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“Representación, propaganda y vínculos americanistas. Los cónsules del 
Perú en la Barcelona de la década de 1920” 
En Pilar Cagiao Vila y Jorge Enrique Elías-Caro (comp.), España como 
escenario. Política y acción cultural de diplomáticos latinoamericanos 
(1880-1936), Santa Marta, Universidad del Magdalena, 2018, pp.281- 315 
 
Ascensión Martínez Riaza* 
 
El 4 de julio de 1919 Augusto B. Leguía lideraba un golpe de Estado que le llevaría 
por segunda vez a la Presidencia del Perú. Se iniciaba el Oncenio, “la Patria Nueva” en 
términos oficialistas1, España no fue objetivo central de la política exterior del Oncenio, 
que tenía entre sus prioridades el acercamiento a los Estados Unidos de donde venía el 
capital y la tecnología, y la afirmación del Perú en el mapa geopolítico sudamericano 
(Novak Talavera, 2001; Bákula, 2002). Las relaciones económicas con la antigua metrópoli 
eran inapreciables y las colonias de uno y otro país poco numerosas (Martínez Riaza, 
2006). La cultura Siguió siendo la palanca que movilizó a individuos, asociaciones e 
instituciones en intercambios y actividades compartidas (Rama, 1982; Sepúlveda, 2005). 
Dos manifestaciones simbólicas, los centenarios de la proclamación oficial de la 
Independencia en 1921 y de la victoria sobre España en la batalla de Ayacucho en 1924, 
estandartes fundacionales del nacionalismo peruano, permitieron a Leguía presentarse 
como un gobernante que conducía al país por el camino de la modernidad y del progreso. 
 
* Catedrática de Historia de América de la Universidad Complutense de Madrid. Este trabajo forma 
parte del Proyecto de Investigación Donde la Política no alcanza. El reto de diplomáticos, cónsules 
y agentes culturales en la renovación de las relaciones entre España e Iberoamérica, 1880-1939 
(HAR2015-59250R), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España. 
Agradezco a la directora del Archivo General del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 
Yolanda Bisso Drago, así como al personal que trabaja en dicho Archivo, las facilidades prestadas. 
1Leguía inició su gobierno el 12 de octubre de 1919 y fue depuesto el 25 de agosto de 1930. La 
historiografía sobre el Oncenio ha atendido las cuestiones sociales, económicas y de política 
interior, sin olvidar la “cuestión con Chile” (Herbold, 1974; Planas, 1994; Drinot, 2018) sobre el 
tratamiento de temas y enfoques historiográficos (Irurozqui, 1994). 
 
 
 
 
En ambas ocasiones buscó la participación oficial de España otorgándole un lugar 
preminente en el protocolo, y los discursos oficiales estuvieron teñidos de un hispanismo 
explícito que reconocía su legado en la formación histórica del Perú (Martínez Riaza, 
1994a; 1994b). La tan mentada “Madre Patria” no respondió a las expectativas. Las 
peticiones para que Alfonso XIII asistiera a los centenarios fueron desechadas por los 
gobiernos de turno, y tampoco los invitados que finalmente concurrieron tuvieron 
relevancia especial. (Martínez de Velasco, 1981; Martínez Riaza, 2017). 
 
Al inicio de la década de 1920, en España, se hacía patente la crisis del sistema de la 
Restauración. Meses antes de la reelección de Leguía en 1924, el éxito del pronunciamiento 
militar de Miguel Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, estuvo propiciado por el 
descrédito de los gobiernos del “turnismo” y su incapacidad para hacer frente a los 
problemas del país; se imponía “la modernización autoritaria” que refiere González Calleja 
(2005); política y cultura se entrelazaron en los planes del Directorio; hubo un cambio en 
relación con Hispanoamérica que se convirtió en objetivo destacado de la acción exterior, 
en el intento de formar un bloque bajo liderazgo español de cara a las aspiraciones de 
conseguir un puesto permanente en el Consejo de la Sociedad de Naciones (Martínez de 
Velasco, 1977). 
En este contexto, el trabajo rescata el papel del Consulado general del Perú en 
Barcelona durante el Oncenio, más dinámico que el de Madrid en las funciones de 
propaganda y representación del Perú. Se ha acudido a fuentes documentales inéditas 
procedentes del Archivo General del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, que se 
han cruzado con otras fuentes impresas, especialmente de prensa, y con bibliografía 
especializada. 
 
El Consulado del Perú en la Barcelona de los años veinte 
El Consulado en Barcelona se estableció en 1885; al ser la ciudad centro neurálgico 
del comercio, estuvo en mejor posición que el de Madrid, por eso, puntualmente asumió 
algunas de sus funciones, sobre todo relacionadas con cuestiones económicas. Hasta 1924 
los cónsules se limitaron a capear unos años difíciles en los que el comercio se había 
estancado, una vez que, terminada la Primera Guerra Mundial, las potencias europeas 
retomaron el intercambio de mercancías con los países americanos, lo que redundaba 
negativamente en los ingresos del Consulado. 
 
 
 
 
Respaldado por su reelección a la Presidencia y con la celebración del Centenario de 
la batalla de Ayacucho en el horizonte, en 1924 el presidente Leguía se propuso reactivar 
las relaciones oficiales con España. Para ello situó en dos puestos clave a personas de 
máxima confianza vinculadas a él por lazos de parentesco, en la Legación de Madrid a su 
hermano Eduardo S. Leguía y en el Consulado de Barcelona a Salazar Orfila, casado con su 
sobrina. 
 
Con alguna complicación puntual, los cónsules se fueron sucediendo siguiendo los 
trámites que exigía el protocolo español 2 . No respondían a un patrón que los 
homogeneizara. En el reglamento consular se especificaban los requisitos que debían 
cumplir para ser cónsules generales rentados; se requería tener más de 25 años de edad, 
saber el idioma del país y encontrarse en cualquiera de las siguientes condiciones: haber 
ejercido igual cargo, haber desempeñado por dos años un consulado o, por el mismo 
tiempo, el puesto de secretario de primera clase en una legación o de jefe de sección en el 
Ministerio de Relaciones Exteriores, o ser doctor en la Facultad de Ciencias Políticas y 
Administrativas 3 . Como el resto de los cónsules de las distintas ciudades españolas, 
dependían de la Legación y el Consulado general en Madrid pero apenas hay constancia de 
que mantuvieran relaciones. 
Ninguno estuvo en la primera línea de la vida pública de su país y, con la excepción 
de Salazar Orfila, tampoco parece que fueran declarados leguiístas. De hecho, en la 
correspondencia apenas hacían mención a cuestiones de política interna, aunque llegado el 
caso, manifestaron lealtad al orden establecido. Según se desprende de la correspondencia 
que mantuvieron con el Ministerio de Relaciones Exteriores, se circunscribieron a sus 
funciones elementales y vivieron de espaldas a las tensiones sociales y políticas que 
afectaron a España y Barcelona. 
 
2 Intervenían el gobierno del Perú y la Legación en Madrid, y por España el Ministerio de Estado, el 
de la Gobernación, el gobernador civil de Barcelona, y por fin el Rey que firmaba en Regium 
exequatur. El procedimiento se encuentra detallado en el Archivo Histórico Nacional (en adelante 
AHN) Sección Ministerio de Asuntos Exteriores (en adelante SMAE), en Personal, expedientes 
relativos a los diferentes cónsules. 
3Art.10 del Reglamento consular del Perú de 1917. Durante el Oncenio estuvieron en vigor el-
Reglamento consular del Perú de 1917 (Lima, Imprenta de los Sagrados Corazones, 1917) y el 
Reglamento consular del Perú de 1927 (Lima, Imprenta Scheuch, 1927). Ambos partían del 
Reglamento consular de 1904, con la introducción de modificaciones puntuales. 
 
 
 
 
El 8 de noviembre de 1919, en el tránsito del civilismo al Oncenio, se hizo cargo el 
canciller Antonio Garland Sánchez, una vez que el cónsul José Gálvez Barrenechea 
abandonaba voluntariamente el puesto (Martínez Riaza, 2018). Francisco Pardo de Zelarecibía el Consulado el 12 de febrero de 1920, al finalizar un procedimiento que comenzaba 
cuando el 11 de octubre de 1919 el ministro de Relaciones Exteriores Melitón Porras ponía 
su nombramiento en conocimiento del ministro de Estado y pedía la expedición del 
exequatur, que le era concedido el 27 de marzo de 1920. El Ministerio de la Gobernación 
intervenía emitiendo un informe el 4 febrero 1920 que le señalaba como: 
 
Persona de conducta y antecedentes irreprochables, ha desempeñado durante seis años 
cargo importante en Ministerio RREE de su país, estaba indicado para primer secretario 
Embajada en Roma, pero al ser elevado a Consulado General del Perú en esta fue designado 
para tal cargo. Lo digo a V.E en contestación a su telegrama de fecha 20 enero último4. 
 
Uno de sus primeros actos fue el de informar a las autoridades españolas y al cuerpo 
consular acreditado en Barcelona que, debido al incremento de la actividad, el Consulado 
había sido elevado a la categoría de Consulado general5. Fue un cónsul preocupado en lo 
relacionado con las cuentas y, reiteradamente, pidió al Ministerio que se aprobaran los 
gastos que tenía programados, que luego sometía al Tribunal Mayor de Cuentas del 
Ministerio de Hacienda. Buscó ocupar un lugar preminente entre los miembros del servicio 
consular hispanoamericano; se relacionó con la Casa de América de Barcelona y, siguiendo 
la estela de su predecesor José Gálvez Barrenechea, se interesó porque la prensa catalana 
informara sobre el Perú. Al terminar su gestión, se negó a entregar el Consulado aduciendo 
que el Ministerio, antes, debía abonarle una cantidad que le adeudaba (tres meses de sueldo 
y dos más para gastos de traslado). Además, mostró su disgusto por ser “rebajado” a simple 
cónsul en Lyon, lo que suponía un retroceso en su carrera. 
 
