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ELECTRIFICACION AGRICOLA
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PUBLICACIONES DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA
SERVICIO DE CAPACITACION y PROPAGANDA
SERIE e MANUALES TECNICOS NUMERO 1
ELECTRIFICACION
AGRICOLA
POR
RAMON OLALQUIAGA
Ingeniero Agr6norno
MADRID
1948
#' ..
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• ..
GRAFICAS UGUINA. KELENDltZ V.\LIlES, 7. - MADRID
INDICE
Págs.
DEDICATORIA ..
ADVERTENCIA PRELIMINAR
CAPITULO PRIMERO
GENERALIDADES
Aplicaciones agrícolas de la electricidad .
La electrificación agrícola en España .
Dificultades y soluciones .
Precio de la energía eléctrica en el campo .
CAPITULJO II
lA CORRIENTE ELECTRICA y SU TRANSPORTE
Corriente continua .
Corriente al terna .. .
Comparación entre ambas clases de corriente .
Transporte de la energía eléctrica: cálculo de las líneas
'Instalación de las líneas .. ..
Transformadores oo................. . .
Interruptores y cortacircuitos .
CAPITULO III
MOTORES EI..ECTRICOS
7
(¡
13
14
17
20
23
25
27
29
3 1
33
37
Motores de corriente continua .p
Motores de corriente alterna 42
Potencia de los motores 46
Arranque de los motores. Otras precauciones 47
Elección de modelo . 56
Págs.
CAPITULO IV
LABOREO F.LECTRIl'O
Primeros ensayos . .. ÓJ
Diversos sistemas de laboreo .. . '" 05
Instalación de laboreo en J:¡ Explota ción Agrícola "Ventosilla ", de Aran.la
de Duero ó7
CAPITULO V
OTilAS APLICACIO:-iES
Alumbrado . .
Elevación de aguas .
Accionamiento de máquinas fijas...... .. ..
Iluminación de gallineros .
Incubadoras y madres artificiales ..
Caldeo de! suelo: semilleros v camas calientes ..
Ensilado eléctrico ' .
Grupos electrógenos y aerogeneradores
La industrialización agrícola
CAPITULO VI
AYUIJA ESTATAl. A LA ELECTRIFICACION AGRIeOI.A
77
78
80
81
83
83
85
87
g:¡
Legislación vigente 91
Anticipos reintegrables .. 93
Subvenciones 93
Auxilios técnicos l+:1
Amplitud y eficacia de la citada legislación .; 94
Auxilios concedidos por el Instituto Nacional de Colonización ('IJ
Al Excmo. Sr. D. Joaquín Velasco
Martin, primer pro]iul:wr de la Elec-
trifieacuni aqricola naeionai en su. fin-
ca "Ventosilla", de Aranda de Duero
(Burqos].
EL AUTOR
~ ,
\
'.
ADVERTENCIA PRELIMINAR
No me propongo en este escrito desarrollar un estudio
completo de electriiicacion, sino tan solo resumir algunos co-
mentarios de interés para el desarrollo de la misma en Espafw
y enseñar en forma concisa, al empresario agricola especial-
mente, lo que creo fundamental en relación con este tema;
aquello que es conveniente sepa quien se proponga dedicar
sus esjuerros a mJejorlN la explotación agrícola por la uiilisa-
ción de una energía propiamente nacional, como la eléctrica,
de la que se dispondrá en abundancia al ponerse en juego 1'05
recursos maturales del país.
RAMON OLALQUJAGA
j)
./
/
CAPITULO PlUMERO
GENERALIDADES
De las diversas manifestaciones de la técnica aplicada a
la explotación agrícola, tres se distinguen por 'su importancia:
la mejora en las labores de cultivo y de fertilización de los
suelos, el riego y la electrificación.
De tiempo inmemorial se vienen mejorando las máquinas
e instrumentos empleados en el cultivo de las tierras de la-
bor, pero todavía es reciente el conocimiento de las causas
bioquímicas que dan clara 'explicación del por qué les tan im-
portante tener bien mullidos y desmenuzados los terrenos que
han de ser asiento de la vida vegetal.
Las labores no sólo mejoran las propiedades físicas del sue-
lo, sino también las condiciones biológicas del mismo, per-
mitiendo la intensificación de la vida microbiana y, como con-
secuencia, el enriquecimiento del terreno en nitrógeno y la
transformación ventajosa de los demás fertilizantes que se lle-
van a la tierra en forma de estiércoles y abonos minerales.
La técnica de las labores y del enriquecimiento de las tierras
están íntimamente ligadas, y, por ello, las reúno constituyen-
do un solo grupo.
La técnica de la fertilización de las tierras mediante el es-
tercolado es antiquísima y su progreso posterior afectó sólo
al tratamiento del estiércol. La del enriquecimiento por abo-
- 12-
nos minerales pertenece al siglo pasado, sin que en los últimos
tiempos haya nada nuevo que señalar, ya que el enterrar co-
sechas en verde y el abonar con lignito, turba, etc., vienen a
ser nuevas formas de aportar materiales que contengan en sí
los elementos nitrógeno, potasa, ácido fosfórico y cal que los
abonos tradicionales contienen; o, bien, cum plen la necesidad
de agregar sustancias orgánicas que, en todas las circunstan-
cias, favorecen el desarrollo de la actividad microbiana en los
suelos.
La técnica del riego, limitada a las tierras que tienen agua
accesible, aparece como fundamental en los lugares de hume-
dad deficiente, transformando en unos casos los cultivos y ha-
ciéndolos posibles en otros. El desarrollo de los regadíos va
unido al de las primeras civilizaciones históricas, y su progre-
so fué paralelo al de los medios que sucesivamente han venido
aplicándose para llevar el agua a las tierras sedientas.
La técnica de la electrificación, estrechamente relaciona-
da con las anteriores, les de aplicación reciente al campo de
la explotación agrícola.
El invento de los motores y del alumbrado eléctrico cons-
tituye el fundamento de la electrificación rural, y 'Su aplica-
ción sigue de cerca al establecimiento de las. redes interur-
banas.
En los países adelantados, bien poblados y de avanzado
grado de industrialización, es donde se señalan las primeras
manifestaciones de esta nueva técnica aplicada al campo.
La existencia de saltos de agua en muchas fincas y su uti-
lización en trabajos mecánicos fijos, apuntó ~a ventaja que
resultaría de la transformación de su energía len otra cuyo
punto de aplicación se pueda trasladar fácilmente de un si-
tio a otro. El salto de agua, elemento creador de energía eléc-
trica mediante la intervención de las turbinas, dínamos y al-
ternadores, que convierten la energía potencial del agua en
electricidad, sirvió de origen a la instalación de motores en
diferentes y convenientes puntos de algunas fincas.
- 13-
Por otra parte, las líneas que de pueblo a pueblo llevan
la energía eléctrica constituyen un aliciente para los que no
pueden producir su propia energía, pero conocen las venta-
jas que pueden obtenerse estableciendo derivaciones de las
líneas a su alcance.
Entonces comienzan a utilizarse motores de todas clases
para el movimiento de molinos, bombas, trilladoras" etc.; y
algo más tarde. en el año 1879, las casas dedicadas a estu-
diar las aplicaciones de la energía eléctrica hicieron ensayos
para tratar de resolver el problema del laboreo eléctrico.
Aplicaciont!8 agrícolas de la electricidad.
Las aplicaciones que la electricidad puede hallar en la ex-
plotación agrícola 'se pueden agrupar así:
I.
Q Fuerza motriz para el accionamiento de máquinas
agrícolas que requieren gran consumo de energía. Ejemplos:
labranza eléctrica, grandes regadíos 'Con agua elevada.
2.° Pequeños motores para accionar máquinas fijas de
consumo reducido. Ejemplos: cortaforrajes, aventadoras, tri-
lladoras, etc.
3.° Industrias agrícolas. Ejemplos: lechería, vinificación,
conservería, etc.
4.° Usos domésticos rurales. Ejemplos: alumbrado, cale-
facción, radio, refrigeración.
5.° Cultivo y explotación de las plantas y animales útiles.
Ejemplos: caldeo del suelo en semilleros y camas calientes,
cercas eléctricas, sierras circulares, ensilado y desecación de
forrajes.
Otro empleo de la electricidad en las explotaciones aví-
colas es la iluminación nocturna por medio de instalaciones
automáticas. La puesta invernal aumenta, en cifras medias,
de 9 a 10 huevos, y esa ventaja puede venir parcialme:nte
incrementada por la fortificación del animal, asunto que ha
de mirarse con interés en las granjas que explotan aves de
- 14-
razas selectas, ya de por sí no muy fuertes debido al régimen
in.enso de puesta a que viven sometidas. El reducir a hora-
rios primaverales el descanso nocturno supone un mayor con-
surno alimenticio, estimulando la actividad orgánicade las
aves.
Al lado de los citados existen otros aprovechamientos de
menor importancia general, pero siempre muy útiles, como
son las incubadoras eléctricas, las criadoras de esa misma cla-
se, las germinadoras, estufas de caldeo, etc., que se suelen ins-
talar en las modernas explotaciones.
Los rayos ultravioleta se aplican, con evidente ventaja,
en muchos países en los que el sol es menos creador de vita-
minas que en elnuestro, Por tanto, el uso de las lámparas de
cuarzo y el caldeo del suelo nos parecen manifestaciones de
resulta~oco útil entre nosotros, ya que el sol, gratuitamen-
te, no~~~ el obsequio de una próspera agricultura poten-
cial, falta só\o de agua 'en grandes zonas de nuestro territorio.
Des.otto punto de vista, estas aplicaciones se pueden
clasifi'c~rJ~n~'pequeña" o "gran" electrificación.
Entend os por "pequeña", el uso de motores de escasa
poten '. A instalaciones sencillas, comparables a las de las
pequeñas industrias urbanas, y con escaso consumo.
Llamamos" gran" electrificación, al empleo de esta forma
de energía en la realización de un trabajo fundamental o im-
portante, mediante el uso de máquinas o instalaciones eléc-
tricas exclusivas para esa aplicación agrícola y con gran con-
sumo de energía.
La eleatrifiaación agrícoda en España.
T odas las aplicaciones indicadas de la energía eléctrica en
el campo son posibles en nuestro país, tanto en forma de
pequeña como de gran electrificación.
El uso de la electricidad como fuerza motriz para diferen-
tes tipos de máquinas, debe ser la primera consecuencia del
-15-
establecimiento de las redes de electrificación y del consr-
guiente reparto de esta energía.
