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La ley del 
más rico 
Gravar la riqueza 
extrema para acabar 
con la desigualdad
International
LA LEY DEL MÁS RICO 2
Informe de Oxfam – Enero de 2023
El mundo está atravesando una época sin precedentes marcada por la acumulación de múltiples crisis. 
Decenas de millones de personas más pasan hambre. Cientos de millones más se enfrentan a subidas 
imposibles en el coste de los productos básicos o de la energía para calentar sus hogares. La pobreza se ha 
incrementado por primera vez en 25 años. Sin embargo, unos pocos han logrado sacar un inmenso provecho 
de estas crisis. Los ultra ricos han visto crecer drásticamente su riqueza, y los beneficios empresariales 
han alcanzado niveles récord, haciendo que la desigualdad se dispare. El presente informe se centra en la 
importancia de gravar la riqueza de las élites económicas para abordar tanto esta “policrisis” a la que nos 
enfrentamos como el aumento desorbitado de las desigualdades. El informe detalla cómo, en la historia 
reciente, la tributación de los más ricos era más elevada, cómo está ganando terreno la idea de gravar más a 
quienes más tienen y hacer que los milmillonarios paguen la parte que les corresponde justamente, y cómo 
más impuestos a los ultra ricos contribuye a reducir la concentración de poder de las élites y reducir no solo la 
desigualdad económica, sino también la racial, colonial y de género. Finalmente, el informe apunta a cuánto 
deberían tributar los más ricos y cómo lograrlo, con herramientas concretas y contrastadas para los Gobiernos, 
algunas incluso ya en marcha. Este informe muestra cómo una imposición adecuada a los ultra ricos puede ser 
la vía para lograr un mundo más justo, sostenible y sin pobreza.
Seinab se dirige a una presa para buscar agua, en el Condado de Isiolo (Kenia). La zona en la que vive lleva años sufriendo una sequía. Seinab 
y su familia participan en un programa de transferencias monetarias, y han recibido equipamiento como tanques de agua y sistemas de 
purificación del agua para mejorar su acceso a agua potable. Foto: Loliwe Phiri/Oxfam.
3 LA LEY DEL MÁS RICO 
Índice
Informe de Oxfam – Enero de 2023 2
Agradecimientos 4
Prólogos 5
Resumen ejecutivo 7
La ley del más rico 7
Sección 1: La explosión de la desigualdad: la ley del más rico 17
1.1 La acumulación de riqueza en manos de las élites 17
1.2 Las personas más pobres, cada vez más afectadas por las crisis 21
Sección 2: Por qué debemos combatir la desigualdad gravando más a los más ricos 25
2.1 El derrumbe de la fiscalidad progresiva 25
2.2 ¿Quiere ser millonario? No pague impuestos 30
2.3 Argumentos a favor de gravar más a los ricos 32
2.4 Gravar la riqueza, una medida cada vez más popular 36
Sección 3: Qué pueden hacer los países para que los más ricos paguen más impuestos 39
3.1 ¿Cuánto deben tributar los más ricos? 39
3.2 Cómo gravar a los más ricos 41
Sección 4: Conclusiones y recomendaciones 52
Notas 54
Uso interactivo 
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tar. Para volver al índice, haga clic en la pestaña roja.
4 LA LEY DEL MÁS RICO 
Agradecimientos
© Oxfam Internacional, enero de 2023
Autoras y autores principales: Martin-Brehm Christensen, Christian Hallum, Alex Maitland, Quentin Parrinello y 
Chiara Putaturo. 
Autoras y autores contribuyentes: Dana Abed, Carlos Brown, Anthony Kamande, Max Lawson y Susana Ruiz. 
Responsable de la coordinación del informe: Chiara Putaturo. 
Oxfam agradece la colaboración de: Nabil Abdo, Nabil Ahmed, Alejandra Alayza Moncloa, Miguel Alba Ruiz-Morales, 
Pankaj Anand, Ernesto Archila, Esmé Berkhout, Helen Bunting, Anna Byhovskaya, Karla Castillo, 
Katy Chakrabortty, Roland Chauville, Jacques-Chai Chomthongdi, Chloe Christman, Marc Cohen, Hernán Cortés, 
Lies Craeynest, Grazielle Custódio, Nadia Daar, Julien Desiderio, Nayeem Emran, Catherine Eyzaguirre Morales, 
Gustavo Ferroni, Anouk Franck, Jonas Gielfeldt, Edward Gillespie, Rod Goodbun, Lea Guerin, Irene Guijt, 
Matt Hamilton, Victoria Harnett, Ana Heatley Tejada, Franziska Humbert, Ruud Huurman, Didier Jacobs, Tobias 
Kjær, Íñigo Macías Aymar, Anna Marriott, Mikhail Maslennikov, Kevin May, Carlos Mejía, Ruth Mhlanga, Daniel 
Mulé, Jefferson Nascimento, Ioan Nemes, Fati Nzi-Hassane, Francis Odokorach Shanty, Joseph Olwenyi, 
Léa Pelletier-Marcotte, Marta Pieri, Pravas Ranjan Mishra, Jennifer Reid, Helen Ripmeester, Hanna Saarinen, 
Manuel Schmitt, Emma Seery, Robert Silverman, Danielle Smith, Peter Struijf, Irit Tamir, Annie Thériault, 
Ian Thomson, Sarah Vaes, Pubudini Wickramaratne y Deepak Xavier. 
Diseñado por Nigel Willmott.
Oxfam muestra su agradecimiento a una serie de personas expertas que generosamente han ofrecido su 
ayuda: Mercedes D’Alessandro, Danny Dorling, Jayati Ghosh, Deborah Hardoon, Fatimah Kelleher , Chenai 
Mukumba, Anthony Shorrocks, Nishant Yonzan y Gabriel Zucman.
Este informe forma parte de una serie de documentos dirigidos a contribuir al debate público sobre políticas 
humanitarias y de desarrollo. 
Para más información sobre los temas tratados en este documento, póngase en contacto con 
advocacy@oxfaminternational.org. 
Esta publicación está sujeta a copyright pero el texto puede ser utilizado libremente para la incidencia política 
y campañas, así como en el ámbito de la educación y de la investigación, siempre y cuando se indique la 
fuente de forma completa. El titular del copyright solicita que cualquier uso de su obra le sea comunicado 
con el objeto de evaluar su impacto. La reproducción del texto en otras circunstancias, o su uso en otras 
publicaciones, así como en traducciones o adaptaciones, podrá hacerse después de haber obtenido permiso y 
puede requerir el pago de una tasa. Debe ponerse en contacto con policyandpractice@oxfam.org.uk.
La información en esta publicación es correcta en el momento de enviarse a imprenta.
Publicado por Oxfam GB para Oxfam Internacional en enero de 2023. DOI: 10.21201/2023,621477
Oxfam GB, Oxfam House, John Smith Drive, Cowley, Oxford, OX4 2JY, UK.
Traducido del inglés por Sandra Sánchez-Migallón de la Flor y Cristina Álvarez y revisado por Susana Ruiz 
Rodríguez, Alberto Sanz Martins, Íñigo Macías Aymar y Jessica Romero López.
Crédito de la foto de portada: Un grupo de manifestantes exige que se grave la riqueza. Asian Peoples’ 
Movement on Debt and Development.
mailto:advocacy@oxfaminternational.org
mailto:policyandpractice@oxfam.org.uk
5 LA LEY DEL MÁS RICO 
Prólogos
Chenai C. Mukumba, directora ejecutiva de Tax Justice Network Africa y vicepresidenta de ATAF Women In Tax 
Network (AWITN) 
Este informe no podría haberse publicado en mejor momento. La desigualdad es uno de los principales 
problemas a los que nos enfrentamos actualmente y, si no le ponemos freno, podría exacerbar muchas de 
las divisiones sociales que ya existen en nuestra sociedad. Con lo cual, abordar esta cuestión debería ser un 
elemento fundamental de nuestras agendas políticas, y este informe presenta una manera esencial de hacerlo 
que lamentablemente no se ha explorado lo suficiente: gravar la riqueza. 
Cuando se grava a los más ricos, el sistema fiscal recupera su función redistributiva, limitando el aumento de 
la desigualdad de riqueza e ingresos. El informe ofrece una solución específica al problema de la desigualdad 
que en tantas ocasiones han puesto de manifiesto las ONG. No obstante, los países se enfrentan a retos 
importantes para hacer efectiva la tributación sobre la riqueza, por lo que se requieren soluciones específicas, 
especialmente en países en desarrollo. 
Las autoridades fiscales encuentran limitaciones reales a la hora de aplicar dichas medidas. Por ello, es 
esencial que hablemos de la importancia de aplicar políticas que graven la riqueza de las élites económicas, 
tanto como de cómo garantizar que disponemos de la capacidad necesaria para hacerlo de una manera eficaz. 
Por lo tanto, y especialmente en el caso de los países en desarrollo, las recomendaciones quese comparten 
en el informe resultan fundamentales para reforzar la capacidad de las autoridades fiscales y aumentar la 
transparencia necesaria para poder rastrear la riqueza oculta en paraísos fiscales. 
Como sucede con todo lo que se refiere a la acción de los Gobiernos, la clave para encontrar soluciones y 
aplicarlas es la voluntad política. Tengo la esperanza de que este informe sirva para que los Gobiernos tomen 
conciencia de la necesidad de activar las medidas adecuadas para hacer que sus sistemas fiscales sean más 
justos, y se aseguren de que, como decimos en los espacios de la sociedad civil: “quienes más ganan sean 
también quienes más paguen”. 
6 LA LEY DEL MÁS RICO 
José Antonio Ocampo, 
Ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia
Gravar la riqueza de los más ricos ya no es una opción, sino una obligación. La desigualdad global se ha 
disparado y no hay mejor manera de abordarla que redistribuyendo la riqueza. Como demuestra este informe 
de Oxfam, el 1 % más rico ha acaparado casi dos tercios de la nueva riqueza generada en los últimos dos años, 
casi el doble que el 99 % restante de la humanidad. 
