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La arqueología del conflicto desde el prisma de la restitución del campo de batalla de A Coruña 1809: Estudio del paisaje del campo de batalla, la patrimonialización del lugar y la difusión. Pablo Carrasco Gómez Trabajo de fin de Máster Tutorizado por el Dr. Francesc Gracia Alonso Master de Estudios Avanzados en Arqueología Facultad de Geografía e Historia, Universidad de Barcelona Diciembre 2020 ÍNDICE 1. Resumen. ...................................................................................................................... 2 2. Introducción. ................................................................................................................ 3 2.1. Contexto histórico. ............................................................................................... 3 2.2. Marco teórico: la Arqueología del conflicto. ....................................................... 5 2.3. Fuentes para el estudio de la batalla de A Coruña. ............................................ 8 2.3.1. Fuentes primarias directas. ........................................................................ 10 2.3.2. Fuentes primarias indirectas. ..................................................................... 13 2.3.3. Fuentes historiográficas. ............................................................................ 14 3. La península ibérica, un gran campo de batalla para dos imperios. El invierno de 1808/1809. .......................................................................................................................... 16 3.1. La carrera de A Coruña. ..................................................................................... 19 3.2. A Coruña, enero de 1809. ....................................................................................... 28 4. Los ejércitos enfrentados.......................................................................................... 30 4.1. Los mandos. ........................................................................................................ 30 4.2. Organización y composición de los ejércitos de la época napoleónica. ........ 32 4.3. Testigos directos. ............................................................................................... 37 5. Metodología y análisis del paisaje actual donde se encuentra el campo de batalla de A Coruña (1809). .......................................................................................................... 39 5.1. Cartografía........................................................................................................... 40 5.2. Datos técnicos. ................................................................................................... 41 5.3. Mapas de las cuencas visuales de los testigos. ............................................... 44 5.4. Mapa de pendientes. ........................................................................................... 48 5.5. Mapa de las cuencas visuales de la artillería francesa. ................................... 51 5.6. Mapa comparativo del terreno del campo de batalla de Elviña. ...................... 55 5.7. Mapa de la retirada anglo-española. .................................................................. 57 6. La batalla de A Coruña (1809). .................................................................................. 58 6.1. Número de soldados. ......................................................................................... 59 6.2. Orden de batalla. ................................................................................................. 60 6.3. Las fases, movimientos y testimonios de la batalla de A Coruña. .................. 63 6.4. La retirada final. .................................................................................................. 76 6.5. Las bajas en la batalla. ....................................................................................... 78 6.6. Conclusión sobre la batalla. .............................................................................. 78 7. El campo de batalla de A Coruña: el papel de la arqueología. (Materialidad) ....... 80 8. La difusión del patrimonio material e inmaterial: La memoria de los campos te batalla. La Coruña 1809. ................................................................................................... 85 8.1. “La marcha de la muerte”: La ruta en coche de los lugares de memoria. ...... 87 8.2. Los campos de batalla, lugares para el conocimiento de la historia. ............. 93 8.3. Ruta a pie a lo largo de la batalla de Elviña. ..................................................... 99 8.4. Los grupos de recreación histórica: “The Royal Green Jackets”. ................ 102 8.5. La brutalidad de la guerra. ............................................................................... 107 9. Discusión. ................................................................................................................. 112 10. Conclusiones. .......................................................................................................... 117 11. Bibliografía. .............................................................................................................. 121 12. Anexos. ..................................................................................................................... 127 1 Agradecimientos: A mi madre, Mari Carmen, por su constante apoyo desde el otro lado de la pantalla, que me escuchó y motivó para la consecución del presente trabajo, en un año tan complicado como el 2020. A mi pareja Kinga, que hombro con hombro me ayudó a organizar la extensa bibliografía que invadió nuestro hogar durante todo el año 2020. También a mis dos buenos camaradas de la infancia, Sebastián y Abel. Uno con su sentido del arte y el otro como un auténtico “corresponsal de guerra”, me permitieron ampliar secciones del trabajo que de otra manera me hubiera sido imposible. Quiero destacar también, al Museo Arqueolóxico de A Coruña y el Museo Anatómico de Edimburgo, los cuales me cedieron imágenes y fichas para el uso en este trabajo, respondiendo a mis emails siempre con gran celeridad. Finalmente, a mis profesores de la Universidad de Barcelona, Miriam Domínguez, por resolverme cada una de las dudas que me surgieron al hacer uso del GIS y por supuesto a mi tutor, Francisco Gracia Alonso, el cual desde la primera reunión me motivo a escoger dentro de la temática de la arqueología del conflicto, un evento ubicado en mi tierra, Galicia. Así como me introdujo en el apasionante mundo de las guerras napoleónicas que desde ahora y siempre me acompañaran. 2 1. Resumen. El período comprendido entre 1808-1814, conocido como la Guerra de Independencia Española o la Guerra Peninsular (Peninsular war), se corresponde con uno de los eventos más destructivos, a nivel humano y material que ha soportado la Península Ibérica. Este impacto sobre la sociedad y el paisaje puede ser hoy en día estudiado no solo a través de la historiografía, sino que la arqueología moderna cuenta con una serie de subdisciplinas que pueden dar luz a los conflictos militares. Habitualmente, los estudios históricos han romantizado excesivamente los eventos más importantes de la Guerra de Independencia y al mismo tiempo, muchos pasajes de su historia han sido prácticamente olvidados. Uno de ellos, es la retirada del ejército británico de España en el invierno del 1808-1809, tenido en gran estima por la historiografía inglesa. La campaña destaca por la penosa retirada y persecución a través del norte peninsular, la cual se cobró miles de vidas. El invierno, la dureza de las marchas y las siempre mortíferas enfermedades, tan presentes en el s. XIX d.C.,desembocaran en una tragedia humana de grandes proporciones. Ninguno de los tres ejércitos, compuestos por ingleses, franceses y españoles (además de otras nacionalidades1 arrastradas al conflicto) conseguirán eludir una autentica, “Marcha de la Muerte”. La retirada culminará con la batalla de A Coruña o Elviña (Galicia) el 16 de enero de 1809. Esta batalla representa una “rara avis” en conflicto peninsular, por un lado, por su ubicación, ya que el territorio gallego por su aislamiento geográfico no ha sido testigo de grandes enfrentamientos armados. Por otro lado, la nula presencia de ejércitos españoles durante la batalla, al ser la totalidad de las fuerzas enfrentadas extranjeras. Unos hechos que condenan a esta batalla al olvido en España y por consiguiente a la desprotección del lugar del combate. El que fuera campo de batalla ha sido completamente transformado por el crecimiento de la ciudad, y allí donde antiguamente se situaban los campos de cultivos, los pequeños caminos y la aldea de Elviña, hoy en día podemos encontrar la universidad de A Coruña, la principal vía de acceso a la ciudad y varios parques industriales. 1 Hay que mencionar el carácter multinacional de ambos ejércitos: italianos, suizos, alemanes, irlandeses, escoceses, polacos. (Haythornthwaite, 2001, p. 8 -16). 