R2pasando las máquinas a&ridO de uso corriente, ca-
paces de ser accionadas por ~ctricl d, tenemos entre las
del grupo de recolección que; ~ct~' trasladarse durante
el trabajo: las trilladoras, e p~oj 1al y aventadoras, insta-
ladas normalmente en los ru _ s e~ eblos y granjas.
En las mismas circunstanci t cuentran todas las má-
quinas de preparación de forrajes y piensos: ensiladoras,
cortaforrajes, cortapajas y molinos. Las primeras dedicadas
a cortar forrajes en verde o secos, y los últimos dedicados a
molturar piensos. Todas funcionan con motores cuya poten-
cia no pasa, en general, de los 40 ó 50 ev. de una gran ensi-
ladora o de 'una regular trilladora.
A esta clase de máquinas podemos agregar las triturado-
ras y aplastadoras de granos, las seleccionadoras y clasifica-
doras de semillas, que exigen escasa potencia para su funcio-
namiento normal.
Las citadas máquinas constituyen, como se ve, elementos
de trabajo en ,eras o almacenes y, por consiguiente, su uso de-
fine el caso de electrificación agrícola más próximo a lo apli-
cación urbana de la electricidad.
Algo parecido ocurre con las. máquinas frigoríficas em-
pleadas para la mejor obtención o conservación de los alirnen-
tus, y que resultan imprescindibles en muchas ocasiones, par-
t.cularmente en las explotaciones lecheras.
En nuestro país" la mayor ventaja de la electrificación ru-
ral se obtendrá de la utilización de los motores eléctricos en
grupos elevadores de agua. Ya hemos hecho referencia a la
inmensa importancia de llevar humedad a nuestros secanos
y cubrir las necesidades de la vida vegetal en las comarcas
cálidas.
En efecto, los grandes regadíos dependen de costosas obras
hidráulicas para el almacenamiento y distribución del agua,
yse encuentran forzosamente limitados, por razones topo-
;"
~
-16-
gráficas, a los valles de los ríos caudalosos o de sus inmedia-
tas proximidades, y en ellos es posible crear extensiones, más
o menos grandes, de elevada riqueza agrícola.
Pero, al no ser esto posible en otros lugares, sálo la elec-
trificacián nos permite no ya la elevación de agua para uso
de personas o animales, sino su captación para riegos, esta-
bleciendo pequeños regadíos, cuya importancia se evidencia
cada día más.
Esta riqueza, distribuída, llegaría a muchísimas tierras de
secano, cambiando su áspera fisonomía, modificando total-
mente eloonjunto del panorama de muchas comarcas' españo-
las, y mejorando las condiciones económicas alimenticias de
la población en las zonas más pobres de nuestro país.
Los pequeños regadíos habrán de establecerse, casi siem-
pre, con agua elevada, y serán posibles en todos los lugares
donde 'exista agua corriente o subterránea a profundidad me-
dia y se disponga de energía eléctrica.
Estos regadíos se inician con cultivos de huerta y, al ex-
tenderse, alcanzan a los forrajeros para ganado de leche y
aves; es decir, producción de verdura, loche, carne y huevos.
No puede dudarse de la eficacia de la utilización, en este
caso, de los motores eléctricos comparados con los de gaso-
lina, gas-oil, etc., y mucho menos con los variados y antiguos
sistemas de norias.
Los grandes regadíos con agua elevada, alejados ya mu-
chas veces de los pueblos, señalan el paso de la pequeña a la
gran electrificación.
No hay que olvidar la necesidad de que en los pueblos y
fincas se disponga de fraguas, herrerías y talleres modestos
para la reparación rápida del material agrícola, expuesto a
mil roturas por las circunstancias de su penoso esfuerzo. La
electrificación de estos auxiliares del trabajo campesino apa-
rece como' una aplicación rural más de tan importante energía.
~. 17 --
Dífieultades y soluciones.
No nacen las dificultades para la electrificación flF3.1 de;
coste de la energía. La mayor dificultad está directamente
relacionada con la escasez del consumo global de energía en
el medio agrícola, porque las máquinas son' siempre escasas
en él, normalmente pequeñas, Ji la duración del trabajo de
las propiamente agrícolas es muy limitada 'en el día y, sobre
todo, en el año. Es decir, que es reducido el número de kilova-
tios-hora consumidos en el campo.
La 'escasa densidad y duración del consumo son ya rea-
lidades que impiden que las redes de energía incluyan todos
los pueblos cuya electrificación urbana es la iniciación de la
propiamente agrícola, porque la producción de 'energía eléctri-
ca está en España en manos de empresas privadas. que ne-
cesitan obtener un rendimiento económico de sus explota-
cierres.
No se ve otra solución al problema, que el apoyo del Es-
tado a las mencionadas Empresas, cuya labor en orden a la
creación de energía y su distribución en los medios industria-
les parece ser satisfactoria.
El Estado puede, a través de sU'S organismos, apoyar el
establecimiento de Ias redes generales de electrificación, y pue-
de también apoyar las iniciativas conducentes a aprovechar
esta energía, len beneficio de la agricultura patria.
El apoyo a la electrificación rural es una realidad en los
países donde su establecimiento ha interesado, tanto en los
de gran densidad de población y con abundantes recursos hi-
dráulicos, por ejemplo, Italia y Francia, como en los de muy
densa población, pero con menos recursos hidráulicos, como
1nglaterra y Alemania; y aun en los países de grandes. posibili-
dades de esa clase, pero escasamente poblados en muchas de
sus zonas rurales, como ocurre en los Estados Unidos' de Nor-
teamérica.
:l
Por un procedimiento u otro se ha fomentado el uso de
la electricidad en el campo. llevándola a todos los rincones
del país. lo que tiene, además, la enorme ventaja de mejorar
las condiciones de v.da de los pueblos por la facilidad y agra-
do que produce su empleo en la vida familiar y social.
El Estado estimula la construcción de carreteras, panta-
nos, puertos y canales, esperando percibir indirectamente los
beneficios de la obra realizada.
La electrificación rural está en el mismo caso y debe, igual-
mente, pensarse que los gastos que se realicen quedarán in-
directamente com pensados con el aumento de la producción
agrícola.
Lo mismo que las carreteras enlazan los pueblos ayudan-
do a mejorar sus condiciones de vida, y los ferrocarriles los
acercan a los centros urbanos, el uso de la electricidad gene-
raliza al campo el modo de vida de la ciudad, introduciendo
de lleno sus ventajas en el ambienterural.
El modo de fomentar la electrificación agrícola es varia-
ble de unos países a otros, y debe ser objeto de estudio por
parte de los organismos estatales que la tienen que acometer,
en lo que a España se refiere.
La escasez actual de la producción eléctrica en España se-
ría desalentadora, si no se supiese que las posibilidades, a
no muy largo plazo, son enormes, y que el desarrollo de la
electrificación agrícola, que ha de ser necesariamente liento
en sus comienzos, ha de dar tiempo suficiente para ordenar
la producción y distribución total de la energía eléctrica len
España en la forma más conveniente.
En principio, parece ser que la solución más sencilla sería
la de subvencionar a las Empresas que extendiesen 'sus redes
de forma que las obras asegurasen ideterminado rendimiento
económico, completando esta ayuda con todo género de faci-
lidades' y subvenciones a los agricultores que, de las redes in-
- 19-
terurhanas, derivasen las líneas necesarias para la electrifica-
ción de sus fincas. Todo ello les labor de Colonización.
No hace falta insistir en el apoyo que debe prestarse a
toda obra colectiva de electrificación, particularmente par.,
crear regadíos, manifestaciones evidentes de progreso interior.
Cuidando constantemente de que los precios de motores
v 'sus repuestos se conserven a nivel razonable, lo mismo que
Ía energía, se daría un avance considerable-e-y 'en poco tiern-
po-a 'la electrificación rural.
Es evidente la conveniencia de preparar
útiles de motores, transformadores, caset ,'Sformación,
aisladores y demás elementos necesario n las \n'stalaciones
eléctricas agrícolas, adecuados a nues - s P§::JS"ades y de
coste asequible. Y, coincidiendo con ello', li. aea,_eón de nue-
vas fuentes de electricidad por la aplicación to de la ener-
gía potencial disponible, límite que está muy f~jos de ser al-
canzado todavía.
De los metales usuales en aplicaciones eléctricas escasea
en España el cobre, cuya producción-por agotamiento de los
vacirnientos ricos-no alcanza a cubrir ahora la mitad de
nuestras necesidades nacionales crecientes. Sin embargo, el be-
neficio de minerales con escasa ríqueza, que hay en abundan-
cia-según tengo entendido-, podría, acaso, resol ver el pro-
blema que a la electrificación general española crea la escasez
de su metal característico.
No detallo procedimientos extranjeros en vigor para fo-
mentar el uso de la energía eléctrica en el medio rural (1), por-
que me he propuesto señalar sólo las lineas generales relacio-
nadas 'Con la utilización de la misma; porque nada hay de ex-
cepcional en ellos, y porque, al fin, corresponde a los servicios
(1) El Departamento de Agricultura en Estados Unidos ha establecido un
plan urgente con objeto de suministrar a más del 8S por 100 de las granjas de aquel
país la energía eléctrica necesaria para las máquinas agrícolas y 'Para cubrir las
necesidades del hogar.
técnicos del Estado el estudiar si tales subvenciones y méto-
dos son viables en España, y si encajan en nuestros procedí-
mientes de apoyo a las manifestaciones de la iniciativa pri-
vada que, mejorando la vida nacional en cualquiera de sus as-
pectos, no pueden. en cambio, desarrollarse sin ayuda.
Precio de la energía eléctrica en el campo.
Al estudiar el hecho concreto de la gran electrificación,
veremos que, en el peor de los casos, supuesto sostenido el ma-
yor esfuerzo en forma continua, el coste de energía en la labor
fuerte de alzar, de una hectárea, resulta ser de 19,20 pesetas.
Realmente 'C1 esfuerzo medio de trabajo no suele llegar a 60
~t . owatios-hora, ya que la resistencia que se acepta para cal-
e la -realización segura de la labor no es la misma que la
~Sl ncia media que resulta de hecho, y que hace puedan
'~ab ar hol~adamente los motore~ de esa potencia, puesto
. <tue!!!, o trabajan a plena carga continua.
o contamos, naturalmente, el caso de alguna que otra re-
.~ enciaexcepcional e instantánea' que el motor pueda vencer,
sobrecargado momentáneamente, o que haga funcionar, SI
algo. Si el kilowatio-hora cuesta 20 céntimos, el precio por
consumo de energía resulta ser de 16 pesetas por hectárea.
