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E C O S I S T E M A S M I C R O B I A N O S 657 U N ID A D 4 Un estudio semejante al que se muestra en la Figura 19.14 pero llevado a cabo en un suelo contaminado con hidrocarbu- ros mostró que el panorama taxonómico general de los suelos contaminados y sin contaminar es parecido: el taxón Proteobac- teria ocupa la mayor fracción en ambos tipos de suelos, seguido de una representación significativa de acidobacterias, Bacteroi- detes, actinobacterias y Firmicutes. Sin embargo, se observó un desplazamiento significativo de la representación fraccio- naria de estos taxones en los dos suelos. Los suelos contami- nados están enriquecidos en actinobacterias y euriarqueotas, pero cuentan con menos Bacteroidetes, acidobacterias y bacte- rias sin clasificar respecto de los suelos no contaminados. Cabe destacar que el taxón Crenarchaeota está ausente de todos los estudios de suelos contaminados con hidrocarburos, lo que sugiere que los contaminantes hidrocarbonados impiden el cre- cimiento de crenarqueotas y de taumarqueotas, estas últimas oxidadoras de amoniaco (Archaea, Secciones 16.6, 16.9). El efecto de la contaminación con hidrocarburos en las bacterias se refleja en una mayor proporción de gammaproteobacterias y un solo filotipo dominante de Bacteroidetes. En cambio, los suelos no contaminados contienen varios filotipos de Bacteroi- detes (Figura 19.14). La diversidad de las acidobacterias, uno de los principales grupos en los suelos no contaminados, tam- bién se ve reducida significativamente en los suelos contamina- dos (Figura 19.14). Aunque se desconoce la importancia funcional de la diver- sidad observada en las comunidades microbianas de suelos contaminados en comparación con los no contaminados, las diferencias observadas indican que los dos suelos probable- mente diferirán en su capacidad para procesar el carbono y el nitrógeno y para llevar a cabo otros procesos importantes de los ciclos de nutrientes. No obstante, a pesar de esta falta de conexión funcional, diversos análisis de genes del rRNA 16S de suelos coinciden en dos aspectos: 1) los suelos inalterados y no contaminados permiten una gran diversidad procariótica, y 2) las alteraciones en un suelo desencadenan cambios medibles en la composición de la comunidad, presumiblemente favore- ciendo especies más competitivas en el ambiente del suelo alte- rado, y una reducción global de la diversidad procariótica. MINIRREVISIÓN ¿Qué filo de Bacteria domina la diversidad bacteriana en los suelos con vegetación? ¿Qué factores rigen el grado y el tipo de actividad microbiana en los suelos? ¿Qué región del suelo es la más activa desde el punto de vista microbiano? 19.7 El subsuelo En los suelos y las rocas del subsuelo de la Tierra hay agua. Esta agua subterránea, es un hábitat microbiano muy amplio pero poco explorado (véase Microbiología Actual, página 403). Hace tan solo tres décadas, la mayoría de los microbiólogos creían que las cantidades significativas de microorganismos se limi- taban más o menos a los cien metros superiores de la corteza terrestre. Sin embargo, a partir de las investigaciones realizadas gracias al desarrollo de la tecnología mejorada de perforación caracterizado comunidades naturales con estas técnicas de manera tan extensiva como para identificar todas las especies residentes. No obstante, dentro de unos límites, este método se considera una medida muy válida de la diversidad microbiana y evita los graves problemas de sesgo de enriquecimiento que afectan a los estudios de diversidad basados en técnicas de cul- tivo ( Sección 18.1). En esta sección y en otras secciones de este capítulo presentamos una instantánea filogenética de los principales hábitats microbianos, con el objetivo no tanto de ofrecer datos absolutos como de destacar las tendencias y los patrones que se dan en ellos. El muestreo molecular de la comunidad de una superficie típica con vegetación presenta miles de especies diferentes de bacterias y arqueas en un solo gramo de suelo, lo que refleja, probablemente, los numerosos microambientes que se pueden encontrar allí. Operativamente, una «especie» se define en este caso como una secuencia génica del rRNA 16S obtenida de una comunidad microbiana que se diferencia de las otras secuen- cias en más de un 3 % ( Sección 12.8). Este tipo de secuencias ambientales se llaman filotipos. Además de hacer patente que el número de especies es muy grande, los estudios de diversi- dad microbiana en el suelo también nos muestran que la diver- sidad varía con el tipo de suelo y la localización geográfica. Por ejemplo, el análisis de un suelo boscoso en Alaska, un suelo de pradera en Oklahoma y un suelo de granja en Minnesota (todos ellos lugares de los EE. UU.) puso de manifiesto aproximada- mente 5.000, 3.700 y 2.000 filotipos diferentes, respectivamente. Los suelos de Alaska y Minnesota presentaron distribuciones parecidas a nivel taxonómico de filo (por ejemplo, Proteobac- teria, Acidobacteria, Bacteroidetes, Actinobacteria, Verrucomi- crobia y Planctomycetes), pero solo compartían el 20 % de las especies. Esto indica que aunque las proporciones de los filos dominantes en diferentes suelos son relativamente constantes, las especies reales presentes de un filo pueden variar considera- blemente entre suelos diferentes. Además, se observó menos diversidad bacteriana en el suelo de granja que en el suelo de Alaska, probablemente porque las modernas prácticas agríco- las intensivas se basan en gran medida en la fertilización, la baja diversidad vegetal y la eliminación con sustancias químicas de plantas y animales no deseados. En la Figura 19.14 se muestra la composición general de las comunidades procarióticas del suelo basada en los datos con- juntos de las secuencias del rRNA 16S tomadas de varios sue- los. Como se puede ver, las proteobacterias (Capítulos 14 y 15) constituyen prácticamente la mitad del total de los filo- tipos recuperados, con representación de todos los grandes subgrupos excepto Epsilonproteobacteria. Acidobacteria y Bacteroidetes también son grupos abundantes; Actinobacteria y Firmicutes lo son menos. Además de estos, una proporción importante de filotipos del suelo son especies sin clasificar o miembros de grupos bacterianos minoritarios. Esto reafirma la gran diversidad bacteriana típica de los ecosistemas edáfi- cos. A diferencia de lo que ocurre con las bacterias, la diversi- dad de las arqueas en el suelo es mínima, y hay representadas relativamente pocas secuencias dentro de cada gran filo (Eur- yarchaeota, Thaumarchaeota y Crenarchaeota). No obstante, es posible que la diversidad sea mayor que la observada hasta ahora, ya que ha habido pocos estudios selectivos de diversi- dad arqueana en suelos. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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