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La importancia de la perfilación criminal en casos de agresión sexual serial

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La importancia de la perfilación criminal en casos de agresión sexual serial 
 
William Ruiz Piñeros1 
Resumen 
Los altos índices de criminalidad en delitos sexuales, evidencian la necesidad de establecer 
mecanismos de prevención interdisciplinarios, que vayan más allá de solamente la investigación 
de casos particulares. En ese contexto se desarrolla el presente articulo cuyo objetivo principal es 
establecer la importancia que tiene la psicología forense la perfilación criminal en la 
judicialización, identificación, sanción e incluso la disminución de la comisión de delitos sexuales. 
Dentro de las principales conclusiones a las que se llega con este estudio, se encuentra la 
contribución que realiza la psicología jurídica y la perfilación criminal, para la identificación de 
agresores sexuales seriales, desde patrones conductuales, socioculturales, de situaciones de 
criminalidad y otros elementos sociales, no solo como mecanismo de investigación en contextos 
aislados, sino como herramienta de identificación a nivel macro - criminológico. 
Palabras clave. Delito sexual, agresor sexual, perfil criminal, psicología jurídica. 
Abstract. 
The high crime rates in sexual crimes show the need to establish interdisciplinary 
prevention mechanisms that go beyond just the investigation of particular cases. In this context, 
this article is developed whose main objective is to establish the importance of forensic psychology 
in criminal profiling in the prosecution, identification, punishment and even the reduction of the 
commission of sexual crimes. Among the main conclusions reached with this study, is the 
 
1 Psicólogo, aspirante a especialista en Ciencias Forenses y Técnica Probatoria. 
william-ruizp@unilibre.edu.co 
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contribution made by legal psychology and criminal profiling, for the identification of serial sexual 
offenders, from behavioral and sociocultural patterns, criminal situations and other social 
elements., not only as an investigation mechanism in isolated contexts, but also as an identification 
tool at the macro-criminological level. 
Key words. Sexual crime, sexual offender, criminal profile, legal psychology. 
Introducción 
Los casos de agresión sexual en Colombia y en otros países han sido una constante de la 
sociedad. Los Gobiernos y en especial sus agencias de investigación, hacen uso de diferentes 
disciplinas para lograr la individualización de quienes realizan este tipo de conductas, aun cuando 
se presentan diferentes obstáculos que en la actualidad no han podido superarse. Dentro de estos 
obstáculos se encuentra la perfilación criminal de los agresores sexuales en serie, quienes ven en 
estas debilidades institucionales, una forma de evasión de la justicia. 
Ahora bien, la psicología jurídica es una disciplina que contribuye bastante en la 
determinación de patrones de conducta de testigos, acusados, entre otros intervinientes de los 
procesos judiciales (Antuña & Rodríguez, 2007). Su mayor contribución es la determinación de la 
credibilidad de un informe, una conducta, una patología psicológica que conlleva a una persona a 
realizar determinados hechos, entre otros. 
La perfilación criminal, hace parte de la psicología jurídica. Es a través de esta técnica que 
se puede inferir un perfil de uno o varios sospechosos, a través de patrones conductuales que 
concurren en varios delitos, realizados bajo el mismo modus operandi. En este contexto, es donde 
se desarrolla esta investigación la cual se orienta por la siguiente pregunta de investigación ¿De 
qué manera contribuye la psicología forense y la perfilación criminal para evitar y/o disminuir la 
comisión de delitos sexuales seriales? De acuerdo con esta pregunta, la hipótesis que se quiere 
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comprobar es que la psicología jurídica temprana y la perfilación criminal en las etapas iniciales 
de la investigación, es de suma importancia para generar alertas de perfiles de agresores sexuales 
y de esta manera evitar la comisión de este tipo de delitos en serie. 
Así mismo, el objetivo general de la investigación es analizar de qué manera la psicología 
forense y la perfilación criminal ayuda a la disminución o evitación de la comisión de delitos 
sexuales seriales. Para poder desarrollar este objetivo general, se propusieron los siguientes 
objetivos específicos: i) establecer cuales es la naturaleza y técnicas del perfilamiento criminal 
desde la psicología jurídica, ii) describir cuales son los elementos conductuales y patrones 
generales que se presentan en los agresores sexuales en serie, iii) identificar las condiciones en las 
cuales debe ponerse en práctica la psicología jurídica para evitar la comisión de delitos de agresión 
sexual en Colombia. 
Ahora bien, el tema que se pretende abordar es de gran importancia para la academia, y en 
especial para la Especialización en Ciencias Forenses y Técnica Probatoria que se está 
adelantando, pues se pretende con este análisis explicar las ventajas que podría tener la psicología 
jurídica y las técnicas de perfilación criminal, lo que a su vez podría ser tenido en cuenta por la 
Fiscalía General de la Nación, como un referente académico que pueda ser tenido en cuenta en la 
práctica de las investigaciones que se adelantan en el marco de los delitos sexuales. Finalmente, la 
investigación que se adelantó es descriptiva, y para su desarrollo se realizó desde la técnica de la 
revisión documental, la consulta de fuentes secundarias y terciarias, representadas en artículos de 
investigación, doctrina y bibliografía especializada, consultada en diferentes bases de datos como 
Ebsco, Scholar, Dialnet, Vlex, entre otras. 
