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Joanna Macy y Chris Johnstone esperanza activa Cómo afrontar el desastre mundial sin volvernos locos Cubierta e ilustraciones de Miguel Brieva Primera edición: mayo de 2018. Revisada 2021 Título original: Active Hope. How to Face the Mess We’re in Without Going Crazy, publicado originalmente por New World Library, Novato, California, 2012. Traducción: Joan Solé y Daniel Turon Ilustraciones de cubierta y páginas 15, 19 y 325: Miguel Brieva © Joanna Macy y Chris Johnstone © Ediciones La Llave, 2018 Fundación Claudio Naranjo Zamora, 46-48, 6º 3ª 08005 Barcelona Tel. +34 933092356 Fax +34 934141710 ISBN: 978-84-16145-53- 9 DL nº: B 13.294-2018 Impreso en Estilo Estugraf Este libro está dedicado al florecimiento de la vida en este raro y maravilloso planeta. ELOGIOS A (LA) ESPERANZA ACTIVA «Los libros sobre el cambio ecosocial a veces se olvidan de un componente fundamental: ¿cómo desarrollar nuestra propia capacidad de resiliencia para contribuir plenamente a este proceso? Esperanza Activa llena este vacío de una manera hermosa, guiando al lector en un viaje a través de la gratitud, el dolor, la interconexión y, finalmente, la transformación» NAOMI KLEIN autora de No Logo «La respuesta a la profunda crisis que vivimos debe ser urgente, proporcionada y dirigida hacia todas las opciones posibles. Además, debe basarse en la compasión y estar enfocada a colaborar de tal manera que podamos crear cualquier cosa que nos propongamos. Es hacia este desafío que Joanna y Chris dirigen sus pensamientos e intenciones en este libro, y por mi parte, me siento profundamente agradeci- do hacia ellos por la sabiduría que nos ofrecen» ROB HOPKINS cofundador de Transition Network y autor de El manual de transición: de la dependencia del petróleo a la resiliencia local Esperanza activa «No tengo palabras para expresar mi gratitud por la aparición de este libro en un momento como este. Joanna y Chris nos guían, a través de la época peligrosa en que vivimos, desde una sabiduría antigua, una profunda compasión y muchos años de experiencia; no para que logremos salvar el mundo, sino para que podamos elegir conscientemente el participar en el proceso, más allá del resultado. Este es el camino de la acción y la relación verdaderas, donde la alegría y la paz están presentes independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor. Ojalá que podamos abrir este bello libro en nuestro seno para que podamos encontrar un camino con corazón» MARGARET J. WHEATLEY autora de Perseverance, Leadership and the New Science y otros libros «Me ha encantado este libro. Su brillantez radica en la hábil forma en que aborda y transforma las principales creencias limitantes que alejan a las personas de la acción social incondicional, que en esencia requiere que uno sostenga la ‘Esperanza Activa’. Así, suave pero inexorablemente, Esperanza Activa nos invita a participar en la gran aventura de nuestro tiempo: cambiar el mundo. Joanna y Chris han trazado un camino espiritual del siglo XXI para una profunda acción social llena de alma. ¡Léelo para nutrirte!» DAVID GERSHON autor de Social Change 2.0: A Blueprint for Reinventing Our World Codirector del Empowerment Institute’s School for Transformative Social Change «Nuestra especie atraviesa una Noche Oscura del Alma colectiva. Los autores lo llaman el ‘Gran Giro’, y proporcionan una amplia nutrición en forma de conceptos y prácticas que sin duda nos ayudarán a seguir nuestro camino. Este libro es un regalo lúcido, oportuno, práctico y muy necesario. Con la orientación que ofrece, aprenderemos a ser fieles a nuestras vocaciones para que ni el miedo, ni la desesperación, ni la incertidumbre, ni los obstáculos nos derroten. Un manual de recibimiento para navegar la Noche Oscura de nuestra especie. ¡Muy bienvenido!» MATTHEW Fox autor de The Hidden Spirituality of Men and Christian Mystics Elogios a (la) esperanza activa «Joanna Macy es una de las más destacadas maestras de nuestra época. Qué deleite es leer su último trabajo, escrito con el médico y especialista en adicciones Chris Johnstone. Esperanza Activa nos ayuda a mirar incansablemente los horrores que nos confrontan, a honrar el dolor que sentimos por nuestro mundo y a permitir que la verdad nos fortalezca en lugar de paralizarnos. Es difícil pensar en una tarea más importante que fortalecernos cotidianamente con herramientas que nos permitan comprometernos con los desafíos monumentales que enfrentamos: herramientas que nutran nuestra creatividad y refuercen nuestra confianza y capacidad de recuperación. Si quieres servir a la Tierra pero no sabes cómo, si te sientes abrumado por la magnitud de la tarea que te espera, si quieres hallar el rol que solo tú puedes jugar en el Gran Trabajo, lee este libro». JOHN SEED fundador del Rainforest Information Center «Esperanza Activa es el Nuevo Testamento del ‘Gran Giro’. Es esa rareza en la literatura de autoayuda que se despliega en prosa orgánicamente, al igual que la mejor escritura sagrada, como si indujera el cambio mental que alienta. Aquí están de modo incuestionable tanto el diagnóstico como el pronóstico, así como un protocolo ampliamente probado para la autosanación y la resiliencia que puede ayudar a una masa crítica a volver a comprometerse con aprender a vivir y actuar de manera efectiva, en nombre de las explotadas comunidades humanas y naturales de la Tierra. Esperanza Activa está lleno de vívidas analogías, anécdotas y oportunidades para visualizar el mundo que desearíamos dejar a nuestros hijos y nietos. Empecé a leerlo por- que me lo pidieron; seguí porque era necesario. Para todos los que estén preocupados por el éxito de su trabajo en los movimientos de sostenibilidad, medioambiente, nueva economía o justicia social, este libro será a la vez una guía y una medicina» ELLEN LACONTE autor de Life Rules: Why So Much Is Going WrongEverywhere at Once and How Life Teaches Us to Fix It «Esperanza Activa ofrece una forma de vivir creativamente en un momento de grandes desafíos, en que la humanidad está amenazada por el colapso ecológico, social y económico. Joanna y Chris nos muestran cómo enmarcar nuestras acciones para que podamos contribuir al movimiento global por un mundo mejor, más equitativo y ecológicamente equilibrado. Este es un libro jugoso, creativo, poderoso» MADDY HARLAND editora de la revista Permaculture «La Esperanza Activa es algo que eliges, nos dicen en este libro poderoso e inspirador. Joanna Macy y Chris Johnstone ofrecen no solo un antídoto contra la desesperación, sino también una nueva oportunidad en la vida, una forma de hacer nuestra parte para sanar este mundo roto. Esperanza Activa es uno de los trabajos más importantes en estos años y debe ser leído por todos aquellos, jóvenes y mayores, que se preocupan por lo que está sucediendo en nuestro mundo. ¡Pásalo y únete a la campaña para difundir la esperanza! Nunca es demasiado tarde para marcar la diferencia. REVERENDO JOHN DEAR conferenciante, activista y autor de Living Peace, The Questions of Jesus, Transfiguration, Put Down Your Sword, The God of Peace, and Seeds of Nonviolence «Hay pocos guías en nuestro mundo que inspiren tanta confianza y brillantez como Joanna Macy. En Esperanza Activa, Chris Johnstone y ella nos brindan no solo un muy buen análisis, sino también buenas respuestas y prácticas, en un estilo ameno y atractivo» RICHARD ROHR Centro de Acción y Contemplación, Albuquerque, Nuevo México «Antes de pasar estas páginas, estaba experimentando la noche oscura total de una depresión. Me sentía incapaz de pensar, y mucho menos de tomar, un paso necesario en mi vida. Luego abrí las páginas del ejercicio de Joanna y Chris ‘La perspectiva del Bodhisattva’. En cuestión de minutos, vi una esperanza inconcebible en la vida interconectada que había elegido. Fue un sencillo milagro de transformación de la conciencia. EsperanzaActiva no es solo un libro, sino una puerta de acceso a la transformación» JIM DOUGLASS autor de JFK and the Unspeakable «La célebre abuelita sabia de la tierra, Joanna Macy, ha ejemplifica- do por mucho tiempo lo que significa vivir una vida de activismo espiritual y valiente compasión. Aquí, con su colega Chris Johnstone, ofrece la guía esencial para que todos despertemos a los peligros y potenciales de nuestro momento planetario. En este manual de transformación cultural escrito de un modo convincente y con claridad, Joanna y Chris nos guían para encontrar la esperanza donde menos pensaríamos: dentro de nuestros propios corazones y almas, y en nuestra interdependencia con toda la vida, para actuar con valentía desde esa esperanza como artesanos visionarios de culturas que mejoran la vida. Para los futuros seres del siglo XXII, Esperanza Activa podría convertirse en el libro más importante escrito en el si glo XXI» BILL PLOTKIN autor de Soulcraft and Nature and the Human Soul «Dado el estado del mundo, ¿cómo encontrar una respuesta verdaderamente sensata, efectiva y que afirme la vida? Joanna Macy, una de las voces de la auténtica sabiduría de nuestra época, ha dedicado su vida a ayudar a las personas a encontrar su capacidad de recuperación, su creatividad y su pasión mientras viven con sus ojos y corazones abiertos. Su trabajo es poderoso, necesario y vital. Si te has desesperado por nuestro mundo, y si amas la vida, Esperanza Activa será para ti una bendición extraordinaria» JOHN ROBBINS autor de Diet for a New America and The Food Revolution Esperanza activa «Pertenecemos a la Tierra, y nuestro precioso mundo vivo está en crisis. Más que cualquier libro que haya leído, Esperanza Activa nos muestra las verdaderas dimensiones de esta crisis, y la forma en que nuestro corazón y nuestras acciones pueden ser parte del Gran Giro hacia la curación. Por favor, lea este libro y compártalo con otros, para su propio despertar, para nuestros hijos y para nuestro futuro» TARA BRACH autora de Radical Acceptance «He aquí un poderoso libro para leer en estos tiempos oscuros. Escrito con sabiduría y pasión, nos habla de compasión equilibrada, esperanza, amor y fortaleza, así como de la voluntad de cambiar las cosas. Esperanza Activa es una brillante guía para la cordura y el amor» ROSHI JOAN HALIFAX abad del Centro Upaya Zen ÍNDICE Agradecimientos ........................................................................... 