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Estamos celebrando los dos mil años de la irrupción en la historia de la
humanidad de Jesús el Cristo, el enviado del Padre para darnos a conocer su
proyecto de liberación y de comunión. Como hijos que somos de nuestra cultura,
lo vemos y leemos desde nuestro propio contexto cultural. Ahora bien, la Iglesia
no es occidental, griega o judía; es universal, es la gran familia de un Dios que nos
invita a comulgar profundamente con las penas y las alegrías de las personas que
pertenecen a otras culturas. En la actualidad, las Iglesias de África y Asia están
tomando muy en serio su compromiso de aunar su experiencia de Dios con las
culturas en las que se expresan. Las respuestas que nos ofrecen sus teólogos son
creativas y genuinas, están hechas por hombres y mujeres, por católicos y protestantes,
pero tanto unas como otras nos son desconocidas.
Nosotros, misioneros y misioneras del SCAM, consideramos positivo y
enriquecedor para las comunidades cristianas españolas que puedan conocer lo que
el Espíritu Santo dice a aquellas Iglesias con el fin de que nuestra comunión sea más
grande y vaya más allá de las fronteras que suponen la lengua y la distancia. Vivimos
tiempos de globalización, de visiones universales; la teología africana y asiática nos
recuerda nuestra vocación universal de caminantes y peregrinos que saben adónde
van, pero que no rechazan lo que otros peregrinos nos ofrecen y regalan.
SCAM
Servicio Conjunto de Animación Misionera
Los institutos que forman SCAM: Misioneras de Nuestra Señora de África, Misioneras
Combonianas, Compañía Misionera del Sagrado Corazón, Misioneras de Cristo Jesús, Mercedarias
Misioneras de Bérriz, Misioneras Hijas del Calvario, Franciscanas Misioneras de María, Misioneras
Dominicas del Rosario, Misioneras de la Consolata, Misioneras de la Madre Laura, Misioneros de
la Consolata, Misioneros de Mariannhill, Misioneros de África, Sociedad de Misiones Africanas,
Misioneros Combonianos, Misioneros Espiritanos, Misioneros Javerianos, Misioneros del Verbo
Divino, Instituto Español de Misiones Extranjeras.
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“Escribir este libro fue como volver a casa
tras un largo viaje. En el camino me encontré con
muchas mujeres asiáticas cuyo dolor me ha hecho
ver mis propias heridas y cuya lucha por la
liberación me ha capacitado para buscar de forma
activa mi propia liberación y la curación de mis
hermanas asiáticas. También me encontré con
muchas mujeres asiáticas fuertes y sabias cuya
fuerza y sabiduría me inspiraron para creer en
mi fuerza y sabiduría y en la de mis hermanas.
Fue un viaje lleno de agonía y belleza.”
“Este libro trata de la naciente teología de la
liberación feminista asiática. Intento presentar
el contexto y las aportaciones específicas de la
naciente teología de la mujer en su lucha por
la supervivencia y la liberación. Me acerco a los
relatos, los poemas y los escritos teológicos de
las mujeres asiáticas como un pintor que es testigo
de la erupción de un volcán y quiere comunicar
a otros que el volcán está en erupción.”
“Hacer teología es una actividad tanto
personal como política. Como mujer coreana,
hago teología buscando lo que significa ser
totalmente humana en mi lucha por la plenitud
y en la concreta lucha histórica de mi pueblo
por la libertad. Al discernir la presencia y la
acción de Dios en medio de nosotros, quiero
energizar mi propio proceso liberador y el de
mi comunidad. Nuestras historias personales de
agonía y de gozo, de lucha y de liberación, están
siempre relacionadas con nuestros contextos
sociopolíticos y religioso-culturales. La teología,
por lo tanto, es un discurso a la vez íntimo y
público.”
Títulos publicados en esta colección:
1. El grito del hombre africano
Jean-Marc Ela
2. Teología cristiana asiática contemporánea
Franklyn J. Balasundaram
3. Identidad africana y cristianismo
Engelbert Mveng
4. Vivir en libertad. Las teologías de la
liberación del continente asiático
Michael Amaladoss
5. Teología africana para tiempos de crisis
Kä Mana
6. Liberación, inculturación, diálogo religioso.
Un nuevo paradigma desde Asia
Aloysius Pieris
7. Itinerarios de teología africana
Rosino Gibellm (ed.)
8. Hacia una teología de la lucha
Eleazar S. Fernández
9. Mujeres, tradición e Iglesia en África
Mercy Amba Oduyoye y Musimbi R.A.
Kanyoro (eds.)
10. Teología del búfalo del agua
Kosuke Koyama
11. Introducción a la teología femenina asiática.
Lucha por ser el Sol una vez más
Chung Hyun Kyung
INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA
FEMENINA ASIÁTICA
Lucha por ser el Sol una vez más
Chung Hyun Kyung
Introducción a la teología femenina
asiática
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 1
Chung Hyun Kyung
Introducción a la
teología femenina
asiática
Lucha por ser el Sol una vez más
EDITORIAL VERBO DIVINO
Avda. de Pamplona, 41
31200 Estella (Navarra)
2004
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 3
Título original: Struggle teology be the Sun Again
Traducido por Francisco J. Molina
Dibujo portada: Ana Gallinal
© 1990 by Chung Hyun Kyung - Orbis Books, Maryknoll,
Nueva York
© SCAM (Servicio Conjunto de Animación Misionera):
Misioneras de Nuestra Señora de África, Misioneras
Combonianas, Compañía Misionera del Sagrado Cora-
zón, Misioneras de Cristo Jesús, Mercedarias Misioneras
de Bérriz, Misioneras Hijas del Calvario, Franciscanas
Misioneras de María, Misioneras Dominicas del Rosario,
Misioneras de la Consolata, Misioneras de la Madre
Laura, Misioneros de la Consolata, Misioneros de
Mariannhill, Misioneros de África, Sociedad de Misiones
Africanas, Misioneros Combonianos, Misioneros Espiri-
tanos, Misioneros Javerianos, Misioneros del Verbo
Divino, Instituto Español de Misiones Extranjeras,
Ocasha-Cristianos con el Sur.
© Editorial Verbo Divino, 2004. Es propiedad. Printed in
Spain. Impresión: Gráficas Lizarra, Villatuerta (Navarra).
Depósito legal: NA 2961-2004.
ISBN: 84-8169-651-X
Editorial Verbo Divino
Avenida de Pamplona, 41
31200 Estella (Navarra), España
Teléfono: 948 55 65 11
Fax: 948 55 45 06
Internet: http://www.verbodivino.es
E-mail: evd@verbodivino.es
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 4
Dedicado a mis tres madres:
Oh Yang Kwang (1915-),
la madre que me dio la vida.
Kang Du Ran (1908-1982),
la madre que me dio leche.
