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1 TERMINOLOGÍA ESPECIALIZADA EN EL ÁREA DE FISIOTERAPIA: ACERCAMIENTO DESDE LA METODOLOGÍA DE LA DISPONIBILIDAD LÉXICA ESPECÍFICA1 Yanira Navarro Marrero Universidad de Salamanca “Dadme un método y materializaré proyectos que ya no son sueños” (Johann Wolfgang von Goethe) 1. Reflexiones previas El interés que ha despertado siempre el análisis del léxico que usa una determinada comunidad de habla no resulta ajeno a la lingüística. Tal es así que, dentro de esta disciplina, han sido muchos los investigadores que, valiéndose de múltiples enfoques y métodos, han intentado aprehender ese léxico real compartido por un grupo de hablantes. La línea de investigación de la que partimos en esta comunicación,2 la disponibilidad léxica, marca un hito sin precedentes en el ámbito de la lexicoestadística. Ello se debe a que los corpus léxicos que maneja este campo se extraen de pruebas léxicas asociativas, esto es, encuestas basadas en estímulos temáticos –los denominados centros de interés–, que se encargan de recoger todas aquellas palabras que acuden a la mente del hablante en situaciones comunicativas dadas. Este sistema, que combina la frecuencia de aparición de estas unidades con la posición que ocupan, pretende determinar la norma léxica disponible de una comunidad lingüística. Han sido, y siguen siendo, muchos los trabajos que –desde sus orígenes en Francia hace más de medio siglo, pasando por el Proyecto Panhispánico de Léxico Disponible que sigue en curso y hasta las recientes orientaciones– se circunscriben a dicho campo de investigación lingüística. La mayoría de ellos se pregunta cuál es el léxico que ha de manejar cualquier hablante para desenvolverse sin dificultad dentro de su lengua materna o extranjera. Hoy, intentamos dar respuesta a otra pregunta: ¿qué léxico necesita una persona que haya adquirido un conocimiento especializado? Pues bien, el deseo por descubrir ese léxico disponible específico abre un nuevo camino dentro de este tipo de investigaciones que apunta hacia la disponibilidad léxica específica (DLE) con valiosas aplicaciones didáctico-pedagógicas en la enseñanza del español con fines específicos (E/FE). En este contexto, el estudio experimental que estamos llevando a cabo recabará la terminología especializada de un ámbito concreto del conocimiento, la fisioterapia, en un primer momento, y las restantes áreas pertenecientes a las Ciencias de la Salud que se imparten en la Universidad de Salamanca en un estudio posterior. Los destinatarios de la prueba, la propuesta de centros de interés específicos relacionados con el área de fisioterapia y la elección de ciertas variables sociolingüísticas tenidas en cuenta nos sitúan tanto en nuestros objetivos como metodológicamente fuera del proyecto panhispánico, pero cerca de otras investigaciones que nos preceden dentro de este nuevo 2 enfoque. A continuación daremos debida cuenta de ellas así como de las decisiones previas de carácter metodológico que hemos adoptado, no sin antes enmarcar el nacimiento y el desarrollo de la disponibilidad léxica hasta llegar a la disponibilidad léxica específica. 2. Esbozo del estado de la cuestión 2.1. Del léxico frecuente al léxico disponible. El léxico fundamental La disponibilidad léxica, que tiene sus orígenes en los años cincuenta del siglo XX, inicia su periplo con los estudios pioneros realizados en Francia3 y Canadá.4 Ha transcurrido ya algo más de medio siglo; desde que Gougenheim y sus colaboradores publicaran en Francia los primeros repertorios léxicos basados en la frecuencia, sujetos a crítica y a revisión. Tal es así, que la obra que se toma como referente de lo que se vino a conocer por disponibilidad léxica fue L’Élaboration du Français Fondamental (1964), publicada como culminación de una serie de obras anteriores5 y fruto de un proyecto previo de «simplificación de las lenguas», de 1947, financiado por la UNESCO. Sus propósitos, más bien políticos que lingüísticos, eran facilitar y promover la adquisición del francés tanto dentro de Francia como fuera de sus límites territoriales, es decir, entre los inmigrantes que llegaban al país y los habitantes de sus ex colonias, principalmente africanas. La relevancia de este estudio, en lo que concierne al terreno lingüístico, radica en que da un giro importante a los iniciales