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Vitamina E: datos emergentes estimulan nuevas aplicaciones Dr. Manfred Eggersdorfer Profesor de Envejecimiento Saludable, University Medical Center Groningen Nutrition Science & Advocacy - DSM Nutritional Products La vitamina E es un nutriente esencial; es un antioxidante poderoso y ha sido reconocida como esencial para mantener la integridad de la membrana celular. La vitamina E es cada vez más mencionada como relacionada con la protección de los ácidos grasos esenciales contra la peroxidación de lípidos, con la función cognitiva, la reducción del riesgo de enfermedad de Alzheimer y la reducción de las consecuencias negativas para la salud del hígado graso. Sin embargo, la ingestión de vitamina E es generalmente baja en todas las regiones del mundo. El objetivo de este informe es destacar los últimos estudios sobre la vitamina E y poblaciones vulnerables, conforme fue presentado en el 3º Congreso Mundial de Nutrición en Salud Pública en Las Palmas de Gran Canaria, en noviembre de 2014. Introducción La mayoría de la población mundial consume α- tocoferol y vitamina E en niveles por debajo de los 15 mg/día recomendados para hombres y mujeres en los EUA[1] y otros países occidentales, como Alemania, Gran Bretaña y Holanda[2]. Es necesario un nivel sérico mínimo de 12 µmol/L de α-tocoferol para evitar deficiencias en el cuerpo humano[3]. Asimismo, los resultados de diversos estudios observacionales prospectivos[2] sugieren una concentración de tocoferol sérico de 30 µmol/L y superior para obtener efectos beneficiosos en la salud humana en el área de enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y en la mortalidad[4-6]. Por otra parte, datos de la National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) de 2003-2006 muestran concentraciones medias de α-tocoferol por debajo de la concentración ideal para la población total y usuarios que no consumen suplementos. Además de las diferencias en la concentración de α-tocoferol entre usuarios que consumen y que no consumen suplementos, una proporción mayor de adultos más jóvenes, en vez de más viejos, presentaban concentraciones de α-tocoferol por debajo de lo ideal. Consecuentemente, a pesar de la baja incidencia de deficiencia manifiesta de vitamina E, muchos adultos americanos presentan niveles de α-tocoferol por debajo del ideal, incluso suplementando su dieta. Hígado graso El hígado graso es un problema creciente en todo el mundo. Abarca un amplio espectro de lesiones hepáticas, que se desarrolla en tres fases de acuerdo con la hipótesis de tres impactos; cada etapa resultando en esteatosis, esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y fibrosis, respectivamente. El hígado graso es generalmente clasificado como hígado graso alcohólico (HGA) e hígado graso no alcohólico (HGNA). El primero está asociado al consumo excesivo de alcohol, mientras que el segundo está asociado a patologías metabólicas como diabetes mellitus tipo 2, resistencia a la insulina, obesidad e hipertrigliceridemia. La prevalencia del HGNA en la población en general está estimada en alrededor de 20%–30%, y se reporta que viene alcanzando niveles de hasta aproximadamente 70-80% en personas obesas. Cerca de 15-20% de los casos de esteatohepatitis no alcohólica desarrollan cirrosis, lo que lleva a un aumento del riesgo de muerte cardiovascular, muerte hepática y cánceres. Actualmente, no existe ningún medicamento aprobado para el tratamiento del hígado graso y las condiciones graves sólo pueden ser tratadas por medio de un trasplante de hígado. Diversos estudios aleatorios controlados en seres humanos conducen a creer que las intervenciones dietarias no solamente son útiles en el manejo del HGNA/EHNA, Vol 23, No 36 (2015), Revista Alimentos Hoy -3 YURI Texto tecleado Disponible online 24/12/2015 sino también que pueden ser usadas para tratar el HGNA/EHNA[7-9]. Tres asociaciones de gastroenterología y hepatología norteamericanas recomiendan que una dosis de vitamina E de 800 UI/día debe ser considerada como una farmacoterapia de primera línea para adultos no diabéticos con EHNA comprobada por biopsia para mejorar la histología hepática[7]. Asimismo, parece posible identificar individuos propensos a responder bien al tratamiento de la EHNA con vitamina E sobre la base de su perfil metabolómico. A pesar de que son necesarios estudios adicionales para evaluar la seguridad a largo plazo, resultados clínicos y tratamientos combinados, los resultados actuales proporcionan una orientación promisoria para el tratamiento del HGNA/EHNA. Enfermedad de Alzheimer La demencia se torna un problema de salud pública cada vez mayor con el envejecimiento de la población mundial. Se estima que 25-30% de los ancianos con más de 85 años padece demencia. La cuarta causa de muerte en los países industrializados es la enfermedad de Alzheimer. Varios ensayos clínicos fueron realizados para investigar la relación entre la vitamina E y la enfermedad de Alzheimer[10, 11] e individuos con afección cognitiva leve[12]. La vitamina E parece ser particularmente beneficiosa para retardar la progresión de la afectación cognitiva en la enfermedad de Alzheimer leve a moderada; Sano et al.