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Análisis Económico
ISSN: 0185-3937
analeco@correo.azc.uam.mx
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Azcapotzalco
México
Merchand Rojas, Marco Antonio
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción internacionalizados de México
Análisis Económico, vol. XXI, núm. 47, segundo cuatrimestre, 2006, pp. 179-207
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco
Distrito Federal, México
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El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 179
Marco Antonio Merchand Rojas**
El comercio exterior manufacturero
y los procesos de producción
internacionalizados de México*
Resumen
Se analiza cómo la política industrial en México se fundamenta en el pensamiento neoliberal,
al visualizar la intervención del gobierno como un simple facilitador del entorno en donde
se desempeñan las empresas. Esto ha tenido efectos hacia el fortalecimiento acumulativo de
espacios nacionales preferidos por las empresas transnacionales, pero éstas no podrían im-
plementar sus modalidades de cooperación intrafirma, si no se instrumenta una macroeco-
nomía emergente de rápida apertura y desregulación legislativa para atraer capital foráneo
que dé continuidad a la producción internacional de redes típicas de configuraciones regio-
nales globalizadas.
Palabras clave: manufacturas, política industrial, comercio exterior intrafirma y localiza-
ciones industriales.
Clasificación JEL: A00, F14, F43, L1.
Análisis Económico
Núm. 47, vol. XXI
Segundo cuatrimestre de 2006
(Recibido: mayo/05–aprobado: septiembre/05)
* De acuerdo a INEGI se clasifica la industria manufacturera en nueve divisiones: Alimentos, bebidas y tabaco;
Textiles y vestido; Madera y sus productos; Papel, imprentas y editoriales; Químicos derivados del petróleo
caucho y plástico; Minerales no metálicos; Industria metálicas básicas; Productos metálicos maquinaria y equi-
po y otra industria manufacturera. En este trabajo sólo se analizará los subsectores que integran la industria
automotriz, electrónica y de arneses. Se entiende por procesos de producción internacionalizado aquellos en los
que sólo una parte, relativamente reducida del mismo, es realizada en México, sobre la base de insumos impor-
tados y cuyo destino de consumo es principalmente la exportación.
** Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la Universidad de Colima (merchand@vcol.mx).
180 Merchand
Introducción
El propósito básico de este artículo, consiste en explicar que la instrumentación de
la política industrial en México, ha configurado una industria manufacturera sus-
tentada en ciertos espacios productivos que desarrollan una base exportadora de
productos industrializados. Sin embargo, dicho patrón de localización industrial,
se desenvuelve sólo en algunos estados de la República, que cuentan con condicio-
nes económicas o geográficas que puedan dar viabilidad al proyecto productivo
basado en inversiones extranjeras. Estos espacios productivos, que se especializan
en determinados subsectores manufactureros, obedecen a estrategias de aprovisio-
namiento mundial llevadas a cabo por empresas transnacionales.
En el transcurso del trabajo, se analizará como la economía mexicana es
un caso peri-central, dada su alta dependencia e intercambio comercial con Esta-
dos Unidos. Este concepto peri-central, tiene que ver con una relocalización geo-
gráfica de procesos productivos fragmentados provenientes de una dislocación
económica de las transnacionales para aprovechar las diferencias que derivan de
las ventajas comparativas salariales, o de la edificación de ventajas competitivas en
el ámbito regional con la que cada país o estado cuenta.
La hipótesis que fundamenta los siguientes párrafos, consiste en analizar
hasta qué grado la política industrial aplicada con una tendencia exportadora, ha tenido
consecuencias para configurar un nuevo orden territorial, sustentado en una especiali-
zación manufacturera consistente en procesos de producción internacionalizados, y en
el cual, las inversiones de los capitales transnacionales son los encargados de acelerar la
especialización sectorial (productos exportables) esparcidos en la geografía nacional.
La explicación general, consistirá en analizar cómo la política industrial
es garante de las condiciones macroeconómicas que permite desarrollar esquemas
de producción regionales-globales: automotriz, autopartes, electrodomésticos y
electrónica (computadoras, impresoras, etcétera).
La secuencia del documento, está estructurada de la siguiente forma: en
primera instancia se desarrolla el planteamiento del objeto de estudio; posterior-
mente se expone la aplicabilidad de algunos conceptos sobre política industrial y
su vinculación con el comercio exterior; al final se presentan los procesos de pro-
ducción internacionalizados y sus mercados de exportación.
1. Planteamiento del objeto de estudio
El eje articulador del presente artículo, consiste en demostrar cómo el modelo
exportador manufacturero que pone en práctica el Estado mexicano a mediados de
los ochenta, se expresa territorialmente en determinadas zonas de producción regio-
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 181
nales-globales, siendo éstas, las que desarrollan una orientación exportadora con una
definida especialización manufacturera de procesos de producción internacionalizados.
Estos procesos, localizados en algunos estados de la República trabajan
sobre la base de insumos importados; donde el destino del producto, es fundamen-
talmente el mercado externo, sobre todo hacia los EUA.
La justificante de este documento, consiste en analizar cómo el comercio
exterior manufacturero cobra fuerza, debido a las sinergias territoriales que dan
albergue a estos procesos productivos regionales-globales y que representan los
espacios locales-globales que reproducen el capital productivo, comercial y finan-
ciero del mercado mundial.
El Esquema 1, muestra los efectos retroalimentadores entre el comercio
exterior manufacturero y los procesos de producción regionales globales. El éxito
del comercio externo manufacturero está fincado en los espacios (localizaciones
productivas) donde las empresas hacen posible las conquistas de su competitividad
externa, pero también estos espacios (zonas de producción regionales-globales)
cifran su desarrollo en que los productos procesados en estas localidades, sean en
su mayoría comercializados en el mercado internacional.
Esquema 1
Efectos retroamimentadores entre el comercio exterior manufacturero y los
procesos de producción regionales globales
(automotriz, autopartes y electrónico)
Comercio exterior manufacturero
Las manufacturas para ser
vendibles en el mercado, deben
cumplir con las características que
exige el cliente (justo a tiempo,
respuesta rápida
y eficiente).
Las tendencias globales en las economías
transfieren a través de los factores,
regionales y locales (las distintas) partes
de un producto éstas se fabrican en un país y
ensamblan y comercializan en otros.
Las transnacionales deben cumplir con
el ideal de entregar el producto apropiado, en
el lugar correcto, en tiempo preciso y al
menor costo, aun en las más
complejas cadenas de suministro.
Las economías de alcance se enganchan a las cadenas de
producción global y hace que sus operaciones dependan
exclusivamentede los requerimientos de la empresa global.
Sistemas productivos locales
(procesos de producción
internacionalizados).
El Estado debe crear una
atmósfera a favor de los
agrupamientos industriales/
sectoriales de alta
competitividad
internacional.
Se crea una sinergia interna
para cumplir con los
parámetros fijados por las
empresas
globales.
182 Merchand
2. La aplicabilidad de algunos conceptos sobre política industrial
y su vinculación con el comercio exterior1
Se procederá a explicar, primero, el complejo concepto de política industrial, para
después ver cómo tal política, ha configurado un comercio exterior fundamentado
en el sector manufacturero orientado sobre todo al mercado estadounidense.
Sin embargo, más allá de las diversas posturas teóricas sobre cómo con-
cebir la política industrial,2 el gobierno federal y los gobiernos estatales, la definen
como una instancia de promoción económica, capaz de crear un entorno favorable
para que los capitales decidan invertir en la localidad, como lo explica (Coria,
1994), la política industrial tiene como fin, modificar de manera deliberada las
asignaciones espontáneas del mercado.
En este sentido, el Estado concibe esta política como la instancia encar-
gada de modificar las asignaciones espontáneas del mercado, tendientes a construir
un nuevo modelo de política industrial. Como lo señala (Porter, 1995), el desempe-
ño industrial es una función propia de las “acciones de las empresas (decisiones de
inversión, tecnología y producción), y no la de los estados”.
