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44 Orientación MIR Tema de gran importancia. Es importante conocer las generalidades y, en especial, las indicaciones de tratamiento quirúrgico/percutáneo de cada una de las ellas. Dentro de las valvulopatías, la estenosis aórtica y la insuficiencia mitral son las más relevantes. 6.1. Generalidades de la enfermedad valvular Se considera estenosis a la dificultad a la apertura valvular e insuficiencia al defecto del cierre o coaptación de los velos de una válvula cardíaca. Las válvulas cardíacas pueden verse afectadas de forma congénita o adquirida. En la actualidad la más frecuente es la estenosis aórtica degenerativa o calcificada. Según la velocidad de instauración, una misma valvulopatía puede provo- car cuadros clínicos diferentes por la distinta adaptación cardíaca. Para las valvulopatías izquierdas: • La instauración aguda es generalmente mal tolerada, conduciendo rápidamente a insuficiencia cardíaca con bajo gasto y edema pulmo- nar. La actitud terapéutica debe ser inmediata (y generalmente qui- rúrgica). • La instauración progresiva o crónica activa mecanismos compensato- rios, manteniendo escasos o nulos síntomas e incluso función ventri- cular normal hasta etapas avanzadas. A su vez las valvulopatías se pueden clasificar en orgánicas y funcionales: • Orgánicas. Son las producidas por un daño directo sobre los velos val- vulares (fiebre reumática, calcificación…) y progresan con frecuencia. • Funcionales. Son aquéllas en las que los velos están sanos y la val- vulopatía es secundaria a una causa externa (dilatación del anillo, malfuncionamiento del aparato subvalvular…). Este tipo de lesiones pueden regresar tras el tratamiento de la causa primaria. Las estenosis de las válvulas semilunares (aórtica y pulmonar) generan una sobrecarga de presión (poscarga elevada) que se compensa con hipertrofia concéntrica ventricular, manteniendo una buena función sistólica hasta que claudica el miocardio. Las insuficiencias valvulares producen sobrecarga de volumen (precarga elevada) con hipertrofia excéntrica ventricular que asocia una dilatación ventricular progresiva (MIR 14-15, 56). Con frecuencia el fallo ventricu- lar precede a los síntomas, por lo que exigen control estrecho incluso en pacientes asintomáticos. En las estenosis de las válvulas auriculoventriculares (mitral y tricúspide) se producen síntomas por elevación de presiones en la aurícula correspon- diente y congestión retrógrada del sistema venoso (pulmonar en la esteno- sis mitral y sistémico en la estenosis tricúspide). Recuerda ➔ Las estenosis de las válvulas semilunares suelen producir hipertro- fia compensadora y suelen presentar síntomas antes de dañar al ven- trículo. Las insuficiencias suelen producir dilatación y daño ventricular incluso antes de aparecer síntomas. ➔ Las estenosis de las válvulas auriculoventriculares no afectan al ventrículo homónimo. La clínica de las valvulopatías puede ser anterógrada o retrógrada, y con- siste en el síndrome de insuficiencia cardíaca (véase Capítulo 04). En las valvulopatías izquierdas la presión elevada se transmite retrógradamente al lecho vascular pulmonar (con aparición de disnea y edema pulmonar). El lecho pulmonar responde aumentando sus resistencias vasculares, lo que inicialmente protege del edema pulmonar pero, de mantenerse, conduce a cambios orgánicos irreversibles en las arteriolas pulmonares con hiperten- sión pulmonar y fallo derecho secundario. Dado que es frecuente la dilata- ción auricular, la presencia de fibrilación auricular es común. El método diagnóstico de elección para todas las valvulopatías es la eco- cardiografía (MIR 12-13, 86), inicialmente transtorácica. Aparte de estu- diar la válvula y el aparato subvalvular, hay que añadir sistemáticamente un estudio de las repercusiones sobre la función miocárdica, lecho pulmonar (datos de hipertensión pulmonar) y estructuras potencialmente alteradas asociadas a la valvulopatía. En ocasiones es necesario realizar una ergome- tría para “desenmascarar síntomas” en pacientes con valvulopatías graves supuestamente asintomáticos. El tratamiento médico en las valvulopatías tiene un papel limitado, ya que no frena la progresión de las estenosis/insuficiencias. Las valvulopatías izquierdas graves precisan con frecuencia intervención quirúrgica. Gene- ralmente la intervención se realiza mediante implante de una prótesis (mecánica o biológica). En ocasiones, sobre todo cuando NO hay gran cal- cificación valvular (anatomía favorable), es posible una reparación valvular, que en general asocia menor riesgo quirúrgico, lo que es especialmente importante en pacientes jóvenes (MIR 16-17, 8, MIR 16-17, 60). Como regla general, la indicación quirúrgica puede ser en caso de estenosis o insuficiencia valvular grave y: • La presencia de síntomas. • La presencia de repercusión funcional significativa sobre el VI; excepto en la estenosis mitral en la que los datos de repercusión aparecen en Valvulopatías 06 45 06. Valvulopatías. CD la aurícula (arritmias auriculares) y el lecho pulmonar (hipertensión pulmonar). En pacientes con alguna valvulopatía grave, asintomáticos y sin afectación cardíaca significativa (FEVI normal, VI no dilatado, ausencia de hiperten- sión pulmonar) se recomienda seguimiento clínico estrecho (cada 6 meses) hasta la aparición de síntomas y/o deterioro estructural cardíaco. Recuerda ➔ Tienen indicación de intervención (quirúrgica o percutánea) aque- llas valvulopatías graves/severas, que además presenten: • Síntomas. • Deterioro de la función ventricular/hipertensión pulmonar. Cuando se planea realizar cirugía sobre una valvulopatía está indicada una coronariografía preoperatoria en pacientes con enfermedad coronaria o riesgo de padecerla (Tabla 6.1) (MIR 10-11, 49). En caso de evidenciarse enfermedad coronaria significativa, se aprovecha el acto quirúrgico sobre la válvula para revascularizar las arterias coronarias mediante bypass. En líneas generales, en las valvulopatías de significación moderada o grave (sin indicación de intervención), cuando se establece una indicación quirúrgica cardíaca por otro motivo (enfermedad coronaria, cirugía de aorta, otra val- vulopatía), está indicado el recambio también de la válvula afectada (para evitar tener que someterse a una segunda cirugía cardíaca cuando esta valvulopatía adquiera indicación de intervención). Coronariografía preoperatoria. Indicaciones Enfermedad coronaria conocida Sospecha de isquemia miocárdica no estudiada Disfunción sistólica del ventrículo izquierdo Presencia de cualquier factor de riesgo coronario Varones mayores de 40 años o mujeres posmenopáusicas Si se sospecha que la isquemia es causa de la insuficiencia mitral grave Tabla 6.1. Indicaciones de coronariografía preoperatoria en las valvulopatías 6.2. Valvulopatía aórtica Estenosis aórtica La estenosis aórtica (EAo) consiste en una restricción a la apertura de la vál- vula aórtica. Es la valvulopatía más frecuentemente intervenida en occidente, con predominio en el sexo masculino. Su prevalencia aumenta con la edad. A. Etiología Según la localización de la obstrucción se distingue: • Estenosis aórtica valvular. Es la más habitual y puede estar producida por (Tabla 6.2): - Estenosis aórtica senil degenerativa o calcificada idiopá- tica. Es la causa más común de EAo en ancianos (mayores 70 años) y en el global de la población (MIR 14-15, 57). - Estenosis aórtica congénita. La presencia de dos velos/cúspi- des, denominada aorta bicúspide, es la anomalía congénita más frecuente (MIR 20-21, 129). Si bien en muchos casos es una válvula funcionalmente normal, con el paso de los años puede sufrir engrosamiento y calcificación, y estenosis (Figura 6.1). Figura 6.1. Imagen ecocardiográfica de una válvula aórtica bicúspide - Estenosis aórtica reumática. Casi siempre se asocia a valvu- lopatía mitral y, generalmente, tambiéna insuficiencia aórtica (doble lesión aórtica). Es la segunda etiología, en frecuencia, en adultos jóvenes después de la etiología bicúspide. Grupo de edad Etiología más frecuente Menos de 70 años Válvula bicúspide (MIR 20-21, 129) Más de 70 años Senil degenerativa o calcificada idiopática (MIR 14-15, 57) Tabla 6.2. Causas más frecuentes de estenosis aórtica según la edad • Estenosis aórtica subvalvular. La forma más frecuente es la miocardio- patía hipertrófica obstructiva, pero también se puede producir por la pre- sencia de membranas o de rodetes fibrosos debajo de la válvula aórtica. • Estenosis aórtica supravalvular. Es poco habitual y suele asociarse a