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19© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Como ya se explicó en la Introducción, al atender pacientes, a menudo necesitamos nuevos conocimientos médicos en los que fundamentar nuestras decisiones y actuaciones1-4. Nuestras necesidades de aprendizaje pueden involucrar varios tipos de conocimientos útiles y pueden ser senci- llas e inmediatamente disponibles o complejas y mucho más difíciles de encontrar. En este capítulo se describen las estrategias del primer paso para cubrir estas necesidades de conocimientos: formular preguntas clínicas que puedan responderse con la evidencia procedente de la investigación. Para empezar, se presenta un encuentro con un paciente que ayudará a recordar cómo surgen las preguntas clínicas y demostrará cómo pueden utilizarse para poner en marcha el aprendizaje clínico basado en la evidencia. Tam- bién se presentarán algunas tácticas didácticas que nos ayudarán a preparar a otros para que desarrollen sus habilidades a la hora de formular preguntas. Supuesto clínico Acaba de empezar una rotación de un mes como médico encargado de supervisar a los residentes y estudiantes de un servicio de hospitalización médica. Tras el ingreso de una paciente, el equipo médico se reúne en la planta. Se trata de una paciente de 36 años que ingresa por haber experimentado episodios de molestias torácicas y fatiga con el esfuerzo durante los últimos meses. No ha vuelto a acudir a un médico desde que tuvo a su segundo hijo hace 17 años y no se le conocen enfermedades previas. La exploración pone de manifiesto una cianosis central llamativa, acropaquias marcadas en todos los dedos de las manos y los pies, choque telesistólico en el reborde esternal derecho, segundo tono cardíaco intenso y con desdoblamiento amplio y soplo mesosistólico de grado III/IV en foco pulmonar. Los análisis muestran una concentración elevada de hemoglobina en sangre y una disminución de la presión parcial y de la saturación de oxígeno. La ecocardiografía revela una comunicación interauricular de tipo ostium secundum de 7 mm con dilatación de la aurícula y el ventrículo derechos, así como signos de hipertensión pulmonar grave con cortocircuito derecha-izquierda. Pide a los miembros del equipo que hagan preguntas sobre los conoci- mientos médicos importantes que les gustaría poseer para proporcionar una mejor asistencia a esta paciente. ¿Qué espera que pregunten? ¿Qué preguntas se le ocurren acerca de esta paciente? Escriba las tres prime- ras preguntas que le surjan en los recuadros de la página siguiente: 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. MEDIVECUS Garrapatoso 20 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse 1. 2. 3. Los estudiantes de medicina que forman parte del equipo han formu- lado varias preguntas, entre ellas las tres siguientes: a. ¿Qué proceso normal del desarrollo ha fracasado en esta paciente para provocar la comunicación interauricular? b. ¿Cuál es el mecanismo de aparición de la cianosis en los pacientes con hipoxemia? c. ¿Qué son las acropaquias y cuáles son sus posibles causas? Los residentes de primer y segundo año también hicieron varias pre- guntas, entre ellas: a. Cuando se diagnostica una comunicación interauricular en un adulto, ¿la presencia de un cortocircuito derecha-izquierda y el síndrome de Eisenmenger es predictiva de un peor pronóstico en comparación con los pacientes que no los presentan? b. En los adultos con una comunicación interauricular complicada por un síndrome de Eisenmenger, ¿se asocia la reparación quirúrgica del defecto a una mejoría suficiente de los síntomas, la calidad de vida relacionada con la salud, los parámetros de enfermedad o la mortalidad como para compensar los posibles efectos perjudiciales y costes? Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Preguntas de fondo y en primer plano 21 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . c. En adultos con hipoxemia y policitemia secundaria a una cardiopatía congénita cianótica, ¿se asocia la administración de oxígeno en flujos bajos con una mejoría suficiente de los síntomas, la calidad de vida relacionada con la salud, los parámetros de enfermedad (p. ej., el hemograma) o la mortalidad como para compensar los posibles efectos adversos y costes? Preguntas de fondo y en primer plano Cabe señalar que las preguntas formuladas por los estudiantes se refieren a conocimientos generales que podrían ayudarles a comprender la cianosis o las acropaquias como signos o la comunicación interauricular como un trastorno. Estas preguntas «de fondo» pueden formularse acerca de cualquier trastorno o estado de salud, una prueba, un tratamiento o inter- vención u otros aspectos de la asistencia sanitaria, y engloban fenómenos biológicos, psicológicos o sociológicos5. Si se formulan correctamente, estas preguntas de fondo suelen tener dos componentes (cuadro 1.1): a. Un pronombre interrogativo (quién, qué, cuándo, dónde, cómo, por qué) con un verbo. b. Un aspecto de la enfermedad o asunto de interés. En cambio, las preguntas de los residentes se refieren a conocimientos específicos que podrían fundamentar directamente una o varias deci- siones clínicas situadas «en primer plano» al enfrentarse a esa paciente, que abarcan una gran variedad de aspectos biológicos, psicológicos y sociológicos. Si están bien formuladas, estas preguntas en primer plano suelen tener cuatro componentes6,7 (v. cuadro 1.1): a. La situación, población o problema de interés del paciente. b. La intervención principal, definida a grandes rasgos mediante una exposición, una prueba diagnóstica, un factor pronóstico, un tratamiento, una percepción del paciente, etc. c. Una intervención o exposición comparativas (también definidas a grandes rasgos), si procede. d. El desenlace clínico de interés, como un plazo temporal, si procede. Volvamos a las tres preguntas que usted formuló acerca de esta pacien- te. ¿Se trata de preguntas de fondo o en primer plano? ¿Se especifican dos componentes (pronombre interrogativo con un verbo y enfermedad) en las preguntas de fondo y contienen tres o cuatro componentes (paciente/ problema, intervención, comparación y desenlace) las preguntas en primer plano? Si no es así, pruebe a volver a escribirlas de forma que incluyan estos componentes, y considere si las preguntas revisadas for- mulan mejor lo que realmente quiere saber. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 22 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse Todos los médicos necesitan conocimientos de fondo y en primer pla- no, cuyas proporciones varían con el tiempo y dependen principalmente de nuestra experiencia con el trastorno específico en cuestión (fig. 1.1). Cuando nuestra experiencia con el trastorno es limitada, como sucede en el punto «A» (que podría corresponder a un estudiante principiante), la mayoría de las preguntas que hacemos (representadas por la dimensión vertical en la figura) se refieren a conocimientos de fondo. A medida que nuestra experiencia clínica y nuestra responsabilidad aumentan, como en el punto «B» (correspondiente a un residente de primer o segundo año), también aumentaráel porcentaje de preguntas relativas al primer plano del tratamiento de los pacientes. Al adquirir una mayor experiencia sobre esa enfermedad, nos situamos en el punto «C» (médico adjunto), en el que la mayoría de nuestras preguntas se referirán al primer plano de la asistencia. Obsérvese que la línea diagonal se ha trazado de manera que indica que nunca se es demasiado inexperto como para aprender cono- cimientos en primer plano y que nunca se tiene demasiada experiencia como para prescindir de los conocimientos de fondo. Cuadro 1.1 Preguntas clínicas bien formuladas Preguntas «de fondo» Se refieren a conocimientos generales acerca de un trastorno, prueba o tratamiento. Tienen dos componentes esenciales: 1. Un pronombre interrogativo (quién, qué, dónde, cuándo, cómo, por qué) y un verbo. 2. Un trastorno, prueba, tratamiento u otro aspecto de la asistencia sanitaria. Ejemplos: «¿Por qué mecanismo produce derrames pleurales la insuficiencia cardíaca?» «¿Qué provoca la gripe porcina?» Preguntas «en primer plano» Se refieren a conocimientos específicos que fundamentan las decisiones o actuaciones clínicas. Tienen cuatro componentes esenciales: 1. P: paciente, población, situación difícil o problema. 2. I: intervención, exposición, prueba u otro agente. 3. C: comparación de una intervención, exposición, prueba, etcétera, si procede. 