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FacMed_Sep-Oct_2011

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Contenido
Editorial
Los congresos médicos ........................................................................................................ 2
The medical congresses
Ruy Pérez Tamayo
artíCuloS originalES
Original article
Prevalencia de síndromes geriátricos en el 2010 en ancianos 
hospitalizados en el ABC Medical Center ........................................................................ 4
Prevalence of geriatric syndrome among elderly patients attended in 
ABC Medical Center, 2010
Carlos d’Hyver de las Deses, Teresa León, Lorenza Martínez-Gallardo Prieto
Fragilidad y sarcopenia .....................................................................................................12
Frailty and sarcopenia
Raúl Carrillo Esper, Jimena Muciño Bermejo, Carlos Peña Pérez, 
Ulises Gabriel Carrillo Cortés 
artíCulo dE rEviSión
Review article
Impacto de las políticas antitabaco en México ................................................................. 22
Impact of anti-smoking policy in Mexico
Horacio Rubio Monteverde, Tatiana María Rubio Monteverde, Rafael Álvarez Cordero
CaSo ClíniCo
Clinical case
Absceso hipofisiario: Presentación de un caso ................................................................. 34
Hypophyseal abscess: A case
Fernando Pável González-Ibarra, Christian Paul Guzmán-Astorga, Elfego Albraham Leyva- 
Álvarez, Candelario Publio Hernández-Félix, Pedro Daniel Estevan-Ortíz, Marcela Gómez 
Llanos-Navidad
CaSo ClíniCo-radiológiCo
Clinical-radiological Case
Haga su diagnóstico...........................................................................................................39
Make your diagnosis
José Luis Ramírez Arias
CorrElaCionES hiStóriCaS
Historic correlations
El Centenario de la descripción de cuerpos de Mallory ..............................................40
The centennial of Mallory bodies description
Jesús Aguirre García
artíCulo dE rEFlEXión
Article for reflection
Las alternativas farmacéuticas (Medicamentos innovadores, de patente, 
genéricos, similares y otros) .............................................................................................46
Pharmaceutical alternatives (Innovative drugs, patented drugs, generic drugs, 
similar drugs and others)
Alberto Lifshitz Guinzberg
rESponSabilidad proFESional
Profesional responsibility
Retención de restos placentarios, 
Importancia del expediente clínico en la valoración de la atención médica ..........50
María del Carmen Dubón Peniche
artE y mEdiCina
Art and medicine
Salud y Publicidad ..............................................................................................................58
Health and Advertising
Rafael Álvarez Cordero
ConoCE tu FaCultad
Get to know your school
La Unidad de PET/CT ..........................................................................................................60
The PET/CT Unit
Paulina Bezauri Rivas
director
Dr. Enrique Graue Wiechers
Editor
Dr. Rafael Álvarez Cordero 
rac@liceaga.facmed.unam.mx
Comité editorial
Dr. Luis Ize Lamache, Dr. Antonio Carrasco Rojas, 
Dr. Carlos Viesca Treviño, Dr. Ruy Pérez Tamayo, Dr. 
Rubén Argüero Sánchez, Dr. Manuel Antonio Díaz de 
León Ponce, Dr. Bruno Estañol Vidal, Dr. David Gon-
zález Bárcena, Dr. César Gutiérrez Samperio, Dr. Juan 
José Hicks Gómez, Dr. Carlos Ibarra Pérez, Dr. Pablo 
Kuri Morales, Dr. José Luis Ramírez Arias, Dr. Horacio 
Rubio Monteverde, Dr. Roberto Uribe Elías, Dr. Fabio 
Salamanca Gómez.
asistente del editor
L.A. María del Rocío Sibaja Pastrana 
rsibaja2001@hotmail.com
REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNAM, 
Vol. 54, No. 5, Septiembre-Octubre por la Facultad de 
Medicina de la UNAM, Dirección: Ciudad Universitaria, 
circuito interior, edificio B, tercer piso, CP 04510, Méxi-
co, DF. Teléfonos: 56232154, 56232508 y 56232300, ext.: 
43028 y 43029. Portal web: www.revistafacmed.com. 
Editor responsable: Rafael Álvarez Cordero. 
 Reservas de Derechos al uso exclusivo No. 04-2004-
031713505800-102, ISSN: 0026-1742. Licitud de Título 
No. 3669, Licitud de Contenido No. 3101, ambos otor-
gados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y 
Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Per-
miso SEPOMEX, registro para correspondencia de Publi-
caciones Periódicas No. PP09-1026. Impresa por Grupo 
Integra, S. A. de C. V., Av. Insurgentes Sur 1898, piso 12, 
Col. Florida, C.P. 01020, Delegación Álvaro Obregón, 
México, D. F., éste número se terminó de imprimir el 30 
de agosto de 2011 con un tiraje de 4,000 ejemplares. Los 
trabajos firmados son exclusiva responsabilidad de los 
autores. Prohibida la reproducción total o parcial de los 
artículos contenidos en este número sin consentimien-
to del editor.
Grupo Integra: servicios integrales para revistas; dise-
ño, edición, impresión, portal Web, distribución física 
y electrónica, actualización de BD. Tel: 9000-4411; co-
rreo electrónico: servicioseditoriales@gpo-integra.com
Producción editorial: 
Diseño, maquetación y corrección de estilo: 
Nayeli Zaragoza, Pedro María León. Portal Web: Astrid 
Torres. Traducciones: Dr. José Luis Pérez
Fotografía de Portada: 
Concepto y texto: Micah Rush 
Concepto, fotografía y diseño: Kelly Ashcraft 
Datos para contacto:
micahrushdesign@gmail.com
www.micahrushdesign.com <http://www.micahrushdesign.com> 
kellyashcraft@yahoo.com
www.kellyashcraft.com <http://www.kellyashcraft.com> 
Versión electrónica en: 
www.revistafacmed.com
vol. 54 n.° 5. Septiembre-octubre 2011
ISSN 0026-1742
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2
Editorial
los congresos médicos han cambiado sus funciones a lo largo del tiempo. En sus principios, tenían como objetivo primario la comunicación de las ideas y de los 
avances en la profesión, tanto en lo conceptual como en la experiencia clínica, diag-
nóstica o terapéutica. Eran organizados por las diferentes sociedades médicas nacio-
nales e internacionales, y su financiamiento corría por cuenta de los asistentes, que 
acudían atraídos por la oportunidad de escuchar a las grandes figuras del momento 
disertar sobre los temas de mayor actualidad. El público no era muy numeroso y su 
participación activa era muy escasa; la mayoría se limitaba a escuchar las conferen-
cias magistrales y a conversar informalmente con colegas sobre distintos temas, sin 
la pretensión de disertar en las sesiones o de presentar sus observaciones en forma de 
Desde su fundación, la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM ha con-
tado con la colaboración editorial del editor en jefe, quien en cada número 
aborda uno de los asuntos que interesan a la comunidad estudiantil, a la co-
munidad médica o al público en general. 
En esta nueva etapa de nuestra Revista, se ha considerado conveniente 
extender una invitación a distinguidos miembros de la comunidad universita-
ria, maestros, investigadores, escritores, etc., para que redacten el texto de la 
Editorial; ésta decisión abrirá las puertas a nuevas visiones acerca de nuestra 
Revista, permitirá que se expresen otras opiniones y seguramente será de inte-
rés para todos los lectores. 
El editor invitado de este número es una de las personalidades más impor-
tantes en la Medicina mexicana, el doctor Ruy Pérez Tamayo, quien representa 
todo lo que un estudiante de medicina o un médico puede desear para su vida 
profesional: es un médico brillante, investigador de talla internacional, escritor 
prolífico, conferencista magistral, analista de la realidad nacional, magnífico 
conversador, enólogo experto y gourmet amateur; ha recibido numerosos pre-
mios y reconocimientos, y es doctor Honoris Causa de muchas universidades; 
debido a que en ésta época del año es cuando se celebra la mayor parte de los 
congresos médicos, escribió este editorial al respecto.
Esta Revista está abierta a sugerencias respecto a futuros colaboradores 
como editorialistas invitados. 
