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__________________________________________________________________________ Rev. Presencia 2022, v18: e14311 1 PRESENCIA REVISTA INTERNACIONAL DE SALUD MENTAL, INVESTIGACIÓN Y HUMANIDADES CIBERINDEX CANTARIDA Presencia, 2022; v18: e14311 http://ciberindex.com/p/p/e14311 ISSN 1885-0219 © Fundación Index 2022 Indexación: CUIDEN, HEMEROTECA CANTARIDA, CUIDEN CITACION EDITORIAL Recibido: 28.10.2022 Aceptado: 14.11.2022 Enfermería contemporánea y espiritualidad. Una ruta epistemológica Ramiro Altamira-Camacho (https://orcid.org/0000-0003-3403-6901) Departamento de Enfermería, Universidad Autónoma de Aguascalientes, Grupo Nodal Transdisciplinario para la Investigación en Salud, Cuidado y Tecnología (G-NTISCyT) (México) Correspondencia: ramiro.altamira@edu.uaa.mx Este texto tiene el objetivo de invitar al lector a repensar la disciplina de enfermería desde la perspectiva de las ciencias humanas, comprendidas, junto con las ciencias sociales, como ciencias del espíritu, así como a la idea o noción de lo espiri- tual. A propósito de los, cada vez más complejos, estudios desarrollados por enfermeras, en torno a la subjetividad y las estructuras sociales implicadas en el cuidado de la salud huma- na y en la experiencia de esta. Se pone de relieve la noción de espíritu y espiritualidad, respectivamente, con el fin de pro- blematizar a la enfermería en sí misma, a su espíritu. Para ello se muestra una perspectiva de la dialéctica hegeliana, con rela- ción a la noción de espíritu. Se sigue reduciendo lo espiritual a una dimensión humana, esto debido a que se continúa privilegiando el pensamiento reduccionista y simplificador de la ciencia.1 La enfermería en tanto que disciplina científica ha heredado de las ciencias natu- rales un conjunto de estructuras ideológicas que han sido reco- nocidas de manera global como paradigma científico. El paradigma científico en enfermería continúa plagado de intenciones naturalistas que terminan redundando en la ciencia clásica, en su afán por explicar la naturaleza a partir de la dis- yunción de los fenómenos que le acontecen. Esta tendencia simplificadora fue llevada a la disciplina de enfermería por la vía de su transmisión educativa en los espacios académicos y por imitación e identificación en los entornos laborales, pre- ponderantemente hospitalarios. Debido a la influencia biomé- dica, que albergaba la noción de hombre como individuo y especie biológica. Si bien es cierto que cada vez son más los planes de estu- dios y programas académicos, que enmarcan una enfermería desde la propia epistemología, reivindicando la como profe- sión: asignaturas con programas curriculares como Proceso de enfermería, Teorías y modelos de enfermería o enfermería desde algún campo especifico de la salud, aún queda un largo camino por recorrer y fortalecer epistemológicamente a la disciplina. Pues los contenidos propiamente disciplinares si- guen a distancias considerables para ser pensadas en las inves- tigaciones científicas y sus aplicaciones prácticas. Esta distan- cia disminuye muy lento. En el contexto académico, donde la patología y el recono- cimiento de la naturaleza biológica, así como sus múltiples enfoques que van desde la bioquímica, la farmacología en el caso de la biología molecular hasta la anatomía y fisiología como rama de la morfología y, desde luego, la patología son las principales áreas en los perfiles académicos de enfermería universitaria. Sin mencionar aquellos cursos en los que se ha preponderado el uso degradado de la técnica, los manuales y la simulación. Prioriza la razón instrumental por sobre el espíritu vivo, tal como fue descrito por sociólogos y filósofos críticos.2 Mientras tanto, la resistencia por impedir la degradación de la dignidad epistemológica de enfermería continúa. El conoci- miento disciplinar queda relegado, sumergido como un saber mitológico y en extinción que poco se asume en las academias. Se instruye a las enfermeras