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3 Emoción y Ambiente Psicología Ambiental Aragonés

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JOSE AN
r
fONIO CORRALIZA Y JAIME BERENGUER 
1 . LA EXPERIENCIA EMOCIONAL 
DEL AMBIENTE 
Uno de los procesos más relevantes de la inte­
racción persona-ambiente está constituido por aquél 
a través del cual el espacio físico se convierte en un 
espacio significativo para alguien. Este es uno de 
los problemas presentes en la investigación psico­
ambiental desde el inicio de este ámbito de trabajo. 
El propio Lynch ( 1960) reconoce la existencia de 
tres .componentes básicos de la imagen urbana: la 
identidad, la estructura y el significado. El que 
Lynch deje de lado este último campo de investiga­
ción sólo muestra las limitaciones de los paradig­
mas de investigación sobre la interacción entre el 
ambiente y el comportamiento, y no una declara­
ción de desinterés por su parte. 
El estudio del significado del ambiente implica 
analizar la representación interna de la organización 
espacial y de los elementos significativos en tomo 
a los cuales dicha representación se organiza. En 
este sentido, el significado del ambiente es un as­
pecto del conocimiento ambiental. Downs y Stea 
( 1 977) recuerdan la pertinencia de la distinción en­
tre conocimiento locativo ( locational knowledge ), 
referido al conocimiento sobre las dimensiones de 
localización (ubicación de un espacio o recurso del 
mismo, estimación de distancias, representación 
cartográfica, etc.), y conocimiento no locativo (non­
locational knowledge ), que se refiere a lo que un 
© Ediciones Pirámide 
ambiente <<es>> para un sujeto. Utilizando té1·1ninos 
metafóricos, podría decirse que el primer tipo de 
conocimiento hace referencia al <<atlas mental>> (re­
presentación mental de parámetros tales como dis­
tancia, localizació11, etc.), mientras que en el segun­
do sentido se está entendiendo una <<enciclopedia 
mental>>, es decir, un elenco de propiedades de la 
experiencia psicológica del lugar, tales como valo­
ración de la apariencia, de los elementos saliente,$.� 
etcétera. En esta segunda acepción del conocimie11-
to ambiental es en la que se enmarca el estudio del 
significado ambiental. -. 
El significado del ambiente es elare_QP:j�p,� ,. ... -
contenidos que a un sujeto le posibili� � 
<<qué es para él un lugar>>._ �-=ª� .. _ 
interacción global con eL�mhiJ 
minos de valoración p�XS! 
de conjunto, del ambio: 
viaja por el interior <1· ·lma .. trag,ta � : >"'-.hiyCmi 
conjunto de <<señales>> queJ::perlftitetÍ cotfipreiider 
cada lugar en función de distintas variables que a, ... 
sultan relevantes para el sujeto: el valor de estatus 
social de un barrio, la funcionalidad dominante del: 
mismo, el tipo de pobladores urbanos del barrio, etG. 
Todas estas deducciones se efectúan a partir de 
una interpretación de señales de valor informativo 
presentes en el ambiente (como, por ejemplo, el 
grado de mantenimiento de las aceras, la estética de 
las fachadas o, incluso, signos de costumbres o t1sos 
sociales como que haya ropa tendida en las facha-
J 
60 / Pslcologfa Ambienta!
das o no, entre otros}, que permiten al sujeto com­
prender el lugar y, en última instancia, fijar su gra­
do de interés e implicación en cLicho ambiente. El 
ambiente, pues, está formado por un conjunto de 
señales de alto valor comunicativo e informativo. 
Descifrar éstas constituye eJ primer nivel de las 
dimensiones afectivas en la relación persona-am­
biente; a partir de esta operación de decodificación 
la persona se «predispone con el ambiente», es de­
cir, elabora y define sus pautas de interacción con 
el lugar. Ello explica que los psicólogos definan el 
significado del ambiente como la respuesta antece­
dente que está en la base de otras respuestas efec­
tivas como las acciones o intenciones ele acción. 
El proceso de atribución de significado es la 
base sobre la que se conforma la experiencia emo­
ciona] de un lugar. «El ambiente es un territorio 
emocional»; esta lapidaria afirmación de lttelson 
(1973) subraya la importancia de este proceso en la 
acción globaJ del individuo. Gran parte de la expe­
riencia vital del individuo se fija y se conforma en 
lugares, espacios, entornos emblemáticos o paisa­
jes, de la misma forma que el humus se va fijando 
y conforma el lecho de un río. No debe dejarse de 
lado que, como en el ejemplo aludido, la experien­
cia emocional es un antecedente de la acción de un 
individuo que se ve «restringida» por esa misma 
realidad. Como se ha escrito en otro lugar (Corra­
liza, 1994), el ser humano «crea» e «influye» sobre 
el ambiente, y luego el ambiente, o una parte del 
mismo, crea o influye sobre la persona. 
