva economía creativa que marcará la ruta de la gestión de la 
administración de la presidenta Park, que deja claro que: 
Las tecnologías de la información y la co-
municación (tic) son un motor de crecimiento fu-
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Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
turo para el país […] de forma tal que el impulso 
de la investigación y el desarrollo científico y que 
las ventas de los institutos financiados por el Es-
tado aumentarán a 500,000 millones de wones 
(442,47 millones de dólares) en 2017 en compa-
ración con los 107,000 millones de wones (94,69 
millones de dólares) de 2012 (yonhap News Agency, 
2013).
En las manos del nuevo ministerio se encuentra el objetivo de 
hacer crecer en 1% el número de investigadores con mayor número 
de citas en el contexto global (de 1,268 en 2012 a 5,000 en 2017). 
Con la creación del nuevo ministerio se pretende apoyar la 
industria del software (88,449 millones de dólares americanos 
para 2017, a diferencia de los 27 mil millones en 2012), así como 
el incremento de zonas públicas conectadas a WiFi (de 2,000 en 
2012 a 10,000 en 2017), las conexiones a internet con velocidad 
gigabit y disminuir los cotos de la telefonía móvil. Para lo cual se 
busca fortalecer la ciencia como filosofía entre niños, adolescentes 
y adultos, y apoyar de esta forma la industria del conocimiento.
Dando seguimiento a lo anterior y para enfrentar los últi-
mos periodos de bajo crecimiento en fechas recientes ―2.7% en 
2015 debido a la disminución en el consumo por el Síndrome 
Respiratorio del Medio Oriente (mers), así como a la ralentización 
de las economías de China y Estados Unidos― se anunció por 
la presidenta Park Geun-hye el lanzamiento de nueve nuevos 
proyectos nacionales estratégicos (1,600 billones de wones, sin 
dejar de lado las industrias tradicionales naval, automotriz15 y de 
la construcción), con la finalidad de: 
Crear nuevos motores de crecimiento econó-
mico a favor de la calidad de vida del pueblo […] 
asociados con la dotación de financiamiento direc-
to a […] la inteligencia artificial (ia);16 la realidad vir-
tual (rv) y la realidad aumentada (ra), en ambas fa-
voreciendo el reconocimiento de movimiento facial 
y gestos, sensores y compartimientos, así como tec-
nologías relacionadas con la seguridad; vehículos 
autónomos […] sin conductor o auto conducidos; 
15 Radar y sensores de video formarán parte del diseño de los nuevos autos para 
2019 y sistemas automatizados de última generación para 2024 (Chang, 2016).
16 Para el año 2020 la nación contará con tecnologías de vista y reconocimiento de voz que 
se podrían utilizar en primer lugar en el sector público ―por ejemplo, contra el terrorismo y 
el crimen― para luego adaptarlas al cuidado de las personas mayores (Chang, 2016).
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materiales livianos (con incremento de la demanda 
en la industria aeronáutica y automotriz);17 ciuda-
des inteligentes; medicina de precisión; captura y 
almacenamiento de carbono; manejo de partículas 
y cuestiones relacionadas con la contaminación; y, 
por último, biomedicina y productos farmacéuticos 
biológicos (Chang, 2016).
La bifurcación de la educación, la ciencia y la tecnología en 
dos ministerios diferentes, puede en cierta medida estar siendo 
influido por la visión de la actual presidenta, que abre un espa-
cio importante a la cultura y como un ámbito formativo de orden 
cualitativo y relacionado con la calidad de vida de la población. Lo 
cual es permitido por el estadio de desarrollo en que se encuentra 
actualmente Corea del Sur, producto además de los efectos que 
está causando el acelerado crecimiento entre la población.
