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Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM División de Educación Continua Departamento de Medicina Cirugía y Zootecnia para Pequeñas Especies Departamento de Etología y Fauna Silvestre ETOLOGÍA CLÍNICA EN PERROS Y GATOS MEMORIAS Del 5 al 8 de marzo de 2003 DIRECTORIO UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Dr. Juan Ramón de la Fuente RECTOR Lic. Enrique del Val Blanco SECRETARIO GENERAL Mtro. Daniel Barrera Pérez SECRETARIO ADMINISTRATIVO Lic. Alberto Pérez Blas SECRETARIO DE SERVICIOS A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Dra. Arcelia Quintana Adriano ABOGADA GENERAL Lic. Armando Labra Manjarrez SECRETARIO DE PLANEACIÓN Y REFORMA UNIVERSITARIA Lic. Néstor Martínez Cristo DIRECTOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA Dr. Luis Alberto Zarco Quintero DIRECTOR MVZ. MSP. Jorge Cárdenas Lara SECRETARIO GENERAL MC. Germán Valero Elizondo JEFE DE LA DIVISION DE EDUCACION CONTINUA MVZ. Joaquín Aguilar Bobadilla JEFE DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA, CIRUGÍA Y ZOOTECNIA PARA PEQUEÑAS ESPECIES Dr. Carlos González Rebeles-Islas JEFE DEL DEPARTAMENTO DE ETOLOGÍA Y FAUNA SILVESTRE COORDINADORES ACADÉMICOS Dr. Luis Fernando De Juan Guzmán Dr. Alberto Tejeda Perea Dra. Anne Maria Sisto Burt COORDINACIÓN ADMINISTRATIVA DIVISION DE EDUCACION CONTINUA MVZ. Patricia Mejia Gutiérrez Lic. Marcela Chapou Videgaray MVZ. Dina Pescador Cano EDITORAS MVZ. Patricia Mejia Gutiérrez Lic. Mariana Figueroa Gómez VERSIÓN ELECTÓNICA MVZ. Patricia Mejia Gutiérrez MVZ. Patricia R. Díaz Güemez La reproducción parcial o total de los trabajos no podrá efectuarse sin la previa autorización por escrito del autor y citando estas memorias como referencia. La información contenida, así como estilo y ortografía en cada uno de los escritos es responsabilidad de los autores. ETOLOGÍA CLÍNICA EN PERROS Y GATOS DR. XAVIER MANTECA* DR. JAUME FATJO** *Universidad Autónoma de Barcelona **Hospital Veterinario. Universidad Autónoma de Barcelona Introducción El origen de la etología clínica como disciplina veterinaria puede situarse en Estados Unidos a mediados de la década de los setenta del pasado siglo. En ese momento, un grupo de veterinarios empieza a tratar los problemas de comportamiento de los animales de compañía combinando conocimientos de diferentes disciplinas, entre ellas, la medicina veterinaria, la zoología, la etología y psicología experimentales y la psicofarmacología. Desde un punto de vista global, el tratamiento de un problema de comportamiento resulta interesante si tenemos en cuenta tres aspectos fundamentales: Casi un 50% de los propietarios de animales de compañía (perros y gatos) catalogan alguna de las pautas de conducta mostradas por sus animales como no deseables o, simplemente, molestas. Una gran parte de los abandonos y eutanasias de animales de compañía se debe a la existencia de problemas de conducta. Los accidentes debidos a conductas agresivas, especialmente por parte del perro, afectan cada año a millones de personas. En nuestro país este problema ha originado desde 1999 una fuerte polémica social, cuya última muestra ha sido la entrada en vigor del Real Decreto 287/2002 sobre la tenencia de animales potencialmente peligrosos. La Etología en la clínica diaria: La incorporación de la etología a la práctica clínica diaria es cada vez mayor en países como Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, y se observa una tendencia similar en nuestro país. Desde un punto de vista práctico, la etología presenta 3 problemas fundamentales para el veterinario: - Consumo excesivo de tiempo: La duración media de una primera consulta de etología puede situarse entre los 45 y los 50 minutos, algo menos tal vez para el gato. Este hecho hace que la incorporación de esta disciplina en el horario normal de consulta sea complicada. Para resolver este problema, muchos veterinarios optan por programar las consultas de etología en el horario de menor actividad, así como delegar ciertas funciones, como la aplicación de las técnicas de modificación de conducta, al personal técnico auxiliar o a un educador canino. - Dificultad para percibir honorarios por este servicio: En muchas ocasiones, el veterinario realiza las consultas sobre etología durante una visita general, en la sala de espera o por teléfono. Para hacer frente a esta dificultad, la solución aplicada por muchos veterinarios pasa por educar desde el principio a los propietarios sobre la importancia de la etología en el bienestar de su animal de compañía. Cuando durante una visita aparece una consulta al respecto, el problema se resuelve en otro momento, en una visita programada. - Interferencia con otros profesionales: De forma tradicional los problemas de conducta del perro han sido competencia de los adiestradores, mientras que los del gato simplemente han quedado en muchos casos sin respuesta. La tendencia futura al respecto parece ser la del trabajo en equipo. El veterinario asumiría principalmente las tareas de diagnóstico y tratamiento médico de los problemas, mientras que la aplicación de las técnicas de modificación de conducta sería competencia de los educadores caninos. Neurofisiología La neurofisiología se ocupa de estudiar la relación entre el funcionamiento del sistema nervioso y la expresión del comportamiento. El origen de esta especialidad puede situarse a lo largo del siglo XIX, momento en que la comunidad científica había asumido por completo el papel del cerebro como único sustrato biológico de cualquier comportamiento. La neurofisiología y la neurociencia actuales tienen un carácter multidisciplinario, en el que confluyen entre otras la anatomía, la fisiología, la biología y la patología. El objetivo primordial de la mayoría de neurofisiólogos ha sido la comprensión de la conducta humana. Sin embargo, el parecido existente entre el cerebro humano y el animal ha hecho que una gran parte de la investigación sobre el tema se haya basado en modelos animales. Como consecuencia de ello, el conocimiento de que disponemos hoy en día sobre neurofisiología de los animales domésticos es, en muchos aspectos, comparable al relativo al ser humano. Un análisis detallado de la neurofisiología de la conducta canina y felina escapa a los objetivos de esta charla. Desde la perspectiva del clínico veterinario, el conocimiento de determinados aspectos de la neurofisiología de la conducta pueden ser de gran ayuda para entender tanto el origen como las posibilidades de tratamiento de numerosos problemas de conducta. En esta línea, repasaremos en primer lugar conceptos generales sobre neurofisiología, y en segundo lugar analizaremos la neurofisiología de la agresividad, de la ansiedad y del miedo y, por último, de la conducta de marcaje con orina en el gato. 1. Conceptos básicos en neurofisiología Neuroanatomía Durante los primeros años de la neurofisiología existió un fuerte debate entre dos puntos de vista opuestos sobre el funcionamiento del cerebro. Uno de ellos asumía que cada área del cerebro desempeña una función específica, de forma independiente. El otro entendía la función cerebral como un todo, en el que ninguna parte puede ser aislada. Con los años la neurofisiología ha adoptado una postura intermedia a ambas visiones. En efecto, existen zonas del cerebro especializadas en determinadas tareas. Sin embargo, el comportamiento es el resultado final de la constante interacción de todas esas partes. Más adelante veremos el control de determinadas conductas, como la agresividad o el miedo, parece estar localizado, aunque no de forma exclusiva, en determinadas zonas del sistema nervioso, en concreto,en el sistema límbico. Neuroquímica Los neurotransmisores son responsables de la transmisión de información de una neurona a otra. Los neurocientíficos cifran en más de 100 el número de sustancias químicas cerebrales. De todos ellos, la dopamina, la noradrenalina, la serotonina y el GABA son los que han recibido una mayor atención por parte de los científicos. Los estudios de neurofisiología han podido asociar determinadas áreas cerebrales con determinados neurotransmisores. Así, por ejemplo, el sistema límbico es rico en neuronas serotoninérgicas. Por ello, la utilización de fármacos que modifican la serotonina puede ayudar a controlar el componente emocional de determinadas conductas, como el miedo o la agresividad. Neuropatología La neuropatología estudia los efectos que una determinada lesión orgánica puede tener sobre el funcionamiento del cerebro, y en definitiva, sobre la conducta. Hasta hace poco ha existido una visión dicotómica entre lo patológico y lo fisiológico. Sin embargo, los avances en las técnicas de diagnóstico, en especial por imagen, han demostrado que algunas conductas hasta un momento consideradas fisiológicas, podrían tener una base patológica. En este sentido, en medicina humana la frontera entre la neurología y la psicología es cada vez más difusa. De forma análoga en etología veterinaria, la existencia de una lesión orgánica se entiende cada vez más como un factor más de los muchos que intervienen en la expresión de la conducta. 