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7 Trastornos motores del esófago Orientación MIR La acalasia es la enfermedad sobre la que aparecen más preguntas. Se debe hacer hincapié en el diagnóstico por manometría y en las diferencias con otras enfermedades motoras (fíjate en la Tabla 3.1). 3.1. Manometría esofágica La manometría esofágica es la prueba de elección para el diagnóstico de los trastornos de la motilidad esofágica. Actualmente ha aparecido la manome- tría esofágica de alta resolución (MAR) que es una variante de la manome- tría convencional que se caracteriza por la realización de múltiples puntos de registro simultáneos (existen sondas con hasta 36 canales de registro separados 1 cm entre sí, con a su vez 12 sensores de presión, permitiendo 432 puntos de obtención de datos) (Figura 3.1, Figura 3.2 y Figura 3.3). Figura 3.1. Manometría esofágica de alta resolución Figura 3.2. Sonda de manometría esofágica de alta resolución: 36 canales de registro con 12 sensores de presión cada uno (I) Figura 3.3. Detalle de sonda de manometría esofágica de alta resolución: 36 canales de registro con 12 sensores de presión cada uno (II) Con el uso de un programa informático se obtiene una imagen a color de la topografía de la presión esofágica en la que se puede valorar gráficamente la duración, amplitud y velocidad de las contracciones esofágicas y del EES y el EEI (Figura 3.4). Figura 3.4. Representación gráfica de onda peristáltica tras una deglución líquida mediante MAR, definiéndose el esfínter esofágico superior, cuerpo esofágico y esfínter esofágico inferior 3.2. Trastornos motores esofágicos Se caracterizan por la alteración de la función del músculo liso esofágico, bien del peristaltismo del cuerpo esofágico o bien de la presión y/o relaja- ción del EII. 03 8 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Se clasifican en primarios cuando no están asociados a ninguna patología específica que pueda explicar su origen, y secundarios cuando aparecen en el contexto de otra enfermedad neuromuscular, sistémica, metabólica, infecciosa o tumoral que se considera la causa del trastorno. Trastornos motores esofágicos primarios Actualmente se clasifican siguiendo la clasificación de Chicago Versión 4.0 publicada en 2021, que diferencia las alteraciones de la motilidad esofágica en varias categorías, siendo las principales: 1. Acalasia (desorden de la unión esófago-gástrica). 2. Trastornos de la peristalsis esofágica: 2.1. Espasmo esofágico distal. 2.2. Peristalsis o contractilidad ausente (patrón de aperistalsis de la esclerodermia). 2.3. Esófago hipercontráctil. 2.4. Motilidad esofágica ineficaz. A. Acalasia esofágica (disfagia esofágica motora continua) Concepto La característica cardinal de este trastorno es la incapacidad de relajación del EEI, produciéndose una obstrucción funcional del esófago, lo que da lugar a disfagia, regurgitación no ácida, molestia torácica y, finalmente, pér- dida de peso. Fisiopatología • En la acalasia primaria existe una pérdida inflamatoria de las neuro- nas inhibitorias del plexo mientérico (Auerbach) del EEI y cuerpo eso- fágico, lo cual conlleva una disminución de óxido nítrico y polipéptido intestinal vasoactivo responsables de la relajación del músculo liso y del peristaltismo respectivamente. Se desconoce su causa sugirién- dose un posible origen viral, autoinmune o neurodegenerativo. • Se deben diferenciar lesiones que mimetizan, tanto en la clínica como en la manometría, la acalasia primaria y se conocen con el nombre de pseudoacalasias (o acalasias secundarias). Las más importantes son las enfermedades con infiltración cardial (la más frecuente es el adenocar- cinoma gástrico), tumores que infiltran el plexo mientérico (pulmón, mama, hígado, páncreas) o los linfomas; enfermedad de Chagas (Trypa- nosoma cruzi), cicatrices por radiación, amiloidosis, y