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Dialnet-LasNarracionesSobreEliasYEliseoEnLosLibrosDeLosRey-110664

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CAMHAGINENSIA
J
I
\
Revista de Estudios e Investigación
Instituto Teológico de Murcia O.F.M.
Universidad de Murcia
Volumen XII
Enero-Diciembre 1996
Números 21.122
SUMARIO
ESTUDIOS
Miguet Ãlvarez Barredo
I-ss nørraciones sobre Elías y Eliseo en los libros de los Reyes.
Formøción y teología
Ramón Trevijano Etcheverría
Lø evolución de In escøtología paulínø
Francisco Marín Heredia
Por purø gracia (Gól 2,16)
Isidoro Guzmán Manzano
¿Es de S. Frøncisco el " Cdntico del Hermøno Sol" ?
Análísis crítico del ørgumento histórico
Manuel Lâzaro Pulido
In metafísica del ser finito en el " Itinerarium"
I
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125
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165
187
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IgnacÍo Jericó Bermejo
"(Jtrum peccatores sint pørtes et membrø Ecclesiae",
según los comentørios de P. de Arøgón y de D. Báñez (1548)..'............ 231
Pedro Martínez Sastre
Doctrins. reciente del Tribunøl de Ia Rota sobre incøpøci'dudes
mstrimoninles y bienes del matrhnonio 293
Juan Carlos García Domene
A føvor de la vida, Un lugar compartido entre
creyentes e increyentes......'..'......... ..............."""' 313
José Javier Ruiz Ibáñez
I-a Igtesía en la dominøción Moruirqui'ca. Murcia 1600'1650
Manuel Muñoz Clares
Pintura murøl en el convento Frsnciscøno de la virgen de las Huertss ... 339
srSue
CARTHAGINENSIA XII (1996) 1-123
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS
LrBRos DE Los REyEs. FoRMACTóN v rnor,ocÍl
u. Árvanez BARREDo
INTRODUCCION
El primer libro de los Reyes describe fundamentalmente los hechos de
los monarcas de Judá e Israel hasta el capítulo 17. Desde este momento
entra en escena Elías, cuyo ciclo comprende 1 Re 17-19; 21. y 2 Re 1-
2; sólo I Re 22 intemrmpe esta serie presentando a otro profeta, Miqueas,
hijo de Yimlá. Enlazadas con los relatos de Elías se hallan las gestas de
Eliseo (2 Re 3-8,15; 13,14-21). Los mencionados capítulos nanan con
cierta amplitud los episodios de estos profetas, y al mismo tiempo infor-
man de los acontecimientos históricos de la monarquía de ambos reinos.
El texto bíblico en su redacción definitiva nos ofrece narraciones aca-
badas sobre los acontecimientos concernientes a estos profetas no escri-
tores. Sin embargo, los estudios actuales sobre los libros de los Reyes
constantemente descubren e identifican los diferentes niveles subyacentes
en el texto. Estos se sobreponen hasta sedimentar en el texto definitivo.
Este amalgamarse de tradiciones ha supuesto una intensa actividad redac-
cional; los narradores combinan y reelaboran las tradiciones según deter-
minadas categorías teológicas, pero a su vez dejan incrustados los datos
anteriores.
Partiendo de estos presupuestos intentaremos adentrarnos en la historia
redaccional de tales ciclos, que describen los hechos protagonizados por
Elías y Eliseo.
1 Re 17 comienza con Elías, pero la dinámica de 1 Reyes conecta con
otros profetas anteriores, que de una manera u otra habían participado en
la historia del pueblo, corrigiendo y enjuiciando posturas ambiguas de éste
en una monarquía reciên estrenada. Recordamos a Samuel, Natán, Ajías.
2 M. ÁLVAREZ BARREDO
Elías y su quehacer profético se caracteriza por el talante religioso frente
a sus predecesores, que incidían más en el aspecto político.
El sincretismo religioso del pueblo ocupará la actividad de Elías y
Eliseo; su enfrentamiento será decidido ante todo aquello que suponga una
desviación del culto auténtico anteYahvé, aquel que hunde sus raíces en
historia de la Alianza del Sinaí.
1. Situación histórica
La presencia de Elías y Eliseo coincide históricamente con el encum-
bramiento de la casa de Omrí al reino de Israel (876-842). Estos dos
profetas acTítan preferentemente en el reino del norte durante el arco temporal
antes indicado. Las tradiciones que giran en torno a sus vidas han sufrido
posteriores interpretaciones complementarias, como podremos observar,
añadiéndose otras inquietudes, pero a su vez nos facilitan datos históricos
sobre la situación monárquica de Israel y de Judá, aunque los relatos se
fijan prioritariamente en el mensaje profético, quedando en penumbra
determinados rasgos de carâcter histórico.
Los personajes monárquicos, como Ajab, Jezabel,etc, dominan la es-
cena política con todas sus consecuencias, incidiendo también en el as-
pecto religioso, cuestión que desencadenarâ la rcacciín profética.
Para facilitar el contexto histórico en el cual se movieron Elías y Eliseo
ofrecemos brevemente a modo de notas preliminares algunos puntos que
sirven de soporte para comprender las narraciones sobre ambos profetas.
La subida de Omrí al trono de Israel (876-869) supuso para Israel la
restauración de un prestigio perdido y el inicio de una época de prospe-
ridad. Anteriormente éste había estado a merced de los pueblos vecinos,
situación que englobaba múltiples facetas. La política de la casa de Omrí
siguió varias pautas para recuperar dicho prestigio. Destacamos algunas de
ellas.
Respecto a Omrí el texto bíblico facilita solamente una breve informa-
ción (1 Re 16,23-28), pero parte de ésta deriva de la pluma deuterono-
mista, siendo su juicio claramente negativo. A nivel político, este rey intentó
establecer relaciones amistosas con Judá y Fenicia, pero con los arameos
adoptó una postura fuerte, y en su propio reino intentó apaciguar las
tensiones internas. La forma de reinar de David y Salomón sirve de
paradigma. Su reinado fue más bien corto, no pudiendo desarrollar satis-
factoriamente todos los planes. Omrí es el iniciador de la dinastía y sienta
las bases de un modo de gobernar, que continuará su hijo Ajab (869-850).
Ajab trató de acercarse a Tiro, que a la sazón se encontraba en un
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES
momento de expansión a diferentes niveles. A los fenicios también les
interesaba contar con Israel como aliado para contener las ansias de poder
de los arameos y económicamente dar salida a sus productos hacia Israel
y la ruta del sur.
Tal estado de cosas se sanciona con el matrimonio entre Ajab e Jezabel,
hija del rey de Tiro (1 Re 16,31). Esta unión y las buenas relaciones con
Judá favoreció la conquista de los estados más allá del Jordán, controlando
contemporáneamente las rutas comerciales .En el concierto internacional
cosechó éxitos contra Damasco y participó en una coalición contra el
emergente poder asirio. Ajab,pues, realiza con creces las ambiciones del
padre en lo concerniente al aspecto político y económico.
No obstante estos resultados favorables en la esfera política a nivel
interno había tensiones. Cierto es que Israel bajo los omridas alcanzó tna
prosperidad económica y prueba de ello son las edificaciones y fortifica-
ciones (IPie 16,24;2I;22,39), pero la situación de los campesinos empeoró.
Estos debido a las sequías se veían obligados a pedir préstamos (1 Re 17;
2Fle 4,I),lo cual a veces significaba la hipoteca de sus propias familias.
En este contexto los terratenientes actuaban con prepotencia y sin escrú-
pulos (1 Re 21). Los libros de los Reyes no ofrecen un cuadro completo
de la situación, pero de algunos relatos se desprende este estado de cosas.
Las narraciones sobre Elías y Eliseo son más prolijas al describir las
consecuencias religiosas de la política de los omridas. Las alianzas con
Tiro introdujeron el culto al dios Baal (1 Re 16,32), y significaban no sólo
el reconocimiento de los dioses extranjeros, sino también admitir que la
vida de Israel no se apoyaba sólo en la fe del Dios de la revelación.
Sociológicamente hablando reinaba un sincretismo religioso (1 Re 18,21).
En estas circunstancias surgieron resistencias por parte de algunos, pero
otros optaban por el baalismo. En este momento descuella la figura de
Jezabel, esposa de Ajab. Esta comienza luna época de persecuciones de
carâcter religioso, creando a su vez una inestabilidad social. Elías desta-
caba en esta oposición, por eso era considerado por la monarquía como
un enemigo cualificado.
Después de la desaparición de Elías, Ajab y lezabel las causas seguirán
encarnadas en los sucesores deAjab y en el profeta Eliseo.
Eliseo continuó la actitud de Elías, valiéndose también de las comu-
nidades de los profetas, caructenzadas sociológicamente por una conducta
peculiar (1 Re 20; 22; 2 Re 2-4, etc). Ciertamente las modalidades del
sincretismo religioso cambiaban, pero Eliseo mantuvo una postura firme
en defensa de las tradiciones auténticas en toda su trayectoria profética.
No hay que olvidar en esta situación el descontento de la clase militar;
se puede afirmar que representaban el resentimiento popular. El golpe de
4 M. ÁLVAREZ BARREDO
estado del general Jehú significó el fin de la dinastía omrida. Jehú fue
proclamado rey por designación profética y aclamación popular.
Este repaso veloz de esta etapa histórica de Israel nos sirve sencilla-
mente para encuadrar el período de las actuaciones proféticas de Elías y
Eliseo, y al mismo tiempo para coordinar mejor la serie de relatos sobre
ambos profetas.
2. Finalidad del estudio
El cuadro histórico ayudaba a situar el momento de las apariciones de
Elías y Eliseo, pero la mayoría de los episodios concernientes a ellos
refleja una larga historia de desarrollo redaccional, no fácil de reconstruir.
Son tradiciones que el autor de la obra deuteronomística se ha encontrado
a la hora de componer su historia desde la óptica del exilio. Una cuestión
complementaria es saber, también, si estas narraciones han sido transmi-
tidas en bloque o si por el contrario, cada relato ha seguido una trayectoria
propia, o si han existido pequeños grupos de narraciones, agrupadas des-
pués en el texto.
Estas inquietudes ocupan a los estudiosos. Unos optan por analizar
capítulos aislados o unidades a nivel literario o teológico, algunos se
conforman con identificar, en el bloque de las tradiciones, su pertenencia,
o menos, ala órbita deuteronomística (Steven L. McKenzie, The Trouble
with Kings. The composition of the Book of Kings in the Deuteronomistic
History, Leiden l99l), pero sin descender a un análisis pormenorizado;
otros afrontan estas tradiciones fijándose esencialmente en sus aspectos
textuales y literarios, dejando arrinconadas las perspectivas teológicas. El
libro de H.J.Stipp, Elischa - Propheten - Gottesmänner, St Ottilien 1987,
coincide con esta tendencia. Recorriendo también la bibliografía sobre el
fenómeno profético son los profetas escritores quienes copan la atención
de los exégetas, ya que es más asequible su pensamiento.
