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Contenido Editorial Los congresos médicos ........................................................................................................ 2 The medical congresses Ruy Pérez Tamayo artíCuloS originalES Original article Prevalencia de síndromes geriátricos en el 2010 en ancianos hospitalizados en el ABC Medical Center ........................................................................ 4 Prevalence of geriatric syndrome among elderly patients attended in ABC Medical Center, 2010 Carlos d’Hyver de las Deses, Teresa León, Lorenza Martínez-Gallardo Prieto Fragilidad y sarcopenia .....................................................................................................12 Frailty and sarcopenia Raúl Carrillo Esper, Jimena Muciño Bermejo, Carlos Peña Pérez, Ulises Gabriel Carrillo Cortés artíCulo dE rEviSión Review article Impacto de las políticas antitabaco en México ................................................................. 22 Impact of anti-smoking policy in Mexico Horacio Rubio Monteverde, Tatiana María Rubio Monteverde, Rafael Álvarez Cordero CaSo ClíniCo Clinical case Absceso hipofisiario: Presentación de un caso ................................................................. 34 Hypophyseal abscess: A case Fernando Pável González-Ibarra, Christian Paul Guzmán-Astorga, Elfego Albraham Leyva- Álvarez, Candelario Publio Hernández-Félix, Pedro Daniel Estevan-Ortíz, Marcela Gómez Llanos-Navidad CaSo ClíniCo-radiológiCo Clinical-radiological Case Haga su diagnóstico...........................................................................................................39 Make your diagnosis José Luis Ramírez Arias CorrElaCionES hiStóriCaS Historic correlations El Centenario de la descripción de cuerpos de Mallory ..............................................40 The centennial of Mallory bodies description Jesús Aguirre García artíCulo dE rEFlEXión Article for reflection Las alternativas farmacéuticas (Medicamentos innovadores, de patente, genéricos, similares y otros) .............................................................................................46 Pharmaceutical alternatives (Innovative drugs, patented drugs, generic drugs, similar drugs and others) Alberto Lifshitz Guinzberg rESponSabilidad proFESional Profesional responsibility Retención de restos placentarios, Importancia del expediente clínico en la valoración de la atención médica ..........50 María del Carmen Dubón Peniche artE y mEdiCina Art and medicine Salud y Publicidad ..............................................................................................................58 Health and Advertising Rafael Álvarez Cordero ConoCE tu FaCultad Get to know your school La Unidad de PET/CT ..........................................................................................................60 The PET/CT Unit Paulina Bezauri Rivas director Dr. Enrique Graue Wiechers Editor Dr. Rafael Álvarez Cordero rac@liceaga.facmed.unam.mx Comité editorial Dr. Luis Ize Lamache, Dr. Antonio Carrasco Rojas, Dr. Carlos Viesca Treviño, Dr. Ruy Pérez Tamayo, Dr. Rubén Argüero Sánchez, Dr. Manuel Antonio Díaz de León Ponce, Dr. Bruno Estañol Vidal, Dr. David Gon- zález Bárcena, Dr. César Gutiérrez Samperio, Dr. Juan José Hicks Gómez, Dr. Carlos Ibarra Pérez, Dr. Pablo Kuri Morales, Dr. José Luis Ramírez Arias, Dr. Horacio Rubio Monteverde, Dr. Roberto Uribe Elías, Dr. Fabio Salamanca Gómez. asistente del editor L.A. María del Rocío Sibaja Pastrana rsibaja2001@hotmail.com REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNAM, Vol. 54, No. 5, Septiembre-Octubre por la Facultad de Medicina de la UNAM, Dirección: Ciudad Universitaria, circuito interior, edificio B, tercer piso, CP 04510, Méxi- co, DF. Teléfonos: 56232154, 56232508 y 56232300, ext.: 43028 y 43029. Portal web: www.revistafacmed.com. Editor responsable: Rafael Álvarez Cordero. Reservas de Derechos al uso exclusivo No. 04-2004- 031713505800-102, ISSN: 0026-1742. Licitud de Título No. 3669, Licitud de Contenido No. 3101, ambos otor- gados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Per- miso SEPOMEX, registro para correspondencia de Publi- caciones Periódicas No. PP09-1026. Impresa por Grupo Integra, S. A. de C. V., Av. Insurgentes Sur 1898, piso 12, Col. Florida, C.P. 01020, Delegación Álvaro Obregón, México, D. F., éste número se terminó de imprimir el 30 de agosto de 2011 con un tiraje de 4,000 ejemplares. Los trabajos firmados son exclusiva responsabilidad de los autores. Prohibida la reproducción total o parcial de los artículos contenidos en este número sin consentimien- to del editor. Grupo Integra: servicios integrales para revistas; dise- ño, edición, impresión, portal Web, distribución física y electrónica, actualización de BD. Tel: 9000-4411; co- rreo electrónico: servicioseditoriales@gpo-integra.com Producción editorial: Diseño, maquetación y corrección de estilo: Nayeli Zaragoza, Pedro María León. Portal Web: Astrid Torres. Traducciones: Dr. José Luis Pérez Fotografía de Portada: Concepto y texto: Micah Rush Concepto, fotografía y diseño: Kelly Ashcraft Datos para contacto: micahrushdesign@gmail.com www.micahrushdesign.com <http://www.micahrushdesign.com> kellyashcraft@yahoo.com www.kellyashcraft.com <http://www.kellyashcraft.com> Versión electrónica en: www.revistafacmed.com vol. 54 n.° 5. Septiembre-octubre 2011 ISSN 0026-1742 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2 Editorial los congresos médicos han cambiado sus funciones a lo largo del tiempo. En sus principios, tenían como objetivo primario la comunicación de las ideas y de los avances en la profesión, tanto en lo conceptual como en la experiencia clínica, diag- nóstica o terapéutica. Eran organizados por las diferentes sociedades médicas nacio- nales e internacionales, y su financiamiento corría por cuenta de los asistentes, que acudían atraídos por la oportunidad de escuchar a las grandes figuras del momento disertar sobre los temas de mayor actualidad. El público no era muy numeroso y su participación activa era muy escasa; la mayoría se limitaba a escuchar las conferen- cias magistrales y a conversar informalmente con colegas sobre distintos temas, sin la pretensión de disertar en las sesiones o de presentar sus observaciones en forma de Desde su fundación, la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM ha con- tado con la colaboración editorial del editor en jefe, quien en cada número aborda uno de los asuntos que interesan a la comunidad estudiantil, a la co- munidad médica o al público en general. En esta nueva etapa de nuestra Revista, se ha considerado conveniente extender una invitación a distinguidos miembros de la comunidad universita- ria, maestros, investigadores, escritores, etc., para que redacten el texto de la Editorial; ésta decisión abrirá las puertas a nuevas visiones acerca de nuestra Revista, permitirá que se expresen otras opiniones y seguramente será de inte- rés para todos los lectores. El editor invitado de este número es una de las personalidades más impor- tantes en la Medicina mexicana, el doctor Ruy Pérez Tamayo, quien representa todo lo que un estudiante de medicina o un médico puede desear para su vida profesional: es un médico brillante, investigador de talla internacional, escritor prolífico, conferencista magistral, analista de la realidad nacional, magnífico conversador, enólogo experto y gourmet amateur; ha recibido numerosos pre- mios y reconocimientos, y es doctor Honoris Causa de muchas universidades; debido a que en ésta época del año es cuando se celebra la mayor parte de los congresos médicos, escribió este editorial al respecto. Esta Revista está abierta a sugerencias respecto a futuros colaboradores como editorialistas invitados. Dr. Rafael Álvarez Cordero Editor Los congresos médicos 3Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 trabajos formales. Con el desarrollo progresivo de lainvestigación biomédica, sobre todo en Europa en el siglo XVIII, los congresos médicos empezaron a cambiar poco a poco en su estructura, sin abandonar su interés primario en la difusión de los nuevos conocimientos: conservando la prioridad de las conferencias magistrales, al mismo tiempo se abrió un nuevo tipo de participación para los asistentes voluntarios, a los que se asignaban espacios breves para la presentación