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Bienestar infantil y autonomía, un estudio a través de la mirada de los niños: 
Dos estudios de caso en Bogotá, Colombia 
 
Por 
Juan Carlos Vásquez Moreno 
 
Trabajo de Grado para optar por el título de 
MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA 
 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales 
Universidad de los Andes 
Bogotá, D.C., Colombia 
 
2019 
 
Directora de Tesis 
Sonia Carrillo Ávila Ph.D. 
Jurados 
Iona Naismith Ph.D. (Jurado interno) 
Jaime Andrés Alfaro Ph.D. (Jurado externo) 
 
 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
2 
 
Tabla de Contenido 
Lista de Tablas ................................................................................................................... 4 
Lista de Figuras.................................................................................................................. 4 
Agradecimientos ................................................................................................................ 5 
Introducción ....................................................................................................................... 6 
¿Cómo se entiende el bienestar infantil? ............................................................................. 7 
Autonomía en la infancia, ¿es el niño un agente activo en su entorno? ..............................12 
La importancia de reconocer la voz de los niños ........................................................... 15 
La mirada de los niños sobre su bienestar y autonomía ......................................................17 
Bienestar infantil en Latinoamérica, un área por explorar ..................................................25 
Diseño de investigación: El presente estudio .....................................................................31 
Método .............................................................................................................................34 
Participantes ................................................................................................................. 34 
Procedimiento .............................................................................................................. 35 
Plan de Análisis ............................................................................................................ 41 
Consideraciones éticas .............................................................................................. 42 
Resultados ........................................................................................................................42 
Institución Educativa 1: ................................................................................................ 43 
La autonomía como un elemento importante para el bienestar de los niños y las niñas
 ................................................................................................................................. 59 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
3 
 
Institución Educativa 2 ................................................................................................. 67 
La autonomía como un elemento importante para el bienestar de los niños y las niñas .. 79 
Discusión ..........................................................................................................................91 
Conclusiones ................................................................................................................... 102 
Limitaciones del estudio.................................................................................................. 104 
Preguntas para futuras investigaciones y recomendaciones ......................................... 106 
Referencias ..................................................................................................................... 109 
Anexos............................................................................................................................ 116 
 
 
 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
4 
 
 
 Lista de Tablas 
Tabla 1: Número de participantes por fase del estudio …………………………….. 38 
Tabla 2: Nombre de los participantes grupos focales Institución Educativa 1 … 61 
Tabla 3: Nombre de los participantes grupos focales Institución Educativa 2 …. 81 
 
 
Lista de Figuras 
Figura 1: Proceso de análisis a partir de la teoría fundamentada participativa a cargo de los 
niños y las niñas………………………………………………………………………… 43 
Figura 2. Ideas relacionadas con sentirse bien y vivir la vida al máximo Institución Educativa 
1…………………………………………………………………………………………. 46 
Figura 3. Mi libro de Bienestar. Ejemplo del trabajo realizado durante la fase 1 ……... 47 
Figura 4: Ejemplos de fotografías tomadas por niños y niñas Institución Educativa …..48 
Figura 5: Esquema del bienestar. Institución Educativa 1 …………………………… 49 
Figura 6: Fotografía base para la creación de la categoría Películas Pirateadas ……….. 60 
Figura 7: Ideas relacionadas con sentirse bien y vivir la vida al máximo Institución Educativa 
2………………………………………………………………………………………….. 69 
Figura 8: Ejemplo de fotografías tomadas por niños y niñas Institución Educativa 2. ….70 
Figura 9: Esquema del bienestar Institución Educativa 2 ………………………………. 72 
Figura 10. Comunalidades y particularidades de categorías entre instituciones educativas a 
la luz de la literatura……………………………………………………………………… 98 
 
 
 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
5 
 
Agradecimientos 
Este proyecto es el resultado de dos años constantes de trabajo. Quisiera 
agradecer a todas las personas que de una u otra manera me apoyaron y creyeron en mi 
durante todo este proceso. Esta tesis lleva solo un nombre, pero es de todos y todas ustedes 
que han estado ahí detrás de mí. 
En primer lugar, quisiera agradecer a mis padres que son la base de todo este 
trabajo. Sin su apoyo, interés, amor, comprensión y buen ejemplo no habría llegado a este 
punto y no me habría inspirado en estudiar lo que estudie y trabajar lo que trabajo. Ustedes 
son mi guía, la mejor que pudiera desea. A Cristian, mi hermano, gracias por tantas horas de 
charlas, distracción y procrastinación. Sin usted y esos espacios mi salud mental no hubiera 
soportado los embates propios de esta lucha. Este logro sabe mucho mejor al lado de ustedes. 
Sonia, cuando sustenté el proyecto me pedias que hablara de este trabajo en 
primera persona pues era yo quien lo estaba realizando. Hoy, que acabo este proceso, tengo 
aun más razones para no hacerte caso y seguir diciendo nosotros. Este proyecto desde el 
primer día fue de ambos, desde el momento que abriste tu puerta y aceptaste subirte en este 
viaje. Gracias por estar abierta a las posibilidades de hacer algo nuevo conmigo. Gracias 
sobre todo por tenerme en cuenta desde el primer momento, no solo escuchando mis ideas, 
opiniones e incluso caprichos, sino por creer en mi y hacerme parte de tantos proyectos. La 
experiencia que he ganado en estos años va más allá de un trabajo de tesis y nuca olvidare tu 
confianza en mi a la hora de proponer, buscar y argumentar. La hora semanal que 
compartimos discutiendo todo lo que sucedía, relacionado o no con este trabajo, ha sido uno 
de los mejores espacios de toda mi vida académica. 
Carolyn: cuando nos encontramos en mi proceso de formación no tenia aun claro 
que quería hacer a futuro. Trabajar a tu lado fue una de esas guías que me trajeron hasta 
donde estoy en este momento. Gracias por confiar en mi durante cuatro semestres para 
acompañarte en las clases de fundamentos y mostrarme lo lindo que es enseñar. Pero más 
importante aún, gracias por permitirme participar en lo que para mi fue mi primer proyecto 
de investigación. Esa experiencia marco un antes y un después en mi formación académica 
y me mostró el camino que queríaseguir. Y claro, gracias por la oficina, que se convirtió en 
mi fortín durante tanto tiempo. 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
6 
 
Quisiera agradecer especialmente a Alicia Bernal y Daniela Robles por su apoyo 
durante todo el proceso de recolección y análisis de datos, sin ustedes no hubiera terminado. 
Alicita, mil gracias por interesarte de este proyecto a tal punto que se volvió tuyo. Tu 
experiencia, tu paciencia y tus regaños fueron esenciales para esta ultima parte del proceso. 
No se que hubiera sido de mi sin tu apoyo para ir al otro lado del mundo, para hacer las 
diapositivas de la sustentación, para escribir resultados, discusión y de más. Te convertiste 
en parte del equipo de investigación, correctora de estilo y en una amiga incondicional. Dani, 
tu diligencia y ganas de colaborarme en esto fueron un alivio durante esta parte final del 
proceso. Nuestros viajes de horas enteras en carro se volvieron un alivio en medio de tanta 
turbulencia. 
 Agradezco a todas las personas que hacen parte del Departamento de Psicología. 
A los profesores, profesoras y miembros del equipo administrativo por siempre estar 
disponibles, por su atención, colaboración y apoyo siempre que lo necesité. A mis amigos y 
amigas que estuvieron desde el día uno y me vieron crecer les estaré eternamente agradecido. 
A los miembros infaltables de la salita, que me escucharon mil y una veces hablando de esto, 
que se emocionaron con cada logro y que me dieron su apoyo en cada parte del camino. Sin 
todos ustedes la universidad y el departamento no se habrían convertido en mi segundo hogar, 
mi lugar seguro y mi zona de trabajo. 
 Por último, quisiera agradecer a los 126 niños y niñas que participaron en este 
proyecto. Su mirada única de ver el mundo es la justificación de todo este trabajo y la muestra 
de que el esfuerzo hecho valió toda la pena. Ojalá este trabajo pudiera llevar sus nombres. 
 