4 AHN-SMAE, PP. 1214, exp.18968. Pardo de Zela había nacido en Lima el 27 de noviembre de 
1884 de familia de notables. Estudió en Londres y emparentó con la influyente familia Garland por 
matrimonio el 12 de enero 1913 con María Luisa Garland Higginson. Ocupó puestos diplomáticos 
en el Ministerio de Relaciones Exteriores en 1913 y estuvo en el Consulado del Perú en Nueva 
York, http://prabook.com/web/person-view.html?profileId=1061477, recuperado el 10 de enero de 
2018. Era amigo del Encargado de Negocios en Madrid Óscar Barrenechea y Raygada. 
5 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 29 de marzo de 1920, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 749. 
http://prabook.com/web/person-view.html?profileId=1061477
 
 
 
 
Su sucesor José Gil Cárdenas obtenía el Regium exequatur el primero de julio 
19216, y por los problemas mencionados, no recibía el Consulado hasta el 25 de agosto 
19217. A comienzos de junio de 1923, notificaba al Ministerio que solo permanecería en el 
puesto hasta el 31 de julio y quería saber a quién debía entregar el Consulado8 y, el 26 de 
junio, acusaba recibo de la Resolución Suprema de 24 de mayo de 1923, nombrando cónsul 
general del Perú a Octavio Díez Canseco. El último documento que firmaba es del 31 de 
julio de 19239. Díez Canseco había llegado a Barcelona el 27 de julio de 1923 y ejerció 
durante pocos meses, designado para ejercer de cónsul en el Havre, el 14 de abril de 1924 
comunicaba que entregaba el Consulado al canciller Alfonso Madalengoitia, hasta la 
incorporación de Nicolás Salazar Orfila el 23 de mayo de 1924. 
Salazar Orfila, Nacido en Lima, fue el cónsul de la Patria Nueva; su trayectoria 
estuvo vinculada personal y profesionalmente a Augusto B. Leguía. En 1916, se integraba 
al clan familiar al contraer matrimonio el 30 de diciembre con Angélica Regina Leguía de 
los Ríos, hija de Carlos Leguía Salcedo, hermano del Presidente. Su primer cargo público 
sería la alcaldía de Miraflores entre 1920 y 1922, año en que se le nombraba cónsul en el 
Havre. El ministro del Perú en Madrid iniciaba el procedimiento del exequatur el 31 de 
mayo de 1924, acompañando las letras patentes por las que el Presidente le nombraba en 
reemplazo de Octavio Díez Canseco 10 . Su gestión tuvo un insoslayable tinte político 
centrado en hacer propaganda del régimen. Entró con paso firme con el propósito de 
convertir el Consulado en una institución renovada que afirmara los valores y logros de la 
Patria Nueva; permaneció hasta enero de 1926, cuando viajó al Perú con licencia y no 
regresó a Barcelona, ya que fue nombrado Comisario General de Inmigración y 
Propaganda11. 
 
6 AHN-SMAE, PP. 1214. 
7 Gil Cárdenas al MRREE, Barcelona 26 de agosto de 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 777. 
8 Gil Cárdenas al MRREE, Barcelona 4 de junio de 1923, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 
8-14-C, Caja 838. 
9Gil Cárdenas al MRREE, Barcelona 4 de junio y 26 junio de 1923, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 838. 
10 El exequatur se firmó en Palacio el 10 junio 1924. Espinosa de los Monteros, subsecretario ME, 
al ministro Eduardo S. Leguía, Madrid 16 de-junio de 1924. AHN-SMAE, PP. 1214, exp. 18972. 
11 Tras el derrocamiento de Leguía se refugió con su mujer y otros familiares en la Legación de 
México, después fue detenido y sus bienes confiscados (Andújar de Jesús, 2006, p.116). 
 
 
 
 
Le acompañaría como canciller Alfonso Leguía de los Ríos, hermano de su mujer, 
quien le reemplazaría tras su marcha y ejercería hasta la incorporación de Rodolfo Rixrath 
que recibía el Regium exequatur en agosto de 192612. Llegaba con experiencia en cargos 
consulares previos, entre ellos en San Francisco. Desde Barcelona pasó al Consulado de 
Oslo por Resolución del 22 de marzo de 1928, la misma fecha en que se firmaba el 
nombramiento de Samuel Sayán y Palacios13, un abogado y político de largo recorrido, que 
fue diputado en varias ocasiones y, durante el gobierno de Guillermo Billinghurst, participó 
en los debates para reformar la ley electoral (Basadre, 1977, p.21). Del 26 de febrero al 2 de 
septiembre de 1918 fue ministro de Gobierno y Policía en el gobierno de José Pardo. Era 
cónsul general mientras se celebraba la Exposición Internacional de 1929 y los congresos 
que la acompañaron, asumiendo tareas de representación, pero sin tomar iniciativas. Estuvo 
ausente por licencia durante tres meses en los que ejercería el canciller Pedro Silva Arrieta 
que firmaba documentos desde el 26 de julio de 1929. Contó con la ayuda de un 
vicecónsul catalán, Juan Bautista Bofill y Bosh, que el 12 de septiembre de 1929 
comunicaba que había recibido de la Legación del Perú en Madrid el Regium exequatur 
confirmando su nombramiento por Resolución del 8 de abril de 1929. Sayán y Palacios se 
reincorporaba a tiempo de recibir a los representantes oficiales en el Congreso de Misiones 
y en el Congreso Historia de España y asistir al cierre de la Exposición. Estaría hasta el 2 
de octubre 1930 cuando Leguía ya había entregado el mando14. Fue el cónsul que recabó 
mayor reconocimiento público, se le concedió la medalla de Ultramar según publicaba La 
Gaceta de Madrid el 28 de julio de 1929, y el Instituto Iberoamericano de Derecho y 
Legislación le nombró miembro de honor en su calidad de representante del presidente 
Leguía en Barcelona15. 
 
12 (Madrid y Barcelona, sábado 14 de agosto de 1926) ABC y La Vanguardia. No se encuentra el 
expediente de Rixrath en Personal del AHN-SMAE. 
13 El ministro Eduardo S. Leguía enviaba las letras patentes por las que el presidente del Perú 
nombraba cónsul general en Barcelona “al ciudadano peruano y funcionario de carrera Samuel 
Sayán y Palacios” en reemplazo de Rixrath, que pasaba “a otra colocación”, Eduardo S. Leguía al 
marqués de Estella, presidente del Consejo de Ministros, Legación del Perú en España, Madrid 14 
mayo 1928. El Rey lo firmaba en Palacio el 21 de mayo de 1928, AHN-SMAE, PP. 1246, exp. 
19912. 
14El 6 de diciembre de 1930 acusaba recibo de que se le había concedido la cantidad pertinente para 
regresar al Perú, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
15 Sayán Palacios al Ministerio de RREE, Barcelona 17 de marzo de 1930, AMRREE, Consulado 
Perú en Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
 
 
 
 
En general, el destino no cumpliría las expectativas de los cónsules que esperaban 
algo más. Llegaban a una ciudad cara y sus haberes no les permitían vivir con confort. Se 
quejaron de que con los escasos ingresos de los que disponían, apenas podían hacer frente a 
los gastos elementales de la oficina, y menos cumplir holgadamente las funciones de 
propaganda y representación que tenían asignadas. Esa fue la percepción de Pardo de Zela 
que pedía al Ministerio una ayuda del equivalente a 180 pesetas para cubrir el salario de un 
secretario que atendiera a un público, sobre todo de comerciantes, que acudía pidiendo 
información. Más adelante, demandaba un aumento de sueldo porque se sentía perjudicado 
en sus intereses materiales y morales y había aceptado el cargo por motivos económicos, 
abandonando el puesto que tenía en el Ministerio16. El gobierno tenía que saber lo que 
significaba representar al Perú, “con motivo del hispanoamericanismo y siendo el cuerpo 
consular en Barcelona verdaderos representantes diplomáticos de sus respectivos países, se 
nos atiende y agasaja en todas las esferas sociales y, naturalmente, se espera y se exige de 
nosotros estricta correspondencia”. Otros cónsules daban fiestas en los más lujosos hoteles 
mientras él no contaba con medios para corresponder17. 
Gil Cárdenas entendía que era un error la supresión del puesto de canciller, teniendo 
en cuenta que el Consulado de Barcelona era el primero que se había establecido en 
España. En cuanto a la infraestructura, la casa que ocupaba era pequeña y con humedades, 
y el mobiliario consistía en dos escritorios y dos máquinas de escribir, el archivo era grande 
e inútil, ocupaba mucho espacio y solo guardaba facturas y colecciones incompletas de El 
Peruano y otros periódicos. No había una caja de hierro para guardar el dinero, que estaba 
en un cajón susceptible de ser robado. Y en cuanto a sus haberes, pedía al ministro Salomón 
que se hiciera efectiva la Resolución por la que se le concedían 25 libras más mensuales 
para hacer frente a los elevados precios de Barcelona18. De todos los cónsules el que estuvo 
en mejor posición económica fue Salazar Orfila, quien acudió a sus propios recursos para 
atender a algunos gastos, comenzando por mejorar la imagen del Consulado trasladándolo a 
un lugar más céntrico y prestigioso, la Rambla de Cataluña 102 bis. 19. 
 
