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Jiménez Becerra, Absalón; Torres Carrillo, Alfonso (comp.). La práctica investigativa en ciencias sociales. 
DCS, Departamento de Ciencias Sociales. UPN, Universidad Pedagogica Nacional, Bogota, Colombia. 2006. 
ISBN: 958-8226-21-X
Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/dcsupn/practica.pdf 
www.clacso.org RED DE BIBLIOTECAS VIRTUALES DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE, DE LA RED 
DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSO
http://www.clacso.org.ar/biblioteca
biblioteca@clacso.edu.ar 
La práctica investigativa
en ciencias sociales
Rafael Ávila Penagos
Adolfo León Atehortúa Cruz
Darío Betancourt Echeverry
Absalón Jiménez Becerra
Alexander Ruiz Silva
Gonzalo Sánchez Gómez
Alfonso Torres Carrillo
Absalón Jiménez Becerra
Alfonso Torres Carrillo
Compiladores
La práctica investigativa
en ciencias sociales
© Universidad Pedagógica Nacional
© Rafael Ávila Penagos
Adolfo León Atehortúa Cruz
Darío Betancourt Echeverry
Absalón Jiménez Becerra
Alexander Ruiz Silva
Gonzalo Sánchez Gómez
Alfonso Torres Carril lo
Compiladores :
Absalón Jiménez Becerra
Alfonso Torres Carril lo
ISBN: 958-8226-21-X
Primera edición: 2004
Primera reimpresión: 2006
Universidad Pedagógica Nacional
Departamento de Ciencias Sociales
Especialización en Teorías, métodos 
y técnicas de investigación social
Grupo “Sujetos y nuevas narrativas en investigación 
y enseñanza de las ciencias sociales”, reconocido 
por Colciencias y con categoría A 
Preparación editorial:
Fondo Editorial 
Universidad Pedagógica Nacional
Coordinador:
Luis Eduardo Vásquez Salamanca
Impresión:
D’vinni
2006
OSCAR ARMANDO IBARRA RUSSI
Rector
JUAN CARLOS OROZCO CRUZ
Vicerrector Académico
MARIO BALLESTEROS MEJÍA
Vicerrector Administrativo y Financiero
NOHORA PATRICIA MORENO GARCÍA
Vicerrectora de Gestión Universitaria
Cuando surjan en la teoría 
casi tantas orientaciones
especiales como disciplinas
científicas especiales existentes, 
debemos volver al problema
de la metodología.
Hugo Zemelman,
Los horizontes de la razón
La práctica investigativa en ciencias sociales • 7 
Contenido
Introducción 11
La construcción del objeto y los referentes 
teóricos en la investigación social 
Alfonso Torres Carrillo, Absalón Jiménez Becerra 15
El estado del arte en la investigación 
en las ciencias sociales 
Absalón Jiménez Becerra 29
Texto, testimonio y metatexto. 
El análisis de contenido en 
la investigación en educación 
Alexander Ruiz Silva 45
Por una investigación desde el margen 
Alfonso Torres Carrillo 63
La formación de maestros para la investigación. 
Una metodología en construcción 
Rafael Ávila Penagos 83
La historia política a través de sus actores, 
historias con sentido 
Adolfo León Atehortúa Cruz 109
8 • Introducción
Memoria individual, memoria colectiva 
y memoria histórica. 
Lo secreto y lo escondido en la narración 
y el recuerdo 
Darío Betancourt 125
Algunos elementos para la investigación 
en historia 
Absalón Jiménez Becerra 137
El acto social de investigar 
Gonzalo Sánchez Gómez 155
La práctica investigativa en ciencias sociales • 9 
Introducción
Los textos reunidos en este libro expresan una preocupación permanente de 
los profesores del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pe-
dagógica Nacional, en particular de su Especialización en Teorías, métodos y 
técnicas de investigación social, en torno a los problemas metodológicos propios 
de la producción de conocimiento social. En dicha preocupación, que no se 
agota de ningún modo en su dimensión instrumental, convergen la trayectoria 
investigativa del grupo de docentes, como sus búsquedas y desarrollos en la 
formación de investigadores sociales.
En este sentido, el colectivo de docentes investigadores de la Universidad 
agrupados por la temática “Sujetos y nuevas narrativas en la investigación y 
enseñanza de las ciencias sociales”, que logró el reconocimiento de Colciencias 
en las convocatorias a Grupos Colombianos de Investigación Científica o Tecno-
lógica 2002 y 2004, decidió socializar algunas de sus reflexiones en torno al 
quehacer investigativo en Ciencias Sociales; algunos textos son usados como 
materiales de trabajo y discusión con sus estudiantes de pregrado y posgrado; 
otros, son balances reflexivos sobre experiencias investigativas concretas de los 
profesores, cuya lectura puede ser de gran utilidad en la formación de nuevos 
investigadores.
De tal manera, el conjunto de textos compilados son una buena ocasión para 
retomar críticamente algunas inquietudes y decisiones que debe asumir quien se 
ve enfrentado a realizar su trabajo investigativo en ciencias sociales, como lo son: 
¿Qué problemática investigar? ¿Desde cuál enfoque abordarla? ¿Cómo hacerlo? 
¿Cómo analizar e interpretar la información? ¿Cómo comunicar sus hallazgos?, 
etc. De los nueve escritos seleccionados, los cinco primeros tienen como referente 
10 • Introducción
el amplio campo de las disciplinas sociales, mientras los cuatro últimos abordan 
problemáticas propias de la disciplina histórica, dada la trayectoria investigativa 
de varios de los integrantes del equipo en dicho campo.
El primer artículo, escrito por los profesores Absalón Jiménez Becerra y Al-
fonso Torres Carrillo, trata acerca de la construcción del tema o problema objeto 
de investigación y el papel de la teoría, decisiones centrales en toda investigación 
social. Sin la pretensión de prescribir fórmulas, se dan algunas pautas y criterios 
para tener en cuenta al respecto de las dos temáticas. 
En el segundo texto, el profesor Absalón Jiménez Becerra trata uno de los 
desafíos ineludibles para quienes hacen investigación, como lo es la realización 
de estados del arte; en efecto, una vez escogido el tema investigativo, una de 
las primeras tareas es la construcción del estado del arte en la investigación, 
entendido este como el balance de libros, artículos y otros documentos que den 
cuenta del acumulado actual de conocimientos en torno al campo de interés 
del investigador. 
En el tercer artículo, el profesor Alexander Ruiz Silva aborda otro problema 
de la práctica investigativa, el del análisis de información, en particular el enfoque 
denominado “análisis de contenido”. Dicho texto, plantea una serie de pautas para 
tener en cuenta en los momentos de análisis e interpretación de la información en 
investigación cualitativa. El análisis de contenido hace referencia al sentido que 
tienen los textos para quien los produce, pero sobre todo para quien los interpreta, 
trasladándose el interés al texto mismo, el cual funciona como un instrumento 
en la investigación mediante el establecimiento de las conexiones existentes en-
tre el nivel formal o de superficie de un texto (nivel sintáctico) y los niveles de 
significación y usos prácticos del mismo (niveles semántico y pragmático).
Alfonso Torres Carrillo, en el cuarto texto, reivindica la denominada por él 
“investigación de borde” en los ámbitos social y educativo; ocasión que aprove-
cha para realizar una discusión en torno al contexto y a la coyuntura en el que se 
encuentran las ciencias sociales, criticadas por su etnocentrismo, estadocentrismo, 
objetivismo y reduccionismo, que las lleva a desconocer su carácter cultural, histórico 
y político. A modo de ilustración, el autor esboza dos modalidades metodológicas, 
la sistematización y la recuperación colectiva de la historia, que buscan superar 
dichas limitaciones.
Por su parte, el profesor Rafael Ávila Penagos, en el quinto artículo, da a 
conocer un conjunto de reflexiones y conclusiones producto de una experiencia 
investigativa con un grupo de maestros del Colegio Abraham Lincoln y cuyo 
tema fue “las prácticas de formación de lectura y escritura”. Dicha experiencia 
se asumió como investigación acción pedagógica, una propuesta metodológica 
en construcción. Partiendo de este enfoque, conformó un grupo de investiga-
La práctica investigativa en ciencias sociales • 11 
ción con docentes de la institución,sin mayor experiencia investigativa. Dicho 
equipo se fortaleció bajo el principio de “aprender a investigar investigando”, en 
un ambiente en el que continuamente se reconstruyeron las teorías, las metas y 
los aprendizajes del acumulado investigativo. Al final se establece una propuesta 
de sistematización y reflexión de este tipo de experiencias investigativas con los 
docentes.
El profesor Adolfo León Atehortúa Cruz, en el sexto artículo, aporta una 
reflexión metodológica en torno a la relación entre historia política y fuente 
oral. La experiencia del investigador se remonta a 1988 cuando se traza como 
objetivo abordar un tema de la historia presente, como eran en ese momento la 
violencia y las continuas masacres que se presentaban en Trujillo, municipio del 
departamento del Valle. La fuente oral es valorada como alternativa investigativa 
en un municipio sin acervos documentales claros. Pero resulta más interesante 
la manera como narra los obstáculos que le impuso la coyuntura política, por 
lo que se vio obligado a archivar el trabajo por varios años. 
