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� E – 14-662 Lesiones por congelación E. Cauchy, F. Moutet La congelación es causada por la acción directa del frío. La insensibilidad inicial retrasa su tratamiento. Desde un punto de vista fisiopatológico, es secundaria a una vasocons- tricción periférica como reacción al descenso de la temperatura central. La base del tratamiento inicial consiste en el recalentamiento rápido, la reperfusión y el tratamiento vasodilatador. El objetivo de los protocolos terapéuticos actuales más recientes es luchar contra el desarrollo de una fase de necrosis secundaria progresiva que agrava las lesio- nes. La clasificación se funda, por un lado, en la topografía inicial, que el día 0 da un pronóstico sobre la amputación y, por otro lado, en la gammagrafía ósea, que el día 3 determina el nivel de amputación previsible. Se definen cuatro estadios, y el riesgo de amputación existe a partir del estadio 3. El tratamiento será lo más conservador posible y dependerá de los datos obtenidos en la gammagrafía precoz. Su primer objetivo es conservar al máximo la función. La amputación suele ser tardía (día 45), pero si es nece- sario, se puede hacer de urgencia, en casos de sepsis graves relacionadas con necrosis extensas. © 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Lesiones por congelación; Gammagrafía ósea; RM; Amputación; Clasificación de las lesiones por congelación; Pronóstico de las lesiones por congelación Plan ■ Introducción 1 ■ Definición 1 ■ Clínica y fisiopatología 2 Fase primaria: enfriamiento y efecto de la lesión por congelación (día 0) 2 Fase secundaria: recalentamiento y necrosis progresiva (días 1-2) 2 Fase tardía: lesiones definitivas (días 7-45) 3 ■ Clínica 3 ■ Pruebas complementarias 3 Gammagrafía ósea con tecnecio 99m 3 Arteriografía 4 Resonancia magnética 4 Doppler y eco-Doppler 4 Temperatura del pulpejo 4 ■ Nueva clasificación y pronóstico 4 ■ Tratamiento 5 Sobre el terreno 6 En el hospital 6 Tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica 7 Tratamiento local 8 Tratamiento quirúrgico 8 ■ Lesiones por congelación e hipotermia 9 Hipotermias de aparición rápida 9 Hipotermias de aparición lenta 9 ■ Lesiones por congelación en una expedición 9 ■ Secuelas 9 ■ Conclusión 10 � Introducción En la Anábasis, Jenofonte (430-354 a.C.) describe los sufrimientos padecidos por los «Diez Mil» a causa del frío invernal de las tierras altas de Armenia. Los autores de la Antigua Roma, como Plinio El Joven (61-113), propo- nían tratamientos complejos a base de nabos o incluso de vino. La escuela árabe preconizaba baños calientes, lo contrario que Avicena (980-1037), que recomendaba introducir las partes congeladas en agua fría. Ambrosio Paré (1510-1590) relata casos de lesiones graves por con- gelación con pérdida de miembros enteros e incluso del «miembro viril». Dominique-Jean Larrey (1766-1842), cirujano jefe de la Grande Armée, hizo las primeras descripciones clíni- cas. Gracias a las dos últimas guerras mundiales, así como a la guerra de Corea, nuestros conocimientos han avan- zado mucho y se ha podido establecer un tratamiento. Killian [1], cirujano alemán, escribió una excelente obra sobre las lesiones por congelación después de la campaña de Rusia del ejército alemán. � Definición La congelación es una lesión localizada causada por la acción directa del frío durante una exposición más o menos prolongada a una temperatura inferior a 0 ◦C que provoca el congelamiento del agua intracelular. La semiología de la congelación incluye casi siempre una cianosis persistente o «lesión inicial» y flictenas, que pueden ser voluminosas y más o menos hemorrágicas. EMC - Aparato locomotor 1 Volume 49 > n◦4 > diciembre 2016 http://dx.doi.org/10.1016/S1286-935X(16)80727-3 dx.doi.org/10.1016/S1286-935X(16)80727-3 E – 14-662 � Lesiones por congelación Son varios los factores que se asocian para favorecer la aparición de lesiones por congelación: la temperatura exterior, el viento que aumenta la pérdida de calor por convección (enfriamiento eólico o factor wind chill), la humedad (conducción), los obstáculos a la circulación (ropa demasiado ceñida que provoca un efecto torniquete, fracturas desplazadas), el estado de hidratación de la víc- tima, su temperatura central, la hipoxemia, la poliglobulia de la altura y la calidad del equipamiento. Por último, exis- ten considerables variaciones individuales de tolerancia al frío y de reactividad vascular cutánea local a nivel de las extremidades. Existen una serie de factores de riesgo que son clásicos, como los síndromes acrales, las conectivitis y el tabaquismo. Hay que insistir sobre todo en la existencia de lesiones por congelación anteriores [2]. La congelación es indolora, y el primer signo de alerta es la pérdida de sensibilidad. El diagnóstico puede ser rápido cuando la congelación afecta a las manos, pero suele más tardío en los pies, sobre todo en el montañista durante la marcha. El eritema pernio, que es un síndrome acral caracterizado por un edema y un eritema pruriginoso que aparece durante el recalentamiento, suele ser conocido por el paciente y no se presta a confusión. Esta lesión es más bien la consecuencia de un enfriamiento crónico y repetido en un ambiente frío y húmedo a la vez. El trench foot o «pie de trinchera» es una forma exagerada de este fenómeno que puede dejar secuelas importantes. El hor- migueo o entumecimiento se caracteriza por un dolor que puede ser