 
 
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1. La psicología jurídica y el perfilamiento criminal. 
La psicología jurídica o forense como algunos autores la identifican es una rama de la 
psicología que se desarrolla en un contexto jurídico determinado, y se caracteriza por tener técnicas 
propias que la convierten en una ciencia auxiliar del proceso que implica la investigación judicial 
(Camacho, 2023). De acuerdo con Vásquez (2018) esta disciplina aborda la conducta y los 
procesos mentales que necesitan ser analizados en el marco de un proceso judicial, con lo que se 
ayuda a los operadores judiciales a la adopción de una sentencia que no solo tenga en cuenta los 
hechos y probanzas demostrados, sino la intención y motivación de quien lo cometió. 
Esta disciplina permite estudiar la conducta humana en el marco de un proceso jurídico, 
estudio que difícilmente podría ser logrado con la sola aplicación de la norma (Mendoza, 2014). 
Así mismo lo considera Arcia (2019) cuando señala que “(…) la práctica de la psicología forense 
está regida por conceptualizaciones que provienen del derecho y no de la psicopatología, y se 
encuentra al servicio de la justicia antes que del valor de la salud” (Arcia, 2019, p. 6). Teniendo 
en cuenta el enfoque que tiene la psicología jurídica o forense, el profesional de la salud analiza 
elementos importantes del sujeto activo de un delito, tales como: 
• La existencia de un trastorno mental. 
• La probabilidad de que este implicado en una o varias conductas peligrosas o violentas. 
• El motivo o causas de su conducta. 
• La personalidad que tiene un sospechoso que aún no ha sido aprehendido. 
• Secuelas emocionales o físicas previas a su comportamiento. 
• La credibilidad de un testimonio, de acuerdo con su desempeño en una diligencia judicial 
(Ávila, 2004). 
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De acuerdo con ello, el psicólogo forense además de aportar su conocimiento al proceso 
judicial, debe conocer la norma penal, y establecer desde su campo si existen o no elementos que 
puedan ayudar al operador judicial o a la Fiscalía a determinar la existencia o no de un delito. De 
acuerdo con Arcia (2019) el psicólogo forense debe por lo menos entender con claridad los 
elementos de la imputabilidad, los eximentes de la responsabilidad, atenuantesy agravantes. Otra 
de las habilidades que debe tener el psicólogo forense es la de establecer un juicio valor respecto 
de los patrones de conducta de un sospechoso, que sea entendible y de fácil interpretación dentro 
de un proceso judicial. 
Así mismo, lo consideran Norza, Morales, Merchán y Meléndez (2013), cuando indican 
que la labor del psicólogo forense no es otra que la de establecer no solo elementos de conducta 
del sujeto activo de un delito, sino las áreas que deben tratarse para su eventual resocialización y 
reinserción a la vida en sociedad. Ahora bien, la habilidad que importa para esta investigación, es 
más de carácter predictivo. Arcia (2019) al respecto indica que el psicólogo forense, debe estar en 
la capacidad de predecir el riesgo de conductas violentas de una persona, basado en el historial 
clínico de violencia que puede tener la persona, el medio en el que se desenvuelve, entre otros 
elementos socio – culturales, que permitirían dar un perfil psicológico de una persona que puede 
llevar a cometer delitos. 
Es en esta delgada línea donde se deriva la psicología criminal, la cual es una rama de la 
psicología jurídica que se encarga de estudiar el comportamiento y los procesos mentales de una 
persona que ha cometido un delito (De León, 2019). Así las cosas, la psicología criminal estudia 
el desarrollo de procesos psicológicos que intervienen en la planificación y puesta en marcha de 
actos criminales, el por qué, de la conducta del individuo, y el modo en que se manifiesta su 
conducta criminal, no solo desde los hechos sino desde otras disciplinas como la delincuencia 
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como un fenómeno psicosocial. En ese orden de ideas, la finalidad que tiene la psicología criminal 
es la de comprender la delincuencia, sus efectos, sus causas, y el tratamiento que debe hacerse para 
de esta manera ayudar a su reducción mediante la implementación de métodos preventivos o de 
intervención (Soria & Saiz, 2005). 
Ahora bien, la psicología criminal es la que sienta las bases fundamentales del trabajo del 
psicólogo criminal. El psicólogo criminal realiza un diagnóstico y posteriormente un diagnóstico, 
para de esta manera establecer el tratamiento adecuado y en especial la personalidad de un 
criminal. A diferencia de otras aplicaciones que puede tener la psicología, la psicología jurídica o 
forense es interdisciplinario, pues adicional a estudiar la psiquis del criminal, debe basar su 
diagnóstico en estudios criminológicos e incluso socioculturales del entorno del sujeto de un delito. 
