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La Electricidad en Espana 313 Preguntas y respuestas

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preguntas 
y respuestas
Copyright, 2003, UNESA. Asociación Española de la Industria Eléctrica.
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FOTOGRAFÍAS: UNESA, Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y Viesgo. Foro Nuclear,
Enusa y Enresa.
Las fotografías de las páginas 34, 70 y 182 han sido realizadas por Ignacio Aranguren y las de las
páginas 230 y 252, por Gabriel Lago.
Producción gráfica: Medea Color
Depósito legal: M-25979-2003
Impreso en España
La electricidad en España
313 preguntas y respuestas
4
La electricidad es una forma de energía que está pre-sente en todos los hogares españoles, así como en lossectores de actividad económica que conforman nues-
tro sistema productivo, siendo esencial para el desa-
rrollo económico y social de cualquier país.
La Asociación Española de la Industria Eléctrica,
UNESA, con el objetivo de conseguir la mayor transpa-
rencia posible de las actividades realizadas por sus empre-
sas asociadas, considera interesante hacer una publica-
ción como la presente. En ella se pretende contestar de
forma sencilla, pero a la vez técnicamente precisa, a las
cuestiones más importantes que sobre el funcionamiento
del sector eléctrico español puedan hacerse las entida-
des o consumidores de electricidad, que deseen tener
una visión amplia, y a la vez rigurosa, de este sector.
La información presentada se ha estructurado de
manera ordenada, pero conviene señalar la dificultad
que conlleva alcanzar este objetivo dado el nivel de
complejidad que actualmente tiene el sector, tanto por
los numerosos agentes e instituciones que intervienen
en su funcionamiento, así como por su adecuación a
los requerimientos de información demandados.
Aunque UNESA ya ha editado con anterioridad
varias publicaciones como la presente, ante el cambio
estructural tan importante que está afrontando el sec-
tor eléctrico español, resulta de interés actualizar y com-
pletar estas publicaciones. Por ello, esta edición es una
de las primeras de este tipo que se hacen después de
las grandes transformaciones que se han producido,
como consecuencia del establecimiento del nuevo Sis-
tema Eléctrico definido por la Ley 54/1997 del Sector
Eléctrico Español. No obstante, se ha procurado con-
servar aquellas cuestiones sobre temas que supusieron
hitos importantes en la historia más que centenaria de
este sector, con objeto de ayudar a entender mejor algu-
nos de los temas actualmente en vigor.
Los puntos abordados se han estructurado me-
diante preguntas que tratan de dar una respuesta direc-
ta a las formuladas más frecuentemente, aunque el
orden de las mismas se ha organizado de forma que
permita al interesado una lectura lógica y secuencial
de cada tema tratado. Asimismo, se ha tratado de reco-
ger toda la información numérica en forma de tablas,
para conseguir una mayor flexibilidad en la actualiza-
ción de las mismas, además de poner a disposición
del lector series históricas que recogen la evolución
de las variables más importantes del sector.
La selección concreta de estas preguntas se ha
basado en el interés que a lo largo del tiempo han mos-
trado los diferentes sectores de la sociedad española,
bien a través de las demandas de información que direc-
tamente hacen numerosas entidades y personas físi-
cas a UNESA o a sus empresas asociadas, bien median-
te el análisis de los contenidos informativos que sobre
este sector aparecen en los medios de comunicación,
o, en último caso, en función de los resultados obte-
nidos mediante diversas técnicas de investigación social.
Además de la documentación existente en nues-
tra Asociación y sus empresas asociadas, en las que
son de gran importancia las Memorias Estadísticas anua-
les de UNESA, las fuentes de información externa se
han buscado entre aquellas instituciones que ofrecen
una mayor fiabilidad, como son los organismos oficiales,
las asociaciones sectoriales y otras instituciones de pres-
tigio, tanto a nivel nacional como internacional.
Las 313 preguntas que se han formulado, jun-
tamente con las 105 tablas numéricas adjuntas, se han
clasificado en ocho capítulos, de acuerdo con la siguien-
te distribución:
Capítulo I. Sector Energético. Trata de los aspectos
generales de este sector más relacionados con
el eléctrico. Esta visión general se ha conside-
rado necesaria si se tiene en cuenta que la elec-
tricidad es una energía final que proviene de la
transformación o conversión de numerosas ener-
gías primarias. Contiene 30 preguntas y 16 tablas
numéricas.
Presentación
5
Capítulo II. Sector Eléctrico. Aspectos generales.
Recoge las preguntas con carácter más general
que atañen al desarrollo histórico y funciona-
miento actual del Sector Eléctrico español. Con-
tiene 42 preguntas y 20 tablas.
Capítulo III. Centrales hidroeléctricas. Trata los
temas específicos de esta fuente energética reno-
vable, la cual ha tenido, y sigue teniendo, una
gran importancia en el desarrollo del sector. Con-
tiene 34 preguntas y 16 tablas.
Capítulo IV. Centrales térmicas de combustibles
fósiles. Responde a preguntas sobre las tec-
nologías de generación eléctrica con carbón,
derivados del petróleo y gas natural, combusti-
ble este último que actualmente tiene una gran
importancia para la expansión del equipo gene-
rador, a través de las centrales de ciclo combi-
nado. Contiene 46 preguntas y 14 tablas.
Capítulo V. Centrales nucleares. Las preguntas se
concentran principalmente en las característi-
cas específicas que tiene este tipo de tecnolo-
gía, y que juega un papel importante en nues-
tro sistema.
Capitulo VI. Energías renovables para la pro-
ducción de electricidad. Se recogen los aspec-
tos fundamentales de este tipo de energías, así
como las innovaciones tecnológicas que se están
desarrollando para su aplicabilidad comercial.
Van a ser de gran importancia en la generación
eléctrica de los próximos años, teniendo un espe-
cial relieve la energía eólica. Contiene 45 pre-
guntas y 17 tablas.
Capítulo VII. Aspectos económicos y financieros.
Recoge los aspectos básicos en este área, en
especial los referentes al sistema de precios de
la electricidad. Otras cuestiones recogidas en este
capítulo están fundamentalmente centradas en
las empresas eléctricas asociadas en UNESA. Con-
tiene 27 preguntas y 15 tablas.
Capítulo VIII. Aspectos regulatorios. Se exponen
las líneas básicas del marco regulatorio esta-
blecido por la Ley 54/1997 del Sector Eléctri-
co, así como la normativa desarrollada poste-
riormente para regular el funcionamiento actual
del mismo. Contiene 41 preguntas y una tabla
numérica.
Conviene señalar que, dada la importancia que
los aspectos medioambientales tienen en las activida-
des del sector eléctrico, los interesados en esta mate-
ria podrían echar en falta un capítulo específico sobre
este tema. Sin embargo, se ha tenido en cuenta que
UNESA ha editado recientemente una publicación espe-
cífica sobre «La industria eléctrica y el medio ambien-
te», en la que monográficamente se abordan todas estas
cuestiones. No obstante, en esta publicación se hace
una pregunta de carácter general sobre la interacción
con el medio ambiente de las tecnologías tratadas.
Dado el entorno tan cambiante en el que está
inmerso el sector, determinado por la desregulación y
apertura de nuevos mercados, la innovación tecnoló-
gica y la utilización de nuevas formas de energía, hay
cuestiones que van a ir cambiando con el tiempo, por
lo que será necesaria la actualización de esta publi-
cación en próximas ediciones, tanto en su formulación
impresa como en soporte digital.
Entendemos que con esta publicación, UNESA
presta un servicio a los diversos estamentos de la socie-
dad española, para conocermejor la complejidad que
tienen sus actividades de producción, transporte y dis-
tribución de la electricidad, y que representa uno de
los objetivos primordiales para las empresas eléctricas
de esta Asociación.
Pedro Rivero Torre
Vicepresidente-Director General
Capítulo I
Sector energético
L
L
P
¿Qué es la energía?
a energía es una magnitud física asociada con la capa-
cidad que tienen los cuerpos para producir trabajo
mecánico, emitir luz, generar calor, etc. La energía pue-
de manifestarse de distintas formas: gravitatoria, ciné-
tica, química, eléctrica, magnética, nuclear, radiante, etc.,
existiendo la posibilidad de que se transformen entre
sí, pero respetando siempre el principio de conserva-
ción de la energía.
Prácticamente, toda la energía de que dispone-
mos proviene del sol. Produce los vientos, la evapo-
ración de las aguas superficiales, la formación de nubes,
las lluvias y, por consiguiente, los saltos de agua. Su
calor y su luz son la base de numerosas reacciones
químicas indispensables para el desarrollo de los vege-
tales y de los animales que con el paso de los siglos
originaron los combustibles fósiles: carbón, petróleo,
gas, etc.
¿Qué son las fuentes 
de energía?
ara obtener la energía que consumimos tenemos que
partir de algún cuerpo o materia que la tenga alma-
cenada, pudiendo aprovecharla directamente o por
medio de una transformación física o química. A estos
cuerpos se les llama fuentes de energía. Las cantida-
des disponibles de energía de estas fuentes son lo que
llamamos recursos energéticos.
La Tierra posee grandes cantidades de estos
recursos. Sin embargo, para que sea posible su utili-
zación es necesario que la obtención y transformación
de los mismos pueda hacerse tanto desde el punto de
vista tecnológico como del económico.
Hay fuentes energéticas que tienen su energía
muy concentrada (mucha energía por unidad de masa).
Son el carbón, el petróleo, el gas natural, la hidroe-
lectricidad, el uranio, etc. Por el contrario, existe otro
tipo de fuentes con energía mucho más diluida, como
es el caso de la solar, eólica, biomasa, marinas, etc.
¿Cómo se clasifican 
las fuentes de energía?
as fuentes de energía pueden clasificarse atendiendo
a diversos criterios como pueden ser su disponibili-
dad o su forma de utilización. Según su disponibi-
lidad se clasifican en renovables y no renovables.
– Las energías renovables son aquéllas cuyo
potencial es inagotable por provenir de la
energía que llega a nuestro planeta de forma
continua, como consecuencia de la radiación
solar o de la atracción gravitatoria de otros
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2
3
L
planetas de nuestro sistema solar. Son, fun-
damentalmente, la energía hidráulica, solar,
eólica, biomasa y las oceánicas.
– Las energías no renovables son aquéllas que
existen en una cantidad limitada en la natu-
raleza. No se renuevan a corto plazo y por
eso se agotan cuando se utilizan. La deman-
da mundial de energía en la actualidad se satis-
face fundamentalmente con este tipo de fuen-
tes. Las más comunes son el carbón, el petró-
leo, el gas natural y el uranio.
