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Dialnet-GuiaPracticaDelVertigoPosicionalParoxistico-6178281

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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [157] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
eISSN 2444-7986 
DOI: https://doi.org/10.14201/orl201783.15655 
Artículo de revisión 
GUÍA PRÁCTICA DEL VÉRTIGO POSICIONAL PAROXÍSTICO 
BENIGNO 
Practical guideline for Benign Paroxysmal Positional Vertigo 
José Ignacio BENITO-OREJAS1; María PONCELA-BLANCO2; Laura DÍEZ-GONZÁLEZ2; Rafael 
ÁLVAREZ-OTERO2; Gabriel AGUILERA-AGUILERA3; Jean Franco INTRAPRENDENTE-
MARTINI3; Erwin RACINES-ALAVA3; Ramón MARTÍNEZ3; María MARCO-CARMONA3; 
Hortensia SÁNCHEZ-GÓMEZ3; Raquel YÁÑEZ-GONZÁLEZ4; Rocío GONZÁLEZ-AGUADO5; 
Virginia FRANCO-GUTIÉRREZ5; Gloria GUERRA-JIMÉNEZ6; Ángel MAZÓN-GUTIÉRREZ5; 
Silvia GANCEDO7; Rafael PÉREZ7; Pablo SANTOS-GORJÓN8; Carmen SÁNCHEZ-BLANCO8; 
Francisco José GARCÍA-PURRIÑOS9; Cristina GASCÓN-RUBIO10; Fernando SALAZAR11; 
Michael BAUER1; José VALDA-RODRIGO12; Eduardo MENA-DOMÍNGUEZ13; Gabriel 
TRINIDAD-RUIZ14; Ángel BATUECAS-CALETRÍO3 
Comisión de Otoneurología de la Sociedad Otorrinolaringológica de Castilla y León, Cantabria y La Rioja. España. 
1Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Valladolid; 2Complejo Asistencial Universitario de Palencia. Hospital Río 
Carrión. Palencia; 3Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. IBSAL. Salamanca; 4Complejo Asistencial de 
Zamora. Hospital Virgen de la Concha. Zamora; 5Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander; 6CHU Insular 
Materno-infantil. Las Palmas de Gran Canaria; 7Complejo Asistencial universitario de León. León; 8Complejo Asistencial 
de Ávila. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila; 9Hospital Universitario Los Arcos Del Mar Menor. San Javier. 
Murcia; 10Hospital Reina Sofía. Tudela. Navarra; 11Hospital de San Pedro. Logroño. La Rioja; 12Complejo Asistencial 
universitario de Burgos. Burgos, 13Hospital de Santa Bárbara. Puertollano. Ciudad Real; 14Complejo Hospitalario 
Universitario de Badajoz. Badajoz 
Correspondencia: abatuc@yahoo.es 
Fecha de recepción: 17 de enero de 2017 
Fecha de aceptación: 14 de febrero de 2017 
Fecha de publicación: 18 de febrero de 2017 
Fecha de publicación del fascículo: 1 de septiembre de 2017 
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflictos de intereses 
Imágenes: Los autores declaran haber obtenido las imágenes con el permiso de los pacientes 
Política de derechos y autoarchivo: se permite el autoarchivo de la versión post-print (SHERPA/RoMEO) 
Licencia CC BY-NC-ND. Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional 
 Universidad de Salamanca. Su comercialización está sujeta al permiso del editor 
RESUMEN Introducción y Objetivo: El vértigo periférico más frecuente es el Vértigo Posicional Paroxístico 
Benigno (VPPB), caracterizado por bruscos ataques de sensación rotatoria, que aparecen 
como consecuencia de determinados cambios en la posición de la cabeza con relación a la 
gravedad. La observación del nistagmo posicional es fundamental para el diagnóstico de 
VPPB. El tratamiento consiste en aplicar maniobras de reposición, para intentar trasladar los 
restos otoconiales libres, desde el conducto semicircular (CS) afectado hasta el utrículo. Esta 
guía, está orientada para quienes tratan el VPPB, con la intención práctica de ayudarles en el 
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
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BENITO-OREJAS JI ET AL. 
Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [158] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Método: La experiencia y el análisis de diferen-
tes acuerdos nacionales e internacionales sobre el VPPB, han permitido a un amplio grupo de 
especialistas ORL llevar a cabo esta guía. Resultados: Se revisan las diferentes entidades 
clínicas. VPPB del conducto semicircular posterior (CSP), horizontal (CSA) y anterior (CSA), 
incluyéndose también el VPPB multicanal, VPPB atípico y central, VPPB subjetivo y las carac-
terísticas de este proceso en el anciano. Las maniobras de reposición se han ilustrado con 
dibujos explicativos. Discusión y conclusiones: Aunque la fisiopatología del VPPB se explica 
por la presencia de restos otoconiales libres en la endolinfa de uno o varios conductos semi-
circulares (canalitiasis) y en algunos casos por su adherencia a la cúpula del CS (cupulolitia-
sis), aún quedan muchas cuestiones por resolver. Pero creemos que la mejor manera de en-
contrar respuestas parte de utilizar una metodología común en el diagnóstico y tratamiento de 
estos pacientes. 
PALABRAS CLAVE vértigo posicional paroxístico benigno; vértigo; nistagmo; diagnóstico; tratamiento; mareo 
SUMMARY Introduction and objective: Benign paroxysmal positional vertigo (BPPV) is the most common 
peripheral vertigo, characterized by brief attacks of rotatory vertigo associated with nystagmus, 
which are elicited by specific changes in head position relative to gravity. The observation of 
positional nystagmus is essential for the diagnosis of BPPV. The treatment consists in maneu-
vers of canalith repositioning procedure to move otoconial debris from the affected semicircular 
canal to the utricle. These guidelines are intended for all who treat the BPPV in their work, with 
an intention to assist in the diagnosis and application of an appropriate therapeutic method. 
Method: The experience and analysis of different national and international consensus on 
BPPV, has allowed to a large group of ENT specialists carry out this guide. Results: The differ-
ent clinical entities are reviewed. BPPV of the posterior semicircular canal, horizontal canal and 
anterior canal, BPPV affecting several canals, atypical and central BPPV, subjective BPPV and 
the characteristics of this process in the elderly. Canalith repositioning procedures have been 
illustrated with explanatory drawings. Discussion and conclusions: Although the pathophysiol-
ogy of BPPV is canalolithiasis comprising free-floating otoconial debris within the endolymph 
of a semicircular canal, or cupulolithiasis comprising otoconial debris adherent to the cupula, 
there are still many issues to be resolved. We think that the best way to find answers is part of 
using a common methodology in the diagnosis and treatment of these patients. 
KEYWORDS benign paroxysmal positional vertigo; vertigo; nystagmus; diagnosis; treatment; dizziness 
INTRODUCCIÓN [1-9] 
El vértigo posicional paroxístico benigno 
(VPPB) es el trastorno vestibular más fre-
cuente. Probablemente, la enfermedad se ori-
gina por la acumulación de un material litiásico 
procedente de la membrana otolítica del 
utrículo. Aunque a veces se relaciona con un 
traumatismo craneal o tras adoptar de forma 
prolongada una posición recostada (dentista, 
peluquero) y con algunas alteraciones del oído 
interno, generalmente es de causa descono-
cida. Los pacientes sufren múltiples crisis de 
vértigo, que duran segundos, sobre todo al 
acostarse o darse la vuelta en la cama. 
Existen varias formas clínicas que pueden 
afectar al conducto semicircular posterior 
(CSP), horizontal/lateral (CSH) o anterior/su-
perior (CSA) e incluso en algunos casos, a va-
rios conductos simultáneamente, del mismo o 
de ambos lados (bilateral). Se asocian a un 
nistagmo característico, que se desencadena 
con determinados procedimientos. Para cada 
variante clínica hay maniobras terapéuticas 
específicas con elevada efectividad a corto 
plazo. El porcentaje de recurrencia anual es de 
al menos el 15%. 
EPIDEMIOLOGÍA 
Se estima que la prevalencia a lo largo de la 
vida en la población adulta es del 2,4%, mien-
tras que la incidencia anual es del 0,6%. La 
edad de inicio se sitúa en torno a los 50 años 
y la incidencia aumenta con la edad, alcan-
zando el 10% a los 80 años. También predo-
mina en las mujeres. El VPPB no reconocido 
podría alcanzar una prevalencia del 9%. 
La duración media de cada suceso es de unas 
2 semanas, aunque un tercio de los pacientes 
refiere que el vértigo continuó más de 1 mes. 
La enfermedad se limita aun episodio aislado 
en el 44% de los casos, mientras que en el 56 
% las crisis de vértigo son recurrentes. 
FISIOPATOLOGÍA 
La hipótesis que intenta explicar la fisiopatolo-
gía del VPPB está basada en una combinación 
de observaciones clínicas, histopatológicas y 
en la experimentación fisiológica. La microsco-
pia electrónica ha confirmado que los canalitos 
están formados por otoconias. 
Inicialmente se postuló, que las otoconias des-
prendidas de la mácula del utrículo, entrarían 
en los conductos semicirculares (CS) y se 
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agregarían alrededor de la cúpula; situación 
que se denominó cupulolitiasis. Actualmente 
se considera más probable que los restos de 
otoconias se desplacen hacia el brazo largo 
del conducto, lo que se conoce como canalitia-
sis. Estos residuos pueden aglomerarse y ad-
quirir una masa crítica donde la gravedad des-
encadena el que se muevan con los cambios 
de posición de la cabeza, en el plano del con-
ducto afectado. Este flujo inapropiado de en-
dolinfa ocasiona un desplazamiento de la cú-
pula, responsable de los ataques de vértigo 
posicional y del nistagmo. Se ha demostrado 
mediante análisis vectorial del eje de rotación 
del nistagmo posicional que se pueden afectar 
cualquiera de los tres CS, e incluso como he-
mos dicho, participar simultáneamente varios. 