3 Por todo ello, este proyecto tiene entre sus objetivos, dar a conocer la tragedia humana que supuso la retirada de Moore y su impacto en el terreno hasta nuestros días. Para ello, queremos identificar y destacar la patrimonialización del espacio a través principalmente de localizar los monumentos conmemorativos y evaluar el estado de conservación de los espacios más relevantes para esta historia. Por otro lado, otro de los objetivos principales es el de recomponer, comprender y estudiar el antiguo campo de batalla2, poniendo el foco de atención en conocer a través del terreno como era el lugar de enfrentamiento original y como éste, pudo influir en las decisiones tomadas el 16 de enero de 1809, utilizando para ello como herramienta principal, el uso de los sistemas de información geográficos, los conocidos como SIG3. El objeto del estudio, además del académico, es el de promover la difusión y comprensión de estos lugares de guerra, desde un prisma principalmente cultural4. Poniendo especial atención, en el espacio del campo de batalla, no solo físicamente sino también como un lugar de memoria. Donde de manera didáctica se pueda a través de sencillos mapas, visitar el campo de batalla y dar a conocer las nuevas narrativas de la batalla surgidas tras este estudio5. Consiguiendo así conectar las diferentes perspectivas: la historiográfica, el patrimonio y la arqueología espacial, para dar visibilidad a los eventos acontecidos en el preciso lugar donde ocurrieron. 2. Introducción. 2.1. Contexto histórico. En el año 1796 d. C. y tras el Tratado de San Ildefonso, España como antaño se convertía en aliada de Francia. Desde ese momento, y con la llegada al poder de Napoleón I Bonaparte (1769-1821), la marina española, la joya de la corona española, será puesta al servicio de la maquinaria bélica francesa. El emperador no tardará mucho en usarla contra los británicos, con el objetivo de doblegarlos en el mar y 2 “Lanscape Archeaology” o arqueología del paisaje es un nuevo enfoque para la investigación de los campos de batalla. (Schürger, 2015, p. 24). 3 Los sistemas de información geográfico o GIS por sus siglas en ingles Geographical Information System permiten almacenar, organizar y analizar datos para la composición de mapas. 4 Carman & Carman, 2006, p.1-2. 5 Midfort & Birkett-Rees, 2013, p. 1-8. 4 propiciar la tan ansiada invasión de la pérfida “Albión”6. Desafortunadamente para Napoleón, tras la decisiva victoria británica de Trafalgar (1805) sobre la armada franco-española, el control británico de los mares será indiscutible. Tras este fracaso, Napoleón decide practicar un bloqueo total7 sobre los puertos europeos continentales, con el objetivo de ahogar la economía británica. Esta estrategia implicaba un sometimiento de todos y cada uno de los países del continente europeo. En este contexto, Portugal, históricamente aliada de Inglaterra, no cederá ante las exigencias del corso y seguirá comerciando con los británicos. Esto provoca una serie de intervenciones por parte de España y Francia en Portugal (Guerra de las naranjas, 1801) que culminará con el tratado de Fontainebleau8 1807 y la entrada del ejército francés, a través de España para ocupar el país luso. Estos acontecimientos acontecen en un clima de auténtica división política en España, con una corte enfrentada entre sí y que culpaba a Manuel Godoy (1767- 1851), el valido del rey Carlos IV (1748- 1819), de la situación de títere del reino de España frente al imperio francés. Por todo ello y tras la conspiración de Aranjuez en 1808, Fernando VII (1784- 1833) hijo del rey, será proclamado rey de España. Estos hechos acelerarán los acontecimientos y propiciaran a un escenario en el que Napoleón, al corriente de los hechos, actuará de árbitro entre las disputas familiares. Reunidos en Bayona la familia real española, será obligada, con la ayuda de una gran suma de dinero, a abdicar el trono de España en favor de su hermano, el futuro José I Bonaparte (1768- 1844)9. Estos cambios en el panorama geopolítico permiten al ejército francés cruzar los Pirineos y tomar varias ciudades españolas, quedando su imagen de aliado en entredicho. La conciencia generalizada de que España no es aliada de Francia sino presa de ella, hace que el descontento ante la situación explote el 2 de mayo en Madrid, al atacar la población madrileña a la guarnición de Joachim Murat “Gran Duque de Berg” (1767- 1815). El posterior estallido social tendrá un recorrido a lo largo de toda la península y es el inicio de lo que será conocido en España como la guerra de independencia española. Momento histórico de una gran complejidad y diferentes lecturas, pero de una gran trascendencia para el futuro no solo de España 6 Conocida así la isla de Gran Bretaña. 7 Oman, 1902, p. 3. 8 Lipscombe, 2014, p. 15. 9 Ibíd, p. 15. 5 sino de toda Europa. En este preciso momento será cuando los bandos empiecen a cambiar y los antiguos enemigos se conviertan en aliados. 2.2. Marco teórico: la Arqueología del conflicto. En los últimos años, hemos asistido a la producción de gran cantidad de artículos en el mundo de la arqueología sobre los diferentes ámbitos del conflicto humano10. Independientemente de la época de la que se trate, la violencia organizada ha sido puesta en práctica en mayor o menor medida, de una manera sistemática en cualquiera cultura o civilización humana11. Dicha violencia desde el punto de vista arqueológico y de manera analítica, nos permite ahondar en el conocimiento de las culturas pasadas, pero también ser consciente de las brutalidades acontecidas en diferentes momentos de la historia de la humanidad y silenciadas por las estructuras de poder. Por ello la denominada arqueología del conflicto12, ha venido a presentar de manera aséptica el resultado de dicha violencia organizada. Una denominación muy acertada, ya que no solo se centra en el mundo bélico o militar, donde la violencia se presenta de una forma igualitaria, sino que también la arqueología del conflicto pone de relevancia la crudeza de hechos organizados contra la población civil, como genocidios y limpiezas étnicas o religiosas. Para evidenciar y probar la existencia de la violencia física a través del registro arqueológico y convirtiéndose en un mensaje al futuro de cara a no olvidar los estragos del odio13. La arqueología del conflicto, siguiendo el modelo expuesto por John Carman14, se puede dividir de la siguiente manera: El conflicto en la prehistoria, la arqueología de los campos debatalla y la arqueología de los conflictos modernos. Este proyecto esta focalizado en la arqueología de los campos de batalla, una rama de la arqueología, que tiene sus orígenes en 1980 en Little Bighorn15, pero que ya tuvo sus primeros pasos en Portugal cuando ante el aniversario de la batalla de 10 Gracia Alonso, 2011, p. 3. 11 Keeley, 1996, p.32-33. 12 Carman, 2013, p.10. 13 Schofield, 2005, P.15-16. 14 Carman, Op. Cit. p. 13-17. 15 Gracia Alonso, F. Op. Cit. p. 5-6 6 Aljubarrota16, se descubrió una fosa común y se construyó un museo en memoria de la batalla y sus participantes. Tras los años 80, la investigación en torno a los campos de batalla ha tenido una gran difusión17, principalmente en el mundo anglosajón. Estos estudios mayormente se han centrado en la época moderna, desde el período post medieval hasta el s. XIX. Como apuntábamos, son las guerras y los campos de batalla por propia naturaleza, los lugares donde la violencia humana se ha practicado en su forma más intensa, donde la más alta tecnología humana del momento se pone al servicio de la derrota del enemigo e incluso la destrucción de este. De esa manera hoy en día, el espacio de la batalla y la materialidad que allí permanece, nos proporcionan las pruebas para comprender los campos de batalla en clave histórica y evaluar su importancia. Al mismo tiempo en clave humana, podemos conocer y evaluar el impacto de la guerra sobre las sociedades del pasado y sus consecuencias hasta el presente. Históricamente, el interés por estos lugares va de la mano del nacimiento en Europa de los nacionalismos durante el s. XIX d. C.18. Es en ese momento, es cuando los campos de batalla se convierten en un eje vertebrador de las narrativas de identidad de las naciones europeas19. Por esa razón, la preservación de estos lugares viene dada por cuestiones “ideológicas”, ya que representan la valentía y orgullo del espíritu nacional ante el enemigo. Esta tendencia propagandística, basada en reinterpretar estos lugares se ha mantenido en el tiempo en muchos casos hasta el presente. Esto ha llevado al estudio de los conflictos humanos a cierto olvido y rechazo, por parte de muchos académicos, al estar estos lugares, empañados e influenciados por tendencias políticas aferradas al nacionalismo de estado y al militarismo20. Aunque por lo general, la inmensa mayoría de los campos de batalla, han caído en el olvido. Siendo la consecuencia directa, la total desprotección. Por ello, en muchas ocasiones el lugar de la batalla ha sido completamente alterado, arrancándole parte de su esencia e identidad desde el punto de vista patrimonial y de la memoria de lugar. Afortunadamente hoy en día, estos espacios están resurgiendo por las posibilidades educativas que ofrecen y la tendencia es de valorarlos por parte de las 16 Carman, Op. Cit. p. 44. 17 A destacar la labor de “The Bloody Meadows Project” que contribuye de manera decisiva a desarrollar el debate sobre las posibilidades y la labor de la arqueología del conflicto. 18 Carman, Op. Cit, p. 18-21. 19 Gracia Alonso, Op. Cit. p. 7-9. 20 Homann, 2013, p. 206. 