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CORtELATO AL TEMA "TRAUMATISMOS DEL ABDOMEN". ANATOMIA PATOLOGICA Dr. JORGE C. PRADINES INTRODUCCION Limitaremos el tema a considerar exclusivamente las lesio nes parietoviscerales producidas por agentes traumaticos no pe netrantes, dejando de lado las heridas de abdomen. Tampoco trataremos el amplio capitulo de las fracturas pelvianas, ni el de los traumas raquimedulares, los que por su importancia deben ser considerados separadamente. Ordenaremos las lesiones de cada viscera par separado, no entrando a detallar ni citar las asociaciones lesionales posibles. Cada lesion sera considerada inmediatamente de producida y en su evoluci6n futura hasta las etapas finales. Tambien seran te nidos en cuenta las estados patol6gicos desencadenados secunda riamente por el trauma, que. agravan y extienden las lesiones. Haremos finalmente un pequeio capitulo con los traumatis mos del abdomen patol6gico. Extensa seria la n6mina de personas que tendria que citar aqui, pues muchas han colaborado en la realizaci6n de este tra bajo. Debo mencionar, sin embargo, a mi maestro el Prof. P. Larghero Ybarz, quien con su experiencia y conocimientos de patologia me ha orientado en muchos capitulos, haciendome ver la importancia de la correlacion anatomoclinica de las lesiones. Debo agradecer tambien la valiosa colaboraci6n del Prof. A. L. Matteo, Director de la Pasta Central de Anatomia Patol6gica, donde se ha estudiado y documentado el material que ha llegado a mis manos. -236- I) LESIONES TRAUM.TICAS DEL ABDOMEN NORMAL A) Traumatismos de las paredes abdominales Pueden encontrarse dos tipos lesionales: la contusion sim ple, traducida por una infiltraci6n hematica o la ruptura muscu loaponeur6tica. En este ultimo caso se crea una soluci6n de con tinuidad por retraccion muscular y un foco hemorragico por rup turas vasculares. El sitio de ruptura puede ser diverso, aunque predomina a nivel de los rectos o en las fosas iliacas. La hemo rragia, creando grandes hematomas, o volcandose en la cavidad peritoneal a expensas de un desgarro del peritoneo, puede ser de entidad. Las costillas pueden fracturarse, y sus extremos cruen tos lesionar el peritoneo o las visceras vecinas. De las fracturas pelvicas recordemos aquellas que dislocan el anillo pelviano. Cuando afectan el arco anterior, pueden co existir con lesiones vesicouretrales; cuando toman el arco poste rior, se acompaian a menudo de graves hemorragias generadas en rupturas de la red venosa pelvica, en los grandes troncos ve nosos, en la esponjosa 6sea, o mas raramente por rupturas arte riales. Se generan asi grandes hematomas subperitoneales con graves cuadros de anemia aguda. La pared diafragmatica tambien puede ser alcanzada, indi rectamente, por traumas que actuan a nivel del abdomen o en la region toracoabdominal. De su disposici6n distinta a derecha e izquierda, surgen algunas diferencias respecto a extension y frecuencia de las lesiones. El higado, actuando como protector y por su masa, es capaz de obliterar pequeios desgarros, los que quedan sin clinica y sin anatomia patol6gica. Esto hace que las lesiones sean mas frecuentes a izquierda. La lesion macrosc6pica inmediata, mas frecuente, es el des garro (fig. 1), raramente, la desinserci6n muscular. El desgarrc puede verse en cualquier sitio, pero domina a nivel del domo izquierdo. Con el musculo se rompen la pleura y peritoneo, creandose una comunicacion abd6minotoracica. Puede, en algun caso, abrirse la cavidad pericardica o estar involucrados los ori ficios naturales, en especial el hiatus esofagico. Como acompa iante constante hay una hemorragia interna de volumen varia ble, segun el vaso que la genera, la que se vierte en abdomen y t6rax. -237- Creada la comunicacion, en cualquier momento se produce el transito visceral, verdadera evisceracion de los organos abdo minales en el interior del torax, como ha dicho Harrington. Los que se encuentran con mas frecuencia en situacion anormal son: epliplon, estomago, colon, intestino delgado, bazo, higado en totalidad o parcialmente- y riion. El pulm6n es desplazado, comprimido, colapsado; su funcion se resiente, retiene secrecio nes y puede aparecer cualquier tipo de infeccion broncopulmo nar a su nivel. Fig. 1.