Dr. Rafael Álvarez Cordero
Editor
Los congresos médicos
3Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011
trabajos formales. Con el desarrollo progresivo de lainvestigación biomédica, sobre 
todo en Europa en el siglo XVIII, los congresos médicos empezaron a cambiar poco a 
poco en su estructura, sin abandonar su interés primario en la difusión de los nuevos 
conocimientos: conservando la prioridad de las conferencias magistrales, al mismo 
tiempo se abrió un nuevo tipo de participación para los asistentes voluntarios, a los 
que se asignaban espacios breves para la presentación de sus ideas y experiencias, casi 
siempre en forma de discusiones de mesa redonda. Era frecuente que en tales activi-
dades participaran sobre todo los profesores de las escuelas de medicina y los jefes de 
servicio de los grandes hospitales, y que el público estuviera conformado principal-
mente por sus respectivos estudiantes y asistentes. Los congresos médicos de Francia 
y Alemania conservaron esta estructura durante casi todo el siglo XVIII y parte del 
siglo XIX.
Con el desarrollo de nuevos medios de comunicación, como las publicaciones 
periódicas, el teléfono y el telégrafo, junto con una mayor movilidad de la población, 
los congresos médicos dejaron de ser la forma principal de adquisición de nuevos 
conocimientos, y aunque conservaron sus funciones educativas, las novedades mé-
dicas empezaron a difundirse y a conocerse más rápidamente través de los nuevos 
medios. Además, los congresos empezaron a concederle cada vez mayor espacio a 
los trabajos de los asistentes, quienes a su vez preferían aquellas reuniones en las que 
podían participar activamente. Otros dos elementos que se desarrollaron rápidamente 
a fines del siglo XIX y principios del siglo XX contribuyeron a esta metamorfosis: el 
aumento progresivo en el número de médicos investigadores, básicos y clínicos, en 
todo el mundo occidental, y el crecimiento paralelo de los intereses económicos de las 
empresas comerciales relacionadas con la medicina. A mediados del siglo XX los con-
gresos médicos ya habían adquirido nuevos objetivos, que no sólo igualaron sino que 
reemplazaron a los iniciales, principalmente dirigidos a la difusión de los avances del 
conocimiento. Se hicieron prioritarios los intereses en la promoción del prestigio de 
los investigadores, en la prioridad de los descubrimientos científicos y de los avances 
diagnósticos y terapéuticos, en la introducción de nuevas tecnologías y de nuevas dro-
gas. Las exposiciones comerciales crecieron explosivamente, tanto en tamaño como 
en inversión, y empezaron a participar en el financiamiento de distintos aspectos de 
los congresos médicos. En los años ochenta del siglo XX yo asistí a un congreso en los 
Estados Unidos en el que había 12,000 participantes, 4,000 de ellos eran miembros 
de las empresas comerciales; se presentaron 3,200 trabajos científicos y se expusieron 
2,700 carteles (entre ellos, el mío).
Con el mayor desarrollo de los medios de comunicación actuales, especialmente 
los electrónicos, la difusión de la información científica médica ya no se hace en los 
congresos médicos. Y sin embargo, éstos se siguen celebrando ahora con una estruc-
tura compleja que ya no se parece en nada a la que tenían sus antecesores. Creo que 
la mejor forma de conservar los aspectos positivos de los congresos médicos (y evitar 
hasta donde sea posible los aspectos negativos), es haciéndolos breves, con poca gente 
(todos buenos amigos) y con un solo tema, en sitios agradables, con frecuencia anual 
o bienal, y sin financiamiento por intereses comerciales.
Por mi raza hablará el espíritu
Ruy Pérez Tamayoa
Editorialista invitado
aDepartamento de Medicina Experimental, Facultad de Medicina. UNAM.
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 4
Fertilidad masculina modulada por melatonina
aGeriatría ABC Medical Center IAP. México, D.F.
bMedicina Interna, Hospital Juárez de México.
cGeriatria, ABC Medical Center IA. México, D.F.
Artículo original
prevalencia de 
síndromes geriátricos
En el 2010 en ancianos hospitalizados en el 
ABC Medical Center IAPEs
Carlos d´Hyver de las Desesa, Teresa Leónb,
Lorenza Martínez-Gallardo Prietoc
Resumen
Objetivos: determinar la prevalencia de síndromes geriátri-
cos en ancianos de 80 años o mayores en el ABC Medical 
Center IAP y compararla con la encontrada 5 años antes. 
Relacionar ambas con la reportada en la literatura geriátrica.
Pacientes y métodos: estudio retrospectivo, descriptivo, 
transversal de personas adultas mayores de 80 años y que 
ingresaron al ABC Medical Center IAP durante el periodo de 
marzo 2009 a julio 2010, a quienes se les realizó una valora-
ción geriátrica completa.
Resultados: se incluyó a 369 pacientes, con edad media de 
84.49 ± 4.4 años, de ellos 216 eran mujeres (58.5%). La valo-
ración permitía identificar 23 síndromes geriátricos, el más 
frecuente fue el de polifarmacia, con prevalencia del 56.91%, 
y el menos frecuente fue abuso-maltrato, con 0%. Compara-
tivamente con lo encontrado hace 5 años, se encontró que 
la mayoría de los síndromes disminuyeron; sin embargo, caí-
das, inmovilidad, trastornos de la marcha, deterioro cognitivo, 
desnutrición, obesidad, déficit visual, auditivo, colapso del 
cuidador y abuso/maltrato tuvieron una prevalencia similar. 
La depresión y el déficit auditivo mantuvieron rangos simila-
res a los reportados en la literatura médica.
Conclusiones: la prevalencia de los síndromes geriátricos en 
nuestra población está determinada por el nivel socioeco-
nómico y por la edad (viejos-viejos). El conocimiento de 
los principales síndromes geriátricos reportados permite 
implementar acciones específicas que disminuyan su pre-
sentación, por medio de programas de educación e infor-
mación dirigidos tanto a médicos y personal paramédico, 
como a familiares y los propios pacientes.
Palabras clave: ancianos, hospitalizados, síndromes geriátricos.
Prevalence of geriatric syndrome among 
elderly patients attended in ABC Medical 
Center, 2010
abstract
Objective: To determine the prevalence of geriatric syndro-
mes in elderly patients over 80 years of age in the ABC Me-
dical Center IAP, a Private Institution, and compare it with 
that found five years earlier, and compare both with the one 
reported in the literature.
Patients and methods: A retrospective, descriptive, cross-
sectional study of adults over 80 years of age admitted to 
the ABC Medical Center IAP from March 2009 to July 2010, 
who underwent a comprehensive geriatric assessment.
Results: 369 patients were included, mean age 84.49 ± 
4.4, 216 were women (58.5%). The assessment allowed the 
identification of 23 geriatric syndromes; the most frequent 
was polypharmacy with a prevalence of 56.91% and the 
O
ct
av
io
 Ló
pe
z
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 5
C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto 
less frequent was abuse with a prevalence of 0%. Most syn-
dromes decreased, compared to 5 years ago. However, the 
prevalence of some geriatric syndromes like falls, immobi-
lity, gait disturbance, cognitive impairment, malnutrition, 
obesity, poor vision, hearing, caregiver collapse, and abuse/
ill-treatment were similar to those reported five years ago. 
Depression and hearing loss maintained similar levels as 
those reported in medical literature.
Conclusions: The prevalence of geriatric syndromes in our 
population is determined by the socioeconomic level and 
by age itself (old-old). Knowledge of the main geriatric syn-
dromes allows the implementation of specific actions to re-
duce their occurrence, through educational and informati-
ve programs addressed to health professionals, families and 
the very patient.
Key words: geriatric syndromes, elderly, hospitalized.
introduCCión
Los síndromes geriátricos son el conjunto de sín-
tomas y signos que pueden ser manifestaciones de 
una o diversas patologías que frecuentemente se 
entrelazan, producen por su interrelación una gran 
cantidad de morbilidad, deterioro de la autono-
mía y llegan a producir la muerte. Por su frecuente 
presentación y las consecuencias de las mismas a 
nivel personal, familiar y social,deben de tenerse 
en mente, ya que traducen el estado actual del pa-
ciente y su pronóstico.
El síndrome de caídas es uno de los más fre-
cuentemente reportados, algunas de sus consecuen-
cias son inmovilidad, depresión, lesiones, escaras 
y fracturas que incluyen aspectos neurológicos, 
cardiovasculares y musculoesqueléticos. Este sín-
drome ejemplifica la importancia de pensar en él, 
conocer su presentación, su frecuencia, prevalencia 
y medios de tratamiento, rehabilitación y, princi-
palmente, su prevención. Es importante valorar los 
cambios que se producen con el tiempo en su pre-
valencia para valorar las acciones tomadas para su 
control, así como un mecanismo de retroalimen-
tación de las actividades realizadas o aquellas que 
aún faltan para implementar en un lugar determi-
nado: ABC Medical Center IAP.