7 administraciones por lo mucho que pueden contar21 y atraer a nivel histórico y turístico. No obstante, no es solo a nivel histórico donde la disciplina de la arqueología del conflicto puede aportar luz. Siendo así, es justo preguntarse: ¿Que puede aportar la arqueología del conflicto? La arqueología del conflicto como apuntábamos aporta información novedosa y valiosa sobre el campo de batalla y la propia batalla. El conocimiento del terreno a través de los análisis paisajísticos puede ofrecer una nueva visión sobre el lugar del enfrentamiento y como se desarrolló el combate. Nuevas narrativas también surgen en base a la recuperación de materiales, artefactos usados en la batalla y de los análisis de los restos orgánicos hallados en las excavaciones (Bioarquelogía); ello permite centrarse en los que combatieron y murieron, y fueron olvidados por la historia. Estos hallazgos también permiten valorar y proteger estos lugares, para su conservación y posterior difusión. Ello puede hacerse a través de rutas a pie en los campos de batalla e incluso con reconstrucción históricas, in situ, del armamento y la uniformología de los ejércitos. Sin duda, para quien se considere apasionado de la historia todas las razones expuestas serán más que suficientes, pero he aquí, que la arqueología del conflicto tiene un valor incalculable para la sociedad actual, el de mostrarnos de manera directa, las miserias de la guerra en nuestra tierra, sin tener que padecerla. Es este en su conjunto el mayor valor que albergan estos lugares, dado que representan una enseñanza atemporal, una que no ha de ser olvidada y es el de mostrarnos la cara más oscura de nuestro pasado. La historia de unos hechos violentos debe por ello ampliarse más allá de las narraciones escritas, para conseguir de manera más completa y contundente una narrativa más coherente con las pruebas disponibles. De esa forma aséptica y analítica pretendemos que los acontecimientos violentos del pasado no sean ignorados, para así evitar que se repitan. Es por ello que, aunque grandilocuente, la arqueología del conflicto tendría como mayor valor, preservar la paz a través de descubrir los daños de la guerra de la manera más gráfica, veraz y completa: a través de la historia, el paisaje y la arqueología22. 21 Carman, Op. Cit. p. 98. 22 Wijnen, 2015, p. 1-7. 8 Para concluir, en términos generales, en el estado español los proyectos de arqueología del conflicto y arqueología espacial de campos de batalla de época contemporánea se encuentran en una fase embrionaria. Sin embargo, poco a poco estudios en diferentes campos de batalla del s. XVIII y XIX van despertando el interés académico por sus posibilidades. Dado el tamaño de estos lugares es casi imposible desarrollar una excavación intensiva siguiendo los modelos clásicos de la arqueología y las prospecciones extensivas son solo posible en aquellos campos de batalla que no han sido transformados. Por ello, en campos de batalla como el de A Coruña, que se presupone que ha sido ampliamente transformado, la arqueología espacial se convierte en una herramienta muy útil para ampliar el conocimiento que del campo de batalla tenemos. La herramienta de los SIG se convierte en decisiva, ya que permite identificar primeramente la ubicación del campo de batalla y evaluar los espacios donde se desarrollaron las diferentes acciones23. Además, representa una herramienta muy interesante al poder también reconstruir el estado en el que el campo de batalla pudo haberse encontrado. 2.3. Fuentes para el estudio de la batalla de A Coruña. Uno de los pilares de este trabajo, son las fuentes escritas de origen inglés, francés y español sobre la batalla de A Coruña o Elviña. La cantidad y calidad de estas fuentes varían, pero en su conjunto aportan un gran punto de partida sobre los eventos de la retirada de John Moore (1761- 1809). Desde Gran Bretaña, ha suscitado un gran interés esta primera campaña en la Península Ibérica. Es de allí, de donde sale la mayor producción literaria en torno a los acontecimientos del invierno del 1808 - 1809, un interés no exclusivamente militar sino también político24, dado que la actuación de Moore dividió a la sociedad de su tiempo, algo a tener muy en cuenta al manejar dichas fuentes. Del mismo modo, en las islas británicas se popularizaron los diarios de los soldados, sobre lo acontecido durante la guerra peninsular, existiendo por tanto diferentes fuentes directas del conflicto. Sin obviar a grandes historiadores británicos que desde el s. XIX d.C. hasta 23 Dewilde et al., 2016, p. 29. 24 Urgorri Rodríguez, 1987, p. 30. 9 el s. XXI d.C. los cuales han ido enriqueciendo y aportando nuevas fuentes, para crear unanarrativa solvente sobre este tramo de la historia de la guerra peninsular. En relación con el otro bando, el francés, las fuentes son más escasas y esto hay que achacarlo al sentido mismo de la trascendencia de la batalla y es que, tras una marcha infernal el enemigo se le escurría entre los dedos y la campaña en Galicia no hacía nada más que empezar25. Además de lo indicado, el propio emperador abandonará la persecución en Astorga. Esto sitúa a la batalla de A Coruña en un segundo plano, ante otras de mayor repercusión a lo largo de las campañas de Napoleón. De todas formas, contamos con las valiosas memorias de Jean de Dieu Soult (1769- 1851), su mariscal de campo. Por último, las fuentes españolas y gallegas son interesantes por presentarnos una visión diferente de aliados y enemigos, pero adolecen de ser en muchos casos fuentes primarias pero indirectas. Además, hay que indicar que la imposibilidad de alargar la estancia en Galicia a causa de la situación vivida en el verano de 202026, impidió acceder a los archivos parroquiales y municipales de A Coruña que hubieran aportado testimonios locales asociados al impacto que causo el paso de ambos ejércitos. Además del origen de las fuentes, es importante destacar la estructura para el manejo de ellas y en este trabajo proponemos los siguientes apartados: fuentes primarias directas, fuentes primarias indirectas y fuentes historiográficas. Las fuentes primarias directas, hacen referencia a los testimonios de los soldados y oficiales que participaron en la batalla de A Coruña y que cuentan con un relato directo desde su perspectiva de mando o combate. Cabe decir que estos testimonios son los más importantes ya que nos permiten ubicar espacios en el campo de batalla y conocer el desarrollo de los acontecimientos desde la perspectiva del testimonio. Sin embargo, no se puede obviar el carácter subjetivo de los mismos y la presencia de errores relacionados con una memoria selectiva y sesgada por el tiempo. Por otro lado, las fuentes primarias indirectas, son aquellos testimonios que no participaron en la batalla, pero que si son coetáneas de los hechos y que en muchos 25 Osuna Rey, 2006, p. 38. 26 Dada la pandemia de SARS-CoV-2 (COVID-19). 10 casos acompañaron a los tres ejércitos a lo largo de los avatares sufridos, de los casi tres meses que cubriremos en este trabajo. En el caso británico hay que tener principalmente en cuenta a aquellos que se hallaban en A Coruña, pero que no llegaron a participar en la batalla. Por último, a lo largo del s. XIX, XX y el XXI d.C. numerosos historiadores y cronistas han recopilado fuentes en torno a la retirada y el enfrentamiento en A Coruña. En muchos casos, aportando nuevas perspectivas y una narrativa coherente, a través de ensamblar los testimonios previos para crear una narrativa lógica de los hechos. Siendo especialmente importante a la hora de la corrección de errores, como fechas o eventos, al poder cruzar testimonios y eliminar incoherencias presentes en algunos diarios. Además, es de destacar que muchos de estos libros cuentan con mapas elaborados así como gráficos que facilitan la compresión de los hechos estudiados. Sin embargo, en nuestro trabajo nos centraremos en las fuentes primarias directas de cara a recomponer la batalla de A Coruña. 2.3.1. Fuentes primarias directas. En relación con las fuentes primarias directas hay que resaltar a aquellos que presenciaron de manera directa los acontecimientos relacionados con la batalla de A Coruña o Elviña. Como uno de los principales protagonistas de aquellos hechos, hay que nombrar al general John Moore, si bien es cierto que la principal fuente El diario de John Moore no hace ningún recorrido por la batalla al ser baja en la misma, sus palabras y hechos han sido atestiguados por diferentes testigos por lo que en ese aspecto he de considerarlo una fuente primaria y directa. A destacar su actuación en primera línea de batalla, dando órdenes y manteniendo conversaciones con sus oficiales incluso una vez que fue herido, por ello su testimonio de la batalla es bien conocido. En relación con Moore y sus últimas palabras antes de morir, hay que destacar a: Charles Banks Stanhope (1753 – 1816) amigo de Moore y padre de otro testigo de importancia, como es el de James Hamilton Stanhope (1788–1825). Los cuales eran parientes de, Lady Hester Stanhope (1776 – 1839) a la que dedicó sus últimas 11 palabras. En este apartado podrían incluirse testimonios de la plana mayor de Moore, pero por ser muchos y reiterativos solo serán mencionados a posteriori27. En relación con los soldados británicos, comenzamos este repaso con las Recollections of the 52nd man, de John Dobbs (1791-¿?). Soldado del Regimiento 52º de infantería ligera, situado durante la batalla en el flanco derecho inglés, presenta una narración imprescindible del envite británico en uno de los lugares claves del campo de batalla. Otra de las autobiografías más completas es la de Robert Blakeney (1789 - 1858), que participó con poco más de 20 años en la campaña de 1809, en su libro A Boy in the Peninsular War, narra desde una perspectiva directa y cruda la guerra y sus consecuencias. Una de las narraciones más valiosos, al relatar cada uno de los episodios más importantes de las jornadas vividas entre noviembre de 1808 y enero de 1809, culminando en la participación de la batalla junto al Regimiento 28º de infantería y luchando muy cerca del ya mencionado John Dobbs. En el mismo flanco derecho, contamos con la breve reseña del capitán Charles Steevens (1777-1861) del Regimiento 20º de infantería a pie. En el centro del campo de batalla y que coincide con la aldea de Elviña hay que destacar las narraciones del soldado anónimo escocés del Regimiento 42º (1790 - ¿?) de Highlanders28. Estas memorias son imprescindibles para comprender tanto el enfrentamiento más encarnizado, como la labor de Moore en pleno fragor de la batalla. Contamos también, con otro diario de un soldado anónimo escocés del Regimiento 71º a pie (1790 - ¿?) 