El resultado 'efectivo es el de un gasto que no excede de
50 kilowatios-hora, y que da por hectárea el de ~5~_8 = 80
kilowatios-hora.
Con estos datos se comprende perfectamente la poca im-
portancia que tiene el que 'el precio de la energía pueda variar
algo. Si el kilowatio-hora cuesta 20 céntimos, el precio por
consumo de energía resulta ser de 16 pesetas por hectárea.
Donde realmente se cifra la economía y 'Se basa 'el fomen-
to de la labranza eléctrica es en el precio inicial de la maqui-
naria y de los. motores, transformadores, tendido de líneas, et-
cétera, yde las necesarias reparaciones. Como la llegada de
la electricidad al medio rural es consecuencia del consumo po-
-21-
sible O probable y del precio de venta, estimamos convenien-
te hacer la indicación citada.
Aparte de los 'casos en que la energía eléctrica ha de trsns-
formarse en calor, transformación siempre cara, y que debe
considerarse como poco interesante-salvo algún caso espe-
cial-, puede decirse que no es precisamente la aplicación de
un precio remunerador a la Empresa productora de la ener-
gía, Io que puede constituir un obstáculo a la realización de
una amplia electrificación rural.
La pequeñez total de los motores al :servicio de esta labor,
la enorme ventaja económica de la utilización de las máqui-
nas que ellos mueven, la limpieza, la seguridad en el servicio
y el facilísimo manejo de los tipos que consideramos como
más adecuados, no 'comparable al de cualquier motor de otra -,
• ~E. "G'~
clase, hace que, VIstos desde el campo, hayan de ser ace ~ 1>~,
tables los precios industriales de consumo, sin perjuicio It! ~~_~ ~"
que se apliquen las tarifas ~á~ reducidas a la Empresa a 9- r« ~:
cola, por sus resultados mas Inseguros, y para fomentar, n ""'" .:.¡
~ ~¡
todo caso, el uso rural de la electricidad. 0;;./01: ",i;-
Q , .. . 1 b f {C~ ~¿ ue gasto unitano supone, por ejemp 0, o tener 200 a-
llegas de trigo limpio en diez horas,si no se consume nunca,
en gasto medio, arriba de 400 kilowatios-hora, incluídas la tri-
lladora y la aventadora? Pues, en este trabajo y para fanega
de ese cereal (cuyo valor efectivo con precio de tasa, primas,
sobretasa, etc., es hoy del orden de las dento diez pesetas),
el gasto por energía viene definido precisamente por una ci-
fra que es doble de la que marca el precio señalado al kilova-
tio-hora.
Algo semejante, si no tan favorable, ocurre en todos los
demás casos, y por eso puede sacarse la conclusión de que la
aplicación de un razonable precio a la unidad de energía eléc-
trica para la agricultura, que sea remunerador para la Em-
presa productora, no podrá constituir una dificultad para la
realización de una amplia electrificación rural nacional.
CAPITULO n
LA CORRI ENTE ELECTRICA y SU TRANSPORTE
Omitimos en estas notas sobre la electrificación rural toda
consideración sobre la producción de la energía eléctrica en
gran escala, limitándonos a mencionar las características de
esta energía en la forma que normalmente Sie suministra al
consumidor.
Las redes suelen conducir corriente continua o tl4lterna
trifásica.
Corriente continua.
En la corriente continua, 'la intensidad y el ooltaie ¡se man-
tienen constantes en la línea bifilar que la conduce, :y la po-
tencia les el producto de 'ambos factores. Llamando 1 a la in-
tensidad en amperios, V al voltaje o fuerza electromotriz en
voltios y P a la potencia en watios, se tiene:
P=V>:,l
o bien:
watios = voltios X amperios
Otra unidad para la potencia es el kilowatio, que vale
J .000 watios, También como unidad mecánica de potencia se
usa el caballo (HP), siendo:
1 Kw = 1'36 HP
L::l trabajo, o encrgia, es el producto de la potencia por el
tiempo que dura su acción, y las unidades en que se miden son:
el caballo-hora o el hilouatio-bora, que serán, respectivamen-
te, el trabajo efectuado por un caballo (1) o por un kilowatio.
durante una hora. Loscontadores {le energía eléctrica dan el
consumo en esta última unidad.
Si se tratase, por ejemplo, de una instalación que, traba-
jando con corriente continua a 220 V. absorbe 5 A., durante
seis horas, se tendrían los siguientes valores:
Potencia de la corriente:
:; amperios X 220 voltio", = ¡.¡OO watios = r'r kilowat ios
Consumo de energía:
Q ~= J'J kilowatios X (j horas = 6'6 kilowatios-hora
Los montajes que se usan para la corriente continua suelen
estar dispuestos en derivación () en serie.
1-
Fig. ,.-·Montaje en derivación.
En el montaje en derivación (fig. 1) los aparatos A y B
están sometidos al mismo voltaje, pero las intensidades' que
absorbe cada uno son distintas y dependen de sus respectivas
resistencias.
(r ) Para dar idea de la potencia de este caballo de uopor (Ro P. ó C. V. son
expresiones del mismo, casi de igual valor teórico), diremos que el esfuerzo medio
de una mula puede estimarse en 2 a 2'5 H. P. ó C. V" y en los golpes de collera
puede llegar a ser, momentáneamente, hasta cinco veces mayor.
~- 25-
La intensidad total, 1 es i~ + i2, y el voltaje común'a les
dos aparatos: V = Ít r, = i2 r«. " "
..
"",3 .-1;:
Fig- 2· -Montaje en serie.
En el montaje en serie (fig. 2), los aparatos están recorri-
dos por la misma intensidad, l.
Los voltajes VI y V2 suman el total V. AsÍ, tendremos:
V:..: VI + 1', 'L', = 1 • T, Y t', = J . T,
Corriente alterna.
En esta clase de corriente, la intensidad y el voltaje va-
rían continuamente de valor. En un conductor dado, la in-
tensidad en determinado momento vale cero; luego au-
menta, llegando a un máximo, y decrece de nuevo hasta cero:
des puéscam bia de sentido y decrece hasta un mínimo, para
volver acrecer hasta cero. Un ciclo como el descrito se deno-
mina período, sucediéndose normalmente 50 períodos en el
intervalo de un segundo de 1iempo. El número de períodos
por segundo les lo que se denomina frecuencia de la corriente.
La frecuencia es, un dato invariable de la red, dependien-
do de las características del generador que produce la corrien-
te y, en concreto, de su número de polos y de su velocidad de
giro, de acuerdo con la fórmula:
nXP
1=---
120
en la que n= número de revoluciones por minutos: P = nú-
mero total de polos, y f == frecuencia, o número de períodos
por segundo.
En la corriente alterna ocurre, que la variación de la in-
tensidad y del voltaje no es simultánea, sino que, cuando la
intensidad alcanza el máximo, por ejemplo, el voltaje .10 está
en el suyo. Hay un "defasado" que influye modificando la po-
tencia de la corriente.
En los generadores, de acuerdo con el número de polos, se
pueden producir simultáneamente varias corrientes que, en
un instante dado, están en "fases" equidistantes dentro de
un ciclo, Así, en la corriente trifásica, las fases difieren la ter-
cera parte de un ciclo.
Para la conducción de estas tres corrientes se usan tres
~~~~.conductores y, en cada momento, ocurre que la intensidad que
./ ~ ircula por uno de ellos es igual y de signo contrario a la
I i~ í~' ~ I roa algebraica de las que circulan por los otros dos.
• . 1 ~:¡ Los valores oscilantes de la intensidad y del voltaje se sus-
..,;~ituyen por 1OSi que ISe llaman intensidad y voltaje "eficaces",
~ que vienen indicados por los correspondientes aparatos de
medida (amperímetros y voltímetros). En la corriente alterna
trifásica, y adoptando estos valores "eficaces" de la intensi-
dad y el voltaje, la ponencia sería: P = 1'732 X I X V.
Pero, al introducir un motor en tal circuito, la corriente
se estabiliza en régimen definitivo con un defasado que se-
ñaila la placa de características del motor como factor de po-
tencia, con la indicación F, o COS 'f. La potencia absorbida, en
definitiva, es:
P = 1'732 X V X 1 X cos "
empleándose para P, V e 1 las mismas unidades que dijimos
para la corriente continua; esto les, watios, voltios y amperios.
En corriente alterna trifásica se usan los montajes deno-
minados en estrella y en triángulo (figs, 3 ~ 4). En ambos ti-
pos de montaje se observa que, para aprovechar íntegra la
- 27-
energía de la corriente, cada aparato ha de llevar tres CH'CUl-
[5-
Fig. 3.-Conexión en triángulo. Fig. 4,- Conexión en estrella.
tos que, por su manera de conectarse entre sí ya la red, adop-
tan una u otra disposición.
A veces existe un cuarto hilo en la corriente alterna tri-
"
It----Hi/o neutro15"--_ 1
Fig. 5.-Hilo neutro.
fásica cuando se usa el montaje len estrella: es el hilo neutro,
y arranca del polo neutro, como se indica en la figura 5.
Comparaeión entre ambas clases de corriente.
La corriente continua no admite fáciles transformaciones
en cuanto a su voltaje se refiere, por lo que no resulta apta
para ser transportada. La corriente alterna, en cambio, se
transforma fácilmente de un voltaje a otro, obteniéndose las
altas tensiones que convienen para su transporte a larga dis-
ta nICÍa, con secciones pequeñas en los 'conductores y con esca-
sas pérdidas.
Empleando corriente continua para alumbrado, se obtie-
ne una luz sin parpadeo y de intensidad más constante que
la proporcionada por corriente alterna de escasa frecuencia.
-- 2S-
Esta deficiencia luminosa de la corriente alterna se soluciona
prácticamente adoptando frecuencias del tipo de los 50 pe-
I íodos por segundo, que dan seguridad a la producción y su-
ficiente fi jeza a la luz.
La corriente continua puede almacenarse mediante el uso
de baterías de acumuladores, yes insustituíble en algunas de
las aplicaciones físicas y químicas de la electricidad. La co-
rriente alterna no goza de estas propiedades, y no puede acu-
mularse en las horas de escaso consumo para 'Ser utilizada en
las de gran necesidad.