Gr
ee
ns
id
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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 6
Prevalencia de síndromes geriátricos
Los síndromes geriátricos son el 
conjunto de síntomas y signos 
que pueden ser manifestaciones 
de una o diversas patologías, que 
frecuentemente se entrelazan, 
producen por su interrelación 
una gran cantidad de morbilidad, 
deterioro de la autonomía y llegan a 
producir la muerte. 
paCiEntES y mÉtodoS
Sin importar la causa del ingreso, se realizó una 
valoración geriátrica a todos los pacientes de 80 
años o mayores ingresados en el ABC Medical 
Center durante el periodo de marzo del 2007 a 
julio del 2010. Dicha valoración se realizó al día 
siguiente de su ingreso hospitalario. Se excluyó 
a los pacientes que ingresaban a terapia intensi-
va, a los que rehusaron la valoración, o a quie-
nes por su estado físico o mental no estuvieron 
aptos para la aplicación de diversos test que se 
incluyen como instrumentos para la valoración 
geriátrica.
Se definió como síndrome de caídas a la presen-
cia de 2 o más eventos en un periodo de 12 meses; 
incontinencia urinaria a la pérdida involuntaria 
de orina, que representará un problema social; in-
continencia fecal a la evacuación sin control de 
más de 1 mes de evolución; inmovilidad a la li-
mitación de las funciones motoras que interfieren 
con las actividades básicas de la vida diaria. Estre-
ñimiento a la evacuación de materia fecal menor 
a 3 veces por semana, consistencia dura, dolor o 
necesidad de ayuda digital o de supositorios para 
lograr la expulsión.
Asimismo, se definió como obesidad a un ín-
dice de masa corporal mayor a 30 kg/m2; altera-
ción del sueño a la presencia de insomnio, apnea 
del sueño, síndrome de piernas inquietas, o si 
dentro de la lista de medicamentos existía algún 
medicamento utilizado para conciliar el sueño. 
Cualquier alteración de los dientes o de los pies se 
tomo en cuenta en esos rubros.
Ante la existencia de delirium o depresión se 
consideró no valida la opción de deterioro cogniti-
vo. Se consideró fragilidad a la existencia de cuan-
do menos 3 de los criterios siguientes: pérdida de 
peso, deterioro cognitivo, depresión, problemas 
psicosociales, déficit sensorial o incontinencia.
Se definió como portador de pérdida de la au-
tonomía a quien fue incapaz de realizar las activi-
dades básicas de la vida diaria (ABVD) o activida-
des instrumentales de la vida diaria (AVDI). Éstas 
fueron valoradas mediante las escalas de Lawton y 
Katz.
El déficit sensorial se consideró positivo ante la 
presencia de alteraciones visuales o auditivas que 
no contaran con compensación de auxiliares o ante 
la negativa a la pregunta “¿A pesar de sus anteojos 
o auxiliar auditivo su visión o audición es buena?”.
Se consideró polifarmacia al uso previo al in-
greso de 5 o más medicamentos. Se consideraron 
los trastornos hidroelectrolíticos si las cifras de 
laboratorio de electrolitos estaban por arriba o 
debajo de los límites normales. La hiperglicemia a 
una glucosa mayor de 200 mg/dl.
rESultadoS
Se incluyó a un total de 369 pacientes mayores de 
80 años, con una edad media de 84.49 ± 4.4 años 
(mínima 80, máxima 100). Se excluyó a 22 pa-
cientes. El 58.5% (n=216) era de sexo femenino. 
La gran mayoría de los participantes tenía un nivel 
socieconómico alto.
El síndrome geriátrico más frecuente fue el de 
polifarmacia, con una prevalencia de 56.9%, y el 
menos frecuente fue abuso/maltrato, donde no 
se obtuvo reporte de algún caso. En la tabla 1 se 
muestra la distribución encontrada de cada síndro-
me.
La prevalencia de cada uno de los síndromes ge-
riátricos fue como a continuación se describe: po-
lifarmacia 56.91% (n=210), déficit visual 56.36% 
(n=208), déficit auditivo 30.35% (n=112), desnu-
trición 23.3% (n=86), deterioro cognitivo 22.22% 
(n=82), depresión 21.68% (n=80), trastorno 
del sueño 21.4% (n=79), trastorno de la marcha 
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 7
C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto 
tabla 1. Comparación de la prevalencia de síndromes geriátricos encontrada en el estudio, en 2004 y la 
reportada en la literatura médica
Síndrome geriátrico Prevalencia en el estudio (%)
Prevalencia en 2004 
(%)
Prevalencia literatura 
(%)
Caídas 20.9 23.4 31.35
Depresión 21.7 32.4 12.24
Fragilidad 14.7 33.6 0.46
Delirium 4.9 13.6 10
Inmovilidad 6.5 6.8 15
Escaras de decúbito 1.9 4.0 3-11
Trastornos de la marcha 21.1 24.2 25
Deterioro cognitivo 22.2 25 25-45
Incontinencia urinaria 17.0 38.2 15-30
Incontinencia fecal 2.1 6.0 3.7-27
Constipación 18.1 35.8 40
Pérdida de la autonomía 12.1 56.6 50
Desnutrición 23.3 24.8 40-60
Obesidad 11.7 12.4 6
Déficit visual 56.3 58.0 16
Trastornos del sueño 30.3 34 30
Padecimiento podiátrico 21.4 35.2 50
Padecimiento dental 4.6 13.8 80
Padecimiento dental 16.8 30.2 13-89
Trastornos hidroelectrolíticos 17.3 48.8 11-25
Polifarmacia 56.9 68.2 28
Colapso del cuidador 2.4 2.8 16-38
Abuso/maltrato 0 0.6 35
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 8
Prevalencia de síndromes geriátricos
21.13% (n=78), caídas 20.86% (n=77), constipa-
ción 18.15% (n=67), trastornos hidroelectrolíticos 
17.34% (n=64), incontinencia urinaria 17.07% 
(n=63), patología dental 16.8% (n=62), fragilidad 
14.63% (n=54), pérdida de la autonomía 2.19% 
(n=45), obesidad 11.65% (n=43), síndrome de 
inmovilización 6.5% (n=24), delirium 4.87% 
(n=18), patología de los pies 4.6% (n=17), colap-
so del cuidador 2.43% (n=9), incontinencia fecal 
2.16% (n=8), escaras 1.89% (n=7), abuso-maltra-
to 0%.
diSCuSión
Los síndromes geriátricos son el pilar del estudio de 
adultos mayores; son padecimientos a los que está 
propenso todo individuo, por la misma edad y la 
presencia de múltiples patologías. Representan un 
medio para conocer la morbilidad y el pronóstico 
de la persona en cuanto a calidad de vida. A pesar 
del peso específico de los mismos, no son utiliza-
dos en el resto de la literatura médica no geriátrica, 
por lo que no suelen diagnosticarse ni tratarse. No 
conocemos reportes de todos los síndromes en su 
conjunto, salvo el de García (2006), proveniente 
de ésta misma institución hospitalaria, ya que se 
suelen estudiar en forma individual y no en su glo-
balidad y en adultos más jóvenes, no viejos-viejos 
(mayores a 80 años). Hay que considerar que el 
nivel socioeconómico, educativo y cultural que 
nuestra institución atiende es alto y de aquí que los 
resultados no sean extrapolables a otros sitios con 
diferentes características. La similitud encontrada 
en la prevalencia de algunos de ellos y la reportada 
en la literatura nos hace pensar que la susceptibi-
lidad a los mismos es independiente de estos as-
pectos y que pueden relacionarse directamente con 
el envejecimiento per se, y son independientes del 
acceso a los servicios de salud a los que suele acudir 
la población en general.
Las caídas en nuestro medio han ido dismi-
nuyendo paulatinamente; el hospital ABC cuenta 
con un programa especial de caídas llevado a cabo 
por enfermería, que pretende tanto disminuir estos 
accidentes en las mismas instalaciones durante la 
estancia hospitalaria como educar al paciente y a la 
familia para evitar caídas en casa.Se les hace hin-
capié por parte de geriatría en la no utilización de 
lentes bifocales para andar en las calles y la coloca-
ción de barras de sostén en las regaderas. Pensamos 
que todos estos hechos favorecen la disminución 
de accidentes.
La depresión es otro de los síndromes que han 
disminuido en nuestro medio, aunque permanece 
dentro de los porcentajes conocidos en la comuni-
dad en general. No tenemos una explicación clara 
de esta disminución en la prevalencia en nuestro 
medio, tendremos que seguir valorando los cam-
bios que se presenten.