Así las cosas, dentro de las principales labores que debe desarrollar un psicólogo jurídico existen 
las siguientes: 
• Estudios de personalidad criminal con el objeto de establecer cuáles son los factores 
psicológicos internos y externos que llevaron a una persona a realizar una conducta 
delictiva. Para ello debe acudir a otras ramas de la psicología como la psicología biológica, 
la psicología social, la psicología del comportamiento, etc. 
• Colaborar con las investigaciones que realizan los criminólogos, identificando factores de 
peligrosidad de un sujeto, a través de diferentes técnicas como: i) el estudio de la tasa de 
delitos que existe en una zona determinada, a través del análisis de estadísticas oficiales, la 
realización de encuestas de victimización, entre otros; ii) el estudio de los elementos 
demográficos del delito, tales como el nivel socioeconómico del sujeto del delito y de su 
víctima, la edad, el género, la etnia o raza, su nivel académico, entre otros; iii) proponer 
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teorías explicativas de la conducta del sujeto, desde la biología (como las predisposiciones 
genéticas de una persona para cometer un delito), desde el psicoanálisis analizando 
situaciones familiares traumáticas, situaciones de conflicto, ausencia de entornos 
saludables de desarrollo en la primera infancia, entre otros. 
• Realización de perfilación criminal en las investigaciones judiciales, el cual implica el 
análisis de los aspectos psicosociales que definen el comportamiento de un sujeto de un 
delito, a través del estudio de una escena del crimen, las características de la víctima, los 
hallazgos criminalísticos y forenses, los motivos del autor del delito, con el fin de contribuir 
de colaborar en una investigación judicial y/o facilitar pruebas para atribuir responsabilidad 
penal a un sujeto. 
Este último elemento de perfilación criminal, es el que se considera de mayor importancia 
cuando se trata de delitos sexuales seriales. A partir del estudio de una escena del crimen, un 
psicólogo puede elaborar teorías del delito, desde una visión retrospectiva y proyectiva, a partir 
del modus operandi del sujeto activo. Al respecto Antuña y Rodríguez (2007) indican que la 
aplicación del perfilamiento criminal permite visibilizar la delincuencia como un fenómeno 
complejo y no como hechos aislados, basados en cimiento biológicos, psíquicos y sociales del 
sujeto activo. 
Arcia (2019) al respecto también indica que la aplicación del perfilamiento criminal, 
permite generar teorías predictivas del riesgo de comportamientos violentos, lo que ayuda bastante 
para la construcción de herramientas no solo de identificación de agresores sexuales, sino de 
prevención de este tipo de delitos. 
El perfilador criminal, lograr llegar a estas teorías del delito a través de la elaboración de 
técnicas específicas que no solo involucra el estudio de evidencias físicas que son encontradas en 
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la escena del crimen, sino que también, implican el uso de otras herramientas como entrevistas a 
delincuentes similares e incluso a la misma víctima, cuando ello es posible. De acuerdo con 
Barragán y Gelves (2020) la entrevista de la víctima en los casos de abuso o agresión sexual es de 
suma importancia para la realización de un perfil criminal del agresor, pues además de que pueden 
evidenciarse los efectos psicológicos del acto criminal sobre la víctima, pueden intuirse desde su 
comportamiento las motivaciones del agresor. 
Identificadas las motivaciones el perfilador criminal puede analizar la reacción social de 
este tipo de hechos en una comunidad específica, que ve en la investigación judicial un medio para 
evitar que este tipo de hechos sigan sucediendo. De León (2019) indica que la perfilación criminal 
como medio de prevención de la comisión de delitos, es bien vista por una comunidad y ello 
exacerba los ánimos de colaboración en la consecución de información valiosa que permita 
identificar el autor de un crimen. Arcia lo describe de la siguiente manera: 
“(…) conocer los factores bio-psico-sociales que correlacionan con la aparición y 
desarrollo de la delincuencia permite avanzar mediante medidas económicas, políticas, 
sociales, sanitarias, etc., en su desarrollo y favorecer su reducción. Así mismo, permite 
otorgar asesoramiento a la comunidad de protección frente a actos criminales, mejorando 
así la integración comunitaria y la calidad de vida, entre otros” (Arcia, 2019, p. 11-12). 
Las ventajas que tiene el perfilamiento criminal, hacen necesaria su presencia en todos los 
escenarios de investigación judicial, y en especial cuando se trata de delitos de impacto social alto, 
como lo son los delitos sexuales, que tienen componentes criminológicos y criminalistas muy 
particulares, como se analizará a continuación. 
 
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2. Elementos conductuales y patrones generales que se presentan en los agresores 
sexuales en serie. 
Existen diversos tipos de agresores sexuales. Para el caso de esta investigación es de 
importancia establecer cuáles son los patrones conductuales y generales de una rama especial de 
este tipo de agresores: los agresores sexuales en serie. De acuerdo con Duran et. al., (2012) los 
delincuentes seriales tienen unas características similares, principalmente porque realizan la misma 
conducta con un modus operandi similar, en cada uno de los casos. 