Chang Won (1915-),
la madre que me dio miel.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 5
Prefacio........................................................................................ 11
Introducción................................................................................ 15
1. El contexto histórico de la teología feminista asiática............. 31
El Departamento de la Mujer de la 
Conferencia Cristiana de Asia.................................................... 33
La Comisión de la Mujer en la Asociación 
Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo ................................... 37
“In God’s Image”: una revista teológica 
feminista de Asia....................................................................... 46
2. El contexto social de la teología feminista asiática.................. 51
3. Lucha por ser el Sol una vez más: reflexiones 
teológicas de la mujer asiática sobre la humanidad ................ 73
Ser humano es sufrir y aguantar ................................................ 77
Ser humano es ser creado a imagen de Dios ................................ 91
Dios como masculino y femenino....................................... 91
Dios como comunidad........................................................ 93
Dios como creador de la naturaleza 
y de la historia..................................................................... 94
Dios como espíritu vivificante............................................. 95
Dios como madre y mujer .................................................. 96
4. ¿Quién es Jesús para la mujer asiática?.................................... 99
Imágenes tradicionales ...............................................................99
Jesús como el siervo sufriente .............................................. 99
Índice general
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 203
Introducción a la teología femenina asiática204
Jesús como Señor ................................................................ 107
Jesús como Emmanuel (Dios-con-nosotros)........................ 110
Nuevas imágenes emergentes ...................................................... 114
Jesús como liberador, revolucionario y mártir político......... 115
Jesús como madre, mujer y chamán .................................... 117
Jesús como trabajador y como grano................................... 126
5. ¿Quién es María para la mujer asiática de hoy en día? ........... 131
María como modelo de la plena feminidad 
y del ser humano plenamente liberado ........................................ 135
María como Virgen: la mujer 
que se define a sí misma...................................................... 135
María como madre: dadora de vida a Dios 
y a la nueva humanidad ...................................................... 137
María como hermana: una mujer solidaria 
con otras mujeres y con los oprimidos ................................ 141
María como modelo del verdadero discipulado ............................ 143
María como corredentora en la salvación humana ...................... 146
6. La naciente espiritualidad de la mujer asiática........................ 149
La formación de la espiritualidad de la mujer asiática ................ 152
En un atolladero: viviendo la muerte .................................. 152
La decisión por la vida: descubriendo 
su verdadera identidad ........................................................ 153
Ayuda: construyendo una comunidad................................. 155
Las características de la espiritualidad de la mujer asiática .......... 159
Concreta y total .................................................................. 160
Creativa y flexible................................................................ 160
Profética e histórica ............................................................. 161
Orientada hacia la comunidad ............................................ 162
A favor de la vida (pro-life) .................................................. 163
Ecuménica e inclusiva ......................................................... 164
Cósmica y centrada en la creación....................................... 167
Las diversas manifestaciones de la naciente 
espiritualidad de la mujer asiática ............................................. 168
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 204
7. La aportación y el futuro de la teología feminista asiática ...... 173
Una nueva comprensión de la teología........................................ 173
La teología como “llanto, lamento e invocación”................. 173
La teología como praxis sobre Dios..................................... 175
La teología como una reflexión encarnada y crítica ............. 175
La teología como búsqueda de una visión ........................... 177
Una nueva comprensión de la identidad de los teólogos ............... 178
Una nueva metodología............................................................. 181
El futuro de la teología feminista asiática ................................... 190
Índice de nombres ....................................................................... 199
Índice general 205
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 205
Nota sobre el subtítulo
El subtítulo de este libro, Lucha por ser el Sol una vez
más, procede del poema “The Hidden Sun”, escrito por
una mujer japonesa, Hiratsuka Raicho. En su poema, ella
plantea que “en el principio, la mujer era el Sol, era una
persona de verdad, pero ahora la mujer es la Luna”. Esto
significa que, anteriormente, la mujer asiática se defi-
nía a sí misma, pero ahora es una mujer dependiente,
definida por los hombres en su vida. Por tanto, Raicho
piensa que la lucha por la liberación de la mujer asiática
es una “lucha por ser el Sol una vez más”. Creo que su
expresión poética manifiesta apropiadamente el anhelo
de plenitud de la mujer asiática.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 7
Prefacio ............................................................................... 11
Introducción ....................................................................... 15
1. El contexto histórico de la teología feminista asiática...... 31
2. El contexto social de la teología feminista asiática........... 51
3. Lucha por ser el Sol una vez más: reflexiones 
teológicas de la mujer asiática sobre la humanidad.......... 73
4. ¿Quién es Jesús para la mujer asiática? ............................ 99
5. ¿Quién es María para la mujer asiática de hoy en día?..... 131
6. La naciente espiritualidad de la mujer asiática................. 149
7. La aportación y el futuro de la teología 
feminista asiática............................................................. 173
Índice de nombres .............................................................. 199
Índice general ..................................................................... 203
Contenido
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 9
Escribir este libro fue como volver a casa tras un largo viaje.
En el camino me encontré con muchas mujeres asiáticas cuyo
dolor me ha hecho ver mis propias heridas y cuya lucha por la
liberación me ha capacitado para buscar de forma activa mi
propia liberación y la curación de mis hermanas asiáticas. Tam-
bién me encontré con muchas mujeres asiáticas fuertes y sabias
cuya fuerza y sabiduría me inspiraron para creer en mi fuerza y
sabiduría y en la de mis hermanas. Fue un viaje lleno de agonía
y belleza. Agonizaba porque el odio y las dudas conmigo misma
me habían cegado para ver el nacimiento de las nuevas teologías
que mis hermanas asiáticas y yo estábamos alumbrando.
También celebré mi belleza y la de mis hermanas cuando el
odio hacia mí misma se convirtió en amor mediante el descu-
brimiento de esas verdades vivificantes que existían en la mujer
asiática. Finalmente, siento que he vuelto a casa porque me
siento en casa conmigo misma y he encontrado un hogar en la
lucha de la mujer asiática por alcanzar su plenitud como mujer.
Este libro trata de la naciente teología de la liberación femi-
nista asiática. Intento presentar el contexto y las aportaciones
específicas de la naciente teología de la mujer en su lucha por
la supervivencia y la liberación. Me acerco a los relatos, los
poemas y los escritos teológicos de las mujeres asiáticas como
un pintor que es testigo de la erupción de un volcán y quiere
comunicar a otros que el volcán está en erupción. Debido a la
urgencia de la erupción, en constante cambio y movimiento,
Prefacio
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 11
he trazado un boceto a grandes rasgos, con pinceladas largas y
rápidas; no siempre he sido capaz de transmitir las sutiles dife-
rencias de forma, color y textura de esta erupción histórica que
está produciéndose en la mujer asiática, callada durante tanto
tiempo. A menudo, creo que el volcán en erupción de mi dibujo
parece simplista y general; sin embargo, creo que atrapa con pre-
cisión el momento de la erupción en su marco más amplio.
Con temor y temblor, comparto el rápido boceto de la
erupción aún inacabada de mis hermanas asiáticas y de aqué-
llas que pueden relacionar sus luchas en este mundo con la
lucha de la mujer asiática. Espero que mi dibujo pueda gene-
rar algún tipo de inquietud en el corazón, la puesta en común,
la discusión, la lucha, la risa y la celebración entre la gente que
está haciendo su viaje de vuelta a casa.
Muchas personas me impactaron en mi largo viaje. Escucha-
ron a mis, en ocasiones, incoherentes palabras, me alimentaron
con su amistad y me abrazaron cuando necesitaba a mami
para poder soportar este difícil viaje en soledad.