El nistagmo posicional consecuente a esta si-
tuación viene caracterizado por la dirección, la 
latencia (tiempo que transcurre desde que la 
cabeza se sitúa en la posición de provocación 
y se inicia el nistagmo), su duración o fatiga 
(que se evidencia cuando la velocidad del nis-
tagmo disminuye y el intervalo entre sacudidas 
nistágmicas aumenta) y la habituación o adap-
tación de la respuesta con la repetición de la 
prueba. 
Finalmente, algunos estudios demuestran que 
el VPPB puede asociarse a una disfunción utri-
cular y en ocasiones a una paresia vestibular 
tanto de los canales horizontales como de los 
verticales. 
AVISO 
• El VPPB podría también desencadenarse si
las otoconias se disponen en el brazo corto
del CS (lado utricular de la cúpula).
• Cabe la posibilidad de que se produzca si-
multáneamente en el mismo CS, una cupu-
lolitiasis y una canalitiasis.
• A veces se observa un nistagmo espontá-
neo que bate en la dirección que corres-
ponde a la estimulación de un CS, con in-
dependencia de la posición de la cabeza,
en pacientes que, por otra parte, cumplen
los criterios diagnósticos de cupulolitiasis o
canalitiasis. Suele ser un hallazgo de breve
duración, después de una maniobra tera-
péutica, aunque también se ha visto espon-
táneamente y se supone que podría ser
causado por un bloqueo de la cúpula.
• Finalmente, se han descrito casos de nis-
tagmo posicional geotrópico de dirección
cambiante y persistente, que una vez des-
cartada la alteración neurológica, se espe-
cula que pudieran deberse a cambios en la 
densidad de la cúpula o la endolinfa o a dé-
ficit de vitamina D. 
DIAGNÓSTICO CLÍNICO 
Los pacientes relatan el VPPB como un ataque 
de vértigo rotatorio de unos segundos de dura-
ción, precipitado por ciertos movimientos o 
cambios de posición de la cabeza. Los más co-
múnmente referidos son el giro en la cama, la 
extensión del cuello o la inclinación de la ca-
beza hacia delante. En ocasiones se identifica 
el lado afecto (por ejemplo, aparece vértigo 
cuando se gira en la cama a la derecha, pero 
no a la izquierda, lo que indica que el oído de-
recho está involucrado). 
La crisis de vértigo suele ser de 10 a 30 s, aun-
que algunos la perciben durante más tiempo, 
probablemente porque sobrevaloren esta du-
ración. A veces padecen varios episodios se-
parados entre sí, que pueden referir como uno 
solo y otras, se centran en describir las náu-
seas, el mareo o el desequilibrio que persiste 
horas después de una crisis, lo que dificulta el 
diagnóstico. Aunque el 80% cuenta una sen-
sación rotatoria, hasta el 47% refiere sensa-
ción de flotación. Los episodios de vértigo pue-
den manifestarse durante varias semanas 
(23%) o resolverse en el curso de un día 
(52%). Los pacientes afectados tienen mayor 
riesgo de caídas. 
El VPPB también se puede manifestar con la 
neuritis vestibular, la migraña o a la enferme-
dad de Ménière, asociándose en un 25% con 
hipofunción vestibular calórica. En estos casos 
se solicitan otras pruebas vestibulares y/o au-
diológicas. 
El diagnóstico completo incluye especificar el 
CS afecto y la fisiopatología (cupulolitiasis o 
canalitiasis), lo que en teoría podría generar 6 
combinaciones por cada oído, además de la 
afectación múltiple. Sin embargo, no se ha 
descrito la cupulolitiasis del CSA. La maniobra 
de provocación en el plano del CS afecto 
evoca un nistagmo posicional que puede ob-
servarse directamente o con la ayuda de las 
gafas de Frenzel o en casos complejos, de la 
video-oculografía. El CSP es el más frecuente-
mente afectado (80-90%), seguido del horizon-
tal (5-30%), siendo muy raro el vértigo posicio-
nal del CSA (1-2%). 
La exploración debe responder a las siguien-
tes preguntas: ¿cuál es el oído afecto?, ¿en 
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qué CS está el problema?, ¿cuál es el meca-
nismo fisiopatológico que explica el VPPB?, 
para finalmente, poder aplicar la maniobra de 
reposición más adecuada. 
EXPLORACIÓN Y ACTITUD 
La exploración otoneurológica del paciente 
con VPPB no debe diferenciarse de la del resto 
de pacientes que acuden a una consulta de 
otoneurología. Aunque la anamnesis suele po-
nernos en la pista ante la presencia de un 
VPPB, no deben excluirse las pruebas de pro-
vocación en la exploración del enfermo que no 
cuenta una clínica de VPPB. Esto se da de 
forma frecuente en los ancianos, que suelen 
referir inestabilidad en lugar de giro de objetos 
con los cambios de posición. 
En el VPPB se debe explorar la presencia de 
nistagmo espontáneo, tanto con fijación visual 
como sin ella, con el paciente en sedestación. 
Un 10% de los pacientes con neuritis vestibu-
lar desarrollan un VPPB y en muchos de ellos, 
cuando aparece el VPPB aún no se ha produ-
cido el proceso de compensación vestibular y 
pueden presentar un nistagmo espontáneo. Es 
muy importante conocer la existencia de un 
nistagmo espontáneo en sedestación antes de 
realizar la maniobra de provocación, ya que la 
presencia de ese nistagmo puede confundir-
nos a la hora de identificar el canal responsa-
ble del VPPB. 
La motilidad ocular, el seguimiento y las saca-
das son otras exploraciones que también de-
ben realizarse en estos enfermos. 
Desde el punto de vista oculomotor, la manio-
bra más importante es la maniobra de impulso 
oculocefálico. Es necesario recordar que hasta 
un 25% de los pacientes con VPPB tienen un 
déficit vestibular homolateral mantenido. Un 
resultado positivo de esta maniobra indica la 
presencia de un gran déficit vestibular en el 
lado correspondiente. 
Son obligatorias las pruebas de los índices, 
Romberg y marcha, en el estudio del reflejo 
vestíbulo espinal. 
No se aconseja, ante la sospecha de un VPPB, 
la realización de la maniobra de agitación ce-
fálica o la vibración mastoidea, ya que estímu-
los de este tipo pueden alterar la exploración 
del nistagmo correspondiente al VPPB. 
La metodología más académica para la explo-
ración (Figura 1) de un paciente con la sospe-
cha de VPPB sugiere iniciarla por el canal se-
micircular superior/anterior (CSA), realizando 
una maniobra de hiperextensión cefálica. Esto 
es así porque, en ocasiones, el nistagmo que 
genera un VPPB del CSA es muy tenue, y se 
agota ante la repetición de las maniobras, con 
lo que, si se llega al CSA después de haber 
examinado el CSP y el CSH, la exploración 
puede haberse negativizado. 
Si tras hiperextender la cabezano se objetiva 
nistagmo, procederemos con la exploración 
del CSH, mediante la maniobra de McClure. Al 
estar el paciente en decúbito supino, no es ne-
cesario incorporarle para realizar dicha manio-
bra, economizando movimientos que pueden 
facilitarnos la exploración. Si también resultara 
negativa, incorporaremos al enfermo para rea-
lizar el Dix-Hallpike. El CSP debería ser el úl-
timo en explorarse. 
Hay autores que defienden que como el VPPB 
de CSP es el más frecuente (casi 90% de los 
casos), la exploración debe comenzar por ahí, 
pero en el caso de que el canal afecto fuera 
otro, la exploración puede estar condicionada. 
¿Debemos detenernos cuando encontramos 
una exploración positiva para un canal? Evi-
dentemente no. Lo correcto es explorar todos 
los canales, aunque en el sentido del comen-
tario anterior, hay autores que abogan por, una 
vez hallado el canal afecto, realizar directa-
mente la maniobra de reposición de partículas. 
Este hecho puede hacer que obviemos otros 
canales o incluso que dejemos de diagnosticar 
VPPB atípicos, o centrales. 
A todos los pacientes con VPPB se les debe 
realizar una audiometría. 
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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [161] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
Figura 1. Toma de decisiones ante un enfermo con cínica sugerente de vértigo posicional paroxístico benigno. 
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ABORDAJE PRÁCTICO DEL VPPB 
APARTADOS 
1. VPPB del conducto semicircular posterior (CSP)
2. VPPB del conducto semicircular horizontal/lateral (CSH)
3. VPPB del conducto semicircular anterior/superior (CSA)
4. VPPB multicanal.
5. VPPB atípico y central.
6. VPPB subjetivo.
7. VPPB en el anciano.
8. Seguimiento y recurrencia del paciente con VPPB.
1. VPPB DEL CONDUCTO SEMICIRCULAR
POSTERIOR (CSP) [3-9]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
El VPPB del CSP es el más frecuente (60-
90%), quizá por ser el más dependiente de la 
gravedad. 
DIAGNÓSTICO 
La maniobra de Dix-Hallpike se considera la 
prueba gold standard para el diagnóstico de 
VPPB del CSP. Su sensibilidad y especificidad 
son del 82% y 71% respectivamente, pero de-
bido al bajo valor predictivo (52%) la maniobra 
negativa no descarta un VPPB del CSP, sugi-
riéndose su repetición siempre que persista la 
sospecha clínica de VPPB. 
La maniobra de Dix-Hallpike se inicia explo-
rando el lado que se supone sano. Se coloca 
al paciente sentado sobre la camilla con la ca-
beza girada 45º hacia el oído a explorar. En 
esta posición el CSP se dispone alineado con 
el eje vertical de la gravedad. A continuación, 
se tumba al paciente colocando la cabeza por 
debajo del plano horizontal (cabeza colgando). 
