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2 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Patricia Rosas Chávez (Coordinadora) 3 Directorio Dr. Ricardo Villanueva Lomelí Rector General Dr. Héctor Raúl Solís Gadea Vicerrector Ejecutivo Mtro. Guillermo Arturo Gómez Mata Secretario General Dr. Francisco Javier González Madariaga Rector del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño Mtra. María Dolores del Río López Secretario Académico Dr. Everardo Partida Granados Secretario Administrativo Mtra. Dolores Aurora Ortiz Minique Directora de la División de Artes y Humanidades Mtro. Arturo Verdusco Godoy Jefe del Departamento de Teorías e Historias Dra. Patricia Rosas Chávez Directora del Instituto transdisciplinar en Literacidad 4 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos enten- dimientos. Dra. Patricia Rosas Chávez (coordinadora). --Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara, 2021. Publicación electrónica digital: descarga y online; detalle de formato EPUB Primera edición, 2021 D. R. copyright © 2021 Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño Calzada Independencia Norte núm. 5075 Huentitán el Bajo C.P. 44250 Guadalajara, Jalisco, México © copyright de los textos: los autores ISBN: 978-607-571-450-9 ISBN Colección: 978-607-571-452-3 Esta obra fue dictaminada a partir de una evaluación de pares aca- démicos a doble ciego según consta en el archivo del Consejo Edito- rial del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. 5 Contenido Prólogo ..................................................................................................7 Francisco Javier González Madariaga Presentación ........................................................................................10 Mtra. Dolores del Río López Sobre los nuevos entendimientos de la Literacidad ........................... 11 Patricia Rosas Chávez La narrativa como motor de la literacidad. Estudio de caso sobre una lectora de Harry Potter ........................................................................17 Alan Miguel Valdivia Cornejo Luis Alberto Pérez Amezcua Aprendizaje Dialógico, pensamiento crítico y literacidad en estudiantes de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara .......41 Alejandra Tapia Franco Sandra Elizabeth Cobián Pozos La relevancia de la literacidad para el desarrollo de competencias de la comprensión lectora en el ámbito académico .....................................67 Carlos Alberto Morgado Galván Martha Vergara Fregoso Prefigurando una Propuesta Teórico-Práctica de Ecoliteracidad Multi- modal Decolonizadora, a Partir del Análisis Crítico del Concepto de Cambio Climático ..............................................................................83 Yolanda Gayol Juan Manuel Morando Concibiendo las habilidades socioemocionales desde la literacidad 106 Fabiola Berenice Bernache Maldonado Martha Vergara Fregoso Representación social de la lectoescritura y la titulación en el Bachille- rato Tecnológico desde la perspectiva de la literacidad ....................128 Claudia Patricia Díaz Carrillo Atzimba Mondragón Galindo Encuentros significativos entre la Oralidad y Literacidad dentro de los procesos de formación ......................................................................150 6 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Ma. Teresa Figueroa Damián César Correa Arias Literacidad y emoción .......................................................................170 Lilia Lizbeth Camberos Gutiérrez María Teresa Orozco López El microrrelato en el desarrollo de la literacidad crítica durante la for- mación universitaria, un estudio de caso ..........................................188 María Dolores García Yerena César Correa Arias Procesamiento Fonológico, Lenguaje y Conocimiento de lo Impreso como Precursores de la Lectura ........................................................210 Beatriz Beltran-Navarro Alma Yadira Gálvez Contreras Ana Luisa González-Reyes 17 La narrativa como motor de la literacidad. Estudio de caso sobre una lectora de Harry Potter Alan Miguel Valdivia Cornejo Luis Alberto Pérez Amezcua 18 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Resumen En este trabajo se describe la manera en que se manifiestan los eventos y prácticas letradas en torno a la lectura de las novelas de Harry Potter en la vida de una joven mujer tapatía. En este estudio de caso se analiza la importancia de la narrativa como factor determinante de las literaci- dades que han configurado su historia de vida, sus relaciones afectivas y sociales. A partir de una serie de entrevistas, se repasan con especial atención los factores emotivos en torno a su historia e identidad lectora. Se concluye que, a partir de los hallazgos en este caso, los nuevos en- tendimientos de la literacidad no pueden olvidar estos componentes que resultan fundamentales para el desarrollo de procesos denominados, de acuerdo con Barton, Hamilton e Ivanic (2000), de repetición rítmica. Introducción Los estudios en literacidad se desprenden de variadas posturas epis- temológicas, son una interdisciplina, casi siempre con una perspecti- va sociocultural. Esto fue más evidente a partir del surgimiento de los nuevos estudios de literacidad (nel). En el estudio de Barton, Hamilton e Ivanic (2000) sobre literacidades situadas, James Paul Gee hace un recuento de cómo los nel surgieron a partir de un giro social y junto con una embriagadora mezcla de otros movimientos (2000, p. 177). Uno de esos movimientos, y que será la teoría eje de esta investigación son los estudios narrativos (Bruner, 2003; Fisher, 1989; Ricoeur, 1983). Estos estudios ven la narrativa como la forma primaria de comprensión humana. Argumentan que las personas dan sentido a sus experiencias al trazarlas en términos de historias que están respaldadas por prácticas sociales mediante las posibles respuestas que dan a los textos que leen, y que al incorporarlos (literalmente en el sentido de in-corporar, es decir, de incluirlos corpóreamente) se reflejan en sus acciones como sujetos sociales. Investigaciones empíricas demuestran que obtenemos mejores ni- veles de comprensión lectora y asimilamos de mejor modo nueva in- formación mediante la narrativa. Así lo han registrado los