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AUTORES: FRANCESC BUSCÁ DONET SERGIO MONEO BENÍTEZ BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA CARLOS MURILLO FUENTES COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA. BASES PARA LA INNOVACIÓN CURRICULAR EN EL MARCO DE LA SOCIEDAD DEL APRENDIZAJE Título: COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA: Bases para la innovación curricular en el marco de la sociedad del aprendizaje. Autores: FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES Editorial: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L. www.wanceulen.com ISBN: 978-84-9993-394-8 Dep. Legal: ©Copyright: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L. Primera Edición: Año 2016 Impreso en España Reservados todos los derechos. Queda prohibido reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información y transmitir parte alguna de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado (electrónico, mecánico, fotocopia, impresión, grabación, etc), sin el permiso de los titulares de los derechos de propiedad intelectual. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Agradecimientos Departamento de Didáctica de la expresión musical y corporal – Facultad de Educación (Universidad de Barcelona) Escola Antaviana (Barcelona) Escola Ernest Lluch (Abrera, Barcelona) Escola Pineda (Hospitalet de Llobregat, Barcelona) ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 9 1.1. OPORTUNIDADES DERIVADAS DE UNA EDUCACIÓN BASADA EN COMPETENCIAS ....................................................................................................... 13 1.2. PROBLEMÁTICA ASOCIADA AL DISCURSO DE LAS COMPETENCIAS Y A SU TRATAMIENTO DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA ............................. 14 1.2.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE COMPETENCIA ................................................................................................ 14 1.2.2 PROBLEMAS RELACIONADOS CON LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA Y LA EVALUACIÓN .............................................................. 16 1.2.3. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA IMPLEMENTACIÓN DE UN CURRÍCULUM BASADO EN COMPETENCIAS ............................... 18 1.2.4. PROBLEMAS ESPECÍFICOS DEL ÁREA DE EDUCACIÓN FÍSICA ..... 20 1.3. FINALIDAD Y ESTRUCTURA DE ESTA OBRA ................................................... 23 2.- EDUCAR POR COMPETENCIAS A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR ......................................................................................................... 25 2.1 LA INCLUSIÓN DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS EN EL CURRÍCULUM DE LA ENSEÑANZA OBLIGATORIA ..................................................................... 25 2.2 LAS COMPETENCIAS BÁSICAS EN EL ÁREA DE EDUCACIÓN FÍSICA ..... 31 2.3 FUNDAMENTOS TEÓRICOS PARA EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS BÁSICAS DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA ........................ 41 2.3.1 EL VALOR PEDAGÓGICO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA EN EL CURRÍCULUM COMPETENCIAL ................................................................. 44 2.3.2 LA ACTIVIDAD MOTRIZ SIGNIFICATIVA COMO FUENTE DE APRENDIZAJES COMPETENCIALES .......................................................... 48 2.3.3 FINALIDADES PARA UN DESARROLLO SIGNIFICATIVO DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS ........................................................................... 52 3.- ¿CÓMO DESARROLLAR COMPETENCIAS DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA? ......................................................................................................... 60 3.1. DESARROLLO DE LA COMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA A TRAVÉS DE LA CAPOEIRA ..................................................................................... 61 3.1.1 DEFINICIÓN OPERATIVA DE LA COMPETENCIA ................................. 61 3.1.2 DESCRIPCIÓN DE LA PROPUESTA DIDÁCTICA COMPETENCIAL .............................................................................................. 63 3.1.3 ORIENTACIONES DIDÁCTICAS .................................................................. 66 3.1.4 EVIDENCIAS Y RESULTADOS DE APRENDIZAJE .................................. 66 A. ACTUACIONES DURANTE EL DESARROLLO DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS .................................................................................................. 66 B.- RESULTADOS DE APRENDIZAJE .............................................................. 67 3.2 DESARROLLO DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA A TRAVÉS DEL JUEGO ........................................................................................................................... 69 3.2.1 DEFINICIÓN OPERATIVA DE LA COMPETENCIA ................................. 69 3.2.2 DESCRIPCIÓN DE LA PROPUESTA DIDÁCTICA COMPETENCIAL .............................................................................................. 71 3.2.3 ORIENTACIONES DIDÁCTICAS .................................................................. 73 3.2.4 EVIDENCIAS Y RESULTADOS DE APRENDIZAJE .................................. 74 A. ACTUACIONES DURANTE EL DESARROLLO DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS .................................................................................................. 74 B. RESULTADOS DE APRENDIZAJE ................................................................ 75 3.3 DESARROLLO DE LA COMPETENCIA DE AUTONOMÍA E INICIATIVA PERSONAL A TRAVÉS DE JUEGOS Y DEPORTES ........................................... 77 3.3.1 DEFINICIÓN OPERATIVA DE LA COMPETENCIA ................................. 77 3.3.2 DESCRIPCIÓN DE LA SECUENCIA DIDÁCTICA COMPETENCIAL .............................................................................................. 79 3.3.3 ORIENTACIONES DIDÁCTICAS .................................................................. 80 3.3.4 EVIDENCIAS Y RESULTADOS DE APRENDIZAJE .................................. 83 A. ACTUACIONES DURANTE EL DESARROLLO DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS .................................................................................................. 83 B.- RESULTADOS DE APRENDIZAJE .............................................................. 84 3.4 DESARROLLO DE LA COMPETENCIA SENTIDO DE INICIATIVA Y ESPÍRITU EMPRENDEDOR A TRAVÉS DE UN PROYECTO MUSICAL DE DANZA Y TEATRO ............................................................................................. 87 3.4.1 DEFINICIÓN OPERATIVA DE LA COMPETENCIA ................................. 87 3.4.2 DESCRIPCIÓN DE LA PROPUESTA DIDÁCTICA COMPETENCIAL .............................................................................................. 89 3.4.3 ORIENTACIONES DIDÁCTICAS .................................................................. 93 3.4.4 EVIDENCIAS DE APRENDIZAJE .................................................................. 95 A.- ACTUACIONES DURANTE EL DESARROLLO DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS .................................................................................................. 95 B.- RESULTADOS DE APRENDIZAJE .............................................................. 98 4. CRITERIOS E INDICADORES PARA UNA INNOVACIÓN BASADA EN EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN FÍSICA ........................................................................................ 100 4.1 CONTEXTO EN DONDE SE DISEÑARÁN E IMPLEMENTARÁN LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS COMPETENCIALES ...........................................102 4.2 CARACTERÍSTICAS DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS COMPETENCIALES ................................................................................................. 104 4.3 ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS DE ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN DE COMPETENCIAS...................................................................................................... 108 4.4 EVALUACIÓN Y RESULTADOS DE APRENDIZAJE OBTENIDOS EN LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS COMPETENCIALES ........................................... 111 APÉNDICE: HACIA UN MÈTODO DE INVESTIGACIÓN PARA EL ESTUDIO DE LOS PROCESOS DE DESARROLLO DE COMPETENCIAS DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA ......................................................................................... 118 REFERENCIAS ................................................................................................... 127 ANEXOS. RÚBRICAS PARA LA EVALUACIÓN DE COMPETENCIAS DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR .................................................................. 133 ANEXO 1. EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA ............................................................................................................ 133 ANEXO 2. EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA ..................... 134 ANEXO 3. EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA EN AUTONOMÍA E INICIATIVA PERSONAL ......................................................................................... 135 ANEXO 4. EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA SENTIDO DE INICIATIVA Y ESPÍRITU EMPRENDEDOR ................................................................................... 