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Jocelyne Ramniceanu 2017 Depósito Legal: DC2017000580 ISBN: 978-980-12-9433-7 ISBN: 978-980-12-9434-4 Corrección de textos Carolina González Arias carolinagonzalezarias@gmail.com Diseño gráfico Clementina Cortés Copyright 2017 Jocelyne Ramniceanu Descubre otros títulos de Jocelyne Ramniceanu Palabras Mágicas ¿Quién eres? Todos los derechos reservados Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier sistema de almacenamiento o recuperación, sin el consentimiento por escrito del autor. https://www.amazon.com/PALABRAS-M%C3%81GICAS-Spanish-Jocelyne-Ramniceanu-ebook/dp/B00501N21I/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1493145626&sr=8-1&keywords=palabras+magicas https://www.amazon.com/Qui%C3%A9n-eres-all%C3%A1-Ho-oponopono-Spanish-ebook/dp/B00VQW6RIU/ref=sr_1_2?s=books&ie=UTF8&qid=1493145757&sr=1-2 ÍNDICE PRÓLOGO/ INTRODUCCIÓN/ PRIMERA PARTE CAPÍTULO 1 CREER O NO CREER/ EL GRAN CONSUELO/ UN POCO DE FÍSICA CUÁNTICA/ COMENZANDO A INVESTIGAR/ SEGUNDA PARTE CAPÍTULO 2 LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE/ LA HISTORIA DE ANITA MOORJANI/ CAPÍTULO 3 GRANDES DESCUBRIMIENTOS CON LAS REGRESIONES/ LOS DESCUBRIMIENTOS DE DOLORES CANNON/ VIDA ENTRE VIDAS/ EL CONOCIDO MÉDICO DE MUCHAS VIDAS, MUCHOS MAESTROS/ CAPÍTULO 4 LAS ENSEÑANZAS DESDE LOS OTROS MUNDOS/ CHICO XAVIER, EL MÉDIUM BRASILEÑO/ CAPÍTULO 5 LA VIDA QUE NUNCA TERMINA/ LA LEY DEL UNO/ EL MATERIAL DE SETH/ EDGAR CAYCE. EL VIDENTE AMERICANO/ SERES DEL COSMOS QUE NOS CONTACTAN/ ADAMUS SAINT GERMAIN CANALIZADO POR GEOFFREY HOPPE/ BASHAR, CANALIZADO DESDE LAS ESTRELLAS/ ALGO MÁS DE CLARIDAD/ TERCERA PARTE CAPÍTULO 6 EL DUELO/ EL BIEN MORIR/ SEÑALES, MENSAJES Y COMUNICACIONES/ LOS MENSAJES DE LOS NIÑOS/ EL TESTIMONIO DE DOLORES Y GILBERTO/ CAPÍTULO 7 ¿QUÉ HAY CON LOS SUEÑOS?/ LOS VIAJES ASTRALES/ EL VUELO DE LA MARIPOSA/ GRACIAS ACERCA DEL AUTOR file:///tmp/calibre_5.12.0_tmp_8njdl5qg/zj21fgf__pdf_out/text/XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Prólogo Cuando comencé a redactar este libro, tenía ya una buena parte de la información porque, como les contaré más adelante, mi único hijo se marchó del mundo físico. Esto me motivó a querer saber más, y anduve en una búsqueda profunda durante un cierto tiempo que me condujo a más conocimiento, incluso, a hacer contacto con mi hijo. La decisión de escribir este libro llegó tras recibir muchas señales y descubrir que este era mi propósito: develar información. Algunas madres y padres que habían perdido a un hijo inesperadamente o de manera trágica comenzaron a contactarme y yo no sabía por qué. Esperaban que yo les dijera algo que ellos sospechaban y querían obtener seguridad. Esto tuvo en mí el efecto esperado, sabía que era más fácil escribirlo y esto dio origen a este hermoso proyecto que es demostrar que la muerte no existe. La vida sigue… Somos seres eternos, ciudadanos del multiverso. No pretendo por medio de este escrito convencer a los incrédulos, tengo el ejemplo cercano de mi propio hermano que no cree en nada de esto. Yo pienso que no es su momento o no es para él. Creo que esto tiene que ver con el grado de evolución de nuestra consciencia terrenal y las necesidades que cada persona tenga en un momento dado. En todo caso, cuando la persona quiera saber más, cuando le llegue su momento, su energía le llevará a este libro o aparecerá alguien que se lo obsequie. He encontrado que la ignorancia nos trae sufrimiento, por lo tanto creo que compartir este tipo de información es una hermosa labor y una manera de brindar consuelo. Deberíamos dejar de lado los prejuicios y hablar libremente de este tema, de lo que sucede en el proceso de transición. Me di cuenta de que quienes me conocían, e incluso mi propia familia, evitaban hablar sobre la muerte de mi hijo porque existía el temor a que se me disparara el llanto y las emociones no expresadas. Por eso la muerte se ha convertido en un tema tabú. Toda persona debe conocer que la muerte no es el final, es algo que los niños saben desde muy pequeños. Ellos se creen inmortales hasta que los adultos les enseñamos equivocadamente que la vida termina cuando el cuerpo muere. El único dolor que hay en la muerte es para quienes quedaron atrás, quienes creen que su ser querido se ha ido, aunque no es así, solo no lo ven y no lo sienten debido al velo que les impide ver la belleza del sistema. No creas a ciegas todo lo que expongo, te sugiero que uses tu propio discernimiento y le preguntes a tu corazón si eso que estás leyendo te resuena. Me alegra saber que al fin, en la vanguardia de la ciencia, están surgiendo nuevas ideas que cuestionan las actuales creencias respecto a cómo funciona el mundo. Los nuevos descubrimientos están demostrando que indiscutiblemente el ser humano es algo mucho más extraordinario que un simple ensamblaje de carne y huesos. A mí particularmente el redactar este libro me cambió la limitada visión que tenía acerca de la vida y del mundo. Espero que a ti te suceda lo mismo. Gracias por abrir tu mente y seguir adelante en la lectura. Te sugiero que lo hagas con detenimiento y si es posible, más de una vez. Gracias nuevamente. Jocelyne Ramniceanu Introducción El que estés sosteniendo este libro ahora es un hecho tan fortuito como si de repente estando tú en una librería, un libro se cae de las estanterías y llega a tus manos. Es para ti, por eso lo estás mirando. Si tu alma te ha atraído a este libro no se debe a la casualidad; las casualidades no existen y tal vez eso tú lo sospechas o ya lo sepas. Nada ocurre al azar, hay una parte de ti que te guía hacia aquello que te pueda traer paz y bienestar y solo tienes que dejarte llevar y abrir tu mente. Tu alma te trajo hasta aquí para que leas este libro. Probablemente, se debe a que has perdido a alguien, se ha marchado un ser querido, y además del dolor que sientes, te haces muchas preguntas para las cuales quisieras obtener respuestas. El universo a mí también me puso en el mismo camino, y aunque no tengo todas las respuestas, creo que encontré aquellas que tú andas buscando. Este libro no está enfocado en la pérdida porque la pérdida, como tal, es solo aparente. No es real. El dolor es inevitable porque la relación cambió, y es el momento de aprender otras formas de comunicación. Este es un libro para reeducar al humano, sacarlo de los falsos mitos, tabúes y creencias religiosas falsas. No te enseñará algo nuevo que tú no sepas en lo más profundo de tu ser, por lo tanto, lo que hará es ayudarte a recordar. Recordarás que la muerte no es el final y que quien tú ahora añoras no se ha ido, aunque tus ojos no lo puedan ver. También si por medio de esta lectura le puedo dar aliento a quien crea estar próximo a la muerte, a quien esté enfermo y sienta miedo o a quien esté totalmente sano, pero con un terrible temor a lo que hay después de la muerte, o cree que después de ella no hay más nada, entonces este libro cumple con su propósito. El temor, en gran parte, es debido a la ignorancia que padecemos. Te aseguro que al finalizar la lectura no solo ya no le temerás a la muerte, sino que comprenderás mejor la vida porque ambos no son estados separados, sino una continuación constante e infinita. El miedo a la muerte es el mayor temor que el ser humano tiene porque todos padecemos algo llamado «el velo», un bloqueo que nos ha hecho olvidar de dónde venimos y quiénes somos. Hay una cantidad increíble de confusión, desinformación y temor sobre la muerte y los otros reinos. Nuestra cultura occidental y las religiones nos han cargado de mitos, tabúes y creencias que han distorsionado nuestra propia sabiduría interna llenándonos de miedos, incredulidades, y nos han convertido en seres temerosos a un castigo del más allá, en consecuencia, las personas se niegan a hablar sobre estos temas. La gente que vive en sociedades modernas occidentales se encuentra atascada con antiguos conceptos del cielo y el infierno, o simplemente creen que la vidatermina cuando el cuerpo muere. Nada más lejos de la verdad, todo esto es un gran error, pero muy pocas personas quieren enterarse de lo que ocurre hasta que un ser querido muere. Estamos acostumbrados a evadir hablar acerca de la muerte como si esta no fuese algo natural. La pérdida de un ser querido es el dolor más grande que puede haber, y para muchos de nosotros resulta muy difícil superarlo. Todos tenemos algún familiar, un ser querido y personas allegadas que se han ido y nos hemos quedado paralizados y entristecidos por la pérdida. Pero el gran consuelo es que a ese ser querido lo podremos ver de nuevo lo suficientemente pronto o podremos aprender a comunicarnos mientras aún sigamos en el mundo. Tengo la certeza de que mi investigación sobre el mundo de las almas ayudará a quienes sufren la pérdida de un ser amado al reconocer que la muerte solo cambia una realidad por otra en la larga continuidad de la existencia. Yo ya he escrito dos libros anteriores, pero nunca me hubiese podido imaginar que iba a escribir un tercer libro dedicado a desarrollar el tema de la muerte, ya que como a muchos les ocurre, evitaba hablar y pensar en ello. La muerte es un tema tabú hasta que llega y te toca a la puerta, cuando lo vives de cerca a causa de la partida de un ser querido, y en mi caso, la partida de mi único hijo; entonces, es cuando más deseamos saber. Aun así, sentí cierta resistencia mientras estaba escribiendo, pero al pasar los días me iba enterando de otras muertes de gente conocida o cercana a mi alrededor, amigos, hijos de algunos amigos o familiares de mis amigos, y entonces me animaba a seguir porque sé lo útil que resulta el conocimiento y el gran consuelo que representa saber que la muerte del cuerpo no es el final. Comencé a sentir que escribir sobre este tema era uno de los propósitos de mi vida. La muerte, lo terrible, lo impensable llegó a mí cuando perdí físicamente a mi único hijo de treinta y cuatro años, mi querido Jonathan, el 21 de febrero del 2013. Los que hemos vivido esto de perder a un