diversos es- tudios publicados desde hace décadas en los Handbooks of Reading 19 La narrativa como motor de la literacidad Research. Por ejemplo, Graesser, Golding y Long (1991) encontraron que las historias, los cuentos populares y otros tipos de narrativa se leen sustancialmente más rápido que los pasajes expositivos (como artículos de enciclopedia) y que las puntuaciones en las pruebas de memoria y de comprensión resultaron más altas para el género narrativo. En teoría, los relatos tienen el poder de modificar hábitos y con- ductas, pues permiten contrastar si la realidad es realmente como se concibe. Hay investigadores que probaron que la lectura de literatura influye en las actitudes y valores de los lectores. Estudios como los de McGinley y Kamberelis (1996, 1997) han aportado mayor rigor y profundidad a la comprensión de cómo las historias pueden influir en la vida de los lectores. Ambos descubrieron (a través de una serie de entrevistas con niños jóvenes) que la lectura de literatura les ayudaba a visualizar y explorar posibles yoes, roles y responsabilidades a tra- vés de la vida de los personajes, para describir o recordar experiencias o intereses personales en sus vidas, además de objetivar y reflexionar sobre ciertas emociones y circunstancias problemáticas en relación con dilemas morales y éticos. Harry Potter y la literacidad: lo que la gente hace con el texto Proponemos que para los nuevos entendimientos de la literacidad es importante saber qué hace la gente con la lectura de textos narrativos,como novelas, cómics, biografías de ídolos populares, entre otros. Por eso nos centramos en un fenómeno de la literatura enmarcada en la cultura popular: Harry Potter. Este estudio toma como caso las novelas de Harry Potter por la trascendencia sociocultural que las historias del joven hechicero han tenido en el mundo. Cuando los siete libros de J. K. Rowling aparecieron en el mercado entraron en un campo receptivo diverso. Las novelas se han traducido a más de 60 idiomas, con más de 500 millones de ejemplares vendidos (Scholastic, 2018). También se han producido mercancías tan diversas como ropa, zapatos, videojue- gos; parques temáticos, restaurantes y, por supuesto, películas. Impor- tante es mencionar que libros de texto y currículos escolares de varios 20 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos niveles educativos ya incluyen los libros en sus programas (Driscoll, 2013). Pocas obras de la literatura universal han sido tan leídas como la saga Potter. Por eso es necesario entender y conocer por qué la gente leyó, lee y sigue leyendo esta historia y preguntarnos qué prácticas y eventos letrados se desprenden de dicha experiencia. En este capítulo se describe qué ha sucedido en particular con una lectora de Harry Po- tter de Guadalajara, Jalisco. Consideramos que es de interés explorar a profundidad los efectos narrativos como motor de la literacidad en un contexto cercano, orientado a lo local entre el mar de experiencias de lo global. Cómo se lee aquí y no en otra parte Harry Potter y cuáles efectos de dicha lectura ayudan a entender el desarrollo de los nuevos entendimientos de la literacidad, pues partimos de la idea de que estos no pueden prescindir, para su eficacia social y educativa, del adecuado conocimiento de los contextos en que ocurren las distintas prácticas y los diferentes modos de la literacidad. No puede haber literacidad, reite- ramos, sin una adecuada contextualización. Tanto teóricos como investigadores en literacidad han argumentado que leer lo que a los jóvenes les interesa les ayuda a prepararse y a desa- rrollar habilidades, a interesarse en la lectura y aumentar su rendimiento, promover el desarrollo del lenguaje, influir en la mejora de su escritu- ra académica y brindar oportunidades para la interacción social (Galda y Cullinan, 1991). Nosotros queríamos verificar, en nuestro contexto y con nuestros alcances, que esto efectivamente ocurriera. Este capítulo se desprende de una investigación más amplia de la Maestría en Literaci- dad de la Universidad de Guadalajara y muestra algunos de los resulta- dos de un estudio de caso de corte etnográfico con entrevistas realizadas a dos lectores de Harry Potter. La perspectiva etnográfica ha ayudado a hacer visible lo invisible; es decir, si partimos de la idea de que hay prácticas más dominantes e influyentes que otras, determinadas por los valores sociales y hegemó- nicos que instituciones como la escuela legitiman, entonces habría que conocer lo que está pasando con las “otras” prácticas letradas; en este caso, las que emanan de una saga novelística de la cultura popular. De este modo queremos iluminar y alcanzar una percepción más completa de un paisaje que aparentemente ya conocemos, como es el de estas 21 La narrativa como motor de la literacidad nuevas prácticas lectoras, las cuales, de acuerdo con Martínez y Martos (2019) han dejado obsoletas a las clásicas y académicas. Por tanto, a continuación presentamos tres situaciones en torno a la lectura de Harry Potter por parte de nuestra informante: la primera es un ejemplo sobre cómo responde a la lectura de Harry Potter, la segunda sobre una de sus prácticas letradas, así como una más sobre un evento letrado en el que participó. Materiales y métodos El objetivo de esta investigación fue documentar e interpretar, con una perspectiva etnográfica, la experiencia de lectura que los individuos tie- nen sobre un fenómeno particular: cómo los libros de Harry Potter inci- den directa o indirectamente en su identidad (lectora), en su conducta, emociones, consumo, así como en sus prácticas y eventos letrados. Es decir, lo que hacen con lo que leen. Para la parte teórico-metodológica adoptamos el enfoque que brin- dan los nel. Recordamos brevemente que estos estudios nacen de cues- tionar los conceptos tradicionales de lectura y escritura, elaborados des- de visiones psicocognitivas. Para los nel, leer y escribir no es algo tan solo lingüístico; por el contrario, se preguntan qué significa leer y es- cribir. Enseguida salen al mundo para documentar cómo lee y escribe la gente. Por eso, para alcanzar una comprensión completa de la narración como motor de literacidad, articulamos, principalmente, las nociones de los nel y teorías relacionadas con la narración, como el paradigma narrativo de Walter Fisher (1989). Los eventos letrados [literacy event] son actividades en las que la literacidad tiene un papel destacado, como leer el periódico, hacer una lista para el mercado, contar un cuento, y cada evento “funciona como marco general para el análisis más detallado de los usos de la lengua” (Vich y Zavala, 2004, pp. 39-40). Los eventos letrados se concretan cuando hay un texto escrito central para la actividad y puede haber con- versaciones en torno a ese texto. En los eventos letrados los participan- tes adoptan reglas socialmente establecidas para verbalizar lo que saben acerca del material escrito. Cada comunidad tiene reglas para interac- tuar socialmente y compartir conocimiento. Por eso, para conocer las prácticas letradas, el principal interés es analizar eventos. 