27 Entre ellos los testimonios del amigo de Moore, coronel Paul Anderson, del oficial Henry Percy y de los generales de división John Hope y David Baird entre otros. 28 Así son conocidos los hombres de las tierras altas escocesas. Figura 1. General Sir John Moore. Foto cedida por el Museo Arqueológico de A Coruña. 12 de Highlanders. En este caso, su unidad se hallaba en el flanco izquierdo inglés y su participación directa en el enfrentamiento a las afueras de A Coruña fue nulo, sin embargo, hace un repaso de la situación del campo de batalla desde un lugar céntrico y privilegiado, el monte Mero. La narración considerada como la más decisiva para la comprensión de la batalla, nos llega de la mano del oficial William Francis Patrick Napier (1785 – 1860), el cual narra la carga del 50º Regimiento en la aldea de Elviña, narrada a través de su hermano Charles James Napier (1782 – 1853) hecho prisionero por los franceses tras una encarnizada lucha en las calles de la pequeña aldea. En relación con su testimonio, no hay libro que se precie de la batalla de Elviña que no incluya algunos de sus relatos. Por último, en este repaso de testigos directos del bando británico, quiero incluir a dos miembros de la caballería. Sin embargo, hay que puntualizar que “los centauros británicos” no tuvieron la oportunidad de entrar en combate en esta última batalla. Esto se debe a que fueron embarcados en el puerto de A Coruña. No obstante, sus narraciones del terreno donde sucedieron los combates son muy interesantes a nivel estratégico. Por un lado, contamos con Charles William Vane (Stewart), marques de Londonderry (1778 - 1854), comandante de la división de caballería bajo su nombre y por otro lado el capitán Alexander Gordon del Regimiento 15º de Húsares(1781 - 1873). En el bando rival contamos, con un número mucho más reducido de memorias. No obstante, contamos con la valiosa narración de los hechos por parte del mariscal Jean de Die Soult, el comandante en jefe del ejército francés, que en sus memorias relata desde la perspectiva francesa los acontecimientos durante la persecución del inglés, así como las dificultades extremas a las que se enfrentó su ejército, en territorio enemigo y privado de recursos tras la “tierra quemada” practicada por los británicos. Siendo el comandante en jefe de las fuerzas francesas en la batalla de Elviña, su visión de los hechos se presenta imprescindible. 13 Además, hemos de incluir las memorias del comisario de guerra de Soult, Pierre-Madeleine Le Noble (1772-1824) el cual narra la batalla con bastante precisión y que se convierte en una fuente de gran utilidad dado que nos ofrece luz sobre el bando francés. En relación con los oficiales y soldados presentes en la batalla, contamos con una serie de breves comentarios por parte de éstos, entre ellos dos de los ayudantes del estado mayor del ejército francés, Jean-Baptiste-Charles Baurot (1774 – 1847) y Gaspar François Forestier (1767 – 1825). Así como las memorias de Jacques-Joseph de Naylies (1786 - 1874) del Regimiento 19º de dragones29 el cual nos narra desde la perspectiva de la caballería francesa, la batalla de A Coruña. Por último, Fantin des Odoards (1778 – 1866) del 31º Légère cuyo testimonio nos relata el asalto de la villa de Elviña. 2.3.2. Fuentes primarias indirectas. En este segundo bloque de testimonios, agrupamos a aquellos que tuvieron un rol importante en la campaña militar pero que no participaron en la batalla de A Coruña. Comenzamos con la narración del soldado Benjamin Harris (1781 - ¿?) Recollection of the rifleman Harris del Regimiento 95º, tiene un estilo similar al de Blakeney, en el que nos hace participe de las durísimas condiciones del camino, pero en este caso alejándose de la ruta de A Coruña. Esto se debe a que Moore decidió dividir a su ejército, uno bajo su mando con destino A Coruña y otro con Robert Craudford (1764 - 1812), con destino al puerto de Vigo. Por el contrario, Charles Paget (1791 - ¿?) del Regimiento 52º a pie, hace una narración a través de entradas muy cortas, tipo diario. Esto permite, no obstante, conocer el recorrido de toda la retirada de Moore hasta el desembarco en Inglaterra. 29 Unidad de caballería francesa que iba armada con carabina, sable y pistola. Figura 2. Victorias imperiales en la Península Ibérica, parte superior A Coruña. Arco del Triunfo de Paris. Foto del autor 14 Es un hecho curioso también, que Paget aun habiendo llegado con el grueso A Coruña, no participara en la batalla. En este apartado, es necesario incluir de nuevo al general Moore, dado que es de especial interés, lo revelador de sus informes y cartas al reflejar sus pensamientos e incertidumbres durante la campaña. Su diario es de especial trascendencia al acercarnos a la toma de decisiones, las dificultades logísticas y a la poca colaboración con sus aliados españoles. Las memorias de los soldados napoleónicos que participaron en la campaña, y que al mismo tiempo no participaron de manera directa en la batalla, pero la mencionan, son muy abundantes. La razón detrás de ello, la podemos achacar, a que una gran parte de los soldados franceses que participaron en la campaña, solo nos cuentan su experiencia vivida hasta la localidad de Astorga. Esto se debe a que Napoleón abandonó la persecución en favor del mariscal Soult y por consiguiente más de la mitad de los soldados le acompañaran. Sin embargo, muchos de ellos se hicieron eco de los hechos acaecidos en A Coruña, aunque no llegasen a participar. Aquí podemos englobar las memorias del oficial del 69º Ligne Nicolas Marcel (1786-), la del italiano A.J.M. Rocca (1788 - 1818) perteneciente al Regimiento 2º de Húsares y por último a Dzeydery Chlapowski (1788 - 1879) perteneciente a los chevaux-lègers de la guardia imperial napoleónica. Todos ellos aportando su visión de la campaña y de las noticias que se fueron trasmitiendo por toda España tras la huida por mar del ejército británico. Por último, es interesante también la perspectiva española. En este apartado destacamos la narración del coronel Manuel García del Barrio (1766 – 1846), así como la correspondencia entre Pedro Caro y Sureda, marqués de la Romana (1761 – 1811), líder del ejército de Galicia, y Moore. 2.3.3. Fuentes historiográficas. Para complementar a las narraciones directas, hay que destacar la labor de grandes historiadores, que a lo largo de los últimos tres siglos han puesto su atención en recuperar la memoria de la guerra peninsular. De nuevo, los autores británicos son los que más atención han prestado a la retirada de Moore: 15 Sir Charles Oman (1860 – 1946) History of península war; considerado un gran clásico de la historiografía británica y uno de los autores más importantes para aproximarse a los combates que desde 1808 enfrentaron a Francia y al Reino Unido junto con España y Portugal. El primer volumen se centra en la retirada de Moore y en la batalla de A Coruña, narradas haciendo uso de diversas fuentes primarias, y que cuenta con apéndices repletos de información en relación con la organización, la disposición y las bajas británicas. De la misma manera, hay que hacer mención del libro Corunna de Christopher Hibert (1924 – 2008), mucho menos voluminoso que el de Oman pero que viene acompañado de muchos de los testimonios de los soldados previamente descritos. De lectura sencilla y cronológicamente bien ordenado. Recientemente, el libro La marcha de la muerte de Christopher Summerville, destaca y se diferencia de sus predecesores en que pone el foco de atención más en los soldados rasos que en los altos estamentos militares. De esa manera, nos hace experimentar el frio, el miedo y el dolor de aquella guerra que acababa de empezar. En cuanto a la historiografía española, hay que nombrar el libro La Coruña 1809, Napoleón versus Moore de Francisco Vela Santiago, que de forma resumida nos relata los acontecimientos más destacados en torno a los tres ejércitos que se adentraron en Galicia en el invierno de 1808-1809. El enfrentamiento en tierras gallegas también ha suscitado estudios locales, Los franceses en Galicia: Historia militar de la Guerra de Independencia en Galicia (1809) de Juan Manuel Osuna Rey (1939 - 2011) es especialmente relevante, ya que incluye testimonios de los archivos históricos de Galicia. De esa manera conocemos el paso y efecto de los ejércitos, a través de los alcaldes y párrocos de los pueblos gallegos que padecieron tanto a ingleses como franceses. Además de contar con excelentes mapas. En esta extensa bibliografía, hay que citar el excelente estudio y traducción de Ana Urgorri Rodríguez, extenso análisis de la situación político-militar durante el año de 1808-1809, acercándonos a los hechos a través de la correspondencia de la época. En francés contamos con la obra de Natalia Griffon de Pleineville (1977 – actualidad) La Corogne: les Aigles en Galice, un libro muy completo, ya que contiene 16 con todo lujo de detalles, toda la información de los hechos acontecidos en el invierno de 1808 al 1809. Destaca por contar con centenares de testimonios desde el punto de vista del bando francés, lo cual es imprescindible para conseguir cierto equilibrio de fuerzas en relación con las fuentes escritas. Por último, como punto y aparte en este resumen de fuentes, hacer referencia a los cuadros, mapas y dibujos que representan la batalla. Las ilustraciones francesas y británicas contemporáneas al enfrentamiento son en general poco realistas y muchas de estas imágenes, aunque muy icónicas presentan muchos errores. Esto sedebe al representar uniformes y paisajes de manera poco realista, ya que muchos de estos ilustradores ni presenciaron la batalla y además, su intención es principalmente artística. En relación con la actualidad, muchos artistas contemporáneos, han plasmado con gran brillantez momentos claves tanto sobre la retirada como de la propia batalla, basándose para ello en las fuentes previamente descritas, lo que aporta una mayor comprensión de los hechos estudiados. En relación con los mapas y dado que en este proyecto dedicaremos una parte a la interpretación del campo de batalla a través de la herramienta de los SIG, será allí donde haremos un repaso de muchos de estos mapas que intentaron representar a los ejércitos en dicha contienda. 