intentos frustrados que se limitaban a registrar la frecuencia con que las palabras aparecían en textos escogidos al azar. Este criterio resulta insuficiente porque ciertas palabras muy conocidas y usadas por los hablantes obtenían un índice de frecuencia muy bajo o bien no se registraban en los textos escritos. Entonces, al ponderarse la frecuencia con la dispersión, obtenemos una proporción real del uso de las diferentes clases de palabras en todo tipo de discursos divididos según su contenido y condiciones formales, el léxico básico. Por otra parte, el léxico disponible, a diferencia de aquél, se consigue a partir de unas pruebas léxicas asociativas basadas en campos nocionales que nos ofrecen el vocabulario concreto que el hablante podría usar en una situación comunicativa dada. En este caso, la frecuencia de aparición de estas unidades se pondera con el puesto que ocupan en los listados. La suma de estos dos tipos de léxico —independientes en su estudio pero complementarios en los resultados— constituye el léxico fundamental de una lengua, sobre el que debe basarse toda planificación didáctica del léxico. Asimismo, y demostrado está, ha servido para analizar las diferencias entre el léxico que usa un determinado grupo de hablantes en función de una serie de variables sociolingüísticas. De hecho, ya estos investigadores franceses usaron factores sociales como el «sexo» o el «medio geográfico» de los informantes para estudiar sus repertorios léxicos de disponibilidad. Fue René Michéa quien, a partir de 1953, tras deslindar el léxico frecuente del disponible, esto es, las palabras atemáticas de las palabras temáticas, tal y como él las concibe, logra caracterizar y fundamentar toda una línea de investigación: la disponibilidad léxica. También a este lingüista francés le debemos el concepto de centro de interés, que es aquel estímulo temático que ayuda a actualizar las palabras que están almacenadas en el lexicón mental del hablante cuando lo dirigen hacia una situación comunicativa en la que necesita expresar información sobre un tema concreto. Este autor propuso dieciséis campos nocionales, considerados universales al ser supuestamente compartidos por todos los hablantes, independientemente de su procedencia geográfica, social, cultural o generacional; los mencionados centros de interés: 1. Las partes del 3 cuerpo, 2. La ropa (ya sea de hombre o de mujer), 3. La casa (sin los muebles), 4. Los muebles de la casa, 5. Los alimentos y bebidas (en todas las comidas del día), 6. Los objetos colocados sobre la mesa y que se usan en todas las comidas del día, 7. La cocina, sus muebles y los utensilios, 8. La escuela, sus muebles y su material escolar, 9. La calefacción y la iluminación, 10. La ciudad, 11. El pueblo o la villa, 12. Los medios de transporte, 13. Los trabajos del campo y del jardín, 14. Los animales, 15. Los juegos y las distracciones y 16. Los oficios. 2.2. El léxico disponible panhispánico: un proyecto en curso En el ámbito hispánico, a partir de 1970 y, de la mano de Humberto López Morales, la disponibilidad léxica se extiende a este y al otro lado del Atlántico. De hecho, son numerosos los léxicos disponibles referidos a diversas sintopías6 que se han publicado tras su obra El léxico disponible de Puerto Rico, de 1999,7 que es el trabajo que se toma como referencia. Este reconocido hispanista dirige y coordina el Proyecto Panhispánico de Disponibilidad Léxica con equipos de investigación en España e Hispanoamérica que, bajo unos criterios metodológicos comunes, persiguen unmismo fin: publicar el Diccionario Panhispánico de Léxico Disponible, que todavía no ha visto la luz en su conjunto, aunque contamos ya con resultados parciales. La página electrónica DispoLex,8 coordinada por José Antonio Bartol y Natividad Hernández, funciona como base de datos documental e informativa de estos trabajos que se vienen desarrollando. Asimismo, su función de procesador matemático-estadístico de los datos, sigue la línea del programa informático LexiDisp, gestionado por Francisco Moreno y Pedro Benítez y que pone en práctica la fórmula matemática diseñada por J. López Chávez y C. Strassburger (2000). López Morales, que define la disponibilidad léxica como «el caudal léxico utilizable en una situación comunicativa dada» (H. López Morales 1983: 213), toma como referentes los centros de