21 Introducción .................................................................................. 23 PRIMERA PARTE: EL GRAN GIRO ....................................................... 33 1. Tres relatos de nuestro tiempo..................................................35 2. Confiar en la espiral..................................................................61 3. Desde la gratitud.......................................................................71 4. Honrar nuestro dolor por el mundo...........................................89 SEGUNDA PARTE: VER CON ojos NUEVOS ......................................... 119 5. Un sentido más amplio del yo.................................................121 6. Otro tipo de poder...................................................................143 7. Una experiencia más rica de comunidad................................163 8. Una visión expandida del tiempo............................................185 TERCERA PARTE: PONERSE EN CAMINO ............................................. 211 9. Atrapar una visión inspiradora................................................213 10. Atreverse a creer que es posible............................................239 11. Construir apoyo a tu alrededor..............................................257 12. Mantener la energía y el entusiasmo.....................................271 13. El refuerzo de la incertidumbre.............................................289 Notas............................................................................................301 Recursos......................................................................................315 Acerca de los autores...................................................................321 AGRADECIMIENTOS Empezamos con gratitud, recordando las palabras de Thich Nhat Hanh: «Si eres poeta, verás claramente que hay una nube flotando en esta hoja de papel. Sin nube, no habría lluvia; sin lluvia, los árboles no pueden crecer; y sin árboles, no podemos hacer papel». Así sucede en este libro. De no ser por todas las personas que han tenido un papel de apoyo, sencillamente no existiría. De modo que nuestra gratitud se extiende a todos cuantos nos han ayudado, en especial: El equipo central que ha participado en su creación. En una fase inicial de nuestro viaje de escritura, se nos unieron dos personas que comprendían lo que nos proponíamos hacer y que compartían esta aspiración: nuestro agente, Suresh Ariaratnam, y nuestro editor, Jason Gardner. ¡Qué descanso tenerlos al lado! Gracias. Estamos agradecidos a Dori Midnight por su hermosa ilustración espiral del capítulo 2, a Dave Baines por sus dos fascinantes espirales de tiempo del capítulo 8, y a todos los integrantes de New World Library por los diversos papeles que han desempeñado, en particular Mimi Kusch por su revisión del original, Monique Muhlenkamp por la publicidad, Tona Pearce Myers por el diseño interior, Tracy Cunningham por el de la cubierta y Munro Magruder por la promoción. También deseamos dar las gracias a las muchas personas que nos han inspirado, particularmente a quienes hemos citado, como John Robbins, John Seed, Rebecca Solnit, Tom Atlee, Nelson Mandela y los difuntos Arne Naess y Elise Boulding. Esperanza activa La multitud de amigos y familiares que nos han apoyado mientras escribíamos. El esposo de Joanna, Fran, nos ofreció su apoyo desde el primer momento. Para nosotros ha sido un poderoso aliado, incluso después de su muerte en 2009. Joanna expresa un agradecimiento especial a su ayudante Anne Symens- Bucher, sus hijos, Peggy, Jack y Christopher, y sus nietos, Julien, Eliza y Lydia. La mujer de Chris, Kristy, lo alentó a lo largo de los altibajos de la escritura; su madre, Sheila, su hermano, Dave, y su hermana, Diana, fueron también grandes aliados. Hannish Cormack entrevistó a Chris acerca de cada capítulo y ofreció comentarios sobre las primeras versiones. Obtuvimos una respuesta inapreciable y estimulante de nuestro panel de «lectores de prueba», inte- grado por Roz Chissick, Marion McCartney, Philip Raby, Helen Moore, Manu Song, Edi Hamilton, Pete Black, Sally Lever, Alex Wildwood y Sue Mann. Nuestra querida amiga Kathleen Sullivan, que nos conoce a los dos desde hace décadas, también ha sido amiga de nuestra escritura, y se lo agradecemos. Los innumerables colaboradores en el Trabajo que Reconecta, que se han implicado en él como práctica, lo han ofrecido en lugares de todo el planeta y han añadido sus aportaciones propias y singulares. Al llevar la esencia de este enfoque a públicos más amplios, somos conscientes de los modos en que lo habéis enriquecido; vuestra compañía nos ha reportado un placer ilimitado. INTRODUCCIÓN «Peligroso», «espantoso», «descontrolado»: mientras paseamos por la sala, la gente comparte la palabra o expresión que se le ocurre para completar esta frase: «Cuando reflexiono sobre el estado del mundo, piensoque todo se está volviendo...». A lo largo de las últimas décadas, hemos efectuado este proceso con decenas de miles de personas en una gran variedad de lugares. Las respuestas que escuchamos reflejan las conclusiones de encuestas que muestran altos niveles de alarma acerca del futuro en el que nos adentramos.1 Esta preocupación generalizada está bien fundamentada. A medida que nuestro mundo se calienta, los desiertos se expanden y los fenómenos meteorológicos extremos resultan cada vez más habituales. La población y el consumo humanos aumentan al mismo tiempo que están en declive recursos esenciales como el agua dulce, las reservas de peces, la capa superior del suelo fértil y las reservas de petróleo. Si bien la recesión de la economía ha precipitado a muchos a la angustia sobre su supervivencia, se gastan billones de dólares en hacer guerras.2 En vista de estas adversidades, no es de extrañar que sintamos una profunda pérdida de confianza en el futuro. Ya no podemos dar por supuesto que los recursos de los que dependemos —comida, combustible, agua potable— estarán a nuestra disposición. Ni siquiera podemos dar por supuesto que nuestra civilización vaya a sobrevivir o que las condiciones en nuestro planeta sigan siendo favorables para formas de vida complejas. Esperanza activa Empezamos de entrada señalando esta incertidumbre como una realidad psicológica básica de nuestro tiempo. Sin embargo, como de costumbre se considera demasiado deprimente hablar de ella, suele quedar como una presencia implícita en el fondo de nuestro pensamiento. A veces somos conscientes de ella. Lo que ocurre es que no lo mencionamos. Esta comunicación bloqueada genera una amenaza todavía más nefasta, puesto que el principal peligro de nuestro tiempo es que nuestra reacción languidezca. A menudo oímos comentarios del tipo «no te metas ahí, es demasiado peligroso», o «no te recrees en lo negativo». El problema de este enfoque es que clausura nuestras conversaciones y nuestro pensamiento. ¿Cómo podemos siquiera afrontar este desastre global si ya nos parece demasiado deprimente como para plantearlo? Pero cuando nos enfrentamos al desastre, cuando prestamos atención a las terribles noticias sobre la multitud de tragedias que suceden en nuestro mundo, puede resultar abrumador. Tal vez terminemos por preguntarnos si al fin y al cabo podemos hacer algo al respecto. Así que de aquí partimos: del reconocimiento de que nuestro tiempo nos enfrenta a realidades dolorosas de asumir, difíciles de aceptar y con las que es desorientador vivir. Nuestro planteamiento consiste en verlo como el punto de partida de un viaje asombroso que nos refuerza y profundiza nuestra vitalidad. La finalidad de este viaje es hallar, ofrecer y recibir el don de la Esperanza Activa. Introducción ¿QUÉ ES LA ESPERANZA ACTIVA? Sea cual sea la situación que afrontamos, podemos elegir nuestra reacción. Cuando abordamos retos abrumadores, podemos tener la sensación de que nuestras acciones no cuentan demasiado. Pero el tipo de respuesta que damos, y la medida en que creemos que cuentan, está determinado por nuestras ideas y sentimientos acerca de la esperanza. Veamos un ejemplo. A Jane le importaba profundamente el mundo y estaba horrorizada al ver lo que está sucediendo. Consideraba a los seres humanos una causa perdida, tan apegados a nuestras inclinaciones destructivas que se le antojaba inevitable el hundimiento total de nuestro mundo. «¿De qué sirve hacer algo si no va a cambiar lo que nos espera?», se preguntaba. La palabra esperanza tiene dos significados distintos. El primero implica convicción, y se da cuando parece probable que vaya a producirse el resultado que preferimos. Si necesitamos este tipo de esperanza antes de librarnos a una actividad, nuestra respuesta se bloquea en ámbitos donde no concedemos demasiadas posibilidades a nuestras opciones. Era esto lo que le sucedía a Jane: se sentía tan desesperanzada que el solo intento de hacer algo ya le parecía inútil. El segundo significado concierne al deseo. Cuando a Jane le preguntaron qué le gustaría que sucediera en nuestro mundo, describió sin vacilaciones el futuro al que