Porter, considera que las empresas y no los gobiernos, son los actores
fundamentales que determinan la competitividad nacional:
Si bien el papel del gobierno en la creación y sostenimiento de la ventaja nacional es
significativo, también es, no obstante, inevitablemente parcial. Sin la presencia de las
circunstancias nacionales inherentes que dan sustento a la ventaja competitiva en una
1 Por cuestión de espacio y porque no es propiamente el tema a tratar, no se profundizará en el arduo debate en
torno a la concepción de lo que debe ser una política industrial para México; simplemente se presentan algunas
variantes sobre el concepto de política industrial y que integran varios estudiosos del tema, los cuales coinciden
en que México necesita diseñar una política industrial que genere las condiciones necesarias para el desarrollo
industrial del país, pues las anteriores políticas industriales no han cumplido con las expectativas esperadas
(entre ellas generación de empleos, decadencia de la producción manufacturera, disminución de la inversión,
ruptura de las cadenas productivas, modernización tecnológica selectiva, competitividad de la industria en el
ámbito internacional y crecimiento).
2 Algunos autores postulan que la política industrial es un conjunto de instrumentos que inciden en la asigna-
ción de sus recursos (Casar, 1990); para otros, consiste en que los gobiernos pueden alterar la estructura indus-
trial (Waeselynk, 1993). En tanto que Bekerman y Sirlin (1998), opinan que es aquella que tiene el propósito de
orientar a las economías, en búsqueda de mayor bienestar y crecimiento a partir de un conjunto de instrumentos
vinculados a enfrentar las fallas del mercado a través de fomentar las economías de escala, desarrollo tecnológi-
co, externalidades, etcétra. Otras posturas señalan que la política industrial se concibe como el conjunto de
medidas destinadas a facilitar el proceso de ajuste de la industria a la evolución del patrón de ventajas compara-
tivas (Buigues y Sapir, 1993). En cambio para Chang (1994), es un instrumento destinado a afectar industrias
específicas y lograr resultados que son percibidos por el Estado, como eficientes para la economía como un todo.
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 183
industria particular, no sería posible alcanzar el éxito empresarial. Sin embargo, los go-
biernos no controlan la ventaja competitiva nacional, únicamente pueden influir sobre
ella (Porter, 1995: 85).
Estas circunstancias nacionales a las que se refiere Porter han tenido un
cambio en México, respecto a una interinfluencia entre el desempeño de las empre-
sas y la aplicación de la política del Estado, para hacer funcional tanto al capital
que se localiza en un espacio industrial determinado como las condiciones territo-
riales que le permitan su reproducción.
En relación a brindar condiciones de excepcionalidad al capital para in-
vertir en nuestro país, fue necesario dar un cambio drástico en la concepción del
desarrollo industrial y uno de estos cambios operó a favor de la Inversión Extranje-
ra Directa (IED), pues ésta ya no representa una amenaza al desarrollo nacional,
más bien se considera como una posibilidad real para competir en el mercado inter-
nacional. El contar con flujos de capitales externos, representa una vía de acceso a
la tecnología extranjera y un medio para aumentar las inversiones productivas; el
aspecto crucial fue la liberalización del régimen de inversión extranjera y las ini-
ciativas de desregulación que la acompañaron. Así, la restrictiva Ley sobre inver-
sión extranjera directa de 1973, fue remplazada en 1984 por otra más liberal en su
interpretación, en la cual se permitió la participación mayoritaria del capital ex-
tranjero (Carrillo et al., 1998).
La función del Estado debería de ser en este nuevo marco de política
industrial, la de garantizar estructuras de mercados competitivos que aseguren la
asignación eficiente de los recursos en un marco de estabilidad económica. Los
mecanismos propuestos para lograr lo anterior serían la consolidación de la apertu-
ra comercial y la desregulación económica. Dentro del postulado que fundamenta
esta nueva política industrial se establece que:
[...] el libre mercado es la manera más efectiva para promover el desarrollo económico
del país y el bienestar de su población, pues un mercado eficiente y competitivo, permite
tomar decisiones de inversión, producción y de empleo a los empresarios, en condiciones
que redundarán en la asignación más eficiente de los escasos recursos con que cuenta la
economía. Condiciones de mercado más propicias para fomentar ahorro, inversión, y por
tanto, crecimiento económico (Sánchez, Fernández y Pérez, 1994).
Las reformas económicas iniciadas por Miguel De la Madrid, fueron fun-
damentalmente apuntadas hacia la liberalización de la economía mexicana; sin
embargo, las emprendidas por el gobierno de Salinas, apuntaron con más insis-
184 Merchand
tencia a consolidar la apertura económica con una serie de instrumentos como
los permisos de importación, con una drástica reducción de tarifas, y que culmi-
na con la asociación del GATT en la reducción gradual de tarifas y barreras no
tarifarias.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), el incremento de los flujos externos superó con creces a los acumu-
lados hasta fines de los ochenta, comportamiento determinante en el auge de las
exportaciones manufactureras en los últimos años, tal como se analizará más ade-
lante. El programa de liberalización y el acuerdo de libre comercio de Salinas,
pronosticaba el éxito del modelo exportador, fundamentado en las empresas trans-
nacionales estadounidenses:
En estos años, sin duda, la estabilidad económica, la desregulación y las privatizaciones
han permitido la creación de grandes grupos financieros y empresariales. Conviene poner
este hecho en la perspectiva adecuada. Si nosotros en México no tuviéramos grandes
grupos, difícilmente podríamos acometer los retos de la globalización y la competitivi-
dad, y quedaríamos fuera de los mercados mundiales (Salinas, 1993: s/p).
El gobierno de Salinas vinculó expresamente a la globalización con la
formación de grandes grupos financieros y empresariales, atribuyéndoles “capaci-
dad para vincular al país con la economía global” y lograr competitividad interna-
cional, con el propósito fundamental de no quedar al margen del mercado mundial.3
En lo quecorresponde a la concepción ideológica para el fomento de la
industria y los instrumentos de políticas que se utilizaron en el gobierno de Zedillo
para el desempeño productivo del sector, la Secretaría de Comercio y Fomento
Industrial (SECOFI) y el Programa de Política Industrial y Comercio Exterior, reco-
nocen explícitamente en las líneas estratégicas del Plan Nacional de Desarrollo,
1995-2000, que sólo es con el apoyo a la integración de cadenas sectoriales y el
programa de desarrollo de proveedores para industrias manufactureras, que puede
crearse una atmósfera industrial en el país y en las regiones, a través de intercam-
bio de habilidades y complementación de procesos.
3 La política industrial propuesta por SECOFI en el Programa Nacional de Modernización Industrial y del
Comercio Exterior (PRONAMICE) para el periodo 1990-1994, y las medidas recomendadas y puestas en práctica
hasta 1994 se acercan más a los principios de la escuela no intervensionista. Se considera que la corrección de las
distorsiones en la asignación de recursos y la adopción por parte del Estado de una política firme a favor de la
competencia en los mercados de bienes y factores, son suficientes para impulsar el crecimiento del sector manu-
facturero (Clavijo y Valdivieso, 1994).
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 185
La distribución de las actividades industriales no es, por lo general, ni
uniforme ni aleatoria en ningún territorio y sector. Por el contrario, si algún rasgo
distingue al desarrollo industrial moderno, es la aglomeración de las industrias de
un país en regiones o sectores particularmente exitosos.
De ahí que la política industrial tenga que abocarse a propiciar condicio-
nes favorables para el desarrollo de agrupamientos industriales de creciente com-
petitividad internacional, proceso que requiere de una política que genere
certidumbre y confianza en el inversionista y, sobre todo, reduzca los costos de la
inversión. Por lo que las líneas estratégicas instrumentadas de la política industrial
para crear las condiciones idóneas en la instalación de capital extranjero, deberán
fundamentarse en las siguientes políticas:
1) Estabilidad macroeconómica y desarrollo financiero.