interés propuestos por Michéa, con mínimos cambios. De esta manera, las áreas temáticas preacordadas para favorecer la comparación de las distintas variaciones diatópicas del español general, fueron las siguientes: 1. Partes del cuerpo, 2. La ropa, 3. Partes de la casa (sin los muebles), 4. Los muebles de la casa, 5. Alimentos y bebidas, 6. Objetos colocados en la mesa para la comida, 7. La cocina y sus utensilios, 8. La escuela: muebles y materiales, 9. Iluminación, calefacción y medios de airear un recinto, 10. La ciudad, 11. El campo, 12. Medios de transporte, 13. Trabajos del campo y del jardín, 14. Los animales, 15. Juegos y distracciones y 16. Profesiones y oficios. Muchos de los centros de interés arriba expuestos se han visto modificados parcialmente en estudios posteriores: en el número de centros y su naturaleza, al reducirlos o reformularlos, al incluir otros novedosos o, simplemente, al adaptarlos al entorno concreto de la investigación. El tradicional centro de interés 09. Calefacción e iluminación, se amplia a medios de ventilación de los recintos o medios de airear un recinto en los estudios que se llevaron a cabo entre estudiantes puertorriqueños, dominicanos y canarios conforme a las condiciones climáticas de estos lugares. En relación a factores socioeconómicos de Jaén, Ahumada en 2006 incorporó el centro El olivo y el aceite, justificado por su importancia en esa comunidad. En esa misma línea, pero más enfocado a condicionantes socioculturales, Borrego y Fernández Juncal en 2002 incluyeron Agricultura y ganadería y La pesca en una encuesta que realizaron entre jubilados cántabros. La inclusión del centro de interés La mar, por ser un elemento de la realidad circundante de Almería y Ceuta, fue incluido en las encuestas realizadas en esas provincias por M. García en 1998 y Ayora en 2003, respectivamente, y destaca por la marcada presencia del léxico regional (vid. Samper Padilla y Samper Hernández 2006). 4 3. Una nueva orientación en los estudios de disponibilidad léxica: hacia la disponibilidad léxica específica La terminología especializada de cualquier ámbito del saber se vincula a esos vocablos que el hablante no actualiza «a menos que se necesiten para comunicar una información muy específica» (H. López Morales 1996: 245). Entonces, al margen de los numerosos estudios de disponibilidad léxica publicados, nos preguntamos «¿qué pasa con los hablantes que se desenvuelven en ámbitos restringidos y que además reciben un entrenamiento lingüístico en este ámbito? No se trata de sujetos aislados, sino de sujetos que necesitan de un tipo específico de vocabulario en contextos determinados» (M. Echeverría et al. 2006: 60). En este sentido podríamos pensar que el léxico disponible específico es restrictivo, en cierto modo, así es: cuantitativamente, al limitarse a un grupo restringido dentro de una comunidad de habla y, cualitativamente, al vincularse a un sector definido por la profesión o, en nuestro caso, por la especialización adquirida a través del aprendizaje. La dicotomía entre el léxico disponible general y el léxico disponible específico nos hace plantearnos dónde está la línea divisoria entre ambos. Y la verdad es que parece poco nítida porque «el hablante no posee competencias léxicas diferenciadas sino que el conocimiento lingüístico general y especializado también se hallan integrados» (T. Cabré y A. Adelstein 2001: 391). Es más, la psicología experimental ha demostrado que «el conocimiento especializado se organiza simultáneamente al no especializado, en la mente humana, y que la adquisición del nuevo conocimiento especializado se realiza siempre sobre la base del conocimiento general o especializado ya adquirido anteriormente» (Ibíd. 389). Asimismo, el léxico específico no tiene por qué ser exclusivo de un ámbito, es decir, no pertenece a un único dominio aun cuando diacrónicamente haya surgido en un ámbito determinado. Es más, puede ser parte del léxico común, aunque en un ámbito concreto del saber adquiera un significado preciso. Ello explicaría, por ejemplo, que el significante «virus» sea compartido por el médico y su paciente sin dificultad para entenderse; o por un informático y su cliente, pero con otro significado y en otro contexto. En esta propiedad, siguiendo la postura que adopta Teresa Cabré,9 radica el valor especializado de la terminología. Al