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ELEMENTOS QUE CONSTITUYEN LA IDENTIDAD 
PROFESIONAL DE LA ENFERMERA 
 
 
 
 
RESUMEN 
 
Karime Elizabeth Balderas Gutiérrez 
Doctorado en Educación 
Universidad Autónoma de Tlaxcala 
karimebal@hotmail.es 
 
La identidad profesional es el conjunto de atributos que permiten al individuo reconocerse a sí 
mismo como integrante de un gremio profesional. Realizar actividades y tareas en un contexto 
laboral, otorgan al individuo reconocimiento social que lo distingue de otros profesionales. A 
diferencia de la identidad individual que se adquiere desde los primeros años de vida, o de la 
identidad social adquirida de la relación con los otros, la identidad profesional se desarrolla 
hasta que el sujeto entra en contacto con las instituciones de educación superior y se relaciona 
con los miembros reconocidos dentro del campo profesional. En el presente artículo se 
describen los elementos que conforman la identidad profesional de la enfermera, así como su 
construcción a través de un proceso dinámico que depende de los distintos contextos en los 
que la enfermera se desenvuelve como persona, ya sea familia, comunidad, espacio laboral, 
espacios sociales de esparcimiento e incluso políticos y culturales. Aunque se puede decir que 
la identidad profesional de la enfermera se presenta como un aspecto consolidado, realmente 
es una identidad inacabada sujeta a los avances científicos que la profesión ha tenido. Es así 
que para explicar la identidad profesional de la enfermera es necesario considerar todos los 
elementos que se entretejen para su construcción como los conceptos heredados que 
reivindican su función principal que es el cuidado, o enfrentarse a las exigencias que el 
desarrollo social, tecnológico y científico que ha tenido en la ciencia en general y en la ciencia 
de enfermería en particular, los que sin duda han influido en su constitución. 
 
Palabras clave: Construcción, Identidad, Identidad profesional, profesión. 
 
ABSTRACT 
 
Professional identity is the set of attributes that allow the individual to recognize himself as a 
member of a professional association. Activities and tasks in a work context provide the 
individual social recognition that distinguishes it from other professionals. Unlike individual 
identity is acquired from the first years of life, or social identity gained from the relationship with 
the other, professional identity develops until the subject comes into contact with higher 
education institutions and related with members recognized within the professional field. This 
article describes the elements of the nurse's professional identity and its construction through a 
dynamic process that depends on the different contexts in which the nurse is developed as a 
person, whether family, community, space labor, social spaces for recreation and even political 
and cultural. Although one can say that the professional identity of the nurse is presented as a 
consolidated look, it really is an identity unfinished subject to scientific advances the profession 
has had. Thus, to explain the professional identity of the nurse is necessary to consider all the 
elements that come together to build the concepts inherited claiming that its primary function is 
the care, or face the demands that the social, technological and scientific it has had on science 
in general and nursing science in particular have undoubtedly influenced his constitution. 
 
Keywords: Construction, Identity, Identity profesional, profession. 
mailto:karimebal@hotmail.es
2 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Cuando se habla de identidad profesional de la enfermera se mencionan una serie de 
características que describen la cualidad filantrópica de la profesión. Pero la identidad 
profesional de la enfermera, como la identidad de cualquier otra profesión, es un entramado de 
conceptos más complejo. 
 
Para entender su conformación es necesario conocer el proceso de construcción de la 
identidad individual, la identidad social y la identidad profesional. Posteriormente se verán los 
grandes rasgos identitarios de la enfermería y cuáles son los sutiles elementos que constituyen 
cada uno de estos, para posteriormente definir la identidad profesional de la enfermera. 
1. IDENTIDAD PROFESIONAL UNA CORRELACIÓN DE IDENTIDADES 
 
Entender cómo se conforma la identidad profesional implica conocer la conformación de la 
identidad individual y la identidad social, evadir su abordaje llevaría a observar de manera 
parcial al profesional cuya consolidación como tal depende de los distintos contextos en los que 
se desenvuelve, desempeñando los distintos roles que hacen posible la existencia e interacción 
del individuo con los demás. 
 
