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Descubrimiento de los microorganismos
Antonie van Leewenhoek fue el primero el ver microorganismos en el siglo XVIII.
Desde épocas antiguas el ser humano ha atribuido sus enfermedades y otros fenómenos perceptibles a la existencia de seres invisibles, que a menudo imaginó como hadas o espíritus malvados, hasta que el desarrollo científico abrió para sus ojos el universo de los objetos demasiado diminutos para ver a simple vista.
Entonces, gracias a la invención del microscopio y otros adelantos ópticos, pudo darse cuenta de que hay vida muy simple y muy pequeña en casi todas las superficies y sustancias: los microorganismos o microbios. El primero en hacerlo fue Antonie van Leewenhoek en el siglo XVIII, a través de aparatos de su propio diseño; al mismo tiempo que Robert Hooke lo hacía y anotaba sus apuntes en Micrographia, su libro sobre la vida microbiana.
¿Qué son los Microorganismos?
Se entiende por microorganismos o microbios a los seres vivos o los sistemas biológicos tan diminutos, que únicamente pueden observarse empleando para ello un microscopio. Se trata de formas de vida mucho más simples que las plantas y los animales, que presentan características individuales y una organización biológica elemental.
El concepto de microorganismos es, no obstante, bastante general y de uso práctico, sin ánimos de establecer algún tipo de clasificación o taxonomía respecto a los seres vivientes que refiere. De hecho, hay microorganismos con formas de vida muy distintas entre sí, como un virus y una bacteria.
Algunos microorganismos son patógenos, es decir, capaces de causar enfermedades, mientras que otros son enteramente inofensivos y algunos otros incluso forman parte de la vida microscópica que habita en el interior del cuerpo humano.
Características comunes de los microorganismos
La vida microscópica puede ser muy, muy variada en sus propiedades y características. Sin embargo, se considera a una forma de vida (o a un objeto) como microscópico cuando no puede percibírsela a simple vista, sino con la ayuda de herramientas de aumento especializadas.
Para ser considerados microorganismos estos objetos deben estar vivos, si bien esto parece ponerse en tela de juicio en el caso de los virus y los priones, cuya existencia parece operar al margen de lo que entendemos como vida.
Sus tamaños pueden variar muchísimo: si un virus promedio tuviera el tamaño de una pelota de tenis, una bacteria típica sería del tamaño de media cancha de tenis y una célula eucariota del tamaño de un estadio de fútbol.
Tipos de microorganismo
Las bacterias son unicelulares y procatoriotas, es decir, no tienen núcleo.
Los microorganismos pueden ser de los siguientes tipos:
· Virus. Son sistemas biológicos más simples y ultramicroscópicos conocidos, apenas visibles con microscopio electrónico. No se sabe demasiado de su evolución y existen debates respecto a si son realmente seres vivos. Su reproducción consiste en infectar otros organismos unicelulares (o células de uno pluricelular) e inocularle su contenido genético (ARN o ADN, nunca ambos), para que en vez de reproducirse a sí misma la célula construya nuevas réplicas del virus.
· Bacterias y arqueas. Estos dos tipos de seres vivos unicelulares y procariotas (que no poseen núcleo genético) son los seres vivos microscópicos más simples y abundantes del planeta. Se reproducen mediante la división de su material genético y se alimentan del medio ambiente circundante, ya sea de manera autótrofa (quimiosíntesis) o parasitaria.
· Algas cianoficeas. Llamadas cianobacterias, son un tipo de bacteria que realiza fotosíntesis oxigénica, muy al estilo de las plantas. Son mucho más grandes que las bacterias ordinarias.
· Protistas. Los protistas o protozooarios son organismos unicelulares eucariotas, de mucho mayor tamaño: pueden llegar a alcanzar 1mm. Suelen vivir en ambientes húmedos o acuáticos, aunque muchos también tienen vidas parasitarias, dentro de seres complejos como el humano. Suelen ser depredadores de otros microbios o detritófagos (se alimentan de desecho).
· Hongos. En el reino fungi muchas variedades son microscópicas, como las levaduras, capaces de producir enfermedades infecciosas. Son también eucariotas.
Hábitat de los microorganismos
El hábitat de los microbios es conocido como microhábitat y es equivalente a los ecosistemas de animales superiores, pero a muy pequeña escala.
Algunos microbios se consideran de vida libre, pues forman parte importante de los ciclos de la naturaleza, y puede hallárselos en aguas residuales, superficies, en la tierra, etc.
Otros, en cambio, deben habitar en hábitats específicos, como el interior de otros seres vivos, en el caso de los parasitarios. En el intestino de los seres humanos habita una verdadera fauna bacteriana que colabora con nuestros procesos de digestión, por ejemplos.Observación de los microorganismos
Para observar la mayoría de los microbios se requiere de un microscopio, ya que la mayoría ronda entre los 0,4 y 5 micrómetros (bacterias).
Los virus son todavía más pequeños y requieren de microscopios potentes (entre 10 y 300 nanómetros), mientras que algunos protozoarios son tan grandes que casi alcanzan el milímetro de tamaño y pueden observarse con una lupa.
Cultivo de microorganismos
Los microbios pueden cultivarse en laboratorio para su estudio y aprovechamiento científico. Existen dos formas de cultivo:
· Aerobia. Es la técnica más simple, que supone emplear las condiciones atmosféricas ordinarias. Sin embargo, con este sistema únicamente crecerán las especies de microbios que conviven con un medio rico en oxígeno.
· Anaerobia. Es la técnica especializada para microorganismos anaeróbicos, es decir, que no precisan de oxígeno. Consiste en reemplazar este gas por nitrógeno, para reproducir las condiciones en que muchas especies crecen en contextos volcánicos, subterráneos o incluso intestinales.
Microorganismos patógenos
Muchas de las enfermedades conocidas por el hombre son causadas por la infección del organismo por microbios de diversa naturaleza, sobre todo virus y bacterias.
Estos seres microscópicos penetran el cuerpo a través de diversas vías (cortes en la piel, ingesta de alimentos, respiración, absorción por la piel, etc.) y una vez dentro se reproducen y proliferan dañando tejidos y células en el proceso.
Dependiendo del tipo de microbio, podrán combatirse con antibióticos (bacterias) o antivirales (virus), o antimicóticos (hongos).

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