de sus ideas y experiencias, casi siempre en forma de discusiones de mesa redonda. Era frecuente que en tales activi- dades participaran sobre todo los profesores de las escuelas de medicina y los jefes de servicio de los grandes hospitales, y que el público estuviera conformado principal- mente por sus respectivos estudiantes y asistentes. Los congresos médicos de Francia y Alemania conservaron esta estructura durante casi todo el siglo XVIII y parte del siglo XIX. Con el desarrollo de nuevos medios de comunicación, como las publicaciones periódicas, el teléfono y el telégrafo, junto con una mayor movilidad de la población, los congresos médicos dejaron de ser la forma principal de adquisición de nuevos conocimientos, y aunque conservaron sus funciones educativas, las novedades mé- dicas empezaron a difundirse y a conocerse más rápidamente través de los nuevos medios. Además, los congresos empezaron a concederle cada vez mayor espacio a los trabajos de los asistentes, quienes a su vez preferían aquellas reuniones en las que podían participar activamente. Otros dos elementos que se desarrollaron rápidamente a fines del siglo XIX y principios del siglo XX contribuyeron a esta metamorfosis: el aumento progresivo en el número de médicos investigadores, básicos y clínicos, en todo el mundo occidental, y el crecimiento paralelo de los intereses económicos de las empresas comerciales relacionadas con la medicina. A mediados del siglo XX los con- gresos médicos ya habían adquirido nuevos objetivos, que no sólo igualaron sino que reemplazaron a los iniciales, principalmente dirigidos a la difusión de los avances del conocimiento. Se hicieron prioritarios los intereses en la promoción del prestigio de los investigadores, en la prioridad de los descubrimientos científicos y de los avances diagnósticos y terapéuticos, en la introducción de nuevas tecnologías y de nuevas dro- gas. Las exposiciones comerciales crecieron explosivamente, tanto en tamaño como en inversión, y empezaron a participar en el financiamiento de distintos aspectos de los congresos médicos. En los años ochenta del siglo XX yo asistí a un congreso en los Estados Unidos en el que había 12,000 participantes, 4,000 de ellos eran miembros de las empresas comerciales; se presentaron 3,200 trabajos científicos y se expusieron 2,700 carteles (entre ellos, el mío). Con el mayor desarrollo de los medios de comunicación actuales, especialmente los electrónicos, la difusión de la información científica médica ya no se hace en los congresos médicos. Y sin embargo, éstos se siguen celebrando ahora con una estruc- tura compleja que ya no se parece en nada a la que tenían sus antecesores. Creo que la mejor forma de conservar los aspectos positivos de los congresos médicos (y evitar hasta donde sea posible los aspectos negativos), es haciéndolos breves, con poca gente (todos buenos amigos) y con un solo tema, en sitios agradables, con frecuencia anual o bienal, y sin financiamiento por intereses comerciales. Por mi raza hablará el espíritu Ruy Pérez Tamayoa Editorialista invitado aDepartamento de Medicina Experimental, Facultad de Medicina. UNAM. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 4 Fertilidad masculina modulada por melatonina aGeriatría ABC Medical Center IAP. México, D.F. bMedicina Interna, Hospital Juárez de México. cGeriatria, ABC Medical Center IA. México, D.F. Artículo original prevalencia de síndromes geriátricos En el 2010 en ancianos hospitalizados en el ABC Medical Center IAPEs Carlos d´Hyver de las Desesa, Teresa Leónb, Lorenza Martínez-Gallardo Prietoc Resumen Objetivos: determinar la prevalencia de síndromes geriátri- cos en ancianos de 80 años o mayores en el ABC Medical Center IAP y compararla con la encontrada 5 años antes. Relacionar ambas con la reportada en la literatura geriátrica. Pacientes y métodos: estudio retrospectivo, descriptivo, transversal de personas adultas mayores de 80 años y que ingresaron al ABC Medical Center IAP durante el periodo de marzo 2009 a julio 2010, a quienes se les realizó una valora- ción geriátrica completa. Resultados: se incluyó a 369 pacientes, con edad media de 84.49 ± 4.4 años, de ellos 216 eran mujeres (58.5%). La valo- ración permitía identificar 23 síndromes geriátricos, el más frecuente fue el de polifarmacia, con prevalencia del 56.91%, y el menos frecuente fue abuso-maltrato, con 0%. Compara- tivamente con lo encontrado hace 5 años, se encontró que la mayoría de los síndromes disminuyeron; sin embargo, caí- das, inmovilidad, trastornos de la marcha, deterioro cognitivo, desnutrición, obesidad, déficit visual, auditivo, colapso del cuidador y abuso/maltrato tuvieron una prevalencia similar. La depresión y el déficit auditivo mantuvieron rangos simila- res a los reportados en la literatura médica. Conclusiones: la prevalencia de los síndromes geriátricos en nuestra población está determinada por el nivel socioeco- nómico y por la edad (viejos-viejos). El conocimiento de los principales síndromes geriátricos reportados permite implementar acciones específicas que disminuyan su pre- sentación, por medio de programas de educación e infor- mación dirigidos tanto a médicos y personal paramédico, como a familiares y los propios pacientes. Palabras clave: ancianos, hospitalizados, síndromes geriátricos. Prevalence of geriatric syndrome among elderly patients attended in ABC Medical Center, 2010 abstract Objective: To determine the prevalence of geriatric syndro- mes in elderly patients over 80 years of age in the ABC Me- dical Center IAP, a Private Institution, and compare it with that found five years earlier, and compare both with the one reported in the literature. Patients and methods: A retrospective, descriptive, cross- sectional study of adults over 80 years of age admitted to the ABC Medical Center IAP from March 2009 to July 2010, who underwent a comprehensive geriatric assessment. Results: 369 patients were included, mean age 84.49 ± 4.4, 216 were women (58.5%). The assessment allowed the identification of 23 geriatric syndromes; the most frequent was polypharmacy with a prevalence of 56.91% and the O ct av io Ló pe z Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 5 C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto less frequent was abuse with a prevalence of 0%. Most syn- dromes decreased, compared to 5 years ago. However, the prevalence of some geriatric syndromes like falls, immobi- lity, gait disturbance, cognitive impairment, malnutrition, obesity, poor vision, hearing, caregiver collapse, and abuse/ ill-treatment were similar to those reported five years ago. Depression and hearing loss maintained similar levels as those reported in medical literature. Conclusions: The prevalence of geriatric syndromes in our population is determined by the socioeconomic level and by age itself (old-old). Knowledge of the main geriatric syn- dromes allows the implementation of specific actions to re- duce their occurrence, through educational and informati- ve programs addressed to health professionals, families and the very patient. Key words: geriatric syndromes, elderly, hospitalized. introduCCión Los síndromes geriátricos son el conjunto de sín- tomas y signos que pueden ser manifestaciones de una o diversas patologías que frecuentemente se entrelazan, producen por su interrelación una gran cantidad de morbilidad, deterioro de la autono- mía y llegan a producir la muerte. Por su frecuente presentación y las consecuencias de las mismas a nivel personal, familiar y social,deben de tenerse en mente, ya que traducen el estado actual del pa- ciente y su pronóstico. El síndrome de caídas es uno de los más fre- cuentemente reportados, algunas de sus consecuen- cias son inmovilidad, depresión, lesiones, escaras y fracturas que incluyen aspectos neurológicos, cardiovasculares y musculoesqueléticos. Este sín- drome ejemplifica la importancia de pensar en él, conocer su presentación, su frecuencia, prevalencia y medios de tratamiento, rehabilitación y, princi- palmente, su prevención. Es importante valorar los cambios que se producen con el tiempo en su pre- valencia para valorar las acciones tomadas para su control, así como un mecanismo de retroalimen- tación de las actividades realizadas o aquellas que aún faltan para implementar en un lugar determi- nado: ABC Medical Center IAP. Gr ee ns id e8 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 