1.1. Identidad individual 
 
Desde edad temprana el individuo tiene los primeros acercamientos con el mundo que lo rodea, 
el cual está lleno de objetos, imágenes y sonidos. A través de su cuerpo conoce el mundo y 
genera conocimiento sobre sí mismo construyendo una trayectoria de vida acorde al contexto 
en el que se desenvuelve “no somos lo que somos, sino lo que nos hacemos” (Giddens, 1995, 
p. 99). 
 
En el transcurso de la vida diaria el individuo debe elegir sus pautas de comportamiento 
previamente impuestas. Esta elección implica un estilo de vida, es decir, la adopción de 
opciones y posibilidades, así como la aceptación de modelos, roles y tradiciones, que 
garantizan su movilidad y permanencia en los distintos contextos que se le presentan a lo largo 
de su vida. Durante este trayecto el individuo se ve obligado a tomar decisiones y definir un 
estilo de vida con base en la práctica que realiza. Las decisiones y el estilo de vida, no sólo 
corresponden a cómo actuar, corresponden también a quién ser, lo que influye en la 
constitución de su identidad. La interdependencia implícita de la toma de decisiones y el estilo 
de vida se genera en función de las prácticas que cada individuo realiza, así el individuo se 
define y se caracteriza por lo que hace. 
 
En el proceso reflexivo que genera la triada: decisiones, estilo de vida y práctica, se delinea el 
tipo de persona que se quiere ser. Es así que la identidad personal se entreteje en espacios 
como la vida privada, el campo familiar, el campo laboral o profesional, el espacio político y 
religioso. 
 
Aunque se puede decir, que el individuo se define por el grupo cultural al que pertenece; por 
sus rasgos físicos; por su estatus profesional o social, o todo aquello que fundamente que el 
individuo tiene identidad, ésta se desarrolla en dos direcciones, en primer lugar, para el 
individuo y en segundo lugar para los otros individuos. En el encuentro con los otros el 
individuo descubre quién es, elabora un proyecto de vida que corresponde a una elección 
personal pero que toma en cuenta a los otros, en un proceso dinámico. Por lo tanto cada forma 
identitaria es reconstruida a lo largo de la vida, se puede decir que la identidad personal se 
construye durante toda la vida porque responde a un proceso constante de acumulación de 
experiencia a través del aprendizaje. 
 
1.2. Identidad social 
 
Se habló antes de que la identidad personal es un proceso dinámico que se da a lo largo de la 
vida. Ahora corresponde destacar cómo se construye la identidad social y el papel que juega la 
colectividad en este proceso. 
3 
Así como las decisiones, el estilo de vida y las prácticas que realiza el individuo influyen en su 
identidad personal, la definición de intereses también incide. Es decir, cuando el individuo 
define sus intereses se identifica de manera particular con su empleo, cargo, reputación, 
comportamiento. Al vivir en un mundo observable en donde existen pequeños grupos que 
forman parte de la realidad social como el grupo de amigos, la familia, la escuela, partido 
político, iglesia, empresa, el individuo asume que pertenece a ese mundo: “¿Quiénes somos 
nosotros? Esta pregunta está íntimamente relacionada con lo que pensamos que otros son y 
viceversa”. (Jenkisn, 2008, p. 12). Entonceslos individuos se comportan de acuerdo a las 
formas que los grupos determinan, dándose un proceso de identificación entre el individuo y el 
grupo, mecanismo cognitivo básico para clasificarse tanto individual como colectivamente. Es 
así que el individuo sabe quién es quién y qué es qué. 
 