De todo 'ello se deduce que, fuera de las casos en que la
energía debe transportarse 'a distancia, pudiera interesar el uso
de la corriente continua. Pero es necesario recordar, en lo qUE'
S'C refiere a la electrificación rural, que no son muy abundan-
tes los lugares donde puede producirse en condiciones econó-
micas la energía propia, y que el caso normal será 'C1 de usar
la corriente que llega por las grandes redes, y estas emplean
corriente alterna, buscando la facilidad en la transformación
de voltajes y, con ella, la economía en las largas líneas que
necesariamente deben tenderse.
Cuando la naturaleza de una importante industria lo exi-
ge, o cuando se desea regular el consumo de grandes pobla-
ctoües, el problema se resuelve utillizando grupos convertido
res, constituidos por un motor de alterna acoplado a una dí-
namo.
Debemos aconsejar todo género de precauciones en el ma-
nejo dela corriente eléctrica. Aceptemos prudentemente como
de alto voltaje las corrientes que acusen una diferencia de ten-
sión de más de 250 voltios entre conductores opuestos, con
la excepción de la corriente alterna trifásica en la que ese vol-
taje puede contarse desde un conductor al hilo neutro conec-
tado a tierra, lo que admite entre conductores hasta 430 vol-
tios, pero no más', para que la corriente pueda ser considerada
como de bajo voltaje. Hay que señalar que el peligro no es
sólo cuestión de voltaje, sino de la situación de aislamiento
Fi ~. 6.- - l.í nea de transporte de en ergía eléc tric a a la rga dis ta ncia . (Fot o Aranda.)
Fig. 7.- Column a metálica para empalme de cable subterráneo a la línea
aérea de alta tensión. ( Foto .·¡rallda.)
1
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- • -'1)
en que se encuentre la persona a la que puede dallar la co-
rriente eléctrica. Son conocidos los accidentes, algunos graves.
producidos al contacto de líneas de baja tensión, lo que in-
dica la necesidad de conducirse 'siempre con prudencia. En las
de alta, los accidentes 'son casi siempre mortales.
Transporte de la energía eléetriea: cálculo de las líneas.
El transporte de la energía eléctrica se hace por cables de
un metal cualquiera que sea buen conductor. Más adelante
nos ocuparemos de la colocación del cable; primeramente va-
mos a ocuparnos en calcular el único dato que senecesita, que
es ISU sección transversal o diámetro.
Respecto al metal, se usa casi únicamente cobre. por su
buena conductibilidad (1). El cálculo de la sección se hace de
forma que la pérdida de voltaje esté dentro de unos límites
tolerables que varían entre el 4 y el 6 por 100 del voltaje que
se ha de conducir,
En corriente continua, la fórmula que se ha de emplear
para hallar la 'sección de cada uno de los dos conductores es:
2 X l X .t
s=
VXT
---- X k
lOO
en la que:
k ;:--"" 56 para el cobre y 7 para el hierro
l = longitud de la línea en metros
A = amperios
V = voltios
T ==: pérdida admisible, en tanto por 100, generalmente comprendido entre 4 y ti
S = sección en mm.'
Si se trata, por ejemplo, de una línea de [.000 m. y
220 volt., siendo A = 10 amp., k = 56 Y T = 6.
(1) En los Estados Unidos empiezan a utilizarse líneas de acero especial, cuya
mayor resistencia permite aumentar la separación entre postes. El peligro de oxi-
. dación se previene con el galvanizado. aceptándose pérdidas admisibles crecidas,
en líneas de longitud no muy grandes. Y es que el cobre escasea en todas partes.
-30-
La sección será:
2 X 1·000 X 10
S = ------.--- ...------- = 27 mm.'
220 X 6
--- X 56
100
que se obtiene con un cable de 6 mm. die diámetro (1).
Otra forma que adopta la expresión anterior es la s~­
guiente:
2X/XI'
S =--
VXT
--- X V X k
100
en la que P es la potencia absorbida, en watios, y las demás
letras tienen el mismo significado que antes.
Para la corriente alterna tri!ásica, la fórmula de Ia sección
de cada uno de los tres conductores es:
1 X P
s=
VXT
---XVXk
100
en la que las letras tienen el mismo significado que antes y se
refieren a los valores eficaces de V y P.
Obsérvese que la sección en corriente alterna es la mitad
de la precisa para corriente 'continua de iguales características.
Con longitudes de unos 2.000 metros y, sobre todo, al con-
sumirse potencias de más de 100 HP ." es general la convenien-
(1) El diámetro mínimo normal de los hilos conductores es de 3 mm., Y el
máximo prácticamente admisible es 6 mm., pues los más gruesos presentan tal
rigidez que su tendido es dificultoso.
En instalaciones cortas de bajo voltaje y al alimentar motores potentes (para
elevación de aguas, por ejemplo) puede ser necesario el uso de conductores de
mayor sec:ión y, en estos casos, resulta útil el uso de conductores de cable for-
mado por varios hilos de escasa sección.
1<
, I
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/ /
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I
Fig. B.-Línea de tr ansporte J di stanc ia med ia. (Fo to Ca ñiio.)
-31-
cia de utilizar la corriente alterna. Por ello, ésta es la que se
impone normalmente, y a ella han de adaptarse, en consecuen-
cia, con sus ventajas e inconvenientes, los motores de nues-
tros campos.
Instalación de las líneas.
Las líneas de transporte de energía eléctrica para la agri-
cultura. (1) se montan sobre postes de madera, de unos 8 a 10
metros de longitud total, y se establecen generalmente para
tensiones, comprendidas entre 6.0<x> y 15.000 voltios.
La distancia entre postes puede ser de unos 50 metros: los
aisladores para más de 5.000 voltios han de escogerse del tipo
de triple campana, dejándose los de doble campana para vol-
tajes inferiores. Unos y otros se sujetan a los soportes de hie-
rro con azufre fundido, o 'Pastas especiales, y éstos se atorni-
llanen lo alto de los postes de modo que el más elevado que-
de a una distancia mínima de 0,40 metros de su extremo.
Así como len las líneas de corriente continua los dos hilos
se sitúan en un mismo plano horizontal, en estas líneas de tri-
fásica se colocan formando un triángulo equilátero de 0,50
metros de lado aproximadamente.
Según los reglamentos españoles, los conductores deben es-
tar montados a una altura tal que la distancia mínima entre
el conductor inferior y .el punto más alto del suelo no baje
ce seis metros. Este precepto debe ser cumplido rigurosamen-
te, sobre todo len instalaciones, agrícolas, en que es frecuente
el paso de grandes carros de mies bajo las líneas eléctricas.
Los postes, cualquiera que sea el procedimiento empleado
para su mejor conservación, acaban por pudrirse, perdiéndo-
se la parte enterrada-s-que puede tener 1,50 Ó 2 metros-i-, al
cabo de un corto número de años, variable con el clima y la
naturaleza del terreno.
(I) Derivadas, normalmente, de las grandes redes de electrificación, instaladas
sobre soportes metálicos especiales (figs, 6, 7 Y 8).
- J2-
Los postes de pino duran de seis a nueve años, si no es-
tán impregnados, y los impregnados con sulfato de cobre, su-
blimado corrosivo (bicloruro de mercurio), alquitrán, etc., re-
sisten unos quince a veinte años. Los simplemente pintados
de alquitrán, o carbonizados, duran .algo más que los sin im-
pregnar. La parte que se pudre primero es la exterior en in-
mediato contacto con el sudo y, por ello, es conveniente re-
pintar esta parte de vez en cuando, abriéndose un pequeño
hoyo alrededor del poste hasta que el alquitrán se seque.
Modernamente se sigue el sistema de inyectar los postes
con sustancias que impiden el desarrollo de los diferentes gér-
menes e insectos que producen la destrucción de los mismos;
pero este procedimiento sólo da buenos resultados cuando se
realiza por personal especializado y con medios adecuados, por
lo que resulta de elevado coste.
El mejor procedimiento para aprovechar la parte aérea
de los podridos, es fijar .el poste sobre un nuevo pie de hor-
migón armado, compuesto de dos piezas que, abrazando el
poste de madera a lo largo, lo sujetan en dos o tres puntos
por medio de tornillos y tuercas, quedando una parte del blo-
que de hormigón enterradoa J,2 5 ó J, 50 metros.
Se constituye así un conjunto de conservación práctica-
mente ilimitada: sólo hormigón en el suelo y, fuera de é!., otro
metro dehormigón abrazando la base del poste de madera. que
queda todo al aire,
También pueden utilizarse dos trozos de hierro de doble T
o simplemente carriles hincados verticalmente en el suelo, y
entre ambos abarcan el poste, sujeto a ellos mediante dos ()
tres tirafondos.
Cuando en las líneas de trifásica se emplea el cuarto hilo,
o neutro (1), que debe comunicar con tierra, la utilización de
este hilo neutro con uno de los 'propios de la conducción tri-
(1) Sólo se usa en líneas de bajo voltaje y conexiones en estrella.
Fig. !I.- Línt·;¡ r u ra l de al ta ten sió n pa ra el se rVI( IO del cor tijo sit uado en
últ imo térm ino . ( Fo t o .-!r<lnda.)
I
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j
- 33-
f ásica señala un voltaje, que es el de la conducción, dividido
por 1'732 (1).
Muchos motores marcan en su placa de características un
doble voltaje, según estén conectados sus arrollamientos en
forma de estrella o de triángulo. Es necesario cerciorarse de
que los mismos es tén en la forma correspondiente al voltaje
de la línea, ya que las dos formas necesitan voltajes diferen-
tes; el voltaje para estrella 'es 1'732 veces mayor que el ne-
cesario para disposición en triángulo (figs. 31 a 34).
Los conductores empleados en las líneas eléctricas exte-
riores son normalmente desnudos, aunque en ciertos casos se
usen conductores aislados (2). El material más empleado es
el cobre, usándose el cobre duro en las secciones pequeñas,
buscando una resistencia mayor, y el semiduro en las sec-
ciones grandes, para hacer compatible la mayor resistencia
con 'un fácil manejo en el montado y tendido de las líneas. El
hierro se usa a falta de cobre, conservándose bastante bien
y dando resultados sólo aceptables.
Transformadores.
Al llegar las líneas de transporte de alta tensión a s ~
puntos de consumo--líneas de corriente a1terna-, es neces ..'
rio rebajar el voltaje para que da utilización de la energía n J'o~CC\ \J\'~
resulte peligrosa.
Esto se realiza por medio de los transformadores, que se
instalan en casetas adecuadas construidas con material in-
combustible.