136 COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 11 1. INTRODUCCIÓN La educación basada en competencias es el principal reto que la educación física escolar debe de abordar en la sociedad del siglo XXI. Desde este punto de vista, los nuevos enfoques sobre la educación surgidos en las postrimerías del siglo pasado instan a concebir una escuela alternativa a la tradicional (Robinson, 2009; Tedesco, Opertti, & Amadio, 2013; Tedesco, 2003). En el ámbito de la educación física escolar, esto también supone repensar sus fines y funciones educativas (Kirk, 2007). A grandes rasgos, este replanteamiento de la asignatura de educación física requiere determinar si su centro de interés, tal y como señalan las últimas tendencias, debe de focalizarse de forma predominante al dominio de habilidades y destrezas deportivas, la educación para la salud y el desarrollo de las habilidades interpersonales o, por el contrario, concebir la actividad motriz como un medio para el desarrollo tanto de la propia capacidad de aprender como de comprender, actuar y transformar los problemas de diversa índole que se suceden en su entorno particular y, que se derivan de la sociedad la información y del conocimiento. Si bien las recomendaciones y leyes educativas que subyacen a estas premisas se vinculan al diseño y desarrollo de proyectos curriculares basados en competencias, y a un modelo de escuela centrado en el alumnado, no debe de olvidarse que el debate pedagógico que justifica su implementación no es inédito en el ámbito de la educación. En primer lugar, conviene recordar que el enfoque pedagógico del concepto de competencia se nutre de principios y fines ya esgrimidos desde las pedagogías críticas, activas y no autoritarias (Diaz-Barriga, 2011; Gimeno, 2008; Vicente, 2011). A grandes rasgos, estos modelos pedagógicos coinciden en el deseo de una escuela centrada en educar para la vida, en formar ciudadanos críticos, éticos y políticamente comprometidos, y en poner de manifiesto que para ello es necesario ir más allá de los procesos instructivos que, tradicionalmente, se han basado en el aprendizaje enciclopédico de los contenidos. Por otra parte, la idea de impulsar una nueva educación más acorde con el momento socio-histórico de los educandos -y, por tanto, ajena a los postulados impuestos por la ilustración, la sociedad industrial o la FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 12 globalización económica- también ha sido promulgada por aquellos autores que, desde la psicología cognitiva, apostaban por una escuela capaz de fomentar el desarrollo de competencias desde contextos de enseñanza y aprendizaje funcionales, contextualizados y significativos (Brunner, 2000; Díaz-Barriga, 2003; Gardner, 1994, 2011). En cualquier caso, es evidente que la educación basada en competencias trae consigo toda una serie de pros y contras que conviene considerar antes de articular cualquier estudio o proyecto educativo desde la educación física escolar. COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 13 1.1 Oportunidades derivadas de una educación basada en competencias De todos los puntos fuertes que se podrían destacar de la irrupción del discurso de las competencias en la educación, los más destacables serían los siguientes (Díaz-Barriga, 2003; Tedesco et al., 2013; Tedesco, 2003; Zabala & Arnau, 2007c): • La reconsideración de la función de la educación y de los aprendizajes a abordar desde la escuela. Los argumentos y motivos que los organismos y administraciones educativas nacionales e internacionales esgrimen para justificar la necesidad de una educación por competencias dan pie a idear sistemas educativos alternativos, que aboguen por una escuela capaz de producir y utilizar conocimientos rigurosos, significativos y situados para conseguir una sociedad democrática, socialmente más justa e igualitaria. • Teniendo en cuenta el carácter eminentemente transversal e interdisciplinar de las competencias, se insta a que los sistemas educativos adopten modelos pedagógicos y didácticos más globalizados. Como consecuencia, todas las áreas curriculares adquieren relevancia puesto que además de vincular sus contenidos específicos a la adquisición de estas competencias, también se erigen en el contexto de aplicación de estos aprendizajes funcionales. • El replanteamiento de los procesos de enseñanza y evaluación. Los procesos centrados en la figura del docente y en los resultados dejan paso a otros en los que el alumnado se erige en agente activo, capaz de idear soluciones a los nuevos problemas y retos que plantea la sociedad de la información y el conocimiento. Por extensión, para la constatación de estos logros se debe de priorizar la evaluación continuada y criterial, antes que la evaluación normativa y sumativa basada en unos estándares ajenos a esta nueva realidad. • La implantación de los proyectos curriculares competenciales necesitan de una organización escolar más abierta, en la cual, además del rol activo del alumnado, se apueste por fomentar la FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 14 participación tanto de los agentes de la comunidad educativa como del resto de los miembros que configuran el contexto social y cultural de referencia. Por norma general, tal y como destacan Sanmartí y Sardà (2007, p. 62), estos cambios educativos tan sólo suelen reflejar un cambio de discurso pero no de las prácticas educativas. Si bien se trata de un cambio sustancial, lo cierto es que, en caso de ser una realidad, estos cambios se producen muy lentamente y no se hacen evidentes ni a corto ni a medio plazo. A lo sumo, es posible percibir un ligero cambio de corte técnico o didáctico pero, en esencia, tanto las finalidades como los aprendizajes y el modo en que se enseñan y evalúan suelen ser los de siempre, los determinados y normalizados por determinados sectores e intereses sociales. En el caso de la educación física, este último aspecto pone de manifiesto que la implantación e implementación de las competencias en su currículum tampoco puede disociarse de tales condicionantes, de los factores que dificultan el desarrollo de las competenciasbásicas a través de la educación física escolar. 1.2 Problemática asociada a su tratamiento desde la educación física En lo que respecta a la implantación y desarrollo de una educación basada en competencias desde la educación física, las dificultades que de forma reiterada se destacan de los análisis críticos existentes pueden clasificarse en torno a los siguientes ámbitos o ejes problemáticos (tabla 1): el concepto de competencia básica; los procesos de enseñanza y evaluación de competencias; la implementación de los currículums basados en competencias y problemas propios del área de educación física. A continuación se apuntan los rasgos más significativos de cada uno de ellos. 1.2.1 Problemas relacionados con el concepto de competencia Los autores y organismos que han estudiado en profundidad el fenómeno de la selección y definición de competencias en la educación básica coinciden en destacar los siguientes problemas: COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 15 • Término polisémico y confuso. Este hecho se debe tanto a la diversidad de campos en los que se suele utilizar el concepto competencia (por ejemplo, el legislativo, económico, laboral o educativo) como a la diversidad de perspectivas teóricas que pueden definirlo. En lo que respecta al ámbito educativo, las definiciones del término competencia varían en función de si su estudio se ha llevado a cabo desde un enfoque conductual, funcional, pedagógico, socio-constructivista o crítico (Climent, 2010; Mulder, Weigel, & Collings, 2008). • Mapas de competencias y criterios de selección contradictorios. La diversidad de perspectivas teóricas que amparan la implementación de los currículums basados en competencias, además de causar una difusión terminológica, también requiere diferenciar las competencias fundamentales de las competencias importantes (Coll & Martín, 2006). La imposibilidad de incluir en el currículum todos los aprendizajes que serían deseables transmitir desde la escuela reclama la necesidad de establecer criterios de selección de competencias. Pero la selección y concreción de las competencias a incluir en el currículum no está exenta de conflictos derivados de los argumentos que si impongan. Criterios que, obviamente, suelen depender tanto de la predominancia de un enfoque, de una perspectiva teórica determinada, o de los intereses políticos, sociales y económicos de un sistema educativo determinado (Bruner, 2012; Pérez, 2008; Vicente, 2011). Este hecho, en muchas ocasiones, suele implicar la selección de competencias que se contradicen con la filosofía y las finalidades educativas reflejadas en las normativas que amparan los desarrollos curriculares. • Competencias básicas vs competencias específicas. La inclusión de las competencias en el currículum se produjo de forma desigual tras la insistencia de las instituciones y administraciones educativas internacionales. En el caso del sistema educativo español, las bases que sentaron la implantación y la concreción de las competencias básicas fue como consecuencia de los decretos de mínimos, puesto que la ley educativa de referencia se aprobó con anterioridad a las recomendaciones de la Unión Europea (Rychen & Tiana, 2004; Tiana, Moya, & Luengo, 2011). Asimismo, las administraciones educativas de algunas Comunidades Autónomas también identificaron y desarrollaron relaciones de competencias para cada FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 16 una de las áreas curriculares, y, por tanto, al margen de las recomendaciones europea. La principal consecuencia de este hecho ha sido que la implantación de una educación por competencias se haya caracterizado por la coexistencia de mapas de competenciales concebidos con diferentes criterios. Esto es lo que sucedió en el caso de algunos currículums de educación física, los cuales tenían ante sí el encargo de fomentar el desarrollo tanto de las competencias básicas como las específicas. 