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RETOS DE LA EMPRESA AGROPECUARIA EN MEXICO

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RETOS DE LA EMPRESA AGROPECUARIA EN MÉXICO RETOS DE LA EMPRESA
AGROPECUARIA EN MÉXICO
Book · November 2019
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6 authors, including:
Daniel Alejandro Lara-Rodríguez
Universidad Veracruzana
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Dinora Vázquez Luna
Universidad Veracruzana
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RETOS DE LA EMPRESA 
AGROPECUARIA EN MÉXICO
AUTORES
DANIEL ALEJANDRO LARA RODRÍGUEZ
DINORA VÁZQUEZ LUNA
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RETOS DE LA EMPRESA AGROPECUARIA EN MÉXICO 
 
 
 
 
 
RETOS DE LA EMPRESA AGROPECUARIA EN MÉXICO 
 
 
 
AUTORES 
DANIEL ALEJANDRO LARA RODRÍGUEZ 
DINORA VÁZQUEZ LUNA 
 
 
 
EDITOR LITERARIO Y DE DISEÑO 
DANIEL ARMANDO OLIVERA GÓMEZ 
 
 
 
 
EDITORIAL 
©RED IBEROAMERICANA DE ACADEMIAS DE INVESTIGACIÓN A.C. 2019 
 
 
 
 
 
 
 
 
EDITA: RED IBEROAMERICANA DE ACADEMIAS DE INVESTIGACIÓN A.C 
DUBLÍN 34, FRACCIONAMIENTO MONTE MAGNO 
C.P. 91190. XALAPA, VERACRUZ, MÉXICO. 
TEL (228)6880202 
PONCIANO ARRIAGA 15, DESPACHO 101. 
COLONIA TABACALERA 
DELEGACIÓN CUAUHTÉMOC 
C.P. 06030. MÉXICO, D.F. TEL. (55) 55660965 
www.redibai.org 
redibai@redibai.org 
Derechos Reservados © Prohibida la reproducción total o parcial de este 
libro en cualquier forma o medio sin permiso escrito de la editorial. 
Fecha de aparición: 11/11/2019 
Sello editorial: Red Iberoamericana de Academias de Investigación, A.C. 
(607-8617) 
Primera Edición 
Ciudad de edición: Xalapa, Veracruz, México. 
No. de ejemplares: 200 
Presentación en medio electrónico digital: Cd-Rom formato PDF 4 MB 
ISBN: 978-607-8617-35-7 
 
 
 
 
 
 
Contenido 
Introducción ................................................................................................................................... 3 
Problemas y retos agropecuarios desde el enfoque social ............................................................... 5 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque productivo-tecnológico ......................................... 12 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque económico ............................................................ 19 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque ecológico y ambiental ........................................... 24 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque de políticas públicas.............................................. 31 
Situación de la ganadería bovina en México y en el trópico veracruzano ....................................... 36 
Características de los productores ganaderos ............................................................................... 41 
Los registros productivos y la toma de decisiones en la empresa ganadera ................................... 45 
Conclusiones ................................................................................................................................ 49 
Referencias ................................................................................................................................... 50 
 
 
 
 
 3 
Introducción 
 
Las necesidades en el entorno agropecuario tienen aristas socioculturales, 
productivas, económicas, ecológicas, ambientales y del orden de políticas públicas 
(Weiss, 2017). En el presente documento, se aborda cada una de ellas, poniendo 
de manifiesto las problemáticas integrales del sector rural, que van desde la 
exclusión social, el subdesarrollo, la falta de alternativas de mejora integral, la 
insustentabilidad productiva, los bajos estándares de calidad nacional y las limitadas 
estrategias de mercado, provenientes de deficiencias en los sistemas 
administrativos, directivos, de ejecución y de planeación de proyectos (Hewitt, 
2007), hasta estrategias que dejan de lado la sustentabilidad de los recursos y la 
heterogeneidad de las regiones (Méndez y Gliessman, 2002). 
La vulnerabilidad y el subdesarrollo económico en el ámbito agropecuario han 
dejado al país en insuficiencia alimentaria (Torres et al., 2003). Aunado a ello, existe 
incongruencia entre los sistemas actuales de producción y el uso potencial de los 
recursos, como resultado de la falta de vinculación entre profesionistas, científicos 
y productores a favor del desarrollo productivo y tecnológico “basadas en el sujeto”, 
además, de la baja injerencia de la ciencia en el desarrollo de las políticas públicas, 
siendo el reto, balacear apropiadamente éstas dimensiones en la investigación 
científica (Moreles, 2010). Por ello, es urgente y pertinente que se construyan los 
mecanismos adecuados para que las ciencias agropecuarias impacten 
directamente al entorno rural. 
 
Actualmente, el sector agropecuario padece de grandes problemáticas que handificultado el pleno desarrollo del sector rural. En este sentido, es urgente que la 
investigación desde el ámbito académico se preocupe y ocupe de convertir los 
problemas en retos, los retos en éxitos y los éxitos en una verdadera vinculación 
con pertinencia social. El objetivo del presente trabajo es identificar los principales 
problemas agropecuarios en México, desde diferentes aristas (social, económica, 
productiva, ecológica, ambiental y del orden de políticas públicas), con la finalidad 
de buscar los retos desde la vinculación-investigación en el sector rural, debido a 
su débil impacto en entorno rural del país. 
 
Problemas y retos agropecuarios desde el enfoque social 
La exclusión social se manifiesta como la falta de acceso a los bienes, las 
oportunidades y las relaciones sociales disfrutadas por otros, integrando así 
elementos de inequidad, discriminación, marginación, desempleo, desigualdad 
cultural, étnica, social, educativa, de género, de salud y de ingreso (Figura 1); siendo 
así, una de las determinantes sociales más importantes para la Organización 
Mundial de la Salud (OMS), debido a que éstas pueden estar relacionadas con 
trastornos de salud que afectan la calidad de vida y el desarrollo humano (Agost-
Felip y Martín-Alfonso, 2012), e incluso, se ha encontrado que este conjunto de 
elementos de exclusión social, tienen un efecto en el desarrollo de las regiones del 
cerebro social (Moor et al., 2012). 
 
