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Biologia de los microorganismos (1255)

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760 E C O L O G Í A M I C R O B I A N A Y M I C R O B I O L O G Í A A M B I E N T A L
 Los líquenes son asociaciones mutualistas entre un 
hongo y un fotótrofo oxigénico.
 El consorcio «Chlorochromatium aggregatum» 
es un mutualismo entre una bacteria verde del azufre 
fototrófica y heterótrofo móvil. El beneficio mutuo se 
basa en que el fotótrofo proporciona materia orgánica al 
heterótrofo a cambio de la movilidad, lo que permite un 
rápido reposicionamiento en los lagos estratificados para 
obtener un nivel óptimo de luz y nutrientes.
 Una de las simbiosis planta-microbio más 
beneficiosas para la agricultura es la que existe entre las 
leguminosas y las bacterias fijadoras del nitrógeno. Las 
bacterias inducen la formación de nódulos radiculares 
en cuyo interior tiene lugar la fijación del nitrógeno. La 
planta proporciona la energía necesaria a las bacterias 
de los nódulos radiculares, y las bacterias proporcionan 
nitrógeno fijado a la planta.
 La bacteria de la enfermedad de las agallas 
Agrobacterium establece una relación única con las plantas. 
Parte del plásmido Ti de la bacteria puede ser transferido al 
genoma de la planta, iniciando la enfermedad de las agallas. 
El plásmido Ti ha sido empleado para la ingeniería genética 
de cultivos vegetales.
 Las micorrizas son asociaciones mutualistas entre 
hongos y las raíces de plantas que permiten a la planta 
extender su sistema radicular por medio de la interacción 
íntima con una extensa red de micelios fúngicos. Se 
conocen ectomicorrizas y endomicorrizas. La red de 
micelios proporciona a la planta nutrientes inorgánicos 
esenciales, y la planta, a su vez, proporciona compuestos 
orgánicos a los hongos.
 La fermentación microbiana es importante para 
la digestión en todos los mamíferos. Varios mutualismos 
microbianos han evolucionado en diferentes mamíferos 
para permitir la digestión de diferentes tipos de comida. 
Los herbívoros consiguen casi todo su carbono y su energía 
de la fibra vegetal.
 El rumen, el órgano digestivo de los rumiantes, 
está especializado en la digestión de la celulosa, que se lleva 
a cabo mediante microorganismos. Bacterias, protistas y 
hongos producen en el interior del rumen ácidos grasos 
volátiles que proporcionan energía a los rumiantes. 
Los microorganismos del rumen sintetizan vitaminas y 
aminoácidos, y son también la principal fuente de proteínas 
—todo ello empleado por los rumiantes.
 El microbioma humano comprende todas las partes 
del cuerpo humano en las que viven los microorganismos. 
Los microorganismos son críticos para el desarrollo 
infantil, la salud, y la predisposición a la enfermedad. La 
comunidad microbiana del intestino humano es única, 
comparada con las de otros mamíferos. La microflora 
intestinal afecta a la energía recuperada de la comida, y un 
cambio en la estructura de la comunidad intestinal puede 
ser una de las principales causas de la obesidad.
 Una gran cantidad de insectos ha establecido 
mutualismos estrictos con bacterias, frecuentemente 
basados en la biosíntesis bacteriana de nutrientes tales 
como aminoácidos, de los que carece la comida de la 
que se alimenta el insecto. Los mutualismos estrictos 
establecidos hace mucho tiempo se caracterizan por una 
extrema reducción del genoma del simbionte, que retiene 
únicamente los genes esenciales para el mutualismo.
 Las termitas se asocian simbióticamente con 
bacterias y protistas capaces de digerir las paredes de las 
células vegetales. La singular configuración del intestino 
de las termitas y la comunidad microbiana del intestino 
posterior, compuesta en su mayor parte de bacterias 
celulolíticas, protistas y bacterias acetogénicas, produce 
elevados niveles de acetato, la fuente primaria de carbón y 
energía para las termitas.
 El órgano emisor de luz de la parte inferior del 
calamar rabicorto Hawaiano proporciona un hábitat para las 
células bioluminiscentes de Aliivibrio fischeri. Del mutualismo 
que tiene lugar en el órgano lumínico, el calamar consigue 
protección de los predadores, mientras que la bacteria se 
beneficia de un hábitat en el que puede crecer rápidamente, y 
contribuir con células a su población de vida libre.
 La mayoría de los invertebrados que viven en los 
fondos marinos, cerca de las regiones receptoras de fluidos 
hidrotermales, han establecido mutualismos estrictos con 
bacterias quimiolitótrofas. Estos mutualismos tienen carácter 
nutricional, permitiendo a los invertebrados prosperar en 
un ambiente enriquecido en materia inorgánica reducida, 
tal como H
2
S, que es abundante en los fluidos termales. 
Los invertebrados, a cambio de nutrientes orgánicos, 
proporcionan a los simbiontes un ambiente nutricional ideal.
 Las sanguijuelas y determinadas especies 
bacterianas forman simbiosis en regiones del cuerpo del 
hospedador que son importantes para su nutrición y para 
la retención del nitrógeno. La existencia de mecanismos 
de transmisión vertical de los simbiontes indica que 
estos mutualismos están muy evolucionados y son 
funcionalmente esenciales.
 El mutualismo entre el dinoflagelado 
Symbiodinium y los corales pétreos produce los 
ecosistemas de arrecifes coralinos extendidos por todo 
el mundo. Estos ecosistemas mantienen una enorme 
diversidad de vida marina. El blanqueamiento del coral, 
debido al cambio climático, amenaza estos ecosistemas.
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