3. La península ibérica, un gran campo de batalla para dos imperios. El invierno de 1808/1809. En el verano de 1808, la situación francesa en la península Ibérica era extremadamente complicada. El objetivo de someter rápidamente al reino de España y Portugal se había esfumado. La derrota de los franceses en Bailen el 23 de Julio de 1808 recorrió toda Europa30 y los británicos se decidieron apoyar a portugueses y españoles, contra los invasores franceses. Esto llevó al desembarco de los británicos en Lisboa el 1 de agosto de 1808 y a la derrota de los ejecitos franceses31. Con Portugal liberada por los británicos, Madrid de nuevo en manos españolas y con la 30 Oman, Op. Cit. p. 205 31 El general francés Junot, fue derrotado en Portugal, pero se le permitió a su ejército retirarse ordenadamente, lo que encolerizó a los ministros británicos que destituyeron a los generales británicos al mando, poniendo al mando a Sir John Moore. (Ibíd, p. 262). 17 huida de José I, parecía que la guerra estaba terminada, pero Napoleón tras firmar su alianza con Rusia, encabezó el mismo, la invasión de la península con más de 100.000 soldados. Los ejércitos españoles, situados en el frente del Ebro esperaron a los ejércitos napoleónicas siendo diezmados uno a uno32, como único núcleo de resistencia las ciudades de Zaragoza y Madrid. En ese momento John Moore, nuevo general británico, a los mandos de en torno a 30.000 soldados, inicia su avance por el interior de la península Ibérica, ajeno al desastre que se avecinaba. En octubre de 1808 el movimiento del ejército expedicionario británico se desarrolla en tres columnas desde Lisboa a Salamanca, esto los acerca al centro de operaciones de la guerra peninsular, en un momento donde Napoleón avanza de manera imparable sobre Madrid. Moore divide a su ejército para progresar de forma más ágil y sostenible a través de unos caminos impracticables y sin prácticamente recursos33. Estos dos hechos, las malas condiciones de las vías terrestres y una logística inadecuada, junto con uno de los considerados peores inviernos registrados, serán los principales causantes de la desastrosa campaña que estaba por delante. La lenta marcha lleva al ejército británico a finales de noviembre a la ciudad de Salamanca, tras atravesar Extremadura y Castilla. Poco a poco el ejército se reagrupa, pero el tiempo perdido no permite alcanzar Madrid. De este modo y tras dos días de nula resistencia, Madrid se rinde a Napoleón34 y las noticias que llegan, informan de que la ciudad ha caído y que la junta suprema española ha huido hacia Andalucía. La situación es más que dramática, la correspondencia de estos días muestra un incesante intento por parte de los ministros británicos y mandos españoles de que el ejército británico actúe de una manera más ofensiva35. Por su parte Moore, ante la necesidad de aportar algo a su nuevo aliado español y ante la presión ejercida desde Londres y Madrid, decide actuar a través de un movimiento de distracción. Para ello, escoge al ejército francés del mariscal Soult, el cual se hallaba acantonado cerca de 32 En Espinosa de los Monteros el ejército de Blake es derrotado, el cual más tarde pasará a las manos del General La Romana y el ejército de Castaños del centro será aplastado en Tudela. (Summerville, 2003, p. 43- 46). 33 Hibbert, 1961, p. 49. 34 Esdaile, 2008, p. 58. 35 Urgorri Rodríguez, Op. Cit. p. 63. 18 Burgos y que contaba con un ejército de en torno a 15.000 soldados36. El objetivo principal era el de atraer a Napoleón hacia el norte y evitar la completa destrucción de los rebeldes españoles, huidos al sur. El día 23 de diciembre, Moore escribe una entrada en su diario que resumirá su visión de la situación “El movimiento que estoy a punto de hacer es de lo más peligroso. No solo estoy arriesgándome a ser rodeado por fuerzas superiores, sino a perder la comunicación con Galicia… Hemos hecho todo en apoyo de la causa española, y no abandonamos hasta que los españoles nos abandonaron a nosotros”37. En ese momento y ya muy cerca de Moore, desde hacía varias semanas desde el puerto de A Coruña se dirigía el general David Baird (1757 – 1829) con refuerzos38 hacia el grueso del ejército británico. El avance lleva a “los casacas rojas” a la localidad de Sahagún, lugar donde el general británico dará descanso a sus soldados, es allí donde el ejército de manera animada se prepara para el inminente enfrentamiento, así nos lo relata el fusilero del Regimiento 95º de rifles Harris “La guerra es un triste desatino de los sentimientos de los hombres. Nos sentimos ansiosos por volver a hacerlo”39. El avance nocturno lleva al primer combate serio, los húsares ingleses derrotan a la caballería francesa que es cogida de imprevisto, la infantería bajo un frio implacable marcha en plena noche cuando llegan informes al general Moore, de que Napoleón ha iniciado una auténtica “carrera”40 contra los británicos. El 24 de diciembre bajo un manto nevado, Moore da orden de parar las marchas, el ejército contrariado se da la vuelta y así nos lo relata Blakeney del Regimiento 28º de infantería “Después de nuestro alto… de pasar dos horas, las conjeturas se volvieron diversas sobre la causa de nuestro retraso” 41. Ignorando que lo que tenían por delante eran casi tres semanas de huida, con destino a la costa gallega de A Coruña. 36 García del Barrio, 1891, p .32. 37 Moore, 2012, p. 374. 38 Tras haber recorrido la ruta A Coruña – Mayorga, el 20 de diciembre el general Baird se reúne con Moore, agregando en torno a 10.000 soldados al ejército británico. Tras haber consumido muchos de los recursos necesarios en la posterior huida. (Summerville, Op. Cit. p. 52). 39Harris, 2019, p. 72. 40 Chlapowski, 1992, p. 47. 41 Blakeney, 2012, p. 18. 19 3.1. La carrera de A Coruña. La retirada desde un comienzo causa un gran malestar generalizado. Los soldados ansiosos por entablar combate, sin razón aparente desde su punto de vista, han de retirarse. Una decisión que dividirá a políticos y militares42, pero que a la postre resultará la única opción real ante el peligro inminente que representaba Napoleón. En estas circunstancias y bajo un gran estrés, comienzan a caminar las unidades británicas a lo largo de la meseta castellana. Varias localidades como Mayorga (Valladolid) y Valderas (León) serán testigos de pequeñas escaramuzas y de los primeros actos de indisciplina por parte de los británicos, así lo manifiesta el Capitán Gordon del Regimiento 15º de húsares “Nuestra ruta nos llevó por una serie de aldeas… devastadas por la infantería que nos precedía, observamos el fuego… y los habitantes gritaban “Vivan los franceses!” y adelantamos a algunos que habían sido linchados por los españoles”43 . La larga marcha continua hacia Benavente, en largas 42 Urgorri Rodríguez, Op.Cit. p. 30. 43 Gordon, 2011, Kindle pos. 1289-1293. Figura 3. Mapa de la retirada anglo-española y la persecución francesa. Mapa del autor. 20 columnas de miles de hombres que dejan a la retaguardia, al mando el General Edward Paget (1775 - 1849), con la responsabilidad de frenar a la vanguardia francesa y así nos lo cuenta el Capitán John Dobbs del Regimiento 52º “El día 25 estábamos en completa retirada… Nosotros en la retaguardia con la excepción del 15º de Húsares ”44. Los enfrentamientos toman un nuevo cariz en el puente de Castrogonzalo, siendo estos, una de las claves de la campaña. En este caso, el puente será minado y destruido satisfactoriamente, frenando el avance francés. Esto coincide con la llegada de Napoleón, que a marchas forzadas, ve como los británicos se escapan, tras haber perdido un precioso tiempo en el paso del Guadarrama, así lo relata Rocca el húsar napoleónico del Regimiento 2º “Probablemente habrían quedado sin la protección de los puertos de Galicia, si el ejército francés no se hubiera visto imposibilitado en su marcha por la nieve recién caída en la sierra de Guadarrama.”45. La situación lleva a un cierto descanso en Benavente, donde el castillo será expoliado por los británicos con el objetivo de calentarse, con la consecuente quema de los bienes muebles que allí encuentran46. A pesar de hallarse en Benavente en una situación de cierta seguridad, el ejército británico será una vez más hostigado. Para ello, Napoleón envía al general Charles Lefebvre-Desnouettes (1773 – 1822), el cual consigue cruzar el rio Elsa y con su caballería atacar a la retaguardia británica, a ojos del propio emperador, los franceses sufren una nueva derrota por parte de la caballería británica, así lo cuenta el lancero polaco Chlapowski “Vadeó el río Elsa por 44 Dobbs, 1863, p. 9. 45 De Rocca, 1990, p. 65. 46 Summerville, Op. Cit. p. 82. Figura 4. Puente de Castrogonzalo a su paso por el rio Elsa. Foto del autor. 