La fragilidad ha disminuido de 33.6% a 
14.7%, lo que porcentualmente es mucho y se-
guimos muy bajos en comparación al 46% des-
crito en la literatura. Si bien estamos frente a una 
población cuidada, vigilada y con recursos, esto 
no sería una explicación por sí misma; la tenden-
cia a disminuir las capacidades, la sarcopenia, la 
suma de patologías y la edad de nuestro grupo 
etáreo debería de presentar porcentajes más altos. 
Una probable explicación sería la falta de integra-
ción o diagnóstico de fragilidad por parte de los 
médicos. Esto representa un foco rojo que habrá 
de corregirse haciendo hincapié en su identifica-
ción para poder actuar correctamente, y es una de 
las causas de deslizamiento y mortalidad a corto 
y mediano plazo.
El delirium disminuyó significativamente y estu-
vo muy bajo comparado con la literatura mundial. 
Se han hecho campañas en el hospital y mediante 
la presentación de sesiones generales sobre el tema, 
las cuales han aumentado las acciones preventivas 
para delirium por parte de todo el personal. En lo 
que respecta a los pacientes de áreas como terapia 
intensiva, la presentación seguramente es mayor 
pero son pacientes a quienes por su inestabilidad, el 
servicio de geriatría no valora.
La inmovilidad permanece en nuestro hospital 
con un bajo porcentaje comparado con la literatu-
ra, sin embargo, los porcentajes no han cambiado 
en el transcurso del tiempo en nuestro medio. Este 
mismo hecho va en relación a la baja presentación 
de escaras de decúbito que tienen los pacientes, ya 
que la inmovilidad y las escaras van de la mano en 
su presentación.
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 9
Los trastornos de la marcha y el deterioro cog-
nitivo no sufrieron gran cambio en la prevalencia 
que se presenta.
La incontinencia urinaria detectada fue mas 
baja que lo reportado hace 5 años y menor a lo 
descrito en la literatura. Este resultado puede expli-
carse por fallas u omisión en la detección al realizar 
la historia clínica o valoración geriátrica, lo mismo 
sucede seguramente en cuanto a incontinencia fe-
cal, ya que nuestros porcentajes son más bajos que 
lo reportado en la literatura mundial.
La constipación es mas baja a la reportada en 
otros lados, probablemente debido a que la ali-
mentación contiene mayor cantidad de fibra, se 
pide a los pacientes movilidad y se insiste en la in-
gesta de líquidos.
La pérdida de la autonomía esta ligada a la 
movilidad que tienen nuestros pacientes, facilitar 
la misma, pedirles caminatas en los pasillos, insis-
tir en que hagan las cosas por sí mismos aunque 
se les ayude parcialmente y los servicios de reha-
bilitación temprana facilitan que los pacientes 
guarden lo mas posible su autonomía. Parece que 
los programas implementados han logrado bene-
ficios.
La desnutrición suele ser un factor a considerar 
en el retraso de la cicatrización, es relevante en los 
procesos de rehabilitación ortopédica y en todas las 
patologías en las que se tenga una hospitalización 
prolongada. En nuestro medio son pocas las perso-
nas que se encuentran desnutridas, los altos niveles 
económicos y la ayuda que directa o indirectamen-
te se encuentra en los hogares de nuestros pacientes 
hace difícil que exista, sin embargo, existen casos 
en donde otros problemas médicos intervienen en 
la aparición de desnutrición. 
Por aspectos de envejecimiento en sí, la obesi-
dad no se aprecia fácilmente en los pacientes ma-
yores de 80 años, esto explica el bajo porcentaje 
que encontramos.
C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto 
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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 10
Prevalencia de síndromes geriátricos
En cuanto a los déficits sensoriales, visual y au-
ditivo, se detectan fácilmente en las personas que 
atendemos debido a que son una población sensi-
bilizada en estos aspectos.
Los trastornos del sueño representan una dis-
minución en cuanto a la literatura mundial. Es po-
sible que el ambiente en que estamos contribuya 
a que las personas tengan un descanso mayor y se 
facilite el sueño.
La polifarmacia es encontrada en forma impor-
tante en nuestro medio (56.9%), ya que la aten-
ción médica es una de las prioridades de nuestra 
población, donde las patologías son atendidas en 
forma oportuna y por el especialista del área co-
rrespondiente. Lamentablemente no existe una 
comunicación entre médicos, lo que produce in-
teracciones medicamentosas y efectos secundarios 
frecuentes. El nivel económico permite la adquisi-
ción de todos los fármacos recetados y el consumo 
de los mismos por años. Es necesario incrementar 
la comunicación entre médicos, señalar la impor-
tancia de ver a los pacientes como un todo y no 
solo como órganos enfermos específicos.
Los padecimientos podiátricos se encuentran 
en un porcentaje muy alto, de acuerdo con la li-
teratura, cerca del 80% de ellos presenta cuando 
menos algún problema en los pies; en nuestro es-
tudio el porcentaje es muy bajo (4.6%) debido a la 
falta de educación médica en relación a la impor-
tancia de buscar éste tipo de padecimientos. En la 
mayor parte de los casos los pies no están descritos 
en la historia clínica en forma específica, se deta-
llan problemas de circulación o úlceras venosas y 
arteriales, pocos mencionan los reflejos aquíleos y 
solo cuando son muy aparentes los diagnósticos de 
onicomicosis. Son escasos los reportes de dedos en 
garra, arcos plantares alterados o simplemente la 
presencia de dolor en éstos. A pesar de la impor-
tancia y las consecuencias que tiene la patología de 
pies, falta mucho por desarrollar en nuestro medio. 
Faltan estudios que relacionen la patología especí-
fica de los pies con las comorbilidades y su difusión 
para que todos los médicos otorguen la relevancia 
que se merecen.
Las alteraciones de la boca y sus problemas den-
tales son olvidados frecuentemente, se especifica la 
ausencia de piezas dentales y pocas veces se tiene 
la descripción del estado de las piezas restantes. La 
enfermedad periodontal se relaciona con alteracio-
nes infecciosas y con problemas cardiovasculares, 
elevando el riesgo de manera importante para esta 
última, la relación de enfermedad periodontal con 
neumonías o infecciones respiratorias en pacientes 
que son anestesiados se describe ampliamente en 
la literatura y sin embargo no ha cobrado la im-
portancia debida en nuestro medio. La prevalencia 
que en algunos estudios llega al 89% comparada 
con la descrita en el ABC Medical Center (16.8%) 
es abismal.
Los trastornos hidroelectrolíticos son inferiores 
a los reportados en la literatura, en nuestro medio 
se pone mucho énfasis en el control hídrico y de 
electrolitos, las revisiones periódicas y frecuentes 
de las soluciones, así como la corrección de déficits 
que se presentan se realizan rápidamente. Práctica-
mente los pacientes en los que se detectó el trastor-
no ya lo traían al ingreso, pocas veces se desarrolla 
durante su hospitalización.
La diferencia tan importante encontrada en 
abuso y maltrato puede deberse que generalmente 
el familiar no es el cuidador único lo cual evita que 
este colapse y acabe por maltratar a su enfermo. 
Comúnmente se cuenta con cuidadores pagados 
por la familia, quienes apoyan con los cuidados del 
paciente y son sustituidos al primer dato o queja 
del adulto mayor. Sin embargo, al no usar habi-
tualmente escalas especificas para valorar colapso 
del cuidador y abuso (p. ej. escalade Zarit), no 
podemos descartar que exista este problema en 
nuestra población.
ConCluSionES
Es importante adaptar la valoración geriátrica a las 
condiciones de la población que se atiende, me-
diante el uso de tests o escalas de cuerdo con las 
características específicas.
Se enfatiza la importancia de realizar una ade-
cuada revisión física sin olvidar a la boca y a los 
pies, debido a la importancia y relevancia que las 
patologías de estas 2 zonas anatómicas tienen tan-
to por sí mismas como por sus consecuencias en 
la alimentación, nutrición, autoestima, movilidad, 
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 11
C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto 
dolor, presencia de osteoartrosis de rodillas, cadera 
y columna.
Las diferencias de prevalencia de los síndromes 
geriátricos en esta institución con la reportada a 
nivel mundial pueden explicarse por las caracterís-
ticas sociales, económicas y de educación de nues-
tra población.