Mientras tanto, abordó otro tema de investigación, la juventud y la vio-
lencia urbana en Cali, problemáticas que lo llevaron a acercarse a los desarrollos 
bibliográficos de la Escuela de Chicago frente al estudio del joven delincuente, 
y a percepciones disciplinares y metodológicas contempladas por la sociología 
y la antropología. Así, exploró el método biográfico en el que se investiga 
la cultura y el mundo de los actores; también se vio obligado a incorporar 
nuevas categorías como la de “actor” desarrollada por Touraine. En conse-
cuencia, en los primeros años de la década del noventa no sólo materializa 
una serie de investigaciones en torno a la juventud y la violencia urbana en 
Cali, sino que retoma el tema de las masacres ocurridas en el municipio de 
Trujillo en los años ochenta. 
Como séptimo texto se incorporó uno de los últimos ensayos escritos 
por el desaparecido profesor Darío Betancourt, quien mostró también preo-
cupación por la metodología de la investigación social. En el escrito “Memoria 
individual, memoria colectiva y memoria histórica. Lo secreto y lo escondido 
en la narración y el recuerdo”, Darío valora la importancia de la fuente oral, los 
tipos de memoria sobre los cuales se puede estar reinventado constantemente un 
pasado de acuerdo con las necesidades del presente. La narración, la entrevista 
y el relato corto, son tres de las propuestas que comenta y ejemplifica.
En el octavo artículo, Absalón Jiménez Becerra discute tres aspectos en 
torno a la metodología de investigación en historia: su lógica investigativa, el 
papel de las fuentes y la presencia de la subjetividad del historiador. En la in-
vestigación histórica aparece como necesario establecer una pequeña pregunta 
e hipótesis indagatoria que actúa como un pequeño bisturí que rasga el pasado 
12 • Introducción
con el fin de interpretar el presente; así mismo, la materia prima de la historia 
son las fuentes sin las cuales sería imposible desarrollar afirmaciones o verdades 
en la disciplina; el historiador es quien construye los hechos, basado en el tipo 
de preguntas que antepone a las fuentes. En lo que respecta a la subjetividad 
en las investigaciones históricas, la relación que tiene el historiador con el 
mundo que le correspondió vivir, la manera como se relaciona con su entorno, 
su biografía y su percepción de la realidad traen consecuencias directas en la 
escogencia del objeto de investigación, en la manera como le da prioridad a 
determinadas fuentes y en las hipótesis que construye.
Por último, se ha querido cerrar la presente compilación con las palabras 
del profesor Gonzalo Sánchez Gómez en el lanzamiento del libro Democracia 
en tiempos de crisis, de Absalón Jiménez. En esta intervención, Sánchez aborda 
diferentes aspectos referidos a la elaboración de una tesis de grado, reconociendo 
que dicho trabajo es producto de la interacción social con un equipo de trabajo. 
Consecuente con este principio toca diferentes momentos por los que atraviesa 
un investigador en el proceso de elaboración de su tesis: la escogencia de tema, 
la presencia y el papel del tutor, el balance de lo dado o estado del arte, cuyo 
desafío es llegar a la novedad en la temática, la delimitación de la problemática, 
el plan de trabajo y el establecimiento de la hipótesis, la pertinencia y viabilidad 
de la investigación, la organización del trabajo, de los materiales, y el fortaleci-
miento de las bases teóricas hasta la entrega del producto final. 
En fin, estamos seguros de que la lectura de este libro contribuirá en la 
ineludible discusión en torno a la práctica investigativa dentro de las ciencias 
sociales en Colombia, que, como campo en construcción, requiere espacios y 
momentos para explicitar y hacer reflexivos los presupuestos, enfoques y modos 
de trabajo de sus propios practicantes.
Absalón Jiménez Becerra
Alfonso Torres Carrillo
La construcción del objeto y 
los referentes teóricos en 
la investigación social
Alfonso Torres Carrillo
Profesor Universidad Pedagógica Nacional
Absalón Jiménez Becerra
Profesor Universidad Distrital
 Francisco José de Caldas
La práctica investigativa en ciencias sociales • 15 
Presentación
El presente artículo expone algunas reflexiones y consideraciones prácticas 
sobre dos decisiones centrales en la producción de conocimiento en ciencias 
sociales: la definición del objeto de investigación y el uso de la teoría. Estas 
temáticas han sido generalmente abordadas en los manuales de investigación 
desde una perspectiva normativa e instrumental; en este caso, son retomadas 
como decisiones y procesos en los que entran en juego las concepciones teóricas 
y metodológicas de los investigadores, así como su imaginación y creatividad 
frente a la singularidad de cada experiencia investigativa.
La definición del objeto de investigación
Ni la bestia ni Dios se plantean problemas. La una 
porque no piensa y el otro por ser omnisciente. Pero para 
nosotros, mortales humanos, es la vida laberinto y duda, 
porque nos encontramos a media agua: partimos de un 
saber que en buena parte es ignorancia.
Rodolfo de Roux, 
Elogio de la incertidumbre. Bogotá, 1986.
El punto de partida, o por lo menos un momento decisivo inicial de toda 
investigación social, es la definición de su objeto, el planteamiento de un 
problema al que se quiera dar respuesta o solución. Para la tradición em-
pírico-analítica, “la investigación científica no sólo parte sino que consiste, 
básicamente, en enfrentar y plantearse problemas y en buscar solución. 
Investigar es, así, investigar problemas” (Briones, 1980: 14).
16 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
El problema es sinónimo de dificultad, de tarea, de ejercicio o de pregunta 
práctica y teórica que exige respuesta o solución. En otras palabras, se refiere 
a un hecho no resuelto que debe encontrar una respuesta teórica o práctica, 
científica o vulgar, que posibilitará resolver parcial o totalmente el problema.
Existe una variada y amplia tipología de problemas. Sin intención de caer 
en esquemas rígidos y formalistas, se puede incluir una lista de los problemas 
más comunes, a saber:
– Problemas empíricos: su fuente es la experiencia, es decir, su planteamiento 
debe tener una relación directa o indirecta con la experiencia o el conoci-
miento que el investigador ha adquirido por medio de la práctica.
– Problemas conceptuales: son aquellos que reconstruyen racionalmente los 
datos conocidos. Son entrelazados, ordenados, organizados y constituidos en 
una representación unitaria, en torno a la cual surgen numerosos interrogan-
tes que en el proceso de investigación se resuelven parcial o totalmente.
– Problemas generales, específicos y particulares: los generales determinan lo 
que es propio a muchos objetos singulares, vinculan gran cantidad y variedad 
de relaciones entre personas, cosas y fenómenos. Los específicosapuntan 
a un conjunto de elementos concretos y precisos. Son dificultades identi-
ficadas, que deben ser solucionadas o resueltas. Por último, los problemas 
particulares hacen referencia a lo propio, lo que corresponde o pertenece a 
un grupo de personas y fenómenos (Cerda, 1991: 143).
Para otros enfoques, en sentido estricto, no se parte de la formulación de un 
problema de conocimiento. En una investigación participativa muchas veces 
son más importantes los problemas prácticos por resolver, a partir de los 
cuales se definirán las demandas de conocimiento que éste plantea. En una 
investigación de corte interpretativo, como la etnografía o la historia, se pre-
fiere definir una temática de cuyo conocimiento aparecerán los problemas de 
conocimiento más precisos, por ejemplo, las prácticas religiosas o recreativas 
de un colectivo social.
En cualquier caso, en algún momento del trabajo investigativo se deberá 
definir uno o algunos problemas de conocimiento; es decir, la construcción del 
objeto de investigación, de lo que vamos a investigar. Plantear un problema de 
investigación equivale a delimitar dentro de un contexto teórico, disciplinar, 
tecnológico o profesional un objeto de indagación, un interrogante o un con-
junto de interrogantes cuyo abordaje generará nuevos conocimientos o validará 
los existentes en nuevos contextos.
Los objetos de investigación científica no son empíricos, sino conceptua-
les; el investigador no “toma” problemas de la realidad, sino que los construye 
La práctica investigativa en ciencias sociales • 17 
desde sus referentes interpretativos y el conocimiento previo de la realidad por 
investigar. Implica una actitud intelectual que supera la ilusión de que existen 
“objetos” preconstituidos, percibidos y valorados desde la intuición y el sentido 
común (Restrepo, 1992).
Por ello, la formulación de problemas de investigación no es un asunto 
técnico, sino un desafío teórico y epistemológico que implica un esfuerzo del 
pensamiento que debe reconocer los límites de “lo ya sabido” y atreverse a 
preguntar por “lo inédito”, lo no pensado hasta el momento, pero susceptible 
de ser pensado e investigado desde el acumulado del campo de conocimiento 
en el que se localiza dicho problema.
De ahí la importancia de realizar estados del arte en la investigación; es 
decir, de reconocer, en la producción bibliográfica existente sobre el tema de 
interés, asuntos como: ¿Cuáles disciplinas o campos del saber se han ocupado 
de lo que me interesa? ¿Cuáles han sido las problemáticas o aspectos sobre los 
que se ha centrado la investigación existente? ¿Cuáles enfoques o perspectivas 
teóricas han sido empleados para abordar la temática? ¿Cuáles enfoques y 
estrategias metodológicas se han utilizado? ¿Qué se sabe ya sobre lo que me 
interesa? ¿Cuáles aspectos o preguntas están aún por abordar?
Pero, además, la construcción de los problemas de investigación es hecha 
por uno o varios sujetos en unos contextos históricos, culturales y epistémicos 
determinados; es, por tanto, un acto subjetivo e intersubjetivo y localizado que 
debe dar cuenta no sólo de su relevancia y viabilidad disciplinaria o académica 
(dentro de un campo intelectual, teórico o metodológico), sino también de su 
significado y pertinencia sociohistórica.