Durante la maniobra, el plano del CSP contra-
lateral se sitúa perpendicular a la gravedad, 
por lo que no se estimula. Una vez que el mo-
vimiento de la cabeza se ha completado, tras 
unos pocos segundos (2 a 5 s.), aparece el 
vértigo rotatorio y el nistagmo, que se incre-
mentan y disminuyen hasta desaparecer en 
unos 30 segundos. Figuras 2, 3 y 4. 
AVISO 
• La maniobra de Dix-Hallpike se debe evitar
en caso de obesidad mórbida, patología
cervical severa, síndrome de Down y sos-
pecha de insuficiencia vertebrobasilar. En
estos casos se realiza la maniobra de Se-
mont, que consiste en colocar al paciente 
sentado en el lateral de la camilla, con la 
cabeza girada 45º hacia el lado no explo-
rado, y desde esta posición moverle rápida-
mente colocándole tumbado con el oído 
contrario en la posición más baja. En esta 
postura se produciría la misma corriente 
endolinfática utriculífuga que en la manio-
bra de Dix-Hallpike. 
• Cupulolitiasis del CSP. En algunos casos
se puede sospechar una cupulolitiasis del
CSP, donde las otoconias están adheridas
a la cúpula. Sospecharemos este caso
cuando al realizar la maniobra de Dix-Hall-
pike aparezca un nistagmo sin latencia, con
clínica acompañante, que dura >1 minuto.
En muchos casos pueden combinarse tanto
la canalitiasis como la cupulolitiasis del
CSP.
HALLAZGOS NISTÁGMICOS 
El nistagmo que aparece al realizar la manio-
bra de Dix-Hallpike es debido a la corriente 
ampulífuga producida hacia la parte más infe-
rior del CSP (hacia la cruz común con el CSA), 
que conlleva al desplazamiento de la cúpula en 
esa misma dirección, resultando una corriente 
excitatoria. En la vía disináptica excitoinhibito-
ria que conecta el CSP con los músculos ocu-
lares, se produce una estimulación del 
músculo oblicuo superior ipsilateral y del recto 
inferior contralateral, y una inhibición del 
músculo oblicuo inferior ipsilateral y del recto 
superior contralateral. 
El resultado neto es una rotación lenta y anti-
horaria, si la estimulación es de la cresta am-
pular del CSP izquierdo, y horaria si la estimu-
lación es derecha, con un componente vertical 
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inferior. El nistagmo resultante es horario al es-
timular el CSP izquierdo y antihorario, al esti-
mular el CSP derecho (por tanto, siempre geo-
trópico) con un componente vertical superior. 
Figura 2. Posición inicial del paciente en la realización de la maniobra de Dix-Hallpike. El paciente permanece sentado 
sobre la camilla en la que se va a realizar la maniobra y se le gira la cabeza 45º hacia el lado que se vaya a estudiar. 
Figura 3. Con la cabeza girada 45º hacia el lado que se vaya a estudiar se desplaza al enfermo hacia atrás, pasando a 
la posición de decúbito supino. La posición ideal de la cabeza es 30º por debajo de la horizontal. En esa posición se 
explora el nistagmo del enfermo. En el caso de presentar un VPPB de canal semicircular posterior, que es el que se 
explora, el paciente presentará una nistagmo rotatorio con un componente vertical superior de características antihorarias 
cuando se explore el lado derecho y horarias cuando se explore el lado izquierdo. 
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Figura 4. Tras agotarse el nistagmo, se devuelve al paciente a la posición inicial sentado. En esa posición se debe 
observar un nistagmo de características opuestas (Inverso) a las que se observaron cuando se realizó la posición ante-
rior. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN DE PARTÍCULAS 
Las maniobras para recolocar las partículas 
del CSP son las descritas por Semont y Epley. 
Ambas están basadas en la misma idea de 
mover los otolitos a través del brazo largo del 
CSP y recolocarlas en el utrículo, utilizando la 
fuerza de la gravedad. 
MANIOBRA DE EPLEY. Es la más utilizada. Se 
realiza sobre el oído afecto desde la posición 
de la cabeza colgando al realizar la prueba de 
Dix-Hallpike, manteniéndola durante unos 30 
segundos tras la desaparición del nistagmo. A 
partir de esta posición, se gira la cabeza 90 
grados hacia el otro lado, manteniéndola du-
rante 1 minuto con independencia de que apa-
rezca nistagmo. El tercer paso consiste en gi-
rar al paciente sobre el lado sano, en decúbito 
lateral, quedando con la cara mirando al suelo, 
durante otros 30 segundos. Después el pa-
ciente se sienta lentamente, con la cabeza fle-
xionada 30º hacia adelante. Es frecuente que 
durante la maniobra de reposición y las prime-
ras 24 horas postratamiento, se experimente 
una sensación nauseosa o de inestabilidad 
(12% de los pacientes). En un 7% de casos el 
VPPB del CSP puede convertirse en VPPB del 
CSH. Figuras 5, 6, 7, 8 y 9. 
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Figura 5. Primera posición de la maniobra de Epley. El pacientepermanece sentado sobre la camilla. 
Figura 6. Esta posición coincide con la primera posición de la maniobra de exploración de Dix-Hallpike. Con la cabeza 
girada 45º hacia el lado afecto en la posición de sentado, el paciente se desplaza hacia atrás, pasando a estar en decúbito 
supino, preferiblemente con la cabeza 30º por debajo de la horizontal. El paciente debe permanecer en esa posición, al 
menos, hasta que desaparezca el nistagmo. Se recomienda que el paciente permanezca al menos 30 segundos en esa 
posición desde la finalización del nistagmo. 
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Figura 7. A continuación, se gira la cabeza del paciente hacia el lado opuesto, dentro de la posición de decúbito supino. 
En ocasiones se observa un nistagmo en esta segunda posición. Se denomina nistagmo ortotrópico y es semejante al 
observado en la primera posición. Según la mayoría de los autores se trata de un signo de buen pronóstico. 
Figura 8. En la tercera posición, el paciente se gira otros 45º siguiendo el sentido previo. En esta posición, el paciente 
gira todo el cuerpo hacia el lado sano y se queda mirando hacia el suelo. Muchos pacientes refieren una gran sensación 
vértigo en esta posición, pues es la posición en la que las otoconias realizan un desplazamiento mayor. Conviene adver-
tírselo al enfermo antes de realizar el movimiento. 
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Figura 9. El paciente se incorpora pasando a una posición de sentado con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo. 
En esta posición es raro que el paciente refiera vértigo, sin embargo, es frecuente que noten un intenso mareo. 
COMENTARIOS 
• RECOMENDACIONES TRAS LA MANIOBRA DE
EPLEY. No existen estudios que demues-
tren mayor efectividad de la maniobra si
se aplica vibración mastoidea durante la
misma, si se duerme sentado 48 horas
post-reposición, si se limitan los movi-
mientos cervicales (uso de collarín cervi-
cal) o se evita dormir sobre el lado afecto
durante 5-7 días. En nuestra práctica ha-
bitual aconsejamos no acostarse del lado
patológico en las primeras 48 horas pos-
tratamiento.
• La efectividad de una única maniobra de
Epley a los 7 días de realizarla es del
82%.
MANIOBRA LIBERADORA DE SEMONT. Consiste en 
realizar la maniobra diagnóstica de Semont y 
si aparece el nistagmo típico con la clínica de 
vértigo acompañante, desde la posición de 
tumbado del lado afecto (con la cabeza girada 
45 grados hacia el lado sano), se le mueve rá-
pidamente al paciente hacia el otro lado sin pa-
rar en la posición de sentado y sin cambiar la 
posición de la cabeza, terminando por tanto, 
con la nariz apoyada contra la camilla, mante-
niendo esta posición 30 segundos, para pasar 
posteriormente a sentarse despacio. 
Esta maniobra terapéutica se aplica en los ca-
sos donde esté contraindicada la de Dix-Hall-
pike y en una supuesta cupulolitiasis del CSP. 
La efectividad a los 7 días parece ser igual que 
si se realiza la maniobra liberadora de Epley. 
Sin embargo, según algunos estudios, a los 3 
meses de seguimiento los pacientes tratados 
con Epley refieren mejores resultados que con 
Semont. (Figuras 10, 11, 12 y 13). 
EJERCICIOS DE HABITUACIÓN DE BRANDT Y 
DAROFF. En los pacientes ancianos o con mo-
vimientos cervicales limitados, donde las ma-
niobras liberadoras no se hacen correcta-
mente y por ello no se obtienen tan buenos 
resultados, en los que rechazan estas manio-
bras por temor al vértigo (aún con tratamiento 
sedante previo) y en los que no mejoran, se 
proponen los ejercicios de habituación vestibu-
lar, que se basan en reproducir la sintomatolo-
gía vertiginosa, dispersar los otolitos e inducir 
en el sistema nervioso central una tolerancia a 
la sensación de mareo. Se efectúan 2 veces al 
día durante 4 semanas. Su realización con-
siste en, estando sentado en el lateral de la 
cama, acostarse lateralmente sobre un oído y 
esperar 30 segundos, volver a sentarse y re-
petir hacia el lado contrario. La eficacia es me-
nor que la maniobra de Semont.
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Figura 10. La maniobra de Semont tiene prácticamente la misma efectividad que la maniobra de Epley. Además, se 
puede utilizar como maniobra diagnóstica en enfermos con problemas de movilidad ya que puede resultarle más cómoda 
al paciente. En la posición inicial el paciente permanece sentado en el borde de la camilla y se gira la cabeza 45º hacia 
el lado sano. 
Figura 11. Con la cabeza girada 45º hacia el lado sano, se tiende al paciente hacia el lado enfermo. El paciente quedará 
mirando hacia arriba. En esa posición se objetivará un nistagmo similar al descrito en la maniobra de Epley. 