Según sea su forma de utilización las fuentes de
energía se pueden clasificar en primarias, secundarias
y útiles.
– Las energías primarias son las que no han sido
sometidas a ningún proceso de conversión y,
por tanto, se obtienen directamente de la natu-
raleza, como por ejemplo el carbón, el petró-
leo, el gas natural, la hidráulica, la eólica, la
biomasa, la solar y el uranio natural.
– Las energías secundarias, llamadas también
finales, se obtienen a partir de las primarias
mediante procesos de transformación ener-
gética (centrales hidroeléctricas, refinerías,
etc.); es el caso de la electricidad o el de los
carburantes.
– Las energías útiles son las que realmente
adquiere el consumidor después de la última
conversión realizada por sus propios equipos
de demanda, como son las energías química,
mecánica, calorífica, etc.
¿Cómo se mide la energía?
a energía tiene las mismas unidades que la magnitud
trabajo. En el Sistema Internacional de unidades (SI)
la unidad de trabajo y de energía es el julio (J), defi-
nido como el trabajo realizado por la fuerza de un new-
ton cuando desplaza su punto de aplicación un metro.
Para la energía eléctrica se emplea como uni-
dad de generación el kilovatio-hora (kWh) definido
como el trabajo realizado durante una hora por una
máquina que tiene una potencia de un kilovatio (kW).
Su equivalencia es: 1 kWh = 36 × 105 J.
Para poder evaluar la «calidad energética» de las
distintas fuentes de energía, se establecen unas unidades
basadas en el poder calorífico de cada una de ellas.
Las más utilizadas en el sector energético son: kiloca-
lorías por kilogramo de combustible (kcal/kg), tone-
lada equivalente de carbón (tec) y tonelada equivalente
de petróleo (tep). Sus definiciones son:
– Kcal/kg aplicada a un combustible nos indica
el número de kilocalorías que obtendríamos
en la combustión de 1 kg de ese combustible.
1kcal = 4,186 × 103 J
– Tonelada equivalente de carbón (tec). Repre-
senta la energía liberada por la combustión
de una tonelada de carbón tipo (hulla).
1 tec = 29,3 × 109 J
– Tonelada equivalente de petróleo (tep). Equi-
vale a la energía liberada en la combustión
de una tonelada de crudo de petróleo.
1 tep = 41,84 × 109 J
Una relación entre las principales unidades de
energía se presenta en la Tabla I.1 adjunta.
10
Relación entre las principales unidades de energía
Unidades Julio Termia Caloría Tep Tec kWh
Julio (J) 1 2,28920 × 10–7 2,38920 × 10–1 2,38920 × 10–11 3,4134 × 10–11 2,77778 × 10–7
Termia (th) 4,18550 × 106 1 1 × 106 1 × 10–4 1,42857 × 10–4 1,16264
Caloría (cal) 4,18550 1 × 10–10 1 1 × 10–10 1,42857 × 10–10 1,16264 × 10–6
Tonelada equivalente 
de petróleo (tep) 4,1855 × 1010 1 × 104 1 × 1010 1 1,45857 1,16264 × 104
Tonelada equivalente 
de carbón (tec) 2,92985 × 1010 7 × 103 7 × 109 7 × 10–1 1 8,13847 × 103
Kilowatio hora (kWh) 3,60000 × 106 8,60112 × 10–1 8,60112 × 105 8,60112 × 10–5 1,22873 × 10–4 1
Tabla I.1
4
Fuente: UNESA.
L
L
L
¿Cómo se mide la potencia?
a potencia de un sistema es el trabajo realizado en la
unidad de tiempo. Su unidad en el Sistema Interna-
cional (SI) es el vatio, definido como la potencia de
una máquina que realiza el trabajo de un julio en el
tiempo de un segundo. Su símbolo es W.
En el sector eléctrico se utilizan múltiplos de esta
unidad: el kilovatio (kW), que equivale a 1.000 vatios;
el megavatio (MW), que tiene 106 vatios; y el gigava-
tio (GW), que equivale a 109 vatios.
En el Sector Eléctrico se utilizan mucho el kilo-
vatio hora (kWh) para medir la energía producida o
consumida por una instalación, y el kilovatio (kW) para
medir la potencia o capacidad. El kWh es, por tanto,
la energía producida o consumida por una instalación
de potencia 1 kW, trabajando durante una hora. Es decir:
1 kWh = 1 kW × 1 hora
(Energía) = (potencia) × (tiempo)
Para instalaciones eléctricas de gran tamaño se
utilizan múltiplos de estas unidades.
Potencia:
1 Megavatio (MW) = 106 vatios (W) = 103 kilovatios (kW)
1 Gigavatio (GW) = 109 vatios (W) = 106 kilovatios (kW)
1 Teravatio (TW) = 1012 vatios (W) = 109 kilovatios (kW)
Energía:
1 Megavatio hora (MWh) = 106 vatios hora (Wh) = 
= 103 kilovatios hora (kWh)
1 Gigavatio hora (GWh) = 109 vatios hora (Wh) = 
= 106 kilovatios hora (kWh)
1 Teravatio hora (TWh) = 1012 vatios hora (Wh) = 
= 109 kilovatios hora (kWh)
¿Existe relación entre 
el consumo de energía 
y el bienestar económico 
de un país?
a energía es indispensable para las economías de todos
los países, tanto para las actividades de sus sistemas
productivos, como para los sectores finales. En la agri-
cultura se emplea para la fabricación de abonos, pla-
guicidas, secaderos, etc.; en los procesos industriales,
desde los altos hornos a la fabricación de conservas,
pasando por la obtención de metales, papel, cemen-
to, etc.; en el sector transporte, tanto en los terrestres
como en los marítimos y aéreos; en los hogares, para
iluminación, calefacción,cocinado de alimentos, etc.
Las economías de los países no pueden, por tan-
to, funcionar bien sin un abastecimiento adecuado de
energía, siendo un capítulo muy importante de la eco-
nomía mundial el relativo a la explotación, obtención,
transformación y suministro de materias energéticas.
Consecuentemente, puede asegurarse que exis-
te una relación muy estrecha entre el consumo de ener-
gía y el bienestar económico de un país. La enorme
importancia de la energía en el mundo actual no debe
inducirnos a pensar que su uso es algo exclusivo de
las economías modernas. Ya desde tiempos remotos,
el hombre ha sabido utilizar, además de su propio esfuer-
zo físico, el de algunos animales domésticos para obte-
ner energía mecánica; a ello unirá después la fuerza
del viento (eólica) y la de las corrientes de agua. Ade-
más, obtenía calor de la combustión de la madera para
sus hogares, y las actividades fabriles para fundir meta-
les y producir todo tipo de herramientas y utensilios.
Con la llegada de la Revolución Industrial en
Inglaterra durante el siglo XVIII, se producen en el área
energética transformaciones cualitativas y cuantitativas
muy importantes. Se produce la sustitución de las ener-
gías primitivas por el carbón y, más tarde, por los hidro-
carburos y la electricidad. Este hecho constituye uno
de los elementos básicos de las economías de las socie-
dades modernas, que han incorporado recientemente
la energía nuclear y las energías renovables (eólica,
solar, biomasa, geotérmica, etc.).
Para que estas transformaciones sociales y eco-
nómicas sucediesen, fue preciso un espectacular desa-
rrollo tecnológico —desde la máquina de vapor al reac-
tor nuclear, pasando por el motor de explosión, el motor
y el generador eléctricos, etc.— lo que ha hecho posi-
ble la utilización de estas nuevas fuentes energéticas.
¿Cómo se mide la relación 
entre el bienestar económico 
y el consumo de energía?
a demanda energética de un país está muy relaciona-
da con su Producto Interior Bruto (PIB), con su capa-
cidad industrial y con el nivel de vida alcanzado por
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L
sus habitantes. El consumo de energía por habitante cons-
tituye, por tanto, uno de los indicadores más fiables del
grado de desarrollo económico de una sociedad.
Esta relación puede comprobarse sin más que
analizar los consumos de energía por áreas geográfi-
cas recogidos en la Tablas I.2 y I.3 adjuntas, en don-
de los países con mayor consumo per cápita tienen nive-
les más altos de bienestar económico. Conviene seña-
lar a este respecto que, según el Congreso Mundial de
la Energía de 1998, el 20% de la población mundial con-
sume el 80% de la producción energética comercial.
La correspondencia entre el nivel de vida y el
consumo energético de un país puede apreciarse tam-
bién desde la perspectiva histórica. Así, cuando un país
comienza a desarrollarse, su estructura económica está
caracterizada por un predominio de las actividades del
sector primario, a las que se van añadiendo activida-
des de tipo artesanal, todas ellas de consumo ener-
gético bajo. En el proceso de crecimiento económi-
co, la industria va aumentando en importancia, lo 
mismo que el sector transportes, y estas actividades
consumen importantes cantidades de energía. A ello
se va uniendo la creciente mecanización de las acti-
vidades económicas y el aumento del uso de energía
en el sector doméstico.
No obstante, el desarrollo tecnológico acaecido
en los últimos años como consecuencia de la crisis
energética, ha permitido reducir el uso de energía para
iguales niveles de actividad económica, alcanzándose
una mayor eficiencia en los sistemas de producción y
uso de la energía.
¿Cuáles son las principales
fuentes de energía primaria?
as fuentes de energía más utilizadas actualmente en el
mundo son: el petróleo, el carbón, el gas natural, la
energía hidráulica y la nuclear. Son los tipos de ener-
gía que hoy en día mejor responden por su disponi-
bilidad y costes de utilización a las necesidades ener-
géticas de la humanidad.
Sin embargo, la política energética actual de
muchos países desarrollados, entre ellos los de la UE,
está fomentando la utilización de las energías reno-
vables, por razones de tipo medioambiental y por su
carácter autóctono. Asimismo, en los países en vías de
desarrollo se emplean grandes cantidades de bioma-
sa (leña, residuos agrícolas, etc.), para satisfacer las
necesidades energéticas, aunque muchas veces estas
materias no estén comercializadas. En otros países muy
concretos se utilizan la energía eólica y geotérmica para
obtener cantidades significativas de electricidad.
Las energías renovables, aunque cuantitativa-
mente tienen hoy día una relevancia pequeña, están
llamadas a jugar un papel importante a medida que
se vayan agotando las reservas de las energías fósiles.