22 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos La noción de práctica letrada [literacy practice] se refiere a las acti- vidades que suelen convertirse en patrones, que definen cómo la gente entiende y maneja el texto en su vida. Son lo que la gente hace con su literacidad. También son procesos internos en el individuo, pero al mis- mo tiempo procesos sociales que incluyen conocimientos compartidos que evidencian ideologías e identidades sociales. Pueden existir tantas prácticas letradas como lectores existan, porque ocurren en contextos y circunstancias particulares (Barton y Hamilton, 1998). De este modo se identifican también las prácticas letradas dominantes, cuyas actividades de lectura y escritura están legitimadas por alguna institución que vigila el uso “apropiado” y “oficial” del lenguaje. En contraparte, las prácticas letradas vernáculas se refieren al uso de las distintas literacidades para encarar necesidades y resolver asuntos cotidianos, no están sujetas a reglas ni a procedimientos de instituciones sociales dominantes. Se de- sarrollan, principalmente, en la vida cotidiana de las personas. Las prácticas letradas cambian de acuerdo con los procesos de apren- dizaje y de construcción de sentido de los individuos. Un sujeto puede desarrollar y combinar prácticas hegemónicas y vernáculas. Las prácti- cas letradas van a estar conectadas con formas concretas de interactuar, creer, valorar y sentir el texto. Esta dimensión subjetiva constituye la identidad lectora. Se trata de un concepto extensamente usado en los nel. Esta noción se entiende como un fenómeno social, plural y dinámi- co que se construye con el tiempo en distintos ambientes sociales y en interacción con los otros (Gee, 2001). La construcción de las identida- des lectoras tiene tres dimensiones básicas: la cognitiva, la emocional y la social (Aliagas, Castellà y Cassany, 2009). Por tanto, en este trabajo se considera cómo la informante elabora su propia perspectiva ante la lectura a partir del texto de Harry Potter. La caracterización fundamental del concepto de identidad lectora re- sultará del entretejido y la suma de los siguientes factores: las prácti- cas letradas, tanto vernáculas como hegemónicas; los eventos letrados en los que participan a lo largo de su vida, las experienciasemanadas de esos eventos, el factor emotivo que se desprenda de ellas, la inte- racción social que se produce en cada evento junto con sus relaciones interpersonales; las creencias y valores que se forjan durante la lectura: los usos sociales que les atribuimos y, finalmente, la construcción de 23 La narrativa como motor de la literacidad conocimientos, el desarrollo de habilidades lingüísticas, discursivas e interpretativas. Los individuos, al narrar su historia letrada, dan cuenta de los va- lores y entendimientos básicos que conforman sus identidades como lectores. Así, la lectura no es una actividad desligada de la vida privada y social. Todo lo anterior tiene el objetivo de conocer, explorar e inter- pretar el rol de la lectura en la vida de quien llamaremos, por privaci- dad, “Denisse”. A través de redes sociales y recomendaciones de otras personas se buscaron al menos dos personas que en algún momento de sus vidas hayan leído la saga completa de Harry Potter y que tuvieran un gusto genuino por la serie, sin importar su identidad de género. Una vez que encontramos a los posibles participantes y que verificamos que reunie- ran el perfil requerido para el propósito de esta investigación se realizó un cuestionario para verificar su idoneidad. Es decir, se comprobó si tenían un apego genuino por las novelas de Harry Potter y por la lectura en general. Cuando obtuvimos las respuestas para descartar y delimitar los posibles participantes, les preguntamos sobre su disposición para participar en un ciclo de al menos tres entrevistas. De este modo encon- tramos a la participante para esta investigación: Denisse. El método para la obtención de datos fue un ciclo de cuatro entre- vistas, las preguntas fueron grabadas, transcritas y analizadas. Se reali- zaron por videoconferencias de entre sesenta y noventa minutos. En el análisis de las entrevistas se aplicaron dos estrategias. Por un lado, el desarrollo temático para verificar cómo el informante construyó su dis- curso. Por el otro, se analizaron las narraciones sobre las prácticas, las experiencias y las representaciones derivadas de la lectura en general y de las novelas de Harry Potter en particular. Finalmente, se escribió el informe etnográfico sobre la experiencia lectora de Denisse con base en los planteamientos teóricos de Barton y Hamilton (1998). Hallazgos Denisse es tapatía (Guadalajara, México), tiene 36 años de edad, de profesión es dentista. Ella ya era una lectora cuando Harry Potter llegó a su vida, a los 19 años. Sin embargo, considera que las novelas de Pot- 24 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos ter afianzaron e impulsaron el placer por la lectura. Han pasado 17 años desde la primera vez que leyó la saga de Rowling y ha releído cinco veces cada novela. Denisse explica que desde chica ha tenido libros en casa, a toda su familia le gusta leer, y que tenía los típicos libros de cuentos infantiles. Cada integrante en su familia tenía su propio espacio para sus libros, y además había una biblioteca para todos en un espacio común. Además, su mamá es psicóloga, entonces ella le decía “ponte a leer” cuando estaba