4. O: (outcomes) desenlaces clínicos de interés, como el tiempo, si procede. Ejemplo: «En adultos con insuficiencia cardíaca y función sistólica reducida, la implantación de un dispositivo electrónico de resincronización cardíaca añadido al tratamiento habitual ¿reduciría la morbilidad o la mortalidad a lo largo de 3 o 5 años en un grado suficiente como para compensar los posibles efectos perjudiciales y costes?» Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Nuestras reacciones frente al conocimiento y al desconocimiento 23 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . Nuestras reacciones frente al conocimiento y al desconocimiento La práctica clínica nos obliga a utilizar una enorme cantidad de conoci- mientos de fondo y en primer plano, seamos o no conscientes de ello. Esta demanda y nuestra percepción de ella pueden combinarse de tres maneras, que analizaremos a continuación. En primer lugar, el hecho de que nuestro paciente se encuentre en una situación difícil puede hacer que recurramos a conocimientos que ya poseemos, de forma que experimentamos unas res- puestas mentales y emocionales de reafirmación que reciben el nombre de «resonancia cognitiva» al aplicar los conocimientos en nuestras decisiones clínicas. En segundo lugar, puede que nos demos cuenta de que la enferme- dad del paciente exige conocimientos que no poseemos, y esta percepción da lugar a las respuestas mentales y emocionales llamadas «disonancia cogniti- va» al enfrentarnos a algo que desconocemos pero que necesitamos. En tercer lugar, el dilema que nos plantea el paciente puede requerir conocimientos que no tenemos, sin que nos demos cuenta de nuestras lagunas, de for- ma que no somos conscientes de lo que desconocemos y nos mantenemos en una tranquila ignorancia. (Esta tercera situación se retomará en el capítulo 2, en el que se presentan estrategias para reforzar y actualizar con regularidad nuestros conocimientos de la mejor evidencia disponible.) Reflexione un momento en cómo ha aprendido a reaccionar a las dos primeras situaciones indicadas anteriormente. Cuando los profesores hacían preguntas cuya respuesta conocía, ¿aprendió a levantar la mano para contestar? Nosotros así lo hicimos, al igual que prácticamente todos Fig. 1.1 El conocimiento depende de la experiencia en la enfermedad en cuestión. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 24 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse nuestros alumnos, y en este proceso aprendimos que los profesores y los exámenes nos recompensaban si ya conocíamos la respuesta. Cuando los pro- fesores hacían preguntas que no sabía responder, ¿aprendió a levantar la mano para decir «no lo sé, pero me doy cuenta de lo útil que sería saberlo y estoy dispuesto a aprenderlo»? Seguramente no, como ninguno de nuestros alumnos, por lo que este proceso nos ha enseñado a todos que los profesores y los exámenes no nos recompensan por demostrar nuestra ignorancia y estar dispuestos a aprender. Y, aunque a corto plazo, el hecho de ocultar nuestra ignorancia en la clase pueda haber sido útil, a largo plazo se convierte en algo inaceptable para la práctica clínica si seguimos ocultándonos nuestras lagunas en los conocimientos y evitando aprender, ya que serán los pacientes los que pagarán las consecuencias. Estas situaciones de disonancia cognitiva (en las que sabemos que no sabemos) pueden ser unos potentes elementos motivadores para el apren- dizaje, si se manejan bien, como, por ejemplo, celebrando la identificación de necesidades de conocimiento y convirtiendo el «espacio negativo» de las lagunas de conocimientos en el «espacio positivo» de las preguntas clínicas bien formuladas y aprendiendo a hallar las respuestas8,9. Lamenta- blemente, si no se manejan bien, la disonancia cognitiva puede conducirnos a conductas menos adaptativas, como intentar ocultar nuestras carencias o reaccionar con ira, miedo o vergüenza10. Al ser conscientes de nuestros conocimientos y pensamientos, podemos reconocer la disonancia cognitiva cuando aparezca, reconocer cuándo los conocimientos que necesitamos pueden obtenerse a través de la investigación clínica y articular las preguntas de fondo o en primer plano que podemos utilizar para hallar las respuestas. Dónde y cómo surgen las preguntas clínicas Con los años, nos hemos dado cuenta de que la mayoría de las preguntas en primer plano surgen alrededor de los aspectos centrales que intervienen en la asistencia de los pacientes (cuadro 1.2). Estos agrupamientos no pre- tenden ser conjuntamente exhaustivos (pueden formularse otras preguntas importantes) ni mutuamente excluyentes (algunas preguntas son híbridos, como las que se refieren tanto al pronóstico como al tratamiento). A pesar de ello, nos parece útil adelantar que muchas de las preguntas surgirán de las ubicaciones habituales de este mapa: manifestaciones clínicas, etiología y riesgo, diagnóstico diferencial, pruebas diagnósticas, pronóstico, tratamien- to, prevención, experiencia e importancia para el paciente y autosuperación. Resulta práctico tener esta lista a mano y utilizarla para localizar la fuente de nuestras carencias de conocimientos cuando identifiquemos la sensación de estar «atascados» característica de la disonancia cognitiva. Una vez haya- mos reconocido nuestras lagunas de conocimientos, las preguntas pueden formularse rápidamente, por lo general en el plazo de 15 a 30 segundos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Dónde y cómo surgen las preguntas clínicas 25 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . Con los años, también hemos descubierto que muchas de nuestras necesidades de conocimientos se producen durante los encuentros con los pacientes o en relación con ellos11,12. Aunque muchas veces surgen en primer lugar en nuestra mente, la misma cantidadde veces salen de nuestros pacientes, al menos en parte. Por ejemplo, cuando el pacien- te pregunta «¿cuál es el problema?», en nuestra cabeza se establecen relaciones con preguntas acerca del diagnóstico. Del mismo modo, la pregunta «¿qué me va a pasar?» invoca cuestiones relativas al pronóstico, a la experiencia y al significado, mientras que la pregunta «¿qué hay que hacer?» hace pensar en el tratamiento y la prevención. Con independen- cia de quién formule las preguntas, contestar a las dudas de nuestros pacientes se considera parte de la asistencia sanitaria, y para señalar esta responsabilidad nos apropiamos de estas preguntas. Cuando logramos hacerlo, nos resulta útil dialogar explícitamente con los pacientes acerca de las preguntas que hay que abordar, en qué orden y en qué momento. Además, los pacientes cada vez están más dispuestos a colaborar con nosotros para responder algunas de estas preguntas. Cuadro 1.2 Principales aspectos del trabajo clínico, donde suelen surgir las preguntas clínicas 1. Hallazgos clínicos: cómo recopilar e interpretar correctamente los datos de la anamnesis y la exploración física. 2. Etiología/riesgo: cómo identificar las causas o factores de riesgo de la enfermedad (incluidos los daños iatrogénicos). 3. Manifestaciones clínicas de la enfermedad: saber cuándo y con qué frecuencia una enfermedad provoca sus manifestaciones clínicas y cómo utilizar este conocimiento para clasificar las enfermedades de nuestros pacientes. 4. Diagnóstico diferencial: cuándo considerar las posibles causas de los problemas clínicos de nuestro paciente y cómo elegir las más probables, graves y que puedan responder al tratamiento. 5. Pruebas diagnósticas: cómo seleccionar e interpretar las pruebas diagnósticas, confirmar o descartar un diagnóstico en función de su precisión, exactitud, aceptabilidad, seguridad, coste, etc. 6. Pronóstico: cómo determinar la probable evolución clínica del paciente con el tiempo y anticipar las posibles complicaciones de su enfermedad. 7. Tratamiento: cómo seleccionar los tratamientos para ofrecer a nuestros pacientes los que produzcan más efectos beneficiosos que perjudiciales y que compensen los esfuerzos y costes derivados de su uso. 8. Prevención: cómo reducir las probabilidades de enfermedad mediante la identificación y modificación de factores de riesgo y cómo diagnosticar cuanto antes la enfermedad mediante un cribado. 9. Experiencia y significado: cómo empatizar con las situaciones de nuestros pacientes, comprender el significado que la experiencia tiene para ellos y entender cómo este significado influye en el proceso de curación. 10. Mejora: cómo mantenerse actualizado, mejorar nuestras habilidades clínicas y de otro tipo y contribuir a un sistema sanitario mejor y más eficiente. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 26 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse Práctica de la medicina basada en la evidencia en tiempo real Dado que la carga de la enfermedad de nuestros pacientes excede el tiempo de que disponemos, es frecuente encontrarnos con muchas más preguntas que tiempo para responderlas. Ante esta situación, recomen- damos tres estrategias: registrar o guardar, programar y seleccionar. Las preguntas que no se guardan se convierten en preguntas no contes- tadas, por lo que necesitamos métodos prácticos para registrar y guardar las preguntas y así poder recuperarlas en búsquedas posteriores. Después de haber recomendado articular totalmente las preguntas, tal vez resulte sor- prendente que ahora se recomiende utilizar anotaciones muy breves para registrar las preguntas sobre la marcha, con abreviaturas que tengan sentido para el interesado. Por ejemplo, cuando apuntamos «3T Dx IC», queremos decir: «En adultos que presentan disnea, «¿cómo de preciso es el hallazgo clínico de un ruido de galope con el tercer tono cardíaco para confirmar o descartar el diagnóstico de insuficiencia cardíaca congestiva en comparación con un patrón de referencia?» Cabe destacar que, aunque la abreviatura suele incluir los elementos P, I, C y O (v. cuadro 1.1) de forma visible, esto no es estrictamente necesario, siempre que sirva para recordar cuál era la pregunta. Pero ¿cuál es la mejor forma de registrar estas preguntas? A lo largo de los años hemos probado y escuchado a otros plantear varias posibilidades: 1. Hacer anotaciones breves en un folio en el que previamente se han trazado cuatro columnas, marcadas como «P», «I», «C» y «O», para cada uno de los elementos de las preguntas en primer plano; estas notas pueden utilizarse solas o junto con otra hoja aparte para las preguntas relativas a los conocimientos de fondo (v. cuadro 1.1). 2. Tomar notas breves en un archivo electrónico organizado de una manera similar en un ordenador. 3. Anotar preguntas concisas en recetas en blanco (e intentar evitar dárselas al paciente en lugar de la verdadera receta). 4. Apuntar abreviaturas en fichas que podamos llevar en el bolsillo. 5. Abrir una aplicación del teléfono móvil en la que escribir o dictar las preguntas. En primer lugar, nos hemos cronometrado y hemos observado que se tardan unos 15 segundos en registrar las preguntas con un dispositivo portátil de primera generación13, entre 5 y 15 segundos en anotarlas en papel y entre 4 y 10 segundos en dictarlas. En segundo lugar, por programar nos referimos a decidir cuándo nece- sitamos las respuestas a las preguntas, teniendo en cuenta cuándo deben tomarse las decisiones resultantes. Aunque los sistemas integrados de asistencia e información clínica mejoren hasta el punto en que podamos responder a las preguntas en cuanto las formulemos, este no es el caso Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. ¿Por qué es importante formular claramente las preguntas? 27 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . para la mayoría de nosotros, por lo que debemos ser realistas a la hora de planificar nuestro tiempo. Si nos tomamos un momento para reflexionar, habitualmente es posible discernir las pocas preguntas que precisan una respuesta inmediata de la mayoría del resto, que pueden dejarse para contestar más tarde ese mismo día o para la siguiente visita programada. En tercer lugar, por seleccionar nos referimos a decidir con cuál o cuáles de las muchas preguntas formuladas o que podrían formularse hay que seguir adelante. Para tomar esta decisión hace falta realizar un juicio de valor, para lo que recomendamos tener en cuenta la naturaleza de la enfermedad del paciente, la naturaleza de las propias necesidades de conocimientos, las decisiones clínicas específicas a las que se aplicarán los conocimientos y la función que uno desempeña en el proceso de decisión. A continuación, se puede probar con esta secuencia de filtros: a. ¿Qué pregunta es más importante para el bienestar del paciente, ya sea biológico, psicológico o sociológico? b. ¿Qué pregunta es más relevante para las necesidades de conocimientos, suyas o de sus alumnos? c. ¿Qué pregunta es más factible de responderse en el tiempo de que dispone? d. ¿Qué pregunta es más interesante para usted, sus alumnos o su paciente? e. ¿Qué pregunta es más probable que vuelva a plantearse en la práctica clínica? Si se dedica un momento a reflexionar acerca de estos criterios explí- citos, por lo general se pueden seleccionar una o dos preguntas que se adecuen de forma óptima a estos filtros y que fundamentarán mejor las decisionesen cuestión. ¿Por qué es importante formular claramente las preguntas? Nuestra propia experiencia indica que las preguntas bien formuladas pueden ayudar por siete motivos diferentes: 1. Nos ayudan a centrar el escaso tiempo que podemos dedicar al aprendizaje en la evidencia que está directamente relacionada con las necesidades clínicas de nuestro paciente. 2. Nos ayudan a centrar el escaso tiempo que podemos dedicar al aprendizaje en la evidencia que está directamente relacionada con nuestras necesidades de aprendizaje particulares o las de nuestros alumnos. 3. Nos sugieren estrategias de búsqueda de alto rendimiento. 4. Nos sugieren las formas que podrían adoptar las respuestas útiles. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 28 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse 5. Al recibir o derivar a un paciente mediante una interconsulta, nos ayudan a comunicarnos más claramente con nuestros colegas. 6. Al impartir docencia, ayudan a los alumnos a comprender mejor el contenido de lo que les enseñamos al tiempo que elaboran algunos procesos adaptativos para el aprendizaje de por vida. 7. Cuando nuestras preguntas obtienen respuesta, nuestros conocimientos aumentan, nuestra curiosidad se intensifica, nuestra resonancia cognitiva se restablece y nos convertimos en médicos mejores, más rápidos y más satisfechos. Además, las investigaciones que hemos analizado hasta ahora indican que los médicos que aprenden esta estrategia estructurada formulan preguntas más específicas14, realizan más búsquedas de evidencia15, utilizan métodos de búsqueda más específicos y encuentran respuestas más precisas16,17. Asimismo, cuando los médicos de familia realizan una pregunta clínica claramente articulada en las «consultas de pasillo» a sus compañeros especialistas, tienen más probabilidades de obtener una res- puesta18. Algunos grupos han empezado a introducir y evaluar servicios de respuesta para sus médicos, con unos resultados iniciales igualmente prometedores19,20. Un ensayo aleatorizado sobre este tipo de servicios demostró que la provisión de respuestas puntuales a las preguntas clínicas tenía un impacto muy positivo sobre la toma de decisiones21. Enseñar a formular preguntas clínicas que puedan responderse Unas buenas preguntas constituyen la espina dorsal de la práctica y la docencia de la medicina basada en la evidencia (MBE), y los pacientes son el punto de partida de ambas. Como docentes, nuestro reto consiste en identificar las preguntas que se centran tanto en el paciente (que surgen de los problemas clínicos de un paciente real de cuya asistencia se encarga el alumno) como en el alumno (que se dirigen a las necesidades de aprendizaje del alumno). A medida que adquirimos experiencia en formularnos preguntas a nosotros mismos, también seremos mejores a la hora de enseñar a otros cómo hacerlo. Como sucede con otras habilidades clínicas o de aprendizaje, una excelente forma de enseñar a formular preguntas es mediante ejemplos de buenas preguntas delante de nuestros alumnos. Al hacerlo, también reconocemos que no lo sabemos todo, identificamos lagunas en nuestros propios conocimientos y mostramos a los alumnos nuestras formas adap- tativas de responder a la disonancia cognitiva resultante. Una vez ofrecidos varios ejemplos de cómo formular preguntas, nos detenemos para describir claramente lo que hemos hecho, llamando la atención sobre cada uno de los elementos de una buena pregunta, ya sea de fondo o en primer plano. En el cuadro 1.3 se enumeran los cuatro pasos principales que deben seguirse para enseñar a los alumnos clínicos a formular buenas preguntas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Enseñar a formular preguntas para practicar la MBE en tiempo real 29 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . Si se quiere identificar posibles preguntas en los casos de los alumnos, ayudarles a seleccionar la «mejor» pregunta en la que centrarse, orientar- los para que formulen correctamente esa pregunta y evaluar su actuación y habilidad a la hora de formular preguntas, nosotros mismos debemos adquirir una competencia suficiente en la formulación de preguntas. También hacen falta varios atributos generales para ser un buen docente, como capacidad para escuchar, entusiasmo y disposición para ayudar a los alumnos a desarrollar todo su potencial. Asimismo, resulta útil detectar signos de disonancia cognitiva en nuestros alumnos, para saber cuándo y qué están dispuestos a aprender. Enseñar a formular preguntas para practicar la MBE en tiempo real La enseñanza de las habilidades necesarias para formular y responder preguntas puede integrarse con cualquier otro tipo de docencia clínica, a la cabecera del paciente o en otro punto de asistencia sanitaria, y no requiere demasiado tiempo extra. Se tarda menos de un minuto en presentar ejemplos de cómo formular preguntas, mientras que se suele tardar entre 2 y 3 minutos en orientar a los alumnos para que formulen una pregunta sobre un paciente. Una vez formulada una pregunta importante junto con nuestros alumnos, ¿cómo podemos hacer un seguimiento de su progreso hasta obtener una respuesta clínicamente útil? Aparte de los métodos de ahorro de preguntas ya mencionados, nosotros hemos empleado una táctica para enseñar a formular preguntas mediante la receta educativa, que se muestra en la figura 1.2. Esto ayuda tanto a los docentes como a los alumnos de cinco maneras distintas: 1. Especifica el problema clínico que generó las preguntas. 