Gow (2019) comparteesta perspectiva al indicar que, en la mayoría de los casos de delitos 
sexuales, existen patrones conductas y de violencia en las victimas, que marcan la diferencia entre 
quien busca realizar otro tipo de delito y termina abusando de su víctima, como un efecto colateral. 
Ahora bien, determinar el perfil de un agresor social implica no solamente el estudio de factores 
sociales y económicos, sino de otros elementos psicológicos. 
De acuerdo con García (2019) los agresores sexuales, no pertenecen solamente a una clase 
social, lo que hace imposible realizar una caracterización con base en elementos socioculturales. 
Por el contrario, existen varios estudios que indican que los agresores sexuales no se definen 
solamente por su entorno social, sino que concurren varios elementos que condicionan su conducta 
y que son más de origen psicológico y comportamental. 
En ese sentido, no existe un solo perfil de personalidad unificado en agresores sexuales, 
más sin embargo si existen rasgos de personalidad, características comportamentales y similitudes 
comunes, que permiten a la psicología jurídica, establecer patrones y elementos de conducta 
análogos. Obregón y Carvajal indican que, dentro de los patrones comportamentales y cognitivos 
de los agresores sexuales, se encuentran los siguientes elementos: 
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“El hombre abusador esta en un momento de su vida en que ya ha alcanzado completamente 
el desarrollo sexual, así como la capacidad de discernimiento, de alerta, de responsabilidad 
y de discriminación con respecto a la ley y a la sociedad. A diferencia de otros delincuentes 
sexuales, se trata de hombres integrados en una unidad social estable y sus delitos se 
incluyen en una cronología, un marco espacial temático bien determinado, lo cual significa 
que los acosos sexuales forman parte de una construcción voluntaria y consciente” 
(Obregón & Carvajal, 2020, p. 30). 
Sánchez y Cardenal (2016) indican que existen diferentes tipos de agresores sexuales que 
se clasifican por el tipo de violencia empleado. Existen entonces los agresores sexuales solamente 
en entornos familiares, es decir aquellos que solo abusan de personas que componen su núcleo 
familiar cercano y extenso; aquellos que abusan de cualquier persona, los cuales son especialmente 
violentos y por lo general padecen de diversos trastornos de personalidad. 
Dentro de las características comunes que tienen los agresores sexuales, existe la identidad 
de género. Maldonado (2011) indica que en la mayoría de los casos de agresión sexual son 
hombres, y dentro de las conductas más comunes de abuso sexual están los tocamientos genitales, 
caricias en zonas intimas, masturbación, entre otras, prácticas que, en muchos casos, se encuentran 
condicionadas por la edad de la víctima (Ramos, 2023). 
Desde el punto de vista psicológico Hanson (2005) indica que la selección de la victima 
depende de la edad del agresor. Por lo general los agresores sexuales mayores de 40 años prefieren 
los niños menores de 10 años y los que son menores de 40 años prefieren adolescentes que están 
entre los 12 a los 15 años, siendo más comunes aquellos que se encuentran entre los 31 a 40 años. 
La mayoría de estos actores sexuales tienen alteraciones en sus personalidades e incluso en su 
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comportamiento, por ello pueden tener conductas antisociales e impulsivas, en especial con 
personas que son ajenas a su núcleo familiar. 
Adicional a ello, la determinación de los elementos comportamentales, indican que en la 
mayoría de los casos de los agresores sexuales mantienen relaciones psicoafectivas con su entorno, 
casi que, con total normalidad, que no demuestran a simple vista evidencia de alguna disfunción 
(Ferreira, 2020). 
Ahora bien, en general estos son los rasgos más característicos de los abusadores sexuales. 
No obstante, cuando se trata de abusadores sexuales seriales, el perfil de este tipo de personas es 
característico y diferenciador. Al respecto Álvarez, Ocampo, Parra y Burbano (2021) indican que 
los agresores sexuales seriales acceden a sus víctimas de diferentes modalidades (todas en su 
mayoría violentas), en cualquier momento o lugar y con un propósito sexual definido, a saber: 
“(…) el ofensor sexual serial (OSS) busca sus víctimas en los distintos espacios que lo 
rodea, prefiriendo personas con las que no ha tenido trato alguno, a las que coacciona para 
que hagan su voluntad. Si bien comparte algunas características puntuales con el agresor 
doméstico el cual ocasionalmente referiremos, tambien se aparta de él por la naturaleza de 
su modus operandi por sus motivaciones, entre otros” (Álvarez, et. al., 2021, p. 129). 
Tuya (2023) indican que los agresores sexuales seriales expresan su actuar delictivo a 
través de patrones comportamentales repetitivos, que reflejan su personalidad y manifiestan 
vivencias personales y familiares a las que se han visto expuestos a lo largo de su vida. A su vez 
esta base común de comportamiento de los agresores sexuales, permiten visualizar tendencias 
territoriales, características psicológicas comunes y factores culturales comunes. Ello deja en 
evidencia que es desde la psicología jurídica que se puede realizar un perfilamiento social y 
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cultural del agresor sexual serial, y no desde el análisis de elementos netamente sociales y/o 
culturales. 