aburrida, tanto que se ponía a leer libros de licenciatura sobre psicología. Vemos la aparición de lo que podríamos llamar “espacios de literacidad” en el hogar. Es decir, por una parte estaban los “típicos libros de cuentos infantiles”, y por otra los libros de licenciatura y la biblioteca general. Luego, cada quien, en su cuarto, tenía los libros que le gustan. Con este ejemplo, vemos cómo cada miembro de la familia estuvo desarrollando, potencialmente, una identidad lectora o identi- dad narrativa (Ricoeur, 1983). Así, Denisse cuenta cómo se consolidó su gusto por la lectura gra- cias a Harry Potter: Antes de Harry Potter ya leía pero no tanto. Yo pienso que con Harry Potter al ser una historia larga, tenía que poner mucha atención para no perder el hilo de la historia. Creo que fue gracias a eso que me empe- zaron a gustar más los libros. Porque quieres leerlos, devorarlos, saber todo. Salía un libro, lo leía. Decía mi mamá: tardas más de un año espe- rando el próximo libro y te dura tres días. Vemos, entonces, que Harry Potter marca un antes y un después en la biografía lectora de Denisse. Luego, sus conclusiones son relevantes en cuanto a la extensión del texto. Se podría pensar que libros tan amplios ahuyentarían a los jóvenes de la lectura. Para Denisse fue un aliciente, porque la “obligaba” a comprometerse con el “hilo de la historia”. Y ella misma responde que gracias a eso le empezaron a gustar más los libros. Ella dice que quiere devorarlos, “saber todo”. 25 La narrativa como motor de la literacidad Prácticas letradas: la coherencia narrativa y por qué no leer ciertas historias En su propuesta teórica del paradigma narrativo, Walter Fisher (1989) sugiere que experimentemos y comprendamos la vida como una serie de narraciones continuas, como conflictos, personajes, comienzos, me- dios y finales. También afirma que las personas adoptan historias que guían su comportamiento. Por eso la noción de racionalidad narrativa es relevante como un sistema para determinar si se debe aceptar una historia, como una guía para la creencia y la acción. Según Fisher, cuando leemos una historia, al mismo tiempo estamos evaluándola. Evaluamos la experiencia del personaje, de modo que po- damos juzgar si su historia “suena a verdad”. A esto lo denomina cohe- rencia narrativa. Se refiere a las características formales de una historia concebida como una secuencia discreta de pensamiento y/o acción en la vida o la literatura (cualquier forma de discurso grabada o escrita); es decir, se trata de si la historia es coherente o “se mantiene unida”, si una historia está o no libre de contradicciones. En paralelo, Fisher también indica que existe una fidelidad narrativa; esta se refiere a las “cualida- des de la verdad” de una historia, el grado en que se concuerda con una lógica y solidez narrativa. Este modo de evaluar la verosimilitud de una historia está ligado al grado de literacidad que las personas son capaces de desarrollar. A una lectura atenta, consciente, reflexiva y crítica a partir de identificar una coherencia y fidelidad narrativas. Cuando ambos elementos desa- parecen, el lector comprometido lo filtra, lo cuestiona, lo rechaza y se decepciona. Cuando se viola una estructura esperada por el lector, la comprensión se ve afectada. El impacto del conocimiento de los lecto- res sobre las estructuras del texto permea en su procesamiento y memo- ria. Así lo demuestran también investigaciones como las de Graesser, Golding y Long (1991) donde los lectores esperaban que las historias se ajustaran a una estructura episódica organizada en torno a los objetivos y necesidades de los protagonistas en el relato. En este caso, se evidencia con Denisse al hacer referencia a una no- vela escrita (Harry Potter y el legado maldito) por fanáticos de Harry 26 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Potter, una secuela del último tomo. La novela, además, fue aceptada por Rowling como historia “oficial”. Por eso es que los seguidores de la serie decidieron darle una oportunidad. Denisse la rechazó por las siguientes razones: Nunca, nunca, nunca en la vida leas Harry Potter y el legado maldito. Es muy malo. Bellatrix tuvo una hija con Voldemort: y tú dices, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿en qué momento pasó esto? Según las cuentas, tuvo que estar embarazada cuando estaba la batalla y nunca vimos al personaje embarazada. Cosas tan raras que le quieren meter para seguir explotan- do una historia. Denisse se hace preguntas orientadoras para la lectura de un relato: ¿cómo? ¿cuándo? ¿qué?, con las cuales evidencia la falta de coherencia narrativa. Es decir, no se alcanza a fundar el universo narrativo por la inconsistencia en el rumbo del relato, el cual se extravía y, por con- secuencia,extravía al lector. Al no encontrar respuestas coherentes a sus preguntas, el resto del relato ya no importaba para Denisse, puesto que el grado de verosimilitud de la historia no satisface las expectati- vas para que una historia tenga sentido. Las preguntas anteriores son fundamentales en la construcción de cualquier relato. La coherencia y fidelidad narrativa empiezan con este ejercicio básico. La verosimilitud de la historia se daña y afecta su racionalidad narrativa. Denisse recomienda no leer historias como la anterior debido a las “fallas narrativas” que encuentra en el hilo argumental y cómo estas “traicionan” la confianza del lector. Como explica Fisher, la experiencia en la lectura que se adquiere a lo largo del tiempo nos da las herramien- tas para evaluar una historia. Sabemos, por ejemplo, que la estructura básica de un cuento, incluye un planteamiento, nudo y desenlace. En este sentido, y de acuerdo con los hallazgos de Mandler y DeForest (1979) si los lectores no pueden encontrar una manera de crear una conexión entre sus secuencias relatoriales, hay una “ruptura” en la con- tinuidad o coherencia. Cuando se violan estas expectativas estructurales (por ejemplo, reordenando eventos o intercalando episodios), la com- prensión y la memoria son más difíciles. Así, Denisse nos muestra que, a partir de las ventanas de interés de las personas, podemos entrenar una 27 La narrativa como motor de la literacidad literacidad crítica, que cuestionen y desnuden las posibles fisuras del discurso, lo