(1) El hilo neutro sale del punto común de los arrollamientos en estre-
l1a, que tiene un potencial cero, y se utiliza normalmentepara el alumbrado, deri-
vándose las tomas de una cualquiera de 'las fases y de este hilo neutro. Así se podrán
usar lámparas para lJO voltios en líneas a 220 voltios, y lámparas para 220 voltios
en líneas a 380 voltios entre fases. El .peligro en el uso doméstico de la electricidad
se puede así disminuir. Conviene repartir las derivaciones entre las tres fases para
que marchen aproximadamente equilibradas.
(2) Para líneas de bajo voltaje que atraviesan zonas de arbolado, ° lugares
en que sería peligrosa la caída de algún cable.
En los transformadores, el fenómeno de la inducción eléc-
trica juega el papel fundamental, recibiendo la corriente de
los tres hilos de alta tensión o voltaje en arrollamientos bien
aislados, de pequeña sección y gran longitud, montados so-
bre núcleos de acero especial al silicio (chapa magnética).
para crear por inducción en otros tantos circuitos con arro-
llamientos de mayor sección y menor longitud de hilo una co-
triente de bajo voltaje y de gran intensidad, características
contrarías a las de la corriente que llega de la red.
La potencia de ambas corrientes es la misma, y en la trans-
formación sólo hay una pequeña pérdida debida a efectos com-
plejos; en dichos arrollamientos se produce calor
La potencia de los transformadores se mide normalmente
en kilo-voltio-amperios (KVA.), y se calcula sumando los
kilo-voltio-amperios que han de consumrise y las pérdidas en
la línea de baja tensión. La relación de transformación es
igual a la que existe entre los números de espiras de los arro-
llamientos de alta y baja tensión.
Los transformadores son robustos al exterior, pero de
montaje delicado, y llevan en su interior, entre arrollamien-
tos, gran cantidad de aceite mineral, que sirve simultánea-
mente para la refrigeración y para aumentar el aislamiento.
Son de uso reversible, y análogos, por tanto, a los que en las
centrales eléctricas se utilizan para elevar la tensión de la co-
rriente producida en ellas, buscándose la economía de trans-
porte, ventaja fundamental en estas transformaciones.
51 tamaño de los transformadores va en aumento con su
potencia, y las instalaciones son tanto más delicadas cuanto
mayor sea su capacidad y mayor la elevación de los voltajes;
las grandes estaciones de transformación-e-ajenas a la aplica-
ción directa agrícola-ese montan al aire libre en terrenos cer-
cados, y en ellas se usan diferentes sistemas para la refrige
ración de los transformadores.
¡: jl! ' !o._ T ran, r" rma,lo r. l11ontad" ';'Ih re p0';\ l" , p a ra
rnot or agr í : ,,!a ( \ 'e ra , :\ \nll' rí;I). ( h¡l" .11"/Id r;ál> ,¡I.)
- 35-
Los transformadores rurales más sencillos se montan so-
bre postes adecuados (figs. 10 y (1). En el esquema de la figu-
ra 1 1 van señaladas las partes esenciales de que constan.
Tanto en poblados como en las zonas de riego, se sitúan
las casetas en sitios convenientes, para evitar los largos re-
corridos, con sus grandes pérdidas, en ias líneas de distribu-
ción a bajo voltaje. En otros casos, en que convenga variar
a menudo la colocación del transformador, se usan en el cam-
po los transformadores portátiles sobre carro, que llevan sus
enganches para aplicarlos a las tomas de corriente que la línea
tiene distribuídas adecuadamente en [os postes, haciéndose el
empalme ydesernpalme por medio de largas pértigas de se-
guridad. El uso de es tas centrales movibles está limitado a
potencias medias del tipo de unos 50 a 100 HP., dado el peso
y volumen que alcanzarían las de mayor potencia.
51 uso de los transformadores portátiles está indicado en
la labranza eléctrica, porque la tensión de los motores es
de unos 750 voltios, y la de las redes mucho mayor. En los
demás casos de aplicación agrícola, motores o alumbrado, se
emplean tensiones de 110 Ó 220 voltios, por lo que todavía
hay que reducir el voltaje de la red en mayor proporción aún.
En los motores, de corriente alterna trifásica son normales
las tensiones de 380 y 220 voltios. Para las instalaciones
fijas se disponen los transformadores en el interior de "ca-
setas de transformación", donde se alojan, además, cortacir-
cuitos, aparatos de seguridad, aparatos de medida, fusibles.
etcétera, todo ello adecuadamente dispuesto en los cuadros de
distribución y maniobra. En la figura 12 damos un esquema
de caseta transformadora.
La instalación de estas casetas de transformación es deli-
cada, ya que las altas tensiones que llegan son de efectos mor-
tales para el hombre. Por ello, deben hacerla siempre los téc-
nicos, y el personal que las maneje debe estar perfectamente
instruído en su uso.
- 36-
!
T++
(j).Aisladores
(j).Oesconecfadores fusibles
@. Transformador
®. Caja con confador fusibles
e interruptores
1;
Fig. I l.-Poste de transformación. visto de frente y de perfil. (Lupiani-)
- 37-
Sien una caseta de transformación hay más de un trans-
formador, y alguno de ellos se pone fuera de uso, cortando
la corriente de alta, también se ha de separar de la línea de
baja, pues la corriente de los otros transformadores crea, dada
la reversibilidad de estos aparatos, tensiones mortales en lo'>
polos de alta tensión del transformador aislado, y un descui-
do puede ser funesto. Ha habido muchos accidentes mortales
por este motivo.
En cuanto se refiere a instalaciones interiores, hay que
tener en cuenta que sobre los conductores empleados en agri-
cultura actúan muchos. agentes químicos, perjudicando su
aislamiento, y que en el campo se almacenan normalmente
grandes cantidades de materias inflamables (1).
Debe ponerse especial cuidado en emplear materiales apro-
piados, observándose las condiciones de seguridad precisas en
las instalaciones interiores y que fijan los vigentes Reglamen-
tos oficiales.
Interruptores y cortacircuitos.
Todas las instalaciones eléctricas han de disponer de in-
terruptores y cortacircuitos (/usibf.es) en cantidad suficiente
Las motores deben protegerse mediante fusibles" que im-
pidan las averías que en aquellos pueden producirse por de-
ficiencia en la corriente o por sobrecargas. Un fallo de voltaje
en las fases o una carga excesiva traen como consecuencia
que el motor exija una mayor cantidad de corriente (arnpe-
raje) que la normal, pudiéndose quemar.
Los fusibles han de calcularse para una intensidad algo
mayor de la de marcha normal del motor correspondiente y
para un voltaje igualo mayor al de la línea; la intensidad en
(1) Hay materiales especiales para lugares húmedos, y también para sitios
donde se desprenden vapores corrosivos: tal es el caso dejas habitaciones donde
se aloja ganado, por Jos gases amoniacales desprendidos ocle los orines. En estos
lugares es conveniente que los cuadros de distribución que se monten sean del tipo
blindado, completamente cerrados y herméticos para polvos y gases.
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-tI ConTador de kw-horas
12TranslOrmador de pofbJnc/o
IJ I/Jlel'rvplor de pa/B/lCa
Fig. I2.-Esquema general de la instalación de una estación o caseta transformadora.
(Luptanz.)
Fig' . ! J. -Una caseta t íp ica de t ran sfor-
ma cion . para riego . Lad o de baj a ten -
sió n , alberca 1" casi lla don de . está iris-
ta!:hlo el grupo mor obornba. ( Foto
-l runda.}
I; ig. q . - La.io de al ta l en ' Io n
m isma '::lsl' la t ran sform ad ura .
.· / r <ill d a.)
d... la
( ¡:o,o
relación con el mecanismo a que deben proteger, y el voltaje
ajustado a las conveniencias de su propio aislamiento y ma-
nejo.
En el siguiente cuadro se indican las intensidades nomi-
nales que corresponden para motores de diferentes; potencias.
así como los fusibles que deben emplearse para su protección:
CALIBRE. EN AMPERIOS. DE LOS FUSIBLES MAS USUALES
Potencia del Intensidad nomInal
IIllulllat _mI .. amptrlu tll clltlcllC1ll11
- -.- --
molor en am perles con Motores con arranque Motores con arranque
- directo indirecto
Kw. 220 v, 380 v,
380 v, 3 8 0 Y.aao v. 220 v ,
0,2 1 0.6 4 2 .. ..
0,5 2,3 1.3 6 4 6 4
1,1 4.3 2,5 10 10 10 6
1,5 5.7 33 15 10 10 6
3 II 6.2 25 zo 15 15
4 14,5 8,3 25 20 25 15 /
5.5 19 JI 50 25 25 20 / ..~{".h
II 38 22 100 60 50 25 .'::
52 125 80 60 /"15 30 35: :;:
22 75 43 160 80 80 50 \\"
30 100 58 160 100 100 60 ::',
40 135 77 200 125 160 80
50 170 95 i 200 160 200 100
I- ------
Hay interruptores automáticos, que hacen papel conjun-
to de interruptores y de cortacircuitos. Desde el punto de vista
de la seguridad del servicio, el empleo de estos interruptores
resulta muy conveniente, pero elevan el coste de la insta-
lación.
Deben colocarse, igualmente, interruptores de carácterge-
neral en la entrada de instalaciones complejas, y Ios fusibles
convenientes, que son imprescindibles cuando los interrupto-
res no son automáticos, y cuyo amperaje ha de ser propor-
-- 010 --
cionado a la suma de los amperajes necesarios en la insta-
lación.
A mayor riesgo, ha de ofrecerse siempre mayor seguri-
dad, y, por eso, se duplican muchas veces las instalaciones de
protección, en evitación de mayores perjuicios.
Cuando ios fusibles o los interruptores automáticos se fun-
den o actúan más. de una vez, hay que buscar la causa origi-
naria, puesto que existe una anormalidad que no ha sido mo-
mentánea.
Las casas proveedoras de material eléctrico construyen.
hoy día, clases y calidades suficientes para cubrir riesgos de
todo género, y por ello nos limitamos a aconsejar que se dé
siempre por bien empleado el mayor gasto que puede suponer
el establecimiento, en las explotaciones agrícolas, die unas ins-
talaciones eléctricas perfectas.
En la línea de alta se colocan interruptores de cuchillas.
interruptores automáticos en baño de aceite, fusibles para
alta tensión en susportafusibles, pararrayos, auto-válvu-
las, etc., escogiéndose los diferentes elementos según los ca
sos y circunstancias, En la línea de baja tensión está ínter-
callado el cuadro de distribución, con los aparatos de medida.
fusibles de baja tensión 'y los interruptores de palanca nece-
sarios (fig. 15).