sincopal y que traduce la reperfusión de los teji- dos sometidos a una vasoconstricción brusca y excesiva relacionada con un choque térmico (frío intenso). Aunque el término de lesión por congelación evoca «himalayismo» desde la famosa ascensión del Annapurna en 1950 por Maurice Herzog, que sufrió graves lesiones y fue víctima de amputaciones, esta afección parece afec- tar más a las personas sin techo de las grandes capitales durante los inviernos rigurosos (Ulán Bator, Chicago) y/o durante las migraciones forzadas (migración de las pobla- ciones tibetanas). En regiones turísticas y montañosas de nuestro entorno, los deportistas y montañistas son los más afectados. En un 75% de los casos, se trata de lesiones por congelación superficiales. En Francia, se registraron alrededor de 260 lesiones por congelación en el año 2010, de las cuales 119 se produjeron sólo en la región Rhône- Alpes. El hospital de Chamonix-Mont-Blanc recibe una media de 80-100 casos al año. Desde 1995 a 2012, han sido analizados 133 casos de lesiones por congelación graves (estadios 3 y 4). Se trataba de 116 varones y 17 mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 55 años (promedio de edad: 33,1), casi todas ellas acaecidas por encima de los 2.000 metros de altitud. Por lo que respecta a las lesiones por congelación profundas (25% de los casos), las medi- das terapéuticas aplicadas estaban destinadas a evitar las amputaciones (8% de los casos). � Clínica y fisiopatología Fase primaria: enfriamiento y efecto de la lesión por congelación (día 0) Aquí, la clínica es pobre y está fundamentalmente mar- cada por el aspecto lívido y frío de los tejidos afectados. La anestesia inducida por el frío hace que esta fase sea indolora (Fig. 1). El organismo sometido al frío reac- ciona con una vasoconstricciónperiférica cuya intensidad depende de la intensidad del frío y del tono vasomo- tor del individuo. Esta vasoconstricción arterial y venosa, con desviación de la sangre por las anastomosis arterio- venosas y cierre de los esfínteres precapilares, provoca una disminución del gradiente de perfusión capilar así como la aparición de fenómenos locales de estasis, hiper- viscosidad, hipoxia y acidosis. A menudo secundaria a la Figura 1. Lesión por congelación de estadio 4, mano izquierda, el día 0 justo después de sacarlo del frío. Figura 2. Justo después del protocolo de recalentamiento rápido: delimitación de la «lesión inicial» en el mismo paciente de la Figura 1. agresión mecánica de los cristales de hielo extracelula- res que se forman antes de los del espacio intracelular por la sobrefusión, la causa de la muerte celular tam- bién está relacionada con un fenómeno de deshidratación secundaria a la disminución del gradiente osmótico y a la recristalización provocada por el recalentamiento. Este proceso se puede limitar mediante un «protocolo de reca- lentamiento rápido» cuyo objetivo es fundir los cristales antes de que aumenten de tamaño [3]. Fase secundaria: recalentamiento y necrosis progresiva (días 1-2) Esta fase es la que tiene la clínica más rica (edema, flicte- nas, necrosis). Comienza con la fase de recalentamiento y se caracteriza por la delimitación de la lesión inicial, gris, cianótica y poco sensible al tacto. Esta zona, en la que la microcirculación está interrumpida, es fundamen- tal para establecer el primer diagnóstico. En las manos y/o en los pies, evoluciona de manera centrípeta, avan- zando desde los pulpejos de los dedos hacia la raíz de los miembros (Fig. 2). La lesión inicial persiste hasta la apari- ción de las flictenas, que suelen aparecer entre 12-24 horas después. Las flictenas, ausentes en las lesiones por conge- lación superficiales, pueden ser hemáticas, serohemáticas o hemorrágicas; estas últimas reflejan una afección más profunda y de mal pronóstico. Pueden ser voluminosas y 2 EMC - Aparato locomotor Lesiones por congelación � E – 14-662 Figura 3. Grandes flictenas a las 48 horas. compresivas (Fig. 3). Si no se procede a su desbridamiento o limpieza quirúrgica, terminan por romperse de manera espontánea. Desde un punto de vista fisiopatológico, se trata del comienzo de la necrosis secundaria progresiva con sín- drome de isquemia-reperfusión [4]; éste se caracteriza por la liberación de sustancias vasoactivas que, en pocas horas, conduce a la interrupción completa de la microcir- culación. Las lesiones elementales, que se forman durante la fase de vasoconstricción y de cristalización extracelular isquemiante, se expresan durante la fase de reperfusión. La vasoconstricción arteriolar deja paso a una hiperemia reactiva y a una hiperpermeabilidad capilar postisqué- micas. A continuación, se produce un aumento de la viscosidad sanguínea, un enlentecimiento del flujo y una activación leucocítica (rolling, sticking) que libera citocinas y radicales libres. Los agregados de plaquetas o eritrocí- ticos pueden dañar los tejidos viables por desviación del flujo y robo capilar o trombosis distales. El cuadro se puede complicar además con un síndrome compartimental y/o un síndrome inflamatorio. Según la importancia de los daños, la evolución puede ser de dos tipos: disolución de los trombos plaquetarios y cruóricos y recuperación de una función vascular normal, o colapso vascular con trombosis, isquemia, necrosis y gangrena. La recongelación después del calentamiento provoca una congelación intracelular con destrucción celular extensa y liberación de sustancias protrombógenas y