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La_muerte_no_existe_Para_quienes_han_perdido_a_un_ser_querido_Jocelyne

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Jocelyne Ramniceanu
2017
 
Depósito Legal: DC2017000580 ISBN: 978-980-12-9433-7
ISBN: 978-980-12-9434-4
Corrección de textos Carolina González Arias
carolinagonzalezarias@gmail.com
Diseño gráfico Clementina Cortés
 
 
Copyright 2017 Jocelyne Ramniceanu
 
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Palabras Mágicas
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ÍNDICE
PRÓLOGO/
INTRODUCCIÓN/
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
CREER O NO CREER/
EL GRAN CONSUELO/
UN POCO DE FÍSICA CUÁNTICA/
COMENZANDO A INVESTIGAR/
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 2
LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE/
LA HISTORIA DE ANITA MOORJANI/
CAPÍTULO 3
GRANDES DESCUBRIMIENTOS CON LAS REGRESIONES/
LOS DESCUBRIMIENTOS DE DOLORES CANNON/
VIDA ENTRE VIDAS/
EL CONOCIDO MÉDICO DE MUCHAS VIDAS, MUCHOS MAESTROS/
CAPÍTULO 4
LAS ENSEÑANZAS DESDE LOS OTROS MUNDOS/
CHICO XAVIER, EL MÉDIUM BRASILEÑO/
CAPÍTULO 5
LA VIDA QUE NUNCA TERMINA/
LA LEY DEL UNO/
EL MATERIAL DE SETH/
EDGAR CAYCE. EL VIDENTE AMERICANO/
SERES DEL COSMOS QUE NOS CONTACTAN/
ADAMUS SAINT GERMAIN CANALIZADO POR GEOFFREY HOPPE/
BASHAR, CANALIZADO DESDE LAS ESTRELLAS/
ALGO MÁS DE CLARIDAD/
TERCERA PARTE
CAPÍTULO 6
EL DUELO/
EL BIEN MORIR/
SEÑALES, MENSAJES Y COMUNICACIONES/
LOS MENSAJES DE LOS NIÑOS/
EL TESTIMONIO DE DOLORES Y GILBERTO/
CAPÍTULO 7
¿QUÉ HAY CON LOS SUEÑOS?/
LOS VIAJES ASTRALES/
EL VUELO DE LA MARIPOSA/
GRACIAS
ACERCA DEL AUTOR
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Prólogo
 
Cuando comencé a redactar este libro, tenía ya una buena parte de la
información porque, como les contaré más adelante, mi único hijo se
marchó del mundo físico. Esto me motivó a querer saber más, y anduve en
una búsqueda profunda durante un cierto tiempo que me condujo a más
conocimiento, incluso, a hacer contacto con mi hijo.
La decisión de escribir este libro llegó tras recibir muchas señales y
descubrir que este era mi propósito: develar información. Algunas madres y
padres que habían perdido a un hijo inesperadamente o de manera trágica
comenzaron a contactarme y yo no sabía por qué. Esperaban que yo les
dijera algo que ellos sospechaban y querían obtener seguridad. Esto tuvo en
mí el efecto esperado, sabía que era más fácil escribirlo y esto dio origen a
este hermoso proyecto que es demostrar que la muerte no existe. La vida
sigue… Somos seres eternos, ciudadanos del multiverso.
No pretendo por medio de este escrito convencer a los incrédulos, tengo
el ejemplo cercano de mi propio hermano que no cree en nada de esto. Yo
pienso que no es su momento o no es para él. Creo que esto tiene que ver
con el grado de evolución de nuestra consciencia terrenal y las necesidades
que cada persona tenga en un momento dado. En todo caso, cuando la
persona quiera saber más, cuando le llegue su momento, su energía le
llevará a este libro o aparecerá alguien que se lo obsequie.
He encontrado que la ignorancia nos trae sufrimiento, por lo tanto creo
que compartir este tipo de información es una hermosa labor y una manera
de brindar consuelo. Deberíamos dejar de lado los prejuicios y hablar
libremente de este tema, de lo que sucede en el proceso de transición. Me di
cuenta de que quienes me conocían, e incluso mi propia familia, evitaban
hablar sobre la muerte de mi hijo porque existía el temor a que se me
disparara el llanto y las emociones no expresadas. Por eso la muerte se ha
convertido en un tema tabú.
Toda persona debe conocer que la muerte no es el final, es algo que los
niños saben desde muy pequeños. Ellos se creen inmortales hasta que los
adultos les enseñamos equivocadamente que la vida termina cuando el
cuerpo muere.
El único dolor que hay en la muerte es para quienes quedaron atrás,
quienes creen que su ser querido se ha ido, aunque no es así, solo no lo ven
y no lo sienten debido al velo que les impide ver la belleza del sistema.
No creas a ciegas todo lo que expongo, te sugiero que uses tu propio
discernimiento y le preguntes a tu corazón si eso que estás leyendo te
resuena.
Me alegra saber que al fin, en la vanguardia de la ciencia, están
surgiendo nuevas ideas que cuestionan las actuales creencias respecto a
cómo funciona el mundo. Los nuevos descubrimientos están demostrando
que indiscutiblemente el ser humano es algo mucho más extraordinario que
un simple ensamblaje de carne y huesos.
A mí particularmente el redactar este libro me cambió la limitada visión
que tenía acerca de la vida y del mundo. Espero que a ti te suceda lo mismo.
Gracias por abrir tu mente y seguir adelante en la lectura. Te sugiero que lo
hagas con detenimiento y si es posible, más de una vez. Gracias
nuevamente.
Jocelyne Ramniceanu
 
 
 
