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758 E C O L O G Í A M I C R O B I A N A Y M I C R O B I O L O G Í A A M B I E N T A L Decoloración del coral —los riesgos de albergar un simbionte fotótrofo en un mundo cambiante Gran parte de los extensos sistemas de arrecifes coralinos en los océanos de todo el mundo están amenazados de extinción, fundamentalmente como consecuencia de la actividad humana. Las pérdidas que está sufriendo este hermoso y productivo eco- sistema parecen ser el resultado de concentraciones elevadas de CO 2 atmosférico; y como consecuencia, mayores temperatu- ras en la superficie del mar, elevación del nivel de la superficie marina, y acidificación del océano ( Secciones 20.6 y 20.8). El desarrollo costero también amenaza los sistemas de arreci- fes, contribuyendo a la polución mediante el vertido de aguas residuales, la eutrofización debida al vertido de nutrientes, y la sobrepesca. Estos cambios medioambientales están contribu- yendo a una elevada mortalidad, por enfermedades, pérdida de estructura coralina por la calcificación reducida a causa de la acidificación, y el blanqueamiento o decoloración. Los corales sanos albergan millones de células de Symbiodinium por centí- metro cuadrado de tejido. El blanqueamiento es la pérdida de color de los tejidos hospedadores causada por la lisis de los sim- biontes, poniendo al descubierto el esqueleto calizo blanco sub- yacente (Figura 22.45). Los arrecifes coralinos viven muy próximos a su tempera- tura óptima y es el efecto sinérgico de la mayor temperatura de la superficie marina y la irradiación lo que causa el blanquea- miento masivo. La elevada temperatura e irradiación dañan al aparato fotosintético de los dinoflagelados, lo que causa la producción de formas reactivas del oxígeno (por ejemplo, oxí- geno singlete y superóxidos, Sección 5.16), dañinas tanto para el hospedador como para el simbionte. Se piensa que el blanqueamiento está causado por una respuesta protectora inmunitaria del hospedador que destruye a los simbiontes. Incre- mentos en la temperatura superficial marina tan pequeños como 0,5-1,5 °C por encima del máximo local, si se mantienen durante varias semanas, pueden inducir una rápida decolora- ción del coral. Un descenso significativo de la temperatura por debajo del rango óptimo para el crecimiento coralino puede producir un impacto similar. El estrés térmico, acentuado por los incrementos estacionales de la radiación electromagnética en el espectro ultravioleta y en algunas longitudes de onda visi- bles, ha ocasionado el blanqueamiento de grandes extensiones de arrecife coralino. hospedador y pasan compuestos orgánicos producidos foto- sintéticamente a los corales. Este mutualismo ha permitido a los arrecifes coralinos desarrollarse en grandes extensiones de aguas oceánicas pobres en nutrientes. Los dinoflagelados y otros alveolados comprenden 8 géneros y alrededor de 2.000 especies actualmente existentes ( Sección 17.5). Aunque los mutualismos con dinoflagelados son comunes, la mayoría se produce entre especies de Symbiodinium y protistas o inver- tebrados marinos (Figura 22.44). Aquí nos centraremos en la asociación simbiótica entre Symbiodinium y los corales pétreos cnidarios. Transmisión, especificidad, y beneficios de la asociación Symbiodinium-coral Los corales constructores de arrecifes se reproducen sexual- mente liberando gametos en el agua marina (desove por dise- minación). Un gameto macho y un gameto hembra se funden para formar una larva nadadora libre que se establece posterior- mente en la superficie, donde puede iniciar una nueva colonia de coral. Las algas simbiontes están presentes normalmente en los huevos antes de que sean liberados por los padres (transmi- sión vertical), aunque las células de Symbiodinium de vida libre pueden también ser ingeridas por los corales jóvenes (transmi- sión horizontal). Un coral en desarrollo que ingiere dinoflage- lados los digiere a todos excepto al Symbiodinium particular de su mutualismo. Después de establecer una asociación, el coral controla el crecimiento del Symbiodinium mediante señaliza- ción química y, después de cada división celular, cada célula hija de Symbiodinium es alojada en un nuevo simbiosoma. Ambos socios en el mutualismo cnidario-dinoflagelado han desarrollado adaptaciones de intercambio nutricional. Los dinoflagelados entregan la mayoría del carbono que han fijado fotosintéticamente (en forma de pequeñas moléculas, tales como azúcares, glicerol y aminoácidos) a los cnidarios a cambio de nitrógeno inorgánico, fósforo y carbono inorgánico del hos- pedador. Además de proporcionar protección y nutrientes inor- gánicos, el esqueleto de carbonato cálcico de los corales es uno de los más eficientes colectores naturales de radiación solar, que amplía el campo de captación de luz incidente de los simbion- tes por un factor de al menos cinco veces. Esto beneficia al sim- bionte, que puede llevar a cabo la fotosíntesis bajo una columna de agua que absorbe la luz. Figura 22.44 Symbiodinium, simbionte de los invertebrados marinos. (a) Fotografía al microscopio de una delgada sección de Symbiodinium del tejido del manto de una almeja gigante. (b) Células de Symbiodinium recubiertas de un coral suave. (c) Fotografía al microscopio electrónico de transmisión de una célula de Symbiodinium en el interior de una vacuola de una célula de coral pétreo Ctenactis echinata. La célula de Symbiodinium tiene unos 10 μm de diámetro. K a z u h ik o K o ik e (a) (b) (c) https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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