Por su parte Giménez (2000), dice que el concepto de identidad colectiva se asemeja a una 
encrucijada en la que confluyen “la cultura, las normas, los valores, el estatus, la socialización, 
la educación, los roles, la clase social, el territorio/región, la etnicidad, el género, los medios”, 
elementos imprescindibles y condicionantes para la vida social y para la identidad. Por lo que la 
identidad social es multidimensional, determinada por los grupos a los que pertenece el 
individuo como la etnicidad, la religión, la nación, grupos de edad y el género. 
 
1.3. Identidad profesional 
 
La formación profesional va acompañada por el desarrollo social, lo que ha contribuido a que 
distintas actividades profesionales logren posicionarse socialmente. En este marco la sociedad 
ha desarrollado una serie de mecanismos a través de los cuales el individuo prueba que es 
capaz de ser profesionista como, formas de aprendizaje, exámenes de graduación, o 
exámenes de concurso. 
 
Sin embargo la orientación hacia una profesión se perfila desde la infancia, por un lado la 
familia provoca, junto con la escuela y todas las formas de enseñanza la elección de la 
profesión. Por otro, las instituciones a nivel profesional aseguran su futuro cubriendo con todo 
lo requerido, formando profesionistas calificados para integrarse al campo laboral (Giriard, 
1997). Por lo tanto la profesión se vuelve el núcleo donde se comparten valores comunes que 
contribuyen a conformar la identidad profesional, porque la profesión define a un grupo de 
individuos que asume códigos éticos y prácticos que le otorgan reconocimiento social al brindar 
un servicio a la sociedad de acuerdo a los conocimientos y habilidades aprendidas dentro de 
las instituciones de nivel superior. 
 
Una profesión “es un grupo profesional con pericia especial, basada en un aprendizaje extenso 
y en un conocimiento abstracto”. (Rodríguez y Guillén, 1992, p. 5). Por lo tanto el ejercicio de la 
profesión es determinante en la construcción y reconstrucción de la identidad profesional, pues 
la profesión es poseedora de representaciones que le permiten describirse, diferenciarse y 
compararse a través de su práctica con otras profesiones, por lo que la identidad profesional 
empieza su conformación desde los primeros contactos con las instituciones educativas, para 
después fortalecerse durante la trayectoria de vida laboral, en tal sentido “las identidades 
profesionales son para los individuos formas socialmente reconocidas de identificarse 
mutuamente en el ámbito del trabajo y del empleo” (Dubar, 2000, p. 113). 
 
La identidad profesional coexiste con la identidad individual y la identidad social, aunque la 
identidad profesional se caracteriza por la disposición en la relación social que se establece 
entre el Yo - Nosotros en el ámbito de las actividades de trabajo remuneradas. A partir de que 
el individuo se desarrolla en el espacio laboral, se constituye una identidad en función de las 
actividades profesionales que realiza, para posteriormente asumir su pertenencia al grupo 
profesional ya que es en la confrontación con el espacio laboral y con los otros como reconoce 
su profesión, “no se trata de elegir un oficio o profesión o de obtener un diploma, sino de la 
construcción personal de una estrategia identitaria que pone en juego las imagen del Yo, la 
apreciación de capacidades y la realización de deseos” (Dubar, 2002, p.118). 
 
Así mismo la identidad profesional depende de condiciones como las relaciones laborales que 
establece el individuo, el lugar que ocupa dentro del grupo al que pertenece, la legitimación de 
saberes y competencias, que garantizan su permanencia dentro del grupo y el reconocimiento 
social. Aunque la identidad profesional tenga períodos de estabilidad que depende de las 
4 
contingencias que se presentan a lo largo de la trayectoria laboral o profesional, se encuentra 
en constante transformación. 
2. Pasado histórico e identidad profesional de la enfermera 
 
Se ha visto l proceso por el cual se constituyen la identidad individual, social y profesional, toca 
ahora hablar de los antecedentes que contribuyen a forjar la identidad profesional de la 
enfermera. 
 