- Aspecto parcial <le lesion desgarrante de la cu pula diafragm:,tica izquierda. En su evolucion alejada, las rupturas de diafragma que han permitido el paso visceral, no curan, sino que por el contrario, el contenido anormal del torax tiende a aumentar cada vez mas, se crean adherencias visceropulmonares, se empobrece la funcion respiratoria, las visceras que han pasado por el orificio estan expuestas a accidentes mecanicos y la cavidad abdominal, al perder parte de su contenido, tiende a reducir su volumen util. Estos hechos hacen que la cirugia reparadora sea cada vez mas dificil a medida que pasa el tiempo. B) Traumatismos de la via digestiva Los traumas abdominales pueden afectar la via digestiva a cualquier altura. Son mas frecuentes a nivel del intestino del gado y grueso en relacion al area que ocupan; mas raramente son lesionados duodeno, est6mago o recto. Cualquiera sea la altura de la lesion, la comprobacion ma croscopica inmediata puede ser de dos tipos: contusion o ruptu ra. La primera se traduce en general, por fenomenos hemorra- -238- gicos parietales, llegando en su maxima expresi6n a constituir gruesos hematomas submucosos, subserosos o que infiltran todo el espesor de la pared. Cuando asientan en el intestino delgado o duodeno (fig. 2), pueden estenosar su luz, originando la consi guiente obstrucci6n. El colon, por su mayor diametro, esta me nos expuesto a esta complicaci6n. La ruptura parietal puede ser completa o incompleta. Desde el punto de vista quirurgico inte resa mas esta ultima, ya que puede no reconocerse durante la exploraci6n abdominal y en particular cuando se han roto las Fig. 2. Trauma.tismo a,, duodeno. Hematoma parieta I abiPrto en sn lnz. (Gentilezn del Dr. ''. Rosa.) capas profundas. El riesgo futuro es la perforaci6n tardia de las capas residuales. La ruptura completa origina la extravasaci6n del contenido digestivo, el que de acuerdo con la disposici6n ana t6mica de la viscera lesionada, puede contaminar el peritoneo o los planos retroperitoneales. La primera situaci6n se reconoce fa cilmente, mientras que la segunda puede pasar inadvertida, ya que la infiltraci6n por liquidos, sangre o gases del retroperitoneo se hace en forma progresiva y puede ser desconocida en las eta pas iniciales. Otras veces, la via digestiva es lesionada en forma indirecta a traves de sus vasos nutricios, posibilidad que se encuentra en algunos sectores de la misma de acuerdo a su distribuci6n vascu lar. Tal es el caso de la masa intestinal que por su irrigaci6n fisiol6gicamente terminal, esta expuesta a la isquemia y necrosis cuando son lesionados sus vasos. Paralelamente al peligro de la isquemia visceral, se presenta el de la hemorragia interna. La evoluci6n futura de las lesiones de la via digestiva es di versa. Las rupturas completas llevan a la peritonitis difusa o mas raramente a las normas circunscriptas; las rupturas incom pletas pueden ir tardiamente a la perforaci6n. Los hematomas -239- parietales postcontusivos crean, a veces, una obstrucci6n inme diata cuando son de intestino delgado; otras, rompen la serosa y originan una hemorragia interna o necrosan la mucosa, mal irri gada y se evacuan en la luz intestinal. Cuando van a la reabsor sorci6n, pueden hacerlo en forma total o parcial. En este ultimo caso, llegan a organizarse y aparece una reacci6n fibrosa capaz de originar una estenosis tardia. La contaminaci6n retroperitoneal, frecuente en las rupturas de duodena, puede, a veces, evolucionar lentamente, originando grandes abscesos cuya causa se reconoce tardiamente al aparecer una fistula digestiva, luego de drenados. C) Traumatismos de higado En el conjunto de las lesiones traumaticas del abdomen, el higado ocupa un lugar de importancia por su frecuente partici paci6n, por la gravedad de las lesiones y por las posibilidades evolutivas que se observan. Su estudio lo haremos en las etapas iniciales y en su evoluci6n posterior. 1) Comprobaciones macro y microsc6picas inmediatas. Aunque es dificil sistematizar las lesiones primarias, las clasi ficaremos del siguiente modo: a) Rupturas capsuloparenquimatosas.