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I N M U N O L O G Í A Y D E F E N S A D E L H O S P E D A D O R 803 U N ID A D 5 inducida de forma activa mediante la inyección de un patógeno o de sus productos (Figura 24.13) con el objetivo de producir una respuesta inmunitaria protectora. En la inmunidad activa, la introducción del antígeno induce cambios en el hospedador: el sistema inmunitario produce anticuerpos de respuesta pri- maria y, lo más importante, un gran número de células inmuni- tarias de memoria. Debido a la presencia de estas células, una segunda dosis (de «refuerzo» o «recuerdo») ocasiona una res- puesta más rápida y con niveles mucho más altos de anticuer- pos y de células T. Gracias a esta memoria, la inmunidad puede permanecer activa, incluso durante toda la vida. La inmunidad activa artificial se utiliza para proteger a una persona contra un posible futuro contacto con un patógeno, pero tarda varios días o semanas en inducir la inmunidada pro- tectora. Por ejemplo, la inmunización con el toxoide del téta- nos, una versión no tóxica de la exotoxina de C. tetani (tétanos), protege a los individuos contra futuros encuentros con esta exo- toxina, pero no es una terapia eficaz en el caso visto anterior- mente de un traumatismo en un accidente de coche, pues la inmunidad adaptativa eficaz tarda como mínimo una semana en desarrollarse. Vacunas El antígeno o la mezcla de antígenos usado para inducir inmu- nidad activa artificial se conoce como vacuna o inmunógeno. La Tabla 24.4 resume las que existen para enfermedades humanas. La inmunización con una vacuna diseñada para producir una inmunidad activa artificial puede conllevar un cierto riesgo de infección u otras reacciones adversas. Para reducir estos efectos indeseables, se desactivan los patógenos o sus productos o se les hace inofensivos. Por ejemplo, muchas vacunas están constitui- das por patógenos muertos por agentes químicos, como fenol o formaldehído, o por agentes f ísicos, como el calor. El formalde- hído se utiliza también para desactivar virus vacunales, como en la vacuna de la polio desactivada (Salk). De igual manera, la forma activa de una exotoxina no puede utilizarse como inmu- nógeno debido a su efectos tóxicos. Muchas exotoxinas, sin proporcionar protección mientras madura el sistema inmuni- tario del recién nacido. Inmunidad pasiva artificial En la inmunidad pasiva artificial, el individuo que recibe los anticuerpos no desempeña ningún papel en su producción pues los recibe bien a través de la inyección de un antisuero (suero que contiene anticuerpos de la sangre de un individuo inmune) o bien purificados (inmunoglobulina) a partir de un indivi- duo inmune. Estos anticuerpos desaparecen gradualmente del cuerpo y una exposición posterior al antígeno no puede provo- car una respuesta secundaria. La inmunidad pasiva artificial se usa para prevenir o tratar enfermedades infecciosas agudas como el tétanos, así como en el tratamiento de mordeduras de animales venenosos (Figura 24.13). Por ejemplo, un antisuero anti-tetánico se puede admi- nistrar para inmunizar pasivamente a una persona que se sos- pecha que ha estado expuesta a Clostridium tetani a causa de una lesión traumática, como un accidente de coche, pues los anticuerpos en el antisuero proporcionan protección inmu- nitaria inmediata contra la toxina del tétanos. La preparación que contiene los anticuerpos se conoce como antisuero, anti- toxina si los anticuerpos se dirigen contra una toxina, o como anti-veneno si los anticuerpos se dirigen contra un veneno. Los antisueros se obtienen a partir de animales inmunizados, como caballos, o de seres humanos con altos niveles de anticuerpos específicos. También se puede utilizar una mezcla de inmuno- globulinas procedentes de sueros de distintos individuos con el fin de prevenir ciertas enfermedades virales, como la hepatitis A, ya que la mezcla contiene anticuerpos de patógenos comu- nes diversos. Inmunidad activa artificial: vacunación La vacunación o inmunización es la inducción artificial e intencionada de la inmunidad activa y representa un arma importante para la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades infecciosas. La inmunidad artificial puede ser 100 12 Células Th por mm3 de sangre Número de copias de RNA de VIH por ml de sangre 0 6 18 24 30 36 42 48 54 60 66 72 78 840 200 300 500 400 600 700 800 900 Tiempo (meses) tras la exposición al VIH Rango normal de células Th Disminución significativa de células Th Reducción grave de células Th 1.000 Libre de síntomas Ganglios linfáticos inflamados Disminución inmunitaria subclínica Infecciones oportunistas Deficiencia inmunitaria sistémica Muerte 106 104 102 Figura 24.14 Linfocitos T-colaboradores (Th) y progreso del VIH /sida. Una infección por VIH no tratada evoluciona y causa el sida. El número y la capacidad funcional de las células Th disminuye gradualmente, mientras que la carga vírica, medida como copias de RNA específico del VIH por mililitro de sangre, aumenta después de una disminución inicial. La falta de una respuesta inmunitaria eficaz conduce a un aumento de otras infecciones graves y a la muerte. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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