Quizá el momento más relevante para la enfermería fue la guerra de Crimea. En esta batalla 
Florence Nightingale se hace célebre por su labor de curar a los heridos en la guerra. Su 
principio de vida se basó en ayudar a vivir al paciente que sufre una enfermedad, además de 
mantener el organismo del niño sano o del adulto en un estado tal que no padezca 
enfermedad. Sobre todo consideraba a la enfermería como una vocación religiosa a la que sólo 
se podían dedicar las mujeres a través de la educación, la experiencia y la observación. 
 
La herencia de esta práctica se ha reflejado en la enseñanza de la enfermería. Hacia los años 
cincuentas, la profesión continuaba una orientación eminentemente femenina, la aspirante 
debía cubrir una serie de cualidades entre las que destacan la fortaleza física, el equilibrio 
nervioso, caridad y sacrificio, que les permitían soportar la dureza y las exigencias de la 
profesión. Así mismo se les inculcaba el servicio al prójimo, también ayudar sobre cualquier 
otro menester y, sobre todo, a cumplir con exactitud las órdenes del médico y sus deberes 
profesionales con el máximo rendimiento y perfección. Se les adiestraba en las técnicas sin 
olvidar que éstas eran encomendadas por la facultad racional del médico. Los rasgos distintivos 
de la identidad de quien ejercía la profesión se caracterizaban desarrollar cualidades como la 
moral y la ética, de las que se pueden mencionar ético la paciencia, la sinceridad y la 
discreción, virtudes que debía tener para mejorar su práctica. Estos rasgos se expresaban a 
través de la representación de la enfermera como una señorita educada, con exquisita 
prudencia, presencia sobria, sencilla, pulcra y agradable: “Se creía que el atractivo exterior era 
reflejo de tener dominadas pasiones como la soberbia o la pereza, perjudiciales para la 
profesión. Y la falta de modales y portes correctos influían en la estimación y confianza que los 
pacientes depositaban en ellas y podían ser causa de mala reputación, fracaso profesional y de 
oscurecimiento de una buena preparación técnica”. (Miró Bonet, 2008, p. 29). Otro distinción de 
la identidad de la enfermera es que se asumía como un apostolado, como una obra de caridad, 
precisaba sometimiento moral y religioso, tener vocación era requisito indispensable pues 
gracias a ésta la obediencia sería completa y exenta de cualquier retraso e imprevisto. Dos 
aspectos han sido fuente de definición de esta profesión la vocación y el ejercicio profesional, 
por lo que merecen atención y se tratan en los siguientes renglones. 
 
2.1. Vocación 
 
Todos los aspectos anteriores han contribuido para consolidar la imagen de la enfermera, 
algunos han mantenido un gran arraigo y otros se han ido diluyendo con el tiempo. Uno de los 
aspectos que sigue vigente es la vocación y todo lo que ella involucra. La vocación se puede 
interpretar como la motivación que se despierta en la enfermera en su afán de servir y ayudar a 
los demás. Dentro de los aspectos que constituyen la vocación se encuentra el altruismo, 
sumisión, liderazgo y compromiso. Sin embargo la vocación también exigía de fortaleza física el 
equilibrio nervioso para que pudieran soportar sin ningún tipo de exaltación, las exigencias de 
la profesión (Lázaro, 2007). 
 
2.2. Ejercicio de la profesión 
 
Así como la vocación ha sido un aspecto emblemático de la profesión de enfermería, también 
lo es el ejercicio de la profesión, ya que de éste depende la acción del cuidado que laenfermera tiene sobre su paciente. Las acciones que la enfermera debe realizar en el ejercicio 
de la profesión son aplicar las técnicas y los procedimientos que se realizan con los pacientes, 
los que incluye la habilidad en el manejo de sustancias, medicamentos y sobre todo la 
habilidad para actuar en caso de emergencia (Venegas, 2007). Pero el ejercicio de la profesión 
no se limita sólo al aspecto de la atención y el cuidado, de acuerdo a Miró (2010), la enfermera 
debía ejercer la profesión como una virtud cristiana resaltando la caridad, paciencia, sinceridad 
5 
y disposición para atender al paciente en lo que necesitara y, con el médico en lo que 
ordenara. 
Es innegable que el sentido que se le ha dado a la profesión a lo largo de su existencia, ha 
permeado en la identidad profesional de quienes la ejercen, aún cuando hay rasgos que 
permanecen, hay otros que debido al contexto en el que se ha desarrollado como el contexto 
social, económico, político e ideológico, aunado a su desarrollo científico, se han desvanecido. 
Sin embargo, todavía se mantiene el espíritu de ser una profesión eminentemente humana 
(Lázaro, 2007). 
 
