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DEFINICIÓN DE DESNUTRICIÓN

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DESNUTRICIÓN Y DIETA
DEFINICIÓN DE DESNUTRICIÓN
Desnutrición es un estado patológico ocasionado por la falta de ingestión o absorción de nutrientes. De acuerdo a la gravedad del cuadro, dicha enfermedad puede ser dividida en primer, segundo y hasta tercer grado.
En ocasiones, el trastorno puede ser leve y presentarse, sin síntomas, por una dieta inadecuada o mal balanceada. Sin embargo, hay otros casos más graves, en los que las consecuencias pueden llegar a ser irreversibles (aunque la persona continúe con vida), ocasionados por trastornos digestivos y problemas de absorción.
Síntomas y tratamiento de la desnutrición
La fatiga, los mareos, los desmayos, la ausencia de menstruación, el crecimiento deficiente en los niños, la pérdida de peso y la disminución de la respuesta inmune del organismo son algunos de los síntomas que pueden llegar a alertar sobre un posible cuadro de desnutrición.
Por lo general, esta afección vinculada a la nutrición se puede corregir con la reposición de los nutrientes que faltan y, si está ocasionado por un problema específico del organismo, con un tratamiento adecuado que contrarreste la deficiencia nutricional. Si no se detecta a tiempo o no se recibe la atención médica necesaria, la desnutrición puede llegar a ocasionar discapacidad, tanto mental como física, enfermedades y hasta incluso puede resultar mortal.
La desnutrición es, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la principal causa de muerte de lactantes y niños pequeños en países en vía de desarrollo. Por eso, prevenir esta enfermedad se ha convertido en una prioridad para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Debemos hacer lo que podamos para ayudar a los millones de niños que nacen en situaciones de pobreza.
Clasificación según el tipo
En términos más precisos, es posible clasificar la desnutrición en varios tipos, tomando en cuenta diferentes criterios. Si nos enfocamos en las carencias particulares de los individuos afectados, entonces podemos distinguir los siguientes tipos:
· Desnutrición calórica: este concepto también se conoce con el nombre de marasmo y tiene lugar en aquellas personas que ingieren alimentos en cantidades insuficientes. Esta conducta, que muchas veces es resultado de la falta de recursos económicos, repercute negativamente en el crecimiento de los niños, con características tales como una excesiva delgadez o una falta de tejido graso. También pueden aparecer síntomas más difíciles de identificar o relacionar con este problema, tales como el bajo rendimiento en las actividades estudiantiles o laborales, además de un cansancio anómalo;
· Desnutrición proteica: se da en los individuos que basan su alimentación en una combinación mal equilibrada, en la que suelen predominar los carbohidratos en detrimento de las proteínas. Como consecuencia directa surge una resistencia menor a las infecciones, trastornos en la piel, distensión abdominal y enfermedades hepáticas.
· Otro criterio que puede usarse para clasificar la desnutrición parte de la relación que hay entre la talla de la persona y su peso, de manera que obtenemos los siguientes tipos:
· Desnutrición aguda leve: si bien el peso responde a las expectativas, dada la edad del paciente, su talla no alcanza el valor esperado;
· Desnutrición aguda moderada: en este caso, el peso es inferior a lo normal para la estatura del paciente;
· Desnutrición aguda grave: no sólo el peso está por debajo del 30 por ciento de lo esperado según la estatura, sino que algunas funciones del organismo se ven comprometidas seriamente. Es un problema muy grave, con un riesgo de muerte alto;
· Carencia de vitaminas y minerales: la gravedad de este tipo de desnutrición es tan alta que el individuo ya no tiene la fuerza necesaria para llevar a cabo sus actividades cotidianas porque siente un cansancio que lo domina. Además, su déficit de defensas abre las puertas a un gran número de infecciones y no puede enfocarse en los procesos básicos de aprendizaje.
DEFINICIÓN DE DIETA
Una dieta es el conjunto de las sustancias alimenticias que componen el comportamiento nutricional de los seres vivos. El concepto proviene del griego díaita, que significa «modo de vida». La dieta, por lo tanto, resulta un hábito y constituye una forma de vivir.
En ocasiones, el término suele ser utilizado para referirse a los regímenes especiales para bajar de peso o para combatir ciertas enfermedades, aunque estos casos representan modificaciones de la dieta y no la dieta en sí misma.
Tipos de dieta
De acuerdo a la dieta que siguen, los seres vivos pueden ser calificados de diversa forma: carnívoros (comen carne), detritívoros (se alimentan de sustancias orgánicas muertas), herbívoros (ingieren plantas y frutas), insectívoros (insectos), omnívoros (su sistema puede digerir carnes y vegetales) o caníbales (comen miembros de la misma especie), entre otros. El ser humano es omnívoro por naturaleza, aunque por cuestiones ideológicas o religiosas muchos optan por ser vegetarianos (se abstienen de las carnes y del pescado).
El veganismo, también conocido como vegetarianismo estricto, excluye de la dieta cualquier producto alimenticio de procedencia animal. Mejor dicho, cualquiera cuya elaboración exija la tortura y el asesinato de un animal. Por ello no admite carne de ningún tipo, huevo ni leche, sino únicamente productos vegetales.
Si bien muchos de los detractores de este estilo de vida aseguran que los veganos no se nutren de manera adecuada, el veganismo lleva existiendo desde hace mucho tiempo, y las estadísticas reales indican que la abstinencia de productos animales en la dieta reduce considerablemente los riesgos de varios tipos de cáncer y otras enfermedades de variada gravedad.
Influencia cultural, social y económica en la alimentación
La alimentación humana no está determinada sólo por cuestiones biológicas, sino que se encuentra influida por factores sociales, económicos y culturales. Muchas veces la dieta está condicionada por la disponibilidad de alimentos que depende de condiciones climáticas y de la ubicación geográfica de cada región.
Tampoco pueden olvidarse los factores personales que determinan una dieta, como el gusto, la influencia de la publicidad de ciertos productos alimenticios, las preferencias estéticas y otras cuestiones.
La facilidad para obtener ciertos alimentos, las condiciones climáticas y las costumbres sociales hacen que cada país y región tenga su propia dieta. Argentina, por ejemplo, cuenta con uno de los índices de consumo de carne vacuna más elevados del mundo. Estados Unidos, en cambio, se caracteriza por la ingesta de comida chatarra (del inglés junk food), es decir, de alimentos con poco valor nutritivo y altos niveles de grasas o azúcares, como las hamburguesas. Esta dieta ha causado una epidemia de obesidad en la población estadounidense.
Todo esto nos demuestra que la importancia de la dieta es demasiado grande como para abarcar únicamente el aspecto alimentario de nuestra vida. Cada cultura, cada comunidad se siente identificada no sólo con una serie de costumbres, fiestas y con uno o más idiomas, sino también con sus platos típicos, esos cuyas recetas se pasan de generación en generación y que parecen no poder reproducirse con la misma «magia» en otras regiones.
Retomando el caso del veganismo, si bien el primero de sus rasgos que nos viene a la mente es que no admite el consumo de productos animales en su dieta, se trata de mucho más que eso: es una forma compasiva de compartir el planeta con el resto de los seres vivos. Las jirafas no pueden cazar, y por eso arrancan las hojas frescas de los árboles con sus dientes; nosotros tampoco podemos cazar sin armas, y por eso deberíamos limitarnos a la agricultura.
Plantar nuestros propios alimentos o bien criar animales encerrados y luego asesinarlos para comerlos dice mucho acerca de nosotros. Debemos adoptar una dieta que se condiga con nuestros principios, que nos enorgullezca de nuestras decisiones.

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