[11] relataron que el consumo de 2000 UI/día de vitamina E retardó la progresión de la enfermedad en cerca de siete meses a lo largo de un período de dos años en los pacientes (N=341), mientras Dysken et al. [10] relataron una progresión de la enfermedad retardada en cerca de seis meses a lo largo de dos años en los pacientes (N=613). Sin embargo, Petersen et al.[12]no relataron ningún beneficio en retardar la progresión del compromiso cognitivo leve en 769 pacientes con enfermedad de Alzheimer, quizás por haber usado una dosis muy baja de vitamina E. En todos los ensayos, la aplicación de la vitamina E fue segura en la dosis estudiada de 2000 mg por persona por día. Nuevos estudios están en marcha actualmente para separar los efectos beneficiosos de la vitamina E para individuos con enfermedad de Alzheimer y la seguridad de los tratamientos con vitamina E en pacientes con trastornos neurológicos. Estudios futuros también deben concentrarse en la dosis, comparando las formas sintéticas con las formas naturales de vitamina E, y el uso de otros antioxidantes para combatir la enfermedad de Alzheimer. Embarazo e infancia Los primeros 1000 días desde la concepción en adelante son considerados una importante ventana de oportunidad, en la cual la desnutrición puede causar consecuencias perjudiciales posteriormente en la vida, incluyendo un aumento del riesgo de obesidad y enfermedades crónicas[13]. Por este motivo, es importante investigar el impacto de la desnutrición e intervenir lo más temprano posible. La relación entre la vitamina E y la fertilidad viene siendo investigada desde la década de 1920; bajos niveles de vitamina E han sido relacionados con la infertilidad masculina y femenina en diversos estudios[14, 15]. Un estudio de caso-cohorte reciente en Bangladesh [16] indicó que 72% de 1605 mujeres embarazadas en el primer trimestre presentaban deficiencia de vitamina E, con niveles plasmáticos de α-tocoferol <12 μmol/L. Los investigadores relataron que los niveles plasmáticos más bajos de α-tocoferol fueron asociados con un mayor riesgo de aborto espontáneo (OR ajustado=1,83, 95% CI: 1,04-3,20) e identificaron relaciones con el índice de masa corporal y niveles de hierro de las madres. El nivel de vitamina E en países de un bajo ingreso per cápita y las consecuencias de la deficiencia de vitamina E aún no se encuentran bien determinados. Recientemente, un estudio importante identificó que los niños en edad escolar de Nepal sufren deficiencia de vitaminas, incluyendo la vitamina E[17]. Una importante razón parala falta de informaciones sobre la situación nutricional en países de bajo nivel de ingresos es la falta de recursos. Por tanto, es necesario desarrollar métodos sustentables para investigar la situación nutricional, para los cuales pocos recursos son necesarios. Cole et al. (2013)[18] identificaron siete proteínas (símbolos de genes: APOC3, APOB, PKM, FOX04, UNC5C, RGS8 e ITGA5) que explican 73% de la variabilidad en la concentración plasmática de α- tocoferol. Estos investigadores sugieren que el análisis proteómico del plasma puede ser un nuevo método de bajo costo para evaluar los niveles de vitamina E de la población y, en el futuro, ella también puede ser usada en países de bajos ingresos. Resumen y perspectivas La vitamina E rompe la cadena oxidativa y desempeña un papel importante para la salud humana. Un nivel sérico mínimo de 12 µmol/L de α-tocoferol es necesario para evitar deficiencias en el cuerpo humano. Asimismo, una concentración sérica de tocoferol de por lo menos 30 µmol/L ha sido sugerida el nivel que exhibe efectos beneficiosos sobre la salud humana. Vol 23, No 36 (2015), Revista Alimentos Hoy -4 Sin embargo, la ingestión de vitamina E en todo el mundo es generalmente inferior a los 15 mg por día recomendados para adultos, incluso tomando suplementos. Diversos estudios ofrecieron resultados promisorios sobre la administración de la vitamina E para reducir el riesgo de una serie de enfermedades o mejorar la salud y cognición; por ejemplo, el aumento de la ingestión de vitamina E posee efectos beneficiosos sobre el HGNA y la enfermedad de Alzheimer, mientras que niveles suficientes de vitamina E en el inicio del embarazo pueden evitar el aborto. Otros estudios están en marcha en la actualidad y recomendaciones para estudios adicionales incluyen un foco en la seguridad, dosis y tratamientos combinados con otros antioxidantes. Asimismo, algunos estudios se centran en la intervención más temprana posible al investigar las intervenciones dietéticas de preconcepción en el desarrollo embrionario[19]. Considerando las consecuencias de la desnutrición, particularmente en poblaciones vulnerables o de alto riesgo, esto ciertamente puede ser considerado un problema de salud pública mundial, que no se limita solo al mundo occidental. Es importante caracterizar mejor la prevalencia y consecuencias sobre la salud del Hambre Oculta en países de bajos ingresos e industrializados para desarrollar métodos dirigidos al tratamiento y la prevención de la desnutrición. Estos métodos deben ser de bajo costo y fáciles de administrar para que sea posible su implementación y alcanzar a toda la población. Literatura 1.Fulgoni, V.L., 3rd, et al., Foods, fortificants, and supplements: Where do Americans get their nutrients? J Nutr, 2011. 