6 Prevalencia de síndromes geriátricos Los síndromes geriátricos son el conjunto de síntomas y signos que pueden ser manifestaciones de una o diversas patologías, que frecuentemente se entrelazan, producen por su interrelación una gran cantidad de morbilidad, deterioro de la autonomía y llegan a producir la muerte. paCiEntES y mÉtodoS Sin importar la causa del ingreso, se realizó una valoración geriátrica a todos los pacientes de 80 años o mayores ingresados en el ABC Medical Center durante el periodo de marzo del 2007 a julio del 2010. Dicha valoración se realizó al día siguiente de su ingreso hospitalario. Se excluyó a los pacientes que ingresaban a terapia intensi- va, a los que rehusaron la valoración, o a quie- nes por su estado físico o mental no estuvieron aptos para la aplicación de diversos test que se incluyen como instrumentos para la valoración geriátrica. Se definió como síndrome de caídas a la presen- cia de 2 o más eventos en un periodo de 12 meses; incontinencia urinaria a la pérdida involuntaria de orina, que representará un problema social; in- continencia fecal a la evacuación sin control de más de 1 mes de evolución; inmovilidad a la li- mitación de las funciones motoras que interfieren con las actividades básicas de la vida diaria. Estre- ñimiento a la evacuación de materia fecal menor a 3 veces por semana, consistencia dura, dolor o necesidad de ayuda digital o de supositorios para lograr la expulsión. Asimismo, se definió como obesidad a un ín- dice de masa corporal mayor a 30 kg/m2; altera- ción del sueño a la presencia de insomnio, apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, o si dentro de la lista de medicamentos existía algún medicamento utilizado para conciliar el sueño. Cualquier alteración de los dientes o de los pies se tomo en cuenta en esos rubros. Ante la existencia de delirium o depresión se consideró no valida la opción de deterioro cogniti- vo. Se consideró fragilidad a la existencia de cuan- do menos 3 de los criterios siguientes: pérdida de peso, deterioro cognitivo, depresión, problemas psicosociales, déficit sensorial o incontinencia. Se definió como portador de pérdida de la au- tonomía a quien fue incapaz de realizar las activi- dades básicas de la vida diaria (ABVD) o activida- des instrumentales de la vida diaria (AVDI). Éstas fueron valoradas mediante las escalas de Lawton y Katz. El déficit sensorial se consideró positivo ante la presencia de alteraciones visuales o auditivas que no contaran con compensación de auxiliares o ante la negativa a la pregunta “¿A pesar de sus anteojos o auxiliar auditivo su visión o audición es buena?”. Se consideró polifarmacia al uso previo al in- greso de 5 o más medicamentos. Se consideraron los trastornos hidroelectrolíticos si las cifras de laboratorio de electrolitos estaban por arriba o debajo de los límites normales. La hiperglicemia a una glucosa mayor de 200 mg/dl. rESultadoS Se incluyó a un total de 369 pacientes mayores de 80 años, con una edad media de 84.49 ± 4.4 años (mínima 80, máxima 100). Se excluyó a 22 pa- cientes. El 58.5% (n=216) era de sexo femenino. La gran mayoría de los participantes tenía un nivel socieconómico alto. El síndrome geriátrico más frecuente fue el de polifarmacia, con una prevalencia de 56.9%, y el menos frecuente fue abuso/maltrato, donde no se obtuvo reporte de algún caso. En la tabla 1 se muestra la distribución encontrada de cada síndro- me. La prevalencia de cada uno de los síndromes ge- riátricos fue como a continuación se describe: po- lifarmacia 56.91% (n=210), déficit visual 56.36% (n=208), déficit auditivo 30.35% (n=112), desnu- trición 23.3% (n=86), deterioro cognitivo 22.22% (n=82), depresión 21.68% (n=80), trastorno del sueño 21.4% (n=79), trastorno de la marcha Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 7 C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto tabla 1. Comparación de la prevalencia de síndromes geriátricos encontrada en el estudio, en 2004 y la reportada en la literatura médica Síndrome geriátrico Prevalencia en el estudio (%) Prevalencia en 2004 (%) Prevalencia literatura (%) Caídas 20.9 23.4 31.35 Depresión 21.7 32.4 12.24 Fragilidad 14.7 33.6 0.46 Delirium 4.9 13.6 10 Inmovilidad 6.5 6.8 15 Escaras de decúbito 1.9 4.0 3-11 Trastornos de la marcha 21.1 24.2 25 Deterioro cognitivo 22.2 25 25-45 Incontinencia urinaria 17.0 38.2 15-30 Incontinencia fecal 2.1 6.0 3.7-27 Constipación 18.1 35.8 40 Pérdida de la autonomía 12.1 56.6 50 Desnutrición 23.3 24.8 40-60 Obesidad 11.7 12.4 6 Déficit visual 56.3 58.0 16 Trastornos del sueño 30.3 34 30 Padecimiento podiátrico 21.4 35.2 50 Padecimiento dental 4.6 13.8 80 Padecimiento dental 16.8 30.2 13-89 Trastornos hidroelectrolíticos 17.3 48.8 11-25 Polifarmacia 56.9 68.2 28 Colapso del cuidador 2.4 2.8 16-38 Abuso/maltrato 0 0.6 35 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 8 Prevalencia de síndromes geriátricos 21.13% (n=78), caídas 20.86% (n=77), constipa- ción 18.15% (n=67), trastornos hidroelectrolíticos 17.34% (n=64), incontinencia urinaria 17.07% (n=63), patología dental 16.8% (n=62), fragilidad 14.63% (n=54), pérdida de la autonomía 2.19% (n=45), obesidad 11.65% (n=43), síndrome de inmovilización 6.5% (n=24), delirium 4.87% (n=18), patología de los pies 4.6% (n=17), colap- so del cuidador 2.43% (n=9), incontinencia fecal 2.16% (n=8), escaras 1.89% (n=7), abuso-maltra- to 0%. diSCuSión Los síndromes geriátricos son el pilar del estudio de adultos mayores; son padecimientos a los que está propenso todo individuo, por la misma edad y la presencia de múltiples patologías. Representan un medio para conocer la morbilidad y el pronóstico de la persona en cuanto a calidad de vida. A pesar del peso específico de los mismos, no son utiliza- dos en el resto de la literatura médica no geriátrica, por lo que no suelen diagnosticarse ni tratarse. No conocemos reportes de todos los síndromes en su conjunto, salvo el de García (2006), proveniente de ésta misma institución hospitalaria, ya que se suelen estudiar en forma individual y no en su glo- balidad y en adultos más jóvenes, no viejos-viejos (mayores a 80 años). Hay que considerar que el nivel socioeconómico, educativo y cultural que nuestra institución atiende es alto y de aquí que los resultados no sean extrapolables a otros sitios con diferentes características. La similitud encontrada en la prevalencia de algunos de ellos y la reportada en la literatura nos hace pensar que la susceptibi- lidad a los mismos es independiente de estos as- pectos y que pueden relacionarse directamente con el envejecimiento per se, y son independientes del acceso a los servicios de salud a los que suele acudir la población en general. Las caídas en nuestro medio han ido dismi- nuyendo paulatinamente; el hospital ABC cuenta con un programa especial de caídas llevado a cabo por enfermería, que pretende tanto disminuir estos accidentes en las mismas instalaciones durante la estancia hospitalaria como educar al paciente y a la familia para evitar caídas en casa.Se les hace hin- capié por parte de geriatría en la no utilización de lentes bifocales para andar en las calles y la coloca- ción de barras de sostén en las regaderas. Pensamos que todos estos hechos favorecen la disminución de accidentes. La depresión es otro de los síndromes que han disminuido en nuestro medio, aunque permanece dentro de los porcentajes conocidos en la comuni- dad en general. No tenemos una explicación clara de esta disminución en la prevalencia en nuestro medio, tendremos que seguir valorando los cam- bios que se presenten. La fragilidad ha disminuido de 33.6% a 14.7%, lo que porcentualmente es mucho y se- guimos muy bajos en comparación al 46% des- crito en la literatura. Si bien estamos frente a una población cuidada, vigilada y con recursos, esto no sería una explicación por sí misma; la tenden- cia a disminuir las capacidades, la sarcopenia, la suma de patologías y la edad de nuestro grupo etáreo debería de presentar porcentajes más altos. Una probable explicación sería la falta de integra- ción o diagnóstico de fragilidad por parte de los médicos. Esto representa un foco rojo que habrá de corregirse haciendo hincapié en su identifica- ción para poder actuar correctamente, y es una de las causas de deslizamiento y mortalidad a corto y mediano plazo. El delirium disminuyó significativamente y estu- vo muy bajo comparado con la literatura mundial. Se han hecho campañas en el hospital y mediante la presentación de sesiones generales sobre el tema, las cuales han aumentado las acciones preventivas para delirium por parte de todo el personal. En lo que respecta a los pacientes de áreas como terapia intensiva, la presentación seguramente es mayor pero son pacientes a quienes por su inestabilidad, el servicio de geriatría no valora. La inmovilidad permanece en nuestro hospital con un bajo porcentaje comparado con la literatu- ra, sin embargo, los porcentajes no han cambiado en el transcurso del tiempo en nuestro medio. Este mismo hecho va en relación a la baja presentación de escaras de decúbito que tienen los pacientes, ya que la inmovilidad y las escaras van de la mano en su presentación. Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 9 Los trastornos de la marcha y el deterioro cog- nitivo no sufrieron gran cambio en la prevalencia que se presenta. La incontinencia urinaria detectada fue mas baja que lo reportado hace 5 años y menor a lo descrito en la literatura. Este resultado puede expli- carse por fallas u omisión en la detección al realizar la historia clínica o valoración geriátrica, lo mismo sucede seguramente en cuanto a incontinencia fe- cal, ya que nuestros porcentajes son más bajos que lo reportado en la literatura mundial. La constipación es mas baja a la reportada en otros lados, probablemente debido a que la ali- mentación contiene mayor cantidad de fibra, se pide a los pacientes movilidad y se insiste en la in- gesta de líquidos. La pérdida de la autonomía esta ligada a la movilidad que tienen nuestros pacientes, facilitar la misma, pedirles caminatas en los pasillos, insis- tir en que hagan las cosas por sí mismos aunque se les ayude parcialmente y los servicios de reha- bilitación temprana facilitan que los pacientes guarden lo mas posible su autonomía. Parece que los programas implementados han logrado bene- ficios. La desnutrición suele ser un factor a considerar en el retraso de la cicatrización, es relevante en los procesos de rehabilitación ortopédica y en todas las patologías en las que se tenga una hospitalización prolongada. En nuestro medio son pocas las perso- nas que se encuentran desnutridas, los altos niveles económicos y la ayuda que directa o indirectamen- te se encuentra en los hogares de nuestros pacientes hace difícil que exista, sin embargo, existen casos en donde otros problemas médicos intervienen en la aparición de desnutrición. Por aspectos de envejecimiento en sí, la obesi- dad no se aprecia fácilmente en los pacientes ma- yores de 80 años, esto explica el bajo porcentaje que encontramos. C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto Na ye li Z ar ag oz a Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 10 Prevalencia de síndromes geriátricos En cuanto a los déficits sensoriales, visual y au- ditivo, se detectan fácilmente en las personas que atendemos debido a que son una población sensi- bilizada en estos aspectos. Los trastornos del sueño representan una dis- minución en cuanto a la literatura mundial. Es po- sible que el ambiente en que estamos contribuya a que las personas tengan un descanso mayor y se facilite el sueño. La polifarmacia es encontrada en forma impor- tante en nuestro medio (56.9%), ya que la aten- ción médica es una de las prioridades de nuestra población, donde las patologías son atendidas en forma oportuna y por el especialista del área co- rrespondiente. Lamentablemente no existe una comunicación entre médicos, lo que produce in- teracciones medicamentosas y efectos secundarios frecuentes. El nivel económico permite la adquisi- ción de todos los fármacos recetados y el consumo de los mismos por años. Es necesario incrementar la comunicación entre médicos, señalar la impor- tancia de ver a los pacientes como un todo y no solo como órganos enfermos específicos. Los padecimientos podiátricos se encuentran en un porcentaje muy alto, de acuerdo con la li- teratura, cerca del 80% de ellos presenta cuando menos algún problema en los pies; en nuestro es- tudio el porcentaje es muy bajo (4.6%) debido a la falta de educación médica en relación a la impor- tancia de buscar éste tipo de padecimientos. En la mayor parte de los casos los pies no están descritos en la historia clínica en forma específica, se deta- llan problemas de circulación o úlceras venosas y arteriales, pocos mencionan los reflejos aquíleos y solo cuando son muy aparentes los diagnósticos de onicomicosis. Son escasos los reportes de dedos en garra, arcos plantares alterados o simplemente la presencia de dolor en éstos. A pesar de la impor- tancia y las consecuencias que tiene la patología de pies, falta mucho por desarrollar en nuestro medio. Faltan estudios que relacionen la patología especí- fica de los pies con las comorbilidades y su difusión para que todos los médicos otorguen la relevancia que se merecen. Las alteraciones de la boca y sus problemas den- tales son olvidados frecuentemente, se especifica la ausencia de piezas dentales y pocas veces se tiene la descripción del estado de las piezas restantes. La enfermedad periodontal se relaciona con alteracio- nes infecciosas y con problemas cardiovasculares, elevando el riesgo de manera importante para esta última, la relación de enfermedad periodontal con neumonías o infecciones respiratorias en pacientes que son anestesiados se describe ampliamente en la literatura y sin embargo no ha cobrado la im- portancia debida en nuestro medio. La prevalencia que en algunos estudios llega al 89% comparada con la descrita en el ABC Medical Center (16.8%) es abismal. Los trastornos hidroelectrolíticos son inferiores a los reportados en la literatura, en nuestro medio se pone mucho énfasis en el control hídrico y de electrolitos, las revisiones periódicas y frecuentes de las soluciones, así como la corrección de déficits que se presentan se realizan rápidamente. Práctica- mente los pacientes en los que se detectó el trastor- no ya lo traían al ingreso, pocas veces se desarrolla durante su hospitalización. La diferencia tan importante encontrada en abuso y maltrato puede deberse que generalmente el familiar no es el cuidador único lo cual evita que este colapse y acabe por maltratar a su enfermo. Comúnmente se cuenta con cuidadores pagados por la familia, quienes apoyan con los cuidados del paciente y son sustituidos al primer dato o queja del adulto mayor. Sin embargo, al no usar habi- tualmente escalas especificas para valorar colapso del cuidador y abuso (p. ej. escalade Zarit), no podemos descartar que exista este problema en nuestra población. ConCluSionES Es importante adaptar la valoración geriátrica a las condiciones de la población que se atiende, me- diante el uso de tests o escalas de cuerdo con las características específicas. Se enfatiza la importancia de realizar una ade- cuada revisión física sin olvidar a la boca y a los pies, debido a la importancia y relevancia que las patologías de estas 2 zonas anatómicas tienen tan- to por sí mismas como por sus consecuencias en la alimentación, nutrición, autoestima, movilidad, Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 11 C. d´Hyver de las Deses, T. León, L. Martínez Gallardo Prieto dolor, presencia de osteoartrosis de rodillas, cadera y columna. Las diferencias de prevalencia de los síndromes geriátricos en esta institución con la reportada a nivel mundial pueden explicarse por las caracterís- ticas sociales, económicas y de educación de nues- tra población. Se requieren estudios como este de los diferen- tes estatus socioeconómicos, educativos y cultura- les para determinar la prevalencia en México de los síndromes geriátricos y así impulsar políticas edu- cativas desde los niveles de pregrado en medicina para que se modifiquen las historias naturales de los mismos. Es necesario contar con estos estudios ya que permiten impulsar políticas, programas y acciones determinadas para corregirlos, detectarlos o pre- venirlos. La educación siguen siendo la base para lograrlo, las fallas en la detección, los cambios en la prevalencia y la diferencia con otros autores nos impulsa ha ser mas detallistas en cuanto a la super- visión de los residentes que realizan las valoracio- nes, tratando de obtener mejores resultados. Gresset J, Baumgarten M. Prevalence of visual impairment and utilization of rehabilitation services in the visually im- paired. Population of Quebec. Optometry Vision Science. 