Introducción
 
El que estés sosteniendo este libro ahora es un hecho tan fortuito como si
de repente estando tú en una librería, un libro se cae de las estanterías y
llega a tus manos. Es para ti, por eso lo estás mirando.
Si tu alma te ha atraído a este libro no se debe a la casualidad; las
casualidades no existen y tal vez eso tú lo sospechas o ya lo sepas. Nada
ocurre al azar, hay una parte de ti que te guía hacia aquello que te pueda
traer paz y bienestar y solo tienes que dejarte llevar y abrir tu mente.
Tu alma te trajo hasta aquí para que leas este libro. Probablemente, se
debe a que has perdido a alguien, se ha marchado un ser querido, y además
del dolor que sientes, te haces muchas preguntas para las cuales quisieras
obtener respuestas. El universo a mí también me puso en el mismo camino,
y aunque no tengo todas las respuestas, creo que encontré aquellas que tú
andas buscando.
Este libro no está enfocado en la pérdida porque la pérdida, como tal, es
solo aparente. No es real. El dolor es inevitable porque la relación cambió,
y es el momento de aprender otras formas de comunicación.
Este es un libro para reeducar al humano, sacarlo de los falsos mitos,
tabúes y creencias religiosas falsas. No te enseñará algo nuevo que tú no
sepas en lo más profundo de tu ser, por lo tanto, lo que hará es ayudarte a
recordar. Recordarás que la muerte no es el final y que quien tú ahora
añoras no se ha ido, aunque tus ojos no lo puedan   ver.
También si por medio de esta lectura le puedo dar aliento a quien crea
estar próximo a la muerte, a quien esté enfermo y sienta miedo o a quien
esté totalmente sano, pero con un terrible temor a lo que hay después de la
muerte, o cree que después de ella no hay más nada, entonces este libro
cumple con su propósito. El temor, en gran parte, es debido a la ignorancia
que padecemos. Te aseguro que al finalizar la lectura no solo ya no le
temerás a la muerte, sino que comprenderás mejor la vida porque ambos no
son estados separados, sino una continuación constante e infinita.
El miedo a la muerte es el mayor temor que el ser humano tiene porque
todos padecemos algo llamado «el velo», un bloqueo que nos ha hecho
olvidar de dónde venimos y quiénes somos.
Hay una cantidad increíble de confusión, desinformación y temor sobre
la muerte y los otros reinos. Nuestra cultura occidental y las religiones nos
han cargado de mitos, tabúes y creencias que han distorsionado nuestra
propia sabiduría interna llenándonos de miedos, incredulidades, y nos han
convertido en seres temerosos a un castigo del más allá, en consecuencia,
las personas se niegan a hablar sobre estos temas.
La gente que vive en sociedades modernas occidentales se encuentra
atascada con antiguos conceptos del cielo y el infierno, o simplemente
creen que la vidatermina cuando el cuerpo muere. Nada más lejos de la
verdad, todo esto es un gran error, pero muy pocas personas quieren
enterarse de lo que ocurre hasta que un ser querido muere. Estamos
acostumbrados a evadir hablar acerca de la muerte como si esta no fuese
algo natural.
La pérdida de un ser querido es el dolor más grande que puede haber, y
para muchos de nosotros resulta muy difícil superarlo. Todos tenemos algún
familiar, un ser querido y personas allegadas que se han ido y nos hemos
quedado paralizados y entristecidos por la pérdida. Pero el gran consuelo es
que a ese ser querido lo podremos ver de nuevo lo suficientemente pronto o
podremos aprender a comunicarnos mientras aún sigamos en el mundo.
Tengo la certeza de que mi investigación sobre el mundo de las almas
ayudará a quienes sufren la pérdida de un ser amado al reconocer que la
muerte solo cambia una realidad por otra en la larga continuidad de la
existencia.
Yo ya he escrito dos libros anteriores, pero nunca me hubiese podido
imaginar que iba a escribir un tercer libro dedicado a desarrollar el tema de
la muerte, ya que como a muchos les ocurre, evitaba hablar y pensar en ello.
La muerte es un tema tabú hasta que llega y te toca a la puerta, cuando lo
vives de cerca a causa de la partida de un ser querido, y en mi caso, la
partida de mi único hijo; entonces, es cuando más deseamos saber.
Aun así, sentí cierta resistencia mientras estaba escribiendo,  pero al
pasar los días me iba enterando de otras muertes de gente conocida o
cercana a mi alrededor, amigos, hijos de algunos amigos o familiares de mis
amigos, y entonces me animaba a seguir porque sé lo útil que resulta el
conocimiento y el gran consuelo que representa saber que la muerte del
cuerpo no es el final. Comencé a sentir que escribir sobre este tema era uno
de los propósitos de mi vida.
La muerte, lo terrible, lo impensable llegó a mí cuando perdí físicamente
a mi único hijo de treinta y cuatro años, mi querido Jonathan, el 21 de
febrero del 2013. Los que hemos vivido esto de perder a un hijo, sabemos
que es un dolor inigualable e irreparable; se vive como la amputación de
una parte de nuestro cuerpo. Es un dolor desgarrador que difícilmente para,
no se calma. Es como si llorar y llorar no fuera suficiente para aliviar el
vacío que se siente en el corazón hasta que no te queda una lágrima más por
derramar y aún así el dolor sigue, sin disminuir su intensidad. Y vuelven las
ganas de llorar una y otra vez y el abatimiento.
Ya han pasado algo más de tres años, y comenzar a redactar parte de mis
primeras impresiones todavía me conecta con el recuerdo de la pena y la
pérdida, por lo tanto, me resulta difícil evitar que algunas lágrimas se me
escapen, pero con un pañuelo en la mano, lo hago porque tengo mucha
información que compartir contigo.
Mucho aprendí desde entonces, desde mi inicial ignorancia, y ese es el
propósito de escribir sobre este tema. Desde el comienzo me puse a
averiguar porque necesitaba respuestas, para mí era muy importante saber
cómo estaba mi hijo, eso me iba a calmar un poco, quería saber si él estaba
bien, qué había ocurrido con él, dónde estaba, si tenía consciencia de sí
mismo. Tenía tantas preguntas en mi mente. No tenía dudas de que existía
algo más después de la muerte, pero no sabía qué, cómo, qué sucedería con
su alma.
Me puse a averiguar, a preguntar, compartieron conmigo muchos libros,
todo el mundo a mi alrededor quería ayudar, leí mucho esos días entre mis
ratos de desconsuelo y llanto. Leí, pero ninguno de esos libros había sido
escrito desde la óptica de una madre, y yo quería encontrar gente como yo,
que tuvieran el mismo dolor, que comprendieran mi pena. La segunda
semana me contactó una madre de otra ciudad, que se enteró de que perdí a
mi hijo, no sé cómo, ella buscaba también consuelo. A su hijo menor de
edad lo mataron vilmente un mes antes de la partida de mi hijo. Una triste
historia, pero a mí esta señora me hizo bien. Ella me motivó a seguir mi
investigación. Me ayudó a que yo buscara la manera de consolarla, y en
cierta medida la encontré.
De eso se trata este libro, de ofrecer consuelo y brindar la información
que a mí me sirvió. Aquí voy a compartir contigo las respuestas a muchas
preguntas que nos hacemos: ¿quiénes somos?, ¿por qué estamos aquí?, ¿qué
hay después de la vida?, ¿de dónde venimos?, ¿qué ocurre al morir? ¿a
dónde vamos al final de la vida?, si seguimos con vida después de morir,
¿cómo es esa vida? ¿podemos comunicarnos?, y mucho más.
Un día comencé a indagar quién era. Cuando nos preguntamos quiénes
somos y nos miramos detenidamente, por ejemplo, miro mi mano, y me
pregunto qué soy. Entonces, lo primero que se me ocurre es tomar un
microscopio para encontrar mi identidad. Al mirar detenidamente, lo que
voy a encontrar en ella son puras células, cincuenta trillones de células
densas. Si aún no estoy conforme, voy aumentando el lente del microscopio
para mirar dentro de una célula, descubrir quién soy. Lo que voy a encontrar
son veinte trillones de átomos, y cuando miramos esos átomos de cerca,
entonces, la imagen comienza a disiparse para encontrar únicamente
energía. Todos somos energía. El universo es energía, todo lo que existe y
siempre existió es energía. Entonces, yo soy parte de lo que siempre existió
y tú también lo eres. Así como nuestros seres queridos que ahora no vemos
en un cuerpo físico, todos somos energía que siempre existió. Nuestro
cuerpo y nuestra mente son una manifestación de esa energía.
Voy a contarte qué hay después de la muerte, a dónde van nuestros seres
queridos, cómo están, y lo que más deseamos y nos importa: cómo
comunicarnos, cómo sentirlos nuevamente. Esto, inevitablemente, nos lleva
a descubrir quiénes realmente somos.
Hace muchos años, fui con mi hijo a una reunión donde un grupo de
gente que se dedicaba al crecimiento personal había organizado un ritual
con la toma de ayahuasca, llevada a cabo y supervisada por un chamán. La
ayahuasca o yage, como lo llaman en Colombia, es una bebida compuesta
por una combinación de plantas utilizada por los pueblos indígenas
amazónicos que contiene la sustancia llamada DMT. Su ingestión impulsa
el acceso a estados modificados de conciencia en los que se suceden
visiones, emociones diversas y procesos de catarsis a los que las tradiciones
amazónicas reconocen un valor potencialmente sanador. Se dice que es la
medicina ancestral para el alma. Su toma provoca vómitos y diarrea, por lo
tanto nadie la usa con fines recreativos.
Durante esa toma, al cabo de media hora comienzan a aparecer los
efectos, las visiones, los estados alterados de conciencia y posibles
comunicaciones telepáticas con espíritus. Estas experiencias tienen la
característica de parecerse a los sueños, con la misma peculiaridad de que si
no anotas en un papel al despertar los pormenores de tu experiencia, cuando
el efecto termina, entonces, lo olvidas todo de la misma manera que olvidas
lo que soñaste la noche anterior. Tengo un vago recuerdo de lo que sucedió
ese día en particular, de las imágenes y el contenido, pero lo había olvidado
todo durante mucho tiempo. Vino a mi memoria cuando comencé a escribir
este libro, y es que recibí un mensaje de los muertos.
Sí, suena extraño, pero así fue, vi a los muertos, eran imágenes de
personas o cuerpos que estaban enterrando o ya estaban enterradas, eso no
era muy claro. Eran muchos, y me mostraban que no estaban muertos
porque se movían, me hacían ver que ellos estaban más vivos que nunca y
me decían que se lo contara al mundo, que pasara el mensaje, insistían en
que ellos estaban vivos, que la muerte no era real. Fue una experiencia muy
realista, pero como no le había encontrado sentido, la había olvidado por
completo hasta ahora que lo comento. Tal vez desde entonces yo tenía una
tarea pendiente y era escribir acerca de esto. Contarle al mundo que la
muerte no es real.
Tal vez muy pronto cambiemos nuestro enfoque acerca de la muerte y
tomemos ejemplo de otras culturas cuya perspectiva sobre el paso hacia la
otravida sea más amigable, menos dolorosa, y así saber que el cuerpo se
deja, pero el alma continúa a nuestro lado.
Hay culturas en otros continentes en las que la muerte es una gran
festividad. Un caso interesante, por ejemplo, es el de un lugar llamado Tana
Toraja en las montañas de la isla Sulawesi al este de Indonesia, con una
población de cerca de 600.000 habitantes. Los Toraja afrontan la muerte de
una manera muy diferente a nosotros. Dicen, quienes han estado allí, que
merece la pena asistir a un funeral y viajar a esa zona tan remota. Los
funerales son una celebración que dura días, e incluso semanas, y se
practican hasta meses o años después de que la persona haya fallecido. Para
honrarlo, y en su nombre, se sacrifican todo tipo de animales (búfalos,
cerdos, gallinas…) y se reúnen personas de, a veces, lugares muy lejanos.
Una de sus características es el colorido de la festividad en la que raramente
se desprenden lágrimas y es uno de los momentos más sociales en la
comunidad. La muerte para ellos no representa una tristeza privada, sino
una transición públicamente compartida. La familia anuncia a toda la
comunidad el comienzo de la transición, dando inicio a un número de
rituales. Entre sus tradiciones mantienen los cuerpos de los fallecidos entre
ellos por respeto y por cariño, sin enterrarlos, aunque saben que sus vidas
continúan del otro lado. Sus grandes ceremonias y su extensa duración son
totalmente incompatibles con la manera como tratamos la muerte en
occidente. Aunque la muerte es algo que a todos nos ocurre, no todas las
culturas la ven y la tratan de la misma manera que nosotros. Muchos están
muy claros en que la vida en el mundo del espíritu es mucho más benévola
que la vida aquí en la tierra, y por eso se alegran.
Mi pasión es investigar, siempre me gustó buscar la fuente de la
sabiduría y así liberarme de los dogmas que nos mantienen con una
mentalidad empobrecida. He sido muy curiosa, razón por la cual he buscado
las informaciones en fuentes no tan tradicionales, como también me he
apoyado en las teorías más vanguardistas de la ciencia. Por estos medios he
logrado tener una mayor comprensión para ir develando en los próximos
capítulos los grandes misterios de lo que hay después de la muerte del
cuerpo físico.
 