2. Neurofisiología aplicada. Neurofisiología de la agresividad Los estudios sobre neuroanatomía demuestran que diferentes formas de agresividad se corresponden con patrones específicos de activación cerebral. Dicho de otro modo, las vías neurales que se activan en una forma de agresividad son diferentes a las que se ponen en funcionamiento en otras. Así, la agresividad puede dividirse en tres categorías: ofensiva, defensiva y depredadora. Las dos primeras se agrupan en una categoría más amplia denominada agresividad afectiva, mientras que la depredadora recibe el nombre de agresividad no afectiva. La manifestación de la agresividad afectiva está muy relacionada con el sistema límbico, y en concreto con una de sus partes, la amígdala. Como ya se ha dicho, las vías serotoninérgicas son especialmente abundantes en el sistema límbico. Diversos estudios en animales de laboratorio relacionan la actividad de este neurotransmisor con la tendencia a mostrar determinadas formas de agresividad. En etología clínica, un estudio reciente correlacionaba una actividad reducida de la serotonina con la presencia de problemas de agresividad competitiva en perros. En concreto, los perros con un menor nivel de serotonina, mostraban una agresividad más impulsiva. Neurofisiología del miedo y de la ansiedad Las respuestas de miedo y de ansiedad están muy relacionadas con dos estructuras cerebrales: el locus ceruleus y el sistema límbico. El locus ceruleus es un pequeño núcleo localizado en el tronco cerebral, que proyecta sus neuronas a diferentes áreas del cerebro medio y del córtex. La activación del locus ceruleus es responsable del aumento del estado de alerta y de la vigilancia que muestra cualquier animal asustado. La acción del locus ceruleus es mediada fundamentalmente por la noradrenalina. Por ello, los fármacos que reducen la actividad noradrenérgica son frecuentemente utilizados para controlar los problemas de miedo y ansiedad. El sistema límbico tienen un papel central en el control de la respuesta emocional del miedo. Al aparecer, el sistema límbico actúa como centro integrador de todas aquellas estructuras del sistema nervioso, desde el córtex al tronco cerebral, que se ponen en marcha en una reacción de miedo. Como ya se ha dicho, la serotonina es un neurotransmisor abundante en el sistema límbico. Por ello, la serotonina y los fármacos que la modifican vuelven a ser fundamentales en el control de las reacciones de miedo y ansiedad. Neurofisiología del marcaje territorial El marcaje territorial en gatos parece estar controlado por dos mecanismos neurofisiológicos distintos. El primero de ellos incluye estructuras cerebrales implicadas en el control de la conducta sexual, como las áreas preópticas del hipotálamo medial. El segundo se relaciona con regiones cerebrales involucradas en la reacción de estrés. El tratamiento del marcaje con orina depende de cuál de los dos sistemas se encuentre involucrado. Así, el marcaje sexual suele corregirse con la castración del gato, mientras que el debido a estrés puede requerir la utilización de medicación ansiolítica. Este modelo neurofisiológico del marcaje con orina constituye un ejemplo final de cómo el conocimiento del funcionamiento del sistema nervioso puede ayudarnos a diseñar estrategias de tratamiento cada vez más específicas y efectivas. Psicofarmacología. La utilización sistemática de psicofármacos en veterinaria se inicia durante la década de los 80 y se encuentra hoy en día en plena expansión. Anteriormente los veterinarios habían utilizado ya algunas moléculas para intentar modificar la conducta de los animales, especialmente benzodiacepinas, fenotiacinas y hormonas. Aunque los citados fármacos todavía encuentran indicaciones en etología, actualmente la psicofarmacología veterinaria tiende a la elección de principios activos más específicos, seguros y sin efectos generales sobre la conducta como la sedación. 1. Consideraciones generales: La utilización de psicofármacos debe entenderse siempre como parte de un tratamiento general, cuyo eje central son las técnicas de modificación de la conducta. Para conductas como el marcaje en gatos o las estereotipias la utilización de psicofármacos resulta en muchos casos imprescindible. La elección de un psicofármaco debe ser específica para aquella conducta que debemos modificar. No deben utilizarse fármacos de forma inespecífica. Antes de utilizar un psicofármaco debe conocerse su mecanismo de acción y sus efectos secundarios. 2. Elementos básicos de la neurotransmisión: Los neurotransmisores son responsables de la transmisión de los impulsos nerviosos de una neurona a otra. En muchos problemas de conducta parece existir un desequilibrio o desregulación de determinados neurotransmisores. La neurotransmisión puede ser modificada de forma relativamente selectiva utilizando fármacos. Esquema general de la neurotransmisión 1º Tras la estimulación de la neurona presináptica, el neurotransmisor es liberado desde la membrana presináptica al espacio sináptico. 2º El neurotransmisor ejerce sus efectos sobre: - Los receptores postsinápticos. - Los receptores presinápticos o autoreceptores. Los receptores pueden ser de tipo excitatorio o inhibitorio. 3º Tras la estimulación del receptor el neurotransmisor es eliminado del espacio sináptico de dos formas: - Acción de enzimas de degradación (pe. MAO) - Recaptación por la neurona presináptica EFECTO "Up/Down regulation" La falta o el exceso crónico de estimulación de una determinada vía de neurotransmisión puede provocar, respectivamente, una sensibilización (Up- regulation) o una habituación (Down-regulation) de los receptores para el neurotransmisor. Este fenómeno parece ser responsable del período de latencia que precisan ciertos psicofármacos antes de ejercer efectos observables. Mecanismo de acción de los psicofármacos - Agonistas (pe. morfina). - Antagonistas (pe neurolépticos). - Agonistas parciales (pe. buspirona). - Inhibidores del enzima de recaptación (pe. IMAO). - Inhibidores de la recaptación presináptica (pe. tricíclicos). 3. Clasificación de los psicofármacos: Los psicofármacos pueden ser clasificados atendiendo a diversos criterios: Indicaciones clínicas en medicina humana (pe. antidepresivos, antipsicóticos, etc.). Estructura química (pe. benzodiacepinas, fenotiacinas, etc.). Acción farmacológica(pe. inhibidores de la recaptación de serotonina, antihistamínicos, etc.). Aunque desde el punto de vista de la etología clínica, la clasificación basada en la acción farmacológica es la más correcta científicamente, a nivel práctico la más utilizada es la que hace referencia a su utilidad clínica en Psiquiatría humana. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los efectos y utilidad de dichos fármacos no serán en la mayoría de los casos transferibles del hombre a los animales. 4. Principales psicofármacos: 4.1. Antidepresivos: Categoría de psicofármacos más utilizada en etología. Incluye los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de la recaptación de serotonina y los inhibidores específicos de la recaptación de serotonina. A. Antidepresivos tricíclicos Principios activos mas utilizados en veterinaria - Amitriptilina - Imipramina Mecanismo de acción Los antidepresivos tricíclicos poseen 5 acciones farmacológicas: Inhibición de la recaptación de serotonina por la membrana presináptica (potenciadores de la serotonina). Inhibición de la recaptación de noradrenalina por la membrana presináptica (potenciadores de la noradrenalina). Efecto anticolinérgico/antimuscarínico. Antagonismo alfa-adrenérgico. Efecto antihistamínico. Acción terapéutica Efecto ansiolítico: relacionado con la acción reguladora de las vías serotoninérgicas. Efecto sedante: relacionado con las actividades anticolinérgica y, sobre todo, antihistamínica. La ligera sedación producida por los TCA es considerada en psiquiatría un efecto secundario. Sin embargo, en etología clínica puede ser de utilidad en el control inicial de animales con una sintomatología muy intensa. Efectos secundarios Diversos, aunque normalmente poco importantes. De hecho, los TCA son considerados fármacos muy seguros por los especialistas en etología. Efectos secundarios más frecuentes: - Sedación intensa. - Constipación. Indicaciones en veterinaria iAMITRIPTILINA PERRO o Ansiedad por separación. o Agresividad por dominancia: sólo cuando el perro muestra algún síntoma de indecisión durante los ataques. o Miedos y fobias. Dosis: 1-2 mg/Kg. q12 GATO o Marcaje con orina. o Agresividad hacia otros gatos. o Alopecia psicógena. o Vocalización excesiva. Dosis: 0.5-1 mg/Kg. q12-24 B. Inhibidores de la recaptación de serotonina Este grupo incluye a la CLOMIPRAMINA como único principio activo. La clomipramina posee la estructura química de un tricíclico y, de hecho, es todavía clasificada por muchos expertos como miembro del grupo anterior. Sin embargo, su perfil farmacológico hizo que se la clasificara, primero como tricíclico atípico y finalmente se la incluyera en una nueva categoría. Mecanismo de acción La característica básica de la clomipramina es una marcada acción serotoninérgica en ausencia de efectos remarcables sobre los otros 4 neurotransmisores afectados por los TCA. Efectos secundarios Similares a los descritos para los TCA. Indicaciones en veterinaria PERRO o Ansiedad por separación. o Trastornos compulsivos. o Miedos y fobias. o Marcaje con orina en machos castrados. Dosis: 1-3 mg/Kg. q12 GATO o Trastornos compulsivos. o Marcaje con orina. o Agresividad hacia otros gatos. Dosis: 0.5 mg/Kg. q24 C. Inhibidores específicos de la recaptación de serotonina (ssri) Los SSRI son una clase farmacológica de creación relativamente reciente. Desde un punto de vista clínico se han querido posicionar en psiquiatría como sustitutos de nueva generación de los TCA. Los principios activos más comúnmente utilizados son la Fluoxetina, la Paroxetina, la Sertralina y la Fluvoxamina. Utilizados en veterinaria iFLUOXETINA Acción farmacología Inhibición específica la recaptación de serotonina por la membrana presináptica. Utilización en medicina veterinaria basada en estudios que han constatado una correlación entre niveles reducidos de serotonina en el SNC, la tendencia a la impulsividad y la manifestación