para satisfacer las demandas de ocupabilidad laboral, a sabiendas de la sobresaturación de los servicios sanitarios y perfiles de trabajo precarios, que instru- mentaliza el pensamiento de quién es profesional de la salud.3,4 Sin lograr, todavía, una transformación de estos. En este punto, es importante comenzar a pensar la distinción que Arendt hace sobre labor y trabajo.5 Vale decir a partir de este momento que lo espiritual no es una dimensión humana, como siempre se ha reconocido en el contexto de las “ciencias de la salud”, sobre todo en enferme- ría. Es, en términos filosóficos, más bien y en todo caso, la dimensión humana. En este sentido, es importante recordar que la disciplina de enfermería estudia el cuidado de la experiencia o vivencia de salud humana,6,7 y que la experiencia está dada por la condición subjetiva que le constituye, su espíritu. En los últimos años ha aumentado el número de publica- ciones científicas sobre estudios que abordan los problemas de la espiritualidad, ya sea este como una dolencia subjetiva o una manifestación propiamente de procesos complejos que el ser humano vive. De igual modo aumentan los intentos por enmar- car la espiritualidad a contextos teóricos y filosóficos, que quedan en una nebulosa epistémica difícil de llevar a una ense- ñanza y práctica en enfermería. El extraordinario trabajo de académicos y los avances de estas publicaciones rompen las estructuras de la ciencia moderna, abriendo así el camino a pensar sobre lo que se entiende por espiritualidad y por ende sobre espíritu. Lo que supone un gran avance en el retorno a la subjetividad, por parte de Enfermería. Sin embargo, estos estu- dios tienden a reducir lo espiritual a una dimensión que, fre- Ramiro Altamira-Camacho. Enfermería contemporánea y espiritualidad. Una ruta epistemológica ______________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ Rev. Presencia 2022, v18: e14311 2 cuentemente reniega de la naturaleza humana. Es decir, se habla de espiritualidad en términos no naturales; trascendencia, la eternidad, los poderes superiores, los niveles superiores de existencia, las fuerzas invisibles, la unidad cósmica, la esencia de la humanidad u otros conceptos sobrenaturales. Estas aseve- raciones frecuentemente se ven obligadas a forzar, objetiva y pragmáticamente la noción de espiritualidad. La espiritualidad y su disyunción de lo físico, psíquico y social, así como de la religiosidad, es apenas una práctica re- siente. Tiene su origen en el seno de las perspectivas existen- ciales de la posguerra y de la “new age”, producto también de la crisis económica vivida a principios del siglo XX en Estados Unidos de América. Lo que conlleva a un abanico de posibili- dades para pensar la noción de espiritualidad. Preponderante- mente desde una idea disyuntora, pero con influencias de la filosofía oriental. Deslindando así, al humano de su condición espiritual misma. Lo espiritual, el espíritu y la espiritualidad pueden ser com- prendido bajo múltiples paradigmas, enfoques o perspectivas ideológicas que van, por ejemplo, desde la teología hasta una visión filosófica oriental. Tiende a ser representado como ma- nifestación del holismo, la plenitud del pensamiento, la tras- cendencia o incluso como vía para la sanación del ser humano. En este caso se continúa hablando de lo espiritual desde la perspectiva de los aportes hegelianos, a decir, desde una refle- xión de la conciencia de sí8 una autoconciencia que se habrá de vincular a la historia de la propia enfermería. Por lo que se invita a complejizarel pensamiento enfermero desde una posi- ción del pensamiento complejo, buscando articular las ciencias naturales, las ciencias del espíritu, la práctica de enfermería y el conocimiento de la disciplina sobre sí misma. El conocimiento de la disciplina de enfermería y sobre cada una de las enfermeras de modo singular, supone un encuentro con lo espiritual; la autoconciencia en y para sí, en tanto que sujeto y disciplina. Se