Es decir, formularse un problema de investigación social implica que el 
investigador reconozca y haga explícito su lugar de enunciación: cuáles son 
los intereses y motivaciones que guían su preocupación por el tema, cómo 
se ha relacionado con éste (vivencial, profesional o investigativamente), 
desde cuáles referencias conceptuales, ideológicas y metodológicas pretende 
abordarlo, etc.
Con lo dicho, queda claro que para plantearse problemas de investigación 
en ciencias sociales es necesario evaluar su relevancia teórica, disciplinar y aca-
démica, su pertinencia histórica, social e institucional, su significación personal 
y su vínculo de autorreferencia. En general, el sentido de una investigación 
debe interesarle no sólo al investigador, sino que debe servir a su institución o 
contexto social, y debe aportar elementos nuevos al campo de conocimiento 
donde se inscribe.
La verdad es que para la formulación de problemas no existen técnicas 
especiales. En este sentido, John Dewey señaló que 
18 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
los problemas aparecen cuando se encuentran dificultades; algún hecho confunde o 
provoca molestias a alguien; una inquietud corroe su tranquilidad de espíritu, hasta que 
después de delimitar con precisión qué es lo que lo perturba, encuentra algún método 
para resolverlo. El sentimiento indefinido de que algo no está bien o la sospecha de que 
cierta teoría no es adecuada, no constituye en realidad un problema, pero indica un interés 
en que pueda surgir uno (F. Dalen, y R. Meyer, 1990).
Aunque la fuente genérica de los problemas es la realidad, es el investigador 
quien, desde el conocimiento de ella y principalmente desde su marco inter-
pretativo (especialmente intelectual y conceptual), los constituye. En efecto, 
es el investigador quien crea los problemas investigativos y para ello requiere, 
además, una serie de saberes acumulados al respecto, de imaginación creadora 
e iniciativa individual. Aunque son innumerables las formas como “surgen” 
problemas investigativos, en el caso de la investigación educativa, por ejemplo, 
podemos suponer, entre otras, las siguientes:
• La necesidad de aclarar un aspecto que ayude a mejorar una práctica edu-
cativa, profesional o institucional.
• La necesidad de dar explicaciones de mayor profundidad a situaciones que 
afectan o modifican dicha práctica.
• La necesidad de sistematizar experiencias educativas, comunitarias o institu-
cionales significativas previas, e integrarlas a determinado marco teórico.
• La posibilidad de subsanar vacíos e insuficiencias o errores en temas ya 
tratados por otros investigadores o estudios.
• El intento por aplicar o reformular una teoría ya conocida sobre una realidad 
educativa concreta.
• Atreverse a plantear perspectivas o enfoques educativos o pedagógicos nuevos 
en un contexto determinado.
En general, podemos suponer que los problemas de investigación tienen, por lo 
menos, dos grandes fuentes: la reflexión crítica sobre su realidad y la formación 
disciplinar o profesional sobre un campo de conocimiento específico. Sea cual 
fuere el origen, la construcción del objeto de investigación es un proceso de 
construcción paulatina que generalmente se inicia con formulaciones amplias, 
pero en la medida en que se va leyendo sobre el tema y se va explorando empí-
ricamente la situación, el tema va definiendo unos contornos espaciotemporales 
y los aspectos o dimensiones que le dan identidad problemática.
La práctica investigativa en ciencias sociales • 19 
El tema genérico irá convirtiéndose en una pregunta o conjunto de 
preguntas articuladas, cuya resolución contribuirá a ampliar el conoci-
miento sobre un campo temático claro; es decir, se tendrá un problema de 
investigación. En todo caso, es preciso reunir información documental de 
la literatura existente al respecto, de tal modo que permita ubicarlo en un 
contexto teórico que posibilite, más adelante, la delimitación conceptual del 
problema objeto de estudio.
En fin, se ha insistido en que toda propuesta de investigación social pasa 
por la definición de una temática que focaliza la atención y los esfuerzos del 
investigador. Así el tema inicial sufra modificaciones o se transforme en la fase 
de formulación del proyecto de investigación, es indispensable establecer unos 
límites al campo de la realidad sobre el que se pretende generar conocimiento; 
además, es importante explicar los antecedentes, las trayectorias y las intenciones 
sociales, culturales y académicas que orientan el estudio. Es lo que, en formatos 
de Proyectos de Investigación, se denomina el “planteamiento del problema”, un 
texto argumentado sobrecómo se llegó al tema, en qué consiste la investigación, 
y cuáles son las preguntas que lo definen.
Definido el objeto de estudio, también deben explicarse las cuestiones, 
los aspectos o elementos de dicho objeto que lo constituyen y que van a ser 
abordados por la investigación, lo que algunos llaman “el modelo de análisis” 
que orientará la investigación. Dicho conjunto de aspectos interrogantes o com-
ponentes del problema no es arbitrario, está determinado por el conocimiento 
previo de la problemática y de los recursos conceptuales e imaginativos de que 
dispone el investigador. Por consiguiente, sólo podemos preguntarnos desde lo 
que ya sabemos, dado que la sistematicidad del objeto de estudio es algo que 
hay que demostrar identificando los elementos que lo constituyen, el sentido 
y la cualidad de sus relaciones y los límites respecto a su entorno.
La decisión del objeto de investigación está asociada al objeto problema 
epistemológico que será abordado, a los objetivos de conocimiento que se 
pretenden alcanzar y a las cuestiones o preguntas que quieren resolverse. Los 
objetivos de un proyecto de investigación expresan aquellos aspectos, relacio-
nes, lógicas, dinámicas, efectos del problema, que pretenden ser esclarecidos 
con la investigación. En general, los objetivos de la investigación materializan 
la intención temática del investigador y corresponden a los aspectos por in-
vestigar provenientes del modelo de análisis, como las preguntas que quiere 
resolver el estudio. 
20 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
Los referentes teóricos en la investigación social
Sabemos que ninguna teoría, incluso las científicas, puede tratar de 
modo exhaustivo la realidad ni encerrar su objeto de estudio en es-
quemáticos paradigmas. Toda teoría está condenada a permanecer 
abierta, es decir, inacabada, insuficiente, suspendida en un principio 
de incertidumbre y desconocimiento, pero a través de esta brecha, que 
al mismo tiempo es su boca hambrienta, proseguirá la investigación. 
E. Morin, 
El paradigma perdido: el paraíso olvidado, Barcelona, 1974.
Los referentes teóricos representan un elemento fundamental para el inicio, 
el desarrollo y la culminación de cualquier proyecto de investigación social, 
debido a su función en lo que respecta a los modelos explicativos, explícitos o 
no, que guían la investigación. No obstante, como vamos a observarlo, si bien 
los marcos referenciales de carácter teórico no pueden determinar las investi-
gaciones y sus resultados, sí juegan un papel central en la construcción de los 
objetos y modelos de investigación, como insumo para la interpretación de 
las fuentes y el trabajo de campo en general, y para el momento propiamente 
interpretativo de los hallazgos.
La teoría en la investigación social
La tan usada expresión “teoría” tiene su origen en el vocablo theoros, empleado 
por los griegos para denominar al representante que enviaban las ciudades a los 
festivales públicos; con la Teoría, es decir, contemplando, se abre a él el suceso 
sacral. En el vocabulario filosófico se traslada la Theoría a la visión del Kosmos, 
a su contemplación desde un logos. Si el filósofo contempla el orden eterno 
no puede sino imitar dicho Kosmos: la teoría imprime a la vida su forma, se 
refleja en el comportamiento y en la disciplina, esto es, su Ethos (J. Habermas, 
1975: 61).
Esta connotación contemplativa de la teoría que ha dominado en la 
filosofía desde sus comienzos va a ser retomada por la posición positivista de 
las nacientes ciencias sociales de corte empírico analítico en su pretensión de 
describir teóricamente el mundo social como orden dado, como Kosmos. En 
este sentido, la teoría comenzó a contar con una validez científica congruente 
con la observación. De ahí su afán por construir un método y un lenguaje 
universales, comunes a las diferentes disciplinas, o, por lo menos, a su pre-
ocupación por construir grandes sistemas teóricos explicativos de la realidad 
social en su conjunto. 
La práctica investigativa en ciencias sociales • 21 
El desarrollo de la teoría trajo como consecuencia, en las ciencias sociales, 
un tipo de pensamiento totalizante, acompañado de nociones1, por medio 
del cual se buscaba leer la realidad social de una manera genérica, cargada de 
categorías estructurales. Dando curso a lo anterior, para Hugo Zemelman, 
dicho pensamiento totalizante guarda una importancia epistemológica para 
organizar el razonamiento, que se convierte a la vez en un campo de organiza-
ción y articulación conceptual con grandes potencialidades en la reflexión. No 
obstante, en la totalidad existen momentos, niveles y espacios sociales diferentes, 
quedando buena parte de las categorías metodológicas encuadradas como categorías 
de experimentación y prueba (Zemelman, 1987: 58), lo que demanda, a nuestro 
modo de ver, un continuo ajuste de la ciencia y de la teoría. 
La verdad es que si partimos del principio de que mientras “la realidad 
es verde, la teoría es gris”, se debe tener claro que esta última se encuentra en 
proceso dialéctico de continua readecuación frente a la realidad, que, al ser 
una suma de diferentes niveles de tiempo y espacio, trae como consecuencia 
la necesidad de realizar recortes en la misma realidad que se investiga.