21 la localidad de Benavente. En la llanura antes de la ciudad, fue atacado por toda una división de caballería británica ... El general se vio obligado a retirarse rápidamente al río, y él mismo fue capturado junto con 60 cazadores a caballo en la orilla del río "47. La victoria permite retomar la marcha con cierta distancia de seguridad. En la siguiente localidad, Astorga, coincidirán por primera y última vez, los aliados, el ejército británico y el ejército español del general de la Romana. La conmoción que causará el estado del ejército español en los soldados británicos queda reflejada por Blakeney “Los españoles... su condición era miserable y desoladora y provocaba compasión ... semidesnudos, casi muertos de hambre y privados de medicinas”48. Al coincidir dos ejércitos en retirada, el desabastecimiento se agravará para ambos. Por ello el General de la Romana y John Moore se reúnen, aunque rápidamente la división de opiniones se hace patente, el general escocés escribe sobre el general español “Habla de ataques y movimientos bastante absurdos, y luego vuelve a quejarse del estado inútil de su ejército y del país"49 en cambio Moore descarta presentar batalla y continua con su idea de que, ante las circunstancias, su objetivo es alcanzar el mar. Esto genera una desconfianza entre ambos, algo habitual a lo largo de la guerra peninsular entre británicos y españoles, en palabras del general de la Romana “Los ingleses ... han matado a tres magistrados y a varios habitantes ... no han pagado los carros y los animales que han utilizado ... En palabras de los propios franceses no podrían haber encontrado mejores agentes para avivar el odio 47 Chlapowski, Op. Cit. p. 47-48. 48 Blakeney, Op. Cit. p. 23. 49 Moore, Op. Cit. p. 384. Figura 5. Pequeña porción del castillo de Benavente, el cual fue destruido parcialmente durante la guerra de independencia. Foto del autor. 22 hacia los británicos que el ejército comandado por G. Sir John Moore." 50. Al final y ante la escasez de recursos, ambos ejércitos se separan en los últimos días del año 1808, Moore se dirige al puerto de A Coruña y La Romana toma el paso de Foncebadón con destino a Ourense, junto con este último el comandante Craudford con el objetivo de alcanzar Vigo51. Tras el abandono de Astorga por los anglo-españoles, el 1 de enero de 1809 Napoleón hace su entrada, así lo narra el capitán Marcel del 69º Ligne “El 1 de enero de 1809 nos encontramos en el camino de Astorga: esperábamos que el enemigo nos estuviera esperando en los desfiladeros para entrar en Galicia, pero no sucedió y entramos sin luchar en Astorga”52, será en esta localidad cuando lleguen una serie de cartas dirigidas al emperador, que le informan sobre acontecimientos de extrema gravedad que llegan de Paris53, por ello a partir de ese momento decide delegar la persecución en el general Soult54. El implacable invierno de 1809, siguió su curso afectando a los tres ejércitos, así lo relata Naylies del Regimiento 19º de dragones “Allí nos asaltó una terrible tormenta: hombres y caballos fueron arrastrados por el viento, mientras que los remolinos de nieve nos impedían ver más allá de nuestros pasos ... La carretera de la Coruña era una de las mejores de España, pero como la nieve se había helado ... Se había convertido en una capa de hielo ... Encontramos cincuenta carros llenos de españoles heridos cuyos conductores los 50 Esdaile, Op. Cit. p. 66-67. 51 Hibbert, Op. Cit. p. 115. 52 Marcel, 2011, p. 22. 53 Las razones que se esgrimen ante la partida de Napoleón son, por un lado, que temía motivado por su ausencia, una conspiración en ciernes en Paris y al mismo tiempo Austria se preparaba para la guerra. (Grehan & Rodil Pérez, 2019, p. 122-123). 54 Palluel-Guillard, 2009, p. 17. Figura 6. Ayuntamiento de Astorga, lugar que conoció el propio emperador Napoleón. Foto del autor. 23 abandonaron ... La mayoría de estos desgraciados habían muerto ... y los supervivientes nos suplicaron que los matáramos"55. El ejército del general Moore ante el frío, la falta de provisiones y la necesidad de evadirse, cometerán graves actos de indisciplina, los cuales siempre iban acompañados del tan preciado alcohol, así lo narra Robert Blakeney “Bembibre exhibía toda la apariencia de un lugar recientemente asaltado y saqueado. Todas las puertas y ventanas estaban rotas ... ríos de vino corrían por las casas y por las calles ... mujeres, niños, fugitivos ... La obscenidad era un deporte público. Pero las escenas son demasiado repugnantes para pensar en ellas.”56. La propaganda francesa no dudara en usar estos abusos, para presentar a los nuevos aliados de España, como auténticos “barbaros”. La marcha continua en unas condiciones extremas, así lo describe por el soldado anónimo del Regimiento 71º “La lluvia caía a torrentes, la nieve derretida llegaba hasta la mitad de la rodilla en muchos lugares y estaba manchada por la sangre que manaba de nuestros pies heridos y magullados"57, en este ambiente de extenuación y ante la creciente anarquía, los juicios sumarísimos se convierten en medidas drásticas, con el objetivo de paliar la insumisión, como así lo narra el capitán John Dobbs “Justo antes de que el enemigo avanzara hacia Cacabelos, la retaguardia se detuvo... con el propósito de colgar a tres insubordinados. Todo estaba listo, se formó un cuadro alrededor de la horca, cuando un húsar llegó... informando al general Paget que el enemigo estaba cerca...”58. Esta localidad presenciará uno de los combates más recordados entre la retaguardia británica y la vanguardia francesa. La infantería ligera inglesa situada en la orilla este del rio Cúa, ocasionará importantes bajas a la caballería francesa e incluso conseguirá alcanzar al general Auguste François-Marie de Colbert-Chabanais (1795 -1809)59, en palabras55 Esdaile, Op. Cit. p. 66. 56 Blakeney, Op. Cit. p. 24. 57 Memorials of the Late War: Journal of a Soldier of the Seventy- First Regiment (Highland Light Infantry) from 1806-1815, anónimo, 2017, Kindle pos. 606. 58 Dobbs, Op. Cit. p. 10. 59 No confundir con sus hermanos, Alphonse de Colbert y Edouard de Colbert, también generales del ejército napoleónico. Figura 7. Monumento en el pueblo de Cacabelos que recuerda el lugar donde perdió la vida el general francés Colbert. Foto del autor. 24 de Blakeney “La caballería se dirigió al trote… los franceses cruzaron el puente y subieron hacia nosotros… siendo severamente castigados por el fuego del 95º… su carga fue en vano… una de las bajas más lamentadas fue, su valiente líder, el general Colbert"60. El día 3 de enero el ejército británico alcanza Villafranca del Bierzo, donde se repiten los excesos sobre la localidad, esta vez el propio Moore toma medidas drásticas, como documenta August Schaumann “tres húsares habían ... extraído un jamón ... miles de otros habían hecho cosas, mucho peores. Sin embargo, el general Moore estaba cabalgando por la calle en ese momento cuando los españoles lanzaron su grito por el jamón ... Estos tres tipos habían tenido que echar suerte por sus vidas. El hombre que perdió fue sacado y puesto de rodillas. Un destacamento de veinte hombres estaba detrás de él ... En voz alta, el ayudante gritó "Fuego" y el pobre diablo murió".61 Tras abandonar Villafranca, comienza lo que será conocido como “la marcha de la muerte” más de 60 horas de retirada a lo largo de los montes gallegos, donde el frio, el hambre, la congelación y el estrés de ser perseguidos deja al ejército en un estado de extenuación, así lo expresa el soldado anónimo del Regimiento 71º “A partir de Villa Franca que la marcha de la muerte podemos decir que comenzó… de Villafranca… al Monte Cebreiro... No había nada para sostener nuestros cuerpos hambrientos, o protegerlos de la lluvia o la nieve... Los enfermos y los heridos... ahora fueron abandonados para morir en la nieve. El camino era una línea de pisadas ensangrentadas, de los pies doloridos de los hombres "62. Los relatos de auténtico terror sobre la retirada no son sino reflejo de como el invierno y la falta de suministros doblega a los ejércitos. Así nos lo cuenta el sargento Stephen Morley del Regimiento 5º “Las pobres mujeres63 eran profundamente dignas de compasión… Una de ellas sin cubrirse más que con sus ropas andrajosas ... dio a luz a un niño ... El camino 60 Blakeney, Op. Cit. p. 28-29. 61 Schaumann, 1999, Kindle pos. 114-115. 62 Memorials of the Late War: Journal of a Soldier of the Seventy- First Regiment (Highland Light Infantry) from 1806-1815, anónimo, 2017, Kindle pos. 617-628 63 Hasta principios del s. XIX, muchas mujeres acompañaban el ejército británico. Desde las esposas de los militares a vivanderas que seguían al ejército en campaña. Incluso era habitual la presencia de niños en los campamentos militares. 25 estaba sembrado de hombres incapaces de avanzar ... la disciplina se perdió, nadie mandaba, nadie obedecía"64. Además de las pérdidas humanas, el ejército británico se dejó por el camino hacia Lugo, un cofre repleto de monedas valorado en 120.000 pesos de plata o 25.000 libras65. El ejército británico al borde del colapso llega a la ciudad de Lugo el día 6 de enero, población de cierta relevancia para la época, así lo narra el Oficial Gordon del 15º Húsares “Del 6 al 9 el ejército permaneció detenido en Lugo, donde Moore ofreció batalla a Soult, y los regimientos británicos recuperaron algo de su disciplina y reunieron a muchos de sus rezagados”66. El ejército británico se despliega a las afueras de Lugo y aunque se dan una serie de escaramuzas, la batalla campal será rechazada por Soult que se excusará de la siguiente manera “Una gran cantidad de hombres y caballos no habían podido seguir, a causa de la fatiga y la falta de alimento, 64 Morley, Memoirs of a Sergeant of the Fifth Regiment of Foot containing an Account of his Service on Hanover, South America, and the Peninsula, 1842, p.61-62. (Esdaile & Reed, 2018, p.126). 