2) Creación y mejoramiento de infraestructura física y de la base institucional y
de recursos humanos.
3) Desregulación económica.
4) Promoción de importaciones temporales para la exportación (Altex, Pitex,
Drawback, Ecex y Femex).4
5) Negociaciones comerciales internacionales.
Como lo explica Ruiz (1996), a lo largo de la historia industrial de Méxi-
co, los programas de fomento industrial se han diseñado con una visión macroeco-
nómica y en algunos casos –como fue el programa elaborado a finales de los años
setenta–, con un esquema de desarrollo sectorial. En cambio en el Programa de
Política Industrial y Comercio Exterior del gobierno de Zedillo, se presenta una
“visión” de política económica e industrial diferente a la implementada en el sexenio
pasado, enfatizando la necesidad e implementar las acciones en el ámbito sectorial
y regional (Dussel, 1996).5
4 Al Estado le compete la promoción de nuevos exportadores y nuevos mercados de exportación, esto reviste
una importancia fundamental en la estrategia de la política industrial. Esquemas como el Programa de Importa-
ción Temporal para Producir Artículos de Exportación (Pitex, Drawbrack, Ecex, Altex y Femex) y el programa
maquilador han sido fundamentales parta el desarrollo exportador del país. Sin embargo, estos mecanismos de
importación temporal tendrán que ser eliminados por completo a partir del año 2001, debido a los compromisos
negociados en el TLC (Dussel, 1996).
5 Como bien lo explica Dussel (1996), el Programa de Política Industrial en el gobierno de Zedillo, presentó
además de graves deficiencias en cuanto al diagnóstico y a los montos y fuentes de financiamiento, éste no llevó
a cabo las concertaciones y el implemento de mecanismos que permitieran “aterrizar” dicho programa en el
ámbito regional y sectorial.
186 Merchand
Con respecto al actual gobierno foxista, los propios organismos empresa-
riales, como la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA),
y la Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana (CONCAMIN),6
señalan que la política industrial ha sido la “gran ausente” de las últimas adminis-
traciones sexenales, situación que ha contribuido a acentuar los problemas estruc-
turales y los impactos negativos de la apertura externa sobre la planta industrial del
país.7
Las características y orientación de la política industrial en México en las
dos últimas décadas han respondido al enfoque neoliberal que –aún con sus mati-
ces y cambios más recientes–, ha definido la propia orientación de las reformas
estructurales iniciadas desde la década de los 1980.
Bajo el dogma de la no intervención estatal en la economía, el impulso
dominante durante esta etapa fue evitar cualquier tipo de política industrial explíci-
ta, asumiendo que las fuerzas del mercado conducirían de manera espontánea a la
asignación más eficiente de recursos. Esta orientación se sintetiza en la frase utili-
zada por el ex-secretario de SECOFI, Jaime Serra Puche: “la mejor política indus-
trial es no tener política industrial”.
Esta orientación de laissez faire se acompañó con los principios del Con-
senso de Washington,8 consistente en implementar procesos de liberalización co-
mercial, financiera y de inversión extranjera, al tiempo que se establecieron acuerdos
de libre comercio, se redujo el déficit fiscal, se privatizaron la casi totalidad de las
empresas públicas y, en general, se abandonaron las políticas activas de regulación
económica (Merchand, 2005).
6 La presidenta de la CANACINTRA Yeidckol Polevnsky, señala que la administración de Vicente Fox sólo ha
emprendido programas de apoyo para el aparato productivo, pero no existe una política del sector de largo plazo
(El Financiero, 2002).
7 En general, se cuestiona la ausencia de una estrategia de largo plazo y de carácter integral que promueva el
desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas del país. Esta opinión es compartida desde el sexenio de
Ernesto Zedillo (1994-2000), por los líderes de la CONCAMÍN y CANACINTRA (El Universal, 2000).
8 La expresión Washington Consensos fue utilizada por primera vez por Jonh Williansom, investigador del
Institute for International Economics, uno de los más célebres think tanks (centros de reflexión de un grupo de
intelectuales de diversos países, reunidos en el seno de la Sociedad del Mont Pelerin que trabajan para la renova-
ción del liberalismo económico) del gobierno norteamericano. El programa de ajuste y estabilización propuesto
en el marco de este “consenso” incluye diez tipos específicos de reforma que, tal como señala Williamson, han
sido implementados casi siempre con intensidad por los gobiernos latinoamericanos a partir de la década de los
ochenta: 1) disciplina fiscal, 2) prioridades en el gasto público, 3) reforma tributaria, 4) liberación del sector
financiero, 5) mantenimiento de tasas de cambio competitivo, 6) liberación comercial, 7) atracción de inversio-
nes de capital extranjero, 8) privatización de empresas estatales, 9) desregulación de la economía, y 10) garantía
de los de los derechos de propiedad (Merchand, 2005).
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 187
La lógica del modelo implementado por Vicente Fox es una continuación
del ejercido por Zedillo, consistente en que:9
[...] ambos gobiernos han instrumentado y operado con los mismos principios rectores: la
apertura exterior permitirá que la competencia internacional obligue a las empresas a ser
competitivas, el mecanismo de precios de mercado favorecerá una asignación más efi-
ciente de recursos y un patrón de especialización en el comercio internacional basado en
las ventajas comparativas (mano de obra barata), que generará un modelo industrial
exportador como motor del crecimiento económico(Villarreal y Ramos, 2001).
Este proceso de liberalización indiscriminada fue rebautizado por el go-
bierno como “cambio estructural” y tuvo cambios significativos en la economía
mexicana, en particular en el sector manufacturero (Cimoli, 2000).
A partir de aquí, hay una fuerte incidencia del sector manufacturero hacia
el cambio que experimenta la economía mexicana en los indicadores económicos
más importantes. Esto se constata en el viraje que ha experimentado la industria en
general al insertarse en procesos de producción globalizados, siendo el sector in-
dustrial uno de los más dinámicos, en cuanto a los cambios en la composición de la
producción y el registro creciente de las exportaciones mexicanas en el ámbito de
las manufacturas, correspondientes a procesos de producción internacionalizados.
Más adelante veremos, cómo el mayor dinamismo de la producción in-
dustrial del país correspondió a la división de productos metálicos, maquinaria y
equipo. Dentro de estas divisiones, es claro el liderazgo de la industria automotriz,
equipo y aparatos electrónicos (televisión, radio, computadoras), que tienen un
repunte significativo a partir de 1988, una vez superada la crisis interna y el acele-
rado proceso de apertura con desregulación de la economía.
Cabe insistir, que las manufacturas correspondientes a procesos de pro-
ducción internacionalizados, tales como el conjunto de actividades productivas,
asociadas con los programas de importación temporal y con la industria maquiladora
de exportación, observaron un crecimiento muy elevado desde inicio de los noven-
ta. Como lo sostienen Flores y Capdevielle (2000), el crecimiento de la actividad
productiva internacionalizada tuvo inicialmente su explicación en la conformación
de un nuevo modelo de desarrollo hacia fuera que correspondió con un alto creci-
miento en el nivel de actividad de EUA, principal socio comercial de México.
9 El gobierno actual no ha cuestionado el modelo neoliberal e incluso las políticas de privatización, apertura
comercial indiscriminada o la desregulación financiera no sólo se ha seguido aplicando al pie de la letra, sino
incluso se han instrumentado con mayor rigor políticas discriminatorias a favor de las inversiones extranjeras
tanto en el sector financiero como productivo.