La justicia es la base de las reformas fiscales que hemos emprendido en Colombia. Concretamente, esto ha 
implicado la aplicación de un nuevo impuesto sobre la riqueza, mayores tipos impositivos para las personas 
de rentas más altas y para las grandes empresas con súper beneficios por su actividad en los mercados 
internacionales y el fin de los incentivos fiscales que se aplicaban a pesar de no existir una justificación clara 
para ello desde el punto de vista social ni ambiental. Asimismo, hemos introducido un impuesto sobre los 
servicios digitales y un tipo impositivo mínimo para los beneficios empresariales, partiendo del convenio para 
la reforma fiscal internacional.
Al abolir vacíos legales y privilegios fiscales que se han prolongado durante décadas beneficiando solo a los 
más ricos, dispondremos de mayores ingresos para invertir en servicios públicos gratuitos y de calidad, como 
la salud y la educación. Más recursos para invertir en agricultura, la respuesta climática y el medioambiente. 
Y para consolidar la paz. No es algo simplemente simbólico, no se trata de grandes discursos sobre subir 
los impuestos a los ricos en beneficio de los pobres. Es un cambio histórico que nos lo debíamos desde 
hace mucho tiempo. Colombia es uno de los países del mundo con mayor desigualdad, por lo que no resulta 
sorprendente que este fuera el elemento catalizador de las protestas nacionales de 2021. Las ciudadanas y 
ciudadanos de a pie han dicho “basta” y han exigido cambios. 
Y les hemos escuchado. Hemos escuchado a los millones de colombianas y colombianos que trabajan duro 
cada día para alimentar a sus familias. A las mujeres, jóvenes y personas internamente desplazadas. A las 
pequeñas empresas que son la base de nuestra economía. Sin una fiscalidad justa no podremos garantizar un 
futuro sostenible para el conjunto de la población. Y, mientras que la mayoría de los países parece estar dando 
marcha atrás en su ambición de abandonar los combustibles fósiles, nuestro compromiso con la transición 
energética de Colombia continúa siendo firme. 
Cumpliremos con nuestra parte y colaboraremos con nuestros países vecinos en América Latina para poner 
fin a la carrera a la baja en la región. En materia fiscal, no nos queda más remedio que cooperar en lugar de 
competir. Este planteamiento se extiende también a los acuerdos fiscales internacionales, que deberían 
beneficiar a todos los países y no solo a los más ricos. 
Nos enfrentamos a crisis sin precedentes, por lo que animo a los líderes de todo el mundo a garantizar que los 
más ricos paguen su justa parte de impuestos para poder responder a estas crisis, acabar con ellas y construir 
un futuro mejor para el conjunto de la población mundial.
7 LA LEY DEL MÁS RICO 
Resumen ejecutivo
Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, tributó a un tipo impositivo real ligeramente
superior al 3 % entre 2014 y 2018.1 
Aber Christine gana 80 dólares al mes vendiendo arroz, harina y soja en mercados del norte de Uganda. 
Paga en impuestos el 40 % de lo que logra vender.2 
La ley del más rico
El mundo está atravesando una época sin precedentes marcada por la acumulación de múltiples crisis. 
El número de personas que se enfrentan al hambre ha aumentado en varias decenas de millones. Cientos 
de millones más afrontan subidas imposibles en el coste de los productos básicos o de la energía para 
calentar sus hogares. El colapso climático está paralizando la economía de algunas regiones, y fenómenos 
meteorológicos extremos como las sequías, los ciclones y las inundaciones están obligando a personas de 
todo el mundo a abandonar sus hogares. Millones de personas siguen sufriendo los efectos de la pandemia 
de la COVID-19, que se ha cobrado más de 20 millones de vidas.3 La pobreza se ha incrementado por primera 
vez en 25 años.4 Sin embargo, unos pocos han logrado sacar un inmenso provecho de estas crisis. Los ultra 
ricos han visto crecer drásticamente su riqueza, y los beneficios empresariales han alcanzado niveles récord, 
haciendo que la desigualdad se dispare. 
• Desde 2020, el 1% más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada en el 
mundo, casi el doble que el 99 % restante.5
• La fortuna de los milmillonarios aumenta en 2700 millones de dólares cada día,6 mientras que los 
salarios de al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores, más que la población de India, 
crecen por debajo de lo que sube la inflación.7
• En 2022, las empresas energéticas y de alimentación duplicaron con creces sus beneficios, 
distribuyendo 257 000 millones de dólares en dividendos a sus ricos accionistas;8 todo ello mientras 
más de 800 millones de personas se iban a la cama con hambre cada noche.9
• Por cada dólar recaudado en impuestos a nivel global, tan sólo 4 centavos se recaudan sobre la 
riqueza,10 y la mitad de los milmillonarios del mundo vive en países donde no se aplica ningún impuesto 
de sucesiones a la riqueza que heredan sus descendientes.11
• Si se aplicara un impuesto a la riqueza de hasta el 5 % a los multimillonarios y milmillonarios podrían 
recaudarse 1,7 billones de dólares anualmente, lo que permitiría a 2000 millones de personas salir de la 
pobreza, además de financiar un plan mundial para acabar con el hambre.12
El presente informe se centra en la importancia de gravar a los súper ricos para abordar esta “policrisis”13 
sin precedentes a la que nos enfrentamos, así como al aumento desorbitado de las desigualdades. A su vez, 
pretende mostrar cómo una imposición adecuada a los ultra ricos puede ser la vía para lograr un mundo más 
justo, sostenible y sin pobreza.
El informe detalla cómo, en la historia reciente, la tributación de los más ricos era más elevada, cómo está 
ganando terreno la idea de gravar más a quienes más tienen y hacer que los milmillonarios paguen la parte 
que les corresponde justamente, y cómo más impuestos a los ultra ricos contribuye a reducir la concentración 
de poder de las élites y reducir no solo la desigualdad económica, sino también la racial, colonial y de género. 
Finalmente, el informe apunta a cuánto deberían tributar los más ricos y cómo lograrlo, con herramientas 
concretas y contrastadas para los Gobiernos, algunas incluso ya en marcha. 
8 LA LEY DEL MÁS RICO 
Tiempos de crisis que está causando un gran sufrimiento a la mayoría de la sociedad
Mientras los milmillonarios, jefes de Gobierno y directivos de mega empresas vuelan a Davos (Suiza) 
para reunirse, el resto del mundo se enfrenta a una grave, peligrosa y destructiva acumulación de crisis 
simultáneas. Estas crisis están teniendo un enorme impacto en la mayor parte de la población mundial, algo 
que Oxfam puede constatar con su labor en todo el mundo. 
En 2022, el Banco Mundial anunció que no se logrará cumplir el objetivo de poner fin a la pobreza extrema 
de cara a 2030,y que “se han frenado los avances mundiales en la reducción de la pobreza extrema”, en lo 
que afirma que podría ser el mayor incremento de la desigualdad global y el mayor revés para los esfuerzos 
de reducción de la pobreza a nivel mundial desde la Segunda Guerra Mundial.14 El FMI prevé que un tercio de 
la economía mundial se encuentre en recesión en 2023.15 Por primera vez, el PNUD ha determinado que el 
desarrollo humano está registrando un retroceso en nueve de cada diez países.16 
El análisis de Oxfam revela que, en 2022, el salario de al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores 
creció menos que la inflación,17 lo que redujo su capacidad para comprar alimentos o pagar las facturas 
energéticas. 
El servicio de la deuda está fuera de control, lo que está llevando a países enteros al borde de la bancarrota. 
Los países más pobres destinan cuatro veces más ingresos al servicio de la deuda (que a menudo deben 
pagar a acreedores privados, ricos y abusivos) que al gasto en salud pública.18 Muchos Gobiernos están 
considerando drásticos recortes del gasto público. Oxfam ha calculado que tres cuartas partes de los 
Gobiernos tienen previsto recortar el gasto durante los próximos cinco años, por un importe total que podría 
ascender a 7,8 billones de dólares a nivel mundial.19
Tiempos de crisis que están generando enormes fortunas para una minoría privilegiada
Mientras tanto, la concentración de riqueza acumulada en manos de una minoría de ultra ricos, que ya 
alcanzaba niveles récord, se ha intensificado. La actual “policrisis” global ha enriquecido aún más a esta 
reducida élite. Durante la última década, el 1 % más rico de la humanidad ha acaparado más del 50 % de 
la nueva riqueza global generada.20 Pero el análisis de Oxfam a partir de los datos de Credit Suisse muestra 
que, desde 2020, la súper concentración de riqueza por parte de los súper ricos se ha intensificado. Desde 
entonces, dos tercios de la nueva riqueza generada a nivel global han ido a parar al 1 % más rico, casi seis 
veces más que la que acaba en manos del 90 % más pobre de la humanidad.21 Esto supone que, por cada dólar 
de nueva riqueza obtenido por una persona perteneciente al 90 % más pobre de la humanidad, un milmillonario 
se embolsa 1,7 millones de dólares.22 
9 LA LEY DEL MÁS RICO 
GRÁFICO 1: PORCENTAJE DE LA NUEVA RIQUEZA ACUMULADA (COMO % DEL TOTAL DE LA NUEVA RIQUEZA)
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de datos del informe de Credit Suisse sobre la riqueza global.23
La riqueza de los milmillonarios aumentó enormemente durante la pandemia. Los grandes planes de estímulo 
que se activaron entonces, con la inyección de fondos públicos para ayudar al conjunto de la sociedad, 
han tenido como efecto colateral el repunte a su vez de los precios de los activos y la riqueza en manos de 
una élite. Como resultado, y favorecidos por una insuficiente tributación de la riqueza y el capital de forma 
generalizada, los súper ricos han podido amasar fortunas sin precedentes. 
Si bien la riqueza conjunta de los milmillonarios ha decrecido ligeramente desde que alcanzara sus niveles 
máximos en 2021, siguen estando varios billones de dólares por encima de su valor anterior a la pandemia.24 
Esta época de bonanza económica para los súper ricos propiciada por las crisis se suma a décadas de 
crecimiento exponencial de sus fortunas y a una creciente desigualdad en la distribución global de la riqueza. 
