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preguntas y respuestas Copyright, 2003, UNESA. Asociación Española de la Industria Eléctrica. Francisco Gervás, 3. 28020-Madrid Teléfono: 91 567 48 00 Fax: 91 567 49 87 Correo electrónico: info@unesa.es Página web: www.unesa.es DISEÑO Y PRODUCCIÓN: PROMOCAMSEIS Miguel Ángel, 1 dup. 3.º Izda. 28010-Madrid Teléfono: 91 702 03 98 Fax: 91 702 03 81 Correo electrónico: direccion@promocamseis.com ILUSTRACIONES: José Luis Tascón, Miguel Gómez, Raquel Nieto, David Vidorreta y Sergio García. FOTOGRAFÍAS: UNESA, Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y Viesgo. Foro Nuclear, Enusa y Enresa. Las fotografías de las páginas 34, 70 y 182 han sido realizadas por Ignacio Aranguren y las de las páginas 230 y 252, por Gabriel Lago. Producción gráfica: Medea Color Depósito legal: M-25979-2003 Impreso en España La electricidad en España 313 preguntas y respuestas 4 La electricidad es una forma de energía que está pre-sente en todos los hogares españoles, así como en lossectores de actividad económica que conforman nues- tro sistema productivo, siendo esencial para el desa- rrollo económico y social de cualquier país. La Asociación Española de la Industria Eléctrica, UNESA, con el objetivo de conseguir la mayor transpa- rencia posible de las actividades realizadas por sus empre- sas asociadas, considera interesante hacer una publica- ción como la presente. En ella se pretende contestar de forma sencilla, pero a la vez técnicamente precisa, a las cuestiones más importantes que sobre el funcionamiento del sector eléctrico español puedan hacerse las entida- des o consumidores de electricidad, que deseen tener una visión amplia, y a la vez rigurosa, de este sector. La información presentada se ha estructurado de manera ordenada, pero conviene señalar la dificultad que conlleva alcanzar este objetivo dado el nivel de complejidad que actualmente tiene el sector, tanto por los numerosos agentes e instituciones que intervienen en su funcionamiento, así como por su adecuación a los requerimientos de información demandados. Aunque UNESA ya ha editado con anterioridad varias publicaciones como la presente, ante el cambio estructural tan importante que está afrontando el sec- tor eléctrico español, resulta de interés actualizar y com- pletar estas publicaciones. Por ello, esta edición es una de las primeras de este tipo que se hacen después de las grandes transformaciones que se han producido, como consecuencia del establecimiento del nuevo Sis- tema Eléctrico definido por la Ley 54/1997 del Sector Eléctrico Español. No obstante, se ha procurado con- servar aquellas cuestiones sobre temas que supusieron hitos importantes en la historia más que centenaria de este sector, con objeto de ayudar a entender mejor algu- nos de los temas actualmente en vigor. Los puntos abordados se han estructurado me- diante preguntas que tratan de dar una respuesta direc- ta a las formuladas más frecuentemente, aunque el orden de las mismas se ha organizado de forma que permita al interesado una lectura lógica y secuencial de cada tema tratado. Asimismo, se ha tratado de reco- ger toda la información numérica en forma de tablas, para conseguir una mayor flexibilidad en la actualiza- ción de las mismas, además de poner a disposición del lector series históricas que recogen la evolución de las variables más importantes del sector. La selección concreta de estas preguntas se ha basado en el interés que a lo largo del tiempo han mos- trado los diferentes sectores de la sociedad española, bien a través de las demandas de información que direc- tamente hacen numerosas entidades y personas físi- cas a UNESA o a sus empresas asociadas, bien median- te el análisis de los contenidos informativos que sobre este sector aparecen en los medios de comunicación, o, en último caso, en función de los resultados obte- nidos mediante diversas técnicas de investigación social. Además de la documentación existente en nues- tra Asociación y sus empresas asociadas, en las que son de gran importancia las Memorias Estadísticas anua- les de UNESA, las fuentes de información externa se han buscado entre aquellas instituciones que ofrecen una mayor fiabilidad, como son los organismos oficiales, las asociaciones sectoriales y otras instituciones de pres- tigio, tanto a nivel nacional como internacional. Las 313 preguntas que se han formulado, jun- tamente con las 105 tablas numéricas adjuntas, se han clasificado en ocho capítulos, de acuerdo con la siguien- te distribución: Capítulo I. Sector Energético. Trata de los aspectos generales de este sector más relacionados con el eléctrico. Esta visión general se ha conside- rado necesaria si se tiene en cuenta que la elec- tricidad es una energía final que proviene de la transformación o conversión de numerosas ener- gías primarias. Contiene 30 preguntas y 16 tablas numéricas. Presentación 5 Capítulo II. Sector Eléctrico. Aspectos generales. Recoge las preguntas con carácter más general que atañen al desarrollo histórico y funciona- miento actual del Sector Eléctrico español. Con- tiene 42 preguntas y 20 tablas. Capítulo III. Centrales hidroeléctricas. Trata los temas específicos de esta fuente energética reno- vable, la cual ha tenido, y sigue teniendo, una gran importancia en el desarrollo del sector. Con- tiene 34 preguntas y 16 tablas. Capítulo IV. Centrales térmicas de combustibles fósiles. Responde a preguntas sobre las tec- nologías de generación eléctrica con carbón, derivados del petróleo y gas natural, combusti- ble este último que actualmente tiene una gran importancia para la expansión del equipo gene- rador, a través de las centrales de ciclo combi- nado. Contiene 46 preguntas y 14 tablas. Capítulo V. Centrales nucleares. Las preguntas se concentran principalmente en las característi- cas específicas que tiene este tipo de tecnolo- gía, y que juega un papel importante en nues- tro sistema. Capitulo VI. Energías renovables para la pro- ducción de electricidad. Se recogen los aspec- tos fundamentales de este tipo de energías, así como las innovaciones tecnológicas que se están desarrollando para su aplicabilidad comercial. Van a ser de gran importancia en la generación eléctrica de los próximos años, teniendo un espe- cial relieve la energía eólica. Contiene 45 pre- guntas y 17 tablas. Capítulo VII. Aspectos económicos y financieros. Recoge los aspectos básicos en este área, en especial los referentes al sistema de precios de la electricidad. Otras cuestiones recogidas en este capítulo están fundamentalmente centradas en las empresas eléctricas asociadas en UNESA. Con- tiene 27 preguntas y 15 tablas. Capítulo VIII. Aspectos regulatorios. Se exponen las líneas básicas del marco regulatorio esta- blecido por la Ley 54/1997 del Sector Eléctri- co, así como la normativa desarrollada poste- riormente para regular el funcionamiento actual del mismo. Contiene 41 preguntas y una tabla numérica. Conviene señalar que, dada la importancia que los aspectos medioambientales tienen en las activida- des del sector eléctrico, los interesados en esta mate- ria podrían echar en falta un capítulo específico sobre este tema. Sin embargo, se ha tenido en cuenta que UNESA ha editado recientemente una publicación espe- cífica sobre «La industria eléctrica y el medio ambien- te», en la que monográficamente se abordan todas estas cuestiones. No obstante, en esta publicación se hace una pregunta de carácter general sobre la interacción con el medio ambiente de las tecnologías tratadas. Dado el entorno tan cambiante en el que está inmerso el sector, determinado por la desregulación y apertura de nuevos mercados, la innovación tecnoló- gica y la utilización de nuevas formas de energía, hay cuestiones que van a ir cambiando con el tiempo, por lo que será necesaria la actualización de esta publi- cación en próximas ediciones, tanto en su formulación impresa como en soporte digital. Entendemos que con esta publicación, UNESA presta un servicio a los diversos estamentos de la socie- dad española, para conocermejor la complejidad que tienen sus actividades de producción, transporte y dis- tribución de la electricidad, y que representa uno de los objetivos primordiales para las empresas eléctricas de esta Asociación. Pedro Rivero Torre Vicepresidente-Director General Capítulo I Sector energético L L P ¿Qué es la energía? a energía es una magnitud física asociada con la capa- cidad que tienen los cuerpos para producir trabajo mecánico, emitir luz, generar calor, etc. La energía pue- de manifestarse de distintas formas: gravitatoria, ciné- tica, química, eléctrica, magnética, nuclear, radiante, etc., existiendo la posibilidad de que se transformen entre sí, pero respetando siempre el principio de conserva- ción de la energía. Prácticamente, toda la energía de que dispone- mos proviene del sol. Produce los vientos, la evapo- ración de las aguas superficiales, la formación de nubes, las lluvias y, por consiguiente, los saltos de agua. Su calor y su luz son la base de numerosas reacciones químicas indispensables para el desarrollo de los vege- tales y de los animales que con el paso de los siglos originaron los combustibles fósiles: carbón, petróleo, gas, etc. ¿Qué son las fuentes de energía? ara obtener la energía que consumimos tenemos que partir de algún cuerpo o materia que la tenga alma- cenada, pudiendo aprovecharla directamente o por medio de una transformación física o química. A estos cuerpos se les llama fuentes de energía. Las cantida- des disponibles de energía de estas fuentes son lo que llamamos recursos energéticos. La Tierra posee grandes cantidades de estos recursos. Sin embargo, para que sea posible su utili- zación es necesario que la obtención y transformación de los mismos pueda hacerse tanto desde el punto de vista tecnológico como del económico. Hay fuentes energéticas que tienen su energía muy concentrada (mucha energía por unidad de masa). Son el carbón, el petróleo, el gas natural, la