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Esperanza Activa (Joanna Macy)

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Joanna Macy y Chris Johnstone
 esperanza activa
Cómo afrontar el desastre mundial sin
volvernos locos
Cubierta e ilustraciones de Miguel Brieva
 Primera edición: mayo de 2018. Revisada 2021
Título original: Active Hope. How to Face the Mess We’re in Without 
Going Crazy, publicado originalmente por New World Library, 
Novato, California, 2012.
Traducción: Joan Solé y Daniel Turon
Ilustraciones de cubierta y páginas 15, 19 y 325: Miguel Brieva
© Joanna Macy y Chris Johnstone
© Ediciones La Llave, 
2018 Fundación 
Claudio Naranjo 
Zamora, 46-48, 6º 3ª 
08005 Barcelona
Tel. +34 933092356
Fax +34 934141710
ISBN: 978-84-16145-53-
9 DL nº: B 13.294-2018
Impreso en Estilo Estugraf
Este libro está dedicado al florecimiento de la vida
en este raro y maravilloso planeta.
ELOGIOS A (LA) ESPERANZA ACTIVA
«Los libros sobre el cambio ecosocial a veces se olvidan de un
componente fundamental: ¿cómo desarrollar nuestra propia
capacidad de resiliencia para contribuir plenamente a este proceso?
Esperanza Activa llena este vacío de una manera hermosa, guiando
al lector en un viaje a través de la gratitud, el dolor, la
interconexión y, finalmente, la transformación»
NAOMI KLEIN autora de No Logo
«La respuesta a la profunda crisis que vivimos debe ser urgente,
proporcionada y dirigida hacia todas las opciones posibles. Además,
debe basarse en la compasión y estar enfocada a colaborar de tal
manera que podamos crear cualquier cosa que nos propongamos.
Es hacia este desafío que Joanna y Chris dirigen sus pensamientos
e intenciones en este libro, y por mi parte, me siento
profundamente agradeci- do hacia ellos por la sabiduría que nos
ofrecen»
ROB HOPKINS cofundador de Transition Network y autor de
El manual de transición: de la dependencia del petróleo 
a la resiliencia local
Esperanza activa
«No tengo palabras para expresar mi gratitud por la aparición de
este libro en un momento como este. Joanna y Chris nos guían, a
través de la época peligrosa en que vivimos, desde una sabiduría
antigua, una profunda compasión y muchos años de experiencia;
no para que logremos salvar el mundo, sino para que podamos
elegir conscientemente el participar en el proceso, más allá del
resultado. Este es el camino de la acción y la relación verdaderas,
donde la alegría y la paz están presentes independientemente de lo
que suceda a nuestro alrededor. Ojalá que podamos abrir este
bello libro en nuestro seno para que podamos encontrar un camino
con corazón»
MARGARET J. WHEATLEY autora de Perseverance, Leadership and
the New Science y otros libros
«Me ha encantado este libro. Su brillantez radica en la hábil forma en
que aborda y transforma las principales creencias limitantes que
alejan a las personas de la acción social incondicional, que en esencia
requiere que uno sostenga la ‘Esperanza Activa’. Así, suave pero
inexorablemente, Esperanza Activa nos invita a participar en la
gran aventura de nuestro tiempo: cambiar el mundo. Joanna y Chris
han trazado un camino espiritual del siglo XXI para una profunda
acción social llena de alma. ¡Léelo para nutrirte!» 
DAVID GERSHON autor de 
Social Change 2.0: A Blueprint for Reinventing Our World
 Codirector del Empowerment 
Institute’s School for Transformative
Social Change
«Nuestra especie atraviesa una Noche Oscura del Alma colectiva. Los
autores lo llaman el ‘Gran Giro’, y proporcionan una amplia
nutrición en forma de conceptos y prácticas que sin duda nos
ayudarán a seguir nuestro camino. Este libro es un regalo lúcido,
oportuno, práctico y muy necesario. Con la orientación que
ofrece, aprenderemos a ser fieles a nuestras vocaciones para que
ni el miedo, ni la desesperación, ni la incertidumbre, ni los
obstáculos nos derroten. Un manual de recibimiento para navegar
la Noche Oscura de nuestra especie.
¡Muy bienvenido!»
MATTHEW Fox autor de The Hidden Spirituality of Men 
and Christian Mystics
Elogios a (la) esperanza activa
«Joanna Macy es una de las más destacadas maestras de nuestra
época. Qué deleite es leer su último trabajo, escrito con el médico
y especialista en adicciones Chris Johnstone. Esperanza Activa
nos ayuda a mirar incansablemente los horrores que nos
confrontan, a honrar el dolor que sentimos por nuestro mundo y a
permitir que la verdad nos fortalezca en lugar de paralizarnos. Es
difícil pensar en una tarea más importante que fortalecernos
cotidianamente con herramientas que nos permitan
comprometernos con los desafíos monumentales que enfrentamos:
herramientas que nutran nuestra creatividad y refuercen nuestra
confianza y capacidad de recuperación. Si quieres servir a la
Tierra pero no sabes cómo, si te sientes abrumado por la magnitud
de la tarea que te espera, si quieres hallar el rol que solo tú puedes
jugar en el Gran Trabajo, lee este libro».
 JOHN SEED fundador del Rainforest Information Center
«Esperanza Activa es el Nuevo Testamento del ‘Gran Giro’. Es
esa rareza en la literatura de autoayuda que se despliega en prosa
orgánicamente, al igual que la mejor escritura sagrada, como si
indujera el cambio mental que alienta. Aquí están de modo
incuestionable tanto el diagnóstico como el pronóstico, así como
un protocolo ampliamente probado para la autosanación y la
resiliencia que puede ayudar a una masa crítica a volver a
comprometerse con aprender a vivir y actuar de manera efectiva,
en nombre de las explotadas comunidades humanas y naturales de
la Tierra. Esperanza Activa está lleno de vívidas analogías,
anécdotas y oportunidades para visualizar el mundo que
desearíamos dejar a nuestros hijos y nietos. Empecé a leerlo por-
que me lo pidieron; seguí porque era necesario. Para todos los que
estén preocupados por el éxito de su trabajo en los movimientos
de sostenibilidad, medioambiente, nueva economía o justicia
social, este libro será a la vez una guía y una medicina»
ELLEN LACONTE autor de Life Rules: Why So Much Is Going
WrongEverywhere at Once and
How Life Teaches Us to Fix It
«Esperanza Activa ofrece una forma de vivir creativamente en un
momento de grandes desafíos, en que la humanidad está
amenazada por el colapso ecológico, social y económico. Joanna
y Chris nos muestran cómo enmarcar nuestras acciones para que
podamos contribuir al movimiento global por un mundo mejor,
más equitativo y ecológicamente equilibrado. Este es un libro
jugoso, creativo, poderoso»
 MADDY HARLAND editora de la revista Permaculture
«La Esperanza Activa es algo que eliges, nos dicen en este libro
poderoso e inspirador. Joanna Macy y Chris Johnstone ofrecen no
solo un antídoto contra la desesperación, sino también una nueva
oportunidad en la vida, una forma de hacer nuestra parte para
sanar este mundo roto. Esperanza Activa es uno de los trabajos
más importantes en estos años y debe ser leído por todos aquellos,
jóvenes y mayores, que se preocupan por lo que está sucediendo
en nuestro mundo. ¡Pásalo y únete a la campaña para difundir la
esperanza! Nunca es demasiado tarde para marcar la diferencia.
REVERENDO JOHN DEAR conferenciante, activista y autor de Living
Peace, The Questions of Jesus, Transfiguration, Put Down Your Sword,
The God of Peace, and Seeds of Nonviolence
«Hay pocos guías en nuestro mundo que inspiren tanta confianza
y brillantez como Joanna Macy. En Esperanza Activa, Chris
Johnstone y ella nos brindan no solo un muy buen análisis, sino
también buenas respuestas y prácticas, en un estilo ameno y
atractivo»
RICHARD ROHR Centro de Acción y Contemplación,
Albuquerque, Nuevo México
«Antes de pasar estas páginas, estaba experimentando la noche
oscura total de una depresión. Me sentía incapaz de pensar, y
mucho menos de tomar, un paso necesario en mi vida. Luego abrí
las páginas del ejercicio de Joanna y Chris ‘La perspectiva del
Bodhisattva’. En cuestión de minutos, vi una esperanza
inconcebible en la vida interconectada que había elegido. Fue un
sencillo milagro de transformación de la conciencia. EsperanzaActiva no es solo un libro, sino una puerta de acceso a la
transformación»
 JIM DOUGLASS autor de JFK and the Unspeakable
«La célebre abuelita sabia de la tierra, Joanna Macy, ha ejemplifica-
do por mucho tiempo lo que significa vivir una vida de activismo
espiritual y valiente compasión. Aquí, con su colega Chris
Johnstone, ofrece la guía esencial para que todos despertemos a los
peligros y potenciales de nuestro momento planetario. En este
manual de transformación cultural escrito de un modo convincente
y con claridad, Joanna y Chris nos guían para encontrar la
esperanza donde menos pensaríamos: dentro de nuestros propios
corazones y almas, y en nuestra interdependencia con toda la vida,
para actuar con valentía desde esa esperanza como artesanos
visionarios de culturas que mejoran la vida. Para los futuros seres
del siglo XXII, Esperanza Activa podría convertirse en el libro más
importante escrito en el si glo XXI»
 BILL PLOTKIN autor de Soulcraft and Nature and the Human Soul
«Dado el estado del mundo, ¿cómo encontrar una respuesta
verdaderamente sensata, efectiva y que afirme la vida? Joanna
Macy, una de las voces de la auténtica sabiduría de nuestra época,
ha dedicado su vida a ayudar a las personas a encontrar su
capacidad de recuperación, su creatividad y su pasión mientras
viven con sus ojos y corazones abiertos. Su trabajo es poderoso,
necesario y vital. Si te has desesperado por nuestro mundo, y si
amas la vida, Esperanza Activa será para ti una bendición
extraordinaria»
JOHN ROBBINS autor de Diet for a New America and
The Food Revolution
Esperanza activa
«Pertenecemos a la Tierra, y nuestro precioso mundo vivo está
en crisis. Más que cualquier libro que haya leído, Esperanza
Activa nos muestra las verdaderas dimensiones de esta crisis, y
la forma en que nuestro corazón y nuestras acciones pueden
ser parte del Gran Giro hacia la curación. Por favor, lea este
libro y compártalo con otros, para su propio despertar, para
nuestros hijos y para nuestro futuro»
 TARA BRACH autora de Radical Acceptance
«He aquí un poderoso libro para leer en estos tiempos oscuros.
Escrito con sabiduría y pasión, nos habla de compasión
equilibrada, esperanza, amor y fortaleza, así como de la
voluntad de cambiar las cosas. Esperanza Activa es una
brillante guía para la cordura y el amor»
 ROSHI JOAN HALIFAX abad del Centro Upaya Zen
ÍNDICE
Agradecimientos ........................................................................... 21 
Introducción .................................................................................. 23
PRIMERA PARTE: EL GRAN GIRO ....................................................... 33
1. Tres relatos de nuestro tiempo..................................................35
2. Confiar en la espiral..................................................................61
3. Desde la gratitud.......................................................................71
4. Honrar nuestro dolor por el mundo...........................................89
SEGUNDA PARTE: VER CON ojos NUEVOS ......................................... 119
5. Un sentido más amplio del yo.................................................121
6. Otro tipo de poder...................................................................143
7. Una experiencia más rica de comunidad................................163
8. Una visión expandida del tiempo............................................185
TERCERA PARTE: PONERSE EN CAMINO ............................................. 211
9. Atrapar una visión inspiradora................................................213
10. Atreverse a creer que es posible............................................239