Esto es de todos y todas ustedes, mil gracias… totales 
Introducción 
El presente trabajo buscar explorar la concepción que tienen niños y niñas sobre su 
bienestar y su relación con la autonomía. Partiendo de las perspectivas teóricas más 
importantes sobre el bienestar en los niños se evidencia cómo con el paso del tiempo el rol 
del niño ha cambiado de forma importante y con este la preocupación por su vida y su 
crecimiento. De igual forma este cambio ha llevado a preguntarse por las capacidades del 
niño y por su papel en la sociedad, llevándolo a convertirse en un individuo con agencia 
particular que merece atención. La agencia del niño ha mostrado ser uno de los factores más 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
7 
 
importantes a la hora de hablar sobre su bienestar. Muchas de las investigaciones alrededor 
del tema del bienestar infantil se han concentrado en la perspectiva de los adultos, dejando a 
los niños excluidos de los estudios. Por esta razón, es necesario incorporar a la discusión 
sobre la conceptualización del bienestar infantil y sobre los factores asociados a este 
constructo la perspectiva de los principales protagonistas: los niños. 
¿Cómo se entiende el bienestar infantil? 
La importancia de la niñez en la vida social y cultural de los grupos no es nada nuevo. 
Sin embargo, el interés y la manera de entender al niño ha estado asociado históricamente 
con diferentes situaciones políticas y sociales propias de cada contexto. Estas preocupaciones 
cambiantes a lo largo del tiempo han estado marcadas a su vez por maneras particulares de 
entender la niñez y su rol en la sociedad. A pesar de esta variedad, la idea del niño como un 
agente importante en la sociedad se ha mantenido a lo largo de los años. 
Históricamente las concepciones sobre la infancia y la niñez se han hecho visibles a 
través de numerosas representaciones. Por ejemplo, en los retratos y pinturas de la antigüedad 
es posible encontrarse con representaciones particulares de la niñez. En este tiempo, el niño 
ocupaba un importante rol, siendo un símbolo del futuro de las sociedades. A pesar de ser un 
miembro importante para la sociedad, el niño era considerado en su mayoría como un ser de 
menor categoría que los adultos, que debía ser moldeado para volverse un ser bueno y útil 
para la sociedad (Archard, 2015). De manera similar, Sócrates y Aristóteles en sus escritos 
señalaban que el niño era un ser incompleto en comparación con los adultos y que era el 
deber social encaminarlo a una adultez racional y productiva (Sandin, 2014). Esta visión es 
la que Mason y Watson (2014) denominan teorías del déficit en la compresión de la infancia. 
Tradicionalmente el mundo del niño estaba enmarcado en el contexto familiar; era 
dentro de este espacio y mientras participaba de los quehaceres diarios, que se les transmitía 
a los niños los valores de la sociedad; así los niños tenían un rol activo en la vida familiar y 
en la comunidad. Es posible ver cómo históricamente los cambios en el núcleo familiar, a 
causa de numerosos factores sociales y económicos como las guerras o hambrunas, llevaron 
a que el rol del niño dentro de la sociedad tomara más relevancia, y que los niños asumieran 
un papel activo dentro de los deberes del hogar, constituyéndose como una fuente de sustento 
o fuerza laboral o como cuidadores de sus hermanos desde una temprana edad. Este nuevo 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
8 
 
rol en la vida familiar fue visto por distintas autoridades civiles y morales como un obstáculo 
para el correcto desarrollo de los niños. En respuesta a esto, las autoridades políticas y 
religiosas fueron articulando discursos proteccionistas, resaltando la importancia de tener en 
cuenta la vida del niño y la necesidad de trabajar por garantizarles mejores posibilidades para 
su desarrollo. La creación de orfanatos u hogares de paso con el fin de proteger los valores 
morales, en particular de los niños abandonados o maltratados, reflejan la ambición de 
proteger a la sociedad de niños a la deriva que pudieran incurrir en actividades y conductas 
problema (Sandin, 2014). 
Fruto de la creciente preocupación de estas instituciones por la vida de los niños, la 
infancia dejó de ser un asunto familiar pues se veía en ellos el futuro de la nación, tanto físico 
como moral (Sandin, 2014). Con miras a la producción y regulación de una adultez racional 
y civilizada, se puso un foco en la inversión social en reformas que erigieran a la educación 
como el medio para corregir las deficiencias que tuvieran los niños que obstaculizaran su 
desarrollo en adultos productivos en la sociedad. Con este cambio se empezó a articular la 
corriente más importante del bienestar infantil, que toma al niño como capital humano sobre 
el cual es necesario invertir para que a futuro este se convirtiera en un ser de bien que aporte 
a la sociedad. En este punto, las preocupaciones estaban ligadas a favorecer las condiciones 
materiales de los niños de manera que estos contaran con los recursos suficientes para crecer 
adecuadamente y lograr un desarrollo intelectual y moral adecuado; de esta manera los niños 
no se verían afectados por la escasez y las limitaciones económicas, y se minimizarían los 
riesgos de que se pudieran convertir en una amenaza para la sociedad (Mason y Watson, 
2014; Sandin, 2014). Estos cambios introducen una nueva conceptualización de la infancia, 
en la que se considera al niño como sujeto de derechos y protecciones. Aun así, estos derechos 
se otorgaron al niño, no por ser niño en sí mismo, sino por su posibilidad de transformarse 
en un futuro adulto Con los derechos se le entrega una especie de ciudadanía en el limbo de 
la cual solo puede hacer uso por su propia capacidad de convertirse en el futuro en un 
miembro útil en la sociedad. 
De esta manera, la conceptualización del bienestarinfantil fue principalmente 
asociada a la satisfacción de las necesidades básicas objetivas del niño en pro de su buen 
desarrollo a una adultez adecuada. Para lograr un buen desarrollo de la niñez era necesario 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
9 
 
que el niño tuviera una buena alimentación, vivienda y una familia que pudiera enseñarle los 
valores sociales adecuados para que en un futuro se convirtiera en un adulto socialmente útil. 
A estas necesidades se unieron, en primer lugar, la educación, que desde finales del siglo 
XIX y durante todo el siglo XX, contribuyó a la formación de un ideal de infancia, 
convirtiéndose en un factor fundamental en el bienestar del niño; y, en segundo lugar, la salud 
que se constituyó también en una de las necesidades básicas fundamentales en la infancia y 
la niñez. La medicina empezó a tener gran importancia a la hora de hablar del desarrollo 
adecuado de la infancia, entendiendo que la ausencia de enfermedades era necesaria para el 
adecuado crecimiento de los niños (Ben-Arieh, Casas, Frones y Korbin, 2014). Por esta razón 
se observó un creciente interés en los factores externos que pudieran representar un obstáculo 
para el desarrollo físico y psicológico adecuado en los niños. La alimentación saludable, la 
actividad física, las enfermedades empezaron a tener mayor importancia a la hora de hablar 
del desarrollo y el crecimiento de los niños. Esto tuvo gran importancia en la construcción 
de una noción de bienestar infantil, pues se creó un ideal del desarrollo infantil en términos 
de habilidades y competencias físicas, que condujo a la definición de los estándares de 
normalidad y anormalidad en el desarrollo durante la infancia y la niñez (Mason y Watson, 
2014). Dentro de esta corriente se promovió una visión del bienestar infantil como la ausencia 
de enfermedades, de deficiencias cognitivas y de impedimentos físicos. Adicionalmente se 
crearon políticas de segregación de los niños que se encontraran en condiciones de 
deprivación, que presentaran problemas o tuvieran limitaciones cognitivas con el fin de que 
ellos no se constituyeran en una interferencia para el desarrollo ideal y el bienestar de los 
demás (Moore y Keyes, 2003). 
A mediados del siglo XX surgieron diversas críticas a este modelo del déficit y se 
generó un movimiento que puso en discusión la importancia del niño en la sociedad y la 
necesidad de entender su bienestar en el presente. Esto supuso un cambio fundamental en la 
forma en que se entendía no solo la infancia sino el bienestar durante esta etapa del desarrollo, 
dejando a un lado la preocupación por el niño en términos de lo que se convertirá en el futuro 
(well-becoming) y poniendo énfasis en la vida presente de los niños. Así, la concepción del 
niño se empieza a alejar de su visión como un ser de derechos que pronto entrará en la adultez, 
y se empieza a ver como un miembro actual de la sociedad, con un estatus que incluye el 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
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derecho a ser escuchado, tener su propia voz, y ser visto en términos de su vida presente y 
con intereses y preocupaciones actuales (Sandin, 2014). 
Estos cambios en la manera de entender al niño incidieron de manera importante en 
la forma en que los estamentos públicos entendieron la infancia, y empiezan a surgir 
esfuerzos orientados al diseño de estrategias para promover el óptimo desarrollo y el 
bienestar infantil. Un ejemplo de esto puede verse en la Convención Sobre los Derechos del 
Niño (UNCR, 1989) en donde se expresa que la niñez debe ser vista como un periodo de vida 
con particularidades propias y organizado de manera diferente a la vida adulta. El niño 
empieza entonces a tenerse en cuenta como un sujeto con derechos fundamentales, con 
capacidades únicas y que juega un rol activo en su contexto inmediato y en la sociedad en 
general. 
La transformación en la visión de la niñez tuvo también un impacto en el trabajo que 
dentro de diferentes disciplinas se realizaba alrededor de la infancia. Por ejemplo, psicólogos, 
economistas, sociólogos, educadores, entre otros, se empezaron a preocupar por el bienestar 
de los niños, y surgieron nuevas miradas y abordajes interdisciplinarios en el estudio de este 
constructo. Como ejemplo de esta nueva tendencia surge el concepto de calidad de vida 
(Bauer, 1966), que abrió la puerta a pensar el bienestar en términos subjetivos, alejándose de 
la idea de que este estaba dado solamente por la presencia de condiciones materiales y por la 
satisfacción de necesidades objetivas (Ben-Arieh, et al. 2014). La calidad de vida empezó a 
entenderse como una articulación entre las condiciones objetivas y subjetivas presentes en la 
vida de los individuos. 
El reto de la investigación preocupada por la calidad de vida de los individuos y en 
este caso de los niños, se encontraba en definir las condiciones, percepciones, evaluaciones 
y aspiraciones que las personas tenían sobre su propia vida. Por esto los investigadores 
empezaron a equiparar el concepto de bienestar subjetivo con otros constructos de la 
psicología positiva como la felicidad o la satisfacción con la vida, y con otros indicadores de 
una buena vida para los individuos (Diener, 1984; Diener, Emmons, Larsen y Griffin, 1985). 
El estar bien se entendió entonces en términos de la percepción de la propia vida como 
satisfactoria o feliz, volviendo esto el propósito de una buena calidad de vida. 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
11 
 