de la conducta agresiva. Efectos secundarios Básicamente gastrointestinales: anorexia, nausea y diarrea. Indicaciones en veterinaria PERRO o Agresividad por dominancia. o Agresividad entre machos. o Marcaje con orina. o Miedos y fobias. o Conductas compulsivas. Dosis: 1 mg/Kg. q24 GATO o Agresividad hacia otros gatos. Dosis: 0.5 mg/Kg. q12 4.2. Ansiolíticos: En esta categoría se incluyen las benzodiacepinas, las azapironas, los barbitúricos y los antihistamínicos. A. Benzodiacepinas (BZD) Principios activos más comunes en veterinaria - Diacepam - Cloracepato - Alprazolam Mecanismo de acción Moduladores alostéricos positivos sobre los receptores GABA A. - Efecto ansiolítico, sedante, anticonvulsivantes y relajante muscular. Las principales diferencias entre los principios activos presentes en este grupo se deben principalmente a sus características farmacocinéticas: vida media, rapidez en alcanzar niveles plasmáticos, etc. Es importante tener en cuenta que los tiempos de vida media de las benzodiacepinas son sensiblemente inferiores en animales de compañía que en el hombre. Efectos secundarios y reacciones adversas Las benzodiacepinas son considerados fármacos relativamente seguros, especialmente en lo que respecta a su amplio margen terapéutico. Entre los efectos no deseados asociados a la utilización de BZD en animales destacan los siguientes: Sedación. Reacciones paradójicas de excitación. Necrosis hepática idiopática en gatos, especialmente tras la utilización de Diazepam. Indicaciones en veterinaria PERRO o Miedos y fobias. o Complemento de los antidepresivos tricíclicos en el tratamiento de la ansiedad por separación. Dosis: Diazepam, 0.55-2.2 mg/Kg. PO prn Alprazolam, 0.125-1 mg/kg. PO q12 Clorazepato, 11.25-22.5 mg/perro PO q24 GATO o Marcaje territorial. o Conductas compulsivas. Dosis: Diazepam, 0.2-0.4 mg/Kg. PO q12-24 Precauciones especiales En general, evitar la utilización en la corrección de problemas de agresividad. Puede potenciar aun más la conducta agresiva. B. Azapironas El único miembro de la familia cuya utilización está aprobada es la BUSPIRONA. Mecanismo de acción Agonista parcial de los receptores serotoninérgicos 5HT1A. Efectos secundarios La buspirona es probablemente el psicofármaco más seguro y con un perfil de efectos secundarios más bajo. Indicaciones en veterinaria PERRO En general, poco efectiva o Agresividad por dominancia. o Ansiedad por separación. o Miedos y fobias. Dosis: 1 mg/Kg. PO q8-12; 10-15 mg/perro GATO o Marcaje con orina. o Agresividad. o Ansiedad. Dosis: 2.5-5 mg/gato q8-12 EL DESARROLLO DE LA CONDUCTA DR. XAVIER MANTECA* DR. JAUME FATJO** *Universidad Autónoma de Barcelona **Hospital Veterinario. Universidad Autónoma de Barcelona 1. Períodos del desarrollo: Las primeras semanas de la vida del perro se caracterizan por un proceso de cambio continuo, tanto desde un punto de vista físico como de conducta. El conjunto de acontecimientos que tienen lugar durante los 4 primeros meses de la vida del perro pueden agruparse en tres grandes bloques: A Desarrollo conductual B Defensas frente a la enfermedad C Necesidades nutricionales Durante las primeras semanas de vida las necesidades del cachorro son básicamente físicas. Precisan calor, alimento, descanso y la estimulación del reflejo de la micción y la defecación. Con relación a su desarrollo tras el nacimiento el perro se considera una especie altricial. El perro nace con un sistema nervioso todavía inmaduro. Ello hace que durante las 3 primeras semanas de vida sus habilidades sensitivas y motoras sean reducidas. De hecho, existe una buena correlación entre la conducta y el grado de desarrollo del sistema nervioso en cada momento (conexiones neuronales y grado de mielinización). Aunque eldesarrollo debe entenderse como un proceso continuo podemos describir en el perro 5 períodos característicos: Periodo Prenatal Corresponde al período de tiempo anterior al nacimiento. Su significación con relación a la futura conducta del perro no ha sido todavía bien determinada. Sin embargo, en otros mamíferos se ha podido comprobar que experiencias, como el estrés, sufridas por la madre durante la preñez pueden influir sobre la conducta del feto una vez adulto. Período Neonatal (0-15 días) Comprende los primeros 15 días de vida del perro. Los cachorros permanecen la totalidad del tiempo durmiendo o mamando. Durante el período prenatal y contrariamente a lo que se pensaba, puede observarse ya algún tipo de aprendizaje, aunque rudimentario. Existe sensibilidad al tacto y al parecer pueden ser captados ciertos sabores y posiblemente también algunos olores. Al margen de ello tanto los ojos como los canales auditivos permanecen aún cerrados. Reflejos durante el periodo neonatal: Varios reflejos se encuentran presentes durante las primeras semanas de vida, para luego desaparecer progresivamente. - Reflejo flexor Desde el nacimiento hasta el 4º día de vida. suspender al cachorro por el cuello, se observa una dominancia” de los músculos flexores del tronco. - Reflejo extensor De los 4 días a la tercera semana de edad. Al suspender al cachorro por el cuello, se observa una “dominancia” de los músculos extensores del tronco. - Reflejo de “Rooting” Desplazamiento reflejo del cachorro hacia cualquier objeto caliente situado cerca de su cabeza. Desaparece alrededor del 4º día. - Reflejo perineal El cachorro precisa ser estimulado por la madre en la zona perineal para poder defecar y orinar. Desaparece hacia la tercera semana de vida. Período de Transición (de 15 a 21 días) Durante este período el cachorro acaba de abrirse al mundo exterior. Los ojos y los canales auditivos se abren, si bien dichos sentidos tardarán todavía algunas semanas en madurar por completo. Los cachorros ya no necesitan la intervención de la madre para desencadenar el reflejo de la micción y de la defecación. Durante esta fase empieza a aparecer la dentición decidua y se observan los primeros indicios de juego entre los cachorros. Período de Socialización (de 3 a 12 semanas de edad) Constituye el período más importante en la vida del perro y que más consecuencias tendrán sobre su conducta y temperamento futuros. Durante el período de socialización tiene lugar el destete y se desarrollan casi definitivamente las relaciones sociales del cachorro con los miembros de su propia y de otras especies. El cachorro comprueba los efectos de su conducta sobre su madre y hermanos, y aprende a controlar la fuerza de su propia mordedura. Hacia la 7ª semana pueden observarse pautas de conducta típicas del adulto. Período Juvenil (de los 3 meses a la llegada de la pubertad) Tras el período de socialización el cachorro incrementa progresivamente tanto su tamaño como sus habilidades conductuales. Durante el período juvenil se observa un descenso en la capacidad para formar relaciones sociales con especies desconocidas, a la vez que se observa un aumento en la conducta de exploración del entorno mostrada por el perro. Aunque la pubertad se alcanza normalmente alrededor del año, para muchos especialistas los perros no pueden considerarse socialmente maduros hasta los 18 o 24 meses de edad. Es importante mantener al perro en contacto regular con personas y otros perros durante el período juvenil. De lo contrario, un cachorro bien socializado podría “desocializarse” si se mantuviera durante mucho tiempo aislado de las personas o de los perros. 2. Manejo de cachorros y prevención de problemas de conducta: 2.1. Socialización y edad al destete: El cachorro debe recibir durante el período de socialización suficiente contacto, tanto con el hombre como con otros perros. Cuando no se conoce el ambiente que rodea al cachorro, la edad óptima para la adopción se sitúa en torno a las 7 semanas. Cuando se conoce el ambiente del cachorro, y es adecuado, algunos autores proponen una edad de adopción alrededor de las 10-12 semanas. En general, los cachorros separados de la madre por debajo de las 3-4 semanas son más propensos a presentar problemas de conducta en el futuro. 2.2. Problemas de socialización: El pronóstico de un problema de socialización es siempre desfavorable Falta de contacto con el ser humano antes de las 12 semanas Cachorros excesivamente miedosos o agresivos hacia el ser humano. Falta de contacto con otros perros antes de las 12 semanas Típico de cachorros huérfanos o destetados deforma prematura. Cachorros excesivamente miedosos o agresivos hacia otros perros. Programas de socialización para cachorros En otros países, cada vez ganan una mayor popularidad. Reuniones de cachorros sanitariamente controlados en la clínica veterinaria. Permiten la interacción del cachorro con otros perros y con diferentes personas. Algunos veterinarios complementan las sesiones con un programa de educación canina básica. 