aspiraba, el tipo de mundo que con tanta aflicción anhelaba. Es este tipo de esperanza el que pone en marcha nuestro viaje: saber lo que esperamos y lo que nos gustaría o encantaría que aconteciera. Es lo que hacemos desde la esperanza lo que resulta decisivo. La esperanza pasiva consiste en esperar a que agentes externos produzcan lo que deseamos. La Esperanza Activa consiste en llegar a ser participantes activos en la producción de lo que esperamos. Esperanza activa La Esperanza Activa es una práctica. Como el taichí o la jardinería, es algo que hacemos más que algo que tenemos. Es un proceso que podemos aplicar a cualquier situación, y entraña tres pasos fundamentales. Primero, hacerse una idea precisa de la realidad; segundo, identificar lo que esperamos en el sentido de la dirección que quisiéramos que tomaran las cosas o los valores que nos gustaría ver expresados; y tercero, dar pasos para movernos nosotros o nuestra situación en esa dirección. Puesto que la Esperanza Activa no requiere optimismo por nuestra parte, podemos aplicarla incluso en ámbitos en los que estamos desesperanzados. El ímpetu orientador es la intención; elegimos lo que nos proponemos ocasionar, favorecer o expresar. En vez de valorar nuestras opciones y pasar a la acción solo cuando nos sentimos esperanzados, nos centramos en nuestra intención y dejamos que nos guíe. EL DON SE DA y SE RECIBE La mayoría de libros que se ocupan de cuestiones globales se centran en describir o bien los problemas que nos acechan o las soluciones necesarias. Si bien nosotros los tratamos ambos, nos centramos en cómo empoderarnos y sustentamos nuestra intención de actuar, a fin de realizar nuestra parte en la curación del mundo, cualquiera que esta pueda ser. Puesto que cada persona observa un rincón distinto del planeta y lleva su propio bagaje de intereses, capacidades y experiencia, se ve afectada por distintas preocupaciones e instada a reaccionar de modos diversos. La aportación que cada cual hace Introducción a la curación de nuestro mundo es nuestro don de Esperanza Activa. El objetivo de este libro es fortalecer nuestra capacidad de dar el mejor don que podemos ofrecer: nuestra respuesta más óptima a la poliédrica crisis de la sostenibilidad. Cuando percibimos una emergencia y nos ponemos a la altura de las circunstancias, algo poderoso se enciende en nuestro interior. Activamos nuestro sentido del propósito, la percepción de una aspiración y descubrimos fortalezas que ni siquiera sospechábamos que podíamos manifestar. Ser capaz de causar un efecto positivo resulta intensamente vitalizante: sentimos que nuestras vidas son más valiosas y dignas de ser vividas. Así que, cuando practicamos la Esperanza Activa, no solo damos, sino que también recibimos de muchos modos. El enfoque que describimos en este libro no consiste tanto en ser conscientes de los propios deberes, ser disciplinados o dignos, como en adentrarse en fluir en un estado de vitalidad que vuelve nuestras vidas profundamente satisfactorias. TRES RELATOS DE NUESTRO TIEMPO En cualquier gran aventura surgen siempre obstáculos en el camino. El primer escollo es sencillamente llegar a ser conscientes de que, como civilización y como especie, afrontamos un punto crucial de crisis. Cuando observamos el grueso de la sociedad y las prioridades que se expresan y los objetivos que se persiguen, cuesta percibir demasiadas pruebas de esta conciencia. En el primer capítulo tratamos de comprender el enorme abismo que media entre la envergadura de la emergencia y la dimensión de la respuesta, describiendo cómo nuestras percepciones están moldeadas por el relato con el que nos identificamos. Describimos tres relatos, o versiones de la realidad, cada uno convertido en una lente a través de la quevemos y comprendemos lo que está sucediendo. Esperanza activa En el primero, ‘Todo como de costumbre’,* la presuposición definidora es que no hay gran necesidad de cambiar nuestro estilo de vida y lo que consumimos. El crecimiento económico se considera esencial para la prosperidad, y el argumento principal consiste en el progreso ilimitado. El segundo relato, ‘el Gran Desmoronamiento’, subraya los desastres a los que nos precipita seguir con todo como de costumbre, así como los que ya ha ocasionado. Es una explicación, respaldada con pruebas, del colapso de los sistemas ecológicos y sociales, la perturbación del clima, el agotamiento de los recursos y la extinción en masa de especies. El tercer relato lo sustentan, encarnan y cocrean quienes saben que el primer relato nos conduce a la catástrofe y se niegan a que el segundo relato tenga la última palabra. Implica la aparición de respuestas humanas nuevas y creativas, y concierne a la transición histórica desde una sociedad industrial rendida al crecimiento económico hasta una sociedad autosustentadora de la vida, comprometida y entregada a la curación, recuperación y regeneración de nuestro mundo. Llamamos a este relato ‘el Gran Giro’. Su argumento principal consiste en hallar y ofrecer nuestro don de Esperanza Activa. De nada sirve debatir cuál de estos relatos es correcto. Los tres están sucediendo. La cuestión es a cuál deseamos dedicar nuestra energía. El primer capítulo consiste en observar dónde estamos y elegir el relato que queremos que expresen nuestras vidas. El resto del libro se centra en cómo reforzamos nuestra capacidad de contribuir al Gran Giro del mejor modo que podamos. * Business as usual en el original. (N. del T.) Introducción LA ESPIRAL DEL TRABAJO QUE RECONECTA El viaje que comienza en el capítulo 2 y que prosigue a lo largo de todo el libro se basa en un proceso de fortalecimiento que hemos ofrecido en talleres durante décadas. Al principio desarrollado por Joanna a finales de los años setenta, evolucionó y se amplió con la aportación decisiva de un número creciente de compañeros de profesión. Se ha aplicado en todos los continentes salvo la Antártida, se ha realizado en muchas lenguas diversas y en él han participado centenares de miles de personas de varias religiones, procedencias y franjas de edad. Puesto que este enfoque nos ayuda a restablecer nuestro sentido de conexión con la red de vida y entre nosotros, se le llama ‘el Trabajo que Reconecta’.3 A fuerza de ayudarnos a desarrollar nuestros recursos interiores y nuestra comunidad exterior, consolida nuestra capacidad de enfrentarnos a informaciones angustiantes y reaccionar con una resiliencia inesperada. En nuestra experiencia de llevar a cabo esta tarea, hemos visto repetidamente que la energía y el compromiso se movilizan cuando las personas asumen su papel en el Gran Giro. Hemos escrito este libro para que puedas experimentar el poder transformador del Trabajo que Reconecta y aprovecharlo para aumentar la capacidad de reaccionar creativamente a las crisis de nuestro tiempo. Los capítulos siguientes te guiarán a través de las cuatro fases de la espiral por la que avanza: ‘Venir de la gratitud’, ‘Honrar nuestro dolor por el mundo’, ‘Ver con ojos nuevos’ y ‘Ponerse en camino’. El viaje por estas cuatro etapas tiene un efecto fortalecedor que se profundiza con cada repetición. Si bien pueden cosecharse grandes recompensas viajando a solas, los beneficios del Trabajo que Reconecta crecen rápidamente con compañía. Te animamos a buscar a otras personas con quienes leer este libro o compartir notas durante el trayecto. Esperanza activa Ponerse en camino Ver con ojos nuevos Venir de la gratitud Honrar nuestro dolor por el mundo Figura 1. La espiral del Trabajo que Reconecta Exponer nuestras preocupaciones es una parte esencial de afron- tar el actual desastre, aunque, por motivos que analizaremos, el miedo impide a menudo este tipo de puesta en común. Examinaremos por qué es tan difícil hablar de nuestra crisis planetaria y proporcionaremos herramientas que nos permitan mantener las conversaciones fortalecedoras que requieren nuestros tiempos. Te animamos a ir familiarizándote con las herramientas que describimos, vivenciándolas. Esparcidos por todo el libro hay recuadros ‘prueba esto’ que te invitan a experimentar prácticas que consideramos valiosas tanto para el uso personal como en grupos. QUÉ APORTAMOS En el corazón de este libro hay un modelo colaborativo de poder basado en la conciencia de que podemos lograr mucho más trabajando juntos que como individuos separados. El caso de nuestra colaboración como autores es un buen ejemplo. Introducción La idea seminal brotó de una conversación acerca de lo que habíamos aprendido en nuestra experiencia del Trabajo que Reconecta. Lo que nos sorprendió y entusiasmó a ambos fue la frecuencia con que, en las muchas horas de conversación que siguieron, surgían ideas y percepciones que ninguno de los dos había recibido antes. Si bien el marco, los conceptos y las prácticas centrales del Trabajo que Reconecta están consolidados, hemos tenido la oportunidad de enriquecerlos, perfeccionarlos y ampliarlos de modos que aúnan una gran cantidad de material inédito hasta ahora. Según un antiguo dicho, dos ojos ven más que uno, ya que de dos perspectivas diferentes surge la profundidad de la visión tridimensional. Como coautores, tenemos dos formaciones distintas, vivimos en diferentes continentes y bebemos de fuentes diversas, todo lo cual ha contribuido a la rica sinergia que hemos experimentado y que se expresa a través de nuestra escritura. Joanna es una estudiosa del budismo, de la teoría general de sistemas y de la ecología profunda. Ha enseñado en varias universidades estadounidenses y ha viajado por todo el mundo, ofreciendo formaciones para vitalizar y fortalecer nuestras respuestas a la crisis planetaria. Al poco de rebasar los ochenta años, vive en Berkeley, California. Es