 
Figura 1. Circulo del subdesarrollo desde el enfoque social. 
Pobreza
Inequidad
Marginación Exclusión social 
Subdesarrollo
La sociedad rural se refieren a la población de entidades de menos de 2,500 
habitantes y es un término que algunos autores lo concretan al contexto 
ocupacional, cuando sus integrantes se dedican a actividades relacionadas con la 
agricultura, la ganadería y la silvicultura (Gil, 2011); sin embargo, éste concepto 
dista de ser simple, debido a que pocos países en el mundo poseen una realidad 
agropecuaria tan compleja, heterogénea y singular como la de México, siendo éste 
uno de los países con mayor diversidad ecológica, biológica y cultural del planeta, 
con 89 lenguas autoctonas, que debe ser consideradas en los planes de desarrollo 
a nivel local, regional y nacional (Alcántara, 2003). 
La diversidad cultural ha sido vulnerada debido a la migración, la cual está vinculada 
con la búsqueda de mejores condiciones de vida, a pesar de los problemas sociales 
que de ellos emanen, tal como la ruptura familiar y la seguridad personal; sin 
embargo, esta tendencia ha ido disminuyendo. De acuerdo con el INEGI (2017), la 
migración internacional y la pérdida de población en el bienio 2014-2015 fue más 
intensa en las entidades tradicionalmente migratorias, con tasas de 5 por cada 10 
000 habitantes, como son: Michoacán (-136.1), Zacatecas (-115.8), Guanajuato (-
108), Durango (-108.8), Baja California (-75.5), Tamaulipas (-72.9) y Aguascalientes 
(-60.4). A nivel nacional se obtuvo un saldo neto migratorio de -43.1, durante el lapso 
de referencia; también se observó una mayor tasa de retorno, lo que traerá consigo 
una nueva ruralidad colmada de problemas sociales asociados a este hecho, tales 
como perdida de la identidad cultural, cambio de roles productivos y enfermedades 
ligadas con la migración y la marginación. Por otro lado, las remesas no deben 
considerarse como un sustituto de la introducción de programas financiados con 
fondos públicos de protección social, sobre todo cuando se produce la migración 
debido a la escasez de opciones de trabajo en la comunidad rural de origen (de la 
Fuente, 2010). 
La pobreza es uno de los problemas sociales más importantes del país, debido a 
que el porcentaje de pobres alimentarios aumentó de 13.8 a 18.2% y el porcentaje 
de pobres de patrimonio incrementó de 42.6 a 47.4 % entre 2006 y 2008, 
respectivamente (Hernández et al., 2012). Por ello, el Plan Nacional de Desarrollo 
2007-2012 asumió como premisa básica la búsqueda del Desarrollo Humano 
Sustentable, como el proceso permanente de ampliación de capacidades (Valle, 
1999) y libertades que permita el desarrollo humano (PND, 2007); mientras que el 
Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 indica que el 65% de la población que se 
ubica en áreas rurales es pobre (PND, 2013), también revela que: “En el ámbito 
rural existen severas restricciones que inhiben el desarrollo de las mujeres y los 
hombres del campo: la pulverización de la propiedad, que no sólo se presenta en la 
propiedad social, sino que es más aguda en la pequeña propiedad. Asimismo, la 
falta de transferencia de la propiedad agraria, la persistencia de conflictos por la 
posesión de la tierra, el envejecimiento de los sujetos agrarios y la feminización del 
campo derivado de los movimientos migratorios son algunas de las problemáticas 
que deben afrontarse para lograr un desarrollo agrario justo y equitativo” (pág. 46) 
y por ello el objetivo del actual plan es proveer un entorno adecuado para el 
desarrollo de una vida digna, planteando dar impulso a soluciones de vivienda 
dignas. Cabe mencionar, que el desarrollo a escala humana es un concepto que se 
rige bajo el marco de la democrática, en el orden de la satisfacción de las 
necesidades humanas, la autodependencia y las articulaciones orgánicas, cuya 
propuesta no es un modelo; pero si defencía las necesidades de los satisfactores y 
como éstos pueden contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas 
necesidades. En este sentido, las necesidades humanas fundamentales son finitas, 
pocas y clasificables, además de ser las mismas en todas las culturas y en todos 
los periodos históricos, lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es la 
manera para la satisfacción de las necesidades (Max-Neef et al., 1986). 
Por todo lo anterior, las problemáticas sociales presentes en el sector rural (Cuadro 
1), muestran que es necesario realizar investigación dirigida a generar iniciativas de 
desarrollo humano equitativo, bajo un marco de igualdad social y calidad de vida, 
mediante alternativas de mejora integral acorde con el concepto de “Desarrollo 
Rural Sustentable”. Al respecto, la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS, 
2012) lo definide como “el mejoramiento integral del bienestar social de la población 
y de las actividades económicas en el territorio comprendido fuera de los núcleos 
considerados urbanos de acuerdo con las disposiciones aplicables, asegurando la 
conservación permanente de los recursos naturales, la biodiversidad y los servicios 
ambientales de dicho territorio” (pág. 2). En este sentido, las ciencias agropecuarias 
deberían focalizar sus acciones hacia la vinculación directa con el sector rural, es 
decir, que participen y se integren en las comunidades o sectores de interés como 
parte de su proceso de vinculación e investigación, de tal forma que detecten los 
problemas reales y no los confundan con las consecuencias de éstos, según sea el 
caso. 
Al respecto, alguno de los principales problemas desde el enfoque social en el 
sector rural de México son: Inequidad y pobreza, desigualdad, marginación son 
problemas que puede ubicarse con mayor precisión dentro de las historias de 
despojo y exclusión político-económica sistémica (Partridge, 2015; Ortega, 2016), y 
han ocasionado escaso crecimiento de la economía, impidiendo absorber a la mayor 
parte de la población desempleo que tiende a la migración (Lomelí y Vázquez, 
2016), afectando en mayor medida a las mujeres (Barrón, 2013), producto de la 
discriminación existente (Perreira y Telles, 2014) y favoreciendo la pérdida de 
identidad cultural (Flores et al., 2007). Otros efectos son la desnutrición y problemas 
cognitivos en niños (Carrasco et al., 2016) y enfermedades ligadas con la migración 
y la marginación tanto en niños (Hamilton y Choi, 2015), como en adultos como la 
extensión del VIH en comunidades rurales (Levy etal., 2007). Existe analfabetismo 
y falta de educación de calidad en el sector rural (Rivera et al., 2015), donde se 
reconozcan las necesidades especiales y las estrategias particulares, que lleven a 
la equidad (Nery, 2015). Al respecto, Rodríguez-Pose y Hardy (2015) hace un 
análisis de las conexiones entre el investigador o formador, el orquestador o quien 
anima a conectar la red, el financiador, el trasferidor y el transformador dando como 
resultado una red de innovación agropecuaria, al llegar directamente al producto. 
(Rodríguez-Pose y Hardy, 2015) 
Los cambio de roles productivos han permitido que las mujeres incursionen en como 
administradores en el campo agropecuario, al respecto Lyon et al. (2010) indica que 
el comercio justo que operan en las redes orgánicas puede proporcionar beneficios 
relativos a las mujeres, particularmente si están registradas como operadores 
agrícolas; sin embargo, la falta de organización colectiva entre productores locales 
no inscritos en estas redes pueden ser un problema estratégico importante, aunque 
la adhesión a la acción colectiva, también pueden crear una captura de élite, 
comportamientos de clanes y barreras de entrada, que se deben de evitar en la 
acción colectiva (Crespo et al., 2014). Por otro lado, el fallo de la presencia de la 
ciencias agropecuarias en el sector rural, debido a los modelos de desarrollo 
paternalistas e insuficiencia de servicios públicos (Khemani, 2015), además de la 
carencia de una cultura del ahorro (Esquivel, 2008) y el escaso desarrollo de 
capacidades o extensionismo en el sector rural con pocas redes de innovación 
(Rodríguez et al., 2010), que respete el conocimiento tradicional, pues solo se 
comercializa, sin un verdadero aporte al desarrollo rural (Reyes-García, 2009), 
llevado al abandono del sector agropecuario y el incremento de economía informal 
(Sheehan y Riosmena, 2013). Finalmente, Urquía-Fernández (2014) indica que el 
país está sometido a una doble carga de malnutrición, debido a que 14% sufre de 
desnutrición infantil, 30% de la población adulta padece de obesidad y más de 18% 
de la población está en pobreza alimentaria, pues la estructura productiva y sus 
indicadores reflejan que insuficiencia alimentaria nacional va más allá de ser un 
problema productivo, siendo una problemática multi-dimencional. 
 
Cuadro 1. Principales problemáticas y retos en la investigación social del sector 
agropecuario. 
Problemática Retos 
Exclusión social. 
 
Subdesarrollo en el sector agropecuario 
con falta de alternativas de mejora 
integral. 
Investigación dirigida a generar 
iniciativas de desarrollo humano 
equitativo, bajo un marco de igualdad 
social y calidad de vida. 
Fuente: Elaboración propia 
 
 
 