 
Capítulo 1
«El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos
territorios, sino en tener nuevos ojos».
Marcel Proust
 
Creer o no creer
«La ignorancia es la prisión de Dios. La sabiduría es el palacio de
Dios».
Rumi
 
Puede que estés cerrado a la información que vas a encontrar en este
libro y tal vez por eso te resistas a leerlo. Tal vez creas que después de la
muerte no hay nada más y te cierres a ver otras posibilidades. Seguramente
estás convencido de que tuviste un comienzo y tendrás un final. Crees que
tu ser querido después de morir ha desaparecido, se ha esfumado en la nada,
porque se te ha enseñado que moriremos o, más específicamente, nuestra
conciencia ha asociado la vida con cuerpos, y conocemos y sabemos que el
cuerpo efectivamente muere. Aquí algunas creencias que tal vez aún
mantengas: ¿Crees que funcionamos mecánicamente y nos movemos como
robots genéticamente programados? ¿Los animales y las plantas y todo lo
que está en el universo también es mecánico? ¿Crees que no tenemos
consciencia y que los animales y las plantas tampoco la tienen y todo se
reduce a nuestros genes? ¿Crees que la memoria está dentro de tu cerebro,
así como también tu mente y todo es producto de tu actividad cerebral,
razón por la cual debes crees que los fenómenos psíquicos como la telepatía
son imposibles?
Lamentablemente, estas son creencias que gente con una muy buena
educación y una notable cultura todavía tiene. Este es el resultado de
nuestro sistema de educación occidental, pero todos estos son dogmas que
cuando los observamos de cerca y analizamos su veracidad, se desintegran
por carecer de validez. El mundo evoluciona, el universo evoluciona,
nosotros y nuestra alma también, nada es estático.
Yo solo te pido que pongas de lado todas tus creencias acerca de que
somos solo un cuerpo. Ya te explicaré cómo se comportan las creencias,
porque ellas tienen un modo particular de mantenerse vivas. Tal vez tú
pienses que lo que expongo en este libro también sean solo creencias, pero
es imposible sustentar tanta información que viene de tan variadas fuentes
donde todas coinciden en líneas generales y permiten armar el gran
rompecabezas de lo que realmente sucede cuando el cuerpo muere. Te darás
cuenta de que todo encaja, nada falta y nada sobra, los mensajes y las
historias aquí contadas no puedan dar lugar a falsas interpretaciones.
Mi premisa ha sido siempre cuestionarme todas las creencias porque
estoy segura de que un gran número de ellas me traen una perspectiva de la
realidad demasiado limitada, errónea o parcial. Por lo tanto, te sugiero que
liberes muchas de tus viejas ideas fijas y tabúes sobre la muerte y el más
allá, y entiendas que la vida que estás experimentando ahora es solamente
un momento en el tiempo universal.
Vamos a develar la verdad de nuestra existencia. Cada vez más personas
se dan cuenta de que no son únicamente un cuerpo físico y comprenden que
su consciencia va más allá de la vida. Poseer un cuerpo en esta experiencia
de vida es muy diferente a identificarse con el mismo. Es sabido que
podemos tener experiencias fuera del cuerpo, lo que llaman viajes astrales,
y cuando dormimos, nuestra consciencia también sale del cuerpo. Más
adelante tocaremos estos fascinantes temas.
Generalmente, hablamos de los humanos y creemos saber qué es lo que
son, qué es lo que somos, pero no sabemos lo que un humano es. Por el
hecho de que alguien tenga un cuerpo y un nombre, creemos saber quién es,
porque el lenguaje nos da la ilusión de saber, pero realmente no sabemos,
solo podemos saber que es una presencia o entidad recubierta
temporalmente de un cuerpo, pero la conciencia de quien realmente es está
envuelta en esta constante magnificencia evolutiva y lo hace de
innumerables maneras y formas de manifestación.
La ciencia materialista ha tenido la tendencia a equiparar la vida con la
materia, como si fuéramos tan solo cuerpos. Por lo tanto, no ha hecho
grandes avances y se ha mantenido al margen en cuanto a demostrar lo que
ocurre después de la muerte, pero aun así se han hecho algunas
investigaciones que se han originado en la física cuántica. El científico
Robert Lanza creó una teoría novedosa, llamada el biocentrismo, que en
otras palabras es la teoría del todo. Ella muestra por medio de la física
cuántica que la muerte tal como la conocemos es una ilusión creada por
nuestra conciencia. También afirma que la vida es la que crea el universo, y
no al revés. Esto significa que el espacio y el tiempo no existen en la forma
lineal que pensamos que existe. En resumen, el espacio y el tiempo son
«meros instrumentos de nuestra mente», esto significa que la muerte y la
idea de la inmortalidad existe en un mundo sin fronteras espaciales o
lineales.
Si aún no bastan todas las pruebas de que la muerte no es real como tal y
te quieras aferrar a tus creencias de que al morir físicamente una persona
todo ya se terminó, te explico que las creencias son muy poderosas.
Cambiar creencias es una decisión y no es una tarea fácil porque ellas
tienen la particularidad de hacerte creer que no existe otra posibilidad y así
logran mantener su permanencia. Las creencias siempre están allí
demostrándote que tienes razón, porque lo que crees es lo que ves, es lo que
experimentas. Pueden ser tan fuertes que hasta somos capaces de dar la vida
por mantener nuestro punto de vista, y ejemplos de esto hay demasiados, no
hace falta entrar en detalles, y ya te habrás dado cuenta.
Para las personas que fallecen con la creencia de que después de la
muerte no hay nada, esa será su experiencia al morir, experimentarán la
nada, y así estarán durante un tiempo bastante largo, sin experimentar
absolutamente nada hasta que comienzan lentamente a tomar conscienciade
que ya no están en un cuerpo físico, y es entonces cuando entrarán en el
reino espiritual y se darán cuenta de que la vida sigue. De modo que si no
quieres vivir este tipo de experiencia cuando llegue tu día, es bueno que
abras tu mente ahora.
La humanidad utiliza la palabra muerte al final de la vida física, por lo
tanto, aunque la muerte no existe, en el texto encontrarás el uso de esta
palabra muy a menudo para que podamos utilizar un lenguaje común y
aceptado, pero con el significado único del cese de la vida en un cuerpo.
Ahora tengo noticias para ti, y las veremos a lo largo del libro. La vida
no comienza al nacer ni termina al morir La vida del otro lado es tan real
como la vida física, puede parecer incluso hasta más real. Mientras somos
seres físicos vemos la muerte como algo desconocido, llena de
supersticiones, y aunque evitemos los pensamientos acerca de ella, los
guardamos en un lugar recóndito de nuestra mente, pero sabemos que todos
la viviremos tarde o temprano, aunque no queramos pensar en ello. Nuestro
cuerpo es mortal y algún día se extinguirá.
 
 
El gran consuelo
«Ven aquí donde las rosas se han abierto. Deja que el alma y el mundo
se conozcan». Rumi
 
No puedo parar tu dolor, eso lo sé, pero sí te puedo brindar un gran
consuelo y esperanza porque no has perdido a tu ser querido. Te ayudaré a
comprender que no existe un final, y quién sabe, al contarte las distintas
maneras de contactar con tu ser querido, tú también lo logres sin ninguna
dificultad porque todos tenemos acceso a ello. Todos lo podemos lograr,
todos tenemos facultades que, aunque estén ahora adormecidas, podemos
ejercitar para que se puedan   desarrollar.
Cuando pensamos en nuestra propia muerte o en la de un ser querido,
debido a las creencias que conservamos, por lo general la vemos como el
enemigo, pero nuestro enemigo no es la muerte, es el miedo que le tenemos
lo que nos afecta. Relacionamos la muerte con el abandono, la soledad, el
extrañar, el añorar, el final de nuestras ilusiones, y en cierto sentido es
cierto, es un cambio total, es un cambio para los que se quedan y también
para los que se van. Para el que lo vive, sé que toma tiempo adaptarse y
comprender que no hay realmente una desconexión, lo que ocurre es que
hubo una transición. La persona que aparentemente se fue, no se fue, solo
abandonó su cuerpo físico y ahora es invisible. Lo que podías tocar, palpar,
ver y oír ya no está, pero si afinas tus sentidos naturales, los no físicos, lo
podrás sentir y oír, no con la voz que llega a tus oídos, sino con la voz que
aparece en tu mente, que es la manera como se comunican, por medio de la
telepatía.
No importa que no creas en nada de esto, solo te pido que abras tu
corazón y le des una oportunidad a todo lo que te voy a contar. Nada de lo
que leas, sin importar dónde está escrito, nada de lo que escuches, sin
importar quién lo dijo, nada debes aceptar ciegamente sin tu previo
discernimiento y tú mismo debes decidir su veracidad. No importa que
dudes del contenido de este libro, yo también lo hubiese hecho unos años
atrás. Lo único que importa es que este material resuene contigo y abra tu
mente a la totalidad de quien eres y el velo de la ignorancia se vaya
disipando en la medida que en tu corazón sientas que todo esto es verdad.
Consúltale a tu corazón, pues él nunca se equivoca.
Cuando sabes que te puedes comunicar con tu ser querido al que no
puedes ver físicamente, te aseguro que al menos la mitad, si no más, de la
pena que estás sintiendo se va, se esfuma. Una vez que haces contacto, por
muy pequeña que haya sido la señal o la impresión de que él o ella siguen
allí, ya tu corazón se comienza a alegrar. La separación es solo aparente, y
puedes extrañar el contacto físico, pero el sentirte solo o abandonado ya
deja de ser lo que invariablemente sentías.
La muerte no existe, esto te lo repetiré muchas veces para que puedas
borrar tus viejas creencias. Lo que conocemos acerca de la muerte no está
contemplado en perspectiva, ella no es el final, o sí, el final de algo, de un
ciclo, pero nunca de la vida misma. La vida es eterna y te lo iré
demostrando a lo largo del libro.
Tenemos que cambiar lo que creemos acerca de la muerte, tenemos que
enseñar a las personas que están cerca de la muerte a perder el miedo, y a
recibir lo que vendrá con alegría, esa es una hermosa tarea que rara vez
emprendemos. El miedo a la muerte, entonces, desaparecerá. El estado de
ánimo será tal que le dará la bienvenida, y eso precisamente puede hacer
una gran diferencia al momento de trascender. Aquí encontrarás
información que te va a transformar, descubrirás que la vida nunca termina,
y encontrarás esperanza y consuelo con respecto a los seres queridos que se
te han adelantado.
Te presentaré distintas fuentes con informaciones similares. Espero que
tú mismo saques tus propias conclusiones. Te comentaré acerca de modos
de contacto, y en la última parte te contaré acerca del Vuelo de la mariposa
con mis propias experiencias.
 