11. Construir apoyo a tu alrededor..............................................257
12. Mantener la energía y el entusiasmo.....................................271
13. El refuerzo de la incertidumbre.............................................289
Notas............................................................................................301
Recursos......................................................................................315
Acerca de los autores...................................................................321
AGRADECIMIENTOS
Empezamos con gratitud, recordando las palabras de Thich Nhat
Hanh:
 «Si eres poeta, verás claramente que hay una nube flotando en
esta hoja de papel. Sin nube, no habría lluvia; sin lluvia, los
árboles no pueden crecer; y sin árboles, no podemos hacer
papel». 
Así sucede en este libro. De no ser por todas las personas que han
tenido un papel de apoyo, sencillamente no existiría. De modo que
nuestra gratitud se extiende a todos cuantos nos han ayudado, en
especial:
El equipo central que ha participado en su creación. En una
fase inicial de nuestro viaje de escritura, se nos unieron dos
personas que comprendían lo que nos proponíamos hacer y que
compartían esta aspiración: nuestro agente, Suresh Ariaratnam, y
nuestro editor, Jason Gardner. ¡Qué descanso tenerlos al lado!
Gracias. Estamos agradecidos a Dori Midnight por su hermosa
ilustración espiral del capítulo 2, a Dave Baines por sus dos
fascinantes espirales de tiempo del capítulo 8, y a todos los
integrantes de New World Library por los diversos papeles que
han desempeñado, en particular Mimi Kusch por su revisión del
original, Monique Muhlenkamp por la publicidad, Tona Pearce
Myers por el diseño interior, Tracy Cunningham por el de la
cubierta y Munro Magruder por la promoción. También deseamos
dar las gracias a las muchas personas que nos han inspirado,
particularmente a quienes hemos citado, como John Robbins, John
Seed, Rebecca Solnit, Tom Atlee, Nelson Mandela y los difuntos
Arne Naess y Elise Boulding.
Esperanza activa
La multitud de amigos y familiares que nos han apoyado
mientras escribíamos. El esposo de Joanna, Fran, nos ofreció su
apoyo desde el primer momento. Para nosotros ha sido un
poderoso aliado, incluso después de su muerte en 2009. Joanna
expresa un agradecimiento especial a su ayudante Anne Symens-
Bucher, sus hijos, Peggy, Jack y Christopher, y sus nietos, Julien,
Eliza y Lydia. La mujer de Chris, Kristy, lo alentó a lo largo de
los altibajos de la escritura; su madre, Sheila, su hermano, Dave, y
su hermana, Diana, fueron también grandes aliados. Hannish Cormack
entrevistó a Chris acerca de cada capítulo y ofreció comentarios
sobre las primeras versiones. Obtuvimos una respuesta inapreciable y
estimulante de nuestro panel de «lectores de prueba», inte- grado
por Roz Chissick, Marion McCartney, Philip Raby, Helen Moore,
Manu Song, Edi Hamilton, Pete Black, Sally Lever, Alex Wildwood y
Sue Mann. Nuestra querida amiga Kathleen Sullivan, que nos
conoce a los dos desde hace décadas, también ha sido amiga de
nuestra escritura, y se lo agradecemos.
Los innumerables colaboradores en el Trabajo que Reconecta,
que se han implicado en él como práctica, lo han ofrecido en
lugares de todo el planeta y han añadido sus aportaciones propias y
singulares. Al llevar la esencia de este enfoque a públicos más
amplios, somos conscientes de los modos en que lo habéis
enriquecido; vuestra compañía nos ha reportado un placer
ilimitado.
INTRODUCCIÓN
 «Peligroso», «espantoso», «descontrolado»: mientras paseamos por
la sala, la gente comparte la palabra o expresión que se le ocurre
para completar esta frase: «Cuando reflexiono sobre el estado del
mundo, piensoque todo se está volviendo...». A lo largo de las
últimas décadas, hemos efectuado este proceso con decenas de
miles de personas en una gran variedad de lugares. Las respuestas que
escuchamos reflejan las conclusiones de encuestas que muestran
altos niveles de alarma acerca del futuro en el que nos adentramos.1
Esta preocupación generalizada está bien fundamentada. A
medida que nuestro mundo se calienta, los desiertos se expanden y
los fenómenos meteorológicos extremos resultan cada vez más
habituales. La población y el consumo humanos aumentan al
mismo tiempo que están en declive recursos esenciales como el
agua dulce, las reservas de peces, la capa superior del suelo fértil y
las reservas de petróleo. Si bien la recesión de la economía ha
precipitado a muchos a la angustia sobre su supervivencia, se
gastan billones de dólares en hacer guerras.2 En vista de estas
adversidades, no es de extrañar que sintamos una profunda
pérdida de confianza en el futuro. Ya no podemos dar por
supuesto que los recursos de los que dependemos —comida,
combustible, agua potable— estarán a nuestra disposición. Ni
siquiera podemos dar por supuesto que nuestra civilización vaya a
sobrevivir o que las condiciones en nuestro planeta sigan siendo
favorables para formas de vida complejas.
Esperanza activa
Empezamos de entrada señalando esta incertidumbre como
una realidad psicológica básica de nuestro tiempo. Sin embargo,
como de costumbre se considera demasiado deprimente hablar de
ella, suele quedar como una presencia implícita en el fondo de
nuestro pensamiento. A veces somos conscientes de ella. Lo que
ocurre es que no lo mencionamos. Esta comunicación bloqueada
genera una amenaza todavía más nefasta, puesto que el principal
peligro de nuestro tiempo es que nuestra reacción languidezca.
A menudo oímos comentarios del tipo «no te metas ahí, es
demasiado peligroso», o «no te recrees en lo negativo». El
problema de este enfoque es que clausura nuestras conversaciones
y nuestro pensamiento. ¿Cómo podemos siquiera afrontar este
desastre global si ya nos parece demasiado deprimente como para
plantearlo?
Pero cuando nos enfrentamos al desastre, cuando prestamos
atención a las terribles noticias sobre la multitud de tragedias que
suceden en nuestro mundo, puede resultar abrumador. Tal vez
terminemos por preguntarnos si al fin y al cabo podemos hacer
algo al respecto.
Así que de aquí partimos: del reconocimiento de que nuestro
tiempo nos enfrenta a realidades dolorosas de asumir, difíciles de
aceptar y con las que es desorientador vivir. Nuestro
planteamiento consiste en verlo como el punto de partida de un
viaje asombroso que nos refuerza y profundiza nuestra vitalidad.
La finalidad de este viaje es hallar, ofrecer y recibir el don de la
Esperanza Activa.
Introducción
¿QUÉ ES LA ESPERANZA ACTIVA?
Sea cual sea la situación que afrontamos, podemos elegir nuestra
reacción. Cuando abordamos retos abrumadores, podemos tener la
sensación de que nuestras acciones no cuentan demasiado. Pero el
tipo de respuesta que damos, y la medida en que creemos que
cuentan, está determinado por nuestras ideas y sentimientos acerca
de la esperanza. Veamos un ejemplo.
A Jane le importaba profundamente el mundo y estaba
horrorizada al ver lo que está sucediendo. Consideraba a los seres
humanos una causa perdida, tan apegados a nuestras inclinaciones
destructivas que se le antojaba inevitable el hundimiento total de
nuestro mundo. «¿De qué sirve hacer algo si no va a cambiar lo
que nos espera?», se preguntaba.
La palabra esperanza tiene dos significados distintos. El
primero implica convicción, y se da cuando parece probable que
vaya a producirse el resultado que preferimos. Si necesitamos este tipo
de esperanza antes de librarnos a una actividad, nuestra respuesta
se bloquea en ámbitos donde no concedemos demasiadas
posibilidades a nuestras opciones. Era esto lo que le sucedía a
Jane: se sentía tan desesperanzada que el solo intento de hacer
algo ya le parecía inútil.
El segundo significado concierne al deseo. Cuando a Jane le
preguntaron qué le gustaría que sucediera en nuestro mundo,
describió sin vacilaciones el futuro al que aspiraba, el tipo de
mundo que con tanta aflicción anhelaba. Es este tipo de esperanza
el que pone en marcha nuestro viaje: saber lo que esperamos y lo
que nos gustaría o encantaría que aconteciera. Es lo que hacemos
desde la esperanza lo que resulta decisivo. La esperanza pasiva
consiste en esperar a que agentes externos produzcan lo que
deseamos. La Esperanza Activa consiste en llegar a ser
participantes activos en la producción de lo que esperamos.
Esperanza activa
La Esperanza Activa es una práctica. Como el taichí o la
jardinería, es algo que hacemos más que algo que tenemos. Es un
proceso que podemos aplicar a cualquier situación, y entraña tres
pasos fundamentales. Primero, hacerse una idea precisa de la
realidad; segundo, identificar lo que esperamos en el sentido de la
dirección que quisiéramos que tomaran las cosas o los valores que
nos gustaría ver expresados; y tercero, dar pasos para movernos
nosotros o nuestra situación en esa dirección.
Puesto que la Esperanza Activa no requiere optimismo por
nuestra parte, podemos aplicarla incluso en ámbitos en los que
estamos desesperanzados. El ímpetu orientador es la intención;
elegimos lo que nos proponemos ocasionar, favorecer o expresar. En
vez de valorar nuestras opciones y pasar a la acción solo cuando
nos sentimos esperanzados, nos centramos en nuestra intención y
dejamos que nos guíe.
EL DON SE DA y SE RECIBE
La mayoría de libros que se ocupan de cuestiones globales se
centran en describir o bien los problemas que nos acechan o las
soluciones necesarias. Si bien nosotros los tratamos ambos, nos
centramos en cómo empoderarnos y sustentamos nuestra intención
de actuar, a fin de realizar nuestra parte en la curación del mundo,
cualquiera que esta pueda ser.
Puesto que cada persona observa un rincón distinto del
planeta y lleva su propio bagaje de intereses, capacidades y
experiencia, se ve afectada por distintas preocupaciones e instada
a reaccionar de modos diversos. La aportación que cada cual hace
Introducción
a la curación de nuestro mundo es nuestro don de Esperanza
Activa. El objetivo de este libro es fortalecer nuestra capacidad de
dar el mejor don que podemos ofrecer: nuestra respuesta más
óptima a la poliédrica crisis de la sostenibilidad.
Cuando percibimos una emergencia y nos ponemos a la altura
de las circunstancias, algo poderoso se enciende en nuestro
interior. Activamos nuestro sentido del propósito, la percepción de
una aspiración y descubrimos fortalezas que ni siquiera
sospechábamos que podíamos manifestar. Ser capaz de causar un
efecto positivo resulta intensamente vitalizante: sentimos que
nuestras vidas son más valiosas y dignas de ser vividas. Así que,
cuando practicamos la Esperanza Activa, no solo damos, sino que
también recibimos de muchos modos. El enfoque que describimos
en este libro no consiste tanto en ser conscientes de los propios
deberes, ser disciplinados o dignos, como en adentrarse en fluir en
un estado de vitalidad que vuelve nuestras vidas profundamente
satisfactorias.
TRES RELATOS DE NUESTRO TIEMPO
En cualquier gran aventura surgen siempre obstáculos en el camino.
El primer escollo es sencillamente llegar a ser conscientes de que,
como civilización y como especie, afrontamos un punto crucial de
crisis. Cuando observamos el grueso de la sociedad y las prioridades
que se expresan y los objetivos que se persiguen, cuesta percibir
demasiadas pruebas de esta conciencia. En el primer capítulo
tratamos de comprender el enorme abismo que media entre la
envergadura de la emergencia y la dimensión de la respuesta,
describiendo cómo nuestras percepciones están moldeadas por el
relato con el que nos identificamos. Describimos tres relatos, o
versiones de la realidad, cada uno convertido en una lente a través
de la quevemos y comprendemos lo que está sucediendo.
Esperanza activa
En el primero, ‘Todo como de costumbre’,*
 