De esta manera, grandes investigadores sociales, definidos por su posición 
epistemológica como intelectuales de borde, entre ellos Peter L. Berger y Thomas 
Luckman, Edwar Palmer Thompson, Pierre Bourdieu y Hugo Zemelman, para 
nombrar algunos, demandan la necesidad de articular lo objetivo y lo subjetivo, 
lo dado y lo posible, la hipótesis y la fuente, la teoría y la práctica, el concepto 
y la realidad2. En la actualidad, el investigador social, si bien puede iniciar 
su análisis basado en una serie de acumulados teóricos, que deben guardar 
coherencia con el objeto y el tipo de metodología utilizada, éstos no pueden 
determinar los resultados de la investigación. 
Sin duda, en la actualidad, se requiere del investigador una actitud más 
que explicativa, una postura crítica y problematizante frente a la teoría y a la 
realidad, construyendo en el proceso mismo de la investigación un tipo de 
pensamiento categorial que le permita ir más allá de la lógica de investigación 
tradicional, para leer de manera natural y directa la nueva realidad que le tocó 
vivir, teniendo en cuenta que las teorías se construyen en función de diferentes 
coyunturas históricas, culturales y epistémicas. 
Partiendo de lo anterior, podemos entender por teoría el sistema o con-
junto articulado de conceptos, proposiciones, esquemas analíticos formales y 
relaciones que hay entre ellos, desde los que los investigadores pretenden dar 
1 Las nociones se refieren a categorías genéricas como la de clase, ideología, estado-nación, proletariado, burguesía y conceptos funcio-
nales de cultura, etc. Es decir, formas y secuencias aceptadas desde las ciencias sociales tradicionales.
2 En esta visión, son autores de vital importancia, entre otros, Peter L. Berger y Thomas Luckman, La construcción social de la 
realidad, Buenos Aires, 1995; Edward Palmer Thompson, Miseria de la teoría, Barcelona, Crítica, 1984; Pierre Bourdieu, Sociología 
y cultura, México, Grijalbo, 1990; Hugo Zemelman, Sujeto: existencia y potencia, México, Anthropos, 1998; Hugo Zemelman, Los 
horizontes de la razón. I. Dialéctica y apropiación del presente, México, El Colegio de México, 1987.
1 Las nociones se refieren a categorías genéricas como la de clase, ideología, estado-nación, proletariado, burguesía y conceptos funcio-
nales de cultura, etc. Es decir, formas y secuencias aceptadas desde las ciencias sociales tradicionales.
2 En esta visión, son autores de vital importancia, entre otros, Peter L. Berger y Thomas Luckman, La construcción social de la 
realidad, Buenos Aires, 1995; Edward Palmer Thompson, Miseria de la teoría, Barcelona, Crítica, 1984; Pierre Bourdieu, Sociología 
y cultura, México,Grijalbo, 1990; Hugo Zemelman, Sujeto: existencia y potencia, México, Anthropos, 1998; Hugo Zemelman, Los 
horizontes de la razón. I. Dialéctica y apropiación del presente, México, El Colegio de México, 1987.
22 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
cuenta de la realidad. Dichos sistemas también son construcciones y elabora-
ciones que se expresan a través de conceptos o categorías articuladas entre sí, 
en torno a relaciones de causalidad e inclusión, que buscan interpretaciones 
que puedan verificarse. La teoría, como forma de acumular conocimiento 
sobre la realidad, tiene una relación hipotético-afirmativa que subyace a los 
modelos formales o simbólicos.
Por su parte, Hugo Zemelman, dando curso a lo anterior, afirma que 
antes de que propiamente apareciera “la teoría” en las ciencias sociales, “tuvo 
lugar un proceso de formación de conceptos que cumplió la función de brindar 
orientaciones generales que proporcionaron un “contexto general” para la in-
vestigación y facilitaron el proceso de llegar a hipótesis. Solamente cuando tales 
conceptos se relacionaron entre sí, en forma de sistema, empezó a aparecer la 
teoría” (Zemelman, 1987: 156).
De esta manera, la teoría representa un recorte de la realidad o lo que 
algunos han expresado, “la teoría no es más que realidad condensada”, que, 
al basarse en observaciones e hipótesis, instala un sistema de orientaciones 
generales y un sistema conceptual en el que se establecen a la vez una lógica y 
un sistema de observación de la realidad. La teoría, como sistema conceptual, 
transforma los universos anteriores en otros que se identifican con la función 
de explicación, esto es, con el universo configurado por las consecuencias em-
píricas que pueden deducirse del corpus teórico (Zemelman, 1987).
En las ciencias sociales, en particular en la tradición histórico-hermenéu-
tica, a pesar de considerar los hechos desde la comprensión y no asumir como 
su cometido la formulación de leyes generales, se comparte la misma concep-
ción teórica contemplativa descrita; desde esta tradición se busca describir en 
actitud teórica una realidad estructurada (Habermas, 1975: 63). Al igual que 
en la perspectiva empírico-analítica, se mantiene la separación teoría y prácti-
ca, impensable en el pensamiento griego; lo que antes constituía la invidencia 
práctica de la teoría, se sacrifica a las prescripciones metodológicas.
Por otro lado, ha sido en los enfoques crítico-sociales donde se ha buscado 
articular conocimiento y acción, teoría y práctica, en el doble propósito que 
los caracteriza: explicar y comprender críticamente las dinámicas sociales para 
transformarlas desde unos criterios emancipatorios. En otras palabras, las inves-
tigaciones orientadas desde esta perspectiva, buscan reconocer en una situación 
o contexto social específico aquellos factores que impiden la libre realización 
de un colectivo social, que, mediante la autoilustración y reflexión conjunta 
sobre dichas problemáticas, gana poder de decisión y acción sobre ella.
En efecto, la relación que en las ciencias sociales se ha establecido de ca-
rácter sujeto-sujeto obliga al investigador a ir más allá de la teoría, pues como 
lo manifestó Hugo Zemelman recientemente:
La práctica investigativa en ciencias sociales • 23 
Desde esta óptica, las teorías son verdaderas puntas de iceberg que ocultan el movimiento 
de la realidad en tanto contorno de las múltiples significaciones que pueden asociarse con 
objetos teóricos particulares, pero que no pueden mostrar las ondulaciones formativas al 
estar orientadas, de antemano, a ver solamente cimas y hondonadas ya petrificadas. En 
la explicación teórica y la academización de la misma, el pensamiento queda atrapado en 
círculos cerrados (Zemelman, 2002: 110).
Vemos, así, cómo en las ciencias sociales la pluralidad de enfoques y la dinámica 
acumulativa de conocimiento propia del quehacer científico ha demandado 
un continuo ajuste de la teoría. La verdad es que el conocimiento social es por 
naturaleza provisional e incompleto, y cuenta con un carácter selectivo; por 
tanto, es limitado y definido, ya sea por los contextos o coyunturas en que el 
sujeto se apropió de su presente, y del acumulado histórico, y ¿por qué no? 
teórico, que éste contiene, y que se caracteriza por un carácter dialéctico y de 
continuo cambio.
Los tipos de teoría
Todo conocimiento y saber es una interpretación; sin embargo, la interpreta-
ción de la realidad no es posible sin teoría, pues el secreto es descubrir lo que 
hay tras la información. Pero si bien la teoría cumple este papel, la verdad es 
que existen varios tipos de teoría, lo que nos permite preguntarnos: ¿Cómo 
son las teorías que utilizan las disciplinas sociales, y cómo son empleadas desde 
diversos enfoques metodológicos? En este sentido, Goetz y Le Comte (1988) 
distinguen tres niveles de teorización en las ciencias sociales: la gran teoría 
y sus modelos teóricos, las teorías informales de rango intermedio y las teorías 
fundadas o sustantivas.
Las grandes teorías corresponden a formulaciones amplias, casi con preten-
siones de concepción global de la sociedad, como es el caso del funcionalismo 
y el estructuralismo. Las teorías de largo alcance (mega, híper o macro teorías) 
que daban cuenta de lo social, implican como problema que, a costa de gene-
ralizar, dejan de lado lo específico. A pesar de su aporte inicial, en el proceso de 
reestructuración de las ciencias sociales vivido en las últimas décadas, se puede 
afirmar que la realidad trascendió las grandes teorías.
Las teorías informales o intermedias, son conjuntos de proposiciones cuyo 
objetivo es explicar una clase abstracta de comportamientos sociales; es el 
caso de las teorías del desarrollo, las teorías de la comunicación y las teorías 
del aprendizaje. También se pueden definir como teorías intermedias o regio-
nales. Éstas, como producto de la especialización y complejización a las que 
24 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
han entrado las ciencias sociales, han requerido referentes y teorías específicas 
sobre la realidad que se investiga, como, por ejemplo, las investigaciones de 
recuperación de la memoria colectiva, de historia regional y local, de identidad, 
género y movimientos sociales.
Por último, las teorías fundadas o sustantivas, se refieren a una metodología 
general para desarrollar teorías a partir de datos sistemáticamente capturados y 
analizados; es una forma de pensar acerca de los datos y poderlos conceptuar. 
La teoría va desarrollandose durante la investigación en curso y se construye 
mediante el continuo interjuego entre el análisis y recolección de datos3 (San-
doval, 1996: 64). Dichas teorías se refieren a aspectos determinados de pobla-
ciones, actores, escenarios y tiempos, como, por ejemplo, la violencia juvenil, 
el parentesco, las tribus y culturas urbanas, entre otros. 
Las teorías de corto alcance o sustantivas se encuentran ligadas a investi-
gaciones específicas, acompañadas de sus actores y escenarios, generándose así 
la teoría por vía inductiva. En efecto, en esta metodología se sacan los supues-
tos para hacer construcciones pequeñas o de inducción analítica que generan 
conceptos, proposiciones, hipótesis, relaciones y modelos finales, fieles a la 
investigación específica.