hilo de lo anterior, «esta mayor o menor proximidad de los tecnicismos a la lengua de uso cotidiano es de extraordinaria importancia, por ejemplo, desde el punto de vista lexicográfico, pues nos pone en la pista de qué voces, pertenecientes a un dominio especializado concreto, se deben incluir en los diccionarios de lengua» (B. Gutiérrez 2005: 29). Sin embargo, no es tarea fácil recopilar todos los términos que han de conformar un diccionario especializado ya que, dentro del vocabulario científico, continuamente se acuñan nuevos términos y tener un repertorio completo de ellos es una utopía. La inmensa cantidad de tecnicismos que un estudiante universitario debe asimilar durante sus años de estudio, es decir, su competencia terminológica,10 es nuestro foco principal de atención. Este es un aspecto que no debe pasar desapercibido pues «un mal aprendizaje de la terminología especializada constituye uno de los factores más importantes en la aparición del fracaso académico de los alumnos de los primeros años de universidad» (B. Gutiérrez 2005: 10). El hecho de centrarnos en estos sujetos abre un nuevo camino en estos estudios, pues «[…] el léxico especializado es disponible, en la medida en que su uso se restringe a situaciones de comunicación específicas, pero no al revés: no todo el léxico disponible es especializado, como los estudios de disponibilidad demuestran» (M. E. Gómez y L. Guerra 2004:698). 5 4. Aproximación metodológica del estudio Los destinatarios de la prueba, la propuesta de centros de interés específicos relacionados con el área de fisioterapia y la elección de ciertas variables extralingüísticas tenidas en cuenta, como dijimos al principio, nos alejan metodológicamente del proyecto panhispánico de léxico disponible pero nos acercan a otras investigaciones que citamos a continuación: El español de los medios de comunicación. Un estudio de disponibilidad léxica (2004/UEM/20) Este proyecto de investigación financiado por la Universidad Europea de Madrid con duración de un año (2004-2005) fue llevado a cabo por Luis Guerra Salas, en condición de investigador principal y M. Elena Gómez Sánchez, perteneciente el primero al departamento de Español y Humanidades y la segunda al de Comunicación Audiovisual de dicha universidad. El objetivo primordial de esta investigación es dar a conocer el léxico más estrechamente vinculado a los medios de comunicación con un fin pedagógico: enseñar a los estudiantes de comunicación, independientemente de su lengua materna, el español especializado que realmente necesitan. Disponibilidad léxica matemática (2005) Este trabajo constituye una tesis para optar al grado de Magíster en Lingüística en la Universidad de Concepción (Chile)que fue defendida por Paula Urzúa Carmona en septiembre de 2005 y cuyo director fue el Dr. Max. S. Echeverría Weasson. El principal objetivo de este estudio es «conocer cuánto y cuál es el léxico disponible de los alumnos y los profesores de la carrera Ingeniería Civil Matemática de la Universidad de Concepción» (P. Urzúa 2005: 35). 4.1. Contexto de la investigación. La muestra: alumnos universitarios La muestra de este estudio se compone de más de un centenar de informantes, todos ellos estudiantes universitarios de primero, segundo y tercer curso de la Diplomatura en Fisioterapia, pertenecientes a la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Salamanca. La muestra representa el 73,42 % del universo analizado ya que el total de alumnos matriculados durante este curso 2008-2009 asciende a 158 estudiantes de los cuales 116 han rellenado la prueba: 45 en el primer curso (el 88,23 % del universo), 37 en segundo (el 71,15 %) y 34 en tercero (el 61,82 %). Estadísticamente, teniendo en cuenta el tamaño del curso y el de la muestra, el error para la muestra completa es del 4,8 %: en el curso de primero es del 5,16 %, en el de segundo del 8,91 % y en el de tercero, 10,69 %, para un nivel de confianza del 95,5 % (P/Q)= (50/50).11 Hemos elegido como destinatarios de la encuesta a los estudiantes universitarios de una carrera de ciclo corto12 por el carácter introductorio de este trabajo, que precisa una muestra representativa no demasiado amplia. Además, responde al perfil que buscamos: un informante adulto que, si bien no se considera aún un profesional de su especialidad, sí está en vías de serlo, pues está en