Sin embargo, algunas tradiciones sobre Elías y Eliseo, como veremos,
están rodeadas de más misterio, y, a veces, no son fácilmente localizables
las referencias que posibiliten una comprensión clara, porque existen indicios
de que estas tradiciones hayan sufrido reelaboraciones en el ámbito de su
dinámica interna. Cierto es que han sido publicados artículos sobre algunos
aspectos de episodios concretos, pero encontrar publicaciones en el âtea
castellana que afronten estas tradiciones bajo la doble orientación tanto
literaria como teológica no es habitual. El presente estudio es un intento
de valorar los episodios sobre Elías y Eliseo bajo este prisma.
LAS NARRACIONES SOBRE ELíAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES
Aunque se parte del examen detenido del texto, se pretende desvelar,
y acentuar, las categorías teológicas encerradas en las narraciones. Estas
ayudan a comprender la historia de la revelación y simultáneamente pro-
porcionan una hermenéstica del modo cómo Dios actúa en la historia del
hombre. Observando estos mecanismos de la mediación profética se fa-
vorece una transposición religiosa a situaciones que acontecen en la his-
toria humana y del creyente.
Este horizonte ha sido tenido en cuenta en el análisis. Desentrañando
los matices contenidos, se aumenta la capacidad de admirar la faerza de
la palabra divina, aunque haya sido escrita en contextos diferentes a los
nuestros; se desempolva de su antigüedad y se nos toma cercaîa, actual
y viva para nuestra fe.
3. Indicaciones metodológicas
El curso del estudio intentará seguir estas pautas' En primer lugar
sopesará el grado de pertenencia de cada capítulo a un bloque determi-
nado; a continuación identificará las posibles unidades que cada capítulo
encierra y finalmente se destacarán los perfiles teológicos.
Estos tres momentos guiarán nuestro afán interpretativo.
Respecto al primer momento, donde se presentan más complicaciones
es en ciclo de Eliseo, puesto que algunos episodios no dejan entrever
claramente su conexión con la actividad profética de Eliseo. Posiblemente
los oráculos de éste han sido insertados en tradiciones anteriores, no
relacionadas con el quehacer profético de Eliseo. Algo semejante ocuffe
con algunos relatos de Elías. Estos factores serán tenidos en cuenta pun-
tualmente.
En lo concerniente al segundo paso se examinarán las coincidencias
tanto a nivel del capítulo en si mismo como también de otras referencias
más amplias, ya sea limitándose a los episodios pertinentes como alargan-
do el horizonte lingüístico con otros libros del AT. Esta valoración des-
cubre mejor las intenciones teológicas que se esconden en esta parte de
los libros de los Reyes.
Comparando éstos con otros pasajes del AT es fácil captar los movi-
mientos redaccionales; fijándose exclusivamente en los capítulos dedica-
dos a los dos profetas, ciertamente se reduce su pefspectiva teológica. Así
pues, se procurará sincronizar estos relatos dentro de su ambiente redac-
cional.
Los aspectos teológicos de las narraciones, objeto del tercer momento,
pretenden delimitar cuales eran los valores que se desvelaban como pa-
6 M. ÁLVAREZ BARREDO
labra de Dios. Apoyándose en los intereses de aquella situación histórica,
se puede iluminar el proceso de la revelación histórica. Este aspecto, pues,
focaliza nuestro esfuerzo interpretativo.
Otra faceta contemplada es el ambiente donde han sido transmitidos y
reelaborados. La presencia deuteronomística,como veremos, ha incidido de
forma continuada; esta relecturaañade posteriores criterios que enriquecen
a su vez los relatos primigenios, pero hay pruebas de otras relecturas.
Todo este proceso descansará sobre las pautas del texto. A fin de poder
observar mejor las divisiones, coincidencias literarias y rasgos teológicos
el estudio se ceñirá habitualmente a los cauces del texto, y por ello, nos
vemos obligados en determinados momentos ayudarnos del texto hebreo.
Este recurso quizás dificulte una lectura fluida, pero creemos que es
conveniente para aquilatar mejor nuestras afirmaciones, y al mismo tiempo
ser más precisos en subrayar los motivos literarios que son repetidos en
una misma sección, ya que efectivamente se han reelaborado algunas partes
con la presencia de frases idénticas.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES
I
CICLO DE ELÍAS
Introduccién
Cuando tenemos que leer la Biblia, concretamente los profetas, nuestro
pensamiento se dirige con cierta frecuencia hacia los profetas escritores:
Amós, Jeremías, etc. En ellos descubrimos más diáfanamente un mensaje,
que incide sobre la fe de los creyentes. Pero sería un elror creer que el
profetismo se redujo a este período de revelación; anteriormente tuvieron
unos precursores que destacaron también por el anuncio de la palabra de
Dios, aunque existe una diferencia clara en su forma de llegar a nosotros.
Su mensaje normalmente ha sido transmitido mezclado con otras tradicio-
nes, y a veces no es fácil identificar su palabra, ya que adolece de ad-
herencias posteriores. Profetas como Samuel, Natán, Miqueas, Ajías.....
han proclamado oráculos divinos que han influenciado decisivamente sobre
la historia de la salvación; recordemos la promesa de Natán al rey David
(2 Sam 7), evocada con frecuencia en el Antiguo Testamento.
Elías es la figura más importante del profetismo no escrito. En torno
a su historia surgieron relatos sobre su actividad profética, que muestran
al profeta como defensor de yahvismo y luchador enérgico contra el sin-
cretismo religioso y la influencia del culto a Baal.
La ordalía del monte Carmelo sintetiza magistralmentela preocupación
de Elías. Ninguno era consciente de la incompatibilidad del culto a Yahvé
y a Baal. E1ías queía hacerles ver las consecuencias religiosas y sociales
que tal sincretismo acarreaba para Israel; su decisión y forma de actuar
no eran fácilmente comprensibles. En este sentido desempolva antiguas
tradiciones que el acontecer histórico estaba sepultando. Sus contemporá-
neos se habían acostumbrado a vivir con ambos cultos, pero él reacciona
decididamente en nombre de Dios.
M, ALVAREZ BARREDO
Tal reacción, y no solamente en el monte Carmelo, le hacen aparecer
un personaje coherente, temido, y a veces odiado, pero imprescindible para
comprender esta etapa de la historia de Israel. En este sentido Elías se alza
con una personalidad que deslumbruy canaliza los acontecimientos según
el querer divino, aunque esto le acarree la persecución de la casa real y
la incomprensión de algunos de sus conciudadanos. Con la mediación de
Elías Yahvé se manifiesta rtna vez más, acompañando puntualmente a su
pueblo y desvelando en todo momento su rostro en este proceso de re-
velación, constituyendo un eslabón significativo.
Los episodios de Elías ocupan la última parte del primer libro de los
Reyes y los caps. 1.-2 del segundo. Podríamos resumir las inquietudes de
Elías con sus palabras "me consume el celo por el Señor todopoderoso,
porque los israelitas han roto fu alianza, han destruido tus altares y han
matado a tus profetas. Sólo he quedado yo, y me buscan para matarme"
(1 Re 19,10.14). Este lema se contempla en los diferentes episodios de su
actividad profética, que han llegado hasta nosotros envueltos en numerosas
adherencias.
El análisis que proponemos procurará deslindar los niveles de la tra-
diciones sobre Elías. Los aspectos literarios y teológicos ocuparián el interés
de nuestra reflexión en los capítulos I7-19.2I de 1 Re y I-2 de 2 Reyes.
1. Comienzo profético de Elías (1 Re 17)
1Re 17 forma parte de la sección de I7,I-I9,8, ciclo de Elías. Con
1 Re 17,1 se comienza la descripción de la figura de Elías y se concluye
el ciclo con 1 Re 19,17-18 con la designación de Eliseo como sucesor de
Elías. Los tres versículos finales (v.19-2I) han sido añadidos, tratando de
unir el ciclo de Elías con el correspondiente de Eliseor.
Dentro de este ciclo se puede observar todavía un bloque unitario: 17,1-
18,46. El tema de la sequía enmarca este largo relato. Se abre con el
anuncio de la sequía por medio de la palabra del profeta, se describe la
actuación de éste durante el tiempo de la catástrofe con su comportamiento
ante la viuda de Sarepta, escasez que también alcanzay afecta al rey, quien
busca en todo el territorio hierba para los caballos; se continua con el
desafío de Elías ante los profetas de Baal, finalizando con la llegada de
la lluvia. La neuiración nos proporciona esta sucesión de acontecimientos
cuyo enmarque a modo de inclusión es el tema de la lluvia, su ausencia
y su vuelta.
' S.L. McKsNzrs, The trouble with Kings. The compostion of the book of Kings in
the Deuteronomistic History. Leiden 1991.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 9
Limitándonos, pues, al cap. 17 intentaremos establecer los diferentes
niveles y estratos que han contribuido a su formación.
1". Unidades menores de I Re 17
El relato reúne varias escenas, cuyo hilo de argumentación es la sequía.
Esta desencadena una serie de acontecimientos protagonizados por Elías,
profeta de Yahvé, de quien manifiesta en todo momento su voluntad. La
"palabra de Yahvé" (itJit'ì:I) (v.2.5.8.15.16.24) conduce y ordena la
acción y su escalonamiento en el curso de la narración indica cuál es el
motivo que unifica las escenas de 1 Re 17.
La intervenciones de Elías marcan también el ritmo de los hechos. Esto
es visible en el v.1 con la frase "con arreglo a mi palabra" ('ìtT'O) )
y en el v.24 con "la palabra de Yahvé está en tu boca" (Jþl illn'ìf't).
El término clave es "boca" (;10) en sus diferentes combinaciones, pero
la referenciaclara es la "palabra" de Elías y de Yahvé. La participación
del profeta en la esfera del mensaje divino queda bien matizada con los
sufijos personales regidos por "boca". De este modo la intervención de
Elías abre y cierra el trama de estas escenas, confiriendo al relato una
tensión que se desvanece con la afirmación de la viuda en el v.24.
Además, en estas referencias se pueden observar frases idénticas en el
texto hebreo que facilitan la división del relato, dando a entender que éste
es el fruto de varios episodios.
Después de la presentación del tema básico, la sequía (v.1), los v.2-
3 introducen un episodio dirigido por Elías con la frase "luego le fue
dirigida la palabra de Dios, diciendo", que reproducimos en el original:
ìnñþ t'þtt i1'ti1'ìrT h1 fórmula profética acuñada. En el v.5a se halla
la respuesta a la orden de Yahvé, visible en "matchó, pues, e hizo con-
forme a la palabra del Señor" (ill;1'ìf T) Uyf lÞ'l). Elv.7a con la frase
"pero sucedió que al cabo del tiempo" (E'rt'IPD 'il'l) concluye esta
unidad.
Este mismo esquema literario se repite en la escena siguiente de la
viuda de Sarepta; sólo existe la novedad de algunos matices.
El v.8 emplea una idéntica introducción, ya lotilizada en el v. 2. El v.