Con frecuencia, las investigaciones hechas desde enfoques cualitativos se 
interesan por describir y verificar relaciones causales entre conceptos que pro-
vienen de un esquema teórico previo, ya sea general, formal o sustantivo. Por 
ello, se habla de un marco teórico y unas hipótesis previas que encuadren los 
referentes analíticos desde los que se aborda el objeto, se definen sus variables 
e indicadores y las relaciones relevantes. En muchas investigaciones cuantita-
tivas, el uso de la teoría ha sido simplista y esquematizado; en los casos más 
extremos, lo teórico se asimila a un listado de definiciones que seubican en 
alguna parte inicial del proyecto y del informe, pero que no sirven para leer la 
información obtenida.
Aunque el investigador cualitativo en el mundo simbólico, capturado 
mediante discursos, no puede subordinarse a premisas teóricas previamente 
definidas, trabaja con teorías sustantivas. En unos casos, éstas orientan, desde 
el comienzo, la indagación, y en otros se procura que la teoría emerja de los 
propios datos: categorías, conceptos y teorías, que se desprenden del análisis 
de la propia información. Las investigaciones cualitativas usan “conceptos 
sensibles”, que buscan capturar los significados y las prácticas singulares.
3 En este sentido, es de aclarar que si bien en la teoría fundada existen muchos puntos de afinidad con las investigaciones cualitativas, 
se diferencia de aquellas, por su énfasis en la construcción de la teoría. La teoría fundada plantea la distinción entre teoría formal y 
teoría sustantiva, siendo su preocupación esta segunda. La teoría sustantiva depende más del interjuego con los procesos de recolección 
de datos de la investigación en curso, que de los procedimientos deductivos de la llamada teoría formal o general. Lo que se busca 
es la recolección de datos y su análisis teórico, con el propósito de hacer posible la verificación de las hipótesis resultantes. La teoría 
sustantiva es un eslabón estratégico en la formulación y generación de la teoría formal y teoría general.
La práctica investigativa en ciencias sociales • 25 
Estos conceptos modestos y apropiados tienen la intención de proveer 
de un sentido global la referencia y orientación para acercarse a las instancias 
empíricas desde su propia lógica; de este modo, la teorización es vista como 
una posibilidad permanente y, por tanto, simultánea al trabajo de campo, y 
no solamente como un momento previo o final.
En consecuencia, y teniendo en cuenta los variados tipos de teoría, es de 
reiterar que ésta, como sistema o conjunto articulado de conceptos, proposi-
ciones y esquemas analíticos formales, es un elemento central por medio del 
cual el investigador da cuenta de la realidad. Dicho insumo inicial permite la 
construcción de los objetos de investigación, orienta la definición de los diseños 
investigativos y es vital en el análisis y la interpretación de la información.
El papel de la teoría 
Así se tengan diferentes posiciones acerca de qué papel desempeña la teoría en 
la investigación social, hoy nadie discute su importancia. Ningún investigador 
realiza su trabajo como “tabula rasa” o desde un “vacío teórico”; por el contra-
rio, buena parte de la garantía de calidad de su trabajo está asociada a que sus 
decisiones investigativas (definir tema, hipótesis y diseños metodológicos, etc.) 
estén orientadas por unos claros referentes conceptuales.
La configuración de las disciplinas sociales estuvo y ha estado asociada a la 
construcción de sistemas conceptuales desde los que se explican e interpretan las 
dinámicas sociales particulares. El carácter y alcance de los conjuntos teóricos 
han sido entendidos de manera diversa según los paradigmas, las corrientes, 
las disciplinas y los enfoques metodológicos.
Así, por ejemplo, para las posiciones positivistas clásicas, las teorías ex-
presan las regularidades y leyes universales que rigen los comportamientos 
en general; por ello, se busca generar grandes teorías y modelos teóricos con 
el mayor desarrollo de formalización y abstracción posible; por otra parte, 
para los enfoques metodológicos interdisciplinarios, las teorías son vistas como 
“cajas de herramientas” (expresión de Foucault) a las que se acude fragmen-
tariamente en función de los requerimientos específicos de los propósitos y 
temas de investigación. En general, la teoría desempeña diversos papeles en 
una investigación. Entre ellos: 
1. Permite la construcción de los objetos de investigación.
2. Orienta la definición de los diseños de investigación.
3. Y es vital en el análisis y la interpretación de la información (Alvarado, 
1992).
Es así como la creencia positivista de que los “hechos hablan por sí mismos”, 
y de que el investigador se limita a identificarlos y registrarlos objetivamente, 
26 • La construcción del objeto y los referentes teóricos en la investigación social
está hoy cuestionada. Los objetos de investigación, en la actualidad se conciben, 
no como un reflejo de la realidad concreta, sino como una construcción del 
investigador, intermedia entre sus presupuestos teóricos y las referencias em-
píricas de la realidad; incluso, es común la construcción de objetos de estudio 
en un cien por ciento de carácter teórico.
Por otra parte, la teoría también orienta el diseño, en la medida en que 
influye en la decisión de las preguntas e hipótesis que orientarán el trabajo, el 
tipo de información relevante y las fuentes importantes, así como, parcialmente, 
en la definición de criterios para organizar y analizar la información. 
Por último, la teoría opera como marco de interpretación de los datos ob-
tenidos, estableciendo las posibilidades o límites de sentido, guiando su lectura 
y relacionándolos con el acumulado de conocimientos existentes.
En términos generales, la teoría permite, en cierto modo, mirar los 
hechos, organizarlos y representarlos conceptualmente, pues facilita la organi-
zación de la información y hace explícita la simultaneidad. Permite construir 
un correlato o modelo conceptual apropiado al objeto de investigación o a 
los hallazgos del análisis, siendo una base importante para la construcción de 
modelos conceptuales propios.
Bibliografía 
Alvarado, Sara Victoria y otros. Procesos de construcción teórica, métodos y 
técnicas de investigación social. Manizales, Cinde, 1992.
Briones, Guillermo. La formulación de problemas de investigación social (sin datos 
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Cerda, H. Los elementos de la investigación. Bogotá, El Búho, 1991.
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Morin, Edgar. El paradigma perdido: el paraíso olvidado. Barcelona, Kairós, 1974.
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en teoría, métodos y técnicas de investigación social. Bogotá, Icfes, 1996.
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Zemelman, Hugo. Los horizontes de la razón. I. Dialéctica de apropiación del 
presente. Colegio de México, Anthropos, 1987.
—————. Necesidad de conciencia. Un modo de construir conocimiento. Colegio 
de México, Anthropos, 2002.
El estado del arte en la 
investigación en las 
ciencias sociales
Absalón Jiménez Becerra
Profesor Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
La práctica investigativa en ciencias sociales • 29 
Presentación
En los procesos de investigación existen varios pasos fundamentales para asumir 
cualquier problema o tema investigativo; uno de ellos es el estado del arte o 
marco referencial, cuya elaboración es un paso necesario para lograr la formu-
lación del problema o tema investigativo. El estado del arte, como producto 
de lo dado en el presente, responde a lógicas investigativas que precedieron 
nuestro trabajo y que, mediante distintos abordajes y metodologías, han llegado 
a conclusiones y respuestas diferentes, necesarias de consultar, convirtiéndose 
así en una obligación investigativa inspeccionar estos acumulados. Este trabajo 
desarrolla una discusión en tres sentidos: en primer lugar, el estado del arte 
visto como una propuesta de apropiación del conocimiento; en segundo lugar, 
se discute el estado del arte como una propuesta de investigación dela inves-
tigación, y en tercer lugar, como punto de partida para establecer un nuevo 
recorrido que, como producto de lo dado, busca dar respuestas novedosas e 
inéditas que desde el presente generen posibilidades de un futuro amplio en 
el escenario investigativo.
El estado del arte como apropiación 
del conocimiento
Las ciencias sociales, en su etapa de consolidación, desarrollaron un proceso de 
apropiación de la realidad que se materializó por medio del lenguaje. En efec-
to, el hombre en el desarrollo de su vivir cotidiano terminó problematizando, 
disertando y estableciendo relaciones subjetivas y de apropiación frente a la 
realidad que lo rodeaba, principalmente por medio de palabras y conceptos. El 
lenguaje marca coordenadas, ordena y subjetiva la realidad, realizando así un 
proceso previo al establecimiento de cualquier tipo de observación ordenada 
30 • El estado del arte en la investigación en las ciencias sociales
(hipótesis), para traer como consecuencia las grandes teorías. Podemos deducir 
que la principal cantera y fuente del conocimiento social es la realidad como 
tal, la experiencia y la cotidianidad, y su principal forma de apropiación se da 
por medio del lenguaje.
De esta manera, desde los siglos XVI y XVII, cuando ciertos pensadores 
se acercaron al método científico con Descartes, Bacon y Spinoza a la cabeza, 
se creó una importante división de carácter no cíclico en el tiempo histórico; 
así, al apropiarse de la realidad científica y social, el hombre se convirtió en 
sujeto de la historia. Por lo demás, desde esa coyuntura, el hombre, constituido 
como sujeto, se piensa a sí mismo, se apropia de un presente y proyecta futuro. 
Las ciencias sociales, en su génesis, superaron una etapa de disertación de la 
realidad, trascendiendo el escenario de lo cotidiano y del sentido común, para, 
y por medio del método científico, transformar la experiencia, generalizarla, 
conceptualizarla y sintetizarla en grandes teorías. 