la presuposición
definidora es que no hay gran necesidad de cambiar nuestro estilo
de vida y lo que consumimos. El crecimiento económico se
considera esencial para la prosperidad, y el argumento principal
consiste en el progreso ilimitado. 
El segundo relato, ‘el Gran Desmoronamiento’, subraya los
desastres a los que nos precipita seguir con todo como de
costumbre, así como los que ya ha ocasionado. Es una explicación,
respaldada con pruebas, del colapso de los sistemas ecológicos y
sociales, la perturbación del clima, el agotamiento de los recursos y
la extinción en masa de especies.
El tercer relato lo sustentan, encarnan y cocrean quienes
saben que el primer relato nos conduce a la catástrofe y se niegan
a que el segundo relato tenga la última palabra. Implica la
aparición de respuestas humanas nuevas y creativas, y concierne a
la transición histórica desde una sociedad industrial rendida al
crecimiento económico hasta una sociedad autosustentadora de la
vida, comprometida y entregada a la curación, recuperación y
regeneración de nuestro mundo. Llamamos a este relato ‘el Gran
Giro’. Su argumento principal consiste en hallar y ofrecer nuestro
don de Esperanza Activa.
De nada sirve debatir cuál de estos relatos es correcto. Los tres
están sucediendo. La cuestión es a cuál deseamos dedicar nuestra
energía. El primer capítulo consiste en observar dónde estamos y
elegir el relato que queremos que expresen nuestras vidas. El resto
del libro se centra en cómo reforzamos nuestra capacidad de
contribuir al Gran Giro del mejor modo que podamos.
* Business as usual en el original. (N. del T.)
Introducción
LA ESPIRAL DEL TRABAJO QUE RECONECTA
El viaje que comienza en el capítulo 2 y que prosigue a lo largo de
todo el libro se basa en un proceso de fortalecimiento que hemos
ofrecido en talleres durante décadas. Al principio desarrollado por
Joanna a finales de los años setenta, evolucionó y se amplió con la
aportación decisiva de un número creciente de compañeros de
profesión. Se ha aplicado en todos los continentes salvo la
Antártida, se ha realizado en muchas lenguas diversas y en él han
participado centenares de miles de personas de varias religiones,
procedencias y franjas de edad. Puesto que este enfoque nos ayuda a
restablecer nuestro sentido de conexión con la red de vida y entre
nosotros, se le llama ‘el Trabajo que Reconecta’.3 A fuerza de
ayudarnos a desarrollar nuestros recursos interiores y nuestra
comunidad exterior, consolida nuestra capacidad de enfrentarnos a
informaciones angustiantes y reaccionar con una resiliencia
inesperada. En nuestra experiencia de llevar a cabo esta tarea,
hemos visto repetidamente que la energía y el compromiso se
movilizan cuando las personas asumen su papel en el Gran Giro.
Hemos escrito este libro para que puedas experimentar el poder
transformador del Trabajo que Reconecta y aprovecharlo para
aumentar la capacidad de reaccionar creativamente a las crisis de
nuestro tiempo. Los capítulos siguientes te guiarán a través de las
cuatro fases de la espiral por la que avanza: ‘Venir de la gratitud’,
‘Honrar nuestro dolor por el mundo’, ‘Ver con ojos nuevos’ y
‘Ponerse en camino’. El viaje por estas cuatro etapas tiene un
efecto fortalecedor que se profundiza con cada repetición.
Si bien pueden cosecharse grandes recompensas viajando a
solas, los beneficios del Trabajo que Reconecta crecen
rápidamente con compañía. Te animamos a buscar a otras
personas con quienes leer este libro o compartir notas durante el
trayecto.
Esperanza activa
 Ponerse en camino
Ver con ojos nuevos Venir de la gratitud
Honrar
nuestro
dolor por el
mundo
Figura 1. La espiral del Trabajo que Reconecta
Exponer nuestras preocupaciones es una parte esencial de afron- tar el
actual desastre, aunque, por motivos que analizaremos, el miedo
impide a menudo este tipo de puesta en común. Examinaremos
por qué es tan difícil hablar de nuestra crisis planetaria y
proporcionaremos herramientas que nos permitan mantener las
conversaciones fortalecedoras que requieren nuestros tiempos.
Te animamos a ir familiarizándote con las herramientas que
describimos, vivenciándolas. Esparcidos por todo el libro hay
recuadros ‘prueba esto’ que te invitan a experimentar prácticas
que consideramos valiosas tanto para el uso personal como en
grupos.
QUÉ APORTAMOS
En el corazón de este libro hay un modelo colaborativo de poder
basado en la conciencia de que podemos lograr mucho más
trabajando juntos que como individuos separados. El caso de
nuestra colaboración como autores es un buen ejemplo. 
Introducción
La idea seminal brotó de una conversación acerca de lo que
habíamos aprendido en nuestra experiencia del Trabajo que
Reconecta. Lo que nos sorprendió y entusiasmó a ambos fue la
frecuencia con que, en las muchas horas de conversación que
siguieron, surgían ideas y percepciones que ninguno de los dos
había recibido antes. Si bien el marco, los conceptos y las
prácticas centrales del Trabajo que Reconecta están consolidados,
hemos tenido la oportunidad de enriquecerlos, perfeccionarlos y
ampliarlos de modos que aúnan una gran cantidad de material
inédito hasta ahora.
Según un antiguo dicho, dos ojos ven más que uno, ya que de
dos perspectivas diferentes surge la profundidad de la visión
tridimensional. Como coautores, tenemos dos formaciones
distintas, vivimos en diferentes continentes y bebemos de fuentes
diversas, todo lo cual ha contribuido a la rica sinergia que hemos
experimentado y que se expresa a través de nuestra escritura.
Joanna es una estudiosa del budismo, de la teoría general de
sistemas y de la ecología profunda. Ha enseñado en varias
universidades estadounidenses y ha viajado por todo el mundo,
ofreciendo formaciones para vitalizar y fortalecer nuestras
respuestas a la crisis planetaria. Al poco de rebasar los ochenta
años, vive en Berkeley, California. Es activista desde hace más de
cinco décadas, y una voz respetada en los movimientos pacifistas y
defensores de la justicia y de la ecología; ha escrito a dos o cuatro
manos una docena de libros, muchos de los cuales han sido
traducidos a varias lenguas.
Chris es médico, especializado en psicología del cambio de
comportamiento, resiliencia y recuperación a partir de adicciones.
Vive en el Reino Unido, ejerce como preparador de profesionales
de la salud en medicina del comportamiento, y ha promovido el
papel de la formación en resiliencia en la extensión de la salud
mental positiva.
Esperanza activa
 Activista desde la adolescencia y ya próximo a la cincuentena, ha
impartido cursos y escrito libros sobre la psicología de la
sostenibilidad desde hace más de veinte años.
Ambos se conocieron en 1989 en un curso de formación de
una semana que Joanna dirigió en Escocia. Titulado «El poder de
nuestra ecología profunda», fue algo que cambió la vida de Chris.
Desde entonces hemos colaborado en múltiples ocasiones. Este
libro describe la tarea que compartimos y amamos. No la
ofrecemos como solución segura para nuestros problemas, sino
como conjunto de prácticas y nuevas percepciones de las que
obtener fuerza y como viaje mítico transformador. Rebecca Solnit
ha escrito:
Una emergencia es un alejamiento de lo cotidiano, un súbito
emerger a una nueva atmósfera, que a menudo requiere de
nosotros que nos pongamos a la altura de las circunstancias
empoderándonos para la ocasión.4
Cuando nos enfrentamos a este desastre, nos damos cuenta de
que no se puede mantener todo como de costumbre. Lo que nos
ayuda a ponernos a la altura de las circunstancias es experimentar
nuestro arraigo en algo mucho más grande que nosotros. El poeta
Rabindranath Tagore expresó esta idea en las siguientes palabras:
La misma corriente de vida que corre por mis venas noche y
día recorre el mundo.5
Esta es la corriente que compartimos. Nos señalaun tipo de
vida que enriquece nuestro mundo en vez de agotarlo. Nos lleva
hacia nuestro don de Esperanza Activa. Cuando nos enfrentamos
al desastre mediante el ofrecimiento de este don, también nuestras
vidas resultan enriquecidas.
 
