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Hipnosis Ericksoniana - Competencias Esenciales - Paul Anwandter

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Contenido
Dedicatoria
Prólogo
Agradecimientos
Introducción
1. Definiciones esenciales
2. Preguntas míticas sobre la hipnosis
3. Presuposiciones de toda experiencia humana
4. Tres principios sicológicos
5. Sugestiones y claves post hipnóticas
6. Test de sugestionabilidad
7. Profundizadores del estado de trance
8. Diferencia entre consciente e inconsciente
9. Hipnosis y su secuencia básica
10. Estructuras de evocación: métodos para evocar en hipnosis
11. Reglas de la mente
12. Inducciones
13. Resignificar lo vivenciado
14. Utilización: una inducción naturalista
15. Regresiones y progresiones
16. Ejercicios
Patrones Terapéuticos Lingüísticos: El Empleo de la Homofonía a la
“Erickson”
Biografía del autor
OTROS LIBROS DEL AUTOR Superación Personal y Autoayuda:
Hipnosis - PNL - Lecturas de transformación
OTROS LIBROS DEL AUTOR Liderazgo y Gestión: Coaching
DEDICATORIA
A Betty Alice Erickson,
quien me ha enseñado cómo la hipnosis transforma el día a día en la alegría
de vivir, disfrutando el trance del tiempo.
PRÓLOGO
Conocí a Paul hace poco más de siete años. Eran pasadas las tres de la
tarde, de un hermoso día de verano, en diciembre del 2008. Yo figuraba
como paciente de un alumno del Diplomado de Hipnosis Clínica, que
estaba rindiendo sus exámenes finales.
Días antes, la secretaria del área donde yo trabajaba nos contó sobre la
posibilidad de acceder a sesiones gratuitas de hipnosis, y como no me
encontraba en un buen momento emocional, pensé que “sería bueno probar
y ver qué pasaba”. Por cierto, la sesión me ayudó muchísimo, y en ese
momento aún no sospechaba o dimensionaba lo que vendría después. Ese
día, mi vida cambiaría hacia un rumbo inesperado.
Un año después, también en una tarde de verano, recibo una llamada
informándome que Paul Anwandter y Andrea Castro Dussert, la entonces
Coordinadora de Relaciones Estudiantiles, me invitaban a trabajar con ellos
en este proyecto llamado Academia Inpact.
Desde ese momento Paul no solo se convirtió en mi jefe, sino también en
mi mentor, mi amigo, mi profesor, y, en muchas oportunidades, mi
confidente. Por eso, cuando me pidió escribir el prólogo de este libro,
Hipnosis Ericksoniana. Competencias esenciales, junto con sentir un gran
honor, de inmediato recordé cada uno de los pasos que me han llevado por
este camino.
Este libro habla de eso, de los infinitos caminos y posibilidades, de cómo
podemos cambiar de rumbo con una decisión en nuestra vida, de cómo
estamos preparados para enfrentar cambios o dificultades y convertirlos en
aprendizaje y optimismo.
En este libro encontrarás un lenguaje sencillo, pero que a menudo va más
allá de lo que nuestra mente consciente puede comprender. Te ayudará a
entender que muchas de nuestras acciones, experiencias, impulsos,
sentimientos, penas, y alegrías, provienen de nuestra mente inconsciente,
pues como bien lo dice Paul “…el paciente te dirá que no tiene control
sobre sus actos pues, lo que le sucede, no ocurre en el plano de lo que él
percibe, sino en el plano de lo que no se ve”.
Paul logra plasmar en este libro todo lo que a diario enseña, no solo a los
cientos de alumnos, o a quienes hemos tenido la fortuna de asistir a sus
clases como oyentes, sino también a quienes hayan tenido la oportunidad de
hablar con él.
El libro Hipnosis Ericksoniana. Competencias esenciales lleva consigo la
experiencia de más de 12 años de información entregada por Paul
Anwandter, Andrea Castro Dussert y yo misma, en el Diplomado de
Hipnosis Clínica de Academia Inpact, y describe en cada una de sus
páginas, técnicas y demostraciones reales vistas en clases, con resultados
simplemente sorprendentes.
En todos estos años trabajando junto a Paul, he visto pasar cientos de
pacientes, unos más acongojados que otros, entrando a la puerta número 21,
y siempre, siempre, ¡siempre! son otros cuando salen, con una sonrisa, con
una luz diferente, con una siembra que pronto dará cosecha en su corazón.
Frente a esto no puedo sino pensar, “…un día también fui yo…”, e imaginar
qué camino tomará esa persona, qué insospechado camino.
El verano casi termina. Y este libro que usted tiene en sus manos es una
guía para ayudar y ayudarse, un regalo que habla acerca de todo lo que
somos capaces de hacer, en nosotros y por otros, ofrece el lenguaje de la
mente hecha palabra, que es una llave para abrir infinitas posibilidades,
quizás un nuevo rumbo, o quizás no, tal vez, quién sabe, pero de seguro
algo que aprender.
Grimanesa González Díaz
Profesora de Hipnosis
Santiago de Chile, Marzo 2017.
 
AGRADECIMIENTOS
Infinitas gracias a todos los profesores de hipnosis que he tenido en mi vida,
en especial a Betty Alice Erickson, por cada conversación cotidiana que me
ha regalado. De forma sabia y divertida ella me iba contando sus
experiencias, al mismo tiempo que me enseñaba la trascendencia y la
complejidad de lo simple. También le quiero agradecer por seguir el trabajo
de su padre Milton Erickson, cuya obra siempre me ha inspirado y
motivado a tomar un camino similar.
Gracias también a toda mi familia, a mi esposa Janet, a mis hijos Alex y
Christian, a sus parejas Sergio y Consuelo, a mi madre Rosa, a mi suegra
Julia, y a mi nieta Inés, con quienes vivo mis trances diarios.
También quiero agradecer a Andrea Castro Dussert y a Grimanesa
González, profesoras de la Academia Inpact, con quienes comparto ya hace
más de doce años las enseñanzas del Diplomado de Hipnosis Clínica.
También agradezco de todo corazón a:
•
 Mis queridos amigos y colegas de HCN World, Olvin Cáceres, Ricardo
Escobar y Jørgen Svenstrup, por su constante apoyo, confianza, soporte y
motivación.
•
 Los ejecutivos y líderes de INPACT S.A., Fernando Bacciarini, Jessica
Bulos, Rosa Del Corral, Silvana Trigo y Víctor Yáñez, pues su
colaboración y apoyo es esencial en todo lo que hago.
•
 Eunice Letelier, quien me ayuda, apoya y asiste con cariño y ¡mucha
paciencia!, todos los días del año a través de su trabajo, y con ello permite
que el mío pueda existir.
•
 Carolina De Ponti y Francisca Martin, de Chan! Editores, por la edición
de este libro y la diagramación tan bien lograda.
•
 Sergio Acuña, por la linda ilustración que ha diseñado para este libro, la
cual transmite una sensación que para muchos es vivir el estado de trance.
•
 El Maestro Dr. Arnoldo Téllez López, quien en la ciudad de Monterrey ha
impulsado la Asociación de Hipnoterapia de Nuevo León (de la cual
tengo el orgullo de ser miembro honorario) y el Congreso Anual de
Hipnosis Clínica Ericksoniana. Ambas obras son referentes mundiales de
este tipo de terapia y han sido de gran contribución para la Hipnosis
Clínica Ericksoniana.
•
 Mi amiga Lorena Gaytán, sicóloga e hipnoterapeuta, quien con su trabajo
y dedicación ha contribuido llevando el curso “Hipnosis: Competencias
Esenciales” a la ciudad de Monterrey.
Finalmente quiero agradecer a mis queridos alumnos, por la permanente
confianza en lo que hago, y a usted querido lector, que, con este libro en
mano, empezaremos un nuevo viaje juntos.
Santiago, 30 de Diciembre del 2016.
Paul Anwandter
 
 
INTRODUCCIÓN
Es sabido que Milton Erickson tuvo miles de alumnos en talleres, sin
embargo, solo algunos estuvieron muy cerca de él. Betty Alice Erickson fue
una de sus “primeras” alumnas, pues, como su hija, lo acompañaba desde
muy pequeña en su trabajo y lo apoyaba siendo “sujeto hipnótico” en las
demostraciones de los fenómenos del trance.
Si usted ya tiene contacto con Hipnosis Ericksoniana, debe saber que la
dificultad existente en la enseñanza y aprendizaje de esta disciplina reside
en que Milton Erickson transmitía sus conocimientos y técnicas con la
firme convicción de que quien debía aprender era la mente inconsciente, y
no necesariamente la mente consciente de sus alumnos.
Así, el material contenido en este libro propone una deconstrucción del
trabajo de Erickson, que además proviene de mis profesores y sus propias
versiones. Por lo tanto, se le suman mis interpretaciones, background y
vivencias, cuestionables, por cierto, frente a cuán apegada podríaser mi
perspectiva respecto de lo que el Maestro planteaba.
La paradoja sería que este planteamiento (el mío) podría ser una
preocupación superficial para Milton Erickson, pues probablemente si mi
comprensión inconsciente de su trabajo ha hecho que yo perciba lo que
percibo y que haya aprendido lo que aprendí, tal como lo estoy escribiendo,
entonces esto sería lo adecuado.
El contenido del libro Hipnosis: Competencias Esenciales que usted tiene
en sus manos es una condensación del material que entregamos y
enseñamos en el Diplomado de Hipnosis Clínica Ericksoniana de la
Academia Inpact, que imparto junto a las profesoras Andrea Castro Dussert
y Grimanesa González Díaz, hace más de trece años. Este curso consta de
dieciocho días en aula, y un fuerte incentivo adicional en prácticas y teoría,
a partir del cual he seleccionado los contenidos y ejercicios que posibilitan
iniciarse en estudios de Hipnosis, con un total equivalente a cuatro días.
También este mismo material se ha entregado en los últimos años en varios
países de América Latina, en formato de workshop durante cuatro días, con
el nombre de “Hipnosis: Competencias Esenciales” o “Hypnosis: Essentials
Skills”.