La actual crisis de coste de la vida, con la escalada de los precios de los alimentos y la energía, está 
generando asimismo enormes ganancias para gran parte de esta élite económica. Empresas de los sectores 
de la alimentación y la energía baten récords de beneficios y pagan dividendos históricos a sus ricos 
accionistas y sus propietarios milmillonarios. El aprovechamiento de las condiciones de mercado por parte de 
las empresas ha provocado como mínimo el 50 % de la inflación en Australia, Estados Unidos y Europa, en lo 
que supone tanto una crisis del “coste del beneficio” como del coste de la vida.25 
El 99 % más pobre acumuló el 37% de la nueva riqueza 
generada entre 2020 y 202
El 1 % más rico acumuló alrededor del 63 % de 
la nueva riqueza generada entre 2020 y 2021 
El 90% más pobre acumuló el 10% de la nueva 
riqueza generada entre 2020 y 2021 
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Personas más pobres
Personas más ricas2012–2021 2020–2021 2020–2021 acumulado
10 LA LEY DEL MÁS RICO 
GRÁFICO 2: INCREMENTO DE LA RIQUEZA DE LOS MILMILLONARIOS ENTRE 1987 Y 2022 (EN BILLONES DE DÓLARES Y 
EN TÉRMINOS REALES)
Fuente: Forbes World’s Billionaires List.26
La existencia de tantos milmillonarios en sí misma es un fracaso político
La concentración extrema de riqueza socava el crecimiento económico, corrompe las políticas y los medios 
de comunicación, erosiona la democracia y acentúa la polarización política. Un nuevo estudio de Oxfam 
demuestra además que los más ricos son quienes están provocando en mayor medida el colapso climático: 
en promedio, un milmillonario emite un millón de veces más carbono que una persona corriente.27 Además, 
los milmillonarios son dos veces más susceptibles de invertir en industrias contaminantes, como los 
combustibles fósiles, que los inversores o inversoras promedio.28
La mera existencia de milmillonarios que acumulan cada vez más riqueza y beneficios récord, mientras que 
la mayoría de la población se enfrenta a la austeridad, al aumento de la pobreza y a la crisis del coste de la 
vida, deja al descubierto el fracaso de un sistema económico que no responde a las necesidades del conjunto 
de la humanidad. Durante demasiado tiempo, los Gobiernos, las instituciones financieras internacionales y 
las élites han engañado al mundo con la teoría económica “del goteo”” de la riqueza, que defiende que una 
presión fiscal baja y unos elevados beneficios para unos pocos acabarán por enriquecernos al resto. Se trata 
de una teoría sin evidencias que defiende un modelo económico que sin embargo nos ha desprovisto de los 
instrumentos y la creatividad necesarios para afrontar esta nueva época de crisis. Este modelo económico, a 
pesar de estar ampliamente desacreditado, continúa monopolizando la mentalidad de quienes nos gobiernan, 
y sigue funcionando casi a la perfección, pero solo para una reducida élite: principalmente hombres blancos 
ricos de países del Norte.29 
Para romper este círculo de concentración de la riqueza sin fin en manos de los milmillonarios, los Gobiernos 
deben abordar cada una de las vías en las que el actual modelo económico está diseñado a su favor, incluida 
la legislación laboral, la privatización de los recursos públicos y la remuneración de los altos ejecutivos de las 
grandes corporaciones. Si bien todos estos ejes de reformas resultan críticos, Oxfam centra el presente informe 
en una de las soluciones con mayor potencial: aumentar la presión fiscal sobre los ricos. Oxfam considera que, 
de manera general, deberíamos aspirar de aquí a 2030 a reducir a la mitad el número de milmillonarios existentes 
y la enorme concentración de su riqueza elevando la presión fiscal sobre el 1 % más rico, junto con otras 
políticas. Esta medida permitiría reducir tanto el número de milmillonarios como su riqueza a los niveles de hace 
una década (2012). A la larga, deberíamos incluso aspirar a ir más allá y plantearnos cómo sería posible evitar la 
proliferación de milmillonarios, en el marco de una distribución más justa y racional de la riqueza global.
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11 LA LEY DEL MÁS RICO 
GRÁFICO 3: EL OTRO LADO DE LA MONTAÑA: DOS ESCENARIOS PARA LA RIQUEZA DE LOS MILMILLONARIOS DE CARA 
A 2030 
Fuente: Cálculos de Oxfam basados enel análisis de la lista Forbes World’s Billionaires.30 El Gráfico 3 ilustra dos escenarios: en el primero, la 
riqueza de los milmillonarios continúa aumentando al mismo ritmo que durante la última década. En el segundo, se aplican medidas fiscales y 
de otro tipo para revertir esta riqueza a los niveles de hace diez años. 
La fiscalidad desempeñará una función clave a la hora de hacer realidad esta visión, pero solo podremos 
lograrlo si rompemos radicalmente con décadas de rebajas y privilegios fiscales para grandes empresas y 
fortunas. 
El espectacular aumento de la riqueza y los ingresos de las élites más ricas ha coincidido con la enorme 
reducción de la tributación del 1 % más rico. 
Si bien existen diferencias entre países, la tendencia general hacia la caída de la presión fiscal sobre los más 
ricos ha sido significativamente similar en todas las regiones del mundo. 
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Riqueza de los milmillonarios de cara a
2030, de continuar la tendencia actual
Riqueza de los milmillonarios, de reducirse
a los niveles de hace una década
12 LA LEY DEL MÁS RICO 
GRÁFICO 4: EN LOS PAÍSES RICOS, LA REBAJA DE LOS TIPOS IMPOSITIVOS APLICABLES A LAS MAYORES FORTUNAS HA 
COINCIDIDO CON EL INCREMENTO DEL PORCENTAJE DE INGRESOS EN MANOS DEL 1 % MÁS RICO 
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de los datos del World Inequality Lab, FMI, OCDE y Scheve y Stasavage (2016).31
GRÁFICO 5: TIPOS MÁXIMOS DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA PERSONAL APLICABLES A LOS MÁS RICOS
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de los datos de OECD Stat, CESPAP y ODI.32 
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Tipo marginal máximo
sobre la renta personal
(eje izquierdo)
Impuesto sobre los ingresos 
derivados de dividendos 
(eje izquierdo)
Tipo máximo del impuesto 
de sucesiones
(eje izquierdo)
Impuesto sobre la renta 
empresarial
(eje izquierdo)
Porcentaje de ingresos del 
1 % más rico (eje derecho)
1980 2016 o año más reciente disponible
Po
rc
en
ta
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Po
rc
en
ta
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ActualidadDécada de
2010
Década de
2000
Década de
1990
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1980
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30 %
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África América Latina Asia OCDE
13 LA LEY DEL MÁS RICO 
• Por cada dólar recaudado en ingresos fiscales a nivel global, únicamente cuatro centavos proceden de 
gravar la riqueza.33 La desfiscalización de la riqueza es aún más pronunciada en los países de renta media y 
baja, donde existen mayores niveles de desigualdad.34 
• Dos tercios de los países no aplican ni impuesto de sucesiones a los más ricos ni sobre los activos 
transferidos a sus descendientes directos.35 La mitad de los milmillonarios del mundo vive en países que 
carecen de dicho impuesto, por lo que la próxima generación de súper ricos heredará cinco billones de 
dólares libres de impuestos; una suma que supera con creces el PIB de todos los países africanos juntos.36 
Una nueva y poderosa aristocracia que no rinde cuentas se está gestando ante nuestros propios ojos.
• Los tipos máximos del impuesto sobre la renta personal han ido cayendo y adoptando un carácter menos 
progresivo: en promedio, el tipo marginal aplicable a las rentas más altas ha caído del 58 % en 1980 al 42 % 
más recientemente en los países de la OCDE. En 100 países es incluso más bajo, situándose en torno al 
31 %.37
• El impuesto sobre las rentas de capital (que en la mayoría de los países constituye la principal fuente de 
ingresos para el 1 % más rico) se sitúa en promedio, en apenas el 18 % en más de 100 países. Únicamente 
tres países gravan las rentas de capital a un tipo impositivo superior al de los ingresos derivados del trabajo.38 
Los resultados son demoledores. Si nos centramos en la élite de los más ricos, resulta evidente que muchos 
de los hombres más poderosos del planeta prácticamente no pagan impuestos. Por ejemplo, uno de los 
hombres más ricos de la historia, Elon Musk, tributa a un “tipo impositivo real” del 3,2 %,39 mientras que Jeff 
Bezos, otro de los milmillonarios más ricos, lo hace a menos del 1 %.40 En cambio, Aber Christine, una de las 
mujeres con las que Oxfam colabora en Uganda y que se gana la vida comerciando en el mercado, paga en 
impuestos el 40 % de lo que logra vender.41
Imagen de Josep Monter Martinez, de Pixabay
14 LA LEY DEL MÁS RICO 
Cuadro 1: No tiene por qué ser así: el tipo máximo en Estados Unidos llegó a situarse en el 90 %
Hubo un tiempo en el que los más ricos pagaron impuestos mucho más altos. En Estados Unidos, el 
tipo marginal de los impuestos federales sobre la renta personal durante el período 1951-1963 se 
situaba en el 91 %; los tipos máximos del impuesto de sucesiones se mantuvieron en el 77 % hasta 
1975; y el tipo promedio del impuesto sobre los beneficios empresariales se situaba ligeramente 
por encima del 50 % durante las décadas de los cincuenta y los sesenta.42 En otros países ricos se 
aplicaban niveles impositivos similares, y contaban con el consenso de todo el espectro político. De 
hecho, los tipos máximos altos coincidieron con algunas de las décadas de mayor bonanza económica 
que se hayan conocido. 
Gravar la riqueza extrema: uno de los instrumentos más estratégicos para luchar contra la 
desigualdad y combatir la acumulación de crisis
La solución a las múltiples crisis a las que nos enfrentamos en la actualidad pasa por elevar la tributación 
de los ultra ricos y de las grandes empresas. Esta medida puede contribuir a evitar la austeridad, así como 
contener la inflación y la subida de los precios, además de a poner fin a la crueldad innecesaria que suponen 
la pobreza y el hambre tan extendidos. 
Una mayor recaudación fiscal es una condición previa vital para garantizar que haya Gobiernos eficientes 
y competentes, dotándoles de los recursos necesarios para invertir en servicios universales de salud y 
educación, en sociedades más sanas y felices, en innovación, investigación y desarrollo y en la transición a 
economías verdes, además de frenar el colapso climático. 