2.3. Períodos de desarrollo del gato: El desarrollo del gato no ha sido estudiado tan a fondo como el del perro. Sin embargo, desde un punto de vista práctico encontramos también un período de socialización, que aquí se extiende desde la segunda a la séptima semana de vida. Las implicaciones de la existencia de este período de socialización sobre la conducta del gato son similares a las del perro. CONDUCTA SOCIAL Y PROBLEMAS DE AGRESIVIDAD DEL PERRO DR. XAVIER MANTECA* DR. JAUME FATJO** *Universidad Autónoma de Barcelona **Hospital Veterinario. Universidad Autónoma de Barcelona 1. Conducta social y comunicación La mayoría de los problemas de convivencia que aparecen entre el perro y el ser humano se deben a conflictos de tipo social entre ambas especies. Para poder corregir y evitar problemas de conducta es imprescindible para el veterinario posea un buen conocimiento de la conducta social natural del perro y de sus sistemas de comunicación. Conducta social LA CONDUCTA SOCIAL DEL LOBO Resulta muy difícil para los expertos estudiar la conducta social natural del perro, ya que esta se ve fuertemente afectada por la propia intervención del hombre al mantenerlo en cautividad. Por ello, con frecuencia se recurre al lobo como modelo de estudio sobre el comportamiento de los perros en sociedad. Existen tres sistemas de organización social entre los cánidos: Tipo I: Se caracteriza por la existencia de individuos que viven y cazan en solitario. Durante la época de la reproducción, se forman parejas entre machos y hembras de forma temporal, que cooperan en la crianza de los cachorros. Tipo II: Consiste en la formación de parejas permanentes a las que se unen los cachorros nacidos durante ese año. Llegada la siguiente época reproductiva, la mayor parte de dicha descendencia se dispersará para formar nuevos grupos. Tipo III: Caracterizado por la formación de grupos más o menos numerosos, normalmente emparentados, que cooperan en las tareas de caza, defensa del grupo frente a posibles enemigos y también en el cuidado de las crías. Dichos grupos, se denominan manadas y constituyen el sistema de organización más complejo que pueden adoptar los cánidos. El lobo, influido por circunstancias ambientales como la densidad de población o el tipo de presa, puede organizarse en cada uno de los tres sistemas descritos. La Jerarquía Uno de los inconvenientes que conlleva la vida en grupo es la aparición de conflictos por la posesión de un recurso, especialmente cuando este es escaso. Los lobos acostumbran a competir por recursos como el alimento o la posibilidad de aparearse con un animal en concreto. Si cada vez que dos miembros de la manada entrasen en competencia tuvieranque luchar para elegir un ganador, las peleas serían continuas, con los inconvenientes obvios que tal situación supondría. La jerarquía es un sistema de organización social por el que se establece un orden de prioridad a la hora de acceder a un recurso, evitando con ello la utilización continua e innecesaria de la violencia. Cuando se produce una situación de conflicto, el individuo dominante demuestra su status ante el sumiso a través de toda una serie de señales comunicativas, fundamentalmente de tipo visual. Ante estas manifestaciones de poder, el otro animal reacciona dando gestos de sumisión, quedando resuelta la disputa. Contrariamente a lo que podría parecer, la existencia de una jerarquía estable dentro del grupo reduce la agresividad, pues impide la aparición de peleas. La jerarquía en el perro doméstico Aunque con algunas diferencias, la estructura social del perro reproduce esencialmente la observada en el lobo. En los machos, la edad y el peso corporal influye en el establecimiento de las relaciones de dominancia-sumisión entre dos individuos. En general, los animales muy jóvenes o muy viejos tenderan a ocupar aquellas posiciones más bajas dentro de la pirámide de poder. El proceso de formación de jerarquías se basa en la existencia de un lenguaje ritualizado, en el que las señales de tipo visual poseen un papel fundamental. LA COMUNICACION La comunicación en el perro Una de las características fundamentales que permiten definir al perro como especie animal es aquella que hace referencia a su estructura social. Los perros, al igual que sus antepasados los lobos han basado gran parte de su exito en la posesión de una estructura social altamente compleja y organizada. Si se piensa en el caso de la especie humana, es fácil darse cuenta de las ventajas que supone la vida en comunidad. En el caso de los cánidos, la organización en grupos ofrece la capacidad de poder cazar de una forma más eficiente, al mismo tiempo que reduce el peligro de sufrir un ataque por parte de otros depredadores. Para que dicha estructura social no funcione de un modo caótico es necesaria la existencia de un sistema que permita una buena comunicación entre cada uno de los miembros que la integran. Para comunicarse con sus semejantes, el perro utiliza principalmente tres de sus sentidos: la visión, el olfato y el oido. Mediante dichos canales sensoriales el perro es capaz de mostrar sus intenciones a la vez que percatarse de las intenciones del resto de sus compañeros. En último término, los fenómenos de comunicación permiten que la conducta de un individuo (el emisor) pueda modificar el comportamiento de otro individuo (el receptor) y viceversa. En su convivencia con el hombre, el perro aprende a considerarlo como miembro de su propia manada. En la medida en la que el propietario sea capaz de entender el "idioma" de su perro, tendrá la posibilidad no sólo de comprender sus intenciones y sus estados de ánimo, sino de poder llegar a influir en su conducta de una forma correcta y natural. De los diferentes tipos de comunicación que utiliza el perro, el de carácter visual es el que cuenta con un mayor interés práctico. El hombre y en general todos los primates, es una especie fundamentalmente visual. Por ello, el lenguaje visual del perro el que más fácilmente puede llegar a entenderse y dominar. Comunicación visual En general, las posturas del perro podrían clasificarse como aquellas que incluyen un mensaje de dominación o de autoridad y aquellas que comportan una actitud de sumisión. En las posturas dominantes, el animal tiende a "aumentar su tamaño" erizando el pelo, levantando la cabeza y situando su cola en posición erguida y rígida. En las muestras de sumisión, por el contrario, el animal tiende a "encoger". Para conseguirlo el lomo adopta una posición encorvada, la cola se esconde, la cabeza desciende y las orejas se pliegan. La rigidez que presenta el lenguaje corporal del perro en cuanto a su interpretación supone una gran ventaja desde el punto de vista de su adaptación evolutiva: la ausencia de ambigüedades. De existir éstas, la comunicación entre diferentes individuos del grupo resultaría muy difícil, favoreciéndose la aparición de peleas incontroladas. Este último hecho conduce a la última y verdadera función de la comunicación, la influencia que a través de ella un individuo puede ejercer sobre otro. La comunicación olfatoria La comunicación a través del olfato interviene en numerosas facetas del comportamiento del perro. En general, los mensajes de tipo olfatorio se relacionan con la identificación individual, la territorialidad y la reproducción, desde las conductas de cortejo hasta el apareamiento. La comunicación olfatoria puede utilizarse de forma directa o indirecta. Comunicación directa En la comunicación olfativa directa tanto el emisor como el receptor del mensaje se hallan presentes. En muchos de los encuentros que se producen entre dos perros, ambos animales se investigan mutuamente, concentrándose sobre todo en la zona genital y en la boca. Los mensajes químicos captados por esa vía, suponen una fuente importante de información para ambos animales. (Por ejemplo, son capaces de informar al macho sobre el estado reproductivo de la hembra, es decir, si se encuentra o no en celo. También parecen ser responsables de la agresividad que se desencadena en muchos encuentros entre individuos del mismo sexo.) Comunicación indirecta Una de las posibilidades interesantes que ofrece la comunicación a través del olfato es la de depositar marcas o "huellas" personales en un lugar determinado. ( A través de la exploración de una marca de tipo olfativo, un perro es capaz de identificar no sólo la especie, sino también el sexo, el estado reproductor e incluso el rango jerárquico del animal que ha depositado previamente dicha marca.) En este sentido el olfato permite, a diferencia de otros sentidos como la vista o el oído, traspasar la barrera del tiempo, posibilitando la comunicación entre dos individuos sin la necesidad de que estos coincidan en un lugar, en un instante determinado. En cierto sentido, el olfato es para el perro lo que la escritura es para el hombre, es decir, la posibilidad de transmitir un mensaje sin la necesidad de que el emisor del mismo se encuentre presente. El marcaje con orina es una de las pautas de comportamiento más típicas del perro. Al margen de la pequeña expulsión de orina que se pueda producir, la función de dicha conducta es la de depositar marcas olfatorias que informen tanto de la identidad como del rango jerárquico y el estado reproductor del animal que la realiza. El marcaje con orina "levantando la pata" es una conducta típica de machos adultos, aunque ocasionalmente también algunas hembras pueden llevarla a cabo. Las feromonas Para que un sistema de comunicación pueda existir como tal, son necesarios tres elementos fundamentales: un emisor, un receptor y un canal adecuado de trasmisión de la información. Además del olor corporal formado por las diferentes secreciones del organismo, el perro utiliza un segundo canal de transmisión olfatoria, basado en la emisión y captación de unas sustancias químicas denominadas feromonas. Las feromonas, son compuestos volátiles elaborados en distintos puntos del organismo y que se encuentran presentes en los fluidos corporales del perro. En el perro, pueden hallarse feromonas principalmente en la saliva, en la orina y en las secreciones de la zona anogenital. La producción de muchas feromonas se encuentra controlada por las hormonas sexuales del animal. Así, la orina de una hembra en celo contiene feromonas específicas, en concreto una sustancia denominada metil-p- hidroxibenzoato, responsables de la casi irrefrenable atracción que sienten los machos al detectarlas. De forma similar, la orina de un macho entero no tiene la misma composiciónque la de un macho castrado. Ello explica el hecho de que muchos machos una vez castrados, no provoquen las mismas respuestas de agresividad en otros machos que las que aparecían antes de haber sido operados. 