16 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 2 de junio y 17 de diciembre de 1920, AMRREE, 
Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, Caja 749. 
17 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 15 enero de 1921, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 
8-14-C, Caja 777. 
18 Gil Cárdenas al MRREE, Barcelona primero de septiembre 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 777. 
19 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 26 de mayo de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
 
 
 
 
 
Propaganda y vínculos americanistas 
La precariedad económica del Consulado estaba relacionada con el descenso de la 
actividad comercial, y así se advierte en los escasos informes sobre exportaciones e 
importaciones que los cónsules remitieron al Ministerio de Relaciones Exteriores. 
Posiblemente, por esa razón se centraron en sus funciones de representación y propaganda 
supeditadas, en primer lugar, a la falta de medios y, en segundo, a la actitud personal de 
cada uno de ellos. 
 
A través de la prensa, del acercamiento a asociaciones americanistas y de la 
presencia en actos oficiales y manifestaciones, los cónsules debían transmitir el mensaje de 
un Perú moderno y próspero, atractivo para comerciantes, empresarios y financieros, un 
país amigo donde España se mantenía visible en la historia y cultura compartidas. Durante 
su gestión, entre 1918 y 1919, el cónsul José Gálvez Barrenechea había tejido una densa 
red de relación con los medios escritos, especialmente catalanes, que no todos los cónsules 
aprovecharon (Martínez Riaza, 2018). Algunos acudieron puntualmente a los periódicos 
para gestionar que se difundieran noticias sobre el progreso económico y social del 
Oncenio, y también para refutar noticias erradas sobre el gobierno y sobre el conflicto con 
Chile en unos años cruciales en los que se dirimiría el destino de las provincias de Tacna y 
Arica. 
 Salazar Orfila promovió la iniciativa propagandística de mayor envergadura 
acometida por el Consulado del Perú en Barcelona, en el primer tercio del siglo XX. Se 
trata de la revista El Perú, publicación mensual y órgano de propaganda del Consulado 
general del Perú en Barcelona, de la que aparecieron 20 números desde diciembre de 1924 
a octubre de 192620. Al terminar 1924, anunciaba que tras vencer muchas dificultades había 
iniciado la publicación de El Perú, con el propósito de dar a conocer el país y su gobierno, 
así como contrarrestar las informaciones anti peruanas que propalaban algunos medios21. 
No se trataba de un empeño original, ya en septiembre había informado al Ministerio que la 
 
20 Desde el número 6 de mayo de 1925 cambiaba ligeramente el nombre pasando a ser El Perú. 
Revista mensual del Consulado General del Perú. En una primera etapa se presentaba con una 
portada a todo color y profusión de imágenes, después, debido a la falta de recursos, se hizo 
minimalista-y rebajó el aparato gráfico. 
21 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 12 de diciembre de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
 
 
 
 
mayor parte de los consulados hispanoamericanos contaban con un órgano de propaganda y 
pedía autorización para hacer lo propio y que se le asignase una cantidad mensual. 
Adjuntaba un número de la revista Venezuela Comercial, que había publicado su artículo 
“El desarrollo del Perú en los últimos cinco años”22. Finalmente el 2 de abril de 1925 el 
gobierno aprobaba un subsidio de 120 pesos. 
El Perú fue escaparate de los logros del Oncenio, de sus consecuciones en la 
economía, en la cuestión social y en la erección de grandes obras públicas. También, sirvió 
de tarjeta de presentación de su diversidad geográfica y sus recursos y, desde luego, de su 
arte y su cultura, tan vinculados a la herencia española. En el foco de atención se situó la 
cuestión con Chile, enredada en un plebiscito que no acababa de resolverse y que fue 
utilizada por los chilenos, más avezados, en el trato con la prensa a la hora de difundir sus 
razones. Además, El Perú se abrió a la vida material y cultural de Barcelona. Salazar Orfila 
atribuía a su tesón una empresa que había puesto al Perú en primera línea y por la cual 
había recibido la felicitación de autoridades y agentes económicos, y hasta de la Unión 
Panamericana de Washington que había solicitado se le remitieran ejemplares. Tras la 
partida de Salazar Orfila, en enero de 1926, tomaba el testigo el canciller Alfonso Leguía 
quien recibía la Resolución autorizando al cónsul general a cobrar 3.874,48 ptas. a cuenta 
de los gastos ocasionados por la publicación de los diez primeros números. Pero El Perú 
entraría en un declive irreversible y en octubre se publicaba el último número23. 
En distintas ocasiones, los cónsules intervinieron para rectificar informaciones 
erróneas sobre el Perú aparecidas en la prensa. A mediados de 1920, Pardo de Zela asumía 
el liderazgo del cuerpo consular, en relación con la campaña de descrédito de las repúblicas 
sudamericanas que estaban desplegando algunos diarios de Barcelona, aunque en ella no se 
aludía específicamente al Perú. Los cónsules hispanoamericanos, con excepción del de 
Chile, se reunieron en el Consulado del Perú, donde asesoradospor un abogado español y 
con asistencia del director de la Casa de América Rafael Vehils, se resolvió formar una 
comisión de tres cónsules para entrevistarse con el gobernador civil de Cataluña, y Pardo de 
Zela fue designado para tomar la palabra. Más adelante, ante una supuesta campaña anti 
peruana, Pardo de Zela aclaraba al Ministerio de Relaciones Exteriores que los seis 
principales periódicos de Barcelona no habían dado noticias falsas sobre posibles 
revoluciones en el Perú y tampoco lo habían hecho los de Madrid. Estaba seguro de que sí 
así hubiera sido, todos los cónsules del Perú en España hubieran atajado ese tipo de 
 
22 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 25 de septiembre de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
23 Rixrath al MRREE, Barcelona 26 de noviembre de 1926, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 942. 
 
 
 
 
infundios y achacaba el malentendido a una confusión de La Vanguardia, que al dar datos 
sobre el último movimiento político en Bolivia, los había atribuido al Perú24. Salazar Orfila 
no reparó en esfuerzos para conectar con los principales periódicos y revistas que pudieran 
ser útiles a sus fines; desde que ocupó el Consulado, los periódicos de Barcelona se 
preocupaban del Perú como nunca antes y ponía los ejemplos de Noticiero Universal y La 
Noche que, durante un tiempo, habían insertado semanalmente artículos de su autoría o 
elaborados gracias a su información25. El culto a Leguía fue leitmotiv de la revista El Perú. 
Su retrato aparecía con asiduidad, se reproducían sus discursos y se reconocía a miembros 
de su gobierno. “La obra del gobierno peruano en el último año” resumía el mensaje de 
Leguía del 28 de julio de 192526. Con motivo del discurso que Leguía pronunciaba al año 
siguiente, aparece una nota editorial en la que se elogiaba “a un presidente que trabajaba sin 
desmayo y con hombría, que sabía vencer los obstáculos y que con su divisa “Hechos, no 
palabras” contagiaba al Perú su sano optimismo”. Los mensajes del Presidente habían sido 
cruciales en la decisión de la Real Academia de la Lengua de nombrarle miembro 
correspondiente27. 
Salazar Orfila se topó con un asunto vidrioso que atentaba contra el prestigio de 
Leguía. Había recibido una nota del Rector de la Universidad de Barcelona, Andrés 
Martínez Vargas, solicitando que hiciera llegar al Presidente un mensaje de los estudiantes 
de Barcelona pidiendo que, con motivo del Centenario de Ayacucho, se diera libertad “a las 
decenas de estudiantes que en el Perú están en prisión”. De manera contundente, el cónsul 
respondió que se trataba de un infundio, porque, bien al contrario, Leguía era desde 1919 
“Maestro de la Juventud Peruana” y los estudiantes le respetaban28. Pero el mayor pico de 
tensión se produjo a raíz de las calumnias contra el Presidente, publicadas por el diario 
madrileño El Liberal el 7 de noviembre de 1925 “escritas por un anarquista”. 
El ministro plenipotenciario Eduardo S. Leguía se dirigía al director pidiendo que 
publicara su nota de protesta fechada el 13 de junio de 1925. Consideraba que el periódico 
 
24 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 14 y 27 de julio de 1920, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 749. 
25 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 20 de octubre de 1924, AMRREE, Consulado Perú 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
26 (Barcelona, septiembre de 1925). El Perú (10). 
27 (Barcelona, agosto de 1926). El Perú (18). 
28 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 20 de noviembre de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
 
 
 
 
falseaba la información y que no debía inmiscuirse en asuntos internos del Perú; lamentaba 
que en nombre de un “extraviado hispanoamericanismo” se hiciera política sectaria de un 
gobierno muy aceptado, ya que Leguía había sido reelegido por una amplia mayoría29. 
Además de insertar en El Perú la carta del ministro, en Madrid Salazar Orfila añadía que al 
estar la prensa sometida a la censura, lo que publicaba El Liberal contaba con el 
consentimiento del Gobierno español, lo que le parecía extremadamente grave viniendo de 
una nación amiga30. 
¿Qué mejor manera de elogiar a Leguía que mostrar la grandeza del Perú como el 
resultado más visible de su política? Los artículos y notas de la revista El Perú hacían un 
recorrido por sus departamentos, sus principales recursos, la envergadura de sus obras 
públicas y su inconmensurable patrimonio artístico, siempre situando a Lima y el puerto del 
Callao como emblemas de progreso. El Centenario de la Independencia había transformado 
la capital y, con ocasión del de Ayacucho, se había inaugurado en 1924 el gran hotel 
Bolívar de Lima al que El Perú dedicaba la contraportada de números sucesivos con fotos 
del exterior e interior, presentándolo como uno de los primeros establecimientos de su clase 
del continente americano, dotado con los mejores materiales y los servicios más suntuosos 
del momento (Hamann 2015)31. Estableciendo un contrapunto con el puerto de Barcelona, 
El Perú ponía en valor las mejoras implementadas en el Callao, primer puerto del Perú y 
también de la costa del Pacífico. Entre las compañías de navegación que atracaban, estaba 
la española Compañía Trasatlántica (Martínez Riaza, 2003)32. 
Perú era mucho más que la capital y su hinterland. En distintos números, El Perú 
presentaba una sucinta historia de algunos departamentos, incidiendo en su potencial 
económico, susceptible de atraer a inmigrantes y capitales. Era el caso del Oriente en 
proceso acelerado de colonización que culminaría con la construcción de una carretera que 
cruzando los Andes llegaría a los afluentes del Amazonas. La República era rica en 
minerales, entre los que despuntaba el petróleo. Pero el algodón era el segundo producto 
 