12
Evolución del consumo mundial de energía
primaria por regiones económicas (*)
(Mtep)
1988 1990 1997 1999
América del Norte 2.199,2 2.231,8 2.490,0 2.558,1
América del Sur 
y América Central 263,1 270,2 352,7 371,1
Europa 1.755,9 1.741,5 1.782,9 1.801,1
Antigua Unión Soviética 1.377,9 1.398,2 899,0 908,3
Oriente Medio 235,6 253,7 356,0 380,2
África 205,0 212,1 253,6 261,2
Asia y Oceanía 1.576,3 1.784,4 2.348,7 2.255,6
TOTAL Mundial 7.613,0 7.855,9 8.482,9 8.535,6
Tabla I.2
Fuente: British Petroleum (BP Statistical Review of World Energy. 1999).
(*) Se consideran sólo energías comerciales.
Consumo de energía primaria por regiones
económicas per cápita en 1998
Población tep/hab.
País Mtep (Millones) (toe)
América del Norte 2.555 302 8,46
América del Sur y América Central 685 505 1,36
Europa Occidental 1.660 385 4,31
Antigua URSS y Europa del Este 1.250 410 3,05
Oriente Medio 380 250 1,52
África 480 760 0,63
Japón/Australia/Nueva Zelanda 680 148 4,59
China 1.230 1.260 0,98
Otros países asiáticos (incluye Turquía) 890 910 0,98
India 590 980 0,60
TOTAL Mundial 10.400 5.910 1,76
Tabla I.3
Fuente: BP/Amoco Statistic Review of Energy. Junio 1999; y UN Population Fund. Septiembre 1999,
con correcciones del World Energy Council.
8
E
E
¿Pueden competir entre sí 
las fuentes energéticas?
n muchos casos, sí. Así, por ejemplo, las energías
hidráulica y nuclear se transforman en electricidad para
su utilización, lo que también puede hacerse con el
carbón, los hidrocarburos y las energías renovables.
Por tanto, tenemos diferentes alternativas para obte-
ner una misma energía final, en este caso, la electri-
cidad.
Sin embargo, existen usos específicos en don-
de únicamente se puede emplear un solo tipo de ener-
gía final, o al menos su sustitución es difícil. Este pue-
de ser el caso de los carburantes empleados en la avia-
ción, o el de los gasóleos para los motores diesel en
el sector transporte.
Por todo ello, los sistemas energéticos de los paí-
ses van evolucionando a lo largo del tiempo y ade-
más de aumentar la cantidad de energía consumida,
también suelen producirse variaciones en su estructura,
al modificarse la participación relativa de cada ener-
gía primaria. En estos procesos de sustitución inter-
vienen numerosos factores, como son los avances 
tecnológicos, la disponibilidad de nuevos recursos, la
aparición de consumos específicos o las diferencias rela-
tivas de los precios energéticos.
¿Cómo ha evolucionado 
el consumo mundial 
de energía primaria?
l consumo mundial de energía primaria ha ido cam-
biando a lo largo de la historia, a medida que los avan-
ces tecnológicos ponían al alcance del hombre el apro-
vechamiento de nuevas fuentes energéticas.
Centrándonos ya en las últimas décadas, pue-
de decirse que, a partir de la Segunda Guerra Mun-
dial, ha habido dos decenios de intenso crecimiento
de la demanda energética, abastecida sin problemas
por una producción de energía en continuo ascenso.
La crisis energética del año 1973 interrumpió esta
trayectoria, desacelerando primero el crecimiento del
consumo para, a partir del año 1979, producirse una
disminución del mismo que se mantuvo durante los
primeros años de la década de los 80. Estecambio en
la evolución de la demanda fue consecuencia directa
de la crisis económica que se extendió por la mayo-
ría de los países desarrollados.
Asimismo, el encarecimiento de la energía hizo
que las políticas energéticas de los países procuraran,
a corto plazo, ahorrar energía, usándola con más racio-
nalidad; a medio plazo el objetivo perseguido era el
de reemplazar los equipos y las máquinas que con-
sumían mucha energía por otros que, con similares
resultados, fueran más eficientes.
13
9
10
El consumo de energía en los sectores comercial y
residencial es un indicador de bienestar económico.
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999.
Gráfico I.1
Consumo mundial de energía primaria (%)
E
Respecto a la evolución estructural del consu-
mo energético mundial, el petróleo, la energía más enca-
recida durante los años de crisis, retrocedió porcen-
tualmente más que las restantes, llegando a perder casi
diez puntos dentro del abastecimiento energético mun-
dial, aunque se ha estabilizado su consumo en la déca-
da de los noventa (véase Tabla I.4 y Gráfico I.1). Por
el contrario, el gas natural aumentó de forma signifi-
cativa su aportación relativa y el carbón se mantuvo
prácticamente estable, lo que es digno de resaltar, pues
desde hacía decenios su papel descendía de forma con-
tinua. Asimismo, es de destacar el incremento de la
energía nuclear, aunque su aportación, por razones de
todos conocidas, no ha alcanzado las expectativas pues-
tas en ella.
Desde mediados de los 80, la recuperación eco-
nómica de los países industrializados, junto con una
estabilización en los precios de los crudos y del car-
bón, ha propiciado el inicio de un nuevo ciclo de cre-
cimiento del consumo energético mundial en los últi-
mos años de la década de los 90.
¿Cómo afectó la crisis energética
de los años setenta 
a las economías occidentales?
l desencadenamiento de las crisis energéticas suele ocu-
rrir cuando los tirones alcistas de la demanda –impul-
sados por el crecimiento económico– no van acom-
pañados de incrementos paralelos de la producción de
energía. Esto se debe, en muchos casos, a la falta de
respuesta de ésta a corto plazo dado el largo periodo
de maduración que tienen las inversiones necesarias
para su aumento.
El ajuste, vía precios, entre una demanda en
aumento y una oferta incapaz de satisfacerla consti-
tuye un mecanismo –aunque traumático– de reequili-
brio, pues los altos precios energéticos fomentan las
inversiones en busca de nuevos yacimientos, nuevas
fuentes de energía o nuevas tecnologías, lo cual, final-
mente, volverá a restablecer el equilibrio entre la ofer-
ta y la demanda de energía.
Algunas veces, las causas que desencadenan las
crisis energéticas pueden ser de tipo político, o inclu-
14
Evolución del consumo mundial por tipos de energía primaria (en millones de tep)
1973 1979 1982 1989 1998
Consumo % Consumo % Consumo % Consumo % Consumo %
Petróleo 2.798 47,3 3.142 46,8 2.901 43,0 3.123 39,4 3.463 40,6
Gas natural 1.076 18,2 1.207 17,9 1.246 19,0 1.629 20,6 2.064 24,2
Carbón 1.668 28,2 1.838 27,3 1.876 28,6 2.261 28,6 2.130 24,9
Nuclear 49 0,8 147 2,2 205 3,1 425 5,4 651 7,6
Hidroelectricidad y 
otras renovables 329 5,5 389 5,8 415 6,3 476 6,0 226 2,7(*)
TOTAL 5.920 100,0 6.723 100,0 6.543 100,0 7.934 100,0 8.534 100,0
Tabla I.4
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999.
(*) La bajada de la aportación de estas energías se debe, fundamentalmente, al cambio de criterio de equivalencia de la energía hidráulica en las estadísticas de la UE y de la AIE.
El desarrollo económico requiere el transporte masivo de energía.
11
L
so conflictos bélicos que sucedan en áreas producto-
ras de materias energéticas de gran importancia.
Por su importante impacto en las políticas ener-
géticas de todos los países desarrollados, y por ser la
más reciente (el conflicto de la Guerra del Golfo no
supuso escasez realmente de oferta), conviene anali-
zar la crisis energética iniciada en octubre de 1973 con
la subida drástica de los precios de los crudos y con
restricciones de oferta aplicadas por los países de la
OPEP (Organización de los Países Exportadores de
Petróleo), y continuada en los años siguientes de la
década de los 70.
Aunque los efectos fueron múltiples, algunos,
por su relevancia, merecen ser destacados:
• El alza drástico de los precios de los crudos
–hecho desencadenante– fue acompañado de
elevaciones –algo menores– en los precios
de otras energías primarias. Se cerró, por tan-
to, un largo periodo de precios energéticos
bajos y decrecientes, abriéndose otro de pre-
cios altos y crecientes.
• Los países industriales, todos grandes impor-
tadores de crudos, vieron sus economías muy
afectadas por el alza de precios. De entrada,
sufrieron un grave quebranto en sus balan-
zas comerciales, pero además, su crecimiento
económico decayó, a la vez que sus tasas de
inflación llegaron a dos dígitos y se elevó el
paro muy por encima de las cifras del dece-
nio precedente.
Dadas las interdependencias existentes en la
economía mundial, la recesión de los países
industrializados no tardó en generalizarse al
resto, sobre todo por la vía del comercio
internacional, que experimentó una fuerte
contracción.
• Cada país llevó a cabo, con mayor o menor
fortuna, sus propios Planes Energéticos
Nacionales, así como a nivel supranacional la
Unión Europea, la OCDE, etc. Aunque estos
planes pudieron tener predicciones no siem-
pre exactas, sirvieron de llamadas de atención
y referencia útiles para los consumidores.
Se creó también la Agencia Internacional de
la Energía en el seno de la OCDE, que arbi-
tró reglas de cooperación y medidas de emer-
gencia energética para sus países miembros.
• Se produjo un importante esfuerzo de explo-
ración en todo el mundo para lograr nuevas
zonas productoras, a través de grandes inver-
siones, desarrollo de tecnologías, etc. La con-
secuencia fue el descubrimiento de zonas pro-
ductoras de grandes proporciones, tales como
el Mar del Norte, Alaska, Brasil, Malasia, Egip-
to y el incremento de producción en países
ya productores, como México, Oriente Pró-
ximo, Indonesia, etc. La mayoría de estas nue-
vas zonas años atrás se hubieran considera-
do imposibles, bien por las profundidades y
las condiciones meteorológicas del Mar del
Norte, bien por las bajas temperaturas de Alas-
ka o Siberia.
• Se mejoraron de forma espectacular los ren-
dimientos de los equipos industriales en gene-
ral, fomentando los gobiernos la renovación
de instalaciones mediante apoyos crediticios
y fiscales.
• Se produce una creciente diversificación de
las fuentes de energía primaria, con una reac-
tivación del consumo de carbón, y la cons-
trucción en Europa y Japón de la infraes-
tructura necesaria para generalizar el consu-
mo de gas (en América hacía mucho tiempo
que se había emprendido). La aportación de
la energía nuclear, salvo en muy contadas
excepciones, quedó muy por debajo de las
expectativas, en muchos casos por los retra-
sos y encarecimientos de su construcción y
en general como consecuencia del rechazo
social. La aportación de las energías reno-
vables, que están todavía en desarrollo (si se
exceptúa la hidráulica y la eólica) es aún poco
significativa.