Además, este libro contiene numerosos ejercicios y ejemplos con
fragmentos de sesiones extraídos de mi propia práctica como profesional de
la hipnosis, para que usted pueda verificar y observar procesos en que se
aplica directamente aquello que estamos abordando. Por supuesto, la
identidad de quienes participaron en dichas sesiones ha sido resguardada
con nombres ficticios, así como ellos mismos me han autorizado para
utilizar este material.
Si usted es terapeuta, coach, practitioner o master practitioner en PNL,
sicólogo, médico, profesional de la salud, consejero, mediador, consultor, le
interesan las tecnologías de desarrollo humano (TDH’s), o simplemente la
comunicación humana, tengo certeza de que este libro le será de apoyo,
pues muestra la manera en que la hipnosis puede ayudar a las personas y
cómo esta permite deconstruir adecuadamente las experiencias
comunicacionales que vivimos en el día a día.
Espero que este libro pueda ser un aporte a su trabajo y a su curiosidad y
que de alguna manera, tal vez hoy inimaginable, incorpore parte de lo que
se plantea para que su calidad de vida mejore, y usted y los suyos sean más
felices.
Santiago, 30 de Diciembre del 2016.
Paul Anwandter
1. DEFINICIONES ESENCIALES
Hipnosis (Estado Hipnótico)
Si usted tiene interés en temas de desarrollo humano y/o ya ha leído algún
texto sobre hipnosis, puede haberse encontrado con algunas definiciones
que describen a la hipnosis como:
•
 Un estado alterado de consciencia.
•
 Un estado distinto de consciencia.
•
 Un estado disociado de consciencia .
•
 Un estado disociado que forma parte de la fisiología habitual del sistema
nervioso central.
Ahora, me gustaría que, por favor, reflexionara sobre estas definiciones, ya
que de las cuatro, solamente la última es completamente correcta.
La primera definición, una de las más comúnmente conocidas, indica que
hipnosis es un “estado alterado de conciencia”. Esta definición es
incorrecta, porque la hipnosis no altera la consciencia. Para alterar la
consciencia, en comparación al estado de vigilia que vivimos de forma
“normal”, se necesitaría la existencia de algún fármaco y/o droga en el
cuerpo.
La segunda definición señala que es un estado “distinto” de consciencia, y
en esta definición percibimos que falta una referencia, pues es ¿distinto a
qué? No queda claro con qué se está comparando ese estado de consciencia
y, por lo tanto, se hace difícil precisar su definición.
La tercera definición indica que hipnosis es un “estado disociado de
conciencia”, lo cual es parcialmente correcto, pues, en efecto, cada vez que
nos encontramos en un proceso de disociación de nuestra realidad, se da el
fenómeno de trance.
A la anterior definición debemos añadir algo esencial, pues este “estado
disociado” forma parte de la fisiología habitual del Sistema Nervioso
Central. Así, obtenemos un concepto más completo de lo que es hipnosis,
que no solo nos traduce cómo se da el fenómeno de trance, sino también
expresa que existe en todos los seres humanos como una condición propia
de nuestra biología.
Entonces, esta definición pasa a ser clave, puesto que, al tratarse de una
condición natural de nuestra biología y reconocer los momentos en que las
personas se encuentran en ese estado de disociación de consciencia,
sabremos que están en un estado hipnótico. Ese estado hipnótico ocurre de
forma natural cada 90 a 120 minutos y se da de acuerdo al llamado ciclo
ultradiano. Este es un término usado en cronobiología, relacionado con
ciertas actividades biológicas que ocurren en los ciclos fisiológicos diarios
y que inciden en nuestras conductas, hábitos y formas de aprender. Los
especialistas en hipnosis reproducen ese estado natural a través del uso de
las palabras durante la terapia.
Trance
Es el conjunto de manifestaciones psicofisiológicas que ocurre en una
persona cuando su mente se encuentra totalmente absorta o focalizada en
una determinada experiencia. Entonces, si conectamos esta definición con
el concepto de hipnosis, se puede dar cuenta que estamos trabajando
esencialmente desde la biología y la fisiología. Así, lo que buscaremos será
facilitarle a nuestro paciente una experiencia donde esté absorto, o tan
focalizado en algo, ya sea interno o externo a sí mismo, que todo aquello
que no sea objeto de su focalización deje de ser percibido a nivel
consciente.
Algunas situaciones en que ocurren esos fenómenos pueden ser, por
ejemplo:
•
 Cuando los niños están viendo una película en la televisión, en que su
grado de absorción es tal, que muchas veces no escuchan lo que se les
pregunta y, sin darse cuenta, parafrasean lo que los personajes están
diciendo en la película.
•
 O cuando los adultos ven un partido de fútbol. ¿Pueden recordar cómo
son los juegos de los campeonatos mundiales de fútbol? Millones de
personas mirando un juego, absortos en esa misma experiencia.
•
 O cuando vamos manejando en automóvil por una autopista o calle
monótona y la mente empieza a vagar con otros pensamientos que no son
propios de la actividad de manejar. De pronto nos detenemos en un
semáforo y no percibimos el cambio de luces hasta que el automóvil que
está detrás toca la bocina para recordarnos que podemos avanzar y que,
por haber estado absortos y en nuestras propias ideas, no nos habíamos
percatado de ello.
A partir de esto quisiera darle consciencia sobre un trance que muchos
vivimos en el día a día y que se relaciona con la multiplicidad de
actividades que realizamos al conducir, pues ya no solo ejecutamos dicha
acción, que en sí es compleja, sino también hablamos por celular y
respondemos a chats (cosa que claramente usted y yo no deberíamos hacer).
Sugestión hipnótica
Es una frase entregada por el especialista en hipnosis clínica al paciente que
se encuentra en estado de trance, con la cual se le plantean opciones de
conductas, de comportamientos, de creencias, de ideas, de identidad, etc.
En algunas situaciones cotidianas también se puede dar la sugestión
hipnótica, como en los siguientes ejemplos:
•
 Cuando un padre le dice a su hijo, “si sigues haciendo eso te vas a caer”.
En este caso, para que exista la comprensión de la frase, el niño debe
generar en su mente la imagen de él mismo cayéndose. Si la frase es
repetida, incrementará la probabilidad de la caída. En ese caso, el padre
se dirigirá al hijo con un “te lo dije”.
•
 Cuando vamos al doctor y este, en la serie de procedimientos que debe
realizar, señala: “Esto no le va a doler mucho”. Entonces, para
imaginarnos ese “no mucho”, debemos primero imaginar “mucho”, y
nuestra mente no sabe cuánto es eso en función del dolor.
•
 Hay situaciones similares en que se nos dice: “Esta inyección le va a
doler un poco, pero se le va a quitar pronto el dolor” o “En cinco minutos
se le quita el dolor”. En todos estos casos nos encontramos con que la
referencia es la palabra‘dolor’.
•
 O cuando alguien advierte: “Si sigue comiendo así, va a engordar”. Acá
la persona entiende que si sigue comiendo engordará, pues el “así” no es
claro.
En una ocasión un niño de siete años iba corriendo para entrar a la sala de
clases y se detiene ubicándose al principio de la fila de alumnos; entonces,
el inspector le dice al niño: “Tú tienes apellido con la letra Z, tú eres de los
últimos, tú siempre eres de los últimos”. Y eso fue lo que hizo en su vida
después, él era de los últimos siempre. Para él, la forma como le habló y
trató el inspector fue tan fuerte, que le quedó como una impronta, un sello
indeleble. Lo interesante en este caso es que el niño solo registró: “tú
siempre serás de los últimos”, atribuyéndole poder al inspector, y no
registró “serás de los últimos en la fila (y en este orden alfabético), pues tu
apellido se inicia con la letra Z.” Simplemente se le olvidó esa parte.
Muchas veces en la vida las personas están entregando sugestiones
hipnóticas a otras personas, sin que exista conciencia de lo que se transmite
o de lo que se escucha, ya sean estas sugestiones positivas o negativas.
En algunas ocasiones, las sugestiones son muy positivas, como por ejemplo
aquellas entregadas por “mamás ayudadoras”: “Tú eres capaz hija/hijo, tú
puedes, tú siempre lo vas a conseguir, eres tan talentosa/o, eres tan bella/o e
inteligente, nadie es como tú”.
Sugestionabilidad e Hipnotizabilidad
‘Sugestionabilidad’ es la aceptación sin críticas de las opciones entregadas
como sugestiones hipnóticas al paciente. Desde ahí la confianza del
paciente en el terapeuta es esencial, pues de eso dependerá que esté abierto
a las distintas opciones que le son planteadas. Bajo ese aspecto, el terapeuta
debe tener consciencia de la necesidad de establecer una profunda empatía
y rapport con su paciente. ‘Hipnotizabilidad’, por su parte, sería la facilidad
para entrar en el estado de trance.
Entonces podemos hacer una distinción importante, pues sugestionabilidad
tiene que ver con la disposición para participar en la instancia de hipnosis y
con la empatía, en cuanto que hipnotizabilidad tiene relación con la biología
del paciente, que le permitirá entrar en estado de trance con mayor o menor
facilidad. Por otro lado, por más hipnotizabilidad que exista en nuestro
paciente, si no está abierto a las sugestiones, no vivirá la experiencia del
trance que se le está proponiendo.
Cabe mencionar que así como existen personas que ya tienen esa
competencia altamente desarrollada de hipnotizabilidad, en el Diplomado
de Hipnosis Clínica Ericksoniana que imparto y cuya duración es de un año,
una parte importante del trabajo que se hace con los alumnos consiste en
desarrollar sus competencias hipnóticas. Podríamos señalar que esta
competencia biológica se centra en la capacidad que posee la persona para
concentrarse en un objeto, idea, experiencia, etc.
Es interesante notar que los mensajes con sugestiones hipnóticas hacia el
hemisferio izquierdo o hemisferio derecho, logran producir de igual manera
el efecto de trance en distintas personas con competencias diferentes y, por
supuesto, en diferentes contextos. Todos tenemos la capacidad de vivir la
experiencia del estado de trance. Sin embargo, en el día a día percibimos
que existen personas que naturalmente tienen una tendencia para ir a trance
de forma más fácil que otras, muchas veces a trances profundos. Aún no
está definido por la ciencia qué es lo que causa el grado de profundidad y
absorción del estado de trance en las distintas personas, y por qué esta
vivencia conlleva reacciones tan disímiles entre una persona y otra, incluso
en contextos similares. Eso sí, está comprobado que la competencia de
hipnotizabilidad se puede desarrollar a través de prácticas de autohipnosis .