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a cuatro miem-bros del comité de mi tesis doctoral en el Union Theological
Seminary de Nueva York. Nutrieron mi crecimiento intelec-
tual, y su apoyo hizo posible que transformase mi tesis en este
libro. James Cone, mi consejero principal, me animó a escribir
mi tesis sobre “aquello que más te doliera”. También me criticó
diciendo: “Abandona tu ‘pecado de profundidad’. Confía en la
sabiduría teológica de las mujeres asiáticas y descríbela de forma
simple y sencilla. Pero si de verdad quieres dar voz a la lucha de
los pobres, no la presentes pobremente”. Agradezco al doctor
Cone su dirección, su comprensión y su amor hacia mi pueblo.
Beverly Harrison y su obra, especialmente su artículo “The
Power of Anger for the Work of Love” [El poder de la ira para
la obra del amor], me atrajeron al Union Theological Seminary.
Su presencia en los días en los que permanecí en el Union me
recordaron siempre que he de tomar en serio mi ira y canalizarla
no contra mí misma, sino para aumentar mi “pasión por la
justicia”. Kosuke Koyama me motivó, especialmente a través de
su fogoso desacuerdo con muchos aspectos de mi tesis, para
clarificar mi identidad asiática en su cada vez mayor compleji-
Introducción a la teología femenina asiática12
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 12
dad. Su desafío me llevó a replantearme el sentido del cristia-
nismo en el contexto asiático. Letty Russell, de Yale Divinity
School, me apoyó gracias a sus continuas conexiones personales
con muchas mujeres asiáticas y a sus concienzudas lecturas sobre
diversas teologías feministas asiáticas que estaban surgiendo.
Fortaleció mi camino al ser una hermana solidaria con las muje-
res asiáticas, especialmente apoyando con lealtad al grupo de las
teólogas asiáticas de Norteamérica.
Mi crecimiento fue estimulado por sugestivas discusiones
con muchas personas asiáticas y de distintos países del Tercer
Mundo que me concedieron su precioso tiempo para entrevis-
tarme con ellas. Doy las gracias a muchas hermanas asiáticas:
Lee Oo Chung, Cho Wha Soon, Lee Sun Ai, Cheng Sook Ja,
Kang Myung Soon y Sohn Eun Ha, de Corea; Aruna Gnana-
dason, de la India; Marlene Perera y Bernardeen Silva, de Sri
Lanka; Elizabeth Tapia, Loretto Mapa y Virginia Fabella, de
Filipinas; Kwok Pui-lan, de Hong Kong, y Nantawan Boon-
prasat Lewis, de Tailandia.
También quiero dar las gracias a los teólogos asiáticos que,
por medio de entrevistas, me han ofrecido sus intuiciones:
Hyun Young Hak, Ahn Byung Mu, Suh Kwang Sun, Kim
Yong Bok y Park Sang Jun, de Corea; Tissa Balasuriya, Aloy-
sius Pieris y Preman Niles, de Sri Lanka; M. M. Thomas,
Samuel Rayan y K. C. Abrahan, de la India; Yeow Choo Lak,
de Singapur. Y a Mercy Amba Oduyoye, de Ghana.
Estoy muy agradecida por el apoyo de mis profesores y
colegas en la Universidad Femenina de Ewha, en Seúl (Corea),
especialmente a mi anterior consejera, Park Soon Kyung. Estoy
profundamente agradecida a mis colegas en el Centro Teológico
Femenino: Donna Bivens, Nancy Richardson, Francine Card-
man y a los participantes en el estudio-acción 1988-1989.
He mantenido mi cordura gracias a valiosos amigos. En Bos-
ton, Angelica y Richard Harter me ofrecieron un santuario para
vivir y escribir mientras acababa mi tesis. Patricia McCullum
me alimentó a base de comida asiática y de su espiritualidad
feminista. Kim Hae Sun me hacía recordar que había nacido
para bailar. Barbara Brockelman fue la partera de mi Diosa. Mi
Prefacio 13
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 13
editor, Thomas Holt, reconstruyó con gran esfuerzo y mucho
respeto mi inglés coreano convirtiéndolo en algo comprensible.
Mis amigos del Union Theological Seminary, a quienes
dejé atrás mientras escribía mi tesis en Boston, soñaban con
mi defensa y me enviaban sus ánimos a través del teléfono y
de hermosas cartas. Se trata de Ada María Isasi-Díaz, Marilyn
Legge, Pamela Brubaker, Elizabeth Bounds, Lois Kirkwood,
Sallie McNickle, Dwight Hopkins y Howard Wiley. Especial-
mente, doy gracias a los estudiantes coreanos del Union por su
apoyo. Mis tres amigas feministas coreanas en Nueva York han
sido una constante inspiración: Shin Hae Soo, Rew Sook Ryul
y Lee Sung Ok. Celebro su compromiso con la lucha de las
mujeres coreanas, su dedicación al estudio y al trabajo, y la irre-
primible y fogosa energía que poseen como mujeres coreanas.
Finalmente, me gustaría expresar mi gratitud a mi esposo,
Chun Sang Kyung, por su generosidad y comprensión. Estuvo
dispuesto a aguantar mi “ausencia” de las tareas esponsales
durante ocho meses.
Fue una gran alegría para mí regresar después de ocho años
a mi tierra materna, Corea. Ahora es el momento de “desedu-
carme” de mis estudios teológicos occidentales y de ser “ree-
ducada” por la sabiduría espiritual de mi pueblo, especialmente
por la de las mujeres mayores. Me imagino a mí misma como
un joven árbol que ha hundido sus raíces profundamente en el
fértil suelo de la madre tierra y que toma agua de la fuente de la
historia y de la cultura de mi pueblo. En mi tierra materna divi-
dida, que clama por su unión, celebro el poder de mis fuertes
madres. Recordándolas, humildemente dedico este libro a mis
tres madres: Oh Yang Kwang, que me dio la vida; Kang Du Ran,
que me dio la leche, y Chang Won, jubilada de la Universidad
Femenina de Ewha, que me guió espiritualmente en mis años
universitarios en Corea. Su sangre y su carne, su leche y su
miel me dieron el valor para soñar, arriesgar y sanar.
Cheng Hyun Kyung
15 de agosto de 1989
Universidad Femenina de Ewha
Seúl (Corea)
Introducción a la teología femenina asiática14
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 14
Hacer teología es una actividad tanto personal como
política. Como mujer coreana, hago teología buscando lo
que significa ser totalmente humana en mi lucha por la ple-
nitud y en la concreta lucha histórica de mi pueblo por la
libertad. Al discernir la presencia y la acción de Dios en
medio de nosotros, quiero energizar mi propio proceso libe-
rador y el de mi comunidad. Nuestras historias personales
de agonía y de gozo, de lucha y de liberación, están siempre
relacionadas con nuestros contextos sociopolíticos y reli-
gioso-culturales. La teología, por lo tanto, es un discurso a
la vez íntimo y público.
Mis planteamientos teológicos ni caen del cielo ni se
derivan principalmente de la academia. Más bien, surgen de
mi ira y de mi esperanza como una mujer del Tercer Mundo
que se niega a ser víctima de cualquier tipo de colonialismo.
Mi teología también se inspira en mi deseo ardiente de
autodeterminación y emana de una interpretación tercer-
mundista de la historia del pueblo, orientada hacia la libe-
ración.
Los dos acontecimientos más significativos que modelaron
mi perspectiva teológica fueron mi acercamiento al movi-
miento estudiantil coreano y el descubrimiento de la madre
de alquiler que me dio a luz. La combinación de estos dos
acontecimientos en mi historia personal me capacitó para
escuchar los lamentos de mi pueblo y de mi interior.