2. Establece la pregunta con todos sus elementos clave. 3. Especifica quién es el responsable de responderla. Cuadro 1.3 Principales pasos para enseñar a formular preguntas en medicina basada en la evidencia 1. Reconocimiento: cómo identificar combinaciones de necesidades de un paciente y necesidades de un alumno que ofrezcan una oportunidad para que el alumno formule buenas preguntas. 2. Selección: cómo elegir, entre las oportunidades identificadas, una (o unas pocas) que se adapte mejor a las necesidades del paciente y del alumno en ese momento clínico. 3. Orientación: cómo guiar al alumno para que transforme las lagunas de conocimientos en preguntas clínicas bien formuladas. 4. Evaluación: cómo valorar la actuación del alumno y su habilidad para formular preguntas clínicas de interés y que puedan responderse para la práctica de la MBE. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 30 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse Fig. 1.2 Modelo de receta educativa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Enseñar a formular preguntas para practicar la MBE en tiempo real 31 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . 4. Recuerda a todos el plazo de que se dispone para responderla (teniendo en cuenta la urgencia del problema clínico que la generó). 5. Por último, recuerda a todos los pasos de búsqueda, valoración clínica y aplicación de la respuesta al paciente.¿Cómo podemos utilizar la receta educativa en nuestra docencia clínica? El número de formas únicamente está limitado por nuestra imaginación y por las oportunidades docentes. Por ejemplo, las recetas educativas se han introducido en el contexto de la enseñanza de la carrera de Medicina, espe- cialmente en las rotaciones clínicas22,23. Como se reafirmará en el capítulo dedicado a la docencia (cap. 9), las recetas educativas pueden incorporarse al contexto habitual de la docencia hospitalaria, desde las visitas a planta y las sesiones clínicas con médicos adjuntos/especialistas hasta las sesiones docentes celebradas a primera y última hora de la jornada laboral. También pueden utilizarse en ámbitos docentes ambulatorios, como en las sesiones realizadas antes de pasar la consulta de pacientes ambulatorios. ¿Es fácil mantener el cumplimiento de las recetas educativas? Lo normal es conseguirlo si se incorpora a la práctica diaria el hábito de escribirlas y «dispensarlas». Nosotros recurrimos a la táctica de convertir la formulación de preguntas clínicas en una parte integral de la presentación de un pacien- te nuevo al grupo asistencial. Por ejemplo, al presentar pacientes nuevos, pedimos a los alumnos de los equipos clínicos hospitalarios de medicina general que planteen «31 cosas en 3 minutos» acerca de cada ingreso, aunque solo 21 de ellas deben plantearlas a la cabecera del paciente. Como se muestra en el cuadro 1.4, el elemento final de su presentación es la especifi- cación de una pregunta relevante cuya respuesta desconocen, pero necesitan conocer. Si la respuesta es vital para la asistencia inmediata, puede ofrecerla otro miembro del equipo clínico, tal vez mediante el acceso a los recursos de sinopsis de evidencias que se presentarán en el capítulo 2. En la mayoría de las ocasiones la respuesta puede esperar unas horas o días, por lo que la pregunta puede utilizarse como punto de partida de una receta educativa. Para acabar, podemos pedir a los alumnos que rellenen una receta educativa para nosotros. Este intercambio de papeles puede resultar útil por los cuatro motivos siguientes: 1. Los alumnos deben supervisar nuestra formulación de preguntas para perfeccionar más aún sus propias habilidades. 2. Los alumnos deben ver que reconocemos lagunas en nuestros propios conocimientos y que predicamos con el ejemplo. 3. Anima las sesiones y mantiene elevada la moral del grupo. 4. Los alumnos comienzan a prepararse para su futuro papel como docentes clínicos. Como sucede con la mayoría de las habilidades clínicas, para aprender a formular preguntas que puedan responderse en el contexto de la MBE 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 32 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse Cuadro 1.4 Presentación a la cabecera del paciente con receta educativa incluida 1. Apellido del paciente. 2. Edad del paciente. 3. Fecha de ingreso del paciente. 4. Enfermedad o síntoma(s) que provocaron el ingreso. Para cada síntoma, indicar: a. Localización en el cuerpo. b. Características. c. Cantidad, intensidad y grado de deterioro. d. Cronología: cuándo comenzó, constante o episódico, progresivo… e. Contexto: en qué circunstancias aparece/apareció. f. Factores que lo agravan o que lo mitigan. g. Síntomas asociados. 5. ¿Se ha producido un problema parecido con anterioridad? De ser así: a. Qué estudios se realizaron. b. Qué información recibió el paciente acerca de la causa. c. Qué tratamiento recibió el paciente. 6. Antecedentes importantes de otras enfermedades de relevancia diagnóstica, pronóstica o pragmática y cómo influirían en la evaluación o tratamiento de la enfermedad actual. 7. Cuáles de esas otras enfermedades han sido tratadas. 8. Antecedentes familiares, en caso de que sean importantes para la enfermedad u hospitalización actual. 9. Antecedentes sociales, en caso de que sean importantes para la enfermedad u hospitalización actual. 10. Enfermedad que motivó el ingreso: a. Enfermedad aguda y/o crónica. b. Gravedad de los síntomas. c. Tipo de asistencia solicitada. 11. Hallazgos de interés en la exploración física en el momento del ingreso. Tras abandonar la cabecera del paciente y reunirse en un despacho privado, finalizar con: 12. Resultados de las pruebas diagnósticas de interés. 13. Exposición concisa que sintetice el problema en una sola frase. 14. Cuál piensa que es el diagnóstico más probable («hipótesis principal»). 15. Qué otros diagnósticos pueden plantearse («alternativas activas»). 16. Siguientes estudios diagnósticos previstos para confirmar la hipótesis principal o descartar las alternativas activas. 17. Valoración del pronóstico del paciente. 18. Planes de tratamiento y asesoramiento. 19. Planes para supervisar el tratamiento durante el seguimiento. 20. Planes de contingencia en caso de que el paciente no responda al tratamiento inicial. 21. Receta educativa que le gustaría escribir para sí mismo con el fin de comprender mejor la enfermedad del paciente (conocimientos de fondo) o cómo abordar la asistencia al paciente (conocimientos en primer plano) para mejorar como médico. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Bibliografía 33 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . hace falta tiempo, orientación y una práctica sistemática24. La experiencia nos indica que después de una breve introducción, es necesario supervisar la actuación de nuestros alumnos y proporcionarles información específi- ca que responda a sus dudas para ayudarles a dominar esta competencia. En otros casos se ha visto que una breve introducción por sí sola no es suficiente para que los alumnos adquieran estas aptitudes25. Aquí finaliza este capítulo relativo al primer paso de la práctica y la docencia de la MBE: formular preguntas clínicas que puedan responderse. Tanto usted como sus alumnos estarán deseando pasar cuanto antes de formular preguntas a hallar las respuestas, por lo que el siguiente capítulo aborda este segundo paso de la práctica y la docencia de la MBE. Bibliografía 1. Smith R. What clinical information do doctors need? BMJ 1996;313: 1062-8. 