En colaboración con el Institute for Policy Studies, Patriotic Millionaires y Fight Inequality Alliance, Oxfam ha 
calculado a partir de datos de Wealth-X y Forbes que podrían recaudarse 1,7 billones de dólares anualmente 
aplicando un impuesto al patrimonio neto del 2 % a los millonarios, del 3 % a aquellos con una riqueza 
superior a 50 millones de dólares, y del 5 % a los milmillonarios de todo el mundo. Estos recursos adicionales 
serían suficientes para que 2000 millones de personas pudieran salir de la pobreza. Asimismo, podría servir 
para cubrir el déficit de financiación de la respuesta a los llamamientos humanitarios de emergencia de las 
Naciones Unidas, además de financiar un plan global para poner fin al hambre en el mundo. Aparte de esto, con 
un impuesto así se contribuiría a financiar las pérdidas y los daños causados a países de renta baja y media-
baja por el colapso climático, y ofrecer servicios de salud y protección social al conjunto de la población de 
estos países (3600 millones de personas).43
Aplicar una mayor presión fiscal a los súper ricos reduce su enorme concentración de riqueza y evita que siga 
creciendo su número, creando sociedades más igualitarias y evitando la aparición de élites poderosas, no 
sometidas a control y que adquieren casi naturaleza de aristocracia. También reduce desigualdades sociales 
que resultan destructivas. 
No sería la primera vez que ante crisis globales profundas se opta por incrementar la imposición a los 
más ricos, en aras de la solidaridad. Lamentablemente, este no fue el caso en el momento más crudo de 
la pandemia. En su lugar, el 95 % de los países decidió no incrementar, o incluso reducir, los impuestos 
aplicables a las personas ricas y las grandes empresas.44 
Se está gestando un cambio
Sin embargo, el contexto actual está logrando que por fin se cuestionen planteamientos desactualizados. 
La idea de aumentar la imposición sobre los más ricos conel fin de redistribuir los recursos al resto de la 
población para hacer frente a estas crisis está cobrando fuerza más allá de las diferencias políticas, contando 
incluso con el respaldo, contra todo pronóstico, de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) 
y el Banco Central Europeo (BCE). El hecho de que el Gobierno británico tuviera que anular su propuesta de 
recortes fiscales para los más ricos en octubre de 2022, después de que la medida desencadenara una crisis 
económica y política, marcó un verdadero punto de inflexión.45 
15 LA LEY DEL MÁS RICO 
Está empezando a agrietarse el consenso reinante durante varias décadas que impulsó la agenda de recortes 
y privilegios fiscales para grandes empresas y las personas más ricas. Pero el muro no cederá sin la presión 
activa del conjunto de la ciudadanía. Lo cierto es que las rebajas fiscales para los más ricos nunca han 
contado con el apoyo de la mayoría de la ciudadanía: encuestas de opinión realizadas en varios países han 
revelado que ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo consideran desde hace tiempo que aumentar la 
imposición sobre los más ricos es algo necesario y de sentido común (véase el Cuadro 2). Para que se produzca 
un cambio, debemos acabar con la captura política que ha impulsado una agenda basada en recortar cada vez 
más los impuestos a las grandes empresas y las personas más ricas.
Cuadro 2: Gravar la riqueza: una idea cada vez más popular, incluso entre los ricos
Las encuestas de opinión indican de manera constante que la mayoría de la población está de acuerdo 
con gravar el patrimonio de los súper ricos.46 Encuestas realizadas en Estados Unidos indican que, en 
la última década, la mayoría de la población estadounidense parece estar de acuerdo por primera vez 
con la idea de que “el Gobierno debe redistribuir la riqueza aplicando mayores impuestos a los más 
ricos”.47 Se estima que el 80 % de la población de India está de acuerdo con incrementar los impuestos 
a los más ricos,48 y que el 85 % de la población brasileña coincide en que es necesario aumentar los 
impuestos a los súper ricos con el fin de financiar servicios básicos.49 En África, el 69 % de la población 
participante en un sondeo realizado en 34 países estaba de acuerdo en que “es justo que los ricos 
paguen más impuestos que el resto de la población para poder financiar programas públicos en 
beneficio de las personas más pobres”.50 
Incluso algunos de los súper ricos están de acuerdo. En enero de 2022, más de 100 millonarios firmaron 
una petición instando a una subida de impuestos para las personas más ricas.51
A medida que nos enfrentamos a estas nuevas crisis, debemos aprender de las lecciones que nos ha dado la 
respuesta a la pandemia de COVID-19. Los Gobiernos de todo el mundo deben incrementar urgentemente los 
impuestos que aplican a los ultra ricos. 
Es hora de aplicar el sentido común
Debemos reimaginar, reinventar y readaptar nuestros modelos económicos para hacer frente a estas múltiples 
crisis con el fin de construir sin más demora un mundo más justo y salvar el planeta. En especial, debemos 
volver a aprender las lecciones de nuestra propia historia y recordar los momentos en que los más ricos 
aportaban su justa parte de impuestos contribuyendo así a financiar la ampliación de derechos como el 
acceso universal a servicios de salud y educación. 
La desigualdad no es inevitable, sino que es una elección política. Los Gobiernos pueden tomar medidas 
claras, prácticas y concretas para reducir drásticamente la desigualdad aplicando instrumentos de política 
fiscal para proteger al conjunto de su población. Pueden decidir ayudar de una manera segura a su población 
en contextos de crisis, en lugar de imponer un sufrimiento innecesario a las personas cuando optan por 
medidas de austeridad.
¿Cuántos impuestos deben pagar los más ricos?
Oxfam insta a los países a aplicar una combinación de medidas fiscales que garantice que el 1 % más rico 
tribute a unos tipos considerablemente más elevados, por ejemplo, acercando su contribución en torno al 60 
% sobre el conjunto de sus rentas, porcentaje que debería ser incluso más elevado para los multimillonarios 
y los milmillonarios. Este nivel de presión fiscal debería aplicarse a la totalidad de sus ingresos, tanto los 
derivados del trabajo como de sus rentas de capital. 
El promedio anual para cerca de 100 países sitúa el impuesto máximo sobre la renta en torno al 31 %, por 
lo que habría margen incluso para duplicarlo. A su vez, el tipo promedio del impuesto a las ganancias de 
capital en 123 países no supera el 18 %, por lo que podría multiplicarse por cuatro.52 De hecho, durante 
gran parte del siglo XX, los tipos impositivos marginales máximos del 60 % sobre la renta personal para los 
16 LA LEY DEL MÁS RICO 
grupos con mayores ingresos eran la norma.53 Los tipos impositivos aplicables a los súper ricos (es decir, a 
aquellos con una riqueza multimillonaria o milmillonaria) deberían ser, como mínimo, del 75 %, lo que también 
desincentivaría el pago de altísimos bonus y salarios desorbitados a altos directivos.
Si los Gobiernos aspiran a gravar el conjunto de las rentas de una manera integral, deben asegurarse de que 
las rentas de capital tributen como mínimo al mismo nivel que los ingresos derivados del trabajo, aunque 
preferentemente deberían aplicar un tipo impositivo más alto. En la mayoría de los países, las rentas de capital 
y los activos financieros constituyen la principal fuente de ingresos de los ultra ricos pero, en casi todas las 
jurisdicciones, tributan muy por debajo de las rentas de capital. 
Los Gobiernos deben considerar la aplicación urgente de impuestos de solidaridad con carácter temporal 
sobre el patrimonio de los súper ricos, a fin de recuperar parte de las inmensas ganancias que estos 
han acumulado durante la pandemia como resultado de los paquetes de estímulo financiero impulsados 
con fondos públicos. Deben introducirse también impuestos recurrentes sobre el patrimonio, así como 
establecerse tipos impositivos lo suficientemente altos que ayuden incluso a reducir la concentración de 
súper ricos. Oxfam ha calculado que, solo para mantener la riqueza de los milmillonarios al mismo nivel de 
hace cinco años, los Gobiernos habrían tenido que gravar su riqueza a un tipo impositivo anual del 12,8 %.54 
En cualquier caso, es impensable reducir la concentración de riqueza extrema exclusivamente a través de 
la fiscalidad. Deben aplicarse también medidas de otro tipo que permitan construir una economía donde, en 
primer lugar, no puedan generarse disparidades tan extremas de riqueza. No obstante, los impuestos sobre la 
riqueza pueden y deben desempeñar una función decisiva a la hora de reducir la desigualdad. 
Los impuestos a los ultra ricos deben tener un espectro amplio e incluir la mejora de la eficiencia de los 
impuestos sobre la propiedad y la tierra. Todos los países deben aplicar tipos elevados del impuesto de 
sucesiones para los súper ricos, para evitar que se siga perpetuando la desigualdad durante generaciones e 
impedir la aparición de una nueva aristocracia. Aparte de estas medidas, los Gobiernos deben explorar también 
la aplicación de impuestos sobre el patrimonio neto de las personas.
Es hora de gravar la riqueza extrema
Una mayor presión fiscal sobre los ultra ricos no es la única solución a la crisis de desigualdad, pero sí es un 
elemento fundamental. Es hora de que los Gobiernos dejen atrás décadas marcadas por una ideología abocada 
al fracaso y por la influencia de una élite rica y poderosa, y que hagan por fin lo correcto: gravar la riqueza 
extrema. 
Los ingresos recaudados a partir de esta nueva ola de impuestos progresivos podrían destinarse a construir un 
futuro más justo, igualitario y sostenible para el conjunto de la población. 
Los Gobiernos deben utilizar los instrumentos fiscales a su disposición para revertir el aumento de la 
desigualdad, siguiendo estas cuatro medidas para crear un mundo más justo:1. Aplicar impuestos de solidaridad con carácter temporal sobre la riqueza y los beneficios extraordinarios (o 
sobre ganancias) de las grandes corporaciones, así como impuestos mucho más elevados sobre el pago de 
dividendos con el fin de impedir que los más ricos continúen sacando provecho de las crisis.