1.2.2 Problemas relacionados con los procesos de enseñanza y la evaluación En consonancia con el concepto de competencia básica y su marco teórico de referencia, uno de los ejes problemáticos más relevantes se erige en torno a los procesos de enseñanza y evaluación de competencias. Al respecto es posible destacar algunos factores que limitan su tratamiento en la educación básica: • Predominancia del modelo propedéutico. A pesar de los cambios que con el discurso de las competencias se espera promover en lo que respecta a la función de la escuela, a sus aprendizajes y prácticas, es evidente que todavía prevalece un modelo pedagógico y didáctico promovido por las ideologías y estructuras dominantes, y fundamentado aprendizaje de los contenidos de las distintas áreas o materias curriculares instrumentales (Vicente, 2010, 2011; Zabala, 2009a). Se trata de un enfoque derivado de la escuela tradicional que no se corresponde con los motivos y principios educativos promulgados por los organismos internacionales y supuestamente aceptados por las instituciones educativas actuales. Un concepto que, tal y como se podrá constatar en el primer capítulo de este trabajo, demanda un planteamiento didáctico globalizado, basado en la complejidad y en el desarrollo de las capacidades críticas, reflexivas y proactivas (Coll & Martín, 2006; Diaz-Barriga, 2011; Díaz-Barriga, 2003; Gardner, 2011; Monereo & Pozo, 2007; Pérez, 2007; Vicente, 2011). • Situaciones de aprendizaje descontextualizadas. El hecho de considerar las competencias básicas desde un enfoque globalizado, complejo y proactivo implica concebir actividades de aprendizaje capaces de involucrar la participación de los procesos cognitivos COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 17 superiores, basados en la comprensión y la reestructuración de los aprendizajes. No obstante, tanto en el marco nacional como en el internacional, existen evidencias que confirman que las actividades orientadas al desarrollo de competencias, por norma general, todavía continúan basándose en los procesos de aprendizaje basados en la repetición (European Comission/EACEA/Eurydice, 2012; Gardner, 2011; Moya & Luengo, 2012; Pérez, 2008). Los procesos de desarrollo de las competencias básicas requieren que el alumnado sea capaz de resolver problemas muy similares a los que se encontrará tanto a lo largo de su vida académica y profesional como en la sociedad que le ha tocado vivir. Para Díaz Barriga (2003, p. 3), estas situaciones de enseñanza y aprendizaje deben de caracterizarse por ser actividades auténticas y situadas. Sin embargo, los proyectos educativos basados en competencias todavía tienen pendiente aportar evidencias de que promueven la aprendizajes complejos, estrechamente vinculadas con las prácticas y las problemáticas que pueden suceder en un contexto social y cultural determinado. • Procesos y sistemas de evaluación no alineados con el currículum competencial. Los sistemas de evaluación de competencias no suelen tener como objeto la constatación de todas las vías que el alumnado tiene en su haber para aprender (Pepper, 2011; Pérez, 2008). Este hecho permite suponer que los procesos de evaluación de competencias no acostumbran a tener como referente todos los procesos cognitivos que el alumnado podría emplear para la resolución de actividades complejas. En este sentido, los sistemas de evaluación por competencias también suelen tener como fin la constatación de procesos cognitivos basados en la asociación. Por extensión, ello supone establecer actividades centradas en la repetición y el establecimiento de analogías recogidas en pruebas escritas. Este hecho es mucho más evidente en los procesos de evaluación externa. Estos procesos se suelen fundamentar en la medición de resultados y, en menor grado, en la resolución de problemas contextualizados. Cabe añadir que las diferentespruebas de evaluación externa llevadas a cabo en el contexto autonómico, nacional o internacional, se focalizan en competencias instrumentales y en unos estándares basados exclusivamente en criterios normativos (European Comission/EACEA/Eurydice, 2012; Tiana et al., 2011). Esta tendencia se suele justificar con el pretexto FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 18 que las competencias instrumentales son las únicas que pueden observarse y que, por tanto, permiten aportar evidencias fiables y contrastables para valorar la eficacia de un sistema educativo o de un centro escolar determinado. Este enfoque de la evaluación interna o externa de competencias condiciona sobremanera la concreción de los proyectos educativos, la priorización de unas determinadas competencias básicas en detrimento de otras y, por consiguiente, las atenciones preferencial de aquellas áreas que –a priori- son consideradas como afines y relevantes para su desarrollo. 1.2.3 Problemas relacionados con la implementación de un currículum basado en competencias Tal y como se destaca en el informe Eurydice (2012), los proyectos educativos basados en competencias no pueden quedarse al margen de los factores estrechamente relacionados con su implantación y desarrollo en la escuela, ya sea en el seno de las diferentes áreas curriculares, o a través de proyectos específicos. Desde nuestro punto de vista, de todos estos factores, los más problemáticos serían los siguientes: • Carencia de referentes pedagógicos y didácticos. Siguiendo la línea argumental expuesta por Pérez (2008), el profesorado carece de conocimientos teóricos y prácticos exclusivos y empíricamente contrastados que orienten los procesos de enseñanza y evaluación de competencias. A pesar de que la literatura especializada en este ámbito ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años, todavía no se dispone de un número significativo de referentes científicos centrados en los procesos de desarrollo de las competencias básicas. En muchas ocasiones estos referentes consisten en adaptaciones de los procesos y estrategias basadas en un marco curricular diferente al currículum competencial, o bien consisten en propuestas hipotéticas de intervención en el aula (programaciones, unidades didácticas, actividades de enseñanza y evaluación, etc.) Por otra parte, si bien se pueden encontrar estudios centrados en el análisis de los resultados de pruebas de evaluación externas, estos estudios tan sólo se centran en COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 19 competencias básicas instrumentales abordadas desde áreas curriculares afines. • ¿Materiales curriculares pertinentes y transferibles? El profesorado necesita disponer de materiales curriculares que guíen los procesos de adquisición que plantean en el aula. Si bien es cierto que las administraciones y organismos educativos están elaborando y difundiendo entre los y las docentes guías didácticas al respecto, existen estudios que señalan que su impacto es limitado (European Comission/EACEA/Eurydice, 2012; Mulder et al., 2008). Como ya se ha dicho anteriormente, esto es debido a que la mayoría de los estados y regiones miembros de la UE suelen focalizar su atención en competencias eminentemente instrumentales (competencia lingüística y competencia matemática) y con ello a priorizar su tratamiento únicamente a través de las áreas o materias curriculares más afines (Pepper, 2011). Este tipo de planteamientos eminentemente disciplinares, sin lugar a dudas, dificulta el tratamiento transversal de las competencias en el currículo, y contradicen las recomendaciones y los principios que explícitamente difunden las administraciones y los organismos educativos a través de sus documentos oficiales. • Obstáculos para la organización y gestión de proyectos curriculares acordes con el discurso de las competencias. El éxito o fracaso de la implementación de la educación basada en competencias no tan sólo depende de la adecuación del enfoque pedagógico y de los procesos de enseñanza y evaluación que se lleven a cabo en el aula (Zabala, 2009a). Tal y como esgrime el mismo autor, también se requiere que los centros escolares sean capaces de impregnar el currículum competencial en sus procesos de organización y gestión escolar (por ejemplo: reorganización del espacio y del tiempo dedicado a las áreas curriculares, creación equipos docentes interdisciplinares, organización del aula y distribución del alumnado en grupos multinivel, mecanismos de participación de los miembros de la comunidad educativa o de agentes educativos externos, etc.) Sin embargo, si los procesos de evaluación externa tan solo suponen la obligación imperiosa de obtener buenos resultados, con el objetivo prioritario de publicitar que nuestro sistema educativo es de los más avanzados, existe el peligro de que FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 20 este propósito supedite la organización académica, las programaciones de centro y los centros de interés de las escuelas. • Pertinencia del modelo de referencia. El modelo que el centro escoja para desarrollar las competencias (globalizado o ligado a unas determinadas áreas o materia curriculares) puede ser clave para establecer el peso y el rol de la área curriculares en un proyecto curricular competencial. Asimismo, la relevancia mediática que están adquiriendo las pruebas de evaluación externa y el hecho que estas pruebas se centran casi de forma exclusiva en las competencias instrumentales, ya de por sí supone un hándicap considerable para que ciertas áreas curriculares tengan un papel secundario en este giro competencial de los proyectos curriculares de centro. 