Las ciencias sociales, en su etapa de consolidación, se apropiaron ante todo 
de un presente capitalista con el objetivo de sustentarlo y legitimarlo. La verdad 
es que las ciencias sociales, como producto de la modernidad, se consolidaron de 
manera reciente, jalonadas principalmente por la historia política alemana, desde 
comienzos del siglo XIX, se acercaron al método científico y a la fuente escrita, que, 
vista de manera objetiva, representaba la verdad en la historia. Podemos deducir, 
con Immanuel Wallerstein, que esta disciplina nace con intenciones idiográficas; 
es decir, no busca establecer grandes hipótesis o teorías, sino más bien verdades 
científicas en el pasado. Posteriormente, entre 1850 y 1914, se da la consolidación 
de las múltiples disciplinas; además de la historia, se consolidan la economía, la 
sociología, la ciencia política y la antropología4 (Wallerstein, 1999: 17).
Estas disciplinas buscan principalmente impulsar el conocimiento ob-
jetivo de la realidad con base en descubrimientos empíricos. No obstante, 
por el contexto en que se consolidan las disciplinas y sus objetos de estudio 
(principalmente el problema del Estado), las ciencias sociales son ante todo 
universalistas, eurocéntricas y estadocentristas (Wallerstein, 1999: 59). Por 
consiguiente, mediante la física social se establecieron grandes categorías to-
talizantes y teorías que explicaron de manera científica el comportamiento 
social, económico y político dado entre los nuevos estados. Como lo explicó 
recientemente Santiago Castro,
4 El proceso de consolidación de las ciencias sociales fue antecedido por la filosofía y el derecho, que ya tenían presencia en la uni-
versidad medieval. El cuadro de las ciencias sociales se completa con la geografía y la psicología en el siglo XX. No obstante, a estas 
disciplinas Wallerstein les hace una serie de críticas: la filosofía es vista con desconfianza por su carácter especulativo; en segundo lu-
gar, las verdades en el derecho no son verdades sociales; la geografía, como disciplina, es sintetizadora y poco analítica, y la psicología 
en el siglo XX no logró una ubicación clara entre las ciencias sociales y la medicina. A pesar de estas críticas, estas disciplinas también 
hacen parte del escenario de discusión y reflexión social.
La práctica investigativa en ciencias sociales • 31 
el nacimiento de las ciencias sociales no es fenómeno aditivo a los marcos de organización 
política definidos por el Estado-nación, sino constitutivo de los mismos. Era necesario ge-
nerar una plataforma de observación científica en el mundo social que se quería gobernar. 
Sin el concurso de las ciencias sociales el Estado moderno no se hallaría en la capacidad 
de ejercer control sobre la vida de las personas, definir metas colectivas a largo plazo, ni 
de construir y asignar a los ciudadanos una identidad cultural (Castro-Gómez, 2000).
A manera de conclusión, las ciencias sociales legitimaron la consolidación del 
Estado moderno, del régimen democrático liberal y del capitalismo, acompañado 
de sus relaciones oprobiosas y de explotación que se expresaron en el imperialis-
mo, y que desató la primera guerra mundial en 1914. Por consiguiente, y a pesar 
de que la ciencias sociales se apropiaron de la realidadpara definirla y establecerla 
por medio de conceptos, categorías y teorías, cuentan con un origen machista, 
burgués, conservador e imperialista.
Las ciencias sociales expresan un punto de llegada en el proceso de apropia-
ción de la realidad social. Sin embargo, entre ellas, existen algunas diferencias; la 
historia y la antropología, por ejemplo, se apropiaron del pasado sin la intención de 
buscar leyes o grandes hipótesis; más bien se caracterizaron por un interés ideo-
gráfico o explicativo. Mientras tanto, la economía, la sociología y la ciencia política, 
con intenciones nomotéticas en búsqueda de hipótesis y leyes, se apropiaron de 
un presente acompañado de unas relaciones sociales capitalistas con un proyecto 
de Estado, que demandaba conceptos, categorías y grandes teorías.
Los estados de arte en las ciencias sociales, y los producidos en cualquier 
tipo de investigación, representan el primer paso de acercamiento y apropia-
ción de la realidad como tal, pero, ante todo, esta propuesta metodológica se 
encuentra mediada por los textos y los acumulados que de las ciencias sociales 
ellos contienen. En consecuencia, los estados del arte no se acercan a la principal 
fuente del conocimiento social, que es la realidad, la experiencia como tal y la 
cotidianidad; más bien, parten de un producto de lo dado y acumulado por 
las ciencias sociales, y se basan en una propuesta hermenéutica en los procesos 
de interpretación inicial de la realidad y de su investigación5.
En efecto, el conocimiento y la interpretación de la realidad en los estados 
del arte se encuentran desde un inicio mediados por los documentos y los tex-
tos. Las ciencias sociales, en general, cuentan con una propuesta hermenéutica 
para el abordaje de la realidad dada en el presente, o como un producto del 
acumulado del pasado. Por ejemplo, en el caso de la historia, para enterarnos de 
la realidad vivida en nuestro periodo colonial o en el siglo XIX, leemos textos 
5 La hermenéutica se refiere al proceso de interpretación de la realidad que se realizó en un inicio por medio de los textos sagrados. En 
el siglo XX, esta propuesta desarrolló toda una metodología en este sentido para interpretar la realidad por medio de textos que en la 
actualidad trascienden lo escrito. En este sentido, consultar a Calvo, T. y Ávila, R., Paul Ricoeur, Los caminos de la interpretación, 
Barcelona, Anthropos, 1991.
32 • El estado del arte en la investigación en las ciencias sociales
que han consultado fuentes e interpretado esas coyunturas; en el caso de la 
antropología, para enterarnos de la cultura de otras comunidades, también nos 
vemos obligados a leer textos, con el objetivo de tener un conocimiento, así 
sea tangencial; caso similar ocurre con la economía,acompañada de sus gran-
des categorías, por ejemplo, la teoría del valor, la mercancía, la plusvalía, o los 
conceptos de producción, distribución y consumo, vividos en el capitalismo; la 
ciencia política, acompañada de sus conceptos de Estado, nación, ciudadanía, 
régimen político, también se mueve dentro de una propuesta hermenéutica; 
la sociología y sus estudios de relaciones sociales, campus, hábitus, estamentos, 
clases, el concepto de legitimidad, etc., hacen parte de la misma lógica.
Cuando hablamos de estado del arte para el abordaje de un problema o un 
tema en cualquiera de las ciencias sociales, estamos hablando de la necesidad 
hermenéutica de remitirnos a textos que a su vez son expresiones de desarrollos 
investigativos, dados desde diversas percepciones de las ciencias sociales y escuelas 
de pensamiento –el funcionalismo, el marxismo o el estructuralismo–, tarea em-
prendida y cuyo objetivo final es el conocimiento y la apropiación de la realidad 
social para luego disertarla y problematizarla. Ciertamente, con los estados del 
arte se comprueba que sólo se problematiza lo que se conoce, y para conocer y 
problematizar un objeto de estudio es necesaria una aprehensión inicial mediada 
por lo ya dado, en este caso el acumulado investigativo condensado en diversos 
textos e investigaciones que antecedieron mi inclinación temática.
El estado del arte como una propuesta de investigación 
La única demanda para iniciar un estado del arte es el establecimiento de un 
tema o problema por investigar, “lo que implica un esfuerzo por reconocer los 
límites de lo ya sabido y atreverse a preguntar lo inédito, pero susceptible de ser 
pensado e investigado desde el acumulado en el campo del conocimiento, de ahí 
la importancia de realizar estados del arte en la investigación” (Torres, 2001).
En relación con lo anterior, y como bien lo ha venido anotando de tiempo 
atrás el profesor e investigador Germán Vargas Guillén, los estados del arte re-
presentan la primera actividad de carácter investigativo y formativo por medio 
de la cual el estudiante se pregunta de manera inicial: qué se ha dicho y cómo 
se ha dicho en torno a su problema de investigación.
En este sentido, la actualización de un estado del arte es asunto de primer orden. Tiene 
serias implicaciones positivas para la formación y el desarrollo de destrezas como la 
documentación, el análisis, la comparación de métodos y de resultados. En fin, la pro-
ducción de estos dispositivos de saber configuran una formación crítica, en el orden del 
conocimiento disciplinar, temático y metodológico (Vargas Guillén, 1999).
La práctica investigativa en ciencias sociales • 33 
En los estados del arte se establece la necesidad de revisar y cimentar los 
avances investigativos realizados por otros, aclarar rumbos, contrastar enuncia-
dos provisionales y explorar nuevas perspectivas de carácter inédito, ya sea con 
respecto a los objetos de estudio, sus formas de abordaje, percepciones, para-
digmas y metodologías, incluyendo el tipo de respuestas al que se ha llegado.
Los estados del arte, dentro de las ciencias sociales colombianas, como 
modalidad y tendencia investigativa, se establecieron en los años ochenta, 
jalonados principalmente por la disciplina histórica, cuya expresión fueron 
los balances historiográficos, pero también fueron liderados por la economía. 
No obstante, a finales de los años sesenta se lograron establecer los primeros 
insumos de balances de carácter historiográfico. Nos referimos a los esfuerzos 
realizados en 1969 por historiadores de la talla de Jorge Orlando Melo, quien 
publicó un ensayo global sobre los estudios históricos en Colombia; en el mismo 
año, Medófilo Medina publicó un artículo en el que hizo un balance acerca 
de los trabajos sobre la independencia, y Hermes Tovar Pinzón desarrolló un 
balance sobre demografía colonial6.