pleno proceso formativo académico. En este punto, nos alejamos de uno de los parámetros fundamentales del proyecto panhispánico de léxico disponible que exige un informante preuniversitario, en la actualidad de segundo de bachillerato, pretendidamente no condicionado por una variedad de lengua especializada. Por otra parte, tampoco hemos creído oportuno, por el carácter experimental de esta investigación, considerar un segundo grupo muestral, como así se determinó en otros estudios, 6 con diferentes propósitos. Por ejemplo, el equipo de investigación de Madrid tuvo en cuenta a estudiantes universitarios de Derecho para delimitar el español de los medios de comunicación, esto es, de Periodismo y Comunicación Audiovisual. En cuanto a la tesis de Paula Urzúa, se tuvo en cuenta a los profesores de la carrera de Ingeniería Civil Matemática, por considerarlos «el modelo a seguir». En nuestro caso particular, la comparación la establecemos entre los alumnos de los tres cursos estudiados partiendo de la hipótesis de que a medida que estos avanzan en su proceso de aprendizaje, mayor será su competencia terminológica. En el marco de un estudio más amplio, los resultados los contrastaremos con los que obtengamos de los alumnos de las restantes carreras que conforman las Ciencias de la Salud en la Universidad de Salamanca. 4.2. Recogida de los datos. La prueba: encuesta léxica y ficha sociológica La prueba, que se realizó en noviembre de 2008, constó de dos partes diferenciadas: la encuesta léxica y la ficha sociológica, en ese orden. Esta decisión de anticipar la primera sección, pues en muchos estudios se hace a la inversa, se debe a que rellenar la encuesta léxica requiere mayor concentración que cumplimentar la información de carácter personal y familiar; y no queríamos que se desviara la atención. Por otra parte, se dijo que en ningún caso se trataba de un examen, sino que los resultados iban a ser objeto de un estudio científico. 4.2.1. La encuesta léxica: los centros de interés específicos La encuesta léxica, que se contestó por escrito, quedó conformada por quince centros de interés específicos dispuestos cada uno en una página diferente, por lo que se advirtió antes de empezar la encuesta que no se diera la vuelta a las hojas hasta que se indicara. Se utilizó el sistema de listas abiertas con un tiempo de reacción de dos minutos para cada uno de los estímulos especificados en la prueba, pues lo que buscamos era la espontaneidad de las respuestas; en ningún caso nos interesaba que fueran fruto de la reflexión. Se insistió en este límite temporal porque podía inducir a error el hecho de que cada página estuviera dividida en veinticinco líneas numeradas. Además, se remarcó que sólo se escribiera un término o sintagma por línea. Los quince centros de interés propuestos, que fueron seleccionados tras haberles dado el visto bueno expertos en la materia,13 son los siguientes: 01. Cuerpo humano 02. Signos y síntomas 03. Pruebas de valoración 04. Patologías 05. Diagnóstico 06. Agentes y medios terapéuticos 07. Técnicas y métodos 08. Tratamiento 09. Recursos materiales 10. Prevención 11. Rehabilitación 12. Campos de actuación terapéutica 13. Salud 14. Paciente 15. Profesiones sanitarias 7 Estos centros de interés son específicos para el área de fisioterapia, aunque la mayoría de ellos son válidos también para otras áreas de las Ciencias de la Salud. Por otro lado, si buscamos concomitancias de estos centros de interés específicos con los tradicionales, observamos que las hay en el primero de ellos, 01. Cuerpo humano, susceptible de ser utilizado en los estudios comparativos y, en el último, aunque en menor medida pues introduce el adjetivo que lo hace específico, 15. Profesiones sanitarias, y que en la mayoría de los estudios se ha enunciado como Profesiones y oficios. Hay variantes en este primer centro de interés pues en diversos estudios ha sido explicitado como El cuerpo humano (H. López Morales 1973, G. Butrón 1987, M. Etxebarría 1996, Serrano 2003, Valencia Gómez Molina y Gómez Devís 2004), Cuerpo humano (Román 1985, Mena 1986, Echeverría 1987), Las partes del cuerpo (Cañizal Arévalo 1987, H. López Morales 1989, A. Valencia y M. S. echeverría 1998, 1999) o Partes del cuerpo humano (P. Benítez 1994), entre otras. Todas ellas parten de la propuesta francesa, Les parties du corps (Gougenheim