1.2.4 Problemas específicos del área de educación física A todas esta problemáticas de corte general cabe añadir otras más específicas, relacionadas con el diseño y la implementación de los proyectos educativos basados en competencias desde la educación física escolar. En este caso de destacan los siguientes ejes problemáticos: • Predominancia del enfoque didáctico tradicional. A pesar de las nuevas tendencias en educación física escolar, el enfoque didáctico del área continua dependiendo en exceso del modelo técnico- deportivo, de prácticas alineadas con un determinado tipo de patrones y tópicos sociales y culturales (Nyberg & Larsson, 2014; Vicente, 2005). Este hecho condiciona las orientaciones que las administraciones educativas proponen para implementar las competencias básicas en el currículum de la educación física. • Situaciones específicas de enseñanza y evaluación desvinculadas de los fines y principios relacionados con la educación por competencias. Estas situaciones difícilmente requieren por parte del alumnado el análisis crítico y reflexivo orientado a identificar tanto el discurso que fundamenta la práctica de actividad física como las consecuencias sociales que dicha práctica conlleva. Este hecho se explica por lo difícil que resulta deprenderse de los enfoques tradicionales que fundamentan la educación física escolar, basados en el modelo técnico-deportivo. A grandes rasgos, estos procesos COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 21 se suelen caracterizar por proponer actividades sencillas, formales y, en exceso, dependientes de la repetición. En definitiva, de situaciones de enseñanza y evaluación que difícilmente son percibidas por los agentes sociales e incluso por el alumnado como significativas y transferibles a las condiciones de los contextos en los que, en un momento dado, se desarrollará su vida como ciudadano. • Vínculos poco evidentes entre la educación física y las competencias básicas. A diferencia de lo que sucede con las áreas y las competencias básicas instrumentales, existen dificultades para establecerrelaciones evidentes entre el área de educación física y las competencias básicas. A pesar de las orientaciones proporcionadas por las administraciones educativas, la ausencia de guías que ilustren como abordar las competencias básicas desde el área de educación física dificulta la implementación de las competencias básicas, sobre todo de las de naturaleza transversal (European Comission/EACEA/Eurydice, 2012). • Rol poco significativo de la educación física en el desarrollo de las competencias. La diferenciación entre competencias que son objeto prioritario de las pruebas de evaluación externa de las que no es un factor determinante para desestimar el tratamiento de aquellas competencias en las que –sobre el papel- existe una relación más evidente con la educación física. Ante este hecho, los centros escolares suelen priorizar el desarrollo de las competencias básicas con las aéreas curriculares más afines y, por extensión, no valoran todo lo que el área de educación física puede aportar en el desarrollo de las competencias básicas susceptibles de evaluación. FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 22 Tabla 1. Problemáticas asociadas al tratamiento de las competencias básicas en la escuela AMBITO PROBLEMÁTICO CARACTERÍSTICAS Conceptual •Concepto polisémico y difuso •Mapas de competencias contradictorios •Competencias básicas vs específicas Enseñanza y evaluación de competencias •Modelo didáctico propedéutico •Aprendizajes descontextualizados •Evaluación no competencial Implementación de un currículum basado en competencias •Carencia de referentes claros •Materiales curriculares poco pertinentes •Poca impregnación de proyectos curriculares Problemas específicos del área de educación física •Predominancia del enfoque técnico-deportivo •Aprendizajes de poca relevancia social. •Vínculos poco evidentes con las competencias •Rol poco significativo de la educación física Toda esta problemática relacionada con la educación basada en competencias pone sobre la mesa diversos argumentos de peso para debatir en torno a la necesidad de replantearse la finalidad y la función social y educativa de la educación física escolar. Para ello es necesario partir de las intenciones y principios generales que, a través de informes y leyes, organizaciones y administraciones educativas esgrimen para justificar y dar sentido al currículum competencial. Si bien existe la posibilidad que la intención real no sea ésta, y que el discurso relacionado con la preocupación por desarrollar una educación de calidad y sustentada en los valores democráticos sea mera retórica, es legítimo pensar que la educación basada en competencias puede suponer un buen argumento para impulsar una innovación curricular real y sustantiva. En el caso de la educación física, la implementación de este cambio curricular, como mínimo, pasa por encontrar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿El discurso de una educación basada en competencias puede considerarse como una fuente de innovación curricular de la educación física escolar? ¿Qué aprendizajes puede promoverse desde la educación física escolar para la consecución de las finalidades educativas derivadas del currículum competencial? ¿Qué estrategias de enseñanza y evaluación son las más adecuadas para ello? COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 23 1.3 Finalidad y estructura de esta obra Estos interrogantes plantean la posibilidad de considerar el discurso de las competencias básicas como una fuente de innovación y, por extensión, de valorar si esta deriva curricular puede ser tenida en cuenta para replantearse la función y las finalidades de la educación física en la escuela del siglo XXI. El propósito de este trabajo es aportar argumentos que permitan fundamentar tanto la pertinencia del discurso de las competencias en el currículo del área, como de los indicadores a tener en cuenta para valorar su contribución a un proyecto educativo de calidad, más equitativo e inclusivo. Todo ello, a través de la presentación de resultados de aprendizaje y evidencias empíricas obtenidas del análisis y la observación de las propuestas didácticas llevadas a cabo en las clases de educación física. Para ilustrar de la mejor forma posible los fundamentos de partida, el proceso llevado a cabo y los resultados obtenidos con respecto a la consecución de la finalidad propuesta, se ha considerado oportuno estructurar el presente trabajo en tres capítulos. El primer capítulo presenta una reflexión en torno a la contribución de la educación física escolar al desarrollo de las competencias básicas, y al rol que debería adoptar desde la perspectiva de un proyecto educativo basado en principios y compromisos emancipadores, democráticos y de responsabilidad social que de él se derivan. El segundo capítulo se destina a aportar ejemplos prácticos y resultados empíricos derivados de las investigaciones consistentes en la observación participante de cuatro propuestas curriculares aplicadas en diferentes niveles de la educación primaria y a través del área de educación física. El propósito de este capítulo es evidenciar que los sistemas de enseñanza y evaluación que se han llevado a cabo con estas propuestas curriculares están alineados con el discurso de la educación basada en competencias básicas, y que ello puede ser una buena oportunidad para aportar evidencias que sustenten la idea que la educación física es mucho más que una asignatura orientada al aprendizaje deportivo, la educación para la salud o la mejora de la relaciones sociales. Nuestra intención es mostrar como a partir de este cambio de concepción de la educación básica que subyace al discurso de una educación por competencias, también es posible cambiar la noción FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 24 tradicional de la educación física y hacerla partícipe de una nueva concepción basada en su aportaciones significativas a la consecución de una educación básica de calidad, más justa e inclusiva. A partir de los casos mostrados en el apartado anterior, en el tercer capítulo se exponen los factores clave que el profesorado de educación física debería de valorar críticamente a la hora de afrontar el desarrollo de las competencias básicas desde su asignatura. En cierto modo el fin último de este apartado es contribuir a la discusión fundamentada sobre el valor y la función de la educación física escolar ante el nuevo paradigma de la educación basada en competencias. COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 25 2.- EDUCAR POR COMPETENCIAS A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN FÍSICA Francesc Buscà Donet En este capítulo se realiza un breve repaso al proceso de implantación de las competencias básicas en nuestro sistema educativo, para luego continuar con el modo en que tanto el currículum como la literatura específica entienden que la educación física contribuye a su desarrollo. La parte final del capítulo se complementa con una exposición acerca del enfoque que nuestra asignatura debería de adoptar para abordar el currículum competencial desde un punto de vista eminentemente pedagógico. 