¿Cuáles son las reservas
mundiales de carbón?
as reservas de una materia energética están constitui-
das por la parte de los recursos existentes que, 
además de ser técnicamente explotables, son econó-
micamente rentables a los precios de mercado exis-
tentes en cada momento. Esta distinción es muy impor-
tante, pues mientras que los recursos energéticos son
15
12
abundantes en el mundo, las reservas son más bien
escasas y muy variables geográficamente.
El carbón, aunque continúa teniendo una utili-
zación grande hoy día (cubre aproximadamente el 25%
del consumo mundial), su importancia ha ido dismi-
nuyendo desde comienzos del siglo XX, a pesar de la
efímera recuperación que tuvo en la década de los
setenta, como consecuencia de la crisis petrolera.El principal uso del carbón es para la produc-
ción de electricidad, sobre todo el lignito y la antra-
cita. Solamente la hulla se utiliza también para la pro-
ducción de coque en la siderurgia integral y otros usos
en el sector industrial.
Actualmente se estima que las reservas de car-
bón en el mundo son próximas al billón de tonela-
das, que se reparten casi al 50% entre reservas de hulla
y antracita y reservas de lignitos.
La producción mundial del carbón en el año
1999 fue del orden de los 4.300 millones de toneladas
actuales, lo cual significa que al nivel actual de extrac-
ción, existen reservas de este combustible para unos
230 años.
Por tanto, el carbón es el combustible más abun-
dante a nivel mundial. Adicionalmente presenta la ven-
taja de que las reservas de carbón están más unifor-
memente distribuidas a lo largo del globo que las de
otros combustibles, tal y como puede verse en la Ta-
bla I.5 adjunta, en la que se recoge la distribución mun-
dial de reservas probadas de hulla y antracita, de lig-
nito y el ratio reservas/producción en años de vida.
(Véase también el Gráfico 1.2)
Los principales países productores de carbón en
el año 1998 fueron China (626 Mtep) y EE.UU. (590
Mtep). A continuación figuran India, Australia, Sudá-
frica, Rusia y Polonia pero con unos niveles de pro-
ducción mucho menores.
16
Reservas probadas de carbón por regiones económicas. Año 1999 (Mt)
Hulla
Regiones Hulla y Sub-bituminosa % del Reservas/
Económicas Antracita y Lignito Total Total producción años
Norteamérica 116.707 139.770 256.477 26 239
Centro y Sudamérica 7.839 13.735 21.574 2 474
Europa 41.664 80.368 122.032 12 161
Ex-URSS 97.476 132.702 230.178 24 700
África y Oriente Medio 61.355 250 61.605 6 268
Asia y Australasia 184.450 107.895 292.345 30 164
TOTAL Mundial 509.491 474.720 984.211 100 230
Tabla I.5
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999.
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999.
Gráfico I.2
Reservas mundiales de carbón (%)
E
¿Cuáles son las reservas
mundiales de petróleo?
l petróleo es la fuente de energía primaria más utili-
zada desde la segunda mitad del siglo XX, en la que
sustituye en ese puesto al carbón. Hoy en día, cubre
aproximadamente el 40% del consumo mundial debi-
do, fundamentalmente, a su utilización en el sector
transporte y como materia prima en la industria petro-
química. Además, el precio del crudo sirve de referente
al de las otras materias energéticas.
Actualmente se estima que existen unas reser-
vas probadas de petróleo de un billón de barriles, lo
que equivale a unos 142.000 millones de toneladas. De
mantenerse el ritmo de producción alcanzado en el año
2000, de unos 25.000 millones de barriles anuales, exis-
tirían reservas para 41 años.
El petróleo es la fuente de energía primaria que
presenta una mayor concentración geográfica de las
reservas, ya que las dos terceras partes están situadas
en Oriente Medio. Otra muestra de esa concentración
es que 13 países socios de la OPEP disponen de casi
el 80% de las reservas de petróleo, siendo Arabia Sau-
17
Reservas probadas de petróleo por regiones
económicas. Año 2000
Miles de mill. Miles de mill.
Areas económicas de toneladas de barriles % del Total Vida media
Norteamérica 8,5 64,4 6 14
Centro y Sudamérica 13,7 95,2 9 38
Europa 2,5 19,1 2 8
Ex-URSS 9,0 65,3 6 24
Oriente Medio 92,6 683,6 66 87
África 10,0 74,8 7 28
Asia y Australasia 5,9 44,0 4 16
TOTAL Mundial 142,2 1.046,4 100,0 41
Tabla I.6
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001.
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2000.
Gráfico I.3
Reservas mundiales de crudo. Año 2000
13
L
dí (26%), Irak y Kuwait (10% cada uno) e Irán (9%)
los países con las mayores reservas. (Ver Tabla I.6 adjun-
ta y los Gráficos I.3, I.4 y I.5 sobre la distribución geo-
gráfica y evolución del ratio reservas/producción.)
Los cinco países productores de crudo más
importantes en el año 1999 fueron Arabia Saudí
(443 Mtep), EE.UU. (368 Mtep), Irán (188 Mtep) Méxi-
co (174 Mtep) y Venezuela (171 Mtep). A continuación
figuran China, Noruega, Reino Unido, Canadá y Kuwait,
por este orden.
¿Cuáles son las reservas
mundiales de gas natural?
as razones fundamentales que explican la creciente uti-
lización del gas natural pasan por el menor impacto
ambiental que presenta su combustión, por su alto
poder calorífico y por la facilidad de su utilización.
Además, en el sector eléctrico, la puesta a punto en
los últimos años de tecnologías de ciclo combinado
que permiten usarlo para generación de electricidad
con elevados rendimientos, explica que este combus-
tible pase a tener en el futuro un importante peso en
este sector.
Las reservas probadas de gas natural ascienden
a casi 150.000 millones de m3 y están concentradas en
la Europa del Este (39%) y en Oriente Medio (34%).
La producción de gas natural en el año 1999 fue
del orden de los 2.400 millones de m3, aunque está
creciendo su utilización de forma importante en los últi-
mos años. Esta tendencia se espera que continuará en
el futuro próximo. De todas formas, a los ritmos actua-
les de producción existen reservas para más de 62 años
(Ver Tabla I.7. y los Gráficos I.6 y I.7 que recogen su
distribución geográfica y la evolución del ratio reser-
vas/producción).
18
Gráfico I.4
Distribución porcentual de las reservas 
de petróleo
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001.
Gráfico I.5
Evolución ratio reservas petróleo/producción
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001.
Reservas probadas de gas natural por regiones
económicas. Año 1999
Trillones de Miles de 
Regiones económicas pies cúbicos metros cúbicos % del Total Vida media
Norteamérica 258,0 7,3 5 10
Centro y Sudamérica 222,6 6,3 4 66
Europa 181,7 5,2 3 17
Ex-URSS 2.002,6 56,7 39 81
Oriente Medio 1.749,3 49,5 34 (*)
África 394,2 11,2 8 98
Asia y Australasia 363,4 10,3 7 40
TOTAL Mundial 5.171,8 146,5 100 62
Tabla I.7
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999.
(*) Más de 100 años.
14
Gráfico I.6
Distribución porcentual de las reservas 
de gas natural
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001.
Fuente: Ministerio de Economía. 2002.
Gráfico I.8
El gas natural en la Unión Europea: potenciales suministradoras al mercado europeo
Gráfico I.7
Evolución ratio reservas gas/producción
Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001.
19
L
L
Dada la importancia que tiene el coste de trans-
porte en el precio del gas, en el Gráfico I.8. se repre-
sentan las regiones que potencialmente son los sumi-
nistradores del mercado europeo.
Los principales países productores en el año 1999
fueron Rusia (496 Mtep), EE.UU. (490 Mtep) y Cana-
dá (144 Mtep). Les siguen otros países con menor pro-
ducción, como son Reino Unido, Argelia, Indonesia y
Holanda. 
¿Cuáles son las reservas 
de uranio en el mundo?
as reservas mundiales de uranio metal son estimadas
en el año 1996 en unas 2.500.000 toneladas U con cos-
tes inferiores a los 80$/KgU, estando distribuidas muy
desigualmente entre los países del globo.
El 24% se encuentra en Australia, el 17% en
Kazakhstán, el 13% en Canadá y el 9% en Sudáfrica.
Europa cuenta solamente con el 1,2% de las reservas
totales mundiales. (Ver Tabla I.8)
España, con unas 4.600 toneladas con costes infe-
riores a los 80$/KgU, es el segundo país europeo en
importancia, después de Francia.
En cuanto a la producción mundial de concen-
trado de uranio, ésta fue de 32.970 t en 1998, siendo
Canadá el primer productor mundial, con el 33% del
total de la producción. Después se sitúa Australia, con
un 15%, Níger con el 11% y Namibia, con el 8%. (Ver
Tabla I.9)
En España se han producido hasta el año 1999
unos 5.000 t U
3
O
8
, lo que representa aproximadamente
el 25% de las necesidades de nuestro parque nuclear.
¿Cuáles son los recursos
hidroeléctricos y los de otras
energías renovables en el mundo?a energía hidráulica es la energía renovable que más
importancia ha tenido hasta ahora en el abastecimiento
energético mundial. Su aportación creció a lo largo de
los años 60, 70 y 80, llegando a alcanzar el 6,7% del
consumo total.
En el potencial de la producción hidroeléctri-
ca intervienen fundamentalmente dos factores: el cau-
dal de los ríos y los desniveles de su orografía. Por
tanto, los países que cuentan con largos y caudalo-
sos ríos suelen estar entre los principales producto-
res mundiales. Este es el caso de Canadá, EE.UU., Bra-
sil, China, Rusia y la India, que se encuentran entre
los mayores productores mundiales. Además, también
influyen otros factores como el grado de desarrollo
tecnológico del país, la dimensión de su consumo de
electricidad y las disponibilidades de capital. Así, paí-
ses de dimensión media como Francia, Noruega, Sue-
cia y España, con un nivel de desarrollo muy alto, figu-
ran también entre los grandes productores de hidro-
electricidad.
El Potencial Técnico mundial es del orden de
los 14.300 TWh, según un estudio que ha publicado
las Naciones Unidas en el año 2000, «Energy and the
20
Reservas de uranio en el mundo por países.
Año 1999 (Miles de tU)
<80$/KgU <80$/KgU
Australia 622,00
Brasil 162,00
Canadá 331,00
España 4,65
Estados Unidos 110,00
Federación Rusa 145,00
Francia 12,46
Kazakhstán 439,22
Mongolia 61,60
Namibia 156,12
Níger 69,96
Sudáfrica 218,30
Uzbequistán 66,21
Otros 134,91
TOTAL 2.534,43
Tabla I.8
Fuente: Foro Nuclear.