hijo, sabemos que es un dolor inigualable e irreparable; se vive como la amputación de una parte de nuestro cuerpo. Es un dolor desgarrador que difícilmente para, no se calma. Es como si llorar y llorar no fuera suficiente para aliviar el vacío que se siente en el corazón hasta que no te queda una lágrima más por derramar y aún así el dolor sigue, sin disminuir su intensidad. Y vuelven las ganas de llorar una y otra vez y el abatimiento. Ya han pasado algo más de tres años, y comenzar a redactar parte de mis primeras impresiones todavía me conecta con el recuerdo de la pena y la pérdida, por lo tanto, me resulta difícil evitar que algunas lágrimas se me escapen, pero con un pañuelo en la mano, lo hago porque tengo mucha información que compartir contigo. Mucho aprendí desde entonces, desde mi inicial ignorancia, y ese es el propósito de escribir sobre este tema. Desde el comienzo me puse a averiguar porque necesitaba respuestas, para mí era muy importante saber cómo estaba mi hijo, eso me iba a calmar un poco, quería saber si él estaba bien, qué había ocurrido con él, dónde estaba, si tenía consciencia de sí mismo. Tenía tantas preguntas en mi mente. No tenía dudas de que existía algo más después de la muerte, pero no sabía qué, cómo, qué sucedería con su alma. Me puse a averiguar, a preguntar, compartieron conmigo muchos libros, todo el mundo a mi alrededor quería ayudar, leí mucho esos días entre mis ratos de desconsuelo y llanto. Leí, pero ninguno de esos libros había sido escrito desde la óptica de una madre, y yo quería encontrar gente como yo, que tuvieran el mismo dolor, que comprendieran mi pena. La segunda semana me contactó una madre de otra ciudad, que se enteró de que perdí a mi hijo, no sé cómo, ella buscaba también consuelo. A su hijo menor de edad lo mataron vilmente un mes antes de la partida de mi hijo. Una triste historia, pero a mí esta señora me hizo bien. Ella me motivó a seguir mi investigación. Me ayudó a que yo buscara la manera de consolarla, y en cierta medida la encontré. De eso se trata este libro, de ofrecer consuelo y brindar la información que a mí me sirvió. Aquí voy a compartir contigo las respuestas a muchas preguntas que nos hacemos: ¿quiénes somos?, ¿por qué estamos aquí?, ¿qué hay después de la vida?, ¿de dónde venimos?, ¿qué ocurre al morir? ¿a dónde vamos al final de la vida?, si seguimos con vida después de morir, ¿cómo es esa vida? ¿podemos comunicarnos?, y mucho más. Un día comencé a indagar quién era. Cuando nos preguntamos quiénes somos y nos miramos detenidamente, por ejemplo, miro mi mano, y me pregunto qué soy. Entonces, lo primero que se me ocurre es tomar un microscopio para encontrar mi identidad. Al mirar detenidamente, lo que voy a encontrar en ella son puras células, cincuenta trillones de células densas. Si aún no estoy conforme, voy aumentando el lente del microscopio para mirar dentro de una célula, descubrir quién soy. Lo que voy a encontrar son veinte trillones de átomos, y cuando miramos esos átomos de cerca, entonces, la imagen comienza a disiparse para encontrar únicamente energía. Todos somos energía. El universo es energía, todo lo que existe y siempre existió es energía. Entonces, yo soy parte de lo que siempre existió y tú también lo eres. Así como nuestros seres queridos que ahora no vemos en un cuerpo físico, todos somos energía que siempre existió. Nuestro cuerpo y nuestra mente son una manifestación de esa energía. Voy a contarte qué hay después de la muerte, a dónde van nuestros seres queridos, cómo están, y lo que más deseamos y nos importa: cómo comunicarnos, cómo sentirlos nuevamente. Esto, inevitablemente, nos lleva a descubrir quiénes realmente somos. Hace muchos años, fui con mi hijo a una reunión donde un grupo de gente que se dedicaba al crecimiento personal había organizado un ritual con la toma de ayahuasca, llevada a cabo y supervisada por un chamán. La ayahuasca o yage, como lo llaman en Colombia, es una bebida compuesta por una combinación de plantas utilizada por los pueblos indígenas amazónicos que contiene la sustancia llamada DMT. Su ingestión impulsa el acceso a estados modificados de conciencia en los que se suceden visiones, emociones diversas y procesos de catarsis a los que las tradiciones amazónicas reconocen un valor potencialmente sanador. Se dice que es la medicina ancestral para el alma. Su toma provoca vómitos y diarrea, por lo tanto nadie la usa con fines recreativos. Durante esa toma, al cabo de media hora comienzan a aparecer los efectos, las visiones, los estados alterados de conciencia y posibles comunicaciones telepáticas con espíritus. Estas experiencias tienen la característica de parecerse a los sueños, con la misma peculiaridad de que si no anotas en un papel al despertar los pormenores de tu experiencia, cuando el efecto termina, entonces, lo olvidas todo de la misma manera que olvidas lo que soñaste la noche anterior. Tengo un vago recuerdo de lo que sucedió ese día en particular, de las imágenes y el contenido, pero lo había olvidado todo durante mucho tiempo. Vino a mi memoria cuando comencé a escribir este libro, y es que recibí un mensaje de los muertos. Sí, suena extraño, pero así fue, vi a los muertos, eran imágenes de personas o cuerpos que estaban enterrando o ya estaban enterradas, eso no era muy claro. Eran muchos, y me mostraban que no estaban muertos porque se movían, me hacían ver que ellos estaban más vivos que nunca y me decían que se lo contara al mundo, que pasara el mensaje, insistían en que ellos estaban vivos, que la muerte no era real. Fue una experiencia muy realista, pero como no le había encontrado sentido, la había olvidado por completo hasta ahora que lo comento. Tal vez desde entonces yo tenía una tarea pendiente y era escribir acerca de esto. Contarle al mundo que la muerte no es real. Tal vez muy pronto cambiemos nuestro enfoque acerca de la muerte y tomemos ejemplo de otras culturas cuya perspectiva sobre el paso hacia la otravida sea más amigable, menos dolorosa, y así saber que el cuerpo se deja, pero el alma continúa a nuestro lado. Hay culturas en otros continentes en las que la muerte es una gran festividad. Un caso interesante, por ejemplo, es el de un lugar llamado Tana Toraja en las montañas de la isla Sulawesi al este de Indonesia, con una población de cerca de 600.000 habitantes. Los Toraja afrontan la muerte de una manera muy diferente a nosotros. Dicen, quienes han estado allí, que merece la pena asistir a un funeral y viajar a esa zona tan remota. Los funerales son una celebración que dura días, e incluso semanas, y se practican hasta meses o años después de que la persona haya fallecido. Para honrarlo, y en su nombre, se sacrifican todo tipo de animales (búfalos, cerdos, gallinas…) y se reúnen personas de, a veces, lugares muy lejanos. Una de sus características es el colorido de la festividad en la que raramente se desprenden lágrimas y es uno de los momentos más sociales en la comunidad. La muerte para ellos no representa una tristeza privada, sino una transición públicamente compartida. La familia anuncia a toda la comunidad el comienzo de la transición, dando inicio a un número de rituales. Entre sus tradiciones mantienen los cuerpos de los fallecidos entre ellos por respeto y por cariño, sin enterrarlos, aunque saben que sus vidas continúan del otro lado. Sus grandes ceremonias y su extensa duración son totalmente incompatibles con la manera como tratamos la muerte en occidente. Aunque la muerte es algo que a todos nos ocurre, no todas las culturas la ven y la tratan de la misma manera que nosotros. Muchos están muy claros en que la vida en el mundo del espíritu es mucho más benévola que la vida aquí en la tierra, y por eso se alegran. Mi pasión es investigar, siempre me gustó buscar la fuente de la sabiduría y así liberarme de los dogmas que nos mantienen con una mentalidad empobrecida. He sido muy curiosa, razón por la cual he buscado las informaciones en fuentes no tan tradicionales, como también me he apoyado en las teorías más vanguardistas de la ciencia. Por estos medios he logrado tener una mayor comprensión para ir develando en los próximos capítulos los grandes misterios de lo que hay después de la muerte del cuerpo físico. Capítulo 1 «El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos territorios, sino en tener nuevos ojos». Marcel Proust Creer o no creer «La ignorancia es la prisión de Dios. La sabiduría es el palacio de Dios». Rumi Puede que estés cerrado a la información que vas a encontrar en este libro y tal vez por eso te resistas a leerlo. Tal vez creas que después de la muerte no hay nada más y te cierres a ver otras posibilidades. Seguramente estás convencido de que tuviste un comienzo y tendrás un final. Crees que tu ser querido después de morir ha desaparecido, se ha esfumado en la nada, porque se te ha enseñado que moriremos o, más específicamente, nuestra conciencia ha asociado la vida con cuerpos, y conocemos y sabemos que el cuerpo efectivamente muere. Aquí algunas creencias que tal vez aún mantengas: ¿Crees que funcionamos mecánicamente y nos movemos como robots genéticamente programados? ¿Los animales y las plantas y todo lo que está en el universo también es mecánico? ¿Crees que no tenemos consciencia y que los animales y las plantas tampoco la tienen y todo se reduce a nuestros genes? ¿Crees que la memoria está dentro de tu cerebro, así como también tu mente y todo es producto de tu actividad cerebral, razón por la cual debes crees que los fenómenos psíquicos como la telepatía son imposibles? Lamentablemente, estas son creencias que gente con una muy buena educación y una notable cultura todavía tiene. Este es el resultado de nuestro sistema de educación occidental, pero todos estos son dogmas que cuando los observamos de cerca y analizamos su veracidad, se desintegran por carecer de validez. El mundo evoluciona, el universo evoluciona, nosotros y nuestra alma también, nada es estático. Yo solo te pido que pongas de lado todas tus creencias