Introducción
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 15
El movimiento estudiantil coreano abrió mis ojos a la rea-
lidad del Tercer Mundo. Por primera vez en mi vida, gracias
al movimiento, me sentí orgullosa de proceder de una familia
económicamente necesitada. Antes de ir a la universidad y
conocer el movimiento, siempre me avergonzaba de la falta de
dinero y recursos de mi familia y de mi aspecto. Era una chica
delgaducha, morena, con cara de pan y nariz chata. Creía que
no era guapa por el modo como la gente me miraba.
Desde que tenía diez años, cuando mi padre se declaró en
bancarrota, todos mis esfuerzos diarios estaban encaminados a
salir del barrio pobre en el que vivía. Echaba de menos mi
anterior barrio rico, donde una vez había gozado de las mayo-
res comodidades. En aquel barrio, todo parecía limpio. Las
flores se abrían a lo largo de todo el año. Los niños no decían
palabrotas. Todo el ambiente parecía bello y agradable. Ser
separada de allí y colocada en un barrio pobre fue, dehecho,
como “perder el paraíso”. A lo largo de mi adolescencia fui una
niña extraña que no quería identificarse con la gente pobre
de su alrededor. Estudié con ahínco para salir del gueto y
regresar al lugar de mi nacimiento e infancia. Con férrea
determinación, logré entrar en el instituto más prestigioso de
Corea, un trampolín para escalar posiciones en la sociedad
coreana. No resulta sorprendente que la mayoría de los es-
tudiantes que entraban en la escuela procedieran de familias
privilegiadas. Sin embargo, ya no me parecían gente del
“paraíso”. No me sentía cercana a ellos. Su arrogancia y el
aparente desconocimiento de su privilegiada posición marca-
ron un abismo infranqueable entre ellos y yo. Aunque todos
llevábamos uniforme, se notaba de qué clase procedíamos al
ver los contenidos de nuestros almuerzos. Sufría a la hora del
almuerzo. No podía entender por qué muchos de ellos comían
todos los días queso y jamón de York u otros alimentos extran-
jeros. No podía entender el inmenso abismo económico entre
ellos y yo. Pensaba que eran afortunados por tener padres ricos
y que yo era desafortunada porque mis padres lo habían per-
dido todo. Cuestionaba la justicia de Dios. No podía entender
por qué Dios permitía que algunos tuvieran tantas riquezas y
no la tuviéramos mi familia y gente como nosotros.
Introducción a la teología femenina asiática16
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 16
La extrema competitividad de la escuela deshumanizaba a
todos los estudiantes. Las clases más importantes eran mate-
máticas, inglés y otros idiomas extranjeros, como francés y
alemán. Las buenas notas nos conducían automáticamente a
buenas universidades. Como robots, memorizábamos con
fanatismo el léxico extranjero y las fórmulas matemáticas para
obtener buenas notas. Fue una adolescencia larga y solitaria.
Con muchas preguntas sin resolver y con ira reprimida,
ingresé en la universidad, donde entré en contacto con el
movimiento estudiantil. Para mí, fue una experiencia salvífica.
En pequeños grupos fuera de la universidad, aprendí la natu-
raleza del colonialismo y del neocolonialismo, que eran las
causas del sufrimiento crónico de nuestro pueblo. Comencé a
descubrir que la pobreza a mi alrededor no era resultado de la
mala suerte o de la pereza, sino que se debía a las desiguales
relaciones de poder que existían entre la gente, las institucio-
nes y las naciones.
Me alegré de que mi país no fuese la causa del sufrimiento
de otras gentes, como es el caso de muchas naciones del norte
del Atlántico que habían explotado a los países del sur. Me
sentía orgullosa porque podía ser una de las voces del Tercer
Mundo que trataban de denunciar y desmantelar el mal del
colonialismo. Muchos de nosotros, influidos por el movi-
miento estudiantil, queríamos poner al descubierto las menti-
ras trenzadas por las poderosas élites extranjeras y nacionales.
Nos percatábamos de que la propia comprensión de nuestra
gente, nuestra historia, nuestra cultura e incluso nuestros crite-
rios de belleza habían sido distorsionados, principalmente,
por el poderoso colonialismo de Japón y por la manipulación
neocolonialista de Estados Unidos. 
Además, cuestionábamos todo acerca del papel de la edu-
cación institucionalizada, de los medios de comunicación, del
gobierno, del ejército, de las leyes y de los modos de pro-
ducción de nuestro país. Cuanto más estudiábamos y experi-
mentábamos la realidad tercermundista de nuestro país, más
comprendíamos cómo el imperialismo político y cultural de
los países del Primer Mundo nos había lavado el cerebro. Plan-
Introducción 17
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 17
teábamos cuestiones radicales sobre la red de poder tejida a
nuestro alrededor. Sabíamos que “las herramientas del maestro
nunca desmantelarán la casa del maestro”1.
Muchos de nosotros nos hicimos expertos en la “hermenéu-
tica de la sospecha”2. No creíamos lo que las autoridades guber-
namentales decían en las distintas partes del mundo. Más bien,
investigábamos lo que hacían en sus poderosas relaciones para
determinar quién se beneficiaba de lo que decían y hacían.
Al concienciarme de la realidad del Tercer Mundo, cues-
tioné el colonialismo y el neocolonialismo en teología. A lo
largo de mi educación teológica institucional en Corea, me
enseñaron todo sobre las teologías europeas de Scheleierma-
cher, Barth, Tillich, Bultmann, Moltmann y Pannenberg, los
llamados gigantes teológicos de los siglos XIX y XX. No me
enseñaron nada del pueblo coreano y sus reflexiones teológicas
sobre la cultura y la historia coreanas. Mi aprendizaje en la
universidad, por consiguiente, no me ayudó a discernir la obra
de Dios en la lucha cotidiana de mi pueblo en Corea. Al
contrario, fue el movimiento estudiantil el que me permitió
ver la falsa ideología incrustada en mi educación teológica
institucional. La deconstrucción de todos los aspectos del
imperialismo teológico se convirtió en el centro de mi tra-
bajo teológico. Decidí que no perdería mi vida resolviendo los
problemas teológicos de la gente que había causado mi sufri-
miento; quería gastar mis energías desacreditando su imperia-
lismo teológico y estudiando la historia y la cultura del pue-
blo asiático mientras escuchaba el lamento interior de mi
pueblo en su lucha por la supervivencia y la liberación.
Sin embargo, cuando hoy en día miro hacia atrás en mi bús-
queda teológica, debo confesar que he gastado la mayor parte de
Introducción a la teología femenina asiática18
1 Véase Audrey Lorde, Sister Outsider, Nueva York: The Crossing Press,
1984, p. 110.
2 Para informarse sobre el concepto “hermenéutica de la sospecha”,
véase Juan Luis Segundo, The Liberation of Theology, Maryknoll, NY:
Orbis Books, 1976 [hay traducción española: La liberación de la teología,
Buenos Aires: Lohlé, 1974]; José Míguez Bonino, Doing Theology in a
Revolutionary Situation, Philadelphia: Fortress Press, 1975.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 18
mi educación teológica reaccionando en contra de las teologías
blancas europeas y norteamericanas, tratando de identificar las
ramificaciones coloniales y neocoloniales de su discurso. Ape-
nas he tenido tiempo y energía para construir mi propia teo-
logía en ambientes académicos blancos. Me di perfectamente
cuenta de que reaccionar contra los sistemas opresivos no me
conduciría necesariamente a la construcción de una realidad
liberadora. Aprendí por las malas que tenía que relacionarme
con el poder y la historia de mí misma y de mi pueblo, para
encontrar y elaborar una realidad nueva y liberadora.