Sin embargo, el Ministerio de Educación no se deslinda de 
la tarea de contribuir activamente al desarrollo científico y tec-
nológico. Destaca su postura con relación al fortalecimiento de 
los programas educativos en los niveles básicos, así como tam-
bién en el nivel medio superior y superior, y la educación para 
la vida, lo cual en cierta medida respeta la estructura educativa 
convencional a lo largo de los años en los que dicho factor pro-
ductivo ha representado un canal estratégico para el desarrollo 
de Corea del Sur. 
Así se puede observar que la política de cyt de Corea del 
Sur continúa fortaleciendo sus estrategias y resultados, además 
de que busca anticiparse a las necesidades de la sociedad y de 
su estructura productiva a través del fomento de sectores estra-
tégicos y de nuevas tecnologías.
A manera de reflexión final
Las experiencias del desarrollo del cyt en Japón y Corea del Sur 
ofrecen un marco de referencia importante sobre los esfuerzos 
nacionales para lograr una acelerada transformación económi-
ca, capaz no sólo de competir en los mercados mundiales sino 
también en ser líder en esos sectores productivos. En ambos 
17 Que implica el desarrollo de la producción en gran escala de titanio, aluminio y 
magnesio para 2023 (Chang, 2016).
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Portes, revista mexicana de estudios sobre la cuenca del pacífico
casos las políticas de fomento y estímulo para el desarrollo tec-
nológico por parte del Estado fueron elementos esenciales que 
favorecieron el desarrollo de políticas públicas orientadas a la 
formación de investigadores de alto nivel, la creación de una 
infraestructura moderna para la indagación científica y las ac-
ciones de planificación para el avance en el desarrollo de tecno-
logías de frontera.
La orientación inicial de la cyt estuvo ligada en atender las 
necesidades del sector privado para incrementar su competitivi-
dad mundial en áreas donde eran controladas por las potencias 
tecnológicas mundiales. La fase de maduración de las econo-mías japonesa y coreana generó un doble cambio: por un lado, 
un esfuerzo para bajar a nivel de la sociedad los beneficios del 
desarrollo tecnológico, a fin de generar una nueva organización 
urbana, atención de servicios de salud más avanzados, atención 
de los problemas emergentes ante el proceso de envejecimiento 
y caída de la tasa de natalidad; por el otro, Japón ha considera-
do que su nivel de potencia económica le impone aportar accio-
nes para atender los problemas globales relacionados al medio 
ambiente, eficiencia del uso de energía y fuentes alternas, así 
como el colaborar en programas para el combate de enfermeda-
des de tipo infeccioso y pandemias.
Para Japón, uno de los principales retos emergentes se re-
fiere al mantenimiento, como un actor importante dentro de la 
carrera tecnológica global, las fases del catching up y overtake 
se han quedado atrás para la continuidad de un perfil de líder 
en las tecnologías del futuro. Por su parte, Corea del Sur logró 
acortar las fases tradicionales dentro de la competencia inter-
nacional para la innovación científica y se ha transformado en 
un factor de peso en ese sector dentro de la región del Pacífico 
Asiático. Asimismo, sus corporaciones han sido exitosas en su 
reconversión tecnológica para mejorar su posición dentro de los 
mercados globales.
Los procesos de asociación entre el sector empresarial y el 
gubernamental ha sido un elemento importante que caracteriza 
la experiencia de las economías asiáticas dentro de sus estrate-
gias de planificación y gestión de la cyt. Los procesos de ensayo 
y error experimentados por Tokio y Seúl han servido para vol-
ver a orientar el financiamiento, la organización y las metas de 
las estrategias nacionales del desarrollo tecnológico. Si bien los 
montos de la inversión privada tienen una proporción mayorita-
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ria dentro del gasto global en cyt, las bases y los fundamentos 
del apoyo gubernamental han sido esenciales en las diferentes 
fases del inicio y maduración de las estrategias de innovación 
científico-tecnológicas en Japón y Corea del Sur, siendo un ras-
go esencial que marca un perfil propio en comparación a otros 
países.
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