vaso- constrictoras. Por último, en los casos en los que la intensidad del frío no provoca muerte celular, aparecen lesiones degenerativas de los vasos y los nervios. Fase tardía: lesiones definitivas (días 7-45) Esta fase, lenta y progresiva, puede durar varias sema- nas, un promedio de 45 días. Los tejidos revascularizados se reorganizan y cicatrizan, mientras que los tejidos desvi- talizados evolucionan lentamente hacia la gangrena seca. Un surco muy marcado delimita lo vivo de lo muerto (Fig. 4). Aquí, las lesiones ya son irreversibles. Cuando el tratamiento se ha iniciado en esta fase, los resultados sólo dependen a la amputación de limpieza. � Clínica En la serie retrospectiva de los autores, de 133 pacien- tes hospitalizados por lesiones por congelación graves (1995-2012), que sólo afectaban a las extremidades, 45 se localizaban en las manos, 63 en los pies y 25 en las manos y en los pies. De una forma más general, un 17% de las lesiones afectan al rostro y un 1,5% a rodillas y muñecas. A Figura 4. Lesión por congelación tardía de estadio 5 del pulgar a los 45 días. nivel de las manos y de los pies (las más frecuentes), estas lesiones se extendían de forma centrípeta, del extremo de los dedos hacia la raíz de los miembros. El grado de extensión era diferente según los dedos afectados, a veces incluso en un mismo paciente. Algunas, las más leves, sólo se afectaban el extremo del pulpejo dactilar, mientras que las más graves podían subir por encima del tobillo/muñeca. El aspecto clínico dependía del tiempo transcurrido hasta sacar al paciente del ambiente frío y su tratamiento en el servicio de urgencias. Cuando este tiempo era inferior a 12 horas, las lesiones no presenta- ban flictenas. El aspecto era gris y/o cianótico, con una clara pérdida de la sensibilidad al tacto y una temperatura del pulpejo generalmente inferior a los 15 ◦C, cuando se trataba de lesiones por congelación más graves. Cuando este tiempo era de 12-36 horas, la presencia de gran- des flictenas serosas o serohemorrágicas, a veces ya rotas, dificultaba la determinación del pronóstico inicial. Este aspecto de las lesiones refleja los trastornos de reperfusión anárquicos de la fase secundaria de necrosis progresiva antes descrita. Después de 3 días de evolución, se des- arrollaba una necrosis progresiva que afectaba a secciones cuyo hueso subyacente no había sido revascularizado a tiempo. Era necesario esperar 45 días para ver aparecer el «surco de demarcación» que le permitía al cirujano definir los límites de la amputación prevista. � Pruebas complementarias Gammagrafía ósea con tecnecio 99m La gammagrafía ósea, propuesta por numerosos auto- res [5, 6] y confirmada en el año 2000 en una serie de 88 casos por el equipo del autor (Cauchy) [7, 8], ha sido vali- dada como la prueba complementaria de referencia. No se debe realizar antes del segundo día porque pudiera no revelar en ese plazo la aparición de la necrosis progresiva. La gammagrafía se desarrolla en dos tiempos después de la inyección intravenosa de tecnecio 99m (Tc-99m): una fase precoz o tisular y una fase tardía u ósea a los 180 minutos. La fase tardía es la que proporciona los mejores resulta- dos, ya que corresponde a la fase de vascularización ósea que condiciona la supervivencia del hueso. Es una prueba específica y sensible a la vez, que permite establecer una excelente correlación entre la ausencia de fijación ósea y el nivel de amputación previsible (Fig. 5). Esta prueba, junto con la clasificaciónclínica previa, permite precisar el pronóstico y determinar con precisión el nivel de ampu- tación final que se llevará a cabo una vez terminada la fase de necrosis secundaria progresiva (alrededor de 36 horas). La evolución no puede modificarse más allá del día 3, y EMC - Aparato locomotor 3 E – 14-662 � Lesiones por congelación A Día 1 I PALM PREQ D B Día 8 I PALM PREQ D Figura 5. Gammagrafía ósea con tecnecio 99m. A. Día 1. Realizada demasiado pronto, sobreestima el pronós- tico. B. Día 8. La necrosis progresiva requiere la amputación de las últi- mas falanges de los dedos tercero y cuarto de la mano izquierda. ningún estudio ha podido demostrar hasta ahora la efica- cia de un tratamiento para alterar el pronóstico fijado por la gammagrafía ósea. Arteriografía La arteriografía intravenosa selectiva es la prueba de referencia para los equipos encargados de tratar las lesio- nes por congelación graves con trombolíticos. Algunos estudios retrospectivos [9, 10] y un metaanálisis [11] están a favor de esta técnica, que consiste en inyectar dosis reducidas de trombolíticos in situ y en visualizar inme- diatamente después el nivel de la oclusión. Aun así, la arteriografía es una prueba invasiva que requiere la disponibilidad de un equipo técnico de arteriografía inter- vencionista en las primeras 12 horas de la descongelación. Resonancia magnética La resonancia magnética es una prueba que en la actua- lidad se utiliza poco para las lesiones por congelación. La experiencia es limitada en trabajos realizados con casos aislados [12], y ninguna serie permite deducir el interés de esta prueba. Hay un estudio en curso que se basa en una serie aún insuficiente de pacientes hospitalizados en los hospitales de la región del Mont-Blanc que presen- tan lesiones por congelación distales con realización de secuencias de inversión-recuperación (IR) y de angiogra- fía por resonancia magnética (ARM) en un plano axial y coronal/sagital en distintas etapas de