15a repite la fórmula del v.5a. La particularidad es proporcionada por la
palabra "Elías" (lit'þR), que en este caso es quien conduce la acción. El
v.l7a aporta una indicación temporal muy parecida a la existente en el
v.I7a. La forma verbal es la misma, estribando la diferencia en las aco-
taciones temporales con alguna variante, concretamente "tras estos suce-
sos" (E'ìl'ln ìnt{). El v.I7a también en esta ocasión cierra la escena
precedente y abre la siguiente de la resurrección del hijo de la viuda.
10 M. ÁLVAREZBARREDO
Otras repeticiones literarias confirman que nos hallamos ante una
narración elaborada. Estas son manifiestas en: "he dado orden que alimen-
ten allí" (Elll Þ}), Tt'l!) (v.4.9;18,4.13), las correspondencias
literarias entre el mandato de Dios y la conducta de Elías (v.3s.5b.6; 9/
l0; I4/l6a), y la información sobre el ir de Elías "al este del Jordán"
0Tì'il TÐ þD ìUi!,r) (v.3/5).
Estas coincidencias literarias facilitan la comprensión del carácter es-
quemático que impera en esta narración. Ateniéndonos a estas indicaciones
se pueden distinguir tres momentos: Elías en Kerit, Elías en Sarepta y la
resurrección del niño. Pasamos ahora a examinar cada una de estas sec-
ciones.
2". Origen y reelaboración de las tradiciones en I Re 17
Las pinceladas señaladas nos ayudaban sencillamente a vislumbrar una
organización global del cap. 17, pero es necesario recoffer el texto con
detenimiento para individuar el material transmitido y fijado en el texto
actual.
a) Introducción: v.1.
Con el v. 1 imrmpe la figura del profeta Elías, sin datos que pudieran
favorecer un conocimiento más complejo del personaje 2 ya que esta entrada
en escena es casi repentina. Este versículo encuadra inmediatamente en el
horizonte del cap. 17: la sequía.
La reacción de Elías ante Ajab no es fácilmente comprensible sino se
une con el capítulo anterior, concretamente con 16,29-33.81v.34 no prepara
al lector para oír a Elías, pues es una simple información histórica. Sin
embargo, 16,29-33 concentra una serie de categoías teológicas dtr. 3, que
explican mejor la postura y la reacciín de Elías ante el rey Ajab.
Elías es llamado el tesbita, denominación que aparece en2l,l1.28.Este
título se halla preferentemente en pasajes secundarios a. Se trata del origen
del profeta, no mencionado hasta ahora en la narración. Como se puede
observar no es usado en los caps. I7-I9,y 21,17.28 Elías es presentado
2 L. At-oNso Scsörel, Los libros sagrados. L'os Reyes. Madrid 1973, 126
3 M. Noru, Könige 1. I. Könige 1-1ó. Neukirchen 1968, 354-5.
4 S.L. McKBNzIs, The trouble, 94.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 11
de forma similar, lo mismo que ocrure en 2 Re 1,3.8 5. Tales detalles
indican que esta denominación es más bien tardía.
La invocación de Dios con¡Vive,Yahvé, Dios de Israel!
(þHf U' ,ilþt{ i¡il' }1) con alguna variante y acompañado de "a quien
sirvo" ('JÐþ Ilìtî!, ìüit{) se encuentra sólo en 1Re 18,25;2Fte3,14; 5,
16, textos que pertenecen al ciclo de Elías-Eliseo. En la perícopa que nos
ocupa enmarca el tema de la sequía, incorporado y retocado en su forma
definitiva por el dtrG 6. Además la frase "a quien sirvo" ('¡Ðþ Ðìn!, ìllrR)
concuerda con otros textos (Dt 4,10; 10,8; Jer 7,t0; t5,I9;35,19;2 Re
3,14), de órbita deuteronomística 7.
Se recurre a dos términos , "rocío" (Þt!) y "lluvia" (f Un) (17,1), para
describir la falta de agua. Este último en armonización con 18,1 recorre
con frecuencia textos dtr. (Dt Il,lI.I4.I7;28,1,2.24;32,2; I Sam 12,17;
2 Sam I,2; 23,4:2 Re 8,35). þt¡ y 'lBn juntos significan toda clase de
humedad (Dt 32,2; 2 Sam l,2l).
A través de estos recursos estilísticos el autor enlaza el ciclo de Elías
con la historia de Ajab con una solemne declaración. Ante la maldad del
monarca, Dios reacciona. Esta sucesión es frecuente en el ámbito deute-
ronomístico.
El v.1 cierra esta declaración "con arreglo a mi palabra" ('ì!1 'l!Þ)
, que coincide con una expresión semejante en elúltimo versículo (v.24),
es decir, "la palabra de Dios es verdad en tu boca".
b) Elías en Kerit (v.2-7).
Es la primera escena del tema de la sequía protagonizada por el profeta
Elías. La siguiente, (v.8-9), que se ocupa de la viuda de Sarepta, retorna
de nuevo sobre el mismo tema. Los v.5b.6.7 son una descripción conti-
nuada de la situación vivida por Elías en el torrente Kerit.
En el v.5 se repite dos veces "partió" - "marchó" ( lÞ'l ); esta repetición
es indicio de una tensión en este versículo, y se intuyen dos momentos
redaccionales.
Los v.2-5a se pueden considerar como una introducción deuteronomís-
tica a este momento vivido por Elías 8. Algunos motivos, como el alimento
traído por los cuervos, el torrente, la ubicación, han sido sacados de la
escena propiamente dicha,v.5b-7. El esquema que unifica la sección
s id., Ibíd.,87. Subraya la importancia del título.
6 H.J. Srtpp, Elischa - Propheten - Gottesmänner. St. Ottilien 1987,461
7 G. Fosnrn, Elia. Ziirjch 1957,46-47.
8 E. Scriwes, Das Dürremotiv in I Regum 17,8-16, ZAW 99 (1987) 331
t2 M, ÁLVAREZ BARREDO
deuteronomística,v.2-5a, es el siguiente: orden de la palabra de Dios,
contenido y cumplimiento, tres elementos que podemos comprobar en la
nar¡ación. Esta sucesión existe en Dt 18,18s, pero hay que notar que el
redactor aclualiza este paradigma usando un contenido que se halla en la
unidad, concretamente en los v.5b.6.7. Al redactor le interesa subrayar en
la portada que la actividad de Elías es ejercida no en nombre de su propio
poder, sino bajo la acción de Yahvé. La concepción deuteronomística se
ajusta a este horizonte: orden de la palabra (v.2), contenido-mandato (v.3-
4) , y cumplimiento (v.5a). Con este modo de argumentar la redacción
sitúa los hechos realizados por Elías bajo la protección divina.
La primera escena (v.5b-7) narra las consecuencias de la sequía para
Elías. Esta sequía afecta también a otros personajes como a la viuda de
Sarepta y al rey Ajab. Esta situación de carencia domina la acción, pero
el profeta sale airoso bajo el amparo divino. El v.6 evoca el alimento del
pueblo elegido durante su travesía por el desierto, concretamente Ex 16,8
uiliza una terminología similar: la expresión polar "mañana-tarde", la
mención del pan y de la carne. Todo llega puntualmente de parte de Dios,
indicando así su cercanía al pueblo. Estas mismas categorías son aplicadas
al profeta Elías, pero en el contexto de la sequía, descrita en este caso con
pocas palabras: torrente (dos veces), secarse, falta de lluvia.
Hay que subrayar,además, la alternancia de términos: Dll,il (1 Re 17,1.14;
I8,4I.44s) significa lluvia intensa, mientras que los otros términos, ìlt¡
y þ¡, corresponden a "lluvia temprana y tardîa" o y "rocío" respectivamen-
te. nütl coincide solamente con el ciclo de Elías y Eliseo dentro de la órbita
del Dt y la historia deuteronomística ( 1 Re 17 ,7 .14; I8,41.44s; 2 Re 3,17) t0 ,
pero lllft abunda más en esta corriente teológica. Antes ya lo habíamos
señalado. Este juego nos lleva a pensar que se trata de una armonizaciôn
tardía, lo cual favorece la antigüedad de la tradición sobre Elías.
Otra tensión se da en la presencia de )ìtt (v.7) "país" y illtltt "tiena"
en el v.14.
Estos factores dejan intuir la transmisión autónoma de esta tradición
en torno a Elías, que como hemos indicado ha sido aprovechada por el
redactor deuteronomístico.
Esta pequeña escena de Elías ha sido añadida en la obra deuteronomís-
tica e integrada en su planificacióntl. De hecho el relato sobre Ajab se
intemrmpe de forma clara, pero el rey interviene de nuevo en 18,1.
e H.J. Zosør, llln, ThWAT IV, 1984, 82'l-32.
r0 E. ScHwes, Das Dürremotiv in I Regum 17,8-16, 333
11 S.L. McKsNzte, The Trouble,87.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 13
c) Elías en Sarepta (v.8-16)
En la escena precedente se podía comprobar que la falta de lluvia
dominaba el curso de la acción. Sus consecuencias inciden en la visita de
Elías a la viuda de Sarepta. Es necesario recordar que el lugar de los
acontecimientos es el territorio perteneciente al dios Baal, dios de |a
naitraleza y de la fertilidad, y donde él debiera proveer y abastecer a sus
adoradores de los bienes de la naturaleza, Ia escasez de los mismos es su
lenguaje diáfano, su manifestación.
Por otra parte Yahvé dona a los suyos, en este caso a Elías y a la viuda,
lo necesario para la vida. Esta dinámica evidencia que las narraciones
describen la oposición a Baal y la demostración del poder de Yahvé en
los fenómenos que eran considerados tradicionalmente campo de influen-
cia del dios Baal. 1 Re 17-19 es,pues, un conflicto entre Yahvé y Baal,
conflicto que ha desempeñado un papel vital en la historia de Israel 12. La
visita a la viuda de Sarepta, procurándole comida y obteniendo la vida para
su hijo ilustra la impotencia de Baal y el poder de Yahvé, que libra a los
suyos libra de apuros.
Literariamente este relato adapta el motivo de la sequía de corte orien-
tal, concretamente de Ugarit, aunque no está demostrada una dependencia
directa. La narración del milagro del aceite y del pan encaja en este marco
de la sequía, como ocuffe en los testimonios ugaríticos 13. Estas referencias
ayudan a justificar un relato predeuteronomístico, cuya extensión y con-
tenido no es posible acotar con seguridad.
No obstante, en este contexto la súplica de Elías pidiendo agua, se
ajusta a la Típica narración de una prueba de dignidad (Gn 24,14; Jue 4,-l'9;
también Jue 18,4s; 29,10 y Ex 2,17). A continuación nos detenemos en
sopesar las influencias en esta sección:
. Presencia deuteronomística.
El v. 8 es la formula habitual de enfocar el acontecimiento de la palabra
proveniente de Dios; el v.2 exhibe una fórmula idéntica. Los v.9-10 obedecen
al esquema visible en Dt 18,18, obviamente de talante deuteronomístico,
repetido también en 1 Re 17,2-5a. El v.9 presenta la orden de Dios.