hipercalcemia, retraso mental y una típica “cara de duende”, for- mando parte del síndrome de Williams-Beuren. B. Fisiopatología La reducción del área valvular aórtica dificulta la salida de sangre del VI. El principal mecanismo de compensación es la hipertrofia concéntrica del VI. Cuanto mayor sea la estenosis, mayor diferencia de presión existirá entre VI y aorta, lo que se denomina “gradiente de presión”. Todo ello se acom- paña de disfunción diastólica del VI y, progresivamente, dilatación auricular e hipertensión pulmonar. En casos muy avanzados aparece deterioro de la función sistólica (se reduce la FEVI), el gasto cardíaco se reduce y, como consecuencia, el gradiente ventriculoaórtico y el soplo sistólico disminuyen. C. Clínica La EAo puede ser asintomática durante muchos años. Cuando aparecen sínto- mas, la enfermedad progresa rápidamente y el pronóstico se ve ensombrecido. Los tres síntomas más importantes de la EAo son la angina, el síncope, la disnea y todos ellos en relación con el esfuerzo (MIR 19-20, 93; MIR 11-12, 45). La angina de esfuerzo se debe al incremento de los requerimientos meta- bólicos del miocardio junto con una disminución del aporte sanguíneo (por compresión de las arterias coronarias por el miocardio hipertrofiado). Hasta la mitad de los pacientes asocian aterosclerosis coronaria que contribuye a la aparición de la angina. 46 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición El síncope suele ser de esfuerzo, por la incapacidad de aumentar el gasto cardíaco con el ejercicio. Los pacientes con EAo sintomática tie- nen más riesgo de muerte súbita debida a arritmias ventriculares que la población general; siendo excepcional en los pacientes asintomáticos (MIR 07-08, 34). La disnea de esfuerzo, que aparece por elevación de las presiones de lle- nado y/o disfunción ventricular, tradicionalmente se ha considerado el sín- toma de peor pronóstico y en la actualidad es el síntoma más frecuente. Recuerda ➔ El síntoma más frecuente de todas las valvulopatías izquierdas, in- cluida la estenosis aórtica, es la disnea (habitualmente de esfuerzo). De manera típica es frecuente la coexistencia de EAo y hemorragia diges- tiva en el seno del síndrome de Heyde, principalmente por angiodisplasia de colon (que puede revertir tras el tratamiento quirúrgico de la valvulopatía). Exploración física La presión arterial puede ser normal o baja y el pulso arterial periférico puede ser anácroto (parvus et tardus), de escasa amplitud. El impulso api- cal suele ser sostenido y habitualmente no está desplazado. Puede ser doble debido a la contracción auricular activa. En la auscultación destacan los siguientes signos exploratorios (Figura 6.2): Foco aórtico Irradia a carótidas Clic S4 Fase inicial Fase avanzada MT AP MT MT PA MT Figura 6.2. Auscultación de la estenosis aórtica • El signo auscultatorio más importante es un soplo sistólico rudo, áspero y de alta frecuencia, con morfología romboidal (crescen- do-diminuendo) (MIR 12-13, 86). Se localiza en el foco aórtico, irra- diándose característicamente al hueco supraesternal y carótidas. Ocasionalmente puede auscultarse en la punta (fenómeno de Galla- vardin). • El componente aórtico del segundo ruido suele estar disminuido y su desaparición es una característica específica de la estenosis grave (MIR 19-20, 93). Este componente puede estar retrasado o incluso desdoblado (desdoblamiento paradójico). Recuerda ➔ En la estenosis aórtica grave, el pulso típico es parvus et tardus, el segundo ruido suele disminuir (e incluso desaparecer) por fibrocalcifi- cación valvular y éste puede mostrar desdoblamiento invertido. A. Pruebas complementarias Electrocardiograma Suele haber datos de hipertrofia ventricular y crecimiento auricular izquierdo (MIR 19-20, 93). Ecocardiografía Muestra la morfología, calcificación y movilidad de la válvula aórtica (Figura 6.3), mientras que mediante Doppler se puede calcular el gradiente sistó- lico y estimar el área valvular. Además, informa sobre la función del VI (MIR 17-18, 13). Figura 6.3. Ecografía transesofágica. Se visualiza la válvula aórtica “cortada” transversalmente, con sus 3 velos calcificados y con la apertura restringida Una EAo se considera severa cuando el área valvular es menor a 1 cm2 o < 0,6 cm2/m2 indexado por superficie corporal o cuando el gradiente medio transvalvular sistólico es ≥ 40 mmHg y la velocidad máxima ≥ 4 m/s. Estas medidas suelen ser coherentes especialmente en pacientes con FEVI normal. En presencia de FEVI < 40%, nos podemos encontrar con un área valvular < 1 cm2 y un gradiente medio < 40 mmHg. En estos casos es necesario diferenciar si el paciente presenta una estenosis aórtica severa avanzada (y que, por la disfunción del ventrículo, éste no sea capaz de producir un gradiente > 40 mmHg) o si el paciente presenta lo que se conoce como pseudo-estenosis aórtica (producida simplemente porque el ventrículo izquierdo es incapaz de abrir adecuadamente la válvula debido a su dis- función ventricular). En esos casos, la ecocardiografía de estrés con dosis bajas de dobutamina permite desenmascarar la gravedad. La elevación del gradiente > 40 mmHg con un área valvular < 1 cm2 confirmaría el diag- nóstico de EAo severa. En cambio, si ocurre lo contrario (aumento del área 47 06. Valvulopatías. CD ≥ 1 cm2 sin grandes modificaciones del gradiente), descartaría la presencia de estenosis severa (estenosis pseudosevera). La ecocardiografía transesofágica ha cobrado importancia debido a su uti- lidad en la evaluación previa (junto con la TC) a la implantación de válvula aórtica transcatéter (TAVI) y como guía en el procedimiento. Ergometría En pacientes con estenosis severa sintomática está contraindicada. Sin embargo, en pacientes en los que es asintomática puede ser eficaz para desenmascarar la presencia de síntomas o evidenciar hipotensión con el esfuerzo (dato de mal pronóstico). B. Tratamiento La actuación general en la EAo se expone en la Figura 6.4. La cirugía en la EAo severa está indicada con cualquiera de los síntomas clásicos (angina de pecho, síncope o disnea) (MIR 13-14, 62; MIR 10-11, 49). En la EAo severa asintomática, la sustitución valvular está indicada cuando la FEVI sea < 50%, los pacientes presenten una respuesta hipotensiva en la ergometría o alguno de estos factores de riesgo: • Rápida progresión de la gravedad de la estenosis en el seguimiento o una calcificación intensa de la válvula o una estenosis muy grave (pico de velocidad > 5,5 m/s) o en pacientes con presión sistólica de la arteria pulmonar > 60 mmHg. • Se puede considerar en caso de cifras de BNP marcadamente elevadas o pacientes con respuesta hipotensiva en la prueba de esfuerzo. EAo severa (área < 1 cm2 y gradiente medio > 40 mmHg) Asintomática Sintomática FEVI < 50% No Sí Intervención Factores de riesgo No Sí Considerar Seguimiento Figura 6.4. Indicación quirúrgica en la estenosis aórtica Conviene hacer la salvedad de que los niños con estenosis congénita severa sí tienen indicación quirúrgica, aunque estén asintomáticos, por presentar un mayor riesgo de muerte súbita y disfunción ventricular progresiva. El tipo de intervención preferido se expone en laFigura 6.5: Tipo intervención en la EAo severa Niños Valvuloplastia con balón Adultos Sintomático Asintomático Riesgo quirúrgico bajo Considerar TAVI/prótesis Sustitución valvular quirúrgica por prótesis Riesgo quirúrgico intermedio Riesgo quirúrgico alto o muy alto TAVI Figura 6.5. Técnica de preferencia en la estenosis aórtica • En los niños con EAo congénita el tratamiento de elección es la val- vuloplastia percutánea con balón. Otra alternativa también en niños es la cirugía de Ross. En los adultos, la valvuloplastia apenas se utiliza, quedando relegada a pacientes inestables hemodinámicamente de manera aguda. • En adultos, el tratamiento de elección de la EAo severa es el reem- plazo valvular por una prótesis (MIR 09-10, 50; MIR 08-09, 32). Este reemplazo valvular se puede realizar mediante el implante de una prótesis (biológica o mecánica) por cirugía abierta o mediante el implante de una prótesis por vía percutánea (TAVI). • El implante de una prótesis (biológica o mecánica) por cirugía abierta es la técnica preferida en pacientes asintomáticos con indicación quirúrgica y en pacientes sintomáticos con bajo riesgo quirúrgico (pacientes < 75 años sin grandes comorbilidades). • El implante de una TAVI únicamente está indicado en pacientes sin- tomáticos. Su beneficio es mayor cuando se realiza por vía femoral, reservándose la vía transapical a aquellos pacientes con vasculopatía periférica severa. Es la técnica preferida en pacientes sintomáticos con un riesgo quirúrgico alto o muy alto (prohibitivo). Las tasas de supervivencia en este tipo de pacientes son buenas a medio plazo. Las principales complicaciones derivadas del procedimiento son: vasculares (a nivel del acceso femoral), ictus (1-5%), necesidad de implante de un marcapasos definitivo (entre 5-30%) y la presencia de insuficiencia aórtica residual. Este procedimiento no se recomienda en pacientes con esperanza de vida < 1 año. Los pacientes sintomáti- cos con un riesgo quirúrgico intermedio son candidatos tanto a TAVI, como al implante de una prótesis por cirugía abierta y la elección de una u otra técnica se individualiza en función de la presencia de deter- minados factores clínicos (edad y comorbilidades) o técnicos (Figura 6.6). El tratamiento médico desempeña un papel muy limitado. En pacientes sintomáticos en espera de intervención se utiliza los fármacos habi- tuales para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca con FEVI con- servada. 