cual le dará pautas al lector para ejercer el mismo análisis crítico con otro tipo de textos. Patrones narrativos y la sospecha de la historia incorrecta Enseguida, precisamente, nos dimos cuenta de que Denisse reconoció estructuras narrativas que le ayudan a ejercer una distancia crítica sobre lo que va a leer. Veamos su siguiente reflexión, al preguntarle por qué le gusta tanto Harry Potter: Respeto mucho a la autora (J. K. Rowling). No recuerdo, pero creo que en el libro cuatro Harry Potter va a la sala de menesteres, esta sala se transforma en lo que tú necesitas. Y Harry se estaba escondiendo. El narrador dice que pasa un busto con una diadema en la cabeza, en el cabello. Y lo menciona como algo insignificante. Entonces tú te das cuenta cómo, no recuerdo si fue en el último libro o uno antes, esa dia- dema aparece de nuevo y es un horrocrux de la escuela Ravenclaw. Yo me quedo así de: ¡no manches! cada detalle del libro… Bueno, ella es la escritora, dicen que muchos escritores tienen el principio y el fin de sus libros antes de escribirlos. Denisse indica que le parecía impresionante cómo algo irrelevante para ese momento del relato sería relevante más adelante. Retomamos el planteamiento de Fisher (1989), cuando argumenta que aprendemos de mejor manera nueva información con una buena historia. Precisamen- te, desde la perspectiva de la literacidad, se reconoce que aprender del texto es una actividad sociocultural, moldeada continuamente por el entorno en el que se produce (p. ej. Alexander, 1998; Cole y Engeström, 1993). Así, Fisher plantea que la especie humana siempre persigue una lógica narrativa, por medio de la cual damos al discurso formas como argumento, exposición, drama y ficción. Porque, desde la infancia, “we interpret and evaluate new stories against older stories acquired throu- gh experience” (1987, p. 9). Aprendemos criterios y estándares más elaborados para evaluar la fidelidad y coherencia de una historia. Pero construir, interpretar y evaluar el discurso como historia sigue siendo nuestra lógica primaria, innata y específica de los humanos. Esa lógica 28 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos narrativa es patente en Denisse con el ejemplo anterior, cuando las pie- zas sueltas encontraron su cauce dentro de la narración. Luego, Denisse se siente satisfecha por la fidelidad y coherencia que la escritora, Rowling, mantuvo a lo largo de los siete libros, al notar cómo un detalle mínimo (cuando se refiere al horrocrux) magnifica su sentido en las siguientes novelas. Esto último se alinea, de nuevo, con el planteamiento de Fisher, puesto que la fidelidad y coherencia de una historia para interpretarla y evaluarla es parte de nuestra lógica prima- ria. Lo que ha permanecido es la constatación de que todo aprendizaje, y ciertamente el proceso de aprender del texto, exige un lector que esté estratégicamente comprometido en la construcción del significado. Este compromiso se evidencia en el caso de Denisse. Aprender del texto es inevitablemente una síntesis de habilidad, voluntad y emoción, dicen Garner y Alexander (1994). Por tanto, el aprendizaje del texto no puede tener lugar de manera profunda o significativa sin el compromiso del sujeto. De este hallazgo, podemos concluir que aprovechar esta lógica innata de la que habla Fisher para encauzarla al entrenamiento de una literacidad crítica, al desarrollo de una lectura de textos que cuestione esa coherencia narrativa para detectar, por ejemplo, falacias en discur- sos que intentan ejercer cierto grado de manipulación en sus receptores. Prácticas letradas: tejidos como textos La idea tradicional de texto está estrechamente vinculada con una com- posición de signos escritos y que forman una unidad de sentido, gene- ralmente imprimible; sin embargo, desde disciplinas como la semiótica, los signos no siempre son escritos, sino que pueden ser visuales, auditi- vos y táctiles. Por tanto, un texto también es una pintura, una escultura, un edificio y cualquier objeto que pueda transmitir significados y por ende ser decodificado. Esta forma de entender el texto es igualmente compartida por los estudios de literacidad contemporáneos, como los de la multimodalidad (Krees, 2003), porque la literacidad se interesa por las prácticas que se desmarcan de lo hegemónico y que privilegian la cultura escrita. Hay significados que se gestan más allá de la letra impresa, y es necesario estudiarlos. 29 La narrativa como motor de la literacidad Cuando consultamos con Denisse si ha generado algún tipo de texto derivado de la lectura de Harry Potter explicó que no, pero que ela- boraba figuras hechas a mano, tejidas con hilo, de los personajes de la historia. Nos proporcionó las siguientes fotografías sobre su trabajo (figuras 1 y 2): Figuras 1 y 2. Fuente: figuras proporcionada por Denisse (2020). Denisse cuenta cómo y cuándo aprendió a tejer: Cuando era niña estaba en un colegio de monjas, y ya sabes que la edu- cación de antes era de ser una buena mujer, una buena esposa. Me en- señaban a bordar, a tejer, a cocinar… en fin, labores del hogar. Pero no era buena, nos sentaban a todas las niñas en el patio y muchas veces me bordé el mantelito, que estaba haciendo, a la falda. Pero luego empecé a tejer porque en una de las películas, precisamente de Harry Potter, quise hacer bufandas para todos mis amigos; todas de Gryffindor, solo 30 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos una para mi hermana de Ravenclaw. Yo no sabía empezar una bufanda ni terminarla, así que ahí me ves tejiendo a dos agujas, como viejita, me la empezaba mi mamá y me la terminaba mi hermana. Pero poco a poco lo fui mejorando, porque en mi familia somos muy de dar regalitos así a nuestras amigas, luego tejía guantecitos, gorritos. Lo que dice Denisse al inicio es un ejemplo de literacidad hegemónica, cuando se le educaba para “ser buena mujer”. Dice cómo se inoculaba cierto comportamiento a través de prácticas de literacidad destinadas a ejercer un rol social por parte de la mujer, en este caso las del hogar. También nos muestra cómo la vestimenta es parte de esa cultura esco- lar y cómo un evento como el de bordarse por accidente la falda sería inédito para un estudiante varón. Así que vemos cómo las prácticas de literacidad están situadas