12 F.C. FeNsuau, A few Observations on I Kings 17-19' ZAW 92 (1980) 227-36
13 E. Scswer, Das Dürremotiv,337.
14 M. ALVAREZ BARREDO
Llama la atención la presencia de la misma forma verbal que en el v.4
"que te alimenten" (lþtþ)þ), lo cual denota un paralelismo en la redac-
ción14. El v.10a describe la ejecución del mandato divino.
El pensamiento-guía es la obediencia de Elías a la palabra de Dios;
como profeta de Dios lejos de su patria es conducido y protegido por Dios
mediante la viuda de Sarepta.
Con frecuencia junto al acontecimiento de la palabra (v.8) se encuentra
la fórmula plena del mensajero, en este caso en el v.14 "porque así ha
dispuesto Yahvé, Dios de Israel". El v.14b proporciona una frase comple-
mentaria "hasta el día en que Yahvé conceda la lluvia sobre la superficie
de la rierra" (itnìt{il )D þy Dürl ÌtJi'l'ln¡Ey ìtl), que es una añadidura
semejante a la de 18,1b con algunas pequeñas variantes también de cuño
dtr. La influencia dela palabra divina llega hasta el v.16b con la fórmula
de cumplimiento "según la palabra que Yahvé ha pronunciado por medio
de Elías". Es necesario subrayar igualmente la mediación de la palabra de
Elías en el v.15: "conforme a la palabra de Elías".
Estas cuñas literarias enmarcan y colorean a modo de paralelismo la
promesa del v.14 "la tinaja de la harina no se agotarâ, níla orza del aceite
se vaciará hasta el dîa"; y el cumplimiento del v.6 "la tinaja de la harina
no se agotó ni la orza del aceite se vació" . La palabra de Yahvé anuncia
el milagro y se lleva acabo. Este esquema encaja en el pensamiento del
estrato profético deuteronomístico (dtrP) 15.
Apoyándonos,pues, en estas valoraciones se pueden atribuir a las re-
elaboraciones deuteronomísticas los v.8-10a.14-16. Con una teología ba-
sada en la sucesión de formulaciones empleadas en el ámbito deuterono-
místico se coloca la tradición referente a la viuda de Sarepta en el cauce
de su obra 16.
De este modo, por exclusión, la tradición anterior queda delimitada a
los v.10b-13. La sequía afecta a una viuda, quejunto con el huérfano son
símbolos de los pobres por excelencia en el AT. Estos datos nos posibilitan
el afirmar que ha sido transmitida en el marco deuteronomístico, siendo
posiblemente retocada. Esto se deduce del oráculo de salvación en el v.
14 "la tinaja de la harina no se agotarâ, ni la orza del aceite se vaciarâ",
que contrasta con los relatos de la sequía y sus consecuencias en Ugarit,
donde se habla del pan de las tinajas consumido, de los pellejos de vino
ra W. Drnrnrcu, Prophetie und Geschichte. Eine redaktionsgeschichte (Jntersuchung
zum deuteronomistis chen Ge s chicht sw erk Göttingen 197 2, 124.
Is E. ScHwes, Das Dürremotiv,336-7.
16 W. Dmrnrcu, Prophetie,2l3.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES t5
acabados y del aceite usado 17. El tono dominante es el pasado, mientras
que en 1 Re 17,14 el futuro es asegurado por la palabra del profeta. Dios
por medio de Elías se hace presente, repercutiendo en la situación de
necesidad del hombre, en este caso simbolizada en la viuda, pero la lectura
de los acontecimientos se cifra en la lucha contra el sincretismo religioso
entre Baal y Yahvé. Este es el verdadero dispensador de bienes en favor
de su pueblo, que 1o socorre en todo momento.
Dt 8 refleja esta dinámica, que es transferible al pasaje que nos ocupa.
Dios no es un dios lejano, sino que continuamente habita en medio de su
pueblo, en esta circunstanciaatravés de su siervo Elías para hacerle superar
esta prueba. Al contrario, Baal es un dios que "quizás duerme" (1 Re
18,27). El narrador invita a contemplar este acompañamiento de Yahvé en
favor de su pueblo, ayudando a los desvalidos.
Creer en la eftcacia de esta presencia es el objetivo de Elías. El con
su dependencia total de Yahvé lo vive, y ahora asocia a la viuda a esta
dinámica de fe.
d) La resurrección del niño (v.17-24)
1) Consideraciones literarias
Esta sección (v.17-24) de la reanimación del niño ocupa el último lugar
del cap. 17. Los autores han estudiado su conexión con las escenas an-
teriores y establecido comparaciones con la actividad de Eliseo, concre-
tamente con 2 Re 4,8-37 18.
Las conclusiones apuntan más bien a considerar el relato como un texto
añadido posteriormente, dadas las referencias que el mismo ofrece con los
textos indicados. Tratemos de situar está sección en su contexto pertinente,
fijándonos en las conexiones literarias y de contenido. He aquí algunos
ejemplos:
Un hacedor de milagros denominado "varón de Dios" que habita en el
aposento superior de una mujer (1 Re 17,19; 2 Re 4,10.27; I Re 17,24;
2 Re 4,16.27).
El hijo de la mujer muere a causa de una enfermedad (l Re 17,17;2
Re 4,19).
El varón de Dios cura al hijo, sirviéndose de un rito.
17 E. ScHw¡,g, Das Dürremotiv,336-7.
r8 M. Rrnn, Das zweite Buch der Könige. Ein Kommentar. Würzburg 1982, 53-4.
o
a
a
t6 M. ÁLVAREZ BARREDO
El profeta devuelve vivo el niño a la madre, que no asiste al milagro
(1 Re 17,23; 2 Re 4,36).
Respecto al contexto precedente hay que subrayar que la viuda de Sarepta
se caracteriza por su situación de precariedad, mientras que la mujer de
la segunda escena es de posición acomodada (v'17.19). Solamente en este
ambiente de sequía Elías es calificado como "varón de Dios" (1 Re
17,18.24),1o cual lleva a pensar que los v.I7.24 son suplementariosre'
Esta complementariedad o separación no es tajante, pues es fácil intuir
que esta unidad en el momento actual no ha existido sin estos contextos.
Hay puntos de ilación y oposición a nivel literario que dejan entrever las
divergencias y convergencias de ambos relatos.
La mujer de la segunda escena es denominada illtltt "mujer" (v.17b)
y "viuda" (il¡ntß) en el v.20c, calificativos usados también para la pri-
mera (v.9e.10d). Son dos cuadros complementarios que han sido transmi-
tidos en un tiempo temprano dentro de la tradición de Elías y Eliseo (2
Re 4,8-37), texto que examinaremos más tarde.
La mujer descrita en los v.17-24 tiene un hijo, mientras que la viuda
en el v.15 debe procurar el alimento para su casa, entendida ésta no como
su servidumbre, sino como su propia familia. Los LXX leen aquí "sus
hijos" 20.
Otro síntoma de repetición visible es la plegaria de Elías en
los v. 20b.2I: "entonces clamó a Dios y dijo: "Yahvé, mi Dios"
('ilþtt itìil' ìnßl ;rlil' ttìP'l). Esta reasunción es indicio de una
añadidura, con la cual el redactor trata de ajustar la oración de Elías.
Hay que fijarse en el paralelismo de una secuencia: Elías invoca a
Yahvé (v.20); éste se tiende tres veces sobre el niño (v.21a) e implora la
vuelta de la vida al niño (v.21b); el mismo rito de transferencia de una
fuerza retorna en 2 Re 4,34s21 .
Otra repetición es patente en los v.10-11 con la frase "la llamó y dijo:
,u:âeme por favor" ('Þ R)'nP lnñl n'þN Ñìirl). Ya que el tema del agua
no apafece en el transcurso de la narración (v.12.16), favorece la hipótesis
de que la petición del agua sea una añadidtna2z.
Estas observaciones muestran la acomodación de esta sección (1 Re
17,17-24) a un contexto más amplio, denotando una elaboración y un
reajuste del relato. Dicho relato ofrece un paralelismo con 2 Re 4,8-37,
le H.J. Sltpp, Elischa, 452.
20 H. Scrnloror, Zwei "Wiederaufnahmen" in I Re 17, ZAW 97 (1985) 424.
21 H.J. Feenv, ììtl , ThWAT IV, 1983,707.
22 H. Sct¡tr¿oI-or, Zwei "Wiederaufnahmen", 425.
a
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 17
lo cual lleva a pensar en una dependencia literaria de 1 Re t7,I7-2423.
En el análisis del primer texto seremos más explícitos en confrontar ambas
descripciones.
Tomada en bloque esta escena de la resurrección hay que juzgarla como
una añadidura al cap.l7. A través de la fórmula de conclusión del v.17
"tras estos hechos ocurrió" se une a esta nueva sección. Elv.24, "que la
palabra de Dios es verdad en tu boca", es una afirmación de carâctet
secundario 24. Estas frases ayudan a situar el texto en un horizonte más
amplio bajo la figura de Elías, siendo Elías el personaje decisivo.
2) Contenido teológico
El hecho puede ser interpretado según diferentes categorías: el niño
podría haber sufrido una calentura, Elías he hizo una respiración artificial,
o le transmitió un poder divino a través de una invocación. La mayoría
de los autores es partidario de considerar esta curación como un antiguo
rito de transferencia de poder 2s. A parte de su simbología la raz6n lúltima
es el favor de Dios (v.22), ya que sólo Dios es capaz de resucitar al niño.
El entero cap. 17 confronta sistemáticamente a Elías con la muerte. En
el primer episodio,l Re l7,t-'7, Elías es alimentado por los cuervos, que
según la ley son aves impuras (Lv 11,15;Dt 14,14). Esto significa que
están asociados con la muerte. Ellos son portadores del alimento del profeta,
y sólo por medio de estas aves impuras puede sobrevivir.
En el segundo episodio (1 Re 17,8-16) la viuda es salvada del ámbito
de la muerte gracias a la palabra de Elías.
En el tercer episodio (1 Re 17,17-24)Eßasno sólo se identifica con
la muerte, sino que el mismo se vuelve impuro al contacto con ella, y ésta
puede ser una clave para comprender la eficacia del gesto 26. Veamos las
consecuencias y el alcance de esta postura.
Elías participa de la angustia de la viuda debida a la muerte del hijo
(v.18-19). El núcleo teológico del relato 1o constituye la intercesión y la
plegaria de Elías. Este con su gesto se convierte deliberadamente en anatema
ante Dios, de manera que si Dios no devolviera la vida al hijo, se con-
23 HJ. Snpp, Elischn, 457. Aporta una serie de argumentos, tratando de explicar esta
afirmación.
2a E. Wünrswsr¡.t, Die Bücher der Könige l. Kön.17- 2. Kön 25. Göttingen 1984,222-
223.
Krucru, Elijah's Self-Offering: 1 Kings 17,21, B1b 75 (1994) 75
ibíd., 76.