activista desde hace más de cinco décadas, y una voz respetada en los movimientos pacifistas y defensores de la justicia y de la ecología; ha escrito a dos o cuatro manos una docena de libros, muchos de los cuales han sido traducidos a varias lenguas. Chris es médico, especializado en psicología del cambio de comportamiento, resiliencia y recuperación a partir de adicciones. Vive en el Reino Unido, ejerce como preparador de profesionales de la salud en medicina del comportamiento, y ha promovido el papel de la formación en resiliencia en la extensión de la salud mental positiva. Esperanza activa Activista desde la adolescencia y ya próximo a la cincuentena, ha impartido cursos y escrito libros sobre la psicología de la sostenibilidad desde hace más de veinte años. Ambos se conocieron en 1989 en un curso de formación de una semana que Joanna dirigió en Escocia. Titulado «El poder de nuestra ecología profunda», fue algo que cambió la vida de Chris. Desde entonces hemos colaborado en múltiples ocasiones. Este libro describe la tarea que compartimos y amamos. No la ofrecemos como solución segura para nuestros problemas, sino como conjunto de prácticas y nuevas percepciones de las que obtener fuerza y como viaje mítico transformador. Rebecca Solnit ha escrito: Una emergencia es un alejamiento de lo cotidiano, un súbito emerger a una nueva atmósfera, que a menudo requiere de nosotros que nos pongamos a la altura de las circunstancias empoderándonos para la ocasión.4 Cuando nos enfrentamos a este desastre, nos damos cuenta de que no se puede mantener todo como de costumbre. Lo que nos ayuda a ponernos a la altura de las circunstancias es experimentar nuestro arraigo en algo mucho más grande que nosotros. El poeta Rabindranath Tagore expresó esta idea en las siguientes palabras: La misma corriente de vida que corre por mis venas noche y día recorre el mundo.5 Esta es la corriente que compartimos. Nos señalaun tipo de vida que enriquece nuestro mundo en vez de agotarlo. Nos lleva hacia nuestro don de Esperanza Activa. Cuando nos enfrentamos al desastre mediante el ofrecimiento de este don, también nuestras vidas resultan enriquecidas. PRIMERA PARTE EL GRAN GIRO 1 TRES RELATOS DE NUESTRO TIEMPO Cuando los relatos que una sociedad comparte no coinciden con sus circunstancias, pueden volverse limitantes, incluso una amenaza para la supervivencia. Esta es nuestra actual situación. DAVID KORTEN, The Great Turning 1 El 7 de mayo de 2001, varios periodistas asistieron a una rueda de prensa en la Casa Blanca. Ari Fleischer, secretario de prensa del presidente Bush, no tenía nada que declarar aquel día, pero invitó a los presentes a preguntar lo que desearan. El aumento del precio de la energía se convirtió enseguida en el tema principal, y una de las primeras preguntas suscitó una respuesta contundente: PERIODISTA: ¿Cree el presidente que, vista la cantidad de energía que consumen los estadounidenses por habitante, y lo mucho que excede a cualquier otro ciudadano de cualquier otro país del mundo, cree el presidente que necesitamos corregir nuestros estilos de vida para hacer frente al problema de la energía? MR. FLEISCHER: No, de ningún modo. El presidente cree que hay un estilo de vida americano, y que el objetivo de los legisladores debe ser proteger el estilo de vida americano.2 Esperanza activa Mientras los presidentes van y vienen, el «de ningún modo» del señor Fleischer sigue siendo una fuerza principal en nuestra sociedad. Es la voz que no cuestiona el modo en que vivimos. Esta convicción surge de un relato peculiar sobre cómo está todo en nuestro mundo. Por relato no entendemos una obra de ficción, sino el modo en que damos sentido a lo que vemos suceder. En este capítulo identificamos tres relatos aplicados en nuestro tiempo, tal como hemos mencionado en la introducción. El primero asume que nuestra sociedad está en el camino correcto y que podemos seguir haciéndolo todo como de costumbre. El segundo revela las consecuencias destructivas del modo Todo como de costumbre y el progresivo colapso de nuestros sistemas biológicos, ecológicos y sociales. El tercero concierne a la oleada de respuestas al peligro y a la poliédrica y multifacética transición hacia una ecocivilización que sostenga de la vida. Darnos cuenta de que podemos elegir el relato que nos alimenta puede resultar liberador; hallar un buen relato en el que participar incrementa nuestro sentido de propósito y nuestra vitalidad. Examinaremos cómo estos relatos moldean nuestra respuesta a la crisis global. EL PRIMER RELATO: TODO como DE COSTUMBRE De la comida que has consumido en las últimas veinticuatro horas, ¿qué proporción consiste en ingredientes producidos a centenares, o incluso miles, de kilómetros? Para la mayoría de los que vivimos en países industrializados, la respuesta es enorme. Es probable que una zanahoria, una lechuga o una caja de fresas corrientes vendidas en supermercados de Iowa, por ejemplo, Tres relatos de nuestro tiempo hayan viajado unos 3.000 kilómetros.3 Y no es solo la comida: muchas de las cosas que usamos han recorrido distancias inmensas hasta llegar a nosotros. Los costes del transporte son un factor principal del hecho de que nuestra época sea la que más energía consume de la historia. Ari Fleischer puede considerarlo el estilo de vida norteamericano, pero no es solo norteamericano. Cada vez más, para los que viven en las zonas ricas del mundo, se está convirtiendo en el estilo moderno, el aceptado, el que consideramos normal. Esta vida moderna que estamos describiendo posee muchos atractivos. Es habitual irse de vacaciones a lugares lejanos y tener coche propio, ordenadores, televisores y neveras. Unas pocas generaciones atrás, estos lujos, suponiendo que pudieran obtenerse, eran considerados un privilegio exclusivo de los superricos. Hoy en día la publicidad crea la impresión de que todo el mundo debería tener estas cosas, y el progreso se mide según si es mucho lo que tenemos hoy y que no teníamos antes, o según lo más lejos o más deprisa que podamos ir. Un modo de entender nuestro tiempo es que estamos ha- ciendo realidad un maravilloso relato de éxito. El desarrollo económico y tecnológico ha facilitado muchos aspectos de nuestras vidas. Si se trata de fijarnos en cómo seguir adelante, la senda que señala este relato es «más de lo mismo, por favor». A este relato lo llamamos Todo como de costumbre. Es el relato que cuenta la mayoría de los políticos convencionales y de los dirigentes empresariales. Creen que las economías pueden y deben seguir creciendo. Incluso a pesar de las crisis económicas y de periodos de recesión, la suposición dominante es que las cosas no tardarán en recuperarse. En noviembre de 2010 el presidente Obama expresó esta confianza en el camino del crecimiento económico al declarar: Esperanza activa «Lo más importante que podemos hacer para reducir nuestra deuda y déficits es crecer».4 Para que una economía de mercado crezca, necesita aumentar las ventas. Esto implica instarnos a comprar, y consumir, más de lo que ya lo hacemos. La publicidad desempeña un papel clave en el estímulo del consumo, y cada vez se dirige más a los niños como medio para estimular el consumo de productos en todos los hogares. Los cálculos indican que un niño norteamericano medio mira entre veinticinco mil y cuarenta mil anuncios televisivos al año. En el Reino Unido, la cifra es de unos diez mil.5 De niños, aprendemos observando a los demás. Nuestras opiniones acerca de lo que es normal y necesario están moldeadas por lo que vemos. Cuando se vive dentro de este relato, es fácil considerar sencillamente que así son las cosas. A los jóvenes tal vez les dicen que no hay otra alternativa más que encontrar su lugar en este esquema. El progreso individual se presenta como el argumento principal, con el apoyo de las tramas secundarias de encontrar un compañero/a, procurar por la familia, tener un aspecto atractivo y comprar cosas. En esta concepción de la vida, los problemas del mundo se consideran lejanos e irrelevantes para los dramas de nuestras vidas personales. Trasmitido por los medios de comunicación globales, este relato de la vida moderna se está imponiendo en todo el mundo y suscita una creciente avidez por el consumo. Antes de 1970 solo cuatro artículos se consideraban compras esenciales en China: una bicicleta, una máquina de coser, un reloj de pulsera y una radio. En los años ochenta, una clase consumidora cada vez más amplia había incrementado esta lista, de modo que también incluía una nevera, un televisor en color, una lavadora y una grabadora. Una década más tarde, ya era normal para cada vez más personas en China tener un coche, un ordenador, un teléfono móvil y aire acondicionado.6 Tres relatos de nuestro tiempo Y la lista sigue creciendo, según explica Hatfield, director ejecutivo de Walmart Asia: Empezamos con poco más de un metro de cuidados para la piel; hoy son siete. Hoy no tenemos desodorantes, pero algún día de estos tendremos desodorantes en China. Hace cinco años los perfumes no eran un gran negocio aquí. Pero si se fija, hoy es el mercado emergente... hay muchas menos bicicletas, así que esto elimina la parte del ejercicio, y la gente es más gruesa, así que, ¿qué nos dice esto? Las ventas de equipamiento deportivo van bien, ropa deportiva, prendas de jogging, y en algún momento, tendremos productos para adelgazar y cosas de ese estilo.7 Algunos lo consideran progreso. ¿Qué hay de malo en que gente de otras partes del mundo adopte el estilo de vida considerado normal en Occidente? ¿Y Cuadro 1.1 Algunos presupuestos centrales del todo como de costumbre *El crecimiento econónomico es esencial para la prosperidad *La naturaleza es un artículo de consumo que hay que usar con finalidades humanas. *El argumento central consiste enprograsar individualmente *Los problemas de otros pueblos, países y especies no son de nuestra incumbencia Esperanza activa por qué no deberíamos seguir con el Todo como de costumbre del crecimiento económico, en que la gente compre más cosas y use mucha más energía (véase Cuadro 1.1)? Para responder estas preguntas, debemos echar un vistazo a la parte oscura de la vida moderna así como a dónde nos está llevando. Esto nos conduce al siguiente relato. EL SEGUNDO RELATO: EL GRAN DESMORONAMIENTO En 2010, encuestas realizadas por la CBS8 y Fox News9 mostra- ron que la mayoría de los entrevistados creía que la siguiente generación encontraría unas condiciones peores que las que tenía la gente en aquel momento. Dos años antes, una encuesta internacional realizada a más de 61.600 personas de sesenta países arrojó unos resultados similares. 