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Figura 12. Desde la posición anterior, y sin mover la cabeza con respecto a los hombros, se gira al paciente 180º hasta 
el otro lado de la camilla, en un movimiento lo más rápido posible. El paciente queda mirando hacia el suelo, con la cara 
pegada a la camilla. 
Figura 13. Desde la posición anterior, el paciente pasa a la posición de sentado. 
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2. VPPB DEL CONDUCTO SEMICIRCULAR
HORIZONTAL/LATERAL (CSH) [3-16]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
Se estima que entre un 5-30% de los VPPB se 
producen por el CSH, siendo el segundo en 
frecuencia tras el del CSP. De ellos, aproxima-
damente un 25% se podrían etiquetar como 
ageotrópicos y un 75% como geotrópicos. La 
etiología es común con el resto de VPPB. 
Cuando el vértigo producido por del canal se-
micircular horizontal (CSH) se acompaña de 
un nistagmo que bate «hacia el suelo» (nis-
tagmo geotrópico) se supone una canalitiasis 
y cuando se «aleja del suelo» (nistagmo 
ageotrópico o apogeotrópico) se cree que está 
causado por las partículas de otoconias adhe-
ridas a la cúpula (cupulolitiasis) o atrapadas en 
la parte anterior del canal horizontal. 
Los criterios diagnósticos son (según el Con-
sensus Document of the Committee for the 
Classification of Vestibular Disorders of the Bá-
rány Society, 2015): 
A. Ataques recurrentes de vértigo posicional o
mareo con los cambios de posición provo-
cados al tumbarse o al girar desde la posi-
ción de decúbito.
B. Canalitiasis: nistagmo posicional generado
con poca o nula latencia mediante la ma-
niobra de McClure-Pagnini, que bate hori-
zontalmente hacia el oído más cercano al
suelo cuando giramos la cabeza del pa-
ciente hacia uno u otro lado (nistagmo de
dirección cambiante geotrópico), con dura-
ción < 1 minuto.
Cupulolitiasis: nistagmo posicional gene-
rado con poca o nula latencia mediante la
maniobra de McClure-Pagnini, que bate ho-
rizontalmente hacia el oído más alejado del
suelo cuando giramos la cabeza del pa-
ciente hacia uno u otro lado (nistagmo de
dirección cambiante ageotrópico), con du-
ración > 1 minuto.
C. No se puede atribuir a otras entidades no-
sológicas.
FISIOPATOLOGÍA 
• Canalitiasis: La presencia de partículas oto-
coniales flotando libremente en el brazo
largo del CSH modifica la sensibilidad de la
cúpula a las aceleraciones. Cuando el pa-
ciente rota la cabeza de forma brusca hacia
el lado afectado, situándose el oído involu-
crado en la parte más baja, se produce una
corriente endolinfática utriculípeta. Ello pro-
vocará un nistagmo excitatorio en sentido 
geotrópico que se manifiesta por un mareo 
intenso con nistagmo horizontal puro de po-
cossegundos de latencia, y con menos ten-
dencia a la fatigabilidad que los de otros ca-
nales (duración < 1 minuto). Si el giro de la 
cabeza es hacia el lado sano, se generará 
una corriente utriculífuga en el oído contra-
rio que provocará un nistagmo inhibitorio 
geotrópico, de menor intensidad. 
• Cupulolitiasis: Cuando giramos la cabeza
hacia el lado sano, los detritus otoconiales
adheridos a la cúpula del canal horizontal
del oído afecto, producen una deflexión am-
pulípeta excitatoria, cuyo resultado es un
nistagmo ageotrópico. Si giramos la cabeza
hacia el lado afecto, habría una deflexión
ampulífuga e inhibitoria, generando un nis-
tagmo ageotrópico de menor intensidad.
AVISO 
Hay autores que ponen en duda la teoría de la 
cupulolitiasis como causa de vértigo intenso. 
También sería posible que una lesión de la cú-
pula, por inflamación o isquemia, causara un 
aumento de densidad, comportándose como 
una cupulolitiasis. Finalmente, no debemos ol-
vidar que algunas lesiones del sistema ner-
vioso central podrían simular un nistagmo del 
canal horizontal, al igual que la migraña vesti-
bular, el hídrops endolinfático e incluso el neu-
rinoma del acústico. 
DIAGNÓSTICO 
En el VPPB del CSH la sensación vertiginosa 
es larga y prolongada y se ve más influenciada 
por los movimientos de la cabeza que en el 
caso del VPPB del canal posterior. Son pacien-
tes inestables con síntomas vegetativos oca-
sionales, acompañados de sensación de mo-
vimiento de duración imprecisa. 
La maniobra de McClure-Pagnini (o supine roll 
test) nos permite explorar este conducto. Se 
realiza con el paciente en decúbito supino y gi-
rando rápidamente su cabeza 90º hacia la de-
recha y luego 90º hacia la izquierda. Entre un 
giro y otro tendremos que esperar a que des-
aparezca completamente el nistagmo produ-
cido. La cabeza puede estar elevada unos 30º 
sobre la horizontal para que los conductos ho-
rizontales estén en un plano perpendicular al 
suelo. 
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• Canalitiasis: la rotación rápida de la cabeza
del paciente hacia uno y otro lado provoca
un nistagmo geotrópico de dirección cam-
biante, es decir que, en ambas posiciones
de giro de la cabeza, el nistagmo bate hacia
el oído situado más bajo. Aunque es bila-
teral, suele tener mayor intensidad en el del
oído afecto, lo que se explicaría por la se-
gunda ley de Ewald según la cual en los ca-
nales horizontales las corrientes endolinfá-
ticas ampulípetas son más excitatorias que
las ampulífugas (Figuras 14, 15, 16 y 17).
• Cupulolitiasis: provocaremos un nistagmo
ageotrópico de dirección cambiante. Este
nistagmo horizontal, con un leve compo-
nente torsional, sin componente vertical es
de latencia corta (0-3 seg), de gran intensi-
dad y la adaptación de la respuesta o fatiga
es menor que la observada en el nistagmo
posicional del conducto posterior. Su inten-
sidad se va incrementado lentamente du-
rante unos 30 segundos y posteriormente
disminuye de forma variable (duración > 1
minuto). En este caso, la mayor intensidad
aparecería cuando el oído sano estuviera
más bajo (corriente ampulípeta en el con-
tralateral, afectado). En ocasiones, si repe-
timos la maniobra el nistagmo ageotrópico
se transforma en geotrópico. La continua
aparición de un nistagmo ageotrópico hori-
zontal tras varias maniobras de giro cefálico 
apoyaría el diagnóstico de cupulolitiasis. 
(Figuras 18, 19, 20 y 21). 
AVISO 
Conviene explorar la presencia de un nistagmo 
pseudoespontáneo colocando la cabeza del 
paciente en posición vertical (sentado). 
Cuando aparezca, nos orientará en el diagnós-
tico, puesto que el nistagmo batirá hacia el 
lado sano en caso de canalitiasis y hacia el 
afecto si cupulolitiasis, debiendo desaparecer 
al flexionar la cabeza 30º hacia el suelo (pues 
al horizontalizar los CSH, se pierde el efecto 
de la gravedad sobre las otoconias). Cuando 
la cabeza se inclina 60º hacia delante (en re-
verencia, bow), cambiaría la dirección de los 
respectivos nistagmos. Y finalmente si el pa-
ciente extiende la cabeza o se tumba (test de 
sentado a supino), se incrementaría el encon-
trado en posición vertical, al aproximarse el ca-
nal horizontal a la vertical, influyendo plena-
mente la fuerza de gravedad. Este test que se 
denomina test de Bow-Lean, nos permite co-
nocer el lado afecto en aquellos casos en los 
que tenemos dudas, ya que, para el caso de 
las canalitiasis, al inclinar la cabeza hacia de-
lante, el nistagmo se dirige al lado afecto y al 
inclinar la cabeza hacia atrás el nistagmo se 
dirige al lado sano (Figuras 22, 23 y 24). 
Figura 14. Maniobra de McClure. Posición incial: Paciente en decúbito supino. 
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Figura 15. La segunda posición consiste en girar 45º la cabeza a la derecha o a la izquierda. En el caso de esta figura a 
la derecha. Dado que se trata de una canalitiasis del Canal semicircular horizontal derecho, se objetiva un nistagmo 
horizontal puro que bate hacia el suelo (geotrópico). 
Figura 16. La siguiente posición de la mniobra de McClure consiste en girar la cabeza hacia el lado contrario del ante-
riormente explorado. En este caso hacia el lado izquierdo. Dado que el ejemplo se trata de una canalitiasis del Canal 
horizontal derecho, objetivaremos un nistagmo horizontal puro que bate también hacia el suelo (Geotrópico), pero con 
una intensidad menor que hacia el lado afecto. 
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Figura 17. La última posición de la maniobra exploratoria de McClure para el canal horizontal consiste en devolver la 
cabeza del paciente a la posición inicial, esto es, al decúbito supino, donde debe desaparecer el nistagmo. 
Figura 18. La maniobra es exactamente igual cuando nos encontramos ante un paciente con una cupulolitiasis del canal 
horizontal. En este caso el ejemplo se refiere a una cupulolitiasis del canal horizontal derecho. 
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Figura 19. En este caso, al girar la cabeza hacia el lado derecho objetivaremos un nistagmo horizontal puro, que bate 
hacia el techo (ageotrópico) 
Figura 20. Al girar la cabeza hacia el lado contrario, hacia el izquierdo, objetivaremos un nistagmo igualmente ageotró-
pico, pero en este caso de mayor intensidad que hacia el lado afecto. El nistagmo provocado por una cupulolitiasis del 
canal horizontal es de menor intensidad hacia el lado afecto. 
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Figura 21. La posición final de la maniobra de McClure es el decúbito supino. 