Juárez, Hidalgo y Ramírez (2023) indican que existen diferentes causas y elementos 
propios de los abusadores sexuales que los caracterizan. Dentro de éstos se encuentran factores 
psicológicos, biológicos y sociales. Dentro de los factores psicológicos existen posibles abusos 
sexuales en la primera infancia, a los cuales se suman otras posibles variables como afectaciones 
biológicas del lóbulo frontal, especialmente por accidentes en edades tempranas. 
Adicional a ello, dentro de las causas otros autores identifican procesos educativos 
inadecuados que incluyen maltrato emocional y abandono por parte de familiares, fijaciones 
adquiridas en la infancia o de la vida de pareja (Sáez, Rodríguez, González, 2022). Así mismo, las 
vivencias que una persona puede tener en entornos donde se convive con personas que tienen algún 
tipo de disfunción, contribuyen con el desarrollo de este tipo de conductas. 
Como ejemplo de ello, Lizarbe (2022) señala que hay una alta probabilidad de que una 
persona que haya estado en una institución penitenciaria, pueda desarrollar disfunciones sexuales, 
por las prácticas que allí se realizan, lo que posteriormente puede generar en éste, un apetito sexual 
que pueda terminar en situaciones de abuso a otras personas. 
Entre otros factores exógenos, se encuentra la adicción a diferentes sustancias psicoactivas 
o licores, los cuales de acuerdo con Marshall y Redondo (2002) pueden potencializar la tendencia 
a realizar actos de abuso sexual. Otros autores concuerdan en que, junto con los factores 
psicológicos de los agresores sexuales en serie, existen otros de orden genético que contribuyen a 
que existan mayores probabilidades de que cometan abuso sexual. Al respecto Álvarez et. al, 
indican que: 
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“El Departamento de Epidemiología, Medica y de Bioestadística de Estocolmo (Suecia), 
sugirió en el 2009 que los hijos y hermanos de delincuentes sexuales condenados tendrían 
más probabilidades de cometer los mismos delitos que el resto de la población, producto 
de un posible condicionamiento genético. Otro estudio realizado por el Instituto Karolinska 
(2020) asegura que las variantes de los genes MAOA y CDH113, serían los que podrían 
influir en cometer crímenes violentos (sexuales y otros)” (Álvarez, et. al, 2021, p. 129). 
Ahora bien, desde su perfil psicológico los agresores seriales se diferencian en algunas 
cosas respecto de los agresores sexuales domésticos. Uno de estos rasgos diferenciadores es el 
grado de trastorno sexual que pude tener una persona. El agresor doméstico se le dificulta no 
reincidiren la conducta de abuso, por la cercanía que tiene con su víctima, pero aún así tiene una 
mayor probabilidad de abandonar la conducta por la cercanía emocional que tiene con la víctima 
(Burbano & Ibarra, 2021), mientras que, el agresor sexual serial no presenta ningún tipo de 
remordimiento con la víctima que agrede, pues en la mayoría de los casos no la conoce. 
A diferencia del agresor sexual doméstico, el agresor sexual serial no genera ningún tipo 
de conexión emocional con su víctima, pues su comportamiento está orientado por tabúes o 
imaginarios particulares, a partir de los cuales justifica su conducta. García (2021) señala que los 
agresores sexuales seriales consideran que su conducta está justificada por referentes tales como 
“las mujeres les gustan ser abusadas”, “las mujeres provocan”, entre otros, que trasladan la 
culpabilidad del acto, a la víctima. 
Ahora bien, dentro de los agresores sexuales en serie existen varias clasificaciones. La 
primera de estas clasificaciones se refiere al modus operandi con el que se realiza la agresión. Los 
primeros se denominan abusadores sexuales, los cuales tienden a ser infractores especializados. 
Redondo (2012) indica que este tipo de abusadores sexuales no evidencian conductas desviadas 
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de los parámetros sociales convencionales. No obstante, si presentan algunos rasgos generales tales 
como aislamiento social, problemas de comunicación, baja autoestima, entre otros. 
De otro lado, existen los agresores y violadores sexuales, los cuales son más versátiles en 
su comportamiento, el cual, esta condicionado por elementos externos como la oportunidad de 
cometer el delito o la influencia del entorno social en el que se desarrollan. En este grupo se 
encuentran las personas que tienen antecedentes de abuso sexual en la infancia, aunque no es un 
rasgo determinante. Redondo (2012) indica que uno de los rasgos que sin son predominantes en 
este tipo de agresores sexuales seriales es la extrema violencia con la que someten a sus víctimas. 
Desde el punto de vista territorial se encuentran tres tipos de agresores sexuales seriales. 