- Lesion frecuente en la que participa el parenquima y la capsula de Glisson. Desde los pequeios desgarros hasta el estallido del 6rgano, existe toda la gama. Dominan a nivel del lobulo derecho por su mayor ta maio y maxima exposici6n al trauma, encontrandose con mas frecuencia en su cara superior y pr6ximas a las inserciones del 6rgano. El desgarro parenquimatoso se acompaia de ruptura de va sos sanguineos y biliares, con el consiguiente pasaje biliohema tico al peritoneo. En la etapa postraumatica inmediata, la gra vedad del cuadro esta dada por la perdida sanguinea; en cambio, mas tarde, puede tomar importancia el derrame biliar, capaz de generar una peritonitis. Los desgarros pequeios, con rupturas vasculares minimas, pueden ir a la curaci6n, sin embargo su hemostasis se ve difi cultada por varios factores, tales como poca contractilidad de -240- las paredes venosas, friabilidad del parenquima, presencia de bi lis que dificulta la coagulaci6n, movilidad del diafragma y cam bios de la presi6n venosa por el juego respiratorio. b) Lesiones subcapsulares.- Como caracteristica comun, presentan la capsula hepatica indemne en las etapas iniciales. Existen tres tipos lesionales primarios: -Hematoma subcapsular: Se origina por contusiones paren quimatosas minimas seguidas de hemorragia que se colecta por Fig. 3.- Hematoma subcap sular secundariamente roto. Hemoperitoneo y muer.e po,· anemia aguda. Fig. 4.- El mismo caso. Cor te vertical de higado. Com pr�si6n de este por el hematoma. debajo de la capsula hepatica, la que es decolada. Predominan en la cara anterosuperior del 16bulo derecho (figs. 3 y 4). Los mayores hematomas se generan por ruptura de pequeios vasos que sangran lentamente, permitiendo la distension capsular y la compresi6n del parenquima. En cambio cuando la fuente hemo rragica es importante, rompe rapidamente la capsula volcando su contenido en el peritoneo. -Rupturas parenquimatosas subcapsulares: Se presentan igual que los anteriores, pero debajo del hematoma existe un desgarro hepatico o un foco contusivo importante. -Ruptura central o hematoma central: Es la lesion mas in teresante por varios hechos. La exploraci6n quirurgica inmediata puede no mostrarla; su evoluci6n ulterior es capaz de llevar a errores de diagn6stico, y por su proximidad al hilio pueden par ticipar vasos o canales biliares de importancia. El trauma destruye una zona de parenquima y simultanea mente abre vasos sanguineos y canales biliares, formandose una -241- colecci6n biliohematica profunda: hemobilia intraparenquimatosa. Su situaci-6n profunda y la colecci6n biliohematica explicaran algunos hechos de su evoluci6n. c ) Desgarros hilioparenquimatosos.-Lesion grave, a menu- do mortal por la participaci6n de gruesos vas ossanguineos. d ) Lesiones del sector venoso suprahepcitico.-Su impor- tancia esta dada por la posible ruptura de venas -suprahepa- ticas o cava-y hemorragias de extrema gravedad. La microscopia del trauma hepatico reciente puede sinteti-• zarse asi: destrucci6n de parenquima e infiltraci6n hemorragica Fig. 5.- D esgn l'l'O er,psulo- l'"rp11quimatoso en vias de cica tr iza ci6n. focal y posibilidad de demostrar lesiones de la via biliar excre- tora o del sistema vascular (fig. 5). A partir de estas lesiones ele- mentales y por mecanismos que veremos, pueden luego sumarse otras. 2 ) Comprobaciones macro y microscopicas evolutivas.- a,) Evoluci6n del foco traumcitico.-Dejando de lado los casos que van a la curaci6n espontanea por cicatrizaci6n, veamos aque- llos que por su entidad no tienen tendencia a curar, y que pue- den llevar a la muerte o a graves complicaciones por diversos mecanismos. Es de interes distinguir las lesiones focales en abiertas y cerradas, segun participe o no la capsula de Glisson. La evoluci-6n desfavorable de las primeras esta vinculada con la hemo y bilirragia profusa que originan. En este caso, solo la intervenci6n evitara la muerte por anemia aguda o, mas rara- mente, por peritonitis biliar. La lesion cerrada puede, en una etapa tardia, romper la capsula y abrirse, evolucionando igual - 242- que las an e detiene la r.e curan o cte·a. Cuancio . dencia a er cindad u•r acci6n de :a l biliare llega..: digestiYa a · • hematemes . ..: matico. fac .. ' La pa:-.. gravedad ·e cerrada : _, ! trui r nue\·a..: presi6n. LC-:....E hemorra a..: b l L ( focal puecie E nismos. L& _ mun en e:: 5 locales creac sanguinea de ricia y po!' _; lesione ci:: - licular e- :..:. ci6n de ro ... セ@ cuenta. Todo es: grave que p , de higado. c l Le· c la aparici 6n d me hepa tofre1 enfermo. 