et al. 1967) que fue extrapolada a otras áreas francófonas (W. F. Mackey 1971, P. E. Nojck 1979) y traducida al español por Partes del cuerpo, que es la variante usada mayoritariamente en los trabajos que se inscriben al proyecto panhispánico así como en otros ajenos a él (M. J. Azurmendi 1983). No obstante, parece ser que estas modificaciones no introducen cambios significativos (vid. Samper Padilla, Bellón Fernández y Samper Hernández 2003). Consideramos también de vital importancia la introducción de centros de interés abstractos como el antepenúltimo que presentamos, 13. Salud, en la línea de otros anteriormente propuestos como Salud y enfermedades (Urrutia 2001), La salud (Pedro y Galloso 2005) y Health and medicine, (Ferreira 2006), por poner unos ejemplos. La inclusión de estímulos subjetivos, como complementarios o no a los centros de interés comunes del proyecto panhispánico, es una valiosa aportación que abre un interesante camino en estos estudios. Citaremos, por no extendernos demasiado ya que tampoco se pueden comparar con el nuestro, la incorporación de seis centros de interés de contenido abstracto, Arte, Derecho, Economía, Política, Sentimiento y Teología por Vargas Sandoval en 1991; Procesos mentales por Max Echeverría y Alba Valencia en 1999 y La inteligencia por Natividad Hernández en 2002, entre otros tantos. En el ámbito nacional, los investigadores de la Universidad Europea de Madrid defienden que «en el contexto de la disponibilidad léxica, los medios de comunicación pueden ser considerados un “centro de interés”, un tema que actúa como estímulo verbal a partir del cual podemos recabar un paradigma léxico determinado» (L. Guerra Salas y M. E. Gómez Sánchez 2003: 358). Prosiguen afirmando que «la selección de “prensa”, “radio” y “televisión” obedece al paralelismo con los tres ámbitos en los que mayoritariamentese desarrollará la labor profesional de los estudiantes de comunicación» (Ibíd. 361). La investigadora de Chile determinó once centros de interés, divididos en seis centros específicos (Cálculo, Álgebra, Estadística, Física, Ecuación y Geometría) y cinco centros generales (Animales, Arte, Ciencia y Tecnología, Operaciones mentales y Sentimientos y emociones). Ante la pregunta, «¿por qué se incluyen centros generales justamente en esta prueba y con estos informantes?» (P. Urzúa 2005: 36), la autora responde, «porque existe interés en conocer las competencias lingüísticas de alumnos y profesores en otras áreas que no estén directamente relacionadas con sus estudios superiores o de trabajo» (Ibíd. 36). 4.2.2. La ficha sociológica: las variables extralingüísticas Los estudios empíricos de disponibilidad léxica han estado ligados a la sociolingüística desde sus inicios pues el análisis de covariación a partir de distintos factores sociales permite establecer diferentes estratificaciones en las comunidades de hablantes. 8 Hemos seleccionado a priori un amplio número de variables porque nuestra intención era recabar la mayor cantidad de información que pudiera ser relevante u objeto de estudios comparativos. Finalmente, escogimos cinco porque el programa DispoLex fija el límite en esa cantidad y porque así nos lo aconseja la experiencia de estudios previos. Las restantes nos han servido indirectamente para elegir a los informantes que conforman la muestra. En concreto, ha resultado útil haber preguntado el año de nacimiento pues pretendemos tener una muestra homogénea conforme a la edad. También el curso académico de ingreso a la carrera ha ayudado a subcategorizar a los tres grupos y distinguir a posibles repetidores de curso o alumnos que empiezan sus estudios universitarios a edad avanzada. Por otro lado, la variable lugar de residencia familiar ha resultado ser un dato orientativo; pero no por determinar la procedencia rural o urbana del informante, como suele ser habitual en las investigaciones que se acotan al proyecto panhispánico, sino para descartar a los hablantes que no son nativos de español. La inclusión de otras, como centro de estudios, se explica por la intención de cotejar estos resultados con los que obtengamos de otras carreras universitarias. También objeto de estudios posteriores serán la nota media y la respuesta afirmativa o negativa a la realización por parte del informante de estudios extraacadémicos y del desempeño de un trabajo remunerado