1. Problemas de agresividad Desde el punto de vista biológico, el comportamiento agresivo puede clasificarse en 2 categorías: intraespecífico e interespecífico. El comportamientos intraespecífico comprende aquellas conductas dirigidas hacia miembros de una misma especie, mientras que el comportamiento interespecífico se refiere al dirigido hacia individuos de otras especies. Desde un punto de vista teórico, la agresividad de los perros hacia las personas sería de naturaleza interespecífica. Sin embargo, el proceso de socialización hace que el cachorro identifique, en cierta forma, a las personas como miembros de su propia especie. Por ello, las pautas de conducta que muestra un perro hacia el ser humano pueden considerarse intraespecíficas. La agresividad intraespecífica puede ser dividida también en dos categorías: intragrupal y extragrupal. La primera se refiere a la agresividad que ocurre entre los miembros de la manada, ya sean personas u otros perros, mientras que la segunda explica la agresividad que se dirige hacia los individuos de otras manadas. 1. Análisis de riesgo: Precisamente por el deber ético de garantizar al máximo la salud pública y el bienestar de los animales, cualquier veterinario debe ser capaz de atender consultas de etología, o en último término, referirlas a un especialista. Muchos casos pueden ser satisfactoriamente controlados, sin riesgo para los propietarios del animal. En caso contrario, el veterinario debe decidir a priori si el caso debe ser o no tratado. Desde un punto de vista ético y, en algunos países también legal, el veterinario se responsabiliza junto con los propietarios de las posibles acciones del perro una vez iniciado el tratamiento. En la tabla 1 se indican los factores que, a nuestro entender, incrementan el riesgo y empeoran el pronóstico de un caso de agresividad. Tabla 1 FACTORES DE RIESGO EN LOS CASOS DE AGRESIVIDAD CANINA Y FELINA * Los ataques de producen de forma inesperada, poco predecible. * El animal no da ningún aviso antes del ataque. * El ataque es violento y resulta difícil detener al animal. * En el perro, animales de más de 15-20 Kg * Presencia de niños pequeños, ancianos o discapacitados físicos o psíquicos en la familia. 2. Agresividad hacia los miembros de la familia: La agresividad por dominancia es el problema de comportamiento agresivo que con más frecuencia es presentado al veterinario. Definición La agresividad por dominancia es un problema de tipo jerárquico entre el perro y uno o más de sus propietarios. Otras denominaciones Agresividad competitiva. Sociopatía. Origen El sistema de organización social de los perros se basa en la jerarquía. En un sistema jerárquico el individuo dominante tiene acceso privilegiado a la comida, al lugar de descanso y a todo aquello que pueda considerar de valor. Cuando viven con las personas, los perros muestran pautas de conducta social muy similares a las que manifestarían con otros perros. Por ello, resulta relativamente frecuente encontrar perros que parecen no aceptar el dominio de sus dueños, que deberían ser los líderes del grupo. Si ello ocurre el perro se comportará de forma agresiva cada vez que se cuestione uno de sus supuestos privilegios. La agresividad por dominancia es un problema multifactorial, en el que intervienen elementos tanto de tipo genético como ambiental (Fig. 1). La tendencia a mostrar agresividad por dominancia podría ser superior en determinadas razas y, en general, es más frecuente en los machos que en las hembras. TENDENCIA A MOSTRAR DOMINANCIA APRENDIZA GENETIC AGRESIVIDAD POR DOMINANCIA FACTORES HORMONAL Fig. 1. Modelo teórico del desarrollo de la agresividad por dominancia. Diagnóstico La categorización de un problema de agresividad canina se basa en tres aspectos fundamentales: el blanco de los ataques, los contextos en que parecen y la postura del perro durante las interacciones agresivas. En este sentido, la agresividad por dominancia se manifiesta siempre hacia miembros de la familia, en situaciones competitivas y, en su forma típica, a través de una postura corporal ofensiva. El perro dominante se comporta de forma agresiva cada vez que sus propietarios hacen algo que el perro interpreta como un gesto de dominancia (Tabla 1). El perro con un problema de agresividad jerárquica intenta además demostrar su posición con actitudes más sutiles, que no siempre son vistas como un gesto dominante (Tabla 2). Tabla 1. Situaciones en las que un perro dominante puede mostrar agresividad (no es necesario que lo haga en todas). o Quitarle de la boca comida, un hueso u otros objetos. o Intentar desplazarlo del lugar donde descansa. o Acariciarlo. o Cepillarlo, bañarlo o curarle una herida. o Colocarle un bozal o la correa. o Impedir su entrada en un lugar determinado. o Hacerlo entrar en un lugar determinado. (p.e. encerrarlo en la terraza). o Castigarlo. o Establecer contacto visual directo con la persona. En ocasiones el perro puede parecer que gruñe de forma espontánea, en respuesta a “desafios” que el propietario no es capaz de identificar. Tabla 2. Otras actitudes de un perro dominante para reafirmar su status. o Sube o apoya las patas encima de sus propietarios. o Exige caricias o atención dando golpes con la cabeza o con las patas. o Ladra para obtener atención. La agresividad por dominancia puede aparecer de forma progresiva y, en ocasiones, a una edad temprana. Algunos cachorros muestran las primeras señales de dominancia al proteger su comida, su hueso, su lugar de descanso o al no aceptar el castigo de sus dueños. Las relaciones de dominancia se forman a través de interacciones agonísticas entre cada pareja de individuos del grupo. Una vez establecidas su mantenimiento se consigue a través de un lenguaje ritualizado, que evita la aparición continua de luchas entre los diferentes miembros del grupo. En un encuentro, el individuo considerado hasta ese momento dominante mostrará todo un repertorio de señales comunicativas propias de la dominancia, como orejas erguidas, cabeza y cola altas, labios fruncidos y gruñidos. Ante estas señales el otro individuo deberá responder con señales propias de la sumisión, como orejas, cabeza y cola bajas. De no hacerlo, la hasta entonces ritualizada, pasará a ser una lucha real, cuyo vencedor verá reafirmada su dominancia. Complicaciones en el diagnóstico La agresividad por dominancia descrita hasta el momento corresponde a la forma típica, en la que todos los elemento son relativamente fáciles de identificar. Sin embargo, la agresividad por dominancia es un problema muy complejo, cuyas presentaciones pueden en muchos casos diferir sensiblemente del modelo clásico. A efectos prácticos vamos a describir los 2 componentes que a nuestro entender influyen más en la heterogeneidad de la agresividad por dominancia. Impulsividad Entendemos por impulsividad aquella situación en la que las señales de amenaza, gruñidos y labios fruncidos, reducen su presencia e incluso desaparecen por completo. En tal caso la mordedura aparece ante la primera señal de provocación, sin que el propietario pueda anticipar el ataque. Ansiedad Los problemas de agresividad por dominancia en muchas ocasiones adquieren un curso crónico, debido en la mayoría de casos a la resistencia del dueño a buscar ayuda especializada. Entre tanto, el propietario suele aplicar soluciones caseras para el problema, entre ellas la aplicación de castigo físico. Además, la actitud de los propietarios puede resultar confusa para el perro, que ve como en ocasiones se comportan frente a él de forma dominante,mientras que en otras lo hacen de forma sumisa. El resultado es la aparición de un estado de estrés o de ansiedad en el perro que puede conducir a la deformación del cuadro clínico original. Las posturas del perro pueden incluir señales de miedo o sumisión, mezcladas con otras propias de la dominancia. Así mismo y como ya se ha dicho, la secuencia natural de la agresividad puede verse sensiblemente modificada. La existencia de componentes de impulsividad o ansiedad es la principal justificación para la utilización de fármacos ansiolíticos en el tratamiento de la agresividad por dominancia. Tratamiento Incluye tres líneas de actuación: Castración No se ha conseguido demostrar una correlación directa entre castración y reducción de la agresividad por dominancia. Sin embargo, ante la duda y si el propietario está conforme es mejor castrar al animal. IMPORTANTE: Nunca debe castrarse a una hembra para corregir este tipo de problema, ya que podría incluso empeorar la situación. Tratamiento farmacológico En los últimos años se ha sugerido la utilización de numerosos psicofármacos en el tratamiento de la agresividad por dominancia. La mayoría de ellos actúan modulando la actividad serotoninérgica cerebral. Como antes se ha comentado, la serotonina parece jugar un papel fundamental en la presentación de determinadas formas de agresividad, especialmente aquellas que incluyen componentes de impulsividad o ansiedad. Actualmente la amitriptilina, la fluoxetina y la paroxetina son los fármacos más recomendados por los especialistas. Es importante recordar que la utilización de benzodiacepinas está contraindicado en un caso de agresividad, por su efecto desinhibitorio sobre la conducta agresiva. Modificación de conducta Constituye la parte central del tratamiento. Sus objetivos son: -Evitar, en la medida de lo posible, cualquier situación que pueda desencadenar un episodio agresivo. -Reforzar el papel dominante de los propietarios sobre el perro. Evitar episodios agresivos Su función básica es evitar la aparición de episodios de agresividad, especialmente