Autores como Ryff (1989) han criticado esta tendencia, pues consideran que el 
reducir el bienestar a conceptos como la felicidad o la satisfacción con la vida implica 
mantener una conceptualización unidimensional de este constructo. De igual forma, señalan 
el error de comparar la calidad de vida y el bienestar con una búsqueda hedónica de la 
felicidad. Es por esta razón, y tomando como base las teorías aristotélicas sobre el propósito 
en la vida, que se propone el entendimiento del bienestar como un constructo 
multidimensional, que traza como meta la realización del máximo potencial individual a 
través de un funcionamiento positivo en los diferentes aspectos de la vida diaria. Bajo esta 
perspectiva, el bienestar debería incluir tanto la satisfacción de las necesidades objetivas 
como de las necesidades subjetivas, y las dimensiones sociales como las psicológicas que 
llevan a los individuos a desarrollar su mejor ser en cada momento de la vida. Por esta razón, 
Ryff (1989) afirma que factores como la autonomía, la relación con los otros, la 
autoaceptación, entre otros, son de gran importancia a la hora de hablar del bienestar 
psicológico. 
Este nuevo enfoque y el énfasis que se le dio a los aspectos subjetivos del 
funcionamiento tuvo gran acogida en la investigación sobre el bienestar infantil; a la vez que 
se aleja de los enfoques tradicionales centrados en el tratamiento de enfermedades o en el 
manejo de comportamientos problema, bajo esta concepción los investigadores y 
profesionales vieron la necesidad de cambiar su mirada hacia la promoción de 
comportamientos y habilidades que llevaran a los individuos a desarrollar su máximo 
potencial y a mantener una vida saludable (Ben-Arieh, et al. 2014). 
Adicional a la importancia de las dimensiones subjetivas en la conceptualización del 
bienestar, algunos autores llamaron la atención sobre la necesidad de ver el bienestar infantil 
bajo una perspectiva contextual. Por ejemplo, Garbarino (2014) parte del reconocimiento del 
niño en desarrollo como un agente activo que influencia y es influenciado por lo que sucede 
en los diferentes contextos que lo rodean. Así, el niño establecerá numerosas relaciones con 
agentes tanto de los contextos cercanos a ellos (microsistemas) como de aquellos más 
externos (ej. La comunidad,la sociedad). Bajo esta perspectiva no solo es importante la 
relación del niño con sus padres o familia; su vida en el colegio, la relación entre el colegio 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
12 
 
y el hogar y las políticas de estado alrededor de los asuntos de la niñez son igualmente 
fundamentales a la hora de hablar sobre su bienestar. 
En síntesis, se puede decir que el paradigma bajo el cual se entiende el bienestar 
infantil ha cambiado de manera importante en los últimos años. En la comprensión de este 
constructo, la satisfacción de las necesidades básicas de los niños no basta, así como tampoco 
la mirada de estos como un ser en potencia. Como señala Ben-Arieh (2006), no es suficiente 
con entender la niñez como un paso más hacia la adultez; para entender el bienestar infantil 
de manera comprehensiva es necesario un entendimiento de la forma en que el niño se 
desenvuelve física, social, psicológica y moralmente, su rol en el contexto micro y macro que 
lo rodea, y la visión del niño sobre su propio bienestar. La percepción del niño sobre los 
factores que influyen en los diferentes aspectos de su vida se constituye en un elemento nuevo 
que se añade a la indagación sobre el bienestar infantil. Teniendo en cuenta que durante 
décadas la investigación y conceptualización del bienestar infantil se ha hecho a través de las 
cosmogonías del adulto, teóricos como Ben-Arieh (2006) han hecho un llamado a escuchar 
la voz de los niños para tener una mejor aproximación a la manera como ellos entienden este 
concepto, los aspectos que los satisfacen, impulsan y llenan sus vidas; la comprensión del 
niño de estos factores será una pieza fundamental en el entendimiento de este constructo y 
en la formulación de maneras para promoverlo. 
 
Autonomía en la infancia, ¿es el niño un agente activo en su entorno? 
La autonomía ha sido identificada por diversos autores como una tarea de desarrollo 
fundamental en las primeras etapas de la vida. De manera similar, diferentes perspectivas 
sobre el bienestar señalan a la autonomía como una de las dimensiones esenciales de este 
constructo. Como se discutió anteriormente, el rol del niño como un agente activo en su 
entorno es un indicador de su bienestar. Pero ¿es realmente el niño un ser activo y autónomo 
de su propio desarrollo y bienestar? 
Si se parte de una definición de autonomía como la facultad para decidir sobre sí 
mismo y obrar según su propio criterio y deseo, es posible afirmar que el niño carece en 
muchos casos de la posibilidad de hacerlo (Archard, 2015). Es claro que los niños y adultos 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
13 
 
gozan de un estatus político y moral diferente en la sociedad. Esta diferencia de estatus lleva 
a pensar que el adulto tiene la potestad para decidir sobre su propia vida, mientras que los 
niños tienen este derecho restringido. 
El ideal de la autonomía, como menciona Archard (2015), es atribuido a Kant. Según 
sus planteamientos la autonomía es la capacidad humana para regular sus propias decisiones 
conforme a la ley moral y a la razón. En este sentido, se ha entendido que los adultos son 
seres autónomos que se pueden gobernar a sí mismos; en cambio, los niños, adscritos 
socialmente a un rol secundario, no poseen estas posibilidades. 
Durante mucho tiempo la perspectiva reinante sobre la infancia se basó en las teorías 
del déficit, entendiendo al niño como un como un ser carente de diversas capacidades e 
inferior al adulto. En este proceso de construcción de infancia, el niño fue dejado a un lado 
del círculo de decisión de lo que le incumbe y le compete. En este sentido la niñez no era 
relacionada de manera clara con la autonomía, pues se veía al niño como un ser que no era 
capaz de tomar decisiones informadas y correctas de forma individual. De este modo al 
formular lo que era importante y significativo en la vida del niño, era la voz del adulto la que 
tenía valor. 
Con el paso del tiempo y con un mayor interés por la infancia y el desarrollo, el niño 
poco a poco se fue convirtiendo en un ser de derechos en la sociedad. A pesar de esto no 
ganó realmente un estatus político y social comparable al del adulto, quien se convierte en 
muchos casos en la voz primaria de los niños y de sus intereses. Los adultos importantes en 
la vida de los niños (los padres, profesores o cuidadores) tienen una visión única de lo que es 
importante para el bienestar de los niños en términos de su futuro, la cual es moldeada en 
gran parte por las perspectivas de la sociedad. De allí surgen varios interrogantes: ¿Son los 
aspectos identificados y definidos por los adultos importantes para los niños actualmente? 
Son esos factores similares a los que los niños identificarían como centrales para su 
¿bienestar? La voz del niño sobre lo que esencial para su bienestar no ha sido realmente 
tenida en cuenta (Archard, 2015; Mason y Watson, 2014) 
Partiendo de esto, lo mencionado por Ben-Arieh (2006) anteriormente sobre el papel 
central que juega el niño en la evaluación de lo que es importante para él y su bienestar se 
vuelve contradictorio. Aunque se insiste en la necesidad de escuchar al niño, su voz no es 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
14 
 
tenida en cuenta cuando es necesario definir lo que es central para su bienestar y tomar 
decisiones importantes respecto a su propia vida. Archard (2015) plantea que esta 
contradicción está presente en un amplio marco político y social, dentro del cual se debate 
sobre la agencia del niño, su importancia y su capacidad para decidir por sí mismo. 
Antiguamente Rousseau fue innovador al mostrar que la manera en que se estaba 
viendo al niño era incorrecta. Mason y Watson (2014) señalan cómo en El Emilio, Rousseau 
critica la postura tradicional de ver a la infancia a partir de las teorías del déficit, afirmando 
que los niños tenían la habilidad de razonar con respecto a las cosas que afectaban su propio 
bienestar. A pesar de esto, Rousseau también señala cómo, aunque el niño debe ser tenido en 
cuenta, su razonamiento y entendimiento son limitados en comparación con los de un adulto 
por lo que no se debe confiar completamente en su palabra o sus ideas (Mason y Watson, 
2014). 
Esto mismo sucede con la Convención Sobre los Derechos del Niño (UNCR, 1989). 
En esta carta, se retoma el énfasis sobre el papel del niño como agente, señalando que es un 
ser capaz de formar una visión sobre su propia vida, y que tiene derecho a expresarlo de 
manera libre y autónoma. Seguido a esto, se propone de igual manera que la opinión del niño 
debe tener restricciones y limitaciones de acuerdo con el razonamiento propio de la etapa de 
la niñez. 
De acuerdo con Archard (2015) esta contradicción es fruto de la idea, extendida tanto 
en el mundo público como en el académico, de que el niño debe ser escuchado, pero como 
una voz de consultoría. De este modo el niño es relegado al rol de un agente pasivo al 
momento de hablar sobre su vida y lo que lo rodea (Mason y Watson, 2014). Por eso al hablar 
sobre aquello que es importante para la niñez se sigue partiendo de una visión netamente 
adultocentrista, en donde la voz del niño debe ser escuchada más no tenida en cuenta 
realmente y mucho menos ser comparable a la opinión del adulto. Epistemológicamente el 
aporte que pudieran hacer los niños sobre lo que es esencial para ellos era visto como poco 
confiable, debido a las limitaciones en sus habilidades cognitivas; para que fueran 
consideradas sus preocupaciones debían ser validadas por un adulto, lo que perpetuaba su rol 
como un agente pasivo al momento de hablar sobre su vida y lo que lo rodea (Mason y 
Watson, 2014). 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
15 
 