 
Un poco de física cuántica
«Purifica tus ojos, y mira la pureza del mundo. Tu vida se llenará con
radiantes formas». Rumi
 
La realidad física, el diario vivir que percibimos con nuestros cinco
sentidos, no es la única realidad y no es la realidad verdadera. La física
cuántica ha demostrado que el tiempo y el espacio son ilusiones de nuestra
percepción para ajustarnos al mundo donde aparentemente nos estamos
desenvolviendo.
No se puede hablar de lo que es la vida después de la muerte si no
explicamos con nociones básicas de qué se trata esta ciencia. Ella está
formada por un conjunto de teorías que describen el comportamiento de las
partículas más pequeñas que existen, más pequeñas incluso que los átomos,
y de las cuales estamos formados nosotros físicamente y todo lo que vemos
a nuestro alrededor. Estas partículas son los quarks, y se comportan de una
manera sorprendente, diríamos, incluso, mágica. Las partículas pueden
atravesar paredes, pueden teletransportarse, pueden ser invisibles, pueden
estar en muchos lugares simultáneamente y, por ende, son aún más veloces
que la luz, e increíblemente pueden ir atrás en el tiempo. Todo esto lo
vivimos en nuestro día a día sin darnos cuenta y es parte de la materia que
vemos y de la que está compuesto todo nuestro universo.
 
Como si fuera ciencia ficción el Dr. Fred Kuttner de la Universidad de
California explica que lo que le sucede a una partícula en un lugar
simultáneamente le puede afectar a otra partícula en otro lugar a millas de
distancia, demostrando que la información viaja instantáneamente. La
dualidad en la conducta de las partículas que a veces se comportan como
onda y otras veces como materia es la misma analogía de la dualidad que
existe entre el cuerpo y el alma. De cómo estas micropartículas se
comportan explica el macrocosmos y todo lo que nos rodea.
Estas partículas tienen la propiedad de cambiar su conducta cuando son
observadas. Según la física cuántica la realidad última no está bien definida,
todo existe al mismo tiempo y es el producto de nuestra consciencia lo que
determina la realidad que vemos. La realidad la estamos creando nosotros
mismos con nuestra consciencia a cada instante.
A partir de la física cuántica es desde donde los científicos intentan
acercarse a una teoría que pueda probar que hay vida después de la muerte.
Por el momento, la que más aceptación ha tenido es la teoría de Robert
Lanza, el biocentrismo, aunque también tiene muchos detractores que aún
se rigen por la ciencia materialista.
Esta teoría indica que hay muchos universos paralelos con diversas
situaciones y personas ocurriendo en este mismo instante (esto se acerca
mucho a las explicaciones que da Bashar, de quien hablaremos más
adelante). Todo esto es deducido por el comportamiento de las partículas
miniaturas. Nuestra experiencia de la muerte ocurre porque al morir el
cuerpo, la conciencia se mueve hacia otro universo. Según Robert Lanza la
muerte es una ilusión. La consciencia, así como las partículas, puede estaren el cuerpo humano o fuera de él, y en muchos lugares a la vez
simultáneamente.
La realidad que experimentamos como única e inalterable es la
representación de nuestros cinco sentidos físicos, y así como existe esta
realidad, hay muchas otras realidades y dimensiones con las que
interactuamos, aunque no de manera consciente. La realidad es un proceso
que solo involucra nuestra consciencia, y si no tuviéramos consciencia, todo
lo que existe sería solo probabilidad. El tiempo y el espacio solo son
herramientas de nuestra mente.
La consciencia tiene el mismo comportamiento que las partículas, es
pura física cuántica; por eso entendemos que la consciencia es
multidimensional, puede estar en múltiples lugares al mismo tiempo, y al
dejar el cuerpo se mueve a otros universos.
Si quieres profundizar más en esta teoría, hay mucho material disponible
por internet. También hay muchos otros científicos que tratan de explicar la
vida después de la muerte, aparte del biocentrismo.
 
 
Comenzando a investigar
«No te des la vuelta. Mantén tu mirada en el lugar vendado. Ahí es
donde entra la luz». Rumi
 