0 r, que las anteriores; otras veces, la presion de la sangre colectada detiene la hemorragia, comienza la organizacion del coagulo y curan o dejan formaciones seudoquisticas a contenido hematico. Cuando la lesion cerrada es a topografia central, tiene ten dencia a crecer y desarrollarse. El parenquima hepatico de ve cindad sufre por compresion e isquemia y va a la lisis por la acci6n de la mezcla biliohematica. Se abren asi nuevos canales biliares y vasos sanguineos, origen de hemorragias tardias. En su · crecimiento expansivo alcanzan y destruyen gruesos canales biliares llegando a evacuar parcialmente su contenido en la via digestiva a traves del hepatocoledoco, aparecie}do asi melenas y hematemesis tardias. Conociendo lo que sucede en el foco trau matico, facil es explicar la repeticion del sintoma hemobilia. La participaci6n microbiana, muy frecuente en el foco ce rrado, es otro hecho a tener presente. De lo dicho se concluye que las lesiones abiertas toman su gravedad de la hemo o bilirragia que generan, mientras que las cerradas son graves en su evolucion debido a su tendencia a des truir nuevas zonas de parenquima por los mecanismos de com presion, isquemia e infeccion y por la posibilidad de originar hemorragias tardias o comprometer la via biliar principal. b) Lesiones hepaticas secundaris.- La lesion inicialmente focal puede extenderse al resto del organo por diversos meca nismos. La anoxia originada por la hipertermia y anemia -co mun en estos enfermos-, se agrava por fenomenos compresivos locales creados por el foco patologico. La posible obstrucci6n sanguinea de la via biliar dara la manifestacion dolorosa, la icte ricia y por la hipertension endocanalicular es nueva fuente de lesiones difusas. La participacion microbiana focal o endocana licular es un factor mas de agravacion. La posibilidad de apari cion de trombosis venosas en el area traumatizada es a tener en cuenta. Todos estos hechos explican la difusion lesional mas o menos grave que puede llevar, en su etapa maxima, a la necrosis aguda de higado. c) Lesiones a distania.- Entre estas citaremos solamente la aparicion de lesiones renales, configurando el llamado sindro me hepatofrenal, situacion que a menudo lleva a la muerte del enfermo. Otra posibilidad es la aparici6n de embolias por trom- .243- bosis venosas intrahepaticas, o por desprendimiento de fragmen tos de parenquima triturado. 3) Curaci6n.- Esta se logra por el mecanismo de la cica trizacion fibrosa, no quedando comunmente secuelas. Extensas lesiones destructivas, a las que se asocian lesiones degenerativas difusas de importancia, Hegan a la curacion sin alterar la fun cion delorgano, dado su alto poder de regeneracion. Pueden quedar como lesiones residuales, hematomas organizados o aun calcificados. D) Traumatismos de las vias biliares extrahepaticas Lesion excepcional que puede afectar la via principal o la accesoria. La forma comun de presentarse es la ruptura, sea del hepatico, coledoco o vesicula. Aparece como un desgarro de am plitud variable, por el que fluye bilis. A nivel de la vesicula, predomina en su fondo o cuerpo. En los traumas severos, se ha descripto el arrancamiento de esta. ·Otro tipo lesional citado, es la contusion simple. La zona contusa, mal irrigada, y a veces soportando una hipertension bi liar, va a la necrosis y perforacion tardia. Las rupturas de vias biliares se acompaian siempre de un derrame biliar reconocible macroscopicamente. Su comprobacion operatoria obliga a buscar la solucion de continuidad en ellas. Como lesiones residuales postraumaticas, o mejor, postope ratorias, se han citado las estenosis y a partir de estas el com plejo lesional que depende de ellas y en el que no entraremos. E) Traumatismos de pancreas Organo profundamente situado, se ve poco comprometido por los traumatismos; sin embargo, puede ser lesionado en sus diver sos componentes, tales como el parenquima, la via canalicular, vasos sanguineos o estructuras que constituyen su logia. Segun sea la participacion de cada uno, asi sera la lesion inicial. Comprobaciones anat6micas inmediatas.