Sin embargo, y desde el punto devista del desarrollo humano, desde el momento del 
nacimiento los niños son activos, inquisitivos, curiosos y juguetones, y constantemente 
manifiestan un interés por entender el mundo (Ryan y Deci, 2000). La importancia de los 
niños como agentes activos de su aprendizaje y de su comprensión del mundo estaba presente 
en los trabajos de Piaget sobre el desarrollo cognitivo quien fundamentaba el desarrollo del 
pensamiento y del razonamiento en la capacidad del niño de experimentar en y sobre el 
mundo en el que se desenvuelve (Piaget y Inhelder, 2007). Congruente con esta perspectiva 
Niemiec y Ryan (2009) señalan que inherente a la naturaleza humana es la tendencia 
proactiva de relacionarse con el ambiente que lo rodea, de internalizar el conocimiento que 
se obtiene del ambiente y ejercer una acción sobre el mismo. De acuerdo con Piaget (2007) 
y Vygotsky (2009) las habilidades cognitivas del niño van evolucionando desde los primeros 
años permitiéndole la adaptación al medio y el aprendizaje; así el pensamiento concreto, 
característico de la niñez les permite el entendimiento del mundo, el uso de habilidades de 
planeación y monitoreo, el establecimiento de relaciones interpersonales significativas, 
entendiendo así el propio rol social y el de los otros (Scales, 2014). 
 Esto no significa que el niño tenga las mismas capacidades que un adulto. Piaget 
(2007) mismo señala que las habilidades del niño y su manera de ver el mundo son una 
muestra del momento único en el desarrollo en que este se encuentra, con reglas muy 
diferentes a la adultez, en donde todo se articula de manera coherente. De esta forma los 
niños han de ser vistos como seres capaces de dar información sobre su propia vida desde la 
mirada única que otorga el momento en el desarrollo en que se encuentra (Mason y Watson, 
2014). Es por esto por lo que Archard (2015) señala que el derecho del niño a expresar su 
voz y de ser escuchado debe ser considerado porque este es un ser independiente y la fuente 
más confiable de información por sobre lo que ocurre en su vida. 
La importancia de reconocer la voz de los niños 
El contexto inicial en donde tiene lugar el reconocimiento de la autonomía y de la 
agencia del niño es el entorno familiar. La familia es la principal fuente de retroalimentación 
y de satisfacción de sus necesidades físicas, afectivas y sociales. De esta forma la importancia 
de los padres, de la crianza y de un entorno familiar propicio se vuelve esencial para que el 
niño se desenvuelva de manera autónoma. La evidencia sugiere que estilos parentales 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
16 
 
autoritativos, caracterizados por la búsqueda de un balance entre las normas y el afecto, 
promueven la exploración, la iniciativa y la toma de decisiones en el niño (Rodrigo, Byrne y 
Rodríguez, 2014). De igual forma, la respuesta afectiva de los padres, el cariño y el apoyo 
constante a la exploración del niño de su mundo promueven individualidad, autorregulación 
y autoafirmación, tal como afirmaban Bowlby y Ainsworth (1991) en sus trabajos sobre la 
importancia de los vínculos de apego en la vida de los niños. Así, la relación afectiva con los 
padres se fortalece cuando el niño es tenido en cuenta como un ser activo, que tiene voz y 
que puede participar de ciertas decisiones del hogar. 
De manera similar, un espacio escolar en donde los niños tengan la posibilidad de 
explorar sus intereses y de realizar actividades relacionadas con ellos, ha mostrado tener 
efectos positivos en el desarrollo de la autonomía de los niños. Niños que se desenvuelven 
en espacios académicos que promueven sus competencias y les permiten tomar decisiones, 
tienden a percibirse a sí mismos como creadores de su propia actividad y reportan mayores 
niveles de motivación intrínseca y gusto por las actividades que realizan. Esto promueve la 
autorregulación, uno de los factores importantes de la autonomía del niño, puesto que a través 
de su propia actividad el niño se da cuenta de sus capacidades y también de sus límites 
(Bridges, 2003). 
De manera congruente con algunos de los planteamientos de Vygotsky, Bridges 
(2003) enfatiza la importancia de ofrecer al niño ambientes que planteen desafíos, pero al 
mismo tiempo sean capaces de reforzar de manera gradual sus logros. La persistencia a la 
hora de enfrentar situaciones problema, al igual que la capacidad para decidir, se ven 
estimulados en contextos que promueven la exploración del niño y la búsqueda autónoma de 
respuestas. Los niños que muestran niveles altos en el dominio del ambiente, fruto de un 
entorno que les ofrece retroalimentación positiva, continúan siendo exploradores activos, 
buscando nuevas experiencias y retos. Este autor igualmente plantea que ambientes donde el 
niño no recibe ningún refuerzo por sus logros o donde no se le permite perseguir retos, han 
mostrado influir negativamente en su proactividad. Estos ambientes llevan a que el niño tenga 
niveles menores de persistencia y búsqueda de retos. 
Lo anterior sugiere entonces que el niño debe ser entendido realmente como un ser 
capaz, activo y competente. El valor de la autonomía yace en su ejercicio, abriendo la 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
17 
 
posibilidad a los niños de definir su naturaleza, darles significado y coherencia a sus vidas y 
tomar responsabilidad por la clase de personas que son y quieren ser (Archard, 2015). De 
este modo, al abrir la posibilidad para que los niños den su opinión, exploren y sean tenidos 
en cuenta, se favorecerá el desarrollo de mayor autonomía y de conductas de autorregulación, 
que promoverán una mayor participación y una mejor adaptación a su ambiente. La visión 
del niño como agente activo en cada etapa de su desarrollo contribuirá a promover en él 
conductas de autonomía, autorregulación y un mayor involucramiento en sus actividades 
centrales en los diferentes contextos que lo rodean. 
La mirada de los niños sobre su bienestar y autonomía 
La infancia ha jugado un rol muy importante en la sociedad a lo largo de la historia. 
Ante esto, la investigación sobre la infancia ha tenido gran importancia, generando 
conocimiento sobre las condiciones necesarias para que el niño se desarrolle de manera 
adecuada y viva una buena vida. Aun así, los niños han sido marginados del proceso formal 
de producción de conocimiento sobre la infancia, siendo posicionados como un objeto de 
estudio pasivo. A pesar de que varios autores e incluso la Convención Sobre los Derechos 
del Niño (UNCR, 1989) mencionen que es necesario tener en cuenta la voz del niño a la hora 
de hablar sobre su propia vida, Mason y Watson (2014) y Archard (2015) señalan que 
tradicionalmente las ideas del niño han sido excluidas de los estudios sobre diversos aspectos 
de la niñez y sobre el bienestar infantil. Esta postura supone entender al niño como un objeto 
de estudio y no como un sujeto activo a la hora de hablar sobre su vida (Mason y Watson, 
2014). Como se mencionó anteriormente, dado que se le considera inferior en capacidades al 
adulto, al niño no se le escucha; sus preocupaciones y conocimientos se consideran una fuente 
poco confiable de información y son interpretadas y reemplazadas por observadores e 
investigadores adultos. 
Esto mismo perpetúa una relación vertical y de poder entre el investigador y la 
infancia. Como se ha discutido previamente, existen diferencias en el estatus social y político 
entre el niño y el adulto. Esta misma diferencia de estatus se refleja tanto en el abordaje de 
asuntos sociales sobre la infancia como en el diseño y desarrollo de la investigación; el 
investigador se aproxima a la infancia como un objeto de estudio externo que solo provee 
cierto tipo de información la cual ha de ser interpretada por el adulto. Es el investigador quien 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIADESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
18 
 
