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Las mujeres que aman demasiado
ROBIN NORWOOD
Este fantástico libro está dirigido en especial a las mujeres, pero al igual que ellas un hombre también puede sufrir del síndrome de amar demasiado, así que en esta obra podrá encontrar ayuda.
Como tal, es más una herramienta que intenta contribuir a reconocer los modelos destructivos de relacionarse, comprender el origen de esos patrones y obtener las herramientas necesarias para cambiarlos. Se examinan a fondo los motivos por los que tantas mujeres, en busca de alguien que las ame, parecen encontrar inevitablemente parejas nocivas y sin amor. Se explica también por qué, una vez que se sabe que una relación no satisface nuestras necesidades, cuesta tanto ponerle fin.
Viven tan obsesionadas con su relación que apenas pueden funcionar como personas. A pesar de todo el sufrimiento y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas personas que casi están convencidas que es así como deben ser las relaciones de pareja. La mayoría de las mujeres han amado demasiado por lo menos una vez en sus vidas.
Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado. Cuando la mayoría de nuestras conversaciones giran en torno a él, estamos amando demasiado. Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad físicas, sin duda estamos amando demasiado. Nuestro deseo de amar, nuestra ansia de amor, se convierte en una adicción. Somos adictas a relaciones intoxicadas de dolor, miedo y anhelo. Amar demasiado no significa amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, sino obsesionarse con un hombre y llamar a esa obsesión amor permitiendo que ésta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta y nos sentimos incapaces de librarnos de ella. Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento. Una mujer que ama demasiado necesita con desesperación controlar a sus hombres y sus relaciones debido a la poca seguridad que experimentó en la niñez. Pueden haber tenido un padre incapaz de expresar amor, calidez o aprobación, emocionalmente o físicamente distante, quizás adicto al trabajo o a alguna sustancia. Al haber recibido poco afecto trata de compensar indirectamente esa necesidad insatisfecha proporcionando afecto, especialmente a hombres que parecen, de alguna manera, necesitados. Una mujer que ama demasiado se ve atraída por personas que tienen problemas por resolver, o involucradas en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, y así evitan concentrarse en su responsabilidad para consigo misma. Incluso es posible que tenga tendencia a episodios depresivos que intenta prevenir por medio de la excitación que le proporciona una relación inestable. Al desarrollar relaciones caóticas pero estimulantes, que las distraen, están demasiado excitadas para hundirse en la depresión que está latente por debajo del nivel de la conciencia. Necesitan delas crisis para poder funcionar. Están a la espera de que una y otra vez, alguien que supuestamente está de su lado y la quiere, la lastime, la disguste o la ofenda. Por otro lado, las mujeres que aman demasiado suelen ser muy serias y responsables, grandes emprendedoras, con éxito en muchas áreas de su vida, pero no obstante tienen muy poco amor propio. La realización de sus objetivos académicos y laborales no basta para equilibrar el fracaso personal que soportan en sus relaciones de pareja. Sus herramientas de autoprotección son un mecanismo de defensa, anegación, y una poderosa motivación subconsciente, el control. La negación resulta útil para ignorar la información con la que no desean tratar. El hecho de que una mujer pueda vivir durante años con un hombre que desaparezca horas enteras con creciente frecuencia, e incluso por las noches, sin preguntarle sobre sus actividades o su paradero durante esas ausencias, es una medida de su gran capacidad para la negación y del miedo intenso y subyacente que siente. Las mujeres que aman demasiado dedican sus energías a cambiar la conducta o los sentimientos de la otra persona hacia ellas mediante manipulaciones
La autora nos dice que estamos amando demasiado cuando:
· Estar enamorado significa sufrir.
· La mayoría de conversaciones están relacionadas con los problemas, ideas, acciones y sentimientos de la relación como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su ayuda.
· Disculpamos o justificamos su mal humor, su indiferencia y sus desaires.
· Leemos un libro de autoayuda y subrayamos todo lo que lo ayudaría a él.
· Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos tratando de compensarlas con mejoras es nuestras actitudes.
· Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física.
Aunque la autora se enfoca más a personas con relaciones enfermizas, es también una guía para quienes desean aprender mejor como puede evaluarse una relación sin caer en el deterioro de la misma.
El libro examina el por qué muchas mujeres necesitadas de amor encuentran parejas nocivas y sin amor y el por qué cuesta tanto poner fin a esa relación y cómo esas ansias de amar se convierte en una adicción.
La obsesión por una pareja radica en el miedo y no en el amor, miedo a estar sola, miedo a no ser dignas o a no inspirar cariño, miedo a ser ignoradas, abandonadas o destruidas. Y el amor se da amor con la desesperada ilusión de que la pareja se haga cargo de nuestros miedos, y estos miedos se convierten en la fuerza que impulsa nuestra vida. Y tratamos de amar más aún.
La autora descubrió este fenómeno de amar demasiado en las parejas (co-adictas) de alcohólicos y adictos a las drogas y a diferencia de sus pacientes, eran sus mujeres las que siempre provenían de familias disfuncionales y de este modo revivían aspectos de su niñez.
Características típicas de las mujeres que aman demasiado:
1. Provienen de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales.
2. Habiendo recibido poco afecto, trata de compensar indirectamente esa necesidad insatisfecha proporcionando afecto, en especial a hombres que parecen, de alguna manera, necesitados.
3. Debido a que nunca pudo convertir a su(s) progenitor(es) en los seres atentos y cariñosos que ansiaba, reacciona profundamente ante la clase de hombres emocionalmente inaccesibles a quienes puede volver a intentar cambiar, por medio de su amor.
4. Como la aterroriza que la abandonen, hace cualquier cosa para evitar que una relación se disuelva.
5. Casi ninguna cosa es demasiado problemática, tarda demasiado tiempo o es demasiado costosa si “ayuda” al hombre con quien está involucrada.
6. Acostumbrada a la falta de amor en las relaciones personales, está dispuesta a esperar, conservar esperanzas y esforzarse más para complacer.
7. Está dispuesta a aceptar mucho más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.
8. Su amor propio es críticamente bajo, y en el fondo no cree merecer la felicidad. En cambio, cree que debe ganarse el derecho de disfrutar la vida.
9. Necesita con desesperación controlar a sus hombres y sus relaciones, debido a la poca seguridad que experimentó en la niñez. Disimula sus esfuerzos por controlar a la gente y las situaciones bajo la apariencia de “ser útil”.
10. En una relación, está mucho más en contacto con su sueño de cómo podría ser que con la realidad de su situación.
11. Es adicta a los hombres y al dolor emocional.
12. Es probable que esté predispuesta emocionalmente y, a menudo, bioquímicamente, para volverse adicta a las drogas, al alcohol y/o a ciertas comidas, en particular los dulces.
13. Al verse atraída hacia personas que tienen problemas por resolver, o involucrada en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, evita concentrarse en su responsabilidad para consigo misma.
14. Es probable que tenga una tendencia a los episodios depresivos, los cualestrata de prevenir por medio de la excitación que proporciona una relación inestable.
15. No la atraen los hombres que son amables, estables, confiables y que se interesan en detalle. Esos hombres “agradables” le parecen aburridos.

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