- Hay dos grandes tipos lesionales primarios: aquellos que se desarrollan con la logia visceral intacta y los que cursan desde el comienzo con la -24- logia abierta por el trauma. En el primer caso se crea un foco contusivo subcapsular con participacion del parenquima, vasos y canaliculos excretores. Esa lesion puede ser el comienzo de un proceso destructivo glandular que evoluciona por si mismo a cau sa de la liberacion y activacion de jugo pancreatico que con su poder necrosante y litico extiende el proceso patologico. Otras veces la lesion inicial es capsuloparenquimatosa, exis te entonces la posibilidad del escape inmediato de sangre y flui dos digestivos fuera del ambiente visceral, pudiendo volcarse en la bolM retrogastrica, en la gran cavidad peritoneal o en el re troperitoneo. Hay en estos casos un foco lesional visceral y una extension paravisceral de la lesion. Cuando participan canales excretores importantes la lesion paravisceral tiene menos ten dencia a limitarse, evolucionando como un proceso colectado que busca salida al exterior o a las visceras vecinas. La microscopia en las etapas iniciales se reduce a la com probacion de lesiones acinocanaliculares, infiltracion hemorragi ca focal, rupturas vasculares y reaccion inflamatoria traducida por edema e infiltracion celular linfo y leucocitaria. Mas tardia mente aparecen lesiones necroticodegenerativas por accion enzi matica. Evoluci6n y complicaciones del trauma pancreatico.- El re conocimiento del estado traumatico puro es la excepcion ya que rapidamente se suman lesiones para y postraumaticas que en cuentran su explicacion en la liberacion de jugos activos. Entre las posibilidades evolutivas se deben recordar: -Curaci6n: La misma se hace por cicatrizacion fibrosa. -Pancreatitis aguda postraumcitica: Se han descrito desde las formas edematosas a las necroticohemorragicas. Su macros copia no difiere de las de otra etiologia salvo que se encuentre el foco traumatico inicial. -Hemorragia: Acompaia siempre al trauma y su impor tancia depende del vaso que la genera. Forma parte del foco colectado en el que existen otros componentes. Es de interes recordar que con cierta frecuencia se producen hemorragias tar dias, a veces mortales, por digestion de la pared de grandes vasos. -Participaci6n visceral de vecindad: Pueden ser tomadas tardiamente visceras vecinas como duodeno, colon, etc., en las que pueden abrirse colecciones. -245- -Seudoquistes postraumiticos: Por acci6n litica y necr6tica postraumatica, se crean colecciones a veces intra y en general parapancreaticas que crecen lentamente adquiriendo gran tama io. Pueden ocupar la bolsa retrogastrica o desarrollarse en el retroperitoneo; se extienden en forma irregular al flanco izquier do, fosa iliaca o aun al mediastino. A medida que envejecen, se diferencia una pared conjuntiva en la que quedan firmemente incluidos los 6rganos vecinos, lo que explica la gran dificultad de su extirpaci6n quirurgica. Su contenido cambia con el tiem po; al principio hemorragico, con restos necr6ticos y valores enzi maticos altos, se hace turbio o pajizo. Su pared es conjuntiva, sin revestimiento epitelial, lo que los diferencia de otras forma ciones quisticas; sin embargo, a veces esta diferenciaci6n no se puede hacer, ya que paredes que han tenido epitelio pueden perderlo. -Supuraci6n: Su presencia agrava y extiende las lesiones. -Fistulas espontineas o postoperatorias: Estas ultimas se ven al drenar colecciones en las que se abren canales impor tantes. -Pancreatitis cr6nica recidivante: A partir de la lesion fo cal, pueden aparecer empujes de pancreatitis que poco a poco lesionan el 6rgano. Fibrosis perilobular, atrofia acinosa y dila taciones canaliculares, son su expresi6n. F) Traumatismos de bazo El bazo traumatico puede presentar lesiones a nivel de su capsula, de su parenquima, o del hilio. La consecuencia constante sera la