A una semana apenas de que mi hijo falleciera, mientras dormía, tuve un
sueño muy vívido. No me acuerdo del sueño en sí, pero lo sentí a él, a
Jonathan muy cerca, se acercaba a mí, y sentí en mi mejilla un cálido beso
húmedo. Sorprendida, en seguida abrí los ojos y todo se esfumó, pero yo en
mi corazón supe que él estuvo allí, mi hijo vino a visitarme. Vino a decirme
que estaba vivo, que no se había ido porque la vida seguía y solo había
dejado el cuerpo como quien se cambia de ropa.
Al mes de su partida queriendo a toda costa saber acerca de él, conocer
cómo era su vida y su experiencia del otro lado, comencé a buscar
respuestas por internet. Me urgía volver a sentirlo cerca de mí y anhelaba la
manera de comunicarme. Sobre todo, quería saber cómo era su experiencia
del otro lado. Mi deseo se hizo realidad porque la información llegó a mí de
manera muy rápida, como si algo me estuviera dirigiendo a encontrarla. Me
sentí guiada, como si no estuviera sola.
Sin saber lo que buscaba, me topé con una página comunitaria en
internet que se llama Renacerás. Es una página donde padres y familiares
cuentan sus experiencias y comparten lo que sienten por la partida de sus
seres queridos. Está dedicada a brindar apoyo y consuelo a quienes
perdimos a alguien. Allí hay muchas madres que escriben y manifiestan
cómo van lentamente superando su duelo.
Te recomiendo visitarla. Yo instintivamente me afilié a ella sin saber
inicialmente de qué se trataba, sentí que había sido llevada hasta allí y que
algo importante iba a conseguir. En esa comunidad todos los participantes
tenían el mismo dolor que yo, y me podrían comprender. Entre los muchos
comentarios que los miembros compartían, me llamó la atención uno en
particular con cierta antigüedad, una persona había dejado un comentario en
un foro sobre una experiencia que tuvo llamada El vuelo de la mariposa.
El nombre llamó mi atención, traté de averiguar más, pero no encontré
más nada. Entonces, me puse en contacto con la persona que había escrito
allí y me dijo que lo del Vuelo de la mariposa lo había hecho una sola vez
hacía ya mucho tiempo atrás, pero que buscara a un tal José Luis de la Rica
en España, que él era quien los hacía.
Seguí con mi indagación sintiendo que esto era un llamado, aunque no
sabía de qué se trataba, hasta que di con mi nuevo amigo de España. Este
señor resultó ser una persona muy amorosa y paciente, realmente dispuesta
a ayudar desde el amor a todo el que estuviese pasando por un duelo, y se
dedicaba a enseñar a contactar con los seres queridos mediante lo que él
llamaba El vuelo de la mariposa.
José Luis de la Rica es un hombre sensible que no se resignó a vivir la
pena a raíz de la muerte física de su hija menor, Elena, que tenía tan solo
doce años, sino que pasó de ser una persona totalmente incrédula con
respecto a la vida más allá de la muerte física, a ser un facilitador que
enseñaba a contactar a los seres queridos que estaban del otro lado. Él
encontró la manera de hacer contacto con su hija, y poco a poco, con la
práctica a través de los años, perfeccionó este método. Te contaré más
acerca de esta manera de hacer contacto y mi experiencia en la última parte
de este libro.
Ahora, regresando al fascinante mundo de la consciencia, esta sigue
siendo el gran misterio de la ciencia. Para la mayoría de los científicos
tradicionales que no se apoyan en la física cuántica, son demasiados los
fenómenos para los cuales no encuentran explicación.
El cerebro, para los científicos materialistas, es una estructura mecánica,
como una computadora, entonces ellos no le hayan explicación a que el
cerebro procese el sentido de algo. Por ejemplo, el cerebro reacciona de
cierta manera ante la palabra de alguien que le dice: te amo. Si esa palabra
proviene de una persona que te agrada, a quien le tienes afecto, entonces tu
cerebro comienza a segregar una cantidad de sustancias, entre ellas la
dopamina, oxitocina, etc., que producen en tu cuerpo una sensación de
bienestar. Ahora bien, si esta misma frase sale de la boca de una persona
que te desagrada, que desprecias, entonces tu cerebro comienza a segregar
automáticamente sustancias tóxicas diametralmente opuestas; además de
esto, sube la presión sanguínea y la adrenalina, pero la información que le
llegó a tu cerebro en ambos casos es exactamente la misma. Los científicos
no le encuentran explicación a que siendo la misma información que entra,
la que sale pueda ser de una biología tan diferente según el significado que
representen las distintas personas. Los científicos mecánicos no le
encuentran explicación a cómo el cerebro siendo una estructura compuesta
por células pueda procesar el sentido de las cosas, el propósito, la
imaginación, la intuición, la creatividad, etc. Las moléculas no se hacen
preguntas filosóficas… las moléculas no se preguntan cuál es el sentido de
la vida. El cerebro no es quien se pregunta: ¿quién soy y por qué estoy
aquí?… debe haber algo más…
Otro de los fenómenos inexplicables es que todas las células sanguíneas
se renuevan cada mes. En algo menos de un año, reciclamos el 98 % de la
materia total de nuestro cuerpo. Entonces, por lógica, seríamos una nueva
persona cada año, o estaríamos muriendo cada año, pero esto no es así, la
consciencia continuamente sobrevive a la muerte de nuestras moléculas y
células reencarnándose junto con los recuerdos y nuestra historia personal
en su totalidad en este nuevo cuerpo.
La realidad es que nuestro cerebro es un músculo que continuamente
está cambiando; podemos desarrollar supersentidos que ahora no estamos
usando y algún día comunicarnos con nuestros seres queridos sin ningún
esfuerzo. La intuición es el sentido que más nos acerca a esto. La mente
funciona de manera cuántica y no está limitada a nuestro cuerpo físico.
Nuestro cerebro es materia, claro está, pero nuestra consciencia no lo es, y
no vive exclusivamente en el cuerpo. Esto lo podemos constatar cuando un
cuerpo muere. Se puede observar el cerebro, pero no la consciencia, la
consciencia no está allí, no hay una estructura que podamos decir que es el
asiento de la consciencia. La consciencia carece de forma. Tampoco se sabe
dónde se aloja nuestra memoria y a dónde va toda esa información.
Cada vez hay más científicos cuánticos que se relacionan con maestros
budistas por las similitudes que se están encontrando entre los
planteamientos de la filosofía budista y la física cuántica. ¿Cómo los
budistas y otras culturas antiguas llegaron a tener conocimientos similares
sin disponer de la tecnología que tenemos hoy en día? Ellos respondían que
estos conocimientos se obtuvieron a través de la meditación y la
observación interior. A través de la meditación se han abierto canales hacia
donde se encuentra la fuente del conocimiento.
Resultan increíbles las evidencias que se han ido obteniendo sobre niños
que pueden recordar fragmentos de sus otras vidas. Hay muchos casos deniños que pueden recordar sus vidas pasadas, y cada vez son más los que
nacen con esta capacidad. Los recuerdos a veces son tan claros que se ha
podido comprobar por las descripciones obtenidas, el lugar y detalles de su
muerte, así como el nombre de sus padres e incluso descripciones sobre
temas tan diversos que resultaría imposible que un niño de tres o cuatro
años pudiera conocer.
Con respecto a las habilidades de los niños, cabe mencionar que ellos
aún conservan ciertas capacidades para ver espíritus que los adultos hemos
perdido. Ellos lo suelen ver de manera bastante clara porque su mente aún
es abierta y no limitada. Algunas veces puede ser el producto de su
imaginación, aun así, no siempre lo es. No hay que olvidar que aún pueden
conservar frescas algunas memorias del mundo espiritual. Es como si
regresáramos de un viaje de un lugar hermoso y lejano, en consecuencia, al
principio tendríamos esas memorias casi intactas, pero al pasar el tiempo,
además a causa de las insinuaciones familiares en cuanto a que lo que ven
es pura imaginación, estas facultades se irán perdiendo.
Con el fin de conseguir datos para demostrar la reencarnación, el difunto
Dr. Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, dedicó los últimos
cuarenta años de su vida a la documentación científica de las declaraciones
de niños sobre sus recuerdos de vidas anteriores. Luego procedía
metódicamente a identificar a la persona que el niño recordaba haber sido, y
verificaba los hechos de la vida de la persona fallecida que coincidían con
la memoria del niño. Él investigó a niños de Europa, Estados Unidos,
Líbano, Suráfrica, Israel, India, Brasil, Sri Lanka y Turquía registrando más