2002;79:416-23. Hazzard WR, Blass JP, Halter J, Ouslander JG, Tinetti Mary E. Principles of Geriatric Medicine & Gerontology. 5th ed. New-York: McGraw-Hill; 2003. p. 1487-98. Hirvensalo M, Rantanen T, Heikkinen E. Mobility difficulties and physical activity as predictors of mortality and loss of independence in the community-living older population. J Am Geriatr Soc. 2000;48:493-8. Inouye SK. Prevention of delirium in hospitalized older pa- tients: risk factors and targeted intervention techniques. Ann Med. 2000;23:257-63. Kingma J, Ten Duis HJ. Severity of injuries due to accidental fall across the life span: a retrospective hospital-based study. Perceptual and Motor Skills. 2000;90:62-72. Landefeld S, Palmer RM, Johnson MA, Johnston BC, Lyons W. Current Geriatric Diagnosis & Treatment. 1st ed. New-York: McGraw-Hill; 2004. p. 53-122. Lerman-Garber, Villa AR, Martínez CL. The prevalence of obe- sity and its determinants in urban and rural aging Mexican populations. Obesity Research. 1999;7:402-6. 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Es más común en mujeres, obesos y dia- béticos. Es secundaria a disregulación endócrina y a un estado proinflamatorio y protrombótico. La sarcopenia, pérdida de la masa muscular, es característica de la fragilidad. El tratamien- to está encaminado a incrementar la masa y fuerza muscular mediante un mejor aporte calórico-protéico y un programa de ejercicios. El presente trabajo tiene como objetivo revisar conceptos actuales relacionados a la definición, epidemiología, fisiopatología y tratamiento del síndrome de fragilidad y la sar- copenia, así como su impacto en la población geriátrica. Palabras clave: fragilidad, sarcopenia, envejecimiento. Frailty and sarcopenia abstract Frailty is a geriatric syndrome characterized by weight loss, fatigue, weakness, slow walking and reduced physical ac- tivity. It is more common among women, obese people and diabetic patients. It is secondary to endocrine dys- regulation and a proinflammatory, prothrombotic status. Sarcopenia, loss of muscle mass, is characteristic of frailty. aJefatura del Servicio de Terapia Intensiva. Fundación Clínica Médi- ca Sur. México, D.F. bMedicina Intensiva. Fundación Clínica Médica Sur. México, D.F. The treatment is focused on increasing muscle mass and strength by improving caloric-proteic intake and imple- menting a physical exercise program. The aim of the pre- sent article is to review the current concepts related to the definition, epidemiology, pathophysiology and treatment of frailty syndrome and sarcopenia, as well as its impact on geriatric population. Key words: frailty, sarcopenia, aging. introduCCión A partir de la segunda mitad del siglo XX, se hizo evidente que el envejecimiento, un proceso univer- sal, ocurre de manera diferente en cada individuo, y que dentro de la población geriátrica existen subgrupos de pacientes con mayor vulnerabilidad física y mental, con mayor dependencia de los ser- vicios de salud1. El término “fragilidad” hace referencia a un es- tado de vulnerabilidad, debilidad, disminución de la reserva fisiológica presente en algunos pacientes geriátricos. Aunque el concepto de “fragilidad” es fácil de entender, su definición operacional es aún controversial2. Woodhouse3definió un anciano frágil como “aquella persona mayor de 65 años de edad que depende de los demás para llevar a cabo Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 13 R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés las labores de la vida cotidiana, y frecuentemente se encuentra bajo cuidados institucionales”. Gillick1 enfatizó las repercusiones sociales de esta entidad al definir a los ancianos frágiles como “aquellos que no pueden sobrevivir sin ayuda sustancial de los otros”, mientras que MacAdam2 y Williams3 resaltaban las determinantes médicas al definir al anciano frágil como “aquel con condiciones (médicas) crónicas” y “aquel que requiere hospitalización prolongada por enfermedades crónicas debilitantes”. Fried4, en 2001, elaboró una definición de “fe- notipo de fragilidad” que consistía en la presencia de 3 de 5 elementos a evaluar: 1) pérdida no inten- cionada de ≥ 10 libras en el año precedente, 2) sen- sación de “estar exhausto” reportada por el pacien- te, 3) debilidad (medida por la fuerza del cierre de puño, 4) marcha lenta y 5) poca actividad física. El valor predictivo de esta escala fue determinado con base en los datos obtenidos en un estudio de cohorte prospectivo sobre salud cardiovascular en mayores de 65 años5,6. Se encontró que existía sobreposición, pero no concordancia, en la aparición de fragilidad, comorbilidad y discapacidad, y que este fenotipo de fragilidad era un predictor independiente, a 3 años, de caídas, disminución de la movilidad, incapacidad para las labores de la vida cotidiana, hospitalización y muerte. Además, se describió que la presencia de 1 o 2 de estos criterios (llamado por el autor “esta- dio de fragilidad intermedio”) se relacionaba con un mayor riesgo relativo de desarrollar fragilidad en los siguientes 3-4 años. Basado en el principio de que el número de dé- ficits es un indicador macroscópico que involucra de manera integral las características del proceso de envejecimiento, y no solo la intensidad de una sola deficiencia funcional7, Mitnitski y Rockwood8 de- sarrollaron un índice de fragilidad obtenido a par- tir del número de déficits acumulados (incluyendo signos, síntomas, alteraciones en la funcionalidad y anomalías de laboratorio). Este índice es insensible para la determinación del origen de los déficits en- contrados, pero sirve como indicador del estado de salud del individuo, la severidad de sus enfermeda- des y la proximidad de la muerte. Los criterios de Fried4 han servido de modelo para la valoración de fragilidad en escenarios clíni- cos donde se necesita un diagnóstico certero, fácil y rápido de emitir, incluyendo consulta de primer contacto para pacientes ambulatorios9 y tamizaje de fragilidad en poblaciones seleccionadas como: pacientes con insuficiencia renal10, mujeres11, mu- jeres obesas12, minorías raciales13, residentes de asi- los14, pacientes programados para cirugía electiva y pacientes con HIV15. Los trabajos que toman como base el índice de fragilidad de Mitnitski y Rockwood8, están más enfocados a la presencia de fragilidad como predic- tor de morbimortalidad en estudios de cohorte16,17, así como en estudios transversales en pacientes que viven en asilos18 o pacientes en el periodo periope- ratorio19. El uso de un índice de fragilidad también es útil en estudios en los que se busca valorar el im- pacto que tienen sobre la prevalencia de fragilidad factores como: el tabaquismo20, la vulnerabilidad social21, y el ejercicio físico22. Searle2 investigó la estructura y criterios usados en diversos índices de fragilidad reportados en la literatura, y estableció un procedimiento están- dar para crear un índice de fragilidad basado en el número de déficits. En este procedimiento, se establece un conjunto de 40 déficits con que pue- den evaluarse las deficiencias en la funcionalidad, cognición, hábitos de salud y evaluaciones profe- sionales (tabla 1). Difícilmente, una definición del fragilidad po- dría ser usada de manera universal, pero cualquiera de ellas puede ser considerada válida si cumple con el siguiente conjunto de características23,24: I. Validez de contenido: Incluye múltiples determinantes. Es dinámica. Puede sustituir a definiciones previas vá- lidas. Es válida en múltiples contextos clínicos. Puede ser adaptada para su uso en progra- mas computacionales. II. Validez de constructo Es más común en mujeres que en hom- bres. Es más común a mayor edad. Está relacionado con discapacidad. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 14 Fragilidad y sarcopenia tabla 1. Índice de fragilidad estandarizado propuesto por Searle Variable Punto de corte Requiere ayuda para Bañarse SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Vestirse SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Sentarse/levantarse de la silla SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Caminar dentro de casa SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Comer SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Arreglarse SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Usar el sanitario SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Subir y bajar escaleras SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Levantar 10 libras SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Ir de compras SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Hacer labores domésticas SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Preparar sus alimentos SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Tomar sus medicamentos SI=1/NO=0 Requiere ayuda para Organizar sus finanzas SI=1/NO=0 Pérdida no intencionada de 10 libras en el último año SI=1/NO=0 Ha permanecido en cama más de la mitad de un día en el último mes SI=1/NO=0 Ha dejado de hacer alguna actividad en el último mes SI=1/NO=0 Auto-percepción de la salud Mala=1 Regular=0.75, Buena=0.5 Muy Buena=0.25 Excelente=0 Auto-percepción de la salud en el último año Peor=1 Mejor/igual=0 Ha salido fuera de casa en el último mes <3días=1 >3días=0 Sensación de que todo es un esfuerzo Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0 Se siente deprimido Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0 Se siente contento Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0 Se siente solo Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0 Tiene problemas para seguir adelante Casi siempre = 1, A veces = 0.5, Casi nunca = 0 Hipertensión arterial Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 Infarto agudo al miocardio Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 ICC Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 EVC Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 Cáncer Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 Diabetes Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 Artritis Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 Enfermedad Pulmonar crónica Si = 1, Sospecha = 0.5, No = 0 MMSE < 10 = 1, 11–17= 0.75, 18–20=0.5, 20–24= 0.25, > 24 = 0 Flujo Pico (litros/ minuto) ≤ 340 hombres, ≤ 310 mujeres Fuerza de agarre (kg) <29 en hombres, < 17 en mujeres Fuerza del hombro (kg) ≤ 12 hombres ≤ 9 mujeres Velocidad de marcha habitual (segundos) >16 IMC <18.5, ≥ 30 Velocidad máxima de marcha (segundos) >10 Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 15 R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés Se relaciona con las comorbilidades y la autopercepción del estado de salud. III. Validez de criterio Predice mortalidad. Predice desenlaces adversos (delirium, caí- das, disminución de funcionalidad). Predice la edad a la que toda persona sería frágil. Aplicable a distintas escalas, desde mode- los celulares a estudios poblacionales. EpidEmiología La prevalencia e incidencia de fragilidad varían se- gún la población estudiada y la definición opera- cional utilizada. En el trabajo original de Fried4 se reportó una prevalencia de 6.9% en la población ambulatoria, con una incidencia de 7.2% a 4 años. La fragilidad se relacionó con ser afroamericano, menor nivel educativo, menor nivel socioeconómico, mayor número de comorbilidades y discapacidad. En el estudio de salud cardiovascular (Cardiovascular Health Study; CHS), donde se utilizaron los cri- terios originalmente descritos por Mitnitski y Roc- kwood8, 8.7% de los hombres y 15.0% delas mu- jeres afroamericanas eran frágiles, en comparación con 4.6% de los hombres y 6.8% de las mujeres anglosajonas. En el estudio canadiense de salud y envejeci- miento (Canadian Study of Health and Aging; CSHA), un estudio de cohorte a 5 años, se en- contró que en pacientes ambulatorios, 12 de cada 1000 habitantes era muy frágil, y, en personas de 85 años y mayores, 44 de cada 100 eran muy frá- giles. El riesgo relativo de institucionalización en pacientes frágiles fue reportado en 8.5 y el riesgo de muerte fue de 7.325 . En población europea mayor de 50 años9 la pre- valencia de prefragilidad en mujeres es de 25.8%, y la de fragilidad es de 7.8%, mientras que en la población masculina, la prevalencia de prefragili- dad es de 14.6%, y de fragilidad 3.1%. De manera similar, en un estudio prospectivo en población de entre 64 y 74 años de edad en el Reino Unido, la prevalencia reportada de fragilidad de fue de 8.5% de las mujeres y 4.1% de los hombres26. En pobla- ción asiática, la prevalencia de fragilidad en adultos de 65 a 79 años de edad varía de 11 a 14%, según el método de evaluación utilizado27. En población méxicoamericana28 de 74 años de edad y mayores, se ha reportado una prevalencia de 54% de prefragilidad y 20% de fragilidad. En población mexicana residente en México, la preva- lencia prefragilidad es de 17 a 21%, con una pre- valencia de fragilidad de 24% en pacientes de 65 a 69 años y de 47.6% en pacientes de 85 años y mayores17. En un estudio transversal basado en el estudio de salud y envejecimiento en mujeres en Estados Unidos (Women’s Health and Aging Studies I y II) Blaum12 describió que, en mujeres mayores de 79 años con IMC mayor a 18.5, la presencia de sobre- peso (IMC 25-30) se relacionaba con la presencia de fragilidad, mientras que la obesidad (IMC > 30) se relacionaba con la aparición tanto de prefragili- dad como de fragilidad. Hubbard20, basado en los datos recabados en el CSHA, describió que en personas mayores de 65 años, el consumo de una cajetilla diaria por más de 20 años estaba asociado a una mayor número de déficits definitorios de fragilidad y a una menor sobrevida, y Behrman29 describió que el dejar de fumar mejora los resultados obtenidos en evalua- ciones de fragilidad y funcionalidad. Se ha descrito que la diabetes mellitas (DM) está asociada a una aparición temprana de fragili- dad30. Hubbard31 reportó que, en población mayor de 65 años, la diabetes está asociada a una mayor mortalidad a mediano plazo, y que los pacientes frágiles tienen un riesgo 2.6 veces mayor de tener alguna complicación de diabetes, independiente- mente de la edad, sexo o el número de años con el diagnóstico de esta enfermedad. En el mismo estudio, se reportó que, a pesar de que el promedio de edad era menor en el grupo de pacientes con DM (81.3 frente a 83.3 años), ambos grupos te- nían una proporción similar de individuos frágiles (42.2 frente a 43.4%). Shlipak25, en un estudio multicéntrico en pacientes con insuficiencia renal crónica mayo- res de 65 años, encontró que la prevalencia de Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 16 Fragilidad y sarcopenia fragilidad es de 15% (en comparación con con- troles sanos, donde la prevalencia es de 6%). En un análisis multivariado, la presencia de insufi- ciencia renal crónica se relaciona con un riesgo incrementado de presentar fragilidad (razón de momios 1.7). Desquilbet6, en un estudio de cohorte, reportó que la infección por HIV previa a aparición de te- rapia antirretroviral altamente efectiva (HAART) estaba fuertemente asociada con el desarrollo de fragilidad (riesgo relativo de 3.38 a 12.95, según duración de la infección). La prevalencia de fragili- dad en pacientes de 55 años VIH+ fue igual a la de los pacientes de 65 años VIH– (3.4%). En un estudio realizado en mujeres adultas con VIH recibiendo HAART se encontró una la preva- lencia de fragilidad de 8% en mujeres VIH–, 12% en pacientes HIV+ y de 20% en pacientes VIH– con cuentas de CD4 < 10032. FiSiopatología Múltiples alteraciones relacionadas a la genética, el envejecimiento y las comorbilidades están implica- das en la fisiopatología del síndrome de fragilidad (figura 1). Los sistemas mayormente implicados en la fisiopatología de la fragilidad son el sistema inmune, el endócrino y el musculoesquelético. Sistema inmune. Se ha encontrado una asociación entre fragilidad, un estado proinflamatorio y la acti- vación de la cascada de la coagulación, reflejadas en: I. Elevación de los niveles de biomarcadores de la coagulación (factor VIII, fibrinógeno, dímero D). II. Aumento en las cuentas celulares de neutrófilos y leucocitos y anemia33. III. Elevación de los niveles séricos de citocinas pro- inflamatorias como proteína C reactiva (PCR) e interleucina 6 (IL-6); esta última actúa como un factor de transcripción y un transductor de señales que impacta de manera adversa el ape- tito, el funcionamiento del sistema inmune, la cognición y el músculo esquelético34,35. Sistema endocrino. Múltiples cambios hormona- les que ocurren con el envejecimiento se han rela- cionado a la aparición de fragilidad: I. Esteroides sexuales. Las concentraciones plas- máticas de esteroides sexuales disminuyen con la edad; pero hasta el momento no se ha esta- blecido una relación entre los niveles séricos de esteroides sexuales y la presencia de fragilidad. En un estudio de cohorte en pacientes ambu- latorios, Mohr36 encontró que, en hombres de 50 a 86 años de edad, existía una relación significativa entre niveles bajos de testostero- na total y la disminución de la fuerza de pre- sión y actividad física. Se encontró también que existía una asociación significativa entre el aumento de los niveles séricos de proteína fi- alteraciones fisiológicas PCR IL - 6 IGF-1 DHEA-S Cortisol Inflamación Anorexia Sarcopenia Osteopenia Función inmunológica Cognición Coagulación Metabolismo de glucosa Disregulación neuroendócrina Fragilidad clínica Debilidad Velocidad de la marcha Fatiga Figura 1. Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 17 R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés jadora de hormonas sexuales (sexual hormones binding globulin, [SHBG]) y la presencia de fragilidad, pero no entre las concentraciones de testosterona total y la aparición de fragilidad. Los niveles séricos del andrógeno suprarrenal dihidroepiandrosterona (DHEA) son signifi- cativamente menores en pacientes geriátricos frágiles que en los no frágiles37. Aunque se ha demostrado que la suplementación de DHEA-S en pacientes postmenopáusicas aumenta las con- centraciones séricas de DHEAS y disminuye la concentración de SHBG, y que dicha suplemen- tación no afecta marcadores de riesgo cardiovas- cular, no se ha demostrado que sea efectiva para la disminuir el riesgo de fragilidad38. II. Hormona del crecimiento (HC). Tanto los ni- veles séricos de hormona del crecimiento como los niveles pico registrados por la mañana de factor de crecimiento similar a la insulina (insu- lin-like growth factor-1 [IGF-1]) disminuyen con la edad37,39 y, de entre la población geriátri- ca, aquellos pacientes que tienen síndrome de fragilidad presentan niveles más bajos de IGF-1 en comparación a pacientes geriátricos no frá- giles, y se observa una relación inversa entre los niveles de IL-6 y los niveles IGF-1 en pacientes frágiles, pero no en pacientes no frágiles37. En las mujeres de la población geriátrica, hay una relación entre la disminución en los niveles de IGF-1 y la movilidad37,40. III. Cortisol. Las variaciones diurnas en los niveles de cortisol están aplanadas en mujeres posme- nopáusicas frágiles, en quienes, además, los ni- veles diurnos de cortisol están significativamen- te elevados en comparación con las pacientes no frágiles41. Hasta ahora, estos cambios son atribuibles a alteraciones en el eje hipotálamo- hipófisis adrenal (HHA) asociados al envejeci- miento. En pacientesfrágiles institucionaliza- dos, los niveles de cortisol tras una prueba de supresión con dexametasona, son mayores en comparación con adultos no frágiles ambula- torios; lo que sugiere que en pacientes frágiles el umbral para la supresión de cortisol en el eje HHA42. IV. Vitamina D. Se ha encontrado que existe una asociación entre bajos niveles de vitamina D en pacientes geriátricos de ambos sexos, tanto am- bulatorios43 como institucionalizados44. Oku- no45, en un estudio de cohorte describió que existe una asociación entre el hallazgo de nive- les de 25(OH)D por debajo de 50.0 nmol/l con menor movilidad y pobre equilibrio corporal. Sarcopenia. La pérdida de la masa y fuerza mus- cular relacionada al envejecimiento es un com- ponente clave de la fragilidad. Ya desde 1931, Macdonald Critchley, neurólogo del Hospital del colegio real (Kings´s College Hospital) en Lon- dres, describía que “toda la musculatura, con el envejecimiento, tiende a involucionar”. En 1970, Nathan Shock publicó una serie de artículos so- bre la fisiología del envejecimiento, concluyendo que “ningún decaimiento de la estructura y fun- ción es más dramática que la pérdida de la masa muscular relacionada con la edad”. Irvin Rosen- berg, en 1988, viendo la importancia y necesidad de un nombre para este fenómeno, sugirió la pa- labra sarcopenia, derivada del griego sarx (carne) y penia (pérdida) 46 En humanos, alrededor de los 50 años de edad, la masa muscular disminuye de 1 a 2% por año, y la fuerza muscular tiene una disminución anual de 1.5% entre los 50 y 60 años de edad, y pos- teriormente 3% cada año. Entre 5 y 13% de las personas de entre 60 y 70 años de edad y de 11 a 50% de las personas de 80 o más años tienen sar- copenia. La sarcopenia es 2 veces más prevalente que la fragilidad, lo que implica que la sarcopenia Músculo joven Envejecimiento Sarcopenia Figura 2. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 18 Fragilidad y sarcopenia no es una entidad que por sí misma pueda llevar a la fragilidad47. La fisiopatología de la sarcopenia incluye48 (figu- ra 2): 1. Denervación de las unidades motoras. 2. Conversión de fibras musculares rápidas (tipo II) en fibras lentas (tipo I). 3. Depósito de lípidos en el tejido muscular. El Consenso Europeo sobre la definición y diag- nóstico de la sarcopenia sugiere que el diagnóstico de sarcopenia puede establecerse cuando se cum- plen 2 criterios49: 1. Baja masa muscular. La “masa muscular nor- mal” se mide con base en los datos obtenidos de estudios poblacionales en gente de 18 a 39 años; para establecer el diagnóstico de sarcope- nia es necesario que la masa muscular del indi- viduo se encuentre 2 desviaciones por debajo de la media de la población de referencia. Para la medición de la masa muscular, la absorbi- metría de rayos X de energía Dual (dual-energy x-ray absorptiometry [DEXA]) es considerada el estándar de oro. Otros métodos para cuantifi- car la masa muscular incluyen la impedancia bioeléctrica, la tomografía computada, la reso- nancia magnética, la excreción urinaria de crea- tinina, mediciones antropométricas y medición de activación de neutrones. 2. Baja velocidad de marcha, definida como me- nor de 0.8 m/seg en la prueba de caminata de 4 metros (figura 3). Disfunción neuroendócrina Perdida de peso Masa muscular Fuerza Vo2 máximo Inactividad Dependencia Balance energético y nitrogenado (-) Envejecimiento M.E. ENFERMEDAD Marcha lenta discapacidad Gasto energético Desnutrición crónica Sarcopenia Metabolismo basal Anorexia asociada al envejecimiento Figura 3. Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 19 R. Carrillo Esper, J. Muciño Bermejo, C. Peña Pérez, U. G. Carrillo Cortés tratamiEnto Existen maniobras terapéuticas cuya utilidad ha sido demostrada tanto en pacientes frágiles como en pacientes sarcopénicos: Muchos estudios han comprobado que en pa- cientes geriátricos el ejercicio es benéfico a múlti- ples niveles fisiológicos. El ejercicio de resistencia contrarresta la pérdida muscular relacionada al envejecimiento, porque se logra un aumento del 11.4% en el área transversal de la pantorrilla y del 100% en el área transversal del extensor de la rodi- lla tras 12 semanas de entrenamiento50. Henwood51 reportó que un periodo de 24 semanas de entrena- miento mejoraba la fuerza muscular y la habilidad funcional en pacientes geriátricos, y que la mejo- ría en cuanto a capacidad funcional persistía aún después de un periodo de desentrenamiento.51 En pacientes frágiles, el ejercicio de resistencia puede aumentar un 3 a 9% el área muscular transversal y duplica la fuerza muscular48. El metanálisis realizado por Cochrane Databa- se of Systematic Reviews52 sobre ejercicio físico de resistencia (EFR) demostró que la realización de una rutina 2 o 3 veces a la semana daba como re- sultado un incremento pequeño pero significativo de la capacidad física, velocidad de la marcha, ca- pacidad de ponerse de pie de una silla sin ayuda y fuerza muscular. En pacientes frágiles, el participar en grupos de ejercicio físico supervisado mejora de manera sig- nificativa los marcadores de fragilidad53. De entre los diferentes programas de ejercicio, aquellos que se llevan a cabo de forma supervisada, durante 30 a 45 min 3 veces a la semana, durante al menos 4 meses, han sido los más efectivos para mejorar los marcadores de fragilidad54. Muchos adultos mayores no consumen la can- tidad de proteína suficiente para disminuir la pér- dida de la masa muscular; el consumo de proteínas recomendado en personas de la tercera edad es de 0.8 g/kg/día. El consumo de suplementos calóri- co protéicos en residentes de asilos con un aporte extra de 