posee el conocimiento y tiene rango de agencia sobre la infancia, excluyendo al niño de la 
toma de decisiones y de la producción del conocimiento (Fattore, Mason y Watson, 2006). 
Hasta mitad del siglo XX los presupuestos de perspectivas construccionistas 
presentan diversas críticas a la manera como los investigadores se han aproximado al estudio 
de la infancia, y cómo esta idea del niño como un ser inmaduro, pasivo e irracional en 
comparación con el adulto ha marginado su voz y lo ha excluido de la producción de 
conocimiento sobre su vida; bajo esta perspectiva la investigación se concentró en lo que se 
denominó “estudios sobre los niños” (Mason y Watson, 2014). Dichas críticas generaron un 
movimiento de cambio en el enfoque con que se estudiaba la infancia, que ha llevado a los 
investigadores a reconocer la importancia del rol del niño en su contexto y su papel en la 
producción de conocimiento sobre él y sobre diversos aspectos de la infancia y de la niñez. 
En este proceso, los investigadores han empezado a incluir dentro de los procesos de 
investigación la idea de “investigación hecha con y por los niños”, en la que los niños son 
los participantes y fuentes de información principales (Mason y Watson, 2014). 
Hablar de investigación con o por el niño, requiere del reconocimiento de sus 
habilidades y capacidades. Como se discutió en el apartado anterior, el niño es un ser con 
capacidades y conocimientos únicos, desde los cuales se puede entender su vida y lo que es 
importante en ella, visión que se aleja de los enfoques adultocentristas tradicionales. 
Investigar con la participación y agencia del niño requiere reconocerlo como un individuo 
“sabio” y conocedor de los aspectos centrales en su vida, de lo que pasa a su alrededor y de 
lo que lo afecta o le incumbe; un individuo que tiene la capacidad de ofrecer, a través de sus 
distintas percepciones y de sus formas de razonamiento, una mirada única sobre el mundo y 
sobre la infancia y que incluso puede tomar el papel de investigador activo, en el estudio 
sobre aspectos de su desarrollo y su bienestar (Mason y Watson, 2014). 
Tradicionalmente en los procesos investigativos sobre aspectos relacionados con el 
desarrollo y el bienestar infantil, los adultos no solo se han constituido en los participantes 
centrales en las fases de recolección de la información, sino que es el adulto investigador 
quien conduce los procesos de análisis y categorización del mundo del niño a través de su 
propio entendimiento. Los cambios en la concepción de niño y de la infancia suponen el reto 
de que la voz del niño sea escuchada de manera transversal en el desarrollo de la 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
19 
 
investigación, desde la recolección de datos, hasta el análisis e interpretación de los mismos. 
Involucrar a los niños como coinvestigadores ha mostrado tener un impacto importante en la 
información obtenida, pues desde su propia visión el niño entiende y puede dar cuenta de 
información que muchas veces es ignorada por los adultos (Mason y Watson, 2014). 
Esta aproximación a la investigación con niños está acompañada de una búsqueda 
constante por una relación más equitativa entre el adulto investigador y el niño (Archard, 
2015). Se vuelve entonces un reto para el investigador darle un rol más activo al niño dentro 
del proceso investigativo, y tomarse el tiempo para idear diferentes formas en las que se 
puedan plasmar las posiciones que reflejen la cosmogonía de la infancia desde la mirada 
propia de los niños (Mason y Watson, 2014). 
Ligado a esto, Fattore, Mason y Watson (2007) señalan otro elemento evidente en el 
enfoque dominante de la investigación sobre el bienestar infantil y es que ésta se ha 
fundamentado en una metodología cuantitativa orientada al reporte que adultos cercanos y 
significativos en la vida de los niños, den sobre este constructo. Estos reportes se basan en 
instrumentos que miden indicadores específicos observables y cuantificables. Estas 
investigaciones han mostrado ser útiles y han arrojado información importante sobre muchos 
aspectos sociales de la infancia, a la vez que han permitido identificar diversos factores y 
dimensiones del bienestar y posibles formas para promoverlo. Sin embargo, bajo esta mirada, 
el entendimiento del bienestar y de los indicadores que se usan para medirlo ignora que este 
es un producto del contexto social político y geográfico, que influye de manera importante 
en el significado que todos los miembros de la sociedad (tanto niños como adultos) otorgan 
a los diversos dominios de su funcionamiento y de sus vidas. 
Algunos autores consideran que estas formas de evaluar el bienestar no están basadas 
en las dimensiones individuales (subjetivas) de los niños, ni en sus valores y procesos de 
significación sino en medidas estandarizadas de satisfacción que han sido identificadas como 
importantes para los adultos y que se modifican o adaptan para facilitar su aplicación en la 
población infantil. Bajo esta mirada, el entendimiento del bienestar y de los indicadores que 
se usan para medirlo ignora las percepciones de los niños de estos aspectos de sus vidas y la 
influencia que las condiciones sociales y culturales tienen sobre dichos aspectos (Fattore, 
Mason y Watson, 2007). 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
20 
 
Fattore, Mason y Watson (2007) sugieren que las metodologías cualitativas de 
investigación ofrecen una orientación epistemológica que permite entender el concepto del 
bienestar desde la perspectiva de los niños. El análisis cualitativo plantea la necesidad de 
guiar la construcción del conocimiento no por la necesidad de obtener datos del otro, sino a 
través de una invitación a conocer la realidad de los participantes vista por ellos mismos; esto 
implica expandir la mirada, con el fin de poder conocer la realidad única y particular que 
tienen los demás (Packer, 2013). De esta manera, al indagar sobre el bienestar desde la 
perspectiva de los niños, se pretende acercarse al mundo del niño para identificar las cosas 
que son importantes y valiosas para él desde sus significados y construcciones, bajo el 
supuesto de que el papel del niño durante todo el proceso investigativo es central y debe ser 
dinámico y activo. 
Una forma de involucrar a los niños en los procesos investigativos de manera más 
activa es a través de las metodologías de investigación participativa. Estas metodologías se 
conocen como actividades centradas en la tarea (task-focused); además de basarse en el 
reconocimiento de la habilidad y competencia de los niños para brindar información 
importante en la investigación, estas estrategias han rescatado la mirada al mundo desde los 
mismos niños, permitiéndoles expresar sus concepciones sobre constructos e ideas complejas 
como la salud, las relaciones saludables o el bienestar. Una ventaja adicional del uso de estas 
metodologías es que reducen la brecha y la relación de poder entre los niños participantes y 
el adulto investigador (Nic Gabhainn y Kelleher, 2002; McWhirter, 2014; Sixmith, et al., 
2007). Las metodologías cualitativas usadas con los niños incluyen herramientas como la 
creación de historias, dibujos, fotografías y videos los cuales promueven el involucramiento 
del niño en la creación de significados y el reconocimiento de los aspectos importantes para 
ellos en la identificación de las dimensiones y características que constituyen su bienestar 
(Horstman, Aldiss, Richardson, Gibson, 2008). 
 Un ejemplo de esta aproximación es la metodología de escritura y dibujo (draw and 
write) que es usada como un vehículo que facilita a los niños la expresión de conceptos 
abstractos y complicados como lo son la salud y el bienestar (McWhirter, 2014; Nic 
Gabhainn y Kelleher, 2002; Sixmith,et al., 2007) a través de la creación artística. Esta técnica 
consiste en el uso del dibujo y de la creación de historias como el medio por el cual los niños 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
21 
 
son capaces de expresar y narrar su forma de entender y significar el mundo que los rodea. 
Como señalan Nic Gabhainn y Sixsmith (2006) el arte es un medio de exploración ideas y 
pensamientos que los niños encuentran difíciles de compartir con un adulto a través de la 
expresión verbal. A pesar de esto la técnica del dibujo es dependiente de la habilidad de los 
niños de dibujar, lo que puede ocasionar problemas a la hora de implementarla en el trabajo 
con ellos, pues los niños que reportan tener menores habilidades artísticas muestran muchas 
veces dificultad para expresar lo que quieren de manera apropiada y pueden llegar a sentirse 
mal por no poder hacerlo. Por esta razón el uso de fotografías ha mostrado ser una 
herramienta importante que permite a los niños plasmar de manera clara como ven el mundo 
que los rodea. 
En esta misma línea, McAuley, Morgan y Rose (2010) señalan cómo el uso de tareas 
y entrevistas en grupo favorece que los niños construyan y elaboren significados a través de 
la experiencia conjunta. De este modo, los grupos focales han mostrado ser un complemento 
ideal a las actividades centradas en la tarea, pues brindan un espacio de discusión para que 
los niños puedan dialogar y construir significados conjuntos. Estas estrategias posibilitan el 
reconocimiento de aquellos significados propios de los niños sobre lo que se está 
investigando, facilitando que ellos provean la información que consideran central a los 
adultos investigadores. Por ejemplo, entrevistas realizadas a niños de Uganda sobre lo que 
los hacía sentir bien mostraron que ellos sentían menor preocupación por las condiciones 
desfavorables de su entorno cuando tenían espacio para realizar actividades físicas, jugar con 
amigos o tener relaciones positivas con otros adultos de la comunidad (diferentes a sus 
padres) (Child Protection in Crisis Network, 2011). 
Las investigaciones realizadas por Nic Gabhainn y Sixsmith (2006), y Sixmith, et al., 
(2007) muestran cómo a través del uso de fotografías y la participación activa de los niños 
en el análisis y sistematización de las mismas, se puede obtener un esquema de lo que 
constituye su propio bienestar, mostrando una mirada única al entendimiento de este 
constructo. A través de las fotografías los niños proporcionaron evidencia de su 
conceptualización sobre el bienestar y relacionaron y categorizaron los factores más 
importantes que los hacen sentir bien, estar felices y poder llevar su vida al máximo. Los 
resultados de este estudio mostraron que los elementos identificados por los niños como 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
22 
 