de tres mil casos en sus archivos. Esta por el momento es la mejor evidencia
que hay hasta la fecha de que la reencarnación es real dejando sin
explicación a los escépticos y académicos.
Truzt Hardo es un experto terapista en reencarnación y regresiones de
origen alemán que escribió un libro sobre todas estas evidencias llamado
Los niños que vivieron antes donde manifiesta que está encantado de que al
final de su vida el Dr. Ian Stevenson pudiera probar científicamente que la
reencarnación es real. Enfatiza que además de todos estos países alrededor
del mundo donde encontraron casos de recuerdos de vidas pasadas, esto se
acentuó aún más en las regiones donde se preservan las costumbres
chamánicas, ya que sus tradiciones ancestrales impidieron que la religión
cristiana o islámica corrompiera sus raíces.
Se cree firmemente que los niños que tienen un talento especial, como
aquellos que son muy buenos para las matemáticas o para la música, en
realidad no están aprendiendo algo nuevo, sino que lo están recordando (les
contaré acerca de esto un poco más adelante).
Ciertos incrédulos intentaron explicar que podría ser que estos niños
resuenen con el alma de alguien que ya murió y por eso podría ser que
recuerdan una vida anterior o tienen estos talentos especiales, pero además
de ser un razonamiento poco probable, esto sigue demostrando que la
muerte no es el final.
El Dr. Bruce Greyson, M.D. de la Universidad de Virginia, informó en la
Conferencia de Cosmología y Conciencia organizada por Alta TCV,
Dharamsala, en el año 2011, de casos que sugieren que la conciencia no
necesita un cerebro físico y, de hecho, ni siquiera un cuerpo físico. Allí
afirmó que los pensamientos, las percepciones y las memorias pueden tener
lugar en la consciencia y a su vez, esta estar separada del cuerpo. Hizo la
comparación del cerebro con un teléfono celular el cual sería el receptor y
procesador de la señal, pero allí no se origina el mensaje. Lo mismo ocurre
con los pensamientos, estos pueden ser recibidos por el cerebro, pero eso no
quiere decir que allí se originan ni que allí se encuentre la consciencia. El
cerebro está compuesto por millones de neuronas, pero si separamos una
sola neurona, ella es incapaz de formular un pensamiento. Se dice que el
cerebro puede sentir rabia o pensar, pero una neurona es incapaz de sentir o
pensar.
El Dr. Bruce Greyson también estudió casos de niños que recordaban
una vida pasada, casos de experiencias cercanas a la muerte y muchos otros
fenómenos para los que la ciencia no tenía explicación. Estudió ciertos
casos de algunas personas que presentaron severos deterioros del cerebro
debido a enfermedades como meningitis, tumores, esquizofrenia,
Alzheimer, etc., cuya evidencia fue comprobada durante las autopsias,
quienes momentos antes de morir, e incluso horas antes, habrían recobrado
la consciencia y presentaban una claridad absoluta e inexplicable, mientras
su cerebro apenas presentaba síntomas de funcionamiento. Estas
experiencias no son nada comunes.
Otro fenómeno no estudiado ni explicado por la ciencia, pero cuya
veracidad no se ha podido negar es el de las canalizaciones y las
regresiones. Los trances y las visiones han sido reconocidos en varias
tradiciones religiosas y han sido la base del arte, de la música y la literatura
más valiosa. Un distinguido psicólogo y exdecano de la facultad en el
Instituto de Psicología Transpersonal, el difunto Arthur Hastings, Ph.D.,
exploraba el fenómeno conocido indistintamente como comunicación con
los espíritus, la mediumnidad por medio del trance o lo que hoy es conocido
como canalización.
Algunos canalizadores, aunque no es el caso de todos, traen mensajes
muy profundos y de mucha utilidad para la humanidad. En muchos casos
sus ondas cerebrales fueron medidas, dice el Dr. Jeffrey Mishlove, Phd, y
notaron en la búsqueda de evidencias que los patrones eran totalmente
distintos al que presentaban en su estado natural. Por otra parte, en algunas
de estas personas que canalizaban distintos seres, se ha podido constatar
que para cada ente presentaban distintos patrones de ondas cerebrales al
igual que una personalidad bien diferenciada de las otras, incluso en el tono
de voz, el acento, la cadencia y las palabras que solían utilizar. Igual,
muchos canalizadores fueron examinados con el polígrafo, utilizado para el
registro de la veracidad de las respuestas sin que se haya encontrado
ninguna anomalía.
Aunque la lista de evidencias es más larga de lo que podríamos abordar,
existe un caso notable en la historia reciente de gran valor probatorio en
cuanto a la veracidad de la canalización y cómo es posible obtener
información sobre la supervivencia de la personalidad humana a través de
personas que son médiums. Se trata del caso del dirigible británico R101
que accidentalmente se estrelló en Francia el 5 de octubre de 1930 y tuvo
como consecuencia la muerte de todos sus pasajeros. La médium Eileen
Garrett, solo dos días después del accidente, en estado de trance durante una
sesión espiritista, comenzó a recibir detallada información suministrada por
el espíritu del teniente H.C. Irwin, quien fuese el capitán de la nave. Este
transmitió a través de ella más de cuarenta datos técnicos muy precisos
sobre cómo exactamente ocurrió el accidente; datos que hubiera sido
imposible obtener de otra manera ya que esa información no era conocida
por ninguna persona viviente para esos momentos. Además de ofrecer datos
técnicos, la información que ella recibió y estaba exteriorizando incluía
también datos relacionados a exclusivamente la personalidad del
comunicador. Por ejemplo, utilizaba frases favoritas, actitudes y gestos, los
cuales insinuaban que de alguna manera ella estaba en contacto con la
persona fallecida. Estas sesiones tuvieron tal trascendencia que incluso la
policía en un momento dado la interrogó para que explicara cómo era
posible que ella tuviera acceso a información considerada secreto de estado.
Es aceptado por muchos estudiosos del fenómeno que las informaciones
suministradas por algunos canalizadores son muchas veces precisas y
veraces. Sin embargo, en mi opinión no todo debería ser tomado al pie de la
letra a menos que la información resuene contigo, y a ti es a quien te tocará
discernir si te resulta útil o no.
A continuación, te iré relatando el producto de mis investigacionestomando aquellas informaciones que únicamente resonaron conmigo y que
provienen de fuentes confiables. Estas informaciones además de tener el
propósito de ayudarnos en nuestro proceso de duelo, sirven para ilustrarnos
y ampliar nuestro entendimiento acerca de la vida y la muerte y lo que
podríamos encontrar del otro lado del velo. Vamos a ir descubriendo
quiénes somos y sorprendernos al darnos cuenta de que somos seres
multidimensionales ilimitados e infinitos, y que la muerte representa solo
salir de una habitación para entrar en otra en esta jornada que nunca
termina.
Para hacer una analogía de esto, imagínate que en tu realidad actual, tu
conciencia solo puede ver como quien mira en esos televisores antiguos
donde las imágenes eran solamente en blanco y negro, de muy poca nitidez,
e incluso algo oscuras, y solo tenías acceso a dos o tres canales. Apenas al
cruzar la puerta hacia el mundo espiritual, puedes mirar cientos y cientos de
canales en una inmensa pantalla gigante donde puedes ver las imágenes de
manera tridimensional, puedes interactuar con ellas y resplandecen por sus
vívidos colores, olores y sonido como nunca te hubieses podido imaginar.
A continuación, vamos a relatar qué es lo que le ocurre al ser querido
cuando se va. Es posible que encuentres muchas similitudes o repeticiones,
esto lo dejo adrede ya que en todas las investigaciones relatan
prácticamente lo mismo, algunos desde una óptica diferente, por lo tanto, en
vez de ser una duplicidad, es una reafirmación que nos permite armar el
gran rompecabezas y así darnos cuenta de que está bien armado. De modo
que encontrarás que en todos estos hallazgos se corrobora la información
entre unos y otros para ir armando el gran tejido del reino espiritual.
Como nota adicional, en muchas de estas investigaciones se menciona el
alma y el espíritu indistintamente, pero la diferencia radica en que el
espíritu es la porción del alma que reencarna en un cuerpo y una vez que
este lo abandona, se reúne nuevamente con el alma, la cual nunca deja los
mundos superiores. La agenda de tu alma es diferente a tu agenda como ser
humano. Se podría decir que el alma es tu sabiduría, la sabiduría adquirida
de todas tus vidas, de todos tus tiempos entre vidas, y de todas tus
experiencias antes de haber venido a la Tierra.
 