48 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Figura 6.6. Imagen por escopia de una TAVI recién colocada. Nótese el cable de marcapasos transitorio y el catéter pigtail a nivel de la prótesis percutánea Insuficiencia aórtica En la insuficiencia aórtica (IAo) se produce un fallo en el cierre de la válvula aórtica, produciéndose una entrada de sangre nuevamente en el VI durante la diástole. A. Etiología Existen distintas posibilidades etiológicas (Tabla 6.3), dentro de las que la degenerativa y la bicúspide son las causas más frecuentes de insuficiencia aórtica crónica en países desarrollados. Aguda Crónica Valvular Endocarditis infecciosa Fiebre reumática Degenerativa Aorta bicúspide Por dilatación del anillo Disección de aorta Enfermedad de Marfan Tabla 6.3. Causas principales de insuficiencia aórtica B. Fisiopatología El cierre valvular anómalo genera que la sangre durante la diástole regurgite desde la aorta hacia el VI provocando un aumento del volu- men en el ventrículo. El principal mecanismo de compensación es una dilatación excéntrica del ventrículo, con lo que aumenta la precarga y se mantiene el gasto cardíaco (Ley de Frank-Starling) hasta etapas avan- zadas. Sin embargo, con el tiempo, este mecanismo de compensación falla y se produce una disminución de la fracción de eyección y del gasto anterógrado. Cuando la IAo es aguda, al no dar tiempo a esta adaptación ventricular, se eleva considerablemente la presión diastólica ventricular (que se traduce en un soplo diastólico más precoz y corto) y, en consecuencia, la presión auricular izquierda y capilar pulmonar (edema de pulmón), produciéndose además una marcada caída del gasto cardíaco. C. Clínica Los pacientes con IAo crónica suelen permanecer asintomáticos durante años hasta que aparecen la dilatación y la disfunción sistólica del VI. No es excepcional que en esa fase de compensación el paciente note palpitacio- nes por la percepción de los latidos hiperdinámicos. El síntoma más importante es la disnea de esfuerzo que posteriormente progresa. El dolor torácico es frecuente,aunque atípico, por el latido hiper- dinámico del corazón sobre la pared torácica. El ejercicio físico moderado suele tolerarse bien (a diferencia de la EAo), pues la taquicardización y la reducción de la resistencia periférica disminuyen el volumen de regurgita- ción. D. Exploración física Pueden aparecer signos que son consecuencia de los latidos hiperdinámi- cos (pulso magnus, celer et altus). En ocasiones el pulso es bisferiens. Recuerda ➔ El pulso típico de la estenosis aórtica es parvus et tardus, y el de la insuficiencia aórtica magnus, celer et altus y, a veces, bisferiens. La presión arterial sistólica suele estar elevada (por el aumento inicial del gasto cardíaco secundario a la sobrecarga de volumen) y la diastólica dismi- nuida (por la regurgitación de sangre el ventrículo desde la aorta), aumen- tando así la presión diferencial o de pulso (MIR 09-10, 42). El impulso apical es hiperdinámico y se desplaza lateral e inferiormente. En la auscultación destacan los siguientes signos exploratorios (Figura 6.7): • La intensidad del componente aórtico del segundo ruido suele estar disminuida. • El soplo diastólico comienza inmediatamente después del segundo ruido, en decrescendo, de alta frecuencia, y se ausculta mejor en el foco aórtico y el accesorio (foco de Erb). El soplo es, en general, más intenso y largo cuanto más grave sea la insufi- ciencia, en caso de ser crónica, pues en la aguda suele ser corto (MIR 15-16, 62). • Puede existir un soplo mesosistólico por hiperaflujo en la válvula aór- tica. • Puede mostrarse un soplo mesodiastólico o presistólico, localizado en la punta, por el choque del chorro de regurgitación en la valva mitral anterior, denominado soplo de Austin-Flint, que no implica estenosis mitral orgánica. Recuerda ➔ Algunos soplos con “nombre propio” son: Austin-Flint (algunas in- suficiencias aórticas), Graham-Steell (insuficiencia pulmonar), Still (ni- ños sanos) y Gibson (ductus persistente). 49 06. Valvulopatías. CD Foco de Erb (aórtico accesorio) Irradia a borde esternal izquierdo Soplo de hiperaflujo Soplo de Austin-Flint MT AP MT Figura 6.7. Auscultación de la insuficiencia aórtica E. Pruebas complementarias Electrocardiograma Cuando la IAo es crónica, suele haber signos de crecimiento ventricular izquierdo. Ecocardiografía Prueba de referencia que muestra la incompleta coaptación de las val- vas aórticas en diástole, pudiendo determinar la etiología de la insuficien- cia (por afectación valvular o dilatación del anillo). La gravedad se puede estimar mediante Doppler (Figura 6.8). Asimismo, permite cuantificar la dilatación del VI, la FEVI y la posible dilatación de la aorta ascendente. En ocasiones se precisa la vía transesofágica para determinar mejor la anatomía valvular, especialmente en los casos de cirugía de reparación valvular aórtica. Figura 6.8. Imagen de ecocardiografía Doppler color en diástole en proyección apical de tres cámaras mostrando el chorro de una regurgitación aórtica grave Cardiorresonancia y tomografía computarizada La cardiorresonancia permite un estudio muy exacto de los volúmenes y función del VI, y además permite el estudio detallado de la aorta. La TC torá- cica también permite la evaluación de la aorta por su gran resolución espa- cial. Siempre que la insuficienciase asocie a dilatación aórtica detectada en la ecografía (especialmente en aorta bicúspide y síndrome de Marfan) está indicada la realización de una TC o resonancia para su estudio. F. Tratamiento Está indicada la cirugía valvular en caso de IAo severa (Figura 6.9): • Si es sintomática. • En caso de que sea asintomática, si: - FEVI ≤ 50% y/o - Dilatación del VI (diámetro telesistólico superior a 50 mm o ajus- tado a superficie corporal superior a 25 mm/m2; o diámetro tele- diastólico mayor de 70 mm). Mención especial merece la dilatación significativa acompañante de la aorta ascendente, pues si es significativa se justifica la cirugía combinada (val- vular y aórtica) aun en ausencia de síntomas o disfunción sistólica (véase Capítulo 15). Se recomienda tratamiento si el diámetro es mayor de 55 mm, excepto en pacientes con síndrome de Marfan, que se reduce a 50 mm. En presencia de determinados factores de riesgo (presencia de antecedentes familiares de disección aórtica, hipertensión arterial o deseo de gestación), el punto de corte se reduce de 50 a 45 mm en pacientes con Marfan y de 55 a 50 mm en pacientes con aorta bicúspide. Recuerda ➔ Los pacientes con aorta bicúspide pueden tener una válvula funcio- nalmente normal (lo más frecuente), pueden desarrollar estenosis aór- tica, insuficiencia aórtica y también dilatación de la aorta ascendente. El procedimiento quirúrgico usualmente consiste en el recambio valvular por una prótesis, aunque en ocasiones puede realizarse cirugía reparadora. Cuando la IAo acompaña a la dilatación de aorta ascendente es necesario realizar una cirugía de reconstrucción de la misma, con implantación de una prótesis tubular aórtica y reimplantación de las coronarias (si se conservan los velos nativos: cirugía de David; si no se conservan: cirugía de Bentall). Actualmente el empleo de una TAVI para el tratamiento de la IAo no está estandarizado. IAo severa crónica IAo severa aguda Asintomática No Sí Sintomática Cirugía Seguimiento FEVI < 50% o DTDVI > 70 mm o DTSVI > 50 mm Figura 6.9. Procedimiento general de actuación en la insuficiencia aórtica grave 50 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Los vasodilatadores son bien tolerados y pueden ser de gran utilidad para estabilizar al paciente en fase aguda. Sin embargo, no se ha demostrado que su empleo sistemático en pacientes asintomáticos con FEVI > 50% consiga retrasar la necesidad de cirugía, por lo que únicamente tienen indicación si hay coexistencia de hipertensión arterial. En pacientes con síndrome de Marfan se debe considerar el empleo de β-bloqueantes y/o losartán. Dado el riesgo familiar de los aneurismas en aorta torácica, se recomienda el cribado de los familiares de primer grado del caso índice mediante prue- bas adecuadas de imagen en pacientes con síndrome de Marfan y debe considerarse para pacientes con válvulas bicúspides y enfermedad de raíz aórtica. 