2.1 La inclusión de las competencias básicas en el currículum escolar Existe un cierto consenso en determinar que la inclusión de las competencias básicas en los currículums escolares europeos se produjo a partir del momento en que el Consejo de Europa de Lisboa (European Comission, 2006) se propuso como objetivo estratégico para la Unión Europea ser la economía basada en el conocimiento más competitiva del mundo. Tomando como referente las aportaciones de la UNESCO, a través del informe Delors (1996) o de la OCDE -que por medio del proyecto DeSeCo (2005) y las pruebas PISA consolidaron un cambio en laconcepción de los estudios de evaluación internacional-, la consecución de tal propósito se centró en el desarrollo de las competencias básicas de los ciudadanos europeos. Este hecho permitió apostar por el constructo “competencia” como eje central de los procesos de enseñanza y aprendizaje. A pesar de su amplitud y diversidad epistemológica, el concepto de competencia trascendió aquellos autores y contextos particulares que ya lo habían tratado con anterioridad para integrarse de forma mucho más específica en el marco de una educación general (Tiana, 2011). El reto se erigió en torno al desarrollo de las capacidades de los educandos para afrontar problemas y demandas complejas: movilizando sus recursos psicosociales, conocimientos, habilidades y actitudes previamente adquiridos en situaciones de aprendizaje similares a los contextos en los FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 26 que desempeñará su vida cotidiana, académica o profesional (Tiana et al., 2011). Como consecuencia, el Consejo de Europa consideró necesario identificar y definir aquellas competencias que, una vez integradas en los currículos de los diferentes sistemas educativos europeos, mejor contribuirían a la consecución de una vida exitosa por parte del alumnado. Tomando como referencia los avances conseguidos gracias al proyecto DeSeCo, el Parlamento Europeo aprobó la recomendación 2006/962/CE en la que, tras un trabajo realizado por diversos expertos mediante un método abierto de cooperación (Open Method of Cooperation), se definieron 8 competencias clave indicadas en la tabla 2, así como el marco de referencia para su posterior implementación y desarrollo (European Comission, 2006). Tabla 2 competencias clave de la UE 1.- Comunicación en lengua materna 2.- Comunicación en lenguas extranjeras 3.- Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología 4.- Competencia digital 5.- Aprender a aprender 6.- Competencia social y ciudadana 7.- Iniciativa y espíritu de empresa 8.- Conciencia y expresión culturales No obstante, estas competencias clave identificadas por las administraciones y organismos educativos europeos no han sido interpretadas del mismo modo (Halász & Michel., 2011). A pesar del consenso existente en torno a la utilidad y pertinencia de las competencias, su amplia definición provocó que su concreción variara en función de las características de cada país o sistema educativo. En consecuencia, no todos los sistemas educativos integraron del mismo modo el término competencia en su currículum. En el caso del estado español, como bien señala Tiana (2011, p. 66), esta recomendación fue el elemento clave que posibilitó, en segunda instancia y una vez aprobada la LOE (MECD, 2006), la inclusión de las competencias básicas en nuestro sistema educativo. Este hecho explica por qué la relación de competencias básicas a desarrollar desde la educación obligatoria, tanto en la LOE como en la LOMCE (MECD, 2013), COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 27 se realizó en el marco de los correspondientes decretos de enseñanzas mínimas, y por qué éstos difiriesen de la relación propuesta por el Consejo de Europa (tabla 3). Tabla 3 competencias básicas en el marco curricular español Las competencias básicas en el marco de la LOE (2006) 1.- Competencia comunicativa lingüística y audiovisual 2.- Competencia artística y cultural 3.- Tratamiento de la información y competencia digital 4.- Competencia de aprender a aprender 5.- Competencia matemática 6.- Competencia de autonomía e iniciativa personal 7.- Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico 8.-Competencia social y ciudadana Las competencias básicas en el marco de la LOMCE (2013) 1.- Comunicación lingüística 2.- Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología 3.- Competencia digital 4.- Aprender a aprender 5.- Competencias sociales y cívicas 6.- Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor 7.- Conciencia y expresiones culturales Por otra parte, tal y como destaca Marco (2008, p. 14) la inclusión de las competencias básicas en nuestro contexto curricular se produjo en un principio con la intención de: • Integrar los aprendizajes tanto formales, incorporados a las diferentes áreas o materias, como los informales y no formales. • Permitir que los estudiantes integren sus aprendizajes, los pongan en relación con distintos tipos de contenido y los utilicen de manera efectiva cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y contextos. • Orientar la enseñanza identificando los contenidos y los criterios de evaluación que inspiran las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos propósitos se constatan a lo largo del articulado de los correspondientes decretos de enseñanzas mínimas, sobre todo cuando se define el modo en que el término competencia debe de ser interpretado en el currículum vigente (MECD, 2007, 2014). Por consiguiente, la FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 28 inclusión de las competencias básicas en el currículo no se hizo con la intención de establecer una relación unívoca entre determinadas áreas o materias y el desarrollo de ciertas competencias. Desde este punto de vista, se instó a que todas las áreas contribuyesen al desarrollo de diferentes competencias, y, a su vez, a que cada una de las competencias básicas fuese producto de su vinculación con cada una de las áreas o materias curriculares (Guitart & París, 2012; Marco, 2008; Zabala, 2011). A priori, la opción de una educación basada en competencias debía de interpretarse como una nueva forma de pensar y concebir la educación de las personas, pero sobre todo un cambio en el modo de interpretar el currículum, Sin embargo, a juzgar por cómo se ha desarrollado este propósito desde su concepción, todavía no puede decirse que su institucionalización se haya producido manteniendo esta idea inicial. Actualmente se observa que para llevar a cabo este proyecto sobre el papel se evidencian dos enfoques contrapuestos, que no hacen más que redundar en el tradicional dilema acerca de cuál debe ser función y la finalidad de la educación básica: un enfoque educativo basado en el desarrollo de habilidades y aprendizajes fundamentales para la vida, y un enfoque eminentemente profesional basado en estándares establecidos desde el mundo del trabajo (Climent, 2010). Existen indicios de que la balanza se está inclinando hacia el enfoque profesional, y por extensión que los currículos educativos y los resultados de aprendizaje se estarían ajustando a los criterios dictados por la globalización económica y las necesidades del mercado. Todo ello puede suponer que la educación por competencias se fundamente en un enfoque propedéutico y que, por consiguiente, se centre en la movilización de los procesos de aprendizaje basados en la repetición. Como prueba de ello bastaría con analizar el contenido de las pruebas externas de evaluación de las competencias básicas que se están llevando a cabo en los diversos sistemas educativos del estado español. Del mismo modo, esta tendencia también se justificaría al considerar que el conocimiento científico es el único que debe de transmitirse en la escuela y que, por tanto, la escuela debe dar la espalda al saber cotidiano, a pesar de que –por defecto- suele ser más situado, vinculado a la realidad próxima de los miembros de una comunidad educativa determinada y más útil para abordar los fines que se derivan del currículum competencial (Díaz-Barriga, 2003; Zabala, 1999). COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 29 La principal consecuencia de ello podría ser la priorización de las competencias eminentemente instrumentales en detrimentode las de corte interdisciplinario y transversal, y con ello el refuerzo de la presencia de las áreas curriculares más afines (European Comission/EACEA/Eurydice, 2012; Gimeno, 2008; Robinson, 2009). Sin embargo, conviene no perder de vista que una educación basada en competencias también supone atender un pensamiento pedagógico orientado a combatir la exclusión social, a preparar a las personas ante los retos de la era digital y la obsolescencia del conocimiento y crear personas capaces de analizar críticamente y actuar ante cualquier problema o injusticia social (Halász & Michel., 2011, p. 290). La identificación y definición de las competencias que deben vertebrar el currículum escolar depende en buena medida de la función que se le otorga a la escuela y, por extensión, del tipo de persona que se quiere formar (Zabala & Arnau, 2007a). Por consiguiente, el sesgo político, social, económico y cultural de un sistema educativo, de sus administraciones e instituciones, condicionará cómo se enfoquen estos aspectos clave de la educación basada en competencias. El enfoque que se sustente para definir del concepto competencia será un claro indicador de esta dependencia. Es evidente que la influencia del mundo del trabajo y empresarial dará como resultado una interpretación de las competencias básicas más acordes con este enfoque propedéutico que con otro enfoque más funcional, centrado en la educación para la vida. Por el contrario, la finalidad de una educación por competencias, concebida como un medio de emancipación social, debe pretender la formación de ciudadanos capaces vivir en el seno de una sociedad democrática, de acuerdo con sus valores y propósitos. Esto supone, por extensión, educar personas que “puedan dar respuesta a los problemas que planteará una vida comprometida en la mejora de la sociedad y de ellos mismos” (Zabala & Arnau, 2007b). Por otra parte, este hecho también