acerca de que somos solo un cuerpo. Ya te explicaré cómo se comportan las creencias, porque ellas tienen un modo particular de mantenerse vivas. Tal vez tú pienses que lo que expongo en este libro también sean solo creencias, pero es imposible sustentar tanta información que viene de tan variadas fuentes donde todas coinciden en líneas generales y permiten armar el gran rompecabezas de lo que realmente sucede cuando el cuerpo muere. Te darás cuenta de que todo encaja, nada falta y nada sobra, los mensajes y las historias aquí contadas no puedan dar lugar a falsas interpretaciones. Mi premisa ha sido siempre cuestionarme todas las creencias porque estoy segura de que un gran número de ellas me traen una perspectiva de la realidad demasiado limitada, errónea o parcial. Por lo tanto, te sugiero que liberes muchas de tus viejas ideas fijas y tabúes sobre la muerte y el más allá, y entiendas que la vida que estás experimentando ahora es solamente un momento en el tiempo universal. Vamos a develar la verdad de nuestra existencia. Cada vez más personas se dan cuenta de que no son únicamente un cuerpo físico y comprenden que su consciencia va más allá de la vida. Poseer un cuerpo en esta experiencia de vida es muy diferente a identificarse con el mismo. Es sabido que podemos tener experiencias fuera del cuerpo, lo que llaman viajes astrales, y cuando dormimos, nuestra consciencia también sale del cuerpo. Más adelante tocaremos estos fascinantes temas. Generalmente, hablamos de los humanos y creemos saber qué es lo que son, qué es lo que somos, pero no sabemos lo que un humano es. Por el hecho de que alguien tenga un cuerpo y un nombre, creemos saber quién es, porque el lenguaje nos da la ilusión de saber, pero realmente no sabemos, solo podemos saber que es una presencia o entidad recubierta temporalmente de un cuerpo, pero la conciencia de quien realmente es está envuelta en esta constante magnificencia evolutiva y lo hace de innumerables maneras y formas de manifestación. La ciencia materialista ha tenido la tendencia a equiparar la vida con la materia, como si fuéramos tan solo cuerpos. Por lo tanto, no ha hecho grandes avances y se ha mantenido al margen en cuanto a demostrar lo que ocurre después de la muerte, pero aun así se han hecho algunas investigaciones que se han originado en la física cuántica. El científico Robert Lanza creó una teoría novedosa, llamada el biocentrismo, que en otras palabras es la teoría del todo. Ella muestra por medio de la física cuántica que la muerte tal como la conocemos es una ilusión creada por nuestra conciencia. También afirma que la vida es la que crea el universo, y no al revés. Esto significa que el espacio y el tiempo no existen en la forma lineal que pensamos que existe. En resumen, el espacio y el tiempo son «meros instrumentos de nuestra mente», esto significa que la muerte y la idea de la inmortalidad existe en un mundo sin fronteras espaciales o lineales. Si aún no bastan todas las pruebas de que la muerte no es real como tal y te quieras aferrar a tus creencias de que al morir físicamente una persona todo ya se terminó, te explico que las creencias son muy poderosas. Cambiar creencias es una decisión y no es una tarea fácil porque ellas tienen la particularidad de hacerte creer que no existe otra posibilidad y así logran mantener su permanencia. Las creencias siempre están allí demostrándote que tienes razón, porque lo que crees es lo que ves, es lo que experimentas. Pueden ser tan fuertes que hasta somos capaces de dar la vida por mantener nuestro punto de vista, y ejemplos de esto hay demasiados, no hace falta entrar en detalles, y ya te habrás dado cuenta. Para las personas que fallecen con la creencia de que después de la muerte no hay nada, esa será su experiencia al morir, experimentarán la nada, y así estarán durante un tiempo bastante largo, sin experimentar absolutamente nada hasta que comienzan lentamente a tomar conscienciade que ya no están en un cuerpo físico, y es entonces cuando entrarán en el reino espiritual y se darán cuenta de que la vida sigue. De modo que si no quieres vivir este tipo de experiencia cuando llegue tu día, es bueno que abras tu mente ahora. La humanidad utiliza la palabra muerte al final de la vida física, por lo tanto, aunque la muerte no existe, en el texto encontrarás el uso de esta palabra muy a menudo para que podamos utilizar un lenguaje común y aceptado, pero con el significado único del cese de la vida en un cuerpo. Ahora tengo noticias para ti, y las veremos a lo largo del libro. La vida no comienza al nacer ni termina al morir La vida del otro lado es tan real como la vida física, puede parecer incluso hasta más real. Mientras somos seres físicos vemos la muerte como algo desconocido, llena de supersticiones, y aunque evitemos los pensamientos acerca de ella, los guardamos en un lugar recóndito de nuestra mente, pero sabemos que todos la viviremos tarde o temprano, aunque no queramos pensar en ello. Nuestro cuerpo es mortal y algún día se extinguirá. El gran consuelo «Ven aquí donde las rosas se han abierto. Deja que el alma y el mundo se conozcan». Rumi No puedo parar tu dolor, eso lo sé, pero sí te puedo brindar un gran consuelo y esperanza porque no has perdido a tu ser querido. Te ayudaré a comprender que no existe un final, y quién sabe, al contarte las distintas maneras de contactar con tu ser querido, tú también lo logres sin ninguna dificultad porque todos tenemos acceso a ello. Todos lo podemos lograr, todos tenemos facultades que, aunque estén ahora adormecidas, podemos ejercitar para que se puedan desarrollar. Cuando pensamos en nuestra propia muerte o en la de un ser querido, debido a las creencias que conservamos, por lo general la vemos como el enemigo, pero nuestro enemigo no es la muerte, es el miedo que le tenemos lo que nos afecta. Relacionamos la muerte con el abandono, la soledad, el extrañar, el añorar, el final de nuestras ilusiones, y en cierto sentido es cierto, es un cambio total, es un cambio para los que se quedan y también para los que se van. Para el que lo vive, sé que toma tiempo adaptarse y comprender que no hay realmente una desconexión, lo que ocurre es que hubo una transición. La persona que aparentemente se fue, no se fue, solo abandonó su cuerpo físico y ahora es invisible. Lo que podías tocar, palpar, ver y oír ya no está, pero si afinas tus sentidos naturales, los no físicos, lo podrás sentir y oír, no con la voz que llega a tus oídos, sino con la voz que aparece en tu mente, que es la manera como se comunican, por medio de la telepatía. No importa que no creas en nada de esto, solo te pido que abras tu corazón y le des una oportunidad a todo lo que te voy a contar. Nada de lo que leas, sin importar dónde está escrito, nada de lo que escuches, sin importar quién lo dijo, nada debes aceptar ciegamente sin tu previo discernimiento y tú mismo debes decidir su veracidad. No importa que dudes del contenido de este libro, yo también lo hubiese hecho unos años atrás. Lo único que importa es que este material resuene contigo y abra tu mente a la totalidad de quien eres y el velo de la ignorancia se vaya disipando en la medida que en tu corazón sientas que todo esto es verdad. Consúltale a tu corazón, pues él nunca se equivoca. Cuando sabes que te puedes comunicar con tu ser querido al que no puedes ver físicamente, te aseguro que al menos la mitad, si no más, de la pena que estás sintiendo se va, se esfuma. Una vez que haces contacto, por muy pequeña que haya sido la señal o la impresión de que él o ella siguen allí, ya tu corazón se comienza a alegrar. La separación es solo aparente, y puedes extrañar el contacto físico, pero el sentirte solo o abandonado ya deja de ser lo que invariablemente sentías. La muerte no existe, esto te lo repetiré muchas veces para que puedas borrar tus viejas creencias. Lo que conocemos acerca de la muerte no está contemplado en perspectiva, ella no es el final, o sí, el final de algo, de un ciclo, pero nunca de la vida misma. La vida es eterna y te lo iré demostrando a lo largo del libro. Tenemos que cambiar lo que creemos acerca de la muerte, tenemos que enseñar a las personas que están cerca de la muerte a perder el miedo, y a recibir lo que vendrá con alegría, esa es una hermosa tarea que rara vez emprendemos. El miedo a la muerte, entonces, desaparecerá. El estado de ánimo será tal que le dará la bienvenida, y eso precisamente puede hacer una gran diferencia al momento de trascender. Aquí encontrarás información que te va a transformar, descubrirás que la vida nunca termina, y encontrarás esperanza y consuelo con respecto a los seres queridos que se te han adelantado. Te presentaré distintas fuentes con informaciones similares. Espero que tú mismo saques tus propias conclusiones. Te comentaré acerca de modos de contacto, y en la última parte te contaré acerca del Vuelo de la mariposa con mis propias experiencias. Un poco de física cuántica «Purifica tus ojos, y mira la pureza del mundo. Tu vida se llenará con radiantes formas». Rumi La realidad física, el diario vivir que percibimos con nuestros cinco sentidos, no es la única realidad y no es la realidad verdadera. La física cuántica ha demostrado que el tiempo y el espacio son ilusiones de nuestra percepción para ajustarnos al mundo donde aparentemente nos estamos desenvolviendo. No se puede hablar de lo que es la vida después de la muerte si no explicamos con nociones básicas de qué se trata esta ciencia. Ella está formada por un conjunto de teorías que describen el comportamiento de las partículas más pequeñas que existen, más pequeñas incluso que los átomos, y de las cuales estamos formados nosotros físicamente y todo lo que vemos a nuestro alrededor. Estas partículas son los quarks, y se comportan de una manera sorprendente, diríamos, incluso, mágica. Las partículas pueden atravesar paredes, pueden teletransportarse, pueden ser invisibles, pueden estar en muchos lugares simultáneamente y, por ende, son aún más veloces