6.3. Valvulopatía mitral Estenosis mitral En la estenosis mitral (EM) existe una dificultad al paso de sangre desde la AI al VI en diástole. A. Etiología La causa más frecuente de EM es la fiebre reumática, siendo ésta es la valvulopatía más frecuentemente asociada a la fiebre reumática, con predi- lección por el sexo femenino. Otras causas, menos frecuentes, son la con- génita y el síndrome carcinoide. Recuerda ➔ La fiebre reumática es la causa más frecuente de estenosis y doble lesión mitral, así como de estenosis tricúspide. B. Fisiopatología Cuando el área mitral se reduce, aparece una dificultad al llenado mitral, lo que produce un aumento de la presión en la AI (que se dilata de manera muy significativa) y, de forma retrógrada, en venas y capilares pulmonares. Al aumentar la presión en la AI, se genera (como en toda estenosis) una diferencia de presión o gradiente entre la AI y el VI, que será directamente proporcional con el grado de estenosis. La presión arterial pulmonar suele estar elevada, lo que origina un incre- mento de la poscarga del VD, que finalmente disfunciona (Figura 6.10). La vasoconstricción arterial pulmonar que se produce protege, en parte, de un excesivo aumento de presiones en el lecho capilar pulmonar, disminuyendo así el edema. Es importante resaltar que el VI se encuentra preservado en la EM, ya que la presión diastólica del VI es normal (no hay reducción de la FEVI). Recuerda ➔ La taquicardia acorta el tiempo de diástole, por lo que empeoran todas las cardiopatías en las que hay fallo diastólico predominan- te (estenosis mitral, miocardiopatía hipertrófica o restrictiva, entre otros). ↑ Presión AI ↓ Gasto cardíaco Remanso de sangre Fibrilación auricular Embolias IC derecha Congestión pulmonar Dilatación de AI Hipertensión pulmonar • Activa • Pasiva Hipertrofia de VD ↓ Llenado VI ↑ Gradiente AI-VI Figura 6.10. Fisiopatología de la estenosis mitral C. Clínica Los síntomas más importantes de la EM derivan de la congestión pulmonar, siendo el más importante la disnea, junto con el resto de los síntomas/sig- nos de congestión pulmonar. En casos de larga evolución, es muy frecuente la aparición de fibrilación auricular, que al perder la contribución auricular al llenado ventricular izquierdo y provocar taquicardia acorta la diástole, lo que agrava los síntomas e incluso puede dar lugar a un edema agudo de pulmón. Asimismo, la incidencia de tromboembolia es alta, ya que una AI dilatada y fibrilación auricular son el sustrato idóneo para la formación de trombos. Recuerda ➔ Es muy frecuente su asociación con fibrilación auricular, la cual de- teriora al paciente (pierde la contracción auricular, disminuye el tiem- po diastólico y aumenta el riesgo embólico). Por ello, es importante el control de ritmo y la anticoagulación (con acenocumarol) en pacientes con EM. Ocasionalmente puede evidenciarse disfonía por compresión del nervio laríngeo recurrente por una AI muy dilatada (signo de Ortner). D. Exploración física Son características la cianosis acra y la rubefacción malar (“chapetas mitra- les”). Los hallazgos en la auscultación son (Figura 6.11): • En fases iniciales, puede aumentar la intensidad del primer ruido, pero la fibrocalcificación valvular o aparición de insuficiencia asociada pro- ducen su disminución. • Existe aumento del componente pulmonar del segundo ruido si hay hipertensión pulmonar. • El chasquido de apertura de la mitral. Cuanto más cercano se encuen- tre del segundo ruido, indica más gravedad de la estenosis. • El soplo diastólico aparece tras el chasquido de apertura en mesodiás- tole. La intensidad del soplo no está necesariamente relacionada con la gravedad de la estenosis, pero sí la duración. Si el paciente man- tiene el ritmo sinusal, suele auscultarse un refuerzo presistólico del soplo (MIR 10-11, 54). 51 06. Valvulopatías. CD Figura 6.11. Semiología del soplo de estenosis mitral Recuerda ➔ Cuanto más largo es el soplo y más próximo está el chasquido de apertura del segundo ruido, más grave es la estenosis mitral. La inten- sidad del soplo diastólico no está necesariamente relacionada con la gravedad de la EM. E. Pruebas complementarias Electrocardiograma Crecimiento de AI (onda P mitral con forma de “m”) y fibrilación auricular principalmente. Radiografía de tórax El signo radiológico típico es el crecimiento auricular izquierdo. En casos avanza- dos puede haber signos de crecimiento de las cavidades derechas (Figura 6.12). Figura 6.12. Estenosis mitral evolucionada (intervenida) Ecocardiografía Permite valorar el grado de estenosis, la presencia de hipertensión pulmo- nar o datos de fallo del VD. Es característico el engrosamiento de los velos mitrales con fusión de las comisuras, así como la dilatación de la AI. Recuerda ➔ La presencia de trombos en la aurícula, la intensa fibrocalcificación o la insuficiencia mitral significativa asociada, en general, contraindi- can lavalvuloplastia y se prefiere el recambio valvular. Se considera que la EM es significativa cuando el área mitral es inferior a 1,5 cm2 y grave/severa si el área es menor de 1 cm2 (y el gradiente trans- mitral medio mayor de 10 mmHg). La presión sistólica pulmonar en reposo mayor de 50 mmHg predice mala evolución clínica. Mediante ecocardio- grafía puede medirse el grado de afectación valvular mediante diversas puntuaciones (por ejemplo, Wilkins) que son muy útiles para determinar las posibilidades de éxito de una valvuloplastia percutánea (MIR 17-18, 4). La ecocardiografía transesofágica (ETE) es particularmente útil para la detección o descarte de la presencia de trombos en la orejuela izquierda (Figura 6.13). La ecocardiografía de estrés permite evaluar el comporta- miento del área mitral y la presión pulmonar con el ejercicio o el estrés. A B Figura 6.13. Ecocardiografía transesofágica. (A) Plano de tres cámaras; (B) Plano de cuatro cámaras. Se observa una válvula mitral reumática con engrosamiento del borde libre de los velos (flechas) y apertura gravemente reducida F. Tratamiento El tratamiento médico es muy eficaz para mejorar los síntomas y prevenir las complicaciones embólicas, pero no debe retrasar el tratamiento mecá- nico. Incluye controlar la frecuencia cardíaca, especialmente en caso de fibrilación auricular, y disminuir la congestión venosa pulmonar (con diuréti- cos). La decisión de anticoagulación crónica es independiente del CHADS2- VASc Score del paciente y está indicada en caso de fibrilación auricular, embolia previa o trombos en la aurícula, y también se recomienda cuando el riesgo embólico es elevado (dilatación auricular izquierda o imagen de contraste espontáneo ecográfico en su interior). Los nuevos anticoagulan- tes orales están contraindicados (solo uso de acenocumarol). El tratamiento mecánico está indicado únicamente en caso de estenosis clínicamente significativa (área inferior a 1,5 cm2). En la Figura 6.14 se recogen las pautas generales de actuación en la EM. En general, está indi- cado el tratamiento mecánico en caso de pacientes: 52 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición • Sintomáticos. • Asintomáticos con: - Anatomía favorable para valvuloplastia percutánea. - Factores de riesgo de descompensación hemodinámica: necesidad de cirugía mayor no cardíaca, deseo de embarazo, hipertensión pul- monar; o factores de riesgo de descompensación embólica: fibrila- ción auricular, embolismo previo o contraste espontáneo en AI. Existen dos alternativas de tratamiento mecánico: • Valvuloplastia percutánea. Consiste en la dilatación valvular mitral mediante un catéter provisto de un globo inflable (Figura 6.15). Esta técnica presenta ventajas sobre la cirugía, pero es necesario que exista una anatomía valvular favorable para que tenga éxito. No se puede realizar cuando: - Exista una intensa calcificación valvular (determinada por una puntuación de Wilkins > 8 puntos). - Exista insuficiencia mitral concomitante moderada o grave. - Exista un trombo en la AI. - Si el paciente con EM severa requiere además de cirugía conco- mitante de bypass o en otra válvula cardíaca (aórtica o tricúspide). EM severa (área < 1,5 cm2) Asintomática No Sí Sintomática Seguimiento Valvuloplastia Cirugía Factores riesgo descompesación embólicos o hemodinámicos ¿Anatomía favorable para valvuloplastia?