trae consigo el propósito de que este proyecto educativo se fundamente en la enseñanza para la complejidad, sobre todo si se tiene en cuenta que los propósitos que se derivan de un proyecto educativo competencial difícilmente son asumibles desde planteamientos tradicionales, centrados únicamente en la adquisición de aprendizajes memorísticos y basados en la repetición. FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 30 Esta máxima es difícil de conseguir ya que tanto el peso de la tradición como de determinados sectores políticos y académicos se erigen en poderosos factores que se oponen al cambio. En cualquier caso, existen diversos caminos para dar este paso, también de forma rigurosa y científicamente argumentada por diferentes autores. Al respecto, Zabala (1999) sostiene que, en primer lugar, la escuela debe tener como objeto de estudio la realidad que la envuelve atendiendo, por tanto, a los problemas y cuestiones que ésta plantea tanto a nivel social, como personal y profesional. Se trata de problemas complejos cuyo abordaje y solución se llevan a cabo a través del conocimiento cotidiano, reconstruido y ampliado por el conocimiento escolar, el cual a su vez se sustenta en el conocimiento científico. En otras palabras, se trata de un enfoque que se basa en un tipo de conocimiento que requiere de la capacidad del alumnado para intervenir en la realidad, a partir de los aprendizajes significativos y profundos adquiridos por el conocimiento escolar que parte de una transformación y aprehensión del conocimiento generado por las disciplinas científicas. A pesar de que la introducción de las competencias básicas en el currículum ya de por sí ha sido un factor clave para que –al menos a priori- existan motivos objetivos para trascender la lógica disciplinar que ha imperado en la selección y organización de sus contenidos de aprendizaje, la educación por competencias requiere de planteamientos más complejos y globalizados para atender de forma prioritaria a las necesidades de una sociedad y comunidad educativa determinada. En el marco de la sociedad de la información y del conocimiento, la finalidad principal del currículum no puede ser, por tanto, la mera acumulación y reproducción de hechos y conceptos. Tal y como destaca Pérez (2008, p. 88) el objetivo prioritario de la actividad escolar debe ser la construcción de ideas, modelos mentales y teorías contrastadas que posibiliten la búsqueda, selección y el uso de información con el objeto de interpretar y transformar la realidad en la que el alumnado desempeña su vida cotidiana. Desde esta perspectiva, las competencias básicas se deberán de erigir en el marco de referencia de todas las propuestas curriculares, aportando las líneas maestras de los procesos de enseñanza y evaluación que se lleven a cabo. Según lo expuesto a lo largo de estas páginas, se trata de un enfoque totalmente opuesto a la concepción tradicional que otorga todo el peso de la educación en los contenidos disciplinares prescritos para cada área curricular. Para evitar el peligro de COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 31 la saturación y la superficialidad que subyace a la concreción de los contenidos disciplinares, es fundamental una integración situada de las disciplinas con la intención de comprender y resolver de forma global los problemas complejos de la vida cotidiana (Díaz-Barriga, 2003; Morin, Roger, & Motta, 2003; Pérez, 2008; Zabala, 1999). La solución más deseable debería ser ampliar y redimensionar el conocimiento cotidiano a partir de una transferencia pertinente y adaptada de los logros del conocimiento científico a las características del alumnado y al tipo de retos y problemas que deberá de afrontar (Zabala, 1999). El currículum competencial es totalmente adecuado a este enfoque, ya que considera que el comportamiento humano se desarrolla en contextos complejos e imprevisibles y que, por consiguiente, demanda preferentemente de un conocimiento reflexivo y estratégico. La asunción del reto educativo que plantea el currículo competencial requiere de la educación física escolar un enfoque basado en procesos cognitivos complejos y, por extensión, la búsqueda de nuevas formas de diseñar y desarrollar el currículum, de crear nuevos ambientes de aprendizaje y de interpretar de otro modo tanto los procesos de instrucción y evaluación. Sin embargo, antes de abordar de qué modo puede contribuir la educación física al desarrollo de las competencias básicas, convendría hacer un breve análisis del rol que se le atribuye desde el marco normativo. 2.2 Las competencias básicas en el área de educación física Tal y como se ha especificado anteriormente, la implantación curricular de las competencias básicas en nuestro sistema educativo pretende apostar por un enfoque transversal, en el cual las competencias básicas sean el eje central en torno al cual pivoten los aprendizajes de todas las áreas curriculares de la educación obligatoria. Esto al menos es lo que se desprende de las leyes de educación encargadas de sentar las bases de un proyecto educativo erigido en torno al discurso de las competencias. No obstante, según algunos estudios que analizan la implantación del currículum competencial en los estados miembros de la Unión Europea, el modelo que realmente se ha implantado en el sistema educativo español consisten en integrar las diferentes competencias básicas en el currículum especifico de cada área o materia curricular (European FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 32 Comission/EACEA/Eurydice, 2012; Tiana, 2011). Este enfoque se hace evidente a partir del momento en que los decretos que desarrollan las leyes vigentes de educación apuestan por la vinculación de los elementos curriculares con los propósitos generales que se desprenden de la definición de cada una de las competenciasdel currículum. Del mismo modo, tales orientaciones sugieren también el planteamiento de estrategias de enseñanza y aprendizaje que permitan el desarrollo de cada una de estas competencias desde cada una de las áreas o materias curriculares (MECD, 2007, 2014). En el caso del área de educación física su vinculación con las diferentes competencias básicas se deduce a partir de la hipótesis que la educación física es un área curricular eminentemente competencial. A partir de este supuesto, tanto los diferentes diseños curriculares base como diversos autores que han hecho un análisis del encargo curricular, esbozan posibles formas de contribuir al desarrollo de las competencias básicas ya sea vinculando sus contenidos disciplinares, o adecuando sus finalidades y criterios de evaluación. Según Lleixà (2007, p. 34), si se está de acuerdo que es un área curricular que prioriza los contenidos actitudinales y procedimentales, parece evidente que estamos ante una materia muy útil que contribuye estrechamente al desarrollo de las competencias básicas. En definitiva, tal y como destaca Chavarría (2003, 2010), todo ello implica determinar el valor añadido de la educación física, a través de sus contenidos disciplinares y competencias específicas, puede aportar al desarrollo de las competencias básicas. Por consiguiente, el objetivo es determinar de qué modo -por medio de qué finalidades, estrategias o propuestas didácticas- será posible desarrollar las competencias básicas del currículum. Tomando como referente las recomendaciones de la Unión Europea, las aportaciones de la Educación Física escolar al desarrollo de las competencias básicas pueden agruparse en torno a estos los siguientes ámbitos o ejes de actuación: comunicativo, metodológico, personal, y social y cultural (tabla 4). Veamos a grandes rasgos cuales serían sus supuestas implicaciones y aprendizajes esperados. COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 33 a.- Ámbito comunicativo En este ámbito se adscribirían la competencia lingüística y la competencia cultural y artística. En lo que respecta a la competencia lingüística, su desarrollo desde la educación física estaría estrechamente ligado a aquellas situaciones en las que, como consecuencia de la práctica de las actividades físicas, el alumnado demostraría su capacidad de saber hacer y saber estar. Por norma general, estas interacciones traerían consigo situaciones en las que el alumnado debería de hacer uso del lenguaje tanto para describir y justificar el porqué de las acciones motrices realizadas, como para afrontar los procesos de prevención y resolución de conflictos a través del desempeño de habilidades comunicativas como: escuchar, exponer y contrastar diferentes opiniones o puntos de vista o acordar pautas de acción (Lleixà, 2007). Por otra parte, la contribución de esta competencia desde el área de educación física también se podría vehicular a través del análisis crítico de los mensajes y de los estereotipos referidos al cuerpo que se desprenden de los medios de comunicación (Departament d’Educació, 2007; MECD, 2007). En el caso de la competencia cultural y artística, las aportaciones de la educación física escolar se podrían focalizar en torno a su capacidad para comunicar ideas, opiniones o sentimientos a través de la actividad motriz. Tal y como destaca Lleixà (2007), partiendo de la base que este hecho requiere que el alumnado sea capaz de percibir, ser sensible y de emocionarse, los contenidos de naturaleza perceptivo-motriz y expresiva serían clave para el desarrollo de esta competencia. Del mismo modo, desde este ámbito también se debería fomentar el conocimiento y la práctica de un rico y variado elenco de actividades, juegos y danzas con la intención de conocer y respetar el patrimonio de otras comunidades sociales y culturales. b.