 PRIMERA PARTE 
 EL GRAN GIRO
1
TRES RELATOS DE NUESTRO TIEMPO
Cuando los relatos que una sociedad comparte no coinciden
con sus circunstancias, pueden volverse limitantes, incluso una
amenaza para la supervivencia. Esta es nuestra actual situación.
DAVID KORTEN, The Great Turning 1
El 7 de mayo de 2001, varios periodistas asistieron a una rueda de
prensa en la Casa Blanca. Ari Fleischer, secretario de prensa del
presidente Bush, no tenía nada que declarar aquel día, pero invitó
a los presentes a preguntar lo que desearan. El aumento del precio
de la energía se convirtió enseguida en el tema principal, y una de
las primeras preguntas suscitó una respuesta contundente:
PERIODISTA: ¿Cree el presidente que, vista la cantidad de energía
que consumen los estadounidenses por habitante, y lo mucho que
excede a cualquier otro ciudadano de cualquier otro país del
mundo, cree el presidente que necesitamos corregir nuestros
estilos de vida para hacer frente al problema de la energía?
MR. FLEISCHER: No, de ningún modo. El presidente cree que hay
un estilo de vida americano, y que el objetivo de los legisladores
debe ser proteger el estilo de vida americano.2
Esperanza activa
Mientras los presidentes van y vienen, el «de ningún modo»
del señor Fleischer sigue siendo una fuerza principal en nuestra
sociedad. Es la voz que no cuestiona el modo en que vivimos. Esta
convicción surge de un relato peculiar sobre cómo está todo en
nuestro mundo. Por relato no entendemos una obra de ficción,
sino el modo en que damos sentido a lo que vemos suceder.
En este capítulo identificamos tres relatos aplicados en
nuestro tiempo, tal como hemos mencionado en la introducción.
El primero asume que nuestra sociedad está en el camino correcto
y que podemos seguir haciéndolo todo como de costumbre. El
segundo revela las consecuencias destructivas del modo Todo
como de costumbre y el progresivo colapso de nuestros sistemas
biológicos, ecológicos y sociales. El tercero concierne a la oleada de
respuestas al peligro y a la poliédrica y multifacética transición
hacia una ecocivilización que sostenga de la vida. Darnos cuenta
de que podemos elegir el relato que nos alimenta puede resultar
liberador; hallar un buen relato en el que participar incrementa
nuestro sentido de propósito y nuestra vitalidad. Examinaremos
cómo estos relatos moldean nuestra respuesta a la crisis global.
EL PRIMER RELATO: TODO como DE COSTUMBRE
De la comida que has consumido en las últimas veinticuatro horas,
¿qué proporción consiste en ingredientes producidos a centenares,
o incluso miles, de kilómetros? Para la mayoría de los que vivimos
en países industrializados, la respuesta es enorme. Es probable que
una zanahoria, una lechuga o una caja de fresas corrientes
vendidas en supermercados de Iowa, por ejemplo,
Tres relatos de nuestro tiempo
hayan viajado unos 3.000 kilómetros.3
 
Y no es solo la comida:
muchas de las cosas que usamos han recorrido distancias inmensas
hasta llegar a nosotros. Los costes del transporte son un factor
principal del hecho de que nuestra época sea la que más energía
consume de la historia. Ari Fleischer puede considerarlo el estilo
de vida norteamericano, pero no es solo norteamericano. Cada vez
más, para los que viven en las zonas ricas del mundo, se está
convirtiendo en el estilo moderno, el aceptado, el que
consideramos normal.
Esta vida moderna que estamos describiendo posee muchos
atractivos. Es habitual irse de vacaciones a lugares lejanos y tener
coche propio, ordenadores, televisores y neveras. Unas pocas
generaciones atrás, estos lujos, suponiendo que pudieran
obtenerse, eran considerados un privilegio exclusivo de los
superricos. Hoy en día la publicidad crea la impresión de que todo
el mundo debería tener estas cosas, y el progreso se mide según si
es mucho lo que tenemos hoy y que no teníamos antes, o según lo
más lejos o más deprisa que podamos ir.
Un modo de entender nuestro tiempo es que estamos ha-
ciendo realidad un maravilloso relato de éxito. El desarrollo
económico y tecnológico ha facilitado muchos aspectos de
nuestras vidas. Si se trata de fijarnos en cómo seguir adelante, la
senda que señala este relato es «más de lo mismo, por favor». A
este relato lo llamamos Todo como de costumbre.
Es el relato que cuenta la mayoría de los políticos
convencionales y de los dirigentes empresariales. Creen que las
economías pueden y deben seguir creciendo. Incluso a pesar de las
crisis económicas y de periodos de recesión, la suposición
dominante es que las cosas no tardarán en recuperarse. En
noviembre de 2010 el presidente Obama expresó esta confianza en
el camino del crecimiento económico al declarar: 
Esperanza activa
«Lo más importante que podemos hacer para reducir nuestra
deuda y déficits es crecer».4
Para que una economía de mercado crezca, necesita aumentar
las ventas. Esto implica instarnos a comprar, y consumir, más de
lo que ya lo hacemos. La publicidad desempeña un papel clave en
el estímulo del consumo, y cada vez se dirige más a los niños
como medio para estimular el consumo de productos en todos los
hogares. Los cálculos indican que un niño norteamericano medio
mira entre veinticinco mil y cuarenta mil anuncios televisivos al
año. En el Reino Unido, la cifra es de unos diez mil.5 De niños,
aprendemos observando a los demás. Nuestras opiniones acerca de
lo que es normal y necesario están moldeadas por lo que vemos.
Cuando se vive dentro de este relato, es fácil considerar
sencillamente que así son las cosas. A los jóvenes tal vez les dicen
que no hay otra alternativa más que encontrar su lugar en este
esquema. El progreso individual se presenta como el argumento
principal, con el apoyo de las tramas secundarias de encontrar un
compañero/a, procurar por la familia, tener un aspecto atractivo y
comprar cosas. En esta concepción de la vida, los problemas del
mundo se consideran lejanos e irrelevantes para los dramas de
nuestras vidas personales.
Trasmitido por los medios de comunicación globales, este
relato de la vida moderna se está imponiendo en todo el mundo y
suscita una creciente avidez por el consumo. Antes de 1970 solo
cuatro artículos se consideraban compras esenciales en China: una
bicicleta, una máquina de coser, un reloj de pulsera y una radio.
En los años ochenta, una clase consumidora cada vez más amplia
había incrementado esta lista, de modo que también incluía una
nevera, un televisor en color, una lavadora y una grabadora. Una
década más tarde, ya era normal para cada vez más personas en
China tener un coche, un ordenador, un teléfono móvil y aire
acondicionado.6 
Tres relatos de nuestro tiempo
 Y la lista sigue creciendo, según explica Hatfield, director ejecutivo
de Walmart Asia:
Empezamos con poco más de un metro de cuidados para la piel;
hoy son siete. Hoy no tenemos desodorantes, pero algún día de
estos tendremos desodorantes en China. Hace cinco años los
perfumes no eran un gran negocio aquí. Pero si se fija, hoy es el
mercado emergente... hay muchas menos bicicletas, así que esto
elimina la parte del ejercicio, y la gente es más gruesa, así que,
¿qué nos dice esto? Las ventas de equipamiento deportivo van
bien, ropa deportiva, prendas de jogging, y en algún momento,
tendremos productos para adelgazar y cosas de ese estilo.7
Algunos lo consideran progreso.
¿Qué hay de malo en que gente de otras partes del mundo 
adopte el estilo de vida considerado normal en Occidente? ¿Y
Cuadro 1.1
Algunos presupuestos centrales del todo como de costumbre
*El crecimiento econónomico es esencial para la prosperidad
*La naturaleza es un artículo de consumo que hay que usar
 con finalidades humanas.
*El argumento central consiste enprograsar individualmente
*Los problemas de otros pueblos, países y especies 
 no son de nuestra incumbencia
Esperanza activa
por qué no deberíamos seguir con el Todo como de costumbre del
crecimiento económico, en que la gente compre más cosas y use mucha
más energía (véase Cuadro 1.1)? Para responder estas preguntas,
debemos echar un vistazo a la parte oscura de la vida moderna así como
a dónde nos está llevando. Esto nos conduce al siguiente relato.
EL SEGUNDO RELATO: EL GRAN DESMORONAMIENTO
En 2010, encuestas realizadas por la CBS8
 