2. Incrementar de manera sistemática el impuesto sobre la renta del 1 % más rico, para lograr una tributación 
efectiva por ejemplo del 60 % calculada sobre el conjunto de sus rentas (tanto derivadas del trabajo como 
del capital), con tipos impositivos más elevados para los multimillonarios y los milmillonarios.
3. Gravar el patrimonio de los súper ricos a tipos impositivos lo suficientemente elevados como para reducir 
sistemáticamente la riqueza extrema y reducir la concentración del poder y la desigualdad. 
4. Utilizar los ingresos recaudados a partir de estos impuestos para aumentar el gasto público en sectores 
como la salud, la educación y la seguridad alimentaria, con el fin de luchar contra la desigualdad, así como 
financiar una transición justa hacia un mundo con bajas emisiones de carbono.
17 LA LEY DEL MÁS RICO 
Sección 1: La explosión de la desigualdad: la ley del 
más rico 
En las últimas décadas, la desigualdad económica se ha disparado hasta alcanzar niveles extremos y 
peligrosos. Se ha convertido en una amenaza para la existencia de nuestras sociedades, obstaculizando 
nuestra capacidad para acabar con la pobreza, deteriorando la política y poniendo en peligro el futuro del 
planeta. 
A lo largo de las últimas décadas, cada crisis ha ido acrecentando la brecha entre ricos y pobres, poniendo 
de manifiesto las consecuencias de unas desigualdades profundamente arraigadas. Y así ha ocurrido en 
el contexto de la pandemia de la COVID-19 y del incremento desbocado de los precios de los alimentos y la 
energía, que han exacerbado la pobreza y provocado una crisis del coste de la vida para la mayor parte de la 
población, mientras la concentración de la riqueza y los beneficios de los más ricos han experimentado un 
crecimiento extraordinario.
Los Gobiernos son en gran parte responsables de esta explosión de desigualdad. La mayoría no ha puesto en 
marcha políticas progresistas para evitar o reducir la desigualdad, que faciliten la redistribución de la riqueza 
y el poder y que permitan romper el círculo vicioso por el que los más ricos capturan las políticas e influyen 
en las decisiones de gobierno. Se han inyectado billones de dólares de fondos públicos para sostener las 
economías de los países ricos y, si bien esta medida ha evitado un desastre económico y mayores perjuicios 
para las personas en mayor situación de pobreza, este dinero ha acabado principalmente en manos de quienes 
más tenían. 
En la actualidad, todos y cada uno de los Gobiernos del mundo tienen la responsabilidad de poner en 
marcha un plan de acción integral para reducir la desigualdad, que debería incluir medidas para aumentar la 
tributación de los más ricos, así como para reducir drásticamente la concentración de riqueza y poder en sus 
manos en el futuro. 
1.1 La acumulación de riqueza en manos de las élites
Hace diez años, Oxfam dio por primera vez la voz de alarma en el Foro Económico Mundial de Davos, un 
encuentro que reúne a las personas más poderosas del mundo, sobre los niveles extremos de desigualdad 
a nivel global. Ya entonces, tanto los ingresos como el patrimonio de los más ricos empezaron a crecer muy 
rápidamente,55 acaparando el crecimiento económico posterior a la gran crisis financiera que derivó en 
políticas de austeridad y dificultades económicas para la mayor parte de la sociedad. Ahora, una vez más, los 
más ricos se están beneficiando de la pandemia global, así como de la crisis del coste de la vida provocada por 
la guerra, de la que también están sacando provecho. 
• La riqueza de los milmillonarios se ha duplicado en los últimos diez años, acaparando casi seis veces más 
riqueza de la que acaba en manos del 50 % más pobre de la población.56
• De cada 100 dólares de la riqueza generada en los últimos diez años, 54,40 dólares han ido a parar a manos 
del 1 % más rico de la población, mientras que el 50 % más pobre tan solo ha percibido 0,70 dólares.57
• La riqueza obtenida por el 1 % más rico de la población en los últimos diez años es 74 veces mayor que la que 
ha llegado a manos del 50 % más pobre.58
Más recientemente, la pandemia de la COVID-19 y el incremento desbocado de los precios de los alimentos y la 
energía han agravado aún más esta desigualdad extrema. 
• Desde 2020, por cada dólar de nueva riqueza que pudiera obtener cualquier persona perteneciente al 90 % 
más pobre, un milmillonario se embolsa 1,7 millones de dólares.59
• Por cada 100 dólares de nueva riqueza generados en la economía mundial entre diciembre de 2019 y 
diciembre de 2021, 63 fueron a parar a manos del 1 % más rico de la población, y tan solo 10 al 90 % más 
pobre.60 
18 LA LEY DEL MÁS RICO 
• Desde el año 2020, la riqueza conjunta de los milmillonarios ha aumentado a un ritmo de 2700 millones de 
dólares al día.61
• Según el Banco Mundial, en el momento más crudo de la pandemia, las pérdidas de ingresos del 40 % más 
pobre de la población mundial duplicaron a las del 20 % más rico, y la desigualdad de ingresos a nivel global 
aumentó por primera vez en décadas.62 
GRÁFICO 6: INCREMENTO DE LA RIQUEZA DE LOS MILMILLONARIOS ENTRE 1987–2022 (EN BILLONES DE DÓLARES Y EN 
TÉRMINOS REALES)
Fuente : Forbes World’s Billionaires list.63
Algunas de las mayores empresas del mundo y sus accionistas se están beneficiando directamente de estas 
crisis convergentes. Multitud de grandes corporaciones farmacéuticas siguen teniendo el mundo a su merced 
al defender con uñas y dientes sus monopolios e inflar los precios de las vacunas contra la COVID-19. Esto les 
ha proporcionado beneficios sin precedentes a costa de excluir a los países pobres del acceso a las vacunas, 
lo que les deja en una situación de desprotección. Millones de personas están muriendo innecesariamente 
debido a la desigualdad en el acceso a las vacunas provocada por la avaricia de estas empresas y por el 
acaparamiento de sus existencias en los países ricos.64 Al mismo tiempo, un gran número de mega empresas 
se está aprovechando de la crisis del coste de la vida, al utilizar el aumento del crecimiento de los costes 
externos para justificar la subida de precios mientras amplían en realidad sus márgenes de beneficio; esto es 
lo que en verdad está alimentando la espiral de inflación (véase Cuadro 3). Y quienes salen beneficiados son 
los millonarios propietarios de estas mega empresas y sus ricos accionistas.
Los Gobiernos y bancos centrales han contribuido a la reciente explosión de riqueza, al inyectar billones de 
dólares de dinero público en la economía mundial tras la crisis económica de 2008, el mismo fenómeno que se 
ha producido tras la irrupción de la pandemia con los paquetes de estímulo fiscal. Esta inyección de fondos 
públicos ha incrementado el precio de los activos65 y, en consecuencia, ha hecho crecer las fortunas de las 
personas más ricas del mundo. Si bien los Gobiernos han hecho lo correcto al apoyar a sus economías durante 
las crisis, apenas han tomado medidas para garantizar que los más ricos no sean quienes acaparen los 
beneficios indirectos de estos paquetes de estímulo.
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19 LA LEY DEL MÁS RICO 
En 2022, la fortuna total de los milmillonarios cayó ligeramente después de haber alcanzado niveles sin 
precedentes en 2021, pero sigue estando varios billones de dólares por encima de su valor pre-pandemia. De 
hecho, los últimos datos sugieren que, en los últimos meses, los milmillonarioshan empezado a recuperar de 
nuevo la senda del crecimiento.66 En 2022: 
• El 1 % más rico de la población posee el 45,6 % de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre tan 
solo tiene el 0,75 %.67 
• 81 milmillonarios poseen más riqueza que el 50 % de la población mundial.68 
• Diez milmillonarios poseen más riqueza que 200 millones de mujeres africanas en conjunto.69
GRÁFICO 7: PORCENTAJE ACUMULADO DE LA NUEVA RIQUEZA (% DEL TOTAL DE NUEVA RIQUEZA)
Fuente : Cálculos de Oxfam a partir de datos del informe de Credit Suisse Wealth Report.70
El 99 % más pobre acumuló el 37% de la nueva riqueza 
generada entre 2020 y 202
El 1 % más rico acumuló alrededor del 63 % de 
la nueva riqueza generada entre 2020 y 2021 
El 90% más pobre acumuló el 10% de la nueva 
riqueza generada entre 2020 y 2021 
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1% más rico99908070605040302010
Personas más pobres
Personas más ricas2012–2021 2020–2021 2020–2021 acumulado
20 LA LEY DEL MÁS RICO 
“INFLACIÓN DE LA CODICIA”: LAS GRANDES EMPRESAS ESTÁN DETRÁS DE LA INFLACIÓN Y RENTABILIZANDO 
EL SUFRIMIENTO
Los beneficios de las empresas llevan décadas siguiendo una tendencia al alza. En los 10 años 
anteriores a la pandemia, las grandes corporaciones del Global Fortune 500 ya habían incrementado 
sus beneficios en un 156 %, pasando de 820 000 millones de dólares en 2009 a 2,1 billones en 2019.71 
Actualmente, los beneficios empresariales están alcanzando niveles sin precedentes, y son una de las 
principales causas de la crisis del coste de la vida. 
La explicación que tradicionalmente se da para el aumento de la inflación es que esta se produce cuando 
la demanda es superior a la oferta y, en consecuencia, los precios se disparan. Pero este argumento tan 
solo explica una parte del incremento de los precios de la energía y los alimentos. La invasión de Ucrania 
por parte de Rusia, y sus consiguientes consecuencias geopolíticas, han reducido el suministro de gas 
ruso, y provocado el incremento del precio de la energía a nivel mundial. En el caso de los alimentos, los 
precios ya estaban aumentando considerablemente mucho antes del inicio de la guerra, y la interrupción 
del suministro de cereales desde Ucrania no ha hecho sino agravar el problema.72 
No obstante, para entender mejor el motivo de este incremento de los precios de la energía y 
los alimentos, debemos ir más allá de la lógica de la oferta y la demanda. Existen cada vez más 
evidencias que señalan cómo los beneficios empresariales y sus elevados márgenes son un factor 
que está contribuyendo significativamente a elevar la inflación. Las grandes empresas no solo están 
trasladando el aumento de los costes de los insumos a los consumidores, sino que están capitalizando 
la crisis, utilizándola como una cortina de humo para aplicar precios aún mayores. Estudios realizados 
en Estados Unidos,73 Reino Unido74 y Australia75 han revelado que el 54 %, el 59 % y el 60 % de la 
inflación en estos países, respectivamente, se debe al incremento de los beneficios empresariales. 