Evolución de la producción de concentrados 
de uranio (t)
1994 1995 1996 1997 1998
Australia 2.183 3.712 4.974 5.520 4.885
Canadá 9.694 10.515 11.788 12.029 10.924
España 255 255 255 255 255
Estados Unidos 1.400 2.324 2.420 2.170 1.872
Francia 1.028 980 940 748 508
Kazakhstán 2.240 1.630 1.320 1.000 1.250
Namibia 1.01 2.007 2.452 2.905 2.762
Níger 2.975 2.970 3.160 3.497 3.731
Rusia 2.968 2.250 2.000 2.000 2.000
Sudáfrica 1.690 1.424 1.436 1.100 962
Uzbekistán 2.015 1.800 1.459 1.764 2.000
Otros 2.149 1.625 1.356 1.604 1.821
TOTAL 30.498 31.492 33.560 34.592 32.970
Tabla I.9
Fuente: Uranium Institute.
15
16
C
Challenge of Sustainability. UN Development Program
World Energy Council. 2000».
En la Tabla I.10. adjunta, se recoge por gran-
des regiones económicas la estructura de la produc-
ción hidroeléctrica del año 1995 en el mundo, que fue
de unos 2.500 TWh, lo que representó el 18,9% de la
producción eléctrica mundial. Según la metodología
actual de la Agencia Internacional de la Energía, que
considera a la energía hidroeléctrica como primaria
(1 MWh = 0,086 tep), esta producción hidroeléctrica
citada representa sólo el 2,6% de la producción de ener-
gía primaria mundial. Sin embargo, si se utilizase el
«criterio de sustitución» empleado por la AIE hasta hace
poco tiempo, que valoraba la hidroelectricidad como
energía primaria a través de «coeficiente de eficiencia
de una central térmica»; (1 MWh = 0,2233), represen-
taría el 6,7% de la energía primaria mundial. Esta es
una razón del bajón tan importante que ha sufrido la
hidroelectricidad últimamente en los balances ener-
géticos internacionales.
Respecto al resto de energías renovables, pue-
de decirse que los potenciales de algunos de ellos como
son la eólica, la geotérmica y la biomasa, son muy gran-
des en determinadas regiones del planeta. Sin embar-
go, en varios estudios realizados recientemente por
varias instituciones mundiales de prestigio (ONU, Bri-
tish Petroleum, Agencia Internacional de la Energía)
discrepan enormemente las cifras de sus potenciales,
por lo que no se ha creído conveniente presentarlas
en esta publicación.
¿Hay escasez de energía 
en el mundo?
omo se deduce de las cifras de recursos expuestos en
las preguntas anteriores, puede decirse que la huma-
nidad cuenta todavía con recursos energéticos relati-
vamente abundantes. Sin embargo, este panorama varía
si se analiza individualmente cada fuente energética,
pues, aunque las reservas de carbón son relativamente
abundantes, las de los hidrocarburos lo son bastante
menos, sobre todo las de petróleo, que resulta ser des-
de hace más de un cuarto de siglo la energía prima-
ria más utilizada.
Por todo ello pueden hacerse las siguientes valo-
raciones, en las que, en general, están de acuerdo la
mayoría de los expertos:
a) Probablemente, durante los próximos 30-40
años el petróleo continuará jugando un papel
básico en las economías, sobre todo de los
países en desarrollo, sin que se produzcan
previsiblemente graves tensiones en los mer-
cados. Con el nivel actual de reservas pro-
badas y el mantenimiento del nivel de con-
sumo registrado en 1998, la humanidad con-
taría con unos 45 años para el agotamiento
de este recurso. Si se baja la calificación de
reservas probadas a reservas probables,
entonces este ratio alcanzaría los 100 años.
Es casi seguro que el plazo de agotamiento
del petróleo se irá ampliando si nos atene-
mos a la evolución de las reservas probadas:
en 20 años (1978-1998), el nivel de estas reser-
vas ha pasado de unos 654 miles de millo-
nes de barriles a casi unos 1.100; es decir,
un incremento del 62,4%.
Asimismo, conviene notar que las reservas
probadas en 1986, eran solamente 30 veces
el consumo de ese año. Todo esto quiere
decir que el esfuerzo de exploración, de mejo-
ra de su tecnología de exploración y la reduc-
ción de costes han hecho que no sólo se haya
cubierto la demanda desde entonces, sino que
han aumentado las reservas. En conclusión,
parece que no existen los problemas graves
de abastecimiento que se pronosticaban en
los años setenta. Es cierto que el nuevo petró-
leo se obtendrá en condiciones cada vez más
21
Producción hidroeléctrica mundial 
por regiones económicas
Año 1995
TWh %
OCDE Europa 486 19
OCDE América del Norte 648 26
OCDE Pacífico 126 5
Antigua URSS y Europa del Este 290 12
África 56 2
China 191 8
Este Asiático 78 3
América Latina 495 20
Oriente Medio 16 1
Sur Asiático 112 4
TOTAL 2.498 100
Tabla I.10
Fuente: Agencia Internacional de la Energía (AIE). Perspectivas energéticas mundiales. 1998.
Nota: La producción hidroeléctrica no incluye la generación de bombeo.
17
difíciles, pero esta industria ha conseguido
tales avances en las técnicas de exploración
y producción que hoy se explotan pozos sub-
marinos con más de 1.000 metros de pro-
fundidad de agua, o se trazan oleoductos de
más de 4.000 kilómetros para transportar el
petróleo producido en nuevas áreas pro-
ductoras.
En cuanto a la evolución de los precios, hay
un dato positivo, y es la enorme reducción
de costes de producción, sobre todo debido
a la precisión en las técnicas de detección
geofísica, que minimizan el gran enemigo de
la exploración que es el pozo seco. Sin
embargo no existe razón alguna para que la
volatilidad, que ha sido la característica de
este mercado desde su principio, desaparezca
en el futuro.
Además, añaden una mayor dificultad a estas
predicciones las diferencias de precios que
irán apareciendo entre los crudos de alto y
bajo contenido de azufre, dadas las exigen-
cias, cada vez mayores por razones medio-
ambientales.
b) El gas natural es la energía con más futuro
en los próximos años. En la actualidad el gas
natural representa alrededor del 24% de las
energías primarias utilizadas en el mundo, con
un significativo crecimiento en los últimos
años de su cuota de participación. Así, por
ejemplo, en los últimos 20 años del siglo XX
el consumo de gas natural ha aumentado un
60%, mientras que el petróleo solamente un
10%. Con estas tasas de crecimiento, el con-
sumo de gas natural igualaría al del petró-
leo en 25 años.
El ratio reservas probadas/producción es de
unos 60 años para los niveles de produc-
ción y consumo del año 1999; es decir,
mayor que el petróleo. Se espera que una
parte importante del crecimiento en el con-
sumo de gas corresponderá a la utilización
de esta energía para la producción de elec-
tricidad.
c) Para la generación de energía eléctrica y usos
térmicos, tanto industriales como domésticos,
el petróleo será sustituido, a cortoy medio
plazo, por el gas en la medida en que los
países vayan desarrollando la infraestructu-
ra gasista necesaria. Por tanto, este proceso
será más rápido en las economías desarro-
lladas que en las emergentes.
Para la fabricación de productos químicos de
gran consumo, en la mayoría de los casos las
fracciones ligeras del petróleo pueden ser sus-
tituidas con ventaja por el gas natural.
Sin embargo, en el sector del transporte, el
motor de combustión interna es muy difícil
de sustituir a corto plazo de forma eficaz y
económica. Consecuentemente, el petróleo
deberá seguir atendiendo mayoritariamente
a las demandas de consumo derivadas de los
transportes terrestre, marítimo y aéreo.
Sin embargo, existen numerosos proyectos de
investigación que tienen como objetivo la sus-
titución del motor de combustión interna. Uno
de ellos es el del motor eléctrico que, debi-
do a sus ventajas medioambientales, podría
cubrir determinadas demandas en el trans-
porte urbano (por ejemplo, transporte colec-
tivo, de flota, etc.), pero que cuenta con
inconvenientes como son la autonomía del
vehículo, la carga de las baterías o el desa-
rrollo de la infraestructura necesaria para sus
recargas. Una línea actual de investigación se
orienta hacia los automóviles híbridos que
rebajan, en parte, estos inconvenientes.
Otro proyecto es el de la sustitución del petró-
leo por el hidrógeno, pero también necesi-
ta de la innovación tecnológica para su alma-
cenamiento y distribución, que permitan su
aplicación comercial. Por todo ello puede
considerarse que durante los primeros 20 años
del siglo XXI el suministro de energía para
el transporte va a seguir basado principal-
mente en el petróleo.
d) Habrá que aprovechar los recursos de car-
bón existentes en el mundo, que son relati-
vamente abundantes, y en gran parte se hará
mediante su transformación en electricidad,
a través de las nuevas tecnologías de com-
bustión «limpia».
e) La energía nuclear seguirá produciendo elec-
tricidad en los países desarrollados, tenien-
22
E
do la ventaja esta energía de no producir
gases de efecto invernadero. Deberá hacer-
se un esfuerzo en desarrollar tecnologías
nucleares avanzadas que puedan ofrecer cos-
tes menores, estimular la confianza pública
en la seguridad de las centrales nucleares y
demostrar unas prácticas de gestión eficaz de
los residuos nucleares. La fusión puede ser,
a largo plazo, un vector energético impor-
tante.
f) Una mayor utilización de las energías reno-
vables (fundamentalmente hidráulica, eólica,
biomasa, solar y geotérmica) permitirá a
medio plazo la satisfacción de una parte sig-
nificativa de las necesidades energéticas mun-
diales. El freno principal de estas energías son
los costes, pero éstos están declinando con
rapidez en algunas de ellas, esperándose
reducciones del orden del 20% por cada
duplicación de su uso. Además, la aleatorie-
dad de su producción, la estacionalidad y la
falta de madurez de sus canales comerciales
son otros factores que retrasan su aprove-
chamiento.
g) Se proseguirá en los esfuerzos para la utili-
zación eficaz de la energía, fundamentalmente
por parte de los consumidores finales. Un
informe reciente de la ONU, «Energy and
Challenge of Sustainability. Undevelopment
Program World Energy Council. 2000», con-
sidera que puede reducirse de forma renta-
ble entre un 25-35% la cantidad de energía
empleada en los países industrializados y más
aún en los emergentes. Para ello, es preciso
eliminar algunas imperfecciones del merca-
do: falta de información y preparación téc-
nica; incertidumbre empresarial sobre inver-
siones en tecnologías de alta eficiencia; fal-
ta de incentivos suficientes; internalizar los
costes medioambientales; etc.