Estas primeras elaboraciones no representaron una constante en los años 
setenta, periodo en el que no se ubica ningún tipo de balance de lo dado o estado 
del arte en las ciencias sociales colombianas. Es en los años ochenta cuando 
esta propuesta metodológica y de formación investigativa vive un resurgir, 
recobrando un sobresaliente impulso. Así, pues, en 1982 apareció un estudio 
sobre historiografía colonial, escrito por Bernardo Tovar; en 1983 se publicó 
el trabajo del historiador y economista Jesús Antonio Bejarano sobre el cam-
pesinado en Colombia, y en 1986, el artículo de Gonzalo Sánchez, sobre la 
historiografía de la violencia7.
Los anteriores estados del arte, que representaron un alto grado de ma-
durez, ante todo dentro de la disciplina historiográfica colombiana, fueron 
impulsados por aspectos coyunturales. Nos referimos al auge de la Nueva His-
toria de los años setenta, que, para el caso de Bernardo Tovar, no buscó hacer 
tabla rasa de anteriores investigaciones tradicionales, sino más bien, a partir 
de ellas, se pensó en nuevas metodologías y nuevos tipos de abordaje para la 
investigación colonial; otro aspecto de gran importancia fue la apertura de la 
Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, en 
6 Jorge Orlando Melo. “Los estudios históricos en Colombia: situación actual y tendencias predominantes”, en U.N. Revista de la 
Dirección de Divulgación Cultural, Nº 2, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1969; Medófilo Medina, “Sesquicentenario: 
ideología e interpretación histórica”, en Estudios Marxistas Nº 2, Bogotá, 1969; Hermes Tovar Pinzón, “Estado actual de los estudios 
de demografía histórica en Colombia”, en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, Nº 5, Bogotá, 1970.
7 Bernardo Tovar Zambrano, “El pensamiento del historiador colombiano sobre la época colonial”, en Anuario Colombiano de 
Historia Social y de la Cultura, Nº 10, Bogotá, 1982; Jesús Antonio Bejarano, “Campesinado, luchas agrarias e historia social: notas 
para un balance historiográfico”, en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, Nº 11, Bogotá, 1983; Gonzalo Sánchez, 
“Los estudios sobre la violencia: balance y perspectivas”, en Pasado y presente de la violencia en Colombia, Bogotá, Cerec, 1986.
34 • El estado del arte en la investigación en las ciencias sociales
1984, que de manera implícita obligó a sus maestros y primeros estudiantes a 
realizar balances de lo dado y estados del arte en la disciplina, de acuerdo con 
cada una de las preocupaciones investigativas que iban naciendo.
Pero un punto de llegada, con respecto a esta tarea metodológica, se mate-
rializó en el texto que lleva por título La historia al final del milenio, publicado 
por la Universidad Nacional de Colombia en 1994, en el que existen balances 
acerca de la época colonial, la economía y los movimientos sociales del siglo 
XIX, los movimientos sociales, la política y la violencia en el siglo XX8. Para 
ese mismo año, el profesor Jesús Antonio Bejarano dio a conocer un completo 
balance de historiografía económica sobre los siglos XIX y XX en Colombia, 
estableciendo tendencias temáticas, e incluso abordando el escenario de Amé-
rica Latina en la posguerra (Bejarano, 1994). A manera de conclusión, en este 
aparte se puede manifestar que dentro de las ciencias sociales colombianas, 
principalmente la historia y la economía, se han desarrollado esfuerzos impor-
tantes en la tarea metodológica de realizar grandes estados del arte de carácter 
disciplinar, estableciendo coyunturas y temáticas específicas.
Sin embargo, en este mismo contexto, de manera alterna para otros inves-
tigadores sociales que se mueven en el escenario educativo, como es el caso de 
la profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Gloria Calvo, la demanda 
de los estados del arte entró en los años setenta por la puerta de la política social, 
con el objetivo de implementar políticas de carácter educativo y de salud. La 
pertinencia de dichos estudios es precisada en la necesidad de hacer un alto en 
el que, con la ayuda de una determinación temporal, se permitierabalancear 
la investigación con el fin de consolidar la información disponible, buscando 
cuestionar y llegar a un conocimiento de la temática establecida.
De esta manera, en los estados del arte se presentó la necesidad de diferen-
ciar varias tareas y aspectos que lo atañen, como es el caso de los marcos teóricos 
y la revisión documental. “Los marcos teóricos están dirigidos a establecer los 
modelos explicativos que pueden ser utilizados para analizar y, eventualmente, 
intervenir en los problemas investigados” (Calvo y Castro, 1995). 
La revisión documental es parte consustancial de los estados del arte, que 
obliga no sólo a desarrollar rastreos de textos editados, sino también de expe-
riencias investigativas previas, en ocasiones no publicadas, que con diversas 
metodologías y aparatos conceptuales han abordado nuestro objeto de estudio 
o tema investigativo.
Por otro lado, dentro de la lógica de revisión documental, las nuevas 
tecnologías están revolucionando el acceso a la bibliografía y a las fuentes, 
8 La historia al final del milenio, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, 1994. La coordinación 
general de este trabajo estuvo a cargo de Bernardo Tovar Zambrano.
La práctica investigativa en ciencias sociales • 35 
desbordando las limitaciones del papel para la investigación y publicación, y 
posibilitando nuevas comunidades globales de investigadores9. La Internet cobra 
importancia como una nueva y poderosa herramienta contra la fragmentación 
del saber investigativo, si se utiliza de acuerdo con su identidad y posibilidades, 
esto es, como una forma interactiva de transmitir información instantánea de 
manera horizontal a una gran parte del mundo. La generalización de la Internet 
en el mundo universitario y en el conjunto de la sociedad, como en la educación 
de los jóvenes, irá imponiendo una nueva lógica en la investigación como factor 
relevante de la transición paradigmática entre el siglo XX y el XXI.
Ahora bien, para Calvo y Castro, cuando se habla de estado del arte, a la 
vez que se realiza una segmentación de los problemas investigados, se responde 
a una serie de preguntas básicas, como las siguientes:
1. ¿Qué problemas se han investigado?
2. ¿Cómo se habían definido esos problemas?
3. ¿Qué evidencias empíricas y metodológicas se habían utilizado?
4. ¿Cuál es el producto de las investigaciones?
Si bien para estas investigadoras los estados del arte abren un nuevo campo en 
la investigación, pues esta tarea metodológica no solamente se centra en una 
ampliación de la documentación, sino en la conversión de la investigación en 
sí, en consecuencia se puede hablar de la investigación de la investigación, que 
con un carácter hermenéutico hace del texto un elemento válido de estudio 
en relación con un problema definido y delimitado, de otro lado resaltamos 
–como más adelante lo vamos a observar– que la tarea del investigador no se 
puede quedar en el simple estado del arte, que como producto de lo dado se 
puede presentar como un resultado investigativo. Parece oportuno sugerir que 
la investigación de la investigación, como producto del presente, debe servir 
de acumulado para iniciar nuevas reflexiones. 
En consecuencia, dentro del proceso metodológico, el estado del arte 
representa el primer insumo, y tal vez el más importante, para la iniciación 
de cualquier tipo de investigación, ya sea dada dentro de una ciencia social 
tradicional o dentro de los nuevos tipos de metodología, interdisciplinaria y 
flexible, basada en la investigación acción, la etnometodología o las propuestas 
cualitativas. Los estados del arte permiten establecer los insumos o marcos de 
referencia inicial de cualquier tipo de investigación.
9 En este sentido, es interesante el papel que juegan en la actualidad el grupo liderado por Carlos Barros, Historia a debate, 
en Santiago de la Compostela, España, y el grupo liderado por Mario P. Díaz Barrado, Historia presente, en la Universidad 
de Extremadura. Ellos han logrado aglutinar en el mundo a un número importante de investigadores en historia por medio de la 
Internet, discutiendo y desarrollando reflexiones temáticas, metodológicas y conceptuales, y dando a conocer los resultados de sus 
investigaciones. Consultar por Internet la página de Historia a debate o la de Historia presente.
36 • El estado del arte en la investigación en las ciencias sociales
En estas condiciones, cabe aclarar que, de acuerdo con el tipo de disciplina, 
la elaboración de los estados del arte o acumulados de lo ya dado se lleva a cabo 
de diversas maneras. Por ejemplo, en disciplinas como la historia y la economía, 
es importante elaborar estados del arte de trabajos anteriores y que, como parte 
de un corte de la realidad, den prioridad a un objeto de estudio acompañado 
de una delimitación temporal. Dentro de la sociología, la ciencia política y la 
antropología, por lo general, en los balances de lo dado o estados del arte se busca, 
además del establecimiento de experiencias investigativas específicas, la reali-
zación de marcos conceptuales acompañados de categorías o modelos explicativos 
dados desde el acumulado de la teoría, para analizar e investigar determinados 
escenarios y circunstancias de carácter social, político y cultural.
Por lo demás, de manera reciente en el siglo XX, con el desarrollo de la 
etnografía como principal herramienta para la interpretación y el estudio de 
la cultura, y el desarrollo de nuevas metodologías sociológicas, lideradas por 
la investigación acción participativa, y que como propuestas de investigación 
parten de la realidad presente y de lo dado, se comienza a hablar de un nuevo 
tipo de metodología de carácter cualitativo.