188 Merchand
Como se muestra en el Cuadro 1, la dependencia de nuestro país se agudiza,
pues desde los años 80, 46% de lo que se exportaba se destinaba al mercado estado-
unidense y 48.4% de las importaciones que realizaba el país, provenían de los
EUA. Trece años después, en 1994, fecha en la que entra en vigor el TLCAN,
México pasó a depender de 85% de sus exportaciones y de 69.0% de sus impor-
taciones; nueve años más tarde, en el 2003, el país aumentó aún más su depen-
dencia respecto a sus exportaciones, debido a que éstas se ubicaron en 88.8%,
por lo que respecta a las importaciones provenientes de EUA, éstas tuvieron un
decremento de 61.8%, pues se diversificó el mercado importador del país con Eu-
ropa (11.8%), Asia (18.7%), Canadá (2.4%), América del Sur (3.8%) y resto del
mundo (1.5%).10
10 Todo indica que China desplazará a México como segundo proveedor de Estados Unidos; en el 2001, la
participación de México en el mercado de las importaciones de Estados Unidos fue de 11.5%, sólo debajo de
Canadá con 18.9%, y en tercer lugar se ubicó China, con 8.9%; para el 2003, Canadá aportó 17.8% de las
importaciones estadounidenses, China 12.1%, y México pasó al tercer lugar con 10.9%.
Cuadro 1
Estructura de las exportaciones e importaciones de México
con Estados Unidos
(porcentajes)
Fuente: Elaboración a partir del Banco de México (2003).
Exportaciones Importaciones
1981
1994
2003
46
85
89
48
69
61
El aumento importante de las exportaciones e importaciones entre Méxi-
co y Estados Unidos es consecuencia no sólo de la apertura comercial, sino de la
creciente complementariedad de sus economías, en las que numerosas industrias
han reubicado su producción atendiendo a las ventajas comparativas que ofrece
cada país.
La cuestión como la analiza Arroyo (2002), es que las exportaciones cre-
cen. Se multiplicaron un poco más de tres veces durante el TLCAN. Pasaron de ser
(incluyendo la maquila) 51.886 millones de dólares antes del TLCAN en 1993 a
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 189
160.682 millones al finalizar 2002. Durante los 9 años de vigencia del tratado,
acumulamos una exportación de un poco más de un billón de dólares.
Estas exportaciones en su mayoría son manufacturas. En promedio du-
rante el TLCAN, 87,35% de las exportaciones son manufacturas (en las que se inclu-
ye la maquila). Se supera así la petrolización del comercio exterior. Antes México
era exportador primario, vendía al exterior básicamente productos agrícolas y mi-
nerales. En los 70, gran parte de la exportación fue petróleo crudo. En 1981 el
petróleo significaba 72,5% de las exportaciones, para 2002 sólo representa 9% del
total de exportaciones.11
El Cuadro 2, ilustra de que forma crecieron las exportaciones manufactureras.
11 “Debe tenerse en cuenta que el objetivo no es exportar, sino que la estrategia era exportar para crecer y
generar empleos. Paradójicamente, estas enormes ventas al exterior no se tradujeron en un crecimiento de la
economía mexicana ya que, la tasa media de crecimiento anual del PIB por habitante es menor a 1 por ciento. El
gobierno mexicano concibió el TLCAN como un elemento fundamental en su estrategia económica. La estrategia
era y sigue siendo exactamente la receta del FMI y del Banco Mundial: crecer con base en la demanda externa
(exportar) y el impulso de la inversión extranjera. El crecimiento generaría empleos y permitiría disminuir la
pobreza. Efectivamente las exportaciones crecieron enormemente y se atrajo una enorme cantidad de inversión
extranjera, incluso directa; pero no se logró un crecimiento significativo y no se generaron ni más ni mejores
empleos. Hay que buscar explicación a estos resultados” (Arroyo, 2002: 78).
Cuadro 2
Exportaciones
(miles de millones de dólares)
Fuente: Elaboración a partir del Banco de México (2003).
1980 2003
Total
Manufacturas
165.4
141
9 veces
25 veces
Aumento
18.0
5.5
Algunos señalan, que más importante que el aumento en el monto de las
exportaciones del país, es el cambio registrado en su composición. En 1986,
las exportaciones petroleras representaban casi 60% del total, mientras que las de
productos manufacturados sólo aportaban 31%. Lo anterior contrasta con lo obser-
vado en 2003, cuando la participación de las exportaciones petroleras se redujo a
más de 11%, mientras que la de los productos manufacturados llegó a casi 86% del
total (Espinosa y Serra, 2004).
Sin embargo, las exportaciones manufactureras entre 1989 y 2003 se de-
ben a que el valor de las exportaciones de la manufactura maquiladora ha crecido,
el Cuadro 3 ilustra tal comportamiento.
190 Merchand
Cuadro 4
Exportaciones e importaciones de manufacturas de México
(miles de millones de dólares)
Fuente: Elaboración a partir del Banco de México (2003).
1992 1993
Exportaciones
Importaciones
41
61
50
74
35
58
80
81
94
101
66
67
122
133
145
165
106
116
142
160
164
170
141
159
1992 1993 1992 1993 1992 1993 1992 1993 1992 1993
Cuadro 3
Exportaciones manufactureras
porcentajes
Fuente: Elaboración a partir del Banco de México (2003).
1989 2003
Maquiladoras
No maquiladoras
55
45
49
51
Como se muestra, las exportaciones manufactureras terminaron por ser
predominantemente de tipo maquilador, contrariamente a las exportaciones manu-
factureras no maquiladoras que disminuyeron su contribución en el mercado externo.
Tanto el sector no maquilador y maquilador manufactureros son sumamen-
te dependientes de las importaciones, en general, según estimaciones realizadas por
INEGI (2004), la maquila sólo compra aproximadamente 7% de insumos de origen
nacional. En el caso de la industria manufacturera no maquiladora, en 1983 tenía un
contenido nacional de 91% y para 1996sólo era 37%. Esto significa, que también las
exportaciones manufactureras no maquiladoras tienden a maquilizarse por la cre-
ciente dependencia que éstas tienen respecto a las importaciones del exterior
(Merchand, 2003).
Aunque efectivamente, las exportaciones manufactureras aumentaron
considerablemente al pasar de 35 mil millones de dólares en 1992, a 164 mil millo-
nes de dólares en 2003; las importaciones aumentaron aún más, al pasar de 58 mil
millones de dólares en 1992, a 170 mil millones en 2003. Es decir, que el incre-
mento de las exportaciones no pudo neutralizar el aumento de las importaciones,
por lo que el sector exportador manufacturero mantiene en déficit permanente la
balanza comercial, la cual registró un saldo negativo de 6 mil millones de dólares al
cierre del 2003.
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 191
Ahora bien, destaca que los sectores de exportación más importantes del
país son por ejemplo el de la industria automotriz y el de equipo electrónico, con-
formados por subsidiarias de corporativos transnacionales (GM, Ford, IBM, etcéte-
ra), que efectúan sus operaciones a través del comercio intrafirma (entre unidades
de corporaciones transnacionales),12 estas operaciones representan ahora la mayor
parte del comercio global, por lo que los flujos comerciales sólo serían una transfe-
rencia entre dos firmas de un mismo país.
Lo anterior se corrobora si desglosamos la dinámica de las exportaciones
manufactureras de México por tipo de producto en el mercado estadounidense.
12 El comercio intrafirma, es aquella modalidad del comercio que se realiza al interior de una misma empresa.
Esto es, aquel comercio que se desarrolla entre empresas que pertenecen a una misma estructura organizacional
y de propiedad de capital, para la existencia de este tipo de comercio deben existir 5 actores principales: empre-
sas matrices, empresas filiales, empresas subsidiarias, empresas subcontratadas y los precios de transferencia.
Cuadro 5
Importaciones de Estados Unidos
provenientes de México, 2003
Fuente: Elaboración a partir del Banco de México (2003).
Porcentajes El lugar que ocupa México en los
productos que importa a los EUA
Generadores, transformadores y accesorios
Computadoras
Accesorios de computadoras y equipo peri-
férico
Receptores de televisores y otros equipos de
video
Industria automotriz
Radios, fonógrafos, tocacintas y equipos
estereofónicos
Textiles y fibras de algodón
Textiles terminados
México ocupa uno de los primeros lugares como pro-
veedor del mercado estadounidense.