hidroe- lectricidad, el uranio, etc. Por el contrario, existe otro tipo de fuentes con energía mucho más diluida, como es el caso de la solar, eólica, biomasa, marinas, etc. ¿Cómo se clasifican las fuentes de energía? as fuentes de energía pueden clasificarse atendiendo a diversos criterios como pueden ser su disponibili- dad o su forma de utilización. Según su disponibi- lidad se clasifican en renovables y no renovables. – Las energías renovables son aquéllas cuyo potencial es inagotable por provenir de la energía que llega a nuestro planeta de forma continua, como consecuencia de la radiación solar o de la atracción gravitatoria de otros 9 1 2 3 L planetas de nuestro sistema solar. Son, fun- damentalmente, la energía hidráulica, solar, eólica, biomasa y las oceánicas. – Las energías no renovables son aquéllas que existen en una cantidad limitada en la natu- raleza. No se renuevan a corto plazo y por eso se agotan cuando se utilizan. La deman- da mundial de energía en la actualidad se satis- face fundamentalmente con este tipo de fuen- tes. Las más comunes son el carbón, el petró- leo, el gas natural y el uranio. Según sea su forma de utilización las fuentes de energía se pueden clasificar en primarias, secundarias y útiles. – Las energías primarias son las que no han sido sometidas a ningún proceso de conversión y, por tanto, se obtienen directamente de la natu- raleza, como por ejemplo el carbón, el petró- leo, el gas natural, la hidráulica, la eólica, la biomasa, la solar y el uranio natural. – Las energías secundarias, llamadas también finales, se obtienen a partir de las primarias mediante procesos de transformación ener- gética (centrales hidroeléctricas, refinerías, etc.); es el caso de la electricidad o el de los carburantes. – Las energías útiles son las que realmente adquiere el consumidor después de la última conversión realizada por sus propios equipos de demanda, como son las energías química, mecánica, calorífica, etc. ¿Cómo se mide la energía? a energía tiene las mismas unidades que la magnitud trabajo. En el Sistema Internacional de unidades (SI) la unidad de trabajo y de energía es el julio (J), defi- nido como el trabajo realizado por la fuerza de un new- ton cuando desplaza su punto de aplicación un metro. Para la energía eléctrica se emplea como uni- dad de generación el kilovatio-hora (kWh) definido como el trabajo realizado durante una hora por una máquina que tiene una potencia de un kilovatio (kW). Su equivalencia es: 1 kWh = 36 × 105 J. Para poder evaluar la «calidad energética» de las distintas fuentes de energía, se establecen unas unidades basadas en el poder calorífico de cada una de ellas. Las más utilizadas en el sector energético son: kiloca- lorías por kilogramo de combustible (kcal/kg), tone- lada equivalente de carbón (tec) y tonelada equivalente de petróleo (tep). Sus definiciones son: – Kcal/kg aplicada a un combustible nos indica el número de kilocalorías que obtendríamos en la combustión de 1 kg de ese combustible. 1kcal = 4,186 × 103 J – Tonelada equivalente de carbón (tec). Repre- senta la energía liberada por la combustión de una tonelada de carbón tipo (hulla). 1 tec = 29,3 × 109 J – Tonelada equivalente de petróleo (tep). Equi- vale a la energía liberada en la combustión de una tonelada de crudo de petróleo. 1 tep = 41,84 × 109 J Una relación entre las principales unidades de energía se presenta en la Tabla I.1 adjunta. 10 Relación entre las principales unidades de energía Unidades Julio Termia Caloría Tep Tec kWh Julio (J) 1 2,28920 × 10–7 2,38920 × 10–1 2,38920 × 10–11 3,4134 × 10–11 2,77778 × 10–7 Termia (th) 4,18550 × 106 1 1 × 106 1 × 10–4 1,42857 × 10–4 1,16264 Caloría (cal) 4,18550 1 × 10–10 1 1 × 10–10 1,42857 × 10–10 1,16264 × 10–6 Tonelada equivalente de petróleo (tep) 4,1855 × 1010 1 × 104 1 × 1010 1 1,45857 1,16264 × 104 Tonelada equivalente de carbón (tec) 2,92985 × 1010 7 × 103 7 × 109 7 × 10–1 1 8,13847 × 103 Kilowatio hora (kWh) 3,60000 × 106 8,60112 × 10–1 8,60112 × 105 8,60112 × 10–5 1,22873 × 10–4 1 Tabla I.1 4 Fuente: UNESA. L L L ¿Cómo se mide la potencia? a potencia de un sistema es el trabajo realizado en la unidad de tiempo. Su unidad en el Sistema Interna- cional (SI) es el vatio, definido como la potencia de una máquina que realiza el trabajo de un julio en el tiempo de un segundo. Su símbolo es W. En el sector eléctrico se utilizan múltiplos de esta unidad: el kilovatio (kW), que equivale a 1.000 vatios; el megavatio (MW), que tiene 106 vatios; y el gigava- tio (GW), que equivale a 109 vatios. En el Sector Eléctrico se utilizan mucho el kilo- vatio hora (kWh) para medir la energía producida o consumida por una instalación, y el kilovatio (kW) para medir la potencia o capacidad. El kWh es, por tanto, la energía producida o consumida por una instalación de potencia 1 kW, trabajando durante una hora. Es decir: 1 kWh = 1 kW × 1 hora (Energía) = (potencia) × (tiempo) Para instalaciones eléctricas de gran tamaño se utilizan múltiplos de estas unidades. Potencia: 1 Megavatio (MW) = 106 vatios (W) = 103 kilovatios (kW) 1 Gigavatio (GW) = 109 vatios (W) = 106 kilovatios (kW) 1 Teravatio (TW) = 1012 vatios (W) = 109 kilovatios (kW) Energía: 1 Megavatio hora (MWh) = 106 vatios hora (Wh) = = 103 kilovatios hora (kWh) 1 Gigavatio hora (GWh) = 109 vatios hora (Wh) = = 106 kilovatios hora (kWh) 1 Teravatio hora (TWh) = 1012 vatios hora (Wh) = = 109 kilovatios hora (kWh) ¿Existe relación entre el consumo de energía y el bienestar económico de un país? a energía es indispensable para las economías de todos los países, tanto para las actividades de sus sistemas productivos, como para los sectores finales. En la agri- cultura se emplea para la fabricación de abonos, pla- guicidas, secaderos, etc.; en los procesos industriales, desde los altos hornos a la fabricación de conservas, pasando por la obtención de metales, papel, cemen- to, etc.; en el sector transporte, tanto en los terrestres como en los marítimos y aéreos; en los hogares, para iluminación, calefacción,cocinado de alimentos, etc. Las economías de los países no pueden, por tan- to, funcionar bien sin un abastecimiento adecuado de energía, siendo un capítulo muy importante de la eco- nomía mundial el relativo a la explotación, obtención, transformación y suministro de materias energéticas. Consecuentemente, puede asegurarse que exis- te una relación muy estrecha entre el consumo de ener- gía y el bienestar económico de un país. La enorme importancia de la energía en el mundo actual no debe inducirnos a pensar que su uso es algo exclusivo de las economías modernas. Ya desde tiempos remotos, el hombre ha sabido utilizar, además de su propio esfuer- zo físico, el de algunos animales domésticos para obte- ner energía mecánica; a ello unirá después la fuerza del viento (eólica) y la de las corrientes de agua. Ade- más, obtenía calor de la combustión de la madera para sus hogares, y las actividades fabriles para fundir meta- les y producir todo tipo de herramientas y utensilios. Con la llegada de la Revolución Industrial en Inglaterra durante el siglo XVIII, se producen en el área energética transformaciones cualitativas y cuantitativas muy importantes. Se produce la sustitución de las ener- gías primitivas por el carbón y, más tarde, por los hidro- carburos y la electricidad. Este hecho constituye uno de los elementos básicos de las economías de las socie- dades modernas, que han incorporado recientemente la energía nuclear y las energías renovables (eólica, solar, biomasa, geotérmica, etc.). Para que estas transformaciones sociales y eco- nómicas sucediesen, fue preciso un espectacular desa- rrollo tecnológico —desde la máquina de vapor al reac- tor nuclear, pasando por el motor de explosión, el motor y el generador eléctricos, etc.— lo que ha hecho posi- ble la utilización de estas nuevas fuentes energéticas. ¿Cómo se mide la relación entre el bienestar económico y el consumo de energía? a demanda energética de un país está muy relaciona- da con su Producto Interior Bruto (PIB), con su capa- cidad industrial y con el nivel de vida alcanzado por 11 5 6 7 L sus habitantes. El consumo de energía por habitante cons- tituye, por tanto, uno de los indicadores más fiables del grado de desarrollo económico de una sociedad. Esta relación puede comprobarse sin más que analizar los consumos de energía por áreas geográfi- cas recogidos en la Tablas I.2 y I.3 adjuntas, en don- de los países con mayor consumo per cápita tienen nive- les más altos de bienestar económico. Conviene seña- lar a este respecto que, según el Congreso Mundial de la Energía de 1998, el 20% de la población mundial con- sume el 80% de la producción energética comercial. La correspondencia entre el nivel de vida y el consumo energético de un país puede apreciarse tam- bién desde la perspectiva histórica. Así, cuando un país comienza a desarrollarse, su estructura económica está caracterizada por un predominio de las actividades del sector primario, a las que se van añadiendo activida- des de tipo artesanal, todas ellas de consumo ener- gético bajo. En el proceso de crecimiento económi- co, la industria va aumentando en importancia, lo mismo que el sector transportes, y estas actividades consumen importantes cantidades de energía. A ello se va uniendo la creciente mecanización de las acti- vidades económicas y el aumento del uso de energía en el sector doméstico. No obstante, el desarrollo tecnológico acaecido en los últimos años como consecuencia de la crisis energética, ha permitido reducir el uso de energía para iguales niveles de actividad económica, alcanzándose una mayor eficiencia en los sistemas de producción y uso de la energía. ¿Cuáles son las principales fuentes de energía primaria? as fuentes de energía más utilizadas actualmente en el mundo son: el petróleo, el carbón, el gas natural, la energía hidráulica y la nuclear. Son los tipos de ener- gía que hoy en día mejor responden por su disponi- bilidad y costes de utilización a las necesidades ener- géticas de la humanidad. Sin embargo, la política energética actual de muchos países desarrollados, entre ellos los de la UE, está fomentando la utilización de las energías reno- vables, por razones de tipo medioambiental y por su carácter autóctono. Asimismo, en los países en vías de desarrollo se emplean grandes cantidades de bioma- sa (leña, residuos agrícolas, etc.), para satisfacer las necesidades energéticas, aunque muchas veces estas materias no estén comercializadas. En otros países muy concretos se utilizan la energía eólica y geotérmica para obtener cantidades significativas de electricidad. Las energías renovables, aunque cuantitativa- mente tienen hoy día una relevancia pequeña, están llamadas a jugar un papel importante a medida que se vayan agotando las reservas de las energías fósiles. 