- Ámbito metodológico En este ámbito se partiría de la base que la educación física escolar es un área curricular capaz de proporcionar situaciones de enseñanza- aprendizaje funcionales, en las que es el alumnado podría vivenciar y transferir de forma contextualizada y situada tanto los contenidos de otras áreas curriculares como las estrategias fundamentales de FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 34 aprendizaje. Este hecho supondría servirse de cualquier tipo de actividad motriz para crear las situaciones de aprendizaje a partir de las cuales al alumnado les sería posible ilustrar y transferir mediante analogías estos contenidos curriculares, y posibilitaría que estas actividades motrices proporcionasen el contexto de aplicación adecuado para la movilización de estos aprendizajes. En este trabajo, el ámbito metodológico incluiría la competencia matemática, la competencia de tratamiento de la información y competencia digital; y la competencia de aprender a aprender. En lo que respecta al desarrollo de la competencia matemática desde la educación física escolar, se partiría de la base que la relevancia de las situaciones vivenciadas proporcionadas por la actividad motriz serían la antesala al desarrollo del pensamiento matemático. Desde este punto de vista, las aportaciones tendrían como objeto tanto la asimilación de las relaciones topológicas fundamentales, como la comprensión de los conceptos y procedimientos matemáticos básicos (Díaz-Brahona et al., 2009; Lleixà, 2007). Por otra parte, las aportaciones de la educación física al desarrollo de la competencia de tratamiento de la información y competencia digital se harían evidentes a través de situaciones de enseñanza y aprendizaje orientadas a fomentar la capacidad crítica y reflexiva del alumnado. En este caso, se partiría del uso de la Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en las clases de educación física con la intención de que el alumnado fuese capaz de buscar, seleccionar, tratar y usar la información necesaria tanto para la planificación y organización de la propia actividad física como para su práctica de modo saludable y sostenible (MECD, 2007). Por último, en el caso de la competencia aprender a aprender, la educación física podría contribuir a su desarrollo creando situaciones de enseñanza y aprendizaje en las que el alumnado debería de resolver problemas motrices, crear y experimentar nuevos movimientos o adaptar su repertorio de habilidades motrices a otros medios de práctica (MECD, 2007). Con este tipo de situaciones, lo que se pretendería es que el alumnado fuese capaz de establecer, regular y evaluar el alcance progresivo de metas ajustadas a su nivel de competencia motriz, COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 35 desempeñando para ello habilidades tan relevantes como la motivación, la constancia y la confianza en sus propias capacidades. c.- Ámbito personal Este ámbito se correspondería con la competencia autonomía e iniciativa personal. Tal y como destaca Lleixà (2007), esta competencia requiere el desarrollo de una serie de habilidades personales como la autoestima, la perseverancia, la responsabilidad y también aquellas habilidades necesarias para colaborar con los demás, como, por ejemplo, el respeto y la capacidad de diálogo. Desde este punto de vista, un planteamiento de las clases de educación física que fomentase la organización y la gestión de las actividades físicas que se planteen sería clave para el desarrollo de esta competencia. Por otra parte, las clases de educación física también deberían proporcionar experiencias que generasen actitudes positivas tanto hacia la actividad física y la adquisición de hábitos de salud y práctica física, como para el conocimiento y la aceptación de las propias habilidades y capacidades motrices, la aceptación y superación realista de las propias limitaciones. d.- Ámbito social y cultural En lo que respecta al eje social y cultural,bien puede decirse que la educación física mantendría un estrecho vínculo con las competencias que de ella se derivan: la competencia social y ciudadana; y el conocimiento y la interacción con el mundo físico. En el caso de la competencia social y ciudadana, se partiría de la base que la práctica de actividades motrices y juegos de naturaleza sociomotriz serían un excelente medio para generar contextos de enseñanza y aprendizaje en los que el alumnado podría desarrollar sus capacidades de relación social mediante la cooperación para el alcance de un objetivo común, o a través de la prevención y resolución de los posibles conflictos que se derivarían de este tipo de actividades y juegos motrices. Para que ello fuese posible, estos contextos de enseñanza y aprendizaje deberían permitir que el alumnado se encontrase en la tesitura de comprender, aceptar y poner en práctica los principios éticos, las normas y pautas de FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 36 conducta que forman parte de un determinado contexto social y cultural (Lleixà, 2007). Asimismo, siguiendo a esta misma autora, la adquisición de las competencias del ámbito social y cultural también deberían contribuir a que el alumnado adquiriese los conocimientos y los criterios necesarios que le permitiesen superar los estereotipos existentes en cualquier comunidad social y cultural, y enfrentarse a las desigualdades sociales que se suelen derivar de la promoción y práctica de la actividad física y deportiva, a través del conocimiento y la aceptación de los diferentes niveles de competencia motriz y de prácticas físicas existentes en otras culturas. Finalmente, este ámbito también supondría plantear situaciones de enseñanza y aprendizaje que permitiesen al alumnado ser consciente del impacto que la práctica de la actividad motriz suele generar en el marco social y cultural al cual pertenece el alumnado. En este caso, además de este ejercicio de sensibilización, la educación física escolar también podría contribuir a que el alumnado analizase críticamente, planease, aplicase y constatase el impacto de las medidas que consolidarían la práctica de actividades físicas sostenibles. En lo que respecta a la competencia conocimiento e interacción con el mundo físico, la contribución de la educación física se fundamentaría en la capacidad del alumnado para desenvolverse de forma autónoma en los contextos en los cuales desarrollará su vida cotidiana, fundamentalmente explorando e interactuando con ellos a través de la motricidad. En concreto, y siguiendo las indicaciones del Ministerio de Educación (2007), esta máxima implicaría ampliar las posibilidades motrices del alumnado potenciando la percepción y la interacción del propio cuerpo con diferentes entornos físicos (naturales, urbanos, artificiales o reglamentados), en los que el grado de incertidumbre podría ser estable o inestable. Por otra parte, esta competencia perseguiría como fin último la adquisición de unos hábitos de práctica física saludable como condición indispensable para conocer e interactuar con el mundo físico. De este modo, la educación física también podría contribuir, a través de sus contenidos disciplinares (preferentemente los que se corresponden con el desarrollo de las capacidades perceptivo-motrices y la adquisición de COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 37 hábitos de actividad física y salud), el conocimiento y la valoración de la actividad física como elemento indispensable para preservar la salud. Tabla 4: Principales contribuciones de la educación física al desarrollo de las competencias básicas Ámbito Competencias básicas Contribución a través de situaciones de aprendizaje que permitan… Comunicativo Competencia lingüística Competencia cultural y artística •Describir y justificar las acciones motrices realizadas •Afrontar la de prevención y resolución de conflictos a través del desempeño de habilidades comunicativas •Analizar críticamente los mensajes y de los estereotipos referidos al cuerpo •Comunicar ideas, opiniones o sentimientos a través de la actividad motriz •Conocer y respetar el patrimonio motriz de las comunidades socioculturales Metodológico Competencia matemática Tratamiento de la información y competencia digital Competencia de aprender a aprender •Asimilar las relaciones topológicas, los conceptos y operaciones matemáticas básicas a través de la actividad motriz •Buscar, seleccionar, tratar y utilizar información clave para la planificación organización de una práctica física saludable y sostenible •Establecer, regular y evaluar el alcance progresivo de metas ajustadas al nivel de competencia motriz Personal Competencia autonomía e iniciativa personal •Cooperar en la organización y la gestión de las actividades físicas •Aceptar las propias habilidades y capacidades motrices, la aceptación y superación de limitaciones FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 38 Ámbito Competencias básicas Contribución a través de situaciones de aprendizaje que permitan… Interpersonal Competencia social y ciudadana Competencia conocimiento e interacción con el mundo físico •Cooperar para alcanzar un objetivo común a través de la práctica física. •Prevenir y resolver los conflictos que emergen de las prácticas físicas. •Comprender, aceptar y poner en práctica los principios éticos, las normas y pautas de conducta. •Superar los estereotipos existentes en cualquier comunidad social y cultural. •Enfrentarse a las desigualdades sociales que se derivan de la promoción y práctica física. •Ser consciente del impacto derivado de la práctica de actividades físicas •Analizar, planificar, aplicar y evaluar el impacto de las medidas dirigidas a una práctica física sostenible. •Desenvolverse de forma autónoma en contextos en los que se desarrollarán prácticas físicas •Conocer