centrales para su bienestar fueron diferentes a los que proporcionaron los padres y los 
maestros; algunos de estos aspectos fueron ignorados en los esquemas que proporcionaron 
dichos adultos. Por ejemplo, la importancia de las relaciones cercanas con los padres, de los 
espacios para relacionarse con los pares y el papel de las mascotas en sus vidas se señalaron 
como aspectos centrales en la conceptualización de los niños de su bienestar; otro rasgo 
característico de las percepciones de los niños sobre su bienestar fue la ausencia de aspectos 
negativos. Los hallazgos de estas investigaciones enfatizan la importancia de brindar 
espacios de construcción de significados al niño, tomando en cuenta los aportes únicos que 
su mirada puede dar a la comprensión del constructo de bienestar infantil. 
En otro estudio, Fattore, Mason y Watson (2007) usaron entrevistas individuales y 
grupales, en conjunto con actividades centradas en la tarea, para indagar las percepciones de 
los niños sobre el bienestar y sobre su autonomía en las actividades cotidianas. En este 
estudio los niños tuvieron la posibilidad de discutir con otros y generar definiciones de 
bienestar complejas. Los resultados mostraron que los niños destacaron como importante 
para su bienestar la capacidad de actuar de manera libre y tomar decisiones por sí mismos en 
las situaciones diarias, aspectos que eran promovidos en las relaciones con padres o 
profesores. Adicionalmente, y contrario a lo reportado por Nic Gabhainn y Sixsmith (2006), 
y Sixmith, et al., (2007), Fattore, Mason y Watson (2009) mostraron que los niños entendían 
el bienestar no como factores aislados, sino como un conjunto de relaciones entre los aspectos 
sociales y sus emocionales, que integraba experiencias tanto positivas como negativas. 
Algunos niños incluyeron la decepción o el fracaso como experiencias de bienestar que 
favorecían el aprendizaje y el desarrollo de autoconfianza. Los niños igualmente señalaron 
que el bienestar iba más allá de los sentimientos positivos como la felicidad y la calma, 
explicando la importancia de poder expresar en sus vidas la tristeza y rabia que sentían en 
ocasiones sin que esto fuera visto como algo negativo o malo. 
Con relación a la autonomía, este estudio mostró que los niños entendían este 
constructo como la capacidad de tomar decisiones en su vida diaria, señalando la importancia 
de tener acceso y poder desarrollar actividades de su interés sin restricciones de parte de sus 
padres o profesores. Los autores señalan que este sentimiento no necesariamente estaba 
relacionado con ser independiente, sino con sentirse con el poder para actuar y decidir en las 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
23 
 
actividades diarias. Los resultados indicaron que un factor que fue reportado por los niños 
como fundamental para su bienestar era la posibilidad de tener control sobre sus actividades 
diarias (Fattore, Mason y Watson, 2007, 2009). 
El uso de dibujos ha sido otra de las técnicas empleadas en los estudios de tipo 
cualitativo con los niños. McWirther (2014), mostró que en las ilustraciones de los niños 
alrededor del tema del bienestar se observaban elementos relacionados con comportamientos 
que favorecen una vida buena y saludable. Ejemplos de estos resultados se observaron en la 
manera como los niños se dibujaban a sí mismos haciendo deporte o jugando con amigos a 
la hora de hablar de conductas saludables, pero dibujaban a personas fumando al ser 
preguntados por conductas dañinas para su salud. Del mismo modo, los niños identificaron 
comportamientos perjudiciales como el no dormir bien o el consumo de drogas, que impedían 
una vida plena. Estos hallazgos mostraron que los aspectos que se relacionan con la salud 
tienen un papel importante en la conceptualización que tienen los niños sobre su bienestar. 
 McAuley, Morgan y Rose (2010) al preguntar a niños ingleses si consideraban que 
los factores sobre los cuales se desarrollaban las políticas públicas sobre la infancia en este 
país eran realmente constituyentes del bienestar en sus vidas, encontraron que, aunque estos 
consideraban que la seguridad, la salud, la diversión y el bienestar económico eran 
importantes, faltaban otros aspectos fundamentales a la hora de hablar sobre su bienestar. De 
esta manera los niños hicieron énfasis en la importancia de tener una familia, amigos, ser 
respetados, queridos y pasarla bien. Del mismo modo encontraron que la importancia que los 
niños daban a la familia no era tanto por la composición de esta, sino porque los miembros 
de este círculo fueran un apoyo en la vida diaria. De igual forma, entrevistas a niños con 
discapacidades mostraron que, además del apoyo del círculo familiar, los niños daban gran 
importancia a que la familia les permitiera tomar decisiones y realizar diferentes actividades 
a pesar de su condición de discapacidad (Morgan, 2009). 
De igual manera, Morgan (2010) señala que el derecho delos niños a ser escuchados 
y tener voz se encuentra debajo de otros derechos como no ser abusados, el acceso a la 
educación y la posibilidad de vivir en condiciones dignas. Aun así, el tener voz y voto se 
encontraba en el primer puesto de la lista cuando se le pregunto a niños y niñas ingleses por 
los factores que consideraban que debían mejorarse para aumentar el bienestar en sus vidas. 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
24 
 
Sumado a esto, los niños señalaron que el ser preguntados por sus deseos, preocupaciones y 
sentimientos también era fundamental a la hora de pensar en mejorar los factores de 
protección ante el abuso u otros escenarios de riesgo. Para que esto ocurra, según los mismos 
niños, se debe entender que la consulta por parte de los adultos no debe basarse en juegos o 
preguntas indirectas y que realmente valoran que se les pregunte las cosas de manera directa 
y ser tomados en serio. Para ellos, el ser escuchado significa poner su punto de vista de 
primeras, ya sea dentro de un grupo con otros de su misma edad o con adultos y personas 
mayores, teniendo siempre la posibilidad de recibir retroalimentación sobre lo que están 
diciendo. 
González-Carrasco, Vaqué, Malo, Crous, et al., (2018), como parte de un estudio 
longitudinal que buscaba explorar la evolución del bienestar subjetivo de niños y 
adolescentes, decidieron llevar a cabo un estudio cualitativo para profundizar en la 
comprensión del bienestar en dos grupos de participantes; estos autores seleccionaron niños 
y jóvenes que habían obtenido puntajes altos y bajos en diferentes escalas del bienestar 
aplicadas como parte de un estudio longitudinal realizado durante dos años. A través de 
entrevistas semiestructuradas los investigadores encontraron que los jóvenes resaltaban que 
recibir apoyo tanto de la familia como de los amigos era muy importante en la percepción 
que ellos tenían de su bienestar. De igual forma, estar satisfechos consigo mismos, tener 
metas en la vida y poder tener seguridad a la hora de actuar (mostrar autoconfianza), eran 
factores importantes que los hacían sentir bien. En contraste, la enfermedad propia o de una 
persona cercana, los conflictos familiares y un control excesivo por parte de los padres fueron 
identificados como factores asociados negativamente con su bienestar. 
En este mismo estudio se encontró que había diferencias en los aspectos que niños y 
jóvenes de ambos grupos (con puntajes altos y bajos en las escalas) identificaban como 
esenciales para su bienestar. Al preguntarles por dichos factores el grupo con puntajes más 
altos se enfocaba más en factores que lo afectaban positivamente, haciendo énfasis en 
factores eudaimonicos como la autoaceptación y tener objetivos en la vida. En contraste, los 
participantes que habían obtenido puntajes más bajos mencionaban mayor cantidad de 
factores que afectaban negativamente su bienestar. Esta diferencia se vio de forma clara en 
la categoría de relaciones familiares, en donde en el primer grupo señaló que tener el apoyo 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
25 
 