ha sugerido el estudio de enfermeras como Rogers (y sus discípulos) y Parse, para constituir un referencial epistemológico que retorne a lo espiritual desde enfermería.9 Anteriormente se argumentó sobre la pertinencia de mirar los procesos humanos desde una perspectiva compleja que considere una óptica desde el pensamiento complejo y más específicamente desde lo espiritual en el conocimiento de en- fermería.10 En aquel artículo breve se hace alusión a los proce- sos de malestar psíquico particularmente, pero en general todos los fenómenos de índole humana; fenómenos que implican la condición humana necesitan ser vistos desde eso que les hace humanos: el espíritu. Es decir, retornar a lo humano y repensar el saber científico desde perspectivas epistémico-ontológicas que diluyan las fronteras del disciplinamiento que ha parcelado el saber y la práctica de enfermería. Para ello se propone un panorama filosófico que posibilite la transgresión del saber científico, a decir, una solución de frontera rogeriana.11,12 Pues se busca articular la ciencia de enfermería a saberes de otras disciplinas. Cuestionando los límites auto impuestos y hege- mónicamente inducidos, los alcances de la disciplina que ac- tualmente deben de ser expandidos, según las demandas plane- tarias.13 En Rogers y su ciencia de seres humanos unitarios encon- tramos la noción de “campo humano” Rogers se refiere a la persona como un ser pan-dimensional. Esta condición pandi- mensional se encuentra en Morin como los tres principios de la complejidad: dialógico, recursivo y hologramático. En este sentido, pues, se habrá de constituir la subjetividad, lo espiri- tual en el ser humano. De acuerdo con los planteamientos de Hegel, el espíritu es la conciencia de sí, la conciencia consciente de sí misma, auto- conciencia. En tanto que espiritualidad es la cualidad de aque- llo que tiene implicaciones con el espíritu.8 El ser humano como espíritu es pensamiento. Entonces, cuando se trata de espiritualidad se estudia la autoconciencia de la conciencia, el pensamiento sobre sí. Aquí la pertinencia de una hermenéutica de sí En el número anterior de esta publicación se hizo un co- mentario sobre “lo espiritual en la enfermería contemporá- nea”,10 una formulación aparentemente controversial, en tanto que se lee el término espiritual y, al leer el artículo, puede que el receptor se decepcione al no encontrar exactamente lo que buscaba sobre espiritualidad. Ya que me refiero explícitamente a esta noción de espiritualidad y espíritu que se describe en este texto. Las enfermeras hemos pasado de medicar pacientes a me- dicalizar individuos (sujetos). Esto es, de cierto modo, debido a que se institucionaliza nuestra práctica. Hemos industrializado el cuidado que reducimos y simplificamos las intervenciones y, sobre todo, objetivado la subjetividad en nuestro afán de eri- girnos como una disciplina (científica). Y, uno de los ejemplos más comunes, es el caso de la locura, de lo anormal, de la dife- rencia. Le hemos patologizado, normalizado y ahora, desde espacios académicos buscamos el disciplinamiento. En reali- dad, parece ser que, con el nacimiento de la clínica, muere el cuidado, el “cuidado de sí” y el cuidado de otro, es decir, del cuidado de sí como otro; nuestra primicia como enfermeras Esto es pues una genealogía del cuidado, una arqueología de la Enfermería que exige, preponderante mente un retorno a la subjetividad, es decir, a lo humano del humano. Porque no hay otro ente en el mundo que tenga (o sea) subjetividad. Para escudriñar esta subjetividad nos es imperativo una perspectiva de las ciencias del espíritu. Se entiende por ciencias del espíritu a aquellas disciplinas científicas que se interesan por el ser humano, sus creaciones y su método para comprenderse a sí mismo.14 Cuando en este texto se refiere a lo espiritual en realidad se hace alusión a lo que hace humano al sujeto-objeto (y más propiamente sujeto-sujeto) de la ciencia de enfermería, lo que hace humano a