y Fox News9 
 
mostra- ron que la
mayoría de los entrevistados creía que la siguiente generación
encontraría unas condiciones peores que las que tenía la gente en aquel
momento. Dos años antes, una encuesta internacional realizada a más de
61.600 personas de sesenta países arrojó unos resultados similares. 10
Con tanta gente perdiendo confianza en que todo irá bien, está
surgiendo una versión de los hechos muy distinta. Puesto que implica la
percepción de que el mundo está en un grave declive, adoptamos un
término creado por el pensador social David Korten y llamaremos a este
relato el Gran Desmoronamiento.11
En nuestro trabajo con personas que se enfrentan a sus preocupaciones
sobre el mundo, nos sorprende la cantidad de cuestiones que están
causando alarma. La lista del Cuadro 1.2 identifica cinco ámbitos de
preocupación comunes, y es muy probable que tú tengas otras que te
gustaría añadir a la lista. Abordar estos problemas puede resultar
incómodo, incluso abrumador, pero para llegar a donde queremos ir
tenemos que partir de donde estamos. El relato del Gran
Desmoronamiento ofrece una imagen preocupante de dónde es esto.
Tres relatos de nuestro tiempo
 
 Cuadro 1.2
 EL GRAN DESMORONAMIENTO 
 DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI
 Declive económico
 División social y guerra
 Agotamiento de recursos
 Extinción en masa de especies
 Cambio Climático
Declive económico.
La crisis económica que estalló en 2008 causó no solo el
hundimiento de instituciones financieras sino también la subida de
precios, desempleo, ejecuciones hipotecarias de hogares y altercados
por la comida en muchas partes del mundo. Hace pocos años, al
inicio de 2005, se creía que la economía global estaba en pleno
auge. Los precios de la vivienda subían deprisa en Estados
Unidos, por lo que la propiedad se entendía como una inversión
«segura». Se podía ganar dinero en el negocio hipotecario, y los
préstamos se concedían con toda la alegría, incluso a personas con
mala calificación de crédito. Pero este auge creció hasta
convertirse en una burbuja que terminó por estallar. Un
economista puede entenderlo como parte de un ciclo de auge y
caída. Otra expresión que podríamos usar para describir lo
sucedido es exceso y colapso. Veamos por qué.
Cuando un sistema sobrepasa el punto de equilibrio, decimos
que se ha excedido. Para restablecer el equilibrio, tenemos que
percibir y corregir esta extralimitación. Si no lo hacemos, y el
sistema sigue empujando de modo indefinido, este solo puede
Esperanza activa
progresar hasta alcanzar un punto de quiebra y hundimiento. El
mercado inmobiliario no podía seguir creciendo indefinidamente;
tampoco la economía puede.
Al cabo de años de crecimiento insostenible, la burbuja
terminó por estallar en el mercado inmobiliario estadounidense, y
en 2006 y 2007 los precios de la propiedad se hundieron. Puesto
que muchas instituciones financieras habían invertido grandes
cantidades en la industria hipotecaria, la crisis afectó al conjunto
de la economía. Como una hilera de fichas de dominó, los
gigantes financieros fueron cayendo uno tras otro. Los gobiernos
tomaron prestadas enormes sumas de dinero para respaldar a
instituciones debilitadas que primero se habían excedido y después
se habían hundido. Pero, ¿y si la totalidad del sistema económico
ha incurrido en el exceso y ahora, por consiguiente, se está
desintegrando?
La burbuja del crecimiento económico infinito depende de
una entrada incesante de recursos y genera niveles siempre
crecientes de residuos tóxicos. A medida que seguimos forzando
más allá de los límites sostenibles de ambos, más desintegración
de la red de sistemas vivos se produce.
Agotamiento de recursos
En 1859, al descubrirse el primer yacimiento petrolífero
estadounidense en Pensilvania, la población mundial apenas superaba
los mil millones de personas. En 1930 se había doblado, y en
1974, con el aumento de la producción de alimentos derivado de
la agricultura impulsada con petróleo, se había vuelto a doblar, hasta
los cuatro mil millones. Nos hallamos en una fase avanzada de un
nuevo doblamiento, pues la población mundial superó la cifra de
siete mil millones en 2011. 
Tres relatos de nuestro tiempo
No es solo la población lo que está creciendo; la expansión de los
estilos de vida modernos, como se ha expuesto más arriba, ha
amplificado nuestra voracidad, especialmente por la energía.
En el siglo xx, el consumo global de combustibles fósiles se
multiplicó por veinte. El petróleo ha sido nuestro principal
combustible, y hoy consumimos más de 80 millones de barriles al
día. Si mantenemos este ritmo, agotaremos las reservas
disponibles dentro de unas pocas décadas.12 Los problemas
empiezan mucho antes de que nos quedemos sin combustible;
conforme los yacimientos petrolíferos se van agotando, las reservas
restantes resultan más difíciles y caras de extraer. Lo mismo se
aplica al suministro mundial en conjunto. Como resultado los
precios del combustible aumentan y ya hemos dejado atrás la era
del petróleo barato.
Cada gran aumento en el precio del petróleo en los últimos treinta
y cinco años ha ido seguido de una recesión, el precio del petróleo
se dobló en solo doce meses, antes de la crisis económica de
2008.13 Cuando los niveles de producción de petróleo superan su
techo y entran en declive (el punto denominado peak oil, «cénit
del petróleo»), la imposibilidad de satisfacer la demanda empuja
los precios al alza.
Es poco probable que vayan a salvarnos hallazgos de nuevas
fuentes de petróleo; durante las últimas tres décadas, cada año se
ha consumido más petróleo del que se ha encontrado en nuevas
reservas. En 2006 ese déficit había crecido hasta cuatro barriles
consumidos por cada nuevo descubierto.14 Además, las nuevas
reservas son o bien difíciles de alcanzar, como es el caso de los
pozos de aguas profundas situados a más de 1,6 kilómetros por
debajo de la superficie del océano, o son de una calidad mucho
más baja, como ocurre con las arenas bituminosas canadienses.
Esperanza activa
Nuestro consumo de petróleo colectivo es insostenible. Si no
nos ocupamos de esta cuestión, nos precipitamos a un descalabro.
Aún más crucial para la vida en nuestro planeta es que la
disponibilidad de agua dulce está también en declive. Un reciente
informe de Naciones Unidas advierte de que dentro de veinte años
hasta dos tercios de la población mundial podrían estar en riesgo de
padecer escasez de agua.15 La industrialización, el riego, el
crecimiento de la población y los estilos de vida modernos han
incrementado espectacularmente nuestro consumo de agua: el uso
de agua se multiplicó por seis durante el siglo xx.16 El cambio
climático también ha influido, con mayor volumen de lluvias en
algunas partes del mundo pero mucho menor en otras. Desde 1970
han aumentado las sequías severas, y la proporción de superficie
de suelo mundial en condiciones de sequedad extrema ha pasado
del 15 al 30%.17
Cambio climático
Cuando más gente consume más cosas, no solo agotamos
recursos, sino que también producimos más residuos. Los
desechos generados cada año en Estados Unidospodrían llenar
un convoy de camiones de basura lo suficientemente largo para
dar seis veces la vuelta al mundo. 18 No todos nuestros desperdicios
son tan visibles: cada año, un europeo medio produce 8,1
toneladas de dióxido de carbono; el estadounidense medio
supera el doble de esta cifra. 19 Si bien este gas de efecto
invernadero es invisible, sus efectos no lo son. El cambio
climático ha dejado de ser una simple amenaza lejana para
generaciones futuras; ha llegado de una forma medible y
destructiva.
En su momento, los años ochenta fueron la década más cálida
jamás registrada. Los noventa fueron todavía más cálidos, y la
Tres relatos de nuestro tiempo
década que se inició en 2000 más aún.20
 