históricamente, cambian y con frecuencia se adquieren nuevas a travésde procesos de aprendizaje y creación de sentido (Barton, Hamilton e Ivanic, 2000). Más tarde, una práctica que para Denisse comenzó en su etapa de educación básica, impuesta y en un contexto hegemónico se resignificó. Aprendió una técnica para bor- dar objetos que no eran de su interés, como los manteles. Pero luego esa práctica cambió cuando se dio cuenta de que podía aprovecharla para tejer objetos relacionados con sus intereses, es decir, muñecos de la cultura popular, en especial de Harry Potter. Esa práctica adquirió una nueva connotación gracias al núcleo fa- miliar: su madre y su hermana reforzaron la técnica del tejido. Es re- levante destacar el entorno de Denisse, puesto que probablemente no habría tenido el mismo resultado –la elaboración de muñequitos y bu- fandas Gryffindor– sin la ayuda de su círculo familiar más cercano. Finalmente, esa práctica se perfeccionó gracias a la combinación de sus relaciones afectivas, sus emociones y sus intereses de lectura: “Los mu- ñequitos los empecé a hacer porque vino a México quien yo digo que es el amor de mi vida y quería regalarle algo que le recordara a mí. Y tejí un avioncito, y fue el primer amigurumi que hice, eso fue hace tres años (2017), y de ahí he ido avanzando”. Encontramos un punto de inflexión detonante: la relación afectiva con la cual adquirió sentido lo que ella hacía con el tejido. A partir de ahí se dio cuenta de que tejer amigurumis (el concepto es un acrónimo de dos palabras japonesas para hablar de una técnica de bordado: ami, 31 La narrativa como motor de la literacidad significa tejido y nuigurumi, muñeco de peluche) era lo que más le sa- tisfacía. Por eso, de acuerdo con la teoría, las prácticas de literacidad cambiarán en tanto que ejerciten distintas prácticas sociales, como lo explican Barton, Hamilton e Ivanic: “Over the course of a lifetime the literacy practices of an individual will inevitably change as they engage in different social practices and education” (2000, p. 39). La misma Denisse explica su proceso de metacognición: Yo pienso que cuando tú haces algo, te das cuenta de lo que puedes llegar a hacer, y dices: ¡wow! Tengo entre mis amigurumis una Sailor Moon horrenda, que está por ahí, y que parece que tiene estrabismo, pero para mí era: ¡wow, no manches, yo lo hice! Entonces empecé a hacer y a hacer y a hacer. A partir del avioncito me di cuenta que podía hacer algo, tengo unos amigos que les encanta Star Wars, Gokú, y así. Para Navidad les hice a cada uno un muñequito de Star Wars, y ya, se los llevé cuando fuimos un día al cine, ahí se los entregué. Los hago porque me gusta. Empecé con una colección de Star Wars, luego mis amigos me pidieron que les vendiera. El primer Harry Potter que hice fue para Miriam, mi compa- ñera de consultorio. A veces los publico en Facebook y me encargan. El que más he tejido ha sido Harry Potter porque es el que más me piden. Denisse es consciente de su progreso, marca un antes y un después con el “avioncito”. A su vez, esta práctica le da un sentido de identidad en su círculo social, puesto que obsequia sus creaciones como un modo de conseguir presencia entre sus amigos y familiares. Pensemos, a partir de este ejemplo, cómo estos procesos metacognitivos ocurren a través de prácticas letradas situadas, comprometidas y emocionalmente valio- sas para los sujetos: He tejido de Anne With an E, Harry Potter, Star Wars y las princesas Disney. También hice un coronavirus. Un amigo lo vio, creo que se pusieron de moda, y me dijo: hazme uno. Va, y lo hice. Vemos cómo la cultura popular tiende a movilizar ciertos tipos de prác- ticas culturales útiles para adquirir capital social y cultural –como tam- bién lo evidencia Alvermann (2010)–. Esta se filtra en sus prácticas y rutinas, puesto que publica su trabajo en Facebook, lo que le genera 32 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos un ingreso extra y reconocimiento social. Denisse indica que no borda con un objetivo económico, sino por un tema más relacionado con su autoestima y con un afán de domesticar una habilidad que le ayuda a transmitir su afecto por el círculo social del que es parte. Son una espe- cie de hitos, o trofeos, que evidencian y recopilan el perfeccionamiento de su práctica. Así lo deja ver ella, cuando explica cómo al concluir el tejido de un muñeco, lo aprecia. le toma foto y lo “archiva” para dejar evidencia de su trabajo. Esta actitud coincide con los apuntes de Heath (1983), cuando argumenta que las prácticas de literacidad también se materializan a través de la evidencia visual. Quizás este comportamien- to de Denisse va en el sentido de dejar constancia sobre su progreso en esta práctica. Este caso arroja información sobre una actividad que comenzó como evento aislado, mientras era estudiante de primaria, y que se reorientó en práctica letrada al convertirse en una repetición rítmica de un evento, como argumenta Karin Tusting: “literacy practices emerge through the rhythmic repetition of similar literacy events” (en Barton, Hamilton e Ivanic, 2000, p. 43). No solo es la simple repetición, sino que el adjetivo rítmico nos da la idea de cómo esa práctica debe poseer un patrón y una constancia para que se concrete la apropiación de lo que al inicio fue un evento. Por eso la literacidad es un proceso y no un estado, cuyas prácticas pueden repetirse rítmicamente a lo largo de la vida. Vale la pena señalar cómo la etimología latina de texto: textum, sig- nifica tejido. Por eso textos y tejidos comparten expresiones tan cer- canas. Así, escuchamos expresiones como “el nudo de la historia”, “el desenlace del relato”, “el hilo de la narración”, “bordar un discurso”, “hilar fino”, “la urdimbre de las palabras”, entre muchas otras. Esto nos viene de una antiquísima tradición. En la mitología clásica, por ejemplo, se habla de la tela de Penélope, de los bordados de Aracné, del hilo de Ariadna o de las túnicas de Nausícaa. Es decir, a lo largo de los tiempos las mujeres han sido fascinantes tejedoras (de relatos). Así, sin saberlo, Denisse teje para elaborar textos en el sentido más radical del término. Este ejemplo de práctica letrada nos ayuda a comprender lo que la gente hace con lo que lee. No es casualidad que Denisse