Se requieren estudios como este de los diferen-
tes estatus socioeconómicos, educativos y cultura-
les para determinar la prevalencia en México de los 
síndromes geriátricos y así impulsar políticas edu-
cativas desde los niveles de pregrado en medicina 
para que se modifiquen las historias naturales de 
los mismos.
Es necesario contar con estos estudios ya que 
permiten impulsar políticas, programas y acciones 
determinadas para corregirlos, detectarlos o pre-
venirlos. La educación siguen siendo la base para 
lograrlo, las fallas en la detección, los cambios en 
la prevalencia y la diferencia con otros autores nos 
impulsa ha ser mas detallistas en cuanto a la super-
visión de los residentes que realizan las valoracio-
nes, tratando de obtener mejores resultados.
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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 12
Artículo original
Fragilidad y 
sarcopenia
Raúl Carrillo Espera, Jimena Muciño Bermejob, Carlos Peña Pérezb,
Ulises Gabriel Carrillo Cortésb
M
F-
So
lra
c 
resumen
La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por pér-
dida de peso, cansancio, debilidad, marcha lenta y disminución 
de la actividad física. Es más común en mujeres, obesos y dia-
béticos. Es secundaria a disregulación endócrina y a un estado 
proinflamatorio y protrombótico. La sarcopenia, pérdida de la 
masa muscular, es característica de la fragilidad. El tratamien-
to está encaminado a incrementar la masa y fuerza muscular 
mediante un mejor aporte calórico-protéico y un programa 
de ejercicios. El presente trabajo tiene como objetivo revisar 
conceptos actuales relacionados a la definición, epidemiología, 
fisiopatología y tratamiento del síndrome de fragilidad y la sar-
copenia, así como su impacto en la población geriátrica.
Palabras clave: fragilidad, sarcopenia, envejecimiento.
Frailty and sarcopenia
abstract
Frailty is a geriatric syndrome characterized by weight loss, 
fatigue, weakness, slow walking and reduced physical ac-
tivity. It is more common among women, obese people 
and diabetic patients. It is secondary to endocrine dys-
regulation and a proinflammatory, prothrombotic status. 
Sarcopenia, loss of muscle mass, is characteristic of frailty. 
aJefatura del Servicio de Terapia Intensiva. Fundación Clínica Médi-
ca Sur. México, D.F.
bMedicina Intensiva. Fundación Clínica Médica Sur. México, D.F.
The treatment is focused on increasing muscle mass and 
strength by improving caloric-proteic intake and imple-
menting a physical exercise program. The aim of the pre-
sent article is to review the current concepts related to the 
definition, epidemiology, pathophysiology and treatment 
of frailty syndrome and sarcopenia, as well as its impact on 
geriatric population.
Key words: frailty, sarcopenia, aging.
introduCCión
A partir de la segunda mitad del siglo XX, se hizo 
evidente que el envejecimiento, un proceso univer-
sal, ocurre de manera diferente en cada individuo, 
y que dentro de la población geriátrica existen 
subgrupos de pacientes con mayor vulnerabilidad 
física y mental, con mayor dependencia de los ser-
vicios de salud1.
El término “fragilidad” hace referencia a un es-
tado de vulnerabilidad, debilidad, disminución de 
la reserva fisiológica presente en algunos pacientes 
geriátricos. Aunque el concepto de “fragilidad” es 
fácil de entender, su definición operacional es aún 
controversial2. Woodhouse3definió un anciano 
frágil como “aquella persona mayor de 65 años de 
edad que depende de los demás para llevar a cabo 
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 13
R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés
las labores de la vida cotidiana, y frecuentemente se 
encuentra bajo cuidados institucionales”. Gillick1 
enfatizó las repercusiones sociales de esta entidad al 
definir a los ancianos frágiles como “aquellos que no 
pueden sobrevivir sin ayuda sustancial de los otros”, 
mientras que MacAdam2 y Williams3 resaltaban las 
determinantes médicas al definir al anciano frágil 
como “aquel con condiciones (médicas) crónicas” y 
“aquel que requiere hospitalización prolongada por 
enfermedades crónicas debilitantes”.
Fried4, en 2001, elaboró una definición de “fe-
notipo de fragilidad” que consistía en la presencia 
de 3 de 5 elementos a evaluar: 1) pérdida no inten-
cionada de ≥ 10 libras en el año precedente, 2) sen-
sación de “estar exhausto” reportada por el pacien-
te, 3) debilidad (medida por la fuerza del cierre de 
puño, 4) marcha lenta y 5) poca actividad física. El 
valor predictivo de esta escala fue determinado con 
base en los datos obtenidos en un estudio de cohorte 
prospectivo sobre salud cardiovascular en mayores 
de 65 años5,6. Se encontró que existía sobreposición, 
pero no concordancia, en la aparición de fragilidad, 
comorbilidad y discapacidad, y que este fenotipo de 
fragilidad era un predictor independiente, a 3 años, 
de caídas, disminución de la movilidad, incapacidad 
para las labores de la vida cotidiana, hospitalización 
y muerte. Además, se describió que la presencia de 
1 o 2 de estos criterios (llamado por el autor “esta-
dio de fragilidad intermedio”) se relacionaba con un 
mayor riesgo relativo de desarrollar fragilidad en los 
siguientes 3-4 años.
Basado en el principio de que el número de dé-
ficits es un indicador macroscópico que involucra 
de manera integral las características del proceso de 
envejecimiento, y no solo la intensidad de una sola 
deficiencia funcional7, Mitnitski y Rockwood8 de-
sarrollaron un índice de fragilidad obtenido a par-
tir del número de déficits acumulados (incluyendo 
signos, síntomas, alteraciones en la funcionalidad y 
anomalías de laboratorio). Este índice es insensible 
para la determinación del origen de los déficits en-
contrados, pero sirve como indicador del estado de 
salud del individuo, la severidad de sus enfermeda-
des y la proximidad de la muerte.
Los criterios de Fried4 han servido de modelo 
para la valoración de fragilidad en escenarios clíni-
cos donde se necesita un diagnóstico certero, fácil 
y rápido de emitir, incluyendo consulta de primer 
contacto para pacientes ambulatorios9 y tamizaje 
de fragilidad en poblaciones seleccionadas como: 
pacientes con insuficiencia renal10, mujeres11, mu-
jeres obesas12, minorías raciales13, residentes de asi-
los14, pacientes programados para cirugía electiva y 
pacientes con HIV15.
Los trabajos que toman como base el índice de 
fragilidad de Mitnitski y Rockwood8, están más 
enfocados a la presencia de fragilidad como predic-
tor de morbimortalidad en estudios de cohorte16,17, 
así como en estudios transversales en pacientes que 
viven en asilos18 o pacientes en el periodo periope-
ratorio19. El uso de un índice de fragilidad también 
es útil en estudios en los que se busca valorar el im-
pacto que tienen sobre la prevalencia de fragilidad 
factores como: el tabaquismo20, la vulnerabilidad 
social21, y el ejercicio físico22.
Searle2 investigó la estructura y criterios usados 
en diversos índices de fragilidad reportados en la 
literatura, y estableció un procedimiento están-
dar para crear un índice de fragilidad basado en 
el número de déficits. En este procedimiento, se 
establece un conjunto de 40 déficits con que pue-
den evaluarse las deficiencias en la funcionalidad, 
cognición, hábitos de salud y evaluaciones profe-
sionales (tabla 1).
Difícilmente, una definición del fragilidad po-
dría ser usada de manera universal, pero cualquiera 
de ellas puede ser considerada válida si cumple con 
el siguiente conjunto de características23,24:
I. Validez de contenido:
	 Incluye múltiples determinantes.
	 Es dinámica.
	 Puede sustituir a definiciones previas vá-
lidas.
	 Es válida en múltiples contextos clínicos.
	 Puede ser adaptada para su uso en progra-
mas computacionales.
II. Validez de constructo
	 Es más común en mujeres que en hom-
bres.
	 Es más común a mayor edad.
	 Está relacionado con discapacidad.