2. Dawes M, Sampson U. Knowledge management in clinical practice: a systematic review of information seeking behaviour in physicians. Int J Med Inf 2003;71(1):9-15. 3. Case DO. Looking for information: a survey of research on information seeking, needs, and behaviour. San Diego, CA: Academic Press; 2002. 4. Del Fiol G, Workman TE, Gorman PN. 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Straus SE, Eisinga A, Sackett DL. What drove the Evidence Cart? Bringing the library to the bedside. J R Soc Med 2016;109(6):241-7. 1 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 34 1 Formulación de preguntas clínicas que puedan responderse 13. Richardson WS, Burdette SD. Practice corner: Taking evidence in hand [Editorial]. ACP J Club 2003;138(1):A9-10. 14. Villanueva EV, Burrows EA, Fennessy PA, Rajendran M, Anderson JN. Improving question formulation for use in evidence appraisal in a tertiary care setting: a randomized controlled trial. BMC Med Inform Decis Mak 2001;I:4. 15. Cabell CH, Schardt C, Sanders L, Corey GR, Keitz SA. Resident utilization of information technology. J Gen Intern Med 2001;16(12):838-44. 16. Booth A, O’Rourke AJ, Ford NJ. 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Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 16, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 35© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos «Mis alumnos se quedan conmocionados cuando les digo que en 10 años se habrá demostrado que la mitad de lo que aprendieron durante la carrera de Medicina estaba equivocado. Y el problema es que ninguno de los profesores sabe cuál es esa mitad.» Dr. Sydney Burwell, decano de la Harvard Medical School1 Como indica la cita del Dr. Burwell de hace más de medio siglo (1956), los conocimientos médicos evolucionan bastante deprisa. En los últimos 20 años, el ritmo se ha acelerado debido a la maduración de toda una serie de métodos de investigación biomédica (investigación traslacional) y a las importantes inversiones en investigación sanitaria, que superan los 120.000 millones de dólares al año. Por suerte, las formas y los medios disponibles para que los médicos puedan buscar eficientemente evidencias que fundamenten sus decisio nes clínicas también han experimentado un rápido avance; tanto es así que una parte considerable de este capítulo se ha tenido que reescribir en función de las innovaciones que se produjeron en los últimos 6 años, desde que se redactó su predecesor. Esta es una magnífica noticia para todos los médicos y para los pacientes que atendemos. El estudio de este capítulo nos permitirá ponernos al día como usuarios bien informados de recursos basados en la evidencia, recursos en los que gran parte de la evidencia ya ha sido sometida a valoración crítica por parte de terceros. Una solución al problema de la obsolescencia inherente a la educación profesional es el «aprendizaje basado en problemas» o el «aprendizaje por medio de la indagación». Es decir, cuando nos enfrentamos a una pregunta clínica y no estamos seguros de cuál es la mejor respuesta en la actualidad, debemos desarrollar el hábito de buscar la mejor respues ta actual de la forma más eficiente posible. (Los críticos literarios observarán una redundancia en el uso de los adjetivos «mejor» y «actual», pero nos 2 Adquisición de evidencias: cómo encontrar la mejor evidencia actual y hacer que la mejor evidencia actual nos encuentre* *Nota aclaratoria: el autor principal de este capítulo es Brian Haynes, que desarrolló o colaboró en el desarrollo de muchos de los recursos que aquí se describen. 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 36 2 Adquisición de evidencias arriesgaremos a que nos menosprecien con el fin de poner de relieve que la mejor respuesta del año pasado puede no ser la mejor respuesta de este año.) El éxito del aprendizaje por medio de la indagación depende en gran medida de ser capaz de encontrar la mejor evidencia actual para tratar problemas clínicos acuciantes, una tarea que puede ser rápida y muy gratificante o, por el contrario, hacernos perder mucho tiempo y frus trarnos. El resultado depende de varios factores que podemos controlar o en los que podemos influir, como las preguntas que hacemos, la formu lación de estas preguntas (v. cap. 1), el aprovechamiento de los recursos de información (lo que se aborda en este capítulo) y nuestra habilidad para interpretar y aplicar estos recursos (que se detalla en los capítulos siguientes). Los bibliotecarios y otros expertos en informática sanitaria pueden enseñarnos mucho sobre las fuentes de la mejor evidencia actual, y recibir formación práctica de su parte debería incluirse en nuestra educación clínica. Este capítulo ofrece estrategias complementarias para que los médicos puedan encontrar evidencias rápidamente (incluidas algunas que tal vez no nos enseñen los bibliotecarios), así como para lidiar con la evidencia que nos encuentra a nosotros, lo busquemos o no. En este capítulo se explica cómo hallar evidencias previamente evalua das para ayudarnos a resolver problemas clínicos sobre el tratamiento o prevención, el diagnóstico y el diagnóstico diferencial, el pronóstico y la predicción clínica, la causa y los aspectos económicos de un problema clínico. Los recursos de «evidencia previamente evaluada» para la toma de decisiones clínicas se construyen según un proceso explícito que valora la investigación en función tanto de su mérito científico («jerarquía de la evidencia») como de su disponibilidad para utilizarla en las decisiones clínicas («pirámide 5.0 de la asistencia sanitaria basada en la evidencia [ASBE]», que se describe en este capítulo). Se quiere llamar la atención sobre el término «evidencia previamente evaluada» por tres motivos principales: en caso de que 1) no sepamos realizar una evaluación crítica de la evidencia obtenidapor medio de la investigación, 2) no apliquemos los criterios de forma sistemática o 3) no tengamos tiempo para realizar una valoración crítica detallada, lo mejor que podemos hacer es buscar las respuestas en recursos de evidencia previamente evaluada. Únicamente en caso de que no encontremos lo que buscamos sería necesario acometer la ardua tarea de buscar en bases de datos bibliográficas más extensas, como MEDLINE, y aplicar las habilidades de valoración crítica que se enseñan en este libro. Este capítulo orienta acerca de los tipos de fuentes de evidencia previa mente evaluada que existen hoy en día, para después abordar los servicios de evidencia «en bruto» sin evaluar (p. ej., MEDLINE). A continuación se identifican las mejores respuestas basadas en la evidencia para problemas clínicos específicos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 37 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . Orientación a los recursos de información basada en la evidencia: dónde encontrar la mejor evidencia Considerar los libros de texto tradicionales como si hubieran «caducado» hace mucho tiempo Empezaremos hablando de los libros de texto médicos tradicionales (ya sean en formato impreso o electrónico) únicamente para descartarlos. Si las páginas de los libros de texto oliesen igual que la basura en descompo sición cuando quedan obsoletos, los fragmentos sin olor podrían sernos útiles, ya que los libros de texto suelen estar bien organizados para una revisión clínica y gran parte de su contenido puede considerarse actual en cualquier momento. Lamentablemente, en los libros tradicionales, por lo general no hay forma de saber qué información está actualizada y cuál no lo está, ni si la información se basa en la evidencia o simplemente en la experiencia. La experiencia es esencial para hacer recomendaciones de asistencia clínica, pero no garantiza que las recomendaciones también estén «basadas en la evidencia»; en este capítulo se indican maneras de determinar si el texto que estamos leyendo también está basado en la evidencia. Por tanto, aunque podamos encontrar alguna información útil en libros de texto sobre «preguntas de fondo» (v. págs. 2122), como la fisiopatología de un problema clínico, es mejor no recurrir a los libros para buscar las respuestas a las «preguntas en primer plano», como los factores causales (o de riesgo), el diagnóstico, el pronóstico, la prevención o el tratamiento de un trastorno, a no ser que estén claramente basados en la evidencia y actualizados. A continuación se muestra una sencilla prueba de cribado para deter minar si un libro de texto probablemente esté basado en la evidencia y actualizado: Etapa 1. En un libro que ofrezca recomendaciones para la asistencia de pacientes