El momento clave que me ayudó a cambiar existencial-
mente la dirección de mi teología, pasando de la deconstruc-
ción a la reconstrucción, fue el descubrimiento de la madre
que me dio a luz. Era una versión coreana de una madre de
alquiler. Cuando, investigando para mi tesis, visité Corea en el
verano de 1987, descubrí por primera vez la existencia de mi
madre biológica. Siempre había pensado que los padres que
me criaron me habían dado a luz. Nadie de mi familia me
había mencionado su existencia. Como todos los documentos
oficiales sobre mi nacimiento habían sido manipulados por mi
padre, mi madre biológica se había convertido en una mujer
“sin nombre”, totalmente borrada de la vida pública y privada
de mi familia. Incluso cuando murieron mis padres, no la
mencionaron en sus últimas palabras.
La persona que resucitó a mi madre biológica en mi vida
personal fue mi prima. Conocía el secreto tan bien guardado
de mi nacimiento. Cuando nací, ella vivía con mis padres,
ayudando en las tareas domésticas; a cambio, mis padres le
proporcionaban casa y comida. Como su padre era un pes-
cador pobre de una pequeña isla de la provincia de Chunla, en
Corea, mandó a su hija pequeña a casa de su hacendado her-
mano, que vivía en la ciudad. Durante esa época, mi padre
gozaba de cierto poder político y económico en la ciudad.
Quería tener hijos propios, pero mi madre no podía concebir.
Tras veinticinco años de espera, mi padredecidió encontrar
una mujer que concibiera para él.
La mujer que me dio a luz era una pobre madre soltera que
vivía con su único hijo en la ciudad de mi padre, Kwang Ju.
Introducción 19
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 19
Había perdido al amor de su vida durante la colonización
japonesa de Corea. Mi nacimiento fue un gran gozo para ella.
No obstante, fue también una gran tristeza. Tenía que renunciar
a mí en favor de mi padre y de la mujer que se convirtió en mi
nueva madre. Me arrancaron de mi madre biológica al cumplir
un año. Mi madre no quería dejarme ir. Sabía, sin embargo,
que no podía luchar contra mi padre y mi nueva madre. Eran
personas poderosas ante quienes se sentía impotente. Mi madre
biológica lloró mi partida en la estación de ferrocarril un
lluvioso día primaveral de hace unos treinta y dos años. Poco
después, sufrió desórdenes mentales a causa de esta pérdida. Su
único hijo, que era por aquel entonces un adolescente, no pudo
soportar el sufrimiento de su madre y se suicidó.
En la sociedad coreana, fuertemente influida por las leyes
confucionistas, las mujeres que daban a luz sin estar casadas
sufrían el ostracismo. Ninguna ley, costumbre o estructura
comunitaria las protegía. Eran tratadas como desechos. El
mensaje transmitido por la sociedad es que debían avergon-
zarse de sí mismas. El ostracismo social que sufren no termina
con su generación. Continúa en sus hijos. Durante la dinastía
Yi, que se prolongó en Corea hasta los albores del siglo XX, los
hijos de madres de alquiler no podían opositar a puestos del
gobierno3. Esta tradición aún pervive en la sociedad coreana
actual, aunque de forma sutil. Mi madre biológica quería pro-
tegerme del ostracismo social. Me colocó en la categoría de
hija “normal y legítima” borrando su existencia como persona
y pretendiendo que yo no había salido de su vientre. Puedo
percibir a mucha gente anónima crucificada al mirar a mi
madre biológica. Cuando fui por primera vez a ver a mi madre
biológica y escuché el relato de su dura vida, sentí que algo
muy dentro de mí se había abierto. Era como la experiencia
del bautismo: algo desapareció y me sentí verdaderamente libre.
A través de esta mujer enferma de 72 años, mi madre, sentí que
Introducción a la teología femenina asiática20
3 Para una fuente sobre la vida de las mujeres coreanas bajo el confucio-
nismo, véase Lee Ock Kyung, A Study on Formational Condition and Settle-
ment Mechanism of Jeong Juel (Faithfulness to Husband by Wife), Ideology of
Yi Dynasty, Tesina de licenciatura, Universidad Femenina de Ewha, 1985.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 20
estaba encontrando el poder de los despreciados en la historia de
mi pueblo. Me dije a mí misma: “Hyun Kyung, has estudiado
teología durante más de once años. ¿Para quién has estado
haciendo tu teología? ¿Por qué querías hacer teología? Siempre
pensaste que estudiabas teología para energizar al pueblo opri-
mido de tu país. Pero, admítelo, ¿has estado realmente atenta a
la cultura y la historia de los pobres al desarrollar tu teología?
¿Has estado dispuesta a aprender de ellos? ¿A quién has dedi-
cado más tiempo para formular tu teología: a los pobres o a los
intelectuales de la academia? Has intentado con todas tus fuer-
zas, consciente o inconscientemente, demostrar lo que vales,
demostrar tu inteligencia, delante de los grupos teológicos
dominantes usando el lenguaje de esos mismos grupos”.
Me sentí avergonzada de mí misma, de mi deseo oculto de
ser mejor que los teólogos dominantes de Europa y Norteamé-
rica. Sentí que un íntimo y poderoso espíritu me arrancaba de
mi deseo de hacer teología como los europeos y me llevaba a
los brazos abiertos de mi madre, donde podía descansar tran-
quilamente en su regazo. No había marcha atrás, y sentía un
fuerte deseo de cruzar y después destruir el puente llamado
educación teológica que se extendía entre “ellos” y “yo”. Luego
miré a mi madre. Mi madre sollozante parecía un icono de
Dios a través del cual veía con claridad lo que él me decía
sobre mi misión.
Encontrar a esta mujer, mi madre biológica, abrió otra
dimensión de mi conciencia teológica. Varias cuestiones teo-
lógicas con las que forcejeaba a nivel teórico, se clarificaron a
nivel existencial. Encontrar a mi madre me ayudó a identificar
mis intereses teológicos, especialmente en lo que se refiere a la
norma y las fuentes de la teología feminista del Tercer Mundo.
Al escuchar la historia de la vida de mi madre –su lucha por
sobrevivir en este mundo hostil– me enojé con la “cultura del
silencio” en la que vivía4. La gente a su alrededor la silenciaba
Introducción 21
4 Véase Paulo Freire, Pedagogy of the Oppressed, Nueva York: Seabury
Press, 1970 [hay traducción española: Pedagogía del oprimido, Madrid:
Siglo XXI de España Editores, 2002].
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 21
de cualquier manera. Sin ningún sistema que la ayudara a ser
una persona productiva y reconocida, la única forma que le
quedaba de sobrevivir sin ser mutilada era hacerse totalmente
invisible. Sin embargo, “el silencio nunca la protegió”5. Su
corazón estaba destrozado; fue condenada a la pobreza y,
durante un tiempo, se volvió loca.