25
26
N.
Í¿.
18 M. ÁLVAREZ BARREDO
yerttía el mismo como muerto. La repetición de la intercesión en los
v.2lb.22b "Yahvé,mi Dios vuelva, te ruego, el alma de este niño a su
interior" y " el alma del niño volvió a su interior y revivió", sugieren que
Dios realmente fue tocado por la oración intensa de Elías.
La oración de Elías evoca la intercesión de Moisés con motivo de la
construcción del becerro de oro (Ex 32,32). Tanto Elías como Moisés
anatematizan su vida por el niño y por el pueblo respectivamente, aunque
en el caso de Moisés no existe el contacto con el mundo de la muerte.
Este aspecto confiere un matiz diferente a la situación de Elías.
El contacto con el cadáxer presenta una dimensión nueva en la historia
de Elías, ausente en Moisés. La ley prohibe el contacto con un cadáner
a las personas consagradas (Lv 21,,13; Nm 6,6-8; Dt2l,22-23) y prescribe
ritos de purificación. Según esta ley,d la acción contradice la oración de
Elías. Sin embargo, la complacencia del profeta haciéndose el mismo
anatema nos da una clave de interpretación; é1 es una especie de sacrificio
de purificación (Lv l7,ll) en favor de la vida del niño 27. Elías actuando
como víctima sacrificial en su propia persona devolvió la vida al hijo de
la viuda.
Pero donde el relato alcanza toda su iqueza es en la comparación con
otros textos veterotestamentarios, que coinciden en un esquema teológico
y literario. Veamos estos textos.
En 1 Re 17,17-24 se pueden observar los siguientes elementos:
1. Descripción de una necesidad (enfermedad del niño, v.17).
2. Reproche de la mujer dirigido a Elías (v.18).
3. Palabras de Elías (v.19).
4. Oración de Elías (v.20s).
5. Superación de la necesidad debido a la intercesión de Elías (v.22)
6. Acción y palabra de Elías (v.23).
7. Reacción de la mujer (v.24).
Este esquema literario-teológico encuentra resonancias en textos rela-
cionados con Moisés. He aquí una muestra de textos:
Ex 17,3-6 contiene elementos parecidos en el relato sobre la falta de
agua:
a
1. Presentación de una necesidad (falta de agua,v.3a).
2. Reproche ante Moisés (v.3b).
,, id., ibíd., ig-9
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES l9
3. Oración de Moisés (v.4).
4. Superación de la necesidad (v.5-6)
. Nm ll,4-35: descontento del pueblo en el desierto.
1. Dificultades del pueblo en la travesía del desierto (v.4-6)
2. Murmuración del pueblo contra Moisés (v.4-6).
3. Intercesión de Moisés (v.11-13.15).
4. Superación de la dificultad (v.31s).
Otros cuadros del Exodo y Números concuerdan con este esquema:
. Ex l4,l-3l: persecución y liberación de Israel
1. Persecución de Israel por medio de los egipcios (v.5-7.10).
2. Reproche delante de Moisés (v.11-12)
3. Oración de Moisés (v.15-16).
4. Liberaciín del pueblo (v.21s.26.27-29).
5. Reacción de los israelitas (v.31).
. Ex 15,22-25: saneamiento de las aguas
1. Hecho negativo: sed del pueblo (v.22s).
2. Murmuración del pueblo contra Moisés (v.24)
3. Súplica de Moisés (v.25a).
4. Saneamiento de las aguas (v.25b).
. Nm 2L,4-9: incidentes en los llanos de Moab
1. Desaliento del pueblo (v.4)
2. Murmuración contra Moisés (v.5),
3. Castigo del pueblo (v.6).
4. Oración de Moisés (v.7).
5. Superación de la situación (v.8-9)
Estos textos de procedencia J y E que giran en torno a la figura de
Moisés mueshan coincidencias esquemáticas seguidas por el autor de I Re
17,17-24. Partiendo de ellos Elías es presentado como el nuevo Moisés.
La función de mediador entre la mujer y Dios se ajusta a la intercesión
de Moisés en favor del pueblo 28.
28 A. Scrnr,IIor, Die Totenerweckung in I Kön WUJT-24. Eine form und Sattungs-
kristísche Untersuchung, VT 25 (1977) 466-70.
20 M. ,ÁLVAREZ BARREDO
Después de haber observado estas semejanzas I Re l7J7-24 posee
visibles coincidencias en cuanto visión teológica e incide también en
aspectos literarios. Teniendo en cuenta este horizonte resulta claro el esfuerzo
por sincronizar los hechos de Elías con los de Moisés. En resumen, la
presencia operativa de Dios domina la historia a través de sus profetas,
más el comienzo del v.I1 con "tras estos hechos ocurrió".
Esta narración de la resurrección del niño ha sido insertada en la his-
toria deuteronomista con dos simples pinceladas de su teología. El v.16b
era la conclusión de las escena precedente de cuño deuteronomístico, como
hemos visto anteriormente. Aquí el redactor dtr. sencillamente se limita
alv.24b, que cierra el relato con una frase del ámbito profético deutero-
nomístico (dtrP) æ.
3". Conclusión
A 1o largo del análisis hemos procurado deslindar la intervención
deuteronomística de las tradiciones precedentes, que como hemos indica-
do, proviene de distintos ambientes. La primera (v.2-7) ha cristalizado
autónomamente en torno al profeta Elías; la segunda (v.8-16) encaja
perfectamente en la lucha contra el sincretismo religioso en tiempos de
Elías, y literalmente coincide con el ambiente de Ugarit; finalmente, la
tercera (v.17-24) sincroniza con el ciclo de Eliseo, proporcionando un
contexto diferente. Las dos primeras son escenas más antiguas, pues se
ajustan mejor a la problemáttica de la sequía y oposición al culto de Baal,
mientras que la tercera es posterior porque no conecta con el tema de la
sequía y se adecua sin mayores dificultades a las inquietudes emergentes
en el ciclo de Eliseo.
2. Desafío de Elías (1 Re 18)
1". Introducción: v. l-2a
El hilo narrativo continua con una nueva palabra divina a Elías, con-
cretamente por tercera vez recibe el mensaje de Yahvé. 1 Re 18,1 es un
versículo significativo parala estructura de I Re 17-18. La apertura "pa-
sados muchos días" responde a un procedimiento redaccional, uniendo de
forma clara ambos capítulos.
2e W. Dmrnrcu, Prophetie, 125.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES zl
"En el año tercero" es una referencia a I7,l "en estos años". Estas
acotaciones temporales posibilitan un cuadro cronológico de las unidades
existentes en los capítulos en cuestión. Esto indica una acomodación
temporal, creando un tejido unitario de la narración'
La fórmula del acontecimiento de la palabra junto con la orden de
presentarse ante Ajab y la promesa"voy a enviar la lluvia" en relación a
17,2.8, cambia en algunos aspectos. Estos emergen en el transcurso de la
narración anterior. Así 17,14 es una resonancia de 18,1 sobre el tema de
la lluvia. El mandato de presentarse ante Ajab contrasta con la orden de
esconderse en I7,2.
Estos detalles indican claramente que 1 Re l8,I-2c retoma motivos
aparecidos en otros instantes, pudiendo apreciar el afán narrativo de unificar
los acontecimientos protagonizados por Elías. 1 Re 17,2-24 visto en su
totalidad hay que considerarlo unido al cap.18, pues el cap. 18 retoma los
elementos del cap. 17.
La fórmula del acontecimiento de la palabra "luego le fue dirigida la
palabra de Dios" (ilJil' ì:'t'Ì11) actúa como elemento aglutinador' que
deja entrever ùna vez más la cadencia deuteronomística 30. El tema de la
lluvia focaliza el relato (1 Re 17,1; 18,1.44-45): anuncio de escasez de
agua, pfomesa de la misma y llegada de la lluvia. Esta sucesión testimonia
la continuidad narrativa. Además al redactor deuteronomístico le interesa
subrayar a Elías como el portador de la lluvia 31.
2". Unidadesde I Re 18
Tal como señala el v.l en el tercer año de sequía acontecieron una serie
de hechos, que se pueden desglosar en varias escenas.
Partiendo del capítulo anterior es posible establecer un esquema îaffa-
tivo y estructurante en los caps. L7-18, cuyo tema unitario es la lluvia: su
ausencia y su vuelta.
ausencia de lluvia promesa de la 11uvia......... retorno de la lluvia
depende de la palabra de Elías ..... según la palabra de Elías ..... cumplimiento
(r8,4r-46)
dos años de sequía tercer año de sequía cumplimiento
anuncio (17,2-24) continuación (18,2b-40) ejecución (18'41-46)
30 Íd., ibíd., 123, nota 60. Enumera los textos deuteronomísticos
31 E. WünrHwuN, Di¿ Bücher,2l5.
22
a
a
a
M. ALVAREZ BARREDO
Las escenas intercaladas ilustran estas claves, porque todas ellas como
se puede comprobar, dependen de la mediación de la palabra del profeta.
En el cap. 17 ya hemos visto tales escenas; por lo que se refiere al presente
capítulo son identificables las siguientes: 1) la reunión de Ajab y Abdías
a causa de la falta de lluvia (18,2b-6); 2) el encuentro de Elías y Abdías
(18,7-15); 3) la actitud de Ajab ante Elías (18,1.6-20), y finalmente la
ordalía en el monte Carmelo (18,21-40).
Veamos la dinámica de su estructuración:
Ajab - Elías (18,2b-6):
Hay una presentación fuerte "y el hambre arreciaba en Samaría" (v.2b);
el alcance de la situación no se limita sólo a los episodios siguientes. La
escena queda,pues, enmarcada en situación general de la sequía. La cuña
sobre la conducta de Abdías sirve como descripción del personaje (18,3b-
4) y especifica su perfil religioso. La escena concluye la separación de
Ajab y Abdías, yendo cada uno por su camino; este recurso prepara su
respectivo encuentro con Elías.
A lo largo de la descripción es visible "la técnica de las dos líneas
paralelas: en un extremo el Señor despacha a Elías, en el ofro extremo el
rey despacha al mayordomo y se aleja" 32. Abdías como personaje clarifica
los contrastes entre Ajab y Elías, al mismo tiempo que retrasa el encuentro
entre Ajab y Elías.
Elías - Abdías (18,7-15)
Esta escena conecta con la precedente a través de "por el camino"
(lìT:) (v.6.7). Otro elemento formal es la repetición en 18.2.15. La "pre-
sentación" de Elías ante Ajab actúa como de puente entre la escena an-
terior y la sucesiva.
Elías - Ajab (18,16-20)
En el plano lógico de la narración se da un desplazamiento. La solución
de la sequía no es la búsqueda de fuentes (18,2b-6), ni la causa es Elías
(18,10.17), sino la infidelidad y la conducta idolátrica del monarca.