hemorragia. Del sitio hacia donde se efectue esta y de su importancia surgiran aspectos macroscop1cos que se pueden superponer a las comprobaciones clinicas. Aspectos macrosc6picos inmediatos 1) Lesiones. parenquimatosas puras. Contusion esplenica. Lesion con capsula conservada donde las fen6menos suceden en el interior del 6rgano. Existe un foco contusivo parenquimatoso en el que se genera una hemorragia. El futuro lesional depende casi exclusivamente de la importancia del sangramiento, rara- -246- mente de otros factores tales como infeccion, enfermedad esple nica previa, etc. Se constituye un hematoma intraparenquima toso o mas comunmente subcapsular cuya evolucion puede ser diversa (fig. 6). 2) Lesiones capsuloparenquimatoss.- Por su importancia van desde el pequeio desgarro hasta el estallido y fragmenta cion del organo. El hemoperitoneo es constante, pudiendo, en los Fig. 6.- Gorte8 seriados de bazo quo mue8trau areas anemicas y un hematoma in traparenquimatoso. (Gentile- za del Dr. J. A. Folle.) /t,,'\/ ,('' , � :' - , . ' . , . casos en que la lesion es minima y sangra poco, quedar colec tado en la fosa frenica, crecer, desplazar las visceras vecinas y romperse secundariamente en peritoneo libre. Cuando la fuente hemorragica es importante, el hemoperitoneo es difuso y se acompaia de sintomatologia abdominal y general grave. 3) Lesiones hiliares.- La lesion del pediculo genera siem pre una hemorragia grave. Pueden existir desgarros parciales o totales del mismo con desprendimiento del bazo. En general el hilio es alcanzado a traves de lesiones parenquimatosas que se extienden hasta el desgarrando sus elementos. Evolucion de las lesiones y estados residuales Habitualmente la evolucion anat6mica es interrumpida por el cirujano al realizar la esplenectomia; es lo que sucede en las lesiones abiertas -capsuloparenquimatosas- que originan una anemia aguda franca y progresiva. La evolucion lesional se ve mejor en los traumas inicialmente cerrados -parenquimatosos y esta registrada por la hemorragia. Si esta se detiene Hegan a la curacion por reabsorcion sanguinea y cicatrizacion. Es proba ble que muchos pequeios traumas sigan esta evolucion. Otras veces puede quedar un foco de calcificacion a nivel del antiguo -247- hematoma. Mas raramente quedan colecciones hematicas fluidas que constituyen los seudoquistes postraumaticos, a contenido he morragico, raramente citrino o con ligero color herrumbroso.Cuando la hemorragia prosigue, el hematoma crece y rompe la capsula en tiempo variable, produciendose entonces un hemo peri toneo difuso o colectado en la logia esplenica. Este a su vez puede romperse en peritoneo libre -hemorragias en dos o tres tiempos. Otro estado residual, rara, es la posible aparici6n de una esplenosis o sea la implantaci6n a nivel de la serosa peritoneal de celulas o restos de parenquima esplenico que Hegan a desarro llarse "in situ". Se presentan como una siembra nodular de color rojizo o vinoso en numero variable, de 20 a 400 y con tamaios que oscilan entre 3 y 15 mm. Se acepta que los restos de pa renquima triturados por el trauma son arrastrados por la sangre y se desarrollan. En apariencia no afectan al portador aunque se les ha citado como causa de obstrucci6n intestinal por adhe rencias. El aspecto microscop1co inicial de los traumas esplenicos se caracteriza por presentar a nivel de la zona lesionada un infil trado hemorragico que altera la estructura del parenquima. En zonas distantes el bazo se ofrece con poca sangre, con sus senos vacios, mal rellenos. En las etapas tardias puede verse, raramen te, la cicatrizaci6n residual. G) Traumatismos de aparato urinario Rr&6N.-Actuando sobre el rii6n el agente traumatico pue de lesionar la capsula propia, el parenquima, los vasos o la via excretora. De la participaci6n de cada uno de estos elementos surgen las distintas formas macrosc6picas a considerar. 1) Lesiones parenquimatosas subcapsulares.- Todo el pro ceso se desarrolla en pleno rii6n, sin que participe la atm6sfera perirrenal. A menudo son lesiones corticales o polares que no involucran la via excretora y se presentan como focos contusivos o desgarros moderados. La hemorragia, constante, puede cons tituir hematomas subcapsulares o profundos que se exteriorizan bajo forma de hematuria a traves de los tubulos renales. -248- 2) Lesiones capsuloparenquimatosas.