12 Evolución del consumo mundial de energía primaria por regiones económicas (*) (Mtep) 1988 1990 1997 1999 América del Norte 2.199,2 2.231,8 2.490,0 2.558,1 América del Sur y América Central 263,1 270,2 352,7 371,1 Europa 1.755,9 1.741,5 1.782,9 1.801,1 Antigua Unión Soviética 1.377,9 1.398,2 899,0 908,3 Oriente Medio 235,6 253,7 356,0 380,2 África 205,0 212,1 253,6 261,2 Asia y Oceanía 1.576,3 1.784,4 2.348,7 2.255,6 TOTAL Mundial 7.613,0 7.855,9 8.482,9 8.535,6 Tabla I.2 Fuente: British Petroleum (BP Statistical Review of World Energy. 1999). (*) Se consideran sólo energías comerciales. Consumo de energía primaria por regiones económicas per cápita en 1998 Población tep/hab. País Mtep (Millones) (toe) América del Norte 2.555 302 8,46 América del Sur y América Central 685 505 1,36 Europa Occidental 1.660 385 4,31 Antigua URSS y Europa del Este 1.250 410 3,05 Oriente Medio 380 250 1,52 África 480 760 0,63 Japón/Australia/Nueva Zelanda 680 148 4,59 China 1.230 1.260 0,98 Otros países asiáticos (incluye Turquía) 890 910 0,98 India 590 980 0,60 TOTAL Mundial 10.400 5.910 1,76 Tabla I.3 Fuente: BP/Amoco Statistic Review of Energy. Junio 1999; y UN Population Fund. Septiembre 1999, con correcciones del World Energy Council. 8 E E ¿Pueden competir entre sí las fuentes energéticas? n muchos casos, sí. Así, por ejemplo, las energías hidráulica y nuclear se transforman en electricidad para su utilización, lo que también puede hacerse con el carbón, los hidrocarburos y las energías renovables. Por tanto, tenemos diferentes alternativas para obte- ner una misma energía final, en este caso, la electri- cidad. Sin embargo, existen usos específicos en don- de únicamente se puede emplear un solo tipo de ener- gía final, o al menos su sustitución es difícil. Este pue- de ser el caso de los carburantes empleados en la avia- ción, o el de los gasóleos para los motores diesel en el sector transporte. Por todo ello, los sistemas energéticos de los paí- ses van evolucionando a lo largo del tiempo y ade- más de aumentar la cantidad de energía consumida, también suelen producirse variaciones en su estructura, al modificarse la participación relativa de cada ener- gía primaria. En estos procesos de sustitución inter- vienen numerosos factores, como son los avances tecnológicos, la disponibilidad de nuevos recursos, la aparición de consumos específicos o las diferencias rela- tivas de los precios energéticos. ¿Cómo ha evolucionado el consumo mundial de energía primaria? l consumo mundial de energía primaria ha ido cam- biando a lo largo de la historia, a medida que los avan- ces tecnológicos ponían al alcance del hombre el apro- vechamiento de nuevas fuentes energéticas. Centrándonos ya en las últimas décadas, pue- de decirse que, a partir de la Segunda Guerra Mun- dial, ha habido dos decenios de intenso crecimiento de la demanda energética, abastecida sin problemas por una producción de energía en continuo ascenso. La crisis energética del año 1973 interrumpió esta trayectoria, desacelerando primero el crecimiento del consumo para, a partir del año 1979, producirse una disminución del mismo que se mantuvo durante los primeros años de la década de los 80. Estecambio en la evolución de la demanda fue consecuencia directa de la crisis económica que se extendió por la mayo- ría de los países desarrollados. Asimismo, el encarecimiento de la energía hizo que las políticas energéticas de los países procuraran, a corto plazo, ahorrar energía, usándola con más racio- nalidad; a medio plazo el objetivo perseguido era el de reemplazar los equipos y las máquinas que con- sumían mucha energía por otros que, con similares resultados, fueran más eficientes. 13 9 10 El consumo de energía en los sectores comercial y residencial es un indicador de bienestar económico. Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999. Gráfico I.1 Consumo mundial de energía primaria (%) E Respecto a la evolución estructural del consu- mo energético mundial, el petróleo, la energía más enca- recida durante los años de crisis, retrocedió porcen- tualmente más que las restantes, llegando a perder casi diez puntos dentro del abastecimiento energético mun- dial, aunque se ha estabilizado su consumo en la déca- da de los noventa (véase Tabla I.4 y Gráfico I.1). Por el contrario, el gas natural aumentó de forma signifi- cativa su aportación relativa y el carbón se mantuvo prácticamente estable, lo que es digno de resaltar, pues desde hacía decenios su papel descendía de forma con- tinua. Asimismo, es de destacar el incremento de la energía nuclear, aunque su aportación, por razones de todos conocidas, no ha alcanzado las expectativas pues- tas en ella. Desde mediados de los 80, la recuperación eco- nómica de los países industrializados, junto con una estabilización en los precios de los crudos y del car- bón, ha propiciado el inicio de un nuevo ciclo de cre- cimiento del consumo energético mundial en los últi- mos años de la década de los 90. ¿Cómo afectó la crisis energética de los años setenta a las economías occidentales? l desencadenamiento de las crisis energéticas suele ocu- rrir cuando los tirones alcistas de la demanda –impul- sados por el crecimiento económico– no van acom- pañados de incrementos paralelos de la producción de energía. Esto se debe, en muchos casos, a la falta de respuesta de ésta a corto plazo dado el largo periodo de maduración que tienen las inversiones necesarias para su aumento. El ajuste, vía precios, entre una demanda en aumento y una oferta incapaz de satisfacerla consti- tuye un mecanismo –aunque traumático– de reequili- brio, pues los altos precios energéticos fomentan las inversiones en busca de nuevos yacimientos, nuevas fuentes de energía o nuevas tecnologías, lo cual, final- mente, volverá a restablecer el equilibrio entre la ofer- ta y la demanda de energía. Algunas veces, las causas que desencadenan las crisis energéticas pueden ser de tipo político, o inclu- 14 Evolución del consumo mundial por tipos de energía primaria (en millones de tep) 1973 1979 1982 1989 1998 Consumo % Consumo % Consumo % Consumo % Consumo % Petróleo 2.798 47,3 3.142 46,8 2.901 43,0 3.123 39,4 3.463 40,6 Gas natural 1.076 18,2 1.207 17,9 1.246 19,0 1.629 20,6 2.064 24,2 Carbón 1.668 28,2 1.838 27,3 1.876 28,6 2.261 28,6 2.130 24,9 Nuclear 49 0,8 147 2,2 205 3,1 425 5,4 651 7,6 Hidroelectricidad y otras renovables 329 5,5 389 5,8 415 6,3 476 6,0 226 2,7(*) TOTAL 5.920 100,0 6.723 100,0 6.543 100,0 7.934 100,0 8.534 100,0 Tabla I.4 Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999. (*) La bajada de la aportación de estas energías se debe, fundamentalmente, al cambio de criterio de equivalencia de la energía hidráulica en las estadísticas de la UE y de la AIE. El desarrollo económico requiere el transporte masivo de energía. 11 L so conflictos bélicos que sucedan en áreas producto- ras de materias energéticas de gran importancia. Por su importante impacto en las políticas ener- géticas de todos los países desarrollados, y por ser la más reciente (el conflicto de la Guerra del Golfo no supuso escasez realmente de oferta), conviene anali- zar la crisis energética iniciada en octubre de 1973 con la subida drástica de los precios de los crudos y con restricciones de oferta aplicadas por los países de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo), y continuada en los años siguientes de la década de los 70. Aunque los efectos fueron múltiples, algunos, por su relevancia, merecen ser destacados: • El alza drástico de los precios de los crudos –hecho desencadenante– fue acompañado de elevaciones –algo menores– en los precios de otras energías primarias. Se cerró, por tan- to, un largo periodo de precios energéticos bajos y decrecientes, abriéndose otro de pre- cios altos y crecientes. • Los países industriales, todos grandes impor- tadores de crudos, vieron sus economías muy afectadas por el alza de precios. De entrada, sufrieron un grave quebranto en sus balan- zas comerciales, pero además, su crecimiento económico decayó, a la vez que sus tasas de inflación llegaron a dos dígitos y se elevó el paro muy por encima de las cifras del dece- nio precedente. Dadas las interdependencias existentes en la economía mundial, la recesión de los países industrializados no tardó en generalizarse al resto, sobre todo por la vía del comercio internacional, que experimentó una fuerte contracción. • Cada país llevó a cabo, con mayor o menor fortuna, sus propios Planes Energéticos Nacionales, así como a nivel supranacional la Unión Europea, la OCDE, etc. Aunque estos planes pudieron tener predicciones no siem- pre exactas, sirvieron de llamadas de atención y referencia útiles para los consumidores. Se creó también la Agencia Internacional de la Energía en el seno de la OCDE, que arbi- tró reglas de cooperación y medidas de emer- gencia energética para sus países miembros. • Se produjo un importante esfuerzo de explo- ración en todo el mundo para lograr nuevas zonas productoras, a través de grandes inver- siones, desarrollo de tecnologías, etc. La con- secuencia fue el descubrimiento de zonas pro- ductoras de grandes proporciones, tales como el