Si usted le dice a una persona “imagínate que estás volando en una nave
espacial hacia Marte” y tiene desarrollado un alto grado de hipnotizabilidad
y sugestionabilididad, entonces verá que ella puede vivir la experiencia tal
como si estuviera sucediendo realmente. Sin embargo, no es el especialista
en hipnosis quien logra el efecto de la experiencia, sino la combinación que
posee el paciente de hipnotizabilidad y sugestionabilidad, la mezcla entre su
biología y su apertura a vivir la experiencia, junto con la confianza que
sienta hacia el especialista.
Por lo tanto, en una primera conversación con nuestro paciente, deberíamos
estar atentos tanto a su “biología” como al desarrollo del rapport,
percibiendo cuáles son sus signos y su lenguaje, sin la necesidad de estar
haciendo un test de sugestionabilidad en este primer contacto.
Sugestión post hipnótica
Es una frase que se emplea mientras el paciente se encuentra en trance y
que le plantea opciones, ya sea de comportamiento, de creencias, de
identidad, etc., para que, una vez terminada la sesión de hipnosis, estas sean
consideradas y adoptadas como nuevas alternativas de vida por el mismo
paciente.
Una situación que sirve como ejemplo puede ser:
•
 Para pacientes que tienen pánico a volar en aviones, se les dice que
cuando escuchen la solicitud de abrocharse los cinturones estén atentos al
llamado, y que cuando sientan el click de su cinturón de seguridad al
ajustarlo, en ese mismo momento se sentirán relajados y tranquilos.
Ahora, la visión Ericksoniana acerca de la hipnosis presenta una paradoja,
que debe ser considerada bajo el contexto de lo que es una sugestión post
hipnótica, y se da con la frase de Milton Erickson que dice: “Todo es
hipnosis”.
Si consideramos que hipnosis es un estado de sugestionabilidad, que varía
de acuerdo a las competencias desarrolladas y también en función del
rapport, el hecho de darle una sugestión muy específica a una persona
facilita la posibilidad de que pueda seguirla después de entregada, para
resolver lo que está tratando de resolver.
Por otro lado, si “todo es hipnosis”, esto implica que estamos siempre
concentrados, focalizados o absortos en algo o en alguna experiencia y, bajo
ese aspecto, tenemos dos alternativas de estar focalizados:
•
 La primera, es estar concentrados en experiencias externas a nosotros
mismos, en aquello que está pasando afuera, como una película, una
clase, un juego deportivo, etc.
•
 La segunda sería estar concentrados en una experiencia al interior de
nosotros, porque lo que está pasando afuera no es de nuestro interés, no
nos llama la atención, o nos parece aburrido, o porque simplemente
preferimos focalizar nuestra mente hacia dentro de nosotros mismos y
estar con nuestras propias ideas y pensamientos.
Entonces, bajo la premisa Ericksoniana, el estado de trance en las personas
se va a dar, ya sea porque algo se les presenta fuera de ellas y capta su
interés, o porque algo las hace ir hacia adentro y vivir experiencias internas.
Lo interesante de considerar esta idea de que “todo es hipnosis” es asumir
que las personas siempre están viviendo un trance y el especialista de
hipnosis debe identificar si el trance es externo o interno. A partir de esta
reflexión surgen las preguntas: Si todo es hipnosis, ¿cómo podríamos decir
que hay sugestiones post hipnóticas? y ¿en qué momento tenemos una
sugestión post hipnótica?
Debemos entender que esa idea Ericksoniana es simplemente un concepto
facilitador de comprensión de realidad. Como terapeutas, lo que estamos
buscando para la sugestión post hipnótica es entregarle opciones y
alternativas a nuestro paciente para que emplee después de la sesión. Por
ello, tal vez un término más adecuado debería ser el de “sugestión post
sesión de trabajo terapéutico”.
 
Resumen
Hipnosis (Estado Hipnótico)
•
 Estado disociado que forma parte de la fisiología habitual del sistema
nervioso central.
Trance
•
 Es el conjunto de manifestaciones psicofisiológicas que ocurren en una
persona cuando su mente se encuentra totalmente absorta o focalizada en
una determinada experiencia.
Sugestión Hipnótica
•
 Frase que plantea opciones a la persona, ya sean de comportamiento, de
creencias, de identidad, etc., cuando se encuentra en trance.Sugestionabilidad
•
 La aceptabilidad sin crítica de las opciones entregadas a la persona.
Hipnotizabilidad
•
 La capacidad de entrar o no en trance.
Sugestión Post Hipnótica
•
 Frase que plantea opciones a la persona, ya sean estas de
comportamiento, de creencias, de identidad, etc., cuando está en trance,
para que una vez terminada la sesión, sean consideradas y adoptadas por
el paciente.
2. PREGUNTAS MÍTICAS SOBRE LA HIPNOSIS
La hipnosis ha estado presente en la historia de la humanidad desde los
tiempos más antiguos. Ya entonces se le atribuían poderes mágicos, pues se
desconocían las explicaciones acerca del fenómeno biológico de trance y
sus implicancias. Debido a esa falta de información se generaron una serie
de mitos sobre qué hacía la hipnosis, sus alcances, o cuánto poder tenía
alguien sobre otras personas al dominar estas técnicas, y se la relacionó con
la magia y la brujería. Lamentablemente, algunas de estas creencias
perduran hasta el día de hoy.
La palabra hipnosis a menudo está asociada con ‘poder’, en su acepción de
verbo y de sustantivo. Parte de esta noción puede haberse fortalecido con el
llamado “efecto Svengali”, difundido y popularizado especialmente por una
película estrenada en 1931, basada en la novela Trilby de George du
Maurier, que ya contaba con una versión en el cine mudo durante los años
20. La trama describe a un profesor llamado Svengali, quien tiene
conocimientos avanzados de hipnosis, y los emplea para manipular y
dominar a los demás personajes, haciéndolos perder su voluntad −incluso
llevándolos a la muerte− para así obtener poder, sexo, dinero y otros
resultados para su conveniencia.
También ha contribuido en esta falta de información que gran número de
personas hayan visto espectáculos de hipnosis (ya sea en vivo, en la
televisión, o en el cine), donde se muestra a esta disciplina de forma parcial,
y justamente realimentando los mitos existentes sobre esa idea del “poder”.
Así, se ha consolidado la visión equivocada del real alcance de esta
herramienta terapéutica.
A continuación responderé a las preguntas más frecuentes que nos hacen a
quienes trabajamos en el mundo de la hipnosis, para aclarar las dudas
generales que existen frente al tema, así como contribuir a desmitificar las
creencias que la asocian al “poder” y al control de la mente de un individuo
de forma involuntaria.
¿Qué pasa si no puedo salir de trance?
Para los que trabajamos con Hipnosis Ericksoniana esta pregunta siempre
nos lleva a una complejidad, pues si para Milton Erickson todo es trance,
entonces no se podría salir nunca de un estado hipnótico. Sin embargo, para
quien no sabe de hipnosis, la pregunta refiere a que una vez que se está en
el trance –percibido como un estado similar al de dormir– la persona podría
no despertar o salir de ese estado. Por ejemplo, si al darle a un paciente una
sugestión de que estuviera volando tranquilamente en un avión, jamás
podría dejar de pensar que está volando en el mismo avión. Aunque esto no
puede suceder realmente.
Es importante remarcar que así como estar en un estado de trance es un
fenómeno biológico normal, también lo es el cambiar nuestro foco de
atención después de una cantidad de tiempo. Por lo tanto, siempre voy a
salir de trance, entendido este como la absorción profunda sobre alguna
experiencia específica.
Lo que sí puede ocurrir es que un paciente que esté muy cansado, pueda
pasar de un trance hipnótico a un sueño fisiológico en medio de una sesión.
Dependiendo del cansancio que este tenga, podría permanecer largamente
dormido… Entonces lo que ha pasado es la confusión entre ambos estados.
Si sucede algo así, el terapeuta sólo debe “despertar” al paciente, tal cual
como si este estuviera durmiendo.
¿Solo las mentes débiles pueden ser hipnotizadas?
Esta pregunta en realidad está mal formulada, ya que carece de referencia
comparativa para poder establecer una medición de aquella “debilidad”. No
hay claridad respecto a aquello que se considera como “mente débil”, pues
aunque algunos podrían decir que se trata de alguien muy “sugestionable”,
resulta que no necesariamente quien es sugestionable es débil.
Si la competencia de la hipnotizabilidad se correlaciona con los factores
biológicos de la focalización y concentración, entonces podríamos aceptar
que la mente de las personas muy inteligentes es muy focalizada, por lo
general, y tiene una excelente concentración en aquellas áreas en las cuales
se desarrollan con excelencia.
Para definir ‘inteligencia’ me gustaría que tuviéramos presente la teoría de
Howard Gardner acerca de las Inteligencias Múltiples, la cual plantea que
los seres humanos tenemos más de una “inteligencia”, clasificada en ocho
tipos: la lingüística, la musical, la matemática, la espacial, la corporal-
kinestésica, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista.
Quisiera remarcar que, como regla general, las personas que son muy
preparadas educacionalmente y que deben estudiar o han estudiado mucho,
tienen un excelente entrenamiento para concentrarse y focalizarse en el
objeto de su estudio, trabajo y/o actividad. Por lo tanto, si la pregunta se
refería a “mente débil” entendida como carente de inteligencia, podríamos
decir que ocurre justamente lo contrario, y si se cree que la persona es
sugestionable, esto se relaciona más bien con el grado de confianza, y no
con las competencias intelectuales.
¿Pierdo el control de mi mente cuando estoy en trance?
En esta pregunta en realidad no queda muy claro a qué se refiere con perder
el control de la mente. ¿Se trataría de alguien pensando por mí?