la hospitalización. La secuencia IR parece interesante para visualizar y loca- lizar el edema medular óseo, mientras que la secuencia ARM permitiría visualizar la oclusión parcial o total de las arteriolas digitales. La inyección de producto de contraste no parece aportar información suplementaria (Fig. 6). Esta prueba podría, en un futuro, sustituir a la gammagrafía Figura 6. Angiografía por resonancia magnética de los dos grandes artejos, estadio 3. (180 min) por ser más breve (30 min) y no interferir con los plazos del tratamiento, pero es difícil de interpretar, inconveniente que no presenta la arteriografía selectiva. Doppler y eco-Doppler Un simple examen Doppler con sonda continua de alta frecuencia puede ser realizado por un técnico en urgencias y durante el seguimiento. Permite demostrar con facilidad una interrupción de la circulación en la yema del dedo afectado (mano o pie) y, con más dificultad, localizar la zona de coagulación a nivel de los pedículos vasculares. La eco-Doppler energía color con sonda de alta frecuencia es todavía más fácil de manejar. Esta tecnología no invasiva, que está en plena expansión, quizá sea la prueba futura en urgencias por su precisión y sencillez [13, 14]. El láser Doppler (Perimed) es útil para medir los flujos y evaluar la microperfusión de las extremidades, sobre todo cuando se asocia a una determinación de TcPO2. Permite evaluar el estado funcional de la microvascularización periférica. Esta prueba, de gran especificidad y poco adaptada a las urgencias, se reserva principalmente para el campo de la investigación. Temperatura del pulpejo La temperatura cutánea es fácil de medir directamente sobre el pulpejo de los dedos (manos/pies) mediante un termómetro adaptado (Tempteller). Este simple procedi- miento se utiliza todavía en los hospitales de la región del Mont-Blanc, pero su sensibilidad no ha sido estu- diada. Asociada al aspecto clínico, podría resultar útil sobre el terreno para identificar a los pacientes que presen- tan lesiones por congelación graves. Una temperatura de 10 ◦C, medida 1 hora después de la inmersión en un baño de agua caliente a 38 ◦C, parece ser el valor umbral (cut off) que permite plantear el riesgo de amputación, aunque sin determinar el nivel topográfico preciso. � Nueva clasificación y pronóstico Como la antigua clasificación propuesta por la Wil- derness Medical Society resultaba poco práctica por ser retrospectiva e imprecisa [15], los autores han utilizado la publicada por su equipo en 2001. Esta clasificación, basada en el análisis de una serie de 70 casos de lesio- nes por congelación graves, permitía evaluar el riesgo de amputación el día 0. Este riesgo era del 1% cuando la lesión inicial no sobrepasaba la falange distal, del 31% cuando no sobrepasaba la falange intermedia, del 67% 4 EMC - Aparato locomotor Lesiones por congelación � E – 14-662 Clasificación de las lesiones por congelación (DMTM-IFREMMONT) Día 0 Protocolo de recalentamiento rápido Inmersión de las partes congeladas en un baño de agua caliente con antiséptico a 38-40 °C Aspirina 250 mg por vía oral o intravenosa (alternativa: ibuprofeno 800 mg por vía oral o nifedipino 10 mg por vía oral) Ausencia de lesión inicial Lesiones iniciales en falanges distales Estadio de gravedad Lesiones iniciales en falanges intermedias o proximales Lesiones iniciales más allá de las articulaciones metacarpo/ metatarsofalángicas Estadio 1 No amputación Estadio 2 1% de riesgo de amputación Estadio 3 31-67% (riesgo de amputación) Estadio 4 98-100% (riesgo de amputación) Tratamiento ambulatorio Tratamiento ambulatorio Iloprost (cf protocolo) Iloprost ± rt-PA (cf protocolo) Figura 7. Clasificación inicial después del protocolo de recalentamiento rápido (según [16]). rt-PA: activador tisular del plas- minógeno recombinante. para la falange proximal, del 98% cuando se trataba de la articulación metacarpo/metatarsofalángica y del 100% cuando afectaba a la muñeca o al tobillo [16] (Cuadro 1). Así, se establecieron cuatro estadios en función del riesgo de amputación previsto. Esta clasificación, conocida bajo el nombre de «clasificación DMTM», está recomendada por numerosos autores y permite dar un pronóstico pre- ciso a partir de dos criterios objetivos (Fig. 7): • el día 0: el grado de extensión de la lesión inicial (medida inmediatamente después del protocolo de recalentamiento rápido: inmersión en un baño de agua a 38-40 ◦C durante 1 hora con 250 mg de aspirina); • el día 2: el nivel del defecto de fijación en el tiempo óseo de la gammagrafía ósea después del desbridamiento de las flictenas. Esta primera evaluación es indispensable para efectuar la primera selección, ya que es absolutamente necesario aplicar los nuevos protocolos terapéuticos en vigor (cf «Lesiones por congelación e hipotermia») a las lesiones de estadios 3 y 4; de esta forma: • el día 0, la clasificación no es precisa, pero sí permite seleccionar y derivar al paciente hacia un tratamiento ambulatorio si la lesión no sobrepasa la última falange de al menos un dedo (mano/pie) (estadios 1 y 2) o al hospital en el caso contrario (estadios 3 y 4) para some- terse a las nuevas terapias de revascularización (iloprost y/o trombólisis). Para los estadios 4, la hospitalización en cuidadosintensivos puede ser necesaria, porque el riesgo de complicaciones sistémicas es frecuente. En estos casos y cuando existen dudas, la eco-Doppler puede facilitar el diagnóstico (Fig. 8); • el día 2, la