deben citarse evidencias mediante referencias directas que respalden cada una de las principales recomendaciones sobre el diagnóstico, el tratamiento o el pronóstico de los pacientes. Etapa 2. En caso de que el libro especifique referencias para sus recomendaciones, hay que comprobar la fecha de publicación de estas referencias; si la más reciente tiene más de 2 o 3 años, habrá que comprobar si han surgido estudios más recientes que indiquen la necesidad de modificar esa recomendación. Los libros que no pasen estas dos cribas deben utilizarse únicamente como lectura de fondo, independientemente de la eminencia de sus autores. En la tabla 2.1 se ofrece un conjunto más detallado de indicaciones sobre el libro de texto ideal para la práctica clínica. Es importante destacar que estas indicaciones deben aplicarse únicamente a los libros de texto 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 38 2 Adquisición de evidencias Tabla 2.1 Indicaciones para determinar si un libro de texto clínico en línea está basado en la evidencia y actualizado Criterio Puntuación «Referencias directas» para las recomendaciones terapéuticas 0 1 Directas = referencias que aparecen en el texto al lado de la afirmación correspondiente Nunca o casi nunca Siempre o casi siempre «Referencias directas» para las recomendaciones diagnósticas 0 1 Nunca o casi nunca Siempre o casi siempre Indicación de los pasos que han seguido los editores/autores para hallar nuevas evidencias 0 1 Probablemente puede encontrarse en la información sobre el libro de texto que aparece bajo el epígrafe «Acerca de» Ausente Presente Indicación de la clasificación de la calidad de la evidencia de la investigación («niveles de evidencia») 0 1 Ausente Presente Indicación de la clasificación de la fortaleza de las recomendaciones («grados de recomendación») 0 1 Ausente Presente Sello con la fecha en cada capítulo 0 1 Debería figurar al principio o al final de cada capítulo Ausente Presente Indicación de un cronograma de actualización de los capítulos 0 1 Debería figurar al principio de cada capítulo o bajo el epígrafe «Acerca de» Ausente Presente Pestañas de «nueva evidencia» para cada capítulo/ tema 0 1 Pueden aparecer como «actualizaciones», «mejor evidencia actual», etc. Ausente Presente Alerta al usuario de la aparición de nueva evidencia en función de su especialidad 0 1 Ausente Presente Los usuarios pueden suscribirse para recibir alertas de actualizaciones de especialidades específicas (p. ej., atención primaria, cardiología) 0 1 Ausente Presente Alerta al usuario de la aparición de nueva evidencia en función de un tema concreto 0 1 Ausente Presente Los usuarios pueden suscribirse para recibir alertas de aparición de nuevas evidencias sobre temas específicos (p. ej., diabetes, verrugas, hipertensión) 0 1 Ausente Presente Metabúsqueda de contenidos y fuente externa de evidencia 0 1 Ausente Presente Búsqueda simultánea en varios recursos basados en la evidencia identificados 0 1 Ausente Presente © Health Information Research Unit, McMaster University. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 39 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . disponibles en línea. No es posible fiarse de la actualidad de los libros en formato impreso que contengan recomendaciones acerca de pruebas y tratamiento, ya que los procesos de producción editorial se prolongan demasiado como para seguir el ritmo de los avances de los conocimientos médicos. Por lo general, se tarda al menos un año en preparar la impresión antes de que los libros empiecen a distribuirse, y a partir de entonces el libro sigue «pudriéndose» hasta que el proceso de renovación vuelve a iniciarse, normalmente entre 2 y 5 años después. Esto tampoco quiere decir que los libros de texto en línea sean actuales, ni mucho menos que estén basados en la evidencia de forma fiable. Compruebe sus libros favoritos con las indicaciones proporcionadas en la tabla 2.1. Categóricamente, un libro que obtenga menos de 5 puntos no está «basado en la evidencia» y debe usarse, en el mejor de los casos, para obtener información «de fondo». En la tabla 2.2 se muestra una evaluación de los libros de texto de medicina en línea realizada en 2012; pocos libros presentanun perfil favorable. En un segundo estudio se evaluaron 200 temas de los cuatro mejores libros de texto del estudio de 2012 en función de la proporción que había quedado desfasada, es decir, aquellos para los que existían nuevos estudios disponibles cuyas con clusiones diferían respecto a las recomendaciones del libro. El potencial de actualización (con el correspondiente intervalo de confianza [IC] al 95%) mostró una variabilidad significativa, de manera que DynaMed era el que tenía menos aspectos atrasados con un 23% (1729%), seguido por UpToDate con un 52% (4559%) y Best Practice con un 60% (5366%)2. ¿Alguna pregunta candente llegados a este punto? A continuación se presentan tres. Tabla 2.2 Evaluación* de varios recursos en línea de libros de texto clínicos Libro de texto Actualidad Alcance Calidad DynaMed 1 3 2 UpToDate 5 1 2 Micromedex 2 8 2 Best Practice 3 4 7 Essential Evidence Plus 7 7 2 First Consult 9 5 2 Medscape Reference 6 2 9 Clinical Evidence 8 10 1 ACP PIER 4 9 7 PEPID N/A 6 10 Los números que aparecen en la tabla corresponden a la puntuación de 1 a 10, siendo el 1 el mejor valor. *Prorok JC, Iserman EC, Wilczynski NL, Haynes RB. Quality, breadth, and timeliness of content updating of ten online medical texts: an analytic survey. J Clin Epidemiol. 2012 Dec;65(12):1289-95, con autorización. 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 40 2 Adquisición de evidencias En primer lugar, ¿qué sucede con los expertos? Si los añadiésemos como criterio para calificar un libro de texto, podría hacerse con la siguiente frase: «¿Incluye la publicación una lista de autores de renombre compuesta en su mayoría por varones blancos de cierta edad que ocupan cátedras patrocinadas en instituciones de prestigio?» Es una broma, pero los procesos explícitos y de alta fidelidad para identificar, evaluar, incorporar y actualizar la evidencia relativa al diagnóstico, la evolución, la causa, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los problemas sanitarios son más importantes que los catedráticos de renombre. Esto no significa que la experiencia no sea importante, pero, aunque los catedráticos de renombre representen una fuente de conocimientos y experiencia para una persona en un momento determinado de su carrera, es más probable que el catedrático sea más conocido por las investigaciones que ha llevado a cabo en el pasado que por la asistencia que presta en la actualidad, o estará tan subespecializado y habrá perdido tanto el contacto con el nivel asistencial que prestan la mayoría de los médicos en primera línea que sus recomendaciones serán de dudosa utilidad para manejar los casos clínicos (excepto los más complicados y desconocidos), que en cualquier caso derivaríamos a un especialista. Es necesario analizar lo que hay debajo del capó, no los adornos que tiene encima. La autoridad de los expertos debe proceder de un proceso explícito y sólido basado en la evidencia. En segundo lugar, ¿realmente deben tratarse los libros de texto tradicio nales como si fuesen basura? Sí, deberían tratarse como residuos peligrosos y ni siquiera deberían reciclarse. Llegados a este punto, lo más probable es que nuestro editor se esté poniendo tenso pensando hacia dónde nos lleva esta disertación, si tenemos en cuenta la cantidad de revistas y libros de texto que publica, incluido este. No temáis, todo el dinero que se ahorre por no comprar libros de textos tradicionales se puede gastar en suscripciones continuas a fuentes basadas en la evidencia de los mejores conocimientos actuales para la práctica clínica, por lo que los editores se verán recompensados si invierten en la creación de este tipo de recursos. En tercer lugar, ¿cuál es la alternativa a los libros de medicina tradicio nales y basados en la experiencia de expertos? Respuesta: los libros de texto en línea basados en la evidencia y que se actualizan con regularidad y los servicios de evidencia previamente evaluados. A continuación nos introducimos en el terreno de la «pirámide 5.0 (P5) de la ASBE» de recursos basados en la evidencia3. Abordar el acceso a la información basada en la evidencia con el método «P5» Se puede obtener la mejor evidencia actual para determinadas preguntas y decisiones clínicas si se conocen y utilizan los servicios de información Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 41 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . basada en la evidencia más avanzados para los temas de interés, tanto para el médico como para los pacientes. En la figura 2.1 se muestra una estructura jerárquica de cinco niveles («pirámide 5.0 de la ASBE») en cuya base aparecen los estudios originales previamente evaluados, seguidos de las síntesis o revisiones sistemáticas en el nivel inmediatamente superior, las recomendaciones obtenidas sistemáticamente (directrices), los resúmenes sintetizados para consulta clínica (es decir, libros de texto clínicos en línea que se actualizan con frecuencia) y, en la cúspide, los sistemas que asocian las recomendaciones basadas en la evidencia con pacientes específicos. La búsqueda de la mejor evidencia debe comenzar por el recurso de mayor nivel disponible para el problema que ha originado esa bús queda. Dado que lo más habitual es que los sistemas escaseen y tengan actualmente un alcance limitado, la primera parada debe hacerse en Fig. 2.1 Pirámide 5.0 de la asistencia sanitaria basada en la evidencia para identificar evidencias previamente evaluadas y directrices. (Tomado de Alper BS, Haynes RB. EBHC pyramid 5.0 for accessing preappraised evidence and guidance. Evid Based Med. 2016;21:123-125, con autorización.) 