México ocupa uno de los primeros lugares aunque ya
ha sido desplazado por China. El estado de Jalisco es
el principal proveedor de computadoras para el mer-
cado norteamericano.
China tiene predominancia en estos productos, pues su-
ministra a Estados Unidos 54% de ellos.
31
20
7
28
14
8
8
8
Productos importados
192 Merchand
Este tipo de productos que se comercializan con EUA se localizan en
unas cuantas empresas y en unos cuantos productos, el Instituto Nacional de Esta-
dística Geografía e Informática (INEGI, 2002), sostiene que el crecimiento de las ex-
portaciones tiende a concentrarse en un número progresivamente menor de productos,
y refiere que el grado de concentración o de “no diversidad” se incrementó en los
últimos años, al pasar de un nivel de 0.0423 en 1997, a otro de 0.0481 en el 2000, lo
que significa un aumento del índice de 13.7% en el periodo. Afirma que el dete-
rioro de las exportaciones responde, por una parte, al aumento en la participación
de productos como: 1) máquinas para procesamiento de información; 2) máquinas
e instrumentos para la comunicación electrónica; 3) automóviles para transporte de
personas; 4) piezas para instalaciones eléctricas; y 5) partes sueltas para automóvil.
Por otra parte, INEGI (2002), explica que el aumento del índice de concen-
tración es también a consecuencia de la caída de la participación en las exportacio-
nes totales de productos como: 1) automóviles para transporte de carga; 2) motores
para automóviles; 3) hierro en barras y en lingotes; 4) cables aislados para electri-
cidad; y 5) hierro o acero manufacturado en diversas formas.
Si consideramos las exportaciones por sector de origen, en el 2003, tene-
mos que 59.4% se concentró en sólo tres segmentos económicos: industria auto-
motriz, con 17.5%; maquinaria y equipos especiales para industrias diversas, con
16.1%, y equipos y aparatos eléctricos y electrónicos, con 25.7%. Otros sectores de
menor participación incluyen: alimentos, bebidas y tabaco, con 2.8%; textiles, con
6.3%; química, con 3.5%; productos de plástico y caucho, con 1.7%, y fabricación
de otros productos hechos con minerales no metálicos, con 1.8%, 24.5% de las
exportaciones se distribuyen en el resto de los segmentos.
Ahora bien, si el comercio exterior que realiza México se da gracias a la
competencia de sectores manufactureros transnacionalizados, es posible hablar de
un comercio intrafirma que se ha dado especialmente en un proceso atomizado de
producción mundial.13 Esta fragmentación puede atribuirse por lo menos a dos
causas: los esfuerzos por lograr competitividad internacional –mediante econo-
mías de escala o el uso de ventajas nacionales específicas–, y la necesidad de eludir
barreras no arancelarias.
13 El comercio intrafirma es la expresión de la integración internacional de la producción, como resultado de
las decisiones de las empresas transnacionales acerca de la localización de sus actividades productivas en dife-
rentes regiones del globo. El comercio intrafirma o intraindustrial, es aquel que resulta de los intercambios o
transferencias de bienes, tecnologías, partes, piezas o insumos entre empresas que pertenecen a una misma
firma, independiente del lugar o la región en la que se encuentren dichas empresas (Ventura y Durán, 2003).
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 193
Este comercio intrafirma, del cual se ha hecho referencia, pone en prácti-
ca la estrategia productiva de fragmentar procesos productivos que consisten en
reubicar en el extranjero las etapas ineficientes para que la mano de obra barata,
entre otros componentes, pudiera abatir los costos de producción. Este tipo de in-
versión externa motivó que la maquila empezara a extenderse en forma considera-
ble en los países en desarrollo (Mattar y Schatan, 1993).
Entonces, cabe preguntarnos, dónde se producen todas las manufacturas
que se exportan y qué papel tiene el espacio o territorio como concepto rico y
espeso que puede plasmarse de varias formas: “(...) como distrito industrial, como
crecimiento endógeno, como ambiente local y como economías externas de aglo-
meración” (Borello y Yoguel, 2001).
3. Procesos de producción internacionalizados y sus mercados de
exportación
La interrogante que guía los siguientes párrafos, consiste en explicar por qué y
cómo el patrón de localización industrial opera, sólo en ciertos territorios (entida-
des federativas y municipios) y para determinados sectores económicos que son
escenarios de la nueva lógica de producción global.14
El proceso de especialización productiva se intensificó hacia los sectores
de mayor intensidad tecnológica (divisiones VII, VIII y IX), en los estados fronteri-
zos y los que se han denominado de reconversión industrial. Dichas entidades reci-
bieron una fuerte inversión por parte de empresas extranjeras, lo cual logró consolidar
agrupamientos industriales.
Este modelo productivo de orientación exportadora ha creado un in-
centivo desconcentrador de la actividad productiva fuera de los centros econó-
micos tradicionales que se desarrollaron durante el periodo de sustitución de
importaciones, en especial de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara,
el indicador tradicional que puede ser empleado para demostrar una disminu-
ción de la participación en la actividad manufacturera, sobre todo de la Ciudad de
México, es a través del análisis de la redistribución regional del PIBindustrial (ver
Cuadro 7).
La reubicación de la producción ha correspondido a las oportunidades
derivadas de expansión del mercado externo y como lo señala Hiernaux y Carmona
(2003), este crecimiento hacia el norte se debe a tres tipos de actividades: creci-
14 Las entidades del norte han desarrollado una dinámica industrial anclada en la industria maquiladora y
vinculada fuertemente a los sistemas de producción de los estados del sur de los EUA.
194 Merchand
miento de la actividad maquiladora; instalación de nuevas plantas relacionadas con
la exportación de productos como el cemento, el cobre o la cerveza hacia los EUA
en plantas tradicionales, aunque de mayor productividad que sus equivalentes ante-
riores; y la construcción progresiva de un espacio automotriz estadounidense, inte-
grando subespacios de producción en los tres países de América del Norte. En estos
nuevos nodos, como Hermosillo, Chihuahua, Saltillo-Ramos Arizpe y Monterrey,
se han instalado plantas de montaje y, en las mismas ciudades o centros urbanos
secundarios, plantas de subcontratación, sean o no maquiladoras.
Otro autor, (Castaingts, 2001), clasifica tres tipos de regiones las cuales
denomina: diamantosas, Jade y Carbón. Las regiones diamantosas son aquellas que
tienden a configurar algunas cadenas de valor agregado importantes. En ellas se ha
conseguido economías externas y de escala que les permite ser competitivas, es
decir, son las regiones que se han integrado adecuadamente al mundo económico
actual; éstas se localizan principalmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara,
y los corredores Querétaro-Aguascalientes, Torreón-Saltillo-Monterrey y en algu-
nos otros puntos del país.
Las jade son las viejas regiones de industrialización que no han podido
reestructurar en los términos de la modalidad actual y cuyo principal eje es la Ciu-
dad de México. Finalmente, se encuentra las carbón que son las regiones pobres,
sin industrias y casi carentes de servicios y que constituyen el grueso del territorio
nacional.
Para Medrano (2002), el proceso de reconversión industrial que se desa-
rrolla en México manifiesta un impacto diferencial, al incorporar sólo ciertos terri-
torios y determinados sectores económicos a la “nueva lógica de producción global”.
Esto hace que los patrones territoriales, imperantes hasta los años setenta, se vean
modificados. Este autor, recalca que la reestructuración productiva implementada
en México, principalmente desde el decenio de los ochenta, se presenta de forma
selectiva, tanto en el sentido de las actividades económicas como del territorial.
Con lo anterior, se tienen efectos que, por un lado, han generado el declive de
regiones tradicionalmente importantes por sus niveles de industrialización y, por
otro, se manifiestan nuevas áreas capaces de atraer e incentivar inversiones en es-
pacios históricamente no destacados.