. Ordalía en el monte Carmelo (I8,2L-40)
32 L. AI-oNso ScHörrr-, Los libros sagraios, 129.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 23
Es la escena con una descripción más amplia, y que ha sido objeto de
múltiples hipótesis. Siguiendo la pauta de las unidades,ya expuestas,
destacamos preferentemente el esquema descriptivo, en el cual se puede
observar un díptico casi perfecto 33:
Elías acusa al pueblo de "cojear" (l8,2la)...... Elías y el pueblo eliminan a los
entre Yahvé y Baal profetas de Baal (18,40)
El pueblo calla (18,21b) El pueblo confiesa a Yahvé (18,39)
Propuesta de una ordalía al pueblo
y a los profetas de Baal (18,22-25)
Sacrificio de los profetas de Baal... .........' Sacrificio de Elías
(t8,26-29) (18,30-37)
preparativos: breves procedimientos de los sacrificios (18,26a).
proceso elaborado para el sacrificio (18,32b-35).
tiempo: todo el día, dividido en dos períodos (I8,26a.29a).
instantáneo, en el momento vespertino de la oblación (18,36a).
acción: elaborada, danzas, gritos, heridas (18,26-28).
simple, oración a Dios y a los patriarcas (18,36-37).
resultado: nada, ni voz, rri respuesta (18,26) ..... espectacular, fuego del
cielo (18,38).
ni voz, ni respuesta, ni atención (18,26).
Las correspondencias son claras. Toda la narración ofrece un parale-
lismo de gran contraste escénico.
Conclusión: La llegada de la lluvia (18,41-46)
a
a
o
o
o
En el v. 41 se anuncia su retorno inminente, pero se supone las evo-
caciones de Il,l y 18,1. Los protagonistas en estos lugares son los mis-
mos: Elías, Ajab y la lluvia. Estos hilos narrativos confieren a 1 Re 17-
18 una estructura acabada.
El tema básico aquí es la llegada de la lluvia; con su retorno la palabra
de Elías queda confirmada y resulta eftcaz. Hay que subrayar también que
frente a los diferentes momentos donde reinaba la sequía, ahora se describe
33 G.C. Borrnu, Il racconto della siccità e della pioggia (1 Re 17-18). Studi recenti-
arte narrativa, SBFLA 29 (1979) 340-341.
24 M. ALVAREZ BARREDO
este retorno de la lluvia casi repetidamente, destacando la abundancia. En
la descripción del fenómeno se va in crescendo: del "ruido de la lluvia"
(v.41), pasando poÍ "una nubecilla pequeña" (v.44), se llega al desenca-
denarse de "una gran lluvia" (v.45). En esta técnica repetitiva el acento
recae sobre la tercera característica, que es adornada con otros matices
(v.45)3a.
3". Influencias redaccionales y tradiciones autónomas
Antes nos hemos detenido en dos aspectos que tejen la narración en
su nivel definitivo y actual, ya que el estrato final aprovecha las tradiciones
anteriores que en seguida procuraremos deslindar. Se hallan mezcladas
diferentes tradiciones, 1o cual es indicio de relecturas y adaptaciones hasta
alcanzar el estadio final.
El elemento estructurante, como ya hemos señalado, es la sequía y la
llegada de la lluvia, que en el cap. 18 se concentra preferentemente en
18,2a.17 aba.4l-45.
a) Elías, portador de la lluvia (l8,l7aba.4l-45)
La escena se abre con la introducción de l8,2ay comienza propiamente
con el v.ITaba que describe el encuentro de Ajab con Elías. El diálogo
mantenido por ambos, que hubiera servido como introducción al los v.41-
45, ha sido eliminado, ya que en estos momentos la actual redacción
deuteronomística en el v.17b con ¡tu aquí, mal agüero de Israel! y la
repetición en el v.18a (aunque con la forma verbal) ha añadido su lengua-
je 35; sencillamente es una insistencia. La intervención redaccional deute-
ronomística continua en el v.18 con "sino tú y la casa de tu padre, con
vuestro abandono de los mandatos de Dios y porque has marchado en
pos de los Baales" oþnl ilìil'nlttt nß E)¡l)rr J'tR n'ft ilnñ Dßþ
Etlrlil lllt{); estos términos simplemente pertenecen enteramente a la
órbita deuteronomística 36.
En la presente escena se contraponen las posturas de Elías y Ajab. La
3o id., ibíd.,342.
35 E. WünrHwrrN, Dle Bücher, 213.
36 H.D. HorruanN, Reþrm und Reþrmen. Untersuchungen zu einem Grundthema der
deuteronomístischen Geschichtsschreibung. Zürich 1980, 3033n . Elenca los textos tejidos
con esta terminología.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 25
lluvia es favorecida por la mediación de Elías y no debido al ayuno del
monarca. Este es el núcleo de la antigua tradición sobre Elías, en la cual
la infidelidad del rey ante Yahvé queda al descubierto. No hay que olvidar
que 18,1 deja bien claro quien es el dador de la lluvia. Elías es simple-
mente mensajero de esta intención divina, quedando descalificado Ajab.
Tal es el esquema teológico de los v.4I-45. Desglosemos esta concepción
teológica contenida en el texto.
En el v.41 Elías invita a Ajab a que intemrmpa el ayuno. Este dato
manifiesta que el monarca se hallaba inmerso en un rito penitencial,
presentando a Ajab como un rey piadoso. Los dos verbos, "beber" (ilnti)
y "comer" ( þ)tt), son signo de bienestar y alegría 37. La palabra del profeta
es consoladora para el rey: Mediante sus capacidades proféticas Elías ya
oye el murmullo de la ansiada lluvia, siendo rtna vez más el protagonista
ante el rey para comunicarle el mensaje divino.
El v.42 encuadra el lugar de la acción -el monte Carmelo- y contrapone
al mismo tiempo las actitudes de Elías y Ajab. El profeta se postra en
oración. Este gesto colocando el rostro sobre las rodillas en los textos
egipcios y ugaríticos es una actitud de lamentación, tales ritos de lamen-
Tación y de súplica eran frecuentemente losmismos 38. Esta actitud de Elías
es,pues, propia de la oración humilde, ardiente y perseverante, que con-
trasta con el ayuno del monarca, el cual con su ascetismo es incapaz de
propiciar la lluvia. Con este contraste la narración resalt¿ el rechazo de
la conducta por parte de Yahvé, y no sólo en este momento.
Los v. 43-45 son la respuesta a la oración del profeta. Describe gra-
dualmente la llegada de la lluvia, empleando el número siete dos veces
para expresar la totalidad dentro de un contexto ritual3e. Al final del rito
Yahvé se muestra condescendiente, cumpliendo su palabra (1 Re 18,1). El
v.45 narra la llegada de la lluvia.
El v . 46 presenta a Elías dotado de una faerza sobrehumana. Este posee
las características de un mediador estático. La frase "la mano de Dios se
posó sobre Elías" se halla sólo aquí dentro del ciclo de Elías, y coincide
con las fórmulas deBz 1,3;3,22;33,22;37 ,I; 40,9), indicio de una añadidura
posterior 40, y trataría de armonizar el contenido deI v.46 con el final del
v.45, centrado en la marcha de Ajab.
3i M. orrorssoN, þlt{, ThwAT I, 250.
38 AA.W, kt Sagrada Escritura. Antiguo Testamento 1L Madrid 1968, 641; E.
Wûnruwux, 1. Kön.17, 214.
3e E. Orro, lr¡Ur, ThWAT, 1015-1016. Relaciona estos mismos aspectos en las li-
teraturas mesopotámica y ugarítica.
a0 W. Zruuenr4 Ezechiel 1-24. Neukirchen 1979, 48.
26 M. ÁLVAREZBARREDO
Estamos,pues, ante una tradición antigua sobre Elías (1 Re 18,17aba.AI-
45) relacionada con la lluvia. La ampliación literaria ayuda a situar mejor
este relato en un tiempo cercano a Elías
b) Encuentros de Elías con Ajab y Abdías (18,2b-16)
Dentro del tema fundamental el retorno de la lluvia se halla en dos
momentos del cap. 18. Los dos personajes centrales son Elías y Ajab;
Abdías interviene come personaje secundario. Observemos atentamente
los hechos.
Atendiendo al motivo-base, la gravedad de la sequía, se pueden dis-
tinguir tres estratos en este bloque: a) v.2b.3a.5-8.16 (centrado en la sequía),
b) v.9-11.15 (diálogo entre Elías y Abdías), el narador aprovecha la ocasión
para informar sobre el reinado de Ajab, y c) v. 3b.4.12b-I4 es una aña-
didura que clarifica aún más la política seguida por Ajab y su mujer. A
la luz de Abdías se explica mejor la situación de Elías.
Estas unidades tienen el aire de ser añadidas al motivo del argumento-
sequía. Veamos los textos que coinciden en algunos matices, siguiendo el
relato.
1 Re 18,3.12 tiene puntos de contacto con 2 Re 4,1:
18,3: Tt{tt ¡11i1' nß Rì' i1';l lil'Tf}rl
"Era Abdías muy temeroso de Yahvé"
18,12: l)r¡n il1il' nß Rì'JT:lrl
"Y no obstante tu servidor teme a Yahvé desde su mocedad"
4,1: illil' nß ßì' if i'l lÏ:t, ')
"Tu servidor era temeroso de Yahvé"
Como se puede observar es una frase cuyos elementos se encuentran
casi todos en los tres textos. El núcleo es "temer a Yahvé" (ill¡'nN ßì').
I8,4.I3: presenta el motivo de los grupos de cincuenta individuos, que
aparece de nuevo en 2 Re 2,7.16.
18,10: contiene la serie de verbos "mandar" (nþU), "buscar" (Urir:),
"encontrar" (ttlrt), existente también en 2 Re 2,17.
1.8,12: para describir la desaparición de Eliseo usa los mismos conceptos
que en 2 Re 2,16: "El espíritu de Yahvé te llevará a donde yo
I,AS NARRACIONES SOBRE ELíAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 2'l
no sepall(18,12), "no sea que le haya arrebatado el espíritu de
Dios y le haya arrojado en alguna de las montañas o en uno de
los valles" (2 Re 2,16). La primera parte de los contenidos es
"llevar el espíritu de Dios"; esta coincidencia es idéntica en hebreo
(;tlil' nJì ñlllJ); las segundas partes reflejan variantes de conte-
nido, aunque los conceptos son parecidos.
18,3 el motivo de la persecución de los profetas es evocado de nuevo
en 2 Re 9,7.
18,15 La fórmula "¡Vive el Señor de los ejércitos, a quien sirvo"
('DTDD ìl¿rt{ nlR:! i1ìi1' 'i'l) es idéntica en 1 Re 17 ,1; 2 Re 3,14;
5,16, lo cual es muestra de un estrato literario unitario 41. No es una
casualidad que estos textos coincidan con el ciclo de Elías-Eliseo.
Los textos citados caen la órbita de las tradiciones sobre Elías y Eliseo,
1o cual lleva a pensar que nos hallamos en un mismo ambiente redaccional.
Retornando a las divisiones de 1 Re 18,2b-16 no todas las unidades
cnstalizarán al mismo tiempo, sino que se agruparán escalonadamente.