10 Con tanta gente perdiendo confianza en que todo irá bien, está surgiendo una versión de los hechos muy distinta. Puesto que implica la percepción de que el mundo está en un grave declive, adoptamos un término creado por el pensador social David Korten y llamaremos a este relato el Gran Desmoronamiento.11 En nuestro trabajo con personas que se enfrentan a sus preocupaciones sobre el mundo, nos sorprende la cantidad de cuestiones que están causando alarma. La lista del Cuadro 1.2 identifica cinco ámbitos de preocupación comunes, y es muy probable que tú tengas otras que te gustaría añadir a la lista. Abordar estos problemas puede resultar incómodo, incluso abrumador, pero para llegar a donde queremos ir tenemos que partir de donde estamos. El relato del Gran Desmoronamiento ofrece una imagen preocupante de dónde es esto. Tres relatos de nuestro tiempo Cuadro 1.2 EL GRAN DESMORONAMIENTO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI Declive económico División social y guerra Agotamiento de recursos Extinción en masa de especies Cambio Climático Declive económico. La crisis económica que estalló en 2008 causó no solo el hundimiento de instituciones financieras sino también la subida de precios, desempleo, ejecuciones hipotecarias de hogares y altercados por la comida en muchas partes del mundo. Hace pocos años, al inicio de 2005, se creía que la economía global estaba en pleno auge. Los precios de la vivienda subían deprisa en Estados Unidos, por lo que la propiedad se entendía como una inversión «segura». Se podía ganar dinero en el negocio hipotecario, y los préstamos se concedían con toda la alegría, incluso a personas con mala calificación de crédito. Pero este auge creció hasta convertirse en una burbuja que terminó por estallar. Un economista puede entenderlo como parte de un ciclo de auge y caída. Otra expresión que podríamos usar para describir lo sucedido es exceso y colapso. Veamos por qué. Cuando un sistema sobrepasa el punto de equilibrio, decimos que se ha excedido. Para restablecer el equilibrio, tenemos que percibir y corregir esta extralimitación. Si no lo hacemos, y el sistema sigue empujando de modo indefinido, este solo puede Esperanza activa progresar hasta alcanzar un punto de quiebra y hundimiento. El mercado inmobiliario no podía seguir creciendo indefinidamente; tampoco la economía puede. Al cabo de años de crecimiento insostenible, la burbuja terminó por estallar en el mercado inmobiliario estadounidense, y en 2006 y 2007 los precios de la propiedad se hundieron. Puesto que muchas instituciones financieras habían invertido grandes cantidades en la industria hipotecaria, la crisis afectó al conjunto de la economía. Como una hilera de fichas de dominó, los gigantes financieros fueron cayendo uno tras otro. Los gobiernos tomaron prestadas enormes sumas de dinero para respaldar a instituciones debilitadas que primero se habían excedido y después se habían hundido. Pero, ¿y si la totalidad del sistema económico ha incurrido en el exceso y ahora, por consiguiente, se está desintegrando? La burbuja del crecimiento económico infinito depende de una entrada incesante de recursos y genera niveles siempre crecientes de residuos tóxicos. A medida que seguimos forzando más allá de los límites sostenibles de ambos, más desintegración de la red de sistemas vivos se produce. Agotamiento de recursos En 1859, al descubrirse el primer yacimiento petrolífero estadounidense en Pensilvania, la población mundial apenas superaba los mil millones de personas. En 1930 se había doblado, y en 1974, con el aumento de la producción de alimentos derivado de la agricultura impulsada con petróleo, se había vuelto a doblar, hasta los cuatro mil millones. Nos hallamos en una fase avanzada de un nuevo doblamiento, pues la población mundial superó la cifra de siete mil millones en 2011. Tres relatos de nuestro tiempo No es solo la población lo que está creciendo; la expansión de los estilos de vida modernos, como se ha expuesto más arriba, ha amplificado nuestra voracidad, especialmente por la energía. En el siglo xx, el consumo global de combustibles fósiles se multiplicó por veinte. El petróleo ha sido nuestro principal combustible, y hoy consumimos más de 80 millones de barriles al día. Si mantenemos este ritmo, agotaremos las reservas disponibles dentro de unas pocas décadas.12 Los problemas empiezan mucho antes de que nos quedemos sin combustible; conforme los yacimientos petrolíferos se van agotando, las reservas restantes resultan más difíciles y caras de extraer. Lo mismo se aplica al suministro mundial en conjunto. Como resultado los precios del combustible aumentan y ya hemos dejado atrás la era del petróleo barato. Cada gran aumento en el precio del petróleo en los últimos treinta y cinco años ha ido seguido de una recesión, el precio del petróleo se dobló en solo doce meses, antes de la crisis económica de 2008.13 Cuando los niveles de producción de petróleo superan su techo y entran en declive (el punto denominado peak oil, «cénit del petróleo»), la imposibilidad de satisfacer la demanda empuja los precios al alza. Es poco probable que vayan a salvarnos hallazgos de nuevas fuentes de petróleo; durante las últimas tres décadas, cada año se ha consumido más petróleo del que se ha encontrado en nuevas reservas. En 2006 ese déficit había crecido hasta cuatro barriles consumidos por cada nuevo descubierto.14 Además, las nuevas reservas son o bien difíciles de alcanzar, como es el caso de los pozos de aguas profundas situados a más de 1,6 kilómetros por debajo de la superficie del océano, o son de una calidad mucho más baja, como ocurre con las arenas bituminosas canadienses. Esperanza activa Nuestro consumo de petróleo colectivo es insostenible. Si no nos ocupamos de esta cuestión, nos precipitamos a un descalabro. Aún más crucial para la vida en nuestro planeta es que la disponibilidad de agua dulce está también en declive. Un reciente informe de Naciones Unidas advierte de que dentro de veinte años hasta dos tercios de la población mundial podrían estar en riesgo de padecer escasez de agua.15 La industrialización, el riego, el crecimiento de la población y los estilos de vida modernos han incrementado espectacularmente nuestro consumo de agua: el uso de agua se multiplicó por seis durante el siglo xx.16 El cambio climático también ha influido, con mayor volumen de lluvias en algunas partes del mundo pero mucho menor en otras. Desde 1970 han aumentado las sequías severas, y la proporción de superficie de suelo mundial en condiciones de sequedad extrema ha pasado del 15 al 30%.17 Cambio climático Cuando más gente consume más cosas, no solo agotamos recursos, sino que también producimos más residuos. Los desechos generados cada año en Estados Unidospodrían llenar un convoy de camiones de basura lo suficientemente largo para dar seis veces la vuelta al mundo. 18 No todos nuestros desperdicios son tan visibles: cada año, un europeo medio produce 8,1 toneladas de dióxido de carbono; el estadounidense medio supera el doble de esta cifra. 19 Si bien este gas de efecto invernadero es invisible, sus efectos no lo son. El cambio climático ha dejado de ser una simple amenaza lejana para generaciones futuras; ha llegado de una forma medible y destructiva. En su momento, los años ochenta fueron la década más cálida jamás registrada. Los noventa fueron todavía más cálidos, y la Tres relatos de nuestro tiempo década que se inició en 2000 más aún.20 Vinculados a este calen- tamiento, los desastres relacionados con el clima (como inunda- ciones, sequías y huracanes de primera magnitud) han aumentado sustancialmente; de media, se registraron 300 fenómenos graves al año en los ochenta; 480 al año en los noventa; y 620 al año en la primera década del siglo XXI hasta 2008. En 2007 hubo 874 desastres climáticos en todo el mundo.21 Como el calentamiento hace que el agua se evapore más deprisa, la tierra se está secando tanto en algunas partes del mundo que las cosechas se echan a perder y los fuegos forestales se tornan más intensos. En Brasil, las sequías de 2005 se calificaron de fenómenos que solo sucedían una vez cada siglo, pero las sequías de 2010 fueron incluso peores. En el estado de Washington, se ha perdido más bosque a causa de incendios descontrolados en los últimos diez años que en las tres décadas anteriores juntas.22 Al mismo tiempo, vientos más cálidos transportan más agua de los océanos, y causan que otras zonas sufran un aumento de inundaciones y fenómenos extremos de precipitaciones. Ronald Neilson, catedrático de bioclimatología en la Oregon State University, explica: «A medida que el planeta se calienta, se va evaporando más agua de los océanos y toda esa agua tiene que caer en algún sitio en forma de precipitación».23 En Bangladesh cayeron 35 centímetros de lluvia en un solo día en 2004, lo que contribuyó a originar inundaciones que dejaron a 10 millones de personas sin casa y destruyó gran parte de las cosechas. Las inundaciones de Pakistán en 2010 dejaron una quinta parte el país bajo el agua y obligaron a desplazarse a 20 millones de personas. Gran parte de las principales ciudades del mundo se desarrolló como puertos a orillas de mares o de grandes ríos, y más de 630 millones de personas viven a menos de diez metros por Esperanza activa encima del nivel del mar. Si las capas de hielo de Groenlandia y el oeste de la Antártida siguen fundiéndose, el aumento de los niveles de agua inundará Londres, Nueva York, Miami, Bombay, Calcuta, Sídney, Shanghái, Yakarta, Tokio y muchas otras grandes ciudades. 