A lo largo de los once años de mi educación teológica, había
hecho innumerables trabajos y ensayos teológicos para gente
muy educada, como mis profesores. El estilo y el contenido de
mi dicción y de mi escritura habían sido modelados de manera
que personas como mi madre nunca podrían entender lo que
estaba diciendo. Cuanto más me convertía en una teóloga
“buena” y “profesional”, tal y como lo definía la erudición teo-
lógica europea y americana, más me alienaba de mis madres y
de gente como ellas. Ahora tengo claro que no quiero seguir
escribiendo la llamada teología “comprensiva”, que busca res-
ponder a las preguntas de europeos privilegiados. Quiero hacer
teología en solidaridad con mi madre y por amor a mi madre,
para resucitar a personas crucificadas –como ella– dando voz a
sus penas y dolores, especialmente a las de las mujeres asiáticas
situadas en “lo más bajo de lo más bajo de la historia”6 en un
mundo blanco, capitalista y dominado por los varones.
Elegir a las mujeres asiáticas despreciadas como el contexto
principal de mi teología significa hacer una teología que da
razón de su experiencia. El lenguaje, los paradigmas y las cues-
tiones teológicas que proceden de las experiencias vitales de
intelectuales varones occidentales, que son los cerebros de la
hegemonía cultural que redujo a las pobres mujeres asiáticas a
un estado de no personas, no pueden ser las fuentes de la teo-
logía feminista asiática. Las fuentes para la teología de la libe-
ración de la mujer asiática han de proceder de las experiencias
vitales de las propias mujeres asiáticas. Sólo cuando nosotras,
las mujeres asiáticas, comencemos a considerar nuestras expe-
riencias de la vida cotidiana como la fuente más importante
Introducción a la teología femenina asiática22
5 Lorde, o. c., p. 41.
6 Nantawan Boonprasat Lewis, “Asian Women Theology: A Historical
and Theological Analysis”, en East Asia Journal of Theology 4 (1986), 18.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 22
para construir las estructuras religiosas que nos den sentido,
seremos libres de toda autoridad religiosa impuesta.
Las mujeres asiáticas debemos confiar en nuestros propios
sentimientos y juicios y usarlos para desafiar las normas esta-
blecidas que deciden lo que es correcto o incorrecto o lo que
está bien o mal. Las concretas experiencias históricas que vivi-
mos cada día deben servir como examen final de nuestra teo-
logía. Si una práctica o enseñanza religiosa nos proporciona a
las mujeres asiáticas una energía vivificante, de modo que pode-
mos apoyar y liberar nuestras vidas, esa enseñanza o práctica se
convierte en buena noticia –Evangelio– para nosotras. Si hace
que las mujeres asiáticas mueran en el interior y en el exterior,
se convierte en “mala noticia”. Las comunidades femeninas
asiáticas de resistenciay lucha deben definir por sí mismas el
sentido de nuestra liberación y nuestra plenitud.
Esta obra es una interpretación de la naciente conciencia
liberadora de la mujer asiática. Mi objetivo es articular las
aportaciones específicas de la naciente teología de la liberación
de la mujer asiática al sentido del Evangelio. ¿Cuáles son los
peculiares retos teológicos que la mujer asiática, a la luz de su
lucha por la supervivencia y la liberación, lanza a la teología y
a la Iglesia? Éste es el interrogante que trataré de responder.
Espero no solamente identificar las aportaciones de la teología
feminista asiática, sino también sugerir caminos futuros por
los que ha de discurrir.
Como los escritos teológicos de las mujeres asiáticas se han
dado a conocer sólo a partir de los años ochenta, no ha habido
muchos proyectos de investigación sobre la teología feminista
asiática. En distintas revistas han aparecido numerosos ensayos
individuales sobre temas específicos de la teología feminista
asiática; sin embargo, es raro el estudio detallado. Existen dos
tesis doctorales que son relevantes. Una es la de Kwok Pui-lan,
de Hong Kong; la otra, la de Elizabeth Tapia, de Filipinas.
Kwok Pui-lan, profesora de Iglesia y Sociedad en la uni-
versidad china de Hong Kong, concluyó su tesis doctoral en
Harvard Divinity School con el título Chinese Women and Chris-
tianity. 1860-1929 [Mujeres chinas y cristianismo. 1860-1929].
Introducción 23
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 23
El estudio de Kwok se centra en la naciente conciencia femi-
nista de la mujer asiática y contempla el impacto del cristia-
nismo en la vida de las mujeres chinas. Además, articula la
comprensión teológica de Dios, Cristo, María y otros temas
desde la perspectiva de la mujer china, usando muchos mate-
riales escritos por consejos misioneros de China y del extran-
jero. Se trata sobre todo de un estudio histórico que pretende
reconstruir la historia de las mujeres chinas en los albores del
siglo XX. Este estudio ofrece nuevas intuiciones sobre la his-
toria de la misión en Asia7.
Elizabeth Tapia, profesora de Moral Social en el Harris
Memorial College de Manila, concluyó su tesis, The Contri-
bution of Philippine Christian Women to Asian Women’s Theo-
logy [La aportación de la cristiana filipina a la teología feminista
asiática], en la Claremont Graduate School. En su investigación,
Tapia entrevistó a quince mujeres filipinas de diversas clases
sociales y analizó teológicamente qué significaba la plena
humanidad para la mujer y cuál era la importancia de la teolo-
gía feminista filipina. También estudió la aparición de muchas
organizaciones teológicas femeninas asiáticas y su impacto en
el desarrollo de la teología feminista asiática8.
Existen, además, algunos libros importantes sobre teología
feminista asiática. Compassionate and Free, de Marianne Kato-
ppo, es el primer libro publicado sobre teología feminista asiá-
tica. Katoppo, una exitosa novelista y teóloga de Indonesia, exa-
mina en su libro la situación de la mujer asiática mediante una
serie de casos y ofrece una reflexión teológica sobre la realidad
de la mujer asiática. Subraya el derecho de la mujer asiática a ser
“otra” en relación con el dominio masculino y el imperialismo
occidental. Busca una identidad definida por mujeres dife-
rente de la imagen de mujer ideal de la cultura dominante9.
Introducción a la teología femenina asiática24
7 Véase Kwok Pui-lan, Chinese Women and Christianity. 1860-1929,
tesis doctoral, Harvard Divinity School, 1989.
8 Véase Elizabeth Tapia, The Contribution of Philippine Christian Women
to Asian Women’s Theology, tesis doctoral, Claremont Graduate School, 1989.
9 Véase Marianne Katoppo, Compassionate and Free: An Asian’s Women
Theology, Maryknoll, NY: Orbis Books, 1980.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 24
La teóloga coreana Park Soon Kyung, anterior profesora de
Teología Sistemática en la Universidad Femenina de Ewha,
publicó dos libros sobre la relación entre la lucha de las muje-
res coreanas y la lucha de otros pueblos del Tercer Mundo.
Partiendo de una firme base teológica neoortodoxa, articula el
nuevo sentido de Cristo, la Iglesia, la humanidad, la creación
y la nueva metodología teológica desde la perspectiva de la
mujer coreana. Los títulos de sus libros son Minjok Tongil
Kwa Keedokyo [Unificación de la nación y cristianismo]10 y
Hankook Minjok Kwa Yeosung Shinhak eu Kwajae [La nación
coreana y la tarea de la teología feminista]11.