La primera (v.2b.3a.5-8.16) describe fundamentalmente los estragos de
la sequía persistente, que afecta ya a los caballos del rey. Este tenía derecho
a una porción de la cosecha (Am 7,1) y se dispone a ejercerla sobre la
hierba en este caso. Por el contrario, Elías atribuye todos los males a la
idolatría del monarca y de su casa, y le propone una especie de juicio de
Dios con los profetas de Baal. Tomando notas de estos factores, puede
considerarse una tradición autónoma sobre las consecuencias de la sequía.
La segunda (v.9-11.15) describe la persecución emprendida por el rey
contra Elías, la cual es visible en la dinámica del relato. La temáÍica
reflejada encaja en el horizonte deuteronomístico 42.
La tercera (v.3b.4.12b-14) es un suplemento posterior que insiste sobre
la persecución de los profetas. Esta unidad recalca más bien la persecución
desencadenada por Jezabel,mujer de Ajab, ya que había intentado eliminar
todos los profetas de Dios (1 Re 18,22b; 19,15).
La sucesión de las escenas es un escalonarse de motivos: en primer
lugar el personaje Abdías prepara e ilustra el encuentro de Ajab con Elías,
encuentro tenso por el enfrentamiento de ambos a3; la persecución de los
a1 S. KnBuzBx, Der lebendige Gott. Bedeutung, Herkunft und Ennvicklung einer
altte stamentlicher Gotte sbezeichnung. Stuttgart I 983, 87.
a2 E. WünrswuN, Dle Bücher, 271.
a3 L. Ar-oNso Scuöxrl, Los libros sagrados,129. Expone la dinámica de la narración.
28 M. ÁLVAREZ BARREDO
profetas de Yahvé redondea la tem6ûica. Por esto es necesario observar
cómo el v.16 sigue el hilo narrativo de los v.7.8, desembocando en el careo
entre Elías y Ajab (v.17-18s). Se comprende fácilmente que las otras escenas
han sido añadidas en otras circunstancias para construir la narración.
c) La ordalía en el monte Carmelo (v.21-40)
Esta grandiosa escena describe la gran decisión que el pueblo debe
adoptar ante Dios o la religión caîanea, focalizada en el dios Baal. Ante
el mutismo del pueblo Elías propone su audaz desafío de carácter religio-
so. Después del encuentro de Elías con Ajab y hasta la llegada de la lluvia
el espacio intermedio es ocupado por este relato. Llama la atención que
Ajab no intervenga en la escena en esta ocasión.
Los v. I8.I9a.20 enmarcan la ordalía, escena que originariamente no
estaba localizada. Estos datos se deben a la redacción deuteronomística,
pues la té,cnica introductoria de la ordalía es semejante a la despedida de
Jos 24,1-2. Allí como aquí la totalidad del pueblo es convocada para elegir
ante Yahvé: "todo Israel" (Þnru'þ¡) (t Re 19) - "todo el pueblo"
(E}ril þ)) Qos 24,2). Jos 21,43-45 articula este concepto de totalidad según
el esquema deuteronomístico aa. Estamos,pues, ante un retoque deuterono-
místico para ajustar este desafío de Elías a los profetas de Baal: v.19 "todo
Israel" (þHrÚ'þ¡), v.20 "todos los hijos de Israel" 1Þxìtu"ll5>), v.2l
"todo el pueblo" (Elril t)).
Es visible,pues, una presencia redaccional deuteronomística en los v.
17-20, a pafte de otras glosas. Falta propiamente una presentación del
encuentro con Elías; la convocatoria del pueblo por Ajab es secundaria,
como ya hemos visto. Con esta dinámica comienza casi repentinamente
la prueba de las ofrendas (v.2I-39).
Como antes se indicaba, se dan unas conespondencias estructurales en
el texto en su resultado final. En este momento no preferimos deslindar
los diferentes estratos que influyen en la presente escena. Ambas formas
de considerar el texto en cuanto contenido y estructura son complemen-
tarios, por eso es conveniente fijarse en temas afines 45.
Los profetas de Baal. Los personajes por una parte son Elías y el pueblo
de otra. Son dos religiosidades opuestas : v .22.23.24.25 a'26a.27 -29.40.Leídos todos seguidos se observa que los versículos constituyen la ordalía.
aa J. SeNuenrÍN Asceso, Itts guerras de Josué. Estudio de semiótica narrativa. Ya-
lencia 1982, 46s.
a5 E. Würrswsw, Dl¿ Bücher,215-219.
a
a
a
a
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 29
Los profetas de Baal apatecen en la escena sin que se converse previa-
mente con ellos (v.22-23).
La befa de los profetas de Baal se puede considerar una prolongación
de su postura religiosa (v.26b.29b).
La construcción del altar (v.32s), que es un motivo que ha sido añadido
posteriormente.
Añadiduras de carêrcter cultual. El esfuerzo de Elías en que las ofrendas
respondiesen a la legislación sacerdotal, deja entrever su posterior in-
serción (v.34-36).
La oración de Elías, contenida en los v.36.37a, responde a la imagen
del profeta deuteronomístico.
La vuelta del pueblo a Yahvé: en el v. 2I éste estaba indeciso entre
Yahvé y Baal, pero el v.37b continúa este estado de opción, que es
afirmativa en el v.39.
Esta clasificación obedece a un caúrctq temático; ahora tratamos de sus
referencias o apoyos lingüísticos.
El v-Zlpresenta claramente la disyuntiva: seguir a Yahvé o a Baal. Este
lenguaje encaja en las intenciones deuteronomísticas, y muestra de ello es
le keguir a" a6 (lfltt 1)n¡, dos veces en este mismo versículo.
Los v. 22-26a son una proclamación y una defensa del monoteísmo:
un solo Dios para Israel (2 Re 5,15). La confrontación entre Dios y Baal
es visible.
Los v. 30a.33.34.37a.38a.39 prosiguen este tema con aspectos comple-
mentarios sobre el monoteísmo.
Esta escena pertenece al esqueleto deuteronomístico; veamos algunas
muestras: "seguit a Dios o a Baal" (v.21), "reconocer (saber) a Dios" (v.37)
y la confesión "Yahvé es Dios" (v.39). Este intento de purificación del
sincretismo religioso responde a las inquietudes deuteronomísticas (Dt4,39;
7,9) o', concentradas en 18,21.22a.23a.24.25.26a.30a.33.34a. 37 a.38a.39.
Se trataría de una tradición proveniente del norte en tiempos de Elías, que
la redacción deuteronomística ha elaborado y unificado 48.
Otro estrato que recorre este relato es la presencia de los profetas de
Baal: v.22b.23b.25a.26b.27 -29.401' algunos versículos están muy mezcla-
dos con el estrato anterior, y sería necesario señalar los términos precisos,
46 F.J. HeLrueven, 'fnX, ThWAT I,219; H.D. HorveNN, Reþrm,327.
a7 D. Krqapp, Deuteronomium 4. Literarische Analyse und theologische Interpretation.
Göttingen 1987, 109.
a8 E. Wünrswrn, .1. Kön.17,219.
30 M. ÁLVAREZ BARREDO
cosa que no cae en nuestro objetivo. Este episodio tiene un paralelismo
en 2 Re 10,18s. Es un triunfo de los profetas de Yahvé y sigue las pautas
de las narraciones de la guerra santa del libro de Josué (Jos 6,21;8,24;
10,28.30) y Jueces (Jue 1,8; 4,16; 20,37). En todo este frasear aletea el
espíritu deuteronomístico ae, mezclado con tradiciones anteriores que de-
notan las raíces de las narraciones del profeta Elías en su contexto socio-
religioso 50.
d) Contenido teológico de 1 Re 18
Este capítulo 18 1o hemos dividido en cuatro secciones para observar
sus etapas redaccionales. Procuraremos ahora considerar los aspectos teo-
lógicos de cada una de ellas.
Exceptuando la ordalía sobre el monte Carmelo, en las restantes esce-
nas el tema guía es la lluvia, su ausencia y su vuelta. En el encuentro de
Elías con Ajab y Abdías también ha sido añadidos matices suplementarios.
La introducción en el v.1 aportavnavez más el elemento fundamental
de interpretación: la presencia de la palabra de Dios en el profeta Elías,
pero esta vez el interlocutor será el mismo rey. En el cap. 17 la misma
palabra divina había recaído sobre el profeta mismo y sobre las situaciones
de las mujeres. Esta vez se trata de un encuentro frontal con Ajab, acusado
de "abandonar" a Yahvé y "seguir" a Baal (v.18).
En 18,2b-16 la escena es dominada por Elías y al fondo del diálogo
se proyecta la sombra de Ajab, quien culpa di¡ectamente de esta situación
de sequía al profeta (v.17). La respuesta de éste no se hace esperar (v.18),
afirmando que la infidelidad, la idolatría son la verdadera causa de la
sequía (v.18). Esta clave de lectura la proporciona la redacción deutero-
nomística, pues en el diálogo originario no es detectable. Releyendo las
tradiciones inserta su teología.
El abandono de Yahvé conlleva una opción de autosuficiencia econó-
mica y cultural en algunos momentos, en otros supone la elección de un
diferente tipo de religiosidad. Tanto en un caso como en otro la lejanîa,
la distancia ante Dios a la lalrga desemboca en situaciones humanas de
sufrimiento, de carencia y de angustia.
4e H.D. Hop¡ue¡.¡N, Reþrm,99-100.
50 G.A. Rncrusnunc, The Mock of Baal in I Kings 18,27, CBQ 50 (1988) 414-417;
J. Tnenorrr, La primitiva confesión de fe yahvista (1 Re 18,36-37). De la crítica textual
a lø teología bíblica, Sal 31 (1984) 196-197.
LAS NARRACIONES SOBRE ELÍAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 31
Existe,pues, una interpretación de los acontecimientos históricos, pero
en el fondo se confiesa que Dios continúa acompañando los avatares del
pueblo,no obstante, las situaciones límites que surgen en la vida concreta,
como en este caso, la sequía, que puede propiciar la duda sobre el alcance
de esta presencia. El enfrentamiento entre Elías y Ajab es tenso en los
v.17-18.
La acusación de Ajab manifiesta en el término ìll, "ruina, mal agüero"
encaja perfectamente en la órbita dtr. (Jos 6,18;7,25; Jue 11,35) st. La
respuesta de Elías se verbaliza a su vez en una frase de la misma tendencia
teológica, como ya hemos mostrado.
Este clímax sintetiza el juicio deuteronomístico; tal corriente se ha servido
de datos anteriores que ha mezclado con sus categorías para imprimir una
estructura definitiva al texto.
La escena del monte Carmelo (v.21-39) se fecha en tiempos de Elías,
y ha sido incorporada aquí dentro de esta lucha por la defensa del yahvis-
mo por parte de Elías en la época de Ajab. La confesión de Dios como
Señor único se concentra en los v.36-37.39. La narración desemboca en
confesión de fe, que "resulta significativa para la historia de la religión
del antiguo Israel, como para la teología del Antiguo Testamento" 52.