durante las primeras fases del tratamiento. Debe incluir todas aquellas situaciones en las que el perro ha dado muestras de agresividad con anterioridad: -No molestar al animal mientras duerme o descansa. -Eliminar cualquier juego que pueda parecerse a una lucha. -Situar su plato de comida en un lugar donde pueda comer solo para evitar enfrentamientos. -Eliminar cualquier tipo de castigo físico o verbal. -No manipular o forzar al perro físicamente. Reforzar el papel dominante del dueño Su objetivo es conseguir un nuevo equilibrio en la jerarquía familiar, donde el perro debe aceptar la dominancia de sus dueños. -Suprimir cualquier tipo de caricia hacia el perro durante un período de 1 semana. -Durante esta fase, el perro no debe recibir nada más que su plato de comida, su agua y el resto de cuidados esenciales. -Conseguir una buena obediencia ante, al menos, el comando de "Siéntate". Este punto es muy, muy importante ya que es la mejor forma de ejercer un control sobre el perro sin utilizar castigos. Una vez conseguido este objetivo, el animal deberá sentarse para obtener cualquier cosa de sus dueños. -Alimentar al perro siempre después de que lo hayan hecho sus propietarios. Estas indicaciones deben ser seguidas de forma estricta por parte de todas las personas que conviven con el perro. Los problemas de agresividad por dominancia, se establecen entre el perro y cada uno de los miembros de la familia. De esta forma, un perro puede comportarse de forma correcta con un miembro de la familia, mientras que con el resto no lo hace. El tratamiento de la agresividad por dominancia permite obtener resultados en un plazo medio de 2-3 meses. Sin embargo, es importante recordar que la agresividad por dominancia es un proceso dinámico y que muchas de las recomendaciones del tratamiento deberán ser mantenidas durante toda la vida del perro. 3. Agresividad hacia personas desconocidas y otros perros: La agresividad hacia personas y otros perros desconocidos pueden considerarse, como ya se ha comentado, formas de agresividad intraespecífica-extragrupal. Desde un punto de vista biológico, estas formas de agresividad tendrían dos funciones: proteger el territorio y los recursos a que tiene acceso el grupo, y defender a los propios miembros del grupo de un posible ataque. Esta doble función explicaría que algunos perros adopten una postura ofensiva, otros muestren una postura defensiva y un gran número manifiesten una mezcla de ambas. Origen Un perro puede desarrollar una conducta agresiva hacia las personas o hacia otros perros que no forman parte de la familia por diversas razones que, además, interactúan entre si. Genética En primer lugar es importante destacar que cualquier perro, con independencia de su raza, puede mostrar conductas agresivas. No obstante, algunos estudios apuntan la posibilidad de que determinadas razas muestren una mayor predisposición a presentar determinados problemas de agresividad. La mayor o menor tendencia de una raza a mostrar una determinada conducta agresiva dependerá de su función biológica. Por ejemplo, si una determinada línea de pastor alemán muestra una cierta predisposición a los problemas de miedo, la agresividad cuya aparición podría verse favorecida sería la relacionada con la autodefensa, y no otras como la territorial o la intrasexual. Hasta la fecha, no existen estudios sistemáticos que permitan clasificar o cuantificar la predisposición de cada una de las razas a mostrar cada una de las formas de agresividad extragrupal. Aunque no libre de problemas metodológicos, el estudio realizado por Benjamin Hart en la Universidad de Davis (California) durante la década de los 80 es el que más se acerca a este objetivo. Según sus resultados, tanto la tendencia a la agresividad territorial hacia personas y otros perros como a los enfrentamientos entre perros sería superior en determinadas razas. No obstante, el mismo trabajo señala que la influencia de la genética sería en todo caso moderada. Maduración de la conducta De forma análoga al crecimiento físico, el comportamiento también muestra un proceso de cambio o desarrollo a lo largo de la vida, fruto de la maduración del sistema nervioso central. La maduración de la conducta explica en gran parte las diferencias observadas entre la conducta propia del cachorro y la del perro adulto. La aparición de algunas formas de agresividad parece deberse en su mayor parte a un proceso de maduración de la conducta. Al no identificarse factores externos desencadenantes del problema, el propietario puede tener dificultades para entender por qué su perro, que hasta ese momento había sido un animal dócil, empieza a mostrar una conducta agresiva. Hormonas sexuales Las hormonas sexuales modulan la presentación de las conductas sexualmente dimórficas, entre ellas, algunas formas de agresividad. En el macho, las únicas formas de agresividad sobre las que la testosterona ejerce un control destacable son la agresividad intrasexual y, en menor medida, la agresividad jerárquica. Desde un punto de vista clínico, este hecho permite al veterinario decidir en qué casos está indicada la castración y en cuales no. Por ejemplo, la agresividad territorial, aunque más frecuente en los machos, no responde a la castración. En la hembra, la castración sólo está justificada si coincide con la llegada del celo o con la pseudogestación. De no ser así, la castración podría incluso incrementar su agresividad. Cuando se recomienda la castración para el tratamiento de un problema de comportamiento, resulta esencial explicar al propietario que sólo afectará a aquellas conductas sexualmente dimórficas y que su eficacia es variable. Socialización Como ya se ha dicho, el período de socialización, de las 3 alas 12 semanas de vida, es el más importante desde el punto de vista del comportamiento. Durante esta etapa el cachorro realiza el aprendizaje de reconocimiento de especie y adquiere las pautas básicas de conducta social. Muchos problemas de agresividad que presentan animales adultos, tienen su origen en un período de socialización deficiente. Desde un punto de vista práctico, encontramos con frecuencia dos situaciones: Falta de contacto con personas: Dará lugar a perros con problemas de agresividad y/o miedo. Suelen ser perros inestables emocionalmente, tímidos y más difíciles de controlar en determinadas situaciones. Falta de contacto con otros perros: Como resultado encontraremos perros que se muestran agresivos o temerosos, incapaces de jugar y de aparearse con otros perros. Los problemas de socialización son extremadamente difíciles de tratar, y por tanto la mejor forma de enfrentarse a ellos es previniendo su aparición. Señalar por último, que durante el período juvenil, desde las 12 semanas hasta la pubertad, debe continuarse la socialización. El aislamiento de un perro durante esta etapa podría conducir a una pérdida del aprendizaje adquirido durante el período de socialización. Aprendizaje En un problema de agresividad hacia personas u otros perros encontramos dos componentes de aprendizaje: Componente Pavloviano: A través de un condicionamiento clásico el perro aprende a reconocer las señales que preceden a la presentación del estímulo que provoca la agresividad. Componente instrumental: El perro, sobre todo si es de gran tamaño, aprende que la agresividad sirve para mantener alejado a aquel estímulo frente al que siente aversión. En este sentido, es importante tener en cuenta que ciertas conductas son reforzadas por el propietario e incluso de forma independiente por el propio perro. Un ejemplo de lo segundo es el llamado “perro de jardín”. Cuando una persona o perro se acerca a su territorio, el perro empieza a ladrar. La persona pasa por delante de la valla y acaba alejándose. La conclusión que saca el perro de ello es que gracias a sus ladridos la persona se ha alejado y, por tanto, la conducta se ve reforzada. Diagnóstico La categorización de un problema de agresividad hacia personas desconocidas u otros perros se basa, sobre todo, en determinar el blanco de los ataques y la postura corporal del perro durante los mismos. Agresividad hacia personas: Postura defensiva: agresividad por miedo. Postura ofensiva: agresividad territorial. Agresividad hacia otros perros: Sólo hacia perros del mismo sexo: agresividad intrasexual. Hacia machos y hembras: Postura defensiva: agresividad por miedo. Postura ofensiva: agresividad territorial. En ocasiones la secuencia de la agresividad puede verse alterada como ocurre en la agresividad por dominancia. En concreto, las señales de amenaza previas al ataque se reducen e incluso desaparecen por completo. Este hecho dificulta enormemente tanto el diagnóstico como el tratamiento del problema. Tratamiento El tratamiento de la agresividad extragrupal se basa en la modificación de conducta, que puede combinarse con la castración o el uso de medicación. Modificación de conducta Podemos dividirla en varias fases: 1º Control del perro durante el paseo. 2º Ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento en la calle, con collar de control. 