que la luz, e increíblemente pueden ir atrás en el tiempo. Todo esto lo vivimos en nuestro día a día sin darnos cuenta y es parte de la materia que vemos y de la que está compuesto todo nuestro universo. Como si fuera ciencia ficción el Dr. Fred Kuttner de la Universidad de California explica que lo que le sucede a una partícula en un lugar simultáneamente le puede afectar a otra partícula en otro lugar a millas de distancia, demostrando que la información viaja instantáneamente. La dualidad en la conducta de las partículas que a veces se comportan como onda y otras veces como materia es la misma analogía de la dualidad que existe entre el cuerpo y el alma. De cómo estas micropartículas se comportan explica el macrocosmos y todo lo que nos rodea. Estas partículas tienen la propiedad de cambiar su conducta cuando son observadas. Según la física cuántica la realidad última no está bien definida, todo existe al mismo tiempo y es el producto de nuestra consciencia lo que determina la realidad que vemos. La realidad la estamos creando nosotros mismos con nuestra consciencia a cada instante. A partir de la física cuántica es desde donde los científicos intentan acercarse a una teoría que pueda probar que hay vida después de la muerte. Por el momento, la que más aceptación ha tenido es la teoría de Robert Lanza, el biocentrismo, aunque también tiene muchos detractores que aún se rigen por la ciencia materialista. Esta teoría indica que hay muchos universos paralelos con diversas situaciones y personas ocurriendo en este mismo instante (esto se acerca mucho a las explicaciones que da Bashar, de quien hablaremos más adelante). Todo esto es deducido por el comportamiento de las partículas miniaturas. Nuestra experiencia de la muerte ocurre porque al morir el cuerpo, la conciencia se mueve hacia otro universo. Según Robert Lanza la muerte es una ilusión. La consciencia, así como las partículas, puede estaren el cuerpo humano o fuera de él, y en muchos lugares a la vez simultáneamente. La realidad que experimentamos como única e inalterable es la representación de nuestros cinco sentidos físicos, y así como existe esta realidad, hay muchas otras realidades y dimensiones con las que interactuamos, aunque no de manera consciente. La realidad es un proceso que solo involucra nuestra consciencia, y si no tuviéramos consciencia, todo lo que existe sería solo probabilidad. El tiempo y el espacio solo son herramientas de nuestra mente. La consciencia tiene el mismo comportamiento que las partículas, es pura física cuántica; por eso entendemos que la consciencia es multidimensional, puede estar en múltiples lugares al mismo tiempo, y al dejar el cuerpo se mueve a otros universos. Si quieres profundizar más en esta teoría, hay mucho material disponible por internet. También hay muchos otros científicos que tratan de explicar la vida después de la muerte, aparte del biocentrismo. Comenzando a investigar «No te des la vuelta. Mantén tu mirada en el lugar vendado. Ahí es donde entra la luz». Rumi A una semana apenas de que mi hijo falleciera, mientras dormía, tuve un sueño muy vívido. No me acuerdo del sueño en sí, pero lo sentí a él, a Jonathan muy cerca, se acercaba a mí, y sentí en mi mejilla un cálido beso húmedo. Sorprendida, en seguida abrí los ojos y todo se esfumó, pero yo en mi corazón supe que él estuvo allí, mi hijo vino a visitarme. Vino a decirme que estaba vivo, que no se había ido porque la vida seguía y solo había dejado el cuerpo como quien se cambia de ropa. Al mes de su partida queriendo a toda costa saber acerca de él, conocer cómo era su vida y su experiencia del otro lado, comencé a buscar respuestas por internet. Me urgía volver a sentirlo cerca de mí y anhelaba la manera de comunicarme. Sobre todo, quería saber cómo era su experiencia del otro lado. Mi deseo se hizo realidad porque la información llegó a mí de manera muy rápida, como si algo me estuviera dirigiendo a encontrarla. Me sentí guiada, como si no estuviera sola. Sin saber lo que buscaba, me topé con una página comunitaria en internet que se llama Renacerás. Es una página donde padres y familiares cuentan sus experiencias y comparten lo que sienten por la partida de sus seres queridos. Está dedicada a brindar apoyo y consuelo a quienes perdimos a alguien. Allí hay muchas madres que escriben y manifiestan cómo van lentamente superando su duelo. Te recomiendo visitarla. Yo instintivamente me afilié a ella sin saber inicialmente de qué se trataba, sentí que había sido llevada hasta allí y que algo importante iba a conseguir. En esa comunidad todos los participantes tenían el mismo dolor que yo, y me podrían comprender. Entre los muchos comentarios que los miembros compartían, me llamó la atención uno en particular con cierta antigüedad, una persona había dejado un comentario en un foro sobre una experiencia que tuvo llamada El vuelo de la mariposa. El nombre llamó mi atención, traté de averiguar más, pero no encontré más nada. Entonces, me puse en contacto con la persona que había escrito allí y me dijo que lo del Vuelo de la mariposa lo había hecho una sola vez hacía ya mucho tiempo atrás, pero que buscara a un tal José Luis de la Rica en España, que él era quien los hacía. Seguí con mi indagación sintiendo que esto era un llamado, aunque no sabía de qué se trataba, hasta que di con mi nuevo amigo de España. Este señor resultó ser una persona muy amorosa y paciente, realmente dispuesta a ayudar desde el amor a todo el que estuviese pasando por un duelo, y se dedicaba a enseñar a contactar con los seres queridos mediante lo que él llamaba El vuelo de la mariposa. José Luis de la Rica es un hombre sensible que no se resignó a vivir la pena a raíz de la muerte física de su hija menor, Elena, que tenía tan solo doce años, sino que pasó de ser una persona totalmente incrédula con respecto a la vida más allá de la muerte física, a ser un facilitador que enseñaba a contactar a los seres queridos que estaban del otro lado. Él encontró la manera de hacer contacto con su hija, y poco a poco, con la práctica a través de los años, perfeccionó este método. Te contaré más acerca de esta manera de hacer contacto y mi experiencia en la última parte de este libro. Ahora, regresando al fascinante mundo de la consciencia, esta sigue siendo el gran misterio de la ciencia. Para la mayoría de los científicos tradicionales que no se apoyan en la física cuántica, son demasiados los fenómenos para los cuales no encuentran explicación. El cerebro, para los científicos materialistas, es una estructura mecánica, como una computadora, entonces ellos no le hayan explicación a que el cerebro procese el sentido de algo. Por ejemplo, el cerebro reacciona de cierta manera ante la palabra de alguien que le dice: te amo. Si esa palabra proviene de una persona que te agrada, a quien le tienes afecto, entonces tu cerebro comienza a segregar una cantidad de sustancias, entre ellas la dopamina, oxitocina, etc., que producen en tu cuerpo una sensación de bienestar. Ahora bien, si esta misma frase sale de la boca de una persona que te desagrada, que desprecias, entonces tu cerebro comienza a segregar automáticamente sustancias tóxicas diametralmente opuestas; además de esto, sube la presión sanguínea y la adrenalina, pero la información que le llegó a tu cerebro en ambos casos es exactamente la misma. Los científicos no le encuentran explicación a que siendo la misma información que entra, la que sale pueda ser de una biología tan diferente según el significado que representen las distintas personas. Los científicos mecánicos no le encuentran explicación a cómo el cerebro siendo una estructura compuesta por células pueda procesar el sentido de las cosas, el propósito, la imaginación, la intuición, la creatividad, etc. Las moléculas no se hacen preguntas filosóficas… las moléculas no se preguntan cuál es el sentido de la vida. El cerebro no es quien se pregunta: ¿quién soy y por qué estoy aquí?… debe haber algo más… Otro de los fenómenos inexplicables es que todas las células sanguíneas se renuevan cada mes. En algo menos de un año, reciclamos el 98 % de la materia total de nuestro cuerpo. Entonces, por lógica, seríamos una nueva persona cada año, o estaríamos muriendo cada año, pero esto no es así, la consciencia continuamente sobrevive a la muerte de nuestras moléculas y células reencarnándose junto con los recuerdos y nuestra historia personal en su totalidad en este nuevo cuerpo. La realidad es que nuestro cerebro es un músculo que continuamente está cambiando; podemos desarrollar supersentidos que ahora no estamos usando y algún día comunicarnos con nuestros seres queridos sin ningún esfuerzo. La intuición es el sentido que más nos acerca a esto. La mente funciona de manera cuántica y no está limitada a nuestro cuerpo físico. Nuestro cerebro es materia, claro está, pero nuestra consciencia no lo es, y no vive exclusivamente en el cuerpo. Esto lo podemos constatar cuando un cuerpo muere. Se puede observar el cerebro, pero no la consciencia, la consciencia no está allí, no hay una estructura que podamos decir que es el asiento de la consciencia. La consciencia carece de forma. Tampoco se sabe dónde se aloja nuestra memoria y a dónde va toda esa información. Cada vez hay más científicos cuánticos que se relacionan con maestros budistas por las similitudes que se están encontrando entre los planteamientos de la filosofía budista y la física cuántica. ¿Cómo los budistas y otras culturas antiguas llegaron a tener conocimientos similares sin disponer de la tecnología que tenemos hoy en día? Ellos respondían que estos conocimientos se obtuvieron a través de la meditación y la observación interior. A través de la meditación se han abierto canales hacia donde se encuentra la fuente del conocimiento. Resultan increíbles las evidencias que se han ido obteniendo sobre niños que pueden recordar fragmentos de sus otras vidas. Hay muchos casos deniños que pueden recordar sus vidas pasadas, y cada vez son más los que nacen con esta capacidad. Los recuerdos a veces son tan claros que se ha podido comprobar por las descripciones obtenidas, el lugar y detalles de su muerte, así como el nombre de sus padres e incluso descripciones sobre temas tan diversos que resultaría imposible que un niño de tres o cuatro años pudiera conocer. Con respecto a las habilidades de los niños, cabe mencionar que ellos aún conservan ciertas capacidades para ver espíritus que los adultos hemos perdido. Ellos lo suelen ver de manera bastante clara porque su mente aún es abierta y no limitada. Algunas veces puede ser el producto de su imaginación, aun así, no siempre lo es. No hay que olvidar que aún pueden conservar frescas algunas memorias del mundo espiritual. Es como si regresáramos de un viaje de un lugar hermoso y lejano, en consecuencia, al principio tendríamos esas memorias casi intactas, pero al pasar el tiempo, además a causa de las insinuaciones familiares en cuanto a que lo que ven es pura imaginación, estas facultades se irán perdiendo. Con el fin de conseguir datos para demostrar la reencarnación, el difunto Dr. Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, dedicó los últimos cuarenta años de su vida a la documentación científica de las declaraciones de niños sobre sus recuerdos de vidas anteriores. Luego procedía metódicamente a identificar a la persona que el niño recordaba haber sido, y verificaba los hechos de la vida de la persona fallecida que coincidían con la memoria del niño. Él investigó a niños de Europa, Estados Unidos, Líbano, Suráfrica, Israel, India, Brasil, Sri Lanka y Turquía registrando más de tres mil casos en sus archivos. Esta por el momento es la mejor evidencia que hay hasta la fecha de que la reencarnación es real dejando sin explicación a los escépticos y académicos. Truzt Hardo es un experto terapista en reencarnación y regresiones de origen alemán que escribió un libro sobre todas estas evidencias llamado Los niños que vivieron antes donde manifiesta que está encantado de que al final de su vida el Dr. Ian Stevenson pudiera probar científicamente que la reencarnación es real. Enfatiza que además de todos estos países alrededor del mundo donde encontraron casos de recuerdos de vidas pasadas, esto se acentuó aún más en las regiones donde se preservan las costumbres chamánicas, ya que sus tradiciones ancestrales impidieron que la religión cristiana o islámica corrompiera sus raíces. Se cree firmemente que los niños que tienen un talento especial, como aquellos que son muy buenos para las matemáticas o para la música, en realidad no están aprendiendo algo nuevo, sino que lo están recordando (les contaré acerca de esto un poco más adelante). Ciertos incrédulos intentaron explicar que podría ser que estos niños resuenen con el alma de alguien que ya murió y por eso podría ser que recuerdan una vida anterior o tienen estos talentos especiales, pero además de ser un razonamiento poco probable, esto sigue demostrando que la muerte no es el final. El Dr. Bruce Greyson, M.D. de la Universidad de Virginia, informó en la Conferencia de Cosmología y Conciencia organizada por Alta TCV, Dharamsala, en el año 2011, de casos que sugieren que la conciencia no necesita un cerebro físico y, de hecho, ni siquiera un cuerpo físico. Allí afirmó que los pensamientos, las percepciones y las memorias pueden tener lugar en la consciencia y a su vez, esta estar separada del cuerpo. Hizo la comparación del cerebro con un teléfono celular el cual sería el receptor y procesador de la señal, pero allí no se origina el mensaje. Lo mismo ocurre con los pensamientos, estos pueden ser recibidos por el cerebro, pero eso no quiere decir que allí se originan ni que allí se encuentre la consciencia. El cerebro está compuesto por millones de neuronas, pero si separamos una sola neurona, ella es incapaz de formular un pensamiento. Se dice que el cerebro puede sentir rabia o pensar, pero una neurona es incapaz de sentir o pensar. El Dr. Bruce Greyson también estudió casos de niños que recordaban una vida pasada, casos de experiencias cercanas a la muerte y muchos otros fenómenos para los que la ciencia no tenía explicación. Estudió ciertos casos de algunas personas que presentaron severos deterioros del cerebro debido a enfermedades como meningitis, tumores, esquizofrenia, Alzheimer, etc., cuya evidencia fue comprobada durante las autopsias, quienes momentos antes de morir, e incluso horas antes, habrían recobrado la consciencia y presentaban una claridad absoluta e inexplicable, mientras su cerebro apenas presentaba síntomas de funcionamiento. Estas experiencias no son nada comunes. Otro fenómeno no estudiado ni explicado por la ciencia, pero cuya veracidad no se ha podido negar es el de las canalizaciones y las regresiones. Los trances y las visiones han sido reconocidos en varias tradiciones religiosas y han sido la base del arte, de la música y la literatura más valiosa. Un distinguido psicólogo y exdecano de la facultad en el Instituto de Psicología Transpersonal, el difunto Arthur Hastings, Ph.D., exploraba el fenómeno conocido indistintamente como comunicación con los espíritus, la mediumnidad por medio del trance o lo que hoy es conocido como canalización. Algunos canalizadores, aunque no es el caso de todos, traen mensajes muy profundos y de mucha utilidad para la humanidad. En muchos casos sus ondas cerebrales fueron medidas, dice el Dr. Jeffrey Mishlove, Phd, y notaron en la búsqueda de evidencias que los patrones eran totalmente distintos al que presentaban en su estado natural. Por otra parte, en algunas de estas personas que canalizaban distintos seres, se ha podido constatar que para cada ente presentaban distintos patrones de ondas cerebrales al igual que una personalidad bien diferenciada de las otras, incluso en el tono de voz, el acento, la cadencia y las palabras que solían utilizar. Igual, muchos canalizadores fueron examinados con el polígrafo, utilizado para el registro de la veracidad de las respuestas sin que se haya encontrado ninguna anomalía. Aunque la lista de evidencias es más larga de lo que podríamos abordar, existe un caso notable en la historia reciente de gran valor probatorio en cuanto a la veracidad de la canalización y cómo es posible obtener información sobre la supervivencia de la personalidad humana a través de personas que son médiums. Se trata del caso del dirigible británico R101 que accidentalmente se estrelló en Francia el 5 de octubre de 1930 y tuvo como consecuencia la muerte de todos sus pasajeros. La médium Eileen Garrett, solo dos días después del accidente, en estado de trance durante una sesión espiritista, comenzó a recibir detallada información suministrada por el espíritu del teniente H.C. Irwin, quien fuese el capitán de la nave. Este transmitió a través de ella más de cuarenta datos técnicos muy precisos sobre cómo exactamente ocurrió el accidente; datos que hubiera sido imposible obtener de otra manera ya que esa información no era conocida por ninguna persona viviente para esos momentos. Además de ofrecer datos técnicos, la información que ella recibió y estaba exteriorizando incluía también datos relacionados a exclusivamente la personalidad del comunicador. Por ejemplo, utilizaba frases favoritas, actitudes y gestos, los cuales insinuaban que de alguna manera ella estaba en contacto con la persona fallecida. Estas sesiones tuvieron tal trascendencia que incluso la policía en un momento dado la interrogó para que explicara cómo era posible que ella tuviera acceso a información considerada secreto de estado. Es aceptado por muchos estudiosos del fenómeno que las informaciones suministradas por algunos canalizadores son muchas veces precisas y veraces. Sin embargo, en mi opinión no todo debería ser tomado al pie de la letra a menos que la información resuene contigo, y a ti es a quien te tocará discernir si te resulta útil o no. A continuación, te iré relatando el producto de mis investigacionestomando aquellas informaciones que únicamente resonaron conmigo y que provienen de fuentes confiables. Estas informaciones además de tener el propósito de ayudarnos en nuestro proceso de duelo, sirven para ilustrarnos y ampliar nuestro entendimiento acerca de la vida y la muerte y lo que podríamos encontrar del otro lado del velo. Vamos a ir descubriendo quiénes somos y sorprendernos al darnos cuenta de que somos seres multidimensionales ilimitados e infinitos, y que la muerte representa solo salir de una habitación para entrar en otra en esta jornada que nunca termina. Para hacer una analogía de esto, imagínate que en tu realidad actual, tu conciencia solo puede ver como quien mira en esos televisores antiguos donde las imágenes eran solamente en blanco y negro, de muy poca nitidez, e incluso algo oscuras, y solo tenías acceso a dos o tres canales. Apenas al cruzar la puerta hacia el mundo espiritual, puedes mirar cientos y cientos de canales en una inmensa pantalla gigante donde puedes ver las imágenes de manera tridimensional, puedes interactuar con ellas y resplandecen por sus vívidos colores, olores y sonido como nunca te hubieses podido imaginar. A continuación, vamos a relatar qué es lo que le ocurre al ser querido cuando se va. Es posible que encuentres muchas similitudes o repeticiones, esto lo dejo adrede ya que en todas las investigaciones relatan prácticamente lo mismo, algunos desde una óptica diferente, por lo tanto, en vez de ser una duplicidad, es una reafirmación que nos permite armar el gran rompecabezas y así darnos cuenta de que está bien armado. De modo que encontrarás que en todos estos hallazgos se corrobora la información entre unos y otros para ir armando el gran tejido del reino espiritual. Como nota adicional, en muchas de estas investigaciones se menciona el alma y el espíritu indistintamente, pero la diferencia radica en que el espíritu es la porción del alma que reencarna en un cuerpo y una vez que este lo abandona, se reúne nuevamente con el alma, la cual nunca deja los mundos superiores. La agenda