 
 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque productivo-
tecnológico 
 
La insuficiencia alimentaria en México es una de las principales problemáticas del 
sector agropecuario (Figura 2), que se ve reflejada en la balanza comercial negativa 
de granos básicos; ésta producto de una serie de complejidades (Cuadro 2), como 
son: bajos rendimientos, falta de tecnología, ineficiente transferencia de tecnología, 
monopolios en la producción de semillas; así como, apoyos al campo que dejan de 
ser competitivos, sin fomentar el desarrollo productivo, propiciando la estacionalidad 
de los precios, ésta debido a una agricultura bajo condiciones de temporal, aunado 
a lo anterior, las prácticas de manejo agronómico que pueden favorecer la erosión 
de los suelos, la pérdida de biodiversidad (vegetal y animal), el deterioro de la 
cobertura vegetal y por ende, la baja sustentabilidad (Hermann et al., 2009). 
Además, como parte de la complejidad climática, se estima que el 76% de la 
superf icie nacional tiene algún grado de afectación por erosión hídrica, que 
corresponde a 6.79%, 5.79% fuerte, 26.37% moderada y 37.06% leve (González et 
al., 2016). 
La insuficiente participación del ámbito científico en los sistemas agropecuarios no 
es un problema reciente, pues desde hace más de veinte años se han encontrado 
factores limitantes para el desarrollo de éstos. La emigración hacia las ciudades, la 
ausencia de servicios en zonas rurales, la escasez de estímulos particularmente en 
el caso de los productos básicos, la carencia en la investigación de innovaciones 
agronómicas en los trópicos y su absurda comparación con las zonas templadas 
(Charreau y Rouanet, 1987), son algunos factores que han limitado la investigación 
y el desarrollo rural, además de la falta de capacitación técnica de los agricultores y 
en ocasiones, el problema del idioma y de algunos elementos socioeconómicos 
como la edad, la baja escolaridad, los sistemas de subsistencia y el número de 
integrantes de familia, pueden ser determinantes sobre el cambio tecnológico 
(Dorantes et al., 2012) y la apropiación de tecnología por parte de los productores, 
al respecto, de acuerdo con los resultados de un estudio realizado en Tlaxcala con 
1,884 productores, se encontró que 73% de los productores se clasificaron como de 
baja apropiación y solo 1.5% de alta, teniendo relación directa entre índice de 
apropiación y rendimiento (Damián et al., 2007); sin embargo, los sistema agrícola 
predominantes han orillado a que los agricultores usen tecnología de control de 
plagas basada en los pesticidas, dejando de lado la sustentabilidad de los sistemas 
(Wilson y Tisdell, 2001), siendo que el uso excesivo de plaguicidas, crean 
resistencia genética de plagas y enfermedades, incrementando la incidencia de 
plagas y enfermedades emergentes y reemergentes, así como el uso de 
agroquímicos (Buj, 2005), poniendo en peligro la salud humana y el medio ambiente, 
debido a que las medidas mexicanas de seguridad son débiles en torno a la 
protección del ambiente y de la salud, pues, los programas de monitoreo ambiental 
son limitados, debido a que el país no cuenta con estadísticas exactas sobre el uso 
de plaguicidas (cantidad por cultivo y por región), ni los efectos de la toxicidad, así 
como de los riesgos sobre la salud humana asociados con el uso de dichos 
productos (Mena-Espino y Couoh-Uicab). 
Ahora bien, con el incremento de zoonosis y antropozoonosis producto de una gran 
diversidad de trematodos, tenias, acantocéfalos y nematodos derivados de 
animales salvajes, mientras que otros han sido adquiridos de animales salvajes o 
domesticados, constituyen la mayoría de las especies que infectan a los humanos 
(Reinhard et al., 2013), que ponen en riesgo la salud por consumo de alimentos no 
inocuos, debido a la falta de capacitación y profesionalización en el sector 
agroalimentario (Martínez y Villalobos, 2008), o bien, por la bio-acumulación de 
contaminantes persistentes en alimentos, debido a la falta de información y poca 
percepción de riesgo, por ello es recomendable aumentar la conciencia sobre los 
riesgos y cambiar la conducta ante éstos, entre los agricultores (Gómez et al., 2014). 
 
 
Figura 2. Principales factores para el desarrollo productivo y sufucuencia 
alimentaria. 
Insuficiencia alimnetaria
Insuficiente innovación 
tecnológica regional y local 
Falta de apropiación 
tecnológica
Problemas en la inocuidad 
alimentaria por uso 
desmedido de agroquímicos
Falta de competitividad 
productiva
Subdesarrollo productivo
En México, existen modelos productivos ineficientes derivado de paquetes 
tecnológicos inapropiados para la gran diversidad ambiental e identidad social 
presente en nuestro país, al respecto Frank et al. (2011) indica que “la fuerte 
identidad dentro del grupo y las percepciones de grupos externos potencialmente 
influyentes, como la comunidad científica, parecen influir particularmente en la 
percepción y el uso de la información” (pág. 66), con inadecuada visión de la 
planeación territorial, sin atender la sustentabilidad y la vulnerabilidad productiva, 
ecológica, ambiental, económica y social(Vázquez-González et al., 2014). Existe 
investigación local y transversal que indica los factores exógenos que puede afectar 
la seguridad alimentaria, al respecto Eakin (2005) expone un modelo conceptual 
Presión-Estado-Respuesta para definir escenarios de tendencias actuales y 
actuales muestran una mayor vulnerabilidad debido al uso de la tierra; Merchand 
(2014) también indica como factores importantes la alta dependencia tecnológica y 
productiva del exterior, con insuficiente investigación en ámbito regional y que han 
conducido a la insustentabilidad de los sistemas de producción. 
Estudios realizados a nivel nacional, indican que la alteración del medio ambiente 
tienen índices de afectación que van de 0 a 1, en este caso, la agricultura presenta 
valores de 0.520 a 0.416 (Roth et al., 2016), afectando severamente la 
biodiversidad, la calidad del agua y del suelo, y por tanto los servicios ambientales 
(Martínez et al., 2009), debido al cambio del uso del suelo y la incongruencia con su 
uso potencial ecosistémico. Al respecto, Sahagún-Sánchez et al. (2011) estimó que 
el 13% de la superficie con coberturas vegetales naturales de la Sierra Madre 
Oriental del estado de San Luis Potosí son susceptibles al cambio, y que para el 
2025 el total de áreas modificadas podría triplicarse, poniendo de manifiesto que la 
principal amenaza para los ecosistemas, es el incremento de las actividades 
agropecuarias en la región. 
La dependencia alimentaria de productos básicos, la baja competitividad 
agropecuaria y los modelos de producción enfocados al abasto en cantidades 
suficientes y a precios bajos, no considera la calidad de los productos, la inocuidad 
alimentaria y la calidad de vida del medio rural. Al respecto, Appendini et al. (2003) 
señalan que desde los cincuenta se acentuó la diferenciación de la agricultura según 
el tipo de productor, impulsando a la agricultura privada y empresarial, en los años 
sesentas, nuevos compitieron con el maíz y fueron adoptados por la agricultura 
empresarial, entre ellos el sorgo, así pues, en los años setentas el cultivo de básicos 
fue promovido fuertemente a través del crédito publico, el acceso a fertilizantes, 
pesticidas y herbicidas baratos producidos y distribuidos por empresas 
paraestatales… “Esto significó un cambio en la ‘calidad’ del maíz, primero debido al 
uso de insumos químicos y a la incorporación paulatina de semillas híbridas o 
mejoradas” (pág. 70). Por tanto, el desarrollo productivo del país presentó 
desigualdad, inequidad y falta de eficiencia productiva en el sur del estado 
mexicano; Soto (2003) afirman que “la agricultura comercial de exportación se ha 
convertido, en cierta forma, en un mito. El Estado la subsidia generosamente con 
obras de infraestructura, agua, créditos y fertilizantes. Absorbe el 71% del capital de 
inversión y sólo produce menos de 1% del frijol y maíz que se consume a nivel 
nacional. Esta agricultura seguirá produciendo para la exportación y no será capaz 
de resolver los problemas de empleo rural.” (pág 195). Por otra parte, la baja 
fertilidad de los suelos y la pérdida de cobertura vegetal (Molina et al., 2016), 
vulneran los recursos naturales (Esperón-Rodríguez y Barradas, 2015), con efectos 
tales como la erosión, la desertificación y las inundaciones (Ruiz y Febles, 2004). 
El trabajo del científico es realizar la experimentación que genere conocimiento y de 
validez a la tecnología. Investigadores sugieren que en el campo mexicano se 
requiere fortalecer un sistema que comprenda y articule la generación de tecnología, 
las vías de transferencia y su difusión con los productores agrícolas; pero que éstas, 
no deben estar aisladas del conocimiento de la dinámica de la producción, de la 
adecuada asesoría técnica y del financiamiento con acceso garantizado al mercado 
de granos y con diferentes alternativas de comercialización (Mena et al., 2012). Por 
ello, es de vital importancia que se fortalezca a las ciencias agropecuarias, mediante 
el desarrollo de investigación científica regional y local, que evite incongruencias 
entre el uso actual del suelo con su potencial, bajo un enfoque de sustentabilidad 
(productiva, ecológica, ambiental, social y financiera) de los sistemas y que plantee 
estrategias de vinculación de los investigadores con los sistemas productivos, sin 
dejar de atender los múltiples problemas del sector rural. Al respecto, a nivel global 
se estima que alrededor de 25% de los alimentos producidos se pierde en la cadena 
de suministro de alimentos, constituyendo también pérdidas del 23 al 24% en el uso 
total de agua, áreas de cultivo y fertilizantes utilizados para producir dichos 
alimentos, este desperdicio de la producción de alimentos se debe también, en parte 
a la falta de mecanismos eficientes de comercialización, por falta de capacidad 
organizacional de los productores o las largas cadenas de producción (Kummu et 
al., 2012). 
Cuadro 2. Principales problemáticas y retos de la investigación con enfoque 
productivo y de sustentabilidad en el sector agropecuario. 
Problemática Retos 
Insustentabilidad productiva, 
insuficiencia alimentaria y 
bajos estándares de calidad 
nacional en los sistemas 
agropecuarios. 
 