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 42 2 Adquisición de evidencias un libro de texto en línea orientado a la evidencia que cumpla muchos de los criterios de la tabla 2.1, preferiblemente todos ellos, de forma que merezca el título de resumen sintetizado para consulta clínica. A continuación se detalla por qué y cómo hay que proceder para ello. Sistemas Lo ideal Un sistema de información clínica basada en la evidencia perfecto inte graría y resumiría de forma concisa toda la evidencia de la investiga ción pertinente e importante acerca de un problema clínico y enlazaría automáticamente, por medio de una historia clínica electrónica, las circunstancias de un paciente específico con la información de interés. La información contenida en el sistema se basaría en un proceso explícito de revisión para identificar y evaluar nuevas evidencias publicadas, que se actualizarían de forma fiable y rápida siempre que apareciesen inves tigaciones con nuevos datos de alta calidad que confirmen o rebatan esa información. A continuación, se consultaría el sistema (de hecho, nos lo indicaría automáticamente) cada vez que se revise la historia clínica electrónica del paciente. De esta manera, las decisiones del médico y del paciente siempre se beneficiarían de la mejor evidencia actual. Es importante destacar que este sistema no le diría a la persona que debe tomar la decisión lo que debe hacer. Estas decisiones deben integrar la evidencia ofrecida por el sistema con las circunstancias y preferenciasdel paciente por medio de la experiencia clínica4. La función del sistema sería garantizar que se puede acceder de inmediato a toda la evidencia científica acumulada relativa al problema del paciente. Además, para aumentar al máximo la velocidad de su uso, nuestro primer punto de interacción sería una breve sinopsis, que contendría enlaces a las síntesis, desde las que también podría accederse a los estudios originales, con la finalidad de profundizar en el tema tanto como sea necesario para verificar la exactitud, vigencia, aplicabilidad y detalles de la sinopsis. El estado evolutivo actual Los sistemas actuales no han alcanzado aún este grado de perfección, aunque existen modelos de producción para partes de estos sistemas. En varios ensayos aleatorizados se ha demostrado que los sistemas de historia clínica electrónica con reglas informatizadas que respaldan las decisiones mejoran el proceso y, en ocasiones, los resultados asistencia les5. Actualmente se han introducido sistemas electrónicos de apoyo a la toma de decisiones basada en la evidencia (EBMeDS, Evidence-Based Medicine electronic Decision Support) en varios países europeos; se trata de un prototipo operativo cuyo proceso se ha evaluado en un ensayo Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 43 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . controlado y aleatorizado (ECA)6, aunque todavía no se han analizado sus repercusiones clínicas. No obstante, la mayoría de los sistemas abarcan una gama muy limitada de problemas clínicos, no todos están conectados directamente con la mejor evidencia actual y casi todos ellos son «caseros», por lo que no se pueden transferir fácilmente a otros ámbitos asistenciales. Además, estudios más recientes han revelado efectos adversos imprevistos asociados a su aplicación, lo que pone de manifiesto la complejidad de este aspecto. Por tanto, aún está por decidir si el apoyo electrónico a la toma de decisiones será una panacea o si al menos ofrecerá algún beneficio neto para la asistencia basada en la evidencia. Resúmenes sintetizados para consulta clínica (en línea, orientados a la evidencia, libros de texto clínicos) En la tabla 2.2 aparecen varios robustos resúmenes sintetizados de evidencia orientados a problemas clínicos específicos. Presentan distintas combina ciones de información sobre evidencias de fondo y en primer plano para la práctica clínica. Para ello, incluyen información sobre la naturaleza del trastorno, la evidencia relacionada con su manejo y recomendaciones de diversos grupos interesados, así como los conocimientos y experiencia del autor acerca de cada tema. Lo ideal sería que su evidencia esté actualizada, lo que puede comprobarse fácilmente por la fecha del sello que aparece en la parte superior de cada página sobre un tema y por las fechas de los artículos que se citan, y basada en su mayor parte en evidencia procedente de los escalones inferiores de la pirámide. Recientemente se evaluaron 22 libros de texto «basados en la eviden cia»7. Es previsible que en breve aparezcan muchos más libros de texto de este tipo, aunque hay que tener cuidado, ya que se encuentran en transición. Es importante comprobar si la consideración sistemática de evidencia que prometen en el título y la introducción de estas referencias clínicas aparece realmente en el contenido. Por desgracia, muchos edito res y autores se han apropiado del término «basado en la evidencia» para aumentar las ventas sin contar con los conocimientos o los escrúpulos suficientes para aportar un contenido realmente basado en la eviden cia. Por ello, lo primero que hay que hacer para identificar resúmenes sintetizados es buscar los libros y las páginas web que pasen la criba indicada anteriormente y que cumplan la mayoría de las indicaciones de la tabla 2.1; algunos de estos recursos se evalúan en la tabla 2.2. Algunos lectores de contenidos por internet ofrecen unos servicios especiales de la «pirámide 5.0» para obtener información basada en la evidencia, de forma que con una sola búsqueda se analizan todos los escalones de la pirámide al mismo tiempo. Hacia el final de este capítulo se comentan estos servicios de «metabúsqueda». 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. 44 2 Adquisición de evidencias Las publicaciones de resumen que aquí se mencionan son solo una muestra de todas las que hay disponibles en la actualidad. En caso de que no exista ninguna que cubra una especialidad o pregunta clínica determinada, lo mejor es consultar a un compañero o probar en internet, escribiendo «basado en la evidencia» en el buscador seguido del nombre de la disciplina (p. ej., cirugía basada en la evidencia) o el problema clínico en cuestión (p. ej., verrugas basadas en la evidencia). Recomendaciones obtenidas sistemáticamente (guías basadas en la evidencia) Las recomendaciones obtenidas sistemáticamente son parecidas a los resú menes sintetizados, pero con un enfoque mucho más restringido y concreto, como una sola enfermedad o incluso un problema específico dentro de una enfermedad determinada, como la nefropatía diabética. Al igual que sucede con los textos de resumen, se pueden aplicar los principios de la tabla 2.1. Lo más importante es que las recomendaciones específicas deben mencionar la evidencia que las respalda, por medio de revisiones sistemáticas realizadas para abordar la pregunta específica que dio lugar a las directrices. Además, para cada recomendación debe incluirse una indicación de la fortaleza de la recomendación, como «fuerte» (la mayoría de los pacientes deberían recibir el tratamiento) o «condicional» (los médicos deben ayudar a los pacientes a decidir acerca del tratamiento según sus propios valores), y una clasificación de la cali dad de la evidencia en la que se apoya esta recomendación (p. ej., «muy baja», «baja», «moderada» o «alta»). La evidencia no solo debe recopilarse sistemáticamente, sino que también debe clasificarse sistemáticamente, por ejemplo, según