3º Ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento en casa del propietario, primero con y más tarde sin collar de control. Castración La castración sólo resulta efectiva para tratar la agresividad intrasexual. Medicación Indicada en aquellos casos donde la causa de la agresividad es el miedo. CONDUCTA SOCIAL Y PROBLEMAS DE AGRESIVIDAD DEL GATO DR. XAVIER MANTECA* DR. JAUME FATJO** *Universidad Autónoma de Barcelona **Hospital Veterinario. Universidad Autónoma de Barcelona 1. La conducta social del gato. Los gatos son animales con un comportamiento social muy peculiar. En la naturaleza, adoptan una forma de vida solitaria, mientras que en el entorno doméstico llegan a ser animales gregarios y cariñosos. Sin embargo, el gato siempre conserva parte de su espíritu original de animal solitario y territorial. Tal vez por ello nos resulta más difícil entender su comportamiento. Mucho más que el de los perros que, como nosotros, son animales sociales en un cien por cien. El gato procede del gato montés africano, un animal de tendencia solitaria y territorial. Como hemos dicho, en el entorno doméstico los gatos no son tan estrictos como su pariente salvaje y acceden a compartir su territorio con las personas y con otros gatos. La tolerancia del gato doméstico se debe a dos motivos. En primer lugar el proceso de selección genética de los ejemplares más dóciles llevado a cabo por el hombre durante los más de 4500 años de domesticación. En segundo lugar, al proporcionar una fuente de alimento estable, conseguimos relajar la territorialidad del gato y favorecer su convivencia con otros miembros de su especie. Sin embargo, la tolerancia social del gato muchas veces se rompe y da lugar a la aparición de problemas de agresividad, que pueden dirigirse hacia las personas o, como en vuestro caso, hacia otro gato. Aunque el gato doméstico puede llegar a ser muy tolerante a la presencia de personas y otros gatos, debe quedar claro que todavía parte del espíritu solitario y territorial de su antepasado salvaje. El territorio En función de lo dicho, uno de los elementos más importantes para un gato es su familiaridad con el territorio y con las personas y animales que en él viven. En otras palabras, el gato debe sentir suyos el territorio y los gatos que lo frecuentan. La función del marcaje territorial es mantener la familiaridad del territorio y ello explica la gran tendencia de los gatos a manifestar esa conducta. Los gatos marcan su territorio de 3 formas diferentes. La más habitual es el marcaje facial. El gato frota sus mejillas contra objetos, personas y otros gatos, a los que impregna de unas sustancias denominadas feromonas. Las feromonas constituyen una verdadera marca de identidad del gato que las ha depositado. Así, cuando nuestro gato restriega su cara contra nuestras piernas, además de mostrar su afecto nos marca con su olor corporal único. La segunda forma de marcaje de los gatos es el que realizan con las garras. Además de para afilar sus uñas, los gatos depositan también feromonas cada vez que arañan el rascador o los muebles de la casa. Por último nos encontramos con el marcaje con orina, muy familiar para la mayoría de propietarios de gatos no castrados. De nuevo, la orina del gato contiene feromonas que son depositadas en los lugares marcados. La comprensión de importancia del marcaje para los gatos nos hace ver que su mundo se basa en gran medida en la percepción de señales olfatorias. Para los gatos, el olfato es un sentido de vital importancia por lo que se refiere a sus relaciones con las personas y con otros gatos. 2. Problemas de agresividad. La agresividad es el segundo problema de conducta más frecuente del gato, después de la eliminación inadecuada. En primer lugar, debe descartarse la existencia de un problema orgánico en la aparición de un problema de agresividad. Por ejemplo, se ha descrito la aparición de conducta agresiva en gatos infectados por el virus de la inmunodeficiencia felina, durante la primera fase de la enfermedad. Además de la relacionada con una enfermedad, las principales categorías de agresividad felina son la territorial, la defensiva, la relacionada con el juego, la causada por un problema de socialización y la intrasexual. Todas las categorías descritas menos la última pueden dirigirse tanto hacia personas como hacia otros gatos. Finalmente, puede hablarse de la agresividad redirigida, en la que el gato redirige hacia un estímulo neutro una reacciónagresiva cuyo origen está relacionado con alguna de las categorías citadas anteriormente. Desde un punto de vista epidemiológico, los problemas de agresividad entre gatos son los que con mayor frecuencia son presentados al veterinario. Para resolverlos, puede plantearse un protocolo general de actuación que ofrece buenos resultados en una gran parte de estos problemas. Protocolo de tratamiento 1º Determinar las posturas de los gatos implicados en el conflicto. La postura del gato durante los ataques determina si el gato puede ser medicado por el problema, y qué fármaco sería el más apropiado. En general, los gatos que muestran una postura defensiva son tratados con fármacos ansiolíticos, como la buspirona o los antidepresivos tricíclicos. Los gatos que muestran una postura corporal ofensiva, pueden ser tratados con fluoxetina o no recibir ningún tipo de medicación. 2º Separar a los gatos en territorios distintos. Cada gato debe disponer en su zona de agua, comida y una bandeja individual. 3º Mantener separados a los gatos e intercambiar los territorios de forma periódica. 4º Frotar con la misma toalla a ambos gatos, siempre por separado, para que cada uno se familiarice con el olor del otro. 5º Permitir el contacto entre ambos gatos, durante un corto período de tiempo que coincidirá con la administración de un alimento de alta palatabilidad. 6º Aumentar de forma progresiva el tiempo en que ambos gatos permanecen en contacto. La duración del proceso es variable pero nunca suele ser inferior a las 6-8 semanas. En ningún caso debe forzarse el contacto entre los gatos en conflicto. Recientemente se han introducido en el mercado análogos sintéticos de la feromona facial felina. En concreto, se encuentran comercializadas las fracciones F3 (Feliway) y F4(Felifriend). De ellas, la fracción F4 parece ser la más efectiva para tratar problemas de agresividad. La aplicación de la feromona debería coincidir con el inicio del 5º paso del protocolo antes comentado. PROBLEMAS DE ELIMINACIÓN DEL GATO Se trata del motivo de queja más frecuente con relación a la conducta felina. 1. Origen de los problemas de eliminación: No todos los problemas de eliminación se deben a las mismas causas. En general, podemos agruparlos en tres categorías principales: - Problemas médicos. - Problemas relacionados con el marcaje territorial. - Problemas relacionados con la bandeja y la arena. Problemas de tipo medico: Cualquier alteración que provoque malestar a la hora de orinar o defecar puede precipitar la aparición de un problema de eliminación. En consecuencia, antes de intentar cualquier otra aproximación, resulta imprescindible llevar a cabo un examen médico del animal. Dicho examen debería incluir al menos una exploración general y un análisis de orina. 2. Marcaje con orina: Naturaleza del marcaje con orina Para poder entender la conducta de marcaje, debemos estar familiarizados con el sistema social felino, ya analizado en el apartado de problemas de agresividad. El gato doméstico muestra un complejo repertorio de señales comunicativas compuesto por 9 expresiones faciales diferentes, 16 posturas corporales, 8 llamadas sonoras distintas y hasta 3 tipos de marcaje olfatorio. El marcaje con orina es la forma básica de comunicación olfatoria. Este tipo de marcaje, conocido también como "spraying", consiste en la deposición de pequeñas cantidades de orina en distintos puntos, normalmente objetos verticales, de aquel que el gato considera su territorio. Las funciones del marcaje con orina son para el gato las siguientes: 1) Informar de su presencia e identidad a otros gatos de la zona, hecho que ayuda a mantener definidos los respectivos territorios y a evitar encuentros directos que podrían acabar en una pelea. 2) El marcaje con orina es llevado a cabo en ocasiones por la hembra en celo, como sistema para atraer la atención del macho. 3) Aclimatar al animal a una determinada zona. A través de las marcas con orina, el gato confiere al entorno un olor característico y familiar. En este sentido es interesante destacar que el gato utiliza el marcaje para depositar su propio olor y no para cubrir el olor de otros gatos. De acuerdo con lo dicho, los gatos pueden mostrar una conducta de marcaje con orina por diversas razones, especialmente ante cambios en el entorno, ya sean físicos o sociales, por la proximidad de una hembra en el caso de los machos y durante el período de celo en el de las hembras. El marcaje con orina es pues una conducta natural del gato y, por lo tanto, su aparición debe considerarse totalmente normal. Sólo cuando el gato convive con personas y, en especial, cuando se ve forzado a ser un animal "de interior", la citada conducta se convierte en problemática. El olor desprendido por la orina, sobre todo del macho, es muy intenso, pudiendo además dañar las superficies donde es depositada. Por ello, resulta de vital importancia informar adecuadamente al propietario del gato acerca de este hecho. Aunque no soluciona directamente el problema, ayuda a mejorar su comprensión y ello reduce el grado de preocupación de los propietarios del gato. Un propietario bien informado aceptará mucho mejor el tratamiento y mostrará más paciencia que el que no lo está. Diagnostico del marcaje con orina En general, los gatos marcan asumiendo una postura característica que les permite expulsar la orina como si tratara de un "Spray" (Dicha pauta de conducta se denomina en inglés "Spraying"). El gato se coloca de espaldas a la zona que desean marcar, con la cola levantada y con las orejas ligeramente orientadas hacia atrás. Una vez asumida dicha posición la orina es proyectada hacia la superficie que se quiere señalizar. Sin embargo, no todas las conductas de marcaje ocurren en forma de "Spraying". Los gatos pueden marcar en otras posiciones y sobre objetos horizontales. Así pues, la ausencia de "Spraying" o la localización de las marcas en superficies horizontales no permite descartar un problema de marcaje. El diagnóstico de marcaje debe basarse en un análisis más profundo, tanto del entorno como de la conducta del gato. Sin perjuicio de lo dicho, ofrecemos a continuación cinco reglas prácticas que pueden ayudar a identificar un problema de marcaje: 1) Puede considerarse marcaje aquella situación en la que un gato que no padece ningún problema médico deposita pequeñas cantidades de orina en diferentes localizaciones de la casa, ya sea sobre objetos verticales como sobre superficies horizontales. 