de tu alma es diferente a tu agenda como ser humano. Se podría decir que el alma es tu sabiduría, la sabiduría adquirida de todas tus vidas, de todos tus tiempos entre vidas, y de todas tus experiencias antes de haber venido a la Tierra. Capítulo 2 «Por supuesto que no mueres, nadie muere, la muerte no existe, solo alcanzas un nuevo nivel de visión, un nuevo reino de conciencia, un nuevo mundo desconocido». Henry Miller Las experiencias cercanas a la muerte «La muerte no extingue la luz, sino que solo apaga la lámpara porque ha llegado la aurora». Rabindranath Tagore Es bien sabido, y cada vez se habla más de ello, de los miles y miles de casos de personas que tuvieron lo que se llama experiencias cercanas a la muerte (E.C.M.). Son personas que han sido declaradas muertas porque sus signos vitales cesaron completamente ya sea debido a un accidente, a un infarto u a otras causas médicas, y sin razón aparente han retornado a la vida y recuperado la salud. Es numerosa la cantidad de casos y testimonios que se han ido recolectando; un gran número de ellos fue documentado, se han escrito libros y hay archivos médicos que los respaldan. Una E.C.M. generalmente ocurre así: una vez que la persona ha perdido los signos vitales, en el lugar donde sea que haya ocurrido el accidente, el infarto o cualquier otra causa que haya producido el paro cardíaco, alrededor de la persona sucede el drama lógico por la afluencia de médicos, ayudas sanitarias, amigos o familiares intentando, en un loco frenesí, revivir el cuerpo, resucitarlo. Mientras todo esto ocurre, la persona ya ha emprendido su viaje o experiencia. La mayoría de las personas que han tenido una E.C.M. han estado clínicamente muertas durante al menos entre cinco y quince minutos antes de ser reanimadas y regresadas a la vida. Una vez que la persona vuelve, percibe que todo el sentido que le daba antes a su vida cambió para siempre. Quienes han vivido estas experiencias comienzan a ver la vida con una nueva óptica, de una manera totalmente distinta y renovada y buscan cómo enmendar los errores cometidos en el pasado. Esto ocurre no por el susto que hayan pasado por haber estado tan cerca de morir o haber prácticamente muerto, sino por lo que les fue revelado cuando estaban del otro lado. Curiosamente, casi todos los casos tienen en común numerosas similitudes, independientemente del estatus social de la persona, de sus creencias religiosas o falta de ellas, del lugar, edad o cultura de donde provengan. Indistintamente de las condiciones y experiencias previas de quienes tuvieron estas vivencias, todos los relatos se asemejan y coinciden. Todos los sujetos, sin excepción, a quienes se les había declarado muerte clínica, tenían en común que una vez que dejaban su cuerpo físico, se sentían como si flotaran en el vacío, o cerca del techo en una sala de emergencias, ligeros, sin sentir ningún dolor físico ni miedo, y al mismo tiempo sentían cómo se elevaban y podían ver desde un punto alto su propio cuerpo inerte del cual se sentían desvinculados. Resulta interesante que al momento de su muerte ellos podían ver y oír todo lo que sucedía a su alrededor, incluyendo lo que hablaban los familiares o los médicos intentando resucitarlos, y ser ellos mismos los espectadores y testigos de su propia muerte. Eran capaces de describir el entorno donde se encontraban, aunque no lo hubiesen visto jamás. Muchos pudieron ver un oscuro túnel con una intensa luz brillante al fondo y podían sentir cómo se dirigían hacia ella con relativa rapidez. Esa luz la describían como más intensa que lo que jamás habían visto. Y mientras todo esto ocurría, se hallaban en un estado de alegría, paz y tranquilidad como jamás antes lo habían sentido. Además, se sentían invadidos por un acogedor sentimiento de amor puro. Cuentan que al final del túnel habitualmente aparece una figura que los espera con mucha luz y de una increíble belleza, la describen como una figura majestuosa blanca o transparente. Los familiares, parientes y seres queridos ya fallecidos van a su encuentro para recibirlos. Los ven sin cuerpo, pero con una forma reconocible de espíritu y entablan con ellos una conversación telepática en la que normalmente les cuentan sobre lo bien y felices que se encuentran allí. El entorno puede verse de múltiples colores, o de manera holográfica 3D, a veces también se ven paisajes, se oyen voces o se escucha una música indescriptiblemente hermosa. La presencia divina que ven rodeada de luz toma la característica de un ángel o, dependiendo de la religión que se profese, puede ser la imagen de Dios o Jesús, y a continuación esta figura establece una conexión con la persona mediante un diálogo telepático. Esta presencia parece conocer todo acerca de la vida del individuo, le muestra una proyección de la vida terrenal que acaba de dejar y le enseña minuciosamente sus errores y aciertos. Se les presenta una visión global pero íntegra de lo vivido, como si viese la película de su propia vida con momentos sueltos, no necesariamente importantes. Esta película de vida es observada de manera panorámica, y le muestra a la persona todas sus acciones. Mientras esto ocurre, la persona queda con la sensación de no estar viendo su propia vida, sino la de otra persona. Además de verse a sí mismo, puede sentir lo que sus acciones causaron en aquellos con quienes interactuó durante su vida. Si sus acciones causaron daño a otra persona, también ese dolor es sentido durante esta experiencia. Así mismo, si las acciones trajeron alegrías a otras personas, pueden sentir empáticamente estas mismas alegrías. En algún punto, el sujeto se ve delante de un obstáculo, un muro, una barrera y en ese momento toma conciencia de que aún no ha muerto, y aunque sigue sintiendo una paz y tranquilidad indescriptibles, se da cuenta, y también eso le indican sus acompañantes, de que debe volver. Al final, por decisión propia o porque sus acompañantes así se lo aconsejany le dicen que su vida no ha concluido, decide volver a su cuerpo físico muy a su pesar, pues preferiría quedarse en la luz. Ese muro u obstáculo que encuentra en su experiencia, le impide seguir adelante, y sabe que si lo hace ya no podrá regresar. Algo así como un punto de no retorno. Lo que resulta común en la mayoría de los casos de E.C.M. es un cambio de vida, un cambio de actitud y de valores que no decrece con el tiempo, más bien se tornan más espirituales después de esta experiencia. Desarrollan mayor compasión por los demás seres humanos y tienen el deseo de ayudar. Su aprecio por la vida y el sentido de esta aumenta notablemente. Tienen una fuerte creencia de que sobrevivirán a la muerte del cuerpo y pierden completamente el temor a morir. Además, declaran haber perdido el interés por las posesiones materiales, así como por el prestigio y en competir. Una vez que regresan de la experiencia cercana a la muerte, estas personas presentan una característica en común: claridad de pensamiento, percepción y memoria. Mientras el cerebro estaba incapacitado; obtuvieron una claridad mucho mayor que la que pudiesen tener en el estado normal de vigilia. El doctor Raymond Moody, un hombre con una brillante carrera como médico psiquiatra, licenciado en Filosofía y además con un máster en Psicología, es un estudioso y autor de numerosos libros sobre el tema de la vida después de la muerte. En el año 1975 escribió su libro más famoso Vida después de la vida con el cual tuvo que recorrer múltiples editoriales ya que era constantemente rechazado, hasta que finalmente se convirtió en un éxito editorial. Él no solo afirmaba las características descritas anteriormente sobre lo que ocurría en una E.C.M., sino que también sorprendió en su libro por ser uno de los pioneros que reunió al menos 150 testimonios de personas cuidadosamente estudiadas y entrevistadas que habían sufrido una muerte clínica y luego allí relataban su experiencia. De ese libro del Dr. Raymond Moody es de donde se acuña el término de Experiencia Cercana a la Muerte (E.C.M.). Según el doctor Moody, los pacientes que han asegurado vivir este tipo de fenómenos coinciden en un patrón general común de varias fases consecutivas, aunque no todos completan ese itinerario y muchos solo atraviesan por algunas de ellas. Él afirma que su interés sobre lo que hay después de la muerte comenzó cuando estudiaba filosofía y particularmente a Platón, y para él estaba muy claro, no le cabía la menor duda de que Platón tomaba la vida después de la muerte como algo muy serio y real. También así lo hicieron otros grandes filósofos griegos de la antigüedad. Raymond Moody no nació en una familia religiosa ni tuvo contacto con ninguna religión durante su infancia, pero tuvo la oportunidad durante sus estudios de Medicina y Psiquiatría de hablar con miles de personas que habían tenido experiencias cercanas a la muerte. Todas estas experiencias tenían un esquema en común y generalmente las personas le contaban cómo le oían decir a la enfermera, al doctor o a la persona que tenían a su lado durante los momentos siguientes a su muerte clínica: «Oh, está muerto», y lo que le oía decir a la gente que le contaba estas experiencias era que ellos nunca se habían sentido tan vivos mientras todo esto estaba ocurriendo. Según dice, la experiencia es similar a la que sentimos en la mañana cuando despertamos de un sueño y volvemos a la realidad, pero totalmente lo opuesto. Al dejar el cuerpo sienten que este mundo es el sueño, y aquel al cual están entrando es más real que el real. Notan una sensación de hiperrealidad; todos cuentan lo mismo. Todas estas personas, por supuesto, hicieron su viaje de regreso, pero algunos no tienen ni idea de cómo volvieron a sus cuerpos. Dice el Dr. Moody que cuando la persona regresa de una E.C.M., desde el punto de vista de la psiquiatría es muy interesante ya que todas las personas que él conoce están persiguiendo algo, él por ejemplo ha pasado toda su vida persiguiendo el conocimiento (yo he estado persiguiendo lo mismo, más que conocimiento