El v.39 con la confesión "¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!
(E'itþRi't t{li]i]li1' / D'ilþt{it t{ìililJÌ'l'), repetida casi idénticamente en el
v.37, es un grito de afirmación de fe en Yahvé como Señor de Israel. Estos
rasgos literarios del sacrificio del Carmelo tienen tonos de "guerra de
Yahvé" 53.
El v.40 con la muerte de los profetas ayuda a comprender esta situa-
ción, aunque un poco dura para nuestra mentalidad; encaja en este tiempo
de luchas religiosas en defensa del yahvismo (Dt 13,3.16s; 17,2-5). Es la
reacción a la medida de Jezabel (v.13). Las "guerras de Yahvé" implican
este tipo de acciones, que anteriormente hemos señalado algunos textos
en Josué y Jueces. Remitiéndonos a estos apoyos se puede considerar esta
confesión (v.37.39) como una de las más antiguas y originales.
Otra confesión es "Tú eres Dios en Israel " 1ÞHrUt':EÌtþRilnñb),
la cual refleja un ambiente de polémica con offos dioses, en este caso con
el dios Baal. Sería una confesión yuxtapuesta a la anterior, más antigua;
la frase siguiente "y yo tu siervo y por mandato tuyo he hecho todas estas
cosas" se ajusta a las inquietudes de los círculos proféticos, donde habrían
sido transmitidas estas tradiciones.
51 C.T. Bøcc, The function of Josh 7,1-8,29 in the Deuteronomistic History, Bib 67
(1986) 321-2.328.
52 J. TnBsoI-Lø, La primitiva confesión, t96.
53 id., ibíd., 196.
32 M. ALVAREZ BARREDO
La confesión de los v.37.39 emerge a su vez en Jos 24,17-L8 con
algunos matices. Aquí no se pretende ninguna declaración monoteísta, sino
que es una afirmación yahvista y un rechazo de otros dioses. En este
sentido 1 Re 18 y Jos 24,15s se mueven en contextos de oposición a otros
dioses,aunque en Jos 24 se especifica aún más, aludiendo a la "guerra de
Yahvé" 54. Formulaciones de un verdadero monoteísmo no surgen hasta la
teología deuteronomísticay el Dt-Is (Dt 4,35.39; 6,4), verificándose un
progreso desde un monoteísmo práctico hacia otro de más reflexionado.
La última escena (v.l7aba.4l-45) cierca el relato de 1 Re 18. El tema
dominante es la vuelta de la lluvia, ya que se ha creado un arco de tensión
desde 18,1 hasta 18,45. Las unidades intermedias aumentan esta tensión
y al mismo tiempo aportan datos para comprender este retraso de la lluvia,
pues el hilo teológico que unifica la exposición es el cumplimiento y la
realización de la palabra divina a través de su mediador, el profeta Elías.
Finalmente se desencadena la lluvia. La triple mención de la lluvia
(v.41.44.45) es un recurso estilístico para corroborar esta fidelidad y
presencia divinas.
Se concluye de este modo un ciclo, cuyo núcleo estriba en el binomio
lluvia/sequía. Elías rechaza una solución material, como hace Ajab, y
propone un salida de carácter ético y religioso: eliminar la idolatría. La
ordalía del monte Carmelo cae dentro de esta dinámica. Cuando desapa-
rece la idolatría retorna la lluvia.
Tres textos (1 Re 17,1; 18,1.45) enmarcan este tema, creando así una
acción dominada en todo momento por la palabra divina.
4". Elementos unificadores
Acabamos de subrayar el carâcter unitario del tema, expuesto de forma
escalonada en tres textos, actuando como enmarque; también a lo largo
del estudio de 1 R 17-18 hemos señalado otras referencias textuales basadas
en coffespondencias literarias. Todo ello contribuye a considerar los caps.
17-18 como una unidad literaria y teológica.
Veamos los elementos de conexión.
Antes indicábamos tres textos, donde es mencionada la lluvia, en cuanto
son generadores de estructura; a ellos hay que añadir otros que abundan
en el tema: 17,7.I4, I8,2.4I. Estos actúan como resonancias en la estruc-
s4 Íd., ibíd., 199s, kt primitiva confesión. El autor explica muchos detalles que nos
ayudan a situar en su complejidad estas confesiones.
LAS NARRACIONES SOBRE ELfAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 33
tura dada por I7,l;18.1.45, que coinciden con la presentación (1 R 17,1),
continuación (1 R 18,1) y conclusión (1 R 18,45). Así,pues, lluvia-sequía
coordinan el hilo narrativo de 1 R 17-18.
Otro elemento de unión es el motivo de la "palabra de Dios" en sus
diferentes acepciones (17,L2.5.8.16.24; 18,1.36). Estas ciertamente son a
nivel literario, pefo es necesario subrayar que la presencia de la palabra
divina tiene en suspense toda la situación. Cuando esta palabra ac1i:íta,la
realidad cambia.
Los datos temporales contribuyen a crear almonía en 1 Re 17-18. En
I7,1, la acotación es un poco indefinida "en estos años", pero 18,1 pun-
tualiza el tiempo con "el tercer año". Estas dos indicaciones temporales
otorgan a estos dos capítulos un horizonte bien articulado. Junto a estas
connotaciones temporales hay que mencionar el uso del término "tercer(o)
(17,21; I8,I.29.34).
Quedan todavía otros elementos menoles que posibilitan la estructura
unitaria de 1 Re 17-18, pero que no reseñamos, ya que no revisten una
importancia decisiva.
5". Conclusión
En el curso de la exposición se ha intentado resaltar las relaciones
internas en cada escena, pero referiéndolas al mismo tiempo al conjunto.
El tema de la lluvia es el motivo básico, que es iluminado por la palabra
de Dios, mediador de ésta es el profeta Elías. Por el contrario, Ajab recurre
a los procedimientos naturales (18,2-6), y culpa a Elías de esta situación
(1S,1t). Sin embargo, Elías desenmascara la realidad (18,18), y a conti-
nuación propone una solución concreta (18'39-40).
Estos peifiles teológicos junto con los matices literarios señalados
confieren a la narración un caúrcter unitario'
El cuadro narrativo con su tema fundamental y otros secundarios, las
indicaciones cronológicas, las relaciones y otfas uniones ayudan compren-
der que 1 R 17-18 no son obra de un simple recopilador, sino que un
narrador ha compuesto un relato sopesado y equilibrado'
3. Huida de Elías al monte Horeb (1 Re 19)
El presente capítulo abre otra serie de secuencias sobre la actividad
profética de Elías, que están relacionadas con la fase anterior.
34 M. ALVAREZ BARREDO
1". Momentos introductorios
Las na:raciones sobre Elías en el texto masorético se concentran en 1
Re 17-19; 2I;2 Re 1,2.
El ciclo cornienza con una introducción del profeta en 17,I y concluye
con la designación de Eliseo, como sucesor de Elías (1 Re 19,I9-2I).
Dentro del ciclo I7-I9 se pueden establecer dos bloques.
El primero, formado por los caps. 17-18, y el segundo obviamente por
el cap.19. En ambos Elías huye y es alimentado milagrosamente.
La introducción de I9,I-3 presupone los datos ofrecidos en los caps.
I7-I8, pero aportan una tensión en relación con ellos. El cap. 18 es el
clímax en el reconocimiento de Yahvé frente a Baal y sus profetas. Nada
hace imaginar en los caps. 17-18 el desaliento de Elías y el retraimiento
resultante en el cap. 19. 1 Re 19 está unido con los relatos de sequía a
través de 19,1-3. El sustento milagroso de Elías en el desierto en I9,4-
8 es una variante de I7,I-7.
Uno de los motivos de 1 Re 17-18 es la polémica contra el baalismo.
El material narrativo de los caps. 17-18 ilustra el control de Dios sobre
la tormenta, factor a su vez de de la fertilidad. Dios es quien domina la
vida y la muerte (17,17-24). La victoria en el Carmelo supone una derrota
de Baal. El rechazo de Dios a revelarse en la tradicional tormenta (l9,lI-
12) indica la negativa de usar este fenómeno natural como representación
de Dios, porque podría establecer una asociación con Baal. Esta temâtica
está ausente completamente en 1 Re 21. La historia de Nabot se centra
en la ley israelita y la justicia social; no se menciona en ningún sentido
la religión cananea.
La descripción de Elías, teniendo como modelo a Moisés, es otro aspecto
del ciclo de Elías en 1 Re 17-19, que falta también en 1 Re 2l.El sustento
de Elías en el torrente (17,6) y de la viuda (17,8-16) evoca la aprovisio-
namiento de alimento y el maná en el desierto (Ex 16,4-36). La actitud
orante de Elías (17,20) es semejante a la de Moisés (Ex 32,11-41). El
temor de Abdías a la desaparición de Elías facilita la comparación con la
muerte y el enterramiento secreto de Moisés (Dt 34,5-8). El altar en el
monte Carmelo (18,30-32) se asemeja al altar de Moisés en Ex 24,4, y
el conflicto con los profetas de Baal recuerda la pugna de Moisés con los
magos egipcios.
Elías en 19,8 ayuna cuarenta días y cuarenta noches, como Moisés en
Ex 34,28. Elías asciende al monte Horeb, lugar donde Moisés recibe la
ley, y mientras está en la cueva (Ex 33,21) contempla los mismos fenó-
menos de la teofanía de Dios en la entrega de la ley a Moisés (Ex 19,16-
25). El ministerio de Eliseo respecto a Elías (1 Re 19,21) corresponde a
LAS NARRACIONES SOBRE ELíAS Y ELISEO EN LOS LIBROS DE LOS REYES 35
la sucesión de Josué en referencia a Moisés. Josué divide el Jordán (Jos
3,14-16) como Moisés el mar (Ex L4,21-22). Esta colrespondencia es
manifiesta en el ciclo Elías-Eliseo. Ambos también dividen el Jordán (2
Re 2,8.14). El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo (2 Re 2,15) lo mismo
que el de Moisés sobre Josué (Nm 27,18-20)tt.
Estas diferencias y contrastes entre 1 Re 17-19 y 2l favorecen la inclusión
del cap. 19 en los caps. 17-19, y como consecuencia una separación del
cap. 21. Por consiguiente, 1 Re 19, aunque estructuralmente sigue otra
dirección, posee ciertas afinidades que posibilitan su pertenencia al ciclo
de Elías.
Tratemos ahora de individuar las secciones existentes en 1 Re 19, 1o
cual nos llevará a valorar la historia de su formación.
2". Unidades del cap. 19
1 Re 19 contiene varios motivos de carâcter teológico y literario. Los
v.1-4 describen la huida de Elías ante la ameîaza de Jezabel, que culmina
con el deseo de morir por parte del profeta (v.4). A continuación entra en
escena el ángel para alimentarlo hasta llegar al Horeb (v.5-9a). Sigue el
diálogo de Elías con Dios sobre la causa de su presencia en el monte
sagrado, diálogo que conecta con la temáûica de los caps.

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