Figura 22. Maniobra de Bow and Lean para la canalitiasis del canal horizontal. Se realiza cuando existen dudas sobre 
cuál es el lado afecto. Se inicia con el paciente en posición sentada mirando al frente. 
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Figura 23. Maniobra de Bow and Lean para la canalitiasis del canal horizontal. Al inclinar la cabeza hacia delante, hiper-
flexionando, en un paciente con una canalitiasis del canal horizontal derecho objetivaremos un nistagmo que bate hacia 
el lado afecto. 
Figura 24. Maniobra de Bow and Lean para la canalitiasis del canal horizontal. Al hiperextender la cabeza hacia atrás, 
objetivaremos un nistagmo que bate hacia el lado sano. 
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Figura 25. Maniobra de Bow and Lean para la cupulolitiasis del canal horizontal. Al igual que en el caso de la canalitiasis 
Se realiza cuando existen dudas sobre cuál es el lado afecto. Se inicia con el paciente en posición sentada mirando al 
frente. 
Figura 26. Maniobra de Bow and Lean para la cupulolitiasis del canal horizontal derecho. Al inclinar la cabeza hacia 
delante, hiperflexionando, en un paciente con una cupulolitiasis del canal horizontal derecho objetivaremos un nistagmo 
que bate hacia el lado sano. 
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Figura 27. Maniobra de Bow and Lean para la cupulolitiasis del canal horizontal. Al hiperextender la cabeza hacia a tras, 
objetivaremos un nistagmo que bate hacia el lado enfermo. 
En el caso de la cupulolitiasis, este test nos 
permite diferenciar al lado afecto ya que al in-
clinar la cabeza hacia delante el nistagmo se 
dirige al lado sano y al extender la cabeza ha-
cia atrás el nistagmo se dirige al lado enfermo 
(Figuras 25, 26 y 27) 
Sería conveniente realizar una maniobra de 
agitación cefálica a todos los pacientes con 
una sospecha de VPPB de CSH puesto que 
podría aparecer un nistagmo que batiera hacía 
el lado sano en las cupulolitiasis. Además, 
tiene acción terapéutica por si sola y puede 
convertir un VPPB ageotrópico en geotrópico. 
Se realiza, con el paciente sentado, girando de 
15 a 20 veces la cabeza de un lado a otro con 
una cadencia de dos giros por segundo. 
La localización del lado patológico es determi-
nante para aumentar las probabilidades de 
éxito en las maniobras de reposicionamiento. 
Se ha comprobado en varios estudios que en 
un alto porcentaje de casos no se orientaba co-
rrectamente el lado afecto tras la primera ex-
ploración. 
Debemos ir juntando todos los resultados de la 
exploración para ver si son congruentes a la 
hora de determinar el lado causante de la sin-
tomatología. Probablemente la forma más 
efectiva de decidirlo sea comparando la velo-
cidad máxima de la fase lenta del nistagmo ho-
rizontal tras los giros cefálicos laterales. Me-
diante videooculografía se puede establecer 
de un modo objetivo cual es el lado hacia el 
que se produce un nistagmo de mayor intensi-
dad, que en la canalitiasis correspondería al 
lado afecto y en la cupulolitiasis al sano. 
En caso de no disponer de esta técnica explo-
raremos el nistagmo del paciente en posición 
reverencial y de sentado a tumbado, como se 
ha explicado. No obstante, en aproximada-
mente un 10% de casos no se puede identificar 
el lado afecto. A veces nos indica el paciente 
hacia dónde tiene el vértigo más intenso y en 
otras puede ayudar la prueba térmica que de-
tecta una paresia reversible del lado patoló-
gico. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN DE PARTÍCULAS 
No hay ensayos clínicos aleatorizados que 
proporcionen medidas fiables de efectividad ni 
existe suficiente evidencia científica para 
aconsejar una maniobra sobre otras. 
Una vez establecido el diagnóstico es reco-
mendable un tratamiento profiláctico antiemé-
tico e incluso con sedantes vestibulares antes 
de realizar las maniobras. 
Una forma de iniciar el tratamiento, sobre todo 
si el paciente tiene síntomas vegetativos inten-
sos, es anciano, obeso o con limitación de la 
movilidad, consiste en realizar una Maniobra 
de Vannucchi –forced prolonged position, 
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FPP–. Localizado el lado afecto, el paciente 
debe acostarse sobre el lado sano (el del nis-
tagmo menos intenso si geotrópico y el de ma-
yor intensidad si ageotrópico) toda la noche 
(unas 12 horas), lo que permitiría que las oto-
conias salieran del canal por gravedad (con 
una eficacia del 75 al 90%). 
1. Si estamos ante una canalitiasis (nistagmo
geotrópico más intenso hacia el lado
afecto) podemos realizar la «maniobra de la
barbacoa» o de Lempert. El paciente en po-
sición supina y con la cabeza flexionada de
0 a 30º, la rota hacia el oído afecto (nis-
tagmo más intenso). La cabeza va girando
desde el lado afecto al lado sano con giros
sucesivos de 90º (boca arriba (90º), lado
enfermo (180º), boca abajo (270º) y de
nuevo lado afecto (360º), desde el que se
sienta), manteniendo la cabeza al menos
un minuto en cada posición. Si una posición
provoca un vértigo más severo o nauseas 
deberemos esperar unos 4 minutos en di-
cha posición. El paciente completa un giro 
de 360 grados, terminando en la misma po-
sición inicial. (Figuras 28, 29, 30, 31 y 32). 
También podemos aplicar la Maniobra de 
Gufoni, en la que desde la posición sentada el 
paciente se tumba rápidamente hacia el lado 
sano (donde el nistagmo geotrópico es menos 
intenso). Esta maniobra debe ser rápida, gol-
peando la cabeza contra la camilla y al cabo 
de unos segundos se inclina la cabeza 45º ha-
cia abajo, permaneciendo 2 minutos antes de 
sentarse. La maniobra puede repetirse 3 ve-
ces. En un porcentaje de casos, la técnica pro-
voca una conversión del VPPB del canal hori-
zontal a otro del canal posterior, haciendo 
necesario el uso de maniobras de reposición 
específicas, tales como Epley o Semont (Figu-
ras 33, 34, 35 y 36) 
Figura 28. La maniobra de Lempert para la canalitiasis del canal horizontal (en este caso derecho) comienza con el 
paciente en decúbito supino. 
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Figura 29. A continuación giramos la cabeza del paciente hacia el lado afecto. Esperaremos en cada posición al menos 
a que el nistagmo desaparezca. Este movimiento se realiza por la propia modificación de Lempert para tratar de “agrupar 
las otoconias antes de iniciar la maniobra completa. 
Figura 30. Seguidamente giraremos la cabeza del paciente hacia el lado sano. Objetivaremos, como es lógico, un nis-
tagmo geotrópico. Esperaremos a que se agote. 
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Figura 31. Una vez haya desaparecido el nistagmo, giraremos otros 90º al enfermo, pasando a estar en decúbito prono, 
mirando al suelo. 
Figura 32. Desde la posición de decúbito prono, incorporaremos al enfermo (habrá girado 270º), o si utilizamos la versión 
modificada de esta maniobra, giraremos aún otros 90º al enfermo en el sentido del giro que hemos llevado desde el inicio 
de la maniobra, llegando a posicionar la cabeza en la misma posición desde la que iniciamos la maniobra habrá girado 
360º) 
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Figura 33. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. El paciente se sitúa sentado sobre la camilla. 
Figura 34. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. Desde la posición de sentado el paciente se abate 
sobre el lado sano. 
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Figura 35. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. Desde la posición previa, se gira la cabeza del 
enfermo 45º hacia el suelo. 
Figura 36. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. Finalmente se incorpora al enfermo. 
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2. Si se trata de una cupulolitiasis, el resultado
de las maniobras es peor. Podemos empe-
zar por una maniobra de Vannuchi de FPP
sobre el lado sano (donde el nistagmo
ageotrópico es más intenso, aunque a ve-
ces es difícil de reconocer). Pero también
se puede intentar transformar la cupulolitia-
sis en canalitiasis, mediante distintas ma-
niobras:
• En decúbito supino, se coloca la ca-
beza de 0 a 30º, hacia el oído afecto.
Se gira bruscamente 90º (nariz al
frente) y otros 90º hacia el oído sano,
volviendo a continuación lentamente a
la posición inicial, para repetir la ma-
niobra.
• Maniobra de la barbacoa hacia el lado
sano.
• Maniobra de Gufoni invertida. Desde
la posición de sentado se tumba rápi-
damente sobre el lado afecto (donde
el nistagmo ageotrópico es menos in-
tenso) y tras unos segundos en esta
posición se gira la cabeza 45º con la
nariz hacia arriba, donde se perma-
nece unos 2 minutos antes de sen-
tarse. Al ser una maniobra más rápida
que la de Lempert y de eficacia similar,
podríamos probar inicialmente con
ella. (Figuras 37, 38, 39 y 40).
• Pero se pueden mezclar ambas. Co-
menzamos con la maniobra de Gufoni
invertida: el paciente sentado, se
tumba rápidamente de lado sobre el
oído afecto, observando un nistagmo
ageotrópico horizontal. A continua-
ción, se le suben las piernas a la cami-
lla, manteniendo la cabeza girada ha-
cia el lado enfermo y se inicia la
técnica de rotación de Lempert, hacia
el lado sano.
• Maniobra de Vannuchi-Asprella: se
tumba rápidamente al paciente de
sentado a decúbito supino, con la ca-
beza a 0º. Se gira bruscamente la ca-
beza hacia el lado sano (como en la
primera maniobra). Desde esta posi-
ción se sienta al paciente (mante-
niendo la cabeza girada) y una vez
sentado se coloca lentamente la ca-
beza hacia delante. Esta secuencia se
debe repetir un mínimo de 5 veces.