Mar del Norte, Alaska, Brasil, Malasia, Egip- to y el incremento de producción en países ya productores, como México, Oriente Pró- ximo, Indonesia, etc. La mayoría de estas nue- vas zonas años atrás se hubieran considera- do imposibles, bien por las profundidades y las condiciones meteorológicas del Mar del Norte, bien por las bajas temperaturas de Alas- ka o Siberia. • Se mejoraron de forma espectacular los ren- dimientos de los equipos industriales en gene- ral, fomentando los gobiernos la renovación de instalaciones mediante apoyos crediticios y fiscales. • Se produce una creciente diversificación de las fuentes de energía primaria, con una reac- tivación del consumo de carbón, y la cons- trucción en Europa y Japón de la infraes- tructura necesaria para generalizar el consu- mo de gas (en América hacía mucho tiempo que se había emprendido). La aportación de la energía nuclear, salvo en muy contadas excepciones, quedó muy por debajo de las expectativas, en muchos casos por los retra- sos y encarecimientos de su construcción y en general como consecuencia del rechazo social. La aportación de las energías reno- vables, que están todavía en desarrollo (si se exceptúa la hidráulica y la eólica) es aún poco significativa. ¿Cuáles son las reservas mundiales de carbón? as reservas de una materia energética están constitui- das por la parte de los recursos existentes que, además de ser técnicamente explotables, son econó- micamente rentables a los precios de mercado exis- tentes en cada momento. Esta distinción es muy impor- tante, pues mientras que los recursos energéticos son 15 12 abundantes en el mundo, las reservas son más bien escasas y muy variables geográficamente. El carbón, aunque continúa teniendo una utili- zación grande hoy día (cubre aproximadamente el 25% del consumo mundial), su importancia ha ido dismi- nuyendo desde comienzos del siglo XX, a pesar de la efímera recuperación que tuvo en la década de los setenta, como consecuencia de la crisis petrolera.El principal uso del carbón es para la produc- ción de electricidad, sobre todo el lignito y la antra- cita. Solamente la hulla se utiliza también para la pro- ducción de coque en la siderurgia integral y otros usos en el sector industrial. Actualmente se estima que las reservas de car- bón en el mundo son próximas al billón de tonela- das, que se reparten casi al 50% entre reservas de hulla y antracita y reservas de lignitos. La producción mundial del carbón en el año 1999 fue del orden de los 4.300 millones de toneladas actuales, lo cual significa que al nivel actual de extrac- ción, existen reservas de este combustible para unos 230 años. Por tanto, el carbón es el combustible más abun- dante a nivel mundial. Adicionalmente presenta la ven- taja de que las reservas de carbón están más unifor- memente distribuidas a lo largo del globo que las de otros combustibles, tal y como puede verse en la Ta- bla I.5 adjunta, en la que se recoge la distribución mun- dial de reservas probadas de hulla y antracita, de lig- nito y el ratio reservas/producción en años de vida. (Véase también el Gráfico 1.2) Los principales países productores de carbón en el año 1998 fueron China (626 Mtep) y EE.UU. (590 Mtep). A continuación figuran India, Australia, Sudá- frica, Rusia y Polonia pero con unos niveles de pro- ducción mucho menores. 16 Reservas probadas de carbón por regiones económicas. Año 1999 (Mt) Hulla Regiones Hulla y Sub-bituminosa % del Reservas/ Económicas Antracita y Lignito Total Total producción años Norteamérica 116.707 139.770 256.477 26 239 Centro y Sudamérica 7.839 13.735 21.574 2 474 Europa 41.664 80.368 122.032 12 161 Ex-URSS 97.476 132.702 230.178 24 700 África y Oriente Medio 61.355 250 61.605 6 268 Asia y Australasia 184.450 107.895 292.345 30 164 TOTAL Mundial 509.491 474.720 984.211 100 230 Tabla I.5 Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999. Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999. Gráfico I.2 Reservas mundiales de carbón (%) E ¿Cuáles son las reservas mundiales de petróleo? l petróleo es la fuente de energía primaria más utili- zada desde la segunda mitad del siglo XX, en la que sustituye en ese puesto al carbón. Hoy en día, cubre aproximadamente el 40% del consumo mundial debi- do, fundamentalmente, a su utilización en el sector transporte y como materia prima en la industria petro- química. Además, el precio del crudo sirve de referente al de las otras materias energéticas. Actualmente se estima que existen unas reser- vas probadas de petróleo de un billón de barriles, lo que equivale a unos 142.000 millones de toneladas. De mantenerse el ritmo de producción alcanzado en el año 2000, de unos 25.000 millones de barriles anuales, exis- tirían reservas para 41 años. El petróleo es la fuente de energía primaria que presenta una mayor concentración geográfica de las reservas, ya que las dos terceras partes están situadas en Oriente Medio. Otra muestra de esa concentración es que 13 países socios de la OPEP disponen de casi el 80% de las reservas de petróleo, siendo Arabia Sau- 17 Reservas probadas de petróleo por regiones económicas. Año 2000 Miles de mill. Miles de mill. Areas económicas de toneladas de barriles % del Total Vida media Norteamérica 8,5 64,4 6 14 Centro y Sudamérica 13,7 95,2 9 38 Europa 2,5 19,1 2 8 Ex-URSS 9,0 65,3 6 24 Oriente Medio 92,6 683,6 66 87 África 10,0 74,8 7 28 Asia y Australasia 5,9 44,0 4 16 TOTAL Mundial 142,2 1.046,4 100,0 41 Tabla I.6 Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001. Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2000. Gráfico I.3 Reservas mundiales de crudo. Año 2000 13 L dí (26%), Irak y Kuwait (10% cada uno) e Irán (9%) los países con las mayores reservas. (Ver Tabla I.6 adjun- ta y los Gráficos I.3, I.4 y I.5 sobre la distribución geo- gráfica y evolución del ratio reservas/producción.) Los cinco países productores de crudo más importantes en el año 1999 fueron Arabia Saudí (443 Mtep), EE.UU. (368 Mtep), Irán (188 Mtep) Méxi- co (174 Mtep) y Venezuela (171 Mtep). A continuación figuran China, Noruega, Reino Unido, Canadá y Kuwait, por este orden. ¿Cuáles son las reservas mundiales de gas natural? as razones fundamentales que explican la creciente uti- lización del gas natural pasan por el menor impacto ambiental que presenta su combustión, por su alto poder calorífico y por la facilidad de su utilización. Además, en el sector eléctrico, la puesta a punto en los últimos años de tecnologías de ciclo combinado que permiten usarlo para generación de electricidad con elevados rendimientos, explica que este combus- tible pase a tener en el futuro un importante peso en este sector. Las reservas probadas de gas natural ascienden a casi 150.000 millones de m3 y están concentradas en la Europa del Este (39%) y en Oriente Medio (34%). La producción de gas natural en el año 1999 fue del orden de los 2.400 millones de m3, aunque está creciendo su utilización de forma importante en los últi- mos años. Esta tendencia se espera que continuará en el futuro próximo. De todas formas, a los ritmos actua- les de producción existen reservas para más de 62 años (Ver Tabla I.7. y los Gráficos I.6 y I.7 que recogen su distribución geográfica y la evolución del ratio reser- vas/producción). 18 Gráfico I.4 Distribución porcentual de las reservas de petróleo Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001. Gráfico I.5 Evolución ratio reservas petróleo/producción Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001. Reservas probadas de gas natural por regiones económicas. Año 1999 Trillones de Miles de Regiones económicas pies cúbicos metros cúbicos % del Total Vida media Norteamérica 258,0 7,3 5 10 Centro y Sudamérica 222,6 6,3 4 66 Europa 181,7 5,2 3 17 Ex-URSS 2.002,6 56,7 39 81 Oriente Medio 1.749,3 49,5 34 (*) África 394,2 11,2 8 98 Asia y Australasia 363,4 10,3 7 40 TOTAL Mundial 5.171,8 146,5 100 62 Tabla I.7 Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 1999. (*) Más de 100 años. 14 Gráfico I.6 Distribución porcentual de las reservas de gas natural Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001. Fuente: Ministerio de Economía. 2002. Gráfico I.8 El gas natural en la Unión Europea: potenciales suministradoras al mercado europeo Gráfico I.7 Evolución ratio reservas gas/producción Fuente: British Petroleum. Statistical Review of World Energy. 2001. 19 L L Dada la importancia que tiene el coste de trans- porte en el precio del gas, en el Gráfico I.8. se repre- sentan las regiones que potencialmente son los sumi- nistradores del mercado europeo. Los principales países productores en el año 1999 fueron Rusia (496 Mtep), EE.UU. (490 Mtep) y Cana- dá (144 Mtep). Les siguen otros países con menor pro- ducción, como son Reino Unido, Argelia, Indonesia y Holanda. ¿Cuáles son las reservas de uranio en el mundo? as reservas mundiales de uranio metal son estimadas en el año 1996 en unas 2.500.000 toneladas U con cos- tes inferiores a los 80$/KgU, estando distribuidas muy desigualmente entre los países del globo. El 24% se encuentra en Australia, el 17% en Kazakhstán, el 13% en Canadá y el 9% en Sudáfrica. Europa cuenta solamente con el 1,2% de las reservas totales mundiales. (Ver Tabla I.8) España, con unas 4.600 toneladas con costes infe- riores a los 80$/KgU, es el segundo país europeo en importancia, después de Francia. En cuanto a la producción mundial de concen- trado de uranio, ésta fue de 32.970 t en 1998, siendo Canadá el primer productor mundial, con el 33% del total de la producción. Después se sitúa Australia, con un 15%, Níger con el 11% y Namibia, con el 8%. (Ver Tabla I.9) En España se han producido hasta el año 1999 unos 5.000 t U 3 O 8 , lo que representa aproximadamente el 25% de las necesidades de nuestro parque nuclear. ¿Cuáles son los recursos hidroeléctricos y los de otras energías renovables en el mundo?a energía hidráulica es la energía renovable que más importancia ha tenido hasta ahora en el abastecimiento energético mundial. Su