Deficientes estrategias 
organizacionales, productivas, 
tecnológicas, de cooperación, 
de capacitación y de 
profesionalización que vinculen 
a profesionistas, científicos y 
productores a favor del 
desarrollo productivo y 
tecnológico. 
Insuficiente investigación 
científica regional y local, para 
la gran diversidad ambiental. 
Desarrollo de investigación científica regional y 
local que evite incongruencias entre el uso actual 
del suelo con su potencial, bajo un enfoque de 
sustentabilidad (productiva, ecológica, ambiental, 
social y financiera) de los sistemas y que plantee 
estrategias vinculación con el sector rural. 
 
Fuente: Elaboración propia 
 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque económico 
 
Los principales indicadores que se utilizan para establecer la rentabilidad de la 
producción son la ganancia o el beneficio neto, la relación beneficio costo (B/C) y la 
cantidad de producción mínima económica (CPME); sin embargo, los análisis 
económicos son insuficientes para entender la complejidad de la producción, debido 
a que existen numerosas variantes causadas por la alta heterogeneidad ambiental, 
sociocultural y ecológica, por lo que es necesario que se evalúe la sustentabilidad 
de los sistemas (León et al., 2004). 
Por otro lado, la competitividad de los productos agropecuarios ha tenido sus 
altibajos después de la liberalización comercial, con la entrada de México al Acuerdo 
General de Aranceles y Comercio (GATT) y al Tratado de Libre Comercio de 
América del Norte (TLCAN). La evolución del patrón de cultivos de México en el 
marco de la integración económica de 1980 a 2009 se ha modificado, tal como lo 
indica la producción de granos básicos, que, aunque no se desplomó, tampoco 
presentaron indicios de aumento de la superficie sembrada, por el contrario, tiende 
a reducirse. En consecuencia, la producción de oleaginosas disminuyó, debido a 
que su superficie sembrada se redujo en 92.6% a partir de 1987, antes del TLCAN; 
por el contrario, la producción de forrajes, hortalizas y frutales creció debido al 
mismo efecto (Cruz et al., 2012). Ahora bien, la dependencia de insumos financieros 
del exterior (tecnología) y la falta de valor agregado han limitado el uso del TLCAN, 
debido a una industria de ensamblaje con poca innovación y con tecnología 
doméstica (Roca, 2012), además de la baja rentabilidad de los cultivos, la falta de 
congruencia entre rentabilidad y sustentabilidad, ejemplo de ello es que en el 
noreste de Michoacán puede existir una brecha de rendimiento de la granja para la 
producción de leche entre 38% y 91%, pero la mejora requiere mayor producción 
de alimentos en la granja y el reciclajede nutrientes (Cortez-Arriola et al., 2014). Por 
otro lado, la elaboración de proyectos sin estudios de mercado, estudios de 
factibilidad y de proyecciones, que asimismo, dejan de atender la degradación de 
los recursos, poniendo en riesgo la supervivencia y el posterior crecimiento y 
desarrollo empresarial denota la importancia de la planeación financiera en la 
elaboración de planes de negocios para que las empresas sean sostenibles en el 
tiempo (García et al., 2010), aunado a que, en el agro existen largas cadenas de 
comercialización, que poco benefician a los pequeños productores (Gasca y Torres, 
2014). 
Por otra parte, entre los productores existe poca organización y formalización de 
empresas agropecuarias, la falta de desarrollo del capital social y la permanencia 
de formas de comercialización que no beneficia a los productores (Figura 3); esto 
se complica con la falta de empleos locales y la reducción de precios y salarios 
agrícolas (Rello y Saavedra, 2013), además que el nivel de cobertura de la 
asistencia técnica y capacitación es de sólo 3% (Cuevas et al., 2012). Por ello, existe 
baja competitividad en granos básicos (González y Alferes, 2010), restricción en los 
modelos de toma de decisiones por la incertidumbre percibida, debido al riesgo de 
inversión y de mercado (Tucker et al., 2010), así como los problemas por la 
volatilidad de los mercados internaciones (Herrera et al., 2015). Por ello, Villanueva 
y Chiñas (2015) señalan que “tal modelo habrá de basarse en la coparticipación y 
acuerdos entre procesos de investigación, desarrollo y mejores niveles educativos, 
en un entorno institucional que anime la inversión y, por ende, la generación de 
empleo”… (pág. 123). 
 
Figura 3. Elementos cíclicos del subdesarrollo organizacional y empresarial rural. 
 
Barkin (2004) propone el fortalecimiento del mercado interno con efectos sinérgicos 
sobre los costos de producción, debido a que los productos regionales o locales son 
más baratos, pues existe un menor costo en el trasporte de las mercancías (a 
distancias más cortas), que al mismo tiempo ayudan a preservar el medio ambiente, 
a reducir las emisiones y el uso de combustibles derivados del petróleo. También, 
sugiere el establecimiento de un entorno favorable para la inversión, que permita 
elevar los niveles productivos y realizar los cambios estructurales necesarios; sin 
que éstos afecten a nuestra sociedad. Y finalmente, transformar la visión de que la 
Falta de registros 
contables y 
productivos en el 
sector agropecuario.
Baja formalización y 
organización de las 
empresas 
agropecuarias.
Largos canales de 
comercialización.
Altos costos de 
producción.
Escasa visión de 
economía sustentable.
unidad de referencia sea la finca, y pase a ser la familia rural, ésta generará un 
enfoque más integral, que a su vez permitirá estrechar la relación entre los 
fenómenos económicos y sociales. 
La fruticultura por su parte, es una de las actividades agropecuarias más 
redituables, tan sólo en 2010 la superficie cosechada con frutales representó el 6.44 
% de la nacional, pero el valor de su producción fue del 20.67 % del total, es decir, 
cada hectárea cultivada con frutales es tres veces más redituable que el promedio 
del resto de los cultivos, y es la actividad que presenta un balance comercial 
positivo, además de generar empleos indirectos como servicios, trasportes, 
unidades de transporte, envases de cartón y madera para empacar los productos 
(Garay et al., 2011). En México, la fruticultura es una de las actividades agrícolas 
con mas bondades, sin embargo, el 79.27% de la frutricultura plantada con frutales 
tropicales y subtropicales, sufre los mismos problemas productivos que los demás 
cultivos (Cuadro 2), debido a que en su mayoría es de temporal, presenta bajas 
densidades de plantación, la propagación de plantas no se hace en viveros 
certificados, los rendimientos son bajos en comparación con otros países 
productores, existe falta de técnicos capacitados, alta dependencia de plaguicidas, 
aparición de nuevas enfermedades y aunque se ha incrementado la superficie 
plantada, los rendimientos han disminuido (Monter y Aguilera, 2011) y si a esto se 
le añaden, los deficientes sistemas administrativos, directivos, de ejecución y de 
planeación de proyectos, que además, dejan de lado la sustentabilidad de los 
recursos y la heterogeneidad de las regiones, entonces se genera una completa 
vulnerabilidad y subdesarrollo económico, que llevan al país a caer en insuficiencia 
alimentaria, por ello es prioritario que se forme investigación que permitan la 
generación de estrategias económico-administrativas, para la planeación y el 
desarrollo financiero (Villanueva y Chiñas, 2015), abordando así los problemas del 
sector rural desde una perspectiva holística (Cuadro 3). 
 
Cuadro 3. Principales problemáticas y retos de la investigación con enfoque 
económico-financiero en el sector agropecuario. 
Problemática Retos 
Deficientes sistemas administrativos, 
directivos, de ejecución y de 
planeación de proyectos en el sector 
agropecuario, que además dejan de 
lado la sustentabilidad de los recursos 
y la heterogeneidad de las regiones. 
 
Vulnerabilidad y subdesarrollo 
económico en el ámbito agropecuario 
que dejan al país en insuficiencia 
alimentaria. 
 
