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625-Texto del artículo-675-1-10-20141110

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~ALUD lA
OOB(g d. MEXICO
VOLUME:< 25
NUMERO J • MARZO-ABRIL DE 1983
La cisticercosis del sistema nervioso central
OR. JOSÉ NAVA SEGUR¡\*
Nava Segura. J.: Cisticercosis del sistema nervioso central. Sal. Púb. Méx., Vol. 25.
297-300,1983.
Resumen: Los síndromes de la cisticercosis del sistema
nervioso central se describen de manera breve y según las
regiones cerebrales. La forma ventricular se caracteriza
principalmente por la hipertensión endocraneana: los
signos y síntomas de la cisti,cercosis parenquimatosa va-
LoS cisticercos, al afectar las estructurasdiversas situadas en el interior de las ca-
vidades craneanas y del conducto vertebral,
dan origen a manifestaciones clínicas que pue-
den ser agrupadas en varios síndromes.
LA CISTICERCOSIS INTRACRANEANA
La cisticercosis que afecta al interior de la
cavidad craneana origina tres grandes grupos
de síndromes: primero, el que corresponde a la
obstrucción de la circulación normal del líqui-
do céfalo raquídeo en el interior de las cavida-
• Neurólogo-Hospital General de México. SSA.
rían según la zona afectada. La forma subaracnoidea
puede presentar hipertensión, endocrancana con creci-
miento ventricular. Los síndromes más frecuentes de la
cisticercosis cerebral son el de compresión medular in-
completa y el de irritación radicular.
des ventriculares y del acueducto de Sylvio;
segundo: la cristicercosis que afecta el parén-
quima cerebral del tallo cerebral o del cerebelo;
y tercero, la cisticercosis subaracnoidea.
LA CISTICERCOSIS INTRA VENTRICULAR
Los cisticercos se localizan muy frecuente-
mente en el interior del IV ventrículo y en su
pared dorsal, obstruyendo la salida del líquido
cefalorraquídeo. En este caso. aparece como
consecuencia un síndrome de hipertensión en-
docraneana con gran crecimiento de las cavi-
dades ventriculares y dilatación de acued ucto
de Sylvio. El enfermo presenta dolor de cabeza
intenso que aumenta con los esfuerzos físicos,
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vómito continuo y alteraciones leves en la vi-
sión hasta la pérdida total de ésta. Además,
aparecen síntomas resultantes de la estimula-
ción de las estructuras nerviosas situadas en el
dorso del bulbo y de la protuberancia, tales
como bradipnea, elevación de la presión arte-
rial, disminución del estado de vigilia, trismus
y diplopía por lesión del núcleo del VI par.
Cuando la hipertensión endocraneana es/muy
grande se agregan alteraciones en la coordina-
ción muscular y nistagrnus, lo que corresponde
a daño de la vía de emergencia de las fibras del
cerebelo hacia el tallo cerebral. En algunos
casos el dolor de cabeza va ría de intensidad
según sea la postura que adopte el paciente y es
frecuente que el enfermo señale que en la posi-
ción de decúbito dorsal el dolor de cabeza es
más intenso y que disminuye cuando adopta el
decúbito ventral. En estos casos, inferimos y
afirmamos que las vesículas cisticercosas obli-
teran intermitentemente los agujeros de
Luschka-Magendie situados en la cara dorsal
del IV ventrículo.
La cisticercosis que afecta el conducto cere-
bral o acueducto de Sylvio no es muy fre-
cuente. Cuando está presente da origen a un
sindrome de hipertensión endocraneana no tan
grave como el anterior, con gran dilatación de
los ventrículos laterales y del 111 ventrículo,
aunado a manifestaciones neurológicas que
son consecuencias del daño del tegmento de los
pedúnculos cerebrales, pérdida súbita de la
postura, rigidez muscular, y alteraciones en los
nervios craneanos III y IV, que causan diplo-
pia, midriasis unilateral y ptosis palpebral.
Cuando los cisticercos ocupan la cavidad del
111 ventrículo aparece el síndrome de hiperten-
sión endocraneana, unido a manifestaciones
vegetativas, endocrinas, afectivas, volitivas y
del estado de vigilia.
Las alteraciones vegetativas más frecuentes
son: crisis de sudoración y de salivación, estre-
ñimiento no explicable desde el punto de vista
del funcionamiento del tubo digestivo, hipo-
termia y priapismo. Entre los cambios endócri-
nos más notables están la impotencia sexual
por disminución de la libido, galactorrea en
ambos sexos, amenorrea secundaria y en muy
raras ocasiones el enanismo y el hipotiroidis-
mo. Los cambios más frecuentes en el campo
afectivo son la pérdida del talante, la hipere-
mocionalidad y el sentimiento de miedo sin
298
Nava Segura . .1.
causa externa aparente. En el terreno volitivo
lo observado más frecuentemente es la falta de
gusto, en las personas que lo poseían, sobre
lodo por el trabajo y por atender a su familia.