el sistema GRADE (Grading of Recommendations, Asses- sment, Development, and Evaluation; grado de recomendación, evaluación, desarrollo y valoración; se habla con más detalle del sistema GRADE en el capítulo 4, dedicado al tratamiento)8. Si se realizan y presentan de esta manera, es frecuente que la fortaleza de las recomendaciones y la calidad de la evidencia formen una «extraña pareja». Por ejemplo, el American College of Rheumatology publicó recien temente unas directrices para el tratamiento de la artritis reumatoide9 con recomendaciones terapéuticas «fuertes» basadas en evidencias de calidad «baja» o «moderada» en el mejor de los casos. ¿Cómo es posible? El grupo de trabajo de GRADE recomienda no hacer esto10. Los expertos en artritis hicieron recomendaciones fuertes de todas formas. Aparentemente nos encontramos en una fase de transición en la que los expertos y la evidencia muchas veces tienen poco en común. Se puede decir que ambas partes tienen algo de culpa. Los expertos deberían sentirse menos autorizados para hacer recomendaciones fuertes basándose en evidencias débiles. No obstante, aun asumiendo que hicieron un trabajo minucioso buscando Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 45 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . todas las evidencias fuertes, al parecer hay muchos aspectos del tratamiento de la artritis reumatoide que aún no se han investigado. Ciertamente, dada la complejidad de los tratamientos actuales para la artritis reumatoide, es posible que los investigadores jamás lleguen a estudiar más que un porcentaje de estos. Esto es un práctico recordatorio de las limitaciones que presentan tanto los expertos como la evidencia en el momento actual. Lo importante es que la aportación de recomendaciones, todas ellas conecta das de forma transparente con la mejor evidencia actual, es esencial para una toma de decisiones fundamentada y compartida. Revisiones sistemáticas (síntesis) Si los resúmenes y las recomendaciones clínicas han respondido de forma clara y coherente nuestra pregunta, no es necesario seguir adelante. Sin embargo, después de publicarse los artículos originales, se tarda un tiempo en preparar los resúmenes y las recomendaciones clínicas, y ninguno de ellos ofrece todos los detalles. Por este motivo, si queremos estar seguros de que el resumen o la recomendación están actualizados y lo bastante com pletos en cuanto a los detalles, habrá que buscar revisiones sistemáticas (también llamadas síntesis) y estudios originales más recientes. Las síntesis se basan en búsquedas exhaustivas de evidencia, que a menudo incluyen metaanálisis, para proporcionar una indicación tan clara como lo permita la evidencia acumulada acerca de los efectos de una interven ción sanitaria, una prueba diagnóstica o una guía de predicción clínica. La Colaboración Cochrane es la fuente de síntesis más extensa, aunque solo constituye entre el 30 y el 40% de las aportaciones de todo el mundo. Hasta la fecha, las revisiones de Cochrane se han centrado principalmen te en intervenciones preventivas o terapéuticas, pero la Colaboración Cochrane también resume evidencias de pruebas diagnósticas. Una fuente clave de síntesis previamente evaluadas es EvidenceAlerts (http://plus.mcmaster.ca/evidencelerts), un servicio gratuito patrocinado por EBSCO Health. EvidenceAlerts incluye todas las revisiones de Cochra ne y revisiones sistemáticas de más de 120 revistas clínicas destacadas. Otra fuente de fácil acceso a las síntesis es el servicio Evidence-Based Medicine Reviews (EBMR) de Ovid. El resto de las revisiones que no figuran en las fuentes mencionadas suelen tener una menor calidad y pueden encontrarse en bases de datos bibliográficas, como PubMed y EMBASE. En estas dos plataformas, las búsquedas probablemente sean más productivas, con menos «paja», si se utiliza la estrategia de búsqueda de Clinical Queries para «reviews». Si los artículos se han obtenido por esta vía, la responsabilidad de valorar críticamente los artículos extraídos recae sobre la persona que ha reali zado la búsqueda (como se describirá en el resto de este libro). En un momento posterior de este capítulo se ahonda en este aspecto. 2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://plus.mcmaster.ca/evidencelerts 46 2 Adquisición de evidencias Estudios Se tarda un tiempo en resumir las nuevas evidencias; los resúmenes, las recomendaciones y las síntesis siguen necesariamente a la publicación de los estudios originales, en general al menos 6 meses después, aunque en ocasiones tardan años en aparecer. Si el resto de los recursos fracasan (es decir, no existen sistemas, resúmenes, recomendaciones obtenidas sistemáticamente ni síntesis que respondan claramente a la pregunta planteada), es el momento de buscar estudios originales. La búsqueda de estudios que cuenten con solidez científica y relevancia clínica en el texto íntegro de revistas impresas (el método clásico para mantenerse actualizado) es normalmente desalentadora, pero sí pueden conseguirse estudios previamente evaluados en internet de diversas maneras con relativa eficacia. Por ejemplo, existen varios servicios de «refinamiento de evidencias» disponibles. La mayoría de estos servicios de valoración crítica de artículos de revistas se organizan alrededor de una gama específica de disciplinas clínicas, como la medicina general (Essential Evidence Plus, www.essentialevidenceplus.com; requiere sus cripción), la atención primaria, la medicina interna y sus subespecia lidades (ACP Journal Wise, http://journalwise.acponline.org/, accesible para los miembros del American College of Physicians), la medicina en general y sus principales especialidades (EvidenceAlerts), la enfermería (Nursing PLUS, http://plus.mcmaster.ca/np, patrocinado por la Health Information Research Unit de la McMaster University) y las disciplinas relacionadas con la rehabilitación (Rehab PLUS, http://plus.mcmaster.ca/ rehab, patrocinado por la School of Rehabilitation Science de la McMaster University). Estos servicios también envían «alertas» que avisan de la publicación de nuevas evidencias en función de la especialidad clínica del usuario. Las alertas son un complemento importante de la búsqueda de evidencias: ayudan a cubrir las lagunas correspondientes a «lo que no sabes y no se te ocurrió preguntar» y a «lo que sabes y no es cierto». Recomendamos suscribirse y aprender a manejar los servicios que mejor se adapten a las necesidades profesionales de evidencia de cada usuario. Sinopsis Si se mira detalladamente la figura 2.1 se aprecia que en los tres escalones inferiores de la pirámide aparece un subtítulo: sinopsis. Una sinopsis, que rara vez se encuentra pero que suele ser de gran ayuda, es un compendio escrito de forma independiente acerca de un estudio original, síntesis o recomendación muy bien valorados; la forma más sencilla de acceder a sinopsis hoy en día es a través del ACP Journal Club del Annals of Internal Medicine, el ACP JournalWise y el servicio EBMR de Ovid. Las sinopsis de recomendaciones y síntesis se encuentran en un nivel jerárquico superior (v. fig. 2.1) porque las recomendaciones y las síntesis Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 22, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2019. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://www.essentialevidenceplus.com/ http://journalwise.acponline.org/ http://plus.mcmaster.ca/np http://plus.mcmaster.ca/rehab http://plus.mcmaster.ca/rehab Orientación a los recursos de información basada en la evidencia 47 © El se vi er . F o to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . revisan todos los estudios relativos a una intervención, prueba diagnós tica, pronóstico o etiología, mientras que los estudios originales describen un único proyecto de investigación. Servicios de metabúsqueda basada en la evidencia El análisis secuencial de servicios de textos y artículos de revistas puede ser aburrido y hacernos perder mucho tiempo, por lo que lo ideal sería un servicio que buscase datos relativos a nuestra pregunta en numerosos recursos y niveles de evidencia de forma simultánea. De hecho, varios servicios en línea ofrecen distintas versiones de un punto único de acceso a textos, recomendaciones, síntesis, estudios previamente evaluados, sinopsis y publicaciones médicas más generales, todos ellos basados en la evidencia. El servicio ACCESSSS (http://plus.mcmaster.ca/accessss) se basa en el modelo de la pirámide 5.0 y también ofrece la posibilidad de realizar una búsqueda simultánea en Clinical Queries y PubMed solo con los términos de búsqueda del usuario.
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