las secundarias a procesos extrínsecos: funduplicaturas o colocación de bandas gástricas. Recuerda ➔ La neoplasia que con mayor frecuencia puede presentarse con clí- nica de acalasia es el adenocarcinoma de estómago. Clínica La edad de presentación más característica es entre la tercera y quinta décadas de la vida. Los principales síntomas son disfagia (tanto para sólidos como para líquidos), dolor torácico (frecuentemente desencadenado por la ingesta) y regurgitación. El curso es generalmente progresivo, con pérdida de peso a lo largo de meses o incluso años. La presencia de reflujo gastroe- sofágico va en contra del diagnóstico de acalasia. Diagnóstico La radiología de tórax puede demostrar la ausencia de burbuja gástrica y puede verse un mediastino ensanchado. Los estudios radiológicos con bario evidencian un esófago dilatado, pro- duciéndose la dilatación mayor en el esófago distal. La columna de bario termina en un punto agudizado que marca la localización del esfínter cerrado, no relajado. Esta proyección que suavemente se va afilando se denomina “pico de pájaro o punta de lápiz” (Figura 3.5). En la endoscopia se suele evidenciar dilatación esofágica con retención de saliva, líquido y/o restos alimentarios sólidos no digeridos en ausencia de estenosis o tumor, con un cardias puntiforme y cerrado. Figura 3.5. Acalasia: dilatación esofágica con afilamiento “en punta (flechas) de lápiz” La manometría es la prueba diagnóstica de elección. Confirma el diagnós- tico al demostrar una relajación incompleta del EEI siguiendo a la deglución, que es el hallazgo más relevante de la acalasia; la presión basal del EEI puede permanecer normal o elevada. La nueva clasificación derivada de la MAR ha permitido reclasificar la aca- lasia en tres grupos, en función del comportamiento motor del cuerpo eso- fágico: acalasia clásica, acalasia con compresión y acalasia espástica. La importancia clínica de esta clasificación radica en que puede predecir la mejor respuesta al tratamiento médico, endoscópico o quirúrgico. • Acalasia de tipo I o clásica. Predomina en varones. Se caracteriza por ausencia de peristaltismo del cuerpo esofágico en el 100% de las degluciones. Este subtipo tiene buena respuesta al tratamiento quirúrgico (miotomía de Heller) (Figura 3.6). • Acalasia de tipo II o con compresión esofagogástrica. Predomina en mujeres. Se caracteriza por ausencia de peristaltismo con presu- rización panesofágica (se denomina así al aumento uniforme de pre- 9 03. Trastornos motores del esófago. DG sión desde el EES al EEI que ejerce el bolo alimenticio ingerido en el interior del esófago). Es el subtipo que mejor responde a cualquier tipo de tratamiento (Figura 3.7). • Acalasia de tipo III o espástica (antes denominada vigorosa). De predominio en varones. Contracciones prematuras (espásticas) en más del 20% de las degluciones líquidas estudiadas, generalmente de gran amplitud. Es el subtipo que peor responde a cualquier modalidad de tratamiento. Recientemente se ha propuesto la miotomía endoscópica peroral (POEM) como mejor opción de tra- tamiento en este tipo (Figura 3.8). Figura 3.6. Acalasia de tipo I o clásica (MAR) Figura 3.7. Acalasia de tipo II o con compresión esofagogástrica (MAR) Recuerda ➔ El subtipo de acalasia determinado por MAR es un factor predictor significativo de la respuesta al tratamiento, y es el subtipo II el que mejor respuesta tiene a cualquier opción de tratamiento. Figura 3.8. Acalasia de tipo III o espástica (MAR) Siempre se debe realizar primero una endoscopia a todo paciente con sospecha de acalasia, aunque los hallazgos radiológicos y/o manométricos sean característicos, por tres razones: • Para excluir las causas de acalasia secundaria. • Porque los hallazgos manométricos no permiten distinguir entre aca- lasia primaria y secundaria. • Para efectuar una evaluación de la mucosa esofágica