En ciertas situaciones no tenemos control de nuestras mentes y se trata más
bien de la generación de nuestro sistema fisiológico a través de
significados. Yo diría que en este caso sucede aquello que Alfred Korzybski
llama “reacciones semánticas”. Por ejemplo, si hay un accidente o si algo
escapa a mi promedio normal de aceptabilidad de sucesos, y en ese
accidente está pasando algo tremendamente grave, para ponerlo en un caso
extremo, podría suceder que yo ya no tuviera control de mi mente y
empezara a funcionar mi sistema límbico y reptiliano. Es decir, estoy en un
proceso automático, y es probable que después descubra que hice muchas
cosas sin tener conciencia. En otras palabras, no tuve el control consciente
de todo lo que pasó.
También una persona embriagada debido a la ingesta de alcohol podría
perder el control de lo que hace y eventualmente preguntarse “¡¿cómo fue
que hice esto?!” En este caso, la pérdida de control sucedería debido a que
el alcohol tiene como elemento principal el etanol, que es un depresor del
sistema nervioso central y que altera la percepción sensorial así como
ciertas funciones del cerebro.
Como lo puede notar, en ambos casos estamos hablando de circunstancias
extremas, pues efectivamente existen situaciones donde podríamos no tener
el control de nuestra mente. Sin embargo, para que esto ocurra, nuestra
mente debe estar en un estado “alterado de consciencia”, ya sea por el
contexto crítico o por la existencia de alguna droga.
En un estado de trance, la persona tiene pleno y absoluto control de su
mente. Si la persona recibiera una sugestión para realizar un acto o alguna
conducta que contraviniere sus principios ético morales o sus valores,
simplemente lo rechazaría y saldría del estado de trance.
¿Puedo decir cosas que no quiero?
Esta pregunta conlleva implícita la duda acerca de que si alguien está en un
estado de trance, puede “perder” el control de su mente frente a alguien que
tenga el poder de hacerle decir cosas que no quiere; por supuesto, sin
emplear fuerza física, solamente por medio de las palabras.
Me ha tocado trabajar en terapia con parejas y uno de ellos dice: “Mire, yo
quiero que mi pareja trabaje con usted. A veces desaparece y como
lamentablemente tiene episodios de amnesia, no recuerda nada de lo que ha
hecho durante un par de días”.
Mi primer impulso es decirle, “aparentemente, lo que usted necesita es otro
“tipo” de especialista, diferente a un especialista en HipnosisClínica” y es
ahí, cuando el integrante que desaparece de la pareja me ha preguntado:
“¿Yo podría decir cosas que no quisiera decir?”
La realidad muestra que si la persona no quiere decir algo que
conscientemente sabe, pero que se niega a comunicarlo, simplemente esta
persona no lo dirá, pues tendrá el control total durante el estado de trance de
aquello que quiera contar o callar.
Distinta es la condición existente en relación a ciertos recuerdos que están
olvidados y que emergen en el estado de trance, donde el inconsciente de la
persona cree que es el momento de que estos se hagan presentes y está
dispuesto a recordarlos y a contarlos. En este caso, la persona tendrá
información adicional a la que tenía al inicio de la sesión y lo mencionará, o
no, solo si le interesa realmente.
¿Puedo hacer cosas que no quiero, pues perdí el control?
Esta pregunta es similar a la anterior, sin embargo, está más orientada a que
alguien en un estado de trance podría tener comportamientos y conductas
que no le son propios, debido a que alguien ha tomado “el control” de su
mente. La hipnosis de espectáculo que se muestra en los shows o programas
de televisión, así como en varias películas, ha generado la creencia de que
esto es verdadero, o que la hipnosis es un embuste y que está todo
previamente acordado.
A partir de la hipnosis de espectáculo y en relación al control de la mente
sobre otras personas, se suele hacer la pregunta: ¿Es verdadero o es falso?
La realidad es que no es falso y sí es muy verdadero, sin embargo, no se
está contando parte importante y significativa de cómo funciona este
proceso y desde ahí se genera el mito.
El especialista de hipnosis de espectáculo, antes de llamar a las personas al
escenario, ha realizado una selección de las mismas de acuerdo a sus
“competencias hipnóticas”. Sólo trabajará con quienes tengan un altísimo
grado de sugestionabilidad e hipnotizabilidad pues, de otra forma, sería
tremendamente arriesgado para su imagen y futuro profesional. Parte
importante del trabajo que realizan estos profesionales es la detección de
estas competencias.
Entonces en la hipnosis de espectáculo hay una serie de situaciones que son
básicas. Primero, la voluntad que tienen los espectadores que levantan la
mano hace evidente que quieren estar en el escenario –por la razón que sea–
y eso es fundamental, pues existe “voluntad” de querer participar. Además,
están las ganas de no querer decepcionar al público, es decir, la persona
piensa “¿Cómo puede ser que no me funcione a mí, si esto le ha funcionado
a todos?”. Y recuerden que se le ha hecho una prueba de sugestionablidad e
hipnotizabilidad, ya sea a través del lenguaje o con tests con los que se le ha
“calibrado”.
Por lo tanto, cuando esta persona es llamada al escenario, lo más probable
es que todo lo que haga, o que se le pida que haga, lo hará, como por
ejemplo, si el especialista de hipnosis de espectáculo le dice: “A ver,
imagínate que ahora estás cantando en la ducha”. Lo más probable es que si
la persona alguna vez cantó en la ducha, en el estado de trance replicará
aquello, tal vez bañándose por partes, como si no hubiera nadie, y eso es lo
que haría la escena risible para algunos. Lo gracioso para muchas personas
es que hace algo que está fuera de contexto, pero no es que la persona no lo
sepa, solo no le da importancia, ya que quiere hacerlo. Simplemente no
tiene claro que donde está no es el contexto adecuado. Entonces, lo que
funciona en este caso es el sentido del humor, y el humor, como usted debe
saber, juega con los contextos para producir el efecto deseado. Además, es
muy difícil que alguien en el público dijera: “No, no quiero ir”, y que igual
le digan: “Usted venga de todas formas y haga todas las cosas que le pido”.
Tenemos una distinción interesante entre lo que es hipnosis clásica y lo que
es hipnosis Ericksoniana, como lo veremos más adelante:
–En la hipnosis clásica existe lo que se llama “el control”. Existe un
operador y un sujeto. Entonces el control es ejercido desde el operador en el
sujeto en base a comandos, vale decir, no se entregan sugestiones y sí
comandos. Esta es una palabra militar, “yo comando”, y cuando se la dicen
a la persona que ha venido del público, la remarcan, como si se tratara de un
comando o de una orden militar, y esto ya implica inconscientemente poder.
El especialista de hipnosis de espectáculo, en su puesta en escena, usa sus
dotes de histrionismo cuando le entrega “comandos” y “órdenes” a la
persona del público –que está en ese momento en el escenario– y esta los
sigue (pues tiene altas competencias hipnóticas). Sin embargo, el público
general tendrá la percepción de que el especialista tiene el poder y control
sobre la mente de la persona.
¿Puedo aprender a hipnotizarme a mí mismo?
Si retomamos la presuposición Ericksoniana de que “todo es trance” y que
de alguna forma estamos siempre “hipnotizados”, podríamos cambiar la
pregunta a “¿Puedo tener yo mismo el control de eso que quiero vivir como
trance?” Es decir, si puedo establecer conscientemente la vida que quiero
vivir, ya sea que esté afuera o adentro de mí, y que yo tenga el poder de
seleccionar cómo vivir.
Muchas veces estamos viviendo ese trance –una experiencia donde usted se
focaliza– y no se da cuenta de lo que está viviendo y, por supuesto, eso
ocurre porque es parte del mismo trance. También, si tenemos la posibilidad
de reconstruir nuestros significados e interpretaciones, como si fuese una
película diferente a lo que se está viviendo, y después se repite muchas
veces esa misma película, lo que está haciendo es autohipnotizarse.
Usted debe conocer niños pequeños que tienen una película favorita, y a
menudo quieren volver a verla. Pueden repetirla diez o quince veces, y en
cada ocasión van adquiriendo nueva información de los diálogos y de los
personajes, momentos cuando se encuentran totalmente absortos en aquello
que están mirando.
Podríamos calificar de forma muy simple que vivimos trances positivos y
trances negativos, en base al significado de la emoción que esa experiencia
nos provoca. Por ejemplo, el trance de un duelo por el fallecimiento de
algún ser querido, sería un trance negativo para muchas personas en nuestra
cultura occidental.
Sabemos que el trance del duelo tiene ciertas etapas que se dan de forma
secuencial. Dentro de los varios modelos que describen el duelo, por
ejemplo, Elisabeth Kübler-Ross plantea cinco etapas:
1. Negación
2. Ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Aceptación
Cuando una persona está viviendo el proceso de duelo y permanece más
tiempo de lo aceptable para sí misma en alguna de las etapas, existe una
altísima probabilidad de que presente conductas teñidas con el foco de la
etapa donde se ha establecido el trance negativo. También, si alguien vive
un duelo y no pasa por todas las etapas, si no lo resuelve, lo más probable
es que su modo de vivir, su estado interno, siempre estará como drenado
hacia lo negativo, es decir, no logrará salir de ese estado interno.
Esto se parece a un cuento popular que dice:
Alguien llega a un campo y ve un perro que está aullando “ahuuuu, ahuuu”,
al lado de un campesino. Entonces el forastero le pregunta al campesino:
–“Oiga, ¿pero qué le pasa al perrito que está aullando?”
A lo que el campesino le responde:-“Lo que pasa es que el perro está sobre
un clavo”.
Entonces el forastero insiste: –“¿Pero por qué no sale de ese clavo? Si es
tan fácil hacerlo, y así parará de sufrir”.
El campesino le responde:
–“Primero, es su clavo. Segundo, él está acostumbrado. Y tercero, es que
todavía no le duele lo suficiente”.
Lo interesante de los trances es que podemos simular el “transitar”,
moviéndonos desde un trance negativo a un trance positivo y
cambiar/imaginar en nuestra mente lo que deseamos vivir. Al hacerlo estoy
hipnotizándome a mí mismo para lograr cosas que son de mi interés.
¿Existe pérdida de consciencia?
Esta pregunta nos lleva directo a la necesidad de preguntarnos: “¿Qué es
conciencia?”. Y de acuerdo a la definición que nos presenta la RAE,
conscienciaes “el conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo,
de sus actos y reflexiones. Es la capacidad de los seres humanos de verse y
reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento”.
