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760 E C O L O G Í A M I C R O B I A N A Y M I C R O B I O L O G Í A A M B I E N T A L Los líquenes son asociaciones mutualistas entre un hongo y un fotótrofo oxigénico. El consorcio «Chlorochromatium aggregatum» es un mutualismo entre una bacteria verde del azufre fototrófica y heterótrofo móvil. El beneficio mutuo se basa en que el fotótrofo proporciona materia orgánica al heterótrofo a cambio de la movilidad, lo que permite un rápido reposicionamiento en los lagos estratificados para obtener un nivel óptimo de luz y nutrientes. Una de las simbiosis planta-microbio más beneficiosas para la agricultura es la que existe entre las leguminosas y las bacterias fijadoras del nitrógeno. Las bacterias inducen la formación de nódulos radiculares en cuyo interior tiene lugar la fijación del nitrógeno. La planta proporciona la energía necesaria a las bacterias de los nódulos radiculares, y las bacterias proporcionan nitrógeno fijado a la planta. La bacteria de la enfermedad de las agallas Agrobacterium establece una relación única con las plantas. Parte del plásmido Ti de la bacteria puede ser transferido al genoma de la planta, iniciando la enfermedad de las agallas. El plásmido Ti ha sido empleado para la ingeniería genética de cultivos vegetales. Las micorrizas son asociaciones mutualistas entre hongos y las raíces de plantas que permiten a la planta extender su sistema radicular por medio de la interacción íntima con una extensa red de micelios fúngicos. Se conocen ectomicorrizas y endomicorrizas. La red de micelios proporciona a la planta nutrientes inorgánicos esenciales, y la planta, a su vez, proporciona compuestos orgánicos a los hongos. La fermentación microbiana es importante para la digestión en todos los mamíferos. Varios mutualismos microbianos han evolucionado en diferentes mamíferos para permitir la digestión de diferentes tipos de comida. Los herbívoros consiguen casi todo su carbono y su energía de la fibra vegetal. El rumen, el órgano digestivo de los rumiantes, está especializado en la digestión de la celulosa, que se lleva a cabo mediante microorganismos. Bacterias, protistas y hongos producen en el interior del rumen ácidos grasos volátiles que proporcionan energía a los rumiantes. Los microorganismos del rumen sintetizan vitaminas y aminoácidos, y son también la principal fuente de proteínas —todo ello empleado por los rumiantes. El microbioma humano comprende todas las partes del cuerpo humano en las que viven los microorganismos. Los microorganismos son críticos para el desarrollo infantil, la salud, y la predisposición a la enfermedad. La comunidad microbiana del intestino humano es única, comparada con las de otros mamíferos. La microflora intestinal afecta a la energía recuperada de la comida, y un cambio en la estructura de la comunidad intestinal puede ser una de las principales causas de la obesidad. Una gran cantidad de insectos ha establecido mutualismos estrictos con bacterias, frecuentemente basados en la biosíntesis bacteriana de nutrientes tales como aminoácidos, de los que carece la comida de la que se alimenta el insecto. Los mutualismos estrictos establecidos hace mucho tiempo se caracterizan por una extrema reducción del genoma del simbionte, que retiene únicamente los genes esenciales para el mutualismo. Las termitas se asocian simbióticamente con bacterias y protistas capaces de digerir las paredes de las células vegetales. La singular configuración del intestino de las termitas y la comunidad microbiana del intestino posterior, compuesta en su mayor parte de bacterias celulolíticas, protistas y bacterias acetogénicas, produce elevados niveles de acetato, la fuente primaria de carbón y energía para las termitas. El órgano emisor de luz de la parte inferior del calamar rabicorto Hawaiano proporciona un hábitat para las células bioluminiscentes de Aliivibrio fischeri. Del mutualismo que tiene lugar en el órgano lumínico, el calamar consigue protección de los predadores, mientras que la bacteria se beneficia de un hábitat en el que puede crecer rápidamente, y contribuir con células a su población de vida libre. La mayoría de los invertebrados que viven en los fondos marinos, cerca de las regiones receptoras de fluidos hidrotermales, han establecido mutualismos estrictos con bacterias quimiolitótrofas. Estos mutualismos tienen carácter nutricional, permitiendo a los invertebrados prosperar en un ambiente enriquecido en materia inorgánica reducida, tal como H 2 S, que es abundante en los fluidos termales. Los invertebrados, a cambio de nutrientes orgánicos, proporcionan a los simbiontes un ambiente nutricional ideal. Las sanguijuelas y determinadas especies bacterianas forman simbiosis en regiones del cuerpo del hospedador que son importantes para su nutrición y para la retención del nitrógeno. La existencia de mecanismos de transmisión vertical de los simbiontes indica que estos mutualismos están muy evolucionados y son funcionalmente esenciales. El mutualismo entre el dinoflagelado Symbiodinium y los corales pétreos produce los ecosistemas de arrecifes coralinos extendidos por todo el mundo. Estos ecosistemas mantienen una enorme diversidad de vida marina. El blanqueamiento del coral, debido al cambio climático, amenaza estos ecosistemas. IDEAS PRINCIPALES https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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