29 (Barcelona, junio de 1925). El Perú (7). 
30 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona, 12 de noviembre de 1925, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 901. Nada más asumir el poder, el 15 de septiembre de 1923 el general 
Primo de Rivera suspendía las garantías constitucionales, entre ellas la prohibición de la censura 
previa. Con carácter inmediato todos los periódicos aparecieron con la advertencia de haber sido 
visados por la censura (Ruiz Acosta, 2001, p.581). 
31 (Barcelona, julio de 1925). El Perú (8). 
32 (Barcelona, mayo de 1925). El Perú (6); y (Barcelona, abril de 1926). El Perú (14). 
 
 
 
 
agrícola del Perú y una de sus principales fuentes de riqueza, el más atractivo para la 
industria catalana. Conocido desde la época prehispánica, no fue hasta el Gran Guerra 
cuando las exportaciones se incrementaron de manera notable. Durante el Oncenio se había 
producido su expansión debido, especialmente, a los planes de irrigación33. 
En la década de 1920, el conflicto entre el Perú y Chile por el destino de los 
territorios de Tacna y Arica se encontraba en un momento crítico, con un plebiscito que no 
acababa de celebrarse. Finalmente, con la mediación de los Estados Unidos, se firmó en la 
ciudad de Lima el Tratado del 3 de junio de 1929 por el que la provincia de Tacna se 
reincorporaba al Perú, en tanto que la de Arica quedaba en poder de Chile, que se 
comprometía a pagar una indemnización de seis millones de dólares. Ambos países 
compitieron en la prensa para dar a conocer sus razones, llevando los chilenos una 
delantera que el Perú trató de neutralizar (Soto Lara, 2017). La cuestión de Chile se 
convertiría en uno de los ejes de preocupación de la representación diplomática y consular 
peruana. Desde el Consulado de Barcelona, Pardo de Zela tomaba la antorcha enviando a 
los principales diarios una nota que sometía a la aprobación del gobierno al que advertía 
que se trataba de una empresa difícil porque la prensa española era reacia a publicar 
artículos de propagandainternacional. Se comunicaba también con los demás cónsules del 
Perú para que actuaran en consonancia34. 
El Perú dedicaba en distintos números una sección especial a “Nuestra cuestión con 
Chile”. La primera entrega de mayo de 1925, hacía historia de las causas que llevaron al 
estallido de la guerra de la que responsabilizaba a Chile que ya tenía decidido apoderarse de 
los territorios salitreros que “eran de propiedad reconocida e indisputada del Perú y 
Bolivia”35. La segunda insertaba la denuncia contra el presidente Arturo Alessandri del 
diputado “peruano” de Tacna Mc Lean por los atropellos a los peruanos y el propósito de 
expulsarlos de cara al plebiscito36. En julio, la sección publicaba el Manifiesto a la Nación 
del Presidente Leguía sobre el plebiscito de Tacna y Arica y, en septiembre, la siguiente 
 
33 (Barcelona, febrero de 1925). El Perú (3); (Barcelona, septiembre de 1925). “La Industrial 
algodonera en el Perú. Su floreciente desarrollo. El Perú (10). 
34 Para seguir el conducto reglamentario Pardo de Zela se había puesto en contacto con el cónsul 
general en Madrid, Sr. Cáceres, al que no le debió parecer bien su iniciativa porque no hizo ningún 
movimiento, Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 13 de agosto de 1920, AMRREE, Consulado 
Perú en Barcelona 8-14-C, Caja 749. 
35 (Barcelona, marzo de 1925). El Perú (4). 
36 (Barcelona, mayo de 1925). El Perú (6). 
 
 
 
 
entrega se ocupaba de la pertinencia del retorno de la provincia de Tarata a soberanía. Las 
decisiones de la Comisión Plebiscitaria y las manifestaciones de los trabajadores peruanos 
se incluían en la sección de noviembre37. Ya en 1926 se actualizaba la información con la 
difusión de una circular del ministro de Relaciones Exteriores del Perú. Sin solución de 
continuidad, en el número de agosto, se daba la voz al Presidente que explicaba el recorrido 
del plebiscito y el arbitraje de los Estados Unidos. En septiembre se admitía que las 
negociaciones, por “la obstinación de Chile”, estaban pasando por un impasse que la 
opinión pública del Perú no se explicaba, debido a los grandes sacrificios hechos para que 
prosperara38. La serie terminaba en octubre, al tiempo que la revista publicaba el último 
número, denunciando que Chile quería retener a toda costa las provincias peruanas. La 
esperanza estaba en la fe del pueblo en un hombre “providencial y fuerte” (Augusto B. 
Leguía, 1926)39. 
El Tratado con Chile de 3 de junio de 1929 era procesado como un éxito de Leguía 
por Sayán y Palacios que adjuntaba recortes de periódicos catalanes elogiando su labor40. 
Entre las felicitaciones recibidas en el Consulado estaba la de la presidenta de la Junta de 
Damas de la Unión General Hispanoamericana, baronesa de Viver, esposa del que había 
sido alcalde de Barcelona de septiembre de 1924 a febrero de 1929. También, compatriotas 
peruanos habían expresado su reconocimiento al presidente Leguía y a su gobierno, por lo 
que suponía el arreglo peruano-chileno para la confraternidad americanista y amor a la paz 
mundial41. 
El cuerpo consular acreditado en Barcelona no generó un espacio propio de 
intercambio que fuera plataforma de actuaciones colectivas. La Casa de América (Instituto 
de Economía Americana, IDEA, desde el cambio de Estatutos en 1927) y su órgano de 
expresión Revista Comercial Iberoamericana Mercurio (1901-1938) dieron en esas 
 
37 (Barcelona, julio-de 1925). El Perú (8); (Barcelona, septiembre de 1925). El Perú (10); y 
(Barcelona, noviembre de 1925). El Perú (12). 
38 
(Barcelona, junio-julio de 1926). El Perú (16-17); (Barcelona, agosto de 1926). El Perú (18); y 
(Barcelona, septiembre de 1926). El Perú (19). 
39 (Barcelona, octubre de 1926). El Perú (20). 
40 Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 23 de mayo de 1929, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
41 Sayán y Palacios acompañaba las firmas y actividades de los firmantes, en su mayoría médicos o 
estudiantes de Medicina. Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 25 de junio de 1929, AMRREE, 
Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
 
 
 
 
circunstancias cobertura a proyectos y realizaciones42. Desde el principio contó con el 
cuerpo consular iberoamericano. Por eso, creó un consejo de honor formado por los 
cónsules acreditados en la ciudad, transmisores idóneos de información sobre asuntos de 
sus países que completarían la proporcionada por los delegados destacados en las 
principales ciudades. La revista Mercurio daba cuenta de su relación con los cónsules, de 
cuyo Consejo de Administración eran “socios de honor”. En 1920, aparecían las 
fotografías de los “honorables cónsules” hispanoamericanos, entre los que figuraba 
Francisco Pardo de Zela (Dalla Corte, 2013, pp. 46-59) y, en 1925, su director Mariano 
Viada publicaba “Los cónsules hispanoamericanos en Barcelona”43. 
Pardo de Zela se implicó con fuerza en la dinamización americanista emprendida 
por la Casa de América. En junio de 1920, informaba al Ministerio de Relaciones 
Exteriores que existía en Barcelona una institución de propaganda comercial “e idealista” 
cuya preocupación era el desarrollo de los vínculos hispano-americanos. La Casa de 
América siempre había considerado a los cónsules como socios honorarios, pero 
últimamente pasaba por dificultades que habían puesto en peligro su existencia, por lo que 
su presidente Mariano Viada había visitado a los cónsules, pidiéndoles que se hicieran 
socios efectivos pagando una cuota de ingreso de 110 pesetas. Todos habían accedido 
porque la cantidad no era elevada, él mismo hubiera cubierto esa cuota con sus recursos 
personales, pero la carestía de la vida en Barcelona no se lo permitía. Tampoco le parecía 
inútil atender a la “conminación” y a suscribirse por un año a la revista Mercurio por la 
cantidad de 5.25 ptas. porque se trataba de una revista seria que publicaba frecuentemente 
sobre el Perú y que pronto daría a conocer el artículo que el cónsul estaba preparando44. 
Meses después, remitía un número de Mercurio dedicado íntegramente a la independencia 
del Perú que atribuía al ardiente americanismo de sus directores y, también, a su “modesta 
y constante labor”45. Durante los años siguientes, la Casa de América perdía presencia en 
la correspondencia de los cónsules, hasta casi desaparecer. Sería Salazar y Orfila quienes 
 
42 La Casa de América se constituía el 2 de abril de 1911 como una asociación privada de vocación 
americanista que de inmediato comenzó a expandirse por América creando delegaciones en 
distintas-repúblicas americanas (Dalla Corte, 2002 y 2012). 
43 (Barcelona, 26 de noviembre de 1925). Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio (año XXV, 
503), pp.311-312. 
44 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 12 de junio de 1920 y 12 de septiembre de 1920, 
AMRREE,Consulado Perú en Barcelona 8-14-C 1920, Caja 749. 
45 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 10 de agosto de 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 777. 
 