o no, en correlación con otras variables que creamos oportunas. En definitiva y siguiendo en parte las variables tenidas en cuenta en el contexto del proyecto panhispánico, hemos tomado la variable sexo (hombre o mujer) y el factor nivel sociocultural (bajo, medio o alto), que se determina según los estudios y la profesión de los padres del informante.14 Dichas variables extralingüísticas, constituyen una constante en estos análisis, si bien el nivel sociocultural en el proyecto panhispánico se ha dividido en la mayoría de los estudios en bajo, medio-bajo, medio-alto y alto, en nuestro caso, lo hemos simplificado, como lo han hecho otros investigadores. Asimismo, de las profesiones de los padres, hemos inferido la relación indirecta con el ámbito sanitario del informante, conforme a que uno o ambos desempeñaran su labor profesional en este sector. Por lo que respecta a la titularidad del centro, que es otra variable tenida en cuenta en los estudios tradicionales, la adaptamos al preguntar por el tipo de centro donde el informante realizó sus estudios secundarios. No obstante, se desechó a favor de estudios previos de acceso a la carrera (Bach. o FP Grado Sup.) por considerarla más relevante. Por último, el curso académico (1º, 2º y 3º) divide a los informantes en los tres grupos objeto de estudio. En cuanto al estudio de la investigadora chilena, vemos que tiene en cuenta los grupos en los que se dividió a los alumnos (Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 3) más el grupo profesores. Por lo que respecta a los investigadores de la Universidad Europea de Madrid, aparte de la variable sexo, que es habitual, se tuvo en cuenta el curso (1º y 4º) y la carrera desempeñada, ya que se cotejaron tres carreras universitarias: Comunicación Audiovisual, Periodismo y Derecho. 5. A modo de conclusión y línea de investigación futura Esta orientación de la disponibilidad léxica específica, que es novedosa y reciente, no es autónoma, pues parte de la disponibilidad léxica y, como tal, se sirve de sus presupuestos metodológicos. La validez de la encuesta de disponibilidad léxica específica como prueba léxica asociativa basada en centros de interés específicos creados ad hoc según los intereses particulares del investigador está justificada pues no existe una norma prefijada para determinarlos. 9 En esta comunicación simplemente hemos querido compartir las decisiones previas de índole metodológica que hemos adoptado para la buena marcha de la investigación, que cuenta ya con un corpus léxico, el material recopilado, que tendrá que ser editado, analizado e interpretado. Estos primeros pasos que hemos dado nos animan a continuar con este trabajo cuyos resultados esperamos que sean provechosos. Por un lado, consideramos que un corpus de léxico disponible específico es un material valioso para la elaboración de diccionarios específicos. De hecho, nuestro fin último es publicar, bien sea en papel y/o en soporte electrónico, el Diccionario de Léxico Disponible Específico del área de Fisioterapia, en primera instancia, y dentro de un proyecto de mayor envergadura, de las restantes áreas de las Ciencias de la Salud de la Universidad de Salamanca. Por otra parte, este material nos aporta indicadores sobre la actuación y dominio léxicos de estudiantes universitarios, que no hay que olvidar que son aprendices que el día de mañana se insertarán en el mundo laboral como profesionales de su especialidad. Tal es así, que podemos actuar ante posibles deficiencias o errores del sistema de enseñanza-aprendizaje, que ha de ser riguroso pues tiende cada vez más y más a la especialización. Por extensión, la enseñanza del español con fines específicos (E/FE) es otro ámbito al cual nos dirigimos, con aplicaciones tanto en la configuración como en la evaluación del léxico específico que ha de enseñarse en este sector. Por ejemplo, en los cursos especializados que se imparten por organismos públicos y privados, tanto presenciales como en línea, de autoformación, académicos y laborales, etc., de diversas áreas del conocimiento, dirigidos a profesionales o aprendices que no son españoles. Sin duda, creemos firmemente que es necesario innovar para favorecer el enriquecimiento de esta línea de investigación, la disponibilidad léxica. Ya lo apuntaban hace unos años los investigadores grancanarios en el último