* Sí No Alto riesgo quirúrgico No alto riesgo *CI valvuloplastia: · Wilkins > 8 puntos. · IM > moderada. · Trombo AI. · Necesidad bypass o qx otra válvula. quirúrgico ¿Anatomía favorable para valvuloplastia?* Figura 6.14. Procedimiento de actuación en la estenosis mitral Paso transeptal a AI Válvula mitral Balón Catéter pig-tail en VI a través de la Ao Figura 6.15. Tratamiento mecánico: valvuloplastia mitral percutánea • Dentro de las opciones quirúrgicas, la más utilizada es la sustitución valvular por prótesis (la reparación es técnicamente muy compleja por la extensa afectación valvular). La comisurotomía cerrada está en desuso. Insuficiencia mitral En la insuficiencia mitral (IM) existe un defecto en el cierre de la válvula mitral, permitiendo el paso de sangre en sístole hacia la AI. Es la segunda valvulopatía más frecuente en nuestro medio. A. Etiología Se pueden distinguir tres tipos de IM según su etiología: • Insuficiencia mitral primaria u orgánica. Se produce por enferme- dad propia de los velos valvulares y el aparato subvalvular. Es el tipo más habitual, destacando el prolapso de la válvula mitral (probable- mente la más frecuente), la calcificación degenerativa senil y la fiebre reumática (Figura 6.16). Ao AI VI Figura 6.16. Imagen ecocardiográfica en plano paraesternal (eje largo) en diástole mostrando el engrosamiento de los velos valvulares mitrales (flechas) en un paciente con valvulopatía mitral orgánica (reumática) • Insuficiencia mitral secundaria o funcional: - Insuficiencia mitral isquémica. Puede aparecer en el seno de una isquemia miocárdica aguda (rotura de un músculo papilar en el IAM inferior) o crónica (isquemia que afecta y produce dis- función del músculo papilar, sobre todo el posterior, o alteración de la geometría y contracción ventricular que tracciona del apa- rato subvalvular e impide la coaptación de los velos). - Insuficiencia mitral secundaria a dilatación del anillo valvular como ocurre en cualquier enfermedad que produzca dilatación del VI. Las principales causas de IM aguda grave son la endocarditis infecciosa, la isquemia miocárdica grave con rotura del músculo papilar, la rotura de cuer- das tendinosas en el prolapso mitral y los traumatismos (incluido yatrogenia). B. Fisiopatología La falta de coaptación de los velos genera que en la sístole del ven- trículo parte de la sangre que debería salir por la aorta vuelva a la aurícula izquierda, que está llenándose de sangre proveniente de las 53 06. Valvulopatías. CD venas pulmonares. Esto genera una sobrecarga de volumen y, en con- secuencia, una dilatación de la aurícula izquierda. Además, esta sobre- carga de sangre en la aurícula es transferida al ventrículo en la diástole siguiente, por lo que el VI también se somete a una sobrecarga de volumen. Por la Ley de Frank-Starling, el VI se dilata para compensar esa sobrecarga de volumen hasta que dicho mecanismo de compen- sación se agota y comienza a deteriorarse la FEVI. Cuanto mayor sea la poscarga del VI, mayor será el volumen que regurgite en sístole a la aurícula izquierda y, por tanto, mayor sobrecarga de volumen existirá en las cavidades izquierdas. C. Clínica La IM aguda genera una situación de edema agudo de pulmón de rápida instauración y bajo gasto cardíaco (shock cardiogénico). En la IM crónica, los síntomas son similares a los de la estenosis mitral (tanto de congestión retrógrada pulmonar como de bajo gasto anteró- grado). Sin embargo, los datos de fallo derecho/hipertensión pulmonar son menos frecuentes que en la estenosis mitral, así como las embo- lias, hemoptisis y fibrilación auricular (hay menor dilatación auricular izquierda). D. Exploración física Los datos característicos de la auscultación son (Figura 6.17): • Disminución de la intensidad del primer ruido. • Cuando existe hipertensión pulmonar puede aumentar la intensidad del componente pulmonar del segundo ruido y producir un desdobla- miento amplio del mismo. • El tercer ruido indica gravedad y se asocia con el desarrollo de insu- ficiencia cardíaca. • El soplo sistólico se localiza en el foco mitral y suele irradiarse a la axila. Es intenso y suele ser holosistólico decreciente. En la IM aguda grave el soplo es menos evidente y corto (puede no auscultarse). S3 Soplo de hiperaflujo Foco mitral irradia axila MT MTAP Figura 6.17. Auscultación en insuficiencia mitral Recuerda ➔ El tercer ruido en la insuficiencia mitral indica que el volumen de regurgitación esalto, luego es bastante típico de la insuficiencia mitral aguda grave. E. Pruebas complementarias Electrocardiograma Se evidencia crecimiento de la AI, el VI y frecuentemente fibrilación auricular. Ecocardiografía Detecta la insuficiente coaptación de las valvas y orienta hacia el meca- nismo responsable. La técnica Doppler permite cuantificar el grado de IM (Figura 6.18 y Figura 6.19). También permite valorar el tamaño del VI y la FEVI. Para evaluar la posibilidad de reparación mitral, suele ser necesaria la rea- lización de una ecocardiografía transesofágica. B A VD VD AD AD AI AI VI VI Figura 6.18. Plano de cuatro cámaras de Doppler color mediante ecocardiografía transtorácica (A) y ecocardiografía transesofágica (B) que muestra un jet de regurgitación mitral grave 54 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Figura 6.19. Ecografía transtorácica, corte apical de cuatro cámaras, modo Doppler-color. En modo video online se puede visualizar el jet de regurgitación F. Tratamiento Tratamiento médico En caso de FE deprimida se debe utilizar el arsenal médico correspondiente (véase capítulo 4). En casos de IM aguda grave es necesario el tratamiento intensivo con vasodilatadores para reducir la precarga y la poscarga (nitra- tos, nitroprusiato), diuréticos, inotrópicos y el balón intraaórtico de contra- pulsación en casos de shock. Tratamiento quirúrgico La intervención quirúrgica de urgencia está indicada en todos los casos de IM aguda grave (MIR 16-17, 8). En la IM severa orgánica crónica primaria está indicada la intervención qui- rúrgica en pacientes (Figura 6.20): • Sintomáticos siempre que tengan FEVI > 30%. • Asintomáticos si: - Presentan disfunción sistólica (MIR 16-17, 60) (FEVI < 60%; aun- que mayor de 30%) o dilatación ventricular incipiente (diámetro telesistólico de VI > 45 mm; incluso > 40 mm en caso de que sea posible la reparación valvular en lugar del implante de una prótesis). - En los pacientes con FEVI conservada y VI no dilatado se podría indicar la cirugía si aparecen datos de compromiso retrógrado significativo, como la aparición de fibrilación auricular o hiper- tensión pulmonar (PSP > 50 mmHg en reposo o con dilatación severa de la AI (≥ 60 ml/m2). En caso de que la FEVI sea < 30% o exista excesiva dilatación del ventrículo, la probabilidad de mejoría tras la cirugía es escasa y el riesgo quirúrgico muy alto. Se opta por tratamiento médico de la insuficiencia cardíaca y, en casos con anatomía favorable, se puede plantear la intervención percutá- nea sobre la válvula (MitraClip®). IM orgánica severa crónica Asintomática Sintomática FEVI < 60% o DTSVI > 45 mm FEVI > 30% FEVI < 30% No FA o PSP > 50 mmHg o dilatación Al ≥ 60 ml/m2 + DTSVI > 40 mm Seguimiento No Sí Cirugía (preferiblemente reparación) Sí Reparación posible y bajo riesgo quirúrgico Reparación no posible Tratamiento médico de IC y considerar intervención percutánea (MitraClip®) Figura 6.20. Procedimiento de actuación en la insuficiencia mitral Recuerda ➔ La insuficiencia mitral severa suele deteriorar el ventrículo izquierdo rápidamente, por lo que hay que intervenirla precozmen- te en cuanto empieza el deterioro, pues no se recupera la FEVI tras la cirugía en pacientes con dilatación o disfunción ventricular establecida. Para la IM secundaria o funcional severa está indicada la cirugía sobre la válvula si el paciente se va a someter a cirugía de revascularización coro- naria concomitante. En caso de que no vaya a someterse a cirugía de revascularización coronaria y presente una insuficiencia severa isquémica se aceptaría la cirugía en caso de que la FEVI > 30% y el paciente no tuviera otras comorbilidades. Los pacientes con insuficiencia mitral severa secundaria, sin posibilidades de revascularización coronaria y con FEVI < 30% son candidatos para opti- mizar el tratamiento médico de la IC, y si fueran refractarios al mismo, se podría plantear con ellos medidas avanzadas como el trasplante cardíaco o la intervención percutánea sobre la válvula. La técnica quirúrgica de elección es la cirugía reparadora de la válvula, ya que la mortalidad quirúrgica es menor que la del recambio valvular protésico, y además se evitan las consecuencias derivadas de la anticoa- gulación crónica (MIR 16-17, 60) siendo su beneficio mayor en algunas etiologías que en otras (prolapso mitral >>> reumática). La alternativa es el recambio valvular por una prótesis. Tras una reparación valvular mitral debe recomendarse el tratamiento anticoagulante durante al menos 3 meses. En casos seleccionados se puede considerar la intervención percutánea entre bordes (con dispositivo MitraClip®). Está técnica se reserva en la actualidad para la IM primaria grave y sintomática en pacientes inoperables o con alto riesgo quirúrgico, así como en casos seleccionados de insuficien- cia mitral secundaria mencionados anteriormente. 