CAPITULO III
MOTORES ELECTRICOS
De acuerdo con las dos clases de corriente de que se dispo-
ne en las redes, se señalan dos tipos de motores: para co-
rriente continua y para corriente alterna. Ya hemos indicado
que la corriente alterna es la que más veces encontraremos
en las redes eléctricas rurales, pero en otros casos tendremos
que utilizar la corriente continua. Empezaremos describien-
do los motores de esta clase, pasando luego a los de corriente
alterna.
Motores de corriente continua.
Los, motores de continua pueden ser de tres clases: de ex-
citación en serie, en derivación y compuesta ('\:ompound"). Se
distinguen por la manera de estar conectados los circuitos de
inductor e inducido respecto a la red general. Los croquis que
siguen (figs. 16 y 17) ilustran debidamente este extremo.
En estos motores la velocidad depende de la tensión del
inducido y de la intensidad de la corriente de excitación.
Los motores en serie se "embalan", adquiriendo cada vez
mayor velocidad al disminuir la carga; inversamente, frenan
ante un aumento de'! esfuerzo que se exige a la máquina. Los
motores en derivación se regulan automáticamente, conser-
vando velocidad casi constante, independientemente de la
carga, dentro de ciertos límites. En estos motores cabe modi-
ficar algo la velocidad de rotación, mediante una resistencia
Fig. 16.-Esquema de un motor
de corriente continua, montado en
serie.
Fig. 17.-Esquema de un motor
de corriente continua, montado en
derivación.
intercalada en el circuito de excitación (fig. 18), o intercalada
en el inducido.
En los motores de excitación compuesta se obtiene una re-
gularidad de marcha perfecta.
Motores de corriente alterna.
Son de dos clases fundamentalmente distintas: síncronos
y iasincronos. En .los motores sincronos la velocidad de giro
(5 constante, dependiendo únicamente de la 'frecuencia de la
corriente alimentadora y del número de polos del motor, que
es invariable para cada máquina.
La velocidad ,es la que se obtiene de la fórmula de la fre-
- 43-
cuencia que se dió en la página 25, en la que los valores cono-
cidos son I y p. Así, en un motor síncrono de cuatro polos,
Fig. IS.-Motor de corriente continua en
derivación con reóstato de arranque.
alimentado con corriente trifásica a 50 períodos, la veloci-
dad de marcha es siempre de:
120 X 50
----- = 1.500 r. p. m·
4
Estos motores precisan una corriente auxiliar continua en
el rotor, producida por una pequeña dínamo auxiliar; en los
de poca potencia basta el flujo de un fuerte imán permanente
Lógicamente, estos motores precisan colectores y escobillas.
Además, no pueden arrancar por sí solos y para usarlos han
de llevarse a [a velocidad de régimen, antes de conectarlos
a la red alimentadora, iniciándose la marcha mediante dispo-
sitivos especiales que, por complicados, impiden la aplicación
de estos motores a las necesidades rurales, pese a su buen apro-
vechamiento de la potencia, al anular el defasado (cos ep = 1).
En los motores asíncronos, 'la velocidad es algo inferior
a la correspondiente de sincronismo. En ellos. no se CO!1SigUé
tan al to rendimiento, pues persiste el defasado. Los hay de
dos tipos : sin colector y con colector. Los motores asíncronos
Fig. 19.- - Rolof de "jaula de ardilla" .
sin coleetor tienen un roto r muy sencillo: ba rras de cobre
cuyos ext remos están unidos en cort ocircuito , formando una
Fig. 2o.-Ro lor del tipo de "jaula de
ard illa" , d e aluminio fundido.
" jaula" (figs. 19 y 20) . Estos motores son sencillos, robust os.
de fácil func ionamien to y, en consecuencia, muy adecuad os
para usos rur ales. Los de potencia inferior a 3 HP. tienen el
- 45 -
rotor formad o por un so lo sistema de ba rras, )- .se designan
generalmente con el nombre de motore s en " ja ula de ardilla".
Fig. 21.-Roto r en cortocircu ito
con núcleo macizo, o de ran ura
sencilla.
Fij.!. 22.-Rot or -de dob le ranura .
o de dobl e jaula.
Los de m ayor potencia t ienen, en el ro to r, un doble sistema de
harras o resistencias intercaladas , para lo qu e necesitan .,do-
Fig. 23·-Motor tr ifásico acora -
zado , con roto r de ra nura sencilla .
ble ranura ", o "dob le jaula", nombres con que corrienteme n-
te se design an es tos m otores.
Los m otores trifásicos asíncronos con colect or- o moto res
-46-
de mducido con anillos rozantes-, tienen en e1l rotor un de-
vanado constituido por hilos o varillas de cobre. Las conexio-
nes de este devanado se indican en la figura 31. Mediante unos
anillos colectores es posible intercalar resistencias en el deva-
nado facilitando el arranque. Un dispositivo adecuado levan-
ta las escobillas y pone los devanados en cortocircuito, una
vez alcanzada Ia velocidad .de régimen (figs. 35 Y 36).
Potencia de 1018 motores,
En los motores de corriente continua la potencia aprove-
chable es:
VX/XTI
P = kilowatios
1·000
v = voltios
I = amperios
TI = rendimiento mecánico del motor
caballos de vapor
VX1X'I
p=-----
736
(.
'"r >
~''''Eq;kaballos, la potencia es:
'.(/ / /
"oJfC~ ~<,;
Si la corriente es aítema:
v X J X 1'732 X coso ¡P X TI
P = kilowatios
1.()()()
Siendo:
V::::: voltios
1 = amperios
coso IP = factor de potencia del motor
TI = rendimiento mecánico
En caballos, la potencia es :
v X 1 X 1'732 X coso rp X TJ
p=----- X 1'36 caballos de vapor
1·000
- 47-
Corno el factor potencia es, aproximadamente, cos.s-e-o.So.
sustituyendo y operando:
v X 1 X 1'732 X 11
P = - caballos de vapor
1.000
Los motores trifásicos asíncronos desarrollan velocidades
teóricas, en vacío, que suelen ser de 3.000, 1.500, 1.000,750, et-
cétera, revoluciones por minuto, según que el motor tenga 2,
4, 6, 8, etc., polos, y siempre que la frecuencia sea de ~o pe-
ríodos por segundo. En realidad, las velocidades son algo me-
lJore~, aproximadarne~te: 2.85<?, 1.42~, 960, 720, -etc.,~a~
rencia entre la velocidad de sincronismo y la de regm,6t\ se ~\
denomina" deslizamiento". ¡~ ;;r;.... ~)II\~ ~~1t t
Arranque d-e Jos motores.v-Otras precauciones. \(' . ...,,:;'Y
Si se conecta un motor en reposo directamente a la r~d.
toma tal intensidad de corriente que peligran sus devanados
interiores. Es conveniente tomar ciertas precauciones que evi-
ten tan importante deterioro en los motores; estas. precaucio-
nes varían según el tipo de motor de que se trate.
Los motores de corriente continua se proveen de un reós-
tato intercaüado en la corriente de alimentación (fig. 20), Dis-
minuyendo paulatinamente 'la resistencia de este reóstato des-
pués de conectar a la red, se alcanza la velocidad normal del
motor.
Ya vimos 'que se construyen dos tipos de motores de co-
rriente alterna con rotor en cortocircuito: los motores de ro-
tor sencillo, o en "jaula de ardilla", y los de "doble ranura". El
arranque de 'unos y otros puede hacerse por conexión directa
del inductor a [a red si su 'potencia es pequeña, pero en caso
contrario ha de hacerse mediante un conmutador estrella-
triángulo (figs. 28 y 29), para evitar averías por la intensi-
dad mayor en el arranque. Con el conmutador, apenas se llega
a vez y media la intensidad normal, Los de doble ranura ha-
cen el arranque con intensidad reducida y con par constan-
te; factores que, unidos a su sencillez, dan a estos motores el
más amplio campo de aplicación.
En iguales condiciones de potencia y velocidad se puede
aconsejar la elección de un motor de doble ranura y conmuta-
R--..-------
S--~t__----­
T---+-~-----
Fus.
Int.
Fig. 24.-Esquema de conexiones para el montaje en estrella.
dor estrella-triángulo f-rente a otro de anillos rozantes y reós-
tato para arranques a media carga.
El fundamento del conmutador consiste en que un motor
dado precisa dos voltajes distintos, según estén conectados sus
circuitos inductores en estrella o en triángulo. Para el funcio-
namiento len régimen normal de la primera 'Conexión se nece-
sita un voltaje .'732 veces mayor que para la conexión en
- 49-
triángulo. De aquí que al arrancar convenga conectar 'en es-
trella, para que la mayor resistencia de los circuitos en esta
conexión absorba el exceso de intensidad. En la figura 29 se
aprecian los detalles relativos a este conmutador.
Los motores de anillos rozantes están indicados para gran-
des potencias y arranques a plena carga. Tienen el rotor deva-
R----.......-----------
S
T
Fig. 33.--Diagrama de los circuitos del estátor montado en estrella.
nado de manera análoga al estátor, y, mediante las escobillas,
se intercala en aquél una resistencia exterior en el momento
de arrancar. Adquirida la velocidad normal, una palanca le-
vanta las escobillas y, simultáneamente. pone en cortocircuito
los tres anillos (figs. 37 y 38) (1).
Todos los motores s·e calientan más o menos en su funcio-
namiento, debiéndose tener en cuenta la temperatura que ad-
quieren a plena carga.
(1) En los motores en que varia con frecuencia la velocidad. se arrancan y
detienen. o cambia el sentido del movimiento, no se usa esta palanca, quedando
las escobillas permanentemente rozan tes sobre los anillos. Tal ocurre, entre otros.
en los motores para laboreo eléctrico.
4
- 50-
Hay motores calculados térmicamente para marchas in-
termitentes, pero los de uso agrícola corresponden, en general.
al grupo de los que han de trahajar sin paradas durante mu-
cho tiempo, o 'Sea para "servicio continuo". Especialmente los
R--....------
S--~~---­
T ---+-+-4..-----
Fus.
Inf.
Fig. 26.-Esquema de conexiones para el montaje en triángulo.
motores para elevación de aguas trabajan durante largo tiem-
po y a plena carga permanente, si se han adquirido de la justa
potencia necesaria (1).
(1) Las bombas de alguna potencia deben arrancar estando cerrada la llave de
paso de la tubería de impulsión. Adquirida por el rodete la velocidad normal de
marcha, se abre dicha llave lentamente. De esta forma disminuye considerablemente
la potencia necesaria para el arranque, que se hace sin carga excesiva.