En España, Comisiones Obreras (CCOO, uno de los mayores sindicatos del país) ha concluido que los 
beneficios empresariales han sido responsables del 83,4 % de la subida de los precios durante el 
primer trimestre de 2022.76 
La teoría económica tradicional establece que las empresas tienden a bajar los precios para competir 
en el mercado. Sin embargo, muchos sectores de actividad económica, especialmente los de la 
alimentación y la energía, están dominados por un número de empresas muy pequeño que en la 
práctica funcionan como oligopolios. Esto les permite mantener unos precios elevados sin miedo 
a verse perjudicadas por la competencia. Cuando los costes externos caen, el ahorro de dinero 
resultante beneficia a los accionistas, y no a los consumidores; sin embargo, cuando aumentan 
los costes, son los consumidores quienes asumen este incremento en los precios que pagan. Esto 
explica por qué, a pesar de que el precio de la gasolina esté bajando, el precio del combustible en las 
gasolineras sigue siendo elevado.
Dado que los precios de los alimentos y de la energía son dos de los principales factores que 
contribuyen a la inflación, Oxfam ha analizado los beneficios de algunas de las mayores empresas de 
alimentación y energía del mundo, y ha calculado el disparatado volumen de beneficios extraordinarios 
que han obtenido en estos últimos meses (definimos beneficios extraordinarios como los que se sitúan 
un 10 % por encima de su promedio de beneficios netos entre 2018 y 2021). Nuestro análisis de 95 
empresas que han obtenido beneficios extraordinarios ha revelado que:77
• El volumen total de beneficios extraordinarios que han logrado asciende a 306 000 millones de dólares;
• Sus beneficios se han multiplicado por más de 2,5 (un 256 %) en 2022, comparado al promedio del período 
2018–2021;
• En 2022, estas empresas repartieron entre sus accionistas 257 000 millones de dólares en dividendos; es 
decir, el 84 % de sus beneficios extraordinarios fueron directamente a manos de los accionistas; y
• El 76 % de estas empresas aumentó sus márgenes de beneficio.
21 LA LEY DEL MÁS RICO 
El incremento de los beneficios de las empresas agranda las fortunas de los más ricos. La mayor parte 
de la propiedad de las acciones de estas grandes empresas suele estar en manos de individuos de 
rentas y patrimonio muy alto; por ejemplo, en Estados Unidos, el 1 % más rico de la población posee el 
53 % de las acciones.78 En algunos casos, estas grandes empresas son propiedad y están controladas 
por un pequeño grupo de personas y familias ultra ricas, y el aumento de los beneficios hace crecer 
aún más su riqueza. La dinastía Walton, por ejemplo, que es dueña de la mitad del grupo multinacional 
estadounidense Walmart, recibió 8500 millones de dólares de dividendos y recompra de acciones du-
rante el año 2022.79 El patrimonio del milmillonario indio Gautam Adani, propietario de grandes empresas 
energéticas, se incrementó en un 46 % en 2022.80
1.2 Las personas más pobres, cada vez más afectadas por las crisis
Mientras las grandes empresas y las personas más ricas siguen prosperando, las recientes crisis han 
provocado enormes retrocesos en la lucha contra la pobreza y el hambre, además de aumentar el desempleo 
y reducir los salarios, y dar lugar a un ajuste fiscal que está amenazando las vidas y los medios de vida de las 
personas en mayor situación de pobreza del mundo. Ahora, en medio de la actual crisis del coste de la vida, 
está claro que el mundo no puede seguir por este camino. 
Más hambre y pobreza a causa de las crisis
La reducción de la pobreza extrema de manera progresiva ha sido una constante a lo largo de las dos últimas 
décadas y media. Pero este avance se ha frenado en seco: las respuestas de los Gobiernos a la pandemia y 
las crisis energética y alimentaria han socavado los avances en la lucha contra la pobreza que tanto había 
costado conseguir. Por primera vez en veinticinco años, la riqueza y la pobreza extremas han aumentado 
notablemente de forma simultánea.81 En 2020, más de 70 millones de personas más se vieron empujadas a la 
pobreza extrema (es decir, a vivir con menos de 2,15 dólares al día), lo cual supone un incremento del 11 %.82 
Ráfagas de viento barren la meseta en Somalilandia. África Oriental está sufriendo una fuerte sequía. Apenas ha llovido en los últimos tres 
años. Foto: Petterik Wiggers/Oxfam Novib.
22 LA LEY DEL MÁS RICO 
Y si bien en 2021 la pobreza empezó a reducirse de nuevo (a un ritmo lento similar al de antes de la pandemia), 
la crisis de los precios de la energía y los alimentos podría interrumpir de nuevo esta tendencia.83
“ Las bombonas de gas (de uso doméstico) solían costar alrededor de 450 rupias, pero ahora cuestan 
algo más de mil rupias”. Ahora tenemos que elegir entre dar de comer a nuestros hijos e hijas o llevarles 
a la escuela” Yusuf, taxista, y Shahana, ama de casa, Colonia Ghosiya (India)
“ El año pasado, por ejemplo, alhacer la compra siempre me sobraba algo de dinero; ahora, cuando voy 
al mercado, compro una o dos cosas y se me acaba el dinero” 
Juliet Bagariko, enfermera, Acra, (Ghana)
Los cuellos de botella en las cadenas de suministro provocados por la pandemia y la guerra en Ucrania, el 
comportamiento de las grandes empresas y los efectos del cambio climático han empujado los precios de los 
alimentos y la energía a un nivel sin precedentes: se prevé que el incremento en los precios de los alimentos 
haya alcanzado un 18 % en 2022 con respecto a 2021, y que los precios de la energía suban un 59 %.84 Esto 
supone un nuevo golpe para las personas en mayor situación de pobreza del mundo. El Programa de Desarrollo 
de las Naciones Unidas (PDNU) estima que el aumento de la inflación podría haber sumido en la pobreza a 71 
millones de personas en tan solo tres meses, de marzo a junio de 2022.85 
El mundo también se enfrenta a una prolongada, creciente e inmoral crisis de hambre. Antes incluso de que 
se disparasen los precios de los alimentos en 2022, casi 3100 millones de personas no podían permitirse 
llevar una dieta saludable, cifra que no deja de crecer.86 Las personas en situación de pobreza extrema se 
ven más afectadas por el aumento de los precios de los alimentos, ya que tienen que invertir dos tercios de 
sus recursos en la compra de alimentos.87 Además, los países de renta baja se han visto más afectados por 
estas subidas de precios que el promedio mundial; por ejemplo, según un estudio realizado por Oxfam en julio 
de 2022, la inflación de los precios de los alimentos en Etiopía (44 %), Somalia (15 %) y Kenia (12 %) estaba 
por encima de la media del G7 (10 %) y el promedio mundial (9 %).88 Se estima que, en 2021, entre 702 y 828 
millones de personas se vieron afectados por el hambre, lo cual supone casi una décima parte de la población 
mundial.89 Asimismo, la prevalencia de la inseguridad alimentaria es mayor entre las mujeres que entre los 
hombres en todas las regiones del mundo.90 Según las estimaciones, casi el 60 % de las personas que pasaban 
hambre en 2020 eran mujeres y niñas,91 y la brecha de género no ha dejado de aumentar desde entonces.92
Recortes salariales y de personal
Cuando irrumpe una crisis económica, las y los trabajadores son los primeros en sufrir las consecuencias, 
en forma de reducciones salariales y pérdida de empleo. En 2020, los confinamientos y la desaceleración 
económica sin precedentes provocados por la COVID-19 dieron lugar a una pérdida de horas de trabajo casi 
cuatro veces mayor que durante la crisis económica mundial de 2008,93siendo las mujeres y los colectivos 
racializados los más afectados. 