141(10): p. 1847-54. 2.Troesch, B., et al., Dietary surveys indicate vitamin intakes below recommendations are common in representative Western countries. Br J Nutr, 2012. 108(4): p. 692-8. 3.Food and Nutrition Board, Dietary reference intakes for vitamin C, vitamin E, selenium, and carotenoids, I.o. Medicine, Editor. 2000: Washington. 4.Biesalski, H.K., et al., Antioxidant vitamins in prevention. Clin Nutr, 1997. 16(3): p. 151-5. 5.Lebold, K.M., et al., Urinary alpha-carboxyethyl hydroxychroman can be used as a predictor of alpha- tocopherol adequacy, as demonstrated in the Energetics Study. Am J Clin Nutr, 2012. 96(4): p. 801-9. 6.Wright, M.E., et al., Higher baseline serum concentrations of vitamin E are associated with lower total and cause- specific mortality in the Alpha-Tocopherol, Beta-Carotene Cancer Prevention Study. Am J Clin Nutr, 2006. 84(5): p. 1200-7. 7.Chalasani, N., et al., The diagnosis and management of non-alcoholic fatty liver disease: practice guideline by the American Gastroenterological Association, American Association for the Study of Liver Diseases, and American College of Gastroenterology. Gastroenterology, 2012. 142(7): p. 1592-609. 8.Chalasani, N.P., et al., Pioglitazone versus vitamin E versus placebo for the treatment of non-diabetic patients with non- alcoholic steatohepatitis: PIVENS trial design. Contemp Clin Trials, 2009. 30(1): p. 88-96. 9.Sanyal, A.J., et al., Pioglitazone, vitamin E, or placebo for nonalcoholic steatohepatitis. N Engl J Med, 2010. 362(18): p. 1675-85. 10.Dysken, M.W., et al., Effect of vitamin E and memantine on functional decline in Alzheimer disease: the TEAM-AD VA cooperative randomized trial. JAMA, 2014. 311(1): p. 33-44. 11.Sano, M., et al., A controlled trial of selegiline, alpha- tocopherol, or both as treatment for Alzheimer's disease. The Alzheimer's Disease Cooperative Study. N Engl J Med, 1997. 336(17): p. 1216-22. 12.Petersen, R.C., et al., Vitamin E and donepezil for the treatment of mild cognitive impairment. N Engl J Med, 2005. 352(23): p. 2379-88. 13.International Food Policy Research Institute, Global Nutrition Report 2014: Actions and Accountability to Accelerate the World's Progress on Nutrition. 2014: Washington, DC. 14.Simmonds, N., J.E. Becker, and E.V. McCollum, The distribution of vitamin E. The Journal of Nutrition, 1928. 1: p. 29-38. 15.Hussain, M.K., et al., Oxidative stress in primary infertility of Women. Global Journal of Medical Research Orthopedic and Musculoskeletal System, 2013. 13(2). 16.Shamim, A.A., et al., First-trimester plasma tocopherols are associated with risk of miscarriage in rural Bangladesh. 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Al conectar sus exclusivas competencias en Life Sciences y Materials Sciences, DSM está impulsando la prosperidad económica, el progreso en materia medioambiental y los avances sociales para crear valor sostenible para todas las partes interesadas simultáneamente. DSM entrega soluciones innovadoras que nutren, protegen y mejoran el rendimiento en mercados globales como alimentos y suplementos dietéticos, cuidado personal, pienso, dispositivos médicos, automotores, pinturas, artículos eléctricos y electrónicos, protección de la vida, energía alternativa y materiales de base biológica. DSM y sus empresas asociadas tienen una facturación neta de cerca de €10.000 millones y cuentan aproximadamente con 25.000 empleados. La compañía cotiza en Euronext Amsterdam. Puede encontrar más información en www.conozcadsm.com Si bien DSM ha empleado el debido cuidado para asegurar que la información aquí presentada sea precisa y actualizada, esta no hace ninguna declaración o garantía sobre la precisión, confiabilidad o integridad de la información. Este catálogo contiene solamente información científica y técnica para la utilización business to business. También debe considerarse la información específica de la región o país en la rotulación o publicidad a consumidores finales. Esta publicación no constituye ni ofrece consejo científico o médico, diagnóstico o tratamiento,y se distribuye sin garantía de ningún tipo, explícita o implícita. DSM, bajo ninguna circunstancia, es responsable de cualquier daño resultante de la confianza o utilización de estos materiales por parte de los lectores. El lector es el único responsable de cualquier interpretación o utilización del material aquí contenido. 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