lo llamaría sabiduría), otras personas se pasan la vida luchando para conseguir poder, dinero o fama, pero aquellos que regresan dicen que la vida se trata únicamente de aprender a amar. Eso es lo que todos dicen porque durante la revisión de su vida la persona se dio cuenta de que se sintió satisfecha y complacida de los momentos en que se sintió cariñoso, pero que no se siente nada bien o no se siente para nada dichoso por los momentos cuando no lo fue. Las personas que tuvieron estas experiencias dejaron de temerle a la muerte porque ya sabían que lo que llamamos muerte es una transición desde un modo de existencia a otro. A lo largo de los años, el Dr. Moody tuvo entrevistas también con personas que habían vuelto tras un intento de suicidio, quienes decían que más nunca lo volverían a intentar por dos principales razones: en primer lugar, porque no funciona, las dificultades les acompañarán a donde vayan, se dan cuenta de que tienen que seguir trabajando con el problema de todas formas, y en segundo lugar se dan cuenta del dolor que hubiesen causado a las personas que estaban dejando atrás si el suicidio hubiese funcionado. Por lo demás, las experiencias que tuvieron las personas que intentaron suicidarse son muy parecidas a las experiencias de otras personas que no intentaron quitarse la vida. El Dr. Moody explica que las personas que se han querido quitar la vida repentinamente no son muy distintas a las personas que lentamente atentan contra sus vidas, tal es el caso de los fumadores, bebedores de alcohol, quienes descuidan la alimentación o abusan de ella, quienes participan en actividades riesgosas, corriendo en las carreteras, etc., quienes de alguna manera se suicidan lentamente. Él mismo se pone como ejemplo por el exceso de colesterol que tiene en su sangre. El Dr. Moody es poseedor de numerosos premios internacionales como reconocimiento a su trabajo humanístico, y da conferencias a nivel internacional. Otro notable personaje que vale la pena mencionar por su formación científica y académica y quien asegura haber experimentado la vida después de la muerte y haber regresado, digámoslo así, para contarlo, es el Dr. Eben Alexander, un conocido neurocirujano que durante su carrera operó miles de cerebros y fue profesor de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard por un período de quince años, además de otras universidades. Él ha dado testimonio de haber vivido una realidad extracorpórea durante un estado de muerte comatosa que duró siete días. Durante ese tiempo, su cerebro no presentó ninguna actividad física y lo sumió en un profundo coma a raíz de una meningitis bacteriana muy grave. Su experiencia fuera del cuerpo fue documentada en su totalidad en su libro llamado La prueba del cielo, en el 2013, el cual llegó a ser uno de los libros más vendido según el New York Times durante seis meses. El Dr. Eben cuenta: «Yo fui el peor escéptico por mucho tiempo». Además decía que «una vez que se declara muerte cerebral, no hay posibilidad de recuperación». Y eso fue lo que a él le ocurrió. Los doctores que le habían atendido declararon que su cerebro estaba destruido con daños masivos y con un pronóstico, en caso de sobrevivir, de tener que permanecer recluido en una institución para personas con Alzheimer. Sin embargo, cuando salió del coma, al cabo de siete días, pudo comenzar su recuperación total, e inmediatamente se dedicó a relatar su experiencia de hiperrealidad en el libro que para él, más que contar su propia historia, fue un reportaje neurocientífico. Él no tenía ninguna necesidad de escribir mentiras en su libro, porque no era una de esas personas que le hacía falta el prestigio, la fama o el dinero. En mi percepción personal su testimonio es totalmente genuino y real. Le han preguntado durante entrevistas si las alucinaciones que las personas sufren durante estas experiencias podrían provenir del uso de las drogas que se le aplican mientras está en coma,a lo que él responde que cualquier médico con suficiente experiencia afirmaría que un paciente que tiene una infección bacteriana por más de tres horas y entra en un estado de coma por siete días, no regresa. Quienes han tenido meningitis bacteriana severa no regresan con historias que contar, y menos aquellas con un 2 % de probabilidades de vivir y con un cerebro sin probabilidad de recuperación. La experiencia era demasiado real para ser real. No sucedió en su cerebro, dice, sucedió fuera del universo físico, fuera de su cerebro. El Dr. Eben afirma que el cerebro tiene la función de bloquear como un escudo. Funciona como un protector del acceso al conocimiento de otros mundos, por lo tanto, el cerebro hace la función de un velo aislante. Hace lo mismo que hace el sol que cuando brilla impide que veamos las estrellas durante el día; a pesar de su brillo sabemos que las estrellas están allí. Cuando logramos ver detrás del velo, entonces nos separamos de este aquí y este ahora, del espacio y del tiempo de este reino y percibimos a una escala mucho más grande, con la totalidad de nuestro ser. La corriente del otro lado es distinta a la de este lado del velo, si tuviésemos la consciencia enfocada en los otros mundos, no podríamos sobrevivir en este. Pese a tantas manifestaciones acerca de los E.C.M., tantos casos, tantas historias que de alguna manera coinciden, la comunidad científica en general, salvo excepciones, trata de justificar estas experiencias mediante explicaciones científicas. Primeramente, se estableció la hipótesis de la anoxia que es cuando el cerebro se queda sin oxígeno y se produce lo que se llama un blackout, cuando va desapareciendo la visión periférica y se cierra el campo visual en un túnel hasta que, por fin, la persona pierde el conocimiento. Esta teoría de la anoxia fue refutada fundamentándose en que las personas que han sufrido una E.C.M. han sido capaces de razonar con claridad, mientras que en la hipoxia se sabe que ocurre lo contrario, pues se caracteriza por una pobre capacidad de juicio y un pensamiento volátil. Luego se establecieron otras teorías para encontrar una explicación. No obstante, todavía no hay una teoría contundente y respaldada científicamente sobre cómo se producen estos fenómenos y qué hay detrás de ellos. En general, quienes han vivido estas experiencias, las describen con muchos detalles visuales e incluso deslumbrantes. Las experiencias en los invidentes también son relatadas con descripciones similares a las personas que no tienen problemas visuales. Ellos también describen ricos detalles coloridos. Pero lo más asombroso es que más del 80 % de las personas ciegas han llegado a ver durante su experiencia, incluso aquellas que eran ciegas de nacimiento. El Dr. Kenneth Ring y Sharon Cooper completaron un estudio de dos años sobre las E.C.M. de los ciegos y publicaron sus hallazgos en un libro titulado Visión Mental en el que se documenta la sólida evidencia de 31 casos en los que las personas ciegas proporcionaron información visual e incluso la descripción de los colores de ciertos objetos de manera precisa obtenida durante sus experiencias cercanas a la muerte. Los informes, repletos de imágenes visuales, eran la regla, no la excepción, entre los encuestados ciegos. La historia de anita Moorjani «Todo sucede para tu supremo bien, el universo funciona de manera perfecta». Sanaya Roman Anita tardó solo cinco semanas en pasar de estar prácticamente muerta con metástasis generalizada a estar completamente curada y ser dada de alta del hospital. Ella debió morir en febrero del 2006, ese iba a ser su último día en esta vida, pues los médicos le habían dicho a su familia que apenas le quedaban unas pocas horas de vida. Llevaba cuatro años luchando contra el cáncer, y ya estaba muriendo por un linfoma que consumía todo su cuerpo, que había dañado todo su sistema linfático y creado tumores del tamaño de un limón que se habían extendido desde la base de la cabeza, alrededor del cuello, hacia la parte baja del pecho y desde el abdomen hacia las axilas. Sus pulmones se habían llenado de fluido y esto finalmente la condujo a un estado de coma. Había adelgazado tanto que lucía como un esqueleto recubierto de piel. Los doctores le sugirieron a la familia ese día de febrero que se despidieran porque ese iba a ser el último momento de verla con vida. Mientras Anita estaba en coma, con los ojos cerrados, ella era consciente de todo lo que ocurría a su alrededor, lo que hacían los doctores, su familia, y sentía cómo su visión aumentaba a una visión periférica de 360 grados. Podía ver lo que ocurría alrededor de su cuerpo, pero no solo veía la habitación donde permanecía acostada, sino que su visión iba también más allá. Era como si su consciencia se expandiera y ya no se sentía atada a ese cuerpo. Comenzaba a sentir que podía estar en todas partes simultáneamente. Donde colocaba su atención, allí iba su visión, allí iba ella. Así mismo, podía estar consciente de su hermano que en ese momento estaba en la India tratando de tomar un vuelo para ir a verla, mientras ella, su cuerpo, se encontraba en Hong Kong. Lo vio y sintió que lo acompañó mientras él tomaba el avión. Luego se dio cuenta de que tanto su padre como su mejor amiga, ambos ya fallecidos, estaban presentes con su esencia, mientras la guiaban y se comunicaban con ella. En tanto que todo esto ocurría, Anita se dio cuenta de que de repente tenía absoluta claridad, lo podía entender todo, incluso la razón por la que ella desarrolló el cáncer. Comprendió de repente lo grande que era, lo poderosa que era y que todos lo somos, mucho más de lo que creemos mientras estamos habitando un cuerpo físico. Además, podía darse cuenta de la conexión que existía con todos, estaba conectada a los doctores y a las enfermeras que la trataban, a su hermano, su esposo, su madre, como si todos compartieran una misma consciencia. Podía sentir la resignación de los doctores y de su familia y al mismo tiempo darse cuenta de que no estaba emocionalmente conectada con el drama y aun