aportación creció a lo largo de los años 60, 70 y 80, llegando a alcanzar el 6,7% del consumo total. En el potencial de la producción hidroeléctri- ca intervienen fundamentalmente dos factores: el cau- dal de los ríos y los desniveles de su orografía. Por tanto, los países que cuentan con largos y caudalo- sos ríos suelen estar entre los principales producto- res mundiales. Este es el caso de Canadá, EE.UU., Bra- sil, China, Rusia y la India, que se encuentran entre los mayores productores mundiales. Además, también influyen otros factores como el grado de desarrollo tecnológico del país, la dimensión de su consumo de electricidad y las disponibilidades de capital. Así, paí- ses de dimensión media como Francia, Noruega, Sue- cia y España, con un nivel de desarrollo muy alto, figu- ran también entre los grandes productores de hidro- electricidad. El Potencial Técnico mundial es del orden de los 14.300 TWh, según un estudio que ha publicado las Naciones Unidas en el año 2000, «Energy and the 20 Reservas de uranio en el mundo por países. Año 1999 (Miles de tU) <80$/KgU <80$/KgU Australia 622,00 Brasil 162,00 Canadá 331,00 España 4,65 Estados Unidos 110,00 Federación Rusa 145,00 Francia 12,46 Kazakhstán 439,22 Mongolia 61,60 Namibia 156,12 Níger 69,96 Sudáfrica 218,30 Uzbequistán 66,21 Otros 134,91 TOTAL 2.534,43 Tabla I.8 Fuente: Foro Nuclear. Evolución de la producción de concentrados de uranio (t) 1994 1995 1996 1997 1998 Australia 2.183 3.712 4.974 5.520 4.885 Canadá 9.694 10.515 11.788 12.029 10.924 España 255 255 255 255 255 Estados Unidos 1.400 2.324 2.420 2.170 1.872 Francia 1.028 980 940 748 508 Kazakhstán 2.240 1.630 1.320 1.000 1.250 Namibia 1.01 2.007 2.452 2.905 2.762 Níger 2.975 2.970 3.160 3.497 3.731 Rusia 2.968 2.250 2.000 2.000 2.000 Sudáfrica 1.690 1.424 1.436 1.100 962 Uzbekistán 2.015 1.800 1.459 1.764 2.000 Otros 2.149 1.625 1.356 1.604 1.821 TOTAL 30.498 31.492 33.560 34.592 32.970 Tabla I.9 Fuente: Uranium Institute. 15 16 C Challenge of Sustainability. UN Development Program World Energy Council. 2000». En la Tabla I.10. adjunta, se recoge por gran- des regiones económicas la estructura de la produc- ción hidroeléctrica del año 1995 en el mundo, que fue de unos 2.500 TWh, lo que representó el 18,9% de la producción eléctrica mundial. Según la metodología actual de la Agencia Internacional de la Energía, que considera a la energía hidroeléctrica como primaria (1 MWh = 0,086 tep), esta producción hidroeléctrica citada representa sólo el 2,6% de la producción de ener- gía primaria mundial. Sin embargo, si se utilizase el «criterio de sustitución» empleado por la AIE hasta hace poco tiempo, que valoraba la hidroelectricidad como energía primaria a través de «coeficiente de eficiencia de una central térmica»; (1 MWh = 0,2233), represen- taría el 6,7% de la energía primaria mundial. Esta es una razón del bajón tan importante que ha sufrido la hidroelectricidad últimamente en los balances ener- géticos internacionales. Respecto al resto de energías renovables, pue- de decirse que los potenciales de algunos de ellos como son la eólica, la geotérmica y la biomasa, son muy gran- des en determinadas regiones del planeta. Sin embar- go, en varios estudios realizados recientemente por varias instituciones mundiales de prestigio (ONU, Bri- tish Petroleum, Agencia Internacional de la Energía) discrepan enormemente las cifras de sus potenciales, por lo que no se ha creído conveniente presentarlas en esta publicación. ¿Hay escasez de energía en el mundo? omo se deduce de las cifras de recursos expuestos en las preguntas anteriores, puede decirse que la huma- nidad cuenta todavía con recursos energéticos relati- vamente abundantes. Sin embargo, este panorama varía si se analiza individualmente cada fuente energética, pues, aunque las reservas de carbón son relativamente abundantes, las de los hidrocarburos lo son bastante menos, sobre todo las de petróleo, que resulta ser des- de hace más de un cuarto de siglo la energía prima- ria más utilizada. Por todo ello pueden hacerse las siguientes valo- raciones, en las que, en general, están de acuerdo la mayoría de los expertos: a) Probablemente, durante los próximos 30-40 años el petróleo continuará jugando un papel básico en las economías, sobre todo de los países en desarrollo, sin que se produzcan previsiblemente graves tensiones en los mer- cados. Con el nivel actual de reservas pro- badas y el mantenimiento del nivel de con- sumo registrado en 1998, la humanidad con- taría con unos 45 años para el agotamiento de este recurso. Si se baja la calificación de reservas probadas a reservas probables, entonces este ratio alcanzaría los 100 años. Es casi seguro que el plazo de agotamiento del petróleo se irá ampliando si nos atene- mos a la evolución de las reservas probadas: en 20 años (1978-1998), el nivel de estas reser- vas ha pasado de unos 654 miles de millo- nes de barriles a casi unos 1.100; es decir, un incremento del 62,4%. Asimismo, conviene notar que las reservas probadas en 1986, eran solamente 30 veces el consumo de ese año. Todo esto quiere decir que el esfuerzo de exploración, de mejo- ra de su tecnología de exploración y la reduc- ción de costes han hecho que no sólo se haya cubierto la demanda desde entonces, sino que han aumentado las reservas. En conclusión, parece que no existen los problemas graves de abastecimiento que se pronosticaban en los años setenta. Es cierto que el nuevo petró- leo se obtendrá en condiciones cada vez más 21 Producción hidroeléctrica mundial por regiones económicas Año 1995 TWh % OCDE Europa 486 19 OCDE América del Norte 648 26 OCDE Pacífico 126 5 Antigua URSS y Europa del Este 290 12 África 56 2 China 191 8 Este Asiático 78 3 América Latina 495 20 Oriente Medio 16 1 Sur Asiático 112 4 TOTAL 2.498 100 Tabla I.10 Fuente: Agencia Internacional de la Energía (AIE). Perspectivas energéticas mundiales. 1998. Nota: La producción hidroeléctrica no incluye la generación de bombeo. 17 difíciles, pero esta industria ha conseguido tales avances en las técnicas de exploración y producción que hoy se explotan pozos sub- marinos con más de 1.000 metros de pro- fundidad de agua, o se trazan oleoductos de más de 4.000 kilómetros para transportar el petróleo producido en nuevas áreas pro- ductoras. En cuanto a la evolución de los precios, hay un dato positivo, y es la enorme reducción de costes de producción, sobre todo debido a la precisión en las técnicas de detección geofísica, que minimizan el gran enemigo de la exploración que es el pozo seco. Sin embargo no existe razón alguna para que la volatilidad, que ha sido la característica de este mercado desde su principio, desaparezca en el futuro. Además, añaden una mayor dificultad a estas predicciones las diferencias de precios que irán apareciendo entre los crudos de alto y bajo contenido de azufre, dadas las exigen- cias, cada vez mayores por razones medio- ambientales. b) El gas natural es la energía con más futuro en los próximos años. En la actualidad el gas natural representa alrededor del 24% de las energías primarias utilizadas en el mundo, con un significativo crecimiento en los últimos años de su cuota de participación. Así, por ejemplo, en los últimos 20 años del siglo XX el consumo de gas natural ha aumentado un 60%, mientras que el petróleo solamente un 10%. Con estas tasas de crecimiento, el con- sumo de gas natural igualaría al del petró- leo en 25 años. El ratio reservas probadas/producción es de unos 60 años para los niveles de produc- ción y consumo del año 1999; es decir, mayor que el petróleo. Se espera que una parte importante del crecimiento en el con- sumo de gas corresponderá a la utilización de esta energía para la producción de elec- tricidad. c) Para la generación de energía eléctrica y usos térmicos, tanto industriales como domésticos, el petróleo será sustituido, a cortoy medio plazo, por el gas en la medida en que los países vayan desarrollando la infraestructu- ra gasista necesaria. Por tanto, este proceso será más rápido en las economías desarro- lladas que en las emergentes. Para la fabricación de productos químicos de gran consumo, en la mayoría de los casos las fracciones ligeras del petróleo pueden ser sus- tituidas con ventaja por el gas natural. Sin embargo, en el sector del transporte, el motor de combustión interna es muy difícil de sustituir a corto plazo de forma eficaz y económica. Consecuentemente, el petróleo deberá seguir atendiendo mayoritariamente a las demandas de consumo derivadas de los transportes terrestre, marítimo y aéreo. Sin embargo, existen numerosos proyectos de investigación que tienen como objetivo la sus- titución del motor de combustión interna. Uno de ellos es el del motor eléctrico que, debi- do a sus ventajas medioambientales, podría cubrir determinadas demandas en el trans- porte urbano (por ejemplo, transporte colec- tivo, de flota, etc.), pero que cuenta con inconvenientes como son la autonomía del vehículo, la carga de las baterías o el desa- rrollo de la infraestructura necesaria para sus recargas. Una línea actual de investigación se orienta hacia los automóviles híbridos que rebajan, en parte, estos inconvenientes. Otro proyecto es el de la sustitución del petró- leo por el hidrógeno, pero también necesi- ta de la innovación tecnológica para su alma- cenamiento y distribución, que permitan su aplicación comercial. Por todo ello puede considerarse que durante los primeros 20 años del siglo XXI el suministro de energía para el transporte va a seguir basado principal- mente en el petróleo. d) Habrá que aprovechar los recursos de car- bón existentes en el mundo, que son relati- vamente abundantes, y en gran parte se hará mediante su transformación en electricidad, a través de las nuevas tecnologías de com- bustión «limpia». e) La energía nuclear seguirá produciendo elec- tricidad en los países desarrollados, tenien- 22 E do la ventaja esta energía de no producir gases de efecto invernadero. Deberá hacer- se un esfuerzo en desarrollar tecnologías nucleares avanzadas que puedan ofrecer cos- tes menores, estimular la confianza pública en la seguridad de las centrales nucleares y demostrar unas prácticas de gestión eficaz de los residuos nucleares. La fusión puede ser, a largo plazo, un vector energético impor- tante. f) Una mayor utilización de las energías reno- vables (fundamentalmente hidráulica, eólica, biomasa, solar y geotérmica) permitirá a medio plazo la satisfacción de una parte sig- nificativa de las necesidades energéticas mun- diales. El freno principal de estas energías son los costes, pero éstos están declinando con rapidez en algunas de ellas, esperándose reducciones del orden del 20% por cada duplicación de su uso. Además, la aleatorie- dad de su producción, la estacionalidad y la falta de madurez de sus canales comerciales son otros factores que retrasan su aprove- chamiento. g) Se proseguirá en los esfuerzos para la utili- zación eficaz de la energía, fundamentalmente por parte de los consumidores finales. Un informe reciente de la ONU, «Energy and Challenge of Sustainability. Undevelopment Program World Energy Council. 