Los cambios en el estado de vigilia van desde la
indiferencia discreta hasta el estado de coma
profundo. En muy raras ocasiones aparece el
estado de vigilia continuo, de duración de va-
rias semanas, que agota al paciente.
En pocas ocasiones los cisticercos se sitúan
en uno de los agujeros de Monroe causando la
dilatación en el ventrículo lateral correspon-
diente, que se manifiesta como un síndrome de
hipertensión endocraneana. Después aparecen
cambios en el funcionamiento de la vía de los
movimientos voluntarios del mismo lado del
ventrículo dilatado y desviación de las estruc-
turas nerviosas de la línea media hacia el lado
opuesto, lo que afecta sobre lodo las vías ópti-
cas del quiasma hacia atrás, trayendo como
consecuencia hemianopsia homónima.
LA CISTICERCOSIS QUE AFECTA
EL PARENQUIMA ENCEFALlCO
Los signos y los síntomas que aparecen deri-
van de estimulación en la supresión de las áreas
del cerebro.
En el caso de la estimulación anormal de las
diversas partes i1e la corteza cerebral y de los
núcleos de la base del cerebro, los síntomas
dependen del área estimulada. Si el estímulo
anómalo radica en la convexidad del lóbulo
frontal aparecen crisis convulsivas focalizadas
que pueden después irradiarse al centroencéfa-
lo, orginando una crisis de gran mal. En el caso
de que el cisticerco ocupe la tercera circunvolu-
ción frontal izquierda en un enfermo diestro.el
sobreestímulo causa episodios de fonación de
una sola letra o sílaba que pueden ser interpre-
tados como casos psiquiátricos. Cuando los
cisticercos estimulan en forma súbita la cara
inferior de los lóbulos frontales, el enfermo
refiere sensación de hambre súbita o deseo de
beber que dura segundos o minutos. En raras
veces aparecen crisis de taquicardia con dolor
pr-ecordial.
Los cisticercos, menos frecuentemente, dan
origen a manifestaciones de déficit cortical. En
este caso aparece una monoparesia o una rno-
noplegia del lado opuesto del cuerpo al lóbulo
frontal dañado. Como ejemplo extraordinario
SAl.UD PÚOl.lrA DE MÉxlro
La cisticercosis del SNC
citaré el casu de un niño de 10años de edad que
en forma súbita perdió la movilidad voluntaria
del hemicuerpo izquierdo. Los estudios clíni-
cos, de laboratorio y radiológicos evidenciaron
un cisticerco de 8 cm de diámetro, situado en el
lóbulo frontal derecho. Este enfermo fue trata-
do médicamente con lo que desapareció la vesí-
cula cisticercosa semanas después y recuperó la
movilidad voluntaria en 80%.
La cisticercosis parenquimatosa del lóbulo
temporal es de las más frecuentes en nuestro
medio y los cuadros clínicos que aparecen re-
sultan de la estimulación patológica de este
lóbulo. En orden de frecuencia son: a) crisis
paroxísticas de agresividad; b) crisis uncina-
das, que consisten en la aparición de alucina-
ciones olfatorias seguidas de alucinaciones vi-
suales muy complejas y organizadas, en las que
el enfermo ve escenas frecuentemente ya vivi-
das, seguidas de un estado afectivo agradable
que el paciente refiere que se parecen mucho a
las del ensueño; c) ataques súbitos de hiperse-
xualidad; d) periodos de confusión mental que
el paciente compara a los estados de embria-
guez; e) crisis de automatismo en las que el
enfermo se chupa los labios o se busca algún
objeto en las bolsas, todo ésto sin darse cuenta
de ello; f) crisis vertiginosas, periodos de hipe-
racusia que duran minutos, sensación de que el
estómago o la vejiga están sobre distendidos, y
otros.
Excepcionalmente he estudiado pacientes
con cisticercosis que manifiestan pérdida de lacomprensión del lenguaje oral. En este último
caso, la vesícula cisticercosa se encontraba si-
tuada en el hemisferio cerebral izquierdo, en la
convexidad, en el área donde se reúnen los
lóbulos temporal y occipital, o zonas 39y 40de
Brodman.
Cuando los cisticercos ocupan el parénqui-
ma cerebral del lóbulo parietal aparecen sínto-
mas de sobreestimulación, como parestesias en
el hemicuerpo opuesto, que el enfermo refiere
llamándolas sensaciones de hormigueo, de ar-
dor, o de tener parafina derramada sobre la
mano o el pie.
En el caso de la cisticercosis del lóbulo occi-
pital, en primer lugar aparece hemianopsia ho-
mónima lateral del campo visual opuesto al
lóbulo occipital dañado. En raras ocasiones he
observado pacientes que sufren alucinaciones
visuales simples, siempre en el campo visual del
VOLUMEN 25 • MAYO-JUNIO DE 1983
lado opuesto.