- Son las que obser va comunmente el cirujano. La ruptura capsular permite que la sangre invada e infiltre la atmosfera conjuntivoadiposa de la lo gia renal constituyendo grandes hematomas capaces de compri mir y afectar al riion. La lesion parenquimatosa se presenta como desgarros, estallidos, arrancamiento polar, etc. (figs. 7 y 8). Fig, 7.- l'raumatismo de ri fi6n. Gran hematoma perirre nal. (Gentileza del Dr. J. C. Lorenzo.) Fig, 8.- El mismo raso. Gra ve lesion destructiva y hemo rrigica. Tejidos pel'irrenales infiltn dos por sangre. 3) Lesion del pediculo renal.- Esta lesion tiene dos con secuencias: origina una grave hemorragia y afecta la irrigacion del organo, pudiendo causar infartos parciales o totales del mis mo. 4) Lesion de la via excretora.- Su apertura traumatica puede verse en dos situaciones, sea por lesion a nivel del hilio y ruptura de la pelvis renal, o bien, la ruptura de calices o pel vis como acompaiante de extensos desgarros parenquimatosos; esta es la situacion frecuente. Comunmente la lesion es paren quimocalicial iniciandose a nivel de la union papilocalicial, como lo demuestra la inyeccion contrastada "in vivo" o de la pieza anatomica. Evoluci6n del foco traumatico 1) Curaci6n.- Evolucion frecuente de las lesiones paren quimatosas o capsuloparenquimatosas. Se produce la cicatriza cion, se cierran las rupturas caliciales, cuando existen, quedando en general, pocas alteraciones. -249- 2) Hemorragia persistente.- Origina· la ruptura secunda ria de hematomas subcapsulares o el crecimiento progresivo de hematomas perirrenales, lo que obliga a intervenir. 3) Infecci6n del foco.- La contaminacion microbiana agra va las lesiones renales o perirrenales, las que pueden llegar a la supuracion. La apertura de la via excretora y la infiltracion he mourinosa, la favorecen. 4) Extension 1.esional perifocal.- Por los mecanismos de la compresion, edema, infiltracion hemorragica y rupturas vascula res, se crean zonas isquemicas que llevan a la produccion de le siones necroticodegenerativas que se suman a la lesion focal. Como consecuencia del trauma inicial pueden presentarse a nivel del riion otras lesiones vinculadas a el, tales como: 1) Infarto renal traumatico: Se presenta como lesion seg mentaria, blanca o roja seg(m su genesis, en evolucion a la ne crosis. Por su extension puede afectar la funcion del organo. 2) Estados de isquemia renal postraumatica: Sea por ane mia general, por hematomas subcapsulares, peripediculares o pe rlrrenales, pueden presentarse estados isquemicos que llevan el parenquima a las lesiones degenerativas difusas. Otra conse cuencia de estos estados isquemicos puede ser la aparicion de manifestaciones hipertensivas que se corrigen tratando la causa. 3) Trombosis vasculares postraumaticas: Se han descrito a nivel del pediculo tanto en su componente arterial como venoso. Su extension mas o menos grande puede llevar a la necrosis par cial o total del organo. Secuelas, del trauma renal Muchas son las secuelas que se han descrito. La valoracion de la causa traumatica frente a estos estados patologicos tardios, ha sido muy discutida y dificil de precisar. Citaremos simple mente: 1) lesiones cicatriciales parenquimo-pielo-caliciales con alteracion de la morfologia y la dinamica; 2) ptosis y despla zamientos; 3) aparicion de zonas atroficas y formaciones quis ticas; 4) litiasis e hidronefrosis postraumaticas; 5) enfermedad hipertensiva por isquemia renal; 6) hipofuncion renal. VEJIGA.- La lesion comun es la ruptura visceral. Cuando el organo esta lleno, puede ser secundaria a un trauma directo o -250- indirecto; cuando se encuentra vacia, en cambio, su lesion esta vinculada y asociada a lesiones 6seas pelvianas. La ruptura, en general .mica puede ser intra o extraperito neal. En el primer caso, hay pasaje de orina sanguinolenta a la cavidad peritoneal, mientras que en el segundo, se produce la infiltraci6n urinosa de los espacios perivesicales. Su evoluci6n diferira en ambos casos. En el primero, sera hacia la peritonitis aguda y en el segundo a la infecci6n grave de los tejidos subperitoneales. H) Traumatismos de suprarrenal Escaso interes presentan en el adulto, donde se asocian a otras lesiones graves, pero debe recordarse la posibilidad de en- Fig. 9.