Tras aplicar cualquiera de estas maniobras, 
verificamos el resultado al cabo de 30 minutos, 
repitiendo la maniobra de McClure-Pagnini 
(supine roll test). Si el nistagmo posicional ha 
cambiado de dirección y se ha hecho geotró-
pico, podemos aplicar las maniobras explica-
das para la canalitiasis, si el estado del pa-
ciente lo permite, o indicarle la posición 
forzada de Vannucchi. 
Alternativa: Si los síntomas persistieran a pe-
sar de aplicar múltiples técnicas, le podemos 
indicar al paciente que realice en casa las Ma-
niobras de habituación modificadas de Brandt-
Daroff, en las que, comenzando en la posición 
sentada, se tumbaría rápidamente de cada 
lado, de forma alternante, comenzado por el 
oído afecto y con la cabeza derecha (sin rotar). 
Se mantiene en cada posición 30 s. después 
de que el vértigo se detenga. 
Aun siendo los resultados peores en la cupulolitiasis, 
la edad, el tiempo de evolución y la sumación de 
otras patologías médicas empeoraría la respuesta a 
las maniobras de reposición y aumentaría el número 
de las necesarias para resolver el proceso. 
Recordar que un pequeño porcentaje de pacientes 
puede experimentar inestabilidad a pesar de la 
desaparición del vértigo posicional. En estos casos 
habría que valorar la posibilidad de rehabilitación 
vestibular.
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Figura 37. Maniobra de Gufoni para la cupulolitiasis del canal horizontal. El paciente se sitúa sentado sobre la camilla. 
Figura 38. Maniobra de Gufoni para la cupulolitiasis del canal horizontal. Desde la posición de sentado el paciente se 
abate sobre el lado enfermo. 
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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [186] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
Figura 39. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. Desde la posición previa, se gira la cabeza del 
enfermo 45º hacia el techo. 
Figura 40. Maniobra de Gufoni para la canalitiasis del canal horizontal. Finalmente se incorpora al enfermo. 
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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [187] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
3. VPPB DEL CONDUCTO SEMICIRCULAR
ANTERIOR/SUPERIOR (CSA) [3-10, 17]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
La variante anterior se considera la forma me-
nos común de VPPB, con una frecuencia de un 
1% a 24%. La baja incidencia de litiasis del 
conducto anterior se atribuye a las caracterís-
ticas anatómicas del laberinto. Las partículas 
del conducto anterior suelen eliminarse, de-
bido a que el brazo posterior del canal anterior 
desciende hacia la cruz común y el utrículo, fa-
voreciéndose la expulsión de otoconias. 
DIAGNÓSTICO 
Los criterios diagnósticos, según el Consensus 
Document of the Committee for the Classifica-
tion of Vestibular Disorders of the Bárány So-
ciety, 2015, son: 
• Ataques recurrentes de vértigo provocados
al acostarse o girar en la posición de decú-
bito supino.
• Se desencadenan inmediatamente o tras
unos segundos, con la maniobra de Dix-
Hallpike (en uno o ambos lados) o en la po-
sición de cabeza colgando.
• La duración del vértigo no suele exceder el
minuto. Los ataques más largos deben con-
siderarse atípicos y emprender la búsqueda
de diagnósticos alternativos o adicionales.
• La latencia de aparición del nistagmo tras
provocar la maniobra desencadenante
puede llegar a ser hasta de 30 segundos.
• El diagnóstico definitivo de un VPPB por canali-
tiasis del CSA se establece si se evidencia la in-
mediata resolución del nistagmo posicional des-
pués de una maniobra terapéutica. Pero si el
nistagmo es refractario a estas maniobras, pode-
mos dar un diagnóstico probable de VPPB por
canalitiasis del CSA, siempre y cuando se haya
descartado patología del SNC.
• También apoya el diagnóstico, la transición
a canalitiasis del CSP y a canalitiasis o cu-
pulolitiasis del CSH, durante las maniobras
de reposición.
MANIOBRAS DE EXPLORACIÓN DEL CSA 
• Maniobra de Dix-Hallpike.
• Maniobra de cabeza colgando (en hiperex-
tensión) en decúbito supino.
Tras dichas maniobras se desencadena un 
nistagmo posicional con batidas hacia 
abajo y con un pequeño componente torsio-
nal geotrópico o ageotrópico. La estimula-
ción del CSA genera una respuesta oculo-
motriz con contracción del músculo recto 
superior ipsilateral y del músculo oblicuo in-
ferior contralateral, que produce el nis-
tagmo descrito. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN DE PARTÍCULAS: 
• Maniobra de Epley contralateral (es decir,
empezando por el lado sano).
• Pero también se han visto buenos resulta-
dos realizando la maniobra de Epley desde
el lado afectado.
• Maniobra de Yacovino, que tiene la ventaja
de no requerir la identificación del lado
afecto. Se inicia con el paciente sentado en
la camilla de exploración, haciendo que
adopte con rapidez la posición de decúbito
supino con la cabeza colgando por fuera de
la camilla. Esperamos 30-60 segundos y
flexionamos la cabeza hasta que la barbilla
toque el pecho y tras esperar otros 30-60
segundos, finalizamos con la posición que
el paciente tenía en un inicio —posición de
sentado— (Figuras 41, 42, 43 y 44).
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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [188] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
Figura 41. Maniobra de Yacovino para el canal semicircular anterior. El paciente permanece sentado, mirando al frente. 
Figura 42. Maniobra de Yacovino para el canal semicircular anterior. Desde la posición de sentado, el paciente pasa a la 
posición de decúbito supino, con hiperextensión de la cabeza. En esa posición observaremos el nistagmo característico 
del VPPB de canal anterior, que es un nistagmo vertical inferior con componente rotatorio hacia el lado afecto. 
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Figura 43. Maniobra de Yacovino para el canal semicircular anterior. Con el paciente en decúbito supino, se hiperflexiona 
la cabeza. En esta segunda posición se debe objetivar un nistagmo similar al de la posición anterior. 
Figura 44. Maniobra de Yacovino para el canal semicircular anterior. Con la cabeza hiperflexionada se incorpora al en-
fermo hasta la posición de sentado. 
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4. VPPB CON AFECTACIÓN MULTICANAL
[2, 3, 5-10]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
Aunque el VPPB generalmente deriva de un 
solo CS, la alteración de varios se describe en-
tre un 5 y un 20% de casos. Esta afectación 
múltiple puede provenir de la litiasis del mismo 
canal en ambos lados (1ª categoría) o de dife-
rentes canales en el mismo o en ambos lados 
(2ª categoría). 
En la 1ª categoría destaca la afectación bilate-
ral del CSP y en la 2ª categoría la alteración 
unilateral del CSH y CSP (por razones anató-
micas el CSA es menos probable que se vea 
involucrado). 
Predomina en el género femenino y la principal 
causa es el traumatismo craneal o cervical, 
aunque también se ha descrito relacionado 
con enfermedades otológicas, especialmente 
la laberintitis (paresia vestibular e hipoacusia 
súbita), donde la inflamación del utrículo facili-
taría la liberación de otoconias. El antecedente 
de VPPB es relativamente frecuente en el uni-
lateral multicanal y no sorprende el que una 
maniobra de reposición para el CSP provoque 
una litiasis en el CSH (VPPB transicional del 
CSH), ¿qué podría ser asintomática durante 
un tiempo? 
DIAGNÓSTICO 
El diagnóstico del VPPB multicanal se basa en 
encontrar una combinación de hallazgos, se-
gún los canales afectados (presencia de nis-
tagmo con sus características, al realizar Dix-
Hallpike para los canales anterior y posterior, 
maniobra de McClure-Pagnini (supine roll test) 
para el horizontal y la maniobra de cabeza col-
gando). La afectación de varios canales per-
mite ser mejor evaluada mediante videoocu-
lografía. 
En los casos de afectación bilateral del CSP, 
se observará en el Dix-Hallpike de cada lado, 
el típico nistagmo mixto. 
AVISO 
Debemos diferenciarlo del VPPB seudobilate-
ral posterior, que aparece cuando al explorar 
el lado bueno (en una afectación unilateral del 
CSP) la cabeza no se coloca apropiadamente 
y los otolitos del CSP lesionado se mueven ha-
cia la cúpula, generando un nistagmo inhibito-
rio, que se dirige hacia el oído sano, dando la 
impresión de bilateralidad. La diferencia se 
puede detectar porque el nistagmo inhibitorio 
tiene generalmente una menor amplitud y fre-
cuencia que el del lado afecto y los pacientes 
expresan menos síntomas al explorar el oído 
sano. Si tumbamos al paciente con la cabeza 
en la línea media y colgando (por debajo del 
plano horizontal), la afectación bilateral, pro-
voca la anulación del componente torsional y 
sólo se observa un intenso nistagmo que bate 
hacia arriba, mientras que, en el seudobilate-
ral, sí aparece un componente torsional que 
bate hacia el oído afecto. En cualquier caso, se 
debe tratar inicialmente el lado más intenso, 
tras lo cual observaremos que desaparece 
completamente la sintomatología, eviden-
ciando que se trataba de una afectación seu-
dobilateral (sólo del lado con mayor sintomato-
logía). Se considera que la mayor frecuencia 
de afectación bilateral del CSP estaría sobre-
estimada por inclusión de estos casos seudo-
bilaterales. 