gammagrafía proporciona datos precisos sobre el cuadro y también un pronóstico, porque el daño ya está hecho. La ausencia de fijación ósea deter- mina el nivel de amputación previsible. Antes, era necesario un plazo de 30-45 días para poder plantear la amputación quirúrgica. Además de la espera, que el paciente solía soportar mal (dolor y después olor), resultaba difícil plantear la amputación precoz sin un argumento basado en pruebas complementarias. De acuerdo con la clasificación DMTM, si la lesión inicial no se extiende más allá de la falange más distal, el riesgo de amputación es nulo y, por lo tanto, la hospitalización no es necesaria (Fig. 7). � Tratamiento El tratamiento deriva de la fisiopatología: hay que calen- tar el segmento congelado, luchar contra el vasoespasmo, la hiperviscosidad sanguínea y la trombosis, así como pre- venir la inflamación y la infección. EMC - Aparato locomotor 5 E – 14-662 � Lesiones por congelación A B C D Figura 8. A. Estadio 1. B. Estadio 2. C. Estadio 3. D. Estadio 4. Sobre el terreno Se recomiendan las maniobras activas, pero no traumá- ticas, en cuanto se produce una pérdida de sensibilidad (masaje suave, recalentamiento activo muscular). Hay que evitar las fricciones agresivas (con nieve). También se debe evitar el efecto torniquete de la ropa o el calzado demasiado apretado. Si la víctima tiene que bajar a un campamento base por sus propios medios, hay que volver a calzar los pies congelados, inmediatamente después de su recalentamiento, antes de que aparezca el edema. Una buena hidratación también es fundamental. En cuanto el entorno lo permite, se aplica de manera sistemática el protocolo de recalentamiento rápido: recalentamiento inmediato del segmento afectado en agua a 38-40 ◦C a la que se añade un antiséptico suave (jabón, povidona yodada). También se administra como norma aspirina en dosis de antiagregante plaquetario (250 mg), si la víc- tima no es alérgica, o un antiinflamatorio (ibuprofeno 400 mg). Si esto no es posible, se pueden proponer de forma empírica determinados medicamentos conocidos por sus propiedades vasodilatadoras como el nifedipino, a menudo presente en la mochila del montañista [17]. Este tratamiento se debe aplicar lo antes posible, en el refu- gio o campamento base durante una expedición. Es muy importante evitar la «recongelación». Una vez terminado el baño, se debe evaluar el estadio de gravedad de acuerdo con la clasificación inicial. Los estadios 3 y 4 precisan una hospitalización urgente para iniciar lo antes posible los protocolos de reperfusión con iloprost y/o trombólisis. Si la víctima permanece en altura (más de 4.500 m) y el tiempo hasta su descenso es prolongado (más de 6 horas), se recomienda el uso de la cámara hiperbárica para reini- ciar la termogénesis, aumentar el flujo microcirculatorio, favorecer el cierre de los cortocircuitos vasculares y tratar la hipoxia tisular [18, 19] (Fig. 9). En el hospital Se procede a aplicar el protocolo de recalentamiento rápido si no se ha realizado ya sobre el terreno. Se inyecta 6 EMC - Aparato locomotor Lesiones por congelación � E – 14-662 Cuadro 1. Riesgo de amputación en función de la extensión de la lesión inicial el día 0 después de protocolo de recalentamiento rápido (según [16]). Grado de extensión Probabilidad de amputación del segmento afectado (IC 95%) Mano 5 (carpo) 100% 4 (metacarpo) 100% 3 (falange proximal) 83% (66-100) 2 (falange intermedia) 39% (25-52) 1 (falange distal) 1% (0-03) Pie 5 (tarso) 100% 4 (metatarso) 98% (93-100) 3 (falange proximal) 60% (45-74) 2 (falange intermedia) 23% (10-35) 1 (falange distal) 0% Mano y pie 5 (carpo/tarso) 100% 4 (metacarpo/metatarso) 98% (95-100) 3 (falange proximal) 67% (55-79) 2 (falange intermedia) 31% (22-41) 1 (falange distal) 1% (0-2) IC: intervalo de confianza. Figura 9. Tratamiento de una lesión por congelación grave en altura con la cámara portátil de recompresión. aspirina (250 mg) por vía intravenosa, asociada a anal- gésicos si es necesario. A continuación, se realiza una evaluación clínica siguiendo la clasificación DMTM, con la ayuda de la temperatura del pulpejo y del Doppler de alta frecuencia: • estadio 1: desaparición de la lesión inicial después de aplicado el protocolo de recalentamiento rápido; el tra- tamiento es ambulatorio (aspirina 250 mg/día por vía oral durante 10 días), durante el tiempo en que se recu- pera toda la sensibilidad inicial; • estadio 2: persistencia de una lesión inicial después del protocolo de recalentamiento rápido, en al menos una falange distal de un dedo (mano/pie); el tratamiento es ambulatorio con escisión de las flictenas y posibles escaras de los pulpejos (cicatrización dirigida con apósi- tos regeneradores [hidrocoloides], aspirina 250 mg/día por vía oral durante 3 semanas). Duración de las curas: 45 días; • estadio 3: persistencia de una lesión inicial, después de protocolo de recalentamiento rápido, presente en al menos una falange intermedia o proximal de un dedo (mano/pie); hospitalización (aspirina + iloprost con jeringa eléctrica [hasta 50 �g/día] diariamente durante 3 días) (cf posología en el Cuadro 2). La dosis de iloprost se soporta relativamente bien y tiene pocos efectos secundarios (cefaleas, náuseas, hipotensión), pero el Cuadro 2. Modo de administración del iloprost con la jeringa eléctrica. Modo de administración y control Dilución de una ampolla de 0,5 ml de iloprost en 24,5 ml de NaCl al 9‰ Vía intravenosa con jeringa eléctrica: jeringa de 25 ml Velocidad: 1 ml/h durante 30 minutos, después 2 ml/h durante 30 minutos, después 3 ml/h durante 30 minutos hasta 4 ml si el peso es inferior a 75 kg y hasta 5 ml/h si el peso es superior a 75 kg Monitorización FC y PA/30 minutos Complicaciones y conducta práctica En caso de efectos secundarios intolerables, reducir la velocidad de perfusión hasta la velocidad inferior Si PA sistólica inferior a 90, reducir la velocidad de perfusión Contraindicacio- nes Hipotensión, hipersensibilidad, edema pulmonar, arritmia cardíaca, úlcera digestiva activa, traumatismo grave Efectos desconocidos sobre el embarazo Precauciones Prevenir las náuseas, vómitos y dolores de reperfusión con analgésicos y antieméticos Mantener al paciente acostado durante la perfusión NaCl: cloruro de sodio; FC: frecuencia cardíaca; PA: presión arterial. paciente debe permanecer acostado durante la perfu- sión. Es fundamental que exista una buena volemia y que se respeten las reglas de asepsia. Las partes con- geladas deben mantenerse elevadas mientras persiste el edema (1 semana). Salvo el baño efectuado con el protocolo de recalentamiento inicial, deben evitarse los baños durante la hospitalización. Los apósitos se cam- biarán a diario y se usarán interfases hidrocoloides con sulfadiazina argéntica. Si la gammagrafía efectuada el día 3 es normal, el paciente recibe el alta hospitala- ria y se le sigue tratando de forma ambulatoria como si se tratara de un estadio 2. Si la gammagrafía efec- tuada el día 3 muestra zonas de defecto, se mantiene el tratamiento con iloprost durante 7 días y después se realiza otra gammagrafía de controlpara el seguimiento quirúrgico; • estadio 4: persistencia de una lesión inicial, después de protocolo de recalentamiento rápido, por encima de las articulaciones metacarpo/metatarsofalángicas; el paciente es hospitalizado en cuidados intensivos para ser tratado con iloprost porque las complicaciones generales no son infrecuentes (septicemia, síndrome de dificultad respiratoria aguda [SDRA]) en estados frágiles. Si el paciente no presenta ninguna contraindicación, se puede plantear un tratamiento trombolítico en deter- minadas circunstancias: si la congelación tiene menos de 12 horas, la infraestructura médica lo permite y las lesiones son graves y potencialmente invalidantes (por ejemplo: congelación de ambas manos), se le propone al paciente [9, 20] el activador tisular del plasminógeno recombinante (rt-PA, recombinant tissue type plasminogen activator) por vía intravenosa de acuerdo con el proto- colo Gusto (100 mg) antes de la primera perfusión de iloprost (Fig. 10). Si se puede acceder a un servicio de radiología intervencionista, es posible reducir esta dosis (25-50 mg) e inyectarla por vía arterial in situ [10, 11]. Tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) es conocida por contrarrestar los efectos de la isquemia-reperfusión (dis- minución del edema, revascularización de los territorios afectados, neogénesis vascular). Sus efectos bactericidas y bacteriostáticos son bien conocidos en el tratamiento EMC - Aparato locomotor 7 E – 14-662 � Lesiones por congelación Tratamiento de las lesiones por congelación Ambulatorio Día 0 Día 3 Día 7 Primera gammagrafía Gammagrafía normal Gammagrafía anormal con defecto de captación Segunda gammagrafía Aspirina iloprost: 4 días Grado 1 Grado 2 Grado 3 Grado 4 Aspirina: 10 días Aspirina cicatrización dirigida: 45 días Aspirina iloprost: 3 días > 12 horas desde la extracción Aspirine iloprost: 3 jours > 12 horas desde la extracción Aspirina rt-PA y después aspirina iloprost: 3 días Hospitalización Unidad de cuidados intensivos Figura 10. Árbol de decisiones. Trata- miento de las lesiones por congelación. de la gangrena gaseosa. La OHB, además, acelera la cica- trización así como la delimitación de tejido sano/tejido necrosado. Por otra parte, ha mostrado su eficacia en el tratamiento de las quemaduras cuya patogenia es similar a la de la congelación [21–25]. Algunos autores han propuesto la OHB para el tratamiento de lesiones por congelación graves, pero los datos son todavía insuficientes por falta de estudios con series más importantes. Los hospitales de la región del Mont-Blanc, en colaboración con el hospi- tal cantonal de Ginebra (hospitales universitarios), están realizando un estudio prospectivo en el marco de un pro- grama europeo (programa Gelox). Tratamiento local Los primeros procedimientos quirúrgicos se limitan a la punción/escisión de las flictenas, sobre todo cuando son voluminosas, constrictivas y/o están sobreinfectadas. Se realizan entre el tercer y el quinto día, casi siempre bajo anestesia general para poder hacer además una lim- pieza quirúrgica. Se recomienda la anestesia locorregional (pléxica) [26] porque induce una vasodilatación por efecto simpaticolítico temporal. A veces son necesarias las necro- sectomías parciales. La limpieza de las lesiones permite identificar las zonas vascularizadas que pueden conser- varse. A menudo, son necesarios los analgésicos mayores en este estadio. Cuando desaparece el edema, el paciente debe someterse a una movilización activa para evitar las retracciones cutáneas y capsuloligamentarias. La profila- xis antitetánica debe ser sistemática. En las lesiones por congelación graves del pie de estadios 3 y 4, también se suelen prescribir antibióticos y heparinas de bajo peso molecular como profilaxis. Se debe mantener un buen estado nutricional y psicológico. Las