haya desarrollado la habilidad de tejer fino si en su oficio como odontóloga 33 La narrativa como motor de la literacidad tiene que controlar su pulso para intervenir la dentadura de sus pacien- tes, con instrumentos finos y largos, como los cinceles con los que los primeros hombres escribían sobre piedras pulidas. Observar esta relación entre su trabajo con la odontología y el te- jido da la pauta para comprender cómo los textos, de acuerdo con la literacidad, encajan en la vida de las personas y no al revés (Barton y Hamilton, 1998). Por lo tanto, es necesario conocer la literacidad de los sujetos si, por ejemplo, como profesores trabajamos con estudiantes en una escuela para encaminar prácticas situadas de literacidad, ya que no todos los estudiantes desarrollan las mismas competencias lingüísticas para producir textos escritos. Existen otras posibilidades que la litera- cidad multimodal valora y visibiliza. Por eso le preguntamos a Denisse si considera que esta habilidad de tejer está relacionada con su trabajo como dentista en el sentido de que tiene que manipular herramientas; por un lado el taladro para intervenir dientes y muelas; y por otro, la aguja para hilvanar y crear muñecos: Modestia aparte, pero siempre he sido muy buena en cosas manuales. Incluso hay un meme que dice: arte, más arquitectura, más diseño –o qué sé yo– igual a dentista. Y es que manejamos los dos hemisferios cerebrales cuando estamos trabajando. Con la mano derecha manejo el taladro –soy diestra– con la mano izquierda retraigo el cachete, utilizo el espejo, y con el pie presiono el pedal para accionar el taladrito, tal cual como manejar. Y sí, para ser dentista tienes quetener mucha ha- bilidad manual, para simplemente hacer una resina te tiene que quedar bonita, o encerar los dientes. Pero creo que no tiene tanto que ver con una habilidad manual, más bien es la creatividad; por ejemplo, el buen gusto para combinar colo- res… en fin. Aparte que toco instrumentos: el saxofón, piano y el violín. Así que también utilizo las dos manos y los dos hemisferios. De acuerdo con Howard Gardner (1983) existen al menos siete inteli- gencias, como la musical, la lógica-matemática, la visual-espacial, la kinestésica, entre otras; es decir, que las personas pueden desarrollar con mayor énfasis alguna de esas áreas. Gardner también explica cómo esas siete inteligencias son dinámicas, puesto que pueden surgir nuevos tipos de inteligencia. Nuestra informante no solo ha desarrollado dife- rentes inteligencias (como la musical, la kinestésica y la lingüística), 34 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos que devienen en literacidades. Y Denisse es consciente de sus inteligen- cias y de cómo puede aprovecharlas para encauzarlas en su vida per- sonal y profesional. Su caso nos dice cómo las personas pueden hacer ajustes en sus prácticas de literacidad para generar cambios en sus vi- das. Su testimonio nos sirve como ejemplo sobre lo importante de rea- lizar una metacognición, de darnos cuenta de nuestras capacidades cog- nitivas para explotarlas e integrarlas en un todo. Tres actividades, como la odontología, la música y el bordado, aparentemente desconectadas, encuentran puntos en común. Las tres requieren de habilidad manual y de una gran plasticidad cerebral, como ya lo mencionaba Denisse. Eventos letrados: ¿Cómo puedes llorar por leer la historia de un niño mago? Denisse también ha sido una (in) voluntaria promotora de lectura a tra- vés de Harry Potter. Mientras trabajaba en el cine, a los 20 años, uno de sus primeros acercamientos a esta historia ocurrió a través de las emociones de su compañera, con quien el lazo de amistad se fortaleció gracias al diálogo promovido por la lectura de Harry Potter. Este caso nos expone el elemento de la literacidad multimodal –el cine y la socia- lización por medio del diálogo– como benefactor de la lectura. Ella lo relata a continuación: Yo empecé a ser fan a partir de la tercera película y cuando empecé a leer los libros. Una vez, en el cine, en el área de los empleados, una compañera estaba llorando. Y yo: ¿estás bien? ¿qué te pasó? Y me dice: es que estoy leyendo Harry Potter. Y yo: no manches, ¿cómo puedes llorar por leer la historia de un niño mago? Entonces ya que yo los leí sí me di cuenta de que lloras, te ríes y demás. Después de eso, empeza- mos a platicar a fondo: ¡no manches, la historia! Entonces te haces más amiga de las personas, de una forma distinta. Denisse continúa con el relato de sus experiencias en eventos letrados: Y yo también he vuelto fan de Harry Potter a gente que le platicaba, y me decían: lo voy a leer. También en la escuela. Cuando salió el último libro yo estaba en el último año de la carrera. Me acuerdo que yo car- gaba mi librote, y mis compañeros me preguntaban qué cosas nuevas 35 La narrativa como motor de la literacidad pasaban, porque todavía no había películas. En un descanso, estábamos todos en la cafetería y te lo juro que estaban todos sentados en las me- sitas y yo estaba parada platicándoles la historia. El ejemplo demuestra cómo Denisse también ha contribuido en la promoción de la lectura al forjar lectores mediante la historia de Harry Potter. Recuerda que el último libro salió cuando estaba en el último año de la carrera. Otra vez demostramos que, gracias a las emociones provocadas por el placer de la lectura, podemos crear recuerdos más estables y duraderos. Enseguida, cuando se refiere al momento de la cafetería, vale la pena apreciarlo como un evento letrado fascinante, aunque no lo parezca en primera instancia. Podemos recrear el evento letrado de que mientras Denisse está de pie, contando la historia de Harry Potter, con sus compañeros escuchán- dola a su alrededor, evoca a momentos como los de las historias que se cuentan alrededor de las fogatas; o los cuentos que los padres les leen a sus hijos en las noches, en la cama, antes de dormir. También evoca a los antiquísimos juglares de la edad media. Esas personas que iban de comunidad en comunidad por toda Europa para contar, apoyados en una lírica, mitos, leyendas, fábulas e historias, con los habitantes del pueblo alrededor de ellos, dispuestos a escuchar lo que el juglar tenía que decir. Denisse, de algún modo, es una juglar moderna que logró captar la atención de sus compañeros y, probablemente, forjó nuevos lectores. De acuerdo con Hamilton (1999), los eventos letrados visibles son solo la punta de un iceberg: las prácticas de literacidad solo pueden inferirse a partir de evidencia observable porque incluyen recursos invi- sibles, como conocimientos, habilidades y emociones; encarnan propó- sitos y valores sociales; y son parte de un contexto en constante cambio, tanto espacial como temporal. Son solo algunas huellas visuales de las prácticas de literacidad las que se visibilizan de procesos dinámicos, como los ejemplos observados a través de las fotografías. En la siguien- te figura (3) se ilustra esta relación entre lo observable, materializado por medio de las prácticas y los eventos de literacidad (punta del ice- berg) y lo que empuja esas prácticas y eventos, a través de variables in- tangibles, como los conocimientos, habilidades y valores de los sujetos. 