-51 -
El caflor desarrollado a l cabo de un bu en ra to d e fun ciona-
mient o no debe pasar de ciertos límites, que guardan relac ión
con la temperatura ambi ent e, ya qu e a ma yor elevación de
_____------------- R
-----4----c_--------5
-----+-----+--------- T
Fig. 27·-Diagrama de los circuito s del es tá to r mo ntado en triángulo.
ésta pued en adm itirse mayores temperaturas normales en la
marcha del m otor, s in pasarse de un total tolerable a los ma-
teriales usados en su construcción
Fig. lo.--Con mutador estrella- tr iángulo.
- 52-
Para señalar unas cifras, prescindiremos de los motores
con aislamientos más perfectos o especiales. y trataremos sólo
el caso normal, como más seguro y de más general aplicación.
La temperatura alcanzada por lo.; motores (es fácil situar
un termómetro-entre los arrollamientos del estátor o parte fija
del motor) no debe exceder la del ambiente en más de 40 gra-
R-----------
5----1---------
T---I--I--------
Conmutador
Fig. 29·-Diegrama del conmutador estrella-triángulo.
dos centígrados, y la temperatura límite total no debe pasar
de los 75 grados; es decir, que se usa la cifra de los 40 gra-
dos hasta una temperatura exterior de 35 grados, como má-
ximo; 'Pero pasándose de este límite, la diferencia se hace in-
ferior a Ilos 40, puesto que el total no debe pasar de los 75.
Estas cifras no deben tomarse corno rigurosamente fijas pues
si el motor está 'calculado ampliamente y su construcción ofre-
ce garantías. no hay inconveniente en sobrecargarle en un 10
- 53 -
por \00. con lo cual se sob repas ará n las temperaturas ind i-
cadas, sin qu e por es o corra 'el motor peligro de quem arse.
En general , el dato de lo s 40 gr ados es aplicab le sin más
com plicaciones, t om ándose la tem pe ratura ambien te a la al -
tura del e je de l motor.
C uando la man o pu est a sob re el mo tor aguanta perf ect a -
mente sin moles t ia s y durante un ra to, puede tene rse la idea
Fig. 3o.-Resiste ncia ( reós-
tato) de arranque .
de que , aunq ue es té a lgo calien te, no se ha p asad o d e: su límite
de seguridad.
E l ca lentam ien to de Jos moto res puede obedecer a caídas
de volt aje en la línea , qu e es preci so compro bar ; o bien a estar
trabajando con dos fa ses (los mo tores t rifásicos necesita n las
tres para el a r ranq ue, au nq ue pu eden segui r and ando al inte-
rrum pirse una , fu nci onando como monofásico, p ero s i se p ro-
longa la m archa en es tas condiciones , el motor se quema).
También puede ser debido el ca lentami ento a averías d el m o-
- 54-
tor, 10 que no es corriente; o a falta de potencia en relación
al trabajo que se exige del mismo.
Cuando el motor es de alguna importancia (de 7 HP. en
adelante), es prudente ins talarlo con un amperímetro y un vol-
timetro ícon conmutador para leer todas las fases, dos a dos),
instalados <en el cuadro donde se sitúe el interruptor para que
R------------S--L...---------
T-~~----------
Fig. 31.-Diagrama de motor trifásico, con inducido devanado, anillos colectores y
reóstato de arranque.
permanentemente se vea 'la normalidad en la llegada y C011-
sumo de :la corriente eléctrica.
El voltímetro ha de señalar el voltaje normal de la línea
ú próximo al normal en un , por 100, y el amperímetro nunca
ha de señalar, durante 'la marcha y salvo golpes de escasísima
duración, mayor amperaje del marcado len la chapa del mo-
tor. Solamente en el arranque son admisibles consumos ma-
yores. Es conveniente marcar en 'la escala del amperímetro,
Fig. 32.- ~I ntu r de doh l•. ranura . prutc gi.lo ((lnl ra el
goleo .Id ;l g U:I .
Fig. 3 3 .--~ l o l or ccr r;' do , pro\'islo ,le alela s de rdr iger a( jún.
- 55 -
con una lín ea gruesa muy visible , e l va lor corr espondiente
a la marcha normal , para faci li tar la vig ilancia .
La falta de po tencia no tiene ot ra soluc ión que sus ti tuir
el moto r por o tro m ayor, d ebi éndose aconsej ar-e-como ya se
r- .
,
I
l'
.1
11
1
1
f
1
'j
Fig. 3-1 .- Mo to r tr ansp ortable co n reóst at o de arranque adosado y protección
de la correa.
ha dicho-s-eluso de motores con proporcionada potencia exce-
den te.
En 'la instalación de los motores y sus e lementos acceso-
rios no ha de esca ti rua rse gas to a lg uno, que queda rá sobra -
damente compens ado co n las ventajas de la segu ridad en e l
servicio : y 'lo mismo ha de ha cerse c ua ndo se t rate de ad q ui-
sición de aq ué llos-d irigiéndose siem p re a en tidades de sol-
ven cia reco noc id a-o cuando por razón d e averías haya de
proceder se a un a repara-ción .
- 56-
Los motores fijos, para uso con correas de transrmsron.
deben montarse sobre carriles tensores. Los motores monta-
dos sobre carros portátiles van fijos en ellos y, para tensar
las correas se utiliza cualquier mecanismo de gato que haga
deslizarse el carro convenientemente.
Para los pequeños desplazamientos del motor, y su aplica-
ción 'en lugares próximos, se usan líneas cortas móviies y ca-
rros portátiles que pueden llevarlo de un lugar a otro del po-
blado o eras de las granjas (1).
El mayor desplazamiento útil queda definido precisamen-
te 'por [os grupos de laboreo eléctrico, en cuya instalación se
ha llegado, al parecer y por ahora, al límite posible, sin que
nos sea permitido ver en ello el máximo avance en la aplica-
ción de la electricidad a la labranza eléctrica, porque en ma-
teria de progresos técnicos no hay tope que pueda ponerse,
como la historia de la técnicaaplicada viene constantemente
demostrando en todas sus manifestaciones.
Eleeelón de modelo.
Toda una serie de operaciones agrícolas exigen el empleo
de motores fijos. En estos casos las ventajas de los motores
eléctricos son indudables. Siempre que se precisen motores
sencillos para el accionamiento de las máquinas agrítolas re-
feridas, no ponemos ,en duda la superioridad de los motores
eléctricos, así como en ¡los casos de elevación de aguas para
nego.
En cambio, los motores de explosión son los adecuados
para los casos en que 'las máquinas se hayan de desplazar en
el terreno: cosechadoras, segadoras, etc., así como en el labo-
reo de tierras con arbolado.
(1) Pequeñas labores de tipo de huerta admiten la aplicación de máquinas de
poca potencia con motores proporcionados montados sobre ellas. y el uso de cortos
cables conductores de energía a baja tensión. Circunstancias locales especiales pue-
den hacer posible y econ6mica la aplicación de la electricidad a dichas labores.
, .
". #
, /. t, )"~. .- (
"" '(1 ...
Fi~. 3S .- 1~o tor con inducido en co rtoci rcuito y refr igeració n por venti laci ón
for zada.
F:g. 3(¡.- I~ o t o r de anillos roznn t cs. con leva nta -c scohi llas y vem il.ulor.
-- Si --
La difusión d.e los motores eléctricos fijos está supeditada
solamente al coste de las redes de distribución que 'han de RU'"
ner la energía en manos del consumidor. Mientras esa> no se
consiga económicamente, otras máquinas que no sean e1éctri-
cas ocuparán su lugar, pero irán desapareciendo con el avance
de la electrificación rural.
El caso del laboreo eléctrico debe ser considerado aparte.
Aquí aparecen consideraciones a favor y en contra del uso
de los motores eléctricos frente a los de explosión. La facili-
dad de traslado de estos últimos es una circunstancia venta-
josa cuando se trata de alzar o de dar otras labores superfi-
ciales. Igual ocurre cuando se trata del laboreo de tierras con
arbolado. En cambio, 'se debe acudir al laboreo eléctrico cuan-
do se trate de propiedades territoriales de gran extensión, y
en las que se pueda contar con parcelas despejadas de condi-
ciones uniformes. Aquí tendremos ocasión de emplear una
energía típicamente nacional con no escasa economía para la
explotación agrícola. En casos distintos del que acabamos de
mencionar 110 resulta útil el método de tracción funicular, que
es el más práctico para el laboreo eléctrico.
En definitiva, como en todas las aplicaciones de la elec-
tricidad, es conveniente usarla cuando no se hayan de des-
plazar los motores sobre la tierra, al revés de lo que ocurre
con los motores de aceite pesado o gasolina. La sencillez del
motor eléctrico le hace superior a estos últimos en los casos se-
ñalados.
Para escoger en cada momento el motor conveniente es
necesario conocer las potencias de las máquinas que debe ac-
cionar y las pérdidas posibles en [as transmisiones. La suma
de unas y otras nos dará la potencia teórica precisa, a la que
agregaremos, para mayor seguridad, un tanto por ciento que
oscilará del 50 al 20 por 100, según tamaño creciente del mo-
tor. Esta cifra nos dará ila potencia real del mismo, una vez
hayamos tenido en cuenta su rendimiento.
Es necesario tener presente también la velocidad de las
-58-
máquinas, al objeto de escoger el motor más conveniente, evi-
tando poleas de diámetros muy desiguales en el juego de
transmisiones, y buscar, en todo caso, la más directa aplica-
ción dela máquina al motor. Llegado este momento, será con-
veniente plantear la comparación económica del motor de
explosión (gasolina o gas-oil) y del motor eléctrico, en el caso
de que sea igualmente factible la instalación de ambos.
Para ello, conocida la 'potencia del motor y su precio, siem-
pre es posible establecer preferencias, calculándose el precio
inicial de adquisición por cada caballo de fuerza, y como se
conoce también el gasto por gasolina, aceite pesado, grasas,
etcétera, en los motores de explosión, y el precio del kilowa-
tio-hora 'para los motores eléctricos, así como su gasto de en-
grase, no es difícil establecer una sencilla comparación en cada
caso para ver a qué clase de motor corresponde la máxima
economía en la producción de la unidad de trabajo. No ha de
olvidarse el dato de la probable duración de cada motor, para
tener en cuenta los gastos de amortizaoión y reparaciones.
No hacemos cálculo alguno, pues cualquiera que 10 desee ha de
resolver la comparación con facilidad.