aponeurotomías no están indicadas, salvo en el caso excepcional de síndrome compartimental. Tratamiento quirúrgico La primera fase consiste en la escisión y desbrida- miento de las flictenas y de los tejidos necrosados más superficiales. Esto se debe repetir y controlar. Las ampu- taciones, cuando son urgentes por razones sépticas, serán «mínimas». El cierre del muñón, que a veces plantea pro- blemas [27], no debe realizarse a cualquier precio. Es mucho más conveniente hacer más adelante una cirugía plástica de reconstrucción o de simple cobertura. En general, y si no hay complicaciones sépticas, la intervención quirúr- gica dependerá de los resultados de la gammagrafía ósea realizada entre los días 5 y 7. Ya no es necesario esperar a que se forme el surco de eliminación entre los días 30 y 45. La gammagrafía determina el nivel de amputación ósea «necesario». Las posibilidades de reconstrucción qui- rúrgica dependen de la calidad de los tejidos restantes. Por un fenómeno de creeping substitution, es posible con- servar la integralidad de la falange distal y sólo resecar los tejidos blandos necrosados, para dejar la mayor longitud posible a los dedos en los estadios 3-4 DMTM. Cuando la amputación es necesaria, consiste en la resección cir- cular de los tejidos blandos con una sección ósea lo más distal posible en relación con la gammagrafía. En general, la parte de la sección ósea se cubre con el deslizamiento 8 EMC - Aparato locomotor Lesiones por congelación � E – 14-662 de dos colgajos, uno palmar y otro dorsal, que se unen en el extremo del dedo. Lo ideal es avanzar más el col- gajo palmar para llevar la cicatriz a la zona dorsal y que así moleste menos. Cuando se trata de tejidos que han sufrido, los colgajos deben ser anchos y fiables. La cica- trización plantea pocos problemas. A menudo resulta útil la reeducación sensitiva para potenciar la sensibilidad del muñón, que siempre es menor que la de un pulpejo sano. La reconstrucción microquirúrgica es posible, pero mucho tiempo después del accidente, con largos by-pass para reducir el riesgo vascular. Esta posibilidad debe discutirse detenidamente, ya que la morbilidad de la zona donante (transferencia de dedo del pie) a veces es incompatible con las actividades del paciente (profesiones relacionadas con el montañismo). � Lesiones por congelación e hipotermia Las hipotermias de montaña se pueden clasificar en dos grandes categorías [28]. Hipotermias de aparición rápida Se observan en las caídas en grietas o en las avalan- chas. Como la congelación puede ser considerada como una manera de luchar contra el frío, no tiene tiempo de aparecer porque la isquemia distal secundaria a la vaso- constricción periférica es de corta duración. Plantea un problema de reanimación aguda que queda fuera del tema de este artículo. Hipotermias de aparición lenta Aquí entran en juego el agotamiento y la hipoxia. La isquemia se prolonga y gana terreno hora tras hora. Para mantener la temperatura central del organismo, se sacrifi- can las extremidades, primero por cierre de los esfínteres precapilares y después por abertura de los cortocircuitos a nivel de la muñeca y/o de los tobillos. � Lesiones por congelación en una expedición En una expedición, el riesgo de amputación es más elevado por la falta de medios, tanto medicamentosos como de cuidadoslocales, por la falta de asepsia que puede favorecer la sobreinfección, por las complicaciones tromboembólicas asociadas a la poliglobulia de altura, la deshidratación y la hipoxia tisular que deriva de la baja presión en altura. Todos ellos son obstáculos insalvables que van a dificultar la reperfusión de los pedículos vas- culares. Un estudio reciente, cuyo objetivo era reducir el riesgo de amputación grave [19], propone tratar la lesión con iloprost durante la expedición, siempre que se cuente con un médico experimentado y con la posibilidad de monitorizar la presión arterial. Dos informes casuísticos describen el uso de trombolíticos en los campamentos base del Himalaya, a más de 4.500 metros, sin ninguna complicación en particular. Los autores sólo recomiendan su uso por un médico experimentado, en casos de lesio- nes por congelación graves y extensas, recalentadas hace menos de 12 horas y después de informar al paciente de los posibles riesgos. También se recomienda el uso de la cámara de recompresión hiperbárica portátil, siguiendo una pauta de tres sesiones de 1 hora al día, a la espera de bajar a cotas inferiores [18]. Se propone igualmente el blo- queo distal selectivo con ropivacaína o bupivacaína, como alternativa para eliminar el espasmo y tratar el dolor [26, 29]. � Secuelas En caso de amputación, las primeras secuelas son esté- ticas y funcionales. Éstas deben evaluarse, compensarse y tratarse según su localización. Los trastornos sensitivos suelen ser constantes y pueden persistir durante mucho tiempo en forma de dolores y/o disestesias. Los trastornos vasomotores son frecuentes, así como la anquilosis articu- lar y los trastornos tróficos de piel y faneras. A más largo plazo (varios años), puede aparecer osteoporosis y/o artro- sis precoz por afectación del cartílago [30] o aplastamiento de geodas subcondrales. Los estudios sobre las secuelas de las lesiones por conge- lación son escasos. La experiencia de Chamonix muestra la semiología subjetiva como la causa principal de las secuelas que se manifiestan por fenómenos dolorosos que se van atenuando con el tiempo, mientras