previa a cual- quier manipulación terapéutica. Recuerda ➔ Aunque la manometría es la prueba diagnóstica de confirmación de la acalasia, para el diagnóstico tambiénse requiere una endoscopia que excluya causas secundarias, sobre todo tumorales. Complicaciones • Esofagitis. Secundaria a la irritación que producen los alimentos rete- nidos y por sobreinfección, sobre todo por Candida spp. • Aspiración broncopulmonar en relación con la regurgitación (30% de los pacientes). • Carcinoma escamoso de esófago. Frecuencia que oscila entre el 2-7% de los pacientes con acalasia. Es más común en aquéllos con un tratamiento incompleto o que no realizan ninguno. El riesgo no desa- parece por completo, a pesar del tratamiento correcto. Tratamiento No existe un tratamiento etiológico que normalice la función esofágica. Las alternativas terapéuticas disponibles, farmacológicas, endoscópicas o qui- rúrgicas son de carácter paliativo encaminadas a mejorar los síntomas y a la prevención de las complicaciones (Figura 3.9). • Tratamiento farmacológico • Tratamientos endoscópicos: - Inyección de toxina botulínica. - Dilatación endoscópica con balón. - Miotomía endoscópica peroral (POEM) • Tratamiento quirúrgico. 10 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Tratamiento médico Es poco eficaz, y está en desuso. Clásicamente se han empleado agentes con efecto relajante directo sobre las fibras del músculo liso del EEI como los nitritos y los calcioantagonistas (Nifedipino), inmediatamente antes de las comidas. En la actualidad, se usa de forma anecdótica en pacientes no candidatos a tratamientos invasivos Toxina botulínica La inyección de toxina botulínica por vía endoscópica en el EII produce una disminución de la liberación de acetilcolina en las terminaciones nerviosas. Es un tratamiento que mejora la sintomatología de forma transitoria, requi- riéndose inyecciones repetidas al reaparecer los síntomas. Está indicado en personas ancianas y pacientes con alto riesgo quirúrgico. Acalasia Bajo riesgo quirúrgico Según preferencias del paciente Dilatación neumática Miotomía POEM Dilatación neumática Gastrostomía Elevado riesgo quirúrgico Toxina botulínica o tratamiento farmacológico Figura 3.9. Algoritmo terapéutico de la acalasia Dilatación con balón Consiste en producir un desgarro en las fibras musculares del EII hinchando un balón contra resistencia que se introduce endoscópicamente. A largo plazo ofrece resultados inferiores a la cirugía, aunque es más económico que ésta. Entre los factores predictores de mejor respuesta se incluyen: edad > 45 años, sexo femenino, tipo II (MAR), menor diámetro esofágico previo a dilatación y presión EEI postdilatación< 10 mmHg. Las complicaciones princi- pales son inmediatas: la perforación y la hemorragia; y a largo plazo el reflujo gastroesofágico. Está contraindicada si existe una morfología esofágica tor- tuosa sigmoide, si hay coexistencia de un divertículo epifrénico o de una gran hernia de hiato, y también resulta inconveniente realizarlo en niños. Tratamiento quirúrgico Es el de elección si existe riesgo quirúrgico aceptable. • Ventajas: solución definitiva a largo plazo. • Inconvenientes: más invasiva (inconveniente que ha disminuido con el abordaje laparoscópico). Es menor el riesgo asociado a la mioto- mía laparoscópica de Heller (MLH) que el que se asocia a dilataciones repetidas. El objetivo de la cirugía es reducir la presión de reposo del EEI, para favo- recer el vaciamiento esofágico por gravedad, sin comprometer comple- tamente su competencia contra el reflujo gastroesofágico. Existen dos opciones quirúrgicas: • Miotomía laparoscópica de Heller. Es la técnica de elección. Con- siste en la sección controlada de las fibras musculares longitudinales y circulares (miotomía) de la parte inferior del esófago (6 cm) y de la pared gástrica proximal (2-2,5 cm). Se recomienda asociar