2000», con- sidera que puede reducirse de forma renta- ble entre un 25-35% la cantidad de energía empleada en los países industrializados y más aún en los emergentes. Para ello, es preciso eliminar algunas imperfecciones del merca- do: falta de información y preparación téc- nica; incertidumbre empresarial sobre inver- siones en tecnologías de alta eficiencia; fal- ta de incentivos suficientes; internalizar los costes medioambientales; etc. En definitiva, nuestro planeta cuenta todavía con recursos energéticos suficientes para continuar abas- teciendo los consumos energéticos demandados, pero deben tomarse iniciativas por parte de los gobiernos en las áreas que permitan conseguir una mayor efi- ciencia, una mayor innovación tecnológica y un desa- rrollo de las energías renovables. ¿Cúal es el consumo de energía primaria en España? spaña es un país desarrollado, por lo que tiene un con- sumo de energía per cápita relativamente elevado. Aun- que estamos por debajo de los países más industria- lizados del mundo (EE.UU., Japón, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), nuestro indicador supe- ra a los de la mayoría del resto de países. La evolución del consumo de energía primaria en España ha seguido, en general, la pauta de los paí- ses europeos de nuestro entorno. Tuvo incrementos fuertes antes de la crisis de los setenta, para después ralentizarse su aumento en los años ochenta. Asimis- mo, ha tenido una clara trayectoria ascendente duran- te la segunda mitad de los años noventa, como con- secuencia del crecimiento económico registrado en nuestro país. (Ver Tabla I.11 y Gráfico I.9) Puede verse en esta Tabla que, en el sistema energético español, el papel del petróleo es funda- mental, pues representa más de la mitad del consumo total, algo que viene sucediendo desde hace más de 30 años. Teniendo en cuenta que la producción nacio- nal de crudo es muy escasa, aquí está una de las cau- sas del déficit energético de España. El carbón es, por- centualmente, la segunda energía primaria consumida en nuestro sistema, aunque la oferta nacional es limi- tada y de baja calidad. Además, su continuo declive en los últimos años presagia una menor utilización de 23 Gráfico I.9 Evolución del consumo de energía primaria (ktep) 18 Fuente: Foro Nuclear 2000. E esta energía en el futuro. La energía nuclear figura en tercer lugar, pero con tendencia a disminuir su parti- cipación en el total, al abandonarse esta opción ener- gética a principios de los 80 y no preverse en un futu- ro inmediato la incorporación de nuevos reactores a nuestro parque nuclear. La hidroelectricidad de carác- ter autóctono, que en los años 60 llegó a satisfacer más del 20% de nuestras necesidades energéticas, está que- dando relegada a un papel más secundario. El gas, aunque ocupa actualmente el cuarto lugar entre las energías primarias que abastecen nuestro con- sumo, tiene clara tendencia a incrementar su actual par- ticipación, que es del 11,7% en 1999. Finalmente, en los balances energéticos de los últimos años aparecen varias energías renovables, pero su aportación es toda- vía pequeña, si exceptuamos la energía eólica, que ha tenido un importante desarrollo en los últimos años. ¿Cuál es la producción de energía primaria en España? spaña es un país con reservas energéticas muy limi- tadas. Solamente las reservas de carbón y el alto apro- vechamiento del potencial hidroeléctrico existente, per- 24 Evolución del consumo de energía primaria en España (1973-2001) (Ktep) Carbón (1) Petróleo Gas Natural Hidráulica (2) Nuclear Saldo (3) TOTAL Años Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) Ktep (%) 1973 9.875 18,2 39.445 72,9 794 1,5 2.489 4,6 1.705 3,1 –173 –0,3 54.145 100 1974 9.169 16,2 42.095 74,5 852 1,5 2.635 4,7 1.882 3,3 –98 –0,2 56.535 100 1975 10.332 17,9 42.230 73,2 941 1,6 2.244 3,9 1.966 3,4 –53 –0,1 57.660 100 1976 9.584 15,5 47.353 76,7 1.092 1,8 1.808 2,9 1969 3,2 –67 –0,1 61.739 100 1977 10.227 16,5 45.714 73,5 1.184 1,9 3.413 5,5 1.700 2,7 –81 –0,1 62.158 100 1978 10.229 15,9 47.389 73,8 1.269 2,0 3.468 5,4 1.993 3,1 –132 –0,2 64.216 100 1979 10.648 16,0 49.134 73,6 1.327 2,0 3.994 6,0 1.746 2,6 –128 –0,2 66.721 100 1980 13.337 19,4 50.070 72,8 1.567 2,3 2.544 3,7 1.351 2,0 –119 –0,2 68.750 100 1981 15.178 22,4 46.439 68,7 1.765 2,6 1.894 2,8 2.494 3,7 –125 –0,2 67.644 100 1982 17.253 25,4 44.395 65,5 1.890 2,8 2.265 3,3 2.285 3,4 –260 –0,4 67.487 100 1983 17.636 26,1 42.545 63,0 2.202 3,3 2.335 3,5 2.778 4,1 –9 0,0 67.487 100 1984 18.057 25,9 40.907 58,6 1.877 2,7 2.718 3,9 6.016 8,6 199 0,3 69.774 100 1985 19.121 27,0 39.538 55,9 2.195 3,1 2.701 3,8 7.208 10,3 –92 –0,1 70.771 100 1986 18.695 25,4 40.676 55,2 2.336 3,2 2.282 3,1 9.761 13,3 –108 –0,1 73.642 100 1987 18.00323,6 42.520 55,8 2.648 3,5 2.358 3,1 10.755 14,1 –132 0,2 76.152 100 1988 15.248 19,3 44.282 56,0 3.440 4,4 3.035 3,8 13.151 16,6 –115 –0,1 79.041 100 1989 19.173 22,3 46.025 53,6 4.505 5,2 1.640 1,9 14.625 17,0 –157 –0,2 85.811 100 1990 18.974 21,6 47.741 54,2 5.000 5,7 2.205 2,5 14.138 16,1 –36 0,0 88.022 100 1991 18.992 21,0 49.367 54,5 5.511 6,1 2.349 2,6 14.484 16,0 –58 –0,1 90.645 100 1992 19.277 21,2 50.464 55,6 5.851 6,4 1.724 1,9 14.537 16,0 55 0,1 91.908 100 1993 18.418 20,3 49.709 54,7 5.829 6,4 2.155 2,4 14.609 16,1 109 0,1 90.828 100 1994 18.056 19,3 51.894 55,5 6.479 6,9 2.425 2,6 14.415 15,4 160 0,2 93.427 100 1995 18.721 19,2 54.610 55,9 7.504 7,7 1.999 2,0 14.449 14,8 386 0,4 97.669 100 1996 15.857 16,2 55.433 56,6 8.401 8,6 3.520 3,6 14.680 15,0 91 0,1 97.982 100 1997 18.010 17,4 57.396 55,3 11.057 10,7 3.116 3,0 14.411 13,9 –264 –0,3 103.725 100 1998 18.300 16,5 61.670 55,7 11.816 10,7 3.219 2,9 15.376 13,9 293 0,3 110.674 100 1999 20.976 18,1 63.041 54,4 13.535 11,7 2.482 2,1 15.337 13,2 492 0,4 115.864 100 2000 22.137 18,2 64.663 53,2 15.223 12,5 2.941 2,4 16.211 13,3 382 0,3 121.556 100 2001 20.098 16,2 66.719 53,7 16.405 13,2 4.127 3,3 16.602 13,4 297 0,2 124.250 100 Tabla I.11 Fuente: Coyuntura Energética del Ministerio de Economía. Dirección General de Política Energética y Minas. (1) Incluye R.S.U. y otros combustibles sólidos consumidos en generación eléctrica. (2) Incluye energía eólica. (3) Saldo de intercambios internacionales de energía eléctrica (Importación-Exportación). Metodología: Agencia Internacional de la Energía (AIE). 19 E mite alcanzar unos niveles de producción de cierta importancia. También la energía nuclear, considerán- dola 100% nacional, juega un importante papel en la producción de energía primaria de nuestro país, alcan- zando más del 50% de nuestra producción en los últi- mos ocho años, tal y como puede verse en la Tabla 1.12 adjunta y en el Gráfico I.10. También puede verse en esta Tabla la baja con- tribución de los hidrocarburos en nuestra producción nacional, dadas las escasas reservas que este tipo de energía tiene en España. Así, en el periodo 1983-2000, su aportación (petróleo + gas natural) ha ido descen- diendo desde el 11,2% al 1,3% en el año 2000. ¿Cuál es la dependencia energética de España? spaña es un país con limitados recursos energéticos, por lo que nuestro sistema energético se ha caracteri- zado siempre por tener una dependencia exterior ele- vada y que ha ido aumentando en los últimos años del siglo XX. Así, las importaciones de energía han pasado de representar el 61% en el año 1985 al 76% en 1999. Una forma de cuantificar esta dependencia es a través de un indicador que mide la relación por- centual entre la producción nacional de una energía determinada y el consumo de la misma. En la Tabla I.13 que se adjunta, puede verse la evolución para España de este indicador, durante el periodo 1994-1999. Esta dependencia exterior supone, por ejemplo, que España debe importar anualmente más de 60 millones de toneladas de petróleo, lo cual representa el pago de una importante factura energé- tica, que en los años de la crisis energética resultaba una carga excesiva para nuestra economía. En el perio- do 1985-1998, la caída y estabilización de los precios de los crudos, junto a cierta apreciación de la peseta con respecto al dólar (medio de pago corrientemente utilizado en los pagos internacionales) y al impacto de 25 Evolución de la producción de energía primaria en España (1983-2000) Clases de energía Unid. 