24 El hecho de que se funda el hielo también es significativo porque las superficies terrestres y marítimas absorben mayor proporción del calor solar que las cubiertas de hielo. Esto crea un círculo vicioso (véase Cuadro 1.3), en el que cuanto más hielo se funde, menos refleja este el calor solar y más cálido se vuelve, lo cual causa que se funda más hielo. Los bosques cumplen un papel protector porque absorben dióxido de carbono, pero cuando se talan perdemos este proceso crucial. Los árboles tropicales todavía corren más peligro porque cuando el aire más cálido seca el suelo por encima de determinado punto, el terreno ya no puede sustentar árboles grandes. Un aumento de la temperatura global de 4 ºC podría ser suficiente para acabar con gran parte de los bosques pluviales amazónicos. 25 Si esto sucediera, no solo perderíamos el efecto enfriador de los bosques, sino que los gases de efecto invernadero liberados de los árboles podridos o quemados se añadirían también al proceso de calentamiento, lo que originaría otro círculo vicioso. El término cambio climático desbocado se emplea para describir esta peligrosa situación, en que las consecuencias del calentamiento producen todavía más calentamiento (véase Cuadro 1.3). El profesor Kevin Anderson, del Tyndall Centre sobre Cambio Climático, advierte de la catástrofe que podría acabar produciéndose: Para la humanidad es cuestión de vida o muerte [...] es sumamente improbable que no hubiera una enorme cantidad de muertes a 4 ºC. Si en 2050 tenemos nueve mil millones de habitantes y se llega a 4 ºC, 5 ºC o 6 ºC, quizás podrían sobrevivir apenas quinientos millones personas.26 Tres relatos de nuestro tiempo Cuadro 1.3 La retroalimentación en el Cambio Climático Desbocado El hielo se funde La superficie absorbe más calor EL CALENTAMIENTO AUMENTA El suelo se seca Los árboles podridos/quemados liberan gases de efecto invernadero Los árboles mueren División social y guerra Por ahora, los pobres de este mundo se están llevando la peor parte del Gran Desmoronamiento. Con la subida de los precios del petróleo, el precio de la comida se ha disparado. Los precios globales de los alimentos se han más que doblado entre febrero de 2001 y febrero de 2011, lo que ha hundido a cada vez más personas por debajo del umbral de pobreza. 27 En 2010, más de 900 millones de personas padecían hambre crónica. Mientras tanto, el 20% más rico de la población mundial (es decir: cualquiera que pueda gastarse más de 10 dólares al día) recibe tres cuartas partes de los ingresos totales.28 Algunos sostienen que el crecimiento económico es necesa- rio para hacer frente a la pobreza, pero en el proceso de crecimiento de la economía global la riqueza ha ido a parar mucho más a los ricos que a los pobres. El número de millonarios y multimillonarios aumenta al mismo tiempo que casi la mitad de la población mundial sigue viviendo con menos de 2,50 dólares al día.29 Esperanza activa En el interior de los países ricos también se ha ensanchado el abismo entre ricos y pobres. Hace veinticinco años, el 1% más rico de Estados Unidos ganaba el 12% de los ingresos nacionales y poseía el 33% de la riqueza. En 2011 ganaba casi una cuarta parte de los ingresos y poseía el 40% de la riqueza. 30 Los estudios demuestran que, cuanto más se divide una sociedad, más caen los niveles de confianza, más aumenta la delincuencia y más se dividen las comunidades.31 El Millennium Project de Naciones Unidas calcula que la pobreza extrema y el hambre mundiales podrían eliminarse para 2025 con un coste de unos 160.000 millones de dólares anuales.32 El gasto militar mundial en 2010 fue diez veces superior a esta cantidad, y el gobierno estadounidense ha gastado casi tanto como todos los demás países del mundo juntos.33 La desintegración de nuestro mundo es debida, en parte, a la búsqueda de seguridad a fuerza de combatir enemigos en vez de abordar las amenazas que plantean las crecientes desigualdades, el agotamiento de los recursos y el cambio climático. Extinción en masa de especies Con el aumento de la contaminación, la destrucción de hábitats y las perturbaciones causadas por el cambio climático, la vida salvaje ha sufrido enormemente. Una tercera parte de todos los anfibios, como mínimo una quinta parte de todos los mamíferos y una octava de todas las especies de pájaros están en estos momentos en peligro de extinción. «Panorama de la biodiversidad global», un informe de Naciones Unidas, concluía: En efecto, en la actualidad somos responsables del sexto mayor fenómeno de extinción en la historia de la Tierra, y el más grave desde la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de años.34 Tres relatos de nuestro tiempo Algunas especies desempeñan papeles vitales en el sano funcionamiento de los sistemas naturales; nuestra supervivenciadepende de ellas. El plancton microscópico de los océanos, por ejemplo, es el alimento básico de los peces, y produce gran parte del oxígeno que respiramos. Cuando los océanos absorben el dióxido de carbono de los combustibles fósiles quemados, su agua se vuelve más ácida, lo cual daña al plancton. La combinación de la acidez oceánica y del calentamiento del agua ya ha causado un drástico declive en la población global de plancton.35 Si este declive se mantiene, no sabemos en qué punto originará consecuencias catastróficas, como el hundimiento de la vida de los peces o una reducción sustancial del oxígeno disponible para nosotros. LA DOBLE REALIDAD Los relatos del Todo como de costumbre y del Gran Desmoronamiento ofrecen versiones diametralmente opuestas del estado de nuestro mundo. Son dos realidades distintas que coexisten en el mismo tiempo y espacio. Es probable que conozcas a personas que viven en un relato distinto del tuyo. También es posible que vayas pasando de un relato al otro. Se puede pasar parte del día en la modalidad Todo como de costumbre, haciendo planes para un futuro que suponemos que será muy parecido al presente, pero de repente algo suscita la conciencia del desastre actual, y reconocemos en el fondo de nuestro corazón y pensamiento el descalabro que nos espera. Para cada vez más personas, el colapso ya ha llegado: hogares inundados después de lluvias intensas, granjas abandonadas a raíz de prolongadas sequías, suministros de agua contaminados y no aptos para el consumo, puestos de trabajo y ahorros perdidos. La realidad dominante del Business as Usual resulta cada vez más interrumpida por las malas noticias del Gran Desmoronamiento. Esperanza activa El despertar por primera vez a la gravedad de nuestra situación puede ser bastante traumático. La mayoría de estas cuestiones se excluyen cuidadosamente de los medios de comunicación dominantes, y solo se tratan en algún reportaje ocasional o en publicaciones minoritarias. La mirada de la prensa moderna, sobre todo en el mundo occidental, está más centrada en el cotilleo sobre famosos. Vivimos, según expresión de Al Gore, en una cultura de la distracción.36 Cuando estas cuestiones surgen en la conversación, a menudo encuentran silencios incómodos. Por lo general dos perspectivas distintas bloquean el flujo de palabras. La primera rechaza el problema porque lo califica de exagerado. Es la voz del primer relato, la que afirma que en realidad no todo está tan mal. La segunda perspectiva habita plenamente el Gran Desmoronamiento. Este punto de vista considera que el declive continuo es tan inevitable que ya ni vale la pena hablar de ello. Hay una aceptación resignada de que las cosas han ido demasiado lejos, que ya no podemos hacer nada al respecto, que hemos cruzado un punto de no retorno. La expresión ‘las cosas han ido demasiado lejos’ es otro modo de decir que nos hemos excedido. Es demasiado tarde para impedir el daño que ya se ha causado o para evitar aspectos del hundimiento que ya están muy avanzados. La sobrepesca ya ha causado el agotamiento devastador de muchos de los caladeros del mundo. El cambio climático ya ha originado un aumento de los fenómenos climáticos extremos en todo el mundo. Muchos países productores de petróleo (incluyendo Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia) han superado ya su cénit de producción, y su suministro de petróleo ya está en declive. 