36 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Figura 3 Fuente: elaboración propia con base en Barton, Hamilton e Ivanic (2000). Conclusiones Respecto a las prácticas de lectura y escritura, conocimos el tejido ami- gurumi de Denisse. Los Nuevos Estudios en Literacidad promulgan difun- dir este tipo de prácticas. Por lo general, la escuela es la que envía a la so- ciedad las prácticas letradas. Los nel quieren visibilizar este ejercicio, pero de manera inversa: de la sociedad a las instituciones. Prácticas como los fanfiction, la escritura corporal (tatuaje), la música, y el ejemplo que vimos con el tejido de Denisse, son síntomas de las nuevas prácticas culturales a partir de la lectura. Por un lado, este hecho responde a que el espacio es distinto al de una escuela y no hay una figura de autoridad, y por otro, nos muestra un tipo de lector distinto, que además de consumir, también quiere producir: un prosumidor, de acuerdo con el neologismo que describe al lector que ge- nera cultura escrita. Entonces, con lo anterior, tenemos un problema de valoración y de visibilidad, ya sea a causa de estas nuevas prácticas no tienen relevancia para la academia o el mundo educativo, y no forman parte de algún canon; no obstante, como fenómenos emergentes poseen trascendencia social. 37 La narrativa como motor de la literacidad Esta trascendencia social también ocurre porque Denisse se constru- ye a sí misma a través de lo que lee, pero sobre todo a través del diálogo con los otros, con quienes comparte las mismas prácticas de lectura. Importa señalarlo porque la lectura es una actividad que se socializa poco. Lo apreciamos con los eventos letrados en los que participó. Es el dialogismo que plantea Bajtin (1974), sobre las identidades en juego, cuando señala que buscamos conocernos a través del otro. En los even- tos hay un espacio y un tiempo donde la lectura se consuma, es decir, es el cronotopo, donde se caracterizan y toman forma procesos situados de lectoescritura. Al mismo tiempo, Denisse creó comunidades lecto- ras, donde se agrupan personas con intereses comunes, cuyos miem- bros comparten valores e identidades. Y se han singularizado gracias, en gran parte, a las prácticas letradas, y son parte de un “pegamento social”. Por consiguiente, una de las ventanas para visibilizar lo que está sucediendo con la lecturay la escritura, son los eventos y las prácti- cas letradas. Al registrar, por ejemplo, los eventos letrados, podemos comprender la suma de los factores relacionados con la literacidad. Las prácticas de literacidad significativas de Denisse estuvieron asociadas con ser un fan de Harry Potter, incluida la producción, la lectura y la participación en una cultura de fanáticos colectiva, ya sea a distancia a través de estas publicaciones o mediante reuniones, clubes o presen- taciones reales y otros eventos públicos. Otras posibilidades implican apropiarse y generar sus propios materiales. En este caso Denisse se de- dica principalmente a tejer figuras de Harry Potter. Por tanto, un princi- pio de la relación de Denisse con la literacidad es el del entretenimiento y el placer. Respecto a la respuesta de Denisse sobre la coherencia narrativa de la secuela de Harry Potter, podemos señalar que examinar cómo las personas responden a los textos de manera crítica en espacios fuera de la escuela, será cada vez más importante para los interesados en litera- cidades críticas. Porque también entran en juego las creencias, actitudes y prácticas sociales que siguen los individuos alfabetizados y los grupos sociales en una variedad de entornos y situaciones. 38 A 55 años de la celebración mundial de la Literacidad, nuevos entendimientos Y por eso, otra razón del poder del conocimiento no escolarizado, y que es relevante porque tiene que ver con la incidencia social de visibi- lizar las prácticas y eventos letrados de Denisse, es que puede estar re- lacionada con el hecho de que la literacidad con frecuencia tiene un re- ferente concreto y personal del que carece gran parte del conocimiento escolar. Las escuelas no son la única fuente (aunque quizás la más influ- yente) de la base de conocimientos de los sujetos. Por lo tanto, cuanto más entiendan los educadores acerca de la interacción entre conoci- miento escolar y no escolarizado, y sobre la cognición que ocurre en la vida cotidiana a través de estas prácticas, más eficazmente podrán guiar a los estudiantes hacia interpretaciones significativas del texto. Después de todo, podemos decir que fanáticos –o seguidores– como Denisse, podrían llamarse defensores de la literacidad debido a su compromiso de promover la lectura, modelar la literacidad crítica y ejemplificar los aspectos sociales de la literacidad a través de sus experiencias, prácticas y eventos letrados. Referencias Alexander, P. A. (1998). Knowledge and literacy: A transgenerational perspective. En Shanahan, T. y Rodriguez-Brown, F. (Eds.). For- ty-Seventh Yearbook of the National Reading Conference. National Reading Conference. Alvermann, D. (2010). Popular Culture and Literacy Practices. En Ka- mil, M., Pearson, D., Birr, E. y Afferbach, P. (Eds.). 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Estudio de caso sobre una lectora de Harry Potter Alan Miguel Valdivia Cornejo Luis Alberto Pérez Amezcua Contenido_VA
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