Investigación que permitan la generación 
de estrategias económico-administrativas, 
de planeación y desarrollo financiero del 
sector rural. 
Fuente: Elaboración propia 
 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque ecológico y ambiental 
 
Los problemas ecológicos y ambientales (Cuadro 4 y 5), causados por el incremento 
poblacional han repercutido directamente en la generación de los modelos 
productivos actuales, los cuales han reducido los períodos de descanso del suelo, 
y han intensificado las prácticas tradicionales, como la tumba, roza y quema, 
incrementando la pérdida de cobertura vegetal y favoreciendo la erosión; que en su 
conjunto alteran la capacidad productiva del suelo y amenazan la conservación de 
la agro-diversidad y la sustentabilidad (Pinedo et al., 2009). Al respecto, estudios 
demuestran que la conservación de la cobertura vegetal pueden ser influenciadas 
por los apoyos sociales y productivos, los incentivos agropecuarios, la capacitación 
y la organización adecuada (Velasco et al., 2014), sin embargo, el deterioro y la 
pérdida de los ecosistemas en zonas rurales (Landa et al., 1997), y la reducción de 
la diversidad biológica (Toledo, 1988), derivado de las practicas monocultivistas y 
de la amplia dependencia de plaguicidas han generado residualidad en diversos 
alimentos para consumo humano (Albert, 1983), alterando la inocuidad de los 
alimentos. 
Los problemas se agravan debido a las practicas socioculturales y los paquetes 
tecnológicos que incentivan el deterioro de los recursos naturales y la ruptura entre 
los modelos producción tradicionales y los tecnificados, por lo que se recomienda la 
innovación como un proceso incluyente, donde las comunidades y los grupos 
sociales participen en la innovación a fin de resolver problemas (Amaro-Rosales y 
de Gortari-Rabiela, 2016), por otra parte, la tecnología proveniente de la 
investigación regional, en ocasiones ha tenido un impacto negativo a nivel nacional 
e internacional, debido a las condiciones de baja competitividad que refuerzan la 
desigualdad sobre el potencial de desarrollo productivo local y regional. Por ello, 
García et al. (2017) desarrollaron un Índice que permite reconocer el potencial de 
desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (CyT) en México, entre 2000 y 2015, de ello 
“se desprenden seis límites estructurales al progreso económico: 1) desequilibrios 
en la distribución espacial del potencial de desarrollo; 2) desarticulación de las 
etapas en la formación educativa; 3) recursos humanos especializados escasos y 
desequilibrados; 4) producciónbaja y desarticulada de las prioridades nacionales; 
5) baja inversión y gasto público ineficiente y, 6) baja capitalización y dependencia 
tecnológica. Dichos límites y su relación entre sí, hacen que la eficiencia y el impacto 
del progreso en ciencia y tecnología sean poco significativos dentro del territorio 
nacional, puesto que existe una alta concentración y desigualdad en el potencial de 
desarrollo que merma los avances en materia de CyT” (pág. 26). 
Por otro lado, cuando la tecnología se basa en la inclusión de transgénicos en el 
ámbito agropecuario y se genera un vacío debido a la falta de bancos de 
germoplasma de semillas nativas y el déficit en el conocimiento de los procesos 
ecológicos complejos con los sistemas agropecuarios (Serrano, 2016), así como la 
falta de mercados ecológicos selectivos; con ello autores como Ávila-Foucat (2017) 
proponen una reconversión a prácticas más sustentables que integren el valor de 
los servicios ecosistémicos y la creación de cadenas de mercado adecuadas, donde 
se integre la dimensión ambiental en las políticas públicas y el establecimiento de 
mecanismos claros para su implementación en el sector rural. 
García y Guzmán Mendoza (2016) afirman que la pérdida de conocimiento 
tradicional de plantas de uso diverso (medicinales y comestibles), aunque 
afortunadamente algunos grupos las han conservado, sin embargo, para alcanzar 
la sustentabilidad productiva se requiere fortalecer la autonomía, la autosuficiencia 
y la diversificación productiva. Para ello, es necesario generar estrategias que 
permitan reducir la dependencia al exterior, de tal forma que exista mayor 
independencia al producir bastos y variados productos para alimentar a la población. 
Esto se logrará mediante el manejo adecuado del ecosistema y el incremento de la 
producción regional en función de las necesidades básicas y la diversificación 
productiva del territorio, por ello, se propone incentivar un manejo adecuado y 
eficiente de los recursos, en donde no se comprometa la sustentabilidad del medio 
ambiente, tal como desafortunadamente lo hacen las prácticas monocultivistas y de 
producción en volumen (Barkin, 2004). Al respecto, Stark et al. (2016) indican que 
es necesario analizar la trayectoria de los sistemas, de tal forma que no sean 
quebrantos los flujos energéticos que se traducen en ineficiencia de los sistemas 
agropecuarios. Por ello, la autodependencia debe ser el eje del desarrollo que 
identifique el cambio hacia la forma en la cual las personas perciben sus propios 
potenciales y capacidades. 
Por otro lado, la vulnerabilidad de la producción debido al cambio climático 
(Mastachi-Loza et al., 2016) y los cambios de uso de suelo (Geissen et al., 2009), 
en los cuales, se ha observado que modifican fuertemente sus propiedades físicas 
y químicas (Cotler y Ortega-Larrocea, 2006), así como la pérdida de bosques y 
selvas, pues Morales-Barquero et al. (2015) indican que la cantidad de ganado es 
un buen indicador de la intensidad del uso de los recursos forestales y podría ser 
un indicador que podría utilizarse para monitorear la degradación forestal en este 
tipo de paisaje socioecológico, contribuyendo al riesgo de desertificación (Becerril-
Pina et al., 2015) e insuficiencia en la recarga de los mantos freáticos. Además, la 
contaminación de suelos (Siebe, 1994), agua y sedimentos (Hernández-Antonio y 
Hansen, 2011) por compuestos orgánicos persistentes, hidrocarburos, plaguicida, 
aguas residuales y metales pesados, representando un riego ambiental, tal como lo 
indican Lorenzo-Flores et al. (2017) quienes después de haber estudiado 
plaguicidas organofosforados, diazinón, dimetoato, metil paratión y sulfotep en 
muestras de suelo de cuatro sitios, Komchén, Xcanatún, Chablekal y Mocochá, en 
el noroeste de Yucatán, México encontraron alta movilidad hacia las aguas 
subterráneas, constituyendo un alto riesgo para la salud pública. Pardío et al. (2012) 
hallaron en Alvarado, Veracruz(Pardío et al., 2012)(Pardío et al., 2012), mayores 
riesgos del consumo de carne por residuo de pesticidas. Guentzel et al. (2007) 
indican que puede derivar en la bioacumulación de compuestos como el mercurio 
en la misma zona costera (Guentzel et al., 2007), cuyos efectos han sido poco 
estudiados y normados en México. 
Los escasos esquemas de producción ligados al pago por servicios ambientales y 
el excesivo uso de combustibles fósiles y derivados del carbono en la producción 
agropecuaria (Rojo y Sanginés, 2002), además de la poca planeación ambiental 
(nacional, regional y local), que garantice la participación de los gobiernos y actores 
locales, al respecto Bravo et al. (2007) propone la posible utilización de la evaluación 
ambiental estratégica (EAE), como una herramienta para fomentar la coordinación 
transversal entre las distintas instancias, competentes para formular, aplicar, 
evaluar y dar seguimiento a los ordenamientos ecológicos y territoriales, debido a la 
exigua educación ambiental a nivel superior (Sosa et al., 2010) y el insuficiente 
aprovechamiento de energías alternativas, ponen en riesgo la seguridad 
alimentaria, los recursos naturales y ambientales del país (González Merino y 
Castañeda Zavala, 2008). 
Max-Neef et al. (1986) afirman que las comunidades logran un mejor entendimiento 
de las tecnologías y de los procesos productivos, cuando son capaces de auto 
administrarse, por lo que los retos en este rubro son: fortalecer las micro-
organizaciones, mejorar la formación de educadores de adultos y capacitar a los 
promotores del desarrollo, para que sean consistentes con los objetivos de la 
autodependencia, la satisfacción de las necesidades humanas y la participación 
comunitaria. También se propone propiciar la formación de una red de centros de 
investigación y de capacitación que mantengan entre sí una estrecha relación, a fin 
de retroalimentarse permanentemente en la construcción de un nuevo paradigma 
de desarrollo, atendiendo la multifuncionalidad de la labor agropecuaria (Bonnal et 
al., 2003), de tal forma que se realice investigación básica y aplicada, dirigida al 
entendimiento del entorno ecológico y la consecuente generación de alternativas 
ecológicamente rentables, eficientes, viables, pertinentes y de impacto, que a su 
vez mitiguen el cambio climático, el calentamiento global y la degradación 
ambiental, sin olvidar el esquema de responsabilidad con las necesidades 
alimentarias, de salud y de calidad de vida de la población local. 
Cuadro 4. Principales problemáticas y retos de la investigación con enfoque 
ecológico en el sector agropecuario 
Problemática Reto 
Falta de sustentabilidad ecológica y 
eficiencia bioenergética en el sector 
agropecuario. 
Falta de estrategias ecológicas 
integrales que impacten en el sector 
agropecuario. 
Elaboración de proyectos sin atender la 
degradación de los recursos y la 
diversidad genética y productiva. 
Falta de congruencia entre los sistemas 
actuales de producción y el uso 
potencial ecológico del suelo. 
Insuficiente información de las 
consecuencias legales, políticas, 
ecológicas y sociales del uso de 
transgénicos en zonas con alta 
diversidad genética y escasos estudios 
ecológicos locales de los problemas 
ecológicos y degradación de los 
recursos. 
Investigación básica y aplicada, dirigida 
al entendimiento del entorno ecológico y 
generadora de desarrollo de alternativas 
ecológicamente rentables, eficientes, 
viables, pertinentes y de impacto local, 
regional y nacional para el sector 
agropecuario. 
Fuente: Elaboración propia 
Cuadro 5. Principales problemáticas y retos de la investigación con enfoque 
ambiental en el sector agropecuario 
Problemática Reto 
Cambio climático y calentamiento global. 
 