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 14
Fragilidad y sarcopenia
tabla 1. Índice de fragilidad estandarizado propuesto por Searle
Variable Punto de corte
Requiere ayuda para Bañarse SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Vestirse SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Sentarse/levantarse de la silla SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Caminar dentro de casa SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Comer SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Arreglarse SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Usar el sanitario SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Subir y bajar escaleras SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Levantar 10 libras SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Ir de compras SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Hacer labores domésticas SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Preparar sus alimentos SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Tomar sus medicamentos SI=1/NO=0
Requiere ayuda para Organizar sus finanzas SI=1/NO=0
Pérdida no intencionada de 10 libras en el último año SI=1/NO=0
Ha permanecido en cama más de la mitad de un día en 
el último mes
SI=1/NO=0
Ha dejado de hacer alguna actividad en el último 
mes
SI=1/NO=0
Auto-percepción de la salud Mala=1 Regular=0.75, Buena=0.5 Muy Buena=0.25 Excelente=0
Auto-percepción de la salud en el último año Peor=1 Mejor/igual=0
Ha salido fuera de casa en el último mes <3días=1 >3días=0
Sensación de que todo es un esfuerzo Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0
Se siente deprimido Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0
Se siente contento Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0
Se siente solo Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0
Tiene problemas para seguir adelante Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0
Hipertensión arterial Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
Infarto agudo al miocardio Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
ICC Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
EVC Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
Cáncer Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
Diabetes Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
Artritis Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
Enfermedad Pulmonar crónica Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0
MMSE < 10 = 1, 11–17= 0.75, 18–20=0.5, 20–24= 0.25, > 24 = 0
Flujo Pico (litros/
minuto)
≤ 340 hombres, ≤ 310 mujeres Fuerza de agarre (kg) <29 en hombres, < 17 en 
mujeres
Fuerza del hombro 
(kg)
≤ 12 hombres ≤ 9 mujeres Velocidad de marcha habitual 
(segundos)
>16
IMC <18.5, ≥ 30 Velocidad máxima de marcha 
(segundos)
>10
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 15
R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés
	 Se relaciona con las comorbilidades y la 
autopercepción del estado de salud.
III. Validez de criterio
	 Predice mortalidad.
	 Predice desenlaces adversos (delirium, caí-
das, disminución de funcionalidad).
	 Predice la edad a la que toda persona sería 
frágil.
	Aplicable a distintas escalas, desde mode-
los celulares a estudios poblacionales.
EpidEmiología
La prevalencia e incidencia de fragilidad varían se-
gún la población estudiada y la definición opera-
cional utilizada.
En el trabajo original de Fried4 se reportó una 
prevalencia de 6.9% en la población ambulatoria, 
con una incidencia de 7.2% a 4 años. La fragilidad 
se relacionó con ser afroamericano, menor nivel 
educativo, menor nivel socioeconómico, mayor 
número de comorbilidades y discapacidad. En el 
estudio de salud cardiovascular (Cardiovascular 
Health Study; CHS), donde se utilizaron los cri-
terios originalmente descritos por Mitnitski y Roc-
kwood8, 8.7% de los hombres y 15.0% delas mu-
jeres afroamericanas eran frágiles, en comparación 
con 4.6% de los hombres y 6.8% de las mujeres 
anglosajonas.
En el estudio canadiense de salud y envejeci-
miento (Canadian Study of Health and Aging; 
CSHA), un estudio de cohorte a 5 años, se en-
contró que en pacientes ambulatorios, 12 de cada 
1000 habitantes era muy frágil, y, en personas de 
85 años y mayores, 44 de cada 100 eran muy frá-
giles. El riesgo relativo de institucionalización en 
pacientes frágiles fue reportado en 8.5 y el riesgo 
de muerte fue de 7.325 .
En población europea mayor de 50 años9 la pre-
valencia de prefragilidad en mujeres es de 25.8%, 
y la de fragilidad es de 7.8%, mientras que en la 
población masculina, la prevalencia de prefragili-
dad es de 14.6%, y de fragilidad 3.1%. De manera 
similar, en un estudio prospectivo en población de 
entre 64 y 74 años de edad en el Reino Unido, la 
prevalencia reportada de fragilidad de fue de 8.5% 
de las mujeres y 4.1% de los hombres26. En pobla-
ción asiática, la prevalencia de fragilidad en adultos 
de 65 a 79 años de edad varía de 11 a 14%, según 
el método de evaluación utilizado27. 
En población méxicoamericana28 de 74 años de 
edad y mayores, se ha reportado una prevalencia 
de 54% de prefragilidad y 20% de fragilidad. En 
población mexicana residente en México, la preva-
lencia prefragilidad es de 17 a 21%, con una pre-
valencia de fragilidad de 24% en pacientes de 65 
a 69 años y de 47.6% en pacientes de 85 años y 
mayores17.
En un estudio transversal basado en el estudio 
de salud y envejecimiento en mujeres en Estados 
Unidos (Women’s Health and Aging Studies I y II) 
Blaum12 describió que, en mujeres mayores de 79 
años con IMC mayor a 18.5, la presencia de sobre-
peso (IMC 25-30) se relacionaba con la presencia 
de fragilidad, mientras que la obesidad (IMC > 30) 
se relacionaba con la aparición tanto de prefragili-
dad como de fragilidad.
Hubbard20, basado en los datos recabados en el 
CSHA, describió que en personas mayores de 65 
años, el consumo de una cajetilla diaria por más 
de 20 años estaba asociado a una mayor número 
de déficits definitorios de fragilidad y a una menor 
sobrevida, y Behrman29 describió que el dejar de 
fumar mejora los resultados obtenidos en evalua-
ciones de fragilidad y funcionalidad.
Se ha descrito que la diabetes mellitas (DM) 
está asociada a una aparición temprana de fragili-
dad30. Hubbard31 reportó que, en población mayor 
de 65 años, la diabetes está asociada a una mayor 
mortalidad a mediano plazo, y que los pacientes 
frágiles tienen un riesgo 2.6 veces mayor de tener 
alguna complicación de diabetes, independiente-
mente de la edad, sexo o el número de años con 
el diagnóstico de esta enfermedad. En el mismo 
estudio, se reportó que, a pesar de que el promedio 
de edad era menor en el grupo de pacientes con 
DM (81.3 frente a 83.3 años), ambos grupos te-
nían una proporción similar de individuos frágiles 
(42.2 frente a 43.4%).
Shlipak25, en un estudio multicéntrico en 
pacientes con insuficiencia renal crónica mayo-
res de 65 años, encontró que la prevalencia de 
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 16
Fragilidad y sarcopenia
fragilidad es de 15% (en comparación con con-
troles sanos, donde la prevalencia es de 6%). En 
un análisis multivariado, la presencia de insufi-
ciencia renal crónica se relaciona con un riesgo 
incrementado de presentar fragilidad (razón de 
momios 1.7).
Desquilbet6, en un estudio de cohorte, reportó 
que la infección por HIV previa a aparición de te-
rapia antirretroviral altamente efectiva (HAART) 
estaba fuertemente asociada con el desarrollo de 
fragilidad (riesgo relativo de 3.38 a 12.95, según 
duración de la infección). La prevalencia de fragili-
dad en pacientes de 55 años VIH+ fue igual a la de 
los pacientes de 65 años VIH– (3.4%).
En un estudio realizado en mujeres adultas con 
VIH recibiendo HAART se encontró una la preva-
lencia de fragilidad de 8% en mujeres VIH–, 12% 
en pacientes HIV+ y de 20% en pacientes VIH– 
con cuentas de CD4 < 10032.
FiSiopatología
Múltiples alteraciones relacionadas a la genética, el 
envejecimiento y las comorbilidades están implica-
das en la fisiopatología del síndrome de fragilidad 
(figura 1). Los sistemas mayormente implicados 
en la fisiopatología de la fragilidad son el sistema 
inmune, el endócrino y el musculoesquelético.
Sistema inmune. Se ha encontrado una asociación 
entre fragilidad, un estado proinflamatorio y la acti-
vación de la cascada de la coagulación, reflejadas en:
I. Elevación de los niveles de biomarcadores de la 
coagulación (factor VIII, fibrinógeno, dímero 
D). 
II. Aumento en las cuentas celulares de neutrófilos 
y leucocitos y anemia33.
III. Elevación de los niveles séricos de citocinas pro-
inflamatorias como proteína C reactiva (PCR) 
e interleucina 6 (IL-6); esta última actúa como 
un factor de transcripción y un transductor de 
señales que impacta de manera adversa el ape-
tito, el funcionamiento del sistema inmune, la 
cognición y el músculo esquelético34,35. 
Sistema endocrino. Múltiples cambios hormona-
les que ocurren con el envejecimiento se han rela-
cionado a la aparición de fragilidad:
I. Esteroides sexuales. Las concentraciones plas-
máticas de esteroides sexuales disminuyen con 
la edad; pero hasta el momento no se ha esta-
blecido una relación entre los niveles séricos de 
esteroides sexuales y la presencia de fragilidad. 