y valorar la práctica física como elemento indispensable de preservación de la salud. Estas orientaciones con respecto a las contribuciones de la educación física al desarrollo de las competencias básicas, a pesar de estar recogidas en los distintos currículums del área, no tienen carácter prescriptivo. Por consiguiente, están sujetas a la consideración de los miembros de las comunidades educativas y, en concreto, a la voluntad del profesorado de educación física. A pesar de ello, quizás por el tradicional deseo que la asignatura de educación física no pierda –o incluso incremente- su estatus curricular, existen indicios que tales orientaciones han sido aceptadas y asimiladas por el profesorado y las instituciones encargadas de su formación, sin apenas haber sido cuestionadas (Vicente, 2011). Y es que el discurso de las competencias básicas presenta una serie de postulados y de finalidades educativas a los que ni la educación física ni cualquier área curricular pueden resistirse. Desde un punto de vista crítico, parece ser que este efecto ilusorio es la principal consecuencia de una tecnificación del discurso educativo que pretende transmitir de forma consciente -y también tácitamente- los valores y propósitos de una sociedad capitalista, cuyo leitmotiv es la individualización y la desigualdad social (Barbero, 2001; Fernández-Balboa, 2004; Grupo Incorpora, 2009; Kirk, 1990, 2008; Vicente, 2011; Vilanou, 2000). Expresiones como educar COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 39 para la vida cotidiana; dotar al alumnado de las competencias necesarias para afrontar los problemas y retos de la vida, también tienen sus sombras. Éstas podrían interpretarse como un intento de normalizar el propósito de formar personas útiles para el mundo del trabajo, personas preparadas para satisfacer las necesidades de una manode obra flexible, capaz de atender las demandas puntuales de producción. En el caso de la educación física, su rol puede estar destinado a formar personas activas y saludables, capaces de afrontar con garantías el esfuerzo y los requerimientos del sector productivo. A proporcionar los medios necesarios para desconectar y recuperarse satisfactoriamente de estas demandas, o alcanzar el prestigio social a partir de la práctica y el dominio de determinadas actividades físicas y deportivas, y el consumo de ciertos materiales y productos elaborados por la industria especializada. Sin embargo, aún a riesgo de sucumbir y contribuir a esta estrategia de legitimación que el discurso técnico-práctico utiliza para hacer más digerible sus orígenes y propósitos, opinamos que el discurso de las competencias básicas puede ser un buen motivo para cambiar el planteamiento de la educación física escolar y, por tanto, para fomentar una verdadera innovación curricular, más allá de los contenidos y las actividades de enseñanza, aprendizaje y evaluación. Para que ello sea posible, es necesario dar prioridad a los argumentos de corte social que se esgrimen a la hora de justificar la pertinencia y la legitimidad del currículum competencial, al tiempo que se asume que toda comunidad educativa, a pesar de las prescripciones administrativas, siempre deberá de adaptar el currículum a las particularidades de su contexto (Grupo Incorpora, 2009; Kirk, 1990, 2008; UNESCO, 2015). Esto supone partir de la base que el currículum de la educación física puede optar por un discurso que abogue por una educación de calidad pero también por una educación más justa e inclusiva, que dote al alumnado de las competencias necesarias para analizar y actuar sobre los problemas que limitan o coartan la consecución de este objetivo prioritario, y que también respete las diferencias, tanto en lo que se refiere al modo y al ritmo de aprender como a las costumbres y prácticas de otros contextos sociales y culturales. En otras palabras, asumir que el currículum de la educación física basado en las competencias básicas puede derivar hacia finalidades basadas en la praxis educativa. Es decir, en FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 40 la relación existente entre el conocimiento adquirido y las acciones concretas producidas por los agentes educativos en el contexto en donde se lleva a cabo el proceso educativo, con la intención de resolver problemas y transformar la realidad en donde se producen (Kirk, 1990). Esto significa que la educación física también debe partir de problemas y retos reales -no abstractos- que se presentan tanto en el seno de una particular comunidad educativa como en un marco social y cultural determinado. Este enfoque requiere también de la adopción de un determinado punto de vista o posicionamiento político del currículum de la educación física. Si estamos de acuerdo que la educación física proporciona experiencias educativas auténticas y alineadas con la adquisición de un conocimiento práctico transferible a la cotidianeidad y el desarrollo una conciencia social y crítica, su rol en el currículum siempre será relevante. En otras palabras los aprendizajes que proporcione a través de la actividad motriz, siempre serán útiles y valiosos, tanto a nivel individual como colectivo (Vicente, 2011, p. 83). Ciertamente, esta opción por un enfoque competencial basado en el compromiso social podría ir en contra del sentido original por el cual ha sido concebido y promovido por las instituciones y las corporaciones educativas nacionales e internacionales. Tal y como señaló Kemmis (En Kirk, 1990, p. 46), es posible que la idea de apostar por una interpretación y desarrollo del currículum desde una óptica particular pueda carecer de sentido, si el sistema educativo institucionaliza una visión no alineada con este propósito social, y si, tal y como se ha dicho con anterioridad, los organismos de evaluación externa tan sólo focalizan su interés hacia la evaluación de las competencias instrumentales vinculadas a las disciplinas tradicionalmente vinculadas con las demandas del mundo laboral. No obstante, entendemos que es aquí donde el área de educación física puede transformar la limitación de no tener un estatus similar a las áreas curriculares tradicionales en una oportunidad para generar el cambio curricular al que se aludía unas líneas más arriba. En este sentido, siguiendo el mismo argumento de Kirk (1990), afortunadamente, la educación física no está sujeta a los mismos dictados y controles de las áreas curriculares más instrumentales, y tampoco debe de rendir cuentas en ningún proceso descontextualizado de evaluación de competencias. Por tanto, ¿por qué no aprovechar esta circunstancia en beneficio propio, y aportar una visión alternativa, situada y significativa? COMPETENCIAS BÁSICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA 41 Para responder a esta pregunta es necesario disponer de argumentos sólidos con respecto al valor curricular de la educación física, y al rol que debe de desempeñar en el desarrollo de las competencias básicas en el marco de una educación de calidad, más justa y accesible para todos. Con esta intención, el siguiente apartado del presente capítulo se centrará en analizar el enfoque que la asignatura de educación física podría adoptar para implementar un desarrollo de las competencias básicas desde este punto de vista eminentemente educativo y social. 2.3 Fundamentos para el desarrollo de competencias desde la educación física Los maestros y profesores de Educación Física siempre se han lamentado del bajo estatus de su asignatura en los currículos escolares. Contra esta “injusticia” han apelado a su potencial educativo, a sus bondades y beneficios en la educación integral del individuo. En otras ocasiones, incluso han recurrido a los clásicos para justificar su pertinencia y tradición educativa. Al margen del lastre que el dualismo cuerpo-mente ha supuesto para las áreas curriculares distanciadas de los aprendizajes académicos por excelencia, autores como Kirk (2008) o Nyberg & Larsson (2014) han puesto manifiesto que buena parte de las concepciones relacionadas con el objeto de la de educación física escolar y manifestadas por su profesorado y alumnado apenas han sido concebidas en clave de conocimiento o aprendizaje. Desde este punto de vista, estos mismos autores opinan que este hecho es un indicador más de la creciente depreciación de la educación física como materia escolar y que, en gran medida, esta situación se debe a la incidencia de factores intrínsecos relacionados únicamente con la idea de que la educación física debe: formar personas físicamente activas; con estilos de vida saludables y capaces de practicar con cierta habilidad determinadas prácticas deportivas. Por otra parte, la eclosión del discurso de las competencias en educación, sin apenas un análisis crítico, y también sin el aval de un corpus teórico sustentado en la investigación ni en el conocimiento práctico (Pérez, 2007; Vicente, 2011), ha puesto sobre la mesa nuevos debates curriculares ante los que la educación física y las áreas curriculares no instrumentales están mucho más descolocadas que antes. FRANCESC BUSCÁ DONET, SERGIO MONEO BENÍTEZ, BEATRIZ RODRÍGUEZ MARTÍN, MARTA HERNÁNDEZ ÁVILA Y CARLOS MURILLO FUENTES 42 Asimismo, la implantación sesgada y parcelada del currículo competencial está provocando un proceso de selección y definición de competencias clave reducido, orientado tan sólo hacia aquéllas que permiten la obtención de buenos resultados en las pruebas nacionales e internacionales de evaluación externa. La principal consecuencia de todo ello se concreta en torno a la discriminación de unas competencias en detrimento de otras; a la priorización de aprendizajes escolares basados exclusivamente
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