una fundu- plicatura parcial tipo Dor (anterior) o Toupet (posterior) (Figura 3.10), ya que el empleo exclusivo de la MLH está asociado con reflujo gas- troesofágico posoperatorio (riesgo de desarrollar esófago de Barrett o estenosis). La funduplicatura total aumenta la probabilidad de disfagia ya que existe además un problema asociado de aperistalsis. Los pacientes previamente tratados con una inyección intraesfinte- riana de la toxina botulínica, pueden presentar fibrosis en la unión gastroesofágica, lo que dificulta la disección y aumenta el riesgo de complicaciones como la perforación. Nervio vago Funduplicatura Miotomía Figura 3.10. Miotomía de Heller asociada a funduplicatura parcial posterior (Toupet) Como complicaciones de esta cirugía pueden producirse la perfora- ción de la mucosa y la lesión vagal (que ocasionaría gastroparesia posoperatoria). La recurrencia de síntomas tras la cirugía es baja; suele aparecer en los primeros años y suele ser secundaria a fibrosis. La mayoría de los casos puede ser tratada por endoscopia con dilatación neumática. • Resección esofágica y sustitución por estómago tubulizado. Permite el tratamiento definitivo de la anomalía esofágica. Se utiliza cuando fracasan las operaciones de acalasia como alternativa a las dilataciones. Miotomía endoscópica peroral (POEM) Es un procedimiento endoscópico avanzado que consiste en la miotomía del esófago distal (10-12 cm por encima del EEI), del EEI y los primeros 2-4 cm de pared gástrica mejorando las anomalías peristálticas. 11 03. Trastornos motores del esófago. DG Esta técnica de reciente aparición consigue excelentes resultados (tasas de eficacia superiores al 90%), y ha ganado mucho protagonismo durante los últimos años, situándose al mismo nivel de eficacia que la miotomía y la dilatación, si bien sigue siendo una técnica que no está del todo extendida y sólo se realiza en centros con amplia experiencia. Las complicaciones más frecuentes son: sangrado del túnel submucoso, neumotórax, perforación de la mucosa, enfisema subcutáneo, apertura transmural completa, neumomediastino y neumoperitoneo. El principal efecto adverso del POEM es el reflujo gastroesofágico, dado que no va acompañado de ninguna técnica antirreflujo. Cirugía versus tratamiento endoscópico Aunque los resultados de la dilatación neumática y MLH parecen ser simi- lares a corto plazo, el seguimiento a largo plazo muestra que se debe con- siderar la MLH con funduplicatura parcial como procedimiento de elección para la acalasia. La dilatación neumática debe reservarse para los casos de disfagia recurrente tras la MLH. Son necesarios más estudios que comparen el POEM y MLH con fundu- plicatura para determinar el papel de esta nueva técnica. El principal pro- blema de este procedimiento endoscópico es que no se crea un método antirreflujo, observándose reflujo en casi la mitad de los casos. Aunque el tratamiento correcto y precoz de la acalasia parece prevenir la degeneración maligna, se han descrito carcinomas en pacientes con MLH, sobre todo, si la miotomía es incompleta o se realiza tras desarrollo de megaesófago, lo que justifica su vigilancia prolongada. La cirugía MLH puede prevenir la progresión hacia la neoplasia, si se realiza correctamente y antes de la aparición de megaesófago (acalasia tipo III). Recuerda ➔ La cirugía en la acalasia se considera el tratamiento más efectivo a largo plazo. La MLH asociada a funduplicatura parcial se considera de elección en pacientes con aceptable riesgo quirúrgico. La cirugía MLH puede prevenir la progresión hacia la neoplasia, si se realiza correcta- mente y antes de la aparición de megaesófago (acalasia tipo III). B. Desórdenes mayores de la motilidad Estos trastornos típicamente tienen presiones deglutorias de relajación normales del EEI. Espasmo esofágico distal (disfagia esofágica motora intermitente) Es un