Capítulo 2
«Por supuesto que no mueres, nadie muere, la muerte no existe, solo
alcanzas un nuevo nivel de visión, un nuevo reino de conciencia, un nuevo
mundo desconocido».
Henry Miller
Las experiencias cercanas a la muerte
«La muerte no extingue la luz, sino que solo apaga la lámpara porque
ha llegado la aurora». Rabindranath Tagore
 
Es bien sabido, y cada vez se habla más de ello, de los miles y miles de
casos de personas que tuvieron lo que se llama experiencias cercanas a la
muerte (E.C.M.). Son personas que han sido declaradas muertas porque sus
signos vitales cesaron completamente ya sea debido a un accidente, a un
infarto u a otras causas médicas, y sin razón aparente han retornado a la
vida y recuperado la salud. Es numerosa la cantidad de casos y testimonios
que se han ido recolectando; un gran número de ellos fue documentado, se
han escrito libros y hay archivos médicos que los respaldan.
Una E.C.M. generalmente ocurre así: una vez que la persona ha perdido
los signos vitales, en el lugar donde sea que haya ocurrido el accidente, el
infarto o cualquier otra causa que haya producido el paro cardíaco,
alrededor de la persona sucede el drama lógico por la afluencia de médicos,
ayudas sanitarias, amigos o familiares intentando, en un loco frenesí, revivir
el cuerpo, resucitarlo. Mientras todo esto ocurre, la persona ya ha
emprendido su viaje o experiencia.
La mayoría de las personas que han tenido una E.C.M. han estado
clínicamente muertas durante al menos entre cinco y quince minutos antes
de ser reanimadas y regresadas a la vida. Una vez que la persona vuelve,
percibe que todo el sentido que le daba antes a su vida cambió para siempre.
Quienes han vivido estas experiencias comienzan a ver la vida con una
nueva óptica, de una manera totalmente distinta y renovada y buscan cómo
enmendar los errores cometidos en el pasado. Esto ocurre no por el susto
que hayan pasado por haber estado tan cerca de morir o haber
prácticamente muerto, sino por lo que les fue revelado cuando estaban del
otro lado.
Curiosamente, casi todos los casos tienen en común numerosas
similitudes, independientemente del estatus social de la persona, de sus
creencias religiosas o falta de ellas, del lugar, edad o cultura de donde
provengan. Indistintamente de las condiciones y experiencias previas de
quienes tuvieron estas vivencias, todos los relatos se asemejan y coinciden.
Todos los sujetos, sin excepción, a quienes se les había declarado muerte
clínica, tenían en común que una vez que dejaban su cuerpo físico, se
sentían como si flotaran en el vacío, o cerca del techo en una sala de
emergencias, ligeros, sin sentir ningún dolor físico ni miedo, y al mismo
tiempo sentían cómo se elevaban y podían ver desde un punto alto su propio
cuerpo inerte del cual se sentían desvinculados.
Resulta interesante que al momento de su muerte ellos podían ver y oír
todo lo que sucedía a su alrededor, incluyendo lo que hablaban los
familiares o los médicos intentando resucitarlos, y ser ellos mismos los
espectadores y testigos de su propia muerte. Eran capaces de describir el
entorno donde se encontraban, aunque no lo hubiesen visto jamás.
Muchos pudieron ver un oscuro túnel con una intensa luz brillante al
fondo y podían sentir cómo se dirigían hacia ella con relativa rapidez. Esa
luz la describían como más intensa que lo que jamás habían visto. Y
mientras todo esto ocurría, se hallaban en un estado de alegría, paz y
tranquilidad como jamás antes lo habían sentido. Además, se sentían
invadidos por un acogedor sentimiento de amor puro.
Cuentan que al final del túnel habitualmente aparece una figura que los
espera con mucha luz y de una increíble belleza, la describen como una
figura majestuosa blanca o transparente.
Los familiares, parientes y seres queridos ya fallecidos van a su
encuentro para recibirlos. Los ven sin cuerpo, pero con una forma
reconocible de espíritu y entablan con ellos una conversación telepática en
la que normalmente les cuentan sobre lo bien y felices que se encuentran
allí. El entorno puede verse de múltiples colores, o de manera holográfica
3D, a veces también se ven paisajes, se oyen voces o se escucha una música
indescriptiblemente hermosa.
La presencia divina que ven rodeada de luz toma la característica de un
ángel o, dependiendo de la religión que se profese, puede ser la imagen de
Dios o Jesús, y a continuación esta figura establece una conexión con la
persona mediante un diálogo telepático. Esta presencia parece conocer todo
acerca de la vida del individuo, le muestra una proyección de la vida
terrenal que acaba de dejar y le enseña minuciosamente sus errores y
aciertos. Se les presenta una visión global pero íntegra de lo vivido, como si
viese la película de su propia vida con momentos sueltos, no
necesariamente importantes.
Esta película de vida es observada de manera panorámica, y le muestra a
la persona todas sus acciones. Mientras esto ocurre, la persona queda con la
sensación de no estar viendo su propia vida, sino la de otra persona.
Además de verse a sí mismo, puede sentir lo que sus acciones causaron
en aquellos con quienes interactuó durante su vida. Si sus acciones causaron
daño a otra persona, también ese dolor es sentido durante esta experiencia.
Así mismo, si las acciones trajeron alegrías a otras personas, pueden sentir
empáticamente estas mismas alegrías.
En algún punto, el sujeto se ve delante de un obstáculo, un muro, una
barrera y en ese momento toma conciencia de que aún no ha muerto, y
aunque sigue sintiendo una paz y tranquilidad indescriptibles, se da cuenta,
y también eso le indican sus acompañantes, de que debe volver. Al final,
por decisión propia o porque sus acompañantes así se lo aconsejany le
dicen que su vida no ha concluido, decide volver a su cuerpo físico muy a
su pesar, pues preferiría quedarse en la luz. Ese muro u obstáculo que
encuentra en su experiencia, le impide seguir adelante, y sabe que si lo hace
ya no podrá regresar. Algo así como un punto de no retorno.
Lo que resulta común en la mayoría de los casos de E.C.M. es un cambio
de vida, un cambio de actitud y de valores que no decrece con el tiempo,
más bien se tornan más espirituales después de esta experiencia.
Desarrollan mayor compasión por los demás seres humanos y tienen el
deseo de ayudar. Su aprecio por la vida y el sentido de esta aumenta
notablemente. Tienen una fuerte creencia de que sobrevivirán a la muerte
del cuerpo y pierden completamente el temor a morir. Además, declaran
haber perdido el interés por las posesiones materiales, así como por el
prestigio y en competir.
Una vez que regresan de la experiencia cercana a la muerte, estas
personas presentan una característica en común: claridad de pensamiento,
percepción y memoria. Mientras el cerebro estaba incapacitado; obtuvieron
una claridad mucho mayor que la que pudiesen tener en el estado normal de
vigilia.
El doctor Raymond Moody, un hombre con una brillante carrera como
médico psiquiatra, licenciado en Filosofía y además con un máster en
Psicología, es un estudioso y autor de numerosos libros sobre el tema de la
vida después de la muerte.
En el año 1975 escribió su libro más famoso Vida después de la vida con
el cual tuvo que recorrer múltiples editoriales ya que era constantemente
rechazado, hasta que finalmente se convirtió en un éxito editorial. Él no
solo afirmaba las características descritas anteriormente sobre lo que ocurría
en una E.C.M., sino que también sorprendió en su libro por ser uno de los
pioneros que reunió al menos 150 testimonios de personas cuidadosamente
estudiadas y entrevistadas que habían sufrido una muerte clínica y luego allí
relataban su experiencia. De ese libro del Dr. Raymond Moody es de donde
se acuña el término de Experiencia Cercana a la Muerte (E.C.M.). Según el
doctor Moody, los pacientes que han asegurado vivir este tipo de
fenómenos coinciden en un patrón general común de varias fases
consecutivas, aunque no todos completan ese itinerario y muchos solo
atraviesan por algunas de ellas.
Él afirma que su interés sobre lo que hay después de la muerte comenzó
cuando estudiaba filosofía y particularmente a Platón, y para él estaba muy
claro, no le cabía la menor duda de que Platón tomaba la vida después de la
muerte como algo muy serio y real. También así lo hicieron otros grandes
filósofos griegos de la antigüedad.
Raymond Moody no nació en una familia religiosa ni tuvo contacto con
ninguna religión durante su infancia, pero tuvo la oportunidad durante sus
estudios de Medicina y Psiquiatría de hablar con miles de personas que
habían tenido experiencias cercanas a la muerte. Todas estas experiencias
tenían un esquema en común y generalmente las personas le contaban cómo
le oían decir a la enfermera, al doctor o a la persona que tenían a su lado
durante los momentos siguientes a su muerte clínica: «Oh, está muerto», y
lo que le oía decir a la gente que le contaba estas experiencias era que ellos
nunca se habían sentido tan vivos mientras todo esto estaba ocurriendo.
Según dice, la experiencia es similar a la que sentimos en la mañana
cuando despertamos de un sueño y volvemos a la realidad, pero totalmente
lo opuesto. Al dejar el cuerpo sienten que este mundo es el sueño, y aquel al
cual están entrando es más real que el real. Notan una sensación de
hiperrealidad; todos cuentan lo mismo. Todas estas personas, por supuesto,
hicieron su viaje de regreso, pero algunos no tienen ni idea de cómo
volvieron a sus cuerpos.
Dice el Dr. Moody que cuando la persona regresa de una E.C.M., desde
el punto de vista de la psiquiatría es muy interesante ya que todas las
personas que él conoce están persiguiendo algo, él por ejemplo ha pasado
toda su vida persiguiendo el conocimiento (yo he estado persiguiendo lo
mismo, más que conocimiento lo llamaría sabiduría), otras personas se
pasan la vida luchando para conseguir poder, dinero o fama, pero aquellos
que regresan dicen que la vida se trata únicamente de aprender a amar. Eso
es lo que todos dicen porque durante la revisión de su vida la persona se dio
cuenta de que se sintió satisfecha y complacida de los momentos en que se
sintió cariñoso, pero que no se siente nada bien o no se siente para nada
dichoso por los momentos cuando no lo fue.
Las personas que tuvieron estas experiencias dejaron de temerle a la
muerte porque ya sabían que lo que llamamos muerte es una transición
desde un modo de existencia a otro.
A lo largo de los años, el Dr. Moody tuvo entrevistas también con
personas que habían vuelto tras un intento de suicidio, quienes decían que
más nunca lo volverían a intentar por dos principales razones: en primer
lugar, porque no funciona, las dificultades les acompañarán a donde vayan,
se dan cuenta de que tienen que seguir trabajando con el problema de todas
formas, y en segundo lugar se dan cuenta del dolor que hubiesen causado a
las personas que estaban dejando atrás si el suicidio hubiese funcionado.
Por lo demás, las experiencias que tuvieron las personas que intentaron
suicidarse son muy parecidas a las experiencias de otras personas que no
intentaron quitarse la vida.
El Dr. Moody explica que las personas que se han querido quitar la vida
repentinamente no son muy distintas a las personas que lentamente atentan
contra sus vidas, tal es el caso de los fumadores, bebedores de alcohol,
quienes descuidan la alimentación o abusan de ella, quienes participan en
actividades riesgosas, corriendo en las carreteras, etc., quienes de alguna
manera se suicidan lentamente. Él mismo se pone como ejemplo por el
exceso de colesterol que tiene en su sangre. El Dr. Moody es poseedor de
numerosos premios internacionales como reconocimiento a su trabajo
humanístico, y da conferencias a nivel internacional.
Otro notable personaje que vale la pena mencionar por su formación
científica y académica y quien asegura haber experimentado la vida después
de la muerte y haber regresado, digámoslo así, para contarlo, es el Dr. Eben
Alexander, un conocido neurocirujano que durante su carrera operó miles
de cerebros y fue profesor de la escuela de Medicina de la Universidad de
Harvard por un período de quince años, además de otras universidades. Él
ha dado testimonio de haber vivido una realidad extracorpórea durante un
estado de muerte comatosa que duró siete días. Durante ese tiempo, su
cerebro no presentó ninguna actividad física y lo sumió en un profundo
coma a raíz de una meningitis bacteriana muy grave. Su experiencia fuera
del cuerpo fue documentada en su totalidad en su libro llamado La prueba
del cielo, en el 2013, el cual llegó a ser uno de los libros más vendido según
el New York Times durante seis meses.
El Dr. Eben cuenta: «Yo fui el peor escéptico por mucho tiempo».
Además decía que «una vez que se declara muerte cerebral, no hay
posibilidad de recuperación». Y eso fue lo que a él le ocurrió. Los doctores
que le habían atendido declararon que su cerebro estaba destruido con
daños masivos y con un pronóstico, en caso de sobrevivir, de tener que
permanecer recluido en una institución para personas con Alzheimer. Sin
embargo, cuando salió del coma, al cabo de siete días, pudo comenzar su
recuperación total, e inmediatamente se dedicó a relatar su experiencia de
hiperrealidad en el libro que para él, más que contar su propia historia, fue
un reportaje neurocientífico.
Él no tenía ninguna necesidad de escribir mentiras en su libro, porque no
era una de esas personas que le hacía falta el prestigio, la fama o el dinero.
En mi percepción personal su testimonio es totalmente genuino y real.
Le han preguntado durante entrevistas si las alucinaciones que las
personas sufren durante estas experiencias podrían provenir del uso de las
drogas que se le aplican mientras está en coma,a lo que él responde que
cualquier médico con suficiente experiencia afirmaría que un paciente que
tiene una infección bacteriana por más de tres horas y entra en un estado de
coma por siete días, no regresa. Quienes han tenido meningitis bacteriana
severa no regresan con historias que contar, y menos aquellas con un 2 % de
probabilidades de vivir y con un cerebro sin probabilidad de recuperación.
La experiencia era demasiado real para ser real. No sucedió en su
cerebro, dice, sucedió fuera del universo físico, fuera de su cerebro.
El Dr. Eben afirma que el cerebro tiene la función de bloquear como un
escudo. Funciona como un protector del acceso al conocimiento de otros
mundos, por lo tanto, el cerebro hace la función de un velo aislante. Hace lo
mismo que hace el sol que cuando brilla impide que veamos las estrellas
durante el día; a pesar de su brillo sabemos que las estrellas están allí.
Cuando logramos ver detrás del velo, entonces nos separamos de este aquí y
este ahora, del espacio y del tiempo de este reino y percibimos a una escala
mucho más grande, con la totalidad de nuestro ser. La corriente del otro
lado es distinta a la de este lado del velo, si tuviésemos la consciencia
enfocada en los otros mundos, no podríamos sobrevivir en este.
Pese a tantas manifestaciones acerca de los E.C.M., tantos casos, tantas
historias que de alguna manera coinciden, la comunidad científica en
general, salvo excepciones, trata de justificar estas experiencias mediante
explicaciones científicas. Primeramente, se estableció la hipótesis de la
anoxia que es cuando el cerebro se queda sin oxígeno y se produce lo que se
llama un blackout, cuando va desapareciendo la visión periférica y se cierra
el campo visual en un túnel hasta que, por fin, la persona pierde el
conocimiento. Esta teoría de la anoxia fue refutada fundamentándose en que
las personas que han sufrido una
E.C.M. han sido capaces de razonar con claridad, mientras que en la
hipoxia se sabe que ocurre lo contrario, pues se caracteriza por una pobre
capacidad de juicio y un pensamiento volátil.
Luego se establecieron otras teorías para encontrar una explicación. No
obstante, todavía no hay una teoría contundente y respaldada
científicamente sobre cómo se producen estos fenómenos y qué hay detrás
de ellos.
En general, quienes han vivido estas experiencias, las describen con
muchos detalles visuales e incluso deslumbrantes. Las experiencias en los
invidentes también son relatadas con descripciones similares a las personas
que no tienen problemas visuales. Ellos también describen ricos detalles
coloridos. Pero lo más asombroso es que más del 80 % de las personas
ciegas han llegado a ver durante su experiencia, incluso aquellas que eran
ciegas de nacimiento.
El Dr. Kenneth Ring y Sharon Cooper completaron un estudio de dos
años sobre las E.C.M. de los ciegos y publicaron sus hallazgos en un libro
titulado Visión Mental en el que se documenta la sólida evidencia de 31
casos en los que las personas ciegas proporcionaron información visual e
incluso la descripción de los colores de ciertos objetos de manera precisa
obtenida durante sus experiencias cercanas a la muerte. Los informes,
repletos de imágenes visuales, eran la regla, no la excepción, entre los
encuestados ciegos.
 
