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17 munal.gob.mx | septiem bre | 2013 ¿QUÉ ES UNA QUIMERA? Según la mitología griega, quimera era un monstruo, mezcla de león, cabra y dragón, que echaba fuego por la boca. Otras versiones sostienen que le gustaba acumular tesoros, lo que no deja de ser significativo: las cuatro que están a las puertas del Munal, resguardan un acervo de 5 siglos de arte. A RQ U ITECTU RA LAS QUIMERAS DEL PALACIO Quien camine por la Plaza Tolsá y se detenga a mirar la magnificente fachada del Palacio de Comunicaciones pue- de fácilmente transportar su espíritu al pasado. Si se observa a detalle el inmueble, antes de dar un paso más allá de los grandes portones de hierro fundido, podemos percibir cuatro serenos de antaño; su misión desde el pasado ha sido doble: custodiar a todo aquel que se adentra al edificio y regular la iluminación durante la no- che silenciosa, aunque en esta ciudad las noches así sean ya muy pocas. 221 piezas metálicas, 36 cristales, 72 tornillos y 100 años de historia, conforman los cuatro lampadarios de fierro fundido que se localizan en la fachada principal del Munal; com- puestos a su vez de tres farolas cada uno, su base está formada por una ménsula con soporte escultórico; las quimeras con sus alas desplegadas que sostienen los faroles dan un toque fan- tástico a los clasicismos de la fachada. Para sostener los tres faroles en forma de prisma hexagonal que componen cada uno de los lampadarios, se inclu- yó en el diseño original un conjunto de brazos en forma de espiral con flores al centro de cada brazo, y hojas curvas en cada espiral. Además, cuenta con una piña de remate y una flor abierta en la parte superior. CAÍDA Y VUELO En el año 2001, uno de los lampadarios cayó al suelo rompiéndose. Entonces y por petición del Centro de Conser- vación y Restauración del Patrimonio Artístico Mueble (cencropam) y del inba, se tuvieron que retirar las cuatro piezas completas de la fachada princi- pal para su revisión y restauración. Sin embargo, por falta de recursos, la tarea de recuperar estas fantásticas piezas tuvo que esperar. Finalmente y después de varios años de gestión, en el 2011 se llevó a cabo la colocación y restauración in- tegral de los lampadarios o fanales en forma de quimeras de hierro forjado y troquelado. Los trabajos consistie- ron en la eliminación de pintura de esmalte, la estabilización del metal y la aplicación de protección. El primer paso fue desmontar la escultura y la ménsula que la sopor- taba para revisar los anclajes en el NUMERALIA 4 LAMPADARIOS EN FACHADA 1,316 TOTAL DE PIEZAS 329 PIEZAS POR LAMPADARIO 42 CONCEPTOS DIFERENTES 728 PIEZAS DE FUNDICIÓN 144 CRISTALES RECTOS Y CURVOS 288 TORNILLOS DE ACERO INOXIDABLE 16 TUBOS CON CUERDA, EN ACERO INOXIDABLE 64 PIEZAS FORJADAS 72 MOLDURAS SOPORTE DE CRISTALES DE ACERO INOXIDABLE » ELVIA PÉREZ SAMANIEGO muro. La limpieza general se reali- zó con agua a presión mezclada con desincrustante para eliminar todas las impurezas. Luego, con el fin de desarmar todos los elementos, se extrajeron los tornillos rotos y se re- acondicionaron las cuerdas. La eliminación de capas de he- rrumbre -o en otras palabras óxido de hierro- sobre la superficie de las piezas causado por el contacto di- recto con la humedad fue realizada manualmente. Las piezas que no estaban sujetas a un esfuerzo mayor fueron soldadas y se repusieron las piezas faltantes o rotas. En una cabina especial se hizo la pulimentación por medio de micro esfera de vidrio, hasta la eliminación del más pequeño resto de óxido, para garantizar un tratamiento antico- rrosivo eficaz que proporcionara al metal, además de resistencia a la oxi- dación, apariencia de pavonado (si- milar al original). El tratamiento fue a través de la aplicación de esmalte de poliuretano transparente e incoloro. En algunos casos, se tuvieron que sustituir piezas de hierro por ace- ro inoxidable. Así ocurrió con los tu- bos de soporte de las farolas y central superior. El armado y sellado de las piezas se realizó de tal manera que se evitara el almacenamiento de pol- vo y humedad en sus juntas. Posteriormente, se llevó a cabo la sustitución de vidrios rotos o manchados, de las farolas (crista- les esmerilados de seis milímetros). Se buscó un sistema de fijación de cristales que facilitara su reempla- zo y no permitiera acumulación de polvo y humedad en contacto con la estructura. También se coloca- ron los cristales curvos en la parte superior de la fachada. El cableado eléctrico de las farolas y el tipo de lámparas se de- terminó de acuerdo a un estudio específico, considerando focos ahorradores de luz cálida. Este trabajo fue realizado en conjunto con el área de Mantenimiento del Munal, que se encargó de toda la instalación eléctrica. Gracias a todo este trabajo con- junto, llevado a cabo con la mayor precisión y el mayor esmero, es po- sible admirar hoy los lampadarios en todo su esplendor. De esta manera, no sólo se recuperaron las piezas dañadas sino que se rescató la ima- gen original del edificio, con toda la magnificencia que los lampadarios le confieren a la fachada principal de tan importante inmueble histórico. El Museo Nacional de Arte recuperó recientemente los lampadarios que iluminan su entrada. Gracias a un complejo proceso de restauración, estas joyas con reminiscencias mitológicas pueden apreciarse en todo su esplendor.
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