Por lo explicado, se puede comprender que 
será muy difícil diagnosticar, la afectación bila-
teral del CSA o del CSH, cuya exploración 
ofrece síntomas de ambos lados. En el caso 
de una canalitiasis bilateral del CSA, la suma-
ción vectorial de todos los componentes pro-
vocará un nistagmo intenso vertical inferior 
(con débil o ausente componente torsional) de 
ambos lados; lo que en ocasiones también se 
ve en las formas unilaterales. Al tumbar al pa-
ciente con la cabeza extendida, se anulan los 
componentes torsionales y aparece un nis-
tagmo vertical de dirección inferior, que tam-
poco descarta la afectación unilateral. El crite-
rio de respuesta al tratamiento no es tan claro 
en este caso, porque no hay una maniobra te-
rapéutica establecida en el tratamiento del 
CSA y tanto la de Epley (directa o inversa) 
como otras, pueden ser útiles. Por su parte, la 
afección bilateral de ambos CSH se manifes-
tará “teóricamente” con un nistagmo simétrico 
geotrópico o ageotrópico (según se trate de ca-
nalitiasis o cupulolitiasis), más intenso que la 
alteración unilateral (aunque la simetría no es 
un criterio sólido, porque también puede haber 
una afectación asimétrica de ambos CSH); sin 
embargo, no es infrecuente en estos casos 
que al tumbar al paciente con la cabeza col-
gando aparezca un nistagmo horizontal, cuya 
dirección marca el lado afecto (hacia donde 
bate si en las posiciones laterales es geotró-
pico o hacia el lado contrario si ageotrópico). 
Con frecuencia, la maniobra de reposición de 
la barbacoa (maniobra de Lempert) en una di-
rección provoca la remisión de los síntomas. 
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Aún se puede complicar más el diagnóstico si 
se combina la canalitiasis y la cupulolitiasis en 
cada lado. 
La perturbación de diferentes canales de am-
bos o del mismo lado es más fácil de diagnos-
ticar. Se han publicado todas las combinacio-
nes: CSP y CSA, CSP y CSH, CSA y CSH de 
uno y ambos lados. La combinación más fre-
cuente es la canalitiasis del CSH y CSP. No 
hemos encontrado descrita la litiasis de los 3 
canales semicirculares. 
Diagnóstico diferencial: con varios desórdenes 
vestibulares centrales; destacando el vértigo 
posicional central, la isquemia vertebro-basilar 
transitoria y el vértigo posicional migrañoso. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN DE PARTÍCULAS 
Las sesiones se repiten entre 1 y 7 días, tra-
tando 1 sólo canal durante cada sesión, o repi-
tiendo la maniobra previa de reposición de par-
tículas, si la remisión ha sido incompleta. Se 
suele iniciar el tratamiento por el canal que 
causa mayor sintomatología, suponiendo ade-
más que es el que lleva mayor cantidad de oto-
litos libres, siendo generalmente horizontal, 
posterior y anterior. Se considera que el trata-
miento ha tenido éxito, cuando el paciente me-
jora los síntomas y las pruebas diagnósticas de 
Dix-Hallpike y supine roll test, son negativas a 
los 2 meses. Después de 2 años de ausencia 
de síntomas, se supone que la curación ha 
sido definitiva. 
Los resultados obtenidos con el tratamiento 
son comparables a los que resultan de la afec-
tación de un solo canal (porcentaje de curación 
superior al 90%). Entre 2 y 4 sesiones terapéu-
ticas suelen ser suficientes (tratamiento más 
prolongado, con mayor número de maniobras, 
pero igual de efectivo que en el unicanal). Las 
recurrencias son también similares en el VPPB 
uni o multicanal. La afectación vestibular resi-
dual y la influencia de las causas favorecedo-
ras (isquémicas, metabólicas, posicionales…) 
suelen ser desconocidas. 
AVISO 
• Tras un traumatismo craneocervical pensar
y buscar una posible afectación multicanal.
• Diferenciar con la exploración la afectación
bilateral del CSP de la seudobilateral. Ante
la duda, iniciar la maniobra de reposición de
partículas en el lado con mayor sintomato-
logía.
• Con la excepción comentada, la litiasis bi-
lateral del CSP es fácil de detectar, pero re-
sulta casi imposible si se le suma una afec-
tación bilateral de ambos CSA o de ambos
CSH.
• El diagnóstico es bastante seguro en casos
típicos de lesión combinada del CSP y CSH
o del CSA y CSH, pero la combinación del
CSA y CSP resulta muy difícil de descubrir.
El uso de la video-oculografía facilita el
diagnóstico.
• En caso de nistagmo vertical inferior,por
posible afectación del CSA, realizar una
RM para descartar etiología central.
5. VPPB ATÍPICO Y CENTRAL [18, 19]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
Desafortunadamente, no todos los vértigos po-
sicionales son benignos ya que síntomas simi-
lares pueden estar causados por enfermeda-
des que afectan al sistema nervioso central 
(SNC) de diversa relevancia y gravedad. Exis-
ten diversas patologías que afectan al SNC, 
como malformaciones, enfermedades desmie-
linizantes, migraña vestibular, tumores cerebe-
losos y pequeñas lesiones isquémicas en el 
vestíbulo-cerebelo especialmente en el nó-
dulo, los pedúnculos cerebelosos o las estruc-
turas del tronco del encéfalo próximas al IV 
ventrículo que pueden provocar un vértigo po-
sicional. 
La migraña vestibular debería tener una men-
ción aparte, pues sabemos que en ella existe 
una frecuente asociación con el VPPB, que, 
además, suele tener más alta tasa de recidivas 
y de menor duración en el tiempo. 
DIAGNÓSTICO 
Existe un conjunto de signos de alarma en la 
exploración que pueden sugerir la presencia 
de un vértigo posicional paroxístico de origen 
central y que nos orientan a solicitar una 
prueba de imagen (la de elección es la RM): 
1. Signos y síntomas neurológicos. Presen-
cia de otros signos y síntomas neurológi-
cos. De ahí la importancia de la anamne-
sis y la realización de una exploración
neurológica minuciosa. Es importante te-
ner en cuenta que la aparición de estos
síntomas no excluye un VPPB.
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2. Nistagmo sin mareo/vértigo en las manio-
bras posicionales. Aparición de un nis-
tagmo sin mareo/sensación vertiginosa
en las maniobras posicionales.
3. Nistagmo de dirección atípica en las ma-
niobras posicionales:
• Nistagmo vertical inferior. Teniendo en
cuenta que:
• Puede estar presente en pacien-
tes con migraña.
• Si tiene componente torsional,
pudiera tratarse de un VPPB del
CSA. Aunque la afectación de di-
cho canal es muy infrecuente,
probablemente esté subesti-
mada.
• Nistagmo de dirección cambiante. Nis-
tagmo que cambia de dirección tras
realizar las mismas maniobras diag-
nósticas en diferentes momentos. En
este caso, si la prueba de imagen no
muestra alteraciones, es recomenda-
ble solicitar la valoración de un neuró-
logo.
4. Pobre respuesta a maniobras terapéuti-
cas. El estudio por imagen puede ser útil
para detectar alteraciones anatómicas en
los conductos semicirculares además de
patología del SNC.
5. Alta recurrencia de los síntomas. La tasa
de recurrencia esperada es aproximada-
mente del 27 % a los 10 años, aunque de-
pendiendo de los estudios puede variar
hasta un 50 % entre 5 y 10 años. Cuando
se constatan 3 o más recidivas sería con-
veniente solicitar RM.
AVISO 
Si el nistagmo cambia de dirección al colocar 
al paciente en la misma posición puede ser 
central; pero si el nistagmo cambia, al colocar 
al paciente en diferentes posiciones, puede ser 
debido a un VPPB multicanal. Además, debe-
mos tener presente que, si hemos realizado 
maniobras de reposición de partículas, el cam-
bio de la dirección del nistagmo puede estar 
justificado por la introducción de las otoconias 
en otro canal semicircular (típica conversión de 
una canalitiasis del CSP en canalitiasis del 
CSH). 
6- VPPB SUBJETIVO (20)
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
El término VPPB subjetivo fue introducido por 
Haynes et al. en 2002, quienes estudiaron por 
primera vez a un grupo de pacientes con sin-
tomatología clara de VPPB, pero en el que no 
objetivaban nistagmo en las maniobras de pro-
vocación. 
El VPPB subjetivo se puede enmarcar en el 
item 3.4 del Consensus Document of the Com-
mittee for the Classification of Vestibular Disor-
ders of the Bárány Society –VPPB posible–. 
Esta categoría acoge aquellos casos en los 
que falta uno de los criterios mayores de diag-
nóstico de VPPB, en este caso el nistagmo. 
Se define VPPB subjetivo como aquel en el 
que aparece una historia clínica compatible y 
toda la sintomatología de VPPB en las manio-
bras de provocación, pero sin evidenciar el nis-
tagmo característico del VPPB correspon-
diente. 
El VPPB subjetivo es bastante común y su por-
centaje respecto al VPPB varía entre un 11.5% 
y un 48%. Es necesario precisar que esta propor-
ción disminuye en las grandes series estudiadas de 
VPPB, en la medida en la que se utilizan las gafas 
de Frenzel o la videonistagmoscopia en el diagnós-
tico. 
DIAGNÓSTICO 
La exploración del paciente con VPPB no di-
fiere de la exploración típica. El diagnóstico se 
deriva de la ausencia de nistagmo en la manio-
bra de provocación en un paciente que sí pre-
senta sintomatología cuando se realiza dicha 
maniobra. 
Diagnóstico diferencial: 
En el caso del VPPB subjetivo el diagnóstico 
diferencial es más importante si cabe. Las cau-
sas más frecuentes de vértigo posicional que 
debemos descartar son la isquemia vertebro-
basilar transitoria, el vértigo posicional central 
y el infarto cerebeloso en cuanto a causas cen-
trales y las fístulas perilinfáticas y la dehiscen-
cia de canal semicircular superior entre las pe-
riféricas. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN DE PARTÍCULAS 
Todos los trabajos publicados sobre VPPB es-
tán de acuerdo en que el VPPB subjetivo debe 
ser tratado con la maniobra de reposición co-
rrespondiente, siempre y cuando el canal im-
plicado sea fácilmente identificable, esto es, 
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cuando la sintomatología que presenta el pa-
ciente esté claramente relacionada con la ex-
ploración de un canal determinado. 