37 Tres relatos de nuestro tiempo Todo esto ya ha sucedido. Pero podemos aprender de ello y decidir a dónde queremos ir desde aquí. En su detallado estudio del exceso global en nuestra economía material, los científicos ambientalistas Donnella Meadows, Jørgen Randers y Dennis Meadows escriben: El exceso puede conducir a dos resultados distintos. Uno es un descalabro de algún tipo. Otro es un cambio de trayectoria deliberado, una corrección, un cuidadoso apaciguamiento. [...] Creemos que es posible una transición, y que podría llevar a un futuro deseable, sostenible y suficiente para todos los pueblos del mundo. También creemos que si no se efectúa pronto una corrección profunda, es inevitable un descalabro de algún tipo. Y ocurrirá durante la vida de muchos de los que hoy están aquí.38 El relato del Business as Usual nos está llevando por un curso de colisión hacia el desastre. Y por sí misma, el Gran Desmoronamiento puede parecer una historia de terror que abruma y derrota, y por eso nos paraliza. Afortunadamente hay un tercer relato, que resulta cada vez más visible. Es probable que ya formes parte de él. EL TERCER RELATO: EL GRAN GIRO En la Revolución Agrícola de hace diez mil años, la domesticación de plantas y animales produjo un cambio radical en el modo de vivir de la gente. En la Revolución Industrial que se inició hace pocos centenares de años tuvo lugar una evolución espectacular similar. No se trataba solo de cambios en los pequeños detalles de la vida. La totalidad de la base social resultó Esperanza activa transformada, incluyendo las relaciones de las personas entre sí y con la Tierra. En estos momentos se está produciendo un cambio de alcance y magnitud comparables. Se le ha llamado la Revolución Ecológica, la Revolución de la Sostenibilidad, incluso la Revolución Necesaria. Es nuestro tercer relato: nosotros lo llamamos el Gran Giro y lo consideramos la aventura esencial de nuestro tiempo. Consiste en la transición de una economía de crecimiento industrial condenada al fracaso a una sociedad sustentadora de la vida y comprometida con la recuperación de nuestro mundo. Esta transición ya hace tiempo que se está produciendo. En las primeras etapas de las grandes transiciones, puede parecer que la actividad inicial existe solo en los márgenes. Pero cuando llega su momento, las ideas y los comportamientos resultan contagiosos: cuanta más gente transmite perspectivas inspiradoras, más cuajan estas perspectivas. En determinado momento, el equilibrio se transforma y llegamos a una masa crítica. Puntos de vista y prácticas antes marginales se convierten en la nueva corriente principal. En el relato del Gran Giro, lo que está cuajando es el compromiso de actuar en bien de la vida en la Tierra así como la visión, el coraje y la solidaridad para hacerlo. Las innovaciones sociales y técnicas convergen, movilizan la energía, la atención, la creatividad y la determinación de la gente, en lo que Paul Hawken describe como «el mayor movimiento social de la historia». En su libro Blessed Unrest (Bendito malestar), escribe: No tardé en darme cuenta de que mi inicial cálculo de 100.000 organizaciones era errónea y que había que multiplicarlo como mínimo por diez, y ahora creo que son más de un millón —y tal vez incluso dos— de organizaciones que trabajan en pos de la sostenibilidad eco lógica y de la justicia social.39 Tres relatos de nuestro tiempo No te extrañe no haber leído nada acerca de esta transición épica en los principales diarios ni haberlo visto tratado en otros medios de comunicación de masas. Normalmente se centran en hechos súbitos y aislados a los que pueden dirigir las cámaras. Los cambios culturales suceden en otro nivel: solo resultan perceptibles cuando retrocedemos lo suficiente para ver una imagen más grande cambiando a lo largo del tiempo. Una fotografía de periódico observada con una lupa puede parecer solo un montón de puntitos pequeños. Cuando da la sensación de que nuestras vidas y opciones son como esos puntitos, puede resultar difícil reconocer su aportación a una imagen más grande de cambio. Tal vez necesitemos prepararnos para ver el patrón más global y comprender que el relato del Gran Giro se está produciendo en nuestro tiempo. Cuando se ha visto, es más fácil reconocerlo. Y cuando lo nombramos, este relato se nos vuelve más real y familiar. Como referencia para apreciar los modos en que tal vez ya formes parte de este relato, identificamos tres dimensiones del Gran Giro. Las tres se refuerzan mutuamente y son igual de necesarias.Por comodidad, las hemos denominado primera, segunda y tercera dimensiones, pero no se pretende indicar ningún orden de secuencia o importancia. Podemos empezar en cualquier punto, y partir de uno conduce naturalmente a cualquiera de los otros. A cada uno de nosotros le corresponde seguir su propio sentido de la rectitud hacia dónde se siente llamado o llamada a actuar. La primera dimensión: acciones de contención Las acciones de contención tienen como objetivo contener y ralentizar el daño causado por la política de las empresas del Business as Usual. El objetivo es proteger lo que queda de nuestros Esperanza activa sistemas naturales favorables a la vida, rescatar lo que podamos de la biodiversidad, el aire y el agua limpios, los bosques y la capa superior del suelo. Las acciones de contención también contrarrestan la desintegración de nuestro tejido social, puesto que cuidan de quienes han resultado dañados y salvaguardan las comunidades frente a la explotación, la guerra, el hambre y la injusticia. Las acciones de contención defienden nuestra existencia compartida y la integridad de la vida en este planeta que es nuestro hogar. La primera dimensión implica cobrar y crear conciencia del daño que ya se ha causado, reunir pruebas acerca de los impactos ambiental, social y de salud del crecimiento industrial, y documentarlo. Necesitamos la colaboración de científicos, activistas y periodistas que revelen los vínculos existentes entre contaminación y el aumento de cánceres infantiles; el consumo de combustibles fósiles y los trastornos ambientales; la disponibilidad de productos baratos y las condiciones de trabajo infrahumanas. A menos que estas conexiones se muestren con claridad, es muy fácil seguir contribuyendo inconscientemente a la desintegración de nuestro mundo. Pasamos a formar parte del relato del Gran Giro cuando acrecentamos nuestra conciencia, tratamos de saber más y alertamos a los demás acerca de las cuestiones que nos atañen a todos. Podemos entrar en acción de muchos modos. Podemos optar por retirar nuestro apoyo a comportamientos y productos que forman parte del problema. En colaboración con otras personas, podemos sumar nuestra fuerza a la de campañas, peticiones, boicots, concentraciones, iniciativas legales, acciones directas y otras formas de protesta contra prácticas que amenazan nuestro mundo. Tres relatos de nuestro tiempo Si bien las acciones de contención pueden resultar frustrantes cuando solo obtienen progresos lentos o derrotas, también han conducido a victorias sustanciales. Zonas forestales antiguas en Canadá, Estados Unidos, Polonia y Australia, por ejemplo, han sido protegidas gracias a activismos decididos y prolongados. Las acciones de contención son esenciales; salvan vidas, salvan especies y ecosistemas, salvan parte del acervo genético para generaciones futuras. Pero por sí mismas no bastan para que se produzca el Gran Giro. Por cada hectárea de bosque protegido, muchas otras se pierden por tala o eliminación. Por cada especie salvada en el último instante, otras se pierden, extinguidas. Aunque la protesta es importante, confiar en ella como única vía de cambio puede dejarnos fatigados de combatir o desilusionados. Además de detener el peligro, tenemos que sustituir o transformar el sistema que causa el daño. Esta es la tarea de la segunda dimensión. La segunda dimensión: sistemas y prácticas que sostienen de la vida Si se buscan, pueden hallarse pruebas de que nuestra civilización se está reinventando a nuestro alrededor. Enfoques antes aceptados acerca de la sanidad, los negocios, la educación, la agricultura, el transporte, las comunicaciones, la psicología, la economía y muchos otros ámbitos se están cuestionando y transformando. Esta es la segunda hebra del Gran Giro, y entraña un replanteamiento de nuestro modo de actuar, así como un rediseño creativo de las estructuras y sistemas que componen nuestra sociedad. La crisis financiera de 2008 hizo que muchos empezaran a cuestionar nuestro sistema bancario. En una encuesta de aquel año, más de la mitad de los entrevistados declaró que las tasas de interés constituían su principal preocupación, pero que ya tenían en cuenta otros factores, como en qué se invertía el dinero y qué se estaba haciendo con él.40 Esperanza activa Junto con este cambio en el pensamiento, nuevos tipos de banco, como Triodos Bank, están reescribiendo las normas de las finanzas operando según el modelo de «triple rentabilidad». En este modelo las inversiones no solo generan beneficios financieros sino también beneficios sociales y ambientales. Cuanta más gente pone sus ahorros en este tipo de inversiones, más fondos están disponibles para empresas que aspiran a algo más que a ganar dinero. Esto, a su vez, impulsa el desarrollo de un nuevo sector económico basado en el triple balance. Estas inversiones han resultado notablemente estables en un tiempo de turbulencia económica, y han colocado a la banca ética en una posición financiera sólida. Un ámbito que se está beneficiando de esta inversión es el sector agrícola, que ha experimentado un movimiento hacia prácticas ambiental y socialmente responsables. A raíz de la preocupación por los efectos tóxicos de pesticidas y otros productos químicos usados en la agricultura industrial, mucha gente ha optado por comprar y comer productos ecológicos. Iniciativas de comercio justo mejoran las condiciones de trabajo de los productores, mientras que la agricultura apoyada por la comunidad (CSA en sus siglas inglesas, y las cooperativas de consumo) y los mercados de productores recortan los kilómetros que recorre la comida al aumentar la disponibilidad de producto local. En estos y otros ámbitos están apareciendo fuertes brotes verdes, mientras nuevos sistemas de organización surgen a partir de la pregunta visionaria: «¿Hay un modo mejor de hacer las cosas, uno que dé beneficios