Por otro lado, con esta definición surgen nuevas preguntas, tales como:
•
 ¿Quién es el observador de la realidad “en realidad”?
•
 Cuando hablamos, ¿quién es el que está hablando?
•
 ¿Quién es el que le dice cosas a usted?
•
 Cuando tiene conciencia sobre su ser, por ejemplo, ¿quién es el que tuvo
conciencia sobre él mismo?
•
 Intuimos que hay alguien más, ya que sí logro tener esa conciencia,
pero… ¿Desde dónde la logro?
•
 Entonces, claro está que tengo conciencia sobre la conciencia, y también
se podría preguntar ¿Cuántos niveles de conciencia puedo tener?
Según la teoría de sistemas de Gregory Bateson, tenemos cuatro niveles de
aprendizaje que se relacionan con esa consciencia. En el nivel cero se vive
la experiencia y no existe la consciencia sobre ella misma, por lo tanto, no
tiene corrección. En el nivel uno, tenemos que aprendemos y podemos
generar algunas alternativas y corrección de errores sobre lo que se había
realizado y la experiencia se puede analizar de forma disociada. En el nivel
dos, tenemos un cambio sobre lo realizado en el nivel uno, donde ya se
pueden generar alternativas para seleccionar las mejores opciones, se
estructuran estrategias y se puede reflexionar acerca de como se pensaba
sobre la experiencia que se vivió. Y en el nivel tres, nuevamente hay un
proceso de consciencia respecto del aprendizaje en el nivel dos, pues nos
encontramos con tres saltos disociativos, lo que produce muchísima
abstracción y, como generalidad, tenemos un pensamiento y desarrollo de
consciencia ligado a lo transpersonal.
Creo que estos niveles de consciencia todavía están en esta etapa, tal como
lo había definido Bateson. Ciertamente, en la medida que avancemos con
nuestra capacidad de procesar la información en nuestra mente, lograremos
más niveles de abstracción y distintos niveles de consciencia.
Como estados internos biológicos ordinarios o normales de consciencia,
podríamos definir que existen el estado de vigilia y el estado de sueño. El
primero sucede cuando estoy despierto y tengo la atención y conocimientos
tanto de lo que ocurre en el contexto donde me encuentro, como de mí
mismo. Y el segundo se divide en sueño profundo y sueño REM.
El trance va a ocurrir en el estado de vigilia y este se dará cuando el
paciente se encuentre escindido de uno de los focos de su experiencia. Por
ejemplo, cuando usted está viendo una película en la televisión, donde se
encuentra totalmente absorto, podría ser que no le “prestara atención” a un
comentario que fue hecho por alguien que lo acompañaba. Usted
ciertamente lo escuchó, pero no recuerda “conscientemente” qué fue con
exactitud.
No existe una pérdida de la consciencia cuando los pacientes se encuentran
en trance, simplemente la experiencia primaria que selecciona nuestra
mente, que en terapia son las sugestiones entregadas por el especialista de
hipnosis clínica, pasan a ser más importantes que el contexto externo en el
cual está inserto. Si existiera, por ejemplo, un incendio, y el paciente se
encontrara en trance, este ciertamente despertará y saldrá para protegerse.
¿Existe pérdida de la “voluntad”?
La pregunta trae implícita la duda sobre el control y poder de la hipnosis
sobre la mente de las personas y, como ya lo hemos visto, esto carece de
todo fundamento. Esta duda se sustenta sobre casos donde hay personas que
han hecho ciertas cosas que dicen que no querían hacer, pero que
igualmente hicieron, y posteriormente le atribuyen la responsabilidad a la
hipnosis por haberlo hecho, para liberarse de cualquier responsabilidad.
Por ejemplo, emulando al efecto “Svengali”, hay personas que dicen haber
sido seducidas por otras, pues estas las “hipnotizaron” y, como usted ya
sabe, esto no puede ocurrir, pues ella mantiene de forma normal sus
facultades mentales y el control. Lo más probable es que esta persona se ha
dado el permiso de vivir aquello, usando a la hipnosis como responsable.
Nótese que en todos estos casos estamos hablando de personas que no han
tomado drogas o medicamentos.
¿Hipnosis es lo mismo que dormir?
Hipnosis o estado de trance no es igual que dormir.
En términos de ondas cerebrales, en un estado de trance hipnótico la
frecuencia es de aproximadamente 8-13 Hz (ondas Alfa). El estado es
similar al de antes de dormir, con una relajación agradable y con atención a
lo que dice el especialista de hipnosis clínica. En el estado de dormir, una
vez que el cerebro ya está totalmente relajado, tenemos una frecuencia de 4-
8 Hz (onda Theta). En este estado tenemos sueño profundo y el paciente
deja de seguir las instrucciones del especialista de hipnosis clínica.
Si usted como terapeuta trabaja con un paciente que no responde a lo que le
dice, probablemente está muy cansado y se encuentra en el estado de sueño
profundo. En este caso, si usted se halla en su consulta, simplemente,
despiértelo como lo haría con cualquier persona que está en ese estado.
¿Todo el mundo es hipnotizable?
Seguramente ha escuchado de alguna persona el comentario de que cierto
terapeuta hizo muchos esfuerzos y no lo pudo hipnotizar. Entonces, se
establece la duda en torno a si la limitación en este caso está en el paciente
o en el terapeuta.
Podríamos afirmar que la controversia se soluciona rápidamente, pues esto
depende de las técnicas que emplee el terapeuta y es este mismo quien
decide cuáles usará. Muchas veces, en algunos modelos de hipnosis, existe
una gran rigidez en los procedimientos que se emplean en la inducción, lo
que puede ser inadecuado para uno u otro paciente. La hipnosis
Ericksoniana tiene como paradigma la adaptación de sus procedimientos de
inducción a la particular singularidad de cada paciente, justamente para
evitar la limitación presentada por otros modelos.
Entonces puedo afirmar que todas las personas que tengan las competencias
de poder concentrarse, de manejar lenguaje, de no tener un menoscabo
neurológico, que no estén medicadas con algún fármaco o droga que altere
su estado de consciencia, sí son hipnotizables, si empleamos las
metodologías de la hipnosis Ericksoniana, y por supuesto, siempre y cuando
se utilice la técnica adecuada para el paciente.
3. PRESUPOSICIONES DE TODA EXPERIENCIA HUMANA
SOBRE EL LENGUAJE
El inicio del lenguaje hablado
Imagínese por un momento que algún antepasado humano hace 350.000
años estuviera algo distraído observando el cielo, y en ese momento, una
bestia llegara silenciosamente y se encontrara lista para devorarlo. En esta
hipotética situación, también podría haber otro antepasado humano
presenciando la escena a unos treinta metros. Con el ánimo de alertarlo o
ayudarlo para que reaccionara y escapara de la bestia, emitiría un sonido
como “gajigduagdjadft”, muy fuerte, con lo que lograría llamar su atención,
salvándolo del depredador.
Ese sonido o “ruido” permitiría al antepasado humano que lo escuchara, y al
que lo emitiera, que se realizara una asociación específica, pues se
relacionaría el contexto de peligro con la condición de alerta y posible
escape para salvarse. La relación existente entre ese sonido y la señal de
alerta en ese mismo contexto entregará lo que llamamos un significado.
Dentro de las definiciones de la RAE podríamos añadir que un significado es
el “sentido de una palabra o de una frase”, y también el “contenido
semántico de cualquier tipo de signo, condicionado por el sistema y por el
contexto”.
En la medida que este sonido se repita en las mismas condiciones
contextuales, la asociación de ese sonido-significado se transforma en un
signo o en una palabra. Entonces, tal como cuando los bebés aprenden a
hablar, los humanos, a través del desarrollo de nuestra historia, empezamos a
hacer las distinciones de sonidos con contextos. Esa necesidad se origina
cuando el antepasado humano, que había emitido aquel sonido para salvar a
su congénere, ya no podía usarel mismo sonido −hoy lo llamaríamos una
onomatopeya− para decir “quiero comer un plátano”, o “hay que hacer una
hoguera”. Entonces debe haber usado otro sonido y otro y otro, para ir
generando nuevos conceptos y significados.
Como usted sabe, seguimos en nuestro proceso de desarrollo de lenguaje,
creando conceptos a una velocidad impresionante. El idioma inglés, por
ejemplo, tiene ya más de un millón de palabras. En el proceso de constituir
nuevas palabras se hizo necesaria una estructura que le diera una mejor
forma a los conceptos que se querían transmitir y, de esa manera, entregar
mejores contenidos semánticos, para lo cual empezamos a componer reglas,
formas y sintaxis, que derivaron en lo que consideramos un lenguaje.
El lenguaje se desprende de nuestra necesidad de comunicarnos. Desde ahí
podríamos inferir que en los inicios de nuestra historia este constituyó un
impulso y marca vital de distinción, que nos permitió sobrevivir y
desarrollarnos en contextos que nos eran hostiles.
SOBRE CÓMO HABLAMOS
El proceso de comunicarnos y de hablar empleando un lenguaje nos ha
permitido el desarrollo de competencias que no han sido desarrolladas con la
misma extensión en otras especies de nuestro planeta. Por ejemplo, si usted
lee obras de Platón o textos transcritos de filósofos del mundo helénico, verá
la riqueza que tenían los griegos para escribir y expresarse.
Asimismo, hay mucha gente en el día de hoy que tiene esa misma
abundancia y variedad expresiva. Sin embargo, nuestra tecnología ha hecho
que el lenguaje −tal cual lo conocíamos− se haya transformado
absolutamente, y que debido a la necesidad de condensar información y
aumentar nuestros procesos mentales, cada vez hablemos más al estilo de
“emoticones” y tendemos a sintetizar empleando siglas como ONU, OVNI,
NATO, EU, etc.
Tengo la impresión de que cuando sostenemos una conversación con otra
persona, la estructura se hace cada vez más breve, como en ráfagas. Por
ejemplo:
1) ¿Cómo estás?
–¡Bien! ¡Muy bien! ¿Y tú?
2) ¿Dónde estás trabajando?
–Allá, en el mismo lugar.
3) ¿A quién sigues viendo?