 
 
 
retomarían los contactos que se iniciarían con el oficio que recibió de la revista Mercurio, 
“la más importante publicación del mundo de carácter hispanoamericano” pidiéndole un 
artículo, que redactó destacando las riquezas del Perú y la labor del gobierno46. 
Con motivo del 25 aniversario de la fundación de Mercurio, los cónsules hispano-
americanos organizaron un agasajo a sus directores, los señores Viada, Vehils y Casas 
Abarca. Tuvo lugar en el Hotel Ritz y asistieron las principales autoridades de Barcelona, 
así como una selecta concurrencia. Tomó la palabra Leónidas A. Yerovi, cónsul general del 
Ecuador en España, que en su discurso destacó cómo la revista paseaba triunfalmente por 
España y América su hermosa bandera de Unión, Trabajo y Cultura y, en cuyas páginas, 
siempre encontraban favorable acogida todos los americanosque llevaban en su alma a 
España, “progenitora de nuestras nacionalidades”47. A petición del director de Mercurio, el 
“ferviente americanista Mariano Viada”, Salazar Orfila presentaba la revista en noviembre 
de 1925 a los lectores de El Perú como una publicación reconocida internacionalmente, en 
especial en los países de habla castellana, que había contribuido al mejor conocimiento 
entre España y las repúblicas hispanoamericanas. Por ello, se proponía escribir un artículo 
sobre el Perú, su riqueza legendaria y su progreso48. 
 En el tiempo de Sayán y Palacios, la Casa de América se había convertido en el 
Instituto de Economía Americana (IDEA) y, haciendo honor a su nuevo nombre, basculaba 
hacia un “hispanoamericanismo práctico” que potenciaba asuntos económicos antes que 
culturales. La primera intervención del cónsul tenía carácter ceremonial, acompañar al hijo 
de Augusto B. Leguía a visitar su sede siendo recibido por el presidente accidental Ramón 
Méndez de Cardona49. Siguiendo la estela de acercamiento iniciada por Pardo de Zela, 
valoraba las ventajas que tenía para el Perú el colaborar con el Instituto porque era la 
entidad que trabajaba más intensamente por el estrechamiento de los vínculos entre España 
y América, haciendo una encomiable labor de propaganda; y podía ser un instrumento 
idóneo para lograr un mejor conocimiento de la República. Por sus servicios, la antigua 
Casa de América había merecido el reconocimiento del gobierno español y de algunos 
hispanoamericanos, y sus directores Vehils y Méndez de Cardona habían recibido 
 
46 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 7 de diciembre de 1925, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C 1, Caja 901. 
47 (Barcelona, noviembre de 1925). Una hermosa manifestación a los directores de la revista 
Mercurio. El Perú (12). 
48 El progreso y desarrollo del Perú en los últimos años, Ibidem. 
49 (Barcelona, sábado 27 de julio de 1929). La Vanguardia. 
 
 
 
 
condecoraciones como la de Caballero de Carlos III, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la 
medalla de Oro de Ultramar y, últimamente, la del Gobierno de Venezuela por intermedio 
de su cónsul. Quería someter a la consideración de Leguía, la posibilidad de otorgarles 
también algún grado de la Orden del Sol como demostración de agradecimiento y aliento a 
su obra de “hispanoamericanismo práctico”. Además de incentivar el comercio, el Instituto 
hacía un espléndido trabajo de propaganda y, en su biblioteca, contaba con secciones 
dedicadas a las distintas repúblicas hispanoamericanas. Lamentablemente, la del Perú 
estaba prácticamente vacía y por eso apelaba al sentimiento patriótico del gobierno para 
que enviara publicaciones que difundieran los logros del Oncenio50. 
Sayán y Palacios se implicaría en dos grandes empresas auspiciadas por el IDEA. 
La primera fue la convocatoria a todas las repúblicas hispanoamericanas para asistir a una 
Conferencia de Cámaras y Asociaciones Americanas de Comercio que tendría lugar los 
días 21 y 26 de octubre de 1929. El 16 de abril era invitada la Cámara de Comercio de 
Lima a través del cónsul, que formaría parte de la delegación del Perú encabezada por 
Francisco Graña, comisionado oficial en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Sayán y 
Palacios acusaba recibo al conde de Güel, presidente del IDEA, que también se había 
dirigido al ministro del Perú en Madrid y a la Cámara de Comercio de Lima. Aplaudía la 
iniciativa de que en Barcelona, con motivo de la Exposición Internacional, se celebrara una 
conferencia comercial estrictamente americanista, de la que se derivarían beneficios 
incalculables para el comercio. El Instituto podía estar seguro de la adhesión del Consulado 
y aseguraba que se comunicaría con la Cámara de Comercio de Lima para que designara 
una delegación “selecta y calificada”51. El presidente de la Cámara de Comercio de Lima 
confirmaba el nombramiento de Sayán y Palacios, sin perjuicio de que se le pudiera unir 
algún otro socio que viajara a España52. Por licencia del cónsul, sería Pedro Silva Arrieta, 
canciller encargado, el que ratificaría esa circunstancia53. A finales de noviembre, tras la 
 
50 Adjuntaba los Estatutos del IDEA y el discurso que había pronunciado su director Rafael Vehils 
el 10 de noviembre, Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 12 de noviembre de 1928, AMRREE, 
Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
51 Barcelona 25 de-abril de 1929. CRAI Biblioteca Pavelló de la República (Universitat Barcelona, 
UB), Fondos Casa de América, PERU, Caja 13. 
52 Pablo de la Rosa al Excmo. Sr. Conde de Güell, marqués de Comillas, Presidente de la Junta de 
Gobierno del IDEA, Lima, 11 de junio de 1929. CRAI Biblioteca Pavelló de la República (UB), 
Fondos Casa de América. PERU, Caja 25.1. 
53 Barcelona 23 de septiembre de 1929. CRAI Biblioteca Pavelló de la República (UB), Fondos 
Casa de América. PERÚ, Caja 13. 
 
 
 
 
celebración de la Conferencia, Méndez de Cardona se daba por enterado de que Sayán y 
Palacios había recibido el folleto de conclusiones y había enviado el informe pertinente a la 
Cámara de Comercio de Lima. El cónsul proponía que se felicitara al Rey por las 
exposiciones de Sevilla y Barcelona54. 
La segunda empresa, relacionada con la anterior, tenía que ver con la Exposición 
Iberoamericana de Sevilla. Los responsables del IDEA, Vehils y Méndez de Cardona, se 
proponían establecer un Museo Permanente de Recursos Naturales y Económicos de las 
Repúblicas Americanas para dar a conocer en España y Europa, tanto la producción de las 
empresas catalanas en América como las riquezas americanas en Cataluña, y para que el 
Museo fuera una prueba de la consolidación de Barcelona como centro industrial y 
mercantil. El diseño fue consensuado por los asistentes a la Conferencia de las Cámaras de 
Comercio y por empresarios catalanes con intereses en América. Los gestores de la Casa de 
América/IDEA se dirigieron a los gobiernos americanos que participaban en la Exposición 
Iberoamericana de Sevilla pidiendo que cedieran sus muestras de manera permanente. Se 
entrevistaron con los cónsules allí destacados, para asegurar su contribución y contactaron 
con los delegados en los distintos países, incluyendo EEUU y Canadá. La Casa de 
América/IDEA consiguió que se ordenara a los directivos de la Exposición que entregaran 
las muestras de los productos naturales a Barcelona, pero algunos países, como Argentina, 
se negaron a hacerlo. El Museo fracasó por una convergencia de factores: el rechazo por 
parte del grupo americanista sevillano, la falta de una sede, la inactividad de las autoridades 
de Barcelona y, principalmente, 1a crisis de 1929 y el cambio político que llevó al poder a 
la Esquerra Republicana (Dalla Corte, 2006). 
El interlocutor por el Perú fue Eduardo S. Leguía y la correspondencia se iniciaba 
en febrero de 1928. El ministro respondía a la invitación el 21 de abril de 1928 y la 
trasladaba a su gobierno. Al mismo tiempo, Méndez de Cardona involucraba al cónsul 
adjuntándole la nota enviada a la legación el 23 de abril, explicándole que se trataba del 
envío de productos peruanos exhibidos en la Exposición de Sevilla de 1929 e, igualmente, 
se interesaba porque recabara el apoyo del gobierno y el Congreso del Perú. Tras la 
consulta preceptiva Eduardo S. Leguía comunicaba que la propuesta había sido aceptada; 
sin embargo, el 23 de junio Sayán y Palacios contradecía al ministro aportando la 
comunicación del ministro de Relaciones Exteriores de 12 de noviembre de 1929 en el 
sentido de que no era posible acceder al pedido. Desde entonces, el Consulado quedaría al 
margen y el IDEA buscaría la conexión con Francisco Graña, al que se le pedía que 
facilitara una lista de los materiales exhibidos en el pabellón peruano y seleccionara 
 
54 Barcelona 29 y 30 de noviembre 1929CRAI Biblioteca Pavelló de la República (UB), Fondos 
Casa de América. PERÚ, Caja 13. 
 