55 06. Valvulopatías. CD Recuerda ➔ En la insuficiencia mitral se prefiere cirugía reparadora a prótesis. En la estenosis aórtica sucede lo contrario. G. Prolapso valvular mitral El prolapso de la válvula mitral o síndrome de Barlow se produce por la deficiente coaptación de las valvas de la mitral, con desplazamiento de una de ellas (sobre todo, la posterior), o de las dos, hacia la aurícula durante la sístole ventricular, pudiendo provocar una insuficiencia valvu- lar. Este trastorno suele cursar con pocos o ningún síntoma y es bastante habitual. Generalmente predomina en mujeres, si bien en el varón es más frecuente el desarrollo de IM. Existe un componente hereditario en muchos casos. Parece deberse a una alteración en la formación del colágeno, lo que genera una degeneración mixomatosa de los velos y el consecuente defecto de cierre valvular. Puede asociarse a diversas alteraciones del tejido conjun- tivo como el síndrome de Marfan o el síndrome de Ehlers-Danlos. Clínica La mayoría de los prolapsos valvulares mitrales son asintomáticos. La rotura de una cuerda tendinosa puede provocar IM aguda grave (MIR 16-17, 8). Generalmente presentan síntomas atípicos como ansiedad, astenia, palpi- taciones y dolor torácico tipo pinchazo. Son frecuentes las extrasístoles. En caso de IM severa asociada aparecen síntomas de ICC. Existe un mínimo, pero significativo aumento del riesgo de muerte súbita. Exploración física La auscultación puede ser normal, pero frecuentemente presenta uno o incluso los dos signos siguientes: • Click o chasquido mesosistólico o telesistólico. • Soplo mesotelesistólico en el ápex, que puede tener un carácter piante y que generalmente aparece después del chasquido, por esta razón se le llama también síndrome del click-murmur. Estos hallazgos en la auscultación se hacen más intensos y precoces con las maniobras que reducen la precarga o la poscarga, como ponerse de pie, la maniobra de Valsalva o la taquicardia. Las maniobras que aumentan la precarga o la poscarga originan que los fenómenos auscultatorios sean más tardíos y menos intensos, como ocurre durante el ejercicio isométrico o la posición de cuclillas. Recuerda ➔ Al disminuir la precarga, circula menos sangre por el corazón y todos los soplos se auscultan peor, salvo el del prolapso valvular mi- tral y el de la miocardiopatía hipertrófica obstructiva. Al aumentar la precarga, ocurre lo contrario. Ecocardiografía Es de capital importancia para un diagnóstico correcto valorar la existencia o no de IM asociada (Figura 6.21). VD VI Ao AI Figura 6.21. Imagen ecocardiográfica en proyección paraesternal eje largo mostrando un prolapso valvular mitral (flecha) Tratamiento El manejo es análogo al de una IM orgánica (Figura 6.20). Los resultados de la reparación suelen ser buenos, sobre todo en el prolapso del velo pos- terior (MIR 16-17, 8). En los casos asintomáticos no se precisa tratamiento, sin embargo, cuando se produce dolortorácico atípico o extrasístoles ventriculares sintomáticas se emplean β-bloqueantes. 6.4. Valvulopatía tricúspide Las principales características de las valvulopatías tricúspides se resumen en la Tabla 6.4 (MIR 19-20, 156) y las principales características de las valvulopatías pulmonares en la Tabla 6.5. Figura 6.22. Imagen ecocardiográfica de Doppler color (proyección apical de cuatro cámaras) de un paciente con hipertensión pulmonar grave e insuficiencia tricúspide grave secundaria a dilatación del anillo 56 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Estenosis Insuficiencia Causa más frecuente Reumática (más frecuente) Funcional: hipertensión pulmonar (más frecuente) (Figura 6.22) Orgánica: endocarditis (Figura 6.23) Síntomas Congestión sistémica derecha De la valvulopatía izquierda acompañante Congestión sistémica derecha Pulso yugular Aumento de onda a Aumento de onda v Disminución (inversión) de seno x Auscultación Soplo diastólico Aumento en inspiración Soplo sistólico Aumento en inspiración Indicación de cirugía Simultánea a cirugía de valvulopatía izquierda si estenosis “moderada- severa” Aislada si severa y síntomas Simultánea a cirugía de valvulopatía izquierda si insuficiencia severa o moderada que asocie dilatación grave del anillo Aislada si severa y síntomas Técnica Prótesis (típicamente biológica) Anillo protésico Anuloplastia de De Vega Tabla 6.4. Características principales de la valvulopatía tricúspide (MIR 12-13, 85) Figura 6.23. Imagen ecocardiográfica en proyección paraesternal mostrando una verruga endocardítica (flecha) en la válvula tricúspide, en un individuo usuario de drogas por vía parenteral que originaba insuficiencia grave Recuerda ➔ Signo de Rivero-Carvallo: los soplos de cavidades derechas aumen- tan con la inspiración. Estenosis Insuficiencia Causa más frecuente Congénita Funcional: dilatación del anillo por hipertensión pulmonar Auscultación Soplo sistólico Aumento en inspiración Soplo diastólico: Graham- Steel Aumento en inspiración Tratamiento Valvuloplastia percutánea cuando: • El gradiente pico > 64 mmHg (independientemente de los síntomas) si la FE del VD es normal • Gradiente < 64 mmHg si se acompaña de síntomas o fracaso del VD Médico: alivio de los síntomas de insuficiencia cardíaca derecha Tabla 6.5. Características principales de la valvulopatía pulmonar 6.5. Cirugía de la endocarditis y prótesis valvulares Profilaxis de endocarditis infecciosa Para el desarrollo de este apartado se remite al lector al Capítulo 5 de Enfermedades Infecciosas. En la Tabla 6.6 se resume la lista de pacientes que precisan profilaxis de endocarditis infecciosa. Válvula (biológica o mecánica) o material protésico Antecedentes de endocarditis infecciosa Cardiopatía congénita cianótica Cardiopatía congénita reparada, pero con defectos o shunts residuales o hasta los 6 meses si reparación completa Tabla 6.6. Cardiopatías en riesgo de endocarditis infecciosa Cirugía en la endocarditis infecciosa La base del tratamiento de la endocarditis infecciosa es el tratamiento anti- biótico (véase Capítulo de Enfermedades infecciosas). Sin embargo, casi en la mitad de los pacientes precisan una intervención quirúrgica precoz debido a la aparición de alguna de estas complicaciones (Figura 6.24): Tratamiento antibiótico (a todos) Insuficiencia cardíaca Infección incontrolada (Fiebre y HC + >7d) Prevención embolismos ¿EAP o Shock cardiogénico? Qx emergente (<24h) ¿IC persisten + IM/IA grave? ¿Absceso, pseudoaneurisma o fístula? NoSí SíNo Tto médico y reevaluar según insuficiencia residual Qx urgente (<5d) ¿Vegetación > 10 mm y embolismo o valvulopatía severa // Vegetación > 30 mm no complicada Figura 6.24. Manejo complicaciones endocarditis infecciosa. HC = hemocultivo, EAP = edema agudo de pulmón, Qx = cirugía cardíaca; IM = insuficiencia mitral, IA = insuficiencia aórtica • Insuficiencia cardíaca (MIR 15-16, 56). Complicación más frecuente y grave. Es más habitual en la endocarditis aórtica que en la mitral. La causa más común es la destrucción de tejido que produce una insu- ficiencia valvular aguda. El ecocardiograma urgente, generalmente transesofágico, está indicado para su diagnóstico. Como regla general la intervención quirúrgica se debe realizar antes cuanto más grave sea la insuficiencia cardíaca del paciente. • Infección incontrolada. Puede presentarse con persistencia de la fiebre y hemocultivos positivos después