La efectividad del tratamiento no difiere entre 
el grupo de pacientes con VPPB y el de VPPB 
subjetivo. 
7. VPPB EN EL ANCIANO [21, 22]
CARACTERÍSTICAS GENERALES 
El VPPB es más frecuente en la edad avan-
zada (considerada como tal por la OMS a partir 
de los 60 años y de la que se calcula que en el 
2030 corresponda al 20% de la población). Su 
prevalencia puede llegar a ser del 9% y su in-
cidencia aumenta con la edad hasta el 10% a 
los 80 años. 
Además de las causas examinadas en el 
VPPB, en la edad avanzada encontramos 
otros factores como la osteoporosis. La osteo-
porosis es más frecuente en mujeres (2:1) y di-
fícil de evaluar de forma aislada (respecto a la 
edad avanzada) ya que las mujeres estudia-
das son postmenopáusicas, lo que implica que 
son osteoporóticas en mayor o menor grado. 
Esto refleja la necesidad de estudios de meta-
nálisis debido a la ausencia de ensayos con-
trolados aleatorizados. Algunos trabajos, en-
cuentran una incidencia de osteoporosis en 
pacientes con VPPB del 26,2% y una frecuen-
cia del VPPB que se incrementa cuando las ci-
fras de densidad mineral del hueso disminu-
yen. Pero no se ha encontrado relación entre 
la incidencia de VPPB y las cifras bajas de 
masa ósea por lo que no parece existir corres-
pondencia entre el VPPB y la densidad ósea, 
considerándose exclusivamente un factor de 
riesgo en las recurrencias de VPPB, aunque 
sigue siendo un tema controvertido. Podemos 
concluir que el VPPB se puede relacionar con 
la osteoporosis y la osteopenia y que las pre-
paraciones de calcio empleadas en el trata-
miento de estos procesos, podrían servir como 
prevención del VPPB. 
La explicación fisiopatológica del VPPB en el 
anciano no difiere del esquema utilizado para 
otros rangos de edad. La mayor frecuencia de 
traumatismos y alteraciones vasculares po-
drían también favorecer la liberación de otoco-
nias a los canales, aunque esta afirmación no 
ha sido demostrada. 
DIAGNÓSTICO 
Los tipos de VPPB en el anciano no difieren de 
los de otras edades y tampoco existe una 
forma clínica más habitual. Por tanto los sínto-
mas serán variables según el o los CS afecta-
dos. Esta afectación puede reducir la calidad 
de la vida, restringir las actividadesdiarias y 
aumentar el riesgo de caídas y fracturas. 
Dada la frecuencia de VPPB del CSP, la 
prueba de Dix-Hallpike sigue siendo la base 
del diagnóstico, aunque ante la posible 
existencia de patología concomitante a nivel 
cervical, en ocasiones realizaremos la 
maniobra de Semont, si se presenta 
incapacidad de hiperextensión cervical. 
MANIOBRAS DE REPOSICIÓN 
La experiencia clínica y la bibliografía 
muestran la eficacia de las maniobras 
liberadoras (Semont) y de reposicionamiento 
(Epley, Lempert). Ambas tienen una eficacia 
comparable y provocan la desaparición de los 
síntomas en un 90 % de los pacientes. El fallo 
de las mismas suele ser debido a una 
realización defectuosa. Esta dificultad técnica 
puede estar acentuada en ancianos tanto por 
polimedicaciones como por la dificultad de 
alcanzar las posiciones deseadas para la 
correcta ejecución de las maniobras debido a 
problemas osteomusculares principalmente a 
nivel cervical. En estos casos puede ser útil, si 
hay disponibilidad, de un sillón motorizado o 
simplemente mecánico de Richard-Vitton. De 
no resolverse los síntomas con los medios 
habituales, se indicarían los ejercicios de 
Brandt-Daroff. 
CALIDAD DE VIDA 
La disminución de la calidad de vida se asocia 
sobre todo a la recurrencia de la patología, que 
podría alcanzar a un 30 % de los pacientes. El 
riesgo de recurrencia es mayor en el primer 
año después de la crisis y se mantiene elevado 
durante los dos primeros años. Recientes 
estudios sugieren que una mayor recurrencia 
de la patología podría estar ligada a distintas 
comorbilidades, al género femenino y al canal 
afectado, pero no a la edad. 
GUÍA PRÁCTICA DEL VÉRTIGO POSICIONAL PAROXÍSTICO BENIGNO 
BENITO-OREJAS JI ET AL. 
Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [194] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
8. SEGUIMIENTO Y RECURRENCIA DEL
PACIENTE CON VPPB [3-10]
A pesar de ser una patología benigna y, en 
ocasiones, de resolución espontánea (entre un 
20% a 80% según la Guía Clínica Americana), 
hay un porcentaje de casos en los que el epi-
sodio vuelve a reproducirse. 
La recurrencia es del 7% al 23% durante el pri-
mer año tras el tratamiento, sin embargo, a 
largo plazo y, dependiendo de la edad del pa-
ciente, las recurrencias aumentan hasta el 
50% en 5 años. 
Existen factores asociados a esta patología y 
otros, dependientes del individuo, que pueden 
influir en la recuperación y en la tasa de reci-
diva. Ejemplo de ello son los pacientes que 
han sufrido un traumatismo craneoencefálico o 
los que han acudido al dentista recientemente 
o han sido sometidos a cirugías faciales que
requerían instrumental motorizado. Hay que
tener en cuenta también a los pacientes (sobre
todo de sexo femenino) con osteoporosis u os-
teopenia, dado que hay estudios que demues-
tran que, en ellos, la recurrencia del VPPB es
mayor. La falta de actividad física parece ser
un factor importante que repercute negativa-
mente en esta entidad (sobre todo en los an-
cianos y las mujeres). Los trastornos del sueño
también se han relacionado con la posibilidad
de tener este tipo de vértigo. Las enfermeda-
des de oído interno, incluyendo la neuritis ves-
tibular, hipoacusia neurosensorial unilateral y
enfermedad de Ménière, aumentan la tasa de
recurrencia del VPPB.
La situación previa del paciente, la duración de
los síntomas antes de efectuar el diagnóstico y
la precisión del mismo pueden influir en la res-
puesta al tratamiento. Por otra parte, las res-
tricciones posturales posteriores a la maniobra
de reposicionamiento no contribuyen al éxito
del tratamiento y no hay razón para someter a
los pacientes a estas instrucciones.
Es necesario definir lo que consideramos un
VPPB resuelto. Para evaluar la respuesta al
tratamiento consultaremos al paciente sobre la
desaparición de los síntomas y, además, efec-
tuaremos una maniobra de provocación,
siendo necesaria una maniobra negativa (en-
tendiéndose: ausencia de nistagmo) para con-
siderar al paciente curado.
Hay autores que prefieren preguntar directa-
mente al paciente sobre su mejoría y no reali-
zar rutinariamente la maniobra de provocación
en la revisión; defienden que la ventaja de este
método de evaluación es que no es necesaria 
una consulta con el paciente, sino que puede 
realizarse por teléfono o por correo, por lo que 
los costes para el sistema sanitario serían me-
nores. Sin embargo, la maniobra ofrece un re-
sultado objetivo. Además, puede ocurrir que la 
maniobra de provocación sea positiva y el pa-
ciente se encuentre asintomático, lo que se ha 
denominado VPPB subclínico. 
En lo que a los síntomas se refiere, podemos 
encontrar una resolución completa, mejoría, 
ausencia de mejoría o empeoramiento. Es im-
portante detallar si el restablecimiento es com-
pleto o se debe a la evitación consciente de 
ciertas posturas por parte del paciente. 
Algunos autores han utilizado cuestionarios 
universales sobre calidad de vida para cuanti-
ficar la mejora subjetiva del paciente. En la 
práctica clínica consideramos que, con la 
anamnesis es suficiente. 
En cuanto al tiempo que debe pasar desde que 
tratamos al paciente hasta la primera revisión, 
hay diferentes opiniones según los autores. 
Hay quienes recomiendan un plazo de 7-10 
días y quienes consideran esperar 1 mes. De-
bemos tener en cuenta que, si espaciamos de-
masiado el seguimiento, podemos diagnosti-
car un VPPB persistente de forma errónea, ya 
que, puede ocurrir, que se haya resuelto el epi-
sodio tratado y estemos ante una recidiva. 
Si la exploración sigue siendo positiva, debe-
mos insistir en la realización de la maniobra de 
reposición correspondiente, tanto si el VPPB 
es del mismo canal como si es de otro canal. 
Ante un VPPB que no se resuelve tras sucesi-
vas maniobras hay que efectuar un estudio 
más profundo. Esto incluye la realización de 
una prueba calórica (va a estar afectada en 
torno al 25% de los enfermos y son los que 
más recurren), y unos VEMPs o vHIT si dispo-
nemos de ellos. Si se mantiene o es de carac-
terísticas atípicas, sobre todo si se sospecha 
un origen central, se debe pedir una prueba de 
imagen (ver vértigo central). 
Finalmente, y como hemos explicado, puede 
ser útil solicitar una analítica, pudiéndose en-
contrar depósitos bajos de ferritina o déficit de 
Vitamina D, que se han relacionado con la per-
sistencia del VPPB. 
Si se ha resuelto el VPPB y era el primer epi-
sodio que presentaba el enfermo se puede dar 
de alta. Deberemos revisarle en el plazo de 1 
a 2 meses en el caso de que el VPPB sea re-
currente, especialmente en el anciano. 
GUÍA PRÁCTICA DEL VÉRTIGO POSICIONAL PAROXÍSTICO BENIGNO 
BENITO-OREJAS JI ET AL. 
Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND [195] Rev. ORL, 2017, 8, 3, pp. 157-196 
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