 
 
 
aquellos que serían entregados para el Museo de Barcelona. Ya en 1930, el 6 de febrero 
Méndez de Cardona aclaraba a Francisco Graña que, a pesar de la nota del ministro de 
Relaciones Exteriores neutralizando la operación, el proyecto seguía adelante y había 
comisionado a los señores Carbonell y Deschamp para que visitaran el Pabellón del Perú y 
examinaran las muestras que se aportarían al Museo. En mayo debía procederse al embalaje 
y envío por vapor de las muestras cedidas, pero todo estaba a expensas de la respuesta 
definitiva del gobierno del Perú, que no acabaría de producirse55. 
 
Cultura, representación y manifestaciones 
El giro autoritario de Primo de Rivera en 1924 afectó a la vida cultural de Barcelona 
al quedar suprimidas expresiones como la sardana, clausurarse el Palacio de la Música y el 
Instituto de Estudios Catalanes y cerrarse el campo del Club de Fútbol. Pero el dinamismo 
de la ciudad no se cercenó, en noviembre de 1924, se inauguraba la primera emisora de 
radio y en 1927 tenía lugar por primera vez el Día del Libro (Barcelona Cultural, 1915-
1990, pp. 16 y 23-26). 
En el amplio caleidoscopio de manifestaciones que se desplegaron en los años del 
Oncenio el Consulado, se decantaría por aquellas de carácter más práctico. La Feria de 
Muestras fue la tarjeta de presentación utilizada por los grupos económicos para proyectar 
al mundo el potencial de la capital catalana. Pardo de Zela enviaba impresos sobre la 
primera edición, que tuvo lugar en octubre de 1920, y anunciaba a su ministro que, por el 
escaso margen de tiempo disponible, el Perú no podría enviar un muestrario completo, pero 
que dada la importancia de Barcelona y la gran propaganda que se había hecho en Europa y 
América era preciso estar presente en la Feria, aunque solo fuera con materias primas como 
el algodón, cuero, cobres, o azúcares56. En 1921 la Casa de América comunicaba al cónsul 
el retraso de la segunda Feria Oficial de Muestras, programada del 20 al 30 de abril, porque 
las representaciones americanas carecían de materiales para exponer y le pedía que hiciera 
gestiones ante su gobierno para que el Perú concurriera57. Para asistir a la tercera edición en 
 
55 CRAI Biblioteca Pavelló de la República (UB), Fondos Casa de América. PERU, Caja 31. 
 
56 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona, 20 de junio de 1920, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona-8-14-C, Caja 749. La primera edición de la Feria de Muestras de Barcelona se abría el 23 
de octubre de 1920. 
57 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 10 de abril de 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 777. 
 
 
 
 
1922, el gobierno designaba como delegados a Gil Cárdenas y al cónsul general en Londres 
Víctor Óscar Salomón58. A finales de mayo de 1924, Salazar Orfila acusaba recibo de la 
Resolución de 28 de marzo de 1924, por la que se le designaba, en su calidad de cónsul, 
delegado del Perú en la siguiente Feria de Muestras de Barcelona59. Así fue, y en ese papel, 
estuvo presente en el banquete organizado por la Junta Directiva de la Feria Oficial de 
Muestras en honor del cuerpo consular60. 
De cara a los dos centenarios emblemáticos del nacionalismo peruano, el de la 
Independencia y el de Ayacucho, los cónsules también optaron por avalar manifestaciones 
“prácticas” de carácter económico. Pardo de Zela no tomó ninguna iniciativa 
simbólica/ceremonial en relación con el Centenario de la Independencia. Sí dio cobertura a 
la Exposición Industrial del Centenario a celebrar en Lima en el mes de julio de 1921 y 
envió una nota a los periódicos para publicitarla61. Recibió al presidente de la Cámara de 
Comercio de Barcelona Sr. Cabot que quería información sobre la Exposición y a Mariano 
Viada y Rafael Vehils, presidente y director de Casa de América respectivamente, que le 
anunciaron que un grupo de comerciantes españoles había manifestado su deseo de 
participar. Le mostraron un cablegrama del Sr. Fábregas [sic] desde Lima pidiendo 30.000 
ptas. para sufragar un emplazamiento para los productos españoles. Vehils y Rahola ya 
tenían preparada la cantidad que girarían a Fábrega, para, a continuación, enviar los 
productos. No obstante, querían saber cuál era la importancia real de la Exposición, si 
concurrían otras naciones y si el gobierno del Perú concedía facilidades para los fletes. 
Pardo de Zela se comprometió a hacer la consulta, advirtiendo que la respuesta no sería 
inmediata62. 
 
58 Gil Cárdenas al MRREE, Barcelona 9 de marzo de 1922, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 807. 
59 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 26 mayo de 1924, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 
8-14-C, Caja 769. 
60 (Barcelona, 1 de junio de 1924). La Vanguardia. Era primera la que se realizaba en Montjuic, 
entre el 31 de mayo y 10 junio de 1924. 
61 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 10 de abril de 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C 1921, Caja 777. 
62 Pardo de Zela al MRREE, Barcelona 20 de marzo de 1921, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C 1921, Caja 777. Luis Fábrega era el delegado de la Casa de América en Lima 
desde 1912. 
 
 
 
 
En paralelo a las ceremonias oficiales, en el Centenario de Ayacucho se 
programaron en Lima exposiciones de productos hispanoamericanos cuya organización 
correría a cargo de los países participantes. España hizo su apuesta y entre los días 19 y 31 
de diciembre tuvo lugar la Feria-Exposición de Productos Hispano-Peruanos. El origen 
estuvo en la propuesta de un grupo de comerciantes y fabricantes catalanes, a la que se 
sumaron miembros destacados de la colonia española en Lima, el ministro Jaime de Ojeda 
y el cónsul Antonio Pinilla, y que de inmediato, hizo suya el presidente Leguía instruyendo 
a su hermano Eduardo S. Leguía para que se ocupara (Martínez Riaza, 2006, pp.348-349)63. 
El Consulado atribuía a la Feria un rotundo éxito, tanto por la calidad de los productos 
expuestos como porque en el Perú todo lo español tenía una favorable acogida. El Perú 
hacía la crónica detallada del evento, que fue visitado por el Presidente, con la relación de 
las principales firmas catalanas que presentaron sus productos64. 
A pesar de la intensificación de las relaciones diplomáticas e institucionales, la 
cultura siguió siendo el soporte y estímulo de vínculos compartidos. En el Perú 
históricamente se reconocía a los artistas españoles. Por eso, distintas autoridades locales y 
centrales acudieron a arquitectos, escultores y pintores para que elaboraran piezas que se 
incorporarían al patrimonio cultural65. En relación con el Centenario de Ayacucho, Leguía 
convino con el pintor valenciano Julio Vila Prades que realizara dos pinturas murales, una 
de ellas representaría la victoria de 9 de diciembre de 1824 y la otra inmortalizara el 
Centenario con símbolos y personalidades que asistieron a la celebración. Para junio de 
1926, el diorama “Acto de la Conmemoración de la batalla de Ayacucho” estaba terminado 
y se exponía en Madrid en el Ministerio de Fomento, siendo visitado por el Rey y el 
presidente del gobierno general Primo de Rivera acompañados del ministro Eduardo S. 
Leguía (Villegas Torres, 2016, pp.250-256; Martínez Riaza, 2017, pp.194-195) 66. Salazar 
 
63 Se implicaron instancias españolas como la Junta Nacional de Comercio de España en Ultramar y 
el Ministerio de Estado, Feria-Exposición de Productos Hispano-Peruanos. Lima, diciembre de 
1924. Catálogo Oficial de la sección española, Madrid, Gráficas Reunidas S.A., 1924. 
64 (Barcelona, febrero de 1925). El Perú (3). 
65 Es el caso, entre otros, de Mariano Benlliure autor de la estatua de San Martín erigida en la Plaza 
del mismo nombre-con motivo del Centenario de la Independencia, y del arquitecto yescultor 
Manuel Piqueras Cotolí que trabajó en obras de los dos centenarios (Villegas Torres, 2016). 
66 (Barcelona, junio-julio de 1926). El Perú (16-17). 
 
 
 
 
Orfila fue el responsable de localizar a posibles artistas que pudieran esculpir una estatua 
yacente del Santo Sepulcro, que finalmente realizó el catalán Domingo Peris67. 
 
No parece que la elite intelectual y académica de Cataluña mostrara un interés 
especial por el Perú, salvo algunas excepciones. El catedrático de Geografía de la 
Universidad de Barcelona Eduardo Pérez Agudo, firme defensor de que se incluyeran 
temas sobre América en los programas de estudio, pronunciaba una conferencia a la que 
asistieron el cónsul Díez Canseco, la colonia peruana, instituciones y “bellas damas”. 
Ensalzó las maravillas naturales del Perú, para a continuación, hacer una semblanza de su 
historia “desde la grandiosidad del imperio incaico” valorando que se hubiera mantenido la 
religión católica y los valores educativos hispanos. En correspondencia, el cónsul recordaba 
cómo en el Perú se veneraban los restos de los soldados españoles que sucumbieron en “la 
emancipación” y la jornada del 2 de mayo de 186668. 
El Perú publicaba un fragmento de “Los enemigos del Rey”, obra del periodista y 
político monárquico español Alfonso Ruiz de Grijalba, quien en una vista a Lima había 
entrevistado a Leguía y se había relacionado con la colonia española. Se detenía en su 
historia y su potencial cultural, en el prestigio de su Universidad y sus colegios que fueron 
centros a los que acudieron para formarse estudiantes de toda América del Sur69. Vicente 
Gay fue profesor de la Sección de Estudios Americanistas de la Universidad de Valladolid 
y uno de los invitados por Leguía al Centenario de Ayacucho. El resultado de su 
experiencia peruana fue En el Imperio del Sol, en torno a los orígenes y formación del Perú 
moderno, editado en 1926 (Martínez Riaza, 2017, pp.189-193). Posiblemente porque se 
trataba de un canto al Perú y a la obra de Leguía, El Perú le abrió sus páginas, 
reproduciendo algunos fragmentos, sin desvelar su procedencia70. 
 