El nuevo paradigma de producción acompañado con la aplicación de po-
líticas de apertura comercial en el decenio de los ochenta y principios de los noven-
ta han representado cambios sustanciales en la participación y la conformación de
la actividad manufacturera. Este fenómeno, evidencia en buena medida, la crecien-
te importancia del sector manufacturero en la región fronteriza del norte y el decli-
ve de la tradicionalmente protagonista región del centro.
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 195
Las estadísticas disponibles evidencian que el norte del país es una zona
industrialmente especializada en sectores de productos metálicos, maquinaria y
equipo, donde sobresalen ciertas ramas, como las del automóvil, eléctrica y elec-
trónica. Se identifica a esta región como un territorio en donde las empresas trans-
nacionales juegan un papel primordial dentro de su estructura y dinámica industrial.
La industria automotriz en particular hace de la región fronteriza un es-
pacio estratégico que conduce a la localización o relocalización de determinados
procesos de ensamble de autopartes, motores y automóviles. Esto configura una
nueva lógica funcional del capital transnacional que se manifiesta regionalmente
en múltiples escalas y que, para el caso de México, se percibe un desplazamiento
de inversiones del centro hacia el norte del país. Desde hace tiempo, dicha región,
ha creado espacios productivos especializados que obedecen a estrategias de apro-
visionamiento mundial llevadas a la práctica por las grandes transnacionales.
Los procesos de producción internacionalizados en la región norte que
dan albergue en su mayoría a la industria maquiladora y que con la apertura comer-
cial, en especial en el periodo del TLCAN, se ha propiciado un traslado masivo de la
manufactura de proveedores de televisores, tanto asiáticas y de Estados Unidos
hacia México, mediante una cuantiosa afluencia de inversión extranjera directa en
el marco del programa de maquiladoras, lo que fomentó procesos de integración
vertical en la mayoría de las empresas del segmento (Contreras y Evans, 2003).15
Como resultado de ello, la frontera norte de México se convirtió en la
zona más importante de producción de televisores para el mercado norteamerica-
no, en particular las ciudades de Tijuana,16 Mexicali (San Luis Río Colorado), Ciu-
dad Juárez y Torreón, los cuales desarrollan una fuerte especialización en la cadena
de producción de la electrónica de consumo, esto se demuestra con la presencia de
trece grandes firmas productoras (Zenith, Daewoo, LG Electronics Hitachi, Goldstar,
Matsushita, JVC, Mitsubishi, Thomson, Sony, Philips, Sanyo y Samsung), estas
empresas generan más de veinte mil empleos en las plantas ensambladoras, ade-
más de conformar una nutrida red de proveedores.
15 Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros, son
ciudades binacionales que forman unidades físicas con sus “ciudades gemelas” en EUA. Más importante, las
ciudades binacionales no sólo forman unidades físicas, sino también funcionales. Las dinámicas económicas de
Tijuana, Ciudad Juárez y otras resultan en gran parte de su integración en el espacio económico del sur de los
EUA. Además, el mercado laboral en la zona fronteriza es un mercado efectivamente binacional, con miles de
trabajadoras y trabajadores cruzando la frontera diariamente (Parnreiter, 2002).
16 La cual ha llegado a ser considerada como la “capital mundial del televisor” o la meca del televisor y ha
pasado a convertirse en la principal fuente de estos aparatos importados a EUA (Contreras y Carrillo, 2003).
196 Merchand
Según datos manejados por Contreras y Evans (2003), desde el punto de
vista del valor de la producción y de su contribución a las exportaciones, el seg-
mento de televisores ha sido el más dinámico dentro de la electrónica de consumo.
El crecimiento del segmento de televisores fue el más alto del sector durante el
periodo 1990-2000, llegando desde 1997 a más de la mitad del valor de las expor-
taciones anuales de la electrónica de consumo y logrando una tasa de crecimiento
promedio superior a 400% en el periodo.
Lo anterior se confirma, pues de acuerdo a las proyecciones del Banco de
Comercio Exterior (Bancomext),17 en el 2003 el consumo de televisores nuevos en
Estados Unidos se estabilizó en un monto aproximado de 29 millones de aparatos
al año, en tanto que la región de América del Norte en su conjunto se consumió un
total de 33 millones de aparatos.
Para entonces, la producción de dichos aparatos en México superó la de-
manda de la región norteamericana y abasteció a otros mercados como Centro y
Sudamérica. Otro de los productos de exportación y que se ensamblan en México
es el de arneses, siendo Ciudad Juárez donde se establecen las principales empre-
sas arneseras (United Technology Automotive, Yazaki, Delphi Packard Electric
Sytem, Electric Wire Products, Alcoa Fijikura, Sumitomo).18 En 1997 Estados
Unidos importó arneses por 5.9 billones de dólares, siendo México el que suminis-
tró 63.4% de la producción total al mercado norteamericano (Carrilloe Hinojosa
2003).
El ensamble de arneses se realiza en 58 plantas ubicadas en 15 estados de
la República (Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo león, Tamaulipas,
Sinaloa, Guanajuato, Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro, DF, Esta-
do de México, Tlaxcala y Colima), siendo los estados del norte donde se localizan
el mayor número de empresas arneseras.
Las exportaciones de este producto tuvieron un crecimiento meteórico
del orden de 500%. Al pasar de mil millones de dólares en 1992 a 5 mil millones de
1997 (USITC, diversos años),19 constituyéndose en el principal producto bajo el
programa de maquiladoras. La industria arnesera se caracteriza por estar muy
internacionalizada, altamente especializada y cada vez más concentrada.
17 Fuente citada por Contreras y Evans (2003).
18 El diseño y la producción global de arneses, están destinados a los vehículos de motor. Los arneses más
evidentes se encuentran ubicados en los motores y en los paneles de las puertas, asientos y en los diversos
sistemas de iluminación.
19 Citado por Carrillo e Hinojosa (2003).
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 197
Su nivel de internacionalización se observa en que 90% del conjunto de
arneses consumidos por EUA son ensamblados en países con bajos costos de mano
de obra, siendo México el principal abastecedor de esta industria (83.6% de las
importaciones en octubre de 1998), con Filipinas y Tailandia en segundo y tercer
lugar aunque con porcentajes bastante menores de participación (4.1% y 3.7%),
respectivamente.
Las nuevas actividades industriales con las plantas maquiladoras de
autopartes y electrónica en sus tres grandes segmentos o grupos de productos
(componentes electrónicos, equipo electrónico y electrónica de consumo)20 y la
industria automotriz al frente, configuran un nuevo espacio económico vincula-
do a la lógica de la producción global y a una creciente demanda de capacidades
locales.
En cuanto a la localización regional, la proveeduría en el sector eléctrico-
electrónico la encontramos de acuerdo al subsector en cuestión. Por ejemplo, el de
audio y video se localiza principalmente en la frontera norte del país, especialmen-
te en Tijuana y Mexicali, San Luis Río Colorado, Ciudad Juárez, y Reynosa. El
subsector de cómputo y telecomunicaciones se concentra en el área metropolitana
de Guadalajara; en tanto que el subsector electrodomésticos, se ubica en la zona
centro y noreste del país. Destaca por supuesto el estado de Jalisco (Merchand, 2002),
que cuenta con 150 empresas electrónicas y es el principal productor de computadoras
con un destino internacional.
El (Cuadro 6), refleja las perfiles industriales vinculados a los mercados
de exportación que se desarrollan en algunas ciudades de la frontera norte.
La Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP, 2001),
reporta 138 parques industriales en 42 ciudades, entre los que destacan Mexicali y
Tijuana (de orientación preeminente en electrónica y telecomunicaciones); Agua
Prieta (autopartes); Nogales (automotriz); Ciudad Juárez, Chihuahua (electrónica,
automotriz-autopartes); Torreón (maquinaria y telecomunicaciones); Guadalajara
(electrónica e informática); Aguascalientes (automotriz-autopartes); San Luis Po-
tosí (electrónica-automotriz); Querétaro (papel –autopartes-electrónica y electro-
domésticos–); Estado de México (automotriz, química-alimentos y bebidas); el
20 Los segmentos de componentes electrónicos incluyen la producción de parte y componentes que intervie-
nen en la manufactura de aparatos y equipos electrónicos. Se divide a su vez en dos subgrupos, dependiendo de
su función en el producto final: componentes pasivos y componentes activos. El segmento de equipo electrónico
abarca computadoras y periféricos, equipos de telecomunicaciones, sistemas de control industrial, equipos de
prueba y medición, equipos de oficina, equipos aeroespaciales y militares, además de una gran cantidad de
dispositivos específicos en productos de consumo.