Vinculados a este calen-
tamiento, los desastres relacionados con el clima (como inunda-
ciones, sequías y huracanes de primera magnitud) han aumentado
sustancialmente; de media, se registraron 300 fenómenos graves al año
en los ochenta; 480 al año en los noventa; y 620 al año en la primera
década del siglo XXI hasta 2008. En 2007 hubo 874 desastres
climáticos en todo el mundo.21
Como el calentamiento hace que el agua se evapore más
deprisa, la tierra se está secando tanto en algunas partes del mundo
que las cosechas se echan a perder y los fuegos forestales se
tornan más intensos. En Brasil, las sequías de 2005 se calificaron
de fenómenos que solo sucedían una vez cada siglo, pero las
sequías de 2010 fueron incluso peores. En el estado de
Washington, se ha perdido más bosque a causa de incendios
descontrolados en los últimos diez años que en las tres décadas
anteriores juntas.22
Al mismo tiempo, vientos más cálidos transportan más agua
de los océanos, y causan que otras zonas sufran un aumento de
inundaciones y fenómenos extremos de precipitaciones. Ronald
Neilson, catedrático de bioclimatología en la Oregon State
University, explica: «A medida que el planeta se calienta, se va
evaporando más agua de los océanos y toda esa agua tiene que
caer en algún sitio en forma de precipitación».23
En Bangladesh cayeron 35 centímetros de lluvia en un solo
día en 2004, lo que contribuyó a originar inundaciones que
dejaron a 10 millones de personas sin casa y destruyó gran parte
de las cosechas. Las inundaciones de Pakistán en 2010 dejaron una
quinta parte el país bajo el agua y obligaron a desplazarse a 20
millones de personas.
 Gran parte de las principales ciudades del mundo se desarrolló
como puertos a orillas de mares o de grandes ríos, y más 
de 630 millones de personas viven a menos de diez metros por
Esperanza activa
encima del nivel del mar. Si las capas de hielo de Groenlandia y el
oeste de la Antártida siguen fundiéndose, el aumento de los
niveles de agua inundará Londres, Nueva York, Miami, Bombay,
Calcuta, Sídney, Shanghái, Yakarta, Tokio y muchas otras grandes
ciudades. 24 El hecho de que se funda el hielo también es significativo
porque las superficies terrestres y marítimas absorben mayor
proporción del calor solar que las cubiertas de hielo. Esto crea un
círculo vicioso (véase Cuadro 1.3), en el que cuanto más hielo se
funde, menos refleja este el calor solar y más cálido se vuelve, lo
cual causa que se funda más hielo.
Los bosques cumplen un papel protector porque absorben
dióxido de carbono, pero cuando se talan perdemos este proceso
crucial. Los árboles tropicales todavía corren más peligro porque
cuando el aire más cálido seca el suelo por encima de determinado
punto, el terreno ya no puede sustentar árboles grandes. Un
aumento de la temperatura global de 4 ºC podría ser suficiente
para acabar con gran parte de los bosques pluviales amazónicos. 25 Si
esto sucediera, no solo perderíamos el efecto enfriador de los
bosques, sino que los gases de efecto invernadero liberados de los
árboles podridos o quemados se añadirían también al proceso de
calentamiento, lo que originaría otro círculo vicioso. El término
cambio climático desbocado se emplea para describir esta
peligrosa situación, en que las consecuencias del calentamiento
producen todavía más calentamiento (véase Cuadro 1.3). El profesor
Kevin Anderson, del Tyndall Centre sobre Cambio Climático,
advierte de la catástrofe que podría acabar produciéndose:
Para la humanidad es cuestión de vida o muerte [...] es
sumamente improbable que no hubiera una enorme cantidad de
muertes a 4 ºC. Si en 2050 tenemos nueve mil millones de
habitantes y se llega a 4 ºC, 5 ºC o 6 ºC, quizás podrían sobrevivir
apenas quinientos millones personas.26
Tres relatos de nuestro tiempo
 Cuadro 1.3
La retroalimentación en el Cambio Climático Desbocado
El hielo se funde La superficie absorbe más calor
 
 EL CALENTAMIENTO AUMENTA
 
El suelo se seca
 Los árboles podridos/quemados liberan 
 gases de efecto invernadero 
Los árboles mueren
División social y guerra
Por ahora, los pobres de este mundo se están llevando la peor
parte del Gran Desmoronamiento. Con la subida de los precios del
petróleo, el precio de la comida se ha disparado. Los precios
globales de los alimentos se han más que doblado entre febrero de
2001 y febrero de 2011, lo que ha hundido a cada vez más personas
por debajo del umbral de pobreza. 27 En 2010, más de 900 millones
de personas padecían hambre crónica. Mientras tanto, el 20% más
rico de la población mundial (es decir: cualquiera que pueda
gastarse más de 10 dólares al día) recibe tres cuartas partes de los
ingresos totales.28
Algunos sostienen que el crecimiento económico es necesa- rio
para hacer frente a la pobreza, pero en el proceso de crecimiento
de la economía global la riqueza ha ido a parar mucho más a los
ricos que a los pobres. El número de millonarios y
multimillonarios aumenta al mismo tiempo que casi la mitad de la
población mundial sigue viviendo con menos de 2,50 dólares al
día.29 
Esperanza activa
 
En el interior de los países ricos también se ha ensanchado el abismo
entre ricos y pobres. Hace veinticinco años, el 1% más rico de
Estados Unidos ganaba el 12% de los ingresos nacionales y poseía
el 33% de la riqueza. En 2011 ganaba casi una cuarta parte de los
ingresos y poseía el 40% de la riqueza. 30 Los estudios demuestran
que, cuanto más se divide una sociedad, más caen los niveles de
confianza, más aumenta la delincuencia y más se dividen las
comunidades.31
El Millennium Project de Naciones Unidas calcula que la
pobreza extrema y el hambre mundiales podrían eliminarse para
2025 con un coste de unos 160.000 millones de dólares anuales.32
 
El gasto militar mundial en 2010 fue diez veces superior a esta
cantidad, y el gobierno estadounidense ha gastado casi tanto como
todos los demás países del mundo juntos.33 La desintegración de
nuestro mundo es debida, en parte, a la búsqueda de seguridad a
fuerza de combatir enemigos en vez de abordar las amenazas que
plantean las crecientes desigualdades, el agotamiento de los
recursos y el cambio climático.
Extinción en masa de especies
Con el aumento de la contaminación, la destrucción de hábitats y
las perturbaciones causadas por el cambio climático, la vida
salvaje ha sufrido enormemente. Una tercera parte de todos los
anfibios, como mínimo una quinta parte de todos los mamíferos y
una octava de todas las especies de pájaros están en estos
momentos en peligro de extinción. «Panorama de la biodiversidad
global», un informe de Naciones Unidas, concluía:
En efecto, en la actualidad somos responsables del sexto mayor
fenómeno de extinción en la historia de la Tierra, y el más grave
desde la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de
años.34
Tres relatos de nuestro tiempo
Algunas especies desempeñan papeles vitales en el sano
funcionamiento de los sistemas naturales; nuestra supervivenciadepende de ellas. El plancton microscópico de los océanos, por
ejemplo, es el alimento básico de los peces, y produce gran parte
del oxígeno que respiramos. Cuando los océanos absorben el
dióxido de carbono de los combustibles fósiles quemados, su agua
se vuelve más ácida, lo cual daña al plancton. La combinación de
la acidez oceánica y del calentamiento del agua ya ha causado un
drástico declive en la población global de plancton.35 Si este declive
se mantiene, no sabemos en qué punto originará consecuencias
catastróficas, como el hundimiento de la vida de los peces o una
reducción sustancial del oxígeno disponible para nosotros.
LA DOBLE REALIDAD
Los relatos del Todo como de costumbre y del Gran
Desmoronamiento ofrecen versiones diametralmente opuestas del
estado de nuestro mundo. Son dos realidades distintas que
coexisten en el mismo tiempo y espacio. Es probable que
conozcas a personas que viven en un relato distinto del tuyo.
También es posible que vayas pasando de un relato al otro. Se
puede pasar parte del día en la modalidad Todo como de
costumbre, haciendo planes para un futuro que suponemos que
será muy parecido al presente, pero de repente algo suscita la
conciencia del desastre actual, y reconocemos en el fondo de
nuestro corazón y pensamiento el descalabro que nos espera.
Para cada vez más personas, el colapso ya ha llegado: hogares
inundados después de lluvias intensas, granjas abandonadas a raíz
de prolongadas sequías, suministros de agua contaminados y no
aptos para el consumo, puestos de trabajo y ahorros perdidos. La
realidad dominante del Business as Usual resulta cada vez más
interrumpida por las malas noticias del Gran Desmoronamiento.
Esperanza activa
El despertar por primera vez a la gravedad de nuestra
situación puede ser bastante traumático. La mayoría de estas
cuestiones se excluyen cuidadosamente de los medios de
comunicación dominantes, y solo se tratan en algún reportaje
ocasional o en publicaciones minoritarias. La mirada de la prensa
moderna, sobre todo en el mundo occidental, está más centrada en
el cotilleo sobre famosos. Vivimos, según expresión de Al Gore,
en una cultura de la distracción.36
Cuando estas cuestiones surgen en la conversación, a menudo
encuentran silencios incómodos. Por lo general dos perspectivas
distintas bloquean el flujo de palabras. La primera rechaza el
problema porque lo califica de exagerado. Es la voz del primer
relato, la que afirma que en realidad no todo está tan mal. La
segunda perspectiva habita plenamente el Gran Desmoronamiento.
Este punto de vista considera que el declive continuo es tan
inevitable que ya ni vale la pena hablar de ello. Hay una
aceptación resignada de que las cosas han ido demasiado lejos,
que ya no podemos hacer nada al respecto, que hemos cruzado un
punto de no retorno.
La expresión ‘las cosas han ido demasiado lejos’ es otro
modo de decir que nos hemos excedido. Es demasiado tarde para
impedir el daño que ya se ha causado o para evitar aspectos del
hundimiento que ya están muy avanzados. La sobrepesca ya ha
causado el agotamiento devastador de muchos de los caladeros del
mundo. El cambio climático ya ha originado un aumento de los
fenómenos climáticos extremos en todo el mundo. Muchos países
productores de petróleo (incluyendo Estados Unidos, el Reino
Unido y Rusia) han superado ya su cénit de producción, y su
suministro de petróleo ya está en declive. 37
Tres relatos de nuestro tiempo
 