El primero de estos, denominado agresor territorial focalizado, el cual realiza los delitos en una 
zona conocida, como su lugar de trabajo o residencia. Moreno y Gutiérrez (2021) indican que este 
tipo de agresor sexual busca un espacio geográfico pequeño en el que se desenvuelve 
cotidianamente, por la seguridad física y emocional que ello le brinda. Ello desde el punto de vista 
del perfilamiento criminal es de bastante utilidad, pues en el proceso de búsqueda e identificación, 
el establecer un patrón de cercanía de los lugares donde cometió el delito, permite disminuir la 
cantidad de sospechosos que podrían encajar en el perfil. 
El segundo de estos, es el agresor sexual serial no focalizado, el cual, a diferencia del 
anterior, no realizan los ataques en un mismo lugar, aunque si en la misma ciudad, departamento 
o provincia. Finalmente se encuentra el agresor sexual errante, el cual se caracteriza por no existir 
un patrón de conducta ni temporal ni territorial. Este tipo de agresores pueden realizar diferentes 
ataques sexuales en diferentes épocas y territorios. 
Este tipo de agresor sexual implica serios problemas en materia de investigación judicial, 
principalmente por la atomización de la información judicial que existe. Para el caso colombiano, 
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el hecho de que las conductas se realicen en diferentes departamentos, dificulta que exista un 
análisis de perfil criminal más exhaustivo, aun existiendo patrones comunes en conducta y/o 
modus operandi. Precisamente por ello, es que se considera necesario que el apoyo de la psicología 
forense no solo se remita al diagnostico en un proceso judicial, sino que por el contrario su alcance 
debe ser mayor, e incluso usarse como un medio de prevención de la comisión de delitos sexuales, 
como se analizará a continuación. 
3. Importancia y aportes de la psicología forense para evitar la comisión de delitos 
sexuales seriales. 
Del estudio realizado hasta el momento, el psicólogo forense realiza una importante labor 
en las investigaciones judiciales. Los investigadores han orientado sus esfuerzos a analizar el lugar 
de los hechos, para obtener la mayor cantidad de datos e información del “como”, el “por qué” y 
el para que del delito, y análisis de evidencia física para poder construir un perfil criminológico 
del posible autor. 
De acuerdo con Norza et. al (2020) uno de los grandes avances en materia de perfilación 
criminológica, fue la iniciativa realizada por el FBI en Estados Unidos, que para la década de los 
90’ creo el Manual de Clasificación del Crimen y es a través de este manual, que se pudo orientar 
las técnicas de análisis de las evidencias físicas para lograr un perfilamiento criminal. Norza et. 
al., lo describen de la siguiente manera: 
“En la actualidad, la aplicación de la perfilación criminal se realiza desde la observación y 
el análisis de las conductas específicas de estos sujetos, sus características de personalidad 
y psicopatología. Dicho ejercicio se efectúa por medio de la descripción, análisis y 
explicación de la escena del crimen, las víctimas, la revisión de informes preliminares y 
documentos relacionados con el expediente judicial, el tipo de arma utilizada, el informe 
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de la autopsia y las pruebas de laboratorio; es decir es necesario tener en cuenta la evidencia 
física para la reconstrucción desde lo psicológico” (Norza, et. al., 2020). 
De acuerdo con esto, la utilidad principal de la técnica es predecir características de un 
posible sujeto de un delito desconocido con la aplicación de un método científico y la forma como 
se presenta la agresión de las víctimas (Fox & Farrington, 2018). En la mayoría de los casos, la 
aplicación de la técnica permite establecer predicciones fiables del comportamiento serial de quien 
realiza una serie de delitos, en especial en delitos sexuales y de homicidio (Kocsis, 2015), pues 
éstos tienen un patrón delictual, que permite predecir elementos comportamentales asociados con 
el estado mental de quienes y en especial la psicología con la que realiza sus actuaciones. 
No obstante, la utilidad de la psicología forense no debe ser solamente dirigida a esclarecer 
como sucede un determinado delito. Por el contrario, debe orientarse a la prevención del delito y 
en especial cuando se trata de delitos con alto impacto, como lo son los delitos sexuales. Es por 
ello, que la técnica de perfilación criminal, ha despertado un gran interés para la psicología forense, 
quienes pueden generar un importante apoyo no solo para identificar agresores sexuales, sino para 
establecer patrones de comportamiento serial, que no pueden ser analizados caso por caso. 
La psicología jurídica y en especial el perfilamiento criminal, que pueda ser ejercido desde 
la prevención y no desde la reacción, puede ayudar a evitar que se sigan cometiendo delitos 
sexuales por agresores seriales, que pasan desapercibidos gracias a la atomización de la 
información que se logra en casos aislados. Como bien lo indica Gómez (2020) en el caso de Luis 
Alfredo Garavito, la investigación fue reactiva y solo se dio pasado muchos años de que 
comenzarán a identificarse los patrones de Garavito como asesino serial. 