La historia de anita Moorjani
«Todo sucede para tu supremo bien, el universo funciona de manera
perfecta».
Sanaya Roman
 
Anita tardó solo cinco semanas en pasar de estar prácticamente muerta
con metástasis generalizada a estar completamente curada y ser dada de alta
del hospital.
Ella debió morir en febrero del 2006, ese iba a ser su último día en esta
vida, pues los médicos le habían dicho a su familia que apenas le quedaban
unas pocas horas de vida. Llevaba cuatro años luchando contra el cáncer, y
ya estaba muriendo por un linfoma que consumía todo su cuerpo, que había
dañado todo su sistema linfático y creado tumores del tamaño de un limón
que se habían extendido desde la base de la cabeza, alrededor del cuello,
hacia la parte baja del pecho y desde el abdomen hacia las axilas. Sus
pulmones se habían llenado de fluido y esto finalmente la condujo a un
estado de coma. Había adelgazado tanto que lucía como un esqueleto
recubierto de piel.
Los doctores le sugirieron a la familia ese día de febrero que se
despidieran porque ese iba a ser el último momento de verla con vida.
Mientras Anita estaba en coma, con los ojos cerrados, ella era consciente
de todo lo que ocurría a su alrededor, lo que hacían los doctores, su familia,
y sentía cómo su visión aumentaba a una visión periférica de 360 grados.
Podía ver lo que ocurría alrededor de su cuerpo, pero no solo veía la
habitación donde permanecía acostada, sino que su visión iba también más
allá. Era como si su consciencia se expandiera y ya no se sentía atada a ese
cuerpo. Comenzaba a sentir que podía estar en todas partes
simultáneamente. Donde colocaba su atención, allí iba su visión, allí iba
ella. Así mismo, podía estar consciente de su hermano que en ese momento
estaba en la India tratando de tomar un vuelo para ir a verla, mientras ella,
su cuerpo, se encontraba en Hong Kong. Lo vio y sintió que lo acompañó
mientras él tomaba el avión. Luego se dio cuenta de que tanto su padre
como su mejor amiga, ambos ya fallecidos, estaban presentes con su
esencia, mientras la guiaban y se comunicaban con ella.
En tanto que todo esto ocurría, Anita se dio cuenta de que de repente
tenía absoluta claridad, lo podía entender todo, incluso la razón por la que
ella desarrolló el cáncer. Comprendió de repente lo grande que era, lo
poderosa que era y que todos lo somos, mucho más de lo que creemos
mientras estamos habitando un cuerpo físico.
Además, podía darse cuenta de la conexión que existía con todos, estaba
conectada a los doctores y a las enfermeras que la trataban, a su hermano,
su esposo, su madre, como si todos compartieran una misma consciencia.
Podía sentir la resignación de los doctores y de su familia y al mismo
tiempo darse cuenta de que no estaba emocionalmente conectada con el
drama y aun así, poder comprender lo que sentían, como si todos fueran
expresiones de una consciencia única. Eso era lo que sentía.
Su padre, que intentaba comunicarse con ella, le decía que ese no era su
momento y que tenía que regresar a su cuerpo.
Al principio Anita no quería regresar porque sentía que podía escoger, y
no quería entrar nuevamente en un cuerpo enfermo y moribundo. No había
razones que la hicieran volver para ser una carga para su familia, y
continuar sufriendo en ese cuerpo enfermo. Pero en el instante en que
estaba pensando eso, comprendió súbitamente que sabiendo lo que ahora
sabía y entendiendo lo que causó en ella ese cáncer, si regresaba a su
cuerpo, con ese nuevo conocimiento, su cuerpo se curaría muy rápido. En
ese instante decidió retornar y sintió cómo su padre y su mejor amiga le
decían: «ahora que sabes la verdad de quién realmente eres, vuelve y vive
tu vida sin miedos». En ese mismo momento, Anita despertó del coma.
Al regreso de su experiencia, del coma, lo que sentía no lo catalogaba
como una creencia, un sueño, o una esperanza; para ella era una certeza,
cada parte de ella sabía que ya estaba bien, que ya estaba curada.
Los doctores se quedaron sorprendidos y apenas lo podían creer. Su
familia, aunque muy feliz, aún sentía temor debido a su debilidad, pero
Anita les decía: «sé que ya estoy bien, ya me estoy curando, no era mi
tiempo». En los cinco días siguientes, los tumores de su cuerpo se redujeron
en un 70 %. Después de cinco semanas fue enviada a casa a seguir su
recuperación.
Luego de su experiencia, Anita sigue hablándole mentalmente a su papá,
a su amiga e incluso a su perro que desencarnaron, porque ella ahora sabe
que están allí, y se siente guiada. Dice que siempre fue guiada, pero antes
no lo sabía conscientemente, y cuando no lo sabemos, no nos abrimos, no
estamos alertas. Ahora ella se rinde a eso, y lo permite. La comunicación o
las respuestas que llegan del otro lado no vienen necesariamentecomo una
voz, pero pueden llegar en forma de señales, signos, incidentes o cosas que
suceden.
En el otro reino no hay juicios porque no hay nada que juzgar, todos
somos puro amor. Allá no hay nada que perdonar, cada quien ha hecho lo
que ha hecho porque es lo mejor que sabía hacer en un momento dado,
independientemente de sus acciones. Eso se comprende y se siente empatía,
compasión y amor. No existe el infierno, no hay castigo de ningún tipo.
Cuando te das cuenta de que no hay nada que perdonar, entiendes que
tampoco hay nada que juzgar.
Las personas que aquí en la Tierra necesitan ser encerradas en cárceles
por sus actos contra la sociedad, en el momento que trascienden obtienen tal
claridad que se dan cuenta de que todo lo que hicieron, la causa
fundamental fue motivada por el miedo, y porque no conocían nada mejor.
En el otro lado no existe el castigo porque no hay nadie que te vaya a
regañar o a juzgar por lo que has hecho, las razones se te vuelven evidentes
al cruzar porque hay claridad y entendimiento, comprendemos cómo
nuestros miedos actúan sobre nosotros y sobre cómo actuamos en el mundo.
Anita habla del karma como es natural porque eso es parte de su cultura,
pero las ideas acerca del karma después de su experiencia cambiaron, creció
creyendo que era un castigo que debía recibir por sus acciones pasadas,
pero esta idea a raíz de su experiencia se transformó en la comprensión de
algo más fluido, algo similar al yin y el yang, y lo describe como lo
equivalente a la fuerza que se genera cuando tiras algo hacia un extremo,
por ejemplo una cuerda, eso va a originar un impulso para lograr el
equilibrio en la dirección contraria con la misma intensidad. Por ello el
karma no es un castigo por haber cometido algo perjudicial en el pasado, y
tampoco es necesario acumular puntos para restar un posible karma en una
vida venidera. Lo único que se debe hacer es seguir los designios del
corazón y seguir en la alegría. Es cierto que escogemos en un nivel no
consciente lo que queremos experimentar en esta vida, pero ciertamente, no
hemos venido con el propósito de sufrir.
La vida de Anita cambió completamente después de esta experiencia y
en consecuencia cambió su visión del mundo. Escribió un libro contando su
experiencia titulado Muero por ser yo y se dedica a dar conferencias
llevando su experiencia y aprendizaje a la luz púbica.
Finalmente, a Anita le gusta explicar lo vivido con la siguiente metáfora
que contó en una conferencia en TED en Bay Area:
Imaginemos que estamos en un gran galpón lleno de objetos a total
obscuras, y lo único que poseemos es una pequeña linterna con un haz de
luz muy limitado, solo podemos ver aquello que enfocamos al dirigir
nuestra linterna en esa dirección. Ahora imagina que las luces se encienden
y te das cuenta de que el lugar es mucho más grande de lo que podrías
haber jamás imaginado que era. El lugar está repleto de estantes y más
estantes por todos lados, repletos de toda clase de cosas, todo lo que te
pudieras imaginar e incluso lo que no podrías imaginar. Todo lo que existe
está en estos estantes, uno al lado del otro. Algunas cosas son hermosas y
otras no tanto, algunas grandes y otras pequeñas, con colores que jamás
habías visto antes, ni te imaginabas que existían.
Algunas cosas extrañas y hasta divertidas, otras ya conocidas porque las
habías visto antes a la luz de tu linterna. La mayoría de las cosas son
totalmente desconocidas, porque el foco de luz jamás las había iluminado.
Ahora imagina que las luces se vuelven a apagar y regresas a tu vieja
linterna, a diferencia de antes, ahora, al menos ya sabes que hay algo más,
que hay tanto más que existe, que, aunque no lo puedas ver, sabes que
simultáneamente está allí, justo al lado de las cosas que sí puedes ver.
Ahora sabes que aquello que aunque no lo puedas ver o no lo puedas
experimentar no quiere decir que por eso no existe.
Así es como ella lo siente y esa luz es nuestra consciencia. Cuando
enciendes tu luz sobre algo, ese algo es lo que se convertirá en tu realidad,
tu experiencia.
Capítulo 3
«Lo que sucede después de la muerte es tan indescriptiblemente glorioso
que nuestra imaginación y nuestros sentimientos no bastan para formar ni
siquiera una concepción aproximada de ella».
Carl Jung
 
Grandes descubrimientos con las regresiones
«Tenemos un cuerpo material que podemos ver, tocar, oler y pesar, el
cual es controlado por pensamientos, algo invisible que nadie ha podido
tocar, oler ni pesar, pero que no se atrevería a negar su existencia». Aurelio
Mejía
 
La regresión es el conjunto de métodos que se apoyan principalmente en
la hipnosis, a través de la cual el paciente o cliente bajo un estado de
alteración de la conciencia puede visualizar y revivir no solo parte de su
niñez, bajo las sugerencias del hipnotizador, sino que puede ir incluso más
atrás, a vidas pasadas y relatarlas mientras se encuentra bajo una especie de
trance.
El cuestionar rigurosamente los datos que se obtienen en el transcurso de
una sesión, preguntándole a la persona hipnotizada acerca de nombres,
lugares, fechas o situaciones históricas, es lo que permite discernir si se
trata de una fantasía o de una vivencia real.
Los terapeutas que he seleccionado para este libro los he escogido
debido a la seriedad de su trabajo, a su profesionalismo y también debido al
material que comparten resultado de sus investigaciones que, como se podrá
observar, ha traído mucha luz acerca de lo que sucede después de la muerte.
Hay muchas personas que hoy en día hacen regresiones, sobre todo
aquellas que se ocupan de aliviar síntomas hurgando en las vidas pasadas,
pero aquí vamos a relatar lo que ciertos hipnotizadores, pioneros en su
especialidad, investigaron, que es el espacio que hay entre una vida y otra.
Con estos parámetros he seleccionado a un grupo de tres terapeutas
iniciándonos con Dolores Cannon, quien recién hace dos años hizo su
transición hacia una mejor vida.
 
Los descubrimientos de Dolores Cannon
 
Antes de ir a dormir, me acostumbré a escuchar audios y videos, que
generalmente tomo al azar por internet, y permito que la reproducción
automática me traiga temas muy variados. Como tengo dificultad para
conciliar el sueño, los prefiero en inglés ya que al tener que poner atención
para entenderlos, me quedo dormida muy rápido. Este método me ha traído
una manera de dormir sin ofrecer ninguna resistencia. Así fue que me enteré
de Dolores. Ella simplemente apareció una de esas noches, y lo que ella
transmitía, la información que brindaba, me quitó el sueño de golpe y
comencé a averiguar más sobre ella y su trabajo.
Dolores Cannon fue una de las personas más influyentes y una de las
pioneras en la hipnoterapia de su época. Ella ejerció durante más de cuatro
décadas e hizo regresiones a vidas pasadas a varios miles de personas
durante toda su carrera. Ella fue capaz de explorar una fuente de
conocimiento verdaderamente notable a través de las regresiones que hizo a
sus clientes, colocando a disposición del mundo la revelación de algunos de
los grandes misterios de la humanidad. Ella decía: «No es como cualquier
otra técnica de hipnosis que hay por ahí. Somos capaces de ponernos en
contacto con lo que yo llamo la fuerza más grande que hay, y que es una
fuente de todo conocimiento».
Ella fue una mujer muy curiosa, como ella misma se describía, y esa
misma curiosidad fue lo que la llevó a investigar y descubrir a un grupo de
seres altamente evolucionados conocidos como los «custodios», quienes se
manifestaban durante las regresiones. Estos seres manifestaron que fueron
quienes crearon nuestra Tierra y la raza humana.
También durante la hipnosis, Dolores al principio trabajaba con la mente
subconsciente de la persona, es decir, esa parte donde se encuentra el niño
en nosotros, pero a lo largo de treinta años, y al ir profundizando y
perfeccionando su técnica, encontró otra parte que cada quien posee al
llevar a la persona al estado más profundo posible. Encontró que podía
eliminar del todo la interferencia de

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