3. La enfermería como profesión 
 
Sin una motivación por parte de aquella persona que quiera ser enfermera, sería inaceptable 
su incursión en esta profesión, aunque la motivación sea por eventos meramente 
circunstanciales. Hemos visto en el apartado anterior cómo la enfermería se ha forjado 
socialmente a través de una serie de cualidades que han estado influenciadas por el mero afán 
de servir y ayudar a los demás, es decir, por la vocación de servicio. Sin embargo la identidad 
profesional de la enfermera no sólo se ciñe a la herencia histórica y tradicional, en su 
conformación, también entran en juego otros factores como la relación que establece con sus 
colegas. A través de esta relación el profesional de enfermería puede reconocer a los otros y a 
ella misma como profesional. En este proceso se construyen redes de significado que se 
comparten cotidianamente entre el grupo de pares, entre las que se pueden destacar redes 
como: 
 
“a) las de significados de saberes y rituales disciplinarios que incluye aprender los 
hechos, las habilidades y las teorías de la profesión, es decir, los aspectos 
cognoscitivos y valorativos; b) los significados de pertenencia mediante los cuales se 
identifican entre sí y con la acción de las y los otros; c) significados de diversidad que 
representa la tensión entre la individualidad y lo sociocultural, constituye la 
especificidad como individuo que no se comparte con los demás; d) significados de 
desigualdad ideológico – política construidos desde la condición de género, de clase e 
ideología que se posee y que es preciso cruzar para comprender los significados de 
desigualdad en micro culturas de profesionales de enfermería”. (Castrillón, 2008, p. 5). 
 
Por lo tanto se deduce que la formación profesional no termina en el momento de haber 
concluido los estudios, sino que es intemporal ya que a lo largo de su trayectoria ésta continúa. 
Por ende tampoco es aislada pues intervienen elementos como el contexto familiar, uno de los 
principales, pues el involucramiento de ésta con la profesión facilita que la enfermera prosiga 
ya sea con su preparación o en lo laboral (Venegas, 2007). Sin embargo es el ámbito laboral 
donde el ejercicio de la profesión encuentra su más amplio campo de formación profesional, en 
este sentido se puede destacar el académico y el asistencial. 
 
Muy unido a la formación profesional y al ejercicio de la profesión se desarrolla el sentido de 
pertenencia. En primer lugar se pertenece a un grupo con una labor específica, que es el de 
atender al individuo, en segundo lugar, la pertenencia a la institución hospitalaria en la que se 
desempeña como trabajadora y que implica comprender la misión, objetivos, símbolos, normas, 
para que asuma un nivel de compromiso y civilidad con ésta (Castrillón, 2008). 
 
El sentido de pertenencia se construye, y se expresa a través del conocimiento de los 
principales problemas, necesidades y deficiencias que se ubican en su campo de trabajo. 
Asumir su profesión como una carrera de vida, el conocimiento de sus derechos y obligaciones 
y la utilización de los recursos a su alcance para el mejoramiento de su capacidad profesional, 
así como el reconocimiento, a partir de una valoración realista, del significado que su trabajo 
tiene para los pacientes, la familia de éstos y la sociedad, refuerzan su pertenencia al grupo 
profesional (Pérez, 2010). Hay que agregar que el sentido de pertenencia implica poseer 
valores como honestidad, respeto, tolerancia, responsabilidad, honradez, solidaridad, lealtad y 
justicia, cuya acción recae en el paciente, en sus colegas, en sus compañeros de otras 
profesiones y en la misma institución hospitalaria. 
 