En un estudio de cohorte en pacientes ambu-
latorios, Mohr36 encontró que, en hombres 
de 50 a 86 años de edad, existía una relación 
significativa entre niveles bajos de testostero-
na total y la disminución de la fuerza de pre-
sión y actividad física. Se encontró también 
que existía una asociación significativa entre el 
aumento de los niveles séricos de proteína fi-
alteraciones fisiológicas
PCR
IL - 6
IGF-1
DHEA-S
Cortisol
Inflamación
Anorexia
Sarcopenia
Osteopenia
Función inmunológica
Cognición
Coagulación
Metabolismo de glucosa
Disregulación 
neuroendócrina
Fragilidad clínica
Debilidad
 Velocidad de la marcha
Fatiga
Figura 1.
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 17
R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés
jadora de hormonas sexuales (sexual hormones 
binding globulin, [SHBG]) y la presencia de 
fragilidad, pero no entre las concentraciones de 
testosterona total y la aparición de fragilidad. 
 Los niveles séricos del andrógeno suprarrenal 
dihidroepiandrosterona (DHEA) son signifi-
cativamente menores en pacientes geriátricos 
frágiles que en los no frágiles37. Aunque se ha 
demostrado que la suplementación de DHEA-S 
en pacientes postmenopáusicas aumenta las con-
centraciones séricas de DHEAS y disminuye la 
concentración de SHBG, y que dicha suplemen-
tación no afecta marcadores de riesgo cardiovas-
cular, no se ha demostrado que sea efectiva para 
la disminuir el riesgo de fragilidad38.
II. Hormona del crecimiento (HC). Tanto los ni-
veles séricos de hormona del crecimiento como 
los niveles pico registrados por la mañana de 
factor de crecimiento similar a la insulina (insu-
lin-like growth factor-1 [IGF-1]) disminuyen 
con la edad37,39 y, de entre la población geriátri-
ca, aquellos pacientes que tienen síndrome de 
fragilidad presentan niveles más bajos de IGF-1 
en comparación a pacientes geriátricos no frá-
giles, y se observa una relación inversa entre los 
niveles de IL-6 y los niveles IGF-1 en pacientes 
frágiles, pero no en pacientes no frágiles37. En 
las mujeres de la población geriátrica, hay una 
relación entre la disminución en los niveles de 
IGF-1 y la movilidad37,40.
III. Cortisol. Las variaciones diurnas en los niveles 
de cortisol están aplanadas en mujeres posme-
nopáusicas frágiles, en quienes, además, los ni-
veles diurnos de cortisol están significativamen-
te elevados en comparación con las pacientes 
no frágiles41. Hasta ahora, estos cambios son 
atribuibles a alteraciones en el eje hipotálamo-
hipófisis adrenal (HHA) asociados al envejeci-
miento. En pacientesfrágiles institucionaliza-
dos, los niveles de cortisol tras una prueba de 
supresión con dexametasona, son mayores en 
comparación con adultos no frágiles ambula-
torios; lo que sugiere que en pacientes frágiles 
el umbral para la supresión de cortisol en el eje 
HHA42.
IV. Vitamina D. Se ha encontrado que existe una 
asociación entre bajos niveles de vitamina D en 
pacientes geriátricos de ambos sexos, tanto am-
bulatorios43 como institucionalizados44. Oku-
no45, en un estudio de cohorte describió que 
existe una asociación entre el hallazgo de nive-
les de 25(OH)D por debajo de 50.0 nmol/l con 
menor movilidad y pobre equilibrio corporal.
Sarcopenia. La pérdida de la masa y fuerza mus-
cular relacionada al envejecimiento es un com-
ponente clave de la fragilidad. Ya desde 1931, 
Macdonald Critchley, neurólogo del Hospital del 
colegio real (Kings´s College Hospital) en Lon-
dres, describía que “toda la musculatura, con el 
envejecimiento, tiende a involucionar”. En 1970, 
Nathan Shock publicó una serie de artículos so-
bre la fisiología del envejecimiento, concluyendo 
que “ningún decaimiento de la estructura y fun-
ción es más dramática que la pérdida de la masa 
muscular relacionada con la edad”. Irvin Rosen-
berg, en 1988, viendo la importancia y necesidad 
de un nombre para este fenómeno, sugirió la pa-
labra sarcopenia, derivada del griego sarx (carne) 
y penia (pérdida) 46 
En humanos, alrededor de los 50 años de edad, 
la masa muscular disminuye de 1 a 2% por año, 
y la fuerza muscular tiene una disminución anual 
de 1.5% entre los 50 y 60 años de edad, y pos-
teriormente 3% cada año. Entre 5 y 13% de las 
personas de entre 60 y 70 años de edad y de 11 a 
50% de las personas de 80 o más años tienen sar-
copenia. La sarcopenia es 2 veces más prevalente 
que la fragilidad, lo que implica que la sarcopenia 
Músculo joven Envejecimiento Sarcopenia
Figura 2.
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 18
Fragilidad y sarcopenia
no es una entidad que por sí misma pueda llevar a 
la fragilidad47.
La fisiopatología de la sarcopenia incluye48 (figu-
ra 2): 
1. Denervación de las unidades motoras.
2. Conversión de fibras musculares rápidas (tipo 
II) en fibras lentas (tipo I).
3. Depósito de lípidos en el tejido muscular.
El Consenso Europeo sobre la definición y diag-
nóstico de la sarcopenia sugiere que el diagnóstico 
de sarcopenia puede establecerse cuando se cum-
plen 2 criterios49:
1. Baja masa muscular. La “masa muscular nor-
mal” se mide con base en los datos obtenidos 
de estudios poblacionales en gente de 18 a 39 
años; para establecer el diagnóstico de sarcope-
nia es necesario que la masa muscular del indi-
viduo se encuentre 2 desviaciones por debajo 
de la media de la población de referencia. Para 
la medición de la masa muscular, la absorbi-
metría de rayos X de energía Dual (dual-energy 
x-ray absorptiometry [DEXA]) es considerada el 
estándar de oro. Otros métodos para cuantifi-
car la masa muscular incluyen la impedancia 
bioeléctrica, la tomografía computada, la reso-
nancia magnética, la excreción urinaria de crea-
tinina, mediciones antropométricas y medición 
de activación de neutrones.
2. Baja velocidad de marcha, definida como me-
nor de 0.8 m/seg en la prueba de caminata de 4 
metros (figura 3).
Disfunción 
neuroendócrina
Perdida de peso Masa muscular
Fuerza Vo2 máximo
Inactividad
Dependencia
Balance energético y 
nitrogenado (-)
Envejecimiento M.E.
ENFERMEDAD
Marcha lenta 
discapacidad
Gasto 
energético
 
Desnutrición 
crónica
Sarcopenia
Metabolismo 
basal
Anorexia 
asociada al 
envejecimiento
Figura 3.
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 19
R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés
tratamiEnto
Existen maniobras terapéuticas cuya utilidad ha 
sido demostrada tanto en pacientes frágiles como 
en pacientes sarcopénicos:
Muchos estudios han comprobado que en pa-
cientes geriátricos el ejercicio es benéfico a múlti-
ples niveles fisiológicos. El ejercicio de resistencia 
contrarresta la pérdida muscular relacionada al 
envejecimiento, porque se logra un aumento del 
11.4% en el área transversal de la pantorrilla y del 
100% en el área transversal del extensor de la rodi-
lla tras 12 semanas de entrenamiento50. Henwood51 
reportó que un periodo de 24 semanas de entrena-
miento mejoraba la fuerza muscular y la habilidad 
funcional en pacientes geriátricos, y que la mejo-
ría en cuanto a capacidad funcional persistía aún 
después de un periodo de desentrenamiento.51 En 
pacientes frágiles, el ejercicio de resistencia puede 
aumentar un 3 a 9% el área muscular transversal y 
duplica la fuerza muscular48.
El metanálisis realizado por Cochrane Databa-
se of Systematic Reviews52 sobre ejercicio físico de 
resistencia (EFR) demostró que la realización de 
una rutina 2 o 3 veces a la semana daba como re-
sultado un incremento pequeño pero significativo 
de la capacidad física, velocidad de la marcha, ca-
pacidad de ponerse de pie de una silla sin ayuda y 
fuerza muscular.
En pacientes frágiles, el participar en grupos de 
ejercicio físico supervisado mejora de manera sig-
nificativa los marcadores de fragilidad53. De entre 
los diferentes programas de ejercicio, aquellos que 
se llevan a cabo de forma supervisada, durante 30 
a 45 min 3 veces a la semana, durante al menos 4 
meses, han sido los más efectivos para mejorar los 
marcadores de fragilidad54.