de 7-10 días de trata- miento antibiótico correcto y tras excluir otras causas de fiebre. Sospechar de extensión perivalvular de la infección (con forma- ción de abscesos, pseudoaneurismas o fístulas; más frecuente en afectación aórtica, o endocarditis por microorganismos resistentes 57 06. Valvulopatías. CD a tto atb, p.e. hongos). La extensión septal puede producir un blo- queo auriculoventricular. • Prevención de episodios embólicos. Hasta la mitad de los pacientes pueden sufrir embolias, pero el tratamiento antibiótico disminuye el riesgo. El riesgo es mayor cuanto mayor sea el tamaño de las vegeta- ciones (mayores de 10 mm) y su movilidad. El tratamiento quirúrgico en todos estos casos irá encaminado a restituir la dinámica valvular alterada. Se procederá a la resección del material infec- tado y, si es posible, a la reparación valvular. En casos más complejos, a la extirpación de todo el tejido infectado y al desbridamiento de áreas absce- sificadas le sigue la sustitución por prótesis. Clasificación y elección de las prótesis valvulares Existen dos tipos de prótesis valvulares: mecánicas y biológicas. La mayor parte de las prótesis que se utilizan actualmente en el mundo son mecánicas. La elección entre un tipo u otro de prótesis viene expuesta en la Tabla 6.7. Algunas situaciones favorecen la degradación de la bioprótesis, como edad inferior a 40 años, hipercolesterolemia e insuficiencia renal crónica/hiperparatiroidismo. Recuerda ➔ Salvo contraindicación para la anticoagulación o la edad avanzada, se prefieren las prótesis mecánicas, pues su duración es prácticamen- te ilimitada. Prótesis mecánica Prótesis biológica Durabilidad Indefinida 10-15 años Anticoagulación Indefinida (INR 2,5-3,5) Únicamente con antagonistas vitamina K Sólo los 3 primeros meses Perfil paciente < 60 años en posición aórtica < 65 años en posición mitral Sin contraindicación para anticoagulación Indicación de anticoagulación por otro motivo (fibrilación auricular, embolia pulmonar previa, otra prótesis) > 65 años en posición aórtica > 70 años en posición mitral Contraindicación para anticoagulación Riesgo hemorrágico alto Mujer embarazada Trombosis protésica precoz Principal complicación Trombosis aguda Degeneración progresiva Tabla 6.7. Factores favorables al empleo de cada tipo de prótesis valvular (MIR 18-19, 72; MIR 13-14, 71) Complicaciones de las prótesis valvulares A. Endocarditis protésica La endocarditis sobre prótesis valvulares afecta por igual a válvulas proté- sicas mecánicas y biológicas, y tiene mal pronóstico. Es conveniente dis- tinguir entre endocarditis protésica precoz (microorganismos adquiridos perioperatoriamente, dentro del primer año) y tardía (por microorganismos adquiridos de forma secundaria a bacteriemias, casi un tercio en relación con maniobras instrumentales sanitarias, más allá del año). Los microor- ganismos más frecuentes en la precoz son Staphylococcus (S. epidermidis más frecuente que S. aureus), seguidos de hongos y bacilos gramnegativos. En la tardía son estreptococos y enterococos. Típicamente la infección de prótesis mecánicas afecta al anillo valvular y con frecuencia produce dehis- cencia de la prótesis con insuficiencia asociada (Figura 6.25). B A Figura 6.25. Ecocardiografía transesofágica donde se observa una verruga endocardítica (flechas) adherida al anillo mitral posterior en paciente con una prótesis mitralmecánica. (A) En diástole; (B) En sístole Recuerda ➔ La endocarditis precoz (inferior a 1 año tras cirugía) suele estar pro- ducida por Staphylococcus, especialmente S. epidermidis, y la tardía (superior a 1 año) por estreptococos y enterococos. Las indicaciones de cirugía en la endocarditis protésica son similares a las de la endocarditis sobre válvula nativa, con la peculiaridad de que los casos de endocarditis protésica precoz suelen estar producidos por microorganismos agresivos y resistentes, por lo que la cirugía suele ser necesaria. La intervención incluye la exéresis de todo el material proté- sico previo y la colocación de una nueva prótesis, generalmente de tipo biológico. B. Trombosis La trombosis protésica aguda se debe sospechar ante la aparición de un evento embólico o de ICC en todo paciente portador de prótesis. Es conveniente proceder a su diagnóstico mediante ecocardiografía (generalmente transesofágica) o incluso radioscopia directa. Suele acontecer en prótesis mecánicas y cuando está indicada la interven- ción quirúrgica, el tratamiento suele consistir en implantar una próte- sis biológica. 58 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Se distinguen dos situaciones: • Trombosis oclusivas sobre la válvula protésica izquierda (inestabili- dad clínica): - En caso de que el paciente se encuentre en situación crítica, será necesaria la cirugía inmediata. Si ésta no estuviese dispo- nible o el riesgo quirúrgico fuese muy alto por comorbilidades del paciente, la alternativa es la fibrinólisis. La fibrinólisis se uti- liza de entrada para la trombosis sobre prótesis derechas por su mayor eficacia en estas posiciones. - Si el paciente no se encuentra crítico y ha habido una anticoa- gulación inadecuada como causa del trombo, debe anticoagu- larse con heparina no fraccionada (± AAS) y ver la evolución. Si el trombo no se resuelve o si la anticoagulación ha sido correcta, se deberá valorar la cirugía. • Trombosis no oclusivas (asintomáticas). El manejo depende del tamaño del trombo y la presencia o no de embolias: - < 10 mm, se opta por tratamiento médico. Se reserva el trata- miento quirúrgico para aquéllos que persisten a pesar de anticoa- gulación adecuada y además presentan embolias de repetición. - > 10 mm, si ha embolizado, se opta por tratamiento quirúrgico de entrada. En caso contrario se opta por optimizar el trata- miento anticoagulante y si no se resuelve, se indicaría la cirugía. C. Anemia hemolítica Se produce por el choque continuado de hematíes contra la prótesis, siendo más acusada con las mecánicas. No suele tener importancia y no precisa tratamiento. Las hemólisis clínicamente importantes (aquéllas que precisan transfusiones repetidas) casi siempre están asociadas a dehiscen- cias periprotésicas, que será necesario investigar y tratar adecuadamente (cierre quirúrgico o percutáneo del leak causante). Recuerda ➔ La hemólisis crónica producida por la prótesis suele ser leve. Si es importante, hay que descartar disfunción protésica. D. Disfunción protésica En fases precoces, tras implante de válvulas mecánicas, generalmente se produce por defectos en la técnica operatoria (dehiscencia de las suturas, fístulas, etc.). Es la causa más frecuente de la repetición de operaciones en el primer año tras la cirugía, por lo que debe suponerse cuando un paciente no hace progresos significativos después de la intervención. Cuando falla una prótesis biológica, habitualmente ha sufrido degenera- ción espontánea, produciéndose regurgitación (suele ser lo predominante), estenosis o ambas cosas. Casi siempre la instauración es gradual, lo que permite su detección con ecografía antes de que el cuadro sea grave. Se recomienda la reintervención ante la presencia de disfunción protésica sig- nificativa, siempre que produzca síntomas o fallo cardíaco estructural (FEVI deprimida). Preguntas MIR ➔ MIR 20-21, 129 ➔ MIR 19-20, 93, MIR 19-20, 156 ➔ MIR 18-19, 72 ➔ MIR 17-18, 4, MIR 17-18, 13 ➔ MIR 16-17, 8, MIR 16-17, 60 ➔ MIR 15-16, 56, MIR 15-16, 62 ➔ MIR 14-15, 56, MIR 14-15, 57 ➔ MIR 13-14, 62, MIR 13-14, 71 ➔ MIR 12-13, 85, MIR 12-13, 86 ➔ MIR 11-12, 45 ➔ MIR 10-11, 49, MIR 10-11, 54 ➔ MIR 09-10, 42, MIR 09-10, 50 ➔ MIR 08-09, 32 ➔ MIR 07-08, 34 ✔ En las estenosis hay una restricción a la apertura valvular. En las insuficiencias existe un defecto del cierre. Las valvulopatías agu- das suelen tener muy mala tolerancia clínica y requieren tratamiento urgente, mientras que las de instauración crónica suelen tolerarse mejor por la puesta en marcha de mecanismos de compensación. ✔ La sobrecarga de presión (estenosis aórtica y pulmonar) habitualmente produce hipertrofia concéntrica compensadora, y en la sobrecarga de volumen (insuficiencias aórtica, mitral, tricúspide) predomina la dilata- ción excéntrica ventricular. ✔ La primera prueba diagnóstica que realizar ante la sospecha de enfer- medad valvular es la ecocardiografía. ✔ Como norma general, la presencia de una valvulopatía grave/severa que produce síntomas es indicación de actuación mecánica sobre la válvula (generalmente cirugía). ✔ En pacientes asintomáticos, la disfunción sistólica ventricular marca la indicación