Ello llama la atención, de la necesidad que se tiene de que los casos de delitos sexuales 
pasen de ser estudiados de una manera aislada, a ser estudiados como parte de una política 
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macrocriminal, que permita establecer patrones de conducta que determinen o descarten la 
existencia de un agresor sexual serial. De otro modo, solo hasta que el agresor serial haya cometido 
varias agresiones, se podrá tener su identificación y captura. Así mismo lo señala Gómez cuando 
indica que “los casos de asesinos en serie no pueden estudiarse de manera aislada, siendo necesario 
vincular la reflexióna los contextos explicativos” (Gómez, 2020, p. 216). 
En ese sentido los estudios de perfilación criminal y su uso en las investigaciones judiciales 
como forma de hilar casos que parecen aislados, es una forma de contribuir no solo con la 
detención de un sujeto, sino con la determinación de su patrón de comportamiento, a través del 
análisis de información que en concreto pareciera no tener nada en común, pero que si se pone a 
la luz de varios elementos cobra sentido y fija los patrones comportamentales de un agresor sexual 
serial, los motivos que lo conducen a realizar este tipo de actividades, entre otros elemento que 
ayudan al sistema penal, basándose no solo en el análisis de evidencia física y de elementos 
materiales probatorios, sino también de factores psicológicos, sociales y culturales que aunque 
parecen ajenos a cada caso, se convierten en el escenario en el que se puede realmente identificar 
a un agresor serial. Así mismo, lo consideran Norza et. al: 
“Los estudios sobre perfilación criminal y su uso en los estrados judiciales han sido escasos 
en Latinoamérica, y más aún es mínimo el aporte sobre los análisis de patrones criminales, 
comportamientos seriales y tipologías derivadas del análisis de características estables y 
dinámicas de los delincuentes y sus delitos. Lograr establecer tipologías aplicadas al 
contexto criminal de cada país e indicar los componentes científicos y procedimentales de 
la perfilación criminal, contribuye al funcionamiento del sistema penal y la investigación 
criminal basada en la evidencia empírica” (Norza et. al, 2020, p. 158). 
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Así las cosas, usar la perfilación criminal con un enfoque que analice datos, hallazgos de 
investigaciones similares, aportes teóricos de la psicología forense, contribuye al mejoramiento 
del sistema judicial y la praxis de los actores judiciales. De ahí la importancia de la psicología 
jurídica y sus conocimientos, pues es a través de esta que se puede lograr un análisis real de 
comportamientos criminales, lo que a su vez permite la comprensión de patrones ofensivos 
penales, en especial en delitos con violencia como los delitos sexuales (Sifferd, 2006). 
Ello con el uso de técnicas de big data, sistemas de información en línea y las técnicas de 
psicología forense y la perfilación criminal, ayudan a la creación de lo que denomina Norza et al 
(2020) como tendencias de comportamiento, las cuales a su vez crean tipologías acciones y líneas 
para la prevención del delito, dejando atrás el enfoque tradicional de la perfilación criminológica 
post – delito. 
La aplicación de este tipo de sinergia académico – practica que ofrece la psicología forense, 
seria de suma importancia en la judicialización e identificación temprana de agresores sexuales. 
Algunos estudios en Japón así lo demuestran, como el realizado por Yokota et. al (2017) en el que 
se determinó que en 256 casos en los que se aplico la técnica de perfilamiento criminal, junto con 
la aplicación de la psicología forense se logró la vinculación del 75% y la identificación del agresor 
en un 46%. 
Para el caso colombiano Masías et. al (2016) desarrolla un modelo de perfilación criminal 
que involucra elementos de la psicología forense basado en el estudio de rasgos clínicos, 
construidos a partir de árboles de decisiones y patrones conjuntos de personalidad de los agresores 
sexuales seriales, dando como un resultado de efectividad del 80% en la clasificación de este tipo 
de agresores. Tal como lo advierte Norza et. al: 
19 
 
“Es necesario conocer la utilidad atribuida a la técnica de perfilación criminal para la 
justicia colombiana, entendiéndola al interior de su uso para la reducción de sospechosos, 
el acercamiento al sujeto que comete el delito, la preparación de los investigadores para los 
interrogatorios, la justificación en la petición de pruebas de laboratorio, la aproximación 
judicial a los delincuentes y la producción de bases de datos con esa información, para 
realizar identificaciones futuras” (Norza, et. al, 2020, p. 159). 
Adicional a ello, se considera que la psicología forense puede ayudar también a establecer 
una prevención social comunitaria que disminuya las probabilidades de que se de un suceso de 
violencia sexual. Ello puede lograrse a través del estudio de las causas de criminalidad que pueden 
darse en una sociedad o comunidad en particular. El psicólogo forense está en la capacidad de 
aportar datos y patrones de comportamiento de los miembros de una comunidad en general que le 
permita establecer un plan de intervención, en el evento en que se presente una agresión sexual. 