Cuando los cisticercos afectan los núcleos de
la base del cerebro aparece sobre todo el sín-
drome de la hiperpatía a la sensibilidad al do-
lor, en donde el enfermo señala que los estímu-
los dolorosos aplicados en el hemicuerpo
opuesto al sitio del cisticerco lo siente más
intensamente, provocándole llanto y manifes-
taciones conductuales correspondientes a la
hipersentimentación del estado odínico.
En estos casos se diagnostica la existencia de
un cisticerco o varios de ellos al nivel del tála-
mo óptico.
Si los cisticercos comprometen al núcleo
amigdalino aparece la estimulación paroxísti-
ca de este núcleo, presentando el paciente crisis
de agresividad.
En ocasiones los cisticercos afectan la vía
piramidal causando hemiplegía del lado
opuesto. Si están comprometidas las vías ópti-
cas retrogeniculadas aparece hemianopsia o
acuadrantopsia homónima. He visto casos de
mutismo acinético debidos a afectación de la
mayoría de las fibras que van del hipotálamo y
del tálamo a la corteza cerebral.
Cuando los cisticercos están situados en el
parénquima del tallo cerebral aparece síndro-
me de Parkinson, si está afectado el locus ni-
ger; vómito incoercible si el cisticerco ocupa el
parénquima del bulbo raquídeo; mioclonía ve-
lopalatofaríngea si el cisticerco daña la oliva
bulbar y nistagmus disociado cuando el enfer-
mo ve a los lados, si el cisticerco ocupa el
fascículo longitudinal medio en la protuberan-
cia anular.
La cisticercosis del parénquima del arquice-
rebelo causa pérdida del equilibrio, marcha de
ebrio, nistagmus continuo, vértigo y vómito.
Cuando están afectados el paleo y el neoce-
rebelo aparece incoordinación muscular, adia-
dococinesia, dismetría, descomposición del
movimiento, temblor en la fase final del movi-
miento voluntario, hipotonía muscular y fatiga
fácil.
CISTICERCOSIS SUBARACNOIOEA
La cisticercosis subaracnoidea es tan fre-
cuente como la del lóbulo temporal. Las me-
ninges inflamadas no permiten la absorción del
líquido cefalorraquídeo por lo que se presenta
299
hipertensión endocraneana sin dilatación ven-
tricular. Algunos casos presentan vasculitis de
las arterias y venas situadas en el espacio suba-
racnoideo, causando su trombosis.
Algunos pacientes presentan una sola locali-
zación de los cisticercos, ya sea la ventricular,
la parenquimatosa o la subaracnoidea;aunque
desafortunadamente también se dan casos de
pacientes que presentan las tres localizaciones.
I.A CISTICERCOSIS DEl. INTERIOR
DEL CONDUCTO VERTEBRAL
La cisticercosis que afecta el espacio suba-
racnoideo que rodea la médula espinal, la cau-
da esquina yel parénquima de la médula espi-
nal, no llega a 10%del total de la cisticercosis.
Los cuadros clínicos más frecuentes son: a) el
de la compresión medular incompleta y b) el
síndrome de irritación radicular.
Síndrome de compre síón
medular incompleta
Los cisticercos, al situarse en el espacio su-
Nava Segura. J.
baracnoideo que rodea a la médula espinal,
causan síntomas que indican muy claramente
el sitio donde se encuentran las vesículas cisti-
cercosas. El cuadro clínico se inicia por la apa-
rición de parestesias situadas en el territorio de
la raíz sensitiva del nervio medular afectado,
que son seguidas de un nivel de hipoestesia
desde ese sitio hacia abajo; después, aparece
falta de fuerza para realizar movimientos vo-
luntarios desde el nivel de la localización de los
cisticercos hacia abajo. En muy raras ocasio-
nes aparecen, finalmente, pérdida del control
voluntario de los esfínteres vesical y anal y
trastornos trófícos.
Síndrome de la irritación radicular
En estos casos el dolor es el síntoma más
importante y el enfermo lo refiere a un territo-
rio cutáneo muy preciso. No aparecen máculas
o pápulas lo que hace excluir la etiología viral.
En casos contados aparecen fasciculaciones
musculares en los músculos correspondientes
al nervio medular irritado.
Na,,'s Segura. J.: Central Nen:ous Sysrem Cysticercusis. Sal. Púb. Méx .. Vol. 25.
297·300, 1983.
Summary: Central nervous system cysticercosis
syndromcs are brietly described and c1assified hy cerebral
regions. The ventricular form is characterized chiefly by
intrachraneal hypertcnsion; ctinical signs and symptoms
of parenchimal cysticercos¡s vary greatly according to the
affectcd región. Thc subarachnoid form may prcscnt in-
trachraneal hypcrtcnsion with ventricular expansiono
Vertebral cysticcrcosis most frequent syndrome are ¡n-
complete medular blocking and radicular irritation.
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thalamus opricus. Arch Neurol & Psychiatr 1956; 75: 231.
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SAI.UD PÚBt.lC"A DE II1t.XIC"O

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