la persona; su subjetividad. La subjetividad como proceso y como sustantivo en el devenir cotidiano. En este sentido, la espiritualidad no solamente es una dimensión humana. Es, en todo caso, la dimensión humana. Más allá de una esfera del ser humano, es la esfera que lo hace humano. A diferencia de algunas perspectivas donde la espiritualidad se mira desde ópticas de una filosofía oriental, donde se privile- gian el saber astral, cósmico o trascendental, de la autocon- ciencia. La espiritualidad va más allá del “conócete a ti mis- mo” Ramiro Altamira-Camacho. Enfermería contemporánea y espiritualidad. Una ruta epistemológica ______________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ Rev. Presencia 2022, v18: e14311 3 Cada vez nos aproximamos más al estudio de lo subjetivo, de la subjetividad humana. Esta aproximación se viene dando por la vía de las ciencias humanas y sociales. Al articular la noción de sujeto con la de subjetividad y la de cultura con espiritualidad, o demos decir, más allá de un aporia científica, sino como un presupuesto que la subjetividad es la proyección de la espiritualidad, que es al mismo tiempo, la cultura de la época. Entendiendo desde el principio hologramático que las partes están en el todo y el todo en las partes.15 La persona humana es el sujeto de estudio de enfermería, más específicamente la experiencia o vivencia de cuidado de salud humana su objeto. Lo humano de lo humano es, como ya se dijo, su espíritu. Este espíritu debe ser comprendido como o que dota de subjetividad al ser humano y posibilita la articula- ción pan-dimensional, más allá de una “multidimen- sionalidad”. La subjetividad es la proyección hologramática del espíritu de la época, articulado por el lenguaje (Figura 1). El principio hologramático se refiere a que no es posible pen- sar, comprender e indagar al ser humano, su subjetividad des- articulándolo de las partes que le constituyen. Este es, en tér- minos hegelianos, que el vínculo del espíritu subjetivo y abso- luto se da por la vía del lenguaje. Habrá que extender la pro- blematización cuando se pregunta ¿Qué lugar ocupa la lingüís- tica en la enfermería? En tanto que se emplean estrategias posestructuralistas para estudiar la subjetividad del cuidado. Finalmente, enfermería es en cierta manera, y en gran me- dida, una disciplina científica. Pero es, en realidad una ciencia humana. Sin embargo, debido a la trayectoria de profesionali- zación que ha caminado a lo largo de los años, pasando de un oficio-técnico a un oficio-técnico-profesional, es una profesión eminentemente técnica, que requiere urgentemente repensarse. Quien opine lo contrario tendrá que sumar esfuerzos para de- mostrarlo. Y, en primera instancia desmedicalizar las prácticas de cuidado, reconocer su campo disciplinar y repensar sus límites y fronteras; expandir su dominio: pensarse a sí misma como ciencia del espíritu; ciencia humana y ciencia social del cuidado de la salud humana o ciencia de la complejidad. Abrir- se a un saber de lo uno y lo múltiple, un saber crítico, complejo y transdisciplinar. Es posible conceptualizar el estudio de las preocupaciones existenciales y cómo la enfermería profesional, podría responder a ellas, de una manera propiamentecientífica, sin tener que simplificar o reducir la condición humana a las partes de su naturaleza, ni a afirmaciones extravagantes que difícilmente permitirían reconocer un cuidado de lo espiritual. Figura 1. El campo humano y su relación con el lenguaje y el espíritu Fuente: Elaboración propia Ramiro Altamira-Camacho. Enfermería contemporánea y espiritualidad. Una ruta epistemológica ______________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ Rev. Presencia 2022, v18: e14311 4 Bibliografía 1. Morin, Edgar. Introducción al Pensamiento Complejo. Barcelona: Gedisa;1994. 167 p. 2. Wiggershaus, Rof. La Escuela de Francfort. México. Fondo de la Cultura Económica. 2011. 3. Traynor M. 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