párrafo que cierra su artículo sobre las aportaciones que en torno al léxico disponible habían hecho los equipos hispánicos: Pero, junto a esos planteamientos comunes, no hemos querido dejar de destacar unos nuevos enfoques metodológicos que pueden hacer más ricas y productivas las contribuciones de estas investigaciones: posibilidades que ofrecen otros centros de interés, modificaciones en el planteamiento de las encuestas (posibilidad –necesidad en algunos casos– de su realización oral, por ejemplo), elección de sujetos de otros grupos sociales, etc. Todo ello habla de la indudable vitalidad de estos estudios (J. A. y M. Samper 2006: 85). Bibliografía15 BARTOL HERNÁNDEZ, J. A.; BORREGO NIETO; J. 2008. «Léxico disponible de España. 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Análisis cuantitativo y cualitativo» publicado por Max Echeverría, Paula Urzúa y Katia Sáez se menciona explícitamente en el apartado de «palabras claves»: disponibilidad léxica específica junto a vocabulario matemático. 2 Esta comunicación se inserta dentro del Proyecto I+D+I titulado «El léxico disponible de España» (HUM2005-00654/FILO), cuyo investigador principal es el Dr. Julio Borrego Nieto, y al cual me adscribo gracias a la ayuda predoctoral (BES-2006-13301) de Formación de Personal Investigador (FPI) que me fue otorgada por el MEC, actualmente MICINN. 3 Bajo la supervisión de Georges Gougenheim y Paul Rivenc, director y subdirector adjunto, respectivamente, del Centre d’Étude du Français élémentaire, René Michéa y Aurélien Sauveageot inician los primeros estudios de esta línea de investigación. 4 William Francis Mackey y sus colaboradores, Jean-Guy Savard y Pierre Ardouin, siguen los procedimientos emprendidos por Gougenheim et al. para elaborar Le vocabulaire disponible du Français. Le vocabulaire concret usuel des enfants français et acadiens: étude témoin (1971), cuya publicación hace posible el cotejo interdialectal del vocabulario de Francia y Canadá. 5 Esta publicación es el resultado de la refundición de Le français élémentaire (1954), de L’élaboration du français élémentaire (1956) y de Français fondamental (1er degré), que vio la luz en 1958. 6 Para profundizar en ello cf. J. A. Samper Padilla, J. J. Bellón Fernández y M. Samper Hernández 2003 o visítese la página electrónica http://www.dispolex.com 7 El primer trabajo de Humberto López Morales en este ámbito data de 1973, una ponencia que finalmente no llegó a publicarse titulada «Frecuencia y disponibilidad léxica en escolares de primer grado» (véase J. A. Samper et al: 2003, 31-32). 8 La realización de dicho sitio web ha sido posible gracias al proyecto BFF2001-2005 financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. 9 Esta parte del estudio sigue en gran medida los postulados de dicha autora (vid. T. Cabré: 2004). 10 La competencia terminológica alude a la terminología propia de un ámbito de especialidad (vid. T. Cabré y J. J. Giraldo: 2005, 97). 11 El cálculo estadístico fue amablemente realizado por la Dra. Purificación Galindo. Además, han sido numerosas y acertadas sus orientaciones en este sentido. 12 Si bien hubo un primer intento de pasar las encuestas con la ayuda de la Dra. Bertha Gutiérrez Rodilla a los estudiantes que cursaban la Licenciatura de Medicina, finalmente optamos por tomar esta decisión en este primer estadio de la investigación por creerla la más acertada. 13 Es justo agradecer la desinteresada y valiosa ayuda prestada por los doctores José I. Calvo Arenillas, Fausto J. Barbero Iglesias y Roberto Méndez Sánchez, de la E.U de Fisioterapia de la Universidad de Salamanca; así como del Dr. Jesús Rebollo Roldán, catedrático de la E.U. de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla. 14 La propuesta que hemos seguido para determinar el nivel sociocultural de los informantes es la empleada por el grupo de investigación del Proyecto I+D+I titulado «El léxico disponible de España», al cual me adscribo y que se citó al inicio de esta comunicación (vid. Bartol Hernández y Borrego Nieto 2008) 15 Nuestra gratitud a todos los autores que generosamente han proporcionado parte de este material bibliográfico que hemos manejado (comunicaciones, ponencias, artículos de revista, tesis inéditas, etc.) y que en ocasiones está disperso y es de difícil acceso.
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