- Hematoma de supra· 1Tenal. Infiltraci6n periglan dular y apertura en perito n>o. Muerte poi· anemia agu dn n Ins 48 horns de uaeer. contrarlos aislados en el rec1en nacido. La lesion se presenta como un hematoma, en general unilateral, que puede ser intra glandular puro, intra y periglandular o, en su grado maximo, rompe el peritoneo llevando a la muerte por anemia aguda. Se produce, en cierto modo en estos casos, una hemorragia en tres tiempos: intraglandular, periglandular y finalmente intraperito neal ( fig. 9). El agente traumatico puede ser obstetrico o por ma niobras de reanimaci6n a las que se suman estados de anoxia y la fragilidad glandular propia de los primeros dias de vida, epoca en que se produce la involuci6n de la llamada zona cortical fetal o zona X. -251- I) Traumatismos vasculares Hay un conjunto de lesiones vasculares que son comproba ciones de necropsia dado la importancia del vaso herido y la he morragia que generan, tales las rupturas de aorta, vena ;ava o importantes pediculos viscerales. Pero existen lesiones de vasos de menor jerarqufa que originan hemorragias de las cuales el paciente se puede recuperar, sea por la intervenci6n o esponta neamente; tal lo que sucede con las lesiones de mesas, epiplo nes o ligamentos, donde pueden herirse arterias o venas. Las comprobaciones postraumaticas inmediatas estan vincu ladas a dos hechos: la perdida sanguinea y la posible aparici6n de una isquemia visceral. En su evoluci6n ulterior, la hemorragia intraperitoneal co munmente se reabsorbe, pero puede llegar a colectarse constitu yendo hematomas que a traves del tiempoHegan a organizarse. Otras veces su evoluci6n es a la supuraci6n por infecci6n secun daria. II) LESIONES TRAUMATICAS DEL ABDOMEN PATOLOGICO Existe un conjunto de estados patol6gicos que deben ser tenidos en cuenta ya que por mecanismos diversos son capaces de favorecer la acci6n del traumatismo y la aparici6n de lesio nes viscerales. Todos aquellos estados que signifiquen una debilidad de la pared del abdomen, facilitan la lesion visceral. Es lo que se observa con cierta frecuencia frente a la existencia de hernias o eventraciones. El trauma, en estos casos, puede actuar directa mente sabre la viscera en situaci6n anormal provocando su rup tura. Otras veces, actua a distancia, desplaza los fluidos de su interior y estos rompen el asa en la zona patol6gica. En los estados en que se pierde o limita la movilidad visce ral el traumatismo puede, con mas facilidad, originar rupturas. Es lo que sucede cuando existen bridas o adherencias viscero parietales o visceroviscerales. Se constituyen asi sitios de trac ci6n anormales, capaces de provocar desgarros o arrancamientos. El aumento de tamaio y en particular la disminuci6n de su . resistencia normal son dos elementos que explican algunas rup- -252- turas que se producen en los 6rganos frente a traumatismos mi nimos (fig. 10). Otras veces la afecci6n previa, inflamatoria, tu moral, etc., crea zonas sensiblemente mas debiles y es a su nivel que se producen las rupturas. En todos los casos la consecuencia del trauma significara la presencia de dos tipos lesionales y comunmente, la agravacion de la enfermedad preexistente. Fig. 10.- Ba t ue le cemva yveltiue. Twaunrn minimt rxpuxra ue btwue an eritr. (Gentile l ue! Prtf. J. A. Pvqxinela.) En nuestro medio no se puede dejar de citar especificamen te la patologia traumatica que con tanta frecuencia se suma a la hidatidosis visceral abdominal. . La ruptura traumatica del quiste cambia y agrava radical mente el pron6stico de la enfermedad al originar la diseminaci6n parasitaria. BIBLIOGRAFIA A) Paredes de -abdomen 1. GUY, Oy. 0. anu WIOHUSKI, E.-R p ure tf uye blttu essels b sure ntus py sical e ei- vt . "Ay .J. Sxrv.", 85: 418_; 1z53. 2. HAMILTON, J. E. anu ctl.-Twaxyauvc yenia tf uye uva.fravm iuy stranv lauvtn anu vinvwena tf the sutyac.h. "Ay. J. 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