Todo esto ya ha sucedido. Pero podemos aprender de ello y
decidir a dónde queremos ir desde aquí. En su detallado estudio
del exceso global en nuestra economía material, los científicos
ambientalistas Donnella Meadows, Jørgen Randers y Dennis
Meadows escriben:
El exceso puede conducir a dos resultados distintos. Uno es un
descalabro de algún tipo. Otro es un cambio de trayectoria
deliberado, una corrección, un cuidadoso apaciguamiento. [...]
Creemos que es posible una transición, y que podría llevar a un
futuro deseable, sostenible y suficiente para todos los pueblos del
mundo. También creemos que si no se efectúa pronto una
corrección profunda, es inevitable un descalabro de algún tipo. Y
ocurrirá durante la vida de muchos de los que hoy están aquí.38
El relato del Business as Usual nos está llevando por un curso
de colisión hacia el desastre. Y por sí misma, el Gran
Desmoronamiento puede parecer una historia de terror que
abruma y derrota, y por eso nos paraliza. Afortunadamente hay un
tercer relato, que resulta cada vez más visible. Es probable que ya
formes parte de él.
EL TERCER RELATO: EL GRAN GIRO
En la Revolución Agrícola de hace diez mil años, la
domesticación de plantas y animales produjo un cambio radical en
el modo de vivir de la gente. En la Revolución Industrial que se
inició hace pocos centenares de años tuvo lugar una evolución
espectacular similar. No se trataba solo de cambios en los
pequeños detalles de la vida. La totalidad de la base social
resultó
Esperanza activa
transformada, incluyendo las relaciones de las personas entre sí y con
la Tierra.
En estos momentos se está produciendo un cambio de alcance
y magnitud comparables. Se le ha llamado la Revolución
Ecológica, la Revolución de la Sostenibilidad, incluso la Revolución
Necesaria. Es nuestro tercer relato: nosotros lo llamamos el Gran Giro
y lo consideramos la aventura esencial de nuestro tiempo.
Consiste en la transición de una economía de crecimiento
industrial condenada al fracaso a una sociedad sustentadora de la vida
y comprometida con la recuperación de nuestro mundo. Esta
transición ya hace tiempo que se está produciendo.
En las primeras etapas de las grandes transiciones, puede
parecer que la actividad inicial existe solo en los márgenes. Pero
cuando llega su momento, las ideas y los comportamientos
resultan contagiosos: cuanta más gente transmite perspectivas
inspiradoras, más cuajan estas perspectivas. En determinado
momento, el equilibrio se transforma y llegamos a una masa
crítica. Puntos de vista y prácticas antes marginales se convierten
en la nueva corriente principal.
En el relato del Gran Giro, lo que está cuajando es el
compromiso de actuar en bien de la vida en la Tierra así como la
visión, el coraje y la solidaridad para hacerlo. Las innovaciones
sociales y técnicas convergen, movilizan la energía, la atención, la
creatividad y la determinación de la gente, en lo que Paul Hawken
describe como «el mayor movimiento social de la historia». En su
libro Blessed Unrest (Bendito malestar), escribe:
No tardé en darme cuenta de que mi inicial cálculo de 100.000
organizaciones era errónea y que había que multiplicarlo como
mínimo por diez, y ahora creo que son más de un millón —y tal
vez incluso dos— de organizaciones que trabajan en pos de la
sostenibilidad eco lógica y de la justicia social.39
Tres relatos de nuestro tiempo
No te extrañe no haber leído nada acerca de esta transición
épica en los principales diarios ni haberlo visto tratado en otros
medios de comunicación de masas. Normalmente se centran en
hechos súbitos y aislados a los que pueden dirigir las cámaras. Los
cambios culturales suceden en otro nivel: solo resultan perceptibles
cuando retrocedemos lo suficiente para ver una imagen más grande
cambiando a lo largo del tiempo. Una fotografía de periódico
observada con una lupa puede parecer solo un montón de puntitos
pequeños. Cuando da la sensación de que nuestras vidas y opciones
son como esos puntitos, puede resultar difícil reconocer su
aportación a una imagen más grande de cambio. Tal vez
necesitemos prepararnos para ver el patrón más global y
comprender que el relato del Gran Giro se está produciendo en
nuestro tiempo. Cuando se ha visto, es más fácil reconocerlo. Y
cuando lo nombramos, este relato se nos vuelve más real y familiar.
Como referencia para apreciar los modos en que tal vez ya
formes parte de este relato, identificamos tres dimensiones del
Gran Giro. Las tres se refuerzan mutuamente y son igual de
necesarias.Por comodidad, las hemos denominado primera,
segunda y tercera dimensiones, pero no se pretende indicar ningún
orden de secuencia o importancia. Podemos empezar en cualquier
punto, y partir de uno conduce naturalmente a cualquiera de los
otros. A cada uno de nosotros le corresponde seguir su propio
sentido de la rectitud hacia dónde se siente llamado o llamada a
actuar.
La primera dimensión: acciones de contención
Las acciones de contención tienen como objetivo contener y
ralentizar el daño causado por la política de las empresas del
Business as Usual. El objetivo es proteger lo que queda de
nuestros
Esperanza activa
sistemas naturales favorables a la vida, rescatar lo que podamos de
la biodiversidad, el aire y el agua limpios, los bosques y la capa
superior del suelo. Las acciones de contención también
contrarrestan la desintegración de nuestro tejido social, puesto que
cuidan de quienes han resultado dañados y salvaguardan las
comunidades frente a la explotación, la guerra, el hambre y la
injusticia. Las acciones de contención defienden nuestra existencia
compartida y la integridad de la vida en este planeta que es
nuestro hogar.
La primera dimensión implica cobrar y crear conciencia del
daño que ya se ha causado, reunir pruebas acerca de los impactos
ambiental, social y de salud del crecimiento industrial, y
documentarlo. Necesitamos la colaboración de científicos, activistas y
periodistas que revelen los vínculos existentes entre
contaminación y el aumento de cánceres infantiles; el consumo de
combustibles fósiles y los trastornos ambientales; la disponibilidad
de productos baratos y las condiciones de trabajo infrahumanas. A
menos que estas conexiones se muestren con claridad, es muy
fácil seguir contribuyendo inconscientemente a la desintegración
de nuestro mundo. Pasamos a formar parte del relato del Gran
Giro cuando acrecentamos nuestra conciencia, tratamos de saber
más y alertamos a los demás acerca de las cuestiones que nos
atañen a todos.
Podemos entrar en acción de muchos modos. Podemos optar
por retirar nuestro apoyo a comportamientos y productos que
forman parte del problema. En colaboración con otras personas,
podemos sumar nuestra fuerza a la de campañas, peticiones,
boicots, concentraciones, iniciativas legales, acciones directas y
otras formas de protesta contra prácticas que amenazan nuestro
mundo. 
Tres relatos de nuestro tiempo
Si bien las acciones de contención pueden resultar frustrantes
cuando solo obtienen progresos lentos o derrotas, también han
conducido a victorias sustanciales. Zonas forestales antiguas en
Canadá, Estados Unidos, Polonia y Australia, por ejemplo, han
sido protegidas gracias a activismos decididos y prolongados.
Las acciones de contención son esenciales; salvan vidas, salvan
especies y ecosistemas, salvan parte del acervo genético para
generaciones futuras. Pero por sí mismas no bastan para que se
produzca el Gran Giro. Por cada hectárea de bosque protegido,
muchas otras se pierden por tala o eliminación. Por cada especie
salvada en el último instante, otras se pierden, extinguidas.
Aunque la protesta es importante, confiar en ella como única vía
de cambio puede dejarnos fatigados de combatir o desilusionados.
Además de detener el peligro, tenemos que sustituir o transformar
el sistema que causa el daño. Esta es la tarea de la segunda
dimensión.
La segunda dimensión: sistemas y prácticas que sostienen de la vida
Si se buscan, pueden hallarse pruebas de que nuestra civilización
se está reinventando a nuestro alrededor. Enfoques antes
aceptados acerca de la sanidad, los negocios, la educación, la
agricultura, el transporte, las comunicaciones, la psicología, la
economía y muchos otros ámbitos se están cuestionando y
transformando. Esta es la segunda hebra del Gran Giro, y entraña
un replanteamiento de nuestro modo de actuar, así como un
rediseño creativo de las estructuras y sistemas que componen
nuestra sociedad.
La crisis financiera de 2008 hizo que muchos empezaran a
cuestionar nuestro sistema bancario. En una encuesta de aquel
año, más de la mitad de los entrevistados declaró que las tasas de
interés constituían su principal preocupación, pero que ya
tenían en cuenta otros factores, como en qué se invertía el dinero y
qué se estaba haciendo con él.40 
Esperanza activa
 