quirúrgica. ✔ Siempre que exista riesgo significativo de enfermedad coronaria está indicada la realización de coronariografía diagnóstica previa con vistas a programar la cirugía valvular. ✔ La estenosis aórtica degenerativa del anciano es la valvulopatía más frecuente en países desarrollados. Conceptos Clave 59 06. Valvulopatías. CD ✔ Una estenosis aórtica se considera grave cuando el área valvular es menor de 1 cm2 (o 0,6 cm2/m2 de superficie corporal) y el gradiente transvalvular sistólico medio > 40 mmHg. ✔ Los síntomas característicos de la estenosis aórtica grave se desenca- denan con el esfuerzo (angina, síncope o disnea). El riesgo de muerte súbita en la estenosis aórtica crece exponencialmente cuando apare- cen síntomas, estando indicada la cirugía. ✔ En adultos con estenosis aórtica severa el tratamiento quirúrgico de elección es el recambio valvular por prótesis. ✔ La implantación de válvula aórtica transcatéter (TAVI) supone una alter- nativa para pacientes con estenosis aórtica grave e indicación quirúrgi- ca que presentan un elevado/prohibitivo riesgo quirúrgico. ✔ La causa más frecuente de insuficiencia aórtica en países desarrollados es la asociada a válvula aórtica bicúspide y a enfermedades de la aorta ascendente. La sobrecarga de volumen (por la regurgitación de sangre) del ventrículo izquierdo suele originar dilatación y, a la larga, puede de- teriorar la función sistólica (la fracción de eyección). ✔ El soplo de la insuficiencia aórtica es diastólico y de alta frecuencia. ✔ El empleo de vasodilatadores no es eficaz para retrasar la necesidad de cirugía. En pacientes con síndrome de Marfan se debe considerar el empleo de β-bloqueantes y/o losartán. ✔ La cirugía está indicada en la insuficiencia aórtica grave cuando apa- rezcan síntomas importantes, cuando se deteriore la función sistólica (FEVI < 50%) o se dilate el ventrículo izquierdo (diámetro telediastólico mayor de 70 mm). ✔ La causa más frecuente de estenosis mitral es la fiebre reumática, sien- do habitual la asociación con insuficiencia mitral (doble lesión mitral). ✔ El soplo se ausculta en ápex, con la campana, en mesodiástole, tras el chasquido de apertura y con refuerzo presistólico (siempre y cuando el paciente esté en ritmo sinusal). ✔ Se indica la intervención mecánica en caso de estenosis mitral signifi- cativa (≤ 1,5 cm2) y síntomas (disnea). También se indica la actuación mecánica, aun en ausencia de síntomas, en presencia de hipertensión pulmonar, fallo del ventrículo derecho o entrada en fibrilación auricular. ✔ La valvuloplastia percutánea con balón se indica cuando la anatomía val- vular se considere favorable(básicamente, cuando no haya trombos en aurícula, calcificación importante de la válvula y/o aparato subvalvular ni insuficiencia mitral asociada). Si es desfavorable (generalmente si existe alguno de esos tres criterios), se indica el recambio valvular protésico. ✔ En la actualidad la insuficiencia mitral es la segunda valvulopatía más frecuente después de la estenosis aórtica. ✔ El soplo de la insuficiencia mitral crónica se ausculta mejor en el ápex o la axila, es sistólico y, generalmente, más largo cuanto más grave sea la insuficiencia. ✔ La cirugía se indica en pacientes con insuficiencia mitral grave, que o bien desarrollan síntomas o bien tienen deterioro de la función sistólica ventricular (fracción de eyección < 60% o diámetro telesistólico de ven- trículo izquierdo > 45 mm). El tratamiento quirúrgico de elección en la insuficiencia mitral orgánica es la reparación de la válvula y el aparato subvalvular, y si ésta no es posible, como suele pasar en las de origen reumático, se coloca una prótesis valvular. ✔ La disfunción sistólica grave secundaria a insuficiencia mitral generalmen- te contraindica la cirugía (considerar trasplante o implante de Mitraclip). ✔ El prolapso valvular mitral (síndrome de Barlow) suele producir un click o chasquido mesosistólico, seguido de un soplo producido por insufi- ciencia mitral (síndrome del click-murmur). Al disminuir la precarga, se adelanta el click y se alarga la duración del soplo. ✔ Es recomendable conocer las indicaciones actuales de profilaxis anti- biótica de la endocarditis infecciosa. ✔ La endocarditis requiere cirugía cuando aparezcan complicaciones de tres tipos: insuficiencia cardíaca, infección incontrolada o episodios embólicos. ✔ Las prótesis mecánicas requieren anticoagulación crónica, con objetivo de INR entre 2,5-3,5. Las prótesis biológicas no requieren anticoagula- ción indefinida. ✔ Es conveniente conocer los factores que hacen preferible el empleo de una prótesis mecánica o biológica, aunque la decisión debe individualizarse. ✔ Las principales complicaciones de las prótesis valvulares son endocar- ditis protésica (precoz o tardía), trombosis (que precisa cirugía o fibrinó- lisis), disfunción protésica (que requiere cirugía cuando es importante), embolias y hemólisis (por rotura de hematíes debida al choque de los elementos de la prótesis, poco frecuente con los modelos actuales, salvo disfunción protésica). 60 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Ante un paciente con una estenosis valvular mitral se esperaría en- contrar todos, menos uno de los siguientes hallazgos: 1) Dilación auricular. 2) Disminución del volumen sistólico de eyección. 3) Hipertrofia del ventrículo izquierdo. 4) Aumento de la presión capilar pulmonar. RC: 3 Paciente de 75 años que refiere síncope de esfuerzo y en cuya explo- ración física presenta un pulso arterial carotídeo anácroto, en el ápex se palpa doble onda a y en la auscultación soplo sistólico de eyección con 2.º tono aórtico disminuido. El diagnóstico será: 1) Miocardiopatía hipertrófica obstructiva. 2) Estenosis aórtica probablemente severa. 3) Hipertensión arterial severa. 4) Coartación de aorta. RC: 2 Un paciente de 54 años presenta disnea de medianos esfuerzos y dolor retroesternal con el ejercicio. La ecocardiografía detecta un orificio aórtico con área valvular de 0,70 cm2 y un gradiente transaórtico de 90 mmHg. ¿Cuál de las que a continuación se relacionan sería la conducta a seguir? 1) Realizar prueba de esfuerzo. 2) Reemplazamiento valvular inmediato. 3) Estudio hemodinámico y coronariografía previos al reemplazamiento valvular. 4) Tratamiento médico y evaluación ecocardiográfica dentro de 6 meses. RC: 3 Un paciente afectado de espondilitis anquilopoyética es enviado a la consulta de Cardiología por la presencia de un soplo. El paciente está asintomático y se le detecta un soplo diastólico 3/4 con componente sistólico de hiperaflujo a nivel de foco accesorio. En la ecocardiografía se observa un ventrículo izquierdo no dilatado con FEVI del 75% y una insuficiencia aórtica severa. Además, se observa que la aorta ascen- dente presenta un tamaño de 66 mm. Señalar la opción correcta: 1) Mientras el ventrículo no se dilate hay que mantener un seguimiento estrecho del paciente. 2) Es necesario cirugía sobre la aorta ascendente y reemplazo valvular. 3) Es necesario el tratamiento con betabloqueantes para evitar la progre- sión del tamaño aórtico. 4) Solicitaría una ergometría para desenmascarar posibles síntomas. RC: 2 Una mujer de 42 años consulta por disnea de esfuerzo. La ecocardio- grafía muestra una estenosis mitral reumática con área de 1 cm2. Las comisuras de la válvula están fusionadas y las valvas son móviles, no calcificadas y sin afectación grave del aparato subvalvular. El Doppler color no muestra insuficiencia mitral significativa. ¿Cuál es la mejor opción terapéutica? 1) Prótesis mitral biológica. 2) Valvuloplastia percutánea con catéter-balón. 3) Prótesis mitral mecánica. 4) Aspirina en dosis bajas y seguimiento clínico. RC: 2 Mujer de 61 años con doble lesión mitral reumática severa, que pre- senta disnea de moderados esfuerzos, edemas en tobillos y aumento de su ortopnea habitual en los últimos meses. En la ecocardiografía se observa una insuficiencia tricuspídea moderada-severa que permite estimar una PSP de 68 mmHg. ¿Cuál será la actitud más adecuada en el manejo de esta paciente? 1) Aparte del recambio valvular mitral es necesario realizar una anuloplas- tia tricuspídea. 2) Solo es necesario el recambio mitral, ya que la insuficiencia tricuspídea al ser funcional mejorará con la prótesis mitral. 3) Aparte del recambio valvular mitral es necesario el implante de una pró- tesis mecánica tricúspide. 4) En el momento actual sólo es necesario el tratamiento diurético y se- guimiento estrecho. RC: 1 Casos Clínicos Recursos de la asignatura
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