En definitiva, nuestro planeta cuenta todavía con
recursos energéticos suficientes para continuar abas-
teciendo los consumos energéticos demandados, pero
deben tomarse iniciativas por parte de los gobiernos
en las áreas que permitan conseguir una mayor efi-
ciencia, una mayor innovación tecnológica y un desa-
rrollo de las energías renovables.
¿Cúal es el consumo de energía
primaria en España?
spaña es un país desarrollado, por lo que tiene un con-
sumo de energía per cápita relativamente elevado. Aun-
que estamos por debajo de los países más industria-
lizados del mundo (EE.UU., Japón, Canadá, Alemania,
Francia, Reino Unido e Italia), nuestro indicador supe-
ra a los de la mayoría del resto de países.
La evolución del consumo de energía primaria
en España ha seguido, en general, la pauta de los paí-
ses europeos de nuestro entorno. Tuvo incrementos
fuertes antes de la crisis de los setenta, para después
ralentizarse su aumento en los años ochenta. Asimis-
mo, ha tenido una clara trayectoria ascendente duran-
te la segunda mitad de los años noventa, como con-
secuencia del crecimiento económico registrado en
nuestro país. (Ver Tabla I.11 y Gráfico I.9)
Puede verse en esta Tabla que, en el sistema
energético español, el papel del petróleo es funda-
mental, pues representa más de la mitad del consumo
total, algo que viene sucediendo desde hace más de
30 años. Teniendo en cuenta que la producción nacio-
nal de crudo es muy escasa, aquí está una de las cau-
sas del déficit energético de España. El carbón es, por-
centualmente, la segunda energía primaria consumida
en nuestro sistema, aunque la oferta nacional es limi-
tada y de baja calidad. Además, su continuo declive
en los últimos años presagia una menor utilización de
23
Gráfico I.9
Evolución del consumo de energía primaria (ktep)
18
Fuente: Foro Nuclear 2000.
E
esta energía en el futuro. La energía nuclear figura en
tercer lugar, pero con tendencia a disminuir su parti-
cipación en el total, al abandonarse esta opción ener-
gética a principios de los 80 y no preverse en un futu-
ro inmediato la incorporación de nuevos reactores a
nuestro parque nuclear. La hidroelectricidad de carác-
ter autóctono, que en los años 60 llegó a satisfacer más
del 20% de nuestras necesidades energéticas, está que-
dando relegada a un papel más secundario.
El gas, aunque ocupa actualmente el cuarto lugar
entre las energías primarias que abastecen nuestro con-
sumo, tiene clara tendencia a incrementar su actual par-
ticipación, que es del 11,7% en 1999. Finalmente, en
los balances energéticos de los últimos años aparecen
varias energías renovables, pero su aportación es toda-
vía pequeña, si exceptuamos la energía eólica, que ha
tenido un importante desarrollo en los últimos años.
¿Cuál es la producción 
de energía primaria en España?
spaña es un país con reservas energéticas muy limi-
tadas. Solamente las reservas de carbón y el alto apro-
vechamiento del potencial hidroeléctrico existente, per-
24
Evolución del consumo de energía primaria en España (1973-2001) (Ktep)
Carbón (1) Petróleo Gas Natural Hidráulica (2) Nuclear Saldo (3) TOTAL
Años Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%)
1973 9.875 18,2 39.445 72,9 794 1,5 2.489 4,6 1.705 3,1 –173 –0,3 54.145 100
1974 9.169 16,2 42.095 74,5 852 1,5 2.635 4,7 1.882 3,3 –98 –0,2 56.535 100
1975 10.332 17,9 42.230 73,2 941 1,6 2.244 3,9 1.966 3,4 –53 –0,1 57.660 100
1976 9.584 15,5 47.353 76,7 1.092 1,8 1.808 2,9 1969 3,2 –67 –0,1 61.739 100
1977 10.227 16,5 45.714 73,5 1.184 1,9 3.413 5,5 1.700 2,7 –81 –0,1 62.158 100
1978 10.229 15,9 47.389 73,8 1.269 2,0 3.468 5,4 1.993 3,1 –132 –0,2 64.216 100
1979 10.648 16,0 49.134 73,6 1.327 2,0 3.994 6,0 1.746 2,6 –128 –0,2 66.721 100
1980 13.337 19,4 50.070 72,8 1.567 2,3 2.544 3,7 1.351 2,0 –119 –0,2 68.750 100
1981 15.178 22,4 46.439 68,7 1.765 2,6 1.894 2,8 2.494 3,7 –125 –0,2 67.644 100
1982 17.253 25,4 44.395 65,5 1.890 2,8 2.265 3,3 2.285 3,4 –260 –0,4 67.487 100
1983 17.636 26,1 42.545 63,0 2.202 3,3 2.335 3,5 2.778 4,1 –9 0,0 67.487 100
1984 18.057 25,9 40.907 58,6 1.877 2,7 2.718 3,9 6.016 8,6 199 0,3 69.774 100
1985 19.121 27,0 39.538 55,9 2.195 3,1 2.701 3,8 7.208 10,3 –92 –0,1 70.771 100
1986 18.695 25,4 40.676 55,2 2.336 3,2 2.282 3,1 9.761 13,3 –108 –0,1 73.642 100
1987 18.00323,6 42.520 55,8 2.648 3,5 2.358 3,1 10.755 14,1 –132 0,2 76.152 100
1988 15.248 19,3 44.282 56,0 3.440 4,4 3.035 3,8 13.151 16,6 –115 –0,1 79.041 100
1989 19.173 22,3 46.025 53,6 4.505 5,2 1.640 1,9 14.625 17,0 –157 –0,2 85.811 100
1990 18.974 21,6 47.741 54,2 5.000 5,7 2.205 2,5 14.138 16,1 –36 0,0 88.022 100
1991 18.992 21,0 49.367 54,5 5.511 6,1 2.349 2,6 14.484 16,0 –58 –0,1 90.645 100
1992 19.277 21,2 50.464 55,6 5.851 6,4 1.724 1,9 14.537 16,0 55 0,1 91.908 100
1993 18.418 20,3 49.709 54,7 5.829 6,4 2.155 2,4 14.609 16,1 109 0,1 90.828 100
1994 18.056 19,3 51.894 55,5 6.479 6,9 2.425 2,6 14.415 15,4 160 0,2 93.427 100
1995 18.721 19,2 54.610 55,9 7.504 7,7 1.999 2,0 14.449 14,8 386 0,4 97.669 100
1996 15.857 16,2 55.433 56,6 8.401 8,6 3.520 3,6 14.680 15,0 91 0,1 97.982 100
1997 18.010 17,4 57.396 55,3 11.057 10,7 3.116 3,0 14.411 13,9 –264 –0,3 103.725 100
1998 18.300 16,5 61.670 55,7 11.816 10,7 3.219 2,9 15.376 13,9 293 0,3 110.674 100
1999 20.976 18,1 63.041 54,4 13.535 11,7 2.482 2,1 15.337 13,2 492 0,4 115.864 100
2000 22.137 18,2 64.663 53,2 15.223 12,5 2.941 2,4 16.211 13,3 382 0,3 121.556 100
2001 20.098 16,2 66.719 53,7 16.405 13,2 4.127 3,3 16.602 13,4 297 0,2 124.250 100
Tabla I.11
Fuente: Coyuntura Energética del Ministerio de Economía. Dirección General de Política Energética y Minas.
(1) Incluye R.S.U. y otros combustibles sólidos consumidos en generación eléctrica.
(2) Incluye energía eólica.
(3) Saldo de intercambios internacionales de energía eléctrica (Importación-Exportación).
Metodología: Agencia Internacional de la Energía (AIE).
19
E
mite alcanzar unos niveles de producción de cierta
importancia. También la energía nuclear, considerán-
dola 100% nacional, juega un importante papel en la
producción de energía primaria de nuestro país, alcan-
zando más del 50% de nuestra producción en los últi-
mos ocho años, tal y como puede verse en la Tabla 1.12
adjunta y en el Gráfico I.10.
También puede verse en esta Tabla la baja con-
tribución de los hidrocarburos en nuestra producción
nacional, dadas las escasas reservas que este tipo de
energía tiene en España. Así, en el periodo 1983-2000,
su aportación (petróleo + gas natural) ha ido descen-
diendo desde el 11,2% al 1,3% en el año 2000.
¿Cuál es la dependencia
energética de España?
spaña es un país con limitados recursos energéticos,
por lo que nuestro sistema energético se ha caracteri-
zado siempre por tener una dependencia exterior ele-
vada y que ha ido aumentando en los últimos años
del siglo XX. Así, las importaciones de energía han
pasado de representar el 61% en el año 1985 al 76%
en 1999. Una forma de cuantificar esta dependencia
es a través de un indicador que mide la relación por-
centual entre la producción nacional de una energía
determinada y el consumo de la misma.
En la Tabla I.13 que se adjunta, puede verse la
evolución para España de este indicador, durante el
periodo 1994-1999. Esta dependencia exterior supone,
por ejemplo, que España debe importar anualmente
más de 60 millones de toneladas de petróleo, lo cual
representa el pago de una importante factura energé-
tica, que en los años de la crisis energética resultaba
una carga excesiva para nuestra economía. En el perio-
do 1985-1998, la caída y estabilización de los precios
de los crudos, junto a cierta apreciación de la peseta
con respecto al dólar (medio de pago corrientemente
utilizado en los pagos internacionales) y al impacto de
25
Evolución de la producción de energía primaria en España (1983-2000)
Clases de energía Unid. 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Carbón Mtec 20,9 20,8 16,3 17,0 14,9 14,9 13,9 13,7 13,8 13,0 12,3 11,9
(%) (53,3) (45,3) (39,3) (38,7) (35,3) (36,4) (35,6) (33,5) (34,9) (32,2) (32,2) (30,4)
Petróleo Mtec 4,3 3,1 2,3 1,6 1,5 1,2 0,9 0,7 0,5 0,8 0,4 0,3
(%) (10,9) (6,8) (5,6) (3,5) (3,6) (3,0) (2,4) (1,8) (1,3) (1,9) (1,1) (0,8)
Gas natural Mtec 0,1 0,5 0,9 2,0 1,8 0,9 0,8 0,6 0,2 0,1 0,2 0,2
(%) (0,3) (1,0) (2,3) (4,7) (4,2) (2,1) (2,0) (1,4) (0,6) (0,3) (0,5) (0,5)
Energía hidráulica* Mtec 10,0 11,2 9,0 2,3 3,4 3,1 2,8 5,0 4,4 4,4 3,2 3,6
(%) (25,5) (24,5) (21,7) (5,4) (7,9) (7,5) (7,2) (12,1) (11,1) (11,0) (8,4) (9,2)
Energía nuclear Mtec 3,9 10,3 12,9 20,9 20,7 20,9 20,6 21,0 20,6 22,0 21,9 23,1
(%) (10,0) (22,4) (31,1) (47,7) (49,0) (50,9) (52,8) (51,1) (52,2) (54,5) (57,7) (59,1)
TOTAL Mtec 39,1 45,9 41,6 43,8 42,3 41,0 39,1 41,0 39,5 40,3 38,0 39,1
(%) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100)
Tabla I.12
Fuente: Ministerio de Economía.