En estas metodologías cualitativas, en las que se tiene un contacto di-
recto con la persona o grupo de personas, en escenarios particulares, y en los 
que el investigador debe familiarizarse e interactuar con la vida cotidiana del 
investigado, sus pensamientos, la manera de actuar y sentir, acompañada de 
su idiosincrasia,
es importante una revisión de la literatura constante en virtud de los cambios y refinamientos 
que la investigación va teniendo, relacionados con el avance que va emergiendo del proceso 
investigativo de campo. La revisión de la literatura, en este tipo de investigación, corre paralela 
al proceso de recolección de datos y análisis preliminares (Sandoval, 1996).
Una diferencia importante de la investigación cualitativa es que la exploración 
de la literatura disponible no se usa para crear categorías previas al proceso 
de investigación; más bien, lo que busca el investigador en las lecturas que 
anteceden la investigación es armar un dispositivo conceptual que le permita 
comprender la realidad, trascendiendo el sentido común. No obstante, dicho 
dispositivo inicial debe ser flexible y no puede determinar el curso de la inves-
tigación ni sus resultados finales.
Los estados del arte, para su iniciación, demandan, como al inicio de este 
aparte se aclara, de la definición de un problema investigativo, y ante todo de “una 
pregunta” que, ubicada en una temática definida por el investigador, se convierte 
en el primer requisito para iniciar el rastreo y la pesquisa de información. En 
efecto, la pregunta investigativa es un pequeño bisturí que guía la pesquisa y la 
La práctica investigativa en ciencias sociales • 37 
búsqueda de información pertinente. De tal manera, en la elaboración misma 
del estado del arte, el investigador logra entre otros aspectos: contextualizar la 
información, que equivale a determinar el problema y establecer algunos límites; 
clasificar la información, pues define los parámetros de análisis y sistematización, y 
la categorización de la información, pues se determinan las categorías que recuperan 
la información, y que fundamentan la interpretación del trabajo en general10.
En consecuencia, lo que en buena medida garantiza la sistematicidad y 
confiabilidad del estado del arte es el establecimientode una pregunta clara, 
que ubicada dentro de una temática determinada, me permita desarrollar la 
pesquisa y contextualizar la información, ubicando libros, artículos, tesis de 
grado, monografías, documentos inéditos, etc., por medio de los cuales doy 
cuenta de un acumulado previo que me permite aclarar la temática en la que 
deseo desarrollar mi investigación y clasificar una información, estableciendo 
metodologías, marcos de referencia conceptual con que se desarrollaron esos 
trabajos, posiciones epistemológicas y niveles conclusivos. 
En general, en la elaboración de los estados del arte se sugiere: primero, 
desarrollar una contextualización de la temática clasificando el tipo de textos, 
autores, metodologías, marcos de referencia conceptual y niveles conclusivos 
de las diversas investigaciones; en segundo lugar, dicha ubicación de informa-
ción nos permite establecer una clasificación del tipo de trabajos consultados, 
sus convergencias y divergencias conceptuales, metodológicas y conclusivas; 
en tercer lugar, se sugiere una categorización de los trabajos partiendo de las 
categorías internas de cada uno de los textos, lo que nos permite establecer el 
aporte que ofrecen desde la panorámica sociocultural en el área de investigación 
que se desarrolla (Calvo, 2003).
En efecto, y partiendo de las sugerencias anteriores, al revisar algunos de 
los trabajos más destacados, como el elaborado por Jesús Antonio Bejarano, 
en el que dio cuenta sobre el problema del campesinado en Colombia, para el 
desarrollo de su balance estableció de manera clara tres preguntas: el origen de 
los campesinos en Colombia, sus relaciones sociales y sus formas de moviliza-
ción. Por lo demás, en este estado del arte, Bejarano tuvo en cuenta una serie 
de documentos que de manera marginal, en su gran mayoría, habían abordado 
estas temáticas en la década del setenta. En su propuesta balanceó una elevada 
cantidad de libros y artículos que habían estudiado las instituciones coloniales 
que posteriormente dieron origen a los campesinos, la mita, el resguardo y el 
esclavismo. La habilidad de Bejarano se expresó en establecer una pregunta 
que articulara de manera inteligente esta serie de textos que, vistos de cierta 
10 Aportes en clase de la estudiante Eddy Silva Flores, discusión sobre “el estado del arte en la investigación”. Especialización en 
Teoría, métodos y técnicas de investigación social, Bogotá, UPN, primer semestre de 2004.
38 • El estado del arte en la investigación en las ciencias sociales
manera, daban a conocer el origen del campesino, pero acompañado del con-
texto en el que se desarrolló el proceso de mestizaje y la consolidación de la 
hacienda cafetera en determinadas regiones del país. Este balance de lo dado 
representa una verdadera investigación de la investigación; anterior a dicho 
balance no se tenía conocimiento sobre la existencia de los campesinos en el 
ámbito nacional.
Por otro lado, en el balance que realiza Mauricio Archila, en torno a los 
movimientos sociales en Colombia en el siglo XX, a la vez que los clasifica en 
movimiento obrero, campesino, indígena, de negritudes, nuevos movimientos 
sociales, como el pedagógico, estudiantil y cívico, entre otros, destaca sus auto-
res, establece tendencias, particularmente en el caso del movimiento obrero, y 
desarrolla un ejercicio de conceptualización. Este trabajo representa uno de los 
balances más integrales de dicha publicación, cuyo objetivo, según el autor, es 
realizar “una reflexión crítica sobre la producción histórica, destacando modelos 
teóricos, los paradigmas interpretativos, las tendencias y escuelas investigativas” 
(Archila, 1994).
Recientemente, en el campo educativo, los investigadores Miryam Henao 
Willes y Jorge Orlando Castro encabezaron un equipo de trabajo cuyo objetivo 
fue el de realizar un Estado del arte de la investigación en educación y pedagogía 
en Colombia (Henao y Castro, 2001). En dicho trabajo se establecieron varios 
criterios para la realización del rastreo, la ubicación y clasificación de infor-
mación en el sentido de que el interés de la propuesta era establecer el tipo de 
investigaciones financiadas por Colciencias en el campo educativo en la década 
de los años noventa. Además, se tuvieron en cuenta otros criterios, como el 
tipo de comunidades académicas, de acuerdo con las temáticas establecidas, 
sus relaciones nacionales e internacionales, la articulación de los grupos inves-
tigativos con las políticas educativas, su materialización grupal por medio de 
seminarios, publicaciones, revistas y libros, el tipo de problemas investigados 
y sus metodologías, entre otros. 
El resultado de dicho esfuerzo colectivo, en el que participaron profesores 
de las universidades Nacional y Pedagógica e investigadores educativos, fue el 
establecimiento de nueve temáticas balaceadas, acompañadas de su respectivo 
comentario por parte de un especialista. Dichas temáticas fueron las siguientes: 
investigación en educación y ciencias sociales; investigación en educación ma-
temática en Colombia; en lenguaje, competencias comunicativas y didácticas; 
formación, ética, valores y democracia; historias globales sobre educación en 
Colombia; enseñanza de las ciencias; innovaciones educativas; nuevas tecnolo-
gías aplicadas a la educación; estudios sociales en educación, y un estado del arte 
de las comunidades académicas de la investigación educativa en Colombia.
La práctica investigativa en ciencias sociales • 39 
También, en investigaciones un poco más delimitadas, existen balances 
que tienen como fin establecer metodologías de trabajo y formas de abordaje 
en torno de objetos de estudio nuevos o poco trabajados. Nos referimos al 
esfuerzo que se hizo con respecto al tipo de historia institucional de las univer-
sidades colombianas, que hasta ahora es el único que se ha realizado (Jiménez 
y Figueroa, 2000). En dicha tarea, que fue prioritaria para reconstruir La 
historia de la Universidad Pedagógica Nacional (Jiménez y Figueroa, 2002), se 
rastreó información y se ubicaron monografías, tesis de maestría y trabajos ya 
publicados, dándoles un tipo de clasificación dentro de la historia tradicional 
y la Nueva Historia. Este balance tuvo como objetivo establecer una serie de 
elementos pertinentes para reconstruir una historia institucional de carácter 
político y social, en continuo diálogo con la nación y la política educativa.
Como se puede apreciar, los estados del arte responden a los diversos inte-
reses investigativos de las personas responsables de dichos trabajos y a la forma 
como ellos clasifican y sistematizan la información como uno de los primeros 
insumos para iniciar su labor. En consecuencia, si bien en los estados del arte 
no existe una metodología unificada, no quiere decir esto que dichos trabajos 
no sean científicos y que su objetivo fundamental no sea la búsqueda de un 
abordaje serio frente a los temas y problemas por investigar.
De esta manera, los estados del arte o balances de lo dado representan un 
punto de madurez investigativo en las ciencias sociales. Ahora bien, se afirma 
que la validez y solidez de dicho ejercicio metodológico se deriva, ante todo, 
de la claridad del tipo de pregunta que establezca el investigador dentro de una 
temática, lo que garantiza cierto grado de sistematicidad con la que se desarrolla 
la lectura de los textos y la manera como se captura y utiliza la información 
contenida en los mismos. Así mismo, otro elemento sustancial es la confiabili-
dad de la interpretación de quien aborda los textos, lo que se convierte en un 
elemento de garantía y que, como investigación de la investigación, representa 
un paso importante en la apropiación de los problemas por trabajar y un insumo 
central para continuar la investigación, y en el que se trasciende el escenario 
de lo novedoso e inédito. 
El estado del arte como punto de partida a lo inédito
Como podemos ver, los estados del arte, por medio de una propuesta her-
menéutica de investigación,

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