198 Merchand
Cuadro 6
Exportaciones de los estados fronterizos
Tijuana-Mexicali*
Nogales-Agua Prieta, Sonora
Hermosillo, Sonora
Ciudad Juárez, Chihuahua
Chihuahua, Chihuahua
Gómez Palacios, Durango
Ramos Arizpe-Saltillo, Coahuila
Monterrey, N.L.
Nuevo Laredo, Tamaulipas
Matamoros, Tamaulipas
Televisores, componentes electrónicos, arneses o partes automotrices y
microcomputadoras.
Televisores, arneses o partes automotrices y componentes electrónicos
Automóviles, cemento
Televisores, componentes electrónicos, arneses o partes automotrices y
microcomputadoras
Televisores, arneses o partes automotrices, microcomputadoras y motores
Motores
Automóviles y motores
Cerveza, cemento, microcomputadoras, química, alimentos procesados
Televisores Accesorios y equipo de cómputo, arneses o partes automotrices
Televisores, componentes electrónicos, arneses o partes de automotrices
área Metropolitana del Distrito Federal (automotriz, de rango amplio); Puebla (au-
tomotriz y textiles).21 La información revela que con la excepción de PEMEX en
Tabasco y Campeche, una planta de Philip Morris en Tuxtla Gutiérrez y, desde
luego, los avances en Yucatán y Oaxaca, el Sur y el Sureste de México están sin
huella en lo que a parques industriales se refiere (Román, 2002).
En resumen, la industria electrónica y de autopartes han tenido un nota-
ble crecimiento en México, basadas éstas en inversión extranjera y muy particular-
mente en empresas transnacionales estadounidenses. El TLCAN precipitó estas
tendencias mediante la eliminación de barreras a la inversión, la desgravación aran-
celaria y el establecimiento de normas de contenido regional que incentivan la
fabricación de partes y componentes en la propia región (Contreras y Carrillo, 2003).
21 Un parque industrial es una instalación de producción industrial y de servicios construida en forma de
planta (fábrica), capaz de proveer las condiciones indispensables para que empresas de distinto tamaño manu-
facturen productos (modernos, demandados por la economía global o por lo sectores estratégicos de la economía
local) con tecnologías modernas (y lo hagan con el nivel más alto de desempeño).
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 199
Respecto a la producción de la industria automotriz, inicialmente ésta se
desarrolló en la Ciudad de México y en el Estado de México, aunque hoy se ha
instalado en otros estados de la República y de acuerdo a datos de la AMIA (2001),
los principales estados productores, por orden de importancia son: Coahuila, Gua-
najuato, México y Puebla. Su relevancia es significativa en el valor agregado, en
donde por ejemplo para el caso de Puebla, 50% de su producción proviene de la
industria automotriz, 40% le corresponde a Coahuila, 30% para Guanajuato y 25%
para el Estado de México.
Cabe aclarar que para Aguascalientes y Morelos, aunque la industria au-
tomotriz no es significativa en el ámbito nacional, sí lo es localmente, pues en
general 40% del PIB manufacturero en ambos estados, se debe a ella. Las plantas
especializadas en producción destinadas a la exportación son la FORD localizada en
Sonora y Chihuahua y la Chrysler en Coahuila (AMPIP, 2001).
Destaca que las filiales de transnacionales como General Motors, Daimler-
Chrysler, Volkswagen, Ford y Nissan tienen su casa matriz en el Distrito Federal,
con la excepción de Volkswagen, que se estableció en Puebla. Sin embargo, las
plantas de estas compañías se ubican en su mayoría en otros estados federativos.
General Motors las tiene en Toluca, Ramos Arizpe y Silao; Daimler-Chrysler en
Saltillo, Toluca y el Distrito Federal; Ford en Hermosillo, Chihuahua y Cuautitlán,
comunidad del Estado de México conurbada con la región centro este; Nissan en
Aguascalientes, Cuernavaca; y Zivac (ambos en Morelos), y Lerma (Estado de
México). De tal manera, la evidencia sugiere que en el caso de esta industria hay
una división de trabajo en la cual México, Guanajuato, Aguascalientes, Morelos,
Coahuilay Chihuahua se especializan en la producción de automóviles, mientras
que sus oficinas en el Distrito Federal lo hacen en los servicios necesarios para la
producción.
A la fecha, la participación de México en el proceso de la producción
automovilística tiende a ser más diversificada y compleja, pasando de las indus-
trias, según los esquemas de Dicken (1998),22 de estrategias “multidomésticas” a
las de estrategias “globales”. Esto mediante un proceso de reestructuración indus-
trial que da respuesta a las nuevas formas de inserción de su economía en el merca-
do internacional que, a la vez, se refleja en el esfuerzo de las plantas por modernizar
la base tecnológica del proceso de manufactura y hacer un uso más eficiente de sus
recursos humanos. Lo anterior, a través de nuevos patrones de localización que
reflejan las nuevas ventajas comparativas entre las diferentes regiones del país.
22 Citado por Medrano (2000).
200 Merchand
Su localización tiende a concentrarse en dos principales áreas del territo-
rio mexicano, aquella en donde por primera vez se impulsaron las empresas pione-
ras del ramo en el país y que corresponde a algunos estados del centro: DF, México,
Morelos y Puebla y aquella otra en donde a la fecha se presenta un vertiginoso
desarrollo económico, producto de la relocalización y emplazamiento de múltiples
empresas que deciden trasladarse a los estados del norte, entre los que destacan,
Coahuila, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas.
La importancia que dichas entidades han cobrado en el sector automotriz
se debe, entre otras razones, a la implantación de empresas multinacionales prove-
nientes de EUA. Aquí han encontrado un sinnúmero de ventajas comparativas que
permiten al proceso productivo ser más eficiente y rentable, lo cual ocasiona mayor
competitividad en un mercado cada vez más globalizado.
De este modo, territorios como el de la frontera norte de México, a lo
largo de los últimos cinco años, observan un notable crecimiento en la participa-
ción nacional. La proliferación de la industria automotriz de exportación en esta
zona es sorprendente, a tal grado que ya para finales de la década anterior sus
ingresos se mostraban superiores a los obtenidos por las ventas nacionales. Estados
como Sonora, Chihuahua y Coahuila destacan por ser las entidades en donde se
localizan las plantas más modernas de todo el país e incluso su importancia en el
exterior es considerable.
Éstas pertenecen a firmas tan importantes como la Ford, General Motors
y Chrysler. En la actualidad, México es considerada la novena economía exportadora
de automóviles por arriba de Italia y el Reino Unido con una producción de 1.800.000
automóviles por año.
La Gráfica 1, muestra cómo las ensambladoras de automóviles son plata-
formas de trasnacionales localizadas en México, en donde su objetivo es hacer
frente a las cuotas de exportación que exige el mercado internacional.