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Carbón Mtec 20,9 20,8 16,3 17,0 14,9 14,9 13,9 13,7 13,8 13,0 12,3 11,9 (%) (53,3) (45,3) (39,3) (38,7) (35,3) (36,4) (35,6) (33,5) (34,9) (32,2) (32,2) (30,4) Petróleo Mtec 4,3 3,1 2,3 1,6 1,5 1,2 0,9 0,7 0,5 0,8 0,4 0,3 (%) (10,9) (6,8) (5,6) (3,5) (3,6) (3,0) (2,4) (1,8) (1,3) (1,9) (1,1) (0,8) Gas natural Mtec 0,1 0,5 0,9 2,0 1,8 0,9 0,8 0,6 0,2 0,1 0,2 0,2 (%) (0,3) (1,0) (2,3) (4,7) (4,2) (2,1) (2,0) (1,4) (0,6) (0,3) (0,5) (0,5) Energía hidráulica* Mtec 10,0 11,2 9,0 2,3 3,4 3,1 2,8 5,0 4,4 4,4 3,2 3,6 (%) (25,5) (24,5) (21,7) (5,4) (7,9) (7,5) (7,2) (12,1) (11,1) (11,0) (8,4) (9,2) Energía nuclear Mtec 3,9 10,3 12,9 20,9 20,7 20,9 20,6 21,0 20,6 22,0 21,9 23,1 (%) (10,0) (22,4) (31,1) (47,7) (49,0) (50,9) (52,8) (51,1) (52,2) (54,5) (57,7) (59,1) TOTAL Mtec 39,1 45,9 41,6 43,8 42,3 41,0 39,1 41,0 39,5 40,3 38,0 39,1 (%) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) (100) Tabla I.12 Fuente: Ministerio de Economía. (*) Incluye las otras energías renovables. Gráfico I.10 Producción nacional de energía primaria 20 Fuente: Foro Nuclear 2000. R E las medidas de ahorro energético adoptadas, provo- caron una importante reducción del valor relativo de la factura del petróleo. Al final de la década de los 90, como conse- cuencia de los aumentos de la demanda del crudo, no seguida por incrementos paralelos de la oferta por par- te de los países de la OPEP, junto con la depreciación del euro con relación al dólar estadounidense, están provocando nuevamente aumentos considerables en el valor de compra de los crudos. Esto demuestra la gran volatilidad que el mercado del petróleo tiene en los mercados internacionales. Otro tanto puede decir- se del gas natural, con un mercado internacional toda- vía inmaduro y que sigue la tendencia marcada por el precio del crudo. ¿Cómo es la dependencia energética en España con relación a los países de la Unión Europea? spaña, tal y como se observa en la Tabla I.14, tiene una dependencia exterior muy por encima de lo que representa la media comunitaria. Así, mientras que en la Unión Europea esta dependencia se cifraba, en 1988, en un 44%, en España se situaba alrededor del 66%, esto es, 22 puntos por encima de la situación media de la UE. En 1999 la UE alcanzaba el 49% de depen- dencia energética externa y España se situaba en un 80%, esto es, 31 puntos por encima de la UE; esto sig- nifica, además, que el diferencial de dependencia exte- rior va aumentando entre España y la UE, puesto que para el mismo periodo (1988 a 1999), la UE aumentó su dependencia externa en tan sólo cinco puntos y España lo hizo en unos 14, es decir, más del doble. ¿Cuáles son las reservas de carbón en España? ecordemos que el concepto de «reservas probadas» engloba el tonelaje que ha sido medido cuidadosamente y que se estima que es explotable en las condiciones económicas actuales, utilizando la tecnología disponi- ble hoy día. Pues bien, de acuerdo con datos del Con- sejo Mundial de la Energía, las reservas recuperables probadas de carbón existentes en España ascendían en 1998 a unos 1.450 millones de toneladas, reparti- das de la siguiente manera: 850 millones de toneladas de hulla y antracita, 400 millones de toneladas de hulla subbituminosa y 200 millones de toneladas de lignito pardo. Galicia, Aragón, Asturias y Castilla y León son las comunidades españolas que concentran los volú- menes más significativos de estas reservas. A esta cifra de reservas cabría añadir las llama- das «reservas adicionales», que incluyen las cantidades de mineral que pueden existir tanto en extensiones aún no exploradas de yacimientos conocidos, como aque- 26 Evolución del grado de autoabastecimiento de energía primaria en España (%) 1994 1995 1996 1997 1998 1999 Carbón 55,2 52,6 61,7 54,7 51,4 42,2 Petróleo 1,6 1,2 0,9 0,6 0,9 0,5 Nuclear 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Gas 11,6 7,2 4,9 1,4 0,8 0,9 Hidráulica 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Resto renovables 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 TOTAL Ponderado 30,5 28,2 29,6 26,9 25,9 23,6 Tabla I.13 Fuente: Foro de la Industria Nuclear. Evolución del nivel de dependencia energética en los países de la UE (%) 1988 1990 1994 1995 1996 1999 Austria 62,4 67,2 64,5 65,1 69,5 66,1 Bélgica 72,2 75,7 79,2 80,4 80,3 83,3 Dinamarca 56,7 47,4 28,7 35,7 24,4 –1,6 Finlandia 55,1 62,1 65,7 52,7 55,0 52,6 Francia 52,1 54,0 48,2 48,7 49,5 51,5 Alemania 44,8 46,3 57,4 57,359,0 60,5 Grecia 61,3 62,1 58,7 65,8 66,0 72,7 Irlanda 65,6 69,4 64,0 68,3 70,5 85,2 Italia 80,1 83,8 80,4 81,6 81,6 84,7 Luxemburgo 97,8 99,0 98,7 97,7 99,3 97,4 Holanda 26,9 22,3 21,0 19,3 16,0 35,1 Portugal 76,5 85,3 81,6 86,6 79,6 95,3 España 61,8 64,4 69,5 71,8 70,4 76,4 Suecia 36,9 37,4 39,3 37,5 40,1 33,4 Reino Unido –9,6 3,4 –13,1 –16,2 –13,7 –21,3 Unión Europea 43,7 47,7 46,3 46,5 46,7 48,9 Tabla I.14 Fuente: Energy Balances of OECD Countries. (IEA Statistics. Ed. 2001) 21 22 N A L llos que aún no han sido descubiertos en áreas que, desde el punto de vista geológico, se sabe que con- tienen carbón. El Consejo Mundial de la Energía eva- lúa estas reservas adicionales recuperables en unas tres veces la cifra anterior de reservas probadas. Al ritmo de producción de los años noventa, los recursos de carbón nacionales serían suficientes para garantizar el abastecimiento nacional durante cerca de 50 años, si se considera únicamente las reservas pro- badas; subirían a unos 150 años añadiendo la cifra de reservas adicionales recuperables. En consecuencia, España tiene bastantes recur- sos de carbón, sobre todo si los comparamos con los de otras fuentes energéticas. Ahora bien, conviene seña- lar que, en general, nuestro carbón es de mala cali- dad y su extracción es muy costosa. Por un lado exis- ten problemas geológicos, como son la escasa poten- cia en general de los yacimientos y el excesivo buzamiento y falta de continuidad de las capas. Por otro, hay una cierta atomización de las explotaciones mineras. Esto hace que la mayoría de nuestra pro- ducción nacional de carbón, aproximadamente el 95%, se utilice para la generación de electricidad. ¿Cuáles son las reservas de petróleo en España? as reservas españolas de petróleo son casi insignifi- cantes. De acuerdo con datos del Consejo Mundial de la Energía, las reservas probadas en 1998 representa- ban solamente el 0,002 del total mundial. Hasta el des- cubrimiento del campo de Ayoluengo, en 1964, no se había conseguido ningún resultado positivo en las pros- pecciones efectuadas en nuestro país. La pésima cali- dad del crudo de este yacimiento, impidió incluso su uso en las refinerías nacionales. En la década de los sesenta el descubrimiento y explotación de los cam- pos off shore de Amposta, Casablanca y Dorada (fren- te a Tarragona) permitió que la producción nacional sobrepasase el millón de toneladas anuales. En la actualidad están prácticamente agotadas las reservas de todos los campos en explotación –excep- to Casablanca, Ayobuey y algún otro de menor impor- tancia– por lo que de no descubrirse ningún nuevo yacimiento la producción nacional de petróleo será prácticamente insignificante. (Véase pregunta n.o 19). Por consiguiente, España es un país muy pobre en recursos de petróleo, siendo su producción muy pequeña para cubrir nuestras necesidades internas. Así, en 1999, España hubo de importar aproximadamente el 99% del petróleo necesario para el consumo, es decir, se compraron unas 60 millones de toneladas de petró- leo crudo. ¿Cuáles son las reservas de gas natural en España? unque la crisis energética impulsó la creación de un marco favorable en España para la prospección de hidrocarburos, la realidad es que tampoco la produc- ción española de gas natural es muy significativa. Has- ta 1984, se limitaba prácticamente a la explotación de un pequeño yacimiento en la provincia de Álava. Desde mediados de los 80, otros yacimientos comenzaron a ser explotados, como el del Golfo de Cádiz, el de Serrablo y el de Gaviota, frente a la cos- ta vizcaína de Bermeo. La producción llegó a alcan- zar en el año 1990, 1,3 millones de toneladas equiva- lentes de petróleo. Sin embargo, esta producción se ha ido reduciendo, pues además de utilizar el campo de Serrablo como depósito reserva, las nuevas explo- taciones no han podido compensar la disminución de producción de los yacimientos indicados. ¿Cuáles son las reservas de uranio en España? uestro país cuenta, de acuerdo con las estimaciones más recientes, con unas reservas de uranio de unas 4.600 toneladas de U 3 O 8 a costes de explotación infe- riores a los 80 $/kg. U y de unas 12.000 toneladas a costes comprendidos entre 80 y 130 $/kg. U. Hasta principios del año 2000, en España se han producido en las minas de Ciudad Rodrigo (Salaman- ca) y de Don Benito (Badajoz), un total de más de 5.000 t U 3 O 8 , lo que ha supuesto el 25% de las necesidades totales de concentrados del parque nuclear español. Las centrales nucleares actualmente en explo- tación tienen unas necesidades medias anuales de 1.500 toneladas de uranio natural. Estas necesidades se 27 23 24 25 E D cubren, actualmente, en un 17% con el uranio de pro- ducción nacional y en un 13% con la participación de ENUSA en una mina de Níger. El resto se obtiene de los principales productores mundiales de uranio: Came- co (Canadá), ERA (Australia), Nufcor (Sudáfrica) y de varios países de la antigua Unión Soviética, entre otros. ¿Cuáles son los recursos hidroeléctricos en España? l Potencial Teórico hidroeléctrico de un área geográ- fica, se calcula en base a la escorrentía natural de la lluvia anual, traducida en energía potencial a través de los desniveles topográficos. Evidentemente, se trata de un valor teórico que poco tiene que ver con la reali- dad de su posible utilización. Este Potencial Teórico, también denominado Potencial Teórico Bruto, está evaluado para la España peninsular en unos 150.000 GWh anuales, que los usos consuntivos del agua (riegos, abastecimientos, indus- trias, etc.) reducen a unos 130.000 GWh. Además, la limitación que impone la imposibi- lidad de inundar ciudades, vegas, vías de comunica- ción importantes, etc., así como las escorrentías topo- gráficamente dispersas o aquellos cauces sin caudal per- manente o cauces inestables, entre otros factores, disminuyen sensiblemente la parte utilizable de dicho potencial. Teniendo en cuenta estas consideraciones se lle- ga a otro valor, que se conoce con el nombre de Poten- cial Técnico y que indica de forma más precisa la capa- cidad