67 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 4 de agosto de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. En (Barcelona, febrero de 1925). El Perú (3), se publicaban dos 
fotografías de “una obra realista y solemne”. 
68 (Barcelona, viernes 11 de abril de 1924). La Vanguardia. 
69 (Barcelona, mayo de 1925). La capital del Perú, El Perú (6). 
70 (Barcelona, abril de 1925) La ciudad de los Reyes”. El Perú (5); (Barcelona julio de 1925) 
Renacimiento occidental americano. El Perú (8); (Barcelona, agosto de 1925). La resurrección de la 
cultura. El Perú (9); (Barcelona, septiembre de 1925). La Roma de las Indias. El Perú (10). 
 
 
 
 
Salazar Orfila se posicionó en el cuerpo consular destacado en Barcelona y pronto 
fue elegido para pronunciar el discurso del Día de la Raza de octubre de 1924, en el 
principal teatro de Barcelona con asistencia del Rey don Alfonso XIII, de lo que se sentía 
honrado teniendo en cuenta los pocos meses que llevaba al frente del Consulado71. En una 
línea de continuidad que venía desde comienzos de siglo, aceptaba la solicitud de la 
Editorial Espasa de 8 de julio 1925 para revisar y, en su caso, corregir artículos sobre el 
Perú que se publicarían en la Enciclopedia Universal Ilustrada 72 . En relación con el 
Centenario de Ayacucho, siguió la línea hispanista marcada por Leguía. La revista El Perú 
se convirtió en caja de resonancia de una manifestación simbólica priorizada por el 
Oncenio. En el segundo número insertaba el discurso pronunciado por Leguía al recibir las 
credenciales del embajador de S.M Alfonso XIII, interpretando la independencia de 
América como un hecho tan trascendental como lo había sido el Descubrimiento y 
afirmando que en Ayacucho España no había sido vencida, que lo que se produjo había sido 
una emancipación de pueblos, que rompiendo la tutela política supieron conservar la 
herencia del saber y gloria de sus antepasados 73 . Atendió a un gesto especialmente 
significativo: la decisión de su gobierno de erigir un monumento para honrar a los soldados 
españoles que sucumbieron durante la guerra de independencia y la jornada del dos de 
mayo de 1866. Como primer paso, se dirigió a la prensa para que publicara las bases de la 
convocatoria y llamaba a la participación de escultores españoles74. En el artículo “El 
Monumento que el Perú levantará a los españoles” explicaba a los lectores de El Perú que 
el gobierno, en homenaje de admiración al heroísmo de los soldados españoles muertos en 
las luchas de la independencia, había dictado una ley para construcción de un grupo 
escultórico que perpetuara la “gloria de esos guerrero ibéricos (Villegas Torres, 2016, 
pp.413-421)75. El Perú reprodujo en la portada del nº 4 de marzo de 1925 la fotografía del 
 
71 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona 23 de septiembre de 1924, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja 769. 
72 Salazar Orfila al MRREE, Barcelona-8 de julio de 1925, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, 
Caja 901. 
73 (Barcelona, enero de 1926). El Perú (2). 
74 (Martes 22 de julio de 1924). La Vanguardia. 
75 (Barcelona, marzo de 1925). El Perú (4). 
 
 
 
 
Arco Morisco obsequiado por la colonia española con motivo del Centenario de la 
Independencia e inaugurado en 1924 con la asistencia de Leguía (Martínez Riaza, 2006) 76. 
Pero el gran acontecimiento fue la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, 
que abrió sus instalaciones del 20 de mayo de 1929 al 15 de enero de 1930 y dio cobertura 
a congresos de muy diversa índole. A diferencia de la Iberoamericana de Sevilla (9 de 
mayo de 1929 a 21 de junio de 1930) que tenía una propuesta más política y cultural y 
estaba volcada hacia Iberoamérica, la de Barcelona ponía el énfasis en los avances de la 
ciencia y en publicitar los adelantos de Cataluña. La Exposición se inauguraba el 19 de 
mayo con asistencia de los reyes y de Primo de Rivera (Simón, 2014). El Perú aceptó la 
invitación para concurrir disponiendo que la comisión encargada de la participación en la 
Iberoamericana de Sevilla se ocupara también de preparar la asistencia a la de Barcelona77. 
Hubo participación peruana en los dos festivales sinfónicos hispanoamericanos, auspiciados 
por la Diputación provincial de Barcelona. El primero tuvo lugar en el salón del Palacio de 
la Exposición el primero de octubre con asistencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria 
Eugenia; en el segundo, el día 8, se ejecutaron obras de autores reconocidos. Entre los 
compositores invitados estuvo el peruano Teodoro Valcárcel. 
Para concurrir al IV Congreso Internacional de Arqueología que se inauguraba el 23 
de septiembre, se designó como delegado a Clemente Palma 78 . Al Primer Congreso 
Nacional de Misiones, que se abría el día 22 de septiembre y se cerraba el día 29 en el 
Palacio de Bellas Artes, asistieron autoridades eclesiásticas americanas, entre ellas el 
obispo de Trujillo Dr. Carlos García Irigoyen79. El intelectual José de la Riva Agüero 
pronunciaba la conferencia “Los franciscanos en el Perú y las misiones de Ocopa”. Riva 
Agüero también representó al Perú en el Primer Congreso de Genealogía y Heráldica y en 
el Congreso Internacional de Historia de España. El primero se inauguraba en el Paraninfo 
de la Universidad el 18 de noviembre y, ese día, disertaba sobre “Don Fernando de Castro 
 
76 Tenía una apertura central de 10,20 metros, el alto de la base era de 15 metros y el de las dos torrecillas era 
de 20 metros. El constructor y arquitecto había sido el ingeniero peruano Alejandro Garland Roel y se había 
erigido en la Avenida Leguía, (Barcelona, marzo de 1925). El Perú (4). 
77 
Memoria que presenta al Congreso Ordinario de 1929 el Dr. PedroJosé Rada y Gamio Ministro de 
Relaciones Exteriores (1929). Lima, Imprenta Torres Aguirre p. CXXVI. 
78 
Memoria que presenta al Congreso Ordinario de 1929 el Dr. Pedro José Rada y Gamio Ministro de 
Relaciones Exteriores (1929). Lima, Imprenta Torres Aguirre, pp. CXXV-CXXVI. 
79 Había llegado procedente de Sevilla, hospedándose en el Colegio de los Salesianos, y se proponía asistir al 
Congreso de las Misiones, (18 de septiembre de 1929). La Vanguardia. 
 
 
 
 
Bolaños y Rivadeneyra, Gobernador del Callao y General de la Mar del Sur a principios del 
siglo XVII, y su descendencia en el Perú”80. 
El Congreso Internacional de Historia de España se desarrollaba del 19 al 26 de 
noviembre, sin publicidad, sin carteles, y sin actas. El gobierno del Perú había aceptado la 
invitación y nombró delegados a José de la Riva Agüero y al coronel Manuel C. Bonilla81. 
Entre los invitados al almuerzo que “el sr. Ribaguero” [sic] ofreció en el Hotel Ritz a los 
representantes de las demás repúblicas hispanoamericanas presentes en el Congreso 
Internacional de Historia de España, estuvo el cónsul del Perú Sayán y Palacios y su esposa 
así como el vicecónsul Bofill82. 
No parece que Sayán y Palacios sacara partido de su posición. Estuvo en los actos 
de representación obligados y se implicó en otros, no tanto por su voluntad sino por “la 
fuerza de las cosas”. Fue protocolaria su presencia junto con su familia en la puesta de 
largo de la hija de los barones de Viver (el barón de Viver fue alcalde de Barcelona 1924-
1930). La baronesa de Viver, con asistencia de la esposa del cónsul, presidía la Junta de 
Damas de la Unión General Hispanoamericana, que acaba de recibir un obsequio del 
peruano Rafael Larco Herrera, el cual se encontraba de paso83. La esposa del cónsul 
Consuelo de Sayán y Palacios se unía al resto de las mujeres de los cónsules 
hispanoamericanos para, junto a las damas de la Unión General Hispanoamericana que 
presidía la baronesa de Viver, obsequiar con flores, dos veces al día, a la Reina Victoria 
Eugenia durante su estancia en Barcelona84. Era previsible que con motivo de la Exposición 
llegaran a la ciudad personalidades y familias peruanas que debían ser atendidas por el 
cónsul; eso demandaba tiempo y gastos de representación que no le era posible cubrir con 
 
80 Exposición Internacional de Barcelona. Primer Congreso de Genealogía y Heráldica, que se reunió en la 
ciudad de Barcelona, bajo la presidencia del Excmo. Marqués de Foronda, Madrid-Barcelona-Buenos Aires, 
Compañía Ibero-Americana de Publicaciones 1929, pp.273-277. (Viernes 29 de noviembre de 1929) La 
Vanguardia, publicaba una foto del banquete ofrecido a los participantes. 
81 
Memoria que presenta al Congreso Ordinario de 1929 el Dr. Pedro José Rada y Gamio Ministro de 
Relaciones Exteriores (1929). Imprenta Torres Aguirre, 1929, pp. CXXVI]. Riva Agüero intervino el 22 de 
noviembre con “un erudito trabajo sobre Los precursores de Colón”, (Barcelona, 23 de noviembre 
de 1929). La Vanguardia. 
82 El salón se adornó con claveles rojos y azules colores nacionales del Perú. La comida fue 
presidida por la marquesa de Casa Dávila y su sobrino “Ribaguero” marqués de Montealegre de 
Aulestia, La Vanguardia, Ibídem. 
83 (Barcelona, martes 7 de mayo y 12 de junio de 1929). La Vanguardia. 
84 (Barcelona, 24 de mayo de 1929). La Vanguardia. 
 