3.1. Oficio del cuidado 
6 
La enfermera sume el cuidado como el eje y objetivo de la profesión, desde la edad media la 
caridad y la filantropía fundamentaban las prácticas de cuidado en las nacientes instituciones 
hospitalarias, donde las comunidades religiosas se constituyen como las antecesores del 
cuidado al enfermo. Al reconocerse la enfermería como profesión, continúan con esta práctica, 
aunque ahora se exige profesionalismo, fundamentación, independencia en la toma de 
decisiones propias, oportunas y compromiso ciudadano “Las enfermeras constituyen sujetos de 
cultura y afecto, educados para desempeñar su misión como actores sociales” (Castrillón, 
2008, p. 5), entendiéndose como misión la de brindar un cuidado individual, integral y continuo: 
“nos ocupemos por su bienestar, le ofrezcamos compañía y lo orientemos en el transitar de la 
salud o enfermedad cuando otorgamos el cuidado enfermero”. (Armendáriz, 2009, p. 45). 
 
Otorgar cuidado requiere que la enfermera delimite su autonomía para que decida libremente 
su acción hacia el paciente. La acción del cuidar incluye la familia, e incluso la comunidad, 
mediante tareas como la de orientar, enseñar, es así que el cuidado es el resultado de la 
interacción humana que se da entre la enfermera y el paciente, familia y comunidad. 
 
Quizá la acción del cuidar sea el elemento que agrupa todos los rasgos distintivos de la 
identidad profesional de la enfermera y sea la acción donde ésta se objetiva. Ante la exigencia 
de brindar un cuidado cada vez más especializado, la enfermera se ve obligada a 
especializarse y dominar técnicas que le permitan realizar sus actividades con pericia y acierto, 
para estar en condiciones de poder brindar una mejor atención. Por lo que la actividad técnica 
– asistencial, en muchas ocasiones está por encima de cualquier otra actividad de carácter más 
intelectual, ya que proporciona seguridad y da un mayor reconocimiento al profesional que la 
realiza (Chocarro, 2004). La aplicación adecuada de las técnicas propicia el reconocimiento del 
paciente, de su familia, del médico, quienes finalmente son los evaluadores del buen o mal 
cuidado que proporciona la enfermera. Por lo tanto la esencia de la profesión está basada en el 
desarrollo de competencias y habilidades, se podría decir que el modelo educativo de la 
profesión siempre se ha basado en el modelo por competencias y habilidades. Es así, que a 
diferencia de las actividades que desarrollaba en sus inicios la enfermería, hoy está orientada 
al desarrollo integral, que toma en cuenta las necesidades de acuerdo al entorno del individuo, 
conjunta atributos, destrezas, habilidades, actitudes y valores, que se ven reflejadas en su 
trabajo y que nos hablan de una identidad profesional que depende de las circunstancias en las 
que tiene que atender a su paciente. 
 
3.2. Representación de la enfermera 
 
La representación social de la identidad profesional de las enfermera, se construye en una 
dinámica donde se entrelazan un conocimiento que parte de formas de saberes e ideas 
ancladas en un marco socio- histórico, objetivado a través de una representacióncaracterizada 
por, estereotipos, donde se han perpetuado conceptos tradicionales y modernos como: 
vocación, altruismo, sumisión, liderazgo, compromiso. 
 
La representación de la enfermera depende de dos elementos, por un lado la imagen que de sí 
misma tiene la enfermera y, por otro la imagen que tienen los otros de ella. La imagen que de sí 
misma tiene la enfermera de acuerdo a Armendáriz (2009), influye en su modo de pensar, 
actuar y de establecer relaciones con su entorno, así su imagen puede ser favorable o no sobre 
sus modos de actuación profesional y emitir sobre sí juicios valorativos. Estos juicios dependen 
fundamentalmente de lo que las enfermeras creen que perciben los pacientes de ella, lo que 
contribuye a fortalecer o no, su compromiso con la profesión y su paciente. 
 