Hay publicadas, además, importantes colecciones acerca de
la teología feminista asiática: With Passion and Compassion12,
de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo;
Essays on Women 13 y Women and Religion 14, del Programa de
Estudios sobre la Mujer de la Universidad Santa Escolástica de
Filipinas; A Hymn to Creation 15 y God, Women and the Bible 16,
del Centro para la Sociedad y la Religión de Sri Lanka; Toward
a Theology of Humanhood: Women’s Perspective17, del Consejo
de la India de Mujeres Cristianas; The Context of Korean
Introducción 25
10 Véase Park Soon Kyung, Minjok Tongil Kwa Keedokyo, Seúl: Han-
kilsa, 1986.
11 Véase Park Soon Kyung, Hankook Minjok Kwa Yeosung Shinhak eu
Kwajae, Seúl: Daehan Keedokyo Suhwhe, 1983.
12 Véase Virginia Fabella y Mercy Amba Oduyoye (eds.), With Passion
and Compassion, Maryknoll, NY: Orbis Books, 1988.
13 Véase Mary John Mananzan (ed.), Essays on Women, Manila: St. Sco-
lastica’s College, 1987.
14 Véase Mary John Mananzan (ed.), Women and Religion, Manila: St.
Scolastica’s College, 1988.
15 Véase The Centre for Society and Religion (ed.), A Hymn to Creation:
Essays in Women and Religión, Colombo: The Centre for Society and Reli-
gión, 1983.
16 Véase The Centre for Society and Religion (ed.), God, Women and
the Bible, Colombo: The Centre for Society and Religión, 1983.
17 Véase Aruna Gnanadason (ed.), Toward a Theology of Humanhood:
Women’s Perspective, Delhi: All India Council of Christian Women,
1986.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 25
Women’s Theology18 y The Task of Korean Women’s Theology19, de
la Asociación Coreana de Mujeres Teólogas; Reading the Bible
as Asian Women20, de la Unidad de Asuntos de la Mujer de la
Conferencia Cristiana de Asia, y We Dare to Dream: Doing Theo-
logy as Asian Women21, del Centro de Recursos de la Mujer
Asiática.
Las tres revistas ecuménicas más destacadas de Asia han
publicado artículos importantes sobre la teología feminista
asiática. CTC Bulletin, de la Comisión de Asuntos Teológicos
de la Conferencia Cristiana de Asia, dedicó un número com-
pleto a la teología feminista asiática22. East Asia Journal of
Theology también tuvo un número especial sobre teología
feminista asiática23. In God’s Image, la única revista de teolo-
gía feminista de Asia, ha proporcionado destacados ensayos
sobre la teología feminista asiática.
De los numerosos artículos escritos por mujeres asiáticas,
en relación con mi investigación debería mencionarse el de
Nantawan Boonprasat Lewis. Lewis es tailandesa y enseña en
la Universidad Metropolitana Estatal de St. Paul, en Minne-
sota. En su artículo “Asian Women Theology: A Historical
and Theological Analysis”, ofrece un valioso repaso de la teo-
logía feminista asiática. También clarifica los subrayados y la
metodología de la naciente teología feminista asiática24.
Tras repasar exhaustivamente la literatura secular y teoló-
gica sobre la mujer asiática, decidí concentrarme primordial-
Introducción a la teología femenina asiática26
18 Véase Korean Association of Women Theologians (ed.), The Context
of Korean Women’s Theology, Seúl: KAWT, 1983.
19 Véase Korean Association of Women Theologians (ed.), The Task of
Korean Women’s Theology, Seúl: KAWT, 1983.
20 Véase Christian Conference of Asia (ed.), Reading the Bible as Asian
Women, Singapur: CCA, 1986.
21 Véase Virginia Fabella y Lee Sun Ai (eds.), We Dare to Dream: Doing
Theology as Asian Women, Maryknoll, NY: Orbis Books, 1990.
22 Véase CTC Bulletin 4 (1983).
23Véase East Asia Journal of Theology 4 (1986).
24 Lewis, o. c., pp. 18-22.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 26
mente, aunque no exclusivamente, en la aparición de una con-
ciencia teológica feminista orientada hacia la liberación entre
las mujeres asiáticas de tres grandes contextos: la Conferencia
Cristiana de Asia (CCA), la Asociación Ecuménica de Teólo-
gos del Tercer Mundo (AETTM) e In God’s Image (IGI), la
revista teológica de las mujeres asiáticas. Elegí estos tres debido
a su enfoque internacional y debido a que alientan la mutua
relación y la mutua fecundación en el desarrollo de la teología
feminista. Cada contexto ha proporcionado un ámbito para
que mujeres de muy diferentes países asiáticos dialoguen y se
apoyen mutuamente mientras se enfrentan a una teología, a
una Iglesia y a una sociedad patriarcales. 
Además de estos tres grandes contextos, también usaré mi
propia experiencia como mujer coreana y los documentos
publicados por la Asociación Coreana de Mujeres Teólogas
(ACMT). Asimismo, me inspiraré en los escritos teológicos
elaborados por el Consejo de la India de Mujeres Cristianas y
el Centro para la Sociedad y la Religión de Sri Lanka.
La aparición de una conciencia teológica feminista orien-
tada hacia la liberación entre las mujeres asiáticas es un desa-
rrollo reciente. En algunos países asiáticos, comenzó en los
años setenta y tuvo lugar en el contexto de la participación de
la mujer en movimientos de liberación política y teológica
liderados por hombres. Por ejemplo, la Asociación Coreana de
Mujeres Teólogas surgió en 1980 a partir de una serie de
mujeres cristianas que reconocieron el sexismo de la Iglesia y
de la sociedad en sus experiencias de los años setenta.
Aunque este libro usará materiales de mujeres de asociacio-
nes teológicas nacionales, su enfoque principal es internacio-
nal, es decir, las mujeres asiáticas de diferentes países que desa-
rrollan juntas una teología con una orientación liberadora
feminista. La CCA, la AETTM y la revista IGI son las mejores
fuentes para una investigación de esta naturaleza. Los mate-
riales básicos de este trabajo cubren la década de los ochenta,
época en la que la conciencia teológica de las mujeres en la
CCA, la AETTM y la revista IGI comenzaba a expresarse en
publicaciones, conferencias y consultas.
Introducción 27
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 27
Mi aproximación a esos materiales será tanto histórica como
analítica. Contemplaré el desarrollo histórico de las teologías
de la liberación de las mujeres asiáticas en relación con el desa-
rrollo de las tres organizaciones mencionadas y del movimiento
de liberación teológico y secular de la mujer asiática. Analizaré
de forma crítica también los principales recursos de las mujeres
asiáticas. Como las teologías de la liberación de la mujer asiá-
tica están in fieri, la mayor parte de sus materiales tienen más
un carácter descriptivo o narrativo que analítico. Creo que es
necesario que las teologías feministas asiáticas sean cuidadosa-
mente analizadas para descubrir las similitudes y las diferencias
entre ellas en relación con la tarea común de la liberación soli-
daria. Esto también ayudará a que las mujeres asiáticas se com-
prendan mejor a sí mismas, sean más persuasivas a nivel teoló-
gico y lleven a cabo una praxis con un objetivo más claro.
Además, emplearé los relatos orales de doce mujeres asiáticas
que he recogido mediante entrevistas. Son mujeres que han
jugado un papel importante en el desarrollo de la teología femi-
nista asiática25. También se incluyen las entrevistas mantenidas
con catorce hombres asiáticos y otros hombres y mujeres asiáti-
cos de la AETTM, la CCA y otras asociaciones de este tipo26.