en vez de causar daño?» En algunos campos, como la construcción ecológica, principios estructurales considerados marginales hace pocos años gozan ahora de una aceptación generalizada. Tres relatos de nuestro tiempo Cuando apoyamos y participamos en estas corrientes emergentes de una cultura sustentadora de la vida, pasamos a formar parte del Gran Giro. A través de las elecciones sobre cómo viajar, dónde y qué comprar y cómo ahorrar, moldeamos el desarrollo de esta nueva economía: las empresas sociales, los proyectos de microenergía, teach-ins (reuniones de autoenseñanza y aprendizaje comunitario) colectivos, la agricultura sostenible y los sistemas financieros éticos contribuyen a este rico tejido en patchwork de una sociedad favorecedora de la vida. Sin embargo, por sí mismos no son suficientes. Estas nuevas estructuras no arraigarán ni sobrevivirán sin valores profundamente inculcados que las sustenten. Esta es la tarea de la tercera dimensión del Gran Giro. La tercera dimensión: cambio en la conciencia ¿Qué mueve a la gente a embarcarse en proyectos o a apoyar campañas que no son de un beneficio personal inmediato? En el centro de nuestra conciencia hay un manantial de preocupación y compasión; este aspecto de nuestra personalidad —que podríamos considerar nuestro yo interconectado— se puede nutrir y desarrollar. Podemos profundizar nuestro sentido de pertenencia al mundo. Al igual que los árboles extienden sus sistemas de raíces, podemos crecer en conexión, y por tanto alimentarnos de una reserva de fuerza más profunda, accediendo al coraje y a la inteligencia que tanto necesitamos ahora mismo. Esta dimensión del Gran Giro surge de cambios producidos en nuestros corazones, mentes y percepciones de la realidad. Implica concepciones y prácticas que resuenan con tradiciones espirituales muy antiguas, al tiempo que se alinean con ideas científicas nuevas y revolucionarias. Esperanza activa Un episodio significativo de esta parte del relato es el vuelo espacialdel Apolo 8 en diciembre de 1968. Gracias a esta misión a la Luna y a las fotos que obtuvo, la humanidad pudo contemplar por primera vez la Tierra en conjunto. Veinte años antes, el astrónomo sir Fred Hoyle había declarado: «Cuando se disponga de una fotografía de la Tierra tomada desde el exterior, emergerá una idea nueva,la más poderosa que haya habido en la historia». 41 Bill Anders, el astronauta que hizo aquellas fotografías, comentó: «Hemos hecho todo este camino para explorar la Luna lo más importante es que hemos descubierto la Tierra». 42 Nos contamos entre los primeros en la historia humana que han dispuesto de esta notable visión. Se produjo al mismo tiem- po que se desarrollaba en el campo científico una nueva y radical comprensión de cómo funciona nuestro mundo. Observando nuestro planeta como un todo, la teoría de Gaia propone que la Tierra funciona como un sistema vivo autorregulado. Durante los últimos cuarenta años, esas fotografías de la Tierra, junto con la teoría de Gaia y los desafíos del medio ambiente, han hecho emerger un nuevo modo de pensar sobre nosotros mismos. Hemos dejado de ser meramente ciudadanos de un país o de otro y estamos descubriendo una identidad colectiva más profunda. Tal como han enseñado muchas tradiciones indígenas durante generaciones, formamos parte de la Tierra. Se está produciendo un cambio de conciencia conforme nos adentramos en un paisaje más amplio de lo que somos. Con este salto evolutivo se da una hermosa convergencia de dos áreas que antes se pensaba que chocaban: ciencia y espiritualidad. La conciencia de una unidad más profunda que nos conecta se encuentra en el corazón de muchas tradiciones espirituales; las concepciones de la ciencia moderna señalan en una dirección similar. Vivimos en un tiempo en que surge una nueva visión de la Tres relatos de nuestro tiempo realidad, en que tanto la comprensión espiritual como el descubrimiento científico contribuyen a que nos veamos a nosotros mismos íntimamente entretejidos con nuestro mundo. Participamos en esta tercera dimensión del Gran Giro cuando prestamos atención a la frontera interior del cambio, en el desarrollo personal y espiritual que aumenta nuestra capacidad y deseo de actuar en beneficio de nuestro mundo. Al fortalecer nuestra compasión, alimentamos nuestro coraje y determinación. Al renovar nuestro sentido de pertenencia al mundo, ampliamos la red de relaciones que nos nutre y protege del agotamiento. En el pasado, cambiar el yo y cambiar el mundo se consideraban a menudo tareas distintas, se creía que eran mutuamente excluyentes. Pero en el relato del Gran Giro se comprende que se refuerzan entre sí, que son esenciales el uno para el otro. Cuadro 1.4 Las tres dimensiones del Gran Giro Están produciéndose al mismo tiempo y se refuerzan mutuamente Cambio de conciencia y cosmovisión Acciones de contención (NO) Sistemas y prácticas (SI) p.j. Campañas en defensa de pj Economia social la vida en la Tierra. y solidaria. Esperanza activa ESPERANZA ACTIVA y EL RELATO DE NUESTRAS VIDAS Las generaciones futuras observarán el momento en que vivimos ahora. El tipo de futuro desde el que lo observen, y lo que cuenten acerca de nuestro periodo, estará determinado por elecciones que efectuemos durante nuestras vidas. La elección más decisiva podría muy bien ser el relato desde el que vivimos y en el que elegimos participar. Esto establece el contexto de nuestras vidas de un modo que influye todas las demás decisiones. Al elegir nuestro relato, no solo depositamos nuestro voto de influencia en el tipo de mundo que heredarán las generaciones futuras, sino que también afectamos nuestras propias vidas aquí y ahora. Cuando encontramos un buen relato y nos entregamos plenamente a él, este relato puede actuar a través de nosotros e insuflar vida nueva a todo cuanto hacemos. Cuando nos movemos en una dirección que toca nuestro corazón, nos incorporamos al ímpetu de propósito más profundo que nos hace sentir más vivos. Un gran relato y una vida satisfactoria comparten un elemento decisivo: una trama convincente que se mueve hacia aspiraciones significativas, donde lo que está en juego es mucho más grande que nuestras ganancias y pérdidas personales. El Gran Giro es este relato. 2 CONFIANDO EN LA ESPIRAL Esperanza Activa no es simple expresión de deseos. Esperanza Activa no es esperar a ser rescatado por el Llanero Solitario ni cualquier otro salvador. Esperanza Activa es despertar a la belleza de la vida en cuyo nombre podemos actuar. Pertenecemos a este mundo. La red de vida nos convoca en este momento. Hemos recorrido un largo camino y estamos aquí para cumplir nuestra parte. Con la Esperanza Activa comprendemos que quedan aventuras y nuevos retos, fortalezas por descubrir y compañeros con quienes unir los brazos Esperanza Activa es disposición a comprometerse y participar. Esperanza Activa es disposición a descubrir las fortalezas que hay en nosotros y en los demás; disposición a descubrir los motivos para la esperanza y las ocasiones para el amor. Disposición para descubrir el tamaño y la fuerza de nuestros corazones, la agilidad de nuestra mente, la firmeza de nuestros propósitos, nuestra propia autoridad, nuestro amor por la vida, la vitalidad de nuestra curiosidad, el pozo insospechado y profundo de paciencia y diligencia, la agudeza de nuestros sentidos, y nuestra capacidad de liderar. Nada de todo ello puede descubrirse en una butaca o sin riesgos. Esperanza activa El Gran Giro es un relato de Esperanza Activa. Para desempeñar nuestro papel del mejor modo posible, necesitamos contrarrestar todas las voces que dicen que no estamos a la altura de las circunstancias, que no somos lo bastante buenos, fuertes o sabios para modificar nada y sembrar una diferencia. Si tememos que el desastre actual sea demasiado horrible para reconocerlo o que no seremos capaces de soportar la aflicción que nos provoca, necesitamos encontrar un camino a través de ese miedo. Este capítulo presenta tres hilos que podemos seguir para permanecer en pie y no desfallecer al situarnos ante la inmensidad de lo que le está sucediendo a nuestro mundo. Estos hilos pueden entretejerse en cualquier situación a fin de sostener y fortalecer nuestra capacidad de reacción. Por eso volveremos a ellos con frecuencia en las páginas siguientes. El primer hilo es la estructura narrativa de los relatos de aventura. SEGUIR EL HILO DE LA AVENTURA Planteémonos el Gran Giro como un relato de aventuras. Los relatos de aventuras a menudo empiezan con la presentación de una amenaza terrible que parece demasiado enorme para que los protagonistas sean capaces de hacerle frente. Si alguna vez sientes que no tienes opciones y dudas estar a la altura de los retos, te sumas a una tradición ya antigua de protagonistas de este género. Los héroes casi siempre parten de una situación de evidente y clara inferioridad. Confiando en la espiral Lo que crea el relato es el modo en que los personajes centrales no ceden en su empeño. Al contrario, su relato los pone en un proceso de búsqueda de nuevos aliados, herramientas y sabiduría necesarios para aumentar sus opciones. Nos podemos concebir a nosotros mismos en un viaje parecido; parte de la aventura del Gran Giro implica buscar la compañía, las fuentes de apoyo, las herramientas y las concepciones que nos ayuden. Lo que nos pone en marcha es ver lo que está en juego y sentir la llamada de cumplir con nuestro papel. Entonces seguimos el hilo de la aventura y por el camino desarrollamos capacidades y descubrimos fortalezas ocultas que solo se manifiestan cuando se requieren. Cuando las cosas se complican y oscurecen, podemos recordarnos que a menudo es
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