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BioquimicaYBiologiaMolecularParaCienciasDeLaSalud-493

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La senescencia es, en cierto modo, un proceso opuesto a
la carcinogénesis, ya que las células cancerosas son inmorta-
les y pueden dividirse indefinidamente. Por ello no es de
extrañar que muchos de los genes que controlan la senescen-
cia celular normal estén mutados en distintos tipos de cáncer.
De hecho, las mutaciones del locus INK4A-ARF son comu-
nes en el melanoma, y las del p53 son frecuentes en muchos
tumores humanos (véase el Cap. 29).
27.3 CITOQUINAS
Las citoquinas son un grupo numeroso de moléculas de seña-
lización intercelular, de expresión inducible, que regulan el
crecimiento y la diferenciación de muchos tipos celulares. En
este sentido, los factores de crecimiento pueden considerar-
se un tipo de citoquinas. Las citoquinas suelen ser moléculas
pleiotrópicas: tienen una gran variedad de efectos y son capa-
ces de actuar, a veces en sentido opuesto, sobre distintos teji-
dos o tipos celulares. Por ejemplo, el TGFβ es un inhibidor
potente del crecimiento de células epiteliales, pero, sin
embargo, activa la proliferación de células de origen mesen-
quimal.
El carácter pleiotrópico de las citoquinas, su producción
por muchos tipos celulares y su capacidad de actuar sobre
numerosos tejidos, hacen imposible establecer aquí una rela-
ción pormenorizada de sus funciones. Además, la respuesta
final a una determinada citoquina depende de varios factores,
esencialmente el tipo de célula diana y su estado de prolife-
ración y diferenciación, pero, también, la presencia de otras
citoquinas. Sin embargo, es posible establecer algunas carac-
terísticas comunes, tanto estructurales como funcionales. 
En general, las citoquinas son proteínas pequeñas con un
rango de acción paracrino o autocrino. Su síntesis o secreción,
o ambos, por la célula productora es muy baja en condiciones
normales, pero se induce en presencia de los estímulos apro-
piados, que pueden ser, tanto de naturaleza química, como
física. Una vez liberadas, las citoquinas actúan sobre las célu-
las diana mediante su unión a receptores específicos de la
membrana plasmática. Estos receptores pueden ser de varios
tipos. Algunas citoquinas se unen a receptores acoplados a
proteínas G. Otras, como los factores de crecimiento del tipo
del EGF, son reconocidas por receptores con actividad proteí-
na quinasa activados por unión del ligando. Por último,
muchas citoquinas poseen receptores sin actividad enzimáti-
ca intrínseca, pero capaces de activar quinasas intracelulares.
En cualquier caso, las citoquinas disparan cascadas de
transducción de señales que pueden culminar en el control 
de la actividad de factores de transcripción nucleares, con los
cambios consiguientes en la expresión génica de la célula
diana. 
Algunos grupos de citoquinas actúan concertadamente
en el establecimiento e integración de programas biológicos
complejos. Por ejemplo, las interleuquinas (IL) son factores
de crecimiento y diferenciación intercambiados por los lin-
focitos, en respuesta a la presencia de antígenos. La acción
concertada de IL-1 e IL-2, liberadas por los macrófagos tras
el procesamiento de un antígeno, y por los linfocitos T tras su
unión a los macrófagos activados, promueve la proliferación
de poblaciones de linfocitos B y la producción por estas célu-
las de anticuerpos específicos contra el antígeno que originó
la señal. Además, IL-1 induce inflamación y fiebre, en res-
puesta a la presencia de antígenos externos, jugando un papel
esencial en la inflamación aguda. La IL-6 es también un
mediador importante de la respuesta inflamatoria e inmuni-
taria en situaciones de infección o traumatismos.
Otro tipo de citoquinas, las quimioquinas, son proteínas
pequeñas inducibles, de 8 a 10 kDa de masa molecular, que
también participan en los procesos inflamatorios e inmunita-
rios a través de su capacidad de inducir la quimiotaxis de
algunos tipos de leucocitos. Estos son atraídos hacia la zona
de liberación de la quimioquina, y activados. El efecto de las
quimioquinas está mediado por receptores de membrana aco-
plados a proteínas G. Recientemente, se ha demostrado que
uno de los receptores para quimioquinas, el CCR-5, es un
correceptor utilizado por el virus VIH para su entrada en los
macrófagos. Algunos individuos expresan una forma mutada
del receptor CCR-5 que no es reconocida por el virus, de
manera que son mucho más resistentes a la infección por
VIH que el resto de la población.
27.4 CONTROL GENÉTICO DEL DESARROLLO
El desarrollo de un organismo adulto supone, además de la
proliferación celular a partir del huevo fecundado, la diferen-
ciación de líneas celulares que darán lugar a las distintas
estructuras y tejidos corporales. La diferenciación celular
puede definirse como el desarrollo a partir de una célula ori-
ginal de poblaciones celulares especializadas morfológica y
funcionalmente, siguiendo un patrón temporal y espacial per-
fectamente definido. Puesto que todas las células somáticas
de un organismo poseen la misma información genética, la
existencia de tipos celulares distintos depende de diferencias
cuantitativas y cualitativas en la expresión de genes determi-
nados. La regulación diferencial de la expresión génica en el
tiempo y el espacio es la clave de los procesos de desarrollo y
diferenciación. Consiguientemente, la mayoría de los genes
importantes para estos procesos identificados hasta el presen-
te corresponden a factores de transcripción, o a moléculas de
señalización que controlan la actividad de éstos. Estos genes
actúan de forma jerárquica y regulan la aparición de estructu-
474 | Biología molecular y celular
27 Capitulo 27 8/4/05 11:58 Página 474
	BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...)
	CONTENIDO
	PARTE II: BIOLOGÍA Y PATOLOGÍA MOLECULAR
	SECCIÓN VI BIOLOGÍA MOLECULAR Y CELULAR
	27 CRECIMIENTO Y LA DIFERENCIACIÓN CELULAR
	27.3 CITOQUINAS
	27.4 CONTROL GENÉTICO DEL DESARROLLO

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