Ahora bien, por lo que respecta, al dinamismo industrial en el ámbito
nacional, el Cuadro 7 muestra, cómo se registran cifras ganadas o perdidas en rela-
ción con la aportación de los estados al total nacional de la industria manufacture-
ra. Como se muestra, el DF perdió 8.9 puntos porcentuales, en cambio las entidades
federativas de la frontera norte ganaron en el mismo lapso 9.5 puntos porcentuales
(con excepción de Nuevo León, que disminuyó ligeramente su participación en
0.11 puntos). El dinamismo regional de la industrialización de México perdió vi-
gor a favor de una descentralización productiva hacia el norte del país.23
23 Pero a pesar de que se ha registrado una “desindustrialización relativa” en el DF y la región centro, se
cuenta todavía con altos grados de concentración industrial con respecto al PIB sectorial (20.0% del DF; 37.4%
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 201
para el DF y Estado de México y 48.2% en la región centro en el 2001). En otras palabras, para Aguilar (2002),
este proceso de desconcentración urbana nos señala dos niveles de análisis: 1) la desconcentración de población
y actividades productivas orientadas a ciudades secundarias localizadas fuera de la principal región metropolita-
na, proceso que sucede en el ámbito nacional, donde todas las regiones están involucradas; y 2) desconcentración
al interior de la mega-ciudad hacia zonas periféricas, a lo largo de corredores de transporte y otros subcentros
urbanos, dentro de la “región central”.
Gráfica 1
1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996
1 300
1 200
1 100
1 000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Mercado
Nacional
Mercado de
exportación
Total 1,354
73%
3.6 %
12 %
34 %
1997
1 400
Fuente: Asociación Mexicana de la Industria del Automóvil.
Cuadro 7
Balance de generación de ganancias o pérdidas en el PIB
en la industria manufacturera en el PIB.
Comparaciones entre los estados de la frontera norte
y el Distrito Federal, 1980-1999
Baja California
Chihuahua
Coahuila
Distrito Federal
Nuevo León
Sonora
Tamaulipas
1.50
2.54
2.22
-8.90
-011
1.07
1.38
Fuente: Elaboración a partir de INEGI y del Sistema de Cuentas Nacionales (2000).
202 Merchand
Sin embargo, aunque la Ciudad de México ha perdido alguna participa-
ción en el rubro de la industria manufacturera, continúa manteniendo importancia
económica, pues se considera una ciudad global al contar con el mayor número de
casas matrices y que para su caso, el de Guadalajara y Nuevo León, la mayoría
de las grandes empresas establecen su casa matriz en éstas, sobre todo en la prime-
ra, donde esta preferencia aumenta con el volumen de las ventas de una compañía
y con su integración en el mercado mundial.
En cuanto a las ventas, 42% de las 500 empresas más grandes establecie-
ran su casa matriz en la capital del país en 1998. De las diez más grandes, 70% tuvo
su oficina principal en el Distrito Federal y la participación sube, si se considera al
Estado de México y no sólo al Distrito Federal (Expansión, 2001).
Lo anterior se constata en el Cuadro 8, donde se muestra en qué sectores
productivos se invierte y cuáles son los estados donde llega la mayor cantidad de
recursos vía IED.
La IED que recibe el Distrito Federal siguen reafirmando que todavía es
una plaza preferente del capital extranjero, ya que en promedio durante los seis
años considerados, la IED en el sector automotriz fue de 41% en el Distrito Federal.
Sin embargo, también se observa la importancia de los estados fronterizos que en
conjunto captan en promedio más que un tercio de los flujos de capital provenien-
tes del extranjero.
Cuadro 8
IED por sector y entidad federativa más importante, 1999-2004
porcentajes
Fuente: Secretaría de Economía.
Automotriz Maquinaria y equipo
Aguascalientes
Baja California
Distrito Federal
Sonora
Guanajuato
Jalisco
Estado de México
Chihuahua
Querétaro
Tamaulipas
Nuevo León
Puebla
Coahuila
20.2
10.6
3.2
0.5
9.5
2.3
20.1
1.7
3.9
14.8
7.3
3.1
0.4
21.6
9.5
5.1
12.5
1.8
23.6
0.2
11.5
9.1
2.4
1.8
Equipo eléctrico y electrónico
1.8
1.0
40.9
1.0
7.2
1.8
7.0
8.5
1.7
4.5
7.6
11.5
3.3
El comercio exterior manufacturero y los procesos de producción... 203
La estructura y operación de estos nuevos estados que albergan un con-
glomerado, responden no sólo a la lógica del capital internacional, sino también al
modelo industrial adoptado por los países periféricos en razón de sus propias cir-
cunstancias nacionales y que para el caso de México, éstos “agrupamientos indus-
triales” se han desarrollado porque se ha propiciado una política industrial consistente
en atraer inversiones destinadas a crear exprofeso este tipo de agrupamientos em-
presariales, ocasionando que sólo algunos estados sean seleccionados de manera
selectiva para integrarse a la cadena de grandes corporativos o formen parte de la
cadena de especialización de una gran empresa, ya sea en calidad de maquiladora o
de subsidiaria de una empresa transnacional.
Cabe destacar que aun cuando las trayectorias de algunas regiones como
Tijuana, Ciudad Juárez,Sonora, Aguascalientes, y otras especializadas en determi-
nados productos específicos, constituyen un potencial local de capacidades de ma-
nufactura de clase mundial, los efectos sobre dicho modelo de industrialización es
mínimo, pues no genera encadenamientos locales significativos.
Conclusiones
Se ha analizado cómo el Estado mexicano emprendió a mediados de los años ochenta
una política industrial encaminada a fortalecer el mercado externo manufacturero
del país apoyado con una fuerte atracción de inversión extranjera, en especial en la
zona fronteriza con los EUA y en algunas entidades federativas del centro y Occi-
dente (Querétaro, Aguascalientes y Jalisco), donde se han creado sinergias locales
que responden exclusivamente a un mercado externo.
El modelo de apertura comercial implementado en los ochentas ha sido
el detonante del creciente desarrollo del comercio intrafirma y del establecimien-
to de las empresas maquiladoras en México, y que si bien ambos procesos se ini-
cian desde mediados de los años sesenta, es claro que tanto las maquiladoras y el
comercio intrafirma que éstas generan, han experimentado un crecimiento notable
no sólo en la frontera norte, sino que éste se ha extendido por todo el territorio
nacional. La cuestión es que la evolución de las exportaciones e importaciones,
demuestra que el incremento considerable de las primeras se debe a un explosivo
incremento de las importaciones, esto es, exportamos lo que con anterioridad
importamos.
El proceso sectorial-territorial aludido ha cobrado fuerza económica en
México y tiene su origen en un proceso de globalización que conlleva a una lógica
de capital, fuertemente localizada y fragmentada en cadenas productivas interna-
cionalizadas albergadas en países “periféricos” y/o regiones productivas y comer-
204 Merchand
ciales, estas cadenas de valor global son las instancias que viabilizan y dan res-
puesta a un entorno económico global fuertemente volatizado y dependiente de los
intereses de grandes capitales transnacionales.
Por lo cual se sostiene que los nuevos perfiles productivos que albergan
los llamados agrupamientos industriales tienen que ver más con las empresas ma-
nufactureras de capital transnacional, que con el desenvolvimiento interno de di-
chos espacios o subespacios nacionales.
La complejidad de la nueva geografía de la producción en México mues-
tra de que manera la mayor industrialización no estuvo basada en todos los casos
en una especialización manufacturera similar. Coahuila mantuvo su especializa-
ción metálica básica pero combinándola con el proyecto automotriz de Chrysler;
Querétaro mantuvo una especialización muy diversificada con una gama de em-
presas de la industria de alimentos, papel, maquinaria y equipo; Aguascalientes y
Puebla renovaron la industria del vestido y consolidaron un cluster automotriz con
la Nissan y la Wolkswagen; las otras entidades con intensidad en su industrializa-
ción fueron los estados fronterizos en donde la industria maquiladora permitió de-
sarrollar un perfil industrial ad hoc a las condiciones impuestas por las inversiones
extranjeras estadounidenses
El hecho de que algunas empresas influyan como protagonistas en el es-
tilo o patrón de desarrollo industrial, orientando las estructuras productivas hacia el
mercado internacional, se debió a la liberalización de los marcos regulatorios (fis-
cal, comercial, financiero, etcétera) que han permitido a la inversión extranjera,
fluir libremente hacia los sectores exportadores.
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