La decisión será francamente favorable al uso del motor
eléctrico, siempre y cuando haya líneas establecidas; donde
no, habrá que agregar al coste de los motores el del estableci-
miento de las líneas y centrales de transformación, teniéndose
siempre en cuenta a su favor las ventajas numerosas que se
derivan del uso de la electricidad en los medios rurales.
Refiriéndonos a la práctica de utilización de estos motores,
podemos decir, dada la perfección de sus construcciones res-
pectivas, que tanto daría usar los de corriente continua como
los de alterna; 'Pero importa anotar algo más sobre este asunto
para su mejor 'Conocimiento.
En 'Servicios agrícolas son frecuentes los casos en que las
variaciones de carga aparecen inevitables: tales, los de las tri-
lladoras, molinos, ensiladoras, cortarraíces, etc., y el propio
laboreo eléctrico.
F ig. 37 .- ~lol()r abierto . .le ani llos rozant cs. con lcvanra-escobilius-
\
".... 1
.
-.:),
....~
- ¡
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j
j
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j
j
j
j
- S9-
En estas circunstancias, los motores de corriente continua
del tipo de excitación en derivación son los más indicados : no
se embalan en vacío, como los de excitación en serie, y'man-
tienen, dentro de su potencia máxima, una velocidad constan-
te en carga. Los motores de corriente alterna bajan su ve-
locidad al aumentar la carga, y no arrancan bien con ella,
como los otros.
Es interesante también recordar que las variaciones de ve- \)E.'
locidad son fáciles de obtener en Jos motores de corriente con ~~Q; .~~,
tinua, 10 que no ocurre con los de corriente alterna. Estos ú'; __ r
timos tienen un régimen de marcha dependiente del núme ~ (
de 'polos y de la frecuencia de la corriente, no admitiendo, si >
perjuicio manifiesto en rendimiento y riesgo, variaciones en
su velocidad normal. Se puede en ellos mantener disminuída
la velocidad con las resistencias intercaladas en el rotor, pero
aumentarla nunca (1).
No es realmente imprescindible la variación de veiocida-
des durante el trabajo en las máquinas de aplicación agrícola,pero sí pudiera ser conveniente poderlas arrancar en carga
y mantener la velocidad propia del motor aun con alteracio-
nes notables en ella.
De ahí que algunos técnicos agrónomos hicieran hincapié
en ponderar las ventajas de íos motores de corriente continua
con excitación en derivación: pero, aun reconociéndolas, no
debemos olvidar que la realidad impone el uso de la corriente
alterna.
Siendo así, hemos de hacernos a la idea de utilizar moto-
res para esta corriente, hoy día perfectamente construidos,
sólidos, sin complicaciones y de facilísimo manejo.
Dentro ya de los motores de corriente alterna, téngase
presente que las máquinas agrícolas grandes, sean trilladoras,
molinos, ensiladoras, etc., 'Precisan pares de arranque consi-
(1) Esta disminución de velocidad, obtenida intercalando resistencias en el
rotor, lleva pareja la disminución de la potencia del motor.
-60-
derables, y que, si los motores se arrancan deprisa, se funden
los plomos de seguridad, y si se arrancan despacio pueden
quemarse las resistencias del reóstato. Esto se ha corregido
por las Casas constructoras, montando resistencias o reósta-
tos de arranque muy fuertes; pero de todas formas es preciso
dar a la operación de la pues ta en marcha una rapidez media.
La pérdida de velocidad en los momentos en que la carga
es elevada, 'Se corrige usando motores asíncronos de sobrada
potencia, superior a la calculada como necesaria, lo que faci-
lita también el arranque (1 ).
Bien es verdad que en esta clase de motores el factor de
potencia mejora a pleno rendimiento, y que mientras éste
no Be 'alcance, las pérdidas son mayores, con lo que el consu-
mo de energía resulta aumentado, pero las ventajas de un so-
brante de potencia para estos motores compensan con creces
el mayor gasto de energía eléctrica que resulte necesario para
evitar detenciones en la realización de los trabajos.
De 3 HP. para arriba deben usarse las resistencias citadas
o dispositivos especiales de arranque, en beneficio no sólo del
propio motor, sino de las demás intercalados en la misma red,
que quedan afectados por esas bruscas variaciones en el con-
junto eléctrico.
Estos motores asíncronos, sólidos, sencillos, blindados has-
ta lo necesario, según el lugar de uso, de facilísimo manejo
y conservación, son los más prácticos en definitiva para su
aplicación rural (2).
La conveniencia del arranque en carga no es asunto que
(1) El uso de poleas locas y embragues permite reducir a límites convenientes
esta sobradapotencia, sin exageraciones peligrosas para las máquinas. Si el motor
es excesivo, puede obligar a la máquina a trabajar en pleno atasco, produciéndose
graves averías en ella.
Las correas, que pueden salirse en estos casos, ahorran algunas roturas, demos-
trándose la ventaja de su intervención en el juego mecánico, en el que constantemente
actúa n de reguladores elásticos.
(2) Al tratar del arranque (pág. 47) ya se ha indicado la preferencia que ha
de darse a uno u otro tipo de motores, según los casos.
- 6r-
debe tenerse muy en cuenta; al fin, el esfuerzo de un motor
de continua arrancando en carga pesaría sobre otl'OS meca- ,
nismos acaso agarrotados por exceso de mieses, de forrajes o
de otras resis tencias momentáneas anorm ales. •
En las eras y almacenes de piensos o forrajes secos flota
permanentemente polvo de tierra y de restos vegetales que al-
canzan al motor, perjudicando su buena marcha y exponién-
dolo a cualquier incendio. Por eso, en estos casos, es necesa-
rio .adquirír motores blindados, herméticamente cerrados, que
tienen dispositivos sencillos y prácticos para su ventilación in-
terior. De esta clase son también los motores de los can os de
arar, especialmente en los grupos que tienen los carros abier-
tos lateralmente.
Cuando se trata de motores para bombas, hay que tener
en cuenta que muchas veces han de trabajar en sitios comple-
tamente húmedos, en el fondo de pozos o en desmontes donde
se puede filtrar agua por todas partes. En estos casos es re-
comendable pedir motores apropiados, que se construyen con
aislamientos especiales, y que, costando un poco más que los
modelos corrientes, están garantizados contra averías por de-
terioro de sus materiales aislantes.
.. "'~
CAPITULO IV
LABOREO ELECTRICO (1)
Primeros ensayos.
Los primeros ensayos de labranza aplicando la energía
eléctrica fueron realizados por Chrétién y Félix en tier ras de
Sermaize (Mame, Francia), en el año 1879. Más tarde, ha-
cia el 1894, se hizo una instalación en Fraforeano (Italia), y,
al mismo tiempo, la Casa Zimmermann, en Halle sur Saale
(Sajonia, Alemania), realizaba importantes pruebas.
Las Sociedades Siemens Halske, Allgemeine Electricitats
Gesellschaft (A. E. G.) YSchuckert y Compañía, en Alemania;
la Sociedad Electrotécnica, de Torino, y la Casa MoreIJi, en
1talia; la Societé Générale Agricole, de París; la Casa F owler.
de Leeds (Inglaterra), y otras varias Empresas, también ini-
ciaron grandes trabajos para mejorar sucesivamente la apli-
cación de la electricidad al laboreo del campo.
(1) Interesa advertir que el autor de este Manual es el Ingeniero Director de
la Explotación Agrícola "Ventosilla", de Aranda de Duero, máxima demostración
de las posibilidades de la electrificación agrícola en el campo español. (Nota de la
Sección de Publicaciones del Servicio de Capacitacíó11 y Propaganc:a del Ministerio
de Agricultura-)
-- 6-1-
El citado Zimmermann ensayó el sistema de un motor co
locado sobre un arado basculante, llevándose hasta él 11. ener-
gía por un conductor flexible arrollado en carretes, movién-
dose el arado en los dos sentidos a ,lo largo de una cadena an-
clada en ,)as lindes del terreno, en la que iba engranada una
rueda movida por el motor. El motor estaba expuesto a los
golpes producidos por las irregularidades del terreno, al en-
---------------~--
L
L· L/ne6
D· DerilJtJción
M.Mofor
R· Hued6s impul30rlls
1,. R'jlls de/lIrtldo
Fig. 39·--L~boreo eléctrico por el sistema de tracción directa.
suciarniento por el polvo, barro, etc., dificultades que se agre-
gaban a las propias de la complicación del método de tra-
bajo.
Toda lo demás que en este asunto se ha hecho ha resulta-
do de la aplicación de la energía eléctrica al sistema de arar
por tracción funicular, que puede también instalarse con 10-
comóviles de vapor y 'con motores de gasolina o de aceite pe-
sado,
- 65-
Los problemas técnicos que plantea el laboreo eléctrico di-
recto derivan de los dos hechos siguientes : hay que llevar la
corriente desde la red a los motores; y se ha de procurar un
apoyo sólido al arado que lleva encima el motor, bien me-
diante una fuerte adherencia de sus órganos impulsores al te-
rreno, o bien mediante cables bien anclados; en este último
caso estos cables han de desplazarse al pasar de una faja de
terreno a otra.
Los sistemas de autopropulsión o tracción directa (como
Carro de andaje MJ'II/ina
Fig. 40.~Si5tema de laboreo eléctrico con máquina tractriz y carro de anclaje.
los tractores de aceite pesado o gasolina) simplifican bastante
los problemas planteados a costa de un mayor gasto de ener-
gía para el propio desplazamiento del mecanismo automotor.
El laboreo eléctrico con motor sobre el propio arado es el
mismo caso de los del tractor, pero al que se añade la dificul-
tad de llevar la corriente al motor por medio de un cable que
ha de arrastrar por el suelo; o bien de adoptar otros sistemas
más complicados para su tendido. Este sistema no se usa.
Diversos sistemas de laboreo,
Quedan, pues, en discusión solamente los sistemas de trac-
ción funicular. Dentro de éstos hay dos importantes:
Ccn un carro tractor y otro de anclaje (fiig. 40).
/;
- f$¡ --
Con dos carros tractores (fig. 4')'
En ambos hay que resolver qos problemas de llevar hasta
el motor la corriente derivada de las redes de electrificación,
'. I I
r .
C6nl dtfr«rión
301úfa.
Cable" 750V
-------- - -- - -SOOm.- - _ ..- - -- - - --:-
I
Fig. 41.-Labranza eléctrica con dos carros tractores.
directamente o por medio de transformadores

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