Degradación ambiental que se traduce en 
mayor riesgo a la salud humana, 
insuficiencia alimentaria y déficit 
productivo. 
 
Falta de congruenciaentre los sistemas 
actuales de producción y el uso potencial 
para servicios ambientales. 
 
Subdesarrollo en la generación, uso y 
seguimiento de alternativas energéticas, 
ambientales y productivas de impacto 
nacional, regional y local. 
 
Investigación encaminada al desarrollo 
de tecnologías (energéticas, 
ambientales, productivas y sociales) 
que mitiguen el cambio climático, el 
calentamiento global y la degradación 
ambiental, mediante un esquema de 
responsabilidad con las necesidades 
alimentarias, de salud y calidad de vida. 
Fuente: Elaboración propia 
 
 
Problemas y retos agropecuarios con enfoque de políticas públicas 
 
En México, el 7 de Diciembre de 2001 se publicó la Ley de Desarrollo Rural 
Sustentable (LDRS) y se creó la Comisión Intersecretarial para el Desarrollo Rural 
Sustentable, con avances significativos en la integración de la investigación 
científica al servicio del campo, debido a la incorporación del Sistema Nacional de 
Investigación y Transferencia Tecnológica para el Desarrollo Rural Sustentable, 
apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Sistema Nacional de 
Investigadores e instituciones internacionales de investigación y desarrollo 
tecnológico agropecuario y agroindustrial (LDRS, 2012). Con todo lo anterior, se 
fortaleció ampliamente el respaldo científico al servicio del campo y la problemática 
rural (Cortés et al., 2011). Por otro lado, la LDRS apoya la capacitación, la asistencia 
técnica y la transferencia de tecnología; así como, la reconversión productiva, la 
seguridad alimentaria, la sanidad agropecuaria, la normalización de productos, la 
comercialización, el sistema de financiamiento rural, la organización económica, el 
bienestar social en zonas marginadas y la sustentabilidad productiva rural. Además, 
los programas existentes cuentan con recursos insuficientes para enfrentar los 
procesos de crisis recurrentes a los que la economía Mexicana se encuentra 
vulnerable en términos de un Estado con baja capacidad fiscal (Reynoso y Villarreal, 
2015). 
Como parte del proceso hacia el Desarrollo Rural Sustentable, también se han 
incrementado los esfuerzos por mejorar los diversos programas de desarrollo y de 
fomento a proyectos, al incorporar a las mujeres dentro del marco productivo; 
además de la protección a la familia, el impulso a los programas de la mujer, los 
jóvenes, la protección de los grupos vulnerables, en especial niños, discapacitados, 
personas con enfermedades terminales y de la tercera edad en las comunidades 
rurales (LDRS, 2012). Pero, aún falta que se evolucione hacia un esquema que dé 
certeza a los derechos agrarios y que éstos sean aplicados en todo momento, con 
un desarrollo de abajo hacia arriba, partiendo de una profunda acción de 
ordenamiento territorial, en la que se incluyan aspectos sociales con verdadera 
equidad de género y de etnia, factores ambientales, productivos, económicos, de 
distribución y de comercialización de productos, bajo un comercio justo, que 
contemple la seguridad alimentaria del país y el fortalecimiento del mercado interno. 
Desafortunadamente, en el país existen políticas de subsistencia con mecanismos 
de estancamiento productivo, que no combaten a los monopolios, al inhibir la libre 
competencia y las iniciativas individuales, así como la falta de calificación y 
certificación de la mano de obra (Camberos Castro y Bracamontes Nevárez, 2015). 
La actual estrategia nacional de desarrollo rural se ve reflejada en una política 
pública difusa y de bajo impacto, debido a que los 130 programas del presupuesto 
rural operan desarticulados duplicando funciones o sin definir claramente objetivos, 
población, y problemática por atender (Tacuba, 2016), con modelos de desarrollo 
paternalistas con tintes políticos, sin intensión real de cambio (Albertus et al., 2016), 
los asentamientos en zonas vulnerables (Hernandez y Ruiz, 2016), así como la falta 
de inclusión de las mujeres en el ámbito productivo en torno a la toma de decisiones 
y de manejo de los recursos agropecuarios, ponen en riesgo el desarrollo rural 
mexicano (Herrera y Duhaime, 2014). 
Estudios indican que la descentralización de la función de alivio de la pobreza no ha 
dado resultados; por lo tanto, se sugiere que esta tarea debe ser de carácter 
nacional y con voluntad política (Hernandez-Trillo, 2016), así mismo, promover el 
manejo forestal racional, con mayor participación y equidad en la venta de madera 
y con el consecuente mantenimiento de la cubierta forestal (Barsimantov y Navia 
Antezana, 2012), mediante prácticas de conservación de suelos, teniendo en cuenta 
la heterogeneidad del paisaje y la complejidad social (Cotler et al., 2013), debido a 
la ineficiente aplicación de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable y a la falta de 
incentivo a la calidad productiva, hace dificil reducir la informalidad, la desigualdad 
y la pobreza (Soria y Ruiz, 2016). 
Es necesario aplicar un modelo económico alternativo que permita recuperar la 
autosuficiencia alimentaria e incrementar la producción agrícola, bajo modelos de 
explotación racional de los recursos naturales con elevados niveles de la inversión 
en investigación y desarrollo, como mínimo al 2.5% del PIB (Producto Interno Bruto), 
como se presenta en el promedio de los países de la Organización para la 
Cooperación y el Desarrollo Económicos (Aragonés y Salgado, 2015). 
Diversos autores proponen como ejes fundamentales de las políticas públicas, el 
acelerar la lucha contra el hambre y la pobreza, con programas que atiendan la 
problemática alimentaria mediante una reforma agrícola equitativa, que estimule el 
autoconsumo, los bancos de alimentos y la agricultura urbana. Para que finalmente, 
se construya “una verdadera política de desarrollo” en favor de la sustentabilidad de 
los recursos, que busque superar la marginalidad rural, contribuyendo a reducir los 
conflictos sociales y fomente la cooperación e inclusión de todos los sectores, 
incluyendo a la ciencia (Barkin, 2004). 
Cortés et al. (2011) afirma que se tienen siete retos importantes en el marco de las 
políticas públicas y el desarrollo científico, tales como: 1) focalizar el gasto público 
para fomentar innovación, 2) la operación presupuestal ágil, 3) gestionar la 
interacción con énfasis en la innovación, 4) intervenir bajo criterios técnicos, 5) 
profesionalizar a los extensionistas, 6) sistematizar experiencias y 7) aprender e 
incentivar la innovación, al menos al mismo nivel que la publicación en los ámbitos 
académicos y científicos. 
Finalmente, es necesario que las ciencias tengan más presencia en el desarrollo de 
las políticas públicas, mediante la generación de propuestas o iniciativas de ley para 
el uso y la conservación del agua, el suelo y los recursos naturales; también, que 
participe activamente en la regulación de plaguicidas y en el uso de transgénicos; 
así como, en la elaboración de planes de desarrollo nacional, regional y local con 
bases científicas y tecnológicas (Cuadro 6), y en la formulación de planes y 
programas de extensión acorde con las necesidades de los productores 
agropecuarios del país (Cuevas et al., 2012), para mejorar la transversalidad en 
torno a la conservación de carbono en suelos, se proponen generar políticas 
públicas que reconozcan las funciones y los servicios ecosistémicos que proveen 
los suelos e incentivar los programas de conservación de suelos in situ (Cotler et 
al., 2016). Así mismo, se espera que las reformas energéticas en el país, atraigan 
la atención de la comunidad empresarial emergente y que ésta permita obtener 
energía más limpia, y mejores oportunidades económicas con transacciones más 
transparentes (Alpizar–Castro y Rodríguez–Monroy, 2016). Finalmente, algunos 
autores señalan que la solución y el entendimiento de aspectos como el manejo de 
recursos, la implementación de políticas públicas y el cambioambiental, requieren 
del estudio de fenómenos que ocurren en diferentes escalas de espacio, tiempo y 
organización ecológica y socioeconómica (Ruiz-Rivera y Galicia, 2016). 
Cuadro 6. Principales problemáticas y retos de la investigación con enfoque de 
políticas públicas en el sector agropecuario 
Problemática Reto 
Insuficiente penetración de la 
ciencia en las políticas 
públicas. 
 