–A todos nuestros compañeros de curso del colegio.
4) ¿Cuánto tiempo crees que vas a seguir ahí?
–¡Qué difícil! ¡¿Quién podrá saber eso?!…
5) ¡Ah, qué rico hablar contigo!.
–¡Igual!
Probablemente usted pueda reconocer este diálogo como alguna posible
conversación que ya haya tenido o escuchado. Si lo nota, es extremadamente
concisa e invita al interlocutor a emplear información que ya está en su
mente para dar sentido a lo que se está transmitiendo.
Lo invito a imaginar que usted se encuentra en la época del Renacimiento y
observa cómo podría desarrollarse la misma conversación anterior hasta el
punto 2):
1) “He estado sin tener contacto contigo hace tiempo y eres alguien muy
importante para mi vida. Por ello, me he estado preguntando “¿qué será de
ti?” y por eso quisiera saber ¿cómo estás? ¿Qué has hecho o pensado en
estos tiempos? ¡Hay tanto que compartir para ponernos al día!
–Mi vida se ha acelerado tanto y veo cómo el tiempo pasa y pasan los días y
noches, las semanas y meses y, a pesar de que siempre te tengo muy
presente, la realidad es que me acuesto muy cansado, pero feliz de saber que
las cosas van bien, muy bien, sólo siento que me gustaría estar más en
contacto con mis amigos queridos, como tú.
2) En este baile de la vida he sabido que has estado haciendo muchas
actividades y claro, tienes muchas habilidades para realizar y desarrollarte en
cualquier cosa que te guste, pero ahora me encantaría saber dónde y en qué
estás trabajando.
–Es el mismo lugar que te conté la última vez que nos contactamos. Es un
lugar que me ha acogido de tal manera que siento que mi desarrollo tiene
sentido y que puedo ser un aporte con mi trabajo. Por todo eso, me parece
que existe una completa comunión de valores que me hace feliz y me
permite seguir allí mismo con mucha alegría y pasión”.
Por el tipo de vida que llevamos hoy, es poco probable que usted (todavía)
tenga un amigo(a) que le hable así, con ese nivel de detalle y de sutilezas en
su expresión lingüística. Y si un(a) amigo(a) lo llama a su teléfono celular,
cuando va manejando en medio del tráfico de la ciudad, podría ser que usted
presente una estructura de pensamiento “irradiante”, como en la figura que le
ofrecemos a continuación:
 
Esto, traducido a diálogo interno, podría ser algo así como:
–“¡Ayyy! Tengo que enviarle un email a Juan tan pronto llegue a la
oficina…. debo devolverle la llamada al ejecutivo de mi banco…. ¡no se me
vaya a olvidar comprar la mermelada! Creo que voy a aprovechar para
llamar ahora a mi mamá… Se me olvidó pagar la multa por el
estacionamiento prohibido, mejor me apuro, o si no me saldrá más caro…
Esta semana me toca llevar el auto a revisión… ¡estoy sin dinero! Tengo que
sacar dinero del cajero automático…Ahhhh… qué ganas de volver a casa
temprano hoy… Debo enviarle un email a Juan tan pronto llegue a la
oficina… Debo devolverle la llamada al ejecutivo de mi banco…”
Esta distinción entre el día de hoy y lo que teníamos hace unos quinientos
años atrás, ha trasformado sin lugar a dudas todo nuestro lenguaje. Para
hacer hipnosis, necesitamos una estructura del pensar distinta a la que
tenemos hoy (como en la figura de arriba) y la necesaria se asemeja más a la
que existía antiguamente, es decir, algo como la figura que sigue:
 
Esa estructura de pensamiento semejaba un gran tren, un gran vagón
continuo, y la forma de desarrollar las ideas era una tras otra, hiladas, un
tema tras otro, cuando la gente se daba el tiempo para hablar y para escuchar.
Pero hoy día, con la velocidad que vivimos, la cultura de imágenes y
símbolos que empleamos, y la cantidad de tareas y actividades que tenemos,
se hace muy difícil.
Ejercicio 1:
Por favor, con algún objeto que usted tenga cerca (como por ejemplo un
lápiz, un cuaderno, un llavero, unos anteojos, etc., y que no sean teléfonos
celulares ni dispositivos electrónicos) hable de corrido, durante 5 minutos,
siempre sobre el mismo objeto que está delante suyo y, genere, en otra
persona que lo escuche, la imagen del mismo objeto, pero situándolo en
muchos contextos diferentes. Al realizar esto, lo que usted logrará será llevar
a la otra persona a un trance, debido a la cantidad de información y al tren de
pensamientos que ha producido.
Supongamos que usted está sosteniendo en su mano una navaja y que le
habla a otra persona sobre la navaja durante cinco minutos.
Pregunta para usted:
•
 ¿Cómo le fue en el ejercicio, al hablar 5 minutos de corrido sobre un
objeto que usted eligió?
LAS PALABRAS NO SON LAS COSAS SOBRE LAS CUALES
HABLAMOS.
El que se hable de una botella no significa que sea solamente de la botella de
la cual se está hablando, pues claramente la palabra, como lo vimos
anteriormente, es solo la representación del objeto, y por vía de esta
representación logramos que nuestro interlocutor genere la imagen del
mismo objeto.
El hecho de definir ese objeto produce una infinita cantidad de
interpretaciones, ya que no se sabe exactamente de qué botella se está
hablando. No se ha precisado tamaño, forma, color, material con el cual está
hecha. E independiente de que la persona tenga consciencia o no sobre lo
que está diciendo, esa representación simbólica en su mente no existe en el
vacío. Debe existir por alguna razón, y tal vez porque es un elemento de
decoración o porque está hecha para transportar algún elemento líquido, o
incluso para contener algún veneno, y de ahí que la función principal de esa
botella sea la seguridad del ambiente.
Aparte de los infinitos tipos de botellas que hay, estas mismas se pueden
conectar con infinitos sistemas que pueden existir en el mundo. Lo
interesante es que esos sistemas que están afuera de nuestro paciente o
cliente, también tienen significados específicos para el mismo, y estos
significados pasan a ser en realidad aquello que se torna importante en el
mundo de la hipnosis. Estos significados están conectados con creencias y
valores, y desde ahí tienen su raíz en las emociones. Elmodelo de la
hipnosis Ericksoniana trabaja exactamente con las emociones.
Claro está que si buscamos en la RAE cuál es el significado de la palabra
‘gato’, usted encontrará las siguientes siete primeras definiciones (¡existen
muchas más!):
Gato
(Del lat. cattus).
1. m. Mamífero carnívoro de la familia de los Félidos, digitígrado,
doméstico, de unos cinco decímetros de largo desde la cabeza hasta el
arranque de la cola, que por sí sola mide dos decímetros aproximadamente.
Tiene cabeza redonda, lengua muy áspera, patas cortas y pelaje espeso,
suave, de color blanco, gris, pardo, rojizo o negro. Es muy útil en las casas
como cazador de ratones.
2. m. Bolso o talego en que se guardaba el dinero.
3. m. Dinero que se guardaba en él.
4. m. Instrumento de hierro que sirve para agarrar fuertemente la madera y
traerla a donde se pretende. Se usa para echar aros a las cubas, y en el oficio
de portaventanero.
5. m. Máquina compuesta de un engranaje de piñón y cremallera, con un
trinquete de seguridad, que sirve para levantar grandes pesos a poca altura.
También se hace con una tuerca y un husillo.
6. m. Trampa para coger ratones.
7. m. Instrumento que consta de seis o más garfios de acero, y servía para
reconocer y examinar el alma de los cañones y demás piezas de artillería.
Entonces podemos inferir que el diccionario de la RAE nos entrega el
consenso de lo que significa ‘gato’ y cuando alguien emplea la palabra en
castellano, dependiendo del contexto, las personas saben de qué se está
hablando, y si nos estamos refiriendo precisamente al animal, –que en tanto
representación visual es muy distinta a un perro, como bien espero que lo
sepa usted– o a otra cosa.
Lo que el diccionario no entrega es la interpretación simbólica que esa
palabra tiene para usted, pues esta misma opera en función de sus
experiencias de vida y de qué significado le atribuyó en cada contexto. Por
lo tanto, de la interpretación nos vamos al mundo semántico, y podríamos
aseverar que cada elemento tiene significados diferentes para cada persona.
Por ejemplo, si un papá le hubiera pegado a un hijo con una taza,
probablemente el chico vería una taza y diría internamente: “¡Oh, nooooo!
¡Acá hay otra taza! ¿Qué va a pasar con mi vida? ¡No puede ser, hay tantas
tazas!”
Una paciente me contó que cuando pequeña estaba jugando con su hermana
con una regla metálica, hasta que en algún momento se pelearon y su
hermana le pegó con la regla y le hizo mucho daño en su ojo derecho.
Sucedió que desde ese momento ya no podía ver nada que se pareciera a una
regla, pues se desmayaba.
Entonces, si yo tuve buenas experiencias con un gato desde temprana edad,
probablemente me encantarán los gatos, y si no fue así, pues de pequeño fui
arañado por uno, los gatos no serán necesariamente buenos para mí. Los
significados que le entregamos a los símbolos son únicos para cada persona.
Ejercicio 2:
Piense ahora en algo que tenga el color blanco.
•
 ¿Qué podría estar relacionado con el color blanco para usted?
Piense ahora en un gato.
•
 ¿Qué podría estar relacionado con gato?
Piense ahora en un automóvil.
•
 ¿Qué podría estar relacionado con automóvil?
Comentarios al ejercicio 2:
Supongamos que para las preguntas -“¿Qué podría estar relacionado con el
color blanco/gato/automóvil?” Usted respondió “color
negro/perro/contaminación”.
Quiero hacerle notar que no existe una respuesta correcta o equivocada, pero
su respuesta sí ofrece información acerca de qué significados le entrega
usted a esos símbolos (palabras). Lo que sucede es que para hablar de algo,
sin que usted se dé cuenta, está hablando también de
cosas/elementos/ideas/experiencias/etc. que no ha dicho. Esto ocurre debido
a que no puede constituir ese símbolo (palabra) sin situarlo en un contexto,
donde este mismo se relacionará con otros elementos que usted ha
considerado para conformar su sistema de significados.