Junto con este cambio en el pensamiento, nuevos tipos de banco,
como Triodos Bank, están reescribiendo las normas de las
finanzas operando según el modelo de «triple rentabilidad». En
este modelo las inversiones no solo generan beneficios financieros
sino también beneficios sociales y ambientales. Cuanta más gente
pone sus ahorros en este tipo de inversiones, más fondos están
disponibles para empresas que aspiran a algo más que a ganar
dinero. Esto, a su vez, impulsa el desarrollo de un nuevo sector
económico basado en el triple balance. Estas inversiones han
resultado notablemente estables en un tiempo de turbulencia
económica, y han colocado a la banca ética en una posición
financiera sólida.
Un ámbito que se está beneficiando de esta inversión es el
sector agrícola, que ha experimentado un movimiento hacia
prácticas ambiental y socialmente responsables. A raíz de la
preocupación por los efectos tóxicos de pesticidas y otros
productos químicos usados en la agricultura industrial, mucha
gente ha optado por comprar y comer productos ecológicos.
Iniciativas de comercio justo mejoran las condiciones de trabajo
de los productores, mientras que la agricultura apoyada por la
comunidad (CSA en sus siglas inglesas, y las cooperativas de
consumo) y los mercados de productores recortan los kilómetros
que recorre la comida al aumentar la disponibilidad de producto
local. En estos y otros ámbitos están apareciendo fuertes brotes
verdes, mientras nuevos sistemas de organización surgen a partir
de la pregunta visionaria: «¿Hay un modo mejor de hacer las
cosas, uno que dé beneficios en vez de causar daño?» En algunos
campos, como la construcción ecológica, principios estructurales
considerados marginales hace pocos años gozan ahora de una
aceptación generalizada.
Tres relatos de nuestro tiempo
Cuando apoyamos y participamos en estas corrientes
emergentes de una cultura sustentadora de la vida, pasamos a
formar parte del Gran Giro. A través de las elecciones sobre cómo
viajar, dónde y qué comprar y cómo ahorrar, moldeamos el
desarrollo de esta nueva economía: las empresas sociales, los
proyectos de microenergía, teach-ins (reuniones de autoenseñanza y
aprendizaje comunitario) colectivos, la agricultura sostenible y los
sistemas financieros éticos contribuyen a este rico tejido en
patchwork de una sociedad favorecedora de la vida. Sin embargo,
por sí mismos no son suficientes. Estas nuevas estructuras no
arraigarán ni sobrevivirán sin valores profundamente inculcados que
las sustenten. Esta es la tarea de la tercera dimensión del Gran
Giro.
La tercera dimensión: cambio en la conciencia
¿Qué mueve a la gente a embarcarse en proyectos o a apoyar
campañas que no son de un beneficio personal inmediato? En el
centro de nuestra conciencia hay un manantial de preocupación y
compasión; este aspecto de nuestra personalidad —que podríamos
considerar nuestro yo interconectado— se puede nutrir y
desarrollar. Podemos profundizar nuestro sentido de pertenencia al
mundo. Al igual que los árboles extienden sus sistemas de raíces,
podemos crecer en conexión, y por tanto alimentarnos de una
reserva de fuerza más profunda, accediendo al coraje y a la
inteligencia que tanto necesitamos ahora mismo. Esta dimensión
del Gran Giro surge de cambios producidos en nuestros corazones,
mentes y percepciones de la realidad. Implica concepciones y
prácticas que resuenan con tradiciones espirituales muy antiguas,
al tiempo que se alinean con ideas científicas nuevas y
revolucionarias.
Esperanza activa
Un episodio significativo de esta parte del relato es el vuelo
espacialdel Apolo 8 en diciembre de 1968. Gracias a esta misión
a la Luna y a las fotos que obtuvo, la humanidad pudo contemplar
por primera vez la Tierra en conjunto. Veinte años antes, el
astrónomo sir Fred Hoyle había declarado: «Cuando se disponga
de una fotografía de la Tierra tomada desde el exterior, emergerá
una idea nueva,la más poderosa que haya habido en la historia». 41
 
Bill Anders, el astronauta que hizo aquellas fotografías,
comentó: «Hemos hecho todo este camino para explorar la Luna lo
más importante es que hemos descubierto la Tierra». 42
Nos contamos entre los primeros en la historia humana que
han dispuesto de esta notable visión. Se produjo al mismo tiem-
po que se desarrollaba en el campo científico una nueva y radical
comprensión de cómo funciona nuestro mundo. Observando
nuestro planeta como un todo, la teoría de Gaia propone que la
Tierra funciona como un sistema vivo autorregulado.
Durante los últimos cuarenta años, esas fotografías de la
Tierra, junto con la teoría de Gaia y los desafíos del medio
ambiente, han hecho emerger un nuevo modo de pensar sobre
nosotros mismos. Hemos dejado de ser meramente ciudadanos de
un país o de otro y estamos descubriendo una identidad colectiva
más profunda. Tal como han enseñado muchas tradiciones
indígenas durante generaciones, formamos parte de la Tierra.
Se está produciendo un cambio de conciencia conforme nos
adentramos en un paisaje más amplio de lo que somos. Con este
salto evolutivo se da una hermosa convergencia de dos áreas que
antes se pensaba que chocaban: ciencia y espiritualidad. La
conciencia de una unidad más profunda que nos conecta se
encuentra en el corazón de muchas tradiciones espirituales; las
concepciones de la ciencia moderna señalan en una dirección
similar. Vivimos en un tiempo en que surge una nueva visión de la
 
Tres relatos de nuestro tiempo
realidad, en que tanto la comprensión espiritual como el
descubrimiento científico contribuyen a que nos veamos a
nosotros mismos íntimamente entretejidos con nuestro mundo.
Participamos en esta tercera dimensión del Gran Giro cuando
prestamos atención a la frontera interior del cambio, en el
desarrollo personal y espiritual que aumenta nuestra capacidad y
deseo de actuar en beneficio de nuestro mundo. Al fortalecer
nuestra compasión, alimentamos nuestro coraje y determinación. Al
renovar nuestro sentido de pertenencia al mundo, ampliamos la
red de relaciones que nos nutre y protege del agotamiento. En el
pasado, cambiar el yo y cambiar el mundo se consideraban a
menudo tareas distintas, se creía que eran mutuamente excluyentes.
Pero en el relato del Gran Giro se comprende que se refuerzan
entre sí, que son esenciales el uno para el otro.
 Cuadro 1.4
 Las tres dimensiones del Gran Giro
Están produciéndose al mismo tiempo 
y se refuerzan mutuamente
 
 Cambio de conciencia y cosmovisión 
 
 Acciones de contención (NO) Sistemas y prácticas (SI) 
p.j. Campañas en defensa de pj Economia social 
 la vida en la Tierra. y solidaria. 
Esperanza activa
ESPERANZA ACTIVA y EL RELATO DE NUESTRAS VIDAS
Las generaciones futuras observarán el momento en que vivimos
ahora. El tipo de futuro desde el que lo observen, y lo que cuenten
acerca de nuestro periodo, estará determinado por elecciones que
efectuemos durante nuestras vidas. La elección más decisiva podría
muy bien ser el relato desde el que vivimos y en el que elegimos
participar. Esto establece el contexto de nuestras vidas de un modo
que influye todas las demás decisiones.
Al elegir nuestro relato, no solo depositamos nuestro voto de
influencia en el tipo de mundo que heredarán las generaciones
futuras, sino que también afectamos nuestras propias vidas aquí y
ahora. Cuando encontramos un buen relato y nos entregamos
plenamente a él, este relato puede actuar a través de nosotros e
insuflar vida nueva a todo cuanto hacemos. Cuando nos movemos
en una dirección que toca nuestro corazón, nos incorporamos al
ímpetu de propósito más profundo que nos hace sentir más vivos.
Un gran relato y una vida satisfactoria comparten un elemento
decisivo: una trama convincente que se mueve hacia aspiraciones
significativas, donde lo que está en juego es mucho más grande
que nuestras ganancias y pérdidas personales. El Gran Giro es este
relato.
2
CONFIANDO EN LA ESPIRAL
Esperanza Activa no es simple expresión de deseos.
Esperanza Activa no es esperar a ser rescatado 
por el Llanero Solitario ni cualquier otro salvador.
Esperanza Activa es despertar a la belleza de la vida en
cuyo nombre podemos actuar.
Pertenecemos a este mundo.
La red de vida nos convoca en este momento.
Hemos recorrido un largo camino y estamos aquí para cumplir
nuestra parte.
Con la Esperanza Activa comprendemos que quedan aventuras y
nuevos retos,
fortalezas por descubrir y compañeros con
quienes unir los brazos
Esperanza Activa es disposición a comprometerse y participar.
Esperanza Activa es disposición a descubrir las fortalezas que
hay en nosotros y en los demás;
disposición a descubrir los motivos para la esperanza y las
ocasiones para el amor.
Disposición para descubrir el tamaño y la fuerza
de nuestros corazones,
la agilidad de nuestra mente, la firmeza de
nuestros propósitos, nuestra propia autoridad,
nuestro amor por la vida,
la vitalidad de nuestra curiosidad,
el pozo insospechado y profundo de paciencia y diligencia, la 
agudeza de nuestros sentidos, y nuestra capacidad de liderar.
Nada de todo ello puede descubrirse en una butaca o 
sin riesgos.
Esperanza activa
El Gran Giro es un relato de Esperanza Activa. Para desempeñar
nuestro papel del mejor modo posible, necesitamos contrarrestar
todas las voces que dicen que no estamos a la altura de las
circunstancias, que no somos lo bastante buenos, fuertes o sabios
para modificar nada y sembrar una diferencia. Si tememos que el
desastre actual sea demasiado horrible para reconocerlo o que no
seremos capaces de soportar la aflicción que nos provoca, necesitamos
encontrar un camino a través de ese miedo. Este capítulo presenta
tres hilos que podemos seguir para permanecer en pie y no
desfallecer al situarnos ante la inmensidad de lo que le está
sucediendo a nuestro mundo. Estos hilos pueden entretejerse en
cualquier situación a fin de sostener y fortalecer nuestra capacidad
de reacción. Por eso volveremos a ellos con frecuencia en las
páginas siguientes. El primer hilo es la estructura narrativa de los
relatos de aventura.
SEGUIR EL HILO DE LA AVENTURA
Planteémonos el Gran Giro como un relato de aventuras. Los
relatos de aventuras a menudo empiezan con la presentación de
una amenaza terrible que parece demasiado enorme para que los
protagonistas sean capaces de hacerle frente. Si alguna vez sientes
que no tienes opciones y dudas estar a la altura de los retos, te sumas
a una tradición ya antigua de protagonistas de este género. Los
héroes casi siempre parten de una situación de evidente y clara
inferioridad.
Confiando en la espiral
Lo que crea el relato es el modo en que los personajes
centrales no ceden en su empeño. Al contrario, su relato los pone
en un proceso de búsqueda de nuevos aliados, herramientas y
sabiduría necesarios para aumentar sus opciones. Nos podemos
concebir a nosotros mismos en un viaje parecido; parte de la
aventura del Gran Giro implica buscar la compañía, las fuentes de
apoyo, las herramientas y las concepciones que nos ayuden.
Lo que nos pone en marcha es ver lo que está en juego y
sentir la llamada de cumplir con nuestro papel. Entonces seguimos
el hilo de la aventura y por el camino desarrollamos capacidades y
descubrimos fortalezas ocultas que solo se manifiestan cuando se
requieren. Cuando las cosas se complican y oscurecen, podemos
recordarnos que a menudo es

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