de producción hidráulica que técnicamente sería posible desarrollar, independientemente de la conve- niencia o no de hacerlo y del resultado económico de dicha acción. Este Potencial Técnico ha sido evalua- do por varias instituciones en España, estimándose en unos 65.600 GWh/año. Aproximadamente 13.000 GWh corresponden a centrales hidroeléctricas de potencia inferior a 10 MW. Por otra parte, la energía producible media anual del parque hidroeléctrico español era en la década de los noventa de aproximadamente 32.000 GWh, cifra que ha ido reduciéndose en los últimos años. Esta dis- minución se debe al descenso de precipitaciones y, fun- damentalmente, a las mayores detracciones para los usos consuntivos. Se considera que los regadíos dis- minuyen el producible hidroeléctrico del orden del 0,36% anual. España dispone de un parque hidroeléctrico de unas 1.300 centrales, uno de los mayores del mundo, de las cuales las 22 con potencia de más de 200 MW suponen el 52% de la potencia instalada. La potencia total hidroeléctrica instalada en Espa- ña en el año 2000 es de 17.963 MW, frente a 26.682 MW térmicos convencionales y 7.749 MW térmicos nucleares. La producción media de energía hidroe- léctrica en España en la última década ha sido de 30.850 GWh y en el año 2001, la producción de energía hidro- eléctrica fue de 44.010 GWh, el 18,5% del total. Teniendo en cuenta las cifras anteriores, puede decirse de forma objetiva que España ha conseguido un elevado aprovechamiento de sus recursos hidráu- licos para la generación de electricidad, hasta el pun- to de que su potencia hidroeléctrica en servicio se encuentra entre las más altas de la UE y del resto de países desarrollados. Y ello, a pesar de contar con con- diciones climáticas y orológicas más desfavorables que buena parte de estas naciones. ¿Cuáles son los recursos de energías renovables en España? e acuerdo con el Plan de Fomento de Energías Reno-vables (PFER), diciembre 1999, los recursos adiciona- les, es decir, la capacidad anual de producción de ener- gía en España –por cada área renovable– que actual- mente no está aprovechada y que es potencialmente desarrollable, es importante. Este potencial variará con el tiempo, fundamentalmente en función de la evolu- ción de los costes del desarrollo tecnológico y de la aparición de nuevos equipos en los diferentes tipos de energías renovables. Hay además otra clase de fac- tores que limitan este aprovechamiento, como son la concesión de licencias por parte de los ayuntamien- tos, el desarrollo de la infraestructura eléctrica, etc., que limitan el nivel de aprovechamiento del potencial dis- ponible. En la Tabla I.15 adjunta se recogen para cada una de las áreas renovables (con excepción de la hidráulica) los potenciales adicionales al potencial ya desarrollado a finales del año 1998. Naturalmente estos 28 26 27 valores son algunas veces muy difíciles de evaluar, por lo que podrían variar estos valores a medida que vaya desarrollándose el plan propuesto en el PFER para el periodo 1998-2010. A continuación se recogen algunas particulari- dades de los potenciales de estos tipos de energías reno- vables: 1) Energía eólica: El potencial eólico técnicamente aprovechable es muy sensible al desarrollo tecnológico de los aero- generadores, ya que este desarrollo permite aprove- char mayores rangos de velocidad de viento, y por tan- to, los potenciales aumentan progresivamente. Basándose en estudios recientes elaborados para el IDAE, el PFER estima un potencial eólico en Espa- ña del orden de unos 15.100 MW. Descontando los 834 MW instalados ya a finales de 1998, se deduce una capa- cidad adicional de 14.266 MW, lo que supone un poten- cial energético explotable de unos 34.200 GWh/año. 2) Energía solar: a) Energía solar térmica. La situación de Espa- ña en 1999, con un ratio de 8,12 m2 de colec- tores por cada 1.000 habitantes, es baja com- parándola con países que tienen unas radia- ciones solares marcadamente inferiores. A través de un análisis sobre los consumos domésticos en los distintos tipos de vivien- da, y teniendo en cuenta la radiación solar media en cada área geográfica, el PFER eva- lúa que pueden instalarse en España unos 27,00 millones de m2 de colectores. Esto supone un potencial de energía solar térmi- ca desarrollable de unos 2 millones de tep/año. b) Energía solar fotovoltaica. España tenía en 1999 una capacidad alta en instalaciones ais- ladas domésticas, sólo superado en Europa por Finlandia y Suecia. Por el contrario, en instalaciones centralizadas existe un diferen- cial significativo respecto a algunos países como Italia, con un grado de implantación superior y con características de clima muy parecidas a las nuestras. El PFER supone que el potencial desarrolla- ble de este tipo de energía en instalaciones aisladas, podría cubrir el 50% de las vivien- das sin suministro eléctrico (360.000 de segun- das viviendas y 39.000 de viviendas princi- pales en 1999), con instalaciones de 1 KWp en cada una, lo que supondría unos 200 MWp. Además, para otras instalaciones aisladas, como paneles, farolas, bombeo, etc., supo- ne que el potencial sería del orden de los 100 MWp. Por consiguiente, en instalaciones aisladas el PFER fija el potencial desarrolla- ble en unos 300 KWp. Respecto a las instalaciones conectadas a red, no existen límites claros que determinen un potencial máximo a instalar. Esto es debido a que estas instalaciones pueden realizarse tanto en viviendas unifamiliares o colectivas, como en instalaciones industriales o centra- les eléctricas. En este sentido, existe un obje- tivo genérico de aumento de la energía eléc- trica vertida en la red en el Real Decreto de autoproducción, que incluye un apoyo importante a este tipo de instalaciones conec- tadas a la red, con unas primas unas 60 pese- tas por kWh. Según el PFER, el valor de potencial fijado es de unos 2.000 MWp. 3) Biomasa: a) Cultivos energéticos. El PFER valora el poten- cial de este tipo de energías en unos 5,7 Mtep/año, evaluando que se aprovecha el 10% de la superficie disponible, tanto por el cultivo de cardo en secano, como por el de tipo leñoso, eucaliptos, en zonas de regadío. 29 Potencial Adicional (s/nivel 1998) de Recursos de Energías Renovables en España Energías Renovables Estimación del Recurso Eólica 34.200 GWh/año Solar Térmica 2 Mtep/año Solar Fotovoltaica 300 MWp Instalaciones aisladas 2.000 MWp Conectados a red Biomasa 16 Mtep/año Biogás 0,55 Mtep/año Biocarburantes 0,64 Mtep/año R.S.U. 1,2 Mtep/año Tabla I.15 Fuente: Plan de Fomento de Energías Renovables. IDAE. Diciembre 1999. E Se utilizaría para aprovechamiento térmico una parte, y para la producción de electrici- dad el resto. b) Biomasa residual. El PFER valora en unos 10,4 Mtep/año el potencial desarrollable de este tipo de energía. Está basado en un estu- dio sobre las siguientes clases de residuos: – Residuos agrícolas de cultivos herbáceos, principalmente la paja de cereal (trigo, cebada, avena, centeno y maíz), así como los residuos que se dejan en el terreno tras la recolección del girasol, de la colza y del algodón. – Residuos agrícolas de cultivos leñosos, el olivar, el viñedo o las especies frutales, así como otros residuos de poda. – Residuos forestales procedentes de las cor- tas y aprovechamientos de las masas fores- tales. – Residuos de las industrias forestales, es decir, industrias de aserrado, de chapa y tableros y de fabricación de pasta, así como de las industrias de segunda transforma- ción. – Residuos de las industrias agroalimentarias, entre las que destacan las almazaras, fun- damentalmente en Andalucía. 4) Biogás: Los residuos biodegradables, tales como los pro- cedentes de residuos ganaderos de explotaciones inten- sivas, de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, de la digestión anaerobia de los lodos de las E.D.A.R. y del tratamiento anaerobio de los residuos procedentes de instalaciones industriales, el PFER esti- ma un potencial total de unos 0,55 Mtep/año. 5) Biocarburantes: Son biocarburantes obtenidos a partir de culti- vos con alta riqueza grasa, como son el girasol y la colza, y los basados en la producción de cereales (tri- go blando, cebada, maíz) y remolacha. El PFER ha esti- mado un potencial de 0,64 Mtep/año para este tipo de energía. 6) Residuos Sólidos Urbanos: En España se produjeron unos 15,3 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos en el año 1996, con una media de 1,06 kg/hab/día, siendo las comu- nidades autónomas de Cataluña, Andalucía, Madrid, Valencia y Castilla y León las que más cantidad producen. El PFER estima un potencial total, para aprovechamiento eléctrico, de aproximadamente 1,2 Mtep/año. ¿Cuál es la previsión del consumo de energía primaria en España hasta el año 2011? l consumo energético español viene aumentando más rápidamente que el PIB, aunque tenemos todavía uno de los menores consumos energéticos per cápita, com- parado con los de los países de la Unión Europea, si bien este consumo ha aumentado al compás de la pros- peridad económica de los últimos años. Como ya se ha visto en preguntas anteriores, tenemos en España pocas reservas energéticas explo- tables porque carecemos prácticamente de hidrocar- buros; nuestro carbón es, si no escaso, de baja cali- dad y el potencial hidroeléctrico económicamente explotable está ya prácticamente desarrollado, sobre todo en lo que a grandes instalaciones se refiere. Por tanto, la seguridad de nuestro suministro pasa por la diversidad de las fuentes de energía primaria y el apro- visionamiento de energías procedentes de distintas regiones geográficas. En octubre de 2002, el Gobierno ha aprobado un documento de Planificación de los sectores de elec- tricidad y gas. Desarrollo de las redes de transporte 2002- 2011, en donde se recogen las previsiones del con- sumo de energía primaria para este periodo, así como las fuentes energéticas que suministrarán dicho con- sumo. Estas previsiones
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