de los padres era un elemento fundamental en el bienestar, mientras que en el segundo grupo 
se hizo hincapié en el impacto negativo que significaba no tener a nadie en quien buscar 
apoyo cuando lo necesitaban (González-Carrasco, et.al., 2018) 
De esta manera, es posible resaltar cómo a través de la escucha activa de la voz de los 
niños se han identificado factores del bienestar que no habían sido tenidos en cuenta en los 
estudios realizados a través de estrategias cuantitativas de reporte con escalas estructuradas. 
El incluir la mirada de los niños representa una oportunidad importante para brindarles a ellos 
un espacio óptimo en el que pueden participar y desenvolverse, generando relaciones 
horizontales entre ellos y los investigadores; de esta manera, el bienestar puede ser visto 
desde nuevas perspectivas más allá del adultocentrismo predominante en la literatura. Estas 
nuevas aproximaciones al estudio del bienestar muestran que este constructo ya no se 
entiende en términos de lo que necesita el niño para convertirse a futuro en un adulto de bien 
y útil para la sociedad; la indagación gira ahora en función del bien-estar en general del niño, 
es decir de aquellos aspectos que los hacen sentir bien, felices y satisfechos en el presente. 
Bienestar infantil en Latinoamérica, un área por explorar 
La investigación sobre el bienestar infantil ha adquirido gran relevancia en los últimos 
años; ha aumentado el interés de investigadores de diferentes países por ampliar la 
comprensión de este constructo tanto a nivel conceptual como metodológico. Sin embargo, 
y como lo sugiere Casas (2011), la mayor parte de las investigaciones que se han hecho sobre 
el bienestar infantil provienen de países industrializados como Australia, España o Reino 
Unido, en donde ha habido desarrollos importantes en términos de políticas públicas sobre la 
infancia. La literatura sobre estos temas en países de Latino América es reducida. Sin 
embargo, en algunos países, como Chile, se han hecho esfuerzos por incluir este tema en las 
agendas de estudio; los investigadores han empezado a explorar diversas preguntas 
relacionadas con las dimensiones subjetivas del bienestar y la calidad de vida de niños y 
adolescentes (Guzmán, Varela, Benavente, Sirlopú, 2017). Oyandel, Alfaro, Valera y Torres 
(2014) señalan que gracias a la aplicación de la Encuesta Internacional de Bienestar Infantil 
(ISCWeb) a más de 1500 estudiantes chilenos entre 9 y 14 años, ha habido un aumento en el 
interés en el estudio del bienestar de los niños y jóvenes en este país. Esta encuesta mostró 
que la mayoría de los niños y niñas entrevistados están satisfechos con su vida. La familia, 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
26 
 
los amigos y la salud fueron categorías que mostraron estar asociadas positivamente al 
bienestar infantil, mientras que la satisfacción con el barrio en donde viven y consigo mismos 
son algunos factores que se relacionan negativamente con el bienestar. Estudios como el 
realizado por Guzmán, et al. (2017) analizaron las diferencias en los resultados de bienestar 
obtenidos por los estudiantes en esta encuesta de acuerdo con algunas variables 
sociodemográficas; resultados de esta indagación mostraron que no hay diferencias 
significativas en la satisfacción y el bienestar de acuerdo con el género o con el estatus 
socioeconómico de los participantes. Adicionalmente, los autores señalaron que la presencia 
de factores de protección como el círculo familiar, la comunidad y el barrio en contextos 
vulnerables contribuía a que los niños resaltaran los elementos positivos de su entorno a la 
hora de identificar los indicadores centrales de su bienestar. 
Por otra parte, San Martin y Barra (2013) utilizaron escalas de autorreporte para 
evaluar la relación que existe entre la autoestima y el apoyo social con la satisfacción con la 
vida de adolescentes chilenos. Estos autores encontraron asociaciones positivas significativas 
entre estas dos variables y la satisfacción con la vida de estudiantes de tales grados o de tales 
edades explica un poco más de la población. Estos resultados son consistentes con lo 
encontrado en estudios previos, que muestran que una relación similar entre la autoestima y 
la satisfacción con la vida. Aun así, se identificó que la relación entre el apoyo social y la 
satisfacción con la vida tendía a ser mayor en contextos de sociedades desarrolladas que se 
caracterizan por una cultura de orden individualista. Esto puede sugerir el rol de diferentes 
factores culturales como variables moderadoras de la entre la relación de estas variables y la 
satisfacción de los adolescentes. 
Gómez, Casas, Inzunza y Costa (2017) realizaronrecientemente análisis adicionales 
de los datos obtenidos en la misma encuesta con el fin de evaluar la influencia que tenían 
microsistemas como la escuela y el barrio en el bienestar subjetivo de los niños chilenos. El 
microsistema de la escuela, y en particular la satisfacción con el colegio fue identificado 
como un factor que contribuye de manera significativa a la satisfacción con la vida y a la 
felicidad reportada por los participantes de este estudio; resultados similares se observaron 
respecto a la satisfacción reportada con relación al barrio en que los niños viven. 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
27 
 
En los últimos años también se han adelantado investigaciones sobre el bienestar en 
niños y adolescentes en países como Brasil y Argentina (Schütz y Stum, 2017). Los 
resultados de estos estudios indican que jóvenes brasileros entre los 10 y los 14 años 
reportaron que el uso del tiempo libre y la habilidad para organizarlo de manera autónoma se 
relacionaba positivamente con su percepción del bienestar. Los preadolescentes en este 
estudio señalaron que tener la posibilidad de decidir sobre las actividades que pueden realizar 
era un factor importante para su bienestar, y resaltaron como actividades preferidas por los 
estudiantes, encuentros recreativos, físicos, educativos y sociales. Los adolescentes 
reportaron que a pesar de que algunas de las actividades que realizaban en su tiempo libre no 
eran escogidas por ellos mismos, sino que representaban obligaciones (como hacer la tarea o 
tener labores en el hogar), estas no estaban relacionadas directamente con insatisfacción, sino 
que eran percibidas como actividades placenteras. Los autores afirman que es posible que 
esto se deba a un sentido de responsabilidad presente en los participantes por cuidar de sí 
mismos y de su entorno cercano. Por otra parte, en un estudio con jóvenes brasileros entre 
12 y 16 años se evidenció que a partir de los 13 años se observa una disminución progresiva 
del bienestar percibido (Castellá et al., 2012). Estos hallazgos coinciden con resultados de 
otros autores que señalan una disminución en los niveles de satisfacción a partir de los 12 
años (entre quinto y séptimo grado) que se relaciona con la transición de la escuela primaria 
a la secundaria, en donde hay mayor presión tanto académica como social para los niños y 
jóvenes (González-Carrasco, Casas, Malo, Viñas y Dinisman, 2017; Guzmán et.al.,2017). 
En el caso de Colombia, la investigación sobre el bienestar en la niñez y la 
adolescencia es limitada. Algunos de los estudios encontrados se han centrado en constructos 
como la satisfacción con la vida y la calidad de vida en población adolescente. Por ejemplo, 
Quinceno y Vinaccia (2014ª) llevaron a cabo un estudio correlacional, con el objetivo de 
evaluar la relación entre las fortalezas, las emociones negativas y la calidad de vida percibida 
por adolescentes entre 13 y 16 años; dichos autores identificaron que factores como la 
resiliencia, la espiritualidad, la autotrascendencia y la felicidad percibida correlacionaba de 
manera positiva con el bienestar psicológico y la calidad de vida percibida de los 
participantes. De igual manera, Quinceno y Vinaccia (2014b), a través del uso de encuestas 
estandarizadas, analizaron las diferencias en la calidad de vida reportada por adolescentes 
colombianos entre los 12 y los 16 años de acuerdo con su estrato socioeconómico. En este 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
28 
 
estudio los autores señalaron que factores relacionados a la calidad de vida como la felicidad 
percibida por los participantes, era mayor en los estratos socioeconómicos alto y medio 
respecto a los adolescentes de estratos socioeconómicos bajos. De igual manera, los autores 
encontraron que los adolescentes hombres reportaban mayor felicidad que las mujeres 
independientemente del estrato socioeconómico. 
Los anteriores estudios son una muestra del reciente interés que ha surgido en países 
latinoamericanos por estudiar el bienestar infantil. A pesar de esto, Guzmán et al. (2017) 
afirman que los estudios siguen siendo escasos, y que el foco de la investigación alrededor 
de este constructo sigue siendo la población adulta; de igual manera es posible observar que 
la investigación cuantitativa es predominante al momento de estudiar el bienestar de los niños 
y los adolescentes en esta región, y que ésta se basa primordialmente en el uso de escalas de 
auto reporte diseñadas y validadas en otros contextos socioculturales. Adicionalmente, se 
puede evidenciar cómo estos estudios parten de una concepción unidimensional del bienestar, 
entendiendo este constructo solo en términos de la calidad de vida o la felicidad percibida. 
En Colombia, como señalan Quinceno y Vinaccia (2014), se menciona de manera 
frecuente el bienestar y la calidad de vida en procesos de mejoramiento continuo en esferas 
sociales, políticas y de salud pública, pero no se cuenta con investigaciones sólidas y 
concluyentes sobre este tema en la niñez, que se pregunten por los factores de protección y 
las variables asociadas a la calidad de vida infantil en el país. En el país los estudios sobre el 
bienestar en etapas tempranas de la vida son limitados, por lo que preguntas sobre lo que 
significa el bienestar, y sobre la manera como los niños y los jóvenes articulan y comprenden 
este constructo, se mantienen vigentes y requieren abordaje prioritario en la agenda 
investigativa del país. De igual manera, hasta el momento no se tiene referencia de estudios 
realizados en el país que busquen indagar la manera cómo el contexto sociocultural en que 
viven los niños y las niñas se relaciona con los factores que ellos/as definen o conceptualizan 
como su bienestar. 
En síntesis, la anterior revisión de literatura muestra que la conceptualización del 
constructo del bienestar ha cambiado en las últimas décadas. Los abordajes iniciales que se 
centraban en la satisfacción de necesidades objetivas en la vida de los individuos han 
evolucionado hacia abordajes que conciben el constructo de manera multidimensional y que 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
29 
 