así, poder comprender lo que sentían, como si todos fueran expresiones de una consciencia única. Eso era lo que sentía. Su padre, que intentaba comunicarse con ella, le decía que ese no era su momento y que tenía que regresar a su cuerpo. Al principio Anita no quería regresar porque sentía que podía escoger, y no quería entrar nuevamente en un cuerpo enfermo y moribundo. No había razones que la hicieran volver para ser una carga para su familia, y continuar sufriendo en ese cuerpo enfermo. Pero en el instante en que estaba pensando eso, comprendió súbitamente que sabiendo lo que ahora sabía y entendiendo lo que causó en ella ese cáncer, si regresaba a su cuerpo, con ese nuevo conocimiento, su cuerpo se curaría muy rápido. En ese instante decidió retornar y sintió cómo su padre y su mejor amiga le decían: «ahora que sabes la verdad de quién realmente eres, vuelve y vive tu vida sin miedos». En ese mismo momento, Anita despertó del coma. Al regreso de su experiencia, del coma, lo que sentía no lo catalogaba como una creencia, un sueño, o una esperanza; para ella era una certeza, cada parte de ella sabía que ya estaba bien, que ya estaba curada. Los doctores se quedaron sorprendidos y apenas lo podían creer. Su familia, aunque muy feliz, aún sentía temor debido a su debilidad, pero Anita les decía: «sé que ya estoy bien, ya me estoy curando, no era mi tiempo». En los cinco días siguientes, los tumores de su cuerpo se redujeron en un 70 %. Después de cinco semanas fue enviada a casa a seguir su recuperación. Luego de su experiencia, Anita sigue hablándole mentalmente a su papá, a su amiga e incluso a su perro que desencarnaron, porque ella ahora sabe que están allí, y se siente guiada. Dice que siempre fue guiada, pero antes no lo sabía conscientemente, y cuando no lo sabemos, no nos abrimos, no estamos alertas. Ahora ella se rinde a eso, y lo permite. La comunicación o las respuestas que llegan del otro lado no vienen necesariamentecomo una voz, pero pueden llegar en forma de señales, signos, incidentes o cosas que suceden. En el otro reino no hay juicios porque no hay nada que juzgar, todos somos puro amor. Allá no hay nada que perdonar, cada quien ha hecho lo que ha hecho porque es lo mejor que sabía hacer en un momento dado, independientemente de sus acciones. Eso se comprende y se siente empatía, compasión y amor. No existe el infierno, no hay castigo de ningún tipo. Cuando te das cuenta de que no hay nada que perdonar, entiendes que tampoco hay nada que juzgar. Las personas que aquí en la Tierra necesitan ser encerradas en cárceles por sus actos contra la sociedad, en el momento que trascienden obtienen tal claridad que se dan cuenta de que todo lo que hicieron, la causa fundamental fue motivada por el miedo, y porque no conocían nada mejor. En el otro lado no existe el castigo porque no hay nadie que te vaya a regañar o a juzgar por lo que has hecho, las razones se te vuelven evidentes al cruzar porque hay claridad y entendimiento, comprendemos cómo nuestros miedos actúan sobre nosotros y sobre cómo actuamos en el mundo. Anita habla del karma como es natural porque eso es parte de su cultura, pero las ideas acerca del karma después de su experiencia cambiaron, creció creyendo que era un castigo que debía recibir por sus acciones pasadas, pero esta idea a raíz de su experiencia se transformó en la comprensión de algo más fluido, algo similar al yin y el yang, y lo describe como lo equivalente a la fuerza que se genera cuando tiras algo hacia un extremo, por ejemplo una cuerda, eso va a originar un impulso para lograr el equilibrio en la dirección contraria con la misma intensidad. Por ello el karma no es un castigo por haber cometido algo perjudicial en el pasado, y tampoco es necesario acumular puntos para restar un posible karma en una vida venidera. Lo único que se debe hacer es seguir los designios del corazón y seguir en la alegría. Es cierto que escogemos en un nivel no consciente lo que queremos experimentar en esta vida, pero ciertamente, no hemos venido con el propósito de sufrir. La vida de Anita cambió completamente después de esta experiencia y en consecuencia cambió su visión del mundo. Escribió un libro contando su experiencia titulado Muero por ser yo y se dedica a dar conferencias llevando su experiencia y aprendizaje a la luz púbica. Finalmente, a Anita le gusta explicar lo vivido con la siguiente metáfora que contó en una conferencia en TED en Bay Area: Imaginemos que estamos en un gran galpón lleno de objetos a total obscuras, y lo único que poseemos es una pequeña linterna con un haz de luz muy limitado, solo podemos ver aquello que enfocamos al dirigir nuestra linterna en esa dirección. Ahora imagina que las luces se encienden y te das cuenta de que el lugar es mucho más grande de lo que podrías haber jamás imaginado que era. El lugar está repleto de estantes y más estantes por todos lados, repletos de toda clase de cosas, todo lo que te pudieras imaginar e incluso lo que no podrías imaginar. Todo lo que existe está en estos estantes, uno al lado del otro. Algunas cosas son hermosas y otras no tanto, algunas grandes y otras pequeñas, con colores que jamás habías visto antes, ni te imaginabas que existían. Algunas cosas extrañas y hasta divertidas, otras ya conocidas porque las habías visto antes a la luz de tu linterna. La mayoría de las cosas son totalmente desconocidas, porque el foco de luz jamás las había iluminado. Ahora imagina que las luces se vuelven a apagar y regresas a tu vieja linterna, a diferencia de antes, ahora, al menos ya sabes que hay algo más, que hay tanto más que existe, que, aunque no lo puedas ver, sabes que simultáneamente está allí, justo al lado de las cosas que sí puedes ver. Ahora sabes que aquello que aunque no lo puedas ver o no lo puedas experimentar no quiere decir que por eso no existe. Así es como ella lo siente y esa luz es nuestra consciencia. Cuando enciendes tu luz sobre algo, ese algo es lo que se convertirá en tu realidad, tu experiencia. Capítulo 3 «Lo que sucede después de la muerte es tan indescriptiblemente glorioso que nuestra imaginación y nuestros sentimientos no bastan para formar ni siquiera una concepción aproximada de ella». Carl Jung Grandes descubrimientos con las regresiones «Tenemos un cuerpo material que podemos ver, tocar, oler y pesar, el cual es controlado por pensamientos, algo invisible que nadie ha podido tocar, oler ni pesar, pero que no se atrevería a negar su existencia». Aurelio Mejía La regresión es el conjunto de métodos que se apoyan principalmente en la hipnosis, a través de la cual el paciente o cliente bajo un estado de alteración de la conciencia puede visualizar y revivir no solo parte de su niñez, bajo las sugerencias del hipnotizador, sino que puede ir incluso más atrás, a vidas pasadas y relatarlas mientras se encuentra bajo una especie de trance. El cuestionar rigurosamente los datos que se obtienen en el transcurso de una sesión, preguntándole a la persona hipnotizada acerca de nombres, lugares, fechas o situaciones históricas, es lo que permite discernir si se trata de una fantasía o de una vivencia real. Los terapeutas que he seleccionado para este libro los he escogido debido a la seriedad de su trabajo, a su profesionalismo y también debido al material que comparten resultado de sus investigaciones que, como se podrá observar, ha traído mucha luz acerca de lo que sucede después de la muerte. Hay muchas personas que hoy en día hacen regresiones, sobre todo aquellas que se ocupan de aliviar síntomas hurgando en las vidas pasadas, pero aquí vamos a relatar lo que ciertos hipnotizadores, pioneros en su especialidad, investigaron, que es el espacio que hay entre una vida y otra. Con estos parámetros he seleccionado a un grupo de tres terapeutas iniciándonos con Dolores Cannon, quien recién hace dos años hizo su transición hacia una mejor vida. Los descubrimientos de Dolores Cannon Antes de ir a dormir, me acostumbré a escuchar audios y videos, que generalmente tomo al azar por internet, y permito que la reproducción automática me traiga temas muy variados. Como tengo dificultad para conciliar el sueño, los prefiero en inglés ya que al tener que poner atención para entenderlos, me quedo dormida muy rápido. Este método me ha traído una manera de dormir sin ofrecer ninguna resistencia. Así fue que me enteré de Dolores. Ella simplemente apareció una de esas noches, y lo que ella transmitía, la información que brindaba, me quitó el sueño de golpe y comencé a averiguar más sobre ella y su trabajo. Dolores Cannon fue una de las personas más influyentes y una de las pioneras en la hipnoterapia de su época. Ella ejerció durante más de cuatro décadas e hizo regresiones a vidas pasadas a varios miles de personas durante toda su carrera. Ella fue capaz de explorar una fuente de conocimiento verdaderamente notable a través de las regresiones que hizo a sus clientes, colocando a disposición del mundo la revelación de algunos de los grandes misterios de la humanidad. Ella decía: «No es como cualquier otra técnica de hipnosis que hay por ahí. Somos capaces de ponernos en contacto con lo que yo llamo la fuerza más grande que hay, y que es una fuente de todo conocimiento». Ella fue una mujer muy curiosa, como ella misma se describía, y esa misma curiosidad fue lo que la llevó a investigar y descubrir a un grupo de seres altamente evolucionados conocidos como los «custodios», quienes se manifestaban durante las regresiones. Estos seres manifestaron que fueron quienes crearon nuestra Tierra y la raza humana. También durante la hipnosis, Dolores al principio trabajaba con la mente subconsciente de la persona, es decir, esa parte donde se encuentra el niño en nosotros, pero a lo largo de treinta años, y al ir profundizando y perfeccionando su técnica, encontró otra parte que cada quien posee al llevar a la persona al estado más profundo posible. Encontró que podía eliminar del todo la interferencia de
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