Esta obra consta de siete capítulos. El capítulo 1 examina
el origen histórico de la conciencia teológica de las mujeres
asiáticas en la CCA, la AETTM y la revista IGI. El objetivo
principal es mostrar las aportaciones de estas organizaciones al
desarrollo de la teología de la liberación de las mujeres asiáticas.
Introducción a la teología femenina asiática28
25 Los nombres de las entrevistadas son Lee Oo Chung, Cho Wha
Soon, Lee Sun Ai, Cheng Sook Ja, Kang Myung Soon y Sohn Eun Ha, de
Corea; Aruna Gnanadason, de la India; Marlene Perera y Bernardeen
Silva, de Sri Lanka; Elizabeth Tapia, Loretto-Eugenia Mapa y Virginia
Fabella, de Filipinas; Kwok Pui-lan, de Hong Kong, y Nantawan Boon-
prasat Lewis, de Tailandia.
26 Los nombres de estos entrevistados son Hyun Young Hak, Ahn
Byung Mu, Suh Kwang Sun, Kim Yong Bok y Park Sang Jung, de Corea;
Tissa Balasuriya, Aloysius Pieris y Preman Niles, de Sri Lanka; M. M.
Thomas, Samuel Rayan y K. C. Abrahan, de la India; Yeow Choo Lak de
Singapur; James Cone, de Estados Unidos, y Mercy Amba Oduyoye, de
Ghana.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 28
El capítulo 2 describe el contexto social de la teología femi-
nista asiática y se centra principalmente en la reacción de las
mujeres a los valores patriarcales en la sociedad, la Iglesia y la
familia.
Cuatro grandes temas teológicos han definido el desarrollo
de la teología de la liberación de las mujeres asiáticas. Son la
antropología (capítulo 3), la cristología (capítulo 4), la mario-
logía (capítulo 5) y la espiritualidad (capítulo 6).
Concluyo en el capítulo 7 identificando las aportaciones
principales de la teología de la liberación de las mujeres asiáti-
cas y sugiriendo la dirección que debería seguir en el futuro.
La importancia de esta obra radica en su interés por dar
visibilidad teórica a las luchas de las mujeres asiáticas. Con-
templaré las nacientes voces teológicas femeninas desde la
“especificidad sexual” de su experiencia para determinar su
peculiar lucha y su búsqueda de libertad en su realidad tercer-
mundista y asiática. Espero que mi análisis energice el proceso
liberador de las mujeres asiáticas identificando el mal e imagi-
nando la plena humanidad definida por las mujeres asiáticas.
Espero también que mi libro estimule el diálogo con otras
teologías de contextos diferentes, especialmente con las teolo-
gías de la liberación masculinas asiáticas y con las teologías
feministas de otras partes del mundo. Deseo que los retos no
se queden en el diálogo, sino que avancen hacia una praxis
liberadora solidaria. Finalmente, mi propuesta de un “sincre-
tismo centrado en la supervivencia y la liberación” como
modelo novedoso para entender la teología de la liberación de
las mujeres asiáticas puede abrirnos a una mayor comprensión
de la acción de Dios en este mundo plural y dividido. Espero
que mi trabajo proporcione una investigación que ayude en la
lucha de las mujeres asiáticas por su autodeterminación, su
dignidad y su plenitud.
Introducción 29
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 29
La teología feminista asiática ha surgido a partir del con-
texto histórico que supone la lucha de Asia por alcanzar la
plena humanidad. Las mujeres de Asia despertaron de su pro-
longado silencio y comenzaron a hablar en su propia lengua
sobre su experiencia de lo divino.
La mujer asiática comenzó a ser reconocida con la aparición
de los movimientos anticoloniales y nacionalistas de muchos
países asiáticos en los albores del siglo XX. Las mujeres lucha-
ron junto con los hombres para romper la cadena del impe-
rialismo y recuperar la independencia y autodeterminación de
sus países. Cuando las mujeres entraron en la política al par-
ticipar en la lucha anticolonial, también comenzaron a cues-
tionar las costumbres feudales y los valores patriarcales de sus
respectivos países. Tras obtener la independencia, en muchas
naciones asiáticas el movimiento feminista radical fue supri-
mido hasta la década de los setenta. Cuando muchas sociedades
asiáticas habían logrado cierta paz gracias a la independencia,
todas las demás luchas por la libertad se aquietaron y se alentó
a las mujeres a retirarse a sus hogares. Recientemente, las his-
toriadoras asiáticas han descubierto las ideas radicales sobre
laliberación de la mujer que se desarrollaron originalmente
durante el periodo de la descolonización27.
1
El contexto histórico de 
la teología feminista asiática
27 Como ejemplos de este área de estudio, véase Joanna Liddle y Rama
Joshi, Daughters of Independence: Gender, Caste and Class in India, Delhi: Ka-
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 31
El movimiento femenino asiático actual, que está creciendo
velozmente, tiene su origen en muchos casos en la participación
de las mujeres en movimientos populares por los “derechos de
supervivencia”. La independencia nacional de los colonizado-
res no supuso una vida digna para la mayoría de los asiáticos.
Con el avance del neocolonialismo y de las dictaduras de unas
pequeñas élites locales, los asiáticos han sufrido una vez más
bajo el malestar del semifeudalismo, del capitalismo y del mili-
tarismo. Sin embargo, la gente se levantó de nuevo para buscar
la autodeterminación y la justicia para todos. Las mujeres se
unieron al movimiento por la supervivencia de su comunidad
y descubrieron que luchar por una justicia definida por los
hombres nunca les proporcionaría la liberación total. Las muje-
res comenzaron a organizar sus propios grupos para proclamar
su interés por la justicia para ellas mismas. Este esfuerzo de las
mujeres fue alentado por la Declaración por parte de la ONU
de la Década de la Mujer (1975-1985), que ayudó a que los
asuntos de la mujer obtuvieran un mayor reconocimiento. 
La creciente concienciación sobre los asuntos de la mujer
en la sociedad secular llegó a la Iglesia. Muchas mujeres asiá-
ticas con una educación teológica comenzaron a percibir que
la Iglesia era la institución más anacrónica de su sociedad.
Cuando la sociedad, en sentido amplio, comenzó a transformar
sus prácticas notoriamente patriarcales debido a la presión del
movimiento feminista, la Iglesia trataba de seguir siendo una
institución “invariablemente divina”. De muchas formas, la
Iglesia negaba que las mujeres eran partícipes iguales de la
misión de Cristo y lo razonaba en nombre de la verdad divina
revelada en la Biblia. La mujer era considerada inferior al hom-
bre; por consiguiente, se decía que la mujer debía ser obediente
a su marido en todas las circunstancias. Se veía a la mujer como
algo sucio y sin fuerza de voluntad –presa fácil de la tentación–.
Citando la Biblia, muchos clérigos decían que la mujer debía
mantenerse callada en la iglesia, y por eso se negaba el liderazgo
Introducción a la teología femenina asiática32
li for Women, 1986; Kumari Jayawardena, Feminism and Nationalism in
the Third World, Delhi: Kali for Women, 1986.
Texto Lucha por ser el sol 25/10/04 08:28 Página 32

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