Realizar propuestas o iniciativas de ley para el 
uso y conservación del agua, suelo y recursos 
naturales; regulación de plaguicidas y uso de 
transgénicos; planes de desarrollo nacional, 
regional y local con bases científicas y 
tecnológicas que vayan dirigidas a los 
tomadores de decisiones y líderes sociales. 
Fuente: Elaboración propia 
 
 
Situación de la ganadería bovina en México y en el trópico 
veracruzano 
 
México es uno de los países más importantes a nivel mundial en la producción 
agroalimentaria. En los últimos años el PIB de las actividades primarias registro un 
crecimiento promedio anual de 3%. La región tropical de México que ocupa 
aproximadamente el 37% de la superficie nacional; en el trópico se encuentran 
aproximadamente el 31.5% de los bovinos, el 14.0% de los ovinos y el 13.4% de los 
caprinos del inventario nacional. De estos animales los más importantes desde el 
punto de vista económico por el número y volumen de producción son los bovinos 
(Vilaboa-Arroniz et al., 2009). 
Por otra parte, entre los productores existe poca organización y formalización de 
empresas agropecuarias (Rello y Saavedra, 2013), que además carecen de 
asistencia técnica y capacitación (Cuevas et al., 2012). La rentabilidad de la 
producción son la ganancia o el beneficio neto, es decir, la relación beneficio costo 
(B/C) y la cantidad de producción mínima económica (León et al., 2004). En este 
sentido, la baja competitividad en granos básicos (González y Alferes, 2010) hacen 
que el país esté en constante riesgo alimentario desde el punto de vista 
macroeconómico, con restricción en los modelos de toma de decisiones (Tucker et 
al., 2010), así como los problemas por la volatilidad de los mercados internaciones 
(Herrera et al., 2015). 
Diversos autores han propuesto el fortalecimiento del mercado interno con efectos 
sinérgicos sobre los costos de producción, debido a que los productos regionales o 
locales son más baratos (Benavides et al., 2004), pues existe un menor costo en el 
trasporte de las mercancías (a distancias más cortas), que al mismo tiempo ayudan 
a preservar el medio ambiente, a reducir las emisiones y el uso de combustibles 
derivados del petróleo. También, sugiere el establecimiento de un entorno favorable 
para la inversión, que permita elevar los niveles productivos y realizar los cambios 
estructurales necesarios; sin que éstos afecten a nuestra sociedad. 
Se estima que el valor de la producción bruta de carne de bovino a nivel mundial ha 
incrementado de 1992 a 2016 con $126,383 a $257,720 millones de dólares (FAO, 
2019 http://www.fao.org/faostat/es/#data/QV). En 2017, el continente americano fue el 
principal productor de carne en el mundo con un valor de la producción de $112,557 
millones de dólares, seguido del asiático con $84,236 millones de dólares (Figura 
4), aunque en los últimos años ha existido una tendencia a la baja en los principales 
productores del mundo (Figura 5). 
 
Figura 4. Valor de la producción de carne de bovino de 1991 a 2016 en el mundo. 
FAO, 2019: http://www.fao.org/faostat/es/#data/QV 
0
50000
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150000
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16
Pr
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ill
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 u
s$
)
AÑOS
Valor de la PRODUCCIÓN DE CARNE de bovino en el mundo
ÁFRICA AMÉRICA CARIBE ASIA EUROPA OCEANÍA
 
 
Figura 5. Valor de la producción de carne de bovino de 1991 a 2016, en las 
principales potencias mundiales. 
 
En México, la ganadería bovina se realiza en sistemas de producción que van desde 
los altamente tecnificados hasta de traspatio, estos últimos, orientados hacia el 
autoconsumo familiar. Los criterios propuestos para la diferenciación de estos 
sistemas son la finalidad zootécnica, el nivel de tecnología utilizado, las razas que 
emplean y el tipo de alimentación (Chalate-Molina et al., 2010). 
La región tropical de México ocupa aproximadamente el 37% de la superficie 
nacional y existen una gran cantidad de subproductos agrícolas e industriales con 
potencial para la alimentación de los rumiantes. En el trópico se encuentran 
aproximadamente el 31.5% de los bovinos, el 14.0% de los ovinos y el 13.4% de los 
caprinos del inventario nacional (Figura 6). De estos animales los más importantes 
desde el punto de vista económico por el número y volumen de producción son los 
0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
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Años
principales productores de bovino en el 
mundo
Argentina Brasil Canadá China Estados Unidos México
bovinos. En las regiones tropicales de México el sistema de producción bovina de 
doble propósito es una de las principales actividades productivas del sector 
agropecuario para la producción de leche y carne. En este sistema los productores 
obtienen ingresos económicos por la venta de leche y carne al mercado local y 
regional. El tipo de ganadería es 61% a libre pastoreo, 18% con pastoreo controlado, 
15% es estabulada y 5% es mixta (corral y pastoreo). Esto puede ser una 
oportunidad para la producción de ganado con menor contenido de grasa y mejor 
calidad de la carne, mientras que los principales problemas son los altos costos de 
producción, la infraestructura insuficiente, la falta de capacitación y asistencia 
técnica, el intermediarismo, la pérdida de fertilidad de los suelos, bajos precios de 
la carne para el productor e inseguridad (Figura 7). 
 
Figura 6. Tipo de ganadería bovina en México. 
 
61%18%
15%
5%1%
Libre pastoreo
Pastoreo controlado
En corral o establo
En corral o establo y 
pastoreo
No clasificados
 
 
Figura 7. Principales problemáticas en el sector agropecuario en 2017. Fuente: 
INEGI (2018) 
 
 
Características de los productores ganaderos 
 
En nuestro país, se han definido cuatro sistemas de producción bovina: el 
especializado (SE), que cuenta con ganado especializado en la producción de carne 
o leche conformado por razas puras principalmente; cuenta con tecnología 
altamente especializada bajo un manejo estabulado, alimentos balanceados y 
forrajes de corte, en el que se realizan prácticas de medicina preventiva, 
reproducción y mejoramiento genético; el semi-especializado (SSE), utiliza 
pequeñas extensiones de terreno, en donde las instalaciones son acondicionadas 
para la producción; maneja cruzas, sin alcanzar los niveles de producción del SE, y 
cuenta con un nivel medio de incorporación tecnológica. La alimentación del ganado 
se basa en el pastoreo, complementado con forrajes de corte y concentrado, así 
como la utilización de esquilmos agrícolas y subproductos agroindustriales, 
existiendo cierto control productivo y programas de reproducción. De acuerdo con 
datos de INEGI (2018), 29.53% de las unidades de producción tienen ganado bovino 
(Cuadro 7), de las cuales 62.5% disponen de un sistema de identificación del 
ganado, mientras que sólo 19.7% de los productores cumplen con alguna norma de 
sanidad animal y sólo 1.8% usa algún programa de bioseguridad. Aunque, 72.4% 
de los productores realiza desparasitación interna de los animales, 73.1% vacuna y 
72.4% realiza baños contra ectoparásitos en piel. 
Actualmente, producto del cambio climático,se ha agudizado el problema por déficit 
de pasto, por lo que es urgente que se incrementen las prácticas de conservación 
de forraje, la cuales solo se reportan en 5.4% de las unidades de producción. Por 
otro lado, la asistencia técnica en México es muy baja, pues sólo se reporte el 8.8% 
en las unidades de producción de todo el país, así como: mejorar las prácticas de 
alimentación del ganado, pues 53% de los productores ofrecen rastrojo y esquilmos, 
55.7% tienen pastos nativos, 43.9% desarrolla la rotación de potreros y sólo 33.4% 
ofrece alimentos balanceados. 
Cabe mencionar, que un punto importante en la empresa ganadera es la falta de 
solicitudes de créditos formales, esto debido a la idiosincrasia de los productores, 
ya que existe 42.1% de desinterés en solicitarlos (Figura 6), pues el ganadero 
prefiere solicitar préstamos directos a clientes potenciales o a cajas de ahorro 
(Figura 8). 
Cuadro 7. Inventario nacional de bovinos 2018. 
Función y actividad zootécnica 
Total de 
cabezas 
vendidas 
Comprador o destinatario 
Directo al 
consumidor Intermediario 
Central 
de 
abastos 
Centro 
comercial o 
supermercado 
Rastro 
tipo 
inspección 
federal 
(TIF) 
Rastro 
municipal 
Rastro 
privado Exportación 
Otro 
comprador 
 A=B+C+…+J B C D E F G H I J 
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS 13 209 463 190 338 5 520 305 41 208 45 579 1 503 358 364 585 247 272 713 425 4 583 391 
Becerros 3 317 194 128 503 1 793 390 2 678 3 717 258 735 44 107 59 833 533 401 492 831 
Pie de cría 149 741 4 204 28 968 0 0 46 326 1 384 54 080 60 733 
Vaquillas para reemplazo 949 159 5 528 830 476 25 0 23 582 5 315 955 19 001 64 275 
Animales en desarrollo 1 361 976 5 065 595 968 748 258 3 441 25 193 1 197 22 830 707 277 
Animales en engorda 4 409 757 32 184 1 085 622 37 327 40 481 1 205 551 117 683 134 817 39 386 1 716 707 
Sementales 83 186 2 038 15 848 1 0 37 159 655 1 745 62 704 
Vacas solo para la cría de becerros 723 295 539 51 641 159 0 2 772 5 687 726 4 932 656 840 
Vacas solo para la producción de 
leche 584 264 1 375 18 260 69 0 41 1 017 9 961 0 553 541 
Vacas para cría de becerros y ordeña 74 262 174 43 884 49 0 316 632 526 0 28 680 
Animales de desecho 1 531 938 10 676 1 044 038 152 1 124 8 838 164 287 36 213 37 228 229 382 
Animales para trabajo 9 035 39 5 376 0 0 0 58 853 823 1 887 
Sin clasificar 15 657 14 6 835 0 0 0 121 153 0 8 535 
Fuente: INEGI (2018) 
 