65 Grehan et al., Op. Cit. p. 259. 66Gordon, Op. Cit. Kindle Pos. 1579-1586. Figura 8. Vistas desde Pedrafita do Cebreiro. A lo largo de estas montañas, en aquel año de 1809 cubiertas de nieve, ambos ejercitos sufrieron centeras de bajas. Foto del autor. 26 lo que les hizo sufrir en un paraje montañoso destrozado por los ingleses… Un reconocimiento dirigido a la posición inglesa me convenció de que para atacar tendría que reunir todos los medios de los que disponía… Esto requeriría al menos dos días” 67 Durante la noche del 8 de enero de 1809, el ejército británico abandonara la ciudad de Lugo prosiguiendo la marcha tras el descanso. El último tramo de la huida pasa por Guitiriz y Betanzos donde esta vez la lluvia y el barro acompañan al ejército, August Schaumann indica en sus memorias “Marchamos lentamente en dirección a Quitterez (Guitiriz) en una muchedumbre dispersa, cansados, desanimados, hambrientos, mojados hasta los huesos y cubiertos de barro. Todos los habitantes habían huido, todas las aldeas estaban desiertas y, por lo tanto, fueron saqueadas de inmediato.”68 De nuevo el paso de ambos ejércitos se hace notar, en la parroquia de Muxa (Lugo) el cura de la localidad escribe “En 28 de febrero de 1809, se hizo el entierro de Modesto de Romay…cuya murió en aquella (sic) el día 10 de enero de 1809 por los franceses” 69. La siguiente localidad en ver el paso de los ejércitos en retirada, fue Betanzos, así lo narra el soldado anónimo del Regimiento 42º “En Britanzes (Betanzos) había todo tipo de suministros para el ejército británico ... Encontré un par de zapatos ... Me sentí en esos zapatos, como ningún monarca se sintió jamás en un trono ... Ningún alma más que la de él que compartió las miserias de esa marcha, en medio de privaciones similares, puede tener cualquier compañerismo conmigo en la reminiscencia de sus horrores ... No me fui del pueblo con el regimiento. Nuestra guardia fue tomada para ayudar a destruir los suministros. Todo fue arrojado al río"70. En los últimos kilómetros, cuando el ejército de Moore ya divisaba en la lejanía el puerto de A Coruña, los ánimos cambiaron, así lo expresa el soldado anónimo del Regimiento 71º “Llegamos el 11 de enero de 1809. ¿Cómo describiría mis sensaciones ante la primera visión del océano? Sentí que todo mi desaliento anterior desaparecía de mi mente. Mis irritados pies caminaban mucho más ligeros en el camino helado. Todos los rostros cerca de mí parecieron iluminarse. Gran Bretaña y 67 Soult, J, 1999, p. 64. 68 Schaumann, A. Op. Cit. p. 130. 69 A.D. L. Parroquia: Muxa, Santa María, Libro de Bautizados y Difuntos 1715 – 1822. (Osuna Rey, Op. Cit. p.58) 70 The Personal Narrative of a Private Soldier, Who Served in the Fourty- Second Highlanders, For Twelve Years, During the Late War, anónimo, 2016, Kindle pos: 633-647. 27 el mar son dos palabras que no se pueden separar.” 71. El ejército británico cruza en O Burgo el ultimo puente antes de alcanzar la seguridad de A Coruña. Tras el paso del ejercito por el puente de piedra, los ingenieros británicos lo preparan para su demolición, una operación de minado que solo en una ocasión en la larga retirada había resultado satisfactoria72. Estas acciones fueron claves para retrasar al ejército francés, así lo narra Robert Blakeney del 28 “La explosión al final se produjo y destruyó por completo dos arcos; Grandes bloques de mampostería saltaron terriblemente sobre nuestras cabezas… La compañía ligera del 28º y la compañía del capitán Cameron del 19º rompieron sus filas y corrieron como pavos… Los bloques resultantes continuaron sus trayectorias parabólicas… y descendieron quedando profundamente enterradas en la tierra. Un hombre del28º resulto muerto” . El éxito de la operación lleva al ejército francés a perder 2 o 3 días. Este retraso será muy 71 Memorials of the Late War: Journal of a Soldier of the Seventy- First Regiment (Highland Light Infantry) from 1806-1815, anónimo, 2017, Kindle pos. 699. 72 Blakeney, Op. Cit. p. 50. Figura 9. Puente de O Burgo. Situado a pocos kilómetros de A Coruña y de paso obligado para ambos ejércitos. Destruido parcialmente por los británicos. Foto del autor. 28 favorable para los intereses británicos en el desenlace de los acontecimientos que habían de llegar. 3.2. A Coruña, enero de 1809. La llegada del ejército británico a la ciudad de A Coruña el 13 de enero, culmina tras 18 días de marcha y más de 450 km recorridos, con el resultado de cientos de bajas para el ejército de Moore. En esta ocasión, al menos en la ciudad Herculina hallaran el aliado que tanto ansiaban desde la llegada a la península ibérica, la población coruñesa, así lo narra August Schaumann “Los habitantes aquí son muy amables. Varios oficiales que han estado con el general Spencer en Cádiz dicen que la gente es tan liberal y entusiasta como ellos. Todos, jóvenes y viejos, ricos y pobres por igual (sí, incluso las mujeres y las niñas) están ocupados en las murallas ayudando a levantar trincheras. Grupos enteros de muchachas jóvenes y hermosas van en procesión con cestas en la cabeza, llevando municiones a los fuertes y a las baterías, y se ve maravillosamente bien. Si los españoles hubieran sido así de patriotas en todas partes, las cosas hubieran ido mejor”73. El ejército británico conseguirá en A Coruña reponerse del cansancio y del gran estrés sufrido. Sin embargo, la flota británica a consecuencia de una meteorología complicada se retrasará, apareciendo en la bahía de A Coruña el 14 de enero. Los días del 13 al 15 de enero son de gran ajetreo, por un lado, comienzan los preparativos para el embarque del ejército y por otro lado la amenaza de Soult obliga a preparar la defensa de la ciudad. John Moore ante la inminente llegada de los franceses pone en marcha dos acciones de “tierra quemada” y así evitar que estos se apoderen de nada útil tras su marcha, ambos eventos son testimoniados por multitud de fuentes. Por un lado, el día 13 de enero, miles de barriles de pólvora serán destruidos, tal y como lo cuenta el Capitán Gordon del Regimiento 15º de Húsares “La ciudad entera se halló en alarma alrededor de las nueve de esa mañana por una tremenda explosión ... Se rompieron varias ventanas ... Sir John Moore había ordenado que se destruyera un polvorín... ya que no había tiempo para eliminar la pólvora que contenían, la cual ascendía a 1500 barriles… La consecuencia… fue una 73 Schaumann, Op. Cit. p. 135. 29 explosión infinitamente más violenta (de lo esperado) … algunos hombres encargados de la explosión volaron por los aires. Los habitantes de la aldea… habían sido avisados del peligro… pero pocos hicieron caso… es probable que muchos perecieran… dado que el lugar fue reducido a ruinas”74. Por otro lado, más de 2000 caballos serán sacrificados en la zona de Pescadería (A Coruña), así nos lo relata el soldado del anónimo del Regimiento 71º “A mi regreso al campamento, fui testigo de una escena conmovedora. La playa estaba cubierta de caballos muertos… Los animales, como advertidos por los cadáveres de sus compañeros, parecían frenéticos, relinchaban y gritaban de la manera más espantosa. Muchos se soltaron y galoparon por la playa con las melenas al aire y la boca bien abierta.”75. Durante los días 14 y 15 de enero, el ejército de Soult repara el puente, tras la retirada de los piquetes británicos los franceses comienzan a tomar posiciones en los altos de Peñasquedo. Entre tanto la mayor parte de la artillería y el total de la caballería inglesa serán embarcadas en la flota británica. La dificultad logística del embarque de ambas unidades apremiará a que se suban los primeros a los barcos. Sin embargo, el aspecto táctico, también tuvo un gran peso en esta decisión, ya que Moore tuvo en 74 Gordon, A. Op. Cit. p. 1799 75 Memorials of the Late War: Journal of a Soldier of the Seventy- First Regiment (Highland Light Infantry) from 1806-1815, anónimo, 2017, Kindle pos. 712. Figura 10. Vistas al fondo de la ciudad de A Coruña desde los altos de Peñasquedo, ocupados por el ejército francés los días previos a la batalla. Foto del autor. 30 cuenta la desventaja de un terreno irregular para caballería y artillería en caso de batalla. Las afueras de A Coruña eran una zona plagada de huertas gallegas con pequeños muros divisorios, lo que provocaría que la caballería no pudiera combatir de manera eficaz, así lo describe antes de la batalla William Vane, brigadier de caballería británico “Los ejércitos francés e inglés estaban separados entre sí por una serie de murallas y setos; y otros recintos ...”76 . De esa manera, la infantería británica queda en tierra hasta el día 16 de enero, cuando de mañana comienza el embarque, el cual rápidamente se verá interrumpido ante las noticias de los movimientos de los franceses y el ruido de los cañones. El ejército británico tras dos días de descanso, y ante la incapacidad de poder embarcar al completo se verá obligado a entablar combate. El estado anímico antes de la lucha ha de ser tenida en cuenta para comprender el desenlace. En el bando británico, existía cierta necesidad de revanchismo provocado por el acoso sufrido en la huida y al mismo tiempo, los soldados eran conscientes de la importancia del éxito o fracaso de la batalla, con el mar a sus espaldas, su supervivencia y posterior huida dependía de como culminara la batalla. En cambio, los franceses agotados ante la dureza de la marcha encontraran a un ejército británico atrincherado a las afueras de A Coruña, lo que afectó a su moral ante la crudeza de lo que se avecinaba. En definitiva, estas pinceladas dan una última aproximación de la realidad de ambos ejércitos desde el punto de vista de la moral. 