(*) Incluye las otras energías renovables.
Gráfico I.10
Producción nacional de energía primaria
20
Fuente: Foro Nuclear 2000.
R
E
las medidas de ahorro energético adoptadas, provo-
caron una importante reducción del valor relativo de
la factura del petróleo.
Al final de la década de los 90, como conse-
cuencia de los aumentos de la demanda del crudo, no
seguida por incrementos paralelos de la oferta por par-
te de los países de la OPEP, junto con la depreciación
del euro con relación al dólar estadounidense, están
provocando nuevamente aumentos considerables en
el valor de compra de los crudos. Esto demuestra la
gran volatilidad que el mercado del petróleo tiene en
los mercados internacionales. Otro tanto puede decir-
se del gas natural, con un mercado internacional toda-
vía inmaduro y que sigue la tendencia marcada por el
precio del crudo.
¿Cómo es la dependencia
energética en España con relación
a los países de la Unión Europea?
spaña, tal y como se observa en la Tabla I.14, tiene
una dependencia exterior muy por encima de lo que
representa la media comunitaria. Así, mientras que en
la Unión Europea esta dependencia se cifraba, en 1988,
en un 44%, en España se situaba alrededor del 66%,
esto es, 22 puntos por encima de la situación media
de la UE. En 1999 la UE alcanzaba el 49% de depen-
dencia energética externa y España se situaba en un
80%, esto es, 31 puntos por encima de la UE; esto sig-
nifica, además, que el diferencial de dependencia exte-
rior va aumentando entre España y la UE, puesto que
para el mismo periodo (1988 a 1999), la UE aumentó
su dependencia externa en tan sólo cinco puntos y
España lo hizo en unos 14, es decir, más del doble.
¿Cuáles son las reservas 
de carbón en España?
ecordemos que el concepto de «reservas probadas»
engloba el tonelaje que ha sido medido cuidadosamente
y que se estima que es explotable en las condiciones
económicas actuales, utilizando la tecnología disponi-
ble hoy día. Pues bien, de acuerdo con datos del Con-
sejo Mundial de la Energía, las reservas recuperables
probadas de carbón existentes en España ascendían
en 1998 a unos 1.450 millones de toneladas, reparti-
das de la siguiente manera: 850 millones de toneladas
de hulla y antracita, 400 millones de toneladas de hulla
subbituminosa y 200 millones de toneladas de lignito
pardo. Galicia, Aragón, Asturias y Castilla y León son
las comunidades españolas que concentran los volú-
menes más significativos de estas reservas.
A esta cifra de reservas cabría añadir las llama-
das «reservas adicionales», que incluyen las cantidades
de mineral que pueden existir tanto en extensiones aún
no exploradas de yacimientos conocidos, como aque-
26
Evolución del grado de autoabastecimiento 
de energía primaria en España (%)
1994 1995 1996 1997 1998 1999
Carbón 55,2 52,6 61,7 54,7 51,4 42,2
Petróleo 1,6 1,2 0,9 0,6 0,9 0,5
Nuclear 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Gas 11,6 7,2 4,9 1,4 0,8 0,9
Hidráulica 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Resto renovables 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
TOTAL Ponderado 30,5 28,2 29,6 26,9 25,9 23,6
Tabla I.13
Fuente: Foro de la Industria Nuclear.
Evolución del nivel de dependencia energética 
en los países de la UE (%)
1988 1990 1994 1995 1996 1999
Austria 62,4 67,2 64,5 65,1 69,5 66,1
Bélgica 72,2 75,7 79,2 80,4 80,3 83,3
Dinamarca 56,7 47,4 28,7 35,7 24,4 –1,6
Finlandia 55,1 62,1 65,7 52,7 55,0 52,6
Francia 52,1 54,0 48,2 48,7 49,5 51,5
Alemania 44,8 46,3 57,4 57,359,0 60,5
Grecia 61,3 62,1 58,7 65,8 66,0 72,7
Irlanda 65,6 69,4 64,0 68,3 70,5 85,2
Italia 80,1 83,8 80,4 81,6 81,6 84,7
Luxemburgo 97,8 99,0 98,7 97,7 99,3 97,4
Holanda 26,9 22,3 21,0 19,3 16,0 35,1
Portugal 76,5 85,3 81,6 86,6 79,6 95,3
España 61,8 64,4 69,5 71,8 70,4 76,4
Suecia 36,9 37,4 39,3 37,5 40,1 33,4
Reino Unido –9,6 3,4 –13,1 –16,2 –13,7 –21,3
Unión Europea 43,7 47,7 46,3 46,5 46,7 48,9
Tabla I.14
Fuente: Energy Balances of OECD Countries. (IEA Statistics. Ed. 2001)
21
22
N
A
L
llos que aún no han sido descubiertos en áreas que,
desde el punto de vista geológico, se sabe que con-
tienen carbón. El Consejo Mundial de la Energía eva-
lúa estas reservas adicionales recuperables en unas tres
veces la cifra anterior de reservas probadas.
Al ritmo de producción de los años noventa, los
recursos de carbón nacionales serían suficientes para
garantizar el abastecimiento nacional durante cerca de
50 años, si se considera únicamente las reservas pro-
badas; subirían a unos 150 años añadiendo la cifra de
reservas adicionales recuperables.
En consecuencia, España tiene bastantes recur-
sos de carbón, sobre todo si los comparamos con los
de otras fuentes energéticas. Ahora bien, conviene seña-
lar que, en general, nuestro carbón es de mala cali-
dad y su extracción es muy costosa. Por un lado exis-
ten problemas geológicos, como son la escasa poten-
cia en general de los yacimientos y el excesivo
buzamiento y falta de continuidad de las capas. Por
otro, hay una cierta atomización de las explotaciones
mineras. Esto hace que la mayoría de nuestra pro-
ducción nacional de carbón, aproximadamente el 95%,
se utilice para la generación de electricidad.
¿Cuáles son las reservas 
de petróleo en España?
as reservas españolas de petróleo son casi insignifi-
cantes. De acuerdo con datos del Consejo Mundial de
la Energía, las reservas probadas en 1998 representa-
ban solamente el 0,002 del total mundial. Hasta el des-
cubrimiento del campo de Ayoluengo, en 1964, no se
había conseguido ningún resultado positivo en las pros-
pecciones efectuadas en nuestro país. La pésima cali-
dad del crudo de este yacimiento, impidió incluso su
uso en las refinerías nacionales. En la década de los
sesenta el descubrimiento y explotación de los cam-
pos off shore de Amposta, Casablanca y Dorada (fren-
te a Tarragona) permitió que la producción nacional
sobrepasase el millón de toneladas anuales.
En la actualidad están prácticamente agotadas
las reservas de todos los campos en explotación –excep-
to Casablanca, Ayobuey y algún otro de menor impor-
tancia– por lo que de no descubrirse ningún nuevo
yacimiento la producción nacional de petróleo será
prácticamente insignificante. (Véase pregunta n.o 19).
Por consiguiente, España es un país muy pobre
en recursos de petróleo, siendo su producción muy
pequeña para cubrir nuestras necesidades internas. Así,
en 1999, España hubo de importar aproximadamente
el 99% del petróleo necesario para el consumo, es decir,
se compraron unas 60 millones de toneladas de petró-
leo crudo.
¿Cuáles son las reservas 
de gas natural en España?
unque la crisis energética impulsó la creación de un
marco favorable en España para la prospección de
hidrocarburos, la realidad es que tampoco la produc-
ción española de gas natural es muy significativa. Has-
ta 1984, se limitaba prácticamente a la explotación de
un pequeño yacimiento en la provincia de Álava.
Desde mediados de los 80, otros yacimientos
comenzaron a ser explotados, como el del Golfo de
Cádiz, el de Serrablo y el de Gaviota, frente a la cos-
ta vizcaína de Bermeo. La producción llegó a alcan-
zar en el año 1990, 1,3 millones de toneladas equiva-
lentes de petróleo. Sin embargo, esta producción se
ha ido reduciendo, pues además de utilizar el campo
de Serrablo como depósito reserva, las nuevas explo-
taciones no han podido compensar la disminución de
producción de los yacimientos indicados.
¿Cuáles son las reservas 
de uranio en España?
uestro país cuenta, de acuerdo con las estimaciones
más recientes, con unas reservas de uranio de unas
4.600 toneladas de U
3
O
8
a costes de explotación infe-
riores a los 80 $/kg. U y de unas 12.000 toneladas a
costes comprendidos entre 80 y 130 $/kg. U.
Hasta principios del año 2000, en España se han
producido en las minas de Ciudad Rodrigo (Salaman-
ca) y de Don Benito (Badajoz), un total de más de 5.000
t U
3
O
8
, lo que ha supuesto el 25% de las necesidades
totales de concentrados del parque nuclear español.
Las centrales nucleares actualmente en explo-
tación tienen unas necesidades medias anuales de 1.500
toneladas de uranio natural. Estas necesidades se
27
23
24
25
E
D
cubren, actualmente, en un 17% con el uranio de pro-
ducción nacional y en un 13% con la participación de
ENUSA en una mina de Níger. El resto se obtiene de
los principales productores mundiales de uranio: Came-
co (Canadá), ERA (Australia), Nufcor (Sudáfrica) y de
varios países de la antigua Unión Soviética, entre otros.
¿Cuáles son los recursos
hidroeléctricos en España?
l Potencial Teórico hidroeléctrico de un área geográ-
fica, se calcula en base a la escorrentía natural de la
lluvia anual, traducida en energía potencial a través de
los desniveles topográficos. Evidentemente, se trata de
un valor teórico que poco tiene que ver con la reali-
dad de su posible utilización.
Este Potencial Teórico, también denominado
Potencial Teórico Bruto, está evaluado para la España
peninsular en unos 150.000 GWh anuales, que los usos
consuntivos del agua (riegos, abastecimientos, indus-
trias, etc.) reducen a unos 130.000 GWh.
Además, la limitación que impone la imposibi-
lidad de inundar ciudades, vegas, vías de comunica-
ción importantes, etc., así como las escorrentías topo-
gráficamente dispersas o aquellos cauces sin caudal per-
manente o cauces inestables, entre otros factores,
disminuyen sensiblemente la parte utilizable de dicho
potencial.