La tardía recuperación del problema del signi­
ficado en la investigación psicoambiental ha llevado 
a líneas de investigación de alcance muy variado. 
Desde los estudios sobre semiótica (Broadbent, 
Bunt y Jencks, 1980), sobre sintaxis del medio 
construido (Lawrence, 1989; véase también Dun­
can, 1981 ), sobre el significado de la arquitectura 
(Groat, 1981), hasta el estudio de los componentes 
comunicativos del espacio (Rapoport, 1982), .entre 
otros. En cualquiera de estos aspectos, se ha mos­
trado la relevancia de este proceso para la definición 
del patrón de interacción entre la persona y el medio 
físico. Entre los contenidos básicos a que hace re-• 
ferencia el estudio del significado hay dos orienta­
ciones básicas diferenciadas. En primer lugar se 
encuentran los trabajos que anali,an la ¡ 11,.¡ 1¡. . '- l fil l ,1 de los procesos culturnlcs, so ·1:dcs y rolí1ic, 1, • 1 
'6 . 1 d 1 . . • 1.:11 o1 constnicc1 n socia · s1gn1f 1cado e,pat:i:il. h 1 ,l.
gundo lugar_ se cn�uc�t!a la t�ricntal'.i611 "L'!'(11 1 l:i 
cual el estudio del s1gnd1cado tu.:m: l'.OIIH> 111arc,, d. 
rel'crencia el� análisis �c. la cxpcricm:ia c111ol'i iin:: I de un lugar. En unc1 rcv1s16n sobre lw, teoría, c,ir11r 
turalistas y su aplicaci6n al estudio de las n:lal'iu11l., 
entre el ambiente y la conducta, Lawrcnce , 1 <JX1J 1 
subraya precisamente el desajuste en1rc c,1a, di!, 
orientaciones. Escribe este autor que, en oca,io 11e, 
«la determinante influencia de la cog11ici611 hu1n;i 11,; 
se asume a costa de dejar de lado variahlc, u11! 11 r, 1 
les, sociales, económicas y política!-.; u. co111ra11, 1 
mente, la determinante influern.:ia de e,te 1íl1i1111,
conjunto de variables presupone el impacto de l:1L 
tores humanos individuales que frecucnternc111c ,ll11 
ignorados» (Lawrence, 1989, p. 61 ). 
La experiencia emocional del lugar forma p:11k 
de un circuito en el que entran en juego la, ro"hb 
esferas de acción de un sujeto en dicho lugar. y 1111 o 1 
caracterización diferenciada de la!-. prn,ihk, cJí111L'l1 
sione. a través de las cualc� el ambiente i111lt1\é 
sobre el comportamiento (representación. emoc11,11 
y acción) del sujeto. Oc esta afirmación ,e dcduLé 
lo que Little ( 1976) ha denominado la «cxperirnc1.1 
ambiental» con tres dimensiones básicas: cl a,n 
biente como fuente de cstimulación, cl amh1L'lllL' 
como fuente de información y el ambiente L·u1110 
ámbito para la acción. Esta tres dimen�íonL'' ,011 
di tintas acepciones po iblc en la dc�cripción tk 
la experiencia del ambiente físico. y. por tantu. 
constituyen la «agenda oculta» en tomo a la cual ,é 
organiza el conocimiento psicológico cid amhicnlL'. 
De esta forma. el ambiente puede ser considcrado. 
en primer lugar. como una ji,eme de esrim11/orirí11 
que demanda del organismo individual actividad 
atencional. El estudio de los proceso� Je sobrecar­
ga estimular del ambiente o de algunos parárnctro, 
moleculares del mismo (como, por ejemplo. el rui­
do o la temperatura) y su incidencia en el bicnc,iar 
y el desempeño psicológico con. tituye el reto dc 
trabajo más claro desde esta perspectiva. De igual 
forma, el estudio de lo procesos de estrés ambien­
tal es uno de los apartados centrales desde este 
punto de vista. 
O Euicionc� P1d1111dc
◄
.... 