Muchos adultos mayores no consumen la can-
tidad de proteína suficiente para disminuir la pér-
dida de la masa muscular; el consumo de proteínas 
recomendado en personas de la tercera edad es de 
0.8 g/kg/día. El consumo de suplementos calóri-
co protéicos en residentes de asilos con un aporte 
extra de 360 kcal diarias por 10 semanas mejoró 
la fuerza muscular en miembros inferiores. El con-
sumo de suplementos protéicos en conjunto con 
un programa de resistencia física mejoró la fuerza 
muscular. Sin embargo, el uso de suplementos ali-
menticios podría disminuir el consumo voluntario 
de alimentos y ser de difícil apego55,56.
La evidencia con respecto al beneficio de la ad-
ministración de testosterona como intervención 
terapéutica en pacientes sarcopénicos o frágiles es 
controvertida: algunos estudios reportan mejoría 
en la cantidad de masa muscular magra y la fuerza 
de agarre con tan solo 4 semanas de tratamiento, 
pero también se ha demostrado que el tratamien-
to con testosterona puede favorecer el crecimiento 
prostático en hombres, y que el riesgo de adqui-
rir cáncer de próstata en pacientes mayores de 65 
años se duplicaba por cada aumento de 0.1 U en 
las concentraciones séricas de testosterona libre55.
El uso de terapia de reemplazo hormonal 
(TRH) en mujeres posmenopáusicas también es 
controversial, ya que puede atenuar la pérdida de 
masa muscular en el periodo perimenopáusico, 
pero tiene efectos modestos en la composición 
muscular, y no se ha demostrado que esto se tra-
duzca en una menor incidencia de fragilidad o 
en una mejoría significativa de la funcionalidad. 
Por otra parte, el uso de TRH ha sido implicada 
como factor de riesgo para el desarrollo de cáncer 
de mama, y por lo tanto, no se recomienda su uso 
como tratamiento para la sarcopenia/fragilidad57. 
ConCluSionES
La fragilidad es un síndrome geriátrico común, que 
puede ser definido operacionalmente con base en 
cualquiera de los 2 modelos prototípicos existen-
tes: los criterios de fragilidad de Frield, y el índice 
de fragildad de Mitniski y Rockwoood. Dentro de 
Estrategias encaminadas a mejorar 
la fuerza y masa muscular, como 
una mayor ingesta protéica y un 
entrenamiento de resistencia y fuerza 
muscular, han demostrado disminuir 
la prevalencia de sarcopenia y 
fragilidad, así como mejorar la fuerza y 
desempeño físico.
Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 20
Fragilidad y sarcopenia
la fisiopatología de este síndrome están implica-
dos disregulaciones endócrinas, inmunológicas y 
musculoesqueléticas. De entre ellas, la sarcopenia 
(pérdidade la fuerza y masa muscular) represen-
ta un elemento fundamental. Estrategias encami-
nadas a mejorar la fuerza y masa muscular, como 
una mayor ingesta protéica y un entrenamiento de 
resistencia y fuerza muscular, han demostrado dis-
minuir la prevalencia de sarcopenia y fragilidad, así 
como mejorar la fuerza y desempeño físico.
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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2222
Artículo de revisión
impacto de las políticas 
antitabaco en méxico
Horacio Rubio Monteverdea, Tatiana María Rubio Monteverdeb,
Rafael Álvarez Corderoc
introduCCión
El 31 de Mayo del presente año, se celebró el Día Mundial 
sin Tabaco con el tema de la campaña “Convenio Marco de 
la OMS para el Control del Tabaco”, su objetivo específico 
es recordar a los países la necesidad de implementar com-
pletamente el Convenio Marco para proteger a las genera-
ciones actuales y futuras de las devastadoras consecuencias 
sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo 
de tabaco y de la exposición al humo de tabaco. Fue en 
1987 que se instituyó este día por La Asamblea Mundial de 
la Salud constituida por los Estados miembros de la Orga-
nización Mundial de la Salud, con el objetivo de llamar la 
atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus 
efectos letales así como de fomentar un período de 24 
horas de abstinencia de todas las formas de consumo de 
tabaco alrededor del mundo. El consumo de tabaco es la 
principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comu-
nidad sanitaria.
antECEdEntES
La epidemia del tabaquismo es un fenómeno mun-
dial con efectos destructivos considerables tanto 
aDirección de Atención Médica. Dirección General de Servicios Mé-
dicos. UNAM. México, D.F.
bSecretaría de Gobierno del Estado de Hidalgo.
cRevista de la Facultad de Medicina, UNAM. México, D.F.
para las naciones en desarrollo como para los países 
industrializados. En el año 2000, el tabaco mató a 
casi 5 millones de personas en el mundo y más de 
un millón en las Américas, alrededor de 14,000 per-
sonas cada día, muchas de estas muertes ocurren en 
países pobres como el nuestro; si no fortalecemos las 
medidas tomadas hasta ahora, el número de defun-
ciones que produce podría duplicarse en veinte años. 
El consumo de tabaco es la segunda causa mundial 
de muerte, tras la hipertensión, y es responsable de 
la muerte de uno de cada diez adultos.
El principal componente del tabaco es la ni-
cotina, sustancia que desde el punto de vista far-
macológico activa de doble efecto, estimulante y 
sedante, y la principal responsable de la adicción 
por el estímulo placentero que produce al activar 
la vía dopaminérgica y los receptores colinérgicos y 
nicotínicos del SNC.
El consumo de cigarrillos es uno de los princi-
pales factores de riesgo de cardiopatía coronaria, 
enfermedad vascular periférica y cerebral.
Los tumores malignos ocupan la segunda causa 
de mortalidad en México y en su mayoría están re-
lacionados con el tabaco, de manera principal el de 
cavidad oral, pulmonar, laríngeo, esofágico, cervi-
couterino y las leucemias. El cáncer de pulmón es 
Kc
on
no
rs
Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 2323
H. Rubio Monteverde, T. M. Rubio Monteverde, R. Álvarez Cordero
el más frecuente entre los fumadores y constituye 
la primera causa de muerte por cáncer en hombres 
y mujeres.
El conjunto de las enfermedades broncopulmo-
nares ha ido en aumento en México y, como causa 
de mortalidad, se encuentra entre el doceavo y de-
cimoquinto lugar.
El síndrome tabaco fetal consiste en restric-
ción del crecimiento en el DNA. Se relaciona con 
aumento en frecuencia de abortos espontáneos, 
partos pretérmino, placenta previa, hemorragias, 
rotura prematura de membranas y de mortalidad 
perinatal en 25%.
El impacto del humo del tabaco ambiental so-
bre la mortalidad humana es dos veces mayor que 
el impacto producido por el conjunto de todos los 
contaminantes ambientales tóxicos. La población 
infantil es particularmente susceptible.
La OMS indica que el hábito de fumar cigarri-
llos es causa directa o indirecta de cerca de 13500 
muertes por día y 4.9 millones al año en el mundo, 
de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías 
de desarrollo. Los adolescentes son el grupo de alto 
riesgo. En tanto, Phillipe Lamy, representante de 
la OMS en México, informó que en este año, hay 
alrededor de mil doscientos millones de fumadores 
en el mundo y el costo de la atención médica de 
padecimientos asociados rebasa los 200 mil millo-
nes de dólares. 
México fue el primer país en América en refren-
dar el Convenio Marco de la OMS para el Control 
de Tabaco, ratificado por unanimidad en 2003. 
Este convenio proporciona un marco para las me-
didas nacionales de control integral del tabaco.
El “Modelo para prestación de servicios en 
contra del tabaco en México” se enfoca de manera 
fundamental en dos aspectos: 1) promoción de la 
salud en población abierta y derechohabiente y 2) 
prevención primaria en grupos de alto riesgo.
En el 2000 se decretó una modificación a la 
Ley General de Salud, que estableció el deber de 
orientar a la población para abstenerse de fumar 
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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2424
en el interior de edificios públicos propiedad del 
Gobierno Federal. A partir de 2002, se ejecutó el 
programa de Escuelas Libres de Humo de Tabaco. 
A principios del año 2004 se instauró la Ley de 
Protección a la Salud de los No Fumadores.
En el primer nivel de atención, tanto público 
como privado, se solucionan 85 de los problemas 
de salud. Las tres fases esenciales del tratamiento a 
cargo del médico son la valoración,

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