4. Los ejércitos enfrentados. 4.1. Los mandos. A continuación, y de manera concisa, se presentan los mandos de ambos ejércitos. Esto ayuda a comprender mejor el organigrama militar de ambos bandos, a través de las siguientes tablas. En ellas se muestran: generales de ejército, generales de divisiones y los brigadieres de los diferentes regimientos. Una visión general del entramado de mandos de los ejércitos de la época y que sirve de guía para conocer a los individuos involucrados. 76 William Vane, 1829, p. 284. 31 Ambas tablas nos permiten también ubicar las diferentes unidades militares implicadas en la batalla de A Coruña. En el caso británico se han incluido también a Figura 11. Tabla que muestra los principales mandos británicos. Tabla del autor. Warde William Bentick Mannigham Beresford Fane Leith Hill Catlin Crawdurd Anstruther*(Ross) Disney Secretario militar: John Colborne EJERCITO BRITÁNICO Comandante en jefe: General Sir John Moore Plana mayor Intendente: George Murray Ayudante de campo: Clinton David Baird Alexander Mckenzie Fraser Charles Stewart y Charles Slade Estado mayor Thomas Graham, Percy, Burrard, George Napier, Henry Hardinge ARTILLERÍA Coronel Hardinge*(Major Viney) Capitan Eveleigh y Capitan Downman CABALLERÍA Lord Henry William Paget DIVISIONES DE INFANTERÍA John Hope Edward Paget BRIGADAS LIGERAS- VIGO Karl Alten y Robert Craudfurd Reynaud Sarrut Thomiéres Gaulois Jardon Lefebvre Foy Arnaud EJERCITO FRANCÉS Comandante en jefe: Mariscal Jean de Dieu Soult Ayudantes de campo: Coronel Hulot, jefes de escuadron Saint-Chamans, capitan Ricard. Lahoussaye division DIVISIONES DE INFANTERÍA General de división: Merle, 1ª División Jefe de estado Mayor: Sylvestre Ricard Jefe deestado Mayor: Ayudante Forestier ARTILLERÍA General de brigada: Bourgeat Jefe de estado Mayor: Ayudante Baurot CABALLERÍA jefe de estado Mayor: Ayudante Cambis General de división: Mermet , 2ª División Brigadas Debelle y Girardin General de división: Delaborde, 3ª División Brigadas Marisy y Caulaincourt Lorge division Brigadas Vialnes y Fournier Franceschi division Figura 12. Tabla que muestra los principales mandos franceses. Tabla del autor, basada en la autora Natalia Griffon. 32 las brigadas ligeras que se separaron del grueso principal que fueron en dirección a Vigo. 4.2. Organización y composición de los ejércitos de la época napoleónica. De cara, a comprender la composición de los ejércitos que lucharon en la batalla de A Coruña, en esta sección repasaremos brevemente como franceses y británicos combatían en los años 1808 y 1809. En el caso de la infantería de este período77, una de las imágenes más icónicas en el imaginario colectivo, es la visión de regimientos que en largas filas/líneas compactas se aproximan al combate al son de los tambores con paso firme y lento. Las razones de ser de dichas formaciones son las siguientes78: 1- El armamento: La máxima de todo ejercito es adaptarse y optimizar las herramientas disponibles. Desde el s. XVI d. C. la pólvora se convirtió en la dominante de los campos de batalla y hasta principios del s. XIX d. C. su uso fue teniendo cada vez más importancia. Un crecimiento que puso fin a muchas armas blancas que habían acompañado al ser humano en sus guerras fratricidas. Sin embargo, al no alcanzar gran puntería y distancia, hizo que para lograr una gran potencia de fuego los ejércitos continuaran siendo los bloques compactos de hombres. La fórmula clásica seguía siendo la más eficaz para ir a la guerra. 2- Potencia de fuego: Al llegar al campo de batalla habitualmente la infantería se formaba en “línea de a tres”79, para que como previamente indicamos, ganar potencia de fuego. Al mismo tiempo, hay que recordar que los mosquetes de ánima lisa tenían muy poca puntería, por ello la única forma de que fueran efectivos era a través del fuego de descarga y el disparo en masa, la cual era la manera más eficaz de infligir daño físico y psicológico al enemigo. 3- Organización: El mando y control de las unidades se veía beneficiado por el orden cerrado en que estaban constituidas. Las órdenes en las guerras 77 Griffith, 2007, p. 6-7. 78 Hernandez Cardona & Rubio-Campillo, 2010, p. 140-145. 79 Haythornthwaite, 2008, p. 14-15. 33 napoleónicas eran transmitidas por mandos intermedios que situados estratégicamente a lo largo de los regimientos y por medio de gritos, podían dirigir a sus soldados. Además, los elementos visuales (banderas) y acústicos (tambores o cornetas), mantenían cohesionada a la unidad en el fragor de la batalla. Las dificultades para mantener coordinada a la unidad frente a un terreno irregular se sumaban al humo de la pólvora y el ruido ensordecedor de la batalla. 4- Moral: Sin duda, el hecho de avanzar hombro con hombro junto a los compañeros de campaña ayudaba a mantener la moral alta de la soldadesca en el momento de avanzar contra el enemigo. Lo que evitaba la huida de los soldados al integrarlos en unidades donde se promovía el espíritu de cuerpo. Sin embargo, la infantería se había diversificado y para el año 1809 las naciones europeas habían desarrollado unidades de infantería ligera o los voltiguers franceses80. Estas unidades ligeras destacaban por tener una mayor independencia en el campo de batalla, luchar en orden abierto y usar rifles de mayor precisión y distancia. El modo de combatir de estas unidades revolucionó las batallas de la época y pueden considerarse antecesoras del sistema de combate de las guerras modernas. A lo largo de la campaña de A Coruña su eficacia será probada en numerosas ocasiones, como el aclamado Regimiento 95° de rifles británico. En la evolución de esta infantería tendrá un gran peso uno de los protagonistas de este trabajo, John Moore, el cual fue uno de los grandes impulsores de la infantería ligera81. En aspectos organizativos, el ejército francés disponía de una gran flexibilidad al otorgar a cada Mariscal el mando único de su ejército, los cuales en campaña tenían como Soult, total autonomía, a menos que Napoleón enviara órdenes precisas. Bajo Soult la infantería se dividía en divisiones comandados por generales de divisiones, las cuales en A Coruña tenían un tamaño muy dispar que iba de 5637 hombres en la división Merle a solo 2876 en la división Delaborde. Bajo ellos se organizaban dos o tres brigadas; y cada brigada tenía al mando al menos dos batallones. En el caso británico, la organización era similar con un organigrama que de la misma manera pasaba desde el General Moore, a sus tenientes generales los cuales estaban al mando de las divisiones con tamaño aproximado de 6000 hombres. En relación con 80 Haythornthwaite, 2016, p. 8-9. 81 Ibíd, p. 25-27. 34 las brigadas, eran prácticamente como las francesas, aunque en estas últimas se incorporaban unidades de artillería. Por último, los regimientos tenían solo un batallón por cada uno de ellos, es decir, aunque un regimiento tenía dos batallones, solo uno se incorporaba a la campaña. En cambio, en el caso de los franceses, cada regimiento podía tener todos sus batallones luchando en activo al mismo tiempo, incluso hasta cuatro. La unidad táctica básica de infantería era el batallón. Un batallón de línea francés tenía, en teoría, 840 hombres82, y uno británico 1000 hombres83 pero en la práctica, dado los avatares de la campaña habría que reducir el número operativo en un 20%. Los franceses tras la reorganización de 1808 se organizaron en seis compañías: cuatro de infantería de línea y dos compañías en el flanco, en la izquierda los voltigeurs, infantería ligera especializada y utilizada para escaramuzas, y a la derecha, los granaderos, formados por los hombres más altos y fuertes. Los británicos seguían un modelo similar, la infantería de línea se formaba en ocho compañías de 100 hombres. Además de las dos compañías de los flancos, las cuales estaban ocupadas, tal y como la de los franceses por granaderos e infantería ligera. Como podemos observar los batallones eran una unidad que, aunque dependía de la brigada, tenía una gran autonomía. A la hora de adentrarse en el campo de batalla lo hacían en “columnas”, estas eran auténticos bloques que dada su cohesión podían avanzar en perfecto orden. Una vez llegaban al lugar indicado, maniobraban para formar en “línea”, para hacer uso de la potencia de fuego que otorgaba esta formación. La infantería, además de enfrentarse a otras unidades de infantería tenía que hacer frente a las cargas de caballería, para ello los ejércitos mejor entrenados formaban el “cuadro”, un rectángulo o cuadrado de bayonetas en dirección al exterior, que protegía la retaguardia de todos sus integrantes84. En este sentido, simplemente si el batallón se compactaba, eran casi imbatibles para la caballería, en cambio serían muy vulnerables ante la artillería, la cual podría causar decenas de bajas de un solo disparo. 82 Griffith, Op. Cit. p. 51. 83 Haythornthwaite, 2008, p. 11. 84 Ibíd, p. 8. 35 La organización de los ejércitos y sus maniobras nos permite comprender su funcionamiento en el campo de batalla. En Elviña, por ejemplo, los franceses optaron por la “columna” no solo para avanzar por el campo de batalla85, sino para cargar hasta el enfrentamiento a bayoneta. Esta táctica había sido puesta en práctica en numerosas ocasiones y aunque sacrificaba potencia de fuego, ganaba en maniobrabilidad si la comparamos con una larga línea. Al mismo tiempo, una carga de bayonetas podía quebrar la moral de unidades poco disciplinadas, provocar la huida en masa y decidir
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