Por ejemplo, si yo digo de una carretera que es de buena calidad y que tiene
un excelente mantenimiento, no estoy hablando de los automóviles
existentes que circulan sobre ella, de la seguridad de la misma, de que esta
carretera se ha construido porque las personas necesitaban ir de un lugar a
otro, de que esa conexión entre los dos lugares debe haber generado algún
tipo de comercio, de la contaminación ambiental, del ruido, del campo que
dejará de ser tal, etc. Todo aquello que no fue dicho sobre la carretera será
una presuposición implícita, pues no se ha hecho explícito.
Por lo tanto, si consideramos las palabras (símbolos) dichas en una frase
podemos asumir que siempre, cada una de estas mismas palabras, tienen un
correlato con algo que no está siendo expresado. Bajo ese aspecto se explica
que en hipnosis sea tan importante escuchar tanto lo que se ha dicho, como
aquello que no se ha dicho.
Ejercicio 3:
Una persona dice:
•
 “No sé qué hacer… me siento sola… pareciera que nadie quiere estar
conmigo”.
Responda estas preguntas:
•
 ¿Qué está diciendo realmente?
•
 ¿Qué quiere decir ‘no sé qué hacer’?
•
 ¿Qué no ha dicho de lo que ‘no sabe hacer’?
•
 ¿Qué no ha dicho en relación a que ‘se siente sola’?
•
 ¿Qué no ha dicho de que ‘pareciera que nadie quiere estar con ella’?
Ejercicio 4:
Una persona dice:
•
 “No sé qué hacer… me siento sola… pareciera que nadie quiere estar
conmigo”.
•
 Al “escuchar” lo que no se dice en la frase anterior, ¿qué palabras de esa
frase rescataría, que son sensibles para su cliente?
Comentarios al ejercicio 4:
La presuposición tiene que ver con el ejercicio de escuchar lo que no se dice
y desde ahí, rescatar palabras que sean sensibles en la narrativa del
cliente/paciente.
Muchas veces esas palabras que usted va a rescatar tienen un peso específico
emocional para su cliente, tienen algo que se les entrega y conectan, porque
saben inconscientemente que hay una otra “dimensión” de ese símbolo,
como cuando se hablaba de la “navaja” en el ejercicio 1. Por lo tanto, cuando
decimos que “las palabras no son las cosas sobre las que hablamos”, se debe
a que estamos hablando siempre en varias capas de conexiones sintéticas,
que, a su vez, generan varias dimensiones de significados.
Las preguntas para usted ahora deberían ser, ¿cuál es la capa donde me voy a
quedar? ¿Hasta dónde voy a bajar? ¿Dónde quiero establecer esa dimensión
y esa profundidad humana?
Como conclusión final podríamos decir que LAS PALABRAS NO
SIEMPRE HABLAN de aquello que las relaciona con otras cosas.
NO EXISTE TAL COSA COMO UN OBJETO EN ABSOLUTO
AISLAMIENTO.
Al escuchar “lo que no ha dicho su paciente” o cliente, debe rescatar las
palabras que sean sensibles para él/ella, en su propia narrativa. Es cierto que
definir qué puede ser sensible para una persona u otra es bastante subjetivo;
sin embargo, de acuerdo a lo que extraemos de las enseñanzas de Milton
Erickson, lo esencial será observar la relación que se produce entre la
palabra empleada por el/la paciente y los eventuales cambios fisiológicos
que estas mismas palabras podrían originar.
Muchas veces, las palabras que el hipnoterapeuta rescata de su paciente,
tienen un “peso específico” para este último, una emoción que lo conecta
con su historia. Ante ello, usted se va a percatar que esa emoción existe
sustentada por esa palabra, y al mismo tiempo, debe tener en mente la
profunda dimensión humana que se hace presente, con una inmensidad de
conexiones sistémicas. Por lo tanto, cuando decimos que “las palabras no
son las cosas sobre las que hablamos”, nos referimos siempre a varias capas
de conexiones sistémicas, en varias dimensiones del constructo de realidad
que su paciente ha forjado para sí mismo.
Frente a esto, para usted como terapeuta, surgen las preguntas: ¿Cuál es la
capa donde debe trabajar? ¿Si esto fuera como las capas de nuestro planeta
Tierra, hasta dónde va a descender? ¿Dónde quiere establecer esa dimensión
y profundidad humana?
Es importante tener presente que cuando decimos que “no existe tal cosa
como un objeto en absoluto aislamiento”, también estamos hablando del
concepto, palabra, o símbolo, que no es de lo quese está hablando
precisamente, sino de las interrelaciones sistémicas.
Si tomáramos tres, sencillamente tres palabras o "símbolos", y habláramos
de ellas de forma separada y luego combinada, tejeríamos una especie de red
de pescadores que está hecha por una sola raíz. Esa raíz puede llegar a ser
muy profunda en el ideario y en el constructo mental de la persona.
Por ejemplo, si alguien tiene una creencia muy arraigada, lo más probable es
que esta se halle consolidada y asociada a la identidad del paciente, por lo
que se encontrará inamovible, impidiendo que ocurran otras posibilidades de
pensamiento, en función de su misma constitución.
Una vez que usted escucha la frase donde se encuentra esa creencia, al
seleccionar las tres palabras y “tejer la red simbólica”, hará que la creencia
tenga cientos de posibilidades que antes no tenía y se producirá un cambio a
nivel de la identidad de la persona y una reestructuración a nivel emocional.
Por otro lado, no solo estamos yendo directo al constructo de creencias, a la
forma como la persona constituye su realidad interpretativa del mundo, sino
también dándole una dimensión a ciertos conceptos y símbolos que le
producen emociones y que, sin duda, van a necesitar reencuadres para que
nuestro paciente pueda reordenar su mapa interpretativo. Esos reencuandres
se pueden realizar seleccionando esta “arquitectura” de palabras.
En la narrativa de un paciente, por lo general, este dice una gran cantidad de
palabras. Sin embargo, de todo lo que ha dicho, procure sólo escuchar tres
palabras que usted perciba que tienen una gran carga de emoción y que en sí
constituyen un elemento simbólico para su paciente.
Una vez que usted haya detectado esas tres palabras, lo que debe hacer es
hablar de cada una de ellas y, al mismo tiempo, interrelacionarlas. La idea es
rescatar las palabras de nuestro paciente y luego devolvérselas como si se
tratara de lo que se hizo en el Ejercicio 1, cuando se hablaba de la navaja.
Tenga presente que en este caso, el símbolo (navaja) que usted selecciona, es
un símbolo de su paciente y, que si él lo tiene, se debe a muchas razones
posibles. Su paciente, cuando emplea esa palabra, no lo hace porque sí
solamente, sino debido a que forma parte de su interpretación, es un
constructo con el cual constituye su mundo.
Esta palabra o símbolo, cuando es seleccionada y devuelta por usted como
una sugestión o trabajo terapéutico en una nueva narrativa, llevará implícita
la esencia del pensamiento dialéctico. En este se dice que todo objeto existe
en función de su existencia y de su misma negación de la existencia. Por
ejemplo, la próxima vez que usted vea un gato, puede llamar al gato como
“no perro”. Ambas cosas serían válidas, pues un “no perro” también puede
incluir a un gato.
Cuando la persona tiene un problema, lo tiene sobre lo que no está viendo,
porque de otra forma sería simplemente lógico resolverlo. En general, los
problemas están subyacentes, están ahí escondidos y se solucionan en el
plano de la no lógica.
Esto podría ser el caso de alguien que quiere bajar de peso, pues come en
exceso. ¿Cierto que basta con que solo coma aquello que lo mantendría en
un peso adecuado y que además haga ejercicios? De igual manera alguien
que desee dejar de fumar. ¿No sería tan sencillo como que no comprara (ni
pidiera a los amigos) más cigarrillos? Pero el paciente le dirá simplemente
que no tiene control sobre sus actos pues, lo que le sucede, no ocurre en el
plano de lo que él percibe, sino en el plano de lo que no ve.
La hipnosis aborda el plano de las emociones y aquello que no se está
viendo, en ese constructo que parece ilógico, pero sí tiene una lógica propia.
Sucede que esta lógica está fundamentada en la negación del constructo que
se percibe y es ahí donde trabajamos de forma muy concreta.
Ejercicio 5:
•
 Tenga una conversación de quince minutos con otra persona.
•
 Primero, permita que esa persona le cuente un relato, que tenga una
relativa importancia para él/ella, como tantas conversaciones que
probablemente usted ya ha tenido con amigas o amigos. Durante ese
proceso, escuche y detecte tres palabras que son importantes para su
interlocutor.
•
 Segundo, devuelva una narrativa que sea “ayudadora" para esa persona,
empleando las tres palabras que usted rescató. Entregue un mensaje con un
entramado sistémico, donde las tres palabras se conecten y combinen con
parte del mismo contexto del paciente, con la finalidad de ayudarlo.
Si logró hablar de un lápiz, de un cuaderno, de anteojos, de navajas, le
aseguro que le va a ser muy fácil cuando usted haga una telaraña con estas
tres palabras y se las devuelvan de forma ayudadora, con un mensaje.
Es importante acá el concepto de ‘escucha activa’, porque esto no solo
significa escuchar y ponerse en los zapatos del otro. ‘Escucha activa’
significa escuchar y devolver algo “activamente”, para que el otro pueda
hacer un cambio.
Pregunta relacionada con el ejercicio 5:
•
 ¿Cuáles fueron las tres palabras que usted pudo detectar en esta
conversación con su interlocutor?
Claro está que existe subjetividad en qué palabras va a detectar usted. Cada
persona lo va a sentir y escuchar de una forma distinta, porque la conexión
que se establece entre las personas es única.
Comentarios al ejercicio 5:
Cuando usted se encuentra en el proceso de escucha, considere que la
información está entrando en su mente consciente e inconsciente, debido a la
gran cantidad de información que recibe. Ciertos fragmentos del tren de
pensamiento los rescataremos conscientemente, pero otros no. Es ahí cuando
debemos observar nuestra biología, donde las personas como generalidad
tienden a racionalizar esa comunicación y hacerla lógica.