En India, por ejemplo, el incremento de la tasa de desempleo fue superior entre las castas y tribus menos 
favorecidas, así como entre la población musulmana.94 
A nivel global, las mujeres perdieron 64 millones de empleos, lo cual les supuso un coste de al menos 800 000 
millones de dólares en pérdida de ingresos.95 A su vez, durante la pandemia, la destrucción de empleo afectó el 
doble a las mujeres jóvenes que a los hombres jóvenes.96 El empleo de las mujeres se caracteriza por niveles de 
informalidad mucho mayores que los de los hombres, especialmente en los países del Sur global, lo cual hace 
que sean más vulnerables a los despidos.97
La crisis del coste de la vida acentuará estas tendencias. El aumento de la inflación hace que la mayoría de 
las personas trabajadoras esté sufriendo una pérdida de poder adquisitivo real al no actualizarse sus salarios 
en la misma medida.98 Un análisis de Oxfam a partir de los datos salariales de 96 países ha revelado que, en 
2022, al menos 1700 millones de personas trabajadoras vivían en países donde los salarios crecieron menos 
que la inflación, lo cual supone un recorte salarial en la práctica que probablemente generará desigualdad 
y pobreza.99 Otro estudio de Oxfam, basado en datos de la OIT, demuestra que las personas trabajadoras se 
23 LA LEY DEL MÁS RICO 
enfrentan a la perspectiva de sufrir pérdidas de sus salarios en términos reales por valor de 337 000 millones 
de dólares.100 También en este caso,101 todo apunta a que las mujeres y los grupos racializados serán los más 
afectados. Por ejemplo, en Reino Unido, la investigación revela que las y los trabajadores de etnias minoritarias 
tienen un mayor riesgo de verse afectados por la pobreza en el marco de la crisis del coste de la vida debido a 
que se concentran en empleos cuya remuneración está por debajo de lo que sería un salario digno.102 
Aunque los economistas neoliberales ortodoxos de todo el mundo se han apresurado a achacar la inflación al 
incremento de los salarios, la OIT no ha encontrado ninguna prueba que demuestre la existencia del llamado 
“efecto de la espiral salarios-precios”.103 No obstante, esta falta de pruebas no ha impedido que muchos 
políticos y analistas económicos y políticos traten de convertir a los sindicatos y a quienes exigen salarios 
justos en chivos expiatorios del aumento de la inflación.104
Por último, en la actualidad el crecimiento del empleo informal supera al del empleo formal, especialmente en 
el caso de las mujeres,105 lo que hace que haya más personas trabajadoras vulnerables a malas condiciones 
laborales y bajas remuneraciones.106
Una recuperación desigual y el inminente desastre de la deuda 
Durante la pandemia, la mayoría de los países de renta baja no pudo permitirse ofrecer apoyo fiscal ni 
siquiera a quienes más lo necesitaban. El gasto per cápita en medidas de estímulo en los países de renta 
alta multiplicó por 579 al de los países de renta más baja,107 y menos del 20 % de los 16 billones de dólares 
de estímulos públicos y fondos de recuperación disponibles a finales de 2020 se destinaron a “países en 
desarrollo”.108 
Estas restricciones en capacidades fiscales reales se han traducido en decisiones profundamente 
preocupantes en materia de gasto público. Por ejemplo, durante la pandemia, la mitad de los países de 
renta baja y media-baja redujo el porcentaje de su presupuesto destinado a salud.109 Sin embargo, como 
se destacaba en el Índice de Compromiso con la Reducción de la Desigualdad de 2022, algunos países 
más pobres adoptaron medidas efectivas para mitigar el impacto de la crisis. Por ejemplo, Togo y Namibia 
proporcionaron ayudas mensuales en efectivo a las y los trabajadores informales que habían perdido sus 
empleos por culpa de las medidas de confinamiento,110 mientras que Nepal aumentó su presupuesto para salud 
en más de un 50 % entre 2019 y 2021.111 
También cabe destacar que, mientras los países de renta alta se recuperaron en 2021, las economías más 
pobres no lo hicieron; esto se debe en gran medida a la desigualdad en el acceso a las vacunas contra la 
COVID-19. Los índices de vacunación han demostrado ser un buen indicador para predecir la recuperación 
económica.112 Se prevé que el PIB per cápita de una quinta parte de los “países en desarrollo” será inferior 
en 2023 que en 2019.113 La mayoría de ellos se encuentra también en una posición cada vez más vulnerable 
debido a la espiral de deuda: la subida de los tipos de interés frente a un dólar estadounidense más fuerte 
está automáticamente incrementando el coste del servicio de la deuda a niveles insostenibles. En la 
actualidad, el 25 % de las economías emergentes y el 60 % de los países de renta baja se encuentran en 
situación de sobreendeudamiento, o cerca de estarlo.114 La convergencia de estas múltiples crisis aumenta 
aún más la vulnerabilidad de los países, especialmente frente a las catástrofes climáticas y fenómenos 
asociados como inundaciones y sequías, que acarrean enormes costes económicos y pueden imposibilitar a 
su vez la devolución de la deuda.
Optar por recortes para la mayoría en lugar de gravar a los más ricos
Estamos al borde de una recesión provocada por ciertas decisiones políticas, en concreto una combinación 
de políticas monetarias y fiscales.115 Nunca había sido tan necesario incrementarel gasto público para hacer 
frente a la pobreza, el hambre, el cambio climático y la inflación, así como para invertir en una recuperación 
justa para todas las personas. Sin embargo, en demasiados casos, los Gobiernos han decidido (o se han visto 
obligados por las instituciones financieras internacionales) a recortar el gasto público y poner en marcha otras 
medidas de austeridad, cuando podrían haber elegido reformas tributarias y gravar más a los más ricos.
Oxfam ha calculado que tres cuartas partes de los Gobiernos tienen previsto recortar el gasto público en los 
próximos cinco años, por un importe total que podría ascender a los 7,8 billones de dólares.116 Las mujeres 
24 LA LEY DEL MÁS RICO 
tienen más probabilidades de verse más afectadas por las medidas de austeridad, los recortes de los sueldos 
de los empleos públicos, en su mayoría ocupados por mujeres, y los recortes del gasto en salud y protección 
social, del que ellas y sus familias dependen para sobrevivir.117 Por ejemplo, más del 54 % de los países que 
tienen previsto recortar aún más su presupuesto destinado a la protección social en 2023 como parte de sus 
nuevas medidas de austeridad ya ofrecen ayudas mínimas o inexistentes a la maternidad y la infancia.118
No tiene por qué ser así. Los Gobiernos tienen la alternativa de aplicar una serie de impuestos progresivos que 
permitirían recaudar unos ingresos muy necesarios y reducir la desigualdad económica extrema. En anteriores 
crisis globales, como la Segunda Guerra Mundial, se aumentó la presión fiscal sobre los más ricos, siguiendo 
un espíritu de solidaridad. Lamentablemente, esto no ocurrió en los peores momentos de la pandemia de la 
COVID-19. Oxfam ha revelado que el 95 % de los países no solo no subió los impuestos a las grandes empresas 
y las personas más ricas, sino que incluso los recortó en algunos casos.119 No obstante, sí hay unos pocos 
Gobiernos valientes que tomaron decisiones audaces y elevaron la tributación sobre los más ricos. Costa 
Rica aumentó los tipos máximos del impuesto sobre la renta en 10 puntos porcentuales, pasando del 15 % al 
25 %, mientras que Bolivia y Argentina introdujeron respectivamente un impuesto sobre la riqueza neta y un 
aporte solidario extraordinario y temporal aplicable a las personas más ricas.120 Desafortunadamente, estos 
Gobiernos progresistas han sido la excepción durante la pandemia, si bien la actual crisis del coste de la vida 
está haciendo que otros países se estén replanteando la fiscalidad sobre los más ricos, como veremos en la 
próxima sección. 
Estas medidas redistributivas son necesarias para poner freno a la excesiva concentración de riqueza y poder 
en manos de las élites, así como para incrementar el gasto público, a fin de abordar las fatales consecuencias 
de las múltiples crisis que afectan a la inmensa mayoría de la población. El resto de este informe se centra en 
el enorme potencial de incrementar la tributación de las personas más ricas de nuestra sociedad. 
Un grupo de manifestantes exige que los ricos paguen impuestos y la destitución del gobernador Andrew Cuomo tras ser acusado de conducta 
sexual ilícita y de encubrir las muertes en las residencias de ancianos por COVID-19, el 20 de marzo de 2021 en la Ciudad de Nueva York. Foto: 
Alexi Rosenfeld/Shutterstock.
25 LA LEY DEL MÁS RICO 
Sección 2: Por qué debemos combatir la 
desigualdad gravando más a los más ricos
2.1 El derrumbe de la fiscalidad progresiva
La política fiscal es una de las principales palancas de cambio con que cuentan los Gobiernos para reducir 
la desigualdad económica. Históricamente, los impuestos sobre las personas más ricas han contribuido a 
construir sociedades más igualitarias y evitar que se produzca una brecha insalvable entre quienes tienen más 
y quienes tienen menos. Sin embargo, durante las décadas anteriores a la pandemia, la progresividad fiscal ha 
ido sufriendo un verdadero colapso. Las grandes empresas y las personas más ricas se han visto favorecidas 
por regímenes fiscales de baja imposición, mientras que miles de millones de personas han soportado un 
aumento de su carga fiscal.
La infra tributación, un viaje de placer para los ricos…
Los tipos impositivos de todos los impuestos que gravan principalmente a los más ricos se han ido reduciendo 
desde principios de la década de 1980. Mientras tanto, el porcentaje de riqueza que ha ido a parar a manos del 
1 % de la población ha aumentado drásticamente. 
GRÁFICO 8: EN LOS PAÍSES RICOS, LA REBAJA DE LOS TIPOS IMPOSITIVOS APLICABLES A LAS MAYORES FORTUNAS HA 
COINCIDIDO CON EL INCREMENTO DEL PORCENTAJE DE INGRESOS EN MANOS DEL 1 % MÁS RICO.
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de los datos del World Inequality Lab, FMI, OCDE y Scheve y Stasavage (2016).121
Durante varias décadas, el argumento neoliberal para justificar este tipo de rebajas fiscales a los ultra ricos 
y las grandes empresas ha sido que se produciría un “goteo” de la riqueza que beneficiaría al conjunto de 
la sociedad. Políticos y líderes empresariales han defendido que los ricos contribuirían a crear empleo y a 
estimular la inversión y la innovación, lo cual redundaría en el bien común. 
La explosión de desigualdad explicada en la Sección 1 ilustra claramente que esta teoría hace aguas por todos 
lados. En lugar de utilizar la rentabilidad adicional que les aporta la baja tributación para generar empleos e 
inversiones, los ricos han acumulado cada vez más riqueza. 
60
50
40
30
20
10
12,0
11,5
11,0
10,5
10,0
9,5
9,0
Tipo marginal máximo
sobre la renta personal
(eje izquierdo)
Impuesto sobre los ingresos 
derivados de dividendos 
(eje izquierdo)
Tipo máximo del impuesto 
de sucesiones
(eje izquierdo)
Impuesto sobre la renta 
empresarial
(eje izquierdo)
Porcentaje de ingresos del 
1 % más rico (eje derecho)
1980 2016 o año más reciente disponible
Po
rc
en
ta
je
Po
rc
en
ta
je
26 LA LEY DEL MÁS RICO 
No siempre se ha optado por priorizar una drástica reducción de los tipos impositivos a los más ricos. De hecho, 
en la segunda mitad del siglo pasado, la norma era gravarlos significativamente. Por ejemplo, en Estados Unidos, 
el tipo impositivo marginal de los impuestos federales sobre la renta durante el período 1951-1963 se situaba en 
el 91 %; los tipos máximos del impuesto de sucesiones se mantuvieron en el 77 % hasta 1975; y el tipo promedio 
del impuesto sobre la renta empresarial se situaba ligeramente por encima del 50 % durante las décadas de 1950 
y 1960.122 Incluso más recientemente, en la década de 1980, el tipo impositivo marginal del impuesto sobre la 
renta a los más ricos era del 70 % en Estados Unidos (a nivel federal) y del 60 % en el Reino Unido.123
Estos niveles impositivos más elevados coincidieron con algunos de los años de mayor desarrollo económico 
en Estados unidos y Europa, y desempeñaron un papel fundamental a la hora de financiar el ejercicio efectivo 
de derechos básicos como el acceso a la educación y la salud del conjunto de la población, manteniendo la 
desigualdad a raya. 