Figura 8. Tecnologías usadas en la cría y engorda de ganado bovino. Fuente: INEGI 
(2018). 
 
 
 
 
 
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Desparasitación interna 
Promedio de desparasitaciones por año
Vacunación
Promedio de aplicaciones por año
Baño contra parásitos de la piel
Promedio de aplicaciones por año
Rotación de potreros 
Alimento balanceado 
Pastoreo en potreros con pasto nativo
Pastoreo en potreros con pasto inducido
Alimentación con rastrojos o esquilmos
Monta controlada 
Inseminación artificial 
Uso de semen sexado
Implementación de programa de mejoramiento genético
Aplicación de hormonas 
Transferencia de embriones 
Uso de tanque enfriador
Suministro de sales minerales
Uso de monta dirigida
Asistencia técnica para la producción
Otro tipo de asistencia técnica (comercialización, trámite de …
Uso del fuego para control de malezas
Uso del fuego para mejorar el rebrote de pastos
Realización de prácticas de conservación de forraje
Uso de algún programa de bioseguridad
Cumplimiento de alguna norma de sanidad animal
Disposición de un sistema de identificación de ganado
Otra tecnología
Porcentaje de uso
 
 
Figura 9. Razones de los productores para no solicitar créditos formales (INEGI, 
2018). 
 
| 
Figura 10. Fuentes de crédito usadas por los productos del sector agropecuario . 
0 5 10 15 20 25 30
Caja de ahorro o cooperativa de ahorro y …
Financiera nacional de desarrollo …
rural, forestal y pesquero 
Unión de crédito
Casa de empeño o prestamista
Banco
SOFOL o SOFOM
Empresa o persona que comprará la …
Empresa o persona que provee los insumos
Familiares
Que viven en el país
Que viven en el extranjero
Amigos o conocidos
Otra fuente 
Fuente de crédito
Los registros productivos y la toma de decisiones en la empresa 
ganadera 
 
En México, la dependencia de tecnología extranjera limitó el uso del TLCAN (Roca, 
2012), además de la baja rentabilidad, la escasa sustentabilidad de los cultivos, la 
falta de planeación financiera en la elaboración de planes de negocios (García et 
al., 2010) y largas cadenas de comercialización, que poco han beneficiado a los 
pequeños productores (Gasca y Torres, 2014) son algunos de los principales 
problemas del sector primario en México. El objetivo principal de la contabilidad 
financiera es controlar las operaciones y facilitar la toma de decisiones de una 
entidad. Los administradores pueden tomar decisiones basándose en el sentido 
común, en la experiencia o en información. Por ejemplo, en un estudio realizado por 
Hernández-Martínez (2019) se encontró que un SSE con tecnología de 
transferencia de embriones se puede estar perdiendo hasta $39,748.50 pesos 
mexicanos anuales (Figura 11), debido a los altos costos de mano de obra (Figura 
12). Con ello, podemos apreciar que, aunque se trate de sistemas de producción 
tecnificados, pueden no ser rentables y sostenibles a largo plazo. 
 
 
Figura 11. Costo unitario de producción de becerros con transferencia de embriones 
(Hernández-Martínez, 2019). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 12. Costos de producción de una unidad de producción de alta tecnología 
en el trópico (Hernández-Martínez, 2019). 
 
7560
47308.50721
-39748.50721
-50000 -40000 -30000 -20000 -10000 0 10000 20000 30000 40000 50000 60000
1
2
3
Pesos mexicanos ($)
La compleja realidad del campo mexicano ha llevado a un grupo de productores a 
optar por alternativas que les permitan continuar con la tradición ganadera, en un 
entorno cada vez más demandante. El hecho de tomar decisiones sobre el proceso 
de producción de las empresas agropecuarias involucra el reconocer que la fuerza 
primaria de la producción en éstas es biológica; porque se trabaja con materiales 
vivos, por lo cual se pueden presentar enfermedades y plagas en forma imprevista. 
Por su carácter biológico, es una industria de gran riesgo, porque cualquier variación 
en la temperatura, lluvia o humedad implica un reajuste en el trabajo. Por esas 
razones, las prácticas de administración deben adaptarse a estas peculiaridades 
condiciones (Pérez, 2017). Con todo lo anterior, los retos de las empresas 
ganaderas son la rentabilidad y la resiliencia bajo entornos medioambientales y 
sociopolíticos cambiantes (Figura 13). 
 
Figura 13. Matriz de retos de las empresas ganaderas. 
 
•Inseguridad
•Baja disponibilidad de 
mano de obra
•Clima adverso
•Escasas estrategias de 
mitigación al cambio 
climático
•Escasa diversificación 
productiva
•Trabajar sin objetivos 
definidos
•Relación 
beneficio/costo
•Falta de liquidez
•Carga fiscal
Rentabilidad Resiliencia
Socio-
político
Medio 
ambiente
Para lograr esta reconversión es indispensable llevar un registro de información, 
tanto técnico como económico, que es la base para identificar problemas en la 
empresa y para aportar elementos para justificar nuevas inversiones. El registro y 
análisis de la información es la única forma de conocer los beneficios que se logran 
al incorporar innovaciones tecnológicas al rancho; pero además permite evaluar la 
productividad, y, sobre todo, ayudan a detectar si la actividad es rentable y 
competitiva. 
El entorno agropecuario presenta problemáticas con aristas socioculturales, 
productivas, económicas, ecológicas, ambientalesy en el orden de políticas 
públicas. Problemas, que no pueden resolverse si sólo se procede a la utilización 
de un enfoque disciplinario y unidireccional, sin una vinculación directa con el sector 
rural. Por lo que es urgente que investigadores, profesores, estudiantes y 
productores rurales trabajemos en conjunto, mediante una participación más activa 
que permita el desarrollo de alternativas de mejora integral, promoviendo la 
sustentabilidad de los recursos, y cambiando la idea de que “un mismo modelo de 
desarrollo” puede ser replicado en todas las regiones. Idea que sólo fomenta la 
vulnerabilidad y el subdesarrollo económico en el ámbito agropecuario, misma que 
ha dejado al país en insuficiencia alimentaria. Por ello, la vinculación entre 
profesionistas, científicos y productores a favor del desarrollo productivo y 
tecnológico desde las comunidades rurales, debe ser un tema abordado desde las 
ciencias agropecuarias, que impacten directamente al entorno social, proponiendo 
así la vinculación-investigación como eje del desarrollo rural empresarial. 
 
Conclusiones 
 
La problemática en las explotaciones bovinas es muy compleja, destacan, entre 
otras: la falta de planeación, la organización de productores y visión empresarial, 
así ́como la ausencia de registros productivos, reproductivos y contables, los cuales 
son esenciales para tomar decisiones y crear planes estratégicos que mejoren la 
eficiencia y contribuyan a la sustentabilidad del sistema. 
 
 
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