involucran aspectos tanto objetivos como subjetivos (ej. Satisfacción con la vida, percepción 
de autonomía y calidad de las relaciones interpersonales, entre otros). La mayor parte de las 
investigaciones que se han hecho sobre el bienestar infantil han sido realizadas con adultos, 
lo que representa un problema en la comprehensión de este fenómeno; adicionalmente, en la 
literatura se observa una tendencia a atribuirle gran importancia a los factores del bienestar 
de los niños reportado por los adultos; esta valoración se ha realizado principalmente a partir 
de escalas estandarizadas de medición. La oportunidad que se ha dado a los niños de 
manifestar sus percepciones sobre los factores importantes para su vida y su bienestar han 
sido muy limitadas. 
El niño, visto como un ser autónomo e independiente, se erige como un sujeto capaz 
y único que tiene una visión particular de aquello que le incumbe. Por esta razón la 
investigación del bienestar infantil debe acompañarse de un ejercicio constante de entregar 
al niño un espacio donde pueda desarrollar sus capacidades y tener voz propia (Ben-Arieh, 
2006). Como se discutió previamente, la autonomía del niño es un factor fundamental para 
su bienestar y éste está asociado a una noción de respeto por las habilidades e idiosincrasias 
propias de la niñez. El valor de la autonomía yace en su ejercicio, por lo que es menester que 
el niño dentro de la investigación sea autónomo y tenga la posibilidad de proveer sus 
comprensiones sobre el bienestar infantil y participe en la identificación y categorización de 
aquellos factores esenciales para el mismo. Anteesto, diversos autores han llamado la 
atención sobre la necesidad de preguntarle directamente a los niños qué es y cuáles son los 
factores que constituyen su bienestar (Mason y Watson, 2014). Al incluirlos de este modo en 
el proceso investigativo se estaría abriendo un espacio para que ellos puedan expresar sus 
significados y concepciones sobre el bienestar infantil y den luces sobre los indicadores que 
serían centrales en la medición y evaluación de su bienestar. 
Es por esto por lo que diversos autores proponen métodos de investigación cualitativa 
con un enfoque participativo, que permitan a niños y niñas expresar de manera libre sus ideas 
y pensamientos sobre lo que los hace sentir bien y llevar una vida plena (Fattore, Mason y 
Watson, 2007; Sixmith, et al., 2007). A través de la investigación participativa y las 
actividades centradas en la tarea, se puede abrir este espacio para que los niños, ya sea junto 
con el investigador o con otros niños, puedan producir definiciones complejas sobre lo que 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
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los hace sentir bien, y sobre aquellos factores que están asociados a ese bienestar. Gracias a 
esto, se ha podido comprobar que la autonomía es un factor central dentro de las 
concepciones que tienen niños y niñas de su propio bienestar, valorando el poder decidir por 
sí mismos, expresar de manera libre sus ideas y emociones y ser escuchados por quienes los 
rodean (Fattore, Mason y Watson, 2007, 2009; McAuley, Morgan y Rose, 2010; Morgan 
2009, 2010). 
La mayoría de las investigaciones sobre bienestar que involucra a los niños como 
participantes centrales, se ha llevado a cabo en países desarrollados. La investigación sobre 
el bienestar infantil en Latinoamérica es reducida y se ha basado principalmente en métodos 
cuantitativos que se basan en componentes y escalas diseñadas en otros contextos para la 
investigación con adultos. Este tipo de investigación restringe el nivel de participación de los 
niños y las niñas y limita su papel como sujetos activos de la investigación alrededor de su 
bienestar. En Colombia, como se mencionó anteriormente, no se han encontrado 
investigaciones que pregunten a niños y niñas sobre cómo se percibe el bienestar y los 
factores que asocian a este constructo. 
A pesar de que algunos autores señalan la importancia del contexto en la investigación 
sobre el bienestar y en la manera como los niños perciben y entienden su propio bienestar, 
son pocos los estudios que han evaluado la relación que existe entre las condiciones 
sociodemográficas y culturales con el bienestar infantil y los pocos que lo han incluido no 
han encontrado diferencias significativas en la manera en que estos factores influyen en el 
bienestar percibido por niños y niñas. Ante esto, Guzmán, Varela, Benavente y Sirlopú 
(2017) señalan que a pesar de que niños y niñas vivan en entornos vulnerables tanto por 
razones económicas como sociales, estos encuentran herramientas tanto individuales como 
contextuales que permiten rescatar los factores positivos del ambiente. Estos autores resaltan 
que los factores propios de cada contexto articulan la manera en que el niño percibe y 
entiende el bienestar. 
Teniendo en cuenta lo anterior el presente estudio busca, en primer lugar, explorar la 
noción que tienen niños y niñas de edad escolar en Colombia sobre su propio bienestar y 
autonomía y la manera en que sus percepciones de estos dos constructos se relacionan. 
Siguiendo el modelo propuesto por Nic Gabhainn y Sixsmith (2006) y Sixmith, et al., (2007), 
BIENESTAR INFANTIL Y AUTONOMIA DESDE LA MIRADA DE LOS NIÑOS 
 
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se usaron las fotografías como un medio a través del cual niños y niñas, de dos contextos 
sociales distintos pudieron representar la manera en que entendían y articulaban su bienestar. 
Las condiciones de vida de los niños colombianos que viven en un contexto urbano pueden 
diferir de manera importante con aquellos que crecen en un ambiente rural. De esta manera, 
el segundo propósito del presente estudio fue explorar las características particulares 
asociadas a las nociones de bienestar que proporcionan niños en estos dos contextos sociales 
de nuestro país. Para evaluar dichos propósitos se propusieron las siguientes preguntas de 
investigación: 
P1: ¿Cuál es la concepción del bienestar que tienen niños y niñas colombianos de 
edad escolar pertenecientes a dos contextos sociales diferentes? 
P2: ¿Cuáles son los factores asociados a la concepción de bienestar que identifican 
niños y niñas colombianos de dos contextos socioculturales diferentes? 
P3: ¿Cuál es rol de la autonomía en la concepción del bienestar construidas por niños 
y niñas colombianos de edad escolar de dos contextos sociales diferentes? 
Diseño de investigación: El presente estudio 
El presente estudio siguió una metodología cualitativa enmarcada en los principios 
de “la investigación con y por los niños” sugerida por Mason y Watson (2014). Partiendo de 
los presupuestos de la investigación acción participativa (IAP), esta metodología está basada 
en la horizontalidad entre el investigador adulto y los participantes niños, buscando crear 
espacios para que estos últimos puedan brindar información de manera libre sobre aquello 
que les concierne y afecta, llegando incluso a formular y responder las preguntas relacionadas 
con diversos aspectos de sus vidas (Sixmith, et al., 2007). De acuerdo con estos 
planteamientos, el generar un espacio para que niños y niñas se desenvuelvan como sujetos 
autónomos y capaces a la hora de responder cuestionamientos sobre aquello que entienden 
por bienestar y autonomía se constituyó un factor fundamental a lo largo de todo el proyecto. 
Este tipo de abordaje plantea varios retos: primero, construir una relación más 
equitativa entre el adulto y los niños durante el proceso investigativo (Archard, 2015). Por 
esta razón, en el presente proyecto el equipo investigador buscó en todo momento asumir un 
rol menos directivo y más de acompañante con el fin de generar una relación más equitativa 
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con los niños participantes en la investigación. El segundo reto se centró en propiciar un 
espacio cálido y positivo para el proceso de recolección de datos, al igual que para las fases 
de categorización y análisis de estos. Para esto se diseñaron actividades que permitieran crear 
un espacio de interacción inicial entre participantes e investigadores (un periodo para 
“romper el hielo”) cuyo fin fue lograr una familiarización entre participantes e investigadores 
y propiciar una interacción positiva y empática y una atmósfera de confianza que hcierea 
sentir al niño como un participante valioso en el proceso investigativo. Adicionalmente este 
espacio sirvió para que los niños conocieran el propósito del estudio y realizaran preguntas 
sobre el proyecto, el investigador, o las condiciones de su participación en el mismo. 
El presente estudio se usaron actividades centradas en la tarea (task-focused). El uso 
de estas metodologías permite a niños y niñas desarrollar actividades por medio de las cuales 
pueden, narrar, retratar o representar el mundo de acuerdo con la manera cómo lo perciben. 
Las actividades centradas de la tarea pueden ser basadas en la escritura, como creación de 
cuentos o llevar un diario, o en dibujos, grabación de audios, creación de mapas o cartografías 
y en la fotografía. Estas estrategias se basan en el reconocimiento de la habilidad y 
competencia de los niños para brindar información importante sobre sus vidas durante el 
proceso investigativo (Crivello, Camfiel y Woodhead, 2008). 
En el presente estudio se utilizaron las fotografías como herramienta para que los 
niños proporcionaran sus percepciones sobre lo que es importante en sus vidas, y sobre los

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