Sin embargo, los tipos impositivos marginales que gravan a los más ricos se ha ido desplomando desde 
entonces, y no solo en los países ricos, sino en la mayor parte del mundo. En África, el tipo impositivo marginal 
promedio sobre las rentas más altas se ha reducido del 38 % al 31 % en los últimos 25 años,124 y en América 
Latina ha pasado del 51 % a principios de la década de 1980 a estar en torno al 27 % en 2015.125 
GRÁFICO 9: TIPOS MÁXIMOS DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA PERSONAL APLICABLE A LAS RENTAS MÁS ALTAS 
(POR DÉCADA)
 
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de datos de OECD Stat, CESPAP y ODI.126
Además, los tipos nominales en el impuesto sobre la renta a las grandes empresas, mayoritariamente 
propiedad de las personas y familias más ricas, han ido también cayendo de forma similar en todo el mundo.127
Los paraísos fiscales han desempeñado un papel determinante a la hora de impulsar esta carrera fiscal a la 
baja ya que, al gravar a las grandesempresas y las personas ricas con tipos ultra bajos o nulos, han forzado a 
otros países a una “competencia a la baja” que ha llevado a una rebaja de tipos nominales y a una pérdida de 
ingresos fiscales (véase el Cuadro 4).128
ActualidadDécada de
2010
Década de
2000
Década de
1990
Década de
1980
60 %
55 %
50 %
45 %
40 %
35 %
30 %
25 %
África América Latina Asia OCDE
27 LA LEY DEL MÁS RICO 
… a costa de subir los impuestos al resto de la sociedad.
Para compensar la pérdida de ingresos fiscales por las rebajas fiscales a grandes empresas y a los más 
ricos, los Gobiernos han optado durante décadas por elevar la presión fiscal sobre impuestos más regresivos 
como el IVA y otros como los impuestos al consumo, bienes y servicios. Estos impuestos recaen de manera 
desproporcionada sobre las personas con menos rentas, que destinan un mayor porcentaje de sus ingresos al 
consumo.129 Además, su carácter regresivo agrava la desigualdad de género. Por ejemplo, un estudio realizado 
en Guatemala, Honduras y El Salvador reveló que las subidas del IVA habían dado lugar a un aumento de la 
pobreza en las familias formadas principalmente por mujeres.130 
Un estudio reciente de la Research School of International Taxation, en el que se han analizado 142 países, 
revela que, por cada punto porcentual de reducciones fiscales a las grandes empresas, los Gobiernos han 
incrementado los impuestos al consumo en un 0,35 %.131 Recientemente, India ha recortado los impuestos a 
las grandes empresas y, al mismo tiempo, ha puesto en marcha un sistema fiscal centralizado para gravar los 
bienes y servicios que ha incrementado los impuestos indirectos que gravan a los hogares.132 En menos de 
tres décadas, entre 1990 y 2017, el número de países de la OCDE que aplican el IVA se ha triplicado (pasando 
de 50 a más de 150), mientras que el número de países con algún tipo de impuesto sobre la riqueza neta se ha 
dividido por tres (pasando de doce a cuatro). 
GRÁFICO 10: INCREMENTO A NIVEL MUNDIAL DEL NÚMERO DE PAÍSES QUE APLICAN IVA Y REDUCCIÓN DEL NÚMERO DE 
PAÍSES QUE APLICAN IMPUESTO AL PATRIMONIO NETO EN PAÍSES DE LA OCDE ENTRE 1990 Y 2017
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de datos del Banco Mundial y la OCDE.133 
La introducción de impuestos al consumo, que acentúan la desigualdad, ha sido especialmente relevante 
en los países más pobres, donde el FMI ha desempeñado un papel crucial a la hora de promover este tipo de 
tributos como una de las principales herramientas para elevar la recaudación fiscal.134
En la actualidad, la tributación que recae sobre el conjunto de la ciudadanía, ya sea a través de los impuestos 
sobre la renta personal, los salarios o el consumo, suponen más del 80 % de la recaudación fiscal total, 
mientras que los impuestos sobre las rentas empresariales y sobre la riqueza suponen alrededor del 14 % y del 
4 %, respectivamente, del total recaudado.
20
15
20
10
20
05
20
00
19
95
19
90
14
12
10
8
6
4
2
0
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Eje izquierdo: N.º de países de la OCDE que aplican
un impuesto sobre la riquez
Eje derecho: N.º de países que aplican
IVA globalmente
28 LA LEY DEL MÁS RICO 
GRÁFICOS 11 Y 12: DISTRIBUCIÓN DE LA RECAUDACIÓN FISCAL POR CATEGORÍA DE IMPUESTOS
 
Fuente: Cálculos de Oxfam a partir de datos de la OCDE para 35 países de la OCDE y 45 países no miembros de la OCDE. 135
La fiscalidad debe desempeñar un papel fundamental en la reducción de la desigualdad, garantizando que 
los más ricos paguen la justa parte que les corresponde.136 Sin embargo, las decisiones en materia de política 
fiscal han ido agravando gradualmente la desigualdad en las últimas décadas, trasladando la carga fiscal 
desde quienes sí pueden permitirse pagarla a quienes menos tienen. 
1 %
Impuesto sobre la renta empresarial 
Impuestos sobre la riqueza 
Impuesto sobre la renta personal
Impuestos sobre los salarios 
IVA y otros impuestos sobre el consumo 
Otro tipo de impuestos 
14 %
19 %
18 %
44 %
4 %
En promedio, cada dólar de impuestos recaudados procede de...
25%20%15%10%5%-5%-10%-15%
Otro tipo de impuestos 
Impuestos sobre bienes y servicios
Impuestos sobre los salarios
Impuesto sobre la renta personal
Impuestos sobre la riqueza
Impuesto sobre la renta empresarial -10 %
0%
10 %
0,5 %
0 %
18 %
21 %
Variación del sistema fiscal entre 2007 y 2019 (recaudación como % del PIB) 
29 LA LEY DEL MÁS RICO 
DOS SISTEMAS FISCALES DISTINTOS: UNO PARA LOS RICOS Y OTRO PARA LOS DEMÁS
Aber Christine, vendedora y movilizadora comunitaria en el 
norte de Uganda. Foto: Oxfam en Uganda.
Aber Christine vende una mezcla de harina 
de mijo, arroz y soja que se utiliza para hacer 
gachas en un mercado en el norte de Ugan-
da. En un mes bueno, gana aproximadamente 
300 000 chelines ugandeses, alrededor de 80 
dólares estadounidenses. No paga impuesto 
sobre la renta, pero sí las cuotas por tener su 
puesto en el mercado, de 4000 chelines diarios, 
que recauda el Gobierno local. Esto significa 
que destina el 40 % de sus beneficios a pagar 
impuestos. 
Aber Christine colabora como movilizadora 
comunitaria con el proyecto de Oxfam “Justicia 
fiscal para las mujeres y las niñas”, en el que 
trabaja para que los presupuestos y las políticas 
fiscales locales aborden las desigualdades 
de género a las que se enfrentan mujeres y 
niñas.137 
Elon Musk, en la ceremonia de los premios Axel Springer 
en Berlín (Alemania), en diciembre de 2020. Foto: Britta 
Pedersen/dpa-Zentralbild/dpa-pool/dpa/Alamy Live News. 
Elon Musk es uno de los hombres más ricos 
del mundo. En 2022, pasó sus vacaciones 
en Grecia en un yate que a Aber Christina le 
hubiese costado 12 años de trabajo alquilar 
un solo día.138 A pesar de todo lo que gana y su 
inmensa fortuna, el “tipo impositivo real” al que 
tributó Musk entre 2014 y 2018 fue de tan solo 
3,27 %, según los cálculos realizados por la 
organización estadounidense de periodismo de 
investigación ProPublica.139
Una de las razones por las que Elon Musk pudo 
tributar tan poco es porque la mayor parte 
de su riqueza está ligada a las acciones de 
su empresa. Como el aumento de valor de las 
acciones se considera una “renta de capital no 
materializada”, no tributa en Estados Unidos 
hasta que las acciones se vendan (ver sección 
3.2.1). Sin embargo, las acciones pueden 
utilizarse como garantía para conseguir un 
préstamo, como ha sido el caso cuando compró 
la red social Twitter, un acuerdo valorado en 
44 000 millones de dólares.140
30 LA LEY DEL MÁS RICO 
2.2 ¿Quiere ser millonario? No pague impuestos
En cuanto se una a las filas de los súper ricos, tendrá a su disposición una serie de maravillosas herramientas 
con las que eludir el pago de impuestos ¡y contribuir a que usted y su familia se hagan aún más ricos! A 
continuación, pueden encontrar algunos consejos para que usted y los suyos se hagan milmillonarios:
Pruebe el modelo “compre, pida un préstamo y muera tranquilo” para eludir el impuesto sobre la renta 
personal
Primer paso, comprar algún activo, como por ejemplo una empresa. Pero en lugar de asignarse un salario a 
cuenta de la empresa, por el que tendría que tributar, ¿por qué no pedir un crédito a un banco o a un tercero, 
poniendo ese activo como garantía? ¡Porque los préstamos no tributan! Además, le resultará muy fácil tener 
acceso a un crédito porque los bancos tienen debilidad por los muy ricos como usted.
No obstante, recuerde que no debe vender ninguno de sus activos ya que, de lo contrario, generará ganancias 
de capital por las que probablemente tenga que tributar. En su lugar, puede beneficiarse de que la mayoría de 
los países no gravan las rentas de capital no materializadas. Así, su activo puede revalorizarse, y ese aumento 
de su valor será todo suyo, libre de impuestos, siempre y cuando no lo venda. Por ejemplo, si el precio de las 
HAGA PRESIÓN 
Utilice su poder 
y riqueza para 
presionar en su 
propio beneficio a 
los responsables 
políticos y medios

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