2) El animal continua depositando heces y orina en la bandeja. En este sentido, el gato raramente utiliza las heces como sistema de marcaje. Por lo tanto, si las heces también son depositadas fuera del lugar habitual, deberemos orientar el diagnóstico hacia un problema relacionado con la bandeja 3) La aparición del marcaje coincide con alguna modificación del entorno del gato: llegada de un nuevo animal, cambios en el entorno físico, como sustitución de muebles, obras, pintura, etc. 4) Presencia de varios gatos en la casa. Al tratarse de una conducta de comunicación, cuanto mayor es el número de gatos en la casa, mayor es la probabilidad de presentación de un problema de marcaje. 5) La aparición del problema coincide con la llegada de la madurez sexual del gato. Tratamiento del marcaje territorial El tratamiento de cualquier problema de comportamiento, incluido el marcaje, debe concentrarse, no en sus síntomas, sino en los factores que predisponen al animal a mostrar una conducta determinada. En general, el marcaje con orina se relaciona con dos factores fundamentales: *La presencia de andrógenos en la sangre. La conducta de marcaje se considera sexualmente dimórfica, observándose con mayor frecuencia en machos enteros que en hembras y machos castrados. *La presencia de una reacción de estrés o ansiedad ante algúncambio o estímulo ambiental. En función de lo dicho, existen hoy en día 4 estrategias de tratamiento para los problemas de marcaje con orina: Castración Se trata del tratamiento de primera elección en el caso de machos no castrados. Su eficacia es cercana al 90%, aunque en la mayoría de los casos (75%) los resultados no son inmediatos y la conducta puede persistir durante semanas e incluso meses después de la intervención. La edad del animal cuando se realiza la castración no parece tener ningún efecto sobre su eficacia, ya sea antes o después de la pubertad. La ovariohisterectomía de la hembra reduce considerablemente la conducta de marcaje en la gata. Medicación La utilización de fármacos ansiolíticos es de gran utilidad en el tratamiento de aquellos casos de marcaje refractarios a la castración. El efecto ansiolítico de la medicación parece ser efectivo en la reducción del estrés asociado a muchas conductas de marcaje con orina. Entre los fármacos más comúnmente utilizados se encuentran las azapironas, en concreto la buspirona, los antidepresivos tricíclicos, entre ellos la amitriptilina y la clomipramina, y las benzodiacepinas, en especial el diazepan. La buspirona es todavía para muchos especialistas el fármaco de primera elección para gran parte de los especialistas en etología clínica. Sus efectos son altamente selectivos, no produce sedación y tiene un bajo perfil de efectos secundarios. Su precio, algo elevado, puede resultar su único punto débil en determinados casos. La amitriptilina y la clomipramina son las segundas opciones a tener en cuenta en el tratamiento de un problema de marcaje, si bien sus efectos secundarios parecen ser algo mayores. El diazepan posee una eficacia similar al tratamiento con buspirona, con un precio sensiblemente inferior. Sin embargo, en algunos animales puede inducir una ligera sedación y se han descrito casos de insuficiencia hepática aguda y reacciones paradójicas de excitación asociados a la utilización del fármaco. La utilización prolongada de diazepan puede causar dependencia, que se manifiesta por hiperactividad y ansiedad al interrumpir de forma brusca el tratamiento. Un estudio reciente indica que la fluoxetina parece un fármaco muy efectivo en el control de los problemas de marcaje del gato. Feromonas sintéticas Desde hace unos pocos años se han utilizado productos a base de feromona sintética felina para tratar problemas de marcaje con orina. El gato dispone de glándulas secretoras en diversas partes de su cuerpo, en especial en la cara, en la cola y en las almohadillas plantares. Cuando un gato restriega su cara o su cuerpo, por ejemplo, por la pata de una mesa, se encuentra realmente depositando marcas olfatorias (feromonas) con la posible intención de reafirmar su status social. Al parecer existe una relación entre el marcaje facial y el marcaje con orina en el gato. De ese modo, aquel lugar donde el animal ha depositado una marca facial, no volverá a ser marcado con orina. Partiendo de esta premisa, se ha sintetizado un producto a partir de la feromona facial felina. Dicho producto, comercializado en forma de pulverizador, debe ser aplicado sobre aquellas superficies que se desean proteger del marcaje. 3. Problemas relacionados con la bandeja: Una vez descartado un problema médico o una conducta de marcaje, debemos orientar nuestra atención hacia la bandeja donde se supone que el gato debe hacer sus necesidades. En muchas ocasiones los gatos pueden tener dificultades para utilizar correctamente la bandeja, incluso aquellos que antes lo hacían correctamente. CAUSAS MAS FRECUENTES DE AVERSION A LA BANDEJA Relacionadas con el tipo de bandeja: - Bandejas cubiertas. En general, los gatos prefieren las bandejas convencionales, sin cobertura superior. - Bandejas muy viejas o inestables. Relacionadas con la tierra: - Arena perfumada. Los gatos suelen preferir la arena no perfumada. - Arena excesivamente fina o excesivamente gruesa. Los gatos prefieren las arenas de un tamaño medio. Entre todas ellas, las que forman aglomerados suelen ser las más aceptadas. Relacionadas con la localización: - Bandejas situadas en lugares de difícil acceso. - Bandejas situadas muy cerca de la comida, del agua o de la zona de descanso. • • • 10 CONSEJOS GENERALES PARA EVITAR LOS PROBLEMAS DE ELIMINACION 1º Para viviendas con más de un gato, colocar más de una bandeja. Algunos autores sugieren que el número ideal de estas es igual al número de gatos más una. 2º Adquirir bandejas convencionales, del tipo abierto. 3º Colocar las bandejas en lugares de fácil acceso, lejos de la comida y el agua y tranquilos, libres de motores y otros ruidos. 4º Utilizar arena no perfumada, preferiblemente de la que forma aglomerados. 5º Limpiar la bandeja cada día, eliminando la arena sucia. 6º Reemplazar toda la arena al menos una vez por semana. 7º Nunca castigar al gato si ha depositado orina o heces fuera de la zona deseada. ...Si el gato ya presenta el problema 8º Si el gato utiliza otros lugares, cubrirlos con plástico. 9º Realizar pruebas aumentando el número de bandejas, cambiando su localización, utilizando otros tipos de arena e incrementando la frecuencia de limpieza. 10º Paciencia. CONDUCTAS COMPULSIVAS Y ESTEREOTIPIAS DEL PERRO Y DEL GATO DR. XAVIER MANTECA* DR. JAUME FATJO** *Universidad Autónoma de Barcelona **Hospital Veterinario. Universidad Autónoma de Barcelona Una estereotipia se define como una conducta repetitiva, realizada de forma invariable y carente de función. Las estereotipias son problemas que interfieren, de forma en ocasiones muy marcada, en la conducta normal del animal y resultan además muy preocupantes para sus propietarios. En cualquier caso, la presencia de una estereotipia es siempre un síntoma importante, que debe ser tratado. Las estereotipias son problemas muy complejos, cuyo grado de comprensión por parte de la ciencia es todavía incompleto. El tratamiento de las estereotipias es complicado y en muchos casos frustrante, tanto para el propietario como para el veterinario. 1. Presentaciones más frecuentes Las estereotipias en animales de compañía se presentan de formas muy diversas (Tablas 1 y 2). ESTEREOTIPIAS MAS FRECUENTES EN EL GATO Descripción Alopecia psicógena Exceso de “grooming” que acaba provocando una alopecia, especialmente en la mitad posterior del cuerpo Síndrome de hiperestesia felina Movimiento de la piel del lomo y la cola acompañado o no de conducta agresiva. ESTEREOTIPIAS MAS FRECUENTES EN EL PERRO Descripción Tail-chasing Persecución y/o mutilación de la cola Circling Andar en círculos Dermatitis acral por lamido Lesión por lamido, normalmente en la zona del carpo 2. Etiología: Las estereotipias en pequeños animales se han relacionado con diferentes causas: 1. Resultado de un problema orgánico Diversas estereotipias han sido relacionadas con problemas de tipo epiléptico, por ejemplo, en algunos casos de síndrome de hiperestesia felina. Así mismo cualquier proceso que curse con dolor o con una sensibilidad cutánea alterada puede ser responsable de la aparición de estereotipias, como en el caso de la cauda equina y el Tail-chasing en el perro. 2. Alteraciones en el metabolismo de los opioides Muchas estereotipias han sido relacionadas con un metabolismo de los opioides endógenos alterado. Esta hipótesis es en parte respaldada por el hecho de que algunas estereotipias, tanto en el perro como en otras especies, responden a tratamientos con bloqueantes de los opioides, como la naloxona. 3. Equivalentes del trastorno obsesivo compulsivo (OCD) en el ser humano Algunos especialistas sugieren que algunas estereotipias ambientales podrían tener un paralelismo con el trastorno obsesivo-compulsivo del ser humano (OCD). Por ello, muchas conductas
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