que la hipersensibilidad al frío persiste [30]. Los signos subjeti- vos se caracterizan por modificaciones de la piel, que se vuelve fina, lisa y muy sensible. Con el tiempo, las extre- midades presentan hiperhidrosis o hiperqueratosis, y la “ Conducta práctica Prevención • Buena hidratación, ropa, guantes y calzado ade- cuados y de buena calidad. • Evitar que el calzado y la ropa estén demasiado ceñidos. • Evitar el tabaco y los excitantes (cafeína). • Combatir la humedad (ropa interior y calcetines de recambio). • Prevención medicamentosa posible con aspi- rina, la mañana antes de la marcha. Conducta práctica sobre el terreno • Recalentamiento de las partes congeladas con masajes suaves y descongestión evitando los trau- matismos cutáneos. • Recalentamiento interno con bebidas calientes y recalentamiento externo por inmersión lo antes posible de las extremidades congeladas en agua a 38 ◦C durante 1 hora. • Aspirina (250 mg) o nifedipino (10 mg). • Clasificación DMTM para establecer estadio de gravedad: – si estadio 1 o 2: tratamiento ambulatorio aspi- rina y cuidados locales (interfaz hidrocoloide); – si estadios 3 y 4: profilaxis antibiótica (amoxi- cilina + ácido clavulánico) y traslado urgente a un centro hospitalario. Conducta práctica en el hospital • Aspirina (250 mg) por vía parenteral 8 días. • Sólo si la congelación grave es de estadio 4 y de menos de 12 horas: rt-PA intravenoso. • Iloprost intravenoso para estadios 3 y 4 durante 3 días más 4 días si la gammagrafía del día 3 mues- tra un defecto de captación. • Profilaxis antibiótica ante lesiones por conge- lación graves en los pies (amoxicilina + ácido clavulánico). • Gammagrafía ósea con Tc-99m los días 3 y 7. • Escisión y/o cepillado de las flictenas en el qui- rófano entre los días 3 y 5. • Amputación en función de resultados de la gammagrafía y cirugía plástica secundaria si es necesario. EMC - Aparato locomotor 9 E – 14-662 � Lesiones por congelación A B Figura 11. Tratamiento de lesiones por congelación de las manos estadio 3 sólo con iloprost 10 horas después de su extracción del frío (A). Curación total el día 10 (B) (foto de D. Picolo). deformidad de las faneras es muy característica. En caso de amputación, se pueden observar cicatrices antiestéticas y molestas. Se han descrito casos de transformación carci- nomatosa (espinocelulares) de cicatrices por lesiones por congelación, aunque los autores nunca lo han observado. Entre las secuelas tempranas predomina la osteoporosis, presente en el 50% de los casos y que desaparece en un plazo de 6-15 meses. Las secuelas tardías se caracterizan por verdaderas osteoartropatías secundarias con pinza- miento de la interlínea y microgeodas yuxtaarticulares en espejo. En casos menos frecuentes, se observan periostitis, acropatías ulceromutilantes y trastornos tardíos a nivel de los cartílagos de crecimiento en el niño. De la experiencia de los autores se desprende que un 8% de los pacientes no presenta ninguna secuela, un 46% presenta hipersensibi- lidad al frío, un 36% es portador de trastornos subjetivos y tróficos permanentes más o menos invalidantes y en el 10% restante el resultado funcional es mediocre. � Conclusión La prevención sigue siendo fundamental. Cuando ya se ha producido la lesión por congelación, lo más impor- tante es aplicar precozmente un tratamiento adecuado, y para ello, el recalentamiento rápido es primordial. Con el fin de limitar el fenómeno de necrosis progresiva secunda- ria, es preciso recurrir a las nuevas terapias; iloprost para los estadios 3 y 4, trombólisis e iloprost para los estadios 4 extensos, siempre que no existan contraindicaciones. La evolución es siempre larga; las amputaciones por encima de la muñeca y/o tobillo son ahora más infrecuentes, pero las secuelas funcionales y tróficas pueden ser todavía muy invalidantes (Fig. 11). � Bibliografía [1] Killian H. 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Institut de formation et de recherche en médecine de montagne (IFREMMONT), 509, route des Pèlerins, 74400 Chamonix, France. F. Moutet, Professeur des Universités, praticien hospitalier. Clinique de chirurgie de la main et des brûlés, SOS Main Grenoble, Hôpital Albert-Michallon, CHU de Grenoble, 38270 Grenoble cedex 09, France. Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Cauchy E, Moutet F. Lesiones por congelación. EMC - Aparato locomotor 2016;49(4):1-11 [Artículo E – 14-662]. Disponibles en www.em-consulte.com/es Algoritmos Ilustraciones complementarias Videos/ Animaciones Aspectos legales Información al paciente Informaciones complementarias Auto- evaluación Caso clinico EMC - Aparato locomotor 11 http://www.ifremmont.com/ Lesiones por congelación Introducción Definición Clínica y fisiopatología Fase primaria: enfriamiento y efecto de la lesión por congelación (día 0) Fase secundaria: recalentamiento y necrosis progresiva (días 1-2) Fase tardía: lesiones definitivas (días 7-45) Clínica Pruebas complementarias Gammagrafía ósea con tecnecio 99m Arteriografía Resonancia magnética Doppler y eco-Doppler Temperatura del pulpejo Nueva clasificación y pronóstico Tratamiento Sobre el terreno En el hospital Tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica Tratamiento local Tratamiento quirúrgico Lesiones por congelación e hipotermia Hipotermias de aparición rápida Hipotermias de aparición lenta Lesiones por congelación en una expedición Secuelas Conclusión
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