En cuanto la imagen social, es la representación que los otros tienen de la profesión y de la 
enfermera, así la enfermería se erige como la profesión cuya misión es la de perdurar la 
sobrevivencia de la humanidad (Castrillón, 2008). Hacia los ojos de la sociedad la enfermería 
es más que una práctica profesional, es una ocupación que presta servicios de beneficencia, 
que no tienen un valor monetario porque su esencia es estar al servicio de la humanidad: 
 
“Reconocernos como profesión, exige profesionalismo, fundamentación, independencia 
en la toma de decisiones propias, oportunas y compromiso ciudadano, las enfermeras 
constituyen sujetos de cultura y afecto, educados para desempeñar su misión como 
actores sociales”. (Castrillón, 2008, p. 7). 
7 
De la disponibilidad para realizar sus tareas depende en mucho la satisfacción que le pueda 
generar el ejercicio de su profesión. La satisfacción por la profesión se deriva por la realización 
de procesos que implican el empleo de sus conocimientos y habilidades en el desarrollo de los 
procesos de atención y cuidado del paciente (Pérez, 2010). 
4. Elementos que se agregan a la identidad profesional de la enfermera 
 
Hemos visto una amplia gama de elementos que han contribuido en la formación de la 
identidad profesional de la enfermera. Aunque conceptos tradicionales han permeado su 
identidad, hoy se agregan nuevos elementos que la modifican, debido a la insistencia de hacer 
de la enfermería una profesión que involucra actividades que van más allá de la acción del 
cuidar y atender a un enfermo. 
 
La multi especialización de la medicina, requiere también la diversificación en las 
especialidades de la enfermería acordes al desarrollo científico tecnológico. Para el desempeño 
de sus funciones este gremio requiere de organizarse en su interior y fortalecer sus 
conocimientos, es así que la enfermera se involucra en actividades administrativas, docentes y 
de investigación. 
 
En el aspecto administrativo tiene que asumir las políticas institucionales con respecto a las 
prácticas laborales y la prestación de sus servicios para poder construir una adecuada 
estructura organizativa del gremio cuyo objetivo sea ofrecer un adecuado servicio de 
enfermería. En cuanto al aspecto educativo, este está enfocado fundamentalmente en la 
educación para la salud del paciente, familia y comunidad. 
 
En lo que respecta al desarrollo de investigaciones realizadas por enfermeras, cada vez es más 
la actividad en este aspecto, fomentado principalmente por las instituciones educativas que se 
vinculan con el sistema hospitalario su principal fuente de información (Velandia, 2010). 
 
Otro aspecto importante es la evolución legal que la profesión ha tenido y que sin duda es otro 
elemento que también se agrega a la conformación de la identidad profesional de la enfermera. 
Su reglamentación y contar con un código ético, ha contribuido a que su ejercicio esté 
comprometido con su quehacer profesional, que hoy es mucho más amplio como, brindar 
calidad en el cuidado, tener un estatus profesional y sobre todo asumir el profesionalismo de 
sus intervenciones. 
 
5. A modo de conclusión 
 
Se puede decir que la identidad profesional de la enfermera se ha construido en función de un 
conglomerado de significaciones cuya base es el cuidado del individuo. Por esta razón la 
identidad profesional contiene en sí misma varias definiciones que constituyen el ser 
enfermera. 
 
Con base en lo anterior, la identidad profesional está constituida por conceptos heredados que 
reivindican su función principal: el cuidado. Por lo tanto la identidad profesional de enfermera 
es un proceso dinámico y cambiante dependiente de los avatares que le han impuesto las 
exigencias del desarrollo social, tecnológico y científico. Es así que ante el ayudar y servir a los 
demás, también se ha formado una enfermera capaz de cuestionar, de actuar con seguridad e 
autonomía. 
 
 
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http://www.revistas.unam.mx/index.php/reu/issue/view/2312
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