En segundo lugar, el ambiente puede ser defi­
nido como un conjunto estructurado de señales 
(jue11te de información) que el sujeto ordena, alma­
cena y recupera en funciónde l as exigencias que 
aparecen cuando pone en marcha sus planes e in­
tenciones. El estudio de la representación espacial , 
del significado del espacio y de los criterios de pre­
ferencia son algunos de los apartados relevantes que 
se han desarrollado en la Psicología Ambiental 
usando esta específica acepción del ambiente. 
Y, finalmente, el ambiente es considerado como 
un escenario donde el sujeto se desenvuelve (es una 
estructura-para-la-acción). En este sentido, el es­
tudio de los mapas de conducta y de los guiones y
scripts que regulan el funcionamiento de un esce­
nario ha dado lugar a la perspectiva de la Psicología 
Ecológica (véase Wicker, 1 979) y a una fructífera 
línea de investigación. 
2. EMOCION Y SIGNIFICADO
DEL AMBIENTE
La construcción del significado ambiental se 
realiza en función de distintos tipos de variables. 
Un ejemplo puede ayudar a comprender este pro­
ceso adecuadamente. Uno de los problemas de ma­
yor interés en la problemática de la ciudad es la 
creación de espacios seguros, que permitan a los 
sujetos afrontar los riesgos debidos a distintas pa­
tologías urbanas (delincuencia, miedo al asalto, 
miedo al crimen, etc.) . Desde el punto de vista psi­
coambiental, se ha acuñado el concepto de <<espacio 
defensible>> (Newman, 1 972), que es el que per·mi­
te un cierto control de las incidencias amenazantes 
que en él puedan ocurrir. Analizando la otra cara 
del f enórneno ( qué lugares o características del mis­
mo pueden inducir a la aparición del miedo al cri­
men), puede verse en detalle el proceso de cons­
trucción del significado. Una primera observación 
es que el juicio de un sujeto sobre que un lugar sea 
inseguro no tiene necesariamente que coincidir con 
un lugar en el que se cometan delitos. Sin embargo, 
el sentimiento de inseguridad o el miedo sentido en 
un lugar es real, y está basado en la construcción 
del significado que para el sujeto tenga el lugar en
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Emoción y ambiente I 61
su conjunto o facetas espec·íficas del mismo. En la 
explicación de la aparición de este sentimiento de 
miedo pueden uti l izarse dos perspectivas. Una pers­
pectiva se basa en la percepción que un sujeto ten­
ga del lugar; desde este punto de vista, detem1ina­
dos aspectos del lugar, como por ejemplo la 
configuración del mismo (dificultades para huir en 
caso de una eventual amenaza, o la imposibil idad 
de <<ser vistos>> en caso de un eventua.l ataque .. entre 
otros) pueden hacer que el sujeto construya un sig­
ni ficado de dicho espacio como amenazante o in­
ductor del miedo. Una segunda explicació·n de este 
mismo fenómeno pone el acento en variables cul­
turales, sociales o urbanísticas que caracterizan el
lugar; en este sentí.de), disti ntos autores han desta­
cado la in1portancia del nivel de deterioro del lugar !
o la presencia de señales informativa� que reflejan
actividades marginales (existencia de grafití5·, por
ejemplo) como inductores del sentimiento de miedo
en un lugar (Femández Ramírez, 1 995).
La primera de las explicaciones se basa en una 
orientación según la cual el estudio del significado 
tiene como marco de referencia el análisis de los 
patrones perceptivos que desencadenan la experien­
cia emocio·nal de un lugar. La segunda orientación
analiza la incidencia de los procesos soc·iales� cul-\ 
turales y políticos en la construcción social del sig­
nificado espacial. Evidentemente, una y otra pers­
pectiva no pueden excluirse mutuamente, pero ca� 
una de ellas ha puesto el acento en e l análisis de uu 
proceso u otro. En este caso, se va a poner la aten­
ción sobre la primera de las orientaciones, aquella 
que destaca la importancia básica de la experiencia, 
emocional, sin que ello suponga despreciar la im� 
portancia de variables socioculturales o históricai 
económicas. Este último tema debe ser objeto .,._,. 
trabajo desde otras perspectivas disciplinarias. 
En cualquier caso, el proceso de construcc� �, 
del significado f orina parte del más global :e :, 
cepción e interpretación del ambiente. Des 
punto de vista rnicrogenético, el proceso de pei,, . ,, . c1on tiene como resultado el desarrollo de la a ,,. . � ·: n1zac1on estructural de un ambiente, tal y comQ 
señalara Wapner (198 1 ) . El desarrollo de este p 
ceso requiere la ejecución de distintas tareas 
ceptivas, que están implicadas todas ellas en la 
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