El análisis que puede ofrecer la psicología forense al estudio de una comunidad en general, 
apoyada en diferentes fuentes primarias (como entrevistas a los miembros de la comunidad) y 
secundarias (como estudios de criminalidad realizados en la zona), ayuda a la elaboración de un 
diagnostico situacional, el cual a su vez puede brindar un perfil de quienes componen una 
población, los delitos que se cometen con regularidad y las manifestaciones de comportamientos 
que puedan dar evidencia de una posible agresión sexual en el futuro. 
Así mismo, la psicología forense y el diagnostico poblacional que puede desarrollar 
tambien debe enfocarse en las principales causas de la criminalidad, ya que de esta manera se 
pueden erradicar algunas de las causas de los delitos que podrían darse en cada contexto particular 
y bajo una problemática psicosocial determinada o que contribuya a la criminalidad. 
 
20 
 
Conclusiones 
La perfilación criminal, hace parte de la psicología jurídica y se define como la técnica a 
través del cual se puede inferir el perfil de uno o varios sospechosos, haciendo un estudio de 
patrones conductuales de delitos que se han realizado de un mismo modus operandi. La perfilación 
criminal aborda el estudio de una conducta delictiva desde elementos endógenos y exógenos del 
sujeto, lo que sumado a elementos que concurren en la conducta, arrojan resultados que ayudan a 
la vinculación de sospechosos en una investigación judicial 
Para ello realiza un estudio de diferentes aspectos dentro de los que se encuentran la 
existencia de trastornos mentales, la probabilidad de que el sospechoso este implicado en 
conductas peligrosas o violentas, el motivo y causas de su conducta, los rasgos de su personalidad, 
secuelas emocionales o físicas que determinen su comportamiento, entre otros. 
Adicional a ello, el psicólogo jurídico debe comprender la norma penal y orientar sus 
esfuerzos para contribuir con la identificación de un sospechoso de un delito, e incluso su alcance 
puede servir para establecer si se esta frente a un delito. De ahí que el psicólogo forense deba 
entender con claridad los elementos de imputabilidad, los eximentes de responsabilidad, 
atenuantes y agravantes. A diferencia de otras aplicaciones que puede tener la psicología, la 
psicología jurídica o forense es interdisciplinario, pues adicional a estudiar la psiquis del criminal, 
debe basar su diagnóstico en estudios criminológicos e incluso socioculturales del entorno del 
sujeto de un delito. 
El perfilamiento criminal, permite generar teorías predictivas del riesgo de 
comportamientos violentos, lo que ayuda bastante para la construcción de herramientas no solo de 
identificación de agresores sexuales, sino de prevención de este tipo de delitos. El perfilador 
criminal, lograr llegar a estas teorías del delito a través de la elaboración de técnicas específicas 
21 
 
que no solo involucra el estudio de evidencias físicas que son encontradas en la escena del crimen, 
sino que también, implican el uso de otras herramientas como entrevistas a delincuentes similares 
e incluso a la misma víctima, cuando ello es posible. 
Ahora bien, las técnicas de perfilación criminal han sido aplicadas para la identificación de 
los patrones conductuales que tienen losagresores sexuales, llegando a la conclusión de que éstos 
mantienen ciertos patrones que los diferencian de otros tipos de delitos. Así mismo, esta perfilación 
a permitido establecer categorías de agresores sexuales de acuerdo al modus operandi que aplican 
e incluso se ha identificado desde un factor territorial las costumbres que realizan. 
Evidentemente, la tarea que cumple la perfilación criminal en la identificación de un 
sospechoso es de suma importancia, pues no solo permite la construcción de una teoría del caso, 
sino que podría llegar a crear pruebas que determinen la responsabilidad de una persona. Sin 
embargo, se considera que el alcance que se le ha dado a la psicología jurídica y a la perfilación 
criminal, ha sido muy escaso, para las ventajas que este podría tener si se usa como método de 
identificación y a la vez de prevención en la comisión de delitos sexuales. 
La particularidad que tienen los agresores sexuales en serie, es que mantienen 
comportamientos y métodos delictivos comunes. La mayor ventaja que tienen de no ser 
descubiertos, es la debilidad institucional que existe para la conexión entre un crimen y otro, los 
cuales usualmente son analizados de forma particular y aislada. 
Es en ese contexto donde se concluye que la psicología forense y la perfilación criminal, 
son disciplinas que pueden contribuir con la disminución y análisis macro – criminológico de 
agresiones sexuales que de manera aislada no comportan ninguna relevancia, pero que unidas 
podrían dar lugar a una detección temprana de agresores sexuales seriales. Ello por supuesto debe 
22 
 
ir acompañado de una seria de desarrollos tecnológicos que permitan hilar este tipo de herramientas 
y que puedan tener datos e información real, que permitan establecer patrones de conducta. 
Ello a su vez, permitiría establecer mecanismos de prevención en la comunidad e incluso 
contribuiría a las mismas comunidades a estar alertas a ciertos patrones de conducta. De esta 
manera los agresores sexuales tendrían mayores dificultades para realizar sus ataques, pues 
estarían expuestos a una detección rápida y eficaz. 
 
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