Debemos considerar que durante el tiempo que el paciente está hablando y el
terapeuta escuchando, la información le llega a este último y también da
vueltas dentro suyo. Cuando el terapeuta selecciona las palabras, sean cuales
sean, ha considerado su intuición o ha realizado un proceso racional. Estas
palabras deben ser elegidas en función de la importancia que el terapeuta
piensa que tienen para su cliente o paciente. Una vez que el terapeuta está
entregando un mensaje terapéutico, empleando esas tres palabras, estas
generarán imágenes en la mente del paciente. Se debe considerar que esa
transformación de símbolos hace un bucle paciente-terapeuta-paciente, y de
alguna forma también es un producto propio del “mapa mental” del
terapeuta.
4. TRES PRINCIPIOS SICOLÓGICOS
1. La ley de la “Atención Concentrada”
La ley de la Atención Concentrada indica que no hay una acción sin un
estímulo. Esto ocurre debido a que nuestra biología está constituida para
que nuestro foco de atención se dirija inmediatamente hacia aquello que
surja debido a un estímulo o causa externa (o interna). Este concepto viene
desde la hipnosis clásica, y Milton Erickson lo utilizaba, tal como otros
elementos provenientes de ella.
Como ejemplo de que no hay una acción sin un estímulo, imagínese esta
situación:
- Usted ha estado leyendo este libro, ¿cierto? Y seguramente ha estado
concentrado en asimilar parte de estos conceptos. Sin embargo, en este
proceso se le ha olvidado algo que siempre ha estado con usted: sus orejas
derecha e izquierda.
Puede ser desagradable que alguien comience a hablar de su oreja derecha o
izquierda, y usted podría decir que es un tema fútil, que es inoficioso, que
no es constructivo, ya que no le concierne a lo que aborda este libro, pero el
hecho es que ahora usted ha estado pensando en sus orejas.
Si siguiéramos y usted se preguntara: ¿Por qué me está hablando de la oreja
izquierda y de la oreja derecha? ¿Existirá una preferencia de la izquierda
por sobre la derecha? ¿Habrá un tema político? ¿O será solo un tema de
inconsciencia sobre manifestar una preferencia o no, menoscabando las
preferencias de una oreja sobre la otra? Y ahora, si usted vuelve a
reflexionar sobre este tema, tal vez podría percibir que su mente ha estado
“paseándose” de una oreja a otra, a pesar de que nunca había pensadoque
iba a estar reflexionando sobre ambas orejas, ya que su propósito es leer
este libro.
Si considera la Ley de Atención Concentrada puede percatarse que usted
está “casi” obligado a pensar sobre sus orejas; independiente que fuera o no
un tema de su interés, debe procesar la información que se le presenta. Este
principio nos sirve para entender que las palabras son como “acupuntura”,
es decir, al emplear una palabra ella equivale a clavar una aguja para
señalarle a nuestro paciente un foco de atención específico, donde no sabe
que estará necesariamente focalizado; pero usted, como terapeuta, puede
tener la certeza de que sí lo está siguiendo consciente o inconscientemente.
Por eso es muy importante que usted gane más y más consciencia de la
utilización correcta de las palabras, pues cada una de ellas hará que el
paciente se focalice en lo que significa.
Milton Erickson decía que si quiere que su paciente hable de su hermano,
háblele usted primero del suyo. Pues al hablarle de este tema, él se
focalizaría en la experiencia hermano (asumiendo que tuvo o tiene uno) y
hará el marco relacional entre lo que usted le cuenta y lo que él ha vivido.
Eso también está relacionado con las evocaciones, porque cuando una
palabra se constituye en la mente de un paciente, lo hace en una dimensión
humana específica, en que el paciente, para poder interpretar la palabra
mencionada por el terapeuta, debe ir a su palabra y encontrar la referencia
de su experiencia.
Uno de los ejemplos que aprendemos de Milton Erickson es aquel donde les
pedía a las personas que contaran su primer día de escuela:
“Mis primeros días en la escuela, ya de primaria, cuando tenía 7 años,
fueron en el campo. Era un niño de campo, pues mis papás vivían allí.
Estudié esos primeros años junto con otros campesinos. Era una sala de
clases que no tenía paredes. Tenía techo de totora, como en esas antiguas
películas de escuelas rurales, y había una sola profesora para chicos desde 7
años hasta 16 años, creo. Estábamos todos ahí.”
Lo más probable es que usted está yendo a sus evocaciones del primer día
de escuela, haciendo un paralelo para interpretar y comparar, porque somos
animales enjuiciadores, y en el proceso de enjuiciar, no podemos no
enjuiciar (doble negación).
2. La ley del “Esfuerzo Reversible”
La ley del esfuerzo reversible dice que cuando la mente inconsciente y el
querer (acá se refiere a la mente consciente) están en oposición, prevalece la
mente inconsciente. Esto quiere decir, por ejemplo, que muchas veces
cuando un paciente desea dejar de fumar y no lo logra, a pesar de que
realmente lo quiere, dice que existe algo en él que no controla y que le
impide lograr el resultado deseado; ese algo, nosotros acá lo llamamos
mente inconsciente.
La teoría de partes habla de las escisiones que existen en nuestro interior y
que cada una de ellas tiene una razón de ser y una razón de existir. En el
ejemplo anterior podríamos considerar que la persona está escindida en dos
partes: una que quiere hacer el cambio (llamémosla A) y la otra parte que
no quiere (llamémosla B). En general le damos más posibilidades y
atención a esta parte nuestra que “habla” conscientemente, que tiene lógica
y que usa palabras (la parte A).
Es importante tener presente que una vez establecidas las conductas,
muchas veces se mantienen en el tiempo de forma automática. Pudo haber
existido una negociación entre las partes (A y B), pero esa negociación ya
es extemporánea. Por otro lado, si la negociación no terminó bien y una de
las partes ganó (por ejemplo, la parte B) y la otra perdió (la parte A), la
persona seguirá haciendo lo mismo, el automatismo se mantendrá, junto
con la queja de cambio, que viene de la parte no considerada (parte A) y
que se siente derrotada por la otra parte.
Típicamente la parte que se siente derrotada es la parte que se expresa
lingüísticamente (parte A) y la parte ganadora, es aquella que hace la
conducta indeseada (parte B), que no tiene una comunicación
“convencional”, por decirlo de alguna manera. Lo que ocurre es que la parte
B también se está expresando, sin embargo, su forma de hacerlo es a través
del soma y, como esa forma de comunicación no es tan común,
sencillamente no entendemos el mensaje que quiere comunicar.
Por lo tanto, esto no tiene mucho que ver con la utilización de procesos
lógicos, el inconsciente no va a pensar y hacer simplemente “si X, entonces
X”, como si fuese un ordenador. Por ejemplo, “si quieres dejar de fumar,
entonces no compres ni pidas cigarrillos” o “si quieres adelgazar, entonces
debes comer menos”. Como usted puede darse cuenta, ambas
“instrucciones” lógicas en general no funcionan para muchas de las
personas que desean dejar de fumar o adelgazar, pues la solución no está en
el plano de la lógica.
En términos prácticos debemos asumir que si ambas partes existen (A y B)
es porque tienen una función, la cual trae consigo un beneficio. Por lo tanto,
ese beneficio debe ser entendido, y cuando se le entregue una sugestión en
trance, lo que hay que hacer en términos de hipnosis es que el mensaje
considere la construcción de las imágenes que van junto con el lenguaje. Es
decir, esa persona debe verse, escuchar y sentir lo que está ocurriendo en
el contexto donde está realizando lo que debe realizar.
Solamente para el 33,33% de las personas que tienen un alto grado de
sugestionabilidad, las sugestiones directivas funcionan de forma rápida e
inmediata. Las sugestiones directivas son como órdenes, por ejemplo, “cada
vez que sea hora de comidas, vas a comer justo aquello que tu organismo
necesita”. También hay algunas menos adecuadas que son entregadas en
negativo: “cuando veas un cigarro, sabrás que eso le hace mal a tu salud,
pues el alquitrán entra en tus pulmones impidiendo que tengas una
respiración con aire puro”.
La hipnosis clásica funciona muy bien para las personas que tienen un alto
grado de sugestionabilidad y desde ahí es que usted puede entender cómo
ciertos profesionales usan textos genéricos, grabaciones tipos, o realizan
sesiones grupales para lograr sanación. Por ejemplo, de un grupo de 12
personas que participa en un programa colectivo de hipnosis (clásica) para
dejar de fumar, lo que podría ocurrir como generalidad es que un 33,33%
dejará de fumar de forma inmediata, un 33,33% se mantendrá igual, y un
33% dejará de fumar por un espacio de tiempo y luego volverá a su antiguo
hábito.
Para aquellos que no tengan un alto grado de sugestionabilidad, el trabajo
de Hipnosis Ericksoniana considerará una mirada terapéutica sistémica, en
la cual el paciente tiene todos los recursos inconscientes para hacer el
cambio que necesita. Cada cambio será único de acuerdo a lo que cada
persona necesita para ella misma.
Aquí se está empleando el principio de la imaginería positiva, es decir, se le
ayuda al paciente a generar imágenes de lo que necesita lograr, a construir
una suerte de película de aquello que desea, pues estas muestran los
procesos de logro. Es el principio de la Autohipnosis .
3. La ley del “Efecto Dominante”
La ley del “Efecto Dominante” plantea que una emoción más fuerte en
intensidad siempre se va a superponer a otra emoción más débil.
Se cuenta de Milton Erickson que en una oportunidad, al estar trabajando
con un paciente que tenía dolores crónicos, le dijo que ese dolor era nada
comparado con lo que sentiría si en ese mismo momento entrara en la
habitación un tigre hambriento que estuviera listo para devorarlo. De
manera casi instantánea el paciente dejó de sentir la sensación de dolor que
tenía, pues como se puede dar cuenta, la emoción causada por un tigre
hambriento entrando, listo para devorarlo, es muy superior a la del dolor.
Supongamos que haya ocurrido un accidente de automóvil, en que el
conductor haya sufrido contusiones. El hecho es que el accidente ocurre de
forma totalmente imprevista y el suceso se da en fracción de segundos,
donde no se tiene tiempo de absorber todo lo que realmente ha ocurrido. La
emoción toma cuenta de gran parte de los procesos que son realizados

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