 
 
 
la renta ordinaria del Consulado, sobre todo, cuando el coste de la vida se había elevado 
hasta en un 50%. Por eso, consideraba justificado que se le asignara una suma adecuada85. 
Su implicación en los congresos en los que participaba el Perú fue puntual y 
distante. A finales de 1928, le visitaba el compositor español Mario Mateo, encargado de 
algunos conciertos sinfónicos de música hispanoamericana que se realizarían con motivo de 
la Exposición de Barcelona y que venía auspiciado por la Diputación provincial. A su 
pedido, el cónsul solicitaba que el gobierno enviara materiales representativos de la música 
peruana a través del Consulado para darla a conocer en España y Europa, “No se ocultará al 
patriotismo e ilustración de nuestro Gobierno, la conveniencia de que el Perú esté 
dignamente representado en este certamen de alta cultura en el que tomarán parte los demás 
países de América” 86 . Ponía en conocimiento del gobierno que el peruano Francisco 
Mendoza había inventado una máquina para “producir científicamente respiración 
artificial” que había sido ensayada con éxito ante profesionales y periodistas en la Facultad 
de Medicina y en el Consulado, noticia de la que los diarios se habían hecho eco en 
términos muy elogiosos para el Perú. El cónsul creía que sería muy útil en hospitales, 
maternidades, balnearios, estaciones de socorro y minas, entre otros, y que sería acertado 
presentarlo en la Exposición de Sevilla o en la de Barcelona87. En abril adjuntaba copia de 
la comunicación “teñida de cariño hacia lo hispanoamericano”, que le había dirigido el Sr. 
José Rueda, secretario de la sección Veterinaria de la Exposición Internacional de 
Barcelona invitando al Perú a participar en el Primer Congreso Veterinario Español88. 
De todos los celebrados al halo de los acontecimientos de 1929, el Congreso de 
Misiones fue uno de los de mayor convocatoria. Sayán y Palacios prestaba atención 
especial a la intervención del padre franciscano Manuel Navarro, al que agradecía “como 
patriota y católico” la conferencia que había pronunciado en la Universidad Literaria de 
Barcelona, a la que asistió como representante consular, sobre la labor evangélica y 
cultural de los franciscanos en las regiones de Montaña del Ucayali. Hacía extensivo su 
 
85 Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 13 de marzo de 1929, AMRREE, Consulado Perú en 
Barcelona 8-14-C, Caja sin nº. 
86 Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 7 de diciembre de 1928, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 
8-14-C, Caja sin nº. 
87 Desafortunadamente el Sr. Mendoza-carecía de recursos y pedía que el Consulado le subvencionara, Sayán 
y Palacios al MRREE, Barcelona 9 de enero de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-14-C, Caja 
sin nº. 
88 Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 3 de abril de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-14-
C, Caja sin nº. 
 
 
 
 
agradecimiento a los franciscanos por su acción “evangélica y científica”, tanto en las 
selvas convirtiendo y “culturando tribus sustraídas a la civilización” como en el Convento 
de Ocopa que conservaba un museo de productos naturales de la zona montañosa89. Días 
más tarde escribía al Oficial mayor del Ministerio con más información sobre la misma 
conferencia que se acompañó de proyecciones y que dio a conocer, a través de la obra de 
los misioneros franciscanos en las montañas del Ucayali, las grandes riquezas naturales del 
Perú. Con motivo de la Exposición de Barcelona, el padre Navarro se proponía dar otra 
conferencia sobre la arqueología del Perú, y, para estimularle, sugería al Gobierno que le 
otorgara alguna recompensa honorífica90. 
Fue el canciller Silva Arrieta, por ausencia de Sayán y Palacios, quien atendió al 
hijo del Presidente Leguía en diferentes visitas y agasajos, sobre las que enviaba recortes de 
prensa91, y quien recibió a Teodoro Valcárcel representante del Perú en los festivales 
sinfónicos de la Exposición92. 
 
Balance 
Las relaciones oficiales entre el Perú y España estuvieron encomendadas a 
representantes diplomáticos y cónsules de distinta categoría, cuya trayectoria y gestión son 
todavía escasamente conocidas. La propuesta ha tomado como caso de estudio el alcance y 
las limitaciones del Consulado del Perú en Barcelona, el de mayor importancia durante el 
 
89 Sayán y Palacios al MRREE, Barcelona 4 de febrero de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-
14-C, Caja sin nº. 
90 Sayán y Palacios alMRREE, Barcelona 18 de febrero de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-
14-C, Caja sin nº. 
91 Silva Arrieta al MRREE, Barcelona 10 de agosto de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 8-14-
C, Caja sin nº. Está la invitación de los Leguía, incluido el menú. 
92 Silva Arrieta al MRREE, Barcelona 28 de septiembre de 1929, AMRREE, Consulado Perú en Barcelona 
8-14-C, Caja sin nº. 
 
 
 
 
 
 
 
 
primer tercio del siglo XX. La razón es que la ciudad condal era centro neurálgico tanto 
económico como cultural y por ello fue priorizado por los gobiernos peruanos. Durante el 
Oncenio de Leguía (1919-1930) y la Dictadura de Primo de Rivera (1924-1930) se 
intensificaron los vínculos institucionales y culturales entre ambos países y los cónsules en 
Barcelona tuvieron un papel activo. A partir de la correspondencia inédita consultada en el 
Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, fuentes impresas -especialmente 
prensa-, y bibliografía especializada, se reconstruye la secuencia de los cónsules poniendo 
de manifiesto cómo su nombramiento y aceptación por parte del gobierno español obedeció 
a un procedimiento minuciosamente regulado. Sus funciones estaban precisadas por el 
Reglamento consular y según ellas debían incentivar el comercio, atender a sus 
conciudadanos y, sobre todo, hacer propaganda y ejercer la representación de la República. 
La prensa fue el principal medio al que acudieron para la consecución de sus 
objetivos. A Salazar Orfila, vinculado por razones familiares con Leguía, se debe la 
empresa propagandista de mayor envergadura, la edición de la revista El Perú. Publicación 
mensual. Órgano de Propaganda del Consulado general del Perú en Barcelona que el 
trabajo disecciona en profundidad. En cuanto a la propaganda, el eje de sus preocupaciones 
fue dar a conocer los logros de la Patria Nueva; adicionalmente, se ocuparon de difundir las 
riquezas del Perú con el fin de incentivar la llegada de inmigrantes, así como las 
inversiones de capitales, el establecimiento de negocios y los intercambios comerciales. Y 
en una coyuntura especialmente sensible defendieron los intereses del Perú frente a Chile 
en el asunto de los territorios en litigio tras la Guerra del Pacífico. 
No tuvieron eco los intentos del gobierno peruano para que España conmemorara 
los que fueron dos acontecimientos de alto significado simbólico, los centenarios de la 
Independencia y de Ayacucho. La Casa de América (IDEA desde 1927) fue la iniciativa de 
la burguesía catalana para promover los vínculos con las repúblicas hispanoamericanas. Los 
cónsules se interesaron por sus actividades y acudieron a su revista Mercurio para 
publicitar las consecuciones del Oncenio. Sayán y Palacios se sumó a dos de sus proyectos, 
la celebración de una Conferencia de Cámaras Americanas de Comercio, que fuera el paso 
previo a la creación de una Confederación de Cámaras y el establecimiento de un Museo 
Permanente de Recursos Naturales y Económicos de las Repúblicas Americanas, contando 
con muestras presentadas en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. 
Barcelona fue escenario de manifestaciones científicas y culturales de distinto sesgo 
a las que el Perú fue invitado. Pero el gran acontecimiento fue la Exposición Internacional 
que abrió sus puertas entre el 20 de mayo de 1929 y el 15 de enero de 1930, que puso el 
acento en los avances científicos y tecnológicos de los participantes con el objetivo 
principal de publicitar los adelantos catalanes. Los últimos cónsules del Oncenio asistieron, 
aunque no intervinieron en su organización, a varios de los congresos que tuvieron lugar 
 
 
 
 
bajo la cobertura de la Exposición. En 1930, la salida del poder de Primo de Rivera y el 
golpe de Estado que derrocó a Leguía pusieron fin a una experiencia que tuvo más logros 
que fracasos y que la propuesta ha tratado de reconstruir. 
 
 
 
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centenario Hispanoamericano”, en P. Ortemberg (Coord.), Panamericanismo, 
hispanoamericanismo y nacionalismo en los festejos identitarios de América Latina, 
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mismo formato a todas y cada una. Si las 
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en este caso algunas tienen dos apellidos, 
una inicial, otras dos. 
 
 
 
 
1880-1920. Performances y encrucijadas de diplomáticos e intelectuales, Anuario 
IEHS, 32, No.1, pp. 179-204. 
 
Martínez Riaza, A. (2018). Agentes culturales y hombres prácticos. Clemente Palma y José 
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