Teniendo en cuenta estas consideraciones se lle-
ga a otro valor, que se conoce con el nombre de Poten-
cial Técnico y que indica de forma más precisa la capa-
cidad de producción hidráulica que técnicamente sería
posible desarrollar, independientemente de la conve-
niencia o no de hacerlo y del resultado económico de
dicha acción. Este Potencial Técnico ha sido evalua-
do por varias instituciones en España, estimándose en
unos 65.600 GWh/año. Aproximadamente 13.000 GWh
corresponden a centrales hidroeléctricas de potencia
inferior a 10 MW.
Por otra parte, la energía producible media anual
del parque hidroeléctrico español era en la década de
los noventa de aproximadamente 32.000 GWh, cifra
que ha ido reduciéndose en los últimos años. Esta dis-
minución se debe al descenso de precipitaciones y, fun-
damentalmente, a las mayores detracciones para los
usos consuntivos. Se considera que los regadíos dis-
minuyen el producible hidroeléctrico del orden del
0,36% anual.
España dispone de un parque hidroeléctrico de
unas 1.300 centrales, uno de los mayores del mundo,
de las cuales las 22 con potencia de más de 200 MW
suponen el 52% de la potencia instalada.
La potencia total hidroeléctrica instalada en Espa-
ña en el año 2000 es de 17.963 MW, frente a 26.682
MW térmicos convencionales y 7.749 MW térmicos
nucleares. La producción media de energía hidroe-
léctrica en España en la última década ha sido de 30.850
GWh y en el año 2001, la producción de energía hidro-
eléctrica fue de 44.010 GWh, el 18,5% del total.
Teniendo en cuenta las cifras anteriores, puede
decirse de forma objetiva que España ha conseguido
un elevado aprovechamiento de sus recursos hidráu-
licos para la generación de electricidad, hasta el pun-
to de que su potencia hidroeléctrica en servicio se
encuentra entre las más altas de la UE y del resto de
países desarrollados. Y ello, a pesar de contar con con-
diciones climáticas y orológicas más desfavorables que
buena parte de estas naciones.
¿Cuáles son los recursos 
de energías renovables 
en España?
e acuerdo con el Plan de Fomento de Energías Reno-vables (PFER), diciembre 1999, los recursos adiciona-
les, es decir, la capacidad anual de producción de ener-
gía en España –por cada área renovable– que actual-
mente no está aprovechada y que es potencialmente
desarrollable, es importante. Este potencial variará con
el tiempo, fundamentalmente en función de la evolu-
ción de los costes del desarrollo tecnológico y de la
aparición de nuevos equipos en los diferentes tipos
de energías renovables. Hay además otra clase de fac-
tores que limitan este aprovechamiento, como son la
concesión de licencias por parte de los ayuntamien-
tos, el desarrollo de la infraestructura eléctrica, etc., que
limitan el nivel de aprovechamiento del potencial dis-
ponible.
En la Tabla I.15 adjunta se recogen para cada
una de las áreas renovables (con excepción de la
hidráulica) los potenciales adicionales al potencial ya
desarrollado a finales del año 1998. Naturalmente estos
28
26
27
valores son algunas veces muy difíciles de evaluar, por
lo que podrían variar estos valores a medida que vaya
desarrollándose el plan propuesto en el PFER para el
periodo 1998-2010.
A continuación se recogen algunas particulari-
dades de los potenciales de estos tipos de energías reno-
vables:
1) Energía eólica:
El potencial eólico técnicamente aprovechable
es muy sensible al desarrollo tecnológico de los aero-
generadores, ya que este desarrollo permite aprove-
char mayores rangos de velocidad de viento, y por tan-
to, los potenciales aumentan progresivamente.
Basándose en estudios recientes elaborados para
el IDAE, el PFER estima un potencial eólico en Espa-
ña del orden de unos 15.100 MW. Descontando los 834
MW instalados ya a finales de 1998, se deduce una capa-
cidad adicional de 14.266 MW, lo que supone un poten-
cial energético explotable de unos 34.200 GWh/año.
2) Energía solar:
a) Energía solar térmica. La situación de Espa-
ña en 1999, con un ratio de 8,12 m2 de colec-
tores por cada 1.000 habitantes, es baja com-
parándola con países que tienen unas radia-
ciones solares marcadamente inferiores.
A través de un análisis sobre los consumos
domésticos en los distintos tipos de vivien-
da, y teniendo en cuenta la radiación solar
media en cada área geográfica, el PFER eva-
lúa que pueden instalarse en España unos
27,00 millones de m2 de colectores. Esto
supone un potencial de energía solar térmi-
ca desarrollable de unos 2 millones de
tep/año.
b) Energía solar fotovoltaica. España tenía en
1999 una capacidad alta en instalaciones ais-
ladas domésticas, sólo superado en Europa
por Finlandia y Suecia. Por el contrario, en
instalaciones centralizadas existe un diferen-
cial significativo respecto a algunos países
como Italia, con un grado de implantación
superior y con características de clima muy
parecidas a las nuestras.
El PFER supone que el potencial desarrolla-
ble de este tipo de energía en instalaciones
aisladas, podría cubrir el 50% de las vivien-
das sin suministro eléctrico (360.000 de segun-
das viviendas y 39.000 de viviendas princi-
pales en 1999), con instalaciones de 1 KWp en
cada una, lo que supondría unos 200 MWp.
Además, para otras instalaciones aisladas,
como paneles, farolas, bombeo, etc., supo-
ne que el potencial sería del orden de los
100 MWp. Por consiguiente, en instalaciones
aisladas el PFER fija el potencial desarrolla-
ble en unos 300 KWp.
Respecto a las instalaciones conectadas a red,
no existen límites claros que determinen un
potencial máximo a instalar. Esto es debido
a que estas instalaciones pueden realizarse
tanto en viviendas unifamiliares o colectivas,
como en instalaciones industriales o centra-
les eléctricas. En este sentido, existe un obje-
tivo genérico de aumento de la energía eléc-
trica vertida en la red en el Real Decreto de
autoproducción, que incluye un apoyo
importante a este tipo de instalaciones conec-
tadas a la red, con unas primas unas 60 pese-
tas por kWh. Según el PFER, el valor de
potencial fijado es de unos 2.000 MWp.
3) Biomasa:
a) Cultivos energéticos. El PFER valora el poten-
cial de este tipo de energías en unos 5,7
Mtep/año, evaluando que se aprovecha el
10% de la superficie disponible, tanto por el
cultivo de cardo en secano, como por el de
tipo leñoso, eucaliptos, en zonas de regadío.
29
Potencial Adicional (s/nivel 1998) de Recursos 
de Energías Renovables en España
Energías Renovables Estimación del Recurso
Eólica 34.200 GWh/año
Solar Térmica 2 Mtep/año
Solar Fotovoltaica 300 MWp Instalaciones aisladas
2.000 MWp Conectados a red
Biomasa 16 Mtep/año
Biogás 0,55 Mtep/año
Biocarburantes 0,64 Mtep/año
R.S.U. 1,2 Mtep/año
Tabla I.15
Fuente: Plan de Fomento de Energías Renovables. IDAE. Diciembre 1999.
E
Se utilizaría para aprovechamiento térmico
una parte, y para la producción de electrici-
dad el resto. 
b) Biomasa residual. El PFER valora en unos
10,4 Mtep/año el potencial desarrollable de
este tipo de energía. Está basado en un estu-
dio sobre las siguientes clases de residuos:
– Residuos agrícolas de cultivos herbáceos,
principalmente la paja de cereal (trigo,
cebada, avena, centeno y maíz), así como
los residuos que se dejan en el terreno tras
la recolección del girasol, de la colza y del
algodón.
– Residuos agrícolas de cultivos leñosos, el
olivar, el viñedo o las especies frutales, así
como otros residuos de poda.
– Residuos forestales procedentes de las cor-
tas y aprovechamientos de las masas fores-
tales.
– Residuos de las industrias forestales, es
decir, industrias de aserrado, de chapa y
tableros y de fabricación de pasta, así como
de las industrias de segunda transforma-
ción.
– Residuos de las industrias agroalimentarias,
entre las que destacan las almazaras, fun-
damentalmente en Andalucía.
4) Biogás:
Los residuos biodegradables, tales como los pro-
cedentes de residuos ganaderos de explotaciones inten-
sivas, de la fracción orgánica de los residuos sólidos
urbanos, de la digestión anaerobia de los lodos de las
E.D.A.R. y del tratamiento anaerobio de los residuos
procedentes de instalaciones industriales, el PFER esti-
ma un potencial total de unos 0,55 Mtep/año.
5) Biocarburantes:
Son biocarburantes obtenidos a partir de culti-
vos con alta riqueza grasa, como son el girasol y la
colza, y los basados en la producción de cereales (tri-
go blando, cebada, maíz) y remolacha. El PFER ha esti-
mado un potencial de 0,64 Mtep/año para este tipo
de energía.
6) Residuos Sólidos Urbanos:
En España se produjeron unos 15,3 millones de
toneladas de residuos sólidos urbanos en el año 1996,
con una media de 1,06 kg/hab/día, siendo las comu-
nidades autónomas de Cataluña, Andalucía, Madrid,
Valencia y Castilla y León las que más cantidad producen.
El PFER estima un potencial total, para aprovechamiento
eléctrico, de aproximadamente 1,2 Mtep/año. 
¿Cuál es la previsión del consumo
de energía primaria en España
hasta el año 2011?
l consumo energético español viene aumentando más
rápidamente que el PIB, aunque tenemos todavía uno
de los menores consumos energéticos per cápita, com-
parado con los de los países de la Unión Europea, si
bien este consumo ha aumentado al compás de la pros-
peridad económica de los últimos años.
Como ya se ha visto en preguntas anteriores,
tenemos en España pocas reservas energéticas explo-
tables porque carecemos prácticamente de hidrocar-
buros; nuestro carbón es, si no escaso, de baja cali-
dad y el potencial hidroeléctrico económicamente
explotable está ya prácticamente desarrollado, sobre
todo en lo que a grandes instalaciones se refiere. Por
tanto, la seguridad de nuestro suministro pasa por la
diversidad de las fuentes de energía primaria y el apro-
visionamiento de energías procedentes de distintas
regiones geográficas.
En octubre de 2002, el Gobierno ha aprobado
un documento de Planificación de los sectores de elec-
tricidad y gas. Desarrollo de las redes de transporte 2002-
2011, en donde se recogen las previsiones del con-
sumo de energía primaria para este periodo, así como
las fuentes energéticas que suministrarán dicho con-
sumo. Estas previsiones

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