360 kcal diarias por 10 semanas mejoró la fuerza muscular en miembros inferiores. El con- sumo de suplementos protéicos en conjunto con un programa de resistencia física mejoró la fuerza muscular. Sin embargo, el uso de suplementos ali- menticios podría disminuir el consumo voluntario de alimentos y ser de difícil apego55,56. La evidencia con respecto al beneficio de la ad- ministración de testosterona como intervención terapéutica en pacientes sarcopénicos o frágiles es controvertida: algunos estudios reportan mejoría en la cantidad de masa muscular magra y la fuerza de agarre con tan solo 4 semanas de tratamiento, pero también se ha demostrado que el tratamien- to con testosterona puede favorecer el crecimiento prostático en hombres, y que el riesgo de adqui- rir cáncer de próstata en pacientes mayores de 65 años se duplicaba por cada aumento de 0.1 U en las concentraciones séricas de testosterona libre55. El uso de terapia de reemplazo hormonal (TRH) en mujeres posmenopáusicas también es controversial, ya que puede atenuar la pérdida de masa muscular en el periodo perimenopáusico, pero tiene efectos modestos en la composición muscular, y no se ha demostrado que esto se tra- duzca en una menor incidencia de fragilidad o en una mejoría significativa de la funcionalidad. Por otra parte, el uso de TRH ha sido implicada como factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama, y por lo tanto, no se recomienda su uso como tratamiento para la sarcopenia/fragilidad57. ConCluSionES La fragilidad es un síndrome geriátrico común, que puede ser definido operacionalmente con base en cualquiera de los 2 modelos prototípicos existen- tes: los criterios de fragilidad de Frield, y el índice de fragildad de Mitniski y Rockwoood. Dentro de Estrategias encaminadas a mejorar la fuerza y masa muscular, como una mayor ingesta protéica y un entrenamiento de resistencia y fuerza muscular, han demostrado disminuir la prevalencia de sarcopenia y fragilidad, así como mejorar la fuerza y desempeño físico. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 20 Fragilidad y sarcopenia la fisiopatología de este síndrome están implica- dos disregulaciones endócrinas, inmunológicas y musculoesqueléticas. De entre ellas, la sarcopenia (pérdidade la fuerza y masa muscular) represen- ta un elemento fundamental. Estrategias encami- nadas a mejorar la fuerza y masa muscular, como una mayor ingesta protéica y un entrenamiento de resistencia y fuerza muscular, han demostrado dis- minuir la prevalencia de sarcopenia y fragilidad, así como mejorar la fuerza y desempeño físico. 13. Hirsch C, Anderson ML, Newman A, Kop W, Jackson S, Gottdiener J, et al. The association of race with frailty: the car- diovascular health study. Ann Epidemiol. 2006;16:545-53. 14. Fried TR, Mor V. Frailty and hospitalization of long- term stay nursing home residents. J Am Geriatr Soc. 1997;45:265-9. 15. Desquilbet L, Jacobson LP, Fried LP, Phair JP, Jamieson BD, Holloway M, et al. HIV-1 infection is associated with an earlier occurrence of a phenotype related to frailty. J Geron- tol A Biol Sci Med Sci. 2007;62:1279-86. 16. Karunananthan S, Wolfson C, Bergman H, Beland F, Ho- gan DB. 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Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2222 Artículo de revisión impacto de las políticas antitabaco en méxico Horacio Rubio Monteverdea, Tatiana María Rubio Monteverdeb, Rafael Álvarez Corderoc introduCCión El 31 de Mayo del presente año, se celebró el Día Mundial sin Tabaco con el tema de la campaña “Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco”, su objetivo específico es recordar a los países la necesidad de implementar com- pletamente el Convenio Marco para proteger a las genera- ciones actuales y futuras de las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo de tabaco. Fue en 1987 que se instituyó este día por La Asamblea Mundial de la Salud constituida por los Estados miembros de la Orga- nización Mundial de la Salud, con el objetivo de llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales así como de fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del mundo. El consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comu- nidad sanitaria. antECEdEntES La epidemia del tabaquismo es un fenómeno mun- dial con efectos destructivos considerables tanto aDirección de Atención Médica. Dirección General de Servicios Mé- dicos. UNAM. México, D.F. bSecretaría de Gobierno del Estado de Hidalgo. cRevista de la Facultad de Medicina, UNAM. México, D.F. para las naciones en desarrollo como para los países industrializados. En el año 2000, el tabaco mató a casi 5 millones de personas en el mundo y más de un millón en las Américas, alrededor de 14,000 per- sonas cada día, muchas de estas muertes ocurren en países pobres como el nuestro; si no fortalecemos las medidas tomadas hasta ahora, el número de defun- ciones que produce podría duplicarse en veinte años. El consumo de tabaco es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión, y es responsable de la muerte de uno de cada diez adultos. El principal componente del tabaco es la ni- cotina, sustancia que desde el punto de vista far- macológico activa de doble efecto, estimulante y sedante, y la principal responsable de la adicción por el estímulo placentero que produce al activar la vía dopaminérgica y los receptores colinérgicos y nicotínicos del SNC. El consumo de cigarrillos es uno de los princi- pales factores de riesgo de cardiopatía coronaria, enfermedad vascular periférica y cerebral. Los tumores malignos ocupan la segunda causa de mortalidad en México y en su mayoría están re- lacionados con el tabaco, de manera principal el de cavidad oral, pulmonar, laríngeo, esofágico, cervi- couterino y las leucemias. El cáncer de pulmón es Kc on no rs Vol. 54, N.o 5. Septiembre-Octubre 2011 2323 H. Rubio Monteverde, T. M. Rubio Monteverde, R. Álvarez Cordero el más frecuente entre los fumadores y constituye la primera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres. El conjunto de las enfermedades broncopulmo- nares ha ido en aumento en México y, como causa de mortalidad, se encuentra entre el doceavo y de- cimoquinto lugar. El síndrome tabaco fetal consiste en restric- ción del crecimiento en el DNA. Se relaciona con aumento en frecuencia de abortos espontáneos, partos pretérmino, placenta previa, hemorragias, rotura prematura de membranas y de mortalidad perinatal en 25%. El impacto del humo del tabaco ambiental so- bre la mortalidad humana es dos veces mayor que el impacto producido por el conjunto de todos los contaminantes ambientales tóxicos. La población infantil es particularmente susceptible. La OMS indica que el hábito de fumar cigarri- llos es causa directa o indirecta de cerca de 13500 muertes por día y 4.9 millones al año en el mundo, de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías de desarrollo. Los adolescentes son el grupo de alto riesgo. En tanto, Phillipe Lamy, representante de la OMS en México, informó que en este año, hay alrededor de mil doscientos millones de fumadores en el mundo y el costo de la atención médica de padecimientos asociados rebasa los 200 mil millo- nes de dólares. México fue el primer país en América en refren- dar el Convenio Marco de la OMS para el Control de Tabaco, ratificado por unanimidad en 2003. Este convenio proporciona un marco para las me- didas nacionales de control integral del tabaco. El “Modelo para prestación de servicios en contra del tabaco en México” se enfoca de manera fundamental en dos aspectos: 1) promoción de la salud en población abierta y derechohabiente y 2) prevención primaria en grupos de alto riesgo. En el 2000 se decretó una modificación a la Ley General de Salud, que estableció el deber de orientar a la población para abstenerse de fumar Ha m m er -n ai l w ax Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 2424 en el interior de edificios públicos propiedad del Gobierno Federal. A partir de 2002, se ejecutó el programa de Escuelas Libres de Humo de Tabaco. A principios del año 2004 se instauró la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores. En el primer nivel de atención, tanto público como privado, se solucionan 85 de los problemas de salud. Las tres fases esenciales del tratamiento a cargo del médico son la valoración,
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