trastorno episódico caracterizado por la existencia de múltiples con- tracciones prematuras espontáneas o inducidas por la deglución, que gene- ralmente son de gran amplitud y duración. Suele presentar también ondas terciarias de comienzo simultáneono eficaces. Los síntomas más frecuentes son dolor torácico retroesternal (puede tener las mismas irradiaciones que el de la cardiopatía isquémica) y disfagia. Puede evolucionar a acalasia. Para el diagnóstico se emplean: • Esofagograma con bario y fluorosco- pia. Puede evidenciar el típico esó- fago “en sacacorchos” producido por las contracciones anómalas (Figura 3.11). • Manometría (prueba de elección) (Figura 3.12). Demuestra una ade- cuada relajación del EEI con presen- cia de múltiples (en más del 20% de las degluciones líquidas estudiadas) contracciones prematuras (definido por un tiempo entre la relajación del EEI y la aparición de contracciones en esófago distal inferior a 4,5 s), generalmente de gran amplitud que suelen estar situadas a nivel de ter- cio inferior esofágico. El EEI puede presentar hipertonía en reposo, pero sí se relaja durante las degluciones (a diferencia de la acalasia). Se debe tener en cuenta que los trastornos pueden ser episódicos y que, por tanto, los hallazgos manométricos pueden ser normales en el momento del estudio. Figura 3.12. Espasmo esofágico distal (MAR) Figura 3.11. Espasmo esofágico difuso: esófago “en sacacorchos” 12 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición El tratamiento está enfocado a la reducción de los síntomas. La secuencia terapéutica es la siguiente: • Fármacos relajantes de la fibra muscular lisa antes de las comidas (nitroglicerina sublingual, dinitrato de isosorbida y calcioantagonistas como el Nifedipino y el diltiazem) y psicofármacos (trazodona). • Dilatación endoscópica con balón de la parte inferior del esófago, sobre todo útil en aquéllos en los que predomina la disfagia sobre el dolor. • Cirugía. Miotomía longitudinal de la capa muscular circular del esó- fago, junto con una técnica antirreflujo. Recuerda ➔ Una prueba manométrica normal descarta acalasia (pues, por defini- ción, no hay relajación del EEI), mientras que una prueba normal no des- carta espasmo esofágico distal (dada la transitoriedad del trastorno). ➔ El criterio que verdaderamente define un espasmo esofágico distal es la existencia de ondas prematuras y no la amplitud de estas. Peristalsis ausente (patrón de aperistalsis de la esclerodermia; disfagia esofágica motora continua) Se caracteriza por una manometría con peristalsis fallida en el 100% de las degluciones (Figura 3.13), con relajación adecuada del EEI, independiente- mente de si es un trastorno primario del esófago o aparece en el contexto de una causa identificable como la esclerodermia. En la esclerodermia se produce afectación esofágica en el 74% de los casos. Existe una marcada atrofia del músculo liso del esófago y del EII. Cursa con reflujo gastroesofágico asociado a disfagia, siendo el tratamiento sin- tomático. Figura 3.13. Aperistalsis (MAR) Esófago hipercontráctil (esófago Jackhammer) Se caracteriza por una manometría con dos o más degluciones de contrac- ción de gran amplitud (más 8.000 mmHg/s/cm) con relajación adecuada del EEI. Esta hipercontractilidad puede implicar al esófago, únicamente al EII o ambos. A diferencia de la acalasia, probablemente es debido a un exceso de activi- dad colinérgica. Debe incluirse dentro del diagnóstico diferencial de causas de dolor torácico de origen esofágico junto con la acalasia, el espasmo esofágico distal y, por supuesto, el reflujo gastroesofágico. El tratamiento del esófago hipercontráctil no está validado. Se ha plan- teado el empleo de relajantes musculares como nitratos o calcioantago- nistas (Nifedipino), inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (sildenafilo) e incluso antidepresivos a dosis bajas (podrían modificar la percepción dolorosa sin modificar la función motora). Otros tratamientos que pudieran ser utiliza- dos son la inyección de toxina botulínica, el POEM (miotomía endoscópica peroral) y la miotomía quirúrgica (Figura 3.14). Figura 3.14. MAR del esófago hipercontráctil En la Tabla 3.1 se resume el diagnóstico diferencial de los diversos trastor- nos motores esofágicos. Motilidad esofágica ineficaz Se caracteriza por una manometría con más del 70% de las degluciones débiles o más del 50% de peristalsis fallidas. Preguntas MIR ➔ MIR 18-19, 80 13 03. Trastornos motores del esófago. DG Acalasia Espasmo esofágico distal Peristalsis o contractilidad ausente Esófago hipercontráctil Comportamiento EEI con deglución Relajación incompleta del EEI tras deglución Relajación adecuada del EEI durante las degluciones Relajación adecuada del EEI durante las degluciones Relajación adecuada del EEI durante las degluciones Presión basal EEI Normal o aumentada Aumentada Disminuida Normal o Aumentada Cuerpo esofágico durante deglución Aperistalsis en subtipos I y II Contracciones prematuras y de gran amplitud en subtipo III Múltiples contracciones prematuras de gran amplitud generalmente del tercio inferior esofágico. Suelen coexistir además contracciones terciarias Debilidad de las contracciones esofágicas y en grado extremo aperistalsis Múltiples contracciones de gran amplitud Tabla 3.1. Diagnóstico diferencial de los trastornos motores del esófago ✔ El criterio manométrico que define a la acalasia es la inadecuada relaja- ción del esfínter esofágico inferior (EEI) con la deglución, independien- temente de su presión de reposo. ✔ El tratamiento quirúrgico de la acalasia (miotomía laparoscópica de He- ller) tiene menos morbilidad y mejores resultados a largo plazo que las dilataciones repetidas, por lo que es de elección. Otras alternativas a la cirugía pueden plantearse en pacientes de alto riesgo quirúrgico. ✔ La acalasia se asocia a esofagitis y mayor riesgo de carcinoma esca- moso esofágico. ✔ La respuesta al tratamiento varía en función de los subtipos manomé- tricos de acalasia. ✔ El espasmo esofágico distal cursa con dolor torácico intermitente con la deglución, y en la manometría se recogen ondas semejantes a las observadas en la acalasia tipo III, pero con buena relajación del EEI. ✔ En la esclerodermia hay ondas de muy baja amplitud e incluso aperis- talsis del cuerpo esofágico, con hipotonía basal y relajación adecuada del EEI con la deglución. Conceptos Clave Varón de 70 años que consulta por disfagia progresiva que se acom- paña, 3 meses después de su inicio, de regurgitación alimentaria postingesta. Refiere pérdida de 10 kg de peso. En relación con estos datos, señale cuál de las siguientes afirmaciones no es correcta: 1) En el diagnóstico diferencial se debe incluir la posibilidad de un cáncer por lo que debe indicarse la realización de una endoscopia oral. 2) La manometría normal excluye el diagnóstico de acalasia. 3) Si en la endoscopia se encuentra un esófago dilatado y sin peristaltismo, está excluido el cáncer porque se trata de una acalasia. 4) Puede ser muy difícil excluir malignidad, porque los tumores que simu- lan acalasia se encuentran en la profundidad de la pared. RC: 3 Un paciente de 32 años exhibe una historia de disfagia, de varios años de evolución, que ha progresado en las últimas semanas hasta tener dificultades, no diarias, para ingerir líquidos. Describe también epi- sodios aislados de regurgitación no ácida de alimentos y ha tenido, el año pasado, dos episodios de neumonía. La exploración que más probablemente haga el diagnóstico correcto será: 1) Endoscopia digestiva alta. 2) Radiología esofagogástrica con bario. 3) Manometría esofágica. 4) pHmetría de 24 horas. RC: 3 Casos Clínicos Recursos de la asignatura
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