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47 La formación de los océanos y las costas comportamiento de las ondas (cambios de velocidad que sufren las ondas sísmicas transversales y longitudinales) se ha podido dividir el interior de la Tierra en capas concéntricas (Figura 1.1). Cálculos matemáticos que se han hecho sobre la atracción de los cuerpos celestes, usando la segunda Ley de Newton: × 2 21 d MMF demuestran que la atracción de la Tierra tiene una densidad promedio de 5,5 g/cm3, por lo tanto debe haber un incremento de densidad hacia las capas interiores del planeta. Con los datos conocidos sobre las ondas sísmicas y las densidades, se ha establecido un modelo que se ajusta a las propiedades físicas conocidas de la Tierra (momento inercial). Igualmente, la composición de cada capa se deduce de su densidad y del comportamiento de las ondas sísmicas al momento de pasar por cada una de ellas. Esquemáticamente, la estructura de la Tierra es la indicada en la figura 1.2 en la que se aprecia una serie de capas. La primera capa corresponde al núcleo, compuesta según su densidad, de hierro y níquel en estado sólido. La siguiente o núcleo exterior tiene la misma composición del núcleo interior, pero en estado líquido. La suposición de su estado proviene del hecho de que las ondas sísmicas se comportan como en un líquido, donde no se transmiten las ondas transversales pero si las longitudinales. A continuación, se encuentra una capa conocida como manto, constituida principalmente de silicatos en su parte externa más sólida, mientras que la interna se encuentra en un estado plástico y compuesto de una mezcla de silicatos pesados y cierta cantidad de hierro y níquel. La corteza, parte exterior de la Tierra, tiene un espesor que varía de 5 a 10 km bajo los océanos y hasta más de 40 km bajo los continentes. Se encuentra formado por rocas de silicatos de baja densidad y separada del manto exterior por una discontinuidad, donde la velocidad de propagación de las ondas sísmicas sufre un cambio abrupto